Encuentro de academias hispanoamericanas con la Academia Brasileña de Letras

La Academia Brasilera de Letras organizó un encuentro virtual con varios directores de Academias Hispanoamericanas de la Lengua.

Don Marco Lucchesi, presidente de la Academia Brasileña de Letras, entidad anfitriona, dio la bienvenida a los presidentes y representantes de las academias convocadas para este encuentro mediante la plataforma telemática: “Bienvenidos todos a este encuentro que para nosotros es muy importante. En Brasil y también para las mesas que acabaron de terminar, hubo muchas palabras de acercamiento, de construcción, si me lo permiten, para una cultura de la paz. Yo estoy muy contento por el diálogo que estamos empezando y con ideas de bien. Por supuesto que el encuentro va a ser un fórum muy importante. Yo quiero saludar con mucha efusividad a los presidentes que se encuentran presentes: don Francisco Arellano, de la Academia de Nicaragua; don Arístides Royo Sánchez, de la Academia de Panamá; a un amigo querido de la República Dominicana, porque estamos trabajando ya hace un rato, presidente don Bruno Rosario Candelier; el presidente de la Academia de Venezuela, don Horacio Biord Castillo. A todos bienvenidos y gracias”.

El primero en exponer fue don Francisco Arellano, de la Academia Nicaragüense de la Lengua: “Buenas tardes, amigos académicos, Francisco Arellano desde Nicaragua los saluda en nombre de nuestros académicos”.

“Rápidamente yo voy a exponer lo que ha sido un poco de historia de nuestra academia –dijo–, de nuestro quehacer y lo que proponemos al final de mi ponencia”. Explicó que la Academia Nicaragüense de la Lengua tiene su principal referente en la Real Academia Española, fundada 1713. Dijo que las tres primeras obras de la Casa Fundadora fueron el Diccionario de la lengua española, hecho en seis tomos: el primero apareció en 1726. Esos seis tomos actualmente se conocen como el Diccionario de autoridades. Luego siguió la Ortografía en 1741, y la tercera obra fue la Gramática de la lengua castellana en 1771. Señaló que “estas obras han sido muy importantes porque a través de las diferentes ediciones a lo largo de tres siglos se ha dado a conocer la norma de la lengua española”. Dijo que con la independencia de los países latinoamericanos, España trató de mantener su principal legado: la lengua española en las naciones que habían sido las antiguas colonias del Imperio español y empezó gradualmente a fundar academias de la lengua española en los países que habían mantenido el castellano como lengua oficial, y así se han fundado  veintidós academias, siendo la primera en ser fundada la de Colombia en 1871, segunda la de Ecuador 1874, tercera la de México 1875, cuarta la de El Salvador 1876. La de Nicaragua es la decimoséptima, fundada en 1928 y la última vigesimotercera es la Academia de Guinea Ecuatorial, en África, aprobada en 2015, en México. Dijo que “por iniciativa del presidente de México, don Miguel Alemán, el 23 de abril de 1951, aniversario de la muerte de Cervantes, todas las academias se reunieron en México con el propósito de constituir la Asociación de Academias de la Lengua Española –ASALE.

Expuso que “en 1960 los gobiernos de habla española, que tienen academias de la lengua española, firman, a través de sus embajadores en Colombia, el Convenio Multilateral con la Asociación. Dicho convenio será ratificado en cada país y enviado al Ministerio de Relaciones Exteriores de España quien nos inscribe en la Secretaría de Educación de la Naciones Unidas”. Explicó que “a través de este Convenio Multilateral los gobiernos latinoamericanos de España y Filipinas se comprometen a conceder una sede digna a sus correspondientes academias y a aplicar un presupuesto adecuado para el su funcionamiento”. Destacó que “a partir de las publicaciones de la Ortografía y el Diccionario de la lengua española, las relaciones de las academias son más estrechas entre sí y con su Casa Fundadora”. Más adelante “se crean comisiones interacadémicas para la elaboración de los trabajos relacionados con la lengua española: se crearon las comisiones para la elaboración del Diccionario panhispánico de dudas, en 2005; La nueva gramática de la lengua española, en 2009; El diccionario de americanismos, 2010; La ortografía de la lengua española, 2010” y otras publicaciones como son “las obras conmemorativas que se han venido editando de los escritores más relevantes de la lengua española”.

Dentro de las funciones de la academia dijo que “tiene como fin trabajar por la defensa, unidad, integridad y enriquecimiento del idioma y velar para que el natural crecimiento de esta siga por los propios cauces de su desarrollo, especialmente atenderá la evolución del español estándar y del español diferencial”.  Explicó que la ANL “trabaja activamente por el español estándar que lo hablan 650 millones de personas en el mundo, incluyendo Estados Unidos, donde existe una Academia de la Lengua Española porque en este país viven cerca de 50 millones de hispanohablantes”. Añadió que en Nicaragua se trabaja “también por la lengua diferencial, aspectos que enriquecen el idioma con sus particularidades morfológicas, fonéticas y lexicográficas”. Dijo que “existe ya como fruto de nuestro trabajo el Diccionario del español de NicaraguaAtlas lingüístico de Nicaragua, a nivel fonético y muchas otras publicaciones en este campo, como la revista Lengua, que es el órgano oficial de nuestra academia”.

Participación de la Academia Panameña de la Lengua  

En representación de don Arístides Royo Sánchez, director de la Academia Panameña de la Lengua, la señora Margarita Vásquez expresó que “la Academia Panameña de la Lengua estrecha en un abrazo a la Academia Brasilera de Letras y a las academias de la lengua española aquí presentes, Nicaragua, República Dominicana y Venezuela y a todos los presentes”.  Y añadió: “Diseñar un futuro compartido desde la cultura tiene que pasar por el conocimiento del ser humano múltiple en su voz y también en nuestras sociedades, y para ello sirve la Literatura y sirve la Lingüística, particularmente la Lexicografía cuyo desarrollo ha sido adelantado en nuestros países, pero que aún no termina”, dijo. Expresó que “las dos áreas buscan espacios juntas, pero la literatura, particularmente, ha estado esperando, siempre esperando de nosotros”.  “Aprovechamos esta coyuntura –dijo– para pedirles que hagamos que nuestros textos literarios se conozcan, que se difundan entre nuestras áreas y nuestros países los textos de todos los tiempos, y que hagamos comparaciones: literatura comparada a partir de los textos ensayísticos, narrativos, poéticos, en la dramaturgia, y comparar entre nosotros con la cinematografía, las Bellas Artes, la arquitectura. Todo ello nos va a llevar a una historia común, a una naturaleza compleja, a una naturaleza heterogénea y hagamos nuestros discernimientos individuales y sociales desde la reflexión.  Tenemos que afirmar las culturas latinoamericanas como centros de pensamiento en busca de la paz, la tolerancia, el diálogo y el intercambio”, expresó y añadió: “Nada mejor para afirmar nuestras culturas que conocernos, revivir lo que sabemos de cada uno de nosotros, lo que sentimos con respecto a las viejas y las nuevas realidades, al pasado y al futuro, lo que pensamos con respecto a nuestras igualdades y también a nuestras diferencias”. “Trabajemos en esto –señaló–, pero no podemos olvidar para quienes trabajamos: para  los latinoamericanos de todas las latitudes; latinoamericanos lectores, que sepan apreciar el arte, la cultura internacional y reconocerse ellos mismos en nuestros pueblos, en nuestras comidas, en nuestra naturaleza. Y tenemos a la par que enseñar a leer la literatura, tenemos que conocerla entre nosotros, pero tenemos que enseñar a leerla”.

“Anoche estuve con los peruanos y Ricardo Palma –dijo–. ¿Cuántos muchachos de nuestras escuelas han leído las tradiciones? Creo, pues, que la literatura latinoamericana tenemos que conocerla, difundirla y conseguir que el trabajo que se haga, llegue a los maestros, a los medios de comunicación, a las redes sociales. De este modo conseguiremos lo que queremos, reuniéndonos, cohesionándonos, huyéndole a la fragmentación y preparando a los individuos para que intervengan en todo tal como hacen ahora –ahora intervienen en todo–, pero con conocimiento de causa”.

Terminada cada intervención de los directores de las academias, el anfitrión, don Marco Lucchesi, expresaba sus ponderaciones e interpretaciones de las mismas, al tiempo que le añadía fruición poética a la tarde de los académicos. “Le agradezco, señora Margarita, su sonrisa, pues estuvo a la altura de su inteligencia difusiva y generosa”, expresó.

Intervención de don Bruno Rosario Candelier, de la Academia Dominicana:  

   “Saludo a don Marco Lucchesi y, naturalmente, agradezco y felicito a la Academia Brasileña de Letras por esta convocatoria con académicos de Hispanoamérica porque, sin duda alguna, el propósito que ustedes persiguen va a redundar en beneficio de nuestra cultura, a favor de nuestra lengua, a favor del pensamiento y de la sensibilidad. Eso quiere decir que, lo que podamos plantear aquí, tiene muchos propósitos entre los cuales figuran la valoración de las academias y de nuestra cultura”, dijo don Bruno Rosario Candelier.

“La lengua es la gran ventana para la cultura”

“Ustedes han titulado este encuentro centrado fundamentalmente en lo que deben hacer las academias de la lengua”, dijo. “Desde que se fundaron las academias en el mundo hispánico, tienen una misión específica con relación a la defensa del idioma: la lengua es una ventana, la gran ventana para la cultura porque no solo hablamos, sino que escribimos y creamos mediante la palabra. Y a través de la creación literaria, que es la expresión estética del lenguaje y es la más alta manifestación de la creatividad desde la palabra, los pueblos tienen la ocasión de contar con el aporte de sus intelectuales y escritores, que se convierten en voceros de su pueblo en tanto canalizan las manifestaciones socioculturales, en tanto canalizan sus intuiciones y vivencias, en tanto dan testimonio de lo que realmente vale en determinado momento”.

Expresó que “en estas circunstancias, nosotros estamos viviendo un momento histórico terrible por una pandemia viral que está afectando a la humanidad, no solo con la muerte, sino con el cese del estilo de vida en el que todos hemos tenido que variar”. Dijo que “esta pandemia ha enaltecido la comunicación telemática en función de la realidad que nos ha tocado vivir porque no solamente hay conferencias virtuales, sino que hay también la docencia es virtual, así como varias operaciones profesionales”: “Las instituciones culturales y las academias tenemos también que usar estas redes sociales y esta plataforma de la tecnología virtual, de la tecnología moderna, para ponernos en comunicación con nuestro público, con nuestros compañeros en cada una de las instituciones lingüísticas y culturales, con la misma realidad social, y la función que debemos realizar, que se debe seguir manteniendo”.  Puntualizó que esas funciones que realizan las academias en el mundo, debemos seguir proyectando ese trabajo con los medios virtuales, esa es una dimensión que antes no se contemplaba, porque en nuestras academias realizábamos actividades con la participación presencial del público y ahora no podemos. Y entonces, necesariamente, tenemos que organizar actividades con participación virtual y eso, de alguna manera, modifica el procedimiento, la metodología que seguíamos anteriormente y la que debemos seguir ahora”. “Esto que usted acaba de convocar, señor Marco, esta convocatoria electrónica de las academias, sin duda, es un gran ejemplo y una gran iniciativa de su parte y yo no dudo de que irá en beneficio de nuestra cultura y que nosotros, los académicos, debemos aprovechar esta coyuntura y continuar nuestro trabajo”, puntualizó.

“Hasta ahora hemos estado publicando libros en ediciones impresas y ahora tendremos que acudir a la publicación de libros electrónicos. Hasta ahora habíamos organizado coloquios, tertulias, conferencias, talleres y charlas con presencia física de las personas. Debemos seguir haciendo esas mismas actividades mediante los recursos electrónicos, y a mí me parece, personalmente, desde la labor que realizo y que promuevo a través de la academia, con el apoyo de mis colegas, que hemos de enfatizar la dimensión estética y espiritual de la palabra a través de la creación literaria”.  

“La dimensión mística de la palabra”

Don Bruno Rosario Candelier expresó que “la creación literaria tiene en la literatura española una tradición mística hermosísima, que obtuvo su nivel de excelencia en la obra poética de san Juan de la Cruz y en Santa Teresa de Jesús. Entonces la dimensión mística de la palabra es una proyección que, desde la existencia de los antiguos pensadores presocráticos en la antigua Grecia, tuvo una gran acogida y una gran participación en función del Logos, concepto que concibió Heráclito de Éfeso cuando intuyó que los seres humanos contamos con una singular dotación espiritual que se manifiesta en la palabra, a través de la cual se canaliza nuestra capacidad de pensar, intuir, hablar y crear”.

Consignó que “en función de estas atribuciones todos los seres humanos contamos con el poder de la creatividad, que es algo importantísimo que nos enaltece a los seres humanos como creaturas divinas, porque somos una emanación de la Divinidad y estamos llamados a enaltecer la función de la conciencia, a potenciar la función del intelecto a la luz de los altos ideales del espíritu para que seamos mejores seres humanos, que podamos cumplir con la misión que cada persona, desde su propia circunstancia y condición, puede realizar en beneficio de los demás. Y esa es una función que también está al alcance de las academias de la lengua para hacer de nuestro mundo un espacio que sea grato, agradable, edificante, provechoso y luminoso”.

Don Marco Lucchesi, con emoción y gozo expresó:

—Muchísimas gracias, don Bruno, casi cierro los ojos y le digo:

 

“En una noche oscura 

con ansias y amores inflamados 

oh dichosa ventura 

salí sin ser notada 

estando ya mi casa sosegada 

a oscuras y en celada …”.

   Luego de recitar estos versos de san Juan de la Cruz, Marco Lucchesi cedió la palabra al presidente de la Academia Venezolana de la Lengua, don Horacio Biord Castillo, cuya ponencia fue proyectada, en su propia voz, pues no pudo estar con su presencia física-virtual en este diálogo de las academias.

“Potenciando la tradición: nuevo tiempo para las Academias de la Lengua y las Letras”.

Don Horacio Biord Castillo inició su discurso agradeciendo “la invitación para participar en el Encuentro Iberoamericano de Academias de la Lengua y de Letras”. Expresó que “la actual circunstancia que vive el mundo a raíz de la pandemia por el COVID-19, nos ha permitido contemplar con más claridad lo que pudiéramos llamar ‘un nuevo tiempo’ y quizá también ‘un nuevo orden de cosas’, que coincide con el siglo XXI, pero no es necesariamente una situación derivada del siglo en sí mismo, sino de una serie de cambios que se han acumulado y sucedido en la últimas décadas y que ahora, quizá con esta crisis que hemos vivido en todos los países del mundo, lo vemos con más claridad: un nuevo tiempo, es decir, un contexto para repensar las academias de las lenguas y de las letras, para que tengan una mejor actuación en el siglo XXI”. Agregó que “las academias, como bien sabemos, son instituciones que provienen del siglo XVIII. El caso de Iberoamérica, la mayor parte de las academias fueron fundadas en la segunda mitad del siglo XIX y en los primeros decenios del siglo XX; sin embargo, su formato, sus estructuras, sus protocolos, la visión y la misión que ellas mismas se han asignado, se acercan más a las perspectivas decimonónicas, por ello, parecería un imperativo introducir cambios, actualizar las academias, renovarlas”.

