Empleo de las comillas y su importancia

Por Rafael T. Rodríguez Molina

 

Existen signos en las lenguas que son de frecuente  uso y de una gran importancia. Uno de ellos es el de “las comillas”, de la cual se tratará en el presente artículo.

Digamos de inicio que: “Se usan las comillas para citar el título de un artículo, un poema, un capítulo de un libro, un párrafo…” (Internet). En el primer  párrafo se ha empleado, para destacar el tema a desarrollar, y en el segundo, para citar una definición de las comillas. Y como se puede constatar, se colocaron las mismas delante de la primera palabra de la definición (“Se) y después de los puntos suspensivos, es decir, al terminar la definición. Si se hubiera terminado con punto, mi criterio es que la comilla se colocaría después del punto, ya que este indica el final de la oración, por lo cual la comilla no debe ir antes del punto, pues el que indica el final de la oración es el punto, o los puntos suspensivos,  y no la comilla, como se ve en la definición de la comilla terminada con puntos suspensivos.

Otra definición de las comillas, bastante corta y precisa, también extraída de Internet, es la siguiente: “Las comillas son un signo ortográfico que se utiliza para resaltar una palabra o un enunciado dentro de un texto.” Es de esperarse que se note la colocación de las comillas después del punto en esta definición y en las oraciones que yo presente, a diferencia de los ejemplos ofrecidos por distinguidos teóricos, como Juan Oropeza, aparecidos en Internet. Veamos: “Mejor luchar y fracasar que haber vivido la vida entera en una derrota”. La razón que me mueve a no estar de acuerdo con ese empleo de la comilla y el punto es que una oración  o un fragmento pueden terminar en punto o en puntos suspensivos, y en los dos casos con ellos termina la oración. Por tanto, reitero, ni el punto ni los puntos suspensivos pueden estar fuera de las comillas.

Obsérvese este ejemplo terminado con puntos suspensivos: “Aurelia le dijo a ella eso y mucho más…”; y uno terminado en punto: “También le dijo que debía seguir siendo valiente.” Además, una oración interrogativa: “¿Hasta cuándo tendré que esperar que me pagues la deuda?”. En las tres, lo último que debe escribirse es la comilla, como sucede también  con la interrogativa, en la que el final de la oración lo indica el signo de interrogación.

A mi entender, el punto solo debe ir después de las comillas si estas se marcan en la última o últimas  palabras del texto citado. Ejemplo: “Muchos usuarios dominicanos están introduciendo cambios sintácticos en la oraciones que ellos inician con “ojalá”. Como esas comillas no destacan la oración entera, sino solamente ojalá, el punto debe colocarse fuera de las comillas.

La cita puede provenir no de textos escritos, sino de la comunicación oral, como, por ejemplo: “Me encanta mucho tu voz porque es melodiosa.” También  se pueden hacer citas más breves en un texto de forma indirecta: Lo médicos dijeron sentirse “agobiados y molestos” ante un trato tan malo.

Otro uso de las comillas aparece cuando nos expresamos con un tono irónico, dando a entender un sentido o significado  totalmente  distinto del que tiene el término empleado; por ejemplo: Nos presentó a su “hermosa” novia. Con las comillas se quiere expresar que la novia es fea, poco atractiva.

Además de los casos ya  presentados, las comillas sirven para indicar que la palabra usada proviene de otro idioma; ejemplo: Ayer me hicieron una prueba de “doping”.

También se emplea ese signo con la finalidad de dar a entender que la palabra entrecomillada es vulgar o considerada  vulgar; ejemplo: Antolín le pidió “la cuca” a Juana. Es decir, su órgano sexual.

Es conveniente saber que, además de la comilla doble, existe la simple, que es la que sirve para señalar una o más palabras dentro del entrecomillado mayor; ejemplo: “Alberto, su hijo, ‘se desplomó’ por el susto que le dieron.”

No parece lógica la puntuación de frases interrogativas y exclamativas y las terminadas por puntos suspensivos, como aparece en  dos ejemplos tomados del Diccionario Panhispánico  de Dudas: 1. “Dónde crees que vas?”. ; 2. “Si pudiera decirle lo que siento…”. ¿Cómo es posible que el punto se escriba después de las comillas en esas dos oraciones? Ninguna de las dos debe llevar punto después de las comillas.

Después  de las razones y los ejemplos  ofrecidos en el presente artículo, pienso que usted estaría de acuerdo conmigo  en pedirles a nuestros académicos, y a otros especialistas conocedores de la sintaxis de nuestra lengua española, que revisen los criterios a tener en cuenta para bien orientarnos en cuanto a la ubicación de las comillas al final de las oraciones y frases. Ellos, cada cierto tiempo, introducen cambios en lo referente a la acentuación o tilde de muchas palabras. ¿Por qué no hacerlo también en lo referente a la puntuación en el uso de las comillas?

 

Nombres que deberían asignarse a algunos cambios y/o fallos recientes en el uso del español

Por Rafael T. Rodríguez Molina

 

Actualmente, bastantes usuarios de la lengua española están introduciendo cambios o cometiendo fallos que desfiguran o transforman  la sintaxis de la misma. Muchos de esos cambios o fallos tienen que ver con la estructura del relativo y de otros elementos del español. A tres de esos cambios, los responsables de la buena marcha de nuestro idioma  les han asignado nombres. Hago referencia al “queísmo”, al “dequeísmo” y al “quesuismo”. Pero a una cantidad bastante numerosa  de cambios y/o fallos presentes en el habla y en la escritura de muchos dominicanos y muy probablemente también de hispanohablantes, no se les ha buscado un nombre para identificarlos. Conociendo esa realidad y  ante la aparente negligencia de los académicos del español, hace un tiempo me he tomado la licencia de sugerir  nombres, que me parecen apropiados en cada caso.

Los cambios y/o fallos a los que me referiré pueden ser muy variados, ya por eliminarles elementos a  los grupos o frases, ya por añadirles otros elementos que no exige la sintaxis, o por  dispersar (=separar) algunos de sus componentes.

El presente tema se desarrollará ofreciendo el calificativo o nombre del fenómeno o cambio y, además, en qué consiste el cambio, que será seguido por uno o más ejemplos para visualizar con mayor precisión el cambio y/o fallo de que se trate.

Me luce conveniente iniciar mis consideraciones ofreciendo primero  tres casos a los que la Real Academia Española (RAE) les ha dado nombre, que son, como ya lo indicamos antes, el “queísmo”, el “dequeísmo” y el “quesuismo”.

