LA RAE PRESENTÓ RED PANHISPÁNICA DE COLABORADORES

La Real Academia Española presentó la Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros de Investigación para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española. El acto fue celebrado en la sede de la institución en Madrid. Estuvo presidido por el ministro de Ciencia e Innovación de España, don Pedro Duque, y dirigida por el director de la RAE y presidente de la ASALE, don Santiago Muñoz Machado. Estuvieron presentes, además, la presidenta de comunidad de La Rioja, doña Concha Andreu, y la coordinadora del equipo central del DHLE, Mar Campos. En la misma participaron también los directores y presidentes de las diversas Academias miembros de la Real Academia Española y de la Asociación de Academias de la Lengua Española, algunos de los cuales de forma telemática por medio de la plataforma Zoom.  Otros miembros de la corporación y colaboradores, pudieron participar mediante la plataforma de YouTube de la RAE.

 «El Diccionario histórico de la lengua española se refuerza con nueva metodología»   

Don Santiago Muñoz Machado agradeció la presencia de todas «las instituciones que apoyan y patrocinan este proyecto, como Inditex, y a la Fundación Pro Real Academia Española, entre otras; y a las Academias y Universidades y los Centros de Investigación que conforman el núcleo inicial de la Red panhispánica de colaboradores».

«El Diccionario histórico de la lengua española se refuerza en esta etapa con una nueva metodología», expresó. Hizo una reseña general de la historia del Diccionario histórico de la lengua española a través del tiempo. Cito algunos de los textos que, en este sentido, están publicados en el sitio web de la Academia, por motivo de interferencias de audio en esta parte de transmisión. No obstante, puede accederse a su discurso por medio del enlace citado al inicio de esta crónica:

 

(1933-1936). «El Diccionario histórico de la lengua española (1933-1936) supone la confluencia entre la tradición del Diccionario de autoridades y el sistema de trabajo de la lexicografía histórica que se practicaba en Europa desde el siglo xix. En pocos años, a pesar de la escasez de materiales y de la dudosa fiabilidad de algunos de ellos, se publicaron los dos tomos de este diccionario (de la A a la Ce). Los ejemplos que se contienen en estos volúmenes fueron decisivos para la confección de otras obras y facilitaron el paso adelante que supuso el Diccionario histórico de la lengua española de 1960-1996» (https://www.rae.es/obras-academicas/diccionarios/diccionario-historico-1933-1936). (1960-1996). «En el año 1946 se crea el Seminario de Lexicografía de la Real Academia Española para emprender la redacción de un diccionario histórico del español, acorde con los métodos de la moderna lexicografía, representada por el Oxford English Dictionary. En 1951 se publica una muestra. Entre 1960 y 1996 se editaron los fascículos de las palabras comprendidas entre a-apasanca y b-bajoca. Con el fin de facilitar su consulta y la recuperación de sus datos, se proporciona una versión electrónica que va acompañada de una herramienta de búsqueda» (https://www.rae.es/obras-academicas/diccionarios/diccionario-historico-1960-1996). (2013-2019). «En agosto de 2013, coincidiendo con el tercer centenario de la Real Academia Española, se publicó una primera muestra del entonces denominado Nuevo diccionario histórico del español (NDHE) a la que han seguido actualizaciones periódicas. En el XVI Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española (celebrado en Sevilla, en noviembre de 2019), fue reconocido y aprobado como proyecto académico panhispánico» (https://www.rae.es/dhle/) (Fin de las informaciones citadas).

 

Descripción de «la nueva etapa del Diccionario histórico de la lengua española» 

En su discurso Muñoz Machado explicó que «hubo unos años de preparación de la nueva y definitiva etapa, que es en la que estamos. El trabajo aquí correspondió, fundamentalmente, a don José Antonio Pascual, de la dirección a partir del 2005-2006»:

«Don José Antonio montó un equipo nuevo y creó una nueva metodología para el Diccionario, metodología que cambiaba, radicalmente, algunas de las bases del método anterior. Por ejemplo, sustituyendo el criterio alfabético de la organización del trabajo y sustituyéndolo por un sistema relacional que es el que mantenemos hasta la actualidad. Es diferente a los anteriores Diccionarios en papel que presentan las palabras aisladas. El Nuevo diccionario histórico de la lengua española desarrolló la historia del léxico desde una perspectiva relacional, es decir, atendiendo a los vínculos etimológicos, morfológicos y semánticos que enlazan las palabras».