Don Horacio Biord enfatizó que “es importante entender que el mundo contemporáneo es un mundo sometido a grandes fuerzas y cambios, que no necesariamente los podemos percibir en la vida diaria; son cambios a veces sutiles, pero que su sumatoria nos acercan a un cambio radical en los modos de vida de las sociedades del hemisferio occidental”. “Entender esa perspectiva amplia y profunda de cambios es la base para pensar en la necesidad impostergable de adaptar las instituciones a los nuevos requerimientos, a los nuevos tiempos, a las nuevas circunstancias”.  “El mundo actual, como bien sabemos –dijo–, está sometido a un par de tensiones o posiciones que lo caracterizan en la perspectiva geopolítica como son: la tensión entre el Norte y el Sur, y la tensión entre el proceso de globalización que tiende hacia una homogeneización del mundo y su contrario opuesto estructural el proceso de la particularización que hace énfasis en lo local y en lo particular”. Expuso que “dentro de esta perspectiva” hay que “subrayar una exclusión que se ha dado en una forma de doble articulación: primero desde una perspectiva intracivilizatoria y una segunda articulación desde una perspectiva extracivilizatoria, es decir, sociedades dentro de un mismo proceso civilizatorio que han sido excluidas”.

Explicó que “en el caso de Iberoamérica, el mundo hispanohablante y lusohablante con frecuencia ha sido víctima de procesos de exclusión, de discriminación y de negación, pero dentro de los países hispanos y lusohablantes ocurre esa otra articulación más de tipo extracivilizatorio en el que grupos minoritarios subalternos también han sido excluidos y discriminados: en el caso de Iberoamérica tenemos los pueblos indígenas, en el caso de la Península Ibérica, aunque no con una perspectiva extracivilizatoria, sus culturas y lenguas regionales”.

Biord Castillo expresó que uno de los «puntos importantes para actualizar en la academia es enfatizar, como un papel importante de las academias, resguardar y fortalecer la tradición, no como algo obsolescente, sino como el manantial de donde brota el sentido que permite enhebrar los recursos culturales y la identidad de una sociedad”. Dijo que “esto nos permitirá adecuar las academias a los nuevos tiempos y circunstancias haciéndolas más flexible y permitiéndoles que puedan proseguir sus tareas en un mundo distinto al que las vio nacer y desarrollarse”. Explicó que “como parte de esa adecuación a los nuevos tiempos, las academias probablemente tendrán que recurrir a una especie de “multiangulación (me disculpan el neologismo): con este término quiero designar la ‘ampliación de los roles de las academias y su relación con los contextos sociales y los grupos humanos a los que se deben y con los que tienen responsabilidades académicas, en el mayor sentido, intelectuales, éticas e incluso, en un sentido no partidista por supuesto, políticas’».

“Particularmente, le veo una gran relevancia al apoyo que las academias, no solamente hispanoamericanas, sino iberoamericanas, puedan darse entre sí: hispanohablantes y lusohablantes tenemos mucho en común, historia, cultura y lenguas que, en definitiva, no son tan distintas y permiten diversos grados de comunicación”.

Finalmente expresó: “Creo que ese diálogo nos convoca, así como la pertinencia social, la responsabilidad con las sociedades en las que las academias están insertas”: “Y quiero insistir en las minorías, en los grupos amenazados, en aquellos hablantes de lenguas en peligro de extinción, sujetos subalternos que pueden encontrar en las academias aliados para lograr consolidar sociedades más justas e inclusivas, utilizando las lenguas y la literatura, la tradición, el pensamiento, como los valores fundamentales y los hilos irrompibles que pueda unir a todos esos segmentos sociales”.

Don Marco Lucchesi, anfitrión del dicho encuentro y presidente de la Academia Brasilera de Letras, agradeció de una manera emotiva la participación de cada uno de los presidentes representantes de las academias latinoamericana convocadas para esa tarde: “Como ha dicho don Horacio, como hermanos nos reconocemos. Yo quisiera agradecer muchísimo la gran satisfacción, al presidente don Francisco José, a la señora Margarita, a don Bruno y también a don Horacio Biord por sus intervenciones tan bellas y las ponencias tan interesantes y nuestra biodiversidad.  Naturalmente, el anhelo es de profundizar nuestras raíces, estamos solamente empezando. Nosotros no tendremos las manos llenas, pero el corazón sí está lleno en un momento tan difícil, como lo que estamos viviendo, pero la dimensión de la esperanza está muy clara, está digna, muy tersa. Y yo me acuerdo de nuestros académicos, como Oneida Biñó, como Antonio Torres, como Ana María Machado… Los poetas también trabajan en silencio muchas veces. Quiero también agradecer a Daniela y a Rafael porque todo es una dialéctica importante. Hay una misión práctica y al mismo tiempo delicada en hacer los diálogos, los primeros pasos y los últimos también, y están trabajando desde las tres de la mañana con angustias y preocupaciones para que todo quede bien. Ante mis ojos todo ha quedado bien porque queda la humanidad y queda el diálogo que estamos realizando.

Es solamente un momento de empezar, como ha dicho don Bruno, estamos solamente empezando unos primeros pasos, y nuestra preocupación mayor ahora será desarrollar y profundizar; pero siempre con la sonrisa de doña Margarita y los ojos de todos mis queridos hermanos. Y yo puedo hablar así porque creo que tenemos el derecho de llamarnos como hermanos. Les agradezco muchísimo a todos. Les deseo mucha suerte”

(Reseña de Miguelina Medina)

Directores de Academias de la Lengua abordan «La diversidad lingüística y el futuro del español en el multilateralismo»

Participación del director de la Academia Dominicana de la Lengua, 

doctor Bruno Rosario Candelier 

 

Deseo iniciar mis palabras con una salutación al señor embajador dominicano, don Juan Portorreal, y a los demás embajadores presentes en este acto tan significativo para la valoración de la lengua española en el mundo.

Quiero felicitar a los organizadores de este evento por la importancia lingüística que tiene y, desde luego, agradecer esta invitación que nos honra, en representación de la Academia Dominicana de la Lengua. Quiero también resaltar la brillante participación de los ponentes que me han precedido en el uso de la palabra, y, al comentar lo que voy a decir, de alguna manera constituye una ratificación de algunos de los conceptos que en esta sesión se han expresado sobre la lengua española.

En primer lugar quiero subrayar que todas las variantes idiomáticas del mundo hispánico son válidas, y esa es una actitud que se aprecia en el mismo seno de la Real Academia Española, donde he tenido la oportunidad de participar en reuniones académicas, y allí se ha subrayado la importancia de todas la variedades idiomáticas del español en América y en las demás regiones donde se habla español, y, desde luego, eso significa que cada uno de nuestros países, tanto de América como de Europa, Asia y África, donde hay países que hablan la lengua española, sus variantes idiomáticas tienen la misma categoría en términos lingüísticos. Eso, naturalmente, es algo que debemos celebrarlo, compartirlo y promocionarlo por la virtualidad expresiva de su lenguaje, por el aporte intelectual, estético y espiritual que hacen cada uno de nuestros hablantes, y, sobre todo, por la importancia que tienen esas variedades en sus respectivas regiones. Desde el principio de esta sesión, dos ponentes subrayaron la existencia de diccionarios del español de México y de Argentina. Yo estimo que esos dos ilustres representantes de sus respectivas academias tendrían que haber hablado de la existencia de diccionarios del español americano desde México hasta la Argentina». ¿Por qué? Porque todos nuestros países tienen diccionarios de sus respectivas variantes idiomáticas. Por ejemplo, en la República Dominicana contamos con el Diccionario del español dominicano; pero lo mismo se puede decir de Puerto Rico, Honduras, Nicaragua, Colombia, Chile, etc. En fin, de todos nuestros países hispanoparlantes. Ese hecho, naturalmente, enriquece nuestra lengua con el caudal léxico de las respectivas comunidades de hablantes de nuestra América. De manera que ese 2 por ciento de que se ha hablado es altamente importante porque esa cantidad de vocablos de nuestra habla es lo que nos da la especificidad idiomática de naciones con autonomía y con propiedad lingüística.

Desde luego, hay que subrayar que la instancia de la lengua general es la determinante en el español de todos los hablantes del mundo hispánico, y, además de la lengua general, existen las lenguas regionales y las lenguas locales, y todas son válidas con sus rasgos fonéticos, léxicos y semánticos. El hecho de que haya aquí representantes de tantos países, a través de las Naciones Unidas, indica, y de alguna manera avala, la categoría de nuestra lengua. Todas nuestras variantes tienen facetas lexicográficas muy importantes, tan abundantes que sería tedioso tener que leer cada uno de los diccionarios de sus respectivos países; pero cada uno de esos diccionarios avala el perfil lingüístico de una comunidad determinada, lo mismo si ese hablante es de Cholula, en México, o de San Pedro Sula, en Honduras, o de Moca en la República Dominicana. Es decir, todas las regiones y todos nuestros hablantes tienen una singular categoría por su identidad idiomática en atención a la propiedad lingüística que poseen y como testimonio también de su talento creador; porque un aspecto muy importante para nosotros los estudiosos de nuestra lengua y para los buenos hablantes del español es el hecho de la herencia que recibimos con este hermoso idioma que hablamos, como es la lengua española, pero antes de estudiar y valorar la dimensión lexicográfica, gramatical y ortográfica de la lengua española, recibimos el don del Logos, el Logos de la conciencia, que fue el antiguo pensador presocrático Heráclito de Éfeso el primero que concibió la palabra Logos para testimoniar esa grandiosa dotación que nos distingue y enaltece a todos los hablantes en todas las lenguas del mundo porque se trata del valioso don divino que recibimos después del don de la vida quienes tenemos la categoría biológica y espiritual de la condición humana.

Pues bien, nosotros tenemos un grandioso patrimonio lingüístico en América en virtud de la existencia de la lengua general y de las lenguas locales de las variantes idiomáticas. Como hablantes tenemos el conocimiento de la lengua general y en virtud de ese conocimiento nos podemos entender y comunicarnos con todos los hablantes de todas las regiones idiomáticas del mundo hispánico. Pero también tenemos una riqueza idiomática particular, es decir, el léxico propio de cada una de esas variantes de nuestros países que le dan una singularidad a la forma de hablar y que, naturalmente, hemos de conocer y estudiar si queremos tener un mayor dominio, porque si un chileno pronuncia la palabra «guagüita», el concepto al que alude no lo van a entender todos los hablantes del español en el mundo. ¿Por qué? Porque «guagua» en República Dominicana es el ‘vehículo que ofrece un servicio público’, pero para un chileno es un ‘bebé’. Eso decir que, al estudiar las variedades regionales, tenemos que conocer el sentido de sus creaciones léxicas y semánticas para entendernos mejor. Pero, gracias a Dios y gracias a la cantidad mayoritaria del léxico general, es decir, por la lengua general podemos comunicarnos y entendernos todos los hablantes de las diversas comunidades del mundo hispánico. Y es la lengua general la que se ha internacionalizado gracias a los medios de comunicación y especialmente gracias a la obra de los escritores, porque, justamente, son los escritores, y sobre todo los narradores de Hispanoamérica, los grandes novelistas de Hispanoamérica, quienes le dieron el impulso a la lengua española para su internacionalización. De tal manera, que ya la lengua española se ha convertido en la segunda lengua más estudiada en el mundo, después del inglés, y eso es un logro muy valioso y muy honroso para nuestro idioma porque la lengua española y su literatura estudia y se lee en todos los países del mundo, y eso, naturalmente, debe enorgullecernos a nosotros como hablantes de esta hermosa lengua que heredamos de Castilla.

Desde luego, si pensamos en América, existen lo que se llama los americanismos. Y entonces, en virtud de la existencia de los americanismos, podemos hablar de la existencia de términos léxicos y variantes semánticas en el español de América. El americanismo léxico es la palabra creada por los hablantes americanos con una forma expresiva diferente de las demás formas léxicas de la lengua general. Y el americanismo semántico es la palabra de la lengua española que en nuestros países tiene un significado peculiar y diferente. Entonces, ese aspecto es parte de la riqueza de las variantes americanas de la lengua española. Pero ante esa realidad, ante la riqueza del español en América y también de las demás regiones del mundo donde se habla la lengua española, existe la particularidad de que, actualmente, tiene mucha importancia lo que se ha dado en llamar panhispanismo. Y esa vocación panhispánica es una manera de hermanarnos a todos los hablantes de la lengua española, justamente, para fortalecer esa herencia que compartimos los usuarios del español en cualquier parte del mundo hispánico. En efecto, el español que se habla en las Naciones Unidas, desde luego, es el español general, que es la dimensión de nuestra lengua que fortalecemos cada vez que participamos en una conferencia, en un evento académico como este, cada vez que hablamos en público o que publicamos un artículo o un libro, es decir, es decir, siempre que entramos en comunicación con hablantes de otros países y siempre que queremos testimoniar el nivel culto de nuestra lengua (porque cuando hablamos ante un público no usamos el nivel coloquial o peculiar con el que nos comunicamos cuando hablamos familiarmente con nuestros amigos y relacionados), y, sobre todo, cuando lo hacemos desde un escenario, en el que debemos comunicar una idea, un concepto o una charla o coloquio público, o cuando nos expresamos o nos comunicamos con el propósito de dar una conferencia, una disertación o la participación en un panel, como este en el que estamos participando.

