Fundéu explora la apertura en República Dominicana de su primera sede fuera de España

La Fundación del Español Urgente (Fundéu), promovida por la Agencia Efe, explora la apertura de una sede en la República Dominicana, la primera fuera de España, en colaboración con la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua El presidente de esta fundación, que patrocina buena parte de las actividades de la ADL, concibió y gestionó la instalación de Fundéu en República Dominicana.

“Las recomendaciones que emite Fundéu intentan ser una herramienta eficaz para los periodistas que tienen en el español su principal herramienta de trabajo”, dijo a Efe Javier Lascuráin, coordinador de la entidad. “No obstante -añadió- creemos que conseguir que nuestras recomendaciones lingüísticas estén muy pegadas a la actualidad de un determinado país y, por tanto, a las dudas a las que se enfrentan los periodistas en su trabajo diario, aumentará su utilidad y eficacia”. Además, fomenta tareas específicas, coordinadas con la central de Madrid, sin romper la unidad de la lengua, ya que los consejos de Fundéu tienen en cuenta las variedades del español en el mundo. Lascuráin dijo que las recomendaciones podrán tener como referencia no solo obras de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, sino también otras obras especializadas, como el Diccionario del español dominicano y el Diccionario fraseológico del español dominicano, confeccionados por la ADL y auspiciados por la Fundación Guzmán Ariza.

El principal objetivo de la Fundéu, promovida también por BBVA, es el buen uso del español en los medios de comunicación. Fundéu ofrece cada día recomendaciones lingüísticas que sean útiles a periodistas y responde a través de correo electrónico, redes sociales y otras vías las dudas sobre el uso del idioma que plantean sus seguidores.

El coordinador general de la Fundación del Español Urgente (Fundéu), Javier Lascuráin, visitó la Academia Dominicana de la Lengua. Fue recibido por el director de la ADL, Bruno Rosario Candelier, y los académicos Fabio Guzmán Ariza, presidente de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, y el académico responsable de la Fundéu local en nuestro país, Rafael Peralta Romero.

Lascuráin explicó que coordina la Fundéu-BBVA en Madrid, que es una fundación sin fines de lucro, dirigida por la agencia EFE, auspiciada por el banco BBVA y avalada por la Real Academia Española. Esta fundación tiene como objetivo ayudar a los periodistas en el buen uso del idioma. Subrayó que no solo de ellos están dispuestos a recibir consultas, sino también de cualquier usuario de la lengua interesado en hacer un buen uso del lenguaje, aunque aclaró que como parte de la agencia EFE, el foco de su atención son los periodistas, puesto que cuanto mejor sea el idioma que circule por nuestros sistemas de comunicación y cuanto mejor se hable en la televisión o se escriba en los escritos de los periódicos y en las páginas electrónicas, mejor será el idioma de los ciudadanos.

Dijo Lascuráin que el lenguaje más elevado es el que se escucha en la televisión, y hay un 90% que aspiran en su día a día a hablar como tal, y por ese hecho es de mucha importancia conseguir que los usuarios de los medios de comunicación sean hablantes ejemplares y que lo que escriban en los medios escritos esté bien escrito. Javier Lascuráin también destacó que básicamente enfocan su labor en emitir cada día una recomendación lingüística pensada para periodistas. “Revisamos la noticia que escriben los periodistas y vemos las deficiencias y emitimos una recomendación a través de la Agencia EFE, por la página electrónica y luego respondemos consultas”, dijo.  Explicó que del trabajo que se hace en Fundéu, el más exigente es el de responder consultas y, por tal razón, es importante que si se hace una consulta por las redes sociales, el receptor reciba una respuesta lo más rápido y correcta posible; por eso se necesita un personal capacitado para atender a estas consultas.

Destacó que esta es la primera vez que se establece una Fundéu fuera de España y expresó que tienen muchas ilusiones de que este proyecto salga bien. Cuando Rosario Candelier le dijo que hicieron bien en comenzar por República Dominicana, en respuesta a la petición que formulara Fabio Guzmán Ariza en la sede central de Fundéu en Madrid, porque este fue el primer territorio americano conquistado, poblado y habitado por los españoles ,Lascuráin comentó: “Cogimos el mismo camino de Colón, empezamos por donde hay que empezar”.  La instalación de Fundéu, en la sede de nuestra Academia, es una encomiable iniciativa de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua.

Santo Domingo, ADL, 5 de abril de 2016

Presentan "Poética del interiorismo" de Bruno Rosario Candelier

En una reunión de escritores dominicanos se puso a circular el libro Poética del interiorismo, de Bruno Rosario Candelier, colección de estudios literarios donde el autor explaya la doctrina estética de esta corriente literaria que ha renovado el cultivo de las letras mediante el ideal estético de la interiorización trascendente.

Al presentar la obra, Rafael Peralta Romero infiere que la corriente literaria que lleva 25 años promoviendo la renovación de la literatura mediante el cultivo de lo real trascendente, promueve el ideal de una creación mitopoética, metafísica o mística.

En un breve estudio, Peralta Romero destaca que “este libro, junto a las siete antologías interioristas y el volumen El Interiorismo de Bruno Rosario Candelier, constituyen el cuerpo teórico que deja constancia perenne de lo que es, ha sido y será la Poética Interior”.

