JOSÉ ENRIQUE GARCÍA RESALTA APORTE DE PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA

Programa «A partir de Ahora», con Gustavo Olivo, en Acento TV

(https://www.youtube.com/watch?v=SftcC6gKMX0)

 

—Gustavo Olivo: Saludos, amigos, ustedes sintonizan Acento TV y su espacio de entrevistas y comentarios, «A partir de ahora». Hoy tengo una conversación que voy a disfrutar con José Enrique García: poeta, novelista; también autor de cuentos fabulosos y, sobre todo, un gran profesor que domina el arte de la enseñanza sobre todo en materia de lengua y literatura. Y a propósito de una conferencia magistral que expuso José Enrique García en la Biblioteca Nacional sobre Pedro Henríquez Ureña. Bienvenido, José Enrique.

 

—José Enrique García: Gracias, Gustavo. Sí, mira, el director de la Biblioteca me dijo: «Yo quiero que tú hables del aspecto filológico de Pedro, a propósito de los cincuenta años de la Biblioteca». Y yo le dije: «Bueno, los asuntos filológicos de Pedro están bastante trabajado. Yo tengo algo que decir. Hablemos de por qué se lee a Pedro Henríquez Ureña.

 

—Gustavo Olivo: La permanente actualidad de Pedro Henríquez Ureña.

 

—José Enrique García: Porque me he encontrado, en lo poco que he viajado, en España o en México, siempre la gente tiene presente a Pedro.

 

—Gustavo Olivo: ¿Sigue siendo Pedro Henríquez Ureña la referencia obligada de República Dominicana en materia de filología, literatura, estudio de la lengua?

 

—José Enrique García: Sí, no solamente en Santo Domingo, sino en América. Porque Pedro es el maestro. O sea, Pedro viene, desde luego, de la enseñanza de su madre, de Salomé Ureña. Porque Pedro —es una idea que yo tengo—, su obra es como una especie de prolongación de la conversación que tenía con su madre. Porque la enseñanza, una de las partes más concretas, en cuanto a la enseñanza de la lengua, comenzó aquí en Santo Domingo, con Salomé, en la Escuela de Señoritas, que creó toda esa legión de profesoras, que fueron las que pusieron las bases de la educación dominicana, que se mantuvo con amplitud hasta que llegamos a la modernidad, y que introdujo una serie de formas, o procedimientos o metodologías, que han debilitado, en cierto modo, la enseñanza dominicana. Tú sabes que yo me gradué de Maestro Normal para la Escuela Primaria en 1969, en la Escuela Luis Napoleón Núñez Molina, en Licey al Medio; luego hice mi carrera de Licenciatura en la Universidad Católica Madre y Maestra; y comencé a trabajar en quinto curso en la Escuela Eugenio Deschamps, de Santiago, y luego trabajé en la educación dominicana enseñando lengua y didáctica. Yo estoy diciendo que aquí hubo toda una tradición sustantiva de la enseñanza y esa es la que Pedro fundamentó.

 

—Gustavo Olivo: ¿Cuándo y quién decide que los textos de don Pedro Henríquez Ureña no se usen en la enseñanza y el estudio de la lengua?

 

—José Enrique García: En 1965, en el Liceo Ulises Francisco Espaillat de Santiago, estudiaba yo gramática, o sea, se llegó ahí con esa Gramática, que la conservo todavía. Y yo he hecho algunas investigaciones con gente que estudiaron en esa época conmigo, que son economistas, ingenieros, agrónomos, abogados, ellos conservan la Gramática, y ellos dicen «De los libros que se conservan es la Gramática de Pedro».

 

—Gustavo Olivo: Y también El español en Santo Domingo, que es una obra fundamental.

 

—José Enrique García: Que nosotros estudiamos con Arturo Jimenes Sabater en la Madre y Maestra cuando estudiamos la parte de lingüística (Arturo tiene un libro sobre el español de Santo Domingo, que es el primer gran estructuralista que llega al país como profesor), ese trabajo de Pedro —El español en Santo Domingo— es pionero en la investigación lingüística en América, o sea, El español en Santo Domingo, que lo escribió aquí cuando estuvo de Super Intendente de Educación (equivalente al cargo de Ministro), en esa época que iba a recogiendo informaciones. Y fue el que por primera vez hace informaciones directas, o sea, entrevistas sobre nuestra habla.

 

—Gustavo Olivo: Y recorrió el país investigando y estudiando los vocablos.

 

—José Enrique García: Claro. Mientras iba supervisando las escuelas, iba haciendo el trabajo que le correspondía como Secretario de Estado. Don Pedro, que era un trabajador incansable, iba anotando cosas y de ahí sale el libro El español de Santo Domingo, que es clave, es una de las iluminaciones que yo hablo en la tesis que presenté en la Biblioteca Nacional, de que ese libro abre camino a la investigación lingüística ¡en América! El libro que abre la investigación lingüística en América es El español en Santo Domingo. Es decir que su obra está sustentada en lo poético. En ese caso lo voy demostrando con los mismos textos de él. ¿Por qué? Porque el ensayo es el que va quedando rezagado. No se lee ensayo por placer, se va al ensayo cuando tú haces investigaciones.

 

—Gustavo Olivo: Se supone que es para los estudiosos.

 

—José Enrique García: Exacto. Aristóteles se lee siempre, se lee a Ortega. Pero son pocos los ensayistas de categoría.

 

—Gustavo Olivo: ¿Entonces don Pedro está en esa categoría de los grandes ensayistas?

 

— José Enrique García: Claro, cuando lees a Pedro comprende la categoría del ensayo. Cuando uno lee a Pedro Henríquez va descubriendo lo que nosotros llamamos la sabiduría implicada, es decir, la polivalencia, la multiplicidad de sentido en la línea. Pedro cita libros en una línea, muchos libros en una línea. Cuando tu dices «Ah, pero esto se refiere a tal cosa; esto refiere a esto; y esto a tal cosa». El poema, una de su naturaleza es ser polivalente, o sea tener posibilidades, porque no hay un poema en un solo sentido sino en muchos sentidos. Entonces tú, en la prosa de Pedro, ves esa preñez de sentido, sin necesidad de que se pierda la comunicación. ¡Esa es la gracia!

 

—Gustavo Olivo: ¿Quien fue aquel que pensó que era bueno sacar los textos de don Pedro Henríquez Ureña de la enseñanza de la lengua?

 

—José Enrique García: Bueno, esa pregunta, no tengo la precisión.

 

 

—Gustavo Olivo: …y yo tuve la dicha de estudiar la Gramática.

 

—José Enrique García: Al sacar esta Gramática de la escuela dominicana, comenzó el descenso, hasta llegar a niveles ahora que son pavorosos.

 

—Gustavo Olivo: ¿Tenemos mucha deficiencia?

 

—José Enrique García: Tenemos unas deficiencias enormes. Las encuestas internacionales, los estudios internacionales, a nivel del manejo del idioma, nos ponen ya en los últimos lugares. Porque no se enseña lo que hay que enseñar. Fíjate que esta Gramática, que es de 1938, hecha por dos grandes, Pedro Henríquez Ureña y Amado Alonso, se pensó ¡para que durara siglos. ¿Por qué te digo que se pensó para que durara siglos? Porque esta es una Gramática que, al día de hoy, la mejor Gramática Estamos hablando de aplicación de procedimiento lingüístico moderno, estructural. Porque la lengua se enseña, tiene una estructura cíclica, total, global. Cuando tú usas una palabra, cuando pronuncias una palabra o escribes una palabra, al mismo tiempo estás aplicando el elemento fónico (el articulatorio), el sintáctico, el etimológico; están todos los elementos constitutivos de la palabra. Entonces esta Gramática está concebida, estructurada, para estudiar de manera coherente, articulada,  cada uno de los elementos constitutivos de la lengua. Pero, además, tiene su aplicación a nivel de ejercicio y a nivel de análisis de texto. Es decir, es una Gramática completa. Al no haber una aplicación específica, yo opté por apoyarme en la estructura de esta Gramática de Pedro e hice esta gramática, este libro de gramática, que son 10 lecciones siguiendo este patrón.

 

—Gustavo Olivo: ¿Ese era para la enseñanza que llaman intermedia?

 

—José Enrique García: Lengua Española I, Intermedia; el Curso no. I de Primero de Bachillerato. Y, desde luego, tomé los textos donde había esos valores implicados, los textos acá, que es lo que llamamos valores —pero la lengua es la lengua—, y monté mi libro en base a los elementos constitutivos de la lengua, o sea, sintaxis, morfología, semántica, práctica y todo eso. Mira, yo tuve la experiencia, cuando hice este libro, de revisar muchos libros de textos que estaban ahí, y aquella cosa daba miedo. Digo: «¡¿Cómo es que los muchachos van a aprender, acá?!». La lengua en sí misma es un hecho y tiene su contenido, tiene su especificidad, no necesita los elementos transversales porque ella lo es. La lengua, la gramática, en este caso, atraviesa todas las materias. Es que hay dos materias fundamentales, que es las matemáticas y la lengua. Si tú no enseñas bien la lengua y las matemáticas no va a tener profesionales que piensen con correcciones, que puedan aplicar, van a tener muchas dificultades. Porque lo que disciplina el pensamiento humano es las matemáticas y la lengua. Entonces, al sacar eso vamos a tener esas deformidades.

 

—Gustavo Olivo: Es decir, que es un error grave considerar que la enseñanza de la lengua es un simple instrumento más, en vez de considerarlo fundamento esencial de la enseñanza de cualquier educación, porque si no se domina la lengua, no se dominará las demás disciplinas. ¿Es así?

 

—José Enrique García: Sí, porque el concepto es que, nosotros, al manejar una lengua, por el hecho de que nos pertenece, desde el punto de vista humano —tú naces, y tiene que reproducir una lengua—y hay que estudiarla. Y a medida que tú manejas tú lengua, entonces tú vas a manejar mejor los contenidos de otra materia y va a crear todo el pensamiento crítico, la lógica. Es más, yo te voy a decir lo siguiente: si no se maneja bien la lengua, la práctica, los ejercicios normales de la vida, de trabajo, se te hacen dificultoso. ¿Por qué? Cuando manejas la lengua puedes hacer los esquemas de contenidos muy rápido; o sea, la lengua está hecha a imagen del cuerpo humano: sujeto, verbo y complemento.

 

—Gustavo Olivo: Así como tú organizas el pensamiento, organizas la vida.

 

—José Enrique García: Exacto, organizas la vida, ¿pero partiendo de qué? De la misma anatomía humana. O sea, por ejemplo, para serte rápido: la lógica de la oración española responde exactamente a la lógica del cuerpo, exactamente. O sea, tú te puedes parar y tú dices: el sujeto es la cabeza; aquí en el corazón tú tienes el núcleo del predicado, que es el verbo; y tú tienes la cabeza, el sustantivo; aquí tú partes [señalando el pecho] y tú tienes lo que se llama el sujeto con su modificador —o complemento indirecto o complemento directo, lo que tú quieras llamarle, pero tienes los modificadores de ese núcleo que es el sustantivo—; y luego hacia abajo tú tienes el verbo, que está aquí en el corazón; y las extremidades son los complementos directos, indirectos y circunstanciales —o el objeto directo como tú lo quieras llamar—. Entonces, mira, eso es tan así que esa estructura gramatical lógica tú no la puedes variar. Tú la puedes variar de manera intencional cuando estás escribiendo, pero cuando la gente habla, habla de una manera perfectamente coherente. Si tú no hablas de esa manera: «Yo voy mañana al mercado a comprar unas flores para mi madre», esa es la lógica: ahora, si tú escribes tú lo puedes decir: «Para mi madre mañana yo voy a comprar unas flores al mercado».

 

—Gustavo Olivo: Por favor, para que sintetices los principales elementos que tú tomase como punto de partida para esa conferencia sobre Pedro.

 

—José Enrique García: Bueno, yo partí de una tesis que me venía dando muchas vueltas en la cabeza, que era: «¿Por qué se lee a Pedro Henríquez Ureña con deleite, con gozo en el mundo?». Esa es la primera. Entonces esa era la hipótesis que me planteé. Y yo respondía rápidamente: «Por lo poético de su obra, por el soporte poético de su obra». No hablo de la poesía, hablo de la ubicación de los elementos que son propios del poema, que son propios de la prosa poética, y que, en este caso, pasa a sus ensayos. ¿Cuáles son? En primer lugar, el ritmo, la aplicación del ritmo; en segundo lugar, la concisión que tiene su prosa que linda, prácticamente, con el verso, porque el verso es síntesis; tercero, la pluralidad del sentido que tiene su prosa… Que es muy propio del poema, porque el poema es, por su naturaleza, es polivalente, o sea, adquiere sugerencia. O sea, todo poema está preñado de sugerencias en múltiples sentidos. Y la prosa de Pedro está implicada de sabiduría, ¡sin perder la esencia de la comunicación directa!, o sea del mensaje único. O sea que participan en él, tanto los elementos constitutivos del texto ensayístico total: calidad, precisión, concisión, de lógica; pero al mismo tiempo aparece su pluralidad, que es propio del poema. Eso es por un lado. Segundo, como el poema, como estructura, la poesía es luz, es sorpresa es iluminación, en Pedro se da lo siguiente: hay en él una especie de iluminaciones en sus ensayos. Porque Pedro es pionero en muchas cosas. La gramática es un hecho poético, esa gramática fue concebida, estructurada, para que tenga una duración de años. Entonces, esa gramática participa de los tiempos, o sea, cuando se hizo: el tiempo presente, en el futuro en el pasado. Por eso es que dice que el poema, en sí, perdura en los tiempos o asume los tiempos. Eso es un principio muy antiguo. Decía Antonio Machado: «Poesía, palabra en el tiempo. Sí, palabra en el tiempo». Entonces la vigencia de los ensayos, de los trabajos de Pedro, la vigencia está de que esos trabajos de él son permanentes, son vigentes en el tiempo, cuando se escribieron, en el transcurrir y aún en el presente. Por ejemplo, ya te hablé de la gramática, ese famoso libro La versificación irregular de la poesía española. ¿Qué es lo que él demostró ahí? Demostró lo siguiente: se entendía, por la práctica, que el verso español era muy regular, que estaba sometido a unos procedimientos de la estrofa, o sea, de la medición, de las rimas igualadas, de la distribución del acento muy calculado; entonces Pedro demostró que no es así, que la práctica de la poesía española —que nos abarca tanto a España como en América—, era irregular. Eso lo desbarató, esa concepción. Era irregular, que no había realmente ese cajón específico, así, normal. Esas son iluminaciones. Eso es poético. Y también demostró, en esa misma tesis, que el verso, como se pensaba, nacía épico, y él demostró que no, que era idílico. Eso lo demostró él en esa misma tesis. Por eso es que él cuando está haciendo esa investigación de la irregularidad del verso, hace un ensayo maravilloso, que es fruto de esas investigaciones que se llama En busca del verso puro. Si no hay regularidad, entonces, ¿cuál es el verso puro? Que llega a la misma conclusión que la misma práctica humana: que la irregularidad es esencial. Por eso es que la poesía viene cayendo también como patrimonio de la prosa. Eso es uno de los elementos que están ahí. Otro de los hallazgos de Pedro es —como decía—: ese libro, El español de Santo Domingo, tú dices «Bueno, pero eso es una especificidad de Santo Domingo», pero crea la base de la investigación lingüística en América. Eso es una iluminación. El estilo de Pedro era único en la lengua, que él mismo va dando cuenta en su texto, que él tenía una conciencia muy clara de lo que estaba haciendo, ¡muy clara!, y él va respondiendo a esas preguntas, las va respondiendo él. Porque, por ejemplo, el estilo de Pedro es concisión pura, muy cercano al estilo de un inglés, de un francés, de un italiano. Es pura. Es lo más sintético, pero lo más puro al mismo tiempo, que es lo que es el verso, pureza total, línea depurada. Eso avala la tesis que yo estaba presentando. Por ejemplo, otro hallazgo de Pedro: determinó las zonas dialectales de América. A partir del trabajo de El español de Santo Domingo, enseñó cómo se habla en esta zona y como se habla en aquella.

Transcripción: Miguelina Medina

LAS TERTULIAS DE LA ACADEMIA DOMINICANA

El doctor Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, en su propósito de contribuir al crecimiento de la institución y su vínculo con la sociedad, convocó una reunión con académicos de la lengua para proponer la activación de dos instancias culturales mediante actividades lingüísticas y literarias en la sede la corporación.

La mañana del jueves 15 de julio, con la presencia de Rosario Candelier, participaron los académicos de la lengua Odalís Pérez Nina y Rita Díaz Blanco, a quienes el director los encomendó la coordinación de sendas tertulias académicas dirigidas a motivar el estudio de la lengua y la literatura, con la participación de los miembros de la Academia y personas interesadas de la comunidad de la ciudad capital.

La tertulia lingüística versará sobre la obra de autores de libros de lingüística, filología, historia de la lengua, gramática, lexicografía, hispanismos, americanismos y dominicanismos, entre otros aspectos de la lengua, y estará coordinada por el doctor Odalís Pérez, miembro de número de la ADL. Mientras que la tertulia literaria abordará autores literarios, temas de historia de la literatura, movimientos literarios, análisis de obras y figuras y recursos literarios, etc. Esta tertulia será coordinada por Rita Díaz Blanco, miembro correspondiente de la institución.

Ambas actividades se realizarán a modo de conversatorios con ponentes de la Academia y escritores dominicanos en sesiones mensuales cuyos invitados y temas serán determinados por cada coordinador y notificados a la dirección de la Academia. Se propuso un aforo de 15 personas y la fecha, hora y día la fijarán los coordinadores de dichas tertulias.

En la reunión se dialogó sobre la situación de la pandemia para el aforo de asistentes y se acordó seguir las precauciones sanitarias dispuestas por las autoridades nacionales. Por ello, la asistencia física será limitada, pero cada una de las sesiones de dichas tertulias tendrá una transmisión virtual y, de cada actividad, se escribirá una crónica para el Boletín de la Academia. En ese mismo orden, se planteó la posibilidad de utilizar las herramientas virtuales para ambas actividades si el curso de la pandemia sigue como hasta ahora. Otro aspecto comentado en la reunión fue el aniversario de la Academia en octubre. Se aprovechará la ocasión para reconocer la labor lexicográfica de los integrantes del Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía, cuyo equipo de trabajo prepara la segunda edición del Diccionario del español dominicanismo y la primera del Diccionario jurídico dominicano.

El señor Odalís Pérez propuso que los boletines, aunque se sigan enviando en el formato digital, puedan tener un número impreso para mayor comodidad de los que prefieren la lectura en papel. Con respecto a esos boletines, el director explicó que es costosa la impresión y que la institución no cuenta con los fondos necesarios para hacer un texto impreso, pero no descartó solicitar la ayuda del Ministerio de Cultura para hacer realidad dicha propuesta. El señor Bruno Rosario Candelier propuso incluir en esos boletines una sección de literatura donde se dé espacio a la creación e interpretación de textos. Justificó este punto citando los estatutos de la Real Academia Española, los cuales se refieren a los dos aspectos claves en el rol de las Academias, como es el estudio de la lengua y el cultivo de las letras, es decir, temas de lingüística y literatura, ya que ambas se valen de la palabra.

   Rosario Candelier habló de la reactivación de las dos instancias de promoción: la Tertulia lingüística de la Academia y la Tertulia literaria de la Academia. Explicó que en la tertulia lingüística se trabajaría con la historia de la lengua, la obra de los lingüistas famosos que han hecho un aporte a través del estudio del lenguaje y el estudio del español dominicano. La lengua será el eje determinante de todas las actividades que se hagan en nombre de la tertulia lingüística.  Y la tertulia literaria, a su vez, trabajará la literatura: la historia de la literatura, la literatura dominicana, la literatura universal, los movimientos literarios, los recursos literarios, etc. Ambas actividades se realizarán mensualmente en la sede de la institución. Y se celebrarán con un reducido aforo y de manera virtual al mismo tiempo.

Debe escribirse una crónica de cada actividad para publicarla en el boletín de la Academia.

Odalís Pérez Nina coordinará la tertulia lingüística, en virtud de su conocimiento de la ciencia del lenguaje. Y Rita Díaz Blanco coordinará la tertulia literaria. Indicó que cada mes los coordinadores deben desarrollar un tema e invitar un ponente para que sea el responsable de desarrollar el tema central. Ambas actividades se realizarán en la Academia Dominicana de la Lengua una vez al mes y la fecha de cada una de las sesiones la fijan los coordinadores: “Es una manera de que la Academia tenga presencia ante la comunidad”, señaló el director Rosario Candelier.

Por otro lado, informó que la Academia Colombiana de la Lengua le pidió que con motivo de los 75 años de la muerte de Pedro Henríquez Ureña, celebremos una sesión virtual conjunta entre la Academia Colombiana y la Academia Dominicana en honor de Pedro Henríquez Ureña. Y designó a Odalís Pérez Nina y a Juan José Jimenes Sabater para que representen a la Academia Dominicana con una breve ponencia sobre Pedro Henríquez Ureña. Pérez Nina abordará el tema “Filología y culturología en Pedro Henríquez Ureña”,  y Jimenes Sabater hablará  sobre “La prosa de Pedro Henríquez Ureña”. Esta actividad se celebrará en el mes de octubre del presente año virtualmente.

Rosario Candelier también manifestó su idea de crear una nueva sección en el boletín de la Academia, dedicada a la literatura: “Desde la fundación de la Real Academia Española y las demás Academias de la Lengua en el mundo hispánico, siempre ha habido un espacio para la literatura; de hecho, en los Estatutos de la RAE se consigna que su función es trabajar el estudio de la lengua y el cultivo de las letras. Entonces, nosotros no podemos descuidar la literatura y quiero que le dediquemos una sección en el boletín”, dijo el director.

Santo Domingo, Academia Dominicana de la Lengua,  15 de julio de 2021.

 

ACADEMIA COLOMBIANA DE LA LENGUA CONMEMORA LA PRIMERA GRAMÁTICA CASTELLANA

Para conmemorar los 250 años de la publicación de la primera Gramática de la lengua castellana, editada por la Real Academia Española en Madrid en 1771, la Academia Colombiana de la Lengua organizó una sesión académica con sus miembros y amigos, a la que nos conectamos por una amable invitación de la academia hermana.

En esa convocatoria, que presidiera su director don Juan Carlos Vergara y Silva, participaron los académicos colombianos Edilberto Andrés Cruz (ponente), la secretaria de la ACL, Cristina Maya; Diego Jaramillo, Hernán Olano, Julio Borrego, Álvaro Rodríguez Gama, Alberto Gómez Gutiérrez, Carmen Millán, Olimpo Morales, Bogdan Piotrowski y Luis Fernando García, entre otros académicos. También participó Carmen Millán, directora del Instituto Caro y Cuervo, de Bogotá. Y se conectaron, desde sus respectivos países americanos, la doctora Alicia María Zorrilla (directora de la Academia Argentina de Letras); la escritora Margarita Vásquez, directora honoraria de la Academia Panameña; la profesora Lucía Esther Fraca, de la Academia Venezolana; y el director de la Academia Dominicana, Bruno Rosario Candelier.