En definitiva, lo que quiero subrayar es el hecho de que el futuro del español está asegurado, seguirá creciendo y potenciándose por el impacto que ha tenido a lo largo de las últimas décadas; seguirá creciendo por el impacto de las obras de nuestros escritores (obras ejemplares en su mayoría), y por suerte, la mayoría de los países del mundo hispánico tienen eminentes cultores de la lengua española que la enriquecen y prestigian por su talento, su creatividad, por el aporte intelectual, estético y espiritual con que canalizan el uso de la palabra y el aporte de su creatividad. Y es, justamente, lo que acabo de subrayar, el uso de la palabra y el arte de la creación verbal, lo que nos enaltece a nosotros como hablantes que heredamos el legado de Cervantes, de san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús, y el de los grandes escritores que nos han enriquecido con sus obras y han contribuido a que fortalezcamos esta herencia hispánica que compartimos. Un escritor, por ejemplo, como el dominicano Pedro Henríquez Ureña, que enseñó en México, en Cuba y en la Argentina, que estudió en los Estados Unidos de América y en España, que participó en tantos escenarios internacionales, es un ejemplo del fecundo panhispanismo y del aporte edificante y luminoso que tantos escritores han realizado y han enaltecido la lengua española con el uso ejemplar de la palabra, justamente por esa virtualidad discursiva, expresiva y activa que contiene el poder creador de la lengua y que forma parte de este encuentro que en ese momento comparten tantos intelectuales, como embajadores, académicos y escritores de distintas regiones de nuestro mundo hispánico. Sigamos, entonces, hacia adelante y sigamos fortaleciendo esa hermosa herencia que nos enaltece como hablantes de esta hermosa lengua de Castilla y de cada una de nuestras variantes idiomáticas en América y en todo el mundo hispánico.

 

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Rámpano, mamey

Por Roberto E. Guzmán

RÁMPANO

“Y por otro lado, las enfermedades como la fiebre amarilla, el RÁMPANO o el paludismo. . .”

El estudio de esta voz permitirá exponer algunas ideas personales. La inserción de este tipo de consideraciones en estos escritos es algo que se ha convertido en costumbre.

La voz rámpano es muy dominicana. Esto es, la creación de la voz fue obra de los hablantes de español dominicano. El significado que le fue asignado a la voz se ajusta muy bien a algo desconocido para una voz semejante.

En la cita que encabeza esta sección el redactor de la frase trata a rámpano como una enfermedad. Nunca antes se había leído un uso como este. Eso no significa que no fuese una enfermedad; se la conocía más bien por la cicatriz que dejaba la úlcera. Hay que aclarar que cuando el autor de estos comentarios entró en contacto con esta voz el rámpano ya no era la úlcera resistente a los remedios de otra época; quizás por esto solo se conocía la señal que dejaba.

El lexicógrafo que primero se ocupó de esta voz fue Patín Maceo, “Úlcera fragedénica de los países tropicales, y que ordinariamente se produce de la rodilla al pie”. Dominicanismos (1940:174). El término fragedénico es obsoleto en la lengua común y en medicina significa “Que corroe”. Diccionario general etimológico de la lengua española (1881-II-656).

A lo citado D. Emilio Rodríguez Demorizi añade, “Llaga en las piernas, azote de las tropas españolas durante la guerra de la Restauración”. Del vocabulario dominicano (1983:221). Como era de esperarse de D. Emilio, introdujo una nota sobre historia dominicana en la descripción de la voz.

Una de las características de este tipo de úlcera la destaca el Diccionario de cultura y folklore dominicano (2005:331), al agregar “…es difícil de curar”.

La descripción más detallada del rámpano la trae el mataburro cibaeño, Aiguna palabra dominicana (2015:316), “Úlcera de la piel, a consecuencia de una herida complicada, o un tropezón severo, casi siempre en los pies y las piernas, y que tarda mucho en curarse”.

Más arriba se aludió al hecho de llamar con el nombre rámpano la señal o cicatriz que deja(ba) la úlcera maligna que corroía los tejidos próximos y la carne. Hay que pensar que este era un problema importante de salud porque se complicaba cuando todavía no se conocía el antibiótico e incluso antes de la penicilina. En los pueblos pequeños o en los campos se trataba con pomadas o polvo de sulfatiazol.

El problema adquirió tal proporción que en el habla la voz rámpano pasó a expresar, “Problema grave que no se consigue solucionar”.

En el aspecto social llegó a considerarse una enfermedad típica de los moradores de los campos. De allí, si la persona presentaba cicatrices en las piernas, sobre todo las mujeres, se las consideraba campesinas o de origen campesino. Adquirió así un cariz despectivo o de clasificación social.

 

MAMEY

“. . . en esta exposición acoge en su círculo cromático el rojo intenso, amarillo oro, MAMEY. . .”

En la actualidad los dominicanos casi no usan el vocablo mamey para referirse a la fruta. En lugar de eso llaman zapote a la fruta de este tipo. Tanto mamey como zapote son vocablos que entraron en la lengua castellana desde las orillas americanas. Este origen hace del vocablo materia de interés para los hispanoamericanos.

Desde el principio hay que dejar bien entendido que el tratamiento que se hace de los nombres de estas frutas es puramente lingüístico y no se trata desde la perspectiva botánica.

Desde que los españoles llegaron al Nuevo Mundo se maravillaron de la abundancia de árboles frutales, así como de la exquisitez de algunas de estas que eran ponderadas con exaltación.

El P. Las Casas escribe, “La fruta que los indios llamaban mameyes; esta fruta es de olor y sabor fruta de reyes. . .” Le concede tal importancia a la fruta que entra en una detallada descripción de esta.

Se conoció la fruta con el nombre de mamei o mameyo, Se la conoce con el nombre en latín Mammea Americana. De acuerdo con D. Roque Barcia, el nombre proviene “del latín mamma, teta, por semejanza de forma entre los frutos de este árbol y un pezón”. Diccionario general etimológico de la lengua española (1881-III-608). Esta es una negación del origen indígena del nombre de la fruta.

“En la parte occidental de Cuba se le dice “Mamey de Santo Domingo”, para distinguir del “Mamey colorado”, al que los indios llamaron Sapote, como aún se le conoce en muchas partes…” Lexicografía antillana (1914:362).

Las descripciones de la fruta pueden variar un poco, sobre todo con respecto a los colores. La pulpa puede ser considerada amarilla rojiza. No faltará quien defina el color de la masa de la fruta como “color ladrillo”. En esto del color de la masa del fruto hay que observar cuidado porque hay una gran variedad de mameyes y el color de la parte comestible del fruto varía.

En República Dominicana se conoce el color mamey. Si a un hablante de español dominicano lo colocan en la situación de definir el color es probable que dude. No obstante, si se colocan uno al lado de otro, el amarillo, el anaranjado y el mamey ese hablante no vacilará al elegir o señalar cada uno de ellos.

El nombre mamey participa en una locución verbal conocida, “acabarse el mamey”, que destaca que “llega a su fin la situación o el objeto del que se hacía uso y usufructo”. Existe además la frase coloquial “ser un mamey” que se usa para dar a entender que “algo es fácil de conseguir o lograr”. Diccionario fraseológico del español dominicano (2016:298-9). El hablante de español dominicano usa la palabra mamey para, “persona de trato fácil”. El terreno poblado de mameyes se conoce con el nombre de mameyal o mameyar. Diccionario del español dominicano (2013:437).

Algunas novelas con dudoso uso de la puntuación

Por Rafael Tobías Rodríguez Molina

 

En el transcurso de la lectura de la novela El viajero del siglo, del laureado autor Andrés Neuman, obra que obtuvo el Premio ALFAGUARA de novela del año 2009, leí el artículo «El sarpullido de la coma», aparecido en Diario Libre del 15 de diciembre de 2021, elaborado por  la competente autora en cuestiones de la lengua española, María José Rincón. Esta, con un estilo lleno de gracia y un elegante humorismo, nos presenta algunos usos que a muchos usuarios les resultan difíciles. Me encantó plenamente su estilo y el contenido de ese artículo de María José.

Seguro que por el espacio limitado al que ella tiene que sujetarse, no pudo tratar otros usos de la coma, que de seguro a muchos nos hubiera gustado encontrar, dada la maestría con la que esa especialista trata los asuntos gramaticales y lingüísticos.

Observo en la novela de Neuman, al igual que en otras novelas,  una enorme cantidad de usos de los signos de puntuación que considero alejados grandemente de las normas y usos de nuestra preciosa lengua española. Voy a copiar un fragmento que aparece en la página 57 de la primera edición de dicha novela. Será un honor para mí que María José le pusiera la puntuación-y algo más- que demanda ese texto y lo publicara en la Academia con los comentarios que ella crea conveniente hacer. Ahí les va el texto.

 

Sí, sí, contaba Hans, se paró justo enfrente, tiene que recordarla (me acuerdo de que vino una muchacha, dijo el organillero, y me di cuenta de que tú parecías muy interesado, pero no consigo ver su cara, ¿cómo era?, ah, cómo, ¿a usted también le pasa? (¿pasarme el qué?,  la cara de Sophie, ¿usted puede imaginarla?, le sonará raro, es difícil de explicar, pero cuando me la imagino sólo veo sus manos. Le veo las manos y escucho su voz. Nada más, ningún rasgo. No logro recordarla. Y no puedo olvidarme de ella. (Entiendo, mala cosa.) Es raro lo que siento cuando pienso en ella, estoy solo, paseando, de pronto se me aparece la imagen borrosa de Sophie y tengo que pararme, entiende, mirar lejos, como si en mi memoria se estuvieran mezclando pinceladas, instantes de la cara de Sophie y yo tuviera que ordenarlos para no perderlos. Pero cuando estoy a punto de juntar los detalles y ver su cara algo vuela, algo se me escapa, y entonces siento la necesidad urgente de volver a encontrarla para memorizarla de nuevo. ¿A usted qué le parece? (Me parece, sonrió el organillero, que vas a tener que quedarte un tiempo más en Wandernburgo.)

 

Hay que reconocer que en la mayor parte de la novela, Neuman mantiene la corrección debida. Pero, en mi opinión, el redactor de un texto literario-cuento, novela, etc.- debe desplegar su poder creativo en abundancia, pero no debe confundir  el poder creativo con el empleo medalaganario de los aspectos normativos, incluidos los signos de puntuación, que aparecen muy mal empleados  en obras de muchos autores.

Platanú / platanuses, romo, decricaje

Por Roberto E. Guzmán

PLATANÚ – PLATANUSES

“… los PLATANUSES de Cotuí…”

Los dominicanos son muy proclives a consumir plátano. Naturalmente el plátano americano, no el peninsular. El último también se consume, pero en menor cantidad.

El plátano ocupa un lugar tan importante en la cultura dominicana que el poder de bateo de los jugadores dominicanos de beisbol en las ligas de los Estados Unidos se conoce con el nombre de platano power. Antes de llegar a ese punto, los dominicanos eran reconocidos en Nueva York con el nombre de “los plátanos”.

La introducción que antecede resalta la importancia del plátano en la cultura y la historia de los dominicanos; esto a través del consumo de la musácea. De aquí puede deducirse que no hay sorpresa acerca de que la voz platanú descienda de plátano. Esto es, existe relación directa entre esta voz extraña al español general y la muy conocida plátano. Solo en República Dominicana podía producirse algo así.

El platanú es un, “Personaje del carnaval dominicano cuyo disfraz se compone de muchas hojas de plátano que le cubren el cuerpo”. Diccionario del español dominicano (2013:557).  Otro rasgo de esta voz que llama la atención es el plural que le ha asignado el hablante, platanuses.

 

ROMO

“… sobre todo las multitudes de la pobreza, con muchas personas que prefieren, en lugar de libros, la cerveza, el ROMO y los estilos desinhibidos de diversión”.

“… y no que les entreguen mendrugos para que coman tres días, y se beban uno o dos o diez potes de ROMO.”

Según parece a algunos hablantes y bebedores de ron no les bastó con que ese licor se conociera con un monosílabo. Quizás de allí salió la idea de llamarlo romo también. Más adelante en esta sección se lanzará una idea acerca del origen de esa voz.

La producción y consumo de ron ha ido en aumento con el paso de los años. De la misma manera en que ha sucedido con otras bebidas espirituosas, en los últimos tiempos se ha visto un incremento de consumo en el mercado de rones añejados. Esto ha impulsado a la industria ronera a añejar cada vez más algunos de sus productos para complacer el exigente gusto de algunos aficionados al ron de mayor calidad.

Las informaciones de que se disponen por medio de los diccionarios de etimología sugieren que la palabra ron procede del inglés dialectal rumbullion “tumulto” por las refriegas que ocasionaba el efecto del consumo de este licor. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-V-62-3).

En francés el nombre rhum se encuentra desde 1688. Entró primero al inglés en el 1654 rum. La clave para el romo de los dominicanos y venezolanos se encuentra en el nombre que recibió por esos años el licor, rumbo. En francés se conoció también con la variante rumme, cercano también al nombre cariñoso, romo.

Algunos etimólogos han encontrado una metonimia entre rumbustion, pleito, riña, en tanto alusión a los efectos de la bebida y el nombre que terminó imponiéndose, sobre todo en la isla Barbuda. Dictionnaire historique de la langue française (2012-III- 3091-2).

Don Augusto Malaret en Provincialismos de Puerto Rico considera la palabra romo vulgar, y sin más explicaciones, ofrece en cambio la original ron. Esta puede considerarse la primera mención de romo en una obra sobre lexicografía americana.

En la historia más reciente el vocablo romo aparece en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española como conocido en Puerto Rico y República Dominicana, con la mención de que es de poco uso. Se podría argumentar contra esta calificación con respeto del uso, pero la frecuencia en el habla es difícil de evaluar. Es posible y probable que sea de poco uso en la expresión escrita.

Con respecto al uso del vocablo o al conocimiento de lo que significa; en Venezuela saben del vocablo para llamar con ese nombre al, “Ron, aguardiente de caña y en general cualquier clase de bebida alcohólica”. Así consta en el Diccionario de venezolanismos (1993-III-74). Obsérvese que en ese diccionario al final de la acepción añadieron, “y en general cualquier clase de bebida alcohólica”. Esto denota la generalización de su uso. En esa obra se menciona la primera documentación del año 1859. El Diccionario del habla actual de Venezuela (1994:434) entiende que romo es, “Bebida alcohólica fuerte semejante al brandy, preparada con aguardiente de caña destilado”.

En el Diccionario de hispanoamericanismos (1997:406) aparece de nuevo el romo para, “Ron, aguardiente destilado de caña”. Ahí se menciona empleado el nombre en Puerto Rico, República Dominicana y Venezuela.

Se desconoce la razón por la que Venezuela no aparece mencionada en el Diccionario de americanismos entre los países donde el ron se conoce con el nombre romo.

 

DECRICAJE

“… y los numerosos asuntos del DESCRICAJE del clima se evaporan…”

En algunas ocasiones algunos redactores piensan que añadiendo una letra ese /s/ intercalada entre una vocal y la consonante siguiente se convierte una voz impura en una legítima.

La aclaración del primer párrafo de este escrito viene a cuento porque en el curso de este se verá que no hay tal palabra *descricaje. No puede existir una letra ese /s/ en esa posición porque la voz del título la creó el hablante llano del español dominicano.

La voz usada por los hablantes de español dominicano es decricaje. Escrita de este modo consta en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española. De acuerdo con ese diccionario tiene dos acepciones conocidas.