  1. Queísmo: Consiste este cambio en la eliminación de “que” al par de palabras “de que”. Ejemplo: Me di cuenta que ella se irá temprano. Según nuestra sintaxis, deberíamos decir o escribir: Me di cuenta de que ella se irá temprano.
  2. Dequeísmo: Este cambio se da cuando se añade “de” al “que” que demanda la sintaxis del español. Ejemplo: Es conveniente de que termines el trabajo lo más pronto posible. La oración, sin ese cambio, debe expresarse: Es conveniente que termines el trabajo lo más pronto posible.
  3. Quesuismo: Consiste el quesuismo en cambiar o fallar  al usar “que su” en lugar de  la expresión “cuyo-cuya” y “del cual-de la cual”,   y  al emplear “que sus” en vez de “cuyos-cuyas” y  “de los cuales-de las cuales”. Ejemplos: a) Damián, que su hijo se graduó en Francia, es un eminente abogado. (Sin el cambio o fallo, debe decirse o escribirse: Damián, cuyo hijo se graduó en Francia, es un eminente abogado).  b) Alberto, que sus tías viven en  España, las visitará próximamente.  (Sin el cambio o fallo, la oración debe ser: Alberto, cuyas tías viven en España, las visitará próximamente).
  4. Descuyoísmo: Se emplea “que el” en vez de “cuyo”. Ejemplo: Marcos, que el hijo se graduó en enero, viajará a España con él. (Debe ser: Marcos, cuyo hijo se graduó en enero, viajará a España con él).
  5. Descuyosismo: Se emplea “que los” en lugar de “cuyos”. Ejemplo: Martín, que los hijos se graduaron en febrero, se irá de viaje con ellos. (Debe ser: Martín, cuyos hijos se graduaron en febrero, se irá de viaje con ellos).
  6. Descuyaísmo: Se usa “la que” en vez de “cuya”. Ejemplo: Juan, que la hija se graduó de abogada, fue nombrado fiscal. (Debe ser: Juan, cuya hija se graduó de abogada, fue nombrado fiscal).
  7. Descuyasismo: Se usa “que las” en vez de “cuyas”. Ejemplo: Pedro, que las hijas se graduaron ayer, se fue de viaje con ellas. (Debe ser: Pedro, cuyas hijas se graduaron ayer, se fue de viaje con ellas).

Solo a los tres primeros  cambios (el 1, el 2 y el 3) se les han asignado  nombres y se ha dicho en qué consiste cada uno de ellos; sin embargo, a una gran cantidad de cambios o fallos (incluyendo el 4, el 5, el 6 y el 7) que acontecen actualmente  en el español, no se les han asignado nombres. A esa labor me estoy  dedicando; es decir, sugeriré nombres a esos cambios o fallos, que den cuenta del fenómeno lingüístico de que se trate  para poder identificarlos y saber en qué consiste cada uno.

Me parece conveniente aclarar que “des”, que aparecerá en una considerable cantidad de términos sugeridos para algunos cambios presentes en el habla y en la escritura actual de muchos, tiene el sentido de “eliminación” o “elisión”, y es usado con el sentido con que lo usa nuestra lengua española, como son los casos de las palabras desunión, desatender , descoser… Ejemplo: “desqueísmo” (eliminación o elisión de “que”). Ejemplo: Quiero vengas temprano. “Desenqueísmo” (eliminación o elisión  de “en”). Ejemplo: El día que ella llegó también llegué yo.

A su vez, “trasla” (=traslado o cambio de ubicación; o “separa” (=separación) aparecerán dando inicio o encabezando varios nombres sugeridos para una parte de los cambios y/o fallos. Ejemplo: A la muchacha que le di el regalo, es mi prima. (Aquí se separa  “a la” de
“que”. (Debe ser: La muchacha a la que (cual) le di el regalo es mi prima).