Apuntó que «el Diccionario histórico de la lengua española ha sido concebido, por tanto, desde el tiempo de don José Antonio Pascual como una base de datos léxica y diacrónica que permite redactar sus artículos de acuerdo con un criterio de organización del trabajo por campos semánticos, o voces relacionadas por su significado, y familias léxicas». Y «de esta situación hemos partido —añadió—, de mantener lo que nos concedió don José Antonio para añadir, a lo que él tenía establecido, algunos criterios complementarios que tratan de corregir lo que la historia del Diccionario nos ha enseñado reiteradamente».

«Necesitamos, fundamentalmente, más equipos; necesitamos, fundamentalmente, más medios para avanzar una obra que, si no se imponen estos criterios nuevos, tardaría en completarse 80 o 90 años. Preparar y publicar unos 1000 trabajos al año, como está haciendo actualmente el equipo, considerando la cantidad de voces de la lengua española, tardaríamos la cantidad de años que acabo de decir», señaló. «Ahora de lo que se trata es de aligerar el trabajo, establecer un proyecto a más corto plazo. Pero debo advertir, desde este mismo instante, que los diccionarios, todos en general, hay que tratarlos con tranquilidad, despacio, no se trata de correr. Se trata de hacer las cosas lentamente, pero con más gente y con más medios. Uno de esos medios es, fundamentalmente, la informática, los medios digitales, que permiten trabajar mucho más aprisa porque la información con que contamos es mucho más importante».

 

«Recursos electrónicos complementarios» 

Señaló Muñoz Machado que «los recursos electrónicos complementarios, que ahora se pueden porque ya están a disposición del Diccionario, son muy importantes»:  «El primer recurso léxico desarrollado para el Diccionario es el denominado Corpus del Diccionario histórico que tiene tres capas que reúnen 350 millones de fórmulas, de ocurrencias, están integradas en las herramientas de redacción del Diccionario, lo que supone una novedad importante. Imaginen las distancias entre una lexicografía de fichas y esta lexicografía digital, que permite un manejo formidable de lo que los redactores de los diccionarios pueden manejar, además de una herramienta de redacción que trabaja en algunos aspectos, incluso, automáticamente».  Dijo que «está a disposición, ahora, de los trabajos de los equipos del Diccionario nuestro viejo Diccionario de autoridades que se hizo entre 1726 y 1739; también nuestro Diccionario histórico de la lengua española, el del período de 1933-1936, y el del período de 1960-1969; el mapa del Diccionarios académicos que se trabajó y se consiguió gracias a un convenio firmado con el Instituto de Estudios Canarios; el Diccionario histórico del español de Canarias. Se dispone también del nuevo Tesoro lexicográfico de la lengua española y un extenso repertorio bibliográfico formado por la Academia en diferentes etapas, entre otras muchas cosas». «Ahora estamos trabajando en la publicación en Internet, en su versión electrónica, de un Tesoro de los diccionarios históricos del español que acumulará todo ese material y más dispuesto a un manejo más fácil. De modo que solo recogiendo los artículos ya publicados en los Diccionarios históricos tendríamos un conjunto de lemas disponibles para trabajar sobre ellos. Del primer proyecto, del 33-36, tiene 22,800 emblemas, el segundo proyecto tiene 28,000 y el actual ya va, con la entrega que vamos a mostrar hoy, por 6,325».

 

«El cambio presentado consiste, fundamental, en un cambio de estrategia operativa»  

«Fundamentalmente el cambio que les estamos presentado «consiste en un cambio estratega, una variación de la estrategia operativa»:

  1. «Creamos hoy una Red panhispánica de Academias, Universidades y Centros de Investigación para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española,que no es absolutamente nuevo en cuanto a la metodología que vamos a emplear porque herramientas fundamentales de esta Casa, como los corpus CORDE y Corpus, también se basan en la colaboración con las Universidades. Pero ampliando este método, y haciéndolo más ambicioso, científicamente convertimos el Diccionario histórico en un proyecto colectivo de la Academia, bajo la dirección de la Academia, la tutela de la Academia y la corrección, en su caso, de la Academia; pero con la participación de los mejores lexicógrafos de nuestro país para que ellos den la seguridad de una obra que cuando la tengamos hecha, al menos parcialmente, sea una obra histórica, no solo por las dificultades que ha habido para abordarla, sino porque somos uno de los últimos países importantes de Europa que no tiene un Diccionario histórico de su propia lengua».
  2. «El proyecto es un proyecto que tiene dimensión panhispánica por primera vez en la historia de esta obra. Siempre ha sido la Academia la que ha guardado para sí y para colaboradores y profesores españoles. Ahora son todas las Academias americanas que quieran participar (en este primer momento vamos a presentar a unas cuantas), todas las que quieran participar; y universidades españolas, todas las que quieran sumarse a un proyecto que concebimos como un proyecto colectivo en el que lo mejor de la inteligencia lingüística española participe, porque la obra realmente lo merece».
  3. «Será un proyecto de Estado. ¿Qué le voy a decir, señor Ministro? No hay bien cultural mayor que tenga España que su lengua, y su conservación en los ámbitos donde se habla. Por tanto, siempre agradecemos mucho al Gobierno que nos haya ayudado en todo lo que lo ha hecho, que es mucho. Pero vamos a pedir más para que nos ayude en esto, que, realmente, es un proyecto de importancia, no solo para nosotros, sino para la mayor parte de las personas que nos está escuchando ahora mismo desde América. Son ellos los que van a hacer la obra junto con nosotros puesto que la lengua no es la lengua de España, sino la lengua de ese conjunto».
  4. «Además va a ser por primera vez un proyecto de investigación. He podido hablar con los directores generales de las universidades para decirles que, irremediablemente, esta obra tiene que estar incorporada a los proyectos de investigación cotizables. Es un proyecto que puntúa a efectos de la meta de las evaluaciones del profesorado; y, realmente, la respuesta que he tenido de ellos, inmediata, ha sido muy favorable. Estos son los pormenores de lo que queremos hacer, este es nuestro planteamiento.

 

Mensajes de los directores de institutos y academias  

Luego de esta primera exposición del director, fueron proyectados lo mensajes de algunos de los directores de las Academias y Universidades que trabajarán en el proyecto:  Don Juan Carlos Vergara, presidente de la Academia Colombiana de la Lengua: «La Academia Colombiana de la Lengua celebra la creación de la Red Panhispánica para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española. La creación de esta obra es una mezcla exitosa entre tradición y novedad, tradición de siglos de estudios lexicográficos, y novedad presente en la lingüística computacional contemporánea. Naturalmente, reconocemos el legado de ilustres antecesores de esta obra: don Julio Casares, don Víctor García y Diego, don Ramón Menéndez Vidal, don Rafael Lapesa, don Manuel Seco y, por supuesto, don José Antonio Pascual. La unión de la filología, la lingüística y la tecnología alineada con la colaboración de las Academias, las Universidades y los Centros de Investigación es prenda de garantía para poder cumplir en un plazo razonable con la entrega de esta magna obra a la humanidad».

Palabras de la señora Carmen Millán, directora general del Instituto Caro y Cuervo: «El Instituto Caro y Cuervo se incorpora a la Red Panhispánica de Colaboradores para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española. Cercano a cumplir 80 años de trabajo sostenido en la protección y salvaguarda del patrimonio lingüístico de la nación colombiana, el Instituto, que es una institución de educación superior adscrita al Ministerio de Cultura de Colombia saluda esta iniciativa que exigirá del nuestro, y estoy segura que de los demás equipos, el compromiso y cuidado que merece. Por eso nuestro equipo tiene como centro el Grupo de Investigaciones Lingüísticas y sus líneas de investigación: lengua, tiempo, espacio y sociedad, lexicografía, glotopolítica y lingüística de corpus. Todos los investigadores e investigadoras hacen parte de la Red Cienti, que reúne a la comunidad científica de Colombia en torno a la plataforma del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación. Queridos colegas, querido Director, Santiago Muñoz Machado, en el Instituto Caro y Cuervo atesoramos las miles de fichas, escritas con las preciosas caligrafía por Rufino José Cuervo, las que darían origen al Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana. Nada más ni nada menos es el principio del legulacho, que el Instituto Caro y Cuervo trae a este proyecto».

 

Muñoz Machado: «Es absolutamente preciso que todos lo que me escuchan, miembros y directores de los equipos de trabajo, aprendan cómo funciona la herramienta informática, sofisticada pero accesible».  