Lo primero que debe quedar bien establecido es que esa voz es netamente dominicana, tanto por su formación, como por su significado. La primera acepción se refiere a cosas o personas y al “estado lamentable de estas”. La segunda acepción alude al “agotamiento, extenuación de alguien”.

En general las voces nuevas se forman sobre voces ya conocidas que les sirven de base. Se piensa que quizás la voz del título tiene algo que ver con la voz crica que el Diccionario de la lengua española define así, “partes pudendas de la mujer”. Los académicos no pudieron encontrar un término más elegante para disfrazar el coño.

La experiencia que se puede compartir con respecto de esta voz es que quien escribe estos comentarios cuando oyó por primera vez la voz decricaje y el verbo decricajar pensó que procedía de Puerto Rico. La idea que vino a la mente fue la de tomar las voces en cuestión en tanto expresión de dolor. Es fácil imaginar porqué, si se piensa en lo explicado más arriba. Se pensó en algo que se rompía, -metafóricamente- se desgarraba.

Jonrones, denominaciones y el estilo pintoresco de nuestros cronistas deportivos

Por Domingo Caba Ramos

«La crónica deportiva– sostiene el ensayista, abogado, profesor y periodista español, José Luis Martínez Albertos -tiene en España una cierta tradición esteticista…, en lugar del estilo directo y más bien populachero que se cultiva en otros países…”»(1974: 129).

Yo no sé si llamar “populachero” o pintoresco al estilo cultivado por los cronistas deportivos de la República Dominicana; pero lo cierto es que estos periodistas parecen disfrutar de algún tipo de licencia que los faculta para jugar a lo popular con el léxico, creando de esa manera las más extrañas terminologías o las más insólitas construcciones léxicas. En tal virtud, después de realizar un minucioso y breve recorrido por las páginas deportivas de los diarios dominicanos, período 1998-2009, pudimos notar cómo unos titulares se apartan por completo de la natural transparencia que debe caracterizar a todo texto periodístico, para expresar en el más figurado y no menos jocoso de los acentos:

“Escogido baila el sua, sua, con las Estrellas”; “Los Azucareros despluman a las Águilas”; “Licey clava garras al León”; “Licey corta trote a Potros”; “Potros del noroeste patean Leones del Escogido”’ “Los Toros del Este amansan a Leones del Escogido”; “Ahora en el Valle de la Muerte las Águilas parecen ciguitas”…;

Pero es en el momento de denominar el jonrón cuando las creaciones léxicas en las crónicas deportivas dominicanas alcanzan su mayor relieve populachero o adquieren su más elevada esencia pintoresca. Veamos sólo algunos ejemplos, publicados de la prensa nacional en el período antes señalado:

  1. «Sosa se convirtió en el jugador de color que más “tetrabases” ha sumado en una temperada»
  1. «El martes pasado, McGwire pegó su “palo de vuelta entera número 62”»
  1. «Por lo regular, un bateador de poder necesitaría dos temporadas para arribar a la cantidad de “leñazos por encima de la cerca”que ha coleccionado Sammy Sosa »
  1. «Sosa lleva un total de 19 “películas completas”frente a los cuatro clubes que le faltan»
  1. «McGwire lanzó cuatro “bambinazos” en siete turnos, llegando a los 51 “tablazos”»
  1. «El histórico “aldabonazo”del jugador nativo de Macorís mandó la bola hacia la tribuna del jardín izquierdo… »
  1. «Señaló que el estelar patrullero nativo de San Pedro de Macorís, desde que llegó a 50 “estacazos de cuatro esquinas” »
  1. «Many Ramírez conectó dos “cohetazos” »
  1. «Many Ramírez volvió a conectar dos “batazos de vueltas completas”»
  1. « ¡Tremendo “majaguazo”!, el que acaba de conectar Fernando Tatis »
  1. «Moisés participó en 115 encuentros y fletó nueve “batazos de cuatro bases”»
  1. «En 1994 el estelar pelotero dominicano alcanzó los veinte “jonrones”en una estación de grandes ligas al despachar 22 “vuelacercas” »
  1. «Después, en 1995, una vez más Moisés redujo su capacidad de juego, sin embargo, esto no fue un obstáculo para descargar 14 “tablazos de vueltaentera”»
  1. «Posteriormente, en 1996, el talentoso jugador del patio volvió a superar las docenas de “cuadrangulares” en una temporada, en esta oportunidad descargó 21 “rompecercas”»
  1. «El Panqué de Haina registró un estratosférico promedio de bateo de 327 y 31 veces “se fue para la calle” con sus palos largos »
  1. «Foster en 1952 “voló la verja” 52 veces »
  1. «Moisés Alou es otro criollo con posibilidades de unirse a un buen grupo de latinos que conseguirán las cuatro decenas de “batazos de circuito corrido”»
  1. «Mays y Foster tuvieron temporadas de 52 “películas de vuelta completa”»
  1. «McGwire durante su carrera ha coleccionado 457 “tablazos de cuatro esquinas” en la Gran Carpa…»

¡Sorprendente…!

Hasta hace poco, yo creía que el batazo que lograba sacar la bola por encima de la verja de un estadio de beisbol se llamaba simple y llanamente jonrón o cuadrangular; pero los cronistas deportivos criollos me han enseñado que un jonrón es mucho más que eso.

Me han enseñado que un jonrón es un : «tetrabases«, «palo de vuelta entera«, «leñazo por encima de la cerca«, “bambinazo”, «tablazo«, «aldabonazo«, «estacazo de cuatro esquinas«, “cohetazo”, «batazo de vuelta completa», «batazo de cuatro bases«, «vuelacercas”, “tablazo de vuelta entera«, «rompecercas«, «batazo de cuatro esquinas», «batazo de circuito corrido«, «tablazo de cuatro esquinas » y una “película completa

Pero no solo eso. Un jonrón, al decir de nuestros cronistas deportivos,  es “irse para la calle” y “volar la verja” y, como diría, con su particular estilo, el extinto y recordado narrador, don Papi Pimentel, un jonrón es también, un «majaguazo»

 

 

TERMINOLOGÍA BEISBOLÍTICA EN EL HABLA POPULAR DOMINICANA

«Una prueba más de que el juego de pelota es un deporte íntimamente integrado a la tradición y que constituye un elemento distintivo de la identidad dominicana es que parte de su terminología ha dado lugar a la creación de expresiones metafóricas que trascienden el ámbito del deporte y pertenecen ya al lenguaje corriente usado por la población».

(
Orlando Alba)

Verdaderamente no sabemos si todavía la caña de azúcares el producto principal de la República Dominicana; pero lo que sí sabemos es que tal vez ningún otro país de América produce más políticos y peloteros que el nuestro. El juego de pelota, por tal razón, late de manera permanente en la conciencia del ser dominicano, y merced a esta realidad, no resulta extraño la presencia de un elevado número de voces beisbolísticas en el habla popular dominicana. Por eso no debe sorprender que en esta modalidad lingüística, todo se compare con el béisbol. Los ejemplos sobran:

  1. Cuando un ejecutivo o jefe inicia su mandato, ejecutando estrictas medidas, de él se dirá que «vino por la goma» o «duro y curvero» 
  2. «En el P.L.D.- comentaba recientemente un periodista –“se está jugando una pelota caliente”» 
  3. Un paciente que yace al borde de la muerte es un enfermo que está en «tres y dos» 
  4. El estudiante entrega el examen al profesor y abandona el aula bastante jubiloso: « -¿Cómo te fue?»- le pregunta un compañero. «- ¡Muchacho!, “eso fue un flaicito al cátcher”»
  5. El director de la Policía encabeza un operativo sorpresa en el barrio Capotillo. El naranjero de la esquina reporta el caso, afirmando que “Allá abajo la pelota ta´ que arde”. 
  6. A don Andrómedo lo cancelaron del trabajo, lo dejó su esposa y, por último, se enfermó. Por eso no se cansa de decir que «yo estoy pasando por la peor racha de mi vida». 
  7. Cuando a un departamento del Estado no le entregan los recursos necesarios para que opere con eficiencia, a su director se le escuchará decir:«Aquí jugamos sin trochas o a mano pelá…».
  8. Cuando un dirigente político cesa o decide no participar en el debate electoral, casi siempre da a conocer la decisión, expresando que «En esta oportunidad, yo he preferido ver el juego desde las gradas»
  9. Mi tío Luis solía declarar con reiterada frecuencia que muy poco le importaba la no belleza o ausencia de atributos físicos de una mujer si con esta sólo sostendría una relación o aventura sexual pasajera: «En palo largo, mi sobrino, no se pisa base» – eran sus acostumbradas palabras al respecto. 
  10. Para el hablante dominicano, hacer un buen negocio es «pegar un palo a la pared», mientras que el individuo que en una determinada reunión aportó la idea más juiciosa o racional, de inmediato se dirá que «la botó por los cuatrocientos» o «la botó con las bases llenas». 
  11. El viejo Miningo no cree en cuentos con su hija Abelaida. Desde que el novio de esta llega a la casa, el anciano comienza a observar los movimientos del Romeo enamorado, tratando de descifrar sus reales intenciones: «Desde hace días – rezonga con tono autoritario- le estoy cogiendo las señas para que no se burle de mí ni de mi hija» 
  12. Cuando la Policía logra apresar al delincuente que por mucho tiempo anduvo prófugo, la frase beibolística no se hace esperar: « ¡por fin le hicieron out!» 
  13. La persona que enfrenta una situación en la que se vislumbran escasas posibilidades de éxitos, es una persona que se encuentra en «conteo de tres y dos y el ampaya en contra». 
  14. El marido llegó a la casa y encontró a su mujer abrazada con otro. El pleito que se armó fue tremendo. Horas después, los vecinos comentaban el suceso con inocultable picardía: «A la tipa la agarraron fuera de bases»
  15. Los dominicanos llevamos el beisbol en la sangre, vale decir, nacemos beisbolista, crecemos beisbolista y morimos beisbolista. Y como el sujeto-hablante construye sus comparaciones, dichos o expresiones figuradas a partir de los elementos que forman parte de la realidad social y natural que lo rodea, no es raro, pues, la continua presencia de voces de la terminología beisbolística en el habla popular dominicana.

 

Notas acerca de un clásico aguinaldo

Por Domingo Caba Ramos

(Al sacerdote y buen amigo: César Hilario)

“Alabemos todos / al niño Jesús, que nació en Belén / y murió en la cruz…”

(Juan A. Alix)

Quizás la mayor parte de los dominicanos lo hemos cantado, bailado y tarareado alguna vez; pero talvez muchos desconocen que su título original es Cánticos y no A las arandelas, como popularmente se conoce. Que fue compuesto en Santiago hace ya ciento trece (113) años, específicamente el 16 de noviembre de 1908. Y que su autor lo fue el laureado cantor o poeta popular mocano – santiaguero Juan Antonio Alix (1833- 1918), el cual le dedicó la referida composición al presbítero don Manuel de Jesús González, cura de la parroquia La Altagracia de la ciudad de Santiago de los Caballeros. Se trata, pues, del más antiguo y conocido de los aguinaldos dominicanos.

Antes de continuar, valdría preguntarse, ¿qué es un aguinaldo?

El concepto de aguinaldo casi siempre suele confundirse con el de villancico. Y al respecto debemos precisar que si bien uno y otros géneros musicales aluden a las fiestas navideñas (rasgo común), ambos difieren ligeramente en lo que atañe a la naturaleza y alcance de la temática tratada, vale decir, mientras el contenido del villancico es eminentemente religioso, el aguinaldo combina lo religioso con lo profano. Pero dejemos que sea una voz autorizada, Julio Alberto Hernández (Santiago,1900-Santo Domingo,1999), quien se encargue de establecer dicha diferencia:

Hoy díaapunta el afamado músico y compositor dominicano – entendemos por villancico, una canción del folklore tradicional inspirado en el espíritu religioso popular de las navidades, que suele cantarse entre el pueblo y las instituciones religiosas, con acompañamiento de instrumentos populares”.

 Y al distinguirlo del aguinaldo, don Julio puntualiza lo siguiente:

“Cuando el villancico abarca temas profanos se llama aguinaldo. Esta es la canción popular tradicional que mejor expresa los sentimientos del pueblo dominicano en las navidades” (Música Tradicional Dominicana, 1969, págs. 34-35)

Las letras del villancico versan o están siempre asociadas al nacimiento del niño Jesús, como bien se aprecia en las estrofas que siguen:

  1. “Venid pastorcito

venid a adorar

al Rey de los cielos

que ha nacido ya…”

  

  1. 2. “De tierra lejana venimos a verte,

nos sirve de guía la estrella de oriente,

¡oh! brillante estrella que anuncia la aurora,

no nos falte nunca tu luz bienhechora…”

Y también en los versos del más popular, antiguo y universal de los villancicos,

Noche de paz

 

Noche de paz, noche de amor,

todo duerme en derredor,

entre los astros que esparcen su luz,

bella anunciando al niñito Jesús,

brilla la estrella de paz,

brilla la estrella de paz.

El aguinaldo, por su parte, además del religioso, incluye en sus letras temas profanos, tales como la comida, las fiestas, las parrandas, las bebidas alcohólicas y el amor erótico: 

“De la montaña venimos,

para invitarte a comer,

un lechoncito en su vara,

y ron pitorro a beber . . .”

Conviene aclarar que originalmente aguinaldo no era más que un favor que musicalmente se pedía como regalo de nochebuena; pero mediante el proceso de desplazamiento semántico, con el paso del tiempo se le llamó aguinaldo no sólo al obsequio apetecido, sino también a la canción utilizada como canal para solicitarlo.

Al explicar la idea contenida en el párrafo precedente, Julio Alberto Hernández no podía ser más explícito:

“Desde los primeros días del mes de diciembre, su alegre melodía llena de vibraciones los campos y ciudades, donde está unido a gente de toda edad y clase, imponiéndose en los bailes, conciertos y fiestas pascuales. Los músicos populares tienen la costumbre de ir a cantarlo a las puertas de las familias acomodadas, con miras a conseguir su aguinaldo (regalía) de nochebuena. Otras personas asaltan la casa del amigo donde se proyecta hacer la fiesta, que, de antemano está preparada con bebidas y el tradicional pavo o lechón asado” (Ob. cit., pág. 35)

La pieza poética que nos ocupa, Cánticos, está compuesta por ochenta versos cortos, octosílabos en su totalidad, (sólo en el verso final aparece la palabra arandela) distribuidos en veinte estrofas, en las cinco primeras de las cuales los protagonistas del aguinaldo se limitan a emitir un canto de alabanza al Niño Jesús, así como un mensaje de felicitación y buenos deseos a los dueños de la casa “multados” con el regalo de nochebuena: 

“Alabemos todos / al Niño Jesús,

que nació en Belén / y murió en la cruz.