En sus palabras de salutación, Juan Carlos Vergara ponderó el aporte gramatical de Elio Antón de Nebrija, con la publicación de la Gramática de la lengua castellana, impresa en Salamanca en el memorable año de 1492. Y el ponente Edilberto Andrés Cruz en su disertación subrayó la importancia del conocimiento de la propia lengua desde la gramática, que implicó la formalización de esa estructura sintáctica, según explicara Nebrija.

La gramática castellana, que en esta sesión especial de la Academia Colombiana se conmemoraba el ponente subrayó la descripción de las partes de la oración. Ponderó el hecho de que la gramática enseña las pautas de la lengua en su formalización operativa. Privilegió el rol de la sintaxis como la relación de unas palabras con otras para crear frases, oraciones o construcciones compositivas que formalizan la comunicación en la lengua oral o escrita. Y subrayó la función de la concordancia entre las partes de la oración, así como el régimen sintáctico entre sus componentes. Advirtió que la gramática es descriptiva para dar a conocer su naturaleza idiomática. Enseña que la sintaxis entraña una construcción de lo que hace a nuestra lengua en el acto del habla.

Desde la gramática castellana que publicara la RAE en 1771 se inició una nueva etapa en el estudio de la lengua, que la Nueva gramática de la lengua española, de 2010, publicada en nombre de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) bajo la dirección del grandioso gramático español don Ignacio Bosque, reconoce el aporte de la tradición gramatical desde Nebrija en el mundo hispánico y, desde luego, amplió el horizonte intelectual a la luz de la ciencia del lenguaje y la normativa del buen decir.

La norma es una derivación de la gramática, según el más importante gramático de la lengua española, don Ignacio Bosque, comentaba don Juan Carlos Vergara. Por supuesto, reconoce el aporte de Rufino José Cuervo y José Antonio Caro en el estudio de la lengua española, y que el redactor de esta breve reseña le sugirió celebrar sendas sesiones sobre el aporte de esos dos grandes lingüistas colombianos al estudio de la lengua española.

Sin el conocimiento de la gramática no podemos aprovechar y valorar el aporte de la creación literaria, se subrayó en esta importante actividad de la Academia Colombiana de la Lengua, gracias a la iniciativa de su director, el ilustre director don Juan Carlos Vergara y Silva. Bogotá, Colombia, 12 de julio de 2021.

PARTICIPACIÓN DE MARÍA JOSÉ RINCÓN EN “SOLO PARA MUJERES” CON ZOILA LUNA

EL LENGUAJE DE LA MUJER Y EL DESARROLLO DE LA CONCIENCIA

Participación de María José Rincón en “Solo para mujeres” con Zoila Luna

  

Zoila Luna: Nos conectamos con María José Rincón, de la Academia Dominicana de la Lengua, y hablamos sobre “Cambios en la ortografía y en el lenguaje en tiempo de redes sociales”, cómo la lengua va adaptando nuevas palabras que pudiera parecer como inaudito, insólito. La RAE está actualizándose en algunos aspectos del idioma español.

Buenas tardes y bienvenida,  María José.

 

María José Rincón: Hola, buenas tardes. Bien hallada. Me encanta hablar de ortografía un martes por la mañana.

Zoila Luna: Gracias a ti por aceptar nuestra invitación. El tema de cómo ha sido sustituida la lectoescritura por las tecnologías  y las pantallas, puede uno como perder la práctica y entrar en dudas con relación a su ortografía. Eso es por un lado, por el otro lado, hay una presión de la modernidad electrónica que está impactando en la ortografía.

María José Rincón: Vamos a ver. La ortografía es una norma que nos damos todos los hablantes del español, una norma que no es fija en el sentido de que no se creó en el primer día que existió la lengua española y se mantiene así. Es una norma que ha ido cambiando y adaptándose a lo largo del tiempo. La que tenemos ahora, la última versión con las últimas modificaciones del año 2010 y es una norma panhispánica, es decir, es una norma que nos damos los hablantes de español para la escritura de nuestra lengua. Evidentemente la ortografía funciona como ente normativo si todos la cumplimos. Claro, para cumplir la ortografía, para conocer las normas ortográficas, evidentemente, hay que tener una buena formación escolar. Sin duda ayuda mucho la lectura y es verdad que cada vez abandonamos más la escritura a mano, esa escritura tradicional a lapicero que es tan importante, sobre todo, los primeros años de formación para apropiarnos de la capacidad de hacer trazos, de esa capacidad de vincular los espacios con nuestra propia lengua. Pero el hecho de usar nuevas tecnologías no tiene una relación directa con tener una buena o mala ortografía. De hecho, la lectura como medio para mejorar nuestro dominio de la lengua, para mejorar nuestro conocimiento del mundo, es indiferente si se hace en papel o en nuevas tecnologías. Lo importante es leer y escribir, da igual si escribimos a mano, porque la ortografía se aplica exactamente igual escribiendo a mano o con cualquier aparato tecnológico.

¿Qué pasa con la ortografía y las nuevas tecnologías? Que visibilizan lo que escribimos y también lo que decimos y, por lo tanto, cuando lo hacemos mal, pues es muy evidente. Es decir, lo que antes se resolvía con una llamada de teléfono o con una notita privada, ahora se pone en WhatsApp o se pone en Twitter y es público automáticamente. Es lo mismo que pasa con cualquier fotografía privada nuestra que publicamos, a veces esas fotografías privadas no están prensadas para hacerse públicas. Entonces, los mensajes en redes sociales se publican y son automáticamente consultados por muchas personas. Cualquier fallo, cualquier error, cualquier mal manejo del lenguaje, es mucho más evidente. ¿Tiene su importancia para los hablantes, para los que leen esos mensajes? A veces lo dudo porque creo que donde más fallamos es no sólo en la enseñanza de la ortografía, sino en la enseñanza de valorar lo que significa usar bien nuestra lengua. Si no valoramos el uso de nuestra lengua, nos da igual que otro pueda ver un mensaje que hayamos escrito en el que haya muchos errores o que esté mal expresado o que no tengo un buen dominio del vocabulario. Si nosotros no valoramos eso, pues nos da igual que otros nos lo valoren. Creo que por ahí va nuestra principal asignatura pendiente, en enseñar a los hablantes a valorar su propio uso del lenguaje. 

Zoila Luna: ¿Por dónde se encarrilará este uso incorrecto del lenguaje? Porque acorta las palabras, te cambia la forma de escribir. Independientemente de que sea incorrecto va generando una especie de dialecto o de jerga que as veces quien escribe uno no lo entiende.

 María José Rincón: Claro, y probablemente el que use esa jerga no entiende al que escribe bien. La incomprensión puede ir en los dos sentidos. Mira, las jergas y las formas diferentes de hablar, a veces es precisamente para eso: para que otro que te lea no te entienda. Esa es una de las misiones de las jergas: crear grupos reducidos y que sólo te entiendan los pertenecientes a ese grupo. Esas jergas han existido siempre. En algunos momentos, algunos de los usos de esas jergas pasan a la lengua general. Eso no tiene más trascendencia para la lengua como sistema. Han existido siempre, ninguna ha ocasionado esos apocalipsis “de que la lengua va a cambiar, de que la lengua española nunca va a ser igual, de que se está empobreciendo”. Eso no tiene nada que ver con ese uso. Claro, es evidente el hecho de que esas publicaciones sean muy generales, hace que nos llegue mucho más cerca. ¿Acortar palabras a la hora de escribir? Eso ha sido siempre habitual, incluso, nuestra letra Ñ procede de un símbolo que se usa para acortar la forma de escribir en el latín: en vez de poner dos N, se ponía una N con la virgulilla arriba y se convirtió en una Ñ. Eso va entrando con mucho tiempo, no son cambios que se vayan a hacerse en minutos, ni en años, ni siquiera en décadas en la lengua española, tardan siglos en introducirse a la lengua. La lengua es cambio y el cambio es lo que hace que la lengua sobreviva, es decir, si la lengua que se usaba en el siglo XII, no hubiera cambiado, pues ahora en el siglo XXI no nos pudiéramos expresar con esa lengua, tendríamos que usar otra, porque nuestra vida necesita expresar cosas que no existían en el siglo XII. Evidentemente la lengua es cambio y es inevitable y es necesario, porque si no, la lengua no sobrevive, se convierte en una lengua muerta. Y que la lengua es de la propiedad de los hablantes sin duda. A lo que debemos aspirar los hablantes es a que cada vez todos tengamos una formación mejor y seamos mejores hablantes. ¿Qué pasa con estas jergas a las que casi siempre nos referimos en las redes sociales que llegan a ser a veces un poco incomprensibles? Cada vez la escritura se está pareciendo quizás más a la oralidad. ¿Cuándo una persona se puede considerar que tiene un buen dominio del lenguaje? Cuando es capaz de adaptar su nivel del lenguaje al ámbito en el que lo está usando, es decir, que si está en un ámbito formal es capaz de usar un lenguaje formal, y si está en un ámbito coloquial, pues es capaz de usar un lenguaje coloquial. Es decir, si yo me voy a tomar una cervecita en una silla delante del colmado, no voy a hablar igual que si doy una conferencia en la Academia. Es decir, si intercambio esos dos registros, en los dos casos estaría hablando mal. Si uso el tono de la cervecita en el colmado al hablar en la palestra de la Academia, pues estaría mal y viceversa. Si uso el tono del académico en un momento de cordialidad, de coloquialismo, pues también se oye raro porque no estoy transmitiendo la forma de hablar adaptada al interlocutor. ¿Qué nos pasa ahora? Hay una forma de hablar coloquialmente, oralmente y una forma de escribir. Ahora pasamos nuestra forma de hablar oralmente a la forma de escribir, porque nos comunicamos por unos mensajes que se acercan mucho a la oralidad; por ejemplo, el wasap cada vez se acerca más a la realidad. Son mensajes que prácticamente lo que hacen es sustituir una llamada telefónica. Claro, ahí se nos ve un poco el refajo a todos, porque esa oralidad traspasada a la escritura exige un dominio de la ortografía que normalmente no tenemos. No tenemos porque quizás no nos han dado una buena formación ortográfica, quizás porque no leemos lo suficiente y probablemente por lo que decíamos al principio de que no valoramos lo suficiente la imagen que da de nosotros un mal uso del lenguaje.

 Cristal Luna: Yo tengo una pregunta. ¿Ha evolucionado la forma de redactar y de cómo construir las oraciones con esta generación? En el sentido de que antes solíamos ser más formales en la forma en la que escribíamos y yo siento que ahora se ha perdido ese romance, porque para mí la oración era romántica. ¿Sigue manteniéndose?

 María José Rincón: Claro que sí. Es decir, escribir bien sigue siendo sexi.

Cristal Luna: ¡Vuelva a decirlo, por favor! 

María José Rincón: Escribir bien sigue siendo sexi. Es igual que leer sigue siendo sexi. Es una broma pero es verdad, porque las cosas que te destacan, las cosas que te hacen mostrar tu personalidad, esos comportamientos que hacen que tú no pertenezcas a eso que hace todo el mundo, pues sigue llamando un poco la atención. Llamémosle romance, sexi, sexualidad, lo que ustedes quieran… Bueno, es una forma de llamar un poco a la atención sobre esto. La lengua, la forma de redactar, evoluciona evidentemente. La norma sigue siendo la misma, pero el estilo a la hora de redactar puede cambiar con el tiempo. En entornos formales puede admitirse en algún momento que baje el nivel de formalidad en los escritos. Un ejemplo: el lenguaje de la jurisprudencia siempre se ha considerado uno de los más formales y de los estables, de los más tradicionales y conservadores, y sin embargo ahora hay una tendencia que además es evidente y que estamos propulsando muchos, que es el lenguaje claro en el entorno jurídico, porque los ciudadanos tienen derecho a entender lo que ponen sus leyes, y entonces se propugna porque haya mayor claridad, que no quiere decir que no sea un lenguaje preciso y exacto, que debe serlo, sino que se trate de buscar que cada vez sea más claro o más comprensible para el ciudadano. Este es un movimiento. Puede servir de ejemplo para ver que la forma correcta de escribir no tiene por qué ser siempre la misma, igual que la de hablar. La forma correcta de escribir tiene que adaptarse. 

Zoila Luna: Esta forma correcta que tiene que adaptarse, ¿La RAE no acepte el lenguaje inclusivo de ellos/ellas, ciudadanos y ciudadanas? 

María José Rincón: Evidentemente la duplicación genérica no está en el sistema de la lengua. Yo no puedo hablar por la RAE, puedo hablar por mí como doctora en filología y como académica. A mí personalmente me resulta absolutamente ridículo. Yo creo que las mujeres tenemos por delante unos retos extraordinarios todavía, que de hecho se demuestran día a día en cada una de las noticias que leemos en cuanto a violencia machista, en cuanto a discriminación por razones de sexo, y me parece que cuando las mujeres consigamos cambiar eso, si el lenguaje cambia (porque el lenguaje cambia con la persona, no es al revés), la lengua se adaptará. Ahora, la duplicación genérica tiene mucho de poca comprensión de cómo funciona el sistema de la lengua. Es uno de los tantos ejemplos de debates que se producen en la sociedad que demuestran que a la gente no se le está enseñando correctamente la lengua española, porque desconocemos mucho cómo funciona el sistema de la lengua. Siempre se ha dicho, cuando tú abrías un máster en cualquier sitio y decías “señoras y señores” o decías “damas y caballeros”, pues en un entorno concreto existe esa duplicación de género, pero esa duplicación es imposible mantenerla mucho más allá de dos párrafos y, además, es absolutamente innecesario. Yo me acuerdo, comentando con las académicas de la Real Academia y de las Academias de la Lengua Española en el mundo, que son 22, hablando con las académicas nos daba la sensación de que ese masculino no marcado puede darles a ciertas mujeres la sensación de que no se les está incluyendo, pero realmente el sistema de lengua no funciona así. Eso tiene que ver con el conocimiento de la historia de la lengua. Evidentemente hay tendencias fundamentalmente políticas y ya saben lo que generalmente suelen llevar aparejado esto, que tratan de imponer un llamado “lenguaje no sexista”, simplemente por la duplicación del género gramatical. Sin embargo, a mí lo que en verdad me preocupa no es el género gramatical, a mí lo que de verdad me preocupa es que la lengua se use para transmitir contenido sexista. Yo creo que por ahí es que está nuestro verdadero reto, que la lengua la usemos correctamente, que firmemos a las mujeres de forma que sean dueñas de su propio idioma, que sean capaces de expresarse como buenas ciudadanas y las mujeres van a conseguir romper ese ciclo cerrado de discriminación a la que han estado sometidas durante muchísimos siglos, pero eso no se va a conseguir con la duplicación genérica, que es un mecanismo gramatical que cada lengua lo aplica de una manera diferente y que no tiene que ver con sexismo, sino que tiene que ver con género gramatical. A veces esa falta de comprensión de cómo funcionan las lenguas, nos lleva a malos entendidos y a que estemos empezando la casa por el tejado.

 Zoila Luna: Gracias por liberarme, María José, porque me resulta bastante cuesta arriba. 

María José Rincón: Esto es absolutamente inviable. Yo siempre pongo este ejemplo. Hay un académico, Fabio Guzmán Ariza, que es un gran jurista y que escribió un libro que se llama El lenguaje de la Constitución Dominicana, en el que hace un análisis de todas las faltas ortográficas que hay en nuestra Constitución, que son muchas además. Muchísimas, no son una ni dos, y graves a veces, porque tienen consecuencias jurídicas, son cosas que no están bien expresadas y que automáticamente se han convertido en uso frecuente. 

Cristal Luna: Y que la gente no entiende que en casos específicos sí tiene consecuencia jurídica una mala redacción.

María José Rincón: Exactamente. Entonces, por ejemplo, en el caso de la duplicación del género gramatical, pues en el enunciado de la ley o del artículo, en la primera línea se hace la duplicación y después no se mantiene en todas las demás, porque es imposible de mantener porque la lengua no funciona así. Yo insisto, a veces son muchos más los académicos hombres que las académicas mujeres, pues a veces se entiende que cuando un académico hombre está luchando contra esta desdoblación genérica, parece como si fuera una perpetuación del machismo, pero realmente si lo hablas con cualquiera de las académicas mujeres, están igual y dicen: “Cualquiera que haya estudiado el sistema de la lengua española, sabe que eso impuesto es imposible de mantener”. Eso podrá cambiar con los siglos, pero de momento, no va a cambiar por una imposición, sobre todo, yo creo que perdemos mucha energía hablando esta serie de disparates lingüísticos cuando hay tantas cosas realmente trascendentes en las que debemos implicarnos: en la formación correcta de las mujeres, ya que la formación correcta de la mujer repercute también en la formación de las hijas y, por lo tanto, en la mejora de las próximas generaciones. Hay muchísimas cosas por las que preocuparnos en lugar de hacerlo por el desdoblamiento genérico,  sobre todo, que cuando los que muchas veces defienden el desdoblamiento genérico no saben usar correctamente la lengua. 

Zoila Luna: ¡Oh Dios! Gracias, María José. Hablar contigo siempre es agradable. Yo vuelvo a hacer la misma sugerencia que hice la primera vez que hablé contigo. Creo que los que hacemos comunicación tenemos una cuota de responsabilidad con nuestra audiencia y una cuota de responsabilidad que puede ser perfectamente bien utilizada si te tenemos con nosotras con más frecuencia para que hagamos un uso correcto de la lengua. 

María José Rincón: Tú me estás liando, Zoila. Eso que tú me estás haciendo se llama “liar a alguien” (Risas). Eso que dices es verdadero. El comunicador tiene una responsabilidad grandísima en muchos aspectos, por ejemplo, habían empezado el programa hablando de vacunación, por ejemplo, la divulgación científica. Todo lo que es divulgación de la ciencia y en esa ciencia incluyo la ciencia del lenguaje, es fundamental, sobre todo, porque llegan a mucha gente a la que de repente nadie les ha contado que leer es sexi, que es bueno leer para aprender más vocabulario, que da una buena imagen personal el hecho de usar correctamente la lengua. Ese tipo de cosas llegan mucho más desde los medios de comunicación, que son más cercanos al público que quizás desde la palestra académica. 

Zoila Luna: Bueno, yo dejo la propuesta, María José. Mi intención no es liarte.

María José Rincón: Yo con muchísimo gusto. a través del Instituto de Lexicografía que estoy dirigiendo ahora y colaboro con Fundéu Guzmán Ariza, que precisamente nació de esa idea de ayudar a los comunicadores. ¿Por qué? Porque el comunicador necesita que le resuelvan esas dudas para ese titular que va a sacar, para esa parrilla de salida en ese programa de radio de cómo se dice una cosa correctamente o cómo se escribe y no puede esperar a que los académicos les asistan.

(Santo Domingo, 1 de junio de 2021, programa radial Solo para mujeres con Zoila Luna).

 

BRUNO ROSARIO CANDELIER DIALOGA CON ESCRITORES DOMINICANOS

LOS HABLANTES Y EL ESTUDIO DE NUESTRA LENGUA

Bruno Rosario Candelier dialoga con escritores dominicanos

 

Tertulia Virtual Miercoletras con Juan Matos, Rhina Espaillat, Mercedes Cabral, Juan Freddy Armando, Rosina Anglada, Ana Marchena, José Reyes, Lorenzo Araujo, Eugenio Marcano, Asdróbel Tejeda y Ofelia Berrido. En la plataforma Zoom, 7 de julio de 2021.

 

Bruno Rosario Candelier: Me da mucho gusto conversar con ustedes. 

Juan Matos: Un abrazo desde Usa, don Bruno. La fiesta es nuestra de tenerlo a usted.  

Rosina Anglada: De Santo Domingo, Buena noches, me alegro verle bien, don Bruno.  

José Reyes: Don Bruno, ¿cómo están las actividades por allá?  

BRC: Ahora no son frecuentes, como antes, por la situación pandémica. Pero se organizan algunas actividades virtuales para dar continuidad a una labor que todo indica que deja su huella. Se han hecho unas cuantas actividades virtuales porque las actividades presenciales se han suspendido en todas partes, en todas las áreas del saber, en todas las disciplinas.    

José Reyes: Y en esto, esta plataforma de Zoom ha jugado un papel muy importante.  

BRC: Ha sido clave para mantener la comunicación. Y se han dictado múltiples conferencias, encuentros, diálogos y conversatorios mediante esta plataforma. Imagínate tú si no existiera. El aislamiento hubiera sido mucho mayor.  

Rosina Anglada: Nos ha hecho ganar amigos. Ha sido múltiple el beneficio de las redes.   

BRC: Ciertamente, los medios electrónicos han cobrado más fuerza en esta etapa porque ha permitido que la gente siga comunicándose. ¿Ustedes se imaginan esta pandemia sin los medios electrónicos? Porque no es la primera vez que hay una pandemia en el mundo; pero cuando no existían los medios electrónicos de comunicación el aislamiento era completo.  

José Reyes: Cuando empezó la pandemia, don Bruno, que empezamos a reunirnos a través de Zoom, me trajo a la memoria la segunda vez que Melquíades llegó a Macondo, en Cien años de soledad, que llevó un catalejo. Y él decía que «el hombre ha acortado la distancia» y que «muy pronto podremos ver cualquier parte del mundo estando en el mismo lugar».  

BRC: Se anticipó a la tecnología.  Porque cuando escribió eso, no existían estos medios de comunicación, excepto el radio y la televisión. Quiere decir que los escritores, casi siempre, se han anticipado a los descubrimientos científicos en virtud de su luminosa intuición.  

José Reyes: Eso es así. Hay otra cosa también, que Buendía decía —en este caso Gabriel García Márquez-  que él había descubierto el secreto de Nostradamus.  

BRC: Su gran imaginación le dio prestigio internacional, esa capacidad de invención. Es admirable que él reconocía la inmensa, la grandiosa imaginación que se le atribuía, aunque él decía que no era tanta, como creía la gente. A mí mismo me lo dijo una vez, en una entrevista que le hice en Barcelona: que lo que ha pesado más en él, fue recordar las historietas y los cuentos que le contaban en su niñez sus familiares. Entonces, tuvo mucha memoria, ciertamente, para recordar esas historias que las había escuchado en la infancia, y capacidad para recrearlas. Claro, no se puede descartar su gran imaginación.  

Rhina Espaillat: Desde USA. La memoria es gran parte de lo que uno es. Uno es lo que recuerda. Yo cierro los ojos y veo La Vega cuando tenía cinco años.   

BRC: ¡Excelente memoria la suya! Hay un tipo de memoria que a menudo usamos. Yo le llamo «memoria vicaria». La memoria vicaria es la experiencia ajena que almacenamos en nuestra mente. Es decir, cuando aprovechamos cuentos, historias, vivencias de otros y las asimilamos y convertimos en propias, esa es la «memoria vicaria». Una vez, conversando con Marcio Veloz Maggiolo, le hablé de la memoria vicaria y a él le llamó la atención. Marcio fue un escritor poseedor de una gran memoria, y valoró la memoria. De hecho, escribió sobre la memoria y reconoció ese concepto mío sobre la «memoria vicaria».  

Rhina Espaillat: Cuando uno lee una cosa tan bien escrita que se vuelve experiencia y no lectura, a uno le parece que lo ha vivido. A mí me pasó eso con las cosas que pasan en los libros de Homero. Por ejemplo, la muerte de uno que «le pasó la lanza por el cuello y el alma salió por detrás por donde salió la lanza y el alma estaba diciéndole adiós a la vida y al mundo». Y yo digo «eso yo lo viví».  

