La novela epistolar de inspiración bíblica, El Sorato de Magdala, de Bruno Rosario Candelier, se presentó en el marco de la XXII Feria Internacional del Libro, en la Ciudad Colonial de Santo Domingo ante la presencia de académicos de la lengua, intelectuales nacionales, escritores extranjeros y un público interesado en la narrativa literaria.
Esta novela de inspiración bíblica, que forma parte de la colección “El ciervo vulnerado” del Ateneo Insular y el Movimiento Interiorista, fue presentada por los intelectuales dominicanos Laura Gil y Luis Quezada. El Sorato de Magdala da cuenta en siete apartados de la relación amorosa de una pareja dominicana mediante cartas que intercambian entre Palo Seco y Pedregal, parajes de procedencia de los protagonistas de la ficción. La trama de la novela, vinculada a la pareja bíblica de Jesús de Nazaret y María de Magdala, relata una relación de amor sagrado, según la vivió la pareja criolla de esta obra de ficción entre Aurora y Barranco, plasmada en esta novela epistolar del director de la Academia Dominicana de la Lengua, que el Ateneo Insular pone a disposición de los lectores.
El pabellón de FUNGLODE en la 23a Feria Internacional del Libro fue el escenario donde se presentó la nueva obra del Dr. Rosario Candelier, El Sorato de Magdala: “La historia que en esta novela se cuenta está vinculada a dos parejas: una cibaeña y la pareja clásica del Cristianismo, Jesús y María Magdalena. La relación espiritual que hubo entre Jesús y María Magdalena, como la que hubo entre la pareja cibaeña, es lo que se plasma en esta novela”, explicó el autor al introducir la actividad académica.
El teólogo mocano Luis Quezada en su intervención señaló que ningún escritor había sacado en un momento más preciso y oportuno una novela como esta, El Sorato de Magdala, que desde su propio título evidencia la creatividad literaria del autor, puesto que la palabra “sorato” es un invento de la capacidad lexicográfica de Bruno Rosario Candelier.
Al referirse al argumento de la obra, explicó que esta se remonta a los orígenes del Cristianismo y se va a la primera pareja de la cristiandad del siglo primero, que son María Magdalena y Jesús de Nazaret, y la enlaza con una pareja de campesinos mocanos: Aurora y Barranco, de Los Bueyes de Villa Trina. Esta novela epistolar, que se estructura en 82 cartas entre los protagonistas: “La magia está en hacer la primera novela epistolar, y en segundo lugar, hacerlo con una técnica, una agilidad y creatividad literaria que yo les pago a ustedes si leen la primera carta y no les da seguidilla”, expresó Luis Quezada.
Destacó en la novela tres elementos esenciales: “Hace uso del cauce literario más profundo en la literatura dominicana como es el Interiorismo, que ha trascendido las fronteras de la dominicanidad, y ha llegado a otro plano. En segundo lugar, Rosario Candelier ha rescatado conceptos vitales: la dimensión mítica, metafísica y mística en la creación literaria. Y tercero, en esta novela se disfruta el cauce místico del Interiorismo”.
En su valoración, Luis Quezada manifestó que la novela se publicó en el momento oportuno para reivindicar a María Magdalena, que la hicimos invisible. En El Sorato de Magdala, María Magdalena es la mujer que hoy estamos reivindicando para reivindicar una muchedumbre invisible durante 2000 años que existe en la Santa Madre Iglesia Apostólica: las mujeres”. Hizo alusión al cuadro de La última cena de Leonardo da Vinci, en el que destacó al personaje que asoma su oído al pecho de Jesús, quien se presume es María Magdalena. A esto añadió que Jesús no solo no se separó de las mujeres, sino que las hacía llegar a Él como sus discípulas. El pensador y analista compartió sus conocimientos sobre María Magdalena con el fin de esclarecer la realidad, dejando atrás los prejuicios: “A María Magdalena, a pesar de haberla hecho invisible, la hemos desacreditado diciendo que era el “cuero” más grande del siglo primero, pero en ninguna parte de la Biblia se dice que María Magdalena era prostituta. Ella vivía en Magdala que queda en la parte occidental del lago de Galilea, y es verdad que en Magdala había mucho tráfico comercial y mujeres de vida alegre, y hoy biblistas e historiadores del siglo I coinciden en que María Magdalena vivía de salar pescado.