También alabemos / con suma alegría,

a sus santos padres / San José y María.


Después de alabar / al Rey de los cielos,

con los de esta casa / nos entenderemos.


Y les cantaremos / de Dios con la gracia,

deseando a todos / muy felices pascuas.


Y un año feliz / con prosperidad,

salud y dinero / y felicidad”

En las estrofas que siguen, el autor pasa a describir el momento festivo o asunto central de la composición, merced al cual inserta esa aguda crítica social de inconfundible tono epigramático que tanto caracterizó a la mayor parte de las creaciones del entonces llamado “Cantor del Yaque”

En las estrofas sexta, séptima y octava, el poeta crítica:

  1. a) A los chismosos, prestos siempre a generar nocivos efectos con sus lenguas lacerantes:
    “Que el Niño Jesús / muy a bien lo tenga,

librarnos a todos / de las malas lenguas”

  1. b) A los envidiosos, siempre mortificados por el éxito ajeno:

“Que los libre el Niño / de los envidiosos,

que hacen mala sangre / y viven rabiosos”

  1. c) A los malos vecinos, eternos perturbadores de la paz familiar:

“Y los libre el cielo / de un vecino malo,

que es mucho peor / que un incendio al lado”

En las cuatro estrofas siguientes se nos anuncia mediante el empleo de términos o expresiones de gran valor sensorial que la cena o aguinaldo está casi a punto de comenzar: 

¡Señores, silencio! / que el sonido empieza,

de platos, cubiertos / y arreglos de mesa.

 

Por el agujero / de la cerradura,

ya se siente el bajo / a fritanga pura.

 

Y allá en la cocina / ruidos de sartenes,

que sacan del horno / pavos y pasteles”

 

Pues según señales / esta gente buena,

trata de obsequiar / con tamaña cena.

Los visitantes, excitados por la inminente presencia del manjar o plato deseado, muestran su desesperación y emiten un grito de indiscutible acento imperativo: 

“Así, pues, señores,

los dueños de casa,

abran ya sus puertas,

que el tiempo se pasa.”

A partir de este momento, el poeta retoma el tono crítico de sus versos, dirigiendo sus incisivos cuestionamientos a quienes asisten a las celebraciones y actividades festivas sin que hayan sido previamente invitados:

 
“Y al entrar señores / mucha precaución,

con los que se meten/ sin invitación.


Y en los aguinaldos / los pulpos nombrados,

se sientan primeros / que los invitados”


Y al ir a la mesa / los primeros son,

en comer de todo / con mucha ambición.

Y son los primeros / en damas sacar,

y hasta los registros / los suelen bailar”

La advertencia está hecha, el deseo por disfrutar la cena se incrementa y es, por tanto, hora de entrar a la casa:

Entremos señores / a esta honrada casa,

saludando a todos / y dando las gracias.

Y después de entrar / esa gente buena,

que no tarde mucho / en poner la cena.

El autor abandona el tono épico del relato para concluir sus famosos “Cánticos” con esta lírica exhortación:

 
Así, pues señores,

sin más dilación,

entremos cantando,

arandelas son”

Con el paso de los años, algunos de los versos que conforman estos Cánticosde Juan Antonio Alix, específicamente los que integran las cuatro primeras estrofas, fueron musicalizados y se les anexaron otros que nada tienen que ver con la versión original de los versos que en los párrafos precedentes aparecen transcritos.

Entre esas estrofas agregadas o que no forman parte de las veinte más arriba comentadas, merecen citarse las siguientes:

“Ábreme la puerta / que estoy en la calle

y dirá la gente / que esto es un desaire…


A las arandelas / a las arandelas,

a las arandelas / de mi corazón.


Allá dentro veo / un bulto tapao,

no sé si será / un lechón asao”

Se tratan, estas últimas, de estrofas cuyo autor por el momento se desconoce, razón por la cual habría que situarlas en el plano de lo folklórico.

Temas culturales

Por Miguel Collado

  

EL PENSAMIENTO VIVO DE PEDRO HENRÍQUEZ UREÑA (1884-1946) 

Quince meses después de iniciado el tercer milenio de la Era Cristiana publicamos el Ideario de Pedro Henríquez Ureña, el cual reúne 227 frases aforísticas hijas del pensamiento luminoso del más prominente hombre de letras nacido en República Dominicana. Fue en el mes de marzo del 2002, bajo el auspicio de la Comisión Permanente de la Feria del Libro, dirigida en ese momento por el escritor y académico Carlos Esteban Deive. Esa primera edición resultó ser una curiosidad bibliográfica por su. formato diminuto: 5 x 3.5 pulgadas, de bolsillo, ilustrando la portada el clásico sombrero de fieltro que con elegancia lucía el Maestro de América. Casi tres años me tomó compilar el material (1997-2000), tiempo que dediqué a la lectura de las obras completas de Pedro.

Luego de transcurridos cuatro años, el Ideario…fue reeditado dentro de la Colección «Calímaco» del Centro Dominicano de Investigaciones Bibliográficas, Inc. (CEDIBIL). Con ocasión de esa nueva edición el crítico literario Manuel Matos Moquete dijo unas palabras en el acto de puesta en circulación del libro:

El  Ideario… condensa, en forma sintética y ordenada, el pensa­miento y la acción del escritor; todo Pedro Henríquez Ureña en un breve volumen, con las frases esenciales y con las notas bibliográficas al apoyo de cada expresión seleccionada. La obra de Miguel Collado es un trabajo de investigación, selec­ción y sistematización. Representa un esfuerzo útil y metódico de un experto en investigación bibliográfica. Ésta permite releer a Pedro Henríquez Ureña, descubriendo los núcleos temáticos de su pensamiento y relacionarlos para reconstruir sus grandes ideas y preocupaciones. 

Recuerdo que en cierta ocasión, harán unos cuatro o cinco años, Matos Moquete me comentaba que son muchos los escritores que citan las frases contenidas en ese ideario, pero que no indican la fuente. Y es precisamente por eso que me he sentido motivado a ofrecerles a los lectores pedrohenriquezureñistas algunas de esas frases, comentándolas y confrontándolas, indirectamente, con la realidad actual 75 años después de fallecido su autor. Hubo una tercera edición del ideario en septiembre del 2016 auspiciada por la Dirección General de la Feria del Libro, dentro de su colección Ediciones Ferilibro, con ocasión de celebrarse la XIX Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2016.

El pensamiento de Pedro Henríquez Ureña, como el de Eugenio María de Hostos, se mantiene vivo, actual. Quizá más que nunca. Por ejemplo, cuando él dice que «El honor debe ser cuidadosa preocupación de hombre o de mujer» inmediatamente observo la triste realidad en que se encuentra inmersa la sociedad dominicana, azotada por una crisis ético-moral que nada bueno nos anuncia como nación. La honorabilidad y la lealtad son valores que escasean, cediendo espacio a la mentira, al engaño y a la traición. Y según Pedro, el honor «debe oponerse, como principio superior, a toda categoría social, aunque sea la realeza».

Pedro nunca fue un militante político, pero sí tenía una clara visión política sobre cuál es el rol que le corresponde jugar al Estado en el concierto de las naciones civilizadas, por lo que al plantear la problemática cultural —uno de los temas más recurrentes en sus disquisiciones teóricas— consideraba que «La actividad de cultura tiene igual derecho que la política a la atención de la historia». Y en esta misma línea de pensamiento era de opinión que «donde las instituciones de cultura, tanto elemental como superior, son víctimas de los vaivenes políticos y del desorden económico, la literatura ha comenzado a flaquear». ¡Cuánta claridad de pensamiento había en Pedro!

Intuimos que a Pedro no le merecían mucha confianza los políticos latinoamericanos en sentido general: «Si se quiere medir hasta dónde llega la cortedad de visión de nuestros hombres de Estado, piénsese en la opinión que expresaría cualquiera de nuestros supuestos estadistas, si se le dijese que la América española debe tender hacia la unidad política». Las negritas son nuestras y dejamos su interpretación a nuestros lectores por respeto a su inteligencia. Con cierta ironía Pedro se refiere a los que él llama «políticos prácticos», quienes, a su parecer, constituyen una «moderna plaga de hombres que de nada entienden y de todo se apoderan, en ansia de mando y de lucro, estorbando la función de quienes ponen saber y virtud al servicio y ejemplo de la sociedad».

La educación y la lectura en la etapa de la infancia fueron temas que merecieron una atención especial en la agenda de preocupaciones humanas de Pedro. «El hábito y el amor de la lectura literaria forman la mejor llave que podemos entregar al niño para abrirle el mundo de la cultura universal», opina el brillante educador dominicano. Y a la educación elemental de la América hispánica —especialmente a los padres y a los maestros— le legó un hermoso consejo: «el hábito de leer difícilmente se adquiere en libros que no sean de literatura: el niño comienza pidiendo canciones y cuentos orales; de ellos pasa a los libros de cuentos: las obras narrativas constituyen su lectura principal durante muchos años».

¿Y qué nos dice el célebre autor de Seis ensayos en busca de nuestra expresión (1928) en torno a la figura del maestro y su rol en las escuelas? Esto: «¡Cuánta importancia tiene que el maestro sepa distinguir entre la genuina y la falsa literatura; entre la que representa un esfuerzo noble para interpretar la vida, acendrando los jugos mejores de la personalidad humana, y la que sólo representa una habilidad para simular sentimientos o ideas, repitiendo fórmulas degeneradas a fuerza de uso y apelando, para hacerse aplaudir, a todas las perezas que se apoyan en la costumbre!». Todavía más: «Sin los maestros dueños de alta cultura no tendría un país buenos hombres de profesión ni de enseñanza; vegetarán sus empresas, sus construcciones, sus leyes, sus escuelas. Las escuelas elementales son imperiosa necesidad social; pero no pueden prosperar si no son la base de una pirámide cuya cima es la Universidad».

Su visión futurista, del porvenir y del desarrollo de una sociedad basada en el ideal de justicia, eran parte del pensamiento humanístico de Pedro Henríquez Ureña: «El ideal de justicia está antes que el ideal de cultura: es superior el hombre apasionado de justicia al que sólo aspira a su propia perfección intelectual». Había en ello una evidente influencia del pensamiento hostosiano, que influyó de manera directa en sus insignes padres Salomé Ureña de Henríquez y Francisco Henríquez y Carvajal. También en sus hermanos Max y Camila Henríquez Ureña. Pedro plantea que «El problema del porvenir inmediato es poner la riqueza al alcance de todos» y que «La fe en el porvenir, credo de toda juventud sana y noble, debe ser nuestra bandera de victoria».

Definitivamente, leer la obra del máximo exponente de las letras dominicanas es un deber de cada dominicano, dentro y fuera de los espacios de enseñanza formales (escuelas y universidades), y comenzar con la lectura de su ideario sería un buen inicio para entrar en ese mundo de sabiduría que es el de Pedro Henríquez Ureña, un auténtico Maestro de América. Luego, el lector interesado en profundizar en el estudio de la producción intelectual del eminente humanista, podría acercarse a sus obras completas en cualquiera de las tres versiones editadas: 1) la publicada en 10 tomos (1976-1980) por la Universidad Nacional «Pedro Henríquez Ureña» (UNPHU), compiladas por Juan Jacobo de Lara; 2) la publicada por la Secretaría de Estado de Cultura en 5 tomos (2003-2005);* y 3) la publicada por el Ministerio de Cultura en 14 tomos (2013-2015), bajo la supervisión editorial del investigador Miguel D. Mena.

Pedro Henríquez Ureña, siguiendo el ejemplo de sus ilustres padres, fue un trabajador infatigable, cultivándose siempre, en crecimiento espiritual constante, consciente, como todo gran maestro, de que ser un sembrador de saberes —como lo fue Eugenio María de Hostos— era su misión en la América hispánica que siempre soñó unida, hermanada, convertida en una Magna Patria, lo cual, para Pedro, no era una utopía, ya que para él, «no es ilusión la utopía, sino el creer que los ideales se realizan sobre la tierra sin esfuerzo y sin sacrificio. ¡Hay que trabajar!»

______________

*Para esta edición crítica de las obras completas de Pedro Henríquez Ureña el gobierno dominicano creó en el 2003 una comisión especial presidida por el Secretario de Estado de Cultura Tony Raful e integrada por los siguientes escritores: Celsa Albert Batista, Soledad Álvarez, Diógenes Céspedes, Miguel Ángel Fornerín, Federico Henríquez Gratereaux, Bruno Rosario Candelier, Manuel Matos Moquete, Manuel Núñez, Irene Pérez Guerra, Guillermo Piña Contreras y Víctor Villegas. Mateo era el Coordinador Técnico. Su publicación fue patrocinada por el Banco de Reservas de la Rep. Dom.

 

Ortoescritura

Por Rafael Peralta Romero

 

30/10/2021

CONVIENE EVITAR EL INFINITIVO INDEPENDIENTE

Al final del acto de reconocimiento que le han tributado, el señor Pérez se dirige al podio, tras el saludo de rigor, inicia con la palabra “Agradecer…”  y finaliza de este modo: “Para terminar, exhortar a esta institución a …”.  El acto concluye cuando la maestra de ceremonias dice: “Por último, invitar a los presentes a un brindis…”

En otro acto, alguien dirá: “Advertir a los hermanos alejarse del pecado y llamar al arrepentimiento…”. En un tercer podio: “Iniciar la apertura del debate y proponer una comisión…”

Las palabras agradecer, exhortar, invitar, advertir, llamar, iniciar y proponer son verbos en infinitivo, la forma no personal del verbo, que en nuestra lengua tiene las terminaciones -ar, -er o -ir.

El modo infinitivo funciona como el nombre del verbo y ejerce a plenitud su rol gramatical cuando aparece conjugado, es decir en forma personal. Ejemplo: agradezco, exhorto, invitamos, advertiré, llamo, iniciamos, proponemos.

Podemos emplear el infinitivo en perífrasis verbales, valiéndonos de otro verbo en forma personal, por ejemplo: “Quiero agradecer”,   “Para terminar, exhorto a esta institución a…”.  “Por último, deseamos invitar a los presentes a un brindis…”

Otros ejemplos: “Me permito advertir a los hermanos a que se alejen del pecado y quiero llamar al arrepentimiento…”. “Vamos a iniciar la apertura del debate y debemos proponer una comisión…”.

Los lingüistas han llamado “infinitivo independiente” al uso que hemos señalado en el que el verbo aparece en forma impersonal, como el caso de “Recomendar a nuestros clientes…”, en lugar de “Recomendamos a nuestros clientes…”.

Debo precisar que lo aquí escrito no constituye una declaración de guerra contra el infinitivo, pues hay unos usos de los que resulta difícil prescindir. (Dos infinitivos en esta oración). Tomando en cuenta las funciones que asume, han sido clasificados en infinitivos verbales e infinitivos nominales.