Juan Freddy Armando: Buenas noches, para mí es un placer esta noche estar en esta tertulia especialísima dedicada a ese genio de la literatura dominicana, que es el doctor Bruno Rosario Candelier.               

BRC: Muchísimas gracias, Juan Freddy, con tu presencia, todos vamos a aprender. Tú tienes una gran sabiduría, una enorme experiencia y un talento creador.   

Juan Matos: Don Bruno, el doctor Lorenzo Araujo es un escritor dominicano, residente también acá en los Estados Unidos, en Oklahoma. Se acaba de unir.

Lorenzo Araujo: Un saludo y abrazos a todos. Venimos preparados para disfrutar, como siempre, este concierto en esta tertulia. 

BRC: Sí, es un concierto, porque hay muchas voces. Y cada uno hace su aporte.  

Lorenzo Araujo: Bastante rico, señor Bruno.  

BRC: Esa es la grandeza de la palabra.  

Juan Matos: Debo darles las gracias a todos ustedes por sus parabienes y las oraciones.  

Mercedes Cabral: Buenas noches, Eugenio.  

Eugenio Marcano: Saludos, don Bruno y a todos los presentes.   

Rhina Espaillat: Don Bruno, ¿no le parece que esto es cosa como de brujería?  

BRC: La alta ciencia y la tecnología tienen algo de eso. Los científicos de la física cuántica han dicho que dentro de la misma materia hay un movimiento que parece de fantasmas.  

Juan Freddy Armando: Bruno, una de las maravillas de doña Rhina es que, teniendo casi cien años, conserva su juventud.  

BRC: Esa es una gracia y un don divino.  

Juan Freddy Armando: Se mantiene juguetona, vivaz, simpática, alegre. Es iconoclasta.  

Rhina Espaillat: Cuidado con eso, yo tengo que buscar un diccionario.   

Juan Matos, palabras de bienvenida,  Pues bien, muy buenas tardes, bien amados hermanos de las letras y las artes, bienvenidos a su Tertulia Miercoletras. Esta es la versión correspondiente al miércoles 7 de julio de 2021. Y como siempre nos regocijamos al tener la oportunidad de compartir con ustedes fechas memorables. Y esta, naturalmente, es una de las fechas memorables de la Tertulia Miercoletras porque tenemos el privilegio de valorar entre nosotros al maestro y mentor don Bruno Rosario Candelier. Muy bienvenido a la Tertulia Miercoletras, nos sentimos altamente honrados de tenerle, don Bruno. Y sé que vamos a gozar mucho de esa cantera de conocimiento que siempre usted ofrece. Y nuestro bien amado hermano Juan Freddy Armando, la hermana Mercedes Cabral y Rosina Anglada tendrán el timón de esta barca alegre que va a caminar, sin dudas, va a navegar, sin dudas, va a bogar, sin dudas, en aguas de sapiencia.

 

Juan Freddy Armando,  Buenas noches. Para mí es un gran honor y un gran placer introducir esta Tertulia Miercoletras con Bruno Rosario Candelier, una persona a la que admiro como un genio del conocimiento. Cuando le digo genio del conocimiento es porque es un excelente creativo en las letras, con sus novelas, con sus estudios críticos, con sus ensayos; y porque es un científico del análisis literario. Vamos a decir que es nuestro otro Pedro Henríquez Ureña. Un hombre con una cultura inmensa, con un criterio de análisis científico de los textos literarios, como son los grandes críticos que ha tenido nuestra lengua y que ha tenido el mundo. Y, al mismo tiempo, es un gestor cultural que ha desarrollado una enorme actividad de motivación de jóvenes y de adultos hacia el trabajo literario a través del Ateneo Insular (digo a través del Ateneo Insular, después de formarse el Ateneo Insular, pero antes de eso se pasó su vida estimulando el trabajo creador de la gente). Pero, aparte de eso, es el director de la Academia Dominicana de la Lengua; pero no un simple director, sino que es uno de los más apreciados estudiosos de las palabras, reconocido tanto en España, por la Real Academia Española, como por la Asociación de Academias de la Lengua Española. De manera que nos representa dignamente ante el mundo de la lengua castellana, con su capacidad, con su calidad, con su conocimiento. Pero, aparte de todo eso, Bruno Rosario Candelier es un ciudadano siempre preocupado por los problemas culturales, estéticos y espirituales de nuestro país y siempre ha estado en primera fila ante el enfrentamiento de los problemas que ha tenido nuestro país. De manera que, para mí, Bruno es uno de los líderes que yo aprecio, distingo y sigo. De manera que hoy me siento sumamente feliz de introducir esta tertulia porque lo considero un genio del conocimiento, de las letras, de la creatividad, de la crítica y, como ciudadano de nuestro país, un ciudadano ejemplar. Eso quiero yo decir para introducir esta tertulia y les dejo a ustedes la palabra.

—Juan Matos: Muchísimas gracias, bien amado Juan Freddy. Qué bueno que Juan Freddy nos ha hecho una magnífica introducción de don Bruno. Y yo quiero dejar en manos de don Bruno que, por favor, empiece con este espacio que es suyo, Miercoletras.

 

Palabras de don Bruno Rosario Candelier  

Muchísimas gracias, Juan Matos, por esta honrosa invitación. Naturalmente, me siento conmovido con las generosas palabras, con las hermosas palabras de Juan Freddy Armando. Trataré de no defraudarlos ya que Juan Freddy dijo cosas muy elevadas de mí. Y entonces, cuando ocurre eso, no siempre el disertante satisface las expectativas. Pero, bueno, lo importante es que hay una motivación y ustedes están interesados al participar en este tertulia literaria de Miercoletras.

Cuando se hace uso de la palabra y cuando se participa en una actividad en la que hay interesados en una determinada temática, siempre algo queda, por el ejemplo que ocurre cuando alguien tira un guijarro o una piedra sobre el haz del agua en un estanque, una piscina o un río, pues al caer el guijarro sobre el agua genera movimientos concéntricos que van en expansión mediante ondas expansivas. Y eso pasa con la palabra. Cuando se hace uso de la palabra con el propósito de edificar o de orientar, deja una huella positiva. De ahí la dimensión intelectual, ética y estética de la palabra, que es importante tomar en cuenta, porque se debe hacer uso de la palabra para edificar, orientar, estimular, y desde luego para motivar la vocación creadora mediante la palabra. Porque hay muchas personas que tienen talento para la creación y no se atreven a canalizar ese talento, por diversos factores, sobre todo por falta de consciencia o por falta de convicción de que tienen talento. Yo conozco personas que tienen alto talento creador, sin embargo, no se atreven a plasmarlo porque no tienen la convicción de su talento o carecen de la fe para saber que pueden aportar. Es decir, se necesita tener fe en uno mismo, fe en el propio talento creador y fe en la capacidad para hacer uso de la palabra y testimoniar el punto de contacto que todos tenemos del universo. A todos se nos ha dado un punto de contacto con el universo. Yo estoy convencido de que, cuando una persona tiene consciencia de su punto de contacto con el universo puede testimoniar lo que percibe y en tal virtud puede desarrollar su talento creador porque puede plasmar lo que percibe del mundo. Por eso, cada escritor hace un aporte. Todos los escritores, sin importar el nivel de su formación intelectual, todos pueden hacer un aporte cuando dan el testimonio de su propia percepción del mundo, el testimonio de sus intuiciones, pues la intuición es clave para percibir el sentido profundo de la realidad, digamos, la dimensión oculta y trascendente de lo viviente y, desde luego, cuando dan el testimonio de sus propias vivencias.

Nosotros tenemos el poder de la palabra, y lo que la palabra representa es otro nivel de la realidad, una dimensión diferente de la realidad real, que podemos llamar la realidad verbal. La realidad verbal tiene una plataforma singular creada por los propios hablantes. Eso es un fenómeno milagroso decirlo, pensarlo y hacerlo: las personas creamos una plataforma verbal cuando hablamos, escribimos o creamos con las palabras. Y esa creación se plasma en la escritura, en la obra de arte y en la obra de ciencia, en la obra de pensamiento o de espiritualidad. Entonces, celebrar un encuentro como este nos permite reflexionar sobre el rol de la palabra y tener consciencia de los hermosos dones espirituales que hemos recibido. Las personas tenemos la suerte de tener dones inmensos, pero a menudo no tenemos consciencia de la importancia de esos dones. Porque no solo recibimos el don de la vida, sino también el don de la palabra, de la intuición y de la creación. Y eso es hermoso saberlo y disfrutarlo. Los escritores tenemos la posibilidad de testimoniar lo que percibimos mediante la palabra. Y es hermoso tener consciencia de esos dones admirables que nos distinguen y enaltecen.

—Juan Matos: Qué bueno que tenemos la oportunidad de reafirmar esos dones que hemos experimentado en distintas etapas de nuestras vidas, sobre todo en la etapa de formación. Yo le agradezco a don Bruno Rosario Candelier por esta magnífica introducción. Y reitero que yo sentí de primera mano ese aliciente, de manos de su hermano, que fue mi maestro de español en Barahona, don Ángel Rosario Candelier. Yo sentí esa entrega, ese afán por motivar a los jóvenes que manifestamos interés por la literatura. Cambió mi vida haber pasado por las manos de don Ángel Rosario Candelier.

—BRC: ¡Oh qué bien! Me alegra saberlo.

—Juan Freddy Armando: Juan, quiero que me permitas leer del libro Metafísica de la conciencia/El Logos en la pantalla del Cosmos, de Bruno Rosario Candelier, a propósito de lo que Bruno dijo de la intuición, lo que él dice en la página 295 de ese libro: «La palabra intuición viene de las expresiones latinas intus ire. “Intuir” significa ‘ir dentro’, ‘penetrar’, que es lo propio del poder de la mente con que venimos a la vida, atributo que llamamos intuición, el más grande poder del ser humano, porque mediante la intuición podemos conocer lo que sensorialmente no perciben nuestros sentidos corporales, ya que esos sentidos perciben lo que se ve, se oye, se huele, se saborea o se tacta, pero hay manifestaciones de la realidad que van más allá de esos datos sensoriales». ¡Oye, qué observación más inteligente!

-Rosina Anglada: Doctor Bruno, ¿en qué momento de su vida usted tuvo ese impulso hacia las letras? ¿Dónde bebió, en qué fuentes fue su inspiración? ¿Si desde niño comenzó este andar en las letras? ¿Era asiduo visitando bibliotecas en Moca, su pueblo natal?                                               

—BRC: Fíjate, Rosina. Cuando yo tenía trece o catorce años cayó en mis manos un libro que me impactó. Ese libro se llama La República Dominicana: Directorio y guía general, de un autor de Santiago de los Caballeros, Enrique Deschamps, hermano del famoso orador Eugenio Deschamps. E libro de Enrique Deschamps, que publicó en Barcelona en 1907, tiene un capítulo titulado «Los movimientos literarios». Cuando leí ese capítulo me impactó por la exaltación que él les daba a los escritores famosos de la época, sobre todo de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, por ejemplo, a Manuel de Jesús Galván, Fernando Arturo de Meriño; aCésar Nicolás Penson, Emiliano Tejera, Federico García Godoy y Pedro Henríquez Ureña y su hermano Max —quienes entonces eran muy jóvenes, pero ya eran figuras conocidas—; y exaltaba también a otras grandes figuras literarias de finales del siglo XIX, como Salomé Ureña, José Joaquín Pérez y Fernando Deligne, creadores que son pilares en las letras dominicanas; y cuando leí esa exaltación a esos notables escritores, me surgió la idea de dedicarme a la literatura, de consagrarme al cultivo literario. Y quizás con cierta dosis de vanidad tuve el deseo de «ser como uno de esos escritores». Ese detalle fue significativo para mí, de tal manera que, cuando en el año 1986, Cándido Gerón, que entonces era el director de la Biblioteca Nacional, publicó decenas de libros, y entre esos libros publicó uno mío, titulado Ensayos literarios, y cuando lo presentó dijo de mí que yo llenaba el vacío que habían dejado en el pasado los escritores que, justamente, mencionaba Enrique Deschamps, es decir, Galván, Meriño, García Godoy, los Henríquez Ureña, esos grandes escritores del pasado. Y eso me emocionó mucho, porque justamente, al evocar las honrosas menciones de esos escritores y compararme con ellos, pues, naturalmente, era un gran halago. Aunque no queramos reconocerlo, los escritores tenemos un yo que se emociona cuando nos reconocen. Pero, desde luego, lo más importante es lo que uno puede hacer y el aporte que uno puede realizar a través de la palabra a favor de los demás. Entonces, para responder la segunda pregunta de Rosina, efectivamente cuando yo era un jovencito, asistía a la biblioteca pública de Moca. Yo me crie en el campo, bueno, sigo siendo un campesino. Y lo digo con orgullo, porque asimilé la cultura campesina dominicana. Y digo que la asimilé porque en una de las sesiones académicas de la Real Academia Española en Madrid, ante esa pléyade de eminentes lexicógrafos, gramáticos e intelectuales españoles, cuando me correspondió dar el testimonio de palabras dominicanas, entonces recordé voces criollas que yo había escuchado cuando me crie en el campo y, desde luego, voces que forman parte del léxico dominicano, y pude introducir unas cuantas palabras en el Diccionario de la lengua española, lo que me produce una gran satisfacción. Le quiero decir a Rosina que cuando vivía en el campo solía ir con frecuencia a la ciudad de Moca, que sigue siendo un pueblo, pero para uno criado en el campo, ver calles, escuelas, iglesias, librerías, tiendas y, sobre todo, biblioteca, eso era una sorpresa para mí. Entonces, yo entraba a la biblioteca, y leía periódicos, revistas y libros. Sentía una curiosidad especial por esas cosas. Y eso, naturalmente, sentó la base para el desarrollo intelectual. Porque es la lectura, además de la observación de la realidad, la clave para lograr el desarrollo intelectual, estético y espiritual.

Entonces, esas lecturas en esa pequeña biblioteca de Moca, me ayudó. Pero además tuve un padre que leía. Mi padre era zapatero, pero era un gran lector; en sus ratos de ocio, lo veía leyendo un libro, un periódico o una revista. Él nunca me dijo a mí que leyera. Y un buen día comencé a leer. ¿Fruto de qué? Fruto del ejemplo que vi en mi padre. Por eso, la mejor enseñanza que podemos dar es con el ejemplo, porque los hijos imitan lo que ven de sus padres. Y yo veía que mi padre leía y entonces, inductivamente, deduje que para algo servía leer y, efectivamente, así es. Entonces, todas las lecturas, vivencias y reflexiones ayudan, Rosina, porque son múltiples los factores que influyen para que una persona se desarrolle intelectual, estética y espiritualmente.

—Rosina Anglada: Muchísimas gracias, doctor Bruno Rosario. Queremos poner de manifiesto en esta tarde su talante y su preeminencia, que lo acreditan como un gran humanista, y que su prolífica actividad intelectual es destacable, con más de sesenta publicaciones, eso indica que es muy fructífera su consagración al trabajo creador. Me llamó la atención que usted dice que todos los ambientes ayudan a ese desarrollo personal y profesional; que usted trabajó también en un colmado, no sé si es cierto (—BRC: Sí, es cierto); que trabajó en diversas actividades, y que todos esos entornos fueron espacios de aprendizajes que lo llevaron a la inspiración. Lo felicito, de verdad, por esa gran actividad, no sé cómo se reparte tanto tiempo (Y ya que conozco la opinión de sus discípulos, uno de ellos está aquí, Julio Rafael Anglada, que le ha dedicado una poesía muy hermosa; igualmente Anam Fiallo), cómo usted distribuye su tiempo de una manera tan acertada para apoyar a tantos jóvenes en este mundo literario. De verdad que sí es un placer enorme contar con usted, en esta noche, don Bruno, por esta vía electrónica.

—BRC: Muchas gracias, Rosina. Realmente todo ayuda. Todo contacto con la realidad siempre es útil. Y, claro, son muchos los influjos que recibimos a diario. Pero lo más importante para el mundo intelectual, científico y artístico, es lograr algo que yo logré. ¿Ustedes saben a qué me refiero? A la disciplina. La disciplina es clave. Hay muchas personas que no logran hacer un gran aporte, no por falta de talento, ni por falta de motivación, sino por falta de disciplina. Y la disciplina se adquiere, no es tan difícil conseguirla para el desarrollo intelectual. Es fundamental, primero, para uno formarse a sí mismo, para formarse con propiedad, con rigor; para no decir o escribir disparates, por ejemplo. Desde el principio, cuando comencé a escribir, siempre le puse atención a decir la verdad, a vivir la verdad. Porque a veces uno lee cosas, que uno siente que son disparates. ¿Cómo se evita escribir disparates? Para lograrlo hay que desarrollar lo que se llama raciocinio, indispensable para hablar o escribir con criterio, que es la capacidad del intelecto para adecuar lo que se piensa con la realidad, adecuarlo a la realidad. «La realidad es la verdad de las cosas», decía santa Teresa de Jesús. Entonces es importante la formación intelectual con disciplina, con rigor y con criterio. Y no es necesario leer demasiado, como cree la gente. Lo importante es saber leer, leer bien, aunque no se lea mucho. Es más importante leer bien, que leer mucho, y no leer mucho sin leer bien.

Ana Marchena: Desde Puerto Rico. Buenas noches, Juan Matos, Rosina, Juan Freddy, y a todos los que nos acompañan, pero muy especial a don Bruno a quien puedo decir que lo que soy hoy se lo debo en gran medida a él, porque siendo una jibarita en la lingüística acudí a la República Dominicana a hacer mi estudio, que fue mi tesis, y se la presenté a él en la Academia Dominicana de la Lengua, y cuando él la lee, pues entablamos un intercambio que marcó mi vida. No sé si recuerda, don Bruno.

—BRC: Claro que lo recuerdo, Ana querida, y quiero subrayar un dato específico porque te estoy viendo a través de la pantalla: tienes una hermosa apariencia. Te ves muy bien.

—Ana Marchena: Gracias. Cuando don Bruno me conoció tenía el pelo cortito. Y entonces recuerdo que, en su entrevista, ante el augusto director de la Academia, yo estaba un poco nerviosa ante esa presencia de ese gran intelectual; y él haciéndome preguntas, y yo me sentía que estaba en un banquillo pasando una prueba bien dura, bien difícil.

—BRC: Y pasaste muy bien la prueba… Pero lo que dijiste sobre la augusta presencia del director, no le doy mucha importancia ya que un cargo es algo transitorio.

—Ana Marchena: Claro, pero se crea un aura alrededor de la persona, y uno, pues de verdad, lo siente, lo palpa. Yo sentía esa aura sobre usted, tan fuerte.

—BRC: Gracias, Ana.

—Ana Marchena: Recuerdo una de esas conversaciones cuando él me dice: «Pero, ¿tú escribes?». Y digo: «Bueno, sí, yo escribo, ahí está mi tesis. Y yo quiero que usted pase juicio por ella, porque usted es uno de los lingüistas e intelectuales dominicanos más destacados». Y dice: «¨Pero yo quiero saber si tú escribes otra cosa».

—BRC: Sí, pensaba, entonces, en poesía y ficción. Y, efectivamente, tú me demostraste que sí. Porque, luego yo te prologué tu libro de poesía.

—Ana Marchena: Así es. Y entonces, ¡a mí me dio un miedo!

—BRC: El apoyo que yo te di a ti, yo siempre he tratado de darlo  a todo el que se acerca a mí en busca de ayuda. ¿Por qué? Porque yo siento que todo el que comienza, necesita un respaldo, el espaldarazo de quien haya transitado cierto camino y que pueda orientarlo.

—Ana Marchena: Claro. Yo se lo agradezco mucho porque fue así. Lo siento como mi mentor. Y Juan Matos, para hacerles el cuento largo corto, Juan Freddy y Rosina, me insistió meses después que le enviara mis escritos de poesía y ¡yo tenía un pánico! Y yo decía: «Pero yo no le puedo mandar esos disparates a este señor». Y don Bruno seguía preguntándome: «Pero, niña, ¿cuándo me vas a mandar…?». Y yo: «Ay, Dios mío». Hasta que un día dije: «Bueno, se los voy a enviar». Y cuando él las recibió, wao, me hizo una crítica que me estimuló realmente…Bueno, finalmente, don Bruno me prologó mi tesis que es La doble negación del español dominicano, con un comentario maravilloso; y me presentó el libro en la Academia Dominicana; y vino a Puerto Rico a presentármelo en la Academia Puertorriqueña de la Lengua en San Juan; después coincidimos en algunos congresos en la Academia de la Lengua.

—BRC: Hicimos un congreso del Movimiento Interiorista del Ateneo Insular allá también en Puerto Rico en tu tierra, en Morovis.

—Ana Marchena: Vinieron Emilia Pereyra y Pura Emeterio, wao, vinieron como quince.

—BRC: Además, asistieron José Luis Vega, el director de la Academia Puertorriqueña de la Lengua, y la más grande escritora mística de América, Luce López-Baralt.

—Ana Marchena: Así es. Además de intelecto y poesía y literatura, comieron moro y concón raspado. Pasamos una velada maravillosa en mi casa; durmieron allí toda esta gente como tres días, y fue una experiencia maravillosa. Y yo quiero aprovechar, para darte las gracias por tu apoyo, Bruno, tu generosidad, tu tiempo de leer, de construir una crítica maravillosa, de estimular a los que no somos conocidos para que caminemos por este viacrucis que es la literatura. Así que gracias y besos y muchísimas bendiciones.

—BRC: Gracias, Ana Marchena. ¿Pero por qué tú dices viacrucis?

—Ana Marchena: Bueno, porque uno tiene detractores. Tiene gente que te apoyan, pero es un viacrucis porque te tiran, te flagelan, te tiran piedras y te tiran flores.

—BRC: Mira, Ana, todo el que hace un aporte, tiene gente que lo admira y gente que lo atacan. Entonces, sigue hacia delante. Porque las piedras se las tiran al árbol que da buenos frutos. ¿Quiénes tiran las piedras? Los resentidos, envidiosos y frustrados. Haz tu trabajo y olvídate de quienes te atacan. Eso indica que vales.

—Ana Marchena: Gracias, muchas gracias, don Bruno. Así que mi agradecimiento eterno, mi cariño, mi respeto y mi admiración hacia ti siempre.

—BRC: Muchísimas gracias, Ana Marchena, igualmente para ti.

-Eugenio Marcano: Don Bruno, encantado de verlo por este medio. Yo soy una persona externa al círculo de la literatura, y por eso hago preguntas, a veces, medio raras. Pero quiero referirme a algo que usted mencionó de unas palabras dominicanas que usted consiguió que fueran incorporadas al Diccionario de la lengua española. ¿Pudiera darnos algunos ejemplos de esas palabras?