«He dicho que un diccionario, siempre, hay que tomarlo con paciencia, y el Diccionario histórico de la lengua española con especial paciencia, sin prisas. Hemos incorporado a muchas personas y pensamos si encontramos realmente calidad intelectual, y formación suficiente en los lingüistas españoles, a más todavía. Lo importante es que sepamos mantener una disciplina estricta y, antes que nada, todos aprendamos el método que nos dejó establecido José Antonio Pascual, a quien vamos a seguir, naturalmente, porque esto no esta no es cuarta fase del Diccionario, sino tercera (b); la primera es la que llegó a terminar él con sus trabajos. Ahora de lo que se trata es de no separarse de ese método, seguirlo tal y como él lo formuló. Y para esto es absolutamente preciso, necesario, que todos lo que me escuchan, miembros, directores y miembros de los equipos de trabajo, aprendan cómo funciona la herramienta informática, sofisticada pero accesible, que han preparado nuestros informáticos; que aprendan, y para eso vamos a llamarlos a la Academia. Ya hay algunos grupos que han tomado el número que les corresponde para pasar por aquí, para que aprendan, realmente, la mecánica de esta herramienta y el método en que consiste. No vamos a dejar libertar —como ya están advertidos—, cada cual acometa el Diccionario a su aire, sino que, desde la Academia, desde el equipo central de la Academia, les iremos indicando los grupos de palabras en lo que se tienen que ocupar; los corregiremos y revisaremos hasta que consigamos, realmente, uniformidad de trabajo, una armonía conjunta en los criterios, metodológicos y técnicos, y podamos poco a poco ir presentando esas nuevas entregas».

«Yo confío que, a no tardar más de 5 años, tengamos 25 o 30 mil artículos del Diccionario. Es un proyecto no demasiado ambicioso porque se han fijado en las cifras que he dado de los alcances de anteriores proyectos —no estaba muy lejos de esa cifra— aunque ahora, realmente, la ambición y la tecnología a nuestra disposición y la documentación de la que partimos es mucho más importante. Pero me conformaría, realmente, con ese número de artículos para el Diccionario, lo cual supone nada más que, al principio no harán muchos, cada uno de ustedes. Harán un número muy inferior al del equipo de la Real Academia Española, que está bien adiestrado y que es capaz de hacer 1000 entradas por año. No esperamos tanto de los equipos hasta que no se entrenen y redondeen su experiencia, y la manera de aplicarla, al Diccionario».

 

«Trabajaremos en una red punto y multipunto» 

Don Santiago Muñoz Machado indicó: «Esto es un elemento informativo importante para cómo trabajar: trabajaremos en red, una red punto, multipunto. El punto es absolutamente esencial porque es esta Casa; multipunto, todos los demás lugares del mundo donde se va a estar trabajando en la Obra siguiendo la metodología, exactamente la misma. Será revisado el trabajo final por el equipo central de la Academia, y, si es el caso, por la Comisión del Diccionario Histórico, que existe aquí nutrida de muy importantes lingüistas que revisarán el estado de los trabajos continuamente».

«Pienso, además, incorporar a la Dirección los académicos especializados que, actualmente, están en segundo plano y que pienso sacar al primero en la medida que ellos lo deseen. De momento, sin embargo, ya verán que figura al frente de la obra, como director general y coordinador, el director de esta Casa, un servidor. Les diré que lo haré mientras sea necesario, porque esta es una obra que necesita mucha gestión, gestión empresarial, para que funcione. Es necesario estar atento al equipo de trabajo del Director, que estará siempre preocupado de que la Red funcione, y funcione con el brío que esperamos de ella, y mientras esto sea preciso, que lo será por largo tiempo, el director de la Academia será el máximo responsable en ese aspecto. El director de la Academia actual no es un lingüista, como bien les consta —y es consciente de sus limitaciones—, pero se valdrá de los lingüistas necesarios en esa tarea de dirección-miembro de la Casa».

 

«La Academia está abierta al trabajo comunitario, sin excepción»     

Dijo que ya se ha estado «fijando la estancia de algunos grupos de trabajo. Ya está anunciada la incorporación de los coordinadores de los equipos de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad Rovira i Virgili». Agregó que «no es una casualidad que se haya empezado por comunidades que son bilingües, significa lo abierta que está nuestra Academia, realmente, a la participación y al trabajo comunitario, sin ninguna excepción». Explicó que «trabajarán todos en los campos temáticos que se les asigne, con absoluta autonomía, disfrutando de la autoría de la obra, pudiendo exhibir esa autoría, gozarán de las ventajas de que este Diccionario sea un proyecto de investigación. Iremos poco a poco desde el equipo central, que, como bien saben, dirige Mar Campos».  «En términos generales he dado en método de trabajo y de la manera en que vamos a funcionar a partir de ahora».