El teólogo expresó que Bruno Rosario Candelier, además de El Sorato de Magdala, es el autor de las novelas El sueño era Cipango y El degüello de Moca, de las cuales comentó que tienen en común un carácter genesíaco porque las tres hablan de tres orígenes relevantes: “Bruno es un novelista de los orígenes; es un novelista genesíaco. Las tres son novelas genesíacas: El sueño era Cipango aborda el origen de nuestra dominicanidad; El degüello de Moca aborda los orígenes de la Mocanidad a partir de aquel hecho trágico que ocurrió el 3 de abril de 1805, cuando pasaron las tropas de Cristóbal y Dessalines, y asolaron la ciudad de Moca en el templo de Nuestra Señora del Rosario, donde hicieron una masacre dentro del templo. Y en El Sorato de Magdala va a los orígenes del Cristianismo”.
Quezada expresó su identificación con el Interiorismo, movimiento literario fundado por Bruno Rosario Candelier. Ponderó la trascendencia cultural de esta tendencia estética, pues alega que ha rescatado tres valores culturales que han sido diluidos y puestos a la sombra de una sociedad “modernista”. A esto añadió que la modernización, como un elemento sintético que ha incorporado la sociedad para seguir una corriente que induce al pensamiento colectivo basado en la lógica y la razón: “El Interiorismo ha rescatado la dimensión intuitiva contra el pedestal de la diosa razón. El Interiorismo está rescatando la dimensión mítica, metafísica y mística de la conciencia”. Compartió ‘el camino existencial’ que puso en perspectiva el ideario interiorista de la creación, luego de extraer las palabras que componen los siete apartados de la novela, ya que el trasfondo de la obra es un resultado que proviene del inconsciente del autor, quien había dicho que un creador se expresa de una manera inconsciente, porque es del inconsciente proceden las imágenes y los conceptos que canalizan grandes verdades. Dijo que si se leen con atención los siete apartados de la novela, que son encuentro, revelación, derrotero, propósito, transformación, destino y determinación, se comprenderá el sentido profundo de esta obra. Enfatizó que el autor ha diseñado en esas siete palabras un camino existencial que yo lo expresé en esta frase: “La vida es un encuentro donde se produce una revelación entre dos o más personas y deciden transitar juntos un derrotero, fraguando para ello un propósito que les permitirá experimentar una transformación que marcará su destino si lo viven con verdadera determinación. Y Bruno ha diseñado con esas siete palabras un verdadero camino existencial”.
Cuando Laura Gil inició su participación como presentadora de la novela hizo la observación de que los escritores, a menudo, utilizan los personajes de sus novelas como un medio de proyección. Explicó que Barranco expresa dimensiones terrenales y Aurora hace alusión al sentido figurativo del génesis: “Son muy significativos los nombres, no sé si fue de una forma deliberada o inconsciente. Barranco nos evoca algo profundo, pero también terrestre, y la aurora relaciona a la mujer con el origen y la maternidad. He notado que en el comienzo de los capítulos hay una alusión a la naturaleza y al momento del día. Hay mucho vocabulario relacionado con el tiempo en una novela en que los arquetipos platónicos, que existen más allá del tiempo, se encarnan en estos personajes. Se habla del crepúsculo o de la aurora, o es el crepúsculo o el comienzo del día, y también la naturaleza aparece, no en el sentido que traen los textos del Romanticismo, sino con el tiempo, con la mujer, las religiones antropológicas con las diosas madre en el culto de la fertilidad y la naturaleza”.
La destacada crítica de arte hizo un análisis de la yuxtaposición entre emociones distintas que nacen de un mismo sentimiento: el amor sacro y el amor profano. En una disyuntiva emocional a través dela cual encarna la presencia femenina en la novela: “Nos vamos a encontrar con algo que presenta una oposición: el amor sacro y el amor profano. La joven está pensando en consagrarse a una institución, el Sorato de Magdala, que me recuerda el Priorato de Sion. Sorato viene de soror, que significa ‘hermana’: es una hermandad femenina, y ella está oscilando entre darle cumplimiento al amor humano o consagrarse al Sorato que exige de ella servir a través del amor y tratar de alcanzar la santidad”.
La catedrática dominicana puso en perspectiva el lenguaje como un fenómeno singular en la esencia de la creación, que en la lírica expresa el poder energético que evoca la palabra, proporcionando un medio tangible a nuestros sentidos, y más aún cuando se trata de un lenguaje poético, pues cuando proviene de sus palomas mensajeras son el resultado de un eco que hace consonancia con nuestra existencia física y todo lo que nos rodea; son expresiones del medio circundante que se comunican sin palabras: “Aquí los contrarios se trascienden, se hermanan, y la dicotomía inicial que le da carácter a un mundo encarnado se trasciende y en la eternidad se hacen uno”, subrayó Laura Gil.