—BRC: Voces dominicanas son “mangú”; “chiripero”, “pariguayo”. Hay muchas palabras dominicanas que usamos con frecuencia y uno no se da cuenta que de es un aporte idiomático del hablante dominicano a la lengua española. Fíjate las palabras de origen taíno, por ejemplo “canoa”, “huracán”, “changüí”. Hay palabras que nosotros creemos que son comunes y corrientes de la lengua española, y de hecho lo son porque forman parte de nuestro vocabulario, del léxico del español dominicano, que es una variante de la lengua española en América; pero hay voces que las usamos con exclusividad los dominicanos, como ocurre en todos los países, porque las voces propias de cada país las tienen todos los países hispanoamericanos: Colombia, México, Argentina, Uruguay, todos los países.  Entonces, además de la lengua general, que es el idioma que entendemos todos los hablantes del mundo hispánico, cada porción de una comunidad de hablantes crea su propio lenguaje en el sentido de que hace un aporte léxico diferente. «Medalaganario», por ejemplo, fue una de las palabras que presenté, y que Ignacio Bosque, el ponente principal de la Gramática de la lengua española comenta como un ejemplo de una combinación léxico-gramatical del español dominicano. «Medalaganario» es una construcción dominicana, que viene de «me da la gana»: «medalaganario» y «medalaganariamente», que significan ‘caprichoso’ o ‘antojadizo’, y “de manera antojadiza”, respectivamente. Y así hay muchas voces que tienen un significado peculiar en nuestro país. La palabra «guagua», nos parece natural que los hablantes de todo el mundo hispánico la entiendan como la entendemos nosotros, es decir ‘un vehículo que da un servicio público a pasajeros’. Eso es una guagua en nuestro país. Pero en Chile, «guagua» es un ‘bebé’. Cada país crea su léxico propio con un significado peculiar o le asigna a una palabra de la lengua un significado particular. Las palabras que creamos los dominicanos son «dominicanismos léxicos» y las palabras de la lengua española a las que les endosamos un significado particular son «dominicanismos semánticos». Entonces, eso es parte de la riqueza de los hablantes, y todos los hablantes en todo el mundo hispánico hacen ese aporte. Cada variante de la lengua española en el mundo hispánico tiene aportes léxicos y semánticos muy importantes.

-Eugenio Marcano: ¿Qué criterio tiene la Academia de la Lengua para admitir una palabra?

—BRC: Tiene varios criterios. Para admitir una palabra propia de un país exige que se use en, por lo menos, tres países. ¿Sabes por qué? Porque si cada Academia de cada país le propone decenas de términos de sus respectivos países, habría que hacer un diccionario de cinco mil páginas, lo que no es conveniente. Por eso cada país debe crear su propio diccionario. Es decir, nosotros, en República Dominicana creamos el Diccionario del español dominicano, como lo ha hecho Puerto Rico, con la creación del Diccionario del español puertorriqueño, que también lo tienen México, Nicaragua, Colombia, Chile, Argentina y los otros países americanos. Una colección de una buena representación de voces americanas aparece en el Diccionario de americanismos. Es decir, cada país de América ha creado su propio diccionario. Y eso es lo que se llama un diccionario la «lengua local» con los vocablos de su habla, que constituye una variante de la lengua española en América, como también existe en Asia y en África. En el Diccionario de americanismos hay una gran representación de las voces locales de cada uno de nuestros países, porque el Diccionario de la lengua española, que comprende las voces de la lengua general, solo recoge unas 95,000 palabras, ya que no puede incorporar todas las voces de las lenguajes locales, porque se necesitaría un diccionario de seis mil páginas.. O habría que hacer varios volúmenes. Con ese criterio de que se use en tres países, pues, se frena la entrada de determinadas palabras al diccionario académico.

Asdrovel Tejeda: Me place, señor Bruno Rosario Candelier, saludarlo. Complacido por el trabajo que ha venido usted haciendo desde la dirección de la Academia Dominicana de la Lengua. El idioma, que es un ente vivo, muy vivo y cambiante (servil, a veces, por lo que se debe tener alguna contención), es, mucho antes que las coordenadas geográficas, lo que define un país, lo que unifica un país; porque es, en gran medida, lo que nos da la manera de poder comunicarnos, y la comunicación es la primera prioridad de una nación: la que nos lleva a la cultura, la que nos define, incluso, en los órdenes religiosos, sociales y políticos. Últimamente he visto con mucha preocupación la introducción de diferentes palabras en el argot cotidiano del dominicano. Otros, a través de la emigración, que han llevado palabras tratando de insertarlas en las conversaciones diarias. Y en los pueblos cercanos a la frontera veo con grave preocupación que se usan, junto con el español nuestro, palabras de nuestra vecina nación, creando un nuevo lenguaje. Eso me llena de preocupación porque es una manera de ir desintegrando la nación dominicana. A este tenor: ¿Qué hace la Academia para contener eso? ¿Qué hace para tratar de paliar y sacar las palabras que, como «teteo», son de consumo diario, sobre todo por un sector que no tiene gran educación, que su manejo del lenguaje no pasa de ochocientas palabras, y entonces introduce elementos nuevos, como una manera de hacerse notar?

—BRC: Tienes razón en tu preocupación, y te felicito por tu inquietud idiomática. Se nota que tienes conciencia de lengua. Porque la lengua es la base de nuestra cultura, de nuestra identidad como nación, de nuestra visión del mundo y de nuestra idiosincrasia distintiva. La preocupación que tú acabas de externar forma parte de la preocupación de la Academia, y por esa razón, estudiamos nuestra lengua, estudiamos nuestro léxico, impartimos charlas y conferencias, preparamos talleres y coloquios, publicamos boletines y libros, hablamos por la radio y la tv, concedemos entrevistas y conversatorios, ya que la lengua es la materia prima de las inquietudes intelectuales de los académicos de la lengua. Pues bien, tú has puesto el ejemplo de la palabra «teteo». Pero esa palabra es una creación léxica del español dominicano, y toda creación léxica enriquece el caudal lexicográfico de nuestra lengua. «Teteo» es una bella palabra que nació en el jolgorio que disfruta la juventud en sus diversiones y bebederas. Los pueblos crean palabras. «Teteo» es una nueva palabra dominicana. ¿Tú sabes cuál es el origen de «teteo»?

—Asdrovel Tejeda: No, no; realmente, no.

—BRC: Bueno, se sabrá en algún momento. Yo visualizo una escena, en uno de esos encuentros festivos de jóvenes en bares, colmadones o parques, en que un joven, excitado por los encantos de su novia, tartamudeando por los efectos de la bebida alcohólica, al expresarle a su diva que la ama, empezó a decirle “te te, te te, te te amo” y, ella, emocionada y feliz, le dice “deja tu teteo” y no bebas más. Así sospecho que nació esta nueva palabra, “teteo”, que una canción la hizo popular, y se ha hecho viral en las redes electrónicas y en las crónicas sociales de los periódicos. De todas maneras, “teteo” es un aporte idiomático a nuestra lengua, pues ya hasta la Real Academia Española ha llegado “la onda del teteo”. Sucede que las repercusiones sociales o las expresiones de la realidad cultural de una comunidad de hablantes, constituyen una dinámica permanente y, entonces, hay palabras que surgen, cautivan y se suman al repertorio léxico de una comunidad o de un país. Si a los hablantes les caen en gracia, las nuevas palabras pueden permanecer y adquirir la ciudadanía idiomática mediante la aprobación de los hablantes. Porque a veces ocurre que una comunidad de hablantes crea una nueva palabra, y esa palabra tiene vigencia por un tiempo, pero luego desaparece. Entonces, para que la palabra permanezca tienen que existir hablantes de la comunidad nacional que usen esa palabra; y, en segundo lugar, que haya escritores, como narradores literarios o periodistas, que usen esa palabra para que pase al ámbito de la escritura. Ahora bien, con relación a la preocupación que tú externaste sobre la realidad idiomática del español dominicano, hay actividades que hacemos en nombre de la institución para crear conciencia entre los hablantes del rol de la lengua y la normativa que debe estar presente en el uso de las palabras. Pero la Academia de la Lengua no es una entidad policial, que puede frenar la espontaneidad de los hablantes y, aunque puede desaprobar el uso de determinada forma de expresión, la sanción definitiva la dan los hablantes de la lengua. En la Academia fijamos la norma ortográfica, léxica y gramatical, la predicamos con el ejemplo y la proponemos para su mejor uso; y son los escritores y los intelectuales y los maestros y los sacerdotes y los comunicadores, es decir, los que tienen incidencia en la sociedad, los que más influyen para que se haga un uso correcto, apropiado y ejemplar de la lengua, para que se use la palabra con propiedad, para que se hable con elegancia. Es decir, tenemos una tarea muy amplia y rigurosa; pero tenemos que contar con el concurso de los hablantes, que son los usuarios de la lengua. Los dueños de la lengua no son los académicos de la lengua, ni son las Academias. Los dueños de cada lengua son sus hablantes y tenemos que contar con el concurso de los hablantes para mantener una lengua hermosa, rica, luminosa, edificante y ejemplar. Entonces, esa preocupación que tú externaste yo la celebro, y sé que tú podrías influir para que otros tomen conciencia de su propia lengua. La lengua es la clave, la base de la cultura; es la dimensión más importante de la cultura; porque la lengua es la plataforma válida para pensar, para escribir, para intuir y para crear; la lengua determina, incluso, el horizonte cultural. La capacidad que podemos forjar en nuestra conciencia depende de la lengua. El horizonte intelectual y cultural depende del dominio que tengamos de la lengua. Entonces en esto tenemos que contar con el concurso de los buenos hablantes, para usar nuestra lengua con propiedad, elegancia y corrección, entre los cuales están ustedes.

—Juan Matos: ¡Wao, es una cátedra lo que estamos gozándonos hoy!

—Rhina Espaillat: Yo quiero hacer una diferencia entre dos cosas: el neologismo se necesita, porque cuando viene un fenómeno nuevo, que no existía antes, hay que inventar la palabra para ese fenómeno. Y con el neologismo crece el idioma y eso es bueno. Pero, a mí lo que me molesta es la introducción en un idioma que tiene su vocabulario, y precioso como el nuestro, introducir palabras que vienen de otro idioma, que, sencillamente duplican lo que ya existe en el nuestro. Eso es, no solamente innecesario, sino que también saca de nuestro idioma el uso de las palabras apropiadas que tenemos.

 

—BRC: Efectivamente, así es. Permítame ponerle un ejemplo para ratificar lo que usted dice, doña Rhina: la Real Academia Española se resistió durante muchos años en admitir la palabra «implementar», que se formó del inglés «to implement». Si en español existe la palabra realizar, efectuar, ejecutar y otras similares, ¿para qué decir «implementar»? Bueno, finalmente tuvo que admitirla. Y admitió esa palabra por la presión de los hablantes, porque la mayoría de los hablantes usaban esa palabra.

—Rhina Espaillat: Como dicen aquí el «espanglish»; porque hay muchos «ishes» ahora entre los idiomas: «english» es «inish inglish»; «spanish» es «espanglish». Y esas mezclan empobrecen, no solamente el idioma que hablamos aquí en los Estados Unidos, sino el otro de donde viene ese idioma, porque se vuelve impuro. Todo se vuelve impuro. Y, como dice usted, hay que ser elegante en el uso el idioma. Uno se cree como que avanza más si usa el idioma de ese país, pero eso no es avanzar, eso es empobrecer lo que ya uno conoce, y que ya uno ama y debe amar y debe proteger. Como se dice: «Vamos a parquear el carro»; pero «parquear» no es la mejor palabra. Se “estaciona” el carro o el automóvil. Y eso no es difícil. Uno sencillamente tiene que ser, si es bilingüe, hay que ser ‘bi-lingüe’, dos idiomas. Yo tengo dos idiomas y los amo a los dos y los respeto a los dos. Mi papá me decía: «Si tienes la oportunidad de ser bilingüe y hablar dos idiomas bellos, ¿por qué vas hablar la mitad de uno y la mitad de otro? Porque entonces es ‘semilingüe’». Eso es una pobreza. Otro aspecto, don Bruno. Usted habló antes sobre la disciplina. Por favor, denos algunos ejemplos de lo que usted considera disciplina, en este sentido.

—BRC: Cuando leí Las guerras de las Galias, de Julio César, el antiguo general romano, aprendí algo importante. ¿Qué aprendí? Un día, un asistente suyo, asombrado de que Julio César durante el día estaba al frente de los comandos militares, en la noche sacaba espacio para escribir. Y así pudo escribir mucho porque lo hacía diariamente. El asistente le pregunta a qué se debía esa capacidad suya de dedicarse a la guerra durante el día y en la noche poder escribir. Y el general le respondió en latín: «Nulla dies sine línea», que en español significa «Ningún día sin una línea». Yo he practicado ese consejo y lo he asumido como una clave de mi vida intelectual. Yo escribo diariamente. Y a la gente que comienza a escribir le pondo ese ejemplo y le digo lo siguiente: Si usted escribe una página, una sola página, aparentemente es poco; pero si cada día usted escribe una página, en un año tiene 365 páginas y ya eso es un libro. Entonces, eso se llama disciplina. Si se dispone a escribir hágalo cada día. Saque una o dos horas al día para leer. Saque una o dos horas al día para escribir. Eso es disciplina, doña Rhina. Entonces, yo soy disciplinado. Yo aprendí a disciplinarme. Se aprovecha más con disciplina, aunque se sepa mucho.

Transcripción: Miguelina Medina.

ELECCIÓN DE JOSÉ MÁRMOL COMO MIEMBRO DE NÚMERO DE LA ADL

En sesión eleccionaria celebrada en la sede de la Academia Dominicana de la Lengua el 13 de mayo de 2021 fue elegido el escritor, pensador y poeta José Mármol con el voto mayoritario de los académicos numerarios para ocupar el sillón N que dejara vacante Marcio Veloz Maggiolo.

José Mármol fue elegido con el voto favorable de José Rafael Lantigua, María José Rincón, Juan José Jimenes Sabater, Fabio Guzmán Ariza, Ricardo Miniño Gómez, Ana Margarita Haché de Yunén, Federico Henríquez Gratereaux, S. E. Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Franklin Domínguez, Rafael Peralta Romero, Pedro Vergés, Guillermo Piña-Contreras, Manuel Matos Moquete, Dennis R. Simó, General ® José Miguel Soto Jiménez y Bruno Rosario Candelier.

Esta sesión eleccionaria fue ratificada por los siguientes miembros de la Junta Directiva de la Academia: el secretario de la corporación, Manuel Núñez Asencio; el tesorero, José Enrique García; el bibliotecario, Juan José Jimenes Sabater; el vocal, Rafael Peralta Romero, y el director de la institución, Bruno Rosario Candelier. Y confirmada por el abogado de la Academia, que es también miembro de número de la ADL, Fabio Guzmán Ariza. Santo Domingo, República Dominicana, el 13 de mayo de 2021.

 

José Mármol: Poeta, pensador, crítico literario, promotor cultural y ensayista dominicano. Nació en Santo Domingo, República Dominicana, en 1960. Tiene una licenciatura en filosofía (UASD), un posgrado en lingüística aplicada (INTEC) y una maestría en filosofía (UPV, España). Fundador, en 1985, de la Colección Egro de Literatura Dominicana Contemporánea. Premio Anual Salomé Ureña de Poesía en 1987 y 2007; Premio Pedro Henríquez Ureña de Ensayo en 1992; Premio Casa de Teatro de Poesía y Accésit al Premio Internacional de Poesía Eliseo Diego, revista Plural (México), en 1994; galardonado con el XII Premio Casa de América de Poesía Americana (España) en 2012. Reconocimiento con la presea del Premio de la Academia Dominicana de la Lengua 2012; y Premio Nacional de Literatura (del Ministerio de Cultura y la Fundación Corripio) en 2013. Profesor Honoris Causa de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en 2013, y Person of the Year 2015, por Cannes Lions Dominicana. Miembro de número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, desde 2007, y miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua (desde 2021).  Las obras poéticas de José Mármol son: El ojo del arúspice (1984), Encuentro con las mismas otredades (1985), La invención del día (1989),  Torrente sanguíneo (2007),  Lengua de paraíso (2011), Deus ex machina y otros poemas (2001), Lenguaje del mar (2012), Yo, la isla dividida (2019) y Celebración de la imagen (2021). En prosa publicó Ética del poeta (1997), Las pestes del lenguaje y otros ensayos (2004), El placer de lo nimio (2004), Cansancio del trópico (2005), Torrente sanguíneo (2007); La poética del pensar y la generación del 80 (2007); Defensa de la poesía, defensa de la vida (2012); Posmodernidad, identidad y poder digital (2019), Identidad en la modernidad líquida globalizada (2021). Sobre su obra se han publicado José Mármol, antología poética (Médar Serrata, 2004), Anatomía de un poeta. Aproximaciones críticas a José Mármol (Carlos X. Ardavin, 2005), El búho y la luna. Entrevistas a José Mármol (Basilio Belliard, 2005) y Viaje hacia el arúspice. Relectura de la obra de José Mármol (Mateo Morrison, 2015). Ha participado en festivales y congresos de literatura en Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.

 

DE BRC A JOSÉ MÁRMOL, SANTO DOMINGO, 16 DE MAYO DE 2021

 

Sr. D. José Mármol

Ciudad

 

Estimado escritor y amigo José Mármol:

En sesión académica celebrada en la sede de esta corporación el jueves 13 de los corrientes, mediante votación mayoritaria los académicos de la lengua acordaron elegirlo a usted nuevo miembro de número de esta Academia para ocupar el sillón que dejara vacante el escritor Marcio Veloz Maggiolo. En fecha posterior, dentro de un plazo de seis meses, le corresponde a usted presentar un discurso sobre un tema de lengua o literatura acordado con el suscrito, y entonces le asignaré la fecha del acto de su incorporación para oficializar su entrada a esta institución. En dicho evento debe usted referirse al académico cuyo sillón, marcado con la letra N, usted ocupará a partir de su incorporación. Ya designé a nuestro académico José Rafael Lantigua para que lo reciba, en nombre de la institución, en esta Academia Dominicana de la Lengua.

Al reiterarle mi reconocimiento y distinción a su categoría de pensador y poeta, la ocasión es propicia para felicitarlo por este nuevo lauro enaltecedor de su brillante carrera literaria.

Reciba, con mi abrazo afectuoso y solidario, mi cordial salutación.

 

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director Academia Dominicana de la Lengua

 

DE JOSÉ ANTONIO MÁRMOL PEÑA A BRC, 16 DE MAYO DE 2021

 

Sr. D. Bruno Rosario Candelier

Director Academia Dominicana de la Lengua

Estimado señor director Rosario Candelier:

Muchísimas gracias por tan importante noticia, que recibo con agradecimiento y humildad. Un inmenso honor para mí ocupar el sillón N, que dejara vacante nuestro admirado intelectual y escritor, como entrañable amigo, Marcio Veloz Maggiolo, a raíz de su sentido fallecimiento.

Me ajustaré gratamente a los rigores de esa prestigiosa institución, para culminar el proceso de incorporación.

Le reitero mi gratitud. Cordiales saludos.

José Mármol

 

JOSÉ MÁRMOL ES ELECTO MIEMBRO DE NÚMERO DE LA ADL

La Asociación de Academias de la Lengua Española felicitó la elección de José Mármol. La Academia Dominicana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española, en sesión celebrada el 13 de mayo último y mediante votación mayoritaria de los académicos, acordó la elección del escritor José Mármol como nuevo miembro de número, destinado a ocupar el sillón N, que dejara vacante a raíz de su fallecimiento el destacado escritor, arqueólogo, antropólogo e historiador Marcio Veloz Maggiolo.

El director de la Academia Dominicana de la Lengua, doctor Bruno Rosario Candelier, en misiva dirigida al escritor Mármol, fechada el 16 de mayo pasado, refiere que “dentro de un plazo de seis meses, le corresponde a usted presentar un discurso sobre un tema de lengua o literatura acordado con el suscrito, y entonces le asignaré la fecha del acto de su incorporación para oficializar su entrada a esta institución”.

Por su parte, el secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, Francisco Javier Pérez, en comunicación fechada en Madrid el 19 del pasado mes, dirigida al doctor Candelier, “felicita a la Academia Dominicana de la Lengua por la elección del escritor, pensador y poeta José Mármol como nuevo miembro de número de la corporación”.

José Mármol es doctor en Filosofía por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), además de licenciado en Filosofía y Metodología de las Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), ambos títulos obtenidos con honores académicos, y con un posgrado en Lingüística Aplicada del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Es miembro de número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana desde 2007. En 2013 el Consejo Universitario de la UASD le reconoció como Profesor Honorario de la Facultad de Humanidades, mientras que en 2017 la Universidad Tecnológica de Santiago, Sede Central, le designó Doctor Honoris Causa, ambos por sus aportes a la literatura dominicana.

Ha publicado numerosas obras en los géneros de poesía, ensayo literario y ensayo filosófico, con las que ha obtenido múltiples galardones entre los que figuran el Premio Nacional de Literatura 2013, Premio Academia Dominicana de la Lengua 2012, Premio Casa de América de Poesía Americana (España) 2012, Premio de la Asociación de Periodistas y Escritores Caonabo de Oro 2017, así como los premios de poesía Salomé Ureña 1987 y 2007, Pedro Henríquez Ureña 1992 y Casa de Teatro 1994.

Mármol expresó su agradecimiento a los directivos y miembros de la Academia Dominicana de la Lengua y a la Asociación de Academias de la Lengua Española por la distinción que representa el haberle escogido como académico de la lengua.

LA RAE PRESENTÓ RED PANHISPÁNICA DE COLABORADORES

La Real Academia Española presentó la Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros de Investigación para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española. El acto fue celebrado en la sede de la institución en Madrid. Estuvo presidido por el ministro de Ciencia e Innovación de España, don Pedro Duque, y dirigida por el director de la RAE y presidente de la ASALE, don Santiago Muñoz Machado. Estuvieron presentes, además, la presidenta de comunidad de La Rioja, doña Concha Andreu, y la coordinadora del equipo central del DHLE, Mar Campos. En la misma participaron también los directores y presidentes de las diversas Academias miembros de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua Española, algunos de los cuales de forma telemática por medio de la plataforma Zoom.  Otros miembros de la corporación y colaboradores, pudieron participar mediante la plataforma de YouTube de la RAE.

 «El Diccionario histórico de la lengua española se refuerza con nueva metodología»   

Don Santiago Muñoz Machado agradeció la presencia de todas «las instituciones que apoyan y patrocinan este proyecto, como Inditex, y a la Fundación Pro Real Academia Española, entre otras; y a las Academias y Universidades y los Centros de Investigación que conforman el núcleo inicial de la Red panhispánica de colaboradores».

«El Diccionario histórico de la lengua española se refuerza en esta etapa con una nueva metodología», expresó. Hizo una reseña general de la historia del Diccionario histórico de la lengua española a través del tiempo. Cito algunos de los textos que, en este sentido, están publicados en el sitio web de la Academia, por motivo de interferencias de audio en esta parte de transmisión. No obstante, puede accederse a su discurso por medio del enlace citado al inicio de esta crónica:

 

(1933-1936). «El Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936) supone la confluencia entre la tradición del Diccionario de autoridades y el sistema de trabajo de la lexicografía histórica que se practicaba en Europa desde el siglo xix. En pocos años, a pesar de la escasez de materiales y de la dudosa fiabilidad de algunos de ellos, se publicaron los dos tomos de este diccionario (de la A a la Ce). Los ejemplos que se contienen en estos volúmenes fueron decisivos para la confección de otras obras y facilitaron el paso adelante que supuso el Diccionario histórico de la lengua española de 1960-1996» (https://www.rae.es/obras-academicas/diccionarios/diccionario-historico-1933-1936). (1960-1996). «En el año 1946 se crea el Seminario de Lexicografía de la Real Academia Española para emprender la redacción de un diccionario histórico del español, acorde con los métodos de la moderna lexicografía, representada por el Oxford English Dictionary. En 1951 se publica una muestra. Entre 1960 y 1996 se editaron los fascículos de las palabras comprendidas entre a-apasanca y b-bajoca. Con el fin de facilitar su consulta y la recuperación de sus datos, se proporciona una versión electrónica que va acompañada de una herramienta de búsqueda» (https://www.rae.es/obras-academicas/diccionarios/diccionario-historico-1960-1996). (2013-2019). «En agosto de 2013, coincidiendo con el tercer centenario de la Real Academia Española, se publicó una primera muestra del entonces denominado Nuevo diccionario histórico del español (NDHE) a la que han seguido actualizaciones periódicas. En el XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (celebrado en Sevilla, en noviembre de 2019), fue reconocido y aprobado como proyecto académico panhispánico» (https://www.rae.es/dhle/) (Fin de las informaciones citadas).