  1. Desenqueísmo: Consiste en eliminarle “en” a la expresión relativa “en que” reduciéndola a “que”. Ejemplo: El día que te fuiste no pude decirte adiós. (Debe ser: El día en que te fuiste no pude decirte adiós).
  2. Desconqueísmo: Ese cambio o fallo consiste en eliminar “con” al relativo “con que”. Ejemplo: Esa enfermedad no se transmite con la facilidad que lo hacen otras enfermedades. (Según nuestra sintaxis, debe decirse o escribirse: Esa enfermedad no se transmite con la facilidad con que lo hacen otras enfermedades).
  3. Desqueísmo: Este consiste en eliminar o no usar el “que” encabezador de una proposición de objeto directo, como aparece en este caso: Es muy útil hagas caso a los consejos de tu madre. (Debe ser expresada: Es muy útil que hagas caso a los consejos de tu madre).
  4. Separaalqueísmo En este caso se separan “al” y  “que”. Ejemplo: Al joven que se le iba a dar  la noticia no se la han dado aún. (Debe ser: Al joven al que  se le iba a dar la noticia no se la han dado  aún).
  5. Separaalosqueísmo): Se separa “a los que” en “a los” y “que”. Ejemplo: A los jóvenes que se les dio el premio, son primos míos. (Debe ser: Los jóvenes a los que se les dio el premio son primos míos.
    13. Separaaquienismo): Aquí se separa “a quien” en “a” y “quien”.Ejemplo: Al joven que se le dijo que viniera, no ha venido aún. (Debe ser: El joven a quien se le dijo que viniera no ha venido aún.)
  6. Separaaquienesismo): Se separa “a quienes” en “a” y “quienes”. Ejemplo: A los jóvenes que se les dijo que se les daría la noticia, no la han recibido aún. (Debe ser: Los jóvenes a quienes se les dijo que se les daría la noticia no la han recibido aún.)
  7. Separaalaqueísmo: Se separa “a la que” en “a la” y “que”. Ejemplo: A la joven que se le dijo que se le daría la noticia, no se la han dado aún.)  (Debe ser: La joven a la que se le dijo que se la daría la noticia  no se la han dado aún.)
  8. Separaalasqueísmo): Se separa “a las que” en “a las” y “que”. Ejemplos: a) A las jóvenes que se les dijo que se les enviaría la noticia, no se la han enviado aún.) Debe ser: Las jóvenes a las que se les dijo que se les enviaría la noticia no se la han enviado aún.); b)”En la Argentina tenemos varias empresas que les va muy bien.” (José W. Fernández, subsecretario del Departamento de Estado). (Debe ser: En la Argentina tenemos varias empresas a las que les va muy bien.) (Este es un ejemplo de “desalasqueísmo”, pues se usó “que” en vez de “a las que”.
  9. Sepaalcualismo): Se separan “al” y “cual”. Ejemplo: Al joven que se le hizo la promesa de un  empleo, aún no se la han cumplido. (Debe ser: El joven al cual se le hizo la promesa de un empleo aún no se la han cumplido.)
  10. Separaaloscualismo): Se separa “a los cuales” en “a los” y “que”. Ejemplo: A los jóvenes que se les dijo que les darían las noticias, no se las han dado aún. (Debe ser: Los jóvenes a los cuales se les dijo que les darían las noticias, no se las han dado aún.)
  11. Desconelqueísmo: Se elimina “con el que” y se emplea “que”. Ejemplo: Ese fue el músico que yo me inicié. (Debe ser: Ese fue el músico con el que yo me inicié).
  12. Desconlosqueísmo: Se emplea “que” en lugar de “con los que”. Ejemplos: Esos son los músicos que yo me inicié. (Debe ser: Esos son los músicos con los que yo me inicié).
  13. Desconlaqueísmo: Se emplea “que” en vez de “con la que”. Ejemplo: Esa es la arquitecta que me inicié en la construcción. (Deber ser: Esa es la arquitecta con la que inicié en la construcción).
  14. Desconlasqueísmo: Se emplea “que” en vez de “con las que”. Esas son las arquitectas que me inicié en la construcción. (Debe ser: Esas son las arquitectas con las que me inicié en la construcción).
  15. Separaporelqueísmo): Se separa “por el que” en “por el” y “que”. Ejemplo: Por el motivo que no vino, no lo conocemos aún.  (Deber ser: El motivo por el que no vino no lo conocemos aún).
  16. Separaporlosquísmo): Se separa “por los que” en “por los” y “que”. Ejemplo: Por los  motivos que no vino, no los conocemos aún. (Debe ser: Los motivos por los que (los cuales) no vino no los conocemos aún).
  17. Separaporlaqueísmo): Se separa “por la que” en “por la” y “que”. Ejemplo: Por la razón que no vino, no la conocemos aún. (Debe ser: La razón por la que no vino no la conocemos aún).
  18. Separaporlasqueísmo): Se separa “por las que” en “por las” y “que”. Ejemplo: Por las razones que no vino, no las conocemos aún. (Debe ser: Las razones por las que no vino no las conocemos aún).
  19. Separaenelqueísmo): Se divide o se separa “en el que” en  “en  el” y “que”. Ejemplo: En el momento que vino, no lo sabemos aún. (Debe ser: El momento en el que vino no lo sabemos aún).
  20. Separaenlosqueísmo): Se divide o se separa “en los que” en “en los” y “que”. Ejemplo: En los momentos que vino, no los recordábamos aún. (Debe ser: Los momentos en los que vino no los recordábamos aún).
  21. Separaenlaqueísmo): Se divide o se separa “en la que” en “en la” y “que”. Ejemplo: En la mañana que vino, no la recordamos aún. (Debe ser: La mañana en la que vino no la recordamos aún).
  22. Desenlasqueísmo: Se elimina o se cambia “en las que” empleando en su lugar “que”. Ejemplo: Esas fueron las arquitectas que confié para realizar la construcción. (Debe ser: Esas fueron las arquitectas en las que confié para realizar la construcción).
  23. Desconquienismo: Se emplea “que” en  vez de “con quien”. Ejemplo: Ese fue el arquitecto que  me inicié en la construcción. (Debe ser: Ese fue el arquitecto con quien me inicié en la construcción).
  24. Desconquienesismo: Se elimina “con quienes” y en su lugar se emplea “que”. Ejemplo: Esos son los agricultores que me inicié ayer en la agricultura. (Debe ser: Esos son los agricultores con quienes (los que) me inicié ayer en la agricultura).
  25. Desaquienismo: Se elimina “a quien” y en su lugar se emplea “que”. Ejemplo: Al joven que le di el regalo es mi primo. (Debe ser: El joven a quien le di el regalo es mi primo).
  26. Desaquienesismo: Se elimina “a quienes” y en su lugar se usa “que”. Ejemplo: A los jóvenes que les di el regalo son mis primos. (Debe ser: Los jóvenes a quienes les di el regalo son mis primos).
  27. Desdelcualismo: Se emplea “que” en vez de “del cual”. Ejemplo: Existe un proyecto que Juan es el dueño. (Debe ser: Existe un proyecto del cual Juan es el dueño).
  28. Desdeloscualesismo: Se emplea “que” en vez de “de los cuales”. Ejemplo: Existen varios proyectos que Juan es el autor. (Debe ser: Existen varios proyectos de los cuales Juan es el autor).
  29. Desdelacualismo: Se emplea “que” en vez de “de la cual”. Ejemplo: De esas empresas hay una que la dueña es una mujer. (Debe ser: De esas empresas hay una de la cual  la dueña es una mujer).
  30. Desdelascualesismo: Se emplea “que” en vez de “de las cuales”. Ejemplo: De esas empresas, hay varias que las dueñas son mujeres. (Debe ser: De esas empresas, hay tres de las cuales las dueñas son mujeres).
  31. Desdelaqueísmo: Se emplea “que” en vez de “de la que”. Ejemplo: De esas empresas hay una que la dueña es una mujer. (Debe ser: De esas empresas hay una de la que (cual) la dueña es una mujer).
  32. Desdelasqueísmo: Se emplea “que” en vez de “de las que”. Ejemplo: De esas empresas hay varias que las dueñas son mujeres. (Debe ser: De esas empresas hay varias de las que (cuales) las dueñas son mujeres).
  33. Desdelqueísmo: Se emplea “que” en vez de “del que”. Ejemplo: Existe un proyecto que Juan es el autor. (Debe ser: Existe un proyecto del que (cual) Juan es el autor.
  34. Desdelosqueísmo. Se emplea “que” en vez de “de los que”. Ejemplo: Existen varios proyectos que Juan es el autor. (Debe ser: Existen varios proyectos de los que (cuales) Juan es el autor).

Los nombres sugeridos que comienzan por “trasla” pudieran nombrarse iniciando por “separa”