De la Nueva gramática de la lengua española, publicación oficial de las Academias, cito la siguiente puntualización sobre el grupo verbal:

“Los infinitivos verbales forman grupos sintácticos de este tipo. Constan, por tanto, de un núcleo verbal al que pueden seguir muy diversos complementos: directos, indirectos, de régimen o circunstanciales, como en encender la luz, prestárselas, viajar al extranjero en vacaciones, haber entendido correctamente, etc. La presencia de un sujeto expreso o explícito sea posverbal (encender él la luz) o preverbal (él encender la luz), está muy restringida en español…” (Edición 2009, pág. 1964).

Agrega el texto académico que los grupos verbales infinitivos aparecen principalmente en cuatro tipos de construcciones, que son: a) Perífrasis verbales, b) Oraciones subordinadas, c) Otras construcciones independientes no oracionales y d) Oraciones independientes.

Los infinitivos nominales son llamados así porque funcionan como sustantivo, como en “La mirada turbia y fría, un poco lento el andar”. Poseen las propiedades morfológicas y sintácticas propias de los sustantivos (los cantares de gestas, Cantar de los cantares; a pesar de los pesares). Es común que cuando el infinitivo aparece seguido de un artículo, funciona como sustantivo (El amar y el querer).

Hay mucho que decir en torno al infinitivo, pero el espacio aconseja que no siga. Solo recordaré el infinitivo compuesto que se forma con el infinitivo del verbo haber y el participio del   verbo que se conjuga; por ejemplo: haber estado, haber vivido, haber terminado.

 

7/11/ 2021

ANTAÑO Y HOGAÑO, LO PASADO Y LO PRESENTE

Una apreciada amiga, tras leer el pequeño libro titulado “De los sucesos gustosos que vivió don Quijote en Santo Domingo”, de nuestra autoría, ha reclamado la explicación de algunos términos que aparecen en la obra. El personaje principal del texto -un cuento extenso- responde a las características de don Quijote, el héroe creado por Miguel de Cervantes y habla como éste.

Al final del relato aparece un glosario donde se señala escuetamente el significado de vocablos arcaicos empleados en nuestra publicación, tal cual han sido usados en el libro Don Quijote de la Mancha. Pero entre las 24 expresiones y palabras que contiene el glosario no fueron incluidas estas: antaño y hogaño, de donde ha partido el amistoso reclamo. Las presento:

Antaño. Procede del latín “ante annum”. Es un adverbio demostrativo. El Diccionario académico le señala las siguientes acepciones:

  1. adv.  En un tiempo pasado. Hoy no se trabaja como antaño.
  2. El tiempo pasado. (Se usa normalmente precedido de

preposición). Costumbres de antaño.

  1. adv. dem. desus. En el año precedente. 4. m. Tiempo pasado. Recuerdos de un antaño lejano.

Es una palabra patrimonial de nuestra lengua y guarda fidelidad a su origen, las voces latinas “ante annum”. De anterior + año resulta antaño.

Les presento algunos ejemplos de su empleo en el cuento citado:

1-”…os agregaría que he tenido  ojos para una sola mujer, mi inolvidable Dulcinea del Toboso, de quien antaño  llegué  a proclamar que para ella he nacido”.

2- “Más vale el necio en su casa que el sabio en la ajena, Lorenza, pues acaece que no estoy yo haciendo donaire y la risa sorprende a vuestra merced, a quien antaño no se le viera un guiño con el gozo, cual si de mi boca hubiese manado expresión jocosa”.

3-“Refieren los cronistas que don Alonso exudaba satisfacción, lo cual se mostraba en la adquisición de músculos que  colmaban sus pieles, de antaño escasas de carne, y si de algo se lamentaba era de no haber tenido antes el tipo de trato que estableció con Morena Sierra”.

Hogaño. También se escribe ogaño. Deriva de la expresión latina “hoc año”, que significa “en este año”. Como la anterior, es un adverbio demostrativo, cuya primera acepción en el Diccionario de la lengua española indica: En la época actual.  La historia que narra esa novela bien pudiera acaecer hogaño.

  1. La época actual. Con más previsión nos hubiéramos ahorrado los problemas de hogaño.
  2. En el año presente. El siguiente es un ejemplo tomado del cuento “De los sucesos gustosos que vivió don Quijote en Santo Domingo”: “Ya que, antaño como hogaño, he declarado sobre las dueñas que suelen ser impertinentes, fruncidas y melindrosas, cúmpleme explicaros las diferencias que encuentro entre la dueña y la ama de una estancia”.

Estas son las voces arcaicas contenidas en el pequeño libro con sus equivalentes en el español actual:

1-Ínsula. Isla. 2-Sansón Carrasco. Personaje de la segunda parte de Don Quijote de la Mancha. 3-Prestancia. Distinción. 4-Válame, exclamación. Válgame, del verbo valer.5-Mesmo. Mismo. 6-Veredes. Verás. 7-Magín. Cabeza.  8-Luenga.Larga.  9-Agora. Ahora. 10-A fe mía, juramento que refuerza lo dicho. 11-Cuidadoso. Preocupado (arcaísmo).12-Albarda. Árganas. 13- Repostería. Despensa.

14-Adoquiera. Dondequiera. 15- Bene quidem (latinismo) muy bien, de acuerdo. 16-Cebolludo. Grueso, tosco. 17-Aguamanil. Vasija casera. 18-Pluguiere. Forma del verbo placer, subjuntivo, futuro, tercera persona. 19-Donaire.Dicho gracioso. 20-Melindrosa. Presuntuosa.

21-Melindre. Actuación con excesiva delicadeza y escrúpulo. 22-Deo gratia. A Dios gracia. 23-Truje. Traje, del verbo traer, pasado perfecto, indicativo, primera persona. 24-Plugo.Tercera persona, pretérito perfecto, verbo placer. Plació.

Del verbo placer, hay mucho más que decir en la próxima entrega.

 

13/11/2021

EL VERBO PLACER TIENE SUS COMPLEJIDADES

En la columna de la semana pasada del 31 de octubre de 2021 nos referimos a palabras arcaicas empleadas en nuestro cuento “De los sucesos gustosos que vivió don Quijote en Santo Domingo” y prometimos referirnos hoy a algunas formas del verbo /placer/ contenidas en esa obra.

Quizá no sobre recordar que la palabra /placer/ no es solamente un verbo, sinónimo de agradar, sino también un sustantivo. El Diccionario de la lengua española define ese sustantivo de este modo: Goce o disfrute físico o espiritual producido por la realización o la percepción de algo que gusta o se considera bueno.

Tres intervenciones de don Quijote en el cuento citado incluyen sendas formas del verbo placer, con diferencias de tiempo y de persona. A continuación, las frases que las contienen:

1-Plazca a Dios que vuestra merced comprenda que a ese tipo de venta me refiero y por demás que vuestra cortesanía sea suficiente para conducirme hasta ese lugar.

2- “Pero como ahora plugo a la Providencia grandísimo favor otorgarme, lo que queda por decir es: cuando te den vaquilla, corre con la soguilla”.

3-Lorenza, paréceme hermosa y acogedora la estancia, pero decidme, si a vuestra merced pluguiere, ¿es vuestra merced la dueña o es la ama de ella?

Plazca, plugo y pluguiere son formas del verbo placer. Plazca corresponde a la primera persona presente del modo subjuntivo. En el segundo caso, tenemos /plugo/ que funciona como tercera persona singular (él, ella) del pasado perfecto, el cual tiene otra forma de uso más generalizado: plació. (Plugo a mi padre que así fuera / Plació a mi padre que así fuera). El pronombre usted, aunque se trata de la segunda persona, requiere los verbos en tercera: Plació a usted la propuesta / Plugo a usted la propuesta.

En cuanto a la forma /pluguiere/corresponde a la tercera persona singular (él, ella), futuro, del modo subjuntivo que para el uso común es placiere, pero conserva este uso arcaizante. Lo mismo rige para el pronombre usted: Si a usted pluguiere o placiere…

Placer deriva del latín “placere”. Significa agradar o dar gusto. Está clasificado como intransitivo, lo cual se dice de los verbos que se construyen sin complemento directo; p. ej., nacer, morir, correr.

Placer es el modelo de conjugación de /complacer/: yo plazco (complazco), tú places (complaces), él plació (complació), él plugo (complugo).

Conjugación

  • Presente del indicativo: yo plazco, tú places, él place, nosotros placemos, vosotros placéis, ustedes placen, ellos placen.
  • Pretérito perfecto: yo plací, tú placiste, el plació o plugo, usted plació o plugo, nosotros placimos, vosotros placisteis, ustedes placieron, ellos placieron.
  • Pretérito perfecto compuesto: yo he placido, tú has placido…
  • Pretérito imperfecto: yo placía, tú placías, él placía, nosotros placíamos, vosotros placíais, ustedes placían, ellos placían.
  • Pretérito pluscuamperfecto: yo había placido…
  • Pretérito anterior: yo hube placido…
  • Futuro: yo placeré, placerás, placerá, placeremos, placeréis, placerán…
  • Futuro compuesto: yo habré placido, habrás placido, habrá placido…

.El modo subjuntivo. Presente: plazca, plazcas, plazca, plazcamos…

. Futuro subjuntivo: placiere, placieres, placiere o pluguiere, placiéremos, placiereis, placieren.

El intríngulis más palpable con este verbo es que la conjugación académica no va a la par con el uso. ¿Quién dice, por ejemplo, “Yo plací”? En la práctica asume las características de verbo pronominal, pues demanda pronombres reflexivos que concuerdan con el sujeto. Más varían los pronombres que las derivaciones verbales. Por ejemplo: Me place, te place, le place, nos place, os place, les place.

Placer tiene una gran competencia en el verbo gustar, que es transitivo: Me gusta tu libro. Quizá falte algo por agregar.

 

21/11/2021

LÍNEAS SOBRE EL ARTE DE ESCRIBIR

Hace poco tiempo sostuve un encuentro en la Casa de la Cultura de Higüey para hablar sobre el arte de escribir. Me ha parecido interesante compartir en esta columna el esquema que guio mi exposición. Aquí está:

1- ¿Qué quiero decir?  Es lo primero que debe preguntarse quien pretenda escribir. Con esta actividad, se busca expresar sentimientos y emociones. Transmitir ideas o argumentos que buscan convencer a los demás de que piensen como quien escribe o acepten sus planteamientos sobre determinado asunto.

2- ¿Cómo lo voy a decir? El escritor o aspirante a serlo, y solo él, sabrá la forma de escritura por la que habrá de optar: narrativa, dramática, poética o expositiva (ensayo, artículo, monografía).

3-Define tus propósitos. La forma se relaciona con los objetivos. Algunas ideas demandan ser expresadas en un poema, otras en una hoja volante o un comunicado.

4-Exponer. La exposición es la forma válida para instruir, enseñar, informar. Es la forma de los escritos didácticos, periodísticos y de todo escrito que procure explicar algo, como los prospectos que acompañan a los productos farmacéuticos o los discursos proclamados de toda tribuna.

5- Componer, describir y narrar. Se componen poemas, se describen lugares, cosas y personas, se narran hechos reales o imaginarios que constituyen materia prima de cuentos y novelas. Las tres acciones procuran deleitar, provocar el goce estético. Son indispensables para la escritura literaria.

6-Cual que sea la forma, el instrumento será la lengua. La clave esencial para escribir es construir bien cada oración. Agregar otras oraciones y así logramos los párrafos. Todo libro comienza con una oración. El énfasis debe estar en la sintaxis.

7-Escribir conlleva conocer su lengua. Claridad y orden son requisitos fundamentales. El escrito confuso no cumple su cometido: no informa ni instruye ni entretiene.

8-Ortografía. No es la condición principal de la escritura, pero la más visible. La falta ortográfica es a la escritura como las laceraciones de la piel al cuerpo humano. En tanto, la falta de claridad y orden (sintaxis) puede compararse con la insuficiencia de órganos vitales.

9-Posescritura. Revisión. Escribir a solas, revisar con otros. Un experto ha dicho que escribir es un proceso a puertas cerradas y revisar se hace a puertas abiertas. Quien escribe necesita que su texto sea revisado. Primero lo hace el autor hasta dar por terminada su obra, luego un corrector verá los errores que el autor no vio.

10-Escribir es producto del pensar, que es organizar las ideas. Demanda disciplina y dedicación. La escritura inicia con el pensar, del pensar surge el plan de trabajo.

11-Escribir puede tener aspecto utilitario y laboral (cartas, informes, seminarios, propuestas, reseñas…), reflexivo (artículo, ensayo), artístico (poemas, cuentos, novelas, dramaturgia…). Cada uno sabrá para qué quiere escribir. En cada caso se precisa cuidar la forma. Que lo escrito se ajuste al propósito.  Unos escritos serán objetivos y se circunscriben a la realidad, otros permiten la subjetividad, con la incursión de sentimientos y apreciaciones.

12-Escribir demanda leer, escuchar, asimilar.

Recomendaciones:

  1. a) Procurar la economía de palabras. Es señal de que se sabe escribir (ejemplo: En vez de “Se produjo una herida en el dedo pulgar de la mano derecha”, “Se hirió el pulgar derecho). Se le llama concisión.
  2. b) Precisión. Usar la palabra indicada para cada caso. Perro en vez de “unidad canina”; El hecho ocurrió en La Enea, Higüey, mejor que en la provincia Altagracia; Un obispo, mejor que un prelado católico.
  3. c) El escritor tiene que mirar a su entorno, ahí están los temas para escribir.
  4. d) Hay temas universales, pero en toda cultura serán tratados con particular enfoque.

De palabra en palabra

Por Roberto Guzmán

 

19/10/2021

CUIDO

“. . . es una cabeza con actitud, con muchísima pasión, empeño, calidad, CUIDO, amor”.

El Diccionario de la lengua española en su definición de cuido no ofrece sorpresa alguna, para comenzar asienta que es la, “Acción de cuidar”. Esa redacción es antigua y ha sido de uso continuado. No puede criticarse. Cuando amplía el concepto; esa corporación en su definición escribe, “especialmente de cosas materiales”.

Se ha traído este sustantivo a la atención del hablante de español dominicano y del lector interesado, porque en esta habla ese sustantivo recibe una utilización especial que es más especializada que la recibida en el habla general.

El habla de los dominicanos se empeña en establecer la diferencia que entiende que existe entre cuidado y cuido. El cuidado reviste características de atención con miras a prevenir. La mayoría de las veces se utiliza para advertir acerca de algo o alguien. El cuido también es atención continuada en la mente de este hablante de español.