 

Descripción de «la nueva etapa del Diccionario histórico de la lengua española» 

En su discurso Muñoz Machado explicó que «hubo unos años de preparación de la nueva y definitiva etapa, que es en la que estamos. El trabajo aquí correspondió, fundamentalmente, a don José Antonio Pascual, de la dirección a partir del 2005-2006»:

«Don José Antonio montó un equipo nuevo y creó una nueva metodología para el Diccionario, metodología que cambiaba, radicalmente, algunas de las bases del método anterior. Por ejemplo, sustituyendo el criterio alfabético de la organización del trabajo y sustituyéndolo por un sistema relacional que es el que mantenemos hasta la actualidad. Es diferente a los anteriores Diccionarios en papel que presentan las palabras aisladas. El Nuevo diccionario histórico de la lengua española desarrolló la historia del léxico desde una perspectiva relacional, es decir, atendiendo a los vínculos etimológicos, morfológicos y semánticos que enlazan las palabras».

Apuntó que «el Diccionario histórico de la lengua española ha sido concebido, por tanto, desde el tiempo de don José Antonio Pascual como una base de datos léxica y diacrónica que permite redactar sus artículos de acuerdo con un criterio de organización del trabajo por campos semánticos, o voces relacionadas por su significado, y familias léxicas». Y «de esta situación hemos partido —añadió—, de mantener lo que nos concedió don José Antonio para añadir, a lo que él tenía establecido, algunos criterios complementarios que tratan de corregir lo que la historia del Diccionario nos ha enseñado reiteradamente».

«Necesitamos, fundamentalmente, más equipos; necesitamos, fundamentalmente, más medios para avanzar una obra que, si no se imponen estos criterios nuevos, tardaría en completarse 80 o 90 años. Preparar y publicar unos 1000 trabajos al año, como está haciendo actualmente el equipo, considerando la cantidad de voces de la lengua española, tardaríamos la cantidad de años que acabo de decir», señaló. «Ahora de lo que se trata es de aligerar el trabajo, establecer un proyecto a más corto plazo. Pero debo advertir, desde este mismo instante, que los diccionarios, todos en general, hay que tratarlos con tranquilidad, despacio, no se trata de correr. Se trata de hacer las cosas lentamente, pero con más gente y con más medios. Uno de esos medios es, fundamentalmente, la informática, los medios digitales, que permiten trabajar mucho más aprisa porque la información con que contamos es mucho más importante».

 

«Recursos electrónicos complementarios» 

Señaló Muñoz Machado que «los recursos electrónicos complementarios, que ahora se pueden porque ya están a disposición del Diccionario, son muy importantes»:  «El primer recurso léxico desarrollado para el Diccionario es el denominado Corpus del Diccionario histórico que tiene tres capas que reúnen 350 millones de fórmulas, de ocurrencias, están integradas en las herramientas de redacción del Diccionario, lo que supone una novedad importante. Imaginen las distancias entre una lexicografía de fichas y esta lexicografía digital, que permite un manejo formidable de lo que los redactores de los diccionarios pueden manejar, además de una herramienta de redacción que trabaja en algunos aspectos, incluso, automáticamente».  Dijo que «está a disposición, ahora, de los trabajos de los equipos del Diccionario nuestro viejo Diccionario de autoridades que se hizo entre 1726 y 1739; también nuestro Diccionario histórico de la lengua española, el del período de 1933-1936, y el del período de 1960-1969; el mapa del Diccionarios académicos que se trabajó y se consiguió gracias a un convenio firmado con el Instituto de Estudios Canarios; el Diccionario histórico del español de Canarias. Se dispone también del nuevo Tesoro lexicográfico de la lengua española y un extenso repertorio bibliográfico formado por la Academia en diferentes etapas, entre otras muchas cosas». «Ahora estamos trabajando en la publicación en Internet, en su versión electrónica, de un Tesoro de los diccionarios históricos del español que acumulará todo ese material y más dispuesto a un manejo más fácil. De modo que solo recogiendo los artículos ya publicados en los Diccionarios históricos tendríamos un conjunto de lemas disponibles para trabajar sobre ellos. Del primer proyecto, del 33-36, tiene 22,800 emblemas, el segundo proyecto tiene 28,000 y el actual ya va, con la entrega que vamos a mostrar hoy, por 6,325».

 

«El cambio presentado consiste, fundamental, en un cambio de estrategia operativa»  

«Fundamentalmente el cambio que les estamos presentado «consiste en un cambio estratega, una variación de la estrategia operativa»:

  1. «Creamos hoy una Red panhispánica de Academias, Universidades y Centros de Investigación para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española,que no es absolutamente nuevo en cuanto a la metodología que vamos a emplear porque herramientas fundamentales de esta Casa, como los corpus CORDE y Corpus, también se basan en la colaboración con las Universidades. Pero ampliando este método, y haciéndolo más ambicioso, científicamente convertimos el Diccionario histórico en un proyecto colectivo de la Academia, bajo la dirección de la Academia, la tutela de la Academia y la corrección, en su caso, de la Academia; pero con la participación de los mejores lexicógrafos de nuestro país para que ellos den la seguridad de una obra que cuando la tengamos hecha, al menos parcialmente, sea una obra histórica, no solo por las dificultades que ha habido para abordarla, sino porque somos uno de los últimos países importantes de Europa que no tiene un Diccionario histórico de su propia lengua».
  2. «El proyecto es un proyecto que tiene dimensión panhispánica por primera vez en la historia de esta obra. Siempre ha sido la Academia la que ha guardado para sí y para colaboradores y profesores españoles. Ahora son todas las Academias americanas que quieran participar (en este primer momento vamos a presentar a unas cuantas), todas las que quieran participar; y universidades españolas, todas las que quieran sumarse a un proyecto que concebimos como un proyecto colectivo en el que lo mejor de la inteligencia lingüística española participe, porque la obra realmente lo merece».
  3. «Será un proyecto de Estado. ¿Qué le voy a decir, señor Ministro? No hay bien cultural mayor que tenga España que su lengua, y su conservación en los ámbitos donde se habla. Por tanto, siempre agradecemos mucho al Gobierno que nos haya ayudado en todo lo que lo ha hecho, que es mucho. Pero vamos a pedir más para que nos ayude en esto, que, realmente, es un proyecto de importancia, no solo para nosotros, sino para la mayor parte de las personas que nos está escuchando ahora mismo desde América. Son ellos los que van a hacer la obra junto con nosotros puesto que la lengua no es la lengua de España, sino la lengua de ese conjunto».
  4. «Además va a ser por primera vez un proyecto de investigación. He podido hablar con los directores generales de las universidades para decirles que, irremediablemente, esta obra tiene que estar incorporada a los proyectos de investigación cotizables. Es un proyecto que puntúa a efectos de la meta de las evaluaciones del profesorado; y, realmente, la respuesta que he tenido de ellos, inmediata, ha sido muy favorable. Estos son los pormenores de lo que queremos hacer, este es nuestro planteamiento.

 

Mensajes de los directores de institutos y academias  

Luego de esta primera exposición del director, fueron proyectados lo mensajes de algunos de los directores de las Academias y Universidades que trabajarán en el proyecto:  Don Juan Carlos Vergara, presidente de la Academia Colombiana de la Lengua: «La Academia Colombiana de la Lengua celebra la creación de la Red Panhispánica para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española. La creación de esta obra es una mezcla exitosa entre tradición y novedad, tradición de siglos de estudios lexicográficos, y novedad presente en la lingüística computacional contemporánea. Naturalmente, reconocemos el legado de ilustres antecesores de esta obra: don Julio Casares, don Víctor García y Diego, don Ramón Menéndez Vidal, don Rafael Lapesa, don Manuel Seco y, por supuesto, don José Antonio Pascual. La unión de la filología, la lingüística y la tecnología alineada con la colaboración de las Academias, las Universidades y los Centros de Investigación es prenda de garantía para poder cumplir en un plazo razonable con la entrega de esta magna obra a la humanidad».

Palabras de la señora Carmen Millán, directora general del Instituto Caro y Cuervo: «El Instituto Caro y Cuervo se incorpora a la Red Panhispánica de Colaboradores para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española. Cercano a cumplir 80 años de trabajo sostenido en la protección y salvaguarda del patrimonio lingüístico de la nación colombiana, el Instituto, que es una institución de educación superior adscrita al Ministerio de Cultura de Colombia saluda esta iniciativa que exigirá del nuestro, y estoy segura que de los demás equipos, el compromiso y cuidado que merece. Por eso nuestro equipo tiene como centro el Grupo de Investigaciones Lingüísticas y sus líneas de investigación: lengua, tiempo, espacio y sociedad, lexicografía, glotopolítica y lingüística de corpus. Todos los investigadores e investigadoras hacen parte de la Red Cienti, que reúne a la comunidad científica de Colombia en torno a la plataforma del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Queridos colegas, querido Director, Santiago Muñoz Machado, en el Instituto Caro y Cuervo atesoramos las miles de fichas, escritas con las preciosas caligrafía por Rufino José Cuervo, las que darían origen al Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana. Nada más ni nada menos es el principio del legulacho, que el Instituto Caro y Cuervo trae a este proyecto».

 

Muñoz Machado: «Es absolutamente preciso que todos lo que me escuchan, miembros y directores de los equipos de trabajo, aprendan cómo funciona la herramienta informática, sofisticada pero accesible».  

«He dicho que un diccionario, siempre, hay que tomarlo con paciencia, y el Diccionario histórico de la lengua española con especial paciencia, sin prisas. Hemos incorporado a muchas personas y pensamos si encontramos realmente calidad intelectual, y formación suficiente en los lingüistas españoles, a más todavía. Lo importante es que sepamos mantener una disciplina estricta y, antes que nada, todos aprendamos el método que nos dejó establecido José Antonio Pascual, a quien vamos a seguir, naturalmente, porque esto no esta no es cuarta fase del Diccionario, sino tercera (b); la primera es la que llegó a terminar él con sus trabajos. Ahora de lo que se trata es de no separarse de ese método, seguirlo tal y como él lo formuló. Y para esto es absolutamente preciso, necesario, que todos lo que me escuchan, miembros, directores y miembros de los equipos de trabajo, aprendan cómo funciona la herramienta informática, sofisticada pero accesible, que han preparado nuestros informáticos; que aprendan, y para eso vamos a llamarlos a la Academia. Ya hay algunos grupos que han tomado el número que les corresponde para pasar por aquí, para que aprendan, realmente, la mecánica de esta herramienta y el método en que consiste. No vamos a dejar libertar —como ya están advertidos—, cada cual acometa el Diccionario a su aire, sino que, desde la Academia, desde el equipo central de la Academia, les iremos indicando los grupos de palabras en lo que se tienen que ocupar; los corregiremos y revisaremos hasta que consigamos, realmente, uniformidad de trabajo, una armonía conjunta en los criterios, metodológicos y técnicos, y podamos poco a poco ir presentando esas nuevas entregas».

«Yo confío que, a no tardar más de 5 años, tengamos 25 o 30 mil artículos del Diccionario. Es un proyecto no demasiado ambicioso porque se han fijado en las cifras que he dado de los alcances de anteriores proyectos —no estaba muy lejos de esa cifra— aunque ahora, realmente, la ambición y la tecnología a nuestra disposición y la documentación de la que partimos es mucho más importante. Pero me conformaría, realmente, con ese número de artículos para el Diccionario, lo cual supone nada más que, al principio no harán muchos, cada uno de ustedes. Harán un número muy inferior al del equipo de la Real Academia Española, que está bien adiestrado y que es capaz de hacer 1000 entradas por año. No esperamos tanto de los equipos hasta que no se entrenen y redondeen su experiencia, y la manera de aplicarla, al Diccionario».

 

«Trabajaremos en una red punto y multipunto» 

Don Santiago Muñoz Machado indicó: «Esto es un elemento informativo importante para cómo trabajar: trabajaremos en red, una red punto, multipunto. El punto es absolutamente esencial porque es esta Casa; multipunto, todos los demás lugares del mundo donde se va a estar trabajando en la Obra siguiendo la metodología, exactamente la misma. Será revisado el trabajo final por el equipo central de la Academia, y, si es el caso, por la Comisión del Diccionario Histórico, que existe aquí nutrida de muy importantes lingüistas que revisarán el estado de los trabajos continuamente».

«Pienso, además, incorporar a la Dirección los académicos especializados que, actualmente, están en segundo plano y que pienso sacar al primero en la medida que ellos lo deseen. De momento, sin embargo, ya verán que figura al frente de la obra, como director general y coordinador, el director de esta Casa, un servidor. Les diré que lo haré mientras sea necesario, porque esta es una obra que necesita mucha gestión, gestión empresarial, para que funcione. Es necesario estar atento al equipo de trabajo del Director, que estará siempre preocupado de que la Red funcione, y funcione con el brío que esperamos de ella, y mientras esto sea preciso, que lo será por largo tiempo, el director de la Academia será el máximo responsable en ese aspecto. El director de la Academia actual no es un lingüista, como bien les consta —y es consciente de sus limitaciones—, pero se valdrá de los lingüistas necesarios en esa tarea de dirección-miembro de la Casa».

 

«La Academia está abierta al trabajo comunitario, sin excepción»     

Dijo que ya se ha estado «fijando la estancia de algunos grupos de trabajo. Ya está anunciada la incorporación de los coordinadores de los equipos de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad Rovira i Virgili». Agregó que «no es una casualidad que se haya empezado por comunidades que son bilingües, significa lo abierta que está nuestra Academia, realmente, a la participación y al trabajo comunitario, sin ninguna excepción». Explicó que «trabajarán todos en los campos temáticos que se les asigne, con absoluta autonomía, disfrutando de la autoría de la obra, pudiendo exhibir esa autoría, gozarán de las ventajas de que este Diccionario sea un proyecto de investigación. Iremos poco a poco desde el equipo central, que, como bien saben, dirige Mar Campos».  «En términos generales he dado en método de trabajo y de la manera en que vamos a funcionar a partir de ahora».

«¿Quiénes van a ser los autores de esta magna obra, no acabada en un siglo y que ahora pretendemos cerrar, o por lo menos volar hacia una primera entrega, en los próximos años?»,

«Debo decirles, por lo menos anunciarles en términos generales, quién es ese equipo, quiénes son las personas que van a trabajar. Tenemos seleccionados 18 equipos en todo el mundo, que es el núcleo inicial, que pueden atribuirse el puesto, hoy declarado por la Constitución, el título de “Fundadores” del proyecto. Pero es un proyecto abierto en el que pensamos podrán sumarse, en un futuro, más personas».

Muñoz Machado hizo mención de los equipos. Aquí expongo solo una muestra de la ilustre mención: «Al frente del equipo central del Diccionario, doña Mar Campos Souto, Universidad Santiago de Compostela; en Argentina, José Luis Moure, director, y Santiago Kalinowski, coordinador; Academia Boliviana, José Roberto Arce, como director; Academia Colombiana, Juan Carlos Vergara; Academia Costarricense, don Miguel Ángel Quezada, como director y coordinador; Academia Cubana de la Lengua, Marlen Domínguez, directora general, y Loisi Sainz Padrón, coordinadora; Academia Mexicana, don Aurelio González».   

Palabras de Alonso de Elizaincin, Academia nacional de las letras, Uruguay: «Es un gran honor para la Academia Nacional de Letras formar parte de la Red que se inaugura hoy. La tarea convocante es contribuir a la elaboración del Diccionario histórico del español en su nueva etapa. La Academia Nacional de Letras integró para ello un equipo bajo la coordinación del nuevo numerario Juan Justino de la Rosa, integrada, además, por otros lingüistas que ya han colaborado en otros proyectos de la Academia […] Comprometemos nuestro esfuerzo y hacemos voto por un desarrollo armónico y eficaz de este gran proyecto hispánico».  

Palabras de Cecilio Garrido Escribano, Universidad Autónoma de Barcelona: «Celebro con entusiasmo la creación de la Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros de Investigación para la elaboración del nuevo Diccionario histórico de la lengua española. El nuevo Diccionario histórico es un proyecto con unos cimientos sólidos en el que la Academia viene trabajando desde hace años con un planteamiento científico y filológico, moderno y riguroso. Pero también es un proyecto ambicioso que requiere del esfuerzo colectivo para que podamos dotar a nuestra lengua de una herramienta fundamental para el conocimiento del léxico. Con esta alianza de Academia y Universidades el nuevo Diccionario histórico va a recibir un impulso decisivo, y para los investigadores supone un estímulo fundamental para seguir profundizando en el conocimiento del español».

«Cómo va a funcionar la nueva visualización del Diccionario» 

«Teníamos, hasta ahora, una presencia en pantalla determinada que producía 10,000 visitas al mes al Nuevo diccionario histórico del español. Hemos cambiado la visualización y hemos hecho cálculos de qué va a suponer esto respecto de la utilización de nuestro Diccionario histórico. Vamos a cambiar los números para que, en el plazo no mayor de un año, es decir, antes de diciembre de este año, haya 1,000,000 de usuarios mensuales, lo cual supone situar este Diccionario al nivel que están en la Academia el Diccionario panhispánico del español jurídico o el Diccionario panhispánico de dudas. Realmente es un cambio importante, que se debe, entre otras cosas, al esfuerzo que han hecho nuestros informáticos y a la conexión que se va a poder hacer del Diccionario con la red de Google que podrá tenerlo ahora más accesible. El Diccionario va a ser también accesible desde el teléfono móvil, como ocurre con el Diccionario general de la lengua, y esto supondrá una revolución, una gran movilización de las visitas».

 

Estas son algunas de las “nuevas voces en el Diccionario” 

Mediante un video proyectado en pantalla, Muñoz Machado ilustró las nuevas palabras del Diccionario.

[Enfermedades y partes del cuerpo: liviano (livianez, livianura o ultraliviano); pleura (tisis: tuberculosis); coronavirus (coronaplauso, coronabebé, coronavirólogo); covid (autocovid, covidianidad, covídico, precovid). Instrumentos de medida: amonímetro, diafanómetro, agotímetro. Armas y máquinas bélicasalgarrada, cetme, terebra (y terebrante). Indumentaria: chal o chalón. Instrumentos musicales: alboca, piopollo, trompa (trompada y trompazo), solovox)].

 

Y explicó cómo se registran estas palabras, con sus historias, en el Diccionario:  

«De estas palabras que se incorporan hoy al Diccionario debo confesarles que me gusta mucho piopollo, que es un instrumento musical de origen o próximo a Andalucía. Pero me ha llamado mucho la atención cetme. “Cetme” es una palabra que me acuerda tiempos heroicos de todos los varones que estamos presentes en la sala porque aprendimos a manejarlo en nuestra época de milicias universitarias o de mili ordinaria». Y ejemplificó con esa palabra, dio «una explicación directa de cómo está definida cetme» en el Diccionario: “Se documenta por primera vez en la sección, fusil de asalto, individual, de repetición y de carga automática, en 1957. En un artículo publicado, en Falange –es un artículo de la revista–, Diario de la Tarde, de Las Palmas de Gran Canaria, donde se anuncia que ‘el Ejército Alemán está probando este nuevo fusil español…’”».

 

Contenido y tecnología informática del Diccionario histórico de la lengua española 

En la participación de la lingüista Mar Campos, coordinadora del equipo de la Red Panhispánica de colaboradores, explicó que es de «una base documental amplia y fiable, la cantera de la que se extraen los materiales que nos permiten progresar en el conocimiento de nuestro patrimonio léxico». Dijo que «en el pasado una de las tareas que debían afrontar los redactores de un diccionario histórico consistía, precisamente, en la confección de grandes ficheros, como el fichero general de la Real Academia Española, compuesto por más de 10 millones de papeletas que registran distintos usos y formas de las palabras en el devenir del tiempo, y que, tras un proceso de digitalización, es un recurso abierto a la consulta pública».

«Quienes trabajaron con esos inmensos cedularios comprenden, mejor que nadie, el progreso que ha supuesto la conformación de grandes corpus textuales y, en particular, su integración en la herramienta de redacción del Diccionario, una de las novedades más reseñables de la aplicación informática diseñada para el Diccionario histórico».

 

La señora Campos presentó en pantalla un video ilustrativo del manejo digital del DHLE.  De la voz en off transcribo el siguiente texto:

[El diccionario histórico se entiende como un diccionario total, es decir, aquel que tiene como objetivo recopilar todo el léxico de una lengua en todas las épocas y en todas las zonas en la que se habla o se ha hablado, y, además, presentar los acontecimientos más relevantes de la historia de cada palabra. A esa vocación de exhaustividad se suma, en el caso del «Diccionario histórico de la lengua española», el hecho de que esta obra se ha pensado y diseñado desde el principio como un diccionario electrónico relacional y de acceso público en Internet, como se puede apreciar en los más de 6,300 artículos publicados ya en la página de la Real Academia Española. La atención a los vínculos que las palabras mantienen entre sí a lo largo de su vida, en virtud de su significado o de su pertenencia a una misma familia, permite conocer con mayor precisión su biografía. El carácter nativo-digital del «Diccionario» se revela de una forma más evidente en la base de datos léxica que lo sustenta, en la que las informaciones están estructuradas y desagregadas de tal manera que, además de dar lugar al «Diccionario histórico» son susceptibles de explorarse y de utilizarse de distintos modos. Por poner solo algunos ejemplos: en el futuro podría construirse, con una simple consulta, un diccionario de sinónimos; o uno del español del siglo XIX; el de una familia de palabras completa; o, incluso, un vocabulario que recopilase únicamente las palabras terminadas en -ería, que la lengua española toma del francés del siglo XVIII. Una infinidad de posibilidades].

   Destacó Campos que «la organización del trabajo por campos y familias léxicas explican el protagonismo de que gozan, en la última actualización del Diccionario, algunas palabras relativas al ámbito de los órganos y las enfermedades del aparato respiratorio. Sin en entregas anteriores se presentó la biografía de “pulmón”, de “bofe”, de “buétago”, de “chofe”, y otras voces formadas con el tema “neumo” (como neumonía o neumología), ahora podemos adentrarnos en la historia de sus sinónimos». Ilustró con el vocablo «liviano»: «Liviano, un vocablo atestiguado en nuestra lengua por vez primera en el siglo en el siglo XIII, en El duelo de la Virgen, de Berceo, dato que ofrece la consulta de CDH, el Corpus del Diccionario Histórico, un recurso público integrado en la herramienta de redacción del Diccionario y que constituye la fuente básica, aunque no la única como veremos inmediatamente, de la que se nutre la Obra. La versión digitalizada del fichero general, por su parte, permite comprobar que “liviano” se usa en la República Dominicana, según indica Malarette, en su Suplemento, de 1944, a su Diccionario de americanismos, como ‘denominación a un plato hecho con pedazos de bofes y otras vísceras de vaca o de cerdo’; acepción, por otra parte, ‘no documentada’, en los Corpus».