  1. Traslaenqueísmo (=Separaenqueísmo): Este cambio o fallo consiste en trasladar una parte del relativo “en que”, o separar el relativo “en que” en dos partes, debiendo aparecer juntas (=seguidas) las dos palabras. Ejemplos: a) En la forma que ha ocurrido esa muerte, uno no la entiende. (Alberto Atallat) (Debe ser: La forma en que ha ocurrido esa muerte uno no la entiende; b)  En el único juego que él falló fue el de ayer. (Debe ser: El único juego en que (el cual) él falló fue el de ayer).
  2. Traslaenlosqueísmo (=Separaenlosqueísmo): Se emplea “que” en vez de “en los que”. (O se separa “en los que”). Ejemplo: En los únicos juegos que él falló, se celebraron la semana pasada. (Debe ser: Los únicos juegos en los que él falló se celebraron la semana pasada).
  3. Traslaenlaqueísmo (=Separaenlaqueísmo): Se emplea “que” en vez de “en la que” o se separa, o se parte el relativo “en la que” en las partes “en la” y “que”. Ejemplo: En la única vez que él falló, se enfrentó a un lanzador fuera de serie. (Debe ser: La única vez en la que él falló se enfrentó a un lanzador fuera de serie).
  4. Traslaenlasqueísmo: (=Separaenlasqueísmo): Se emplea “que” en vez de “en las que” o se divide en dos partes. Ejemplo: En las únicas veces que él falló, no les dieron gran importancia. (Debe ser: Las únicas veces en las que él falló no  les dieron gran importancia).
  5. Traslaconelqueísmo (=Separaconelqueísmo): Se emplea “que” en vez de “con el que” o se divide en dos partes. Ejemplo: Con el entusiasmo que vino, lo ayudaron a ganar el partido. (Debe ser: El entusiasmo con el que vino lo ayudaron a ganar el partido).
  6. Traslaconlosqueísmo (=Separaconlosqueísmo): Se emplea “que” en vez de “con los que” o este relativo se separa o divide en dos partes. Ejemplo: Con los esfuerzos que jugaron, lograron la victoria. (Debe ser: Los esfuerzos con los que jugaron les trajeron la victoria).
  7. Traslaporelqueísmo (=Separapoelqueísmo): Se separa “por el que” en “por el” y “que” o se traslada una parte de ese relativo. Ejemplo: Por el motivo que no vino, no lo sabemos aún. (Debe ser: El motivo por el que no vino no lo conocemos aún).
  8. Traslaporlosqueísmo (=Separaporlosqueísmo): Se separa “por los que” en “por los” y “que” o se traslada una parte del mismo. Ejemplo: Por los motivos que no vino, no los sabemos todavía. (Debe ser: Los motivos por los que (cuales) no vino no los sabemos todavía).
  9. Traslaporlaqueísmo (=Separaporlaqueísmo): Consiste el mismo en la separación del relativo “por la que” en “por la” y “que” o en el traslado de una parte de él.  Ejemplo: Por la razón que no vino, fue que el carro se le dañó al salir de la casa. (Debe ser: La razón por la que (cual)  no vino fue que el carro se le dañó al salir de la casa).
  10. Traslaporlasqueísmo (Separaporlasqueísmo): Se separa “por las que” del siguiente modo: en “por las” y “que” o se traslada una parte de relativo. Ejemplo: Por las razones que no vino, no son conocidas aún. (Debe ser: Las razones por las que (cuales) no vino no son conocidas aún).
  11. Traslaalaqueísmo (=Separaalaqueísmo): Consiste en separar “a la que”  en las partes “a la” y “que”. Ejemplo: A la joven que le dieron el premio, es mi prima. (Debe decirse o  escribirse: La joven a la que (cual) le dieron el premio es mi prima).
  12. Traslaalasqueísmo (Separaalasqueísmo). Consiste en separar “a las que” en “a las” y “que” o en trasladar parte del mismo. Ejemplo: A las jóvenes que les dieron el premio son mis sobrinas. (Debe ser: Las jóvenes a las que les dieron el premio son mis sobrinas).
  13. Traslaalqueísmo (=Separalqueísmo). En este caso hay separación de “al que” en “al”  “que” o traslado de una parte de él. Ejemplo: Al joven que le dieron el premio es mi primo. (Debe ser: El joven al que (cual) le dieron el premio es mi primo).
  14. Traslaalosqueísmo (=Separaalosqueísmo). Consiste en separar “a los” de “que” o en el traslado de una parte del mismo. Ejemplo: A los jóvenes que apresaron, los encerraron en una cárcel de seguridad. (Debe ser: Los jóvenes a los que (cuales) apresaron los encerraron en una cárcel de seguridad).
  15. Traslaaloscualismo (Separaaloscualismo): Se divide “a los cuales” en  “a los” y “que” o se traslada una parte del relativo. Ejemplo: A los jóvenes que  les dieron el premio, son mis primos. (Debe ser: Los jóvenes a los cuales les dieron el premio son mis primos.
  16. Trasladelqueísmo (=Separadelqueísmo). Se separa “del que” en “del” y  “que” o se traslada una parte del relativo. Ejemplo: Del joven que te hice referencia  no he vuelto a saber más. (Debe ser: El joven del que (cual)  te hice referencia no he vuelto a saber más).
  17. Trasladelosqueísmo (=Separadelosqueísmo): Se separa “de los que” en “de los” y “que” o se traslada una parte del relativo. Ejemplo: De los jóvenes que te hablé ayer, no he vuelto a saber. (Debe ser: Los jóvenes de los que (cuales) te hablé ayer no he vuelto a saber).
  18. Traslaaloqueísmo (Separaaloqueísmo). El relativo “al que” se separa en “al” y “que” o se traslada una parte del relativo. Ejemplo: Al deporte que nos referimos es el béisbol. (Debe ser: El deporte al que nos referimos es el béisbol).
  19. Traslaalosqueísmo (=Separaalosqueísmo Consiste en separar “a los que” en “a los” y “que” o en trasladar una parte del relativo. Ejemplo: A los deportes que nos referimos son el béisbol y el sófbol. (Debe ser: Los deportes a los que nos referimos son el béisbol y el sófbol).
  20. Yqueísmo: Consiste este caso en poner una “y” delante del “que” que sigue a ojalá, sin que lo exija la sintaxis del español. Ejemplo: Ojalá y que te vaya bien en tu paseo a la playa; Ojalá y que los políticos entiendan la importancia de la honestidad. (Debe ser: Ojalá que te vaya bien en tu paseo a la playa; Ojalá que los políticos…).
  21. Ydesqueísmo: En este cambio o fallo se dice o se escribe “y” sin la presencia de “que”, que es el término que exige la sintaxis del español después de ojalá. Ejemplo: Ojalá y te vaya bien en tu nuevo trabajo. (Debe ser: Ojalá que te vaya bien en tu nuevo trabajo).
  22. Trasladelaqueísmo (=Separadelaqueísmo): Se separa o disgrega en las partes “de la” y “que” o se separa una parte del relatico. Ejemplo: De la joven que te hablé no he vuelto a saber. (Debe ser: La joven de la que te hablé no he vuelto a saber).
  23. Trasladelasqueísmo (=Separadelasqueísmo): Se separa o se divide en dos el relativo “de las que” o se traslada una parte del mismo. Ejemplo: De las jóvenes que te hablé no he vuelto a saber. (Debe ser: Las jóvenes de las que (cuales) te hablé no he vuelto a saber).
  24. Desdondeísmo: Consiste el mismo en el empleo de “que” en vez de “donde”. Ejemplo: Debe ser allí que se notifique el hecho punible. (Debe ser: Debe ser allí donde se notifique el hecho punible).
  25. Descomoísmo: Se emplea “que” en vez de “como”. Ejemplo: Así fue que lo hizo. (Debe ser: Así fue como lo hizo).
  26. Descuandoísmo: Se usa “que” en vez de “cuando”. Ejemplo: En ese momento fue que lo hizo. (Debe ser: En ese momento fue cuando lo hizo).
  27. Desaquienismo: Se emplea “que” en vez de “a quien”. Ejemplo: Fue a Pedro que invité a comer. (Debe ser: Fue a Pedro a quien invité a comer).
  28. . Desaquienesismo: Se emplea “que” en lugar de “a quienes”. Ejemplo: Será a Pedro y a Juan que invitaré a cenar. (Debe ser: Será a Pedro y a Juan a quienes invitaré a cenar).
  29. Desemporloqueísmo: Se emplea ”que” en vez de “por lo que”. Ejemplo: Fue por eso que no estuviste presente. (Debe ser: Fue por eso por lo que no estuviste presente).
  30. Desemporlosqueísmo: Se emplea “que” en vez de “por los que”. Ejemplo: Fue por esos motivos que no estuviste presente). (Debe ser: Fue por esos motivos por los que no estuviste presente).
  31. Desemporlaqueísmo: Se emplea “que” en lugar de “por la que”. Ejemplo: Fue por esa razón que no estuviste presente. (Debe ser: Fue por esa razón (Esa fue la razón) por la que no estuviste presente).
  32. Desemporlasqueísmo: Se emplea “que” en lugar de “por las que”. Ejemplo: Fue por esas razones que no pudieron estar presentes). (Debe ser: Fue por esas razones (Esas fueron las razones) por las que no pudieron estar presentes).
  33. Desalacualismo:En ese caso se emplea “que” en vez de “por la cual”. Ejemplo: Fue por esa razón que no pudieron llegar a tiempo. (Debe ser: Fue por esa razón (Esa fue la razón) por la cual no pudieron llegar a tiempo.)
  34. Desalascualesismo: Se emplea “que” en lugar de “por las cuales”. Ejemplo: Fue por esas razones que no pudieron llegar a tiempo. (Debe ser: Fue por esas razones (Esas fueron las razones) por las cuales no pudieron llegar a tiempo.)
  35. Despordondeísmo: Se emplea “que” en vez de “por donde”. Ejemplo: Fue por allí que pasé. (Debe ser: Fue por allí por donde pasé).
  36. Desaquienismo: Se emplea “que” en vez de “a quien”. Ejemplo: Será a él que le daré el regalo. (Debe ser: Será a él a quien le daré el regalo).
  37. Desaquienesismo: Se emplea “que” en vez de “a quienes”. Ejemplo: Será a ellos que les daré el regalo. (Debe ser: Será a ellos a quienes les daré el regalo).
  38. Desadondeísmo: Se emplea “que” en vez de “adonde”. Ejemplo: Será a esa montaña que iré mañana. (Debe ser: Será a esa montaña adonde iré mañana).