La intervención de la profesora dominicana profundizó el sentido de la novela. Expresó la destacada intelectual que El Sorato de Magdala es una novela en donde no solo vemos la interacción de los personajes, sino que a través de esa interacción epistolar se evidencia una serie de ideas donde encontramos referencias desde los postulados del Movimiento Interiorista, concebido y liderado precisamente por el autor, hasta lo que es la tradición de la estilización del amor en la cultura occidental, con alusiones a las características del amor, según la visión del Platonismo y el Neoplatonismo, y también hay que relacionarla con el contexto contemporáneo, y con la importancia que ha cobrado la mujer en el siglo XX.
La expositora y crítica literaria señaló que la estructura de la novela del doctor Rosario Candelier cumple con todas las características que requiere el género novelesco, y al mismo tiempo es una especie de manifiesto de los valores que defiende y cultiva el Interiorismo, y una reflexión sobre lo que es el amor en Occidente, con el juego de lo masculino y lo femenino en la cultura occidental. La especialista en arte, filosofía y literatura, a partir de la significación que para ella tienen los nombres de los personajes, se interesó en conocer si el autor los había empleado de una forma deliberada o inconsciente, pues según ella, Barranco nos evoca algo profundo pero también terrestre, y Aurora hace alusión a la relación de la mujer con la naturaleza, los orígenes y la maternidad.
Al ponderar la calidad de la novela de Rosario Candelier dijo que este es un libro lleno de referencias literarias, donde aparece la alusión a la conciencia, la sensibilidad y la belleza. Entre las referencias literarias, expresó el influjo de la poesía de Rainer María Rilke. Subrayó que la exaltación de la vida humana está en el lenguaje, porque al ser invisible el sentido de las cosas y convertirlo en poesía, llevándonos a su esencia, captamos su carácter profundo, que es perdurable:“ Entonces la transición del tiempo a la eternidad es posible a través del lenguaje y, sobre todo, del lenguaje poético que no es más que una expresión de ese soplo del espíritu que toma la forma del amor”, sentenció Laura Gil.
El autor de El Sorato de Magdala explicó el contenido y la forma de l novela: “La historia narrada en esta novela epistolar, vinculada con María Magdalena, fusiona realidad y ficción a través de una relación amorosa con implicaciones morales, estéticas y espirituales. La dramática experiencia de una mujer de nuestro tiempo, por la circunstancia espiritual que la iluminó, fue redimida de un oscuro pasado cuya culpa expió transformando su conciencia y consagrando su vida a un ideal de servicio a la iglesia que el divino galileo fundó para la redención de la humanidad. La experiencia que marcó la vida de la heroína bíblica la vivió la protagonista criolla de esta novela, que el narrador recrea en cartas compartidas en las cuales aflora una visión espiritual y el sentimiento del amor tras el impacto de una experiencia cardinal y la determinación de una mujer que se enroló al movimiento religioso del Sorato de Magdala como entrega de una transformación. Entre disquisiciones intelectuales, estéticas y espirituales fluye una onda mística que atraviesa la narración de la novela, que se suma a la novelística dominicana de corte bíblico, en la que se alternan el amor, la filosofía, la historia, la estética y la espiritualidad, que el arte del novelar fecunda y potencia, abriendo un nuevo cauce a la novela histórica, mística y bíblica. En El Sorato de Magdala se entrecruzan una historia de amor, el personaje bíblico de María Magdalena y una visión mística del mundo bajo la inspiración del ideario estético del Interiorismo. Esta obra fictiva, que se remonta a los orígenes del Cristianismo, contrasta el sentimiento que desmaya los sentidos a favor del crecimiento de la conciencia trascendente. Al expresar la protagonista su reacción ante la demanda del amor humano (“Cuando tú y yo nos besamos, yo te besé con el sentimiento del amor sagrado, mientras tú me besabas con el fuego de la pasión carnal”), enfatiza el sentimiento de la ternura en un lenguaje diáfano, que el narrador comparte a la luz de sus intuiciones y vivencias, alternándose el amor erótico y el amor sagrado, que el autor formaliza a través del género epistolar en esta novela histórica de inspiración mística, interiorista y bíblica”.
A esta actividad de la Academia Dominicana de la Lengua, el Taller literario “Pedro Mir” y el Ateneo Insular asistieron los académicos José Enrique García, Juan José Jimenes Sabater, Rafael Peralta Romero, Sérvido Candelaria, Miguel Solano, fray Jit Manuel Castillo y Ruth Ruiz, así como la subdirectora de la Academia Puertorriqueña de la Lengua Española, la poeta y ensayista Luce López-Baralt y el novelista boricua y numerario de la APL, Arturo Echavarría, ya que Puerto Rico fue el país invitado a la 23a FIL 2019. También asistió la directora de la Biblioteca Juan Bosch, Aída Montero, y una delegación de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
Santo Domingo, Feria Internacional del Libro, ADL/Taller literario Pedro Mir/Ateneo Insular, 3 de mayo de 2019.