«Con apoyo en todas estas bases documentales, con ayuda de la aplicación informática en la redacción, que permite la automatización de varios procesos y con un método que atiende a las relaciones semánticas y morfo-etimológicas que se establecen entre las palabras, el Diccionario histórico avanza con el objetivo de reconstruir y valorar nuestro patrimonio léxico. La historia de las palabras, con las que convivimos y por las que vivimos, con independencia de que su existencia haya sido más o menos dilatada en el tiempo, cada una tiene su historia y todas forman o han formado parte de la historia de quienes habitamos un mismo idioma», puntualizó la coordinadora del equipo central de la Red, Mar Campos.  Olivia Piquero, directora de comunicación de la RAE, explicó que «este proyecto cuenta con la colaboración de instituciones públicas y privadas, en primer lugar, del Gobierno de España. Además, la elaboración del Diccionario histórico se desarrolla, desde hace años, gracias al apoyo de Inditex y a la colaboración de la Fundación San Millán». Dijo que «un número de instituciones públicas respaldan este proyecto, entre ellas, el Gobierno de La Rioja, presidenta doña Concha Andreu».

Palabras de doña Concha Andreu, presidente del Gobierno de La Rioja: 

    Querido director, académicos, autoridades, ministro, investigadores, hispanohablantes de los cinco continentes: Quiero, en primer lugar, reconocer a la Real Academia Española el admirable trabajo que realiza para que nuestra lengua sea un elemento vivo; vivo para adaptarse con éxito a las realidades cambiantes de cada época; vivo para dar forma con una esencia común a la cosmovisión de millones de personas que, a lo largo y ancho del planeta, compartimos este idioma. Y, de manera concreta, quiero reconocer a la Real Academia, a sus miembros y a todos los colaboradores, el ingente esfuerzo realizado para completar el «Diccionario histórico de la lengua española», una obra colosal, porque así es nuestra lengua. Que se den pasos tan importantes como el de hoy, afrontando uno de los desafíos que tenía pendiente nuestro idioma, es una gran noticia; una noticia que nos debe hacer sentir orgullo, pero que también debe servirnos de acicate para mirar más allá y acometer nuevas empresas con ambición y con determinación. En La Rioja estamos comprometidos con nuestro patrimonio cultural y con nuestra lengua común, con su pasado con su presente y su futuro. Y por ello, apoyamos, de manera decidida, tanto a la Institución como a su gran obra. Este compromiso se traduce, también, en el impulso que estamos llevando a cabo del Valle de la Lengua, uno de los grandes proyectos del Gobierno de la Rioja y del que queremos hacer partícipe a toda la comunidad hispanohablante.

Buscamos que un hecho sucedido hace mil años en un cenobio del siglo XI, en San Millán de la Cogolla, hoy patrimonio de la humanidad, sirva de piedra angular sobre la que se apoye el futuro de nuestro idioma, para que sea más universal, aún si cabe, y para que se adapte con mayor facilidad a un mundo que ya se dibuja en el horizonte próximo; un futuro en el que el español y quienes lo hablamos, tendremos mucho que decir.

 

Ministro de Ciencia e Innovación, don Pedro Duque:

 

«Querido director de la Real Academia Española, don Santiago; presidenta de la comunidad de La Rioja, querida Concha; académicos, redactores, embajadores de los diversos países de la comunidad iberoamericana y los miembros de las Academias que están conectados en este acto:

Durante el último año, con el acicate de la lucha contra coronavirus (hemos hablado mucho de esta palabra), en el ámbito científico hemos visto cómo se han acelerado procesos que ya estaban en marcha. La publicación en abierto de los trabajos de investigación ha ganado terreno, ha crecido el uso de herramientas digitales, por razones obvias, y se ha reforzado la colaboración internacional y la cooperación entre lo público y lo privado. Esa forma de trabajar ha dado resultados excelentes, que en un futuro seguirá ofreciéndolos. Todos estos ingredientes del éxito se reúnen en esta Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros de investigación para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española, que se ha presentado hoy. Este modelo de colaboración entre Universidades y Academias para llevar el Diccionario a una nueva faso o desarrollo acelerará el crecimiento de esta herramienta, que nunca estará completa del todo.

El Diccionario, que aglutina el trabajo de clasificación de los lingüistas y también de los informáticos, nos ofrecerá una visión más completa de nuestro idioma y se convertirá en una herramienta útil para los especialistas y para todos los que se interesan por la vida de las palabras. En un mundo en el que la ciencia, la tecnología, tiene un peso creciente, debemos reforzar las ciencias humanas y sociales. El lenguaje es la herramienta con la que nos relacionamos con el mundo, que nos sirve para pensar en él y que condiciona la forma en que lo percibimos.  Este es un Diccionario vivo, que incluye palabras que ya no se utilizan, como fósiles de especies extintas; pero también las que aparecen nuevas como las incorporadas al Diccionario durante la crisis del coronavirus (que también hemos oído glosar de forma tan bonita, antes). Igual que el estudio de la evolución de las formas de vida del pasado, y su relación con la del presente, da sentido la biología, este trabajo nos ayudará a entender mejor el mundo compartido por los hispanohablantes. En este sentido, cooperación entre las Academias iberoamericanas ha de ser un refuerzo de la identidad común que nos ofrece el idioma. En el campo de la ciencia, inundado por los anglicismos, un Diccionario como este es una herramienta para incorporar los nuevos términos con criterio y respeto por nuestra lengua y para apuntalar el papel del español como idioma para compartir conocimiento científico.

 

Como en el caso de este Diccionario, la incorporación de las nuevas tecnologías será fundamental para que la Academia siga realizando su labor con la eficacia de siempre. Innovaciones como la que supone la inteligencia artificial, con el predominio del inglés, requiere de un intenso trabajo conjunto de lingüistas y técnicos para que la RAE alcance posiciones de liderazgo en la defensa de nuestro idioma, también en el entorno digital. Esto es lo que se está haciendo a través del proyecto Lea. En labores como esta, siempre contaréis con el apoyo del Gobierno.

 

Además de felicitar a la RAE, y al resto de instituciones que se han unido a esta Red para elaborar el Diccionario histórico, quiero dar las gracias a la Real Academia por su apoyo al Pacto de Estado por la Ciencia, que presentamos recientemente en el congreso. Nos encontramos en un momento que puede definir el futuro de nuestro Sistema de Ciencia e Innovación y, por lo tanto, de nuestro país […]. Es necesario mantener la apuesta por el conocimiento para poder continuar estas inversiones y tantas otras. Una vez más os felicito por el camino que se inicia hoy y que culminará con una obra que nuestro idioma merece y los hablantes necesitamos. Os deseo el mayor de los éxitos. Muchas gracias».

 

   La actividad culminó. En todo momento estuvo presente el protocolo de seguridad y prevención de la pandemia que aún pervive. Ahora, comparto la cifra del contador de visitas que está al pie del video de YouTube del canal de la Academia, plataforma por medio de la cual personas de diversos lugares del mundo participaron y aún participan de dicha actividad, cuyo centro de transmisión tuvo lugar en la sede de la Real Academia Española en Madrid: 3516 visitas, al momento de finalizar esta redacción. Y añado que los comentarios en el chat son, en sus esenciales contenidos, valoraciones estimulantes para la magna obra y para todo el equipo humano que la conforma, además de la excelente tecnología informática que la soporta. Los frutos de la Real Academia Española están siendo recogidos desde el mismo momento de su nacimiento, los cuales están grabados en la historia de los pueblos y diseminadas por sus habitantes en cada lugar que pisa. Comparto una de las frases pronunciadas por don Santiago Muñoz Machado, y con ella cierro esta crónica detallada de la actividad. Al terminar de leer los datos biográficos de «cetme», sensiblemente expresó: «¡No me digan que no es una cita hermosa, y un descubrimiento del Diccionario de historia, que no se usa, como de tantas otras cosas de interés y curiosidad!».

Reseña de Miguelina Medina para la ADL.

JOSÉ ENRIQUE GARCÍA PONDERA A PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA

José Enrique García resaltó la vigencia del aporte de Pedro Henríquez Ureña y el atractivo de las excelencias expresivas en conferencia que dictara en la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña con motivo del Día del Maestro, el 30 de junio de 2021: “La obra de Pedro Henríquez Ureña está sustentada en lo poético, sin que pierda el sentido primario: la comunicación, y es lo que nos convoca a llenar estas páginas con válidas argumentaciones que viene de sus mismos textos”.

El académico de la lengua, poeta, ensayista y narrador José Enrique García afirmó que Pedro Henríquez Ureña se sigue leyendo por las excelencias expresivas que hay en sus escritos, donde palpitan las iluminaciones, que se acentúan en el pasar del tiempo. “¿Por qué se lee a Pedro Henríquez Ureña?”, fue el título de su conferencia en la que analizó su aporte. La actividad fue organizada por la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña (BNPHU) en el marco del 137 aniversario del natalicio del humanista dominicano.

El conferencista se refirió al sentido poético de la obra de Henríquez Ureña: “la inmanente presencia de lo poético que recorre la vértebra de su prosa, lo que le imprime esa trascendencia y esa actualidad que remonta y se inserta en el fluir del tiempo”.

“Así, pues, la obra de Pedro Henríquez Ureña está sustentada en lo poético, sin que pierda el sentido primario: la comunicación, y es lo que nos convoca a llenar estas páginas con válidas argumentaciones que viene de sus mismos textos”, manifestó García al pronunciar la conferencia magistral en el Auditorio Juan Bosch de la BNPHU.

Afirmó el escritor que Pedro Henríquez Ureña desde bien temprano conocía la naturaleza y la aplicabilidad del ritmo, y que de ahí su presencia intencional en la prosa, “para él era una cuestión normal, además necesaria”.

“El asunto del ritmo es tan importante para Henríquez Ureña, en totalidad decisivo, que toda su obra está marcada por ese procedimiento intrínseco”, expresó el conferencista. Asimismo, se refirió en Henríquez Ureña “la búsqueda siempre de la expresión exacta que colinda con el verso, porque no hay más expresión sintética despojada de toda artificie que el verso”.  Además, se refiere a la sabiduría como soporte primario en la obra de Henríquez Ureña, “de ahí que podríamos considerar que ese sentido socrático que le pertenecía enseñaba hablando, que tenía una cultura infinita”.

José Enrique García es poeta, narrador, ensayista, editor, crítico literario y profesor. Realizó estudios en Educación en la Universidad Pontificia Católica Madre y Maestra. Obtuvo el doctorado en Filología Hispánica en la Universidad Complutense de Madrid. Comenzó su formación como docente en la Escuela Normal de Licey, y su trayectoria profesional como profesor de literatura en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña. Ha colaborado como crítico literario en «Isla Abierta», suplemento del diario Hoy.

Entre sus obras más importantes, se destacan Meditaciones alrededor de una sospecha (1977), El fabulador (1980), Ritual del tiempo y los espacios (1982), Contando lo que pasa (1986), Cuando la miraba pasar (1987), Huellas de la memoria (1994), Una vez un hombre (2000), Recodo (2001), Un pueblo llamado pan y otros cuentos infantiles (2002), La palabra en su asientoAnálisis poético (2004), Juego de villanos (2006) y El futuro sonriendo nos espera (2007).  José Enrique García ha recibido, entre otras distinciones, el premio Siboney de Poesía 1979, el Premio Nacional de Poesía 2000 y 2001 y el Premio Nacional de Literatura Infantil 2002.

 

CRÓNICA DE LA REUNIÓN VIRTUAL DE LA RAE SOBRE EL DICCIONARIO HISTÓRICO DE LA LENGUA ESPAÑOLA

Por Rita Díaz

 

En modalidad virtual y con la asistencia de académicos, directores de academias y rectores de universidades e invitados, la Real Academia Española hizo público el lanzamiento del Diccionario histórico de la Lengua Española («DHLE»), denominado anteriormente «Nuevo diccionario histórico del español» y la red de colaboradores para su confección. La actividad estuvo presidida por su director, don Santiago Muñoz Machado, quien explicó que las ideas iniciales de este diccionario son muy antiguas: ¨La primera vez que aparece en la historia particular de la academia la intención de esta casa de preparar un diccionario histórico de la lengua es en los Estatutos de 1848, muy tarde, considerando que tenemos 300 años de vida. En esos Estatutos apareció la idea y reiteradamente los de 1859 y luego, de un modo más explícito, en los Estatutos de finales del siglo XX¨.

Especificó que no fue hasta el gobierno de Antonio Maura que se inició el trabajo de preparar un diccionario histórico. Fue con en ese gobierno, específicamente en 1914, cuando por primera vez se redacta un plan general para la redacción del diccionario histórico. Estaba respaldado por Julián Rivera, Emilio Cotarelo, Jacinto Octavio Picón, Eduardo de Hinojosa, entre otros: ¨El señor Maura convocó a todos los académicos, para que en la medida de sus fuerzas, se juntaran a preparar personalmente eso, pero (…) decidieron finalmente incorporarse personajes que quedarán no solo en la memoria del diccionario histórico, sino en esta casa y en la lingüística general: don Vicente García de Diego, en los años 20, y posteriormente, don Emilio Cotarelo y Mori y don Armando Cotarelo Valledor. En 1931 se pudo hacer la incorporación decisiva de un personaje decisivo, que fue don Julio Casares. Su nombre inscrito en letras de oro en la historia de nuestro diccionario¨. El primer volumen, que abarcaba la letra A, se publicó en 1933; luego, decayó la intensidad de los trabajos y, entre altas y bajas, el segundo tomo se publica en el año 1936, según explica el señor Muñoz Machado. Hace referencia también a la Guerra Civil y su impacto negativo en la progresión de este trabajo, resaltando con orgullo la labor de rescate que hizo don Julio Casares para que la obra continuara su curso, así como la digitalización de las fichas que se recogieron en ese momento. Otros colaboradores a quienes además elogió fueron Rafael Lapesa y Manuel Seco, quienes en el marco del seminario de lexicografía que se fundó en 1946, impulsaron el proyecto del diccionario.

En su recorrido por los esfuerzos de publicación de la Academia, el Director cita los fascículos de 1960 a 1996, ¨23 fascículos con alrededor de tres mil páginas, en tres columnas que abarcan dos terceras partes de la letra A y comienzos de la letra B¨. Se pregunta por qué fracasó el diccionario en ese tiempo, y aunque afirma que pueden ser muchas las razones, asegura que el poco avance se debió a la documentación escasa y a que la metodología de los ficheros era muy costosa. A eso se le sumaba que el equipo lexicográfico no era estable, es decir, no se mantenían las mismas personas dentro de los proyectos, por la dificultad que representaba dicha labor. No es sino a principios de los ochentas cuando se comienza a elaborar una versión electrónica del fichero general que cambiaría mucho todo el quehacer lexicográfico.

Para afianzar la idea de porqué era tan difícil avanzar en la obra lexicográfica del diccionario, cita las explicaciones de Menéndez Pidal y Carlos Seco: ¨Menéndez Pidal advertía que era necesario que la redacción del diccionario se encomendase también, o se encargase parcialmente, a la colaboración de equipos externos a la Academia, sin prejuicios de que la Academia supervisara el trabajo que se realizaba. Lo segundo que desde muy pronto y a pesar de la entrega y entusiasmo de las personas que estaban trabajando, la inestabilidad de sus posiciones era realmente una grave rémora, y además, en definitiva, decía Seco, que la principal diferencia con el diccionario inglés de Oxford se debió a que no se prestó la debida atención a un hecho fundamental en relación con el habla inglesa: la creación de equipos que trabajaran bajo una dirección general y bajo unos métodos¨.

Continúa con la línea de tiempo del proyecto: ¨ Alrededor de 1996 cuando terminó la etapa anterior, hubo unos años de preparación de la nueva y definitiva etapa que es en la que estamos. El trabajo aquí correspondió fundamentalmente de don José Antonio Pascual, que se ocupó de la dirección muy efectivamente a partir de 2005-2006. Creó una nueva metodología para el diccionario, metodología que cambiaba radicalmente algunas de las bases del método anterior. Por ejemplo, sustituyendo el criterio alfabético en la ordenación del trabajo y sustituyéndolo por un sistema relacional que es el que mantenemos hasta la actualidad. En fin, frente a los tradicionales diccionarios en papel que presentan las palabras aisladas, el Nuevo Diccionario Histórico de la Lengua Española desarrolló la historia del léxico desde una perspectiva relacional, es decir, atendiendo a los vínculos ideológicos no solo lexicológicos y semánticos que enlazan las palabras el diccionario.  Ha sido concebido, por tanto, como una base de datos léxica y dinámica que permite redactar sus artículos de acuerdo con un criterio de organización del trabajo por campos semánticos o voces relacionadas por sus significados y familias léxicas¨.

En esta parte reconoce que es necesario un equipo, más medios para evitar que la obra ¨tarde en completarse 80 o 90 años¨. Asegura que el trabajo que está haciendo el equipo actualmente consiste en preparar y publicar unos 1000 trabajos al año, considerando la cantidad de artículos de la cantidad de voces de la lengua española, por lo que es necesario aligerar un poco, sin sacrificar la calidad del mismo, pues afirma que ¨hay que tratarlos con tranquilidad de espacio¨.  Recalca el beneficio de la tecnología que permite trabajar mucho más aprisa, los recursos electrónicos complementarios que están a disposición del diccionario: ¨El primer recurso, el léxico, desarrollado para el diccionario es el denominado corpus del diccionario histórico que tiene tres capas que reúnen 350 millones de fórmulas y están integradas en la herramienta de redacción del diccionario, que permite un manejo formidable.  Se dispone también del nuevo tesoro lexicográfico de la lengua española y en un extenso repertorio bibliográfico conformado por la academia en diferentes etapas entre otras muchas cosas. Ahora estamos trabajando en la publicación en internet, localización electrónica de un tesoro de los diccionarios históricos del español que acumulará todo este material interrelacionado y más dispuesto a un manejo más fácil de modo que solo recogiendo los artículos ya publicados en otros diccionarios de soluciones históricos tendríamos un conjunto de lemas disponibles para trabajar sobre ellos. Hoy agregamos una red panhispánica de academias, universidades y centros de investigación para la elaboración del diseño histórico de la lengua española que no es absolutamente nuevo en cuanto a la metodología que vamos a emplear. Es un proyecto colectivo de la academia, bajo la dirección de la academia, la tutela de la academia y la corrección en su caso de la academia, pero con la participación de los mejores para que ayuden a terminar una obra que cuando lo tengamos hecha al menos parcialmente será una obra histórica no solo por las dificultades que ha habido para abordarla, sino porque somos uno de los últimos países importantes de Europa que no tienen un diseño histórico de su propia lengua.

Aseguró que el proyecto tenía una dimensión panhispánica por primera vez en la historia de esta obra, pues anteriormente había sido una tarea de la academia y para colaboradores profesores españoles, ahora son todas las academias americanas que quieran participar, así como universidades españolas. La obra se convertirá en un proyecto de estado como un bien cultural no solo para España, sino para todos los hablantes del idioma. Seguido de esta explicación, participaron, vía grabación de video, algunos representantes de academias y universidades de distintos territorios.

Continuó diciendo que para poder cumplir en un plazo razonable con la entrega de esta magna obra a la humanidad, para concretar la construcción del nuevo diccionario histórico del español, se ha constituido una red panhispánica de ocho equipos de colaboradores americanos provenientes de las academias que se ocuparán de su redacción desde sus respectivas sedes son egresados de la escuela de lexicografía hispana y becarios y ex becarios de la agencia española de cooperación internacional para el desarrollo. Además, intervendrán especialistas de universidades y de centros de investigación. Explicitó que sin duda es una importante iniciativa, pues esta red no solo permitirá que los investigadores de las distintas academias hagan un trabajo mancomunado, sino también que puedan demostrar los conocimientos adquiridos en las distintas etapas de su formación sobre la lengua que nos identifica.

La representante del Instituto Caro y Cuervo, de Bogotá, expuso su adhesión al proyecto de forma entusiasta: ¨El Instituto Caro y Cuervo se incorpora a la red panhispánica de colaboradores para la elaboración del diccionario histórico de la lengua española cercano a cumplir 80 años de trabajo sostenido en la protección y salvaguarda del patrimonio lingüístico de la nación colombiana. El instituto, que es una institución de educación superior adscrito al ministerio de cultura de Colombia, saluda esta iniciativa. Nuestro equipo tiene como centro el grupo de investigación en lingüística y sus líneas de investigación lengua, tiempo, espacio y sociedad, lexicografía, glotopolítica y lingüística han recibido con verdadero entusiasmo y compromiso su designación y sabrán realizar su labor con idoneidad para cumplir con éxito este magno proyecto que han tenido el honor de compartir con las academias hermanas.

De igual manera, doña Rosa Aguilar, rectora de la Universidad de la Laguna, expresó que era un honor participar en la sesión constitutiva de la red panhispánica de academias universidades y centros de investigación para la elaboración del Diccionario Histórico de la Lengua Española.  Explica que cuando la RAE les propone participar en este proyecto no lo dudaron ni un momento, porque supone una potente iniciativa para fortalecer el estudio del lenguaje, la única herramienta que tenemos para pensar. También se sumó a las palabras de agradecimiento el rector de la universidad de Sevilla. El mismo expresó su satisfacción por el hecho de que la universidad participe en la red de equipos colaboradores para la elaboración del diccionario y se basó en tres razones: 1. Porque fue en Sevilla precisamente donde se impulsó este proyecto de la celebración del decimosexto congreso de las asociaciones de las academias de la lengua y allí se mostró la gran alianza de la institución con las academias en general y con la academia española en particular. 2.  Porque es un gran motivo de satisfacción participar en un proyecto de esta calidad de esta envergadura y de estas resonancias y, por tanto, porque de alguna manera se pone en valor la historia de la institución y la calidad investigadora sobre todo en esta singular área de conocimiento.  3. Por la coincidencia temporal que se produce en el inicio de este proyecto con dos efemérides que se realizan desde la asociación de universidades iberoamericanas, una asociación que contempla más de 250 universidades de los 23 países de la región iberoamericana para impulsar la importancia y destacar la importancia del español como lengua el castellano, como lengua vehicular en toda la región. Con este motivo se celebrará un webinario el 16 de abril y de otra parte, también igualmente importante, porque se acerca la efeméride del quinto centenario de la muerte de Antonio de Nebrija.

El representante de la Universidad de la Rioja inició su alocución recordando que La Rioja es la cuna del idioma español, hablado hoy por más más de 550 millones de personas y que desde finales del siglo XV ha sido el vehículo de comunicación que ha unido a tantos países. Por tanto, consideró obvio que la universidad no se mantuviera al margen de la constitución de esta importante red panhispánica de equipos de colaboración que hará posible en los próximos años como un diccionario nativo digital que analizará la historia del léxico desde una perspectiva relacional, atendiendo a los vínculos etimológicos morfológicos y semánticos que enlazan las palabras.  Considera que es una deuda histórica la terminación de este diccionario.