Esos son los nombres o términos que sugiero deben  dárseles a los numerosos cambios o fallos que pululan en el habla y en la escritura de muchos dominicanos y de usuarios de la lengua española de otras  latitudes.  Los casos y ejemplos que he presentado han sido tomados especialmente de fuentes orales y escritas casi todas dominicanas. Es un hecho que se están operando cambios en la estructura sintáctica de nuestra lengua española, y deben ser los entendidos en nuestra lengua los llamados a  consensuar-o a buscar-  los nombres o términos que hay que darles a los tantos  cambios presentes en la actualidad en nuestra lengua madre.

 

Boletín núm. 192 de la Academia Dominicana de la Lengua (agosto de 2022)

Este boletín contiene estudios, crónicas, reseñas, cartas y temas lingüísticos y literarios.

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Empleo de las variantes de los pronombres de la tercera persona gramatical

Por Rafael T. Rodríguez Molina

 

A muchos usuarios de la lengua española se les dificulta el buen empleo de algunas variantes o variaciones de los pronombres gramaticales, especialmente las correspondientes a los pronombres de la  tercera persona gramatical. Esos pronombres de la tercera persona gramatical  son: para el singular, él, ella y usted; y para el plural, ellos, ellas y ustedes. Ejemplo para el singular: El (ella, usted) canta una canción. Ejemplo para el plural: Ellos (ellas, ustedes) cantan una canción. De esos pronombres de la  tercera persona  gramatical es de donde surgen sus  variantes.

Antes de continuar, creo conveniente aclarar que los nombres (=sustantivos) pueden desempeñar diferentes funciones, como son las de sujeto, complemento, objeto indirecto, vocativo, objeto directo y  circunstancial. Igual pasa con los pronombres. Pero es bueno aclarar que los pronombres desempeñan la función de sujeto. Así, los sujetos de la  tercera persona  son “él,  ella, usted” (singulares) y “ellos, ellas, ustedes (plurales). Las variantes son las que desempeñan las demás funciones mencionadas: complemento, objeto indirecto, vocativo, objeto directo y circunstancial.

Ahora bien, como en este artículo solo se abordarán las variantes de la tercera gramatical, tanto en singular como en plural, a continuación nos concentraremos en ellas.

Para las funciones de objeto indirecto solo existen “le” cuando el referente (el que recibe  el daño o beneficio de la acción verbal) es singular; y “les” cuando el referente es plural. Ejemplo con referente singular: A la joven  “le” enviaron un regalo; y Al joven “le” enviaron un regalo.

Ejemplo con referente plural: A los jóvenes “les” enviaron un regalo (o varios regalos); y A las jóvenes “les” enviaron un regalo (o varios regalos). Observar que en la variante de  objeto indirecto no se da la concordancia de género, sino solo la de número. Esa es la razón por la cual el ser masculino o femenino no hace cambiar el “le” o el “les”. (Ver los ejemplos que aparecen en este mismo párrafo).

Pasemos ahora a la variante con función de objeto directo (o complemento directo como también se le suele denominar). Hay que aclarar que las variantes de objeto directo hacen referencia o sustituyen al objeto directo de un verbo transitivo. Veamos:

a) De “él”: singular “lo”. Ejemplo: Yo leí el libro con mucho entusiasmo= Yo “lo” leí con mucho entusiasmo.

b) De “él”: plural “los”. Ejemplo: Yo leí los libros con mucho entusiasmo= Yo “los” leí con mucho entusiasmo.

c) De “ella”: singular “la”. Ejemplo: Mildred leyó la novela con mucho placer=Mildred “la” leyó con mucho placer.

d) De “ella”: plural “las”. Ejemplo: Mildred leyó las novelas con mucho placer=Mildred “las” leyó con mucho placer.

e) De usted: singular “lo”. Ejemplo: Juan “lo” observó cuando usted entró a la casa.

f) De usted: plural “los”. Ejemplo: Juan “los” observó cuando ustedes entraron a la casa.

Observemos que  la concordancia es la misma, en el objeto directo, para él (a) y b)) y para usted (e) y f)).

Fijémonos también que en esta  variante de objeto directo se da la concordancia tanto de género como de número. Pero esa concordancia sucede entre la variante y el objeto directo sustituido, no entre el sujeto y el objeto directo, como algunos usuarios pudieran creer.

La anterior explicación se ha presentado en forma esquemática, pero para  una mayor comprensión de la temática que estamos tratando, les presento la explicación en forma de párrafos.

En el caso de “le” y “les”, se trata del objeto indirecto; esas dos variantes dependen o hacen referencia al receptor del daño o provecho expresado en la acción verbal. Ejemplos: a) Le di un golpe al gato sin querer; b) Les di un golpe a los gatos sin querer; c) Le transmití a él el mensaje referente a su excelente libro de poemas; d) Les transmití a ellos el mensaje referente a sus excelentes libros de poemas. Al tratarse de ella, se usará “le” para el singular. Ejemplo: Le hice un rasguño a ella. Para ella en plural, se empleará “les”. Ejemplo: Les hice un rasguño a ellas. En el caso de usted, se empleará, al igual que en el caso de él y ella, “le” para el singular, y “les” para el plural. Ejemplos: Le dije la verdad a usted; y Les dije la verdad a ustedes. Es decir, en sus variantes no hay concordancia de género, sino solo de número.

Si nos fijamos en las oraciones a) y c) aparecidas en el párrafo anterior, los receptores del daño o provecho son singulares, por lo cual la variante empleada en ambos casos es  la variante singular “le”. Al observar las oraciones b) y d), también contenidas en ese mismo párrafo, notaremos que quienes reciben el perjuicio o beneficio son seres plurales, razón por la cual la variante empleada  en esa dos oraciones  es “les”.

Pasemos ahora al uso de las variantes del objeto directo. En este caso se trata de las variantes de tercera persona gramatical con función de objeto directo (en latín llamado acusativo). Si el objeto directo (acusativo) es singular y  de género masculino, se debe emplear “lo”. Ejemplo: Ya Juan leyó el libro.  En ese ejemplo, el libro desempeña la función de objeto directo. Al sustituir “el libro” por la variante de objeto directo que le corresponde, tenemos de que decir o escribir: Ya Juan “lo” leyó. Si la oración tiene como objeto directo un plural de género masculino, como Ya Juan leyó los libros, al hacer la sustitución del objeto directo por la variante que le corresponde, diremos o escribiremos: Ya Juan “los” leyó.