En el cuido se reúnen las diligencias que se encaminan a proporcionar bienestar al objeto del cuido. Se torna en una actitud de una persona que busca un resultado en el objeto de su acción.

 

BRETERO

“. . . adquirieron fama de ser “algo” fantoches, BRETEROS o mete cuentos”.

La voz brete tiene una larga historia en la lengua española. Covarrubias entendía que era el potro en que se daba tormentos a los delincuentes. Metafóricamente pasó a significar “estrechez, aprieto”. Estas metáforas dieron lugar desde el año 1611 a las locuciones “meter a uno en un brete o estar metido en un brete”. Todavía en nuestros días brete conserva entre sus acepciones, “aprieto”; “prisión estrecha”.

El hablante de español dominicano casi no usa el sustantivo o adjetivo bretero en sus conversaciones. Esta voz procede del español propio de Cuba. Como otras tantas voces cubanas, esta llegó a conocimiento de los dominicanos gracias al constante y continuado trato entre los habitantes de estas dos islas. El bretero es la persona que provoca brete, es decir, que alborota. Además, es chanchullero.

En el habla de los dominicanos sí se usa la voz brete que se encuentra en el origen de la del título. En el habla dominicana el brete es, “desorden, confusión”. Estas equivalencias para la voz brete es la que consigna el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

En el citado diccionario figuran otras significaciones para la voz brete que son de uso en otros países de Hispanoamérica. El Diccionario del español dominicano (2013:106) es más fiel a los usos contemporáneos del español dominicano y por ello trae otras acepciones para brete, “agitación, ajetreo constante” y “discusión”.

La primera mención de una voz parecida a brete en un repertorio de voces dominicanas aparece en Criollismos de R. Brito (1930), donde se encuentra bréjete con la acepción primera de brete, “Desorden, tumulto, aprieto”.

Brete se halla por primera vez enumerado entre las voces del habla culta en El español en Santo Domingo (1940:59) en tanto “dificultad: estar en un brete”. En Dominicanismos de Patín Maceo está como “porfía, contienda de palabras”. Con una acepción muy parecida figura en el Diccionario de la Lengua Española, 2014, “Cuba. Discusión acalorada entre dos o más personas”.

Todavía en el año 1967, en De nuestro lenguaje y costumbres, pág.42, la voz inventariada es bréjete y allí se lee para el significado, “Chisme. Enredo”.

Brete y brégete se encuentran en el Diccionario de dominicanismos de Deive (2002:41); este investigador reconoce a brégete con el valor de “Discusión, riña, pendencia” y cita una frase que documenta el uso. La cita pertenece a una obra publicada en los años sesenta. Esta observación se introduce porque está escrita con letra ge /g/, brégete.

La primera mención en un repertorio americano de una voz parecida a brete es bregeta, que entre otras acepciones lleva la de “necedad, molestia”.Vocabulario de los provincialismos de Honduras (1897:23). Esta pudo quizás dar lugar a la aparición más tarde de brégete en el español dominicano, si se toma en cuenta la similitud entre esas dos voces.

La primera mención que se ha encontrado del brete y bretero cubanos están en el Nuevo cautaro de cubanismos (1923:90); ahí para brete puede leerse, “enredo, trastorno, alboroto”. Para la voz bretero D. Fernando Ortiz escribe, “El amigo de bretes, enredos, trastornos. Si los clásicos hicieron matrero, tretero y cuatrero, los cubanos hemos hecho un bretero de buena ley”.

El brete cubano no permaneció sin cambios, pues en el Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2016-I-177) es, “Noticia, verdadera o falsa, que da origen a una situación confusa y desagradable”. En su segunda acepción es, “Discusión acalorada entre dos o más personas”. El bretero es, “Persona muy dada a la discusión”. “Persona dispuesta a participar en cualquier actividad por curiosidad o esnobismo”. Mediante la lectura de estas acepciones puede observarse el movimiento del uso.

En el habla en Venezuela brete comparte con el habla dominicana la acepción de “agitación, ajetreo incesante”. Allí existe brejetería y brejetero.

 

26/10/2021

RADIOBEMBA

“. . . las informaciones falsas estuvieron manejadas por RADIOBEMBA”.

Este nombre femenino es graciosísimo. Llama la atención de los hablantes de lengua extranjera tan pronto logran entender la formación. Los hablantes de variedades de español diferentes de los países donde se usa esta voz muestran sorpresa e interés al descubrir la existencia de la voz del título.

La voz radiobemba quizás nació solo como una forma hilarante de llamar los rumores. Está formada de dos voces de orígenes diferentes. La voz radio que es componente en esta voz procede del aparato de telecomunicaciones que recibe y transmite mensajes a través de las ondas hertzianas. La segunda parte, bemba, es el labio prominente que suelen tener algunos animales y que denomina también por extensión el de algunas personas.

En la actualidad más que el rumor, noticia o comentario, radiobemba es la manera en que se propagan esas informaciones no confirmadas. Cuando la voz incursionó en el habla fue porque iba de “boca en boca” y se esparcía con inesperada rapidez. A pesar de los avances tecnológicos radiobemba no ha perdido el poder de difusión; lo que ha hecho es incorporar los nuevos medios a su modo de operar.

Con el paso del tiempo radiobemba no es solo rumor, es también una forma de detractar. Cuando no llega al grado de detractar algo o a alguien, sirve para sembrar dudas con respecto a la respetabilidad de una persona o a las intenciones de una decisión.

Radiobemba entró en el diccionario oficial de la lengua en la edición del año 2014. En la edición impresa la voz radiobemba envía a consultar la voz radio para encontrar allí su acepción.

El Diccionario de la lengua española escribe que la voz radiobemba se usa en Panamá, Cuba y República Dominicana. Es muy posible que la voz haya nacido en Cuba y que de allí pasara a República Dominicana. Esto así porque los cubanos son muy conocidos por su capacidad inventiva para crear y divulgar nuevas voces con carácter jocoso para designar hechos serios de la vida diaria.

La primera mención que se ha encontrado de la voz estudiada aquí figura en el Diccionario de cubanismos (1972:168) donde aparece escrito radio-bemba, “Sistema de difusión oral de noticias y rumores”. El Diccionario mayor de cubanismos (1999:587) asienta que radiobemba se usa para designar a la persona chismosa; así como al rumor mismo. En el Diccionario del español de Cuba (2000:449) se entiende que radiobemba, “Se usa para referirse a una fuente de información que difunde noticias no oficiales o rumores no comprobados”.

Ya en el Diccionario de hispanoamericanismos (1997:390) se indicaba que la voz en cuestión se usaba para “rumor, chisme; chismoso”. Ese diccionario añadió a Costa Rica a la lista anterior, pero dejó fuera a República Dominicana. Trae citas documentales de uso en literatura de autores cubano y panameño.

Aunque la voz radiobemba es de uso en el habla dominicana, el reconocimiento oficial tardó en aparecer, pues la primera mención encontrada corresponde al Diccionario de cultura y folklore dominicano (2005:331), “Es la noticia que corre de boca en boca en un barrio o en un pueblo. Se utiliza para identificar o nombrar una conducta relacionada con chismes y rumores políticos”. En el Diccionario de dominicanismos (2010:190) el autor reproduce lo copiado más arriba del Diccionario de cubanismos de 1972 y menciona la fuente.

El Diccionario del español dominicano (2013:584) solo asienta la escritura “radio bemba” como locución sustantiva. En la primera acepción es la, “Persona o cualquier otra fuente que difunde rumores y chismes con rapidez”. La segunda acepción es, “Información que se difunde mediante rumores”. Se ha observado que radiobemba ha dejado de usarse con propósitos humorísticos y que cada vez más se toma en serio como medio de difusión que infunde temor.

 

BEIGE

“El traje BEIGE de Biden. . .”

La paleta de los pintores es capaz de crear matices, tonalidades y colores sin fin. Las personas que no son versadas en los menesteres de los colores pueden distinguir pocos colores. Hasta puede decirse que son incapaces de notar las diferencias entre algunos colores si no los ven unos junto a otros.

Este color, beige, con este nombre fue desconocido durante largo tiempo en la lengua española. El uso (la imitación) lo impuso en la edición del año 1992, año de celebración del gran encuentro de civilizaciones. En ese año entró con la acepción “marrón claro”; esto es, apoyándose en otra palabra que como beige procede del francés, color el último que permaneció largo tiempo fuera del diccionario oficial porque se prefería llamarlo castaño.

El color beige es conocido con ese nombre en inglés y portugués brasileño. En italiano también usan la palabra para el color. Cortellazo- Zolli,Dizionario etimologico della lingua italiana (1984-I-128).

Aunque no sea todo lo exacto que podría desearse, el hablante dominicano hace tiempo que resolvió el asunto llamando este color “crema”, que en el diccionario oficial de la lengua se entiende que es un “blanco amarillento”. Como dice el chusco, este crema depende del color de donde se extrae o reduce.

Los diccionarios de todas las lenguas consultadas registran que es de origen obscuro, a pesar de que existen varias teorías. Los franceses dicen que se desprendió de otra palabra más larga del italiano, bombagia. En su origen designaba el color de la lana natural, de un gris amarillento. Hay tratadistas que consideran que el color, marrón pálido, era el color natural del algodón y la lana. La lengua inglesa ha documentado la entrada de la palabra en el año 1858. Los hablantes de portugués brasileño arreglaron a su manera la grafíabege.

Con este color ha sucedido lo mismo que ha pasado con el caqui. No se encuentra ya en estado puro. Le añaden otros tintes al beige básico que desnaturalizan el color y los legos no pueden discernir qué clase de color representa el beige natural.

 

 

 

2/10/2021

CHERCHA

“. . . fue elaborado y aprobado en medio de una CHERCHA mediocre. . .”

El vocablo chercha es uno, pero el colorido se lo añade cada una de las hablas donde se usa. Las distancias entre los sentidos que lleva el vocablo en los distintos países no son enormes. El hablante de cada uno de esos países le ha imprimido unas pinceladas de tinte nacional que representa la idiosincrasia propia del hablante. Lo que acaba de describirse a grandes rasgos se analizará más abajo.

La palabra del título consta en el diccionario académico desde por lo menos la edición de 1947. La acepción en esa edición de ese diccionario era, para Honduras, chacota. Para Venezuela, burla, zumba. El vocablo no figuraba en la edición de 1914.

La primera mención de chercha en una obra acerca de voces particulares a un país se remonta a Hondureñismos, vocabulario de provincialismos de Honduras (1897:49), “Charla de la gente del pueblo”. El significado de la palabra no ha permanecido inmune al paso del tiempo y al uso constante; hace unos años pasó en Honduras a tomársela por, “Burla o broma en medio de alegría y carcajada, es lo mismo que chacota”; esto es, añadió la bulla al grupo de personas. Diccionario de hondureñismos (2013:45). Otros rasgos sumados son, “celebración, intrascendencia de la conversación”; por último, se asimiló a “mentira”. En Panamá se han conformado con mantener la palabra dentro de los límites de, “broma, burla”.

En el primer párrafo se expresó que cada país había contribuido a dejar su huella en el significado de chercha a través del uso. Los dominicanos, en su habla, a las características anteriores agregaron a la palabra la sinonimia “juerga, jolgorio”. La chercha es una “reunión de personas parlanchinas y bulliciosas”. Con esto se incorpora el rasgo de conversaciones largas entre varias personas.

A todo lo anterior los venezolanos en su habla añadieron “risas” que se interpreta en tanto manifestación de la alegría expuesta en otras hablas. Diccionario de venezolanismos (1983-I-336). Otra cualidad que aparece en esa habla sobre la broma o burla, “se le hace a una persona”. Diccionario del habla actual de Venezuela (1994:164).

Por medio del examen precedente puede comprobarse la forma en que las hablas y el tiempo han influido en el concepto que se tiene de una palabra, chercha, que generalmente se la tiene por intrascendente. A pesar de esos retoques al concepto de la palabra, esta ha permanecido con su definición centrada en los mismos límites.

Antes de concluir con el tema de la chercha se desea exponer una idea acerca del origen del sustantivo chercha y el verbo cherchar. Se piensa que puede tener origen onomatopéyico. En inglés, por ejemplo, existe chitchat, (aquí piénsese en cher-cha) para conversaciones sin importancia. El francés tiene varias palabras por ese estilo, chuchote, es una de ellas. El nombre chercha pudo ser retenido por el hablante por el sonido de la continuada conversación; sobre todo, cuando al principio la definición no incluía el ruido y todo lo demás que se sumó más tarde. Esto es solo una idea y no tiene más fundamento que lo expuesto más arriba.

 

AMARRE

“. . . donde sus miembros sean elegidos por el sufragio puede garantizar sin AMARRES politiqueros. . .”

En el español de la actualidad hay más de un amarre; esto es, hay varios amarres que dependen del entorno en que se utiliza el vocablo. El verbo del español y del portugués guardan estrecha relación con la lengua francesa. No hay que dudar que la frecuencia del verbo en el habla de los dominicanos se vincule con el léxico de la marinería.

La preponderancia del verbo y sus derivados no es asunto reciente. Este verbo arrinconó los demás verbos del español que tienen un significado semejante, tales como atar, ligar, sujetar.

El verbo amarrar llegó al español desde el francés amarrer. En francés el verbo solo tiene uso náutico. El verbo amarrar entró en español a mediados del siglo XV. Derivados de este verbo son, amarra, amarradero, amarre. En portugués J. P. Machado entiende que a esa lengua llegó en el siglo XIV; trae la cita de la época. Dicionário etimológico da língua portuguesa (1967-I-224).

Se escribió más arriba que el verbo y varios de sus derivados tienen relación directa con la marinería. No debe pensarse que todos los pasajeros que llegaron en las primeros viajes al Nuevo Mundo eran marineros. No lo eran, pero a pesar de eso no puede olvidarse que la travesía duraba alrededor de cuarenta y cinco días.

Las naves que surcaban el Atlántico no eran tan cómodas como las modernas. Los pasajeros se veían en la obligación de reunirse por motivo del escaso espacio, así como por las incomodidades propias del viaje. Durante ese tiempo, forzadospor las circunstancias los pasajeros se familiarizaban con el léxico de la marinería. Una vez en tierra usaban esos términos en sus actividades cotidianas.

Las pruebas de lo anterior las documenta Boyd-Bowman quien trae citas del uso de los vocablos amarre y amarrar en el siglo XVI en diferentes puntos de América, sitios localizados en lo que hoy son, Chile, Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela. Léxico hispanoamericano del siglo XVI (1972:55).

Esteban Pichardo escribe acerca del verbo amarrar, “Este verbo está tan generalizado que ha dejado sin uso el de Atar; no así el compuesto Desatar”. Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas (1836:51). Más adelante ese estudioso escribe que de modo metafórico es “preparar o disponer algún convenio o hecho futuro de manera que el éxito sea infalible”. Esa operación define muy bien el concepto moderno del amarre; aunque en el lenguaje moderno convive con el sustantivo cierre. Este último empujado por el inglés closing.