Luego, retornó el director Muñoz Machado y recalcó que lo importante es mantener una disciplina estricta como el método dejado por José Antonio Pascual, a quien naturalmente se seguirá por considerar el proyecto como una fase del diccionario del que llegó a terminar él. Se trata es no separarse de ese método seguirlo tal y como él formuló y para esto es preciso necesario aprender cómo funciona la herramienta informática sofisticada, pero accesible que han preparado los informáticos. En vista de eso, los grupos seleccionados deberán aprender la mecánica de la herramienta y el método. Desde la academia, desde el equipo censal de la academia, se indicará los grupos de palabras de los que se tienen que ocupar, luego se corregirá y revisará hasta que se consiga realmente una uniformidad de trabajo, una armonía absoluta en los criterios metodológicos y técnicos: ¨En términos generales he hablado del método de trabajo y de la manera de que vamos a funcionar a partir de ahora. Debo decirles, por lo menos anunciar en términos generales, quiénes son las personas que van a trabajar. Trabajaremos en red, una red puntos y multipuntos. Punto que es esta casa y multipuntos que serán todas las academias que estén trabajando siguiendo la misma metodología.  Tenemos seleccionados 18 equipos en todo el mundo, que es el núcleo inicial que puede atribuirse puesto que hoy declaramos el título de fundadores del proyecto. Hay coordinadores en argentina, en la academia boliviana, en la academia colombiana, en la academia cubana de la lengua, en la academia mexicana, entre otros importantes colaboradores¨.

En esta parte intervienen dos futuros colaboradores a través de video especificando la importancia de este proyecto y lo valioso que resulta para la lengua española. Al retomar la palabra el señor Muñoz Machado anuncia las nuevas incorporaciones:  ¨Me queda añadir a la presentación, como director general del proyecto, algunas referencias de cómo funciona el diccionario en la red y en este respecto debo decir que hoy vamos a presentar con la ayuda fundamental de doña Mar Campos, una nueva entrega de artículos que se han incorporado al diccionario, más de 700 estamos incorporando en el día de hoy. Con esta cifra llegamos a seis mil en total. El diccionario estrena hoy una nueva visualización. Tenemos hasta ahora una presencia en pantalla determinada que producía diez mil visitas al mes. Hemos cambiado la visualización y hemos hecho cálculos de que va a suponer esto respecto de la utilización de nuestro diccionario histórico. Vamos a cambiar los números para que en un plazo no más de un año, es decir, antes de diciembre de este año, haya un millón de visitas mensuales, lo cual supone situar este diccionario al nivel del que están en la academia el Diccionario panhispánico del español jurídico y el Diccionario Panhispánico de dudas. Realmente es un cambio importante que se debe, entre otras cosas, a los esfuerzos de nuestros informáticos y a la colección que se va a poder hacer directamente del diccionario con la red de Google que podrá tenerlo ahora más accesible.

Una de las bondades expuestas sobre este diccionario es que se puede acceder a él directamente con la red de Google que podrá tenerlo ahora más accesible desde el teléfono móvil como ocurre con diccionario general de la lengua. Esto supondrá una gran movilización de las de las visitas. Seguido en la pantalla aparece un video con algunas de las palabras que se incorporan al diccionario relacionado con enfermedades y partes del cuerpo (tisis, coronaviólogo, coronaplauso, covidianidad…), instrumento de medida (azotímetro, amonímetro, diafanómetro), armas y máquinas bélicas (algarrada, cetme, terebra), indumentaria (chal o chalón), instrumentos musicales (alboca, piopollo, trompa, solovox). Luego, el director continúa: ¨De estas palabras que se incorporan hoy al diccionario, debo confesarles que me gusta mucho piopollo, que es una palabra de un instrumento musical de origen próximo a Andalucía. Pero, me ha llamado mucho la atención cetme. Es una palabra que recuerda tiempos heroicos de todos los varones que estamos presentes en la sala, porque aprendimos a manejarlo en nuestra época de milicias universitarias o de mili ordinarias. Lo he mirado para darles una explicación directa de cómo estaba definidos cetme, que es de lo más hermoso.  Se documenta por primera vez en la acepción ´fusil de asalto individual de repetición y de carga automática´, en 1957, en un artículo publicado en Falange en sentido de la revista Diario de la tarde, de las Palmas de Gran Canarias, donde se anuncia que el ejército alemán está probando este nuevo fusil español. El texto de la noticia dice así: «¿Será cetme el nuevo fusil de asalto del ejército alemán? Tal es la pregunta que nace en una de sus páginas centrales la revista militar alemana. En otra noticia publicada en 1959, en Alle, la revista ilustrada de África occidental española, se ponderan las ventajas del arma. El cartucho del cetme español pesa 18 gramos, toda el arma que se dispara, incluso con un bípode para hacer fuego apoyado en tierra, 404 mil 200 kilogramos. El fusil, cuya longitud no llega ni siquiera al metro, alcanza la distancia antes indicada. Su proyectil logra una velocidad de 800 metros por segundo y el ritmo de fuego entero automático puede ser de ¡500 disparos por minuto! Tal es nuestro fusil cetme, el fusil del ejército español que va a serlo también del alemán como hemos dicho» Fin de la cita¨.

En su alocución agradeció el apoyo recibido de los directores de universidades, las comunidades autónomas, las distintas academias españolas del mundo y otros organismos que se han convertido en una red panhispánica para la elaboración del proyecto.

Al finalizar asegura que es una cita hermosa y de descubrimiento de los diccionarios de historia que llega a ilustrar con cosas de interés y curiosidad e inmediatamente pasa la oportunidad a la doctora Mar Campos, quien dirige el equipo lexicográfico de este proyecto. A su participación le antecede un video explicativo del uso y búsqueda en Google, así como de las redes que forman los campos semánticos.

Mar Campos explica que se parte de una base documental amplia y fiable, la cantera de la que se extraen los materiales que permiten progresar en el conocimiento de nuestro patrimonio léxico. Así mismo, recoge la experiencia de cómo se confeccionaba el diccionario a través de los ficheros: ¨En el pasado, una de las tareas que debían afrontar los redactores de un diccionario histórico consistía precisamente en la confección de grandes ficheros, como el fichero general de la Real Academia Española, compuesto por más de 10 millones de papeletas que registran distintos usos y formas de las palabras en el devenir del tiempo y que tras un proceso de digitalización es un recurso abierto a la consulta pública. Quienes trabajaron con esos inmensos cedularios comprenden mejor que nadie el progreso que ha supuesto la conformación de grandes corpus textuales y, en particular, su integración en la herramienta de redacción del diccionario. Una de las novedades más reseñables de la aplicación informática diseñada para el diccionario histórico.

Se coloca de nuevo un video sobre la búsqueda de palabras en el diccionario y la voz en off explica que el diccionario histórico se entiende como un diccionario total, es decir, aquel que tiene como objetivo recopilar todo el léxico de una lengua en todas las épocas y en todas las zonas en las que se habla o se ha hablado y además presentar los acontecimientos más relevantes de la historia de cada palabra. A esa vocación de exhaustividad se suma, en el caso del Diccionario histórico de la Lengua Española, el hecho de que esta obra se ha pensado y diseñado desde el principio como un diccionario electrónico, relacional y de acceso público en internet como se puede apreciar en los más de 6.300 artículos publicados ya en la página de la Real Academia Española.  La atención a los vínculos que las palabras mantienen entre sí a lo largo de su vida en virtud de su significado o de su pertenencia a una misma familia permite conocer con mayor precisión su biografía. El carácter nativo digital del diccionario se revela de una forma más evidente, en la base de datos léxica, que lo sustenta, en la que las informaciones están estructuradas y desagregadas de tal manera que, además de dar lugar al diccionario histórico, son susceptibles de explorarse y reutilizarse de distintos modos. En dicha explicación se afirma que en el futuro podría construirse con una simple consulta un diccionario de sinónimos o uno del español del siglo XIX, el de una familia de palabras concretas o incluso un vocabulario que recopilase únicamente las palabras terminadas en ería que la lengua española toma del francés del siglo XVIII.

Al retomar la palabra, Campos plantea que con la organización del trabajo por campos y familias léxicas hay cierto protagonismo del que gozan en la última actualización del diccionario algunas palabras y sus familias relativas al ámbito de los órganos y las enfermedades del aparato respiratorio. Cita casos de palabras como pulmón, de bofe, de vuétago, de chófe y otras voces formadas con el tema neumo, como neumonía o neumología. Relativo a ello, explica el vocablo liviano, atestiguado en nuestra lengua por vez primera en el siglo XIII en el duelo de la Virgen de Berceo, según datos ofrecidos por el corpus del diccionario histórico, un recurso público integrado en la herramienta de redacción del diccionario y que constituye la fuente básica de la que se nutre ahora: ¨Ahora, la versión digitalizada del fichero general, por su parte, permite comprobar que liviano se usa en la República Dominicana, según indica Malaret en su suplemento de 1944 a su Diccionario de Americanismos, como denominación de un ´plato hecho con pedazos de bofes y otras vísceras de vaca o de cerdo´. Acepción, por otra parte, no documentada en los corpus en los últimos años¨. También asegura que la disrupción de las bibliotecas y las hemerotecas ha multiplicado las posibilidades de acceder a unas fuentes como las publicaciones periódicas generales o especializadas que siempre se han considerado esenciales para el estudio del léxico, pero que presentaban a veces notables dificultades para su consulta.

Afirma la especialista en lexicografía que en la actualización del diccionario se ha incluido el estudio de las familias de Covid y coronavirus, palabras que pueden considerarse neologismos en nuestra lengua, debido al auge que partir de febrero de 2020 en distintos artículos de prensa. Esta situación ya está documentada en el CORPES 21 donde las páginas de los diarios recogen palabras como covidianidad, covidioma o covidencia. En su amplia explicación incluye que coronavirus es un vocablo documentado en un artículo de El informador, de 1980, para designar un virus que causa enfermedades respiratorias en personas y animales y que comienza a usarse también en febrero de 2020 como sinónimo de la enfermedad denominada también Covid, quizás por influencia del inglés y en otras mediante procedimientos de composición a partir del acortamiento corona o de entrecruzamiento. Esto ha creado una amplia familia de palabras documentada en periódicos digitales o digitalizados que mencionan el nacimiento de los coronabebés, coronadivorcios, o covidivorcios, coronavirólogos, postcoronavirus o postcovid.

Entre las fortalezas con las que cuentan en la actualidad enumera las bases documentales, la ayuda de la aplicación informática de redacción, que permite la automatización de varios procesos y un método particular que atiende a las relaciones semánticas y morfoetimológicas que se establecen entre las palabras. Esto provocará, según sus palabras, que el diccionario histórico avance con el objetivo de reconstruir y valorar el patrimonio léxico la historia de las palabras.  En la colocación de un nuevo video se recalca que este diccionario nos dará la historia de la palabra, si vienen del latín, del griego, de árabe…, la cronología de sus cambios, su biografía y sus significados.

Olivia Piquero, directora de comunicación de la RAE, agradeció a las instituciones colaboradoras y dio paso finalmente a doña Concha Andreu, presidente del gobierno de La Rioja, quien felicitó a la RAE por realizar una labor que mantiene la lengua viva, para adaptarse con éxito a las realidades cambiantes de cada época, y al señor Pedro Duque, Ministro de Ciencia e Innovación. Ambos elogiaron el arduo trabajo que conlleva la confección de este diccionario y ofrecieron su apoyo solidario.

VALORACIÓN DE LA PALABRA

Diálogo virtual de Bruno Rosario Candelier y Ofelia Berrido con los escritores de la diáspora dominicana en Estado Unidos, Rhina Espaillat y Juan Matos

(https://drive.google.com/file/d/1HTinmN-h5uX4yXzyeLsk3hHrGUPW6QUi/view)

 

—Bruno Rosario Candelier: Buenas tardes, Juan Matos. Me da mucho gusto saludarte.

—Juan Matos: Buena tardes, don Bruno. Me complace este diálogo virtual con usted. Yo ya lo conocí y lo saludé en 1983, cuando usted ganó el Premio Siboney de Ensayo con su libro La imaginación insular.

—Bruno Rosario Candelier: Me agrada saberlo. Ese fue un acontecimiento memorable en mi carrera literaria. Y tú, ¿dónde te encuentras ahora?

—Juan Matos: Resido en…. Cerca de Concord.

—Bruno Rosario Candelier: En Concord surgió el Trascendentalismo, movimiento literario entre cuyos poetas sobresalen Ralph Waldo Emerson y Henry David Thoreau.

—Juan Matos: Así es. Es una ciudad con un fuerte movimiento cultural.

—Bruno Rosario Candelier: El ambiente donde uno crece los primeros años de vida influye en nuestro desarrollo cultural, por la energía telúrica y la energía celeste que nos impacta, que misteriosamente no sabemos cómo opera en nuestras neuronas cerebrales, pero influye para que lleguemos a ser lo que somos.

—Rhina Espaillat: Buenas tardes, don Bruno. No se imagina la satisfacción que me produce conocerlo. Es una gran verdad lo que usted acaba de afirmar y por eso precisamente, porque pasé siete años en República Dominicana antes de venir para Nueva York, me he quedado con el deseo de hacer algo por mi país. De hacer lo poquito que puedo hacer que es traducir y…

—BRC: Si usted supiera que eso les pasa a los dominicanos que viven en los Estados Unidos o en cualquier territorio fuera de nuestro país, sobre todo a los que tienen muchos años fuera, que sienten una llamada interior mediante una especie de cordón umbilical de la conciencia, sienten esa llamada, esa apelación, ese impulso de querer hacer algo por su país. Y entonces, naturalmente, lo ideal sería canalizar ese impulso y realizarlo. De manera que usted, que ha hecho mucho en la traducción y en la creación literaria, puede seguir haciendo lo que su sensibilidad le inspira y su talento le permite.

—Rhina: Yo he tenido mucha suerte, porque la verdad es que yo me siento que tengo dos países, dos idiomas, dos culturas, dos familias. Y eso, como siempre les digo a mis estudiantes (Juan lo sabe, porque se lo he dicho), les digo a mis estudiantes de la diáspora aquí —y también a los americanos que vienen de Grecia, de Alemania, de Corea, de todas partes—, yo les digo: “Ustedes no son personas divididas, son personas multiplicadas”.

—BRC: ¿Ah sí? Personas multiplicadas. Está bien dicho eso.

—Rhina: Así es. Les digo: “Ustedes no son menos por haber cambiado su estado, su vida, su destino. Ustedes son más porque tienen más familias en el mundo”. Porque dondequiera que uno va uno crea familia.

—BRC: Quien vive fuera de su país de origen, lo ama mucho más.

—Rhina: En cierto sentido quizás.

—Ofelia: Tienen mucha nostalgia.

—BRC: Hay mucha nostalgia, con el deseo de hacer algo por su propio país.

—Ofelia: Don Bruno, mire, la poesía de Rhina Espaillat usted tiene que tratar de leerla, porque ¡tiene un aliento espiritual, don Bruno, que usted no se puede imaginar!

—BRC: ¿Cierto?  Confieso mi ignorancia de su obra. Quiero conocerla.

—Ofelia: Hay unos libros para usted que ya se los mandaron. Y en el caso de Juan Matos, él vivió la infancia en bateyes.

—BRC: Sí, sé que es de Barahona, tengo esa información.

—Juan Matos: Sí.

—BRC: ¿Se refleja el eco de los bateyes, Juan, en tu obra?

—Juan Matos: Sí, indefectiblemente se refleja mucho.

—BRC: Tienes un dejo parecido al tono expresivo de los boricuas.  ¿Has compartido con puertorriqueños?

—Juan Matos: Sí. La mayoría de mis estudiantes son puertorriqueños.

—BRC: Ah, bueno, de ahí viene el influjo.

—Juan Matos: Trabajando con las comunidades recién llegadas y en los programas de inglés como segundo idioma, trabajo mucho con los centroamericanos y caribeños. Pero la mayoría, hasta la última década, siempre era puertorriqueña. Pero en los últimos quince años la comunidad dominicana ha crecido vertiginosamente. De hecho, ahora en Massachusetts la comunidad dominicana es mayor que la comunidad puertorriqueña.

—BRC: ¿Ah sí?

—Juan Matos: Sí, y hay ciudades, como Providence y Laurence, donde el 80% de la población estudiantil es dominicana.

—BRC: Voy a aprovechar lo que dices para hacerles una pregunta vinculada a la lengua. Recientemente la empresa comercial JUMBO de Santo Domingo está promoviendo la iniciativa de que la Real Academia Española incluya la palabra “mangú” en el Diccionario de la lengua española. ¿Ustedes han escuchado que algún americano mencionar esa palabra? ¿Han escuchado a algún hablante norteamericano decir la palabra “mangú”?

—Juan Matos: Que yo recuerde —en el ámbito de los educadores—, he escuchado a educadores americanos que han visitado a la República Dominicana hablar del mangú, conocen la palabra, lo celebran cuando llegan.

—BRC: ¿Ah sí?

—Juan Matos: Dicen: “Estuve en tu país y comí mucho mangú, y bebí mucha Presidente”.

—Rhina: Mi esposo conocía la palabra y yo no hablaba español, pero él conocía la palabra “mangú” y conocía también los “tostones”, y conocía el arroz con pollo.

—BRC: ¿Su esposo era norteamericano?

—Rhina: Oh sí, americano, del Bronx: americano, judío, rumano.

—BRC: La pregunta la hago por lo siguiente: para la Real Academia Española admitir una variante léxica propia de cualquier país hispanohablante en el diccionario académico, en este caso un dominicanismo, esa palabra debe usarse en tres países, por lo menos. Aquí, en República Dominicana usamos mangú, que es una creación léxica de nuestro país; se usa en Puerto Rico; y sabemos que los dominicanos residentes en los Estados Unidos la usan, pero para que tenga validez en Norteamérica su uso, tiene que ser empleada por hablantes no hispanos, es decir, por hablantes norteamericanos que también usen esa palabra. Si eso se confirma, entonces, ya esa palabra calificaría para cumplir con una exigencia de la Real Academia Española para incorporar una nueva entrada en el Diccionario.

—Ofelia: Don Bruno, ¿y cómo se puede confirmar ese uso?

—BRC: Bueno, hay dos formas: primero, el testimonio gráfico de un texto escrito o el testimonio oral de un hablante americano.

—Ofelia: Por ejemplo, una novela mexicana que mencione la palabra “mangú”.

—BRC: Si es una novela mexicana no es un testimonio válido, porque los mexicanos son hablantes hispanos. Una novela de un norteamericano que la mencione, o un articulista en un periódico. Y la otra opción es la de un hablante americano que confirme que han usado ese vocablo, como decir “a mí gustarme el mangú”, por ejemplo.

—Ofelia: Yo he visto ese uso en Facebook. Norteamericanos que han venido de vacaciones y ponen en Facebook, para los amigos que dejaron aquí: “Me hace falta el mangú”.

—BRC: Me gustaría, Ofelia, que me envíes ese testimonio por escrito.

—Ofelia: Ay, lo voy a buscar, lo voy a buscar.

—Juan Matos: Yo podría conseguir ese testimonio con educadores. Precisamente acá en Concord donde suelo estar como Autor en Residencia, y varios de los profesores… Bueno, ellos viajan todos los años a República Dominicana por una clase que se llama “Salomé”, en la que estudian la obra de Salomé Ureña.

—BRC: ¡Qué bien! Salomé Ureña es la más grande poeta del siglo XIX en nuestro país.

—Juan Matos: Y todos los años tres maestros viajan a República Dominicana a una clase llamada “Las mariposas” sobre el libro En el tiempo de las mariposas de Julia Álvarez, Esos profesores americanos viajan todos los años a Ojo de Agua. Son de una institución privada, se llama Concord Academy, y además es una escuela internacional de estudiantes de secundaria donde llegan estudiantes de diferentes países: de China, de la India, de varios países, y es lo que le llaman un “Bolin School”, una escuela donde los estudiantes llegan como si se mudaran a una universidad.

—Rhina: Le voy a pedir a Julia Álvarez que me mande ejemplos del uso del “mangú”.

—BRC: Pero el testimonio de Julia Álvarez no vale porque ella nació aquí.

—Rhina: Yo lo digo porque ella es académica y ella tiene muchas amistades americanas, ella enseña con americanas y sus estudiantes son americanos, por eso le digo.

—Juan Matos: Voy a escribir ahora en el chat el correo electrónico, maestro Bruno. Si usted me da permiso, puedo escribirle un correo electrónico a usted y a varios de los maestros norteamericanos que sé que conocen del “mangú”.

—BRC: Tienes mi permiso. Mi correo personal es ateneoinsular@hotmail.com.

—Juan Matos: El mío es: <jmmiliteratura@gmail.com> Y gracias, Ofelia, porque nos mandaste la información de los libros para el Ateneo Insular allá en Santiago y La Vega.

—Rhina: También les voy a pedir esos testimonios a Willis, que es académico también, porque él enseña en un colegio. Yo conozco muchos académicos aquí, y tengo amistades americanas, puros angloparlantes y también sus estudiantes, y si me mandan prueba pues entonces se las mando a usted.

—BRC: Magnífico, muy bien.

—Ofelia: Juan, déjame hacerte una pregunta. ¿Qué te gustaría a ti comunicarle a don Bruno, algo que tú quieres que él sepa ya que estamos con él aquí?

—Juan Matos: Ah, sí, yo tengo aquí, como dicen, mi “wishlist”, tengo mi ‘lista de deseos’. Primero le agradezco la gentileza de darnos la oportunidad de conversar con usted.

—BRC: Muchísimas gracias, Juan, me siento honrado.

—Juan Matos: El sueño mío —y estoy seguro que de Rhinamai también—, es cómo suplir esa necesidad que tenemos de unir a los escritores dominicanos con los escritores de la diáspora. Por ejemplo, fue a través de Juan Félix que tuve el medio de conocer a Ofelia. Yo leía sus ensayos, etcétera, igual que como leo los suyos, don Bruno, y así otros autores. ¿Cómo lograr un encuentro con escritores de la diáspora y los miembros de la Academia?

—BRC: Pienso que en este momento un medio ideal sería organizar diálogos o charlas, como ahora lo estamos haciendo vía Zoom, y yo me ofrezco a dar una de esas charlas sobre lengua y literatura. Este medio electrónico es una forma de establecer una vinculación.

—Juan Matos: Exacto. Voy a tomar notas. Eso es muy interesante, muy interesante.

—BRC: Ahora mismo son importantes los encuentros virtuales, en razón de la pandemia, ¿verdad?, pero, sobre todo, ya esta plataforma va a quedar para siempre. Aun cuando pase la pandemia, va a quedar como medio de comunicación y de relación este vínculo electrónico, que antes no lo estábamos usando. Fíjense cómo, a partir de la pandemia se ha generalizado el uso del Zoom y de otras plataformas telemáticas. ¿Qué se puede hacer? Bueno, además de un conversatorio como este –es admirable que yo estoy hablando con ustedes dos, Juan Matos y Rhina Espaillat, ustedes en los Estados Unidos y Ofelia Berrido y yo en nuestro país— lo que nos enriquece a todos. Nos enriquece, ya los conozco a ustedes dos, sabía que existían, pero no los conocía, no los había visto, como ahora.

—Rhina: El honor es nuestro, don Bruno. Si Juan me presta la lámpara mágica de donde sale el genio, el geniecillo, yo también tengo un deseo, y no tienen que ser tres con uno me conformo, y es este: yo he querido, hace mucho tiempo, que en las universidades y colegios de aquí exista un departamento —del idioma, naturalmente—, pero un departamento especial para la traducción. Yo creo que eso es una cosa importantísima. Pero también, no solo aquí, sino allá. Porque cada puente tiene dos puntas, para cruzar el río tiene que tener dos puntas.