Ahora bien, si el objeto directo es femenino, se usará “la” para la variante singular. Ejemplo: Ya María leyó la novela. Al substituir la novela por la variante de objeto directo femenino singular, diremos o escribiremos: Ya María “la” leyó. Pero si el objeto directo femenino es plural, se empleará “las”, que es la variante correspondiente al objeto directo femenino plural. Ejemplo: Ya María leyó las novelas. Al hacer la sustitución  del objeto directo, diremos o escribiremos: Ya María “las” leyó.

En el caso de usted, se usará “lo” para el singular. Ejemplo: Elsa lo vio cuando usted llegaba a su casa. Para el plural se empleará “los”. Ejemplo: Elsa los vio cuando ustedes llegaban a su casa. Si nos fijamos bien, notaremos que las variantes de la tercera la tercera persona gramatical “él” y “usted” son las mismas, y son “lo” para el singular y “los” para  el plural.

Es de esperarse que las explicaciones gramaticales y los ejemplos complementarios para una mayor comprensión de  la temática desarrollada en el presente artículo, contribuirán a que usted las  emplee, esas variantes, cada vez con mayor seguridad y, por lo mismo, con la corrección que demanda el empleo de nuestra lengua española.

Boletín núm. 191 de la Academia Dominicana de la Lengua (julio de 2022)

Este boletín contiene estudios, crónicas, reseñas, cartas y temas lingüísticos y literarios.

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Boletín núm. 190 de la Academia Dominicana de la Lengua (junio de 2022)

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Abundancia de fallos de puntuación en la novela «Distinguida señora»

Por Rafael T. Rodríguez Molina

 

Hace unos días salió publicado en las ciberpáginas de la Academia Dominicana de la Lengua, uno de mis artículos  titulado “Problemas para usar bien la puntuación”. En la introducción del mismo se afirmaba que emplear con acierto la coma, el punto y coma, el punto y otros signos de puntuación, era algo difícil para escritores de diferentes  tipos de texto, sean estos ya publicados u  otros corregidos por mí antes de ser publicados o guardados en el computador.

Leyendo la novela Distinguida señora, de la autoría de Carmen Imbert Brugal, he constatado que a la autora de esa novela se le presentan esas mismas dificultades, ya sugeridas,  que dan sustento a la afirmación de que  a los escritores les es difícil emplear acertadamente los signos de puntuación. Habría que precisar que eso sucede, preponderantemente, con los escritores que no han realizado la carrera de letras.

El presente  artículo se va a centrar en el mal  uso que esta autora hace de la coma, el punto y coma y el punto. Para eso voy a seleccionar y presentar una muestra de 5 fragmentos tomados de cinco páginas (la 21, 91, 161, 204 y 226) en ese mismo orden de aparición, de la segunda edición aparecida en el año 1997.

A continuación copio los fragmentos. Después de cada fallo, entre paréntesis colocaré las posibilidades de  corrección, aplicando las normas que nos ofrece la lengua española, y otros posibles usos no sugeridos por la misma,  para el uso  de los signos de puntuación. En algunos casos se sugerirá  algún ajuste sintáctico como elemento de corrección.

  1. Texto de la página 21: Juan fue conmigo a despedir a Montero, (el punto y coma es lo mejor que se debe escribir en vez de la coma, aunque es aceptable el punto) él se fue solo, (en este caso caben las posibilidades del punto y coma o una “y” en lugar de la coma) la familia iría después. Nadie habló camino al aeropuerto, (aquí  se puede emplear el punto y coma o  y en vez de la coma) llegando a la terminal lo abracé.

_No me abandones _fue mi despedida, (punto y coma o “y” en sustitución de la coma)  él correspondió tiernamente. Dijo algo que nunca debió decir en presencia de Juan.

_Dejé el dinero en el armario, (; es lo que debe usarse en vez de esa coma) con eso te defiendes, (aquí  usar punto y coma o punto en lugar de la coma) también están los documentos de la casa. Habla con Cabrera, (el punto y coma  estaría bien empleado en sustitución de la coma y también aquí se puede mantener la coma si se añade  pues a continuación de la coma) él tiene un trabajo para ti. Piensa en la oferta del puertorriqueño, (; en lugar de esa coma y también  se pueden poner los dos puntos [:]) quiere que tú bailes, pero ten cuidado. Lo que te dejo es suficiente para pagar las deudas.

Juan extendió la mano, (;  o “y” en sustitución de la coma caben muy bien como posibilidades de corrección de la coma) se miraron de manera muy severa y prejuiciada.

El regreso fue peor, (se puede escribir punto o punto y coma en lugar de la coma) Juan se burló de ese hombre y no solo eso, (; en vez de la coma sería una buena puntuación; también cabe la posibilidad de añadir “sino que” después de la coma) me confesó su odio agregando que no descansaría hasta verlo muerto o desacreditado.

No entendía, pero tampoco quería averiguar mucho, (en vez  de esa coma se puede emplear  el punto o el punto y coma)  aún escuchaba a Montero decirme lo del dinero y la casa, (esa coma puede ser sustituida por punto y coma; la coma  se puede mantener si se cambia eso por lo cual) eso sí era importante para mí.

  1. Texto de la página 91: Me aprendí las grietas de las paredes, los desniveles del piso, las manchas de la humedad, (se puede emplear punto y coma en vez de la coma, pero creo que el punto es preferible al punto y coma) conocía los calderos, las hojas de los árboles, los ruidos domésticos. Cuando el teléfono sonaba me espantaba, (en sustitución de la coma puede usarse punto y coma y también la “y”) leía los diarios desde el principio hasta el final, ( aquí es preferible el punto en vez del punto y coma en vez de la coma) amplié, gracias a esta lectura, el conocimiento de personajes otrora parte de mi cotidianidad, (en lugar de la coma pude usarse el punto y coma o  un punto) ahora no los veía pero sabía de sus fiestas, de sus ventas, de los matrimonios de sus hijos, de las compañías que constituían. Los hijos venían poco, (es mejor una “y” en vez de la coma) algunos se sentían culpables, no sé por qué, (el punto y coma o también el punto serían buenos sustitutos de la coma)  a otros realmente no les importaba lo que ocurría y no querían escuchar lamentos y especulaciones sobre situaciones que no conocían bien.

El dinero no faltaba, (se puede usar el punto y coma, pero se puede mantener la coma si se añade “pues” después de la coma)  Francisco había acumulado una fortuna que se sostenía sola, (en sustitución de la coma puede emplearse el punto y coma y, además,  el punto)  yo fui creando mi patrimonio  y servía de testaferro en muchas operaciones familiares.

  1. Texto de la página 161: ¿Estás ahí?

_Sí (, aquí falta la coma primera del vocativo viejo)  viejo, aquí mismo.