«¿Quiénes van a ser los autores de esta magna obra, no acabada en un siglo y que ahora pretendemos cerrar, o por lo menos volar hacia una primera entrega, en los próximos años?»,

«Debo decirles, por lo menos anunciarles en términos generales, quién es ese equipo, quiénes son las personas que van a trabajar. Tenemos seleccionados 18 equipos en todo el mundo, que es el núcleo inicial, que pueden atribuirse el puesto, hoy declarado por la Constitución, el título de “Fundadores” del proyecto. Pero es un proyecto abierto en el que pensamos podrán sumarse, en un futuro, más personas».

Muñoz Machado hizo mención de los equipos. Aquí expongo solo una muestra de la ilustre mención: «Al frente del equipo central del Diccionario, doña Mar Campos Souto, Universidad Santiago de Compostela; en Argentina, José Luis Moure, director, y Santiago Kalinowski, coordinador; Academia Boliviana, José Roberto Arce, como director; Academia Colombiana, Juan Carlos Vergara; Academia Costarricense, don Miguel Ángel Quezada, como director y coordinador; Academia Cubana de la Lengua, Marlen Domínguez, directora general, y Loisi Sainz Padrón, coordinadora; Academia Mexicana, don Aurelio González».   

Palabras de Alonso de Elizaincin, Academia nacional de las letras, Uruguay: «Es un gran honor para la Academia Nacional de Letras formar parte de la Red que se inaugura hoy. La tarea convocante es contribuir a la elaboración del Diccionario histórico del español en su nueva etapa. La Academia Nacional de Letras integró para ello un equipo bajo la coordinación del nuevo numerario Juan Justino de la Rosa, integrada, además, por otros lingüistas que ya han colaborado en otros proyectos de la Academia […] Comprometemos nuestro esfuerzo y hacemos voto por un desarrollo armónico y eficaz de este gran proyecto hispánico».  

Palabras de Cecilio Garrido Escribano, Universidad Autónoma de Barcelona: «Celebro con entusiasmo la creación de la Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros de Investigación para la elaboración del nuevo Diccionario histórico de la lengua española. El nuevo Diccionario histórico es un proyecto con unos cimientos sólidos en el que la Academia viene trabajando desde hace años con un planteamiento científico y filológico, moderno y riguroso. Pero también es un proyecto ambicioso que requiere del esfuerzo colectivo para que podamos dotar a nuestra lengua de una herramienta fundamental para el conocimiento del léxico. Con esta alianza de Academia y Universidades el nuevo Diccionario histórico va a recibir un impulso decisivo, y para los investigadores supone un estímulo fundamental para seguir profundizando en el conocimiento del español».

«Cómo va a funcionar la nueva visualización del Diccionario» 

«Teníamos, hasta ahora, una presencia en pantalla determinada que producía 10,000 visitas al mes al Nuevo diccionario histórico del español. Hemos cambiado la visualización y hemos hecho cálculos de qué va a suponer esto respecto de la utilización de nuestro Diccionario histórico. Vamos a cambiar los números para que, en el plazo no mayor de un año, es decir, antes de diciembre de este año, haya 1,000,000 de usuarios mensuales, lo cual supone situar este Diccionario al nivel que están en la Academia el Diccionario panhispánico del español jurídico o el Diccionario panhispánico de dudas. Realmente es un cambio importante, que se debe, entre otras cosas, al esfuerzo que han hecho nuestros informáticos y a la conexión que se va a poder hacer del Diccionario con la red de Google que podrá tenerlo ahora más accesible. El Diccionario va a ser también accesible desde el teléfono móvil, como ocurre con el Diccionario general de la lengua, y esto supondrá una revolución, una gran movilización de las visitas».

 

Estas son algunas de las “nuevas voces en el Diccionario” 

Mediante un video proyectado en pantalla, Muñoz Machado ilustró las nuevas palabras del Diccionario.

[Enfermedades y partes del cuerpo: liviano (livianez, livianura o ultraliviano); pleura (tisis: tuberculosis); coronavirus (coronaplauso, coronabebé, coronavirólogo); covid (autocovid, covidianidad, covídico, precovid). Instrumentos de medida: amonímetro, diafanómetro, agotímetro. Armas y máquinas bélicasalgarrada, cetme, terebra (y terebrante). Indumentaria: chal o chalón. Instrumentos musicales: alboca, piopollo, trompa (trompada y trompazo), solovox)].