En la cita ilustrativa del uso, “amarre” se utiliza en sentido metafórico, con un rasgo de algo que se hace a escondidas o de modo subrepticio. Este uso coincide con la acepción recogida en el Diccionario de americanismos (2010), “Acordar con engaño o artificio algo dos o más personas o entidades, en especial un contrato o una licitación”.

A través de la historia el verbo ha aumentado sus acepciones. En América se han creado otras y el habla dominicana sumó alguna. En esta habla amarrarse es casarse. El Diccionario de americanismos trae la información de que en esta habla vale también para embriagarse.

 

9/11/2021

JURUNGAR
“… sino que saldrá de nuestros bolsillos, ya rotos, y cansados de tanto JURUNGARLOS”.

El verbo jurungar procede de las hablas dominicana y venezolana. De este modo lo reconoce el Diccionario de la lengua española cuando asentó esta voz en calidad de propia de los dos países cuyas hablas se mentaron más arriba. El reconocimiento antes señalado se produjo en la edición del año 2001.

Las fuentes bibliográficas apuntan en la dirección de una aparición relativamente reciente para el verbo jurungar en el habla dominicana. Esto inclina a hacer pensar que el origen del verbo se produjo en Venezuela, por lo menos con esta grafía.

La primera noticia del verbo escrito jurungar en un repertorio de voces propias del habla dominicana se encuentra en Del vocabulario dominicano de D. Emilio Rodríguez Demorizi, “Jurungar. Embromar. Punzar. Meter un dedo o algo en una cavidad. Molestar. Pinchar”. (1983:143).

Con anterioridad a esta cita hubo alguna noticia acerca de jurungal con un verbo como sinónimo o equivalente, pinchar. Así se halla en Criollismos de Rafael Brito. Llama la atención que este autor haya escrito jurungal, con una letra ele /l/ al final, si se toma en cuenta que su fuente principal de voces vernáculas procede de la región del Cibao, donde la terminación sería otra y no ele /l/. En esa obra Brito en varias ocasiones presenta las palabras escritas de la forma en que la pronunciaban los lugareños del Cibao, con la letra /i/ en lugar de la erre /r/.

Hay que destacar el tiempo transcurrido entre la primera mención de una voz parecida al verbo y la aparición del verbo mismo en un repertorio de voces.

A don Ángel Rosenblat el origen de la palabra le parece indudable “. . . jurungar se formó por cruce de dos verbos: jurgar (hurgar) y jeringar”. La primera mención escrita de este verbo la encontró este investigador en un escrito del año 1859, escrito jorungar, con el valor de escarbar. Unas líneas más adelante, escribe, “. . . en Venezuela, las Antillas, América Central. . . es frecuente que se emplee. . . “no se la jurungue” [la nariz]. Buenas y malas palabras 1974-II-41). Para “introducirse los dedos en las fosas nasales”, es como el autor de estos comentarios recuerda haber oído en su niñez por primera vez el verbo jurungar.

Como es natural que ocurra en casos como este, una palabra que cobra vigencia en el habla tiende a ampliar su ámbito semántico, porque el hablante, o los hablantes, usan la voz aunque no sepan con exactitud el campo específico que cubre.

En Venezuela en el año 1977 ya se utilizaba la voz en cuestión con el valor de, “hostilizar, molestar, provocar la ira de alguien”. Léxico popular venezolano (1977:189).

En los predios rurales la voz pasó a significar “Escarbar. Provocar a alguien”. Ahí está la palabra del campo, escarbar; junto con la idea de pinchar, punchar, pero en sentido figurado, en tanto acción ejercida pero no físicamente. Cuando el verbo del título sentó reales en el ámbito citadino y por ende culto, la acepción tomó rumbo más elevado, “Hurgar, revolver, escarbar”. Este valor se documentó ya en el año 1912. Diccionario de venezolanismos (1993-II-37).

Más adelante en la lexicografía venezolana registró acepciones insospechadas cuando llegó a “Registrar por curiosidad los objetos de otra persona”. En sentido figurado alcanzó a tipificar, “Investigar algún asunto”. Diccionario del habla actual de Venezuela (1994:290).

En el habla de la República Dominicana el verbo jurungar adquirió acepciones desconocidas en otros países. “Estropear algo con lo que se ha estado operando. Maniobrar repetidamente con una cosa. Estropearse un aparato o maquinaria”. Llama la atención la proyección del verbo hacia estropear y maniobrar. En estos casos se produjo un salto que solo el tiempo, la distancia, el medio social y el uso en diferentes circunstancias pueden explicar. Diccionario del español dominicano (2013:400).

 

LECHÓN

“Hay que celebrar que los LECHONES de Santiago no son. . .”

Lechones es el plural de lechón. El lechón es un cochinillo que todavía mama. De allí le llega el nombre lechón, pues mama leche. El cerdo tiene fama de ser un animal sucio (cochino), de donde por extensión se califica con este adjetivo a la persona puerca, desaseada. También se usa la palabra lechón en funciones de nombre para el cerdo macho sin importar la edad de este.

Luego de esa entrada obligatoria hay que enfocarse en el lechón de Santiago de República Dominicana. En esa ciudad casi siempre se usa el nombre en plural, “lechones de Santiago”.

Los lechones de Santiago son las “máscaras que acuden al desfile de carnaval vestidos de diablos”. Diccionario de cultura y folklore dominicano (2005:222). Este disfraz casi siempre lleva cuernos (cachos) añadidos a la careta, sobre la frente o la cabeza, porque así era la representación del diablo. En el caso del “Baile de lechones”, en lugar de disfraz de diablo llevan caretas (máscaras) de lechón.

En Santo Domingo, la capital, se llama “diablo cojuelo” al personaje disfrazado que en Santiago se denomina Lechón. Es posible que esta diferencia entre los nombres nunca sea bien explicada, sobre todo por sus motivos. En Montecristi a los personajes disfrazados del período de carnaval llaman de “toros”.

En los últimos tiempos se ha propagado la costumbre de llamar diablo a todos los personajes disfrazados con trajes llamativos y máscaras elaboradas; sobre todo si llevan cuernos y látigo.

 

CHÁCHARA

“. . . la movilidad en el Gran Santo Domingo no es para CHÁCHARAS. . .”

En verdad, en verdad os digo. . . este vocablo del título se incluye en esta columna para aprovechar y tratar el tema de la onomatopeya y el uso de esta en el español dominicano.

Cháchara es palabra de raíz onomatopéyica romance klakk- “charla”.

Para el objeto de esta exposición solo se insistirá sobre la significación “conversación frívola”. Al español llegó del italiano chiàcchiera que en esa lengua era “conversación sin objeto y por mero pasatiempo”. En italiano tienen un verbo para el ejercicio de esta acción, chiachieràre. Al pasar al español pasó con el sonido de /ch/ y no de /k/ como correspondía por el origen.

En portugués J. P. Machado sostiene que cháchara llega a esa lengua desde el español y tiene “etimología obscura” y alude a A. Nascentes que escribe, “El español tiene cháchara que la Academia Española y M. Lübke consideran vocablo onomatopéyico”. [No obstante] L. Erguilaz da un étimo árabe, con significado de “ruido tumulto”. (Versiones españolas de RG).

La onomatopeya alude a la relación existente entre la cosa que se designa y el sonido de la cosa, al ruido, o voces en el caso de algunos animales con la unidad léxica que se crea para imitarlos. La imitación del sonido se hará de acuerdo con los parámetros de la lengua en cuestión.

La representación de algunos sonidos (onomatopeya) cuenta con la aceptación de los segmentos cultos de los hablantes. Esto no es objeción para que en algunas hablas se sientan con derecho de imitar el sonido a su manera. Es clásica en lingüística la diferencia en la representación de los sonidos de los animales en distintas lenguas por las diferencias que estas arrojan.

Los dominicanos para referirse al sancocho que hierve lo hacen diciendo, plopló. El sonido de un disparo de arma de fuego es tituá. Para dar a entender que algo sucede de modo súbito, ¡rián! Pimpán para el golpe propinado, tras, para el desgarre de una tela; tóquiti para el golpe accidental, especialmente si se recibe en la cabeza. Curcur o culcul, para líquido ingerido con rapidez. ¡Fua!, se fue la luz. Algunas de estas onomatopeyas se tomaron de Retablo de costumbres dominicanas (1991:146).

Una vez que estos sonidos se integran en la lengua en cuestión pueden conducirse como palabras, aceptan el plural, por ejemplo. En algunas lenguas pueden dar lugar a verbos. Se piensa que la lengua que crea onomatopeyas con mayor facilidad es el inglés.

 

16/11/2021

MOJIGANGA

“. . . así como acabar con la MOJIGANGA que. . .”

El vocablo del título no lo crearon los dominicanos. Lo que sí han hecho los hablantes de español dominicano es añadir nuevas acepciones a este vocablo.

La palabra mojiganga comenzó en español conocida por boxiganga. No hay que sorprenderse por el cambio experimentado. Recuérdese que la letra jota /j/ no existía todavía a principios del siglo XVII. En el siglo XVIII se conservó el nombre mojiganga solamente en sentido figurado para “farsa, cosa ridícula con que parece que uno se burla de otro”. La palabra del español pasó al catalán y al portugués.

En el Diccionario de autoridades (1732-II-587) aparece escrito mojiganga con la acepción copiada más arriba. Allí se añade, “Fiesta pública que se hace con varios disfraces ridículos, enmascarados los hombres. . .” (Versión moderna RG).

En el español dominicano el reconocimiento de la palabra estudiada aquí se produjo en el año 1940 cuando P. Henríquez Ureña la escribió en plural, mojigangas, con el sentido de “máscaras”; este estudioso agregó, Por extensión, ‘ridiculeces, tonterías, ficciones’. D. Pedro menciona además el verbo “mojiganguear” al que identifica como juguetear.

Cuando Patín Maceo se ocupó de las palabras mojiganga y mojigangas; para la primera la trata de “Barbarismo por máscara”. Trae la locución Estar de mojiganga con el sentido de “Estar en ridiculez”. Para el plural mojigangas, asienta, “Gestos, ademanes, bravatas”.

No hay que olvidar que la semilla de la acepción de la máscara dominicana para mojiganga apareció en el Diccionario de autoridades, con las palabras “disfraces, enmascarados”. En De nuestro lenguaje y costumbres (1967:63) la mojiganga aparece tipificada por, “Algo que hace de hazmerreír”.

Al leer estas significaciones recogidas en el habla para la palabra mojiganga, eso permite que el lector comience a hacerse una idea de la vía por la que se encamina el habla dominicana con respecto a la palabra. Hay que resaltar que en las acepciones que presenta el diccionario oficial de la lengua española el acento está colocado todavía sobre los disfraces y la acción burlona y la obra teatral breve.

El hablante americano de español en México, Panamá y Honduras retuvo el rasgo del disfraz ridículo y el entorno de la fiesta para su mojiganga que es una figura gigante de madera y trapos en las festividades.

El hablante dominicano hizo de mojiganga, “Persona que es objeto de burla o sirve de diversión a otras”. Así mismo usa mojiganga para referirse a, “Falta de seriedad y orden”. Aunque no se ha encontrado en los lexicones, se ha oído y usado mojiganga para calificar a una persona de poca o ninguna valía. Expresarse diciendo que una persona es un o una mojiganga es hacerlo de modo despectivo. Se ha oído decir que un hombre es un mojiganga, sobre todo cuando la compañera de vida es quien lleva la voz cantante.

La palabra mojiganga ha dado pie a varias locuciones bien acreditadas por el uso.En el habla dominicana, “coger de mojiganga, estar de mojiganga, poner de mojiganga, ponerse de mojiganga”. La nota en estas locuciones va de la mofa, a la ridiculez, hasta someter a una persona a la voluntad y capricho de otra.

Puede afirmarse sin riesgo a equivocación que mojiganga ya no se usa para máscara. Si va vestido de manera extravagante puede que se diga que esa persona es o parece una mojiganga. La persona de quien se dice que es mojigangosa es la que presenta características de ridiculez.

Como la palabra ha rodado en el habla americana, no podía faltar alguien que procurara encontrarle un origen diferente al peninsular. D. Fernando Ortiz va a las lenguas bantúes y explica que el brujo nga, nganga vestía de forma ridícula y extravagante, colores chillones, máscara, campanillas y cencerros. Él entiende que de estos personajes sacó el español la mojiganga del teatro. El citado autor trae en auxilio de su teoría abundante material. Glosario de afronegrismos (1924:322-6).  El Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico alude a Ortiz, pero descarta sus teorías.

 

ENTREJUNTA

“Los que dicen poner candados se conforman con que la puerta esté ENTREJUNTA. . .”

La búsqueda que se ha emprendido para dar con las menciones de la palabra del título en diccionarios de la lengua general no ha sido productiva.

La primera mención de la palabra entrejunta en un lexicón aparece en el Diccionario de americanismos (2010) de la Asociación de Academias de la Lengua Española. Allí se atribuye su uso al habla cubana.

Algo curioso es que al repasar los lexicones de habla cubana no se encontró rastro de esta. La misma tarea se acometió entre los repertorios de habla dominicana. La primera mención del adjetivo “entrejunta” se encontró en el Diccionario del español dominicano (2013:291).

El autor de estos comentarios acerca de la lengua recuerda el uso de la palabra desde los años de su juventud cuando era un adolescente hace más de sesenta años. En el habla familiar se usaba para pedir a alguien que no cerrara completamente una puerta.

El español general conoce el verbo entornar que deriva en el adjetivo entornado, a para “Volver la puerta o la ventana sin cerrarla del todo”.

Es pertinente llegado a este punto hacerse la pregunta acerca de si usar una composición semejante, entrejunta, es acertada para expresar dejar una puerta o una ventana sin cerrarla del todo.

Al revisar el Diccionario de la lengua española, es decir, el de la Asociación de Academias de la Lengua Española, se encuentra que “entre” puede servir para mentar “Situación en medio de dos o más cosas” o “estado intermedio”. Con respecto del verbo “juntar” este comunica “entornar, cerrar una puerta o una ventana sin echar llave o pestillo”.

Así, ya no cabe sorpresa de que los hablantes de español de Cuba y República Dominicana recurran a entrejuntar para, “Referido a una puerta o ventana, que no está cerrada del todo”.

Si se toma en consideración lo escrito más arriba con respecto a encontrar el vocablo en los lexicones cubanos, esto mueve a pensar que no es un uso antiguo, o, es de uso esporádico. Esa consideración puede aplicarse también a la República Dominicana.