Con las camas separadas se convenció, después de pruebas esporádicas, que nada cambiaría y que (después de ese que debería ponerse una coma)  si preguntaba ¿estás ahí?   y  yo no respondía (después de respondía debería colocarse otra coma)  se debía al sueño y nada le impedía seguir roncando. Mientras se convencía, descubrí que podía levantarme, disfrutar la noche y regresar a dormir modosita y tranquila. Lo hice poco a poco, (en lugar de esa coma se debe emplear el punto y coma o también la “y”)  los encantos de mis fugas fueron múltiples. El asombro  de los sirvientes me limitaba un tanto, (lo  mejor es emplear el punto y coma aunque también pudiera emplearse el punto) no podían entender, ni aceptar, que la doña se sentara con ellos, pidiera café y después se instara al menos ofensivo  a buscar una cerveza.

Me sentían y suspendían la conversación, bajaban el volumen del radio, escondían los jarros y los potes con ron. Yo les pasaba de largo, (sería lo mejor  emplear “y” en lugar de la coma, aunque también pudiera emplearse el punto y coma)  me sentaba debajo de un inmenso árbol de mango a fumar y a beber tranquilamente. Después de evaluar el entorno, les advertí que podían continuar sus actividades sin preocuparse por mí. Nos fuimos integrando sin proposición previa,  (la mejor solución es sustituir  esa coma  por un punto y coma) el encargado de comprarme la cerveza rompió el hielo.

  1. Texto de la página 204: Decidió entonces hacer cambios importantes circunscritos a su particular manera  de gobernar. Usó lo que tenía a mano, (; en vez de la coma estaría bien, aunque pudieran usarse también los  dos puntos)  sepultó a ese tipo de funcionario de corte lacayuno, útil en la medida de su abyección y sus culpas, (pudiera mantenerse la coma si se añade “y” después de esa coma) siempre dispuesto a todo. Del mismo modo rescató de la vergüenza del desafecto a los golpeados, (el punto y coma debería sustituir la coma) los conocía, (es mejor quitar esa coma y en su lugar poner “y” o escribir punto y coma) le servirían gustosos y genuflexos. Todos aceptaban, no importando lo efímero de cualquier mandato, (; en lugar de la coma estará bien) entre estos estaba Francisco ya inane, a punto de convertirse en una acémila gracias al destierro en aquella zona mostrenca.

Sintió cascabeles en las manos cuando un sudado y ajado telegrama le anunciaba su designación como ministro sin cartera. Esta, la cartera, poco importaba, (aquí debe usarse punto y coma  en vez de la coma o  escribir “pues” después de la coma) estaría en el mismo corazón del poder escuchando los latidos del omnipotente. Contaba y recontaba su alegría, (añadir una “y” después de la coma mejor que cambiarla por punto y coma) cómo impactó en horas sus años de alegría en aquel erial, (preferible poner punto en vez de la coma o del punto y coma)  estaba pleno, (punto y coma en lugar de la coma) así lo sentí cuando me llamó.

  1. Texto de la página 226: El cabo Rodríguez lo recogió, (escribir “y” en lugar de la coma) lo llevamos hasta la habitación. No cerraba los ojos, ni dejaba de convulsionar, (en ese caso punto y coma en vez de la coma) intentaba tocarme, (mantener la coma y añadir pero) no podía. El tumulto llegó  hasta la escalera, (escribir punto y coma  o “y” en lugar de la coma) después desapareció entre frenazos, luces, chirridos de goma. El cabo y yo nos quedamos con el viejo, (punto y coma sustituyendo la coma) los hijos no estaban, (punto y coma puede emplearse  en vez de la coma o una ”y”  quitando la coma) el rubio los llamó, (lo mejor es emplear punto y coma  en sustitución de la coma) yo quise que el obispo estuviera. No podía ordenar los pensamientos, ((está bien usar el punto y coma en lugar de la coma; también se puede mantener la coma cambiando el siguiente “no” por “ni”)  no podía entender cómo todos desaparecieron, (punto y coma  en vez de la coma o añadir “ni” después de la coma) cómo nadie consideró pertinente permanecer, aunque fuera por cortesía, en la casa, y conocer el estado de salud del anfitrión. Estaba aterrada con mi indecisión, (mantener la coma si se añade “pues”) ¡era tan fácil llamar al médico!, (lo mejor sería quitar esa coma y en su lugar poner “y”) detener lo que yo había provocado. Pero realmente ¿quería yo sanarlo, evitarle complicaciones irreparables? Me ocupaba un sentimiento de misericordia desconocido, casi lindando con la culpa, (escribir un punto y coma o mejor quedaría usar un punto en lugar de la coma) entonces lloré, tranquilamente.

Esos son los cinco fragmentos tomados para sustentar mi afirmación  de que  hay  abundancia de fallos de puntuación en esa novela de esa distinguida autora dominicana. Creo pertinente decir que si se pone punto en lugar de la coma, la siguiente palabra debe iniciarse con letra mayúscula.

Ante ese panorama de la abundancia de fallos en el empleo de algunos signos de puntuación, como la coma, el punto y coma y el punto- y la ausencia de algunos elementos sintácticos-creo que pueden plantearse varias hipótesis sobre esa realidad. Veamos las hipótesis:

  1. La autora de la novela no buscó un corrector de estilo creyendo que no hacía falta porque ella sabía emplear bien los signos de puntuación. Probablemente, así se lo comunicó a la Editora Amigo del  Hogar y por eso ellos no corrigieron ni la  coma más elemental, como la que falta al vocativo intercalado que aparece en el fragmento 3.
  2. La autora buscó un corrector de estilo, pero no conocía la competencia del mismo y, al creer en la capacidad del corrector, confió en que este realizaría bien su trabajo. Por la presencia abundante de errores queda demostrada la incompetencia de aquel.
  3. La Editora Amigo del Hogar no tenía a alguien competente que revisara el material que le entregó la autora, aunque ya hubiera sido corregido por un buen corrector de estilo, ya que  es parte de la  responsabilidad  de una  editora entregar la obra  sin errores.
  4. No se explica cómo Amigo del Hogar dejó que fuera puesta en circulación esa novela con tantos fallos de puntuación.
  5. Carmen Imbert Brugal no le dio aunque fuera un vistazo rápido a su obra antes de la impresión definitiva, creyendo que no era necesario confiada en la competencia de la casa editora, en su propia capacidad o en la del corrector de estilo.
  6. La novelista quiso lucir una propia y novedosa  forma de puntuación para impresionar a los lectores de su obra.

No sabemos cuál o cuáles de esas hipótesis originaron la existencia de la abundancia de desaciertos al emplear muchos de los signos de   puntuación que aparecen en esa novela-según mi criterio de conocedor de la sintaxis española- y cómo la sintaxis  influye a la hora de aplicar las reglas referentes a  los signos de puntuación. Y cuando se vaya a publicar un texto suyo, no importa la importancia del mismo, sea humilde y realista y busque a un competente corrector de estilo, ya que emplear correctamente  los signos de puntuación es algo difícil que, por lo general, solo pueden realizar competentemente los que han realizado la carrera de letras o han hecho un curso de redacción y sintaxis de la lengua española con un competente profesor de ese idioma.