 

Y explicó cómo se registran estas palabras, con sus historias, en el Diccionario:  

«De estas palabras que se incorporan hoy al Diccionario debo confesarles que me gusta mucho piopollo, que es un instrumento musical de origen o próximo a Andalucía. Pero me ha llamado mucho la atención cetme. “Cetme” es una palabra que me acuerda tiempos heroicos de todos los varones que estamos presentes en la sala porque aprendimos a manejarlo en nuestra época de milicias universitarias o de mili ordinaria». Y ejemplificó con esa palabra, dio «una explicación directa de cómo está definida cetme» en el Diccionario: “Se documenta por primera vez en la sección, fusil de asalto, individual, de repetición y de carga automática, en 1957. En un artículo publicado, en Falange –es un artículo de la revista–, Diario de la Tarde, de Las Palmas de Gran Canaria, donde se anuncia que ‘el Ejército Alemán está probando este nuevo fusil español…’”».

 

Contenido y tecnología informática del Diccionario histórico de la lengua española 

En la participación de la lingüista Mar Campos, coordinadora del equipo de la Red Panhispánica de colaboradores, explicó que es de «una base documental amplia y fiable, la cantera de la que se extraen los materiales que nos permiten progresar en el conocimiento de nuestro patrimonio léxico». Dijo que «en el pasado una de las tareas que debían afrontar los redactores de un diccionario histórico consistía, precisamente, en la confección de grandes ficheros, como el fichero general de la Real Academia Española, compuesto por más de 10 millones de papeletas que registran distintos usos y formas de las palabras en el devenir del tiempo, y que, tras un proceso de digitalización, es un recurso abierto a la consulta pública».

«Quienes trabajaron con esos inmensos cedularios comprenden, mejor que nadie, el progreso que ha supuesto la conformación de grandes corpus textuales y, en particular, su integración en la herramienta de redacción del Diccionario, una de las novedades más reseñables de la aplicación informática diseñada para el Diccionario histórico».

 

La señora Campos presentó en pantalla un video ilustrativo del manejo digital del DHLE.  De la voz en off transcribo el siguiente texto:

[El diccionario histórico se entiende como un diccionario total, es decir, aquel que tiene como objetivo recopilar todo el léxico de una lengua en todas las épocas y en todas las zonas en la que se habla o se ha hablado, y, además, presentar los acontecimientos más relevantes de la historia de cada palabra. A esa vocación de exhaustividad se suma, en el caso del «Diccionario histórico de la lengua española», el hecho de que esta obra se ha pensado y diseñado desde el principio como un diccionario electrónico relacional y de acceso público en Internet, como se puede apreciar en los más de 6,300 artículos publicados ya en la página de la Real Academia Española. La atención a los vínculos que las palabras mantienen entre sí a lo largo de su vida, en virtud de su significado o de su pertenencia a una misma familia, permite conocer con mayor precisión su biografía. El carácter nativo-digital del «Diccionario» se revela de una forma más evidente en la base de datos léxica que lo sustenta, en la que las informaciones están estructuradas y desagregadas de tal manera que, además de dar lugar al «Diccionario histórico» son susceptibles de explorarse y de utilizarse de distintos modos. Por poner solo algunos ejemplos: en el futuro podría construirse, con una simple consulta, un diccionario de sinónimos; o uno del español del siglo XIX; el de una familia de palabras completa; o, incluso, un vocabulario que recopilase únicamente las palabras terminadas en -ería, que la lengua española toma del francés del siglo XVIII. Una infinidad de posibilidades].

   Destacó Campos que «la organización del trabajo por campos y familias léxicas explican el protagonismo de que gozan, en la última actualización del Diccionario, algunas palabras relativas al ámbito de los órganos y las enfermedades del aparato respiratorio. Sin en entregas anteriores se presentó la biografía de “pulmón”, de “bofe”, de “buétago”, de “chofe”, y otras voces formadas con el tema “neumo” (como neumonía o neumología), ahora podemos adentrarnos en la historia de sus sinónimos». Ilustró con el vocablo «liviano»: «Liviano, un vocablo atestiguado en nuestra lengua por vez primera en el siglo en el siglo XIII, en El duelo de la Virgen, de Berceo, dato que ofrece la consulta de CDH, el Corpus del Diccionario Histórico, un recurso público integrado en la herramienta de redacción del Diccionario y que constituye la fuente básica, aunque no la única como veremos inmediatamente, de la que se nutre la Obra. La versión digitalizada del fichero general, por su parte, permite comprobar que “liviano” se usa en la República Dominicana, según indica Malarette, en su Suplemento, de 1944, a su Diccionario de americanismos, como ‘denominación a un plato hecho con pedazos de bofes y otras vísceras de vaca o de cerdo’; acepción, por otra parte, ‘no documentada’, en los Corpus».