—BRC: Claro, una relación es siempre entre dos.

—Rhina: Y si queremos que se junten esas culturas y se enriquezcan mutuamente debe haber en cada universidad un departamento de traducción y que tengan maestros que sepan varios idiomas, inclusive el inglés, naturalmente, pero otros también. Porque el mundo está creciendo, el mundo está saliendo de su primer hoyito, porque era un hoyito que había, y ahora es enorme. Es así. Si uno quiere vivir con el mundo hay que saber otros idiomas.

—BRC: Muy buena propuesta.

—Ofelia: Don Bruno, puede surgir esta posibilidad, que no sé si…Yo estoy hablando, como estamos aquí entre amigos. Pero, por ejemplo, en el caso de Rhina —según yo tengo entendido—, ella ha sido profesora de gente que está estudiando para ser traductor. Entonces, ella no es que conoce un poquito el idioma inglés y ahora está traduciendo. No, ella es profesional de la traducción. Entonces, sugiero yo que tal vez, y no sé si Rhina está de acuerdo: que, por ejemplo, en la Academia de la Lengua eso que ella dice pudiera, quizás, surgir un departamento, o un área —o lo que sea—, que tenga que ver con traducción y pudiera quizás uno pensar que ella misma pudiera participar en eso, porque es una experta reconocida. O sea, no es una improvisada. Me parece que eso sería —como ella quiere servir al país—, eso sería una gran manera, una gran forma.

—BRC: Bueno, para materializar esa magnífica propuesta tuya, Ofelia, podríamos comenzar contigo misma, porque tú dominas el inglés y conoces el español.

—Rhina: Exacto, exacto.

—BRC: Se necesita una persona que conozca los dos idiomas, el inglés y el español.

—Ofelia: No, doña Rhina, porque no soy traductora. Yo hablaba de doña Rhina.

—BRC: Pero tú, en nombre de la Academia, podrías ser el enlace para esos encuentros.

—Ofelia: Ah, usted dice que tome el proyecto para desarrollarlo.

—BRC: Exacto.

—Ofelia: Aquí yo, pero doña Rhina allá.

—BRC: Ella en los Estados Unidos y tú en nuestro país.

—Rhina: Exacto, dos partes del puente.

—Ofelia: Bien, doña Rhina. Yo domino el inglés, pero no soy traductora.

—Rhina: Yo tengo muchísimas traducciones en ambos sentidos: del inglés al español y del español al inglés. He traducido muchísimo, todo lo importante de san Juan de la Cruz.

—BRC: ¿Ah sí? ¿De san Juan de la Cruz?

—Ofelia: Mire, don Bruno, que yo le dije que ella estaba traduciendo.

—BRC: Ha tocado mi autor favorito.

—Ofelia: ¡Usted le dio por donde es, doña Rhina!

—BRC: San Juan de la Cruz es mi inspirador y es, doña Rhina, el patrono espiritual del Ateneo Insular y el Movimiento Interiorista.

—Rhina: ¡No me diga! Ese es uno de mis favoritos, uno de los amores de mi vida.

—BRC: Magnífico.  Compartimos esa simpatía.

—Rhina: Y es el santo de los poetas.

—BRC: Fue declarado por Juan Pablo II, que era poeta, el Patrono de los Poetas.

—Rhina: Y también he traducido a sor Juana Inés de la Cruz y a muchas mujeres de Sudamérica, como Juana de Ibarbourou.

—BRC: Bueno, hay otro punto en común entre nosotros.

—Ofelia: ¿Usted sabe qué pasa con eso, don Bruno? Que yo sepa, ninguna otra Academia que pertenezca a la Real Academia Española, tienen un área destinada a la traducción de textos del español…

—BRC: Creo que ninguna la tienen.

—Ofelia: usted sería innovador en eso.

—BRC: Bueno, no yo, sino la Academia Dominicana.

—Juan Matos: Es interesantísimo.

—Rhina: Que lo apreciarían muchísimo, porque yo he pasado muchos años traduciendo, así, por el mero gusto, y para servirle a mis dos países. Pero yo tengo 89 años ya, y no voy a poder seguir haciéndolo mucho tiempo. Y por eso he tratado de juntar gente joven y he tenido ese “workshopt”, ¿cómo se dice?

—Juan Matos: Ese taller.

—Rhina: Ese taller de traducción que yo he tenido en la casa. Es aquí, en mi casa, alrededor de la mesa de la cocina. Y son gente que viene una vez al mes, antes de la pandemia, naturalmente, ahora no viene nadie. Y esa gente, por lo menos, a mí me dice, quizás por afecto, por gratitud, que han aprendido mucho. Y yo espero que hayan aprendido algo. Y yo lo que quisiera hacer es mandarle los escritos míos sobre las traducciones. Y también darle nombres de varias personas aquí en este país que pueden ser parte de la otra punta del puente. Porque, por ejemplo, Willis Ramírez…

—Juan Matos: Sí, eso iba a mencionar, aquí tengo el nombre de Willis.

—Rhina: Y entonces el señor Eugenio Marcano no traduce poesía, pero traduce prosa perfectamente. Es un traductor excelente. Me hizo una traducción a mí, porque yo le mandé uno de mis escritos sobre la traducción, precisamente, que está escrita en inglés, y él me dijo: “Ay, no se moleste, no se moleste en traducirla, que yo lo hago”. Y yo digo: “Bueno, muy bien”. No podía haber sido mejor.

—BRC: Perdone doña Rhina. Ofelia, aprovechemos a doña Rhina y vamos a pedirle que en uno de los próximos encuentros virtuales que dé una conferencia sobre las traducciones.

—Ofelia: Okey, usted me dará la fecha y yo se la doy a ella. Ya ella sabe y si ella acepta, daría una charla a un grupo de escritores sobre la traducción y los puntos más importantes que ustedes consideren. Y, en un futuro cercano, digamos el mes que viene pudiéramos reunirnos para planificar bien. Usted, Juan y yo podemos escribir como un pequeño proyectito para esta área de traducción —que podría ser de la Academia Dominicana de la Lengua— para formar algo bien formal de las tres cosas que escribamos, mandársela a don Bruno, que él le dé el visto bueno, lo apruebe y entonces que él lo anuncie. Hacemos una reunión por internet para anunciar eso. Pero que ya eso va a ser como algo de la Academia y que también puedan participar también miembros del Interiorismo.

—BRC: Me parece muy bien.

—Ofelia: El asunto es que este equipo, que lo van a formar Rhina y Juan —que tienen los traductores allá— y yo voy a ver cuáles hay aquí —porque aquí deben haber—, entonces se forme este equipo de traductores, pero para trabajar con qué, con los textos de aquí, dominicanos hacia allá…

—Juan Matos: Eso es lo que queremos.

—Ofelia: Y los que están en la diáspora, para que se conozcan aquí. Los que escriben allá, pero que son dominicanos, y los que escriben en español aquí, pero que no se conocen allá. —Lo que ella hizo con mi libro Anacaona: estaba escrito en español y ella lo tradujo al inglés y ahora lo conocen allá en inglés.  

—BRC: Doña Rhina, usted ha hecho feliz a Ofelia. Ella me dijo lo feliz que estaba, me llamó para comentarme la felicidad que usted le produjo al traducir ese texto y ella está súper fascinada.

—Rhina: La que está fascinada y feliz soy yo porque es un texto que, cuando lo leí en español, yo dije: “Eso no se puede quedar en un solo idioma, eso tiene que traducirse”.

—Juan Matos: Usted me puso de castigo, porque me llama y me lo dice. Me dijo: “Pero cierra el pico, que todavía no termino”. Y yo no podía quedarme con esa, yo estaba brincando, porque ella me mandó el primer borrador. Y digo yo. “Bueno, yo tengo que mortificar a alguien” y llamé a José Enrique.

—Rhina: Yo le quiero leer a don Bruno algo de san Juan de la Cruz.

—BRC: Ay, sí, por favor. Quiero que me lea un poema suyo y uno tuyo, Juan.

—Juan Matos: Oh, yo de mil amores.

—Rhina: Pero yo quiero leérselo en inglés, mi traducción al inglés, a ver.

—Ofelia: Don Bruno, hay una cosa, traducir poesía no lo puede hacer cualquier persona.

—BRC: Así es, yo lo sé.

—Ofelia: Tiene que ser un poeta, porque el que traduce poesía y no es poeta, no le sale.

—Rhina: A mí me da piquiña cuando encuentro un poema riquísimo, con rima y con todas las divinidades que tiene la poesía, y entonces lo traducen como verso libre. Eso es un pecado.

—Juan Matos: Juan Freddy Armando se ha referido bastante a eso.

—Ofelia: Yo le quiero decir algo a don Bruno. Mire, cuando usted oye una canción en inglés o en francés o en alemán y usted no sabe lo que dice y usted la encuentra bella.

—BRC: Sí, así es.

—Ofelia: Pues eso es lo que va a pasar cuando ella le lea a san Juan de la Cruz en inglés. No importa que lo oiga alguien que no entienda el inglés porque la belleza, el verbo, en el idioma que ella lo ha traducido, desde san Juan de la Cruz, usted lo va a sentir.

—Ofelia: Ella tradujo su poesía y su prosa. Don Bruno, mire, cuando yo leí la traducción que hizo de lo mío, fue como a las dos de la mañana, yo me paré de ahí a llorar.

—BRC: Sí, tú me dijiste eso, que lloraste.

—Ofelia: Porque estaba precioso en inglés; porque aquello era una cosa hermosa, era súper estético. Estaba tan bien hecho que yo dije: “Pero ¡Dios mío!, parecería que fue escrito el original en ese idioma”, viendo lo bien hecho que está. Entonces, por eso yo digo. Cuando yo vi eso pensé en eso, que la Academia debiera tener un área para eso. 

—Juan Matos: En las universidades de Santo Domingo, ¿tienen programas de idiomas? Por ejemplo, yo sé que el Centro Domínico-americano prepara a los médicos cuando van a tomar los “Board” y esas cosas. Porque fíjate, cuando falleció Norberto James, nosotros en el College le preparamos un homenaje a él, y una de las grandes sorpresas fue encontrar, aquí mismo, a cuarenta y cinco minutos de distancia, una chica que su padre es dominicano, su madre es argentina y es una excelente traductora; una joven que lo que conoce de la literatura dominicana es porque su padre, que es cocolo de san Pedro de Macorís, siempre desde chiquita le llevaba libros y ella se ha interesado mucho por la literatura dominicana. Pero nosotros no la conocíamos. Entonces a mí lo que se me da es, si de alguna manera, allá, en República Dominicana los jóvenes que están estudiando inglés como segundo idioma, porque, eventualmente, quién sabe si a lo mejor es una quimera, si hay un grupo que estaría interesado en sumarse al grupo de los jóvenes dominicanos de acá de la diáspora y enlazar esos jóvenes para fines de traducción, específicamente.

—Rhina: Eso ayudaría a juntar los dos grupos: los de nuestra isla y los de aquí.

—Juan Matos: Con estos jóvenes de acá, para fines de traducciones.

—Ofelia: Yo me comprometo, que en las universidades donde he trabajado, como en UNIBE, la UNPHU y en PUCAMAIMA, a hablar con los jefes de los departamentos de idiomas, a proponerles que seleccionen algunos estudiantes para un curso con Rhina de traducción. Pero, Rhina, si ellos hacen eso, tendría que haber un diploma. O podríamos hacer otra cosa, hacer primero el proyecto para don Bruno, de la traducción y a partir de ahí, que entonces sea la misma Academia la que dé ese reconocimiento.

—Rhina: Eso debe comenzar en Santo Domingo.

—Ofelia: Pero eso tiene que ser si don Bruno lo aprueba.

—Rhina: Claro que sí.

BRC: Yo les digo que sí, en principio lo apruebo, a partir del documento. 

—Rhina: Bueno, muy bien. Les voy a leer “En una noche oscura”, ¿verdad?

—BRC: De acuerdo. Todo lo que escribió san Juan de la Cruz es admirable.

—Rhina: “La noche oscura”, eso es lo más lindo que se ha escrito en el mundo, que les voy a leer la primera estrofa solamente en español y entonces les leo el resto en inglés:

En una noche oscura, 

con ansias, en amores inflamada, 

¡oh dichosa ventura!, 

salí sin ser notada 

estando ya mi casa sosegada. 

    Eso es un misterio. Cualquier lector se enamora inmediatamente porque es una aventura de una cosa que puede ser hasta peligrosa. Quiere decir que el lector ya está como un pez, cogido con el anzuelo.

—BRC: Muy bella dicción la de doña Rhina

—Ofelia: Ya usted sabe, y mire por donde ella va, mire lo que ella traduce por gusto, eso es lo que le da placer a ella: traducir.

—Rhina: Esta es una revista de poesía religiosa, poesía de fe.

—Ofelia: Póngasela en la pantalla la revista, para que don Bruno la vea. Mire, don Bruno, en una revista académica ella tradujo a san Juan de la Cruz y le dieron tres cuartas partes de la revista para su traducción.

—Juan Matos: Léale de su autor favorito.

—Rhina: Yo soy muy peligrosa. Si me ponen a leer, se acabó la fiesta.

—BRC: Pero lea algo suyo, un poema de su autoría.

—Ofelia: Ah, en español, algo suyo.

—Rhina: ¿Algo mío en español?

—Juan Matos: Yo le quiero leer esto de Rhina. Este es uno de mis trabajos favoritos, “Agua de dos ríos”.

—Juan Matos: Tiene textos en inglés y español. Ella escribe:

 

“Para mi tataranieto el astro pionero”

 

Tú, fulanito 

que por los caminos de mi sangre 

te lanzas al futuro 

dime si llevas los mil sabores del viento 

la luz del rocío 

las lenguas del musgo y helecho 

que cantan de la tierra. 

¿Y dónde dejaste la lluvia? 

Que no se te pierda ni el gemir de la gaviota 

en su desierto azul 

ni estas estrellas tibias como caricias 

que no encontrarás en tus noches de acero. 

Fíjate que no te falten mariposas 

Apréndete el color de las horas 

Y, ¡toma!, 

que en esa cajita de huesos 

te dejo el perfume de los mares. 

 

—Ofelia: ¡Qué belleza!

—BRC: ¡Y qué ternura!

—Juan Matos: Es una cosa sublime. ¡Ah! Una de las cosas maravillosas de Rhinamai.

—Juan Matos: ¡Cómo trasciende la musicalidad de una lengua a la otra!

—BRC: Ella le pone emoción a la expresión y al sentido.

—Rhina: Cuando uno se pone a traducir un texto de un poeta en su idioma, como Juan Matos —yo lo mascullo, pero él lo trabaja, él conoce el idioma, como un poeta dominicano. Cuando uno se pone a traducir algo de él, o de César Sánchez Beras uno está en la gloria.

—BRC: Oye, Juan, ¡qué piropo te han echado!

—Juan Matos: Ella me compromete mucho.

—Ofelia: Juan, lee algo tuyo para que don Bruno conozca algo de tu obra.

—Juan Matos: La primera vez que me tocó viajar con Manuel David a la universidad, él me presentó su noviecita, pero él tenía tanto miedo, entonces escribí:

 

“No tiembles corazón”

(Para mis hijos ante el flechazo de Cupido)  

No tiembles corazón frente al espejo 

deja el miedo volar que te consume 

no reniegues del amor 

lucha parejo 

dolor es el sendero de aquel que de sí huye. 

  

—BRC: “Dolor es el sendero de aquel que de sí huye”, profunda y hermosa intuición.

 

La honda angustia que por piel llevas 

te viste de temor, te ciega en pleno. 

Mas es tanta la sed de darte por entero 

que a tu mismo sentir 

sentir le niegas. 

¡Ay, triste corazón! 

¡tan temeroso! 

que del martirio pendes sin reposo 

mas niegas del amor que se avecina 

a la tenue pared de tu alma herida. 

No niegues corazón vida a la vida 

del delirio a la sombra anda tu pecho. 

Sostente en la batalla 

y vete al lecho 

al margen de la pena y la herida. 

Al alba de las albas has de nacerte 

 con un sol de coraje en pecho abierto 

que el mismo temor a ti ha de temer. 

Sé firme, sé timón en mar tan cierto 

que aquella oscuridad 

dolor sentido 

sucumba para siempre en el olvido. 

 

—Rhina: Es un poema muy bello.

—BRC: Hay hondura y belleza. Te felicito.

—Rhina: Eso es la diáspora dominicana.

—Juan Matos: Yo tengo aquí Intercambio: intercambio de escritores-educadores, porque ahí nos beneficiaríamos muchísimo. Similar a lo que nos ayudó a hacer Rhina con su pueblo , y lo que hacemos aquí. ¿Cuáles de los escritores nuestros están enseñando, y qué enseñan? Por ejemplo, Ofelia,  ¿qué usted enseña?

—Ofelia: Literatura y español.

—Juan Matos: Entonces, yo tengo, por ejemplo, Rodaina, una académica dominicana que enseña literatura y español. Entonces nosotros la conectamos.  Y miren, en este mes, yo voy a tratar a, b y c; y puede que coincida. Entonces, si coincide, ustedes se preparan de tal suerte que los estudiantes suyos conozcan lo que se va a trabajar y entonces hacer estas conferencias con los estudiantes de clase a clase. Desde luego, su plantel escolar acá, por ley, uno debe pedir permiso al supervisor, pero siempre esas cosas que son de academia las aprueban. Y resulta que los estudiantes se van a encontrar en conferencias y se van a leer los unos a los otros o van a discutir el tema que usted está enseñando allá, y el punto de vista de lo que se está tratando, pues, se amplía. Y, ¿qué va a terminar? Usted conocerá una profesional, ellos conocerán otros jóvenes y entonces viene a partir de ahí un intercambio del género epistolar, y terminaríamos con ese intercambio de la lengua: si alguien de tu clase escribió algo en español y estos que están acá dominan el inglés, entonces estos les presentarían una traducción de lo que escribió, prosa o poesía. Generalmente a ese nivel ellos se sienten más cómodos escribiendo en prosa. Y, entonces, con el tiempo, podríamos construir una comunidad de jóvenes académicos que van a continuar, que nos van a suceder a nosotros. Ese es uno de mis sueños.

—Ofelia: Muy bien, Juan. Lo ideal sería lanzar un proyecto y caminando…

—Rhina: ¿Ustedes conocen a César Sánchez Beras?

—Ofelia y BRC: Sí, lo conocemos, y es muy buena su poesía.

—Rhina: Este es mi hijo dominicano, nos hemos adoptado mutuamente.

—Ofelia: Además, él es una persona muy buena, muy pura.

—Rhina: Es un alma de Dios.

—BRC: Recientemente leí sus dos libros más recientes, que él me los mandó para que yo le diera mi opinión. Y le di mi valoración sobre esos dos libros, muy buenos.

—Rhina: Voy a leerles Areíto por todos, de César, con mis traducciones.

 

“Areíto por todos”

Me sacaron como apache de la llanura y del viento 

me arrojaron como inca de la barca del silencio. 

Pero vengo de la sombra 

del pasado y del futuro. 

Me sacaron como indio 

pero vuelvo como negro. 

Me sacaron como negro del tambor de la esperanza 

me negaron el trapiche para moler mis adentros,,,

Pero vuelvo en la manigua,  cimarrón, blanco y negro. 

Me sacaron por judío, por latino, por moreno, 

me sacaron por hispano por guloya y por negrero. 

Me sacaron de las nubes donde desnudé la lluvia 

Me sacaron de los montes donde desnudé la tierra. 

Pero vuelvo como indio, pero vuelvo como negro 

pero vuelvo en español, en […] y en taíno 

regresando por los montes  estrenando un rostro nuevo. 

Vengo con el mascarón  de los que no tienen patria. 

Me sacaron, me sacaron  pero vuelvo, pero vuelvo. 

 

—Ofelia: ¡Qué bien! A mí me parece que él debe estar reencarnado en negro, en indio, en aquello, en lo otro, entonces vuelve de otra manera. Bueno, muy bien, yo creo que hemos tenido muy buena velada, no sé qué ustedes opinan.

—Juan Matos: Yo me siento, en verdad, muy emocionado de encontrarme con el maestro don Bruno Rosario Candelier. Ofelia, seguiremos en contacto para ver cómo se construyen los puentes, como dice Rhinamai, y eventualmente llevar a realidad uno de estos sueños.

—BRC: Antes de terminar, quiero escuchar otro poema tuyo, Juan.

—Juan Matos: “Para los maestros”, un poema a mi mamá, cuando vivía en el Bronx:

 

Usted sabe, maestra, que le debo más que versos 

y que, definitivamente, es imposible cancelar factura 

porque el sol de mis días de mi vida 

tiene su rostro, su calor y su fe. 

Esta deuda a su ancestral amor 

ascendente función espiritual 

deriva en infinita maravilla 

germina en su vientre 

nace, se multiplica, 

 día a día. 

¿Con qué algoritmo nombrarte, madre? 

Después de su nombre 

cualquier frase es un adorno innecesario 

excepto que “la amo”. 

 

—BRC: Muy bien. Altamente complacido de haberte escuchado, Juan.

—Rhina: Bueno, yo también le voy a leer uno mío. Este se llama “Para Petronila, la tejera”. Petronila es un nombre que yo encontré en el árbol de mi familia, y me dijo mi tía que ella era la nieta de un esclavo y se casó con uno de los Espaillat:

 

“Petronila, 

en el árbol familiar de mi ascendencia 

he dado con tu nombre 

en un borroso renglón que quiere aunar tu vida 

con la vida de aquel hombre. 

¿Cuántos tátaros son, si he de contar, que te llevó al altar? 

Aquel hijo de España, enamorado, te entregó mi apellido. 

¿Te fue fiel? 

¿Supo honrar en tu carne al desdichado viso, tátaro abuelo 

que secuestrado en África, en trabas, 

me legó esta piel, entre canela y miel? 

Quiso, con la moneda de su amor, 

pagar la horrenda deuda incalculable de vida 

a los que a fuerza de labor, obligado y trato abominable 

crearon en mi tierra gran valor y culpa imperdonable. 

Nombrada entre los míos en esta fila, 

¿no hay señas que indica si sufriste? 

Pero tu origen abarca asunto triste. 

Con tan ásperas fibras no se hila vida de seda, 

pero en tu vientre urdiste a mi pueblo, Petronila. 

 

—BRC: Maravilloso.  Me complace, doña Rhina, conocer su sabiduría, su alta capacidad lingüística y su vocación literaria. Y a ti, Juan, también me complace haberte conocido. Ya leerá la obra de ambos. Le agradezco a Ofelia que ha propiciado este encuentro.

—Rhina: Gracias, gracias a ustedes por este encuentro.

—Juan Matos: Ay, sí, Ofelia, gracias, a ti. Muchísimas gracias, don Bruno.

—BRC: Realmente me he sentido altamente complacido con haberlos conocido a ustedes dos, a Juan Matos y a Rhina Espaillat. Y espero que este vínculo continúe.

—Rhina: Bueno, yo me siento que estoy flotando en el aire.

—Juan Matos: Gracias, Ofelia, por presentarnos al Maestro y hacer este encuentro posible.

—BRC: Gracias a ustedes, que sigan bien.

 

Transcripción: Miguelina Medina