Boletín núm. 189 de la Academia Dominicana de la Lengua (mayo de 2022)

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Las figuras literarias en «Final del juego»

Por Rafael Tobías Rodríguez Molina

Para producir una obra literaria exitosa o bien lograda, se necesita manejar con acierto varios recursos, como la normativa acentual, una correcta puntuación, la sintaxis propia del idioma en que se escribe el texto, la ortografía de las palabras de acuerdo con las normas, la propiedad de las palabras empleadas (verbos, sustantivos, adjetivos), además del empleo de las figuras literarias en abundancia y bien logradas, que contribuyan a lograr el placer estético. Del recurso de las figuras literarias en Final del juego se tratará en el presente artículo.

Pasaremos a continuación a definir las figuras literarias. Según nos las definen en Internet y otras fuentes, son maneras no convencionales de utilizar las palabras para otorgarles belleza, expresividad o mayor vivacidad, con el objetivo de persuadir, sugerir o generar alguna emoción en el lector.

Las figuras  que serán presentadas  en este artículo son la adjetivación, el epíteto, la sinestesia, la comparación, la metáfora y la  prosopopeya o personificación. El nombre y el concepto de las mismas coinciden con los que empleábamos en el análisis que hacíamos de las obras literarias (cuento y novela), que les asignábamos a los estudiantes del español de primer año o ciclo básico, en las materias Español Uno y Español Dos ofrecidas por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de la ciudad de Santiago, República Dominicana.

Vamos a definir esas cinco figuras literarias, tan abundantes y bien logradas por Julio Cortázar en su interesante obra Final del juego, al mismo tiempo que ofrecemos una cantidad considerable de cada una de ellas. Serán presentadas en orden de aparición, acompañadas de la página en que aparecen, para una mayor facilidad de búsqueda y ubicación.

  1. Adjetivación. Consiste esta figura en mencionar, asignándosela a un ser, una cualidad que realmente este posee. Ejemplos: “labios lívidos” (p. 22), “pelo empapado” (p. 24), “hotel sombrío” (p. 48), “estilo escueto” (p. 67), “fuerza grandiosa” (p. 68), “pasos lentos” (p. 75), “estrépito inconmensurable” (p. 129), “pedantería inofensiva”(p. 164),  “fidelidad amistosa” (p. 164), “verde mundo” (p. 169), “puerta blanca” (p. 225).
  1. Epíteto. Es la mención de una cualidad que no le corresponde al ser al que se le atribuye. Ejemplos: “gimnasia eufórica” (p. 16), “yanto estúpido” (p. 21), “inocente recurso” (p. 48), “aburrimiento mortal” (p. 55), “trabajo loco” p. 63), “romanticismo divino” (p. 66), “bondad infinita” (p. 72), “grito seco” (p. 74), “lumbre emocionada” (p. 75), “espanto lúcido” (p. 78), “sombras epilépticas” (p. 81), “grito seco” (p. 81),  “estúpidos prejuicios” (p. 89) “locura romántica” (p. 90),  “obstinados lugares” (p. 92), “espejo ciego” (.p. 95) , “época amarga” (p. 106) , “el vino triste” (p. 109),“ribera desnuda” (p. 167), “hastiada condenación” (p. 169), “tortura rígida”(p.195), “sufrimiento amordazado” (p.195), “guerra florida” (p. 203) “sombra blanda”(p. 210) . “cuerpos geométricos” (.229)”!.
  1. Sinestesia. Consiste la misma en la atribución de sensaciones físicas (olfato, gusto, tacto, vista y oído) a sentimientos o a conceptos a los cuales no les corresponde dicha atribución. También suele definirse la sinestesia como “el cruce de sensaciones diferentes. Ejemplos: “gusto azul” (p. 14), “cansancio amargo” (p. 22), “dolor sordo” (p. 194).
  1. La comparación. Esta figura establece una relación explícita de similitud entre dos elementos a partir de alguna característica en común. Ejemplos: “Cuando la mano tira hacia arriba es un dolor como si le desgarraran las orejas” (p. 17); “esa manera de andar golpeando las puertas como una actriz de tournées” (p.21) “era una  música como de terciopelo” (p.66); “se volvió a Cayo que bebía soda como un camello sediento” (p. 68) ;”Miré una masa negra , como moscas en un tarro de dulce” (p. 69) ;”el ruido bajaba como rolidos para encontrarse con el de la platea y los palios” (p. 70);”veía pequeñas luces verdes cruzando mis párpados como golondrinas”(p. 73); “dos orificios como cabezas de alfiler” (p. 191); “vino una fragancia oscura como la noche” (p. 202); “una lámpara violeta velaba en lo alto como un ojo protector” (p. 207);“el chirriar de los cerrojos lo sacudió como un látigo” (p. 209).
  1. La metáfora. Es la figura literaria por medio de la cual una realidad o concepto se expresa por medio de una realidad o concepto diferente, con lo que el representado guarda una relación de semejanza. Ejemplos: “el silencio del hotel parecía congelarse” (p. 50); “el aire daba la impresión de estar incendiado pero con un incendio que fuera invisible y frío” (p. 74) ; “metía la mano en el último muro del sonido” (p. 76) ; “aquella tarde de cigarras y de olor a hierbas” (p. 88) ; “esos do años entre ellos habían sido también un rincón vacío” (p. 90); “ una lejanía vertiginosa de grito animal” (p. 95); “ Somoza era todavía un grito ahogado” (p. 99); “rodeado por el agua de la soledad” (p. 105) ; “mirando con sus ojos de oro a los que se acercaban” (p. 191); “los ojos de oro seguían ardiendo con su dulce, terrible luz” ( p.193); “esa tortura rígida en el fondo del agua” (p. 196) ; “alcanzó a cortar el aire una o dos veces” (p. 206) ; “se alzaba frente a él la escalinata incendiada de gritos y danzas” (p. 210).
  1. La prosopopeya o personificación. Esta figura implica la atribución de acciones a seres inanimados o animales y seres a los que no les corresponden esas acciones. Ejemplos: “a esa hora el hotel dormía” (p. 56); “el teatro Corona tiene caprichos de mujer histérica” (p. 62); “sus pies golpearon furiosamente el suelo” (p. 74) ;  “saltaban los primeros grandes acordes finales” (p. 75); “una señora de rostro amarillento y gran escote donde galopaban montones de perlas” (p. 80); “el temor de que los descubrieran les fue limando la alegría”( p. 91) ; “los años monótonos, los fracasos que van royendo la ropa y el alma” (p. 108); “las cenas de camaraderías que tiran sus últimos salvavidas en medio de la dispersión” (p.165); “el río manoteaba  solapado buscando dónde agarrarse”(p. 167) ; “la luna mordiéndole el vientre” (p. 168); “las manos del río resbalando sobre el barro amarillo” (p. 171).

Como se ha podido constatar por la  abundante cantidad de las seis figuras literarias que se han ofrecido en el presente artículo, sin mencionar otros tipos de figuras que contiene la presente obra, Julio Cortázar maneja con mucho acierto el léxico español propio de una obra literaria, despertando en el lector el placer de leer una obra literaria narrativa, como ese conjunto de cuentos reunidos en Final del juego. Si nos tocara incursionar en la escritura de alguna obra literaria, imitemos los aciertos de los escritores exitosos por el abundante y  buen empleo de las figuras literarias.

Boletín núm. 188 de la Academia Dominicana de la Lengua, abril de 2022

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