«Con apoyo en todas estas bases documentales, con ayuda de la aplicación informática en la redacción, que permite la automatización de varios procesos y con un método que atiende a las relaciones semánticas y morfo-etimológicas que se establecen entre las palabras, el Diccionario histórico avanza con el objetivo de reconstruir y valorar nuestro patrimonio léxico. La historia de las palabras, con las que convivimos y por las que vivimos, con independencia de que su existencia haya sido más o menos dilatada en el tiempo, cada una tiene su historia y todas forman o han formado parte de la historia de quienes habitamos un mismo idioma», puntualizó la coordinadora del equipo central de la Red, Mar Campos.  Olivia Piquero, directora de comunicación de la RAE, explicó que «este proyecto cuenta con la colaboración de instituciones públicas y privadas, en primer lugar, del Gobierno de España. Además, la elaboración del Diccionario histórico se desarrolla, desde hace años, gracias al apoyo de Inditex y a la colaboración de la Fundación San Millán». Dijo que «un número de instituciones públicas respaldan este proyecto, entre ellas, el Gobierno de La Rioja, presidenta doña Concha Andreu».

Palabras de doña Concha Andreu, presidente del Gobierno de La Rioja: 

    Querido director, académicos, autoridades, ministro, investigadores, hispanohablantes de los cinco continentes: Quiero, en primer lugar, reconocer a la Real Academia Española el admirable trabajo que realiza para que nuestra lengua sea un elemento vivo; vivo para adaptarse con éxito a las realidades cambiantes de cada época; vivo para dar forma con una esencia común a la cosmovisión de millones de personas que, a lo largo y ancho del planeta, compartimos este idioma. Y, de manera concreta, quiero reconocer a la Real Academia, a sus miembros y a todos los colaboradores, el ingente esfuerzo realizado para completar el «Diccionario histórico de la lengua española», una obra colosal, porque así es nuestra lengua. Que se den pasos tan importantes como el de hoy, afrontando uno de los desafíos que tenía pendiente nuestro idioma, es una gran noticia; una noticia que nos debe hacer sentir orgullo, pero que también debe servirnos de acicate para mirar más allá y acometer nuevas empresas con ambición y con determinación. En La Rioja estamos comprometidos con nuestro patrimonio cultural y con nuestra lengua común, con su pasado con su presente y su futuro. Y por ello, apoyamos, de manera decidida, tanto a la Institución como a su gran obra. Este compromiso se traduce, también, en el impulso que estamos llevando a cabo del Valle de la Lengua, uno de los grandes proyectos del Gobierno de la Rioja y del que queremos hacer partícipe a toda la comunidad hispanohablante.

Buscamos que un hecho sucedido hace mil años en un cenobio del siglo XI, en San Millán de la Cogolla, hoy patrimonio de la humanidad, sirva de piedra angular sobre la que se apoye el futuro de nuestro idioma, para que sea más universal, aún si cabe, y para que se adapte con mayor facilidad a un mundo que ya se dibuja en el horizonte próximo; un futuro en el que el español y quienes lo hablamos, tendremos mucho que decir.

 

Ministro de Ciencia e Innovación, don Pedro Duque:

 

«Querido director de la Real Academia Española, don Santiago; presidenta de la comunidad de La Rioja, querida Concha; académicos, redactores, embajadores de los diversos países de la comunidad iberoamericana y los miembros de las Academias que están conectados en este acto:

Durante el último año, con el acicate de la lucha contra coronavirus (hemos hablado mucho de esta palabra), en el ámbito científico hemos visto cómo se han acelerado procesos que ya estaban en marcha. La publicación en abierto de los trabajos de investigación ha ganado terreno, ha crecido el uso de herramientas digitales, por razones obvias, y se ha reforzado la colaboración internacional y la cooperación entre lo público y lo privado. Esa forma de trabajar ha dado resultados excelentes, que en un futuro seguirá ofreciéndolos. Todos estos ingredientes del éxito se reúnen en esta Red Panhispánica de Academias, Universidades y Centros de investigación para la elaboración del Diccionario histórico de la lengua española, que se ha presentado hoy. Este modelo de colaboración entre Universidades y Academias para llevar el Diccionario a una nueva faso o desarrollo acelerará el crecimiento de esta herramienta, que nunca estará completa del todo.

El Diccionario, que aglutina el trabajo de clasificación de los lingüistas y también de los informáticos, nos ofrecerá una visión más completa de nuestro idioma y se convertirá en una herramienta útil para los especialistas y para todos los que se interesan por la vida de las palabras. En un mundo en el que la ciencia, la tecnología, tiene un peso creciente, debemos reforzar las ciencias humanas y sociales. El lenguaje es la herramienta con la que nos relacionamos con el mundo, que nos sirve para pensar en él y que condiciona la forma en que lo percibimos.  Este es un Diccionario vivo, que incluye palabras que ya no se utilizan, como fósiles de especies extintas; pero también las que aparecen nuevas como las incorporadas al Diccionario durante la crisis del coronavirus (que también hemos oído glosar de forma tan bonita, antes). Igual que el estudio de la evolución de las formas de vida del pasado, y su relación con la del presente, da sentido la biología, este trabajo nos ayudará a entender mejor el mundo compartido por los hispanohablantes. En este sentido, cooperación entre las Academias iberoamericanas ha de ser un refuerzo de la identidad común que nos ofrece el idioma. En el campo de la ciencia, inundado por los anglicismos, un Diccionario como este es una herramienta para incorporar los nuevos términos con criterio y respeto por nuestra lengua y para apuntalar el papel del español como idioma para compartir conocimiento científico.

 

Como en el caso de este Diccionario, la incorporación de las nuevas tecnologías será fundamental para que la Academia siga realizando su labor con la eficacia de siempre. Innovaciones como la que supone la inteligencia artificial, con el predominio del inglés, requiere de un intenso trabajo conjunto de lingüistas y técnicos para que la RAE alcance posiciones de liderazgo en la defensa de nuestro idioma, también en el entorno digital. Esto es lo que se está haciendo a través del proyecto Lea. En labores como esta, siempre contaréis con el apoyo del Gobierno.

 

Además de felicitar a la RAE, y al resto de instituciones que se han unido a esta Red para elaborar el Diccionario histórico, quiero dar las gracias a la Real Academia por su apoyo al Pacto de Estado por la Ciencia, que presentamos recientemente en el congreso. Nos encontramos en un momento que puede definir el futuro de nuestro Sistema de Ciencia e Innovación y, por lo tanto, de nuestro país […]. Es necesario mantener la apuesta por el conocimiento para poder continuar estas inversiones y tantas otras. Una vez más os felicito por el camino que se inicia hoy y que culminará con una obra que nuestro idioma merece y los hablantes necesitamos. Os deseo el mayor de los éxitos. Muchas gracias».

 

   La actividad culminó. En todo momento estuvo presente el protocolo de seguridad y prevención de la pandemia que aún pervive. Ahora, comparto la cifra del contador de visitas que está al pie del video de YouTube del canal de la Academia, plataforma por medio de la cual personas de diversos lugares del mundo participaron y aún participan de dicha actividad, cuyo centro de transmisión tuvo lugar en la sede de la Real Academia Española en Madrid: 3516 visitas, al momento de finalizar esta redacción. Y añado que los comentarios en el chat son, en sus esenciales contenidos, valoraciones estimulantes para la magna obra y para todo el equipo humano que la conforma, además de la excelente tecnología informática que la soporta. Los frutos de la Real Academia Española están siendo recogidos desde el mismo momento de su nacimiento, los cuales están grabados en la historia de los pueblos y diseminadas por sus habitantes en cada lugar que pisa. Comparto una de las frases pronunciadas por don Santiago Muñoz Machado, y con ella cierro esta crónica detallada de la actividad. Al terminar de leer los datos biográficos de «cetme», sensiblemente expresó: «¡No me digan que no es una cita hermosa, y un descubrimiento del Diccionario de historia, que no se usa, como de tantas otras cosas de interés y curiosidad!».

Reseña de Miguelina Medina para la ADL.

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