Esta obra de 436 páginas que rezuma la teoría interiorista está dividido en dos partes: la vertiente teórica con las exposiciones que su autor presenta como sostén doctrinario del Movimiento Interiorista y la que contiene entrevistas y reportajes divulgados por medios nacionales e internacionales a través de los cuales Bruno Rosario Candelier ha venido diseminando durante un cuarto de siglo la estética de una poética trascendente.

De su parte, la poeta, narradora y académica oriunda de Azua, Emilia Pereyra, resaltó el hecho de que “en este libro Bruno Rosario Candelier promueve una nueva sensibilidad estética que potencia el aliento trascendente en la expresión artística; una Poética Interior que asume los valores establecidos de la Clasicidad y la Modernidad desde la mística, la mitopoética o la metafísica con los temas perdurables de las inquietudes humanas”.

La Vega, Centro de Espiritualidad San Juan de la Cruz, 20 de octubre de 2015.

 

Manuel Salvador Gautier pone en circulación "El hechizo en las palabras"

El amor a la palabra convocó a un selecto público a la puesta en circulación del nuevo libro del escritor y académico dominicano, Manuel Salvador Gautier, titulado Hechizo en las palabras. El acto se realizó en el auditorio Osvaldo García de la Concha del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), entidad que auspició la publicación de la obra.

La actividad cultural contó con la participación del doctor Manuel Matos Moquete, académico de la lengua, profesor de INTEC y presentador de la obra; el poeta Fari Rosario, director de Publicaciones, así como el autor de la obra literaria.

La señora Alcántara Zapata ponderó el valor de la obra para la familia inteciana, pues aseguró que el nuevo libro viene a engrosar el catálogo de publicaciones del Instituto Tecnológico de Santo Domingo y constituye un valioso aporte para el estudio de obras señeras de la literatura nacional y universal. Expresó su satisfacción por la calidad de la obra, la destreza escritural demostrada por el autor a lo largo de las cuatrocientas páginas de este volumen, lo cual constituye un prestigio para esta institución de estudios superiores.

De forma similar se expresó el doctor Manuel Matos Moquete al presentar Hechizo en las palabras, en cuya introducción formuló una pregunta retórica sobre la fecha en que Manuel Salvador Gautier fue hechizado por las palabras. Matos Moquete respondió su inquietud inicial a lo largo de una demostración de cómo el autor de este libro de ensayos revela la maestría de un intelectual pulido, con dominio de la lengua y de la redacción de sus ideas. “Obra de un valor didáctico extraordinario”, precisó el destacado escritor y académico de la lengua, pues este libro -dividido en dos partes, una nacional y otra internacional- es una relación enjundiosa de ensayos de las aproximaciones que el autor hace a diversos textos de la literatura local y foránea. Sus juicios certeros y metodológicos, son prueba fehaciente de que Gautier se ha preparado durante el tiempo necesario para acrecentar sus conocimientos, perfeccionar sus dotes como escritor y revelarse desde sus primeras obras literarias como un autor completo, desplegando su ingenio creativo en el hechizo por las palabras que él experimenta y plasma especialmente en este libro de ensayos.

Matos Moquete destacó el equilibrio entre la forma y el contenido, el seguimiento a los cánones clásicos que el lector puede percibir en la obra. Resaltó que utiliza la palabra clásico porque Hechizo en las palabras se ha escrito con la maestría que hace que un texto sea actual para los lectores, aunque se haya escrito en otra época o en otros lares o trate temas tan antiguos como las epopeyas del griego Homero. Es decir, que tenga la misma vigencia que las obras de autores tan actuales como Marcio Veloz Maggiolo, Ángela Hernández, Rafael Peralta Romero y Emilia Pereyra, entre otros.

Al concluir su disertación, el doctor Matos Moquete reiteró su convicción de que Hechizo en las palabras es la obra de un autor experimentado, que no se trata de un neófito en las lides del ensayo literario, así como no lo fue cuando publicó su tetralogía narrativa Tiempo para héroes. Gautier es uno de los grandes narradores dominicanos, cuyo dominio de las claves para escribir con donaire y propiedad se debe a su formación cultural, amén de su formación académica y ejercicio profesional. Esta base sólida y rica le ha permitido erigir una obra que, en cada nuevo volumen se nos revela en su grata y enriquecedora novedad.

Manuel Salvador Gautier agradeció a los presentes el respaldo otorgado, y al director de la Academia de la Lengua y presidente del Ateneo Insular, quien le motivó a cultivar el ensayo literario. Sus textos críticos se han leído y comentado en diferentes encuentros literarios de ambas instituciones culturales, de las cuales ese prestante autor es miembro.

Santo Domingo, 7 de octubre de 2015.

 

 

 

Forman equipo del proyecto del diccionario de símbolos

El director de la Academia Dominicana de la Lengua (ADL) conformó el equipo de trabajo elegido para laborar en la investigación de voces con valor simbólico, con miras a la confección de un Diccionario de términos simbólicos, nuevo proyecto académico de la ADL. En su primera reunión, Bruno Rosario Candelier les explicó a los integrantes de este equipo de investigadores la orientación teórica para llevar a cabo este nuevo proyecto lexicográfico de la Academia.

El director expresó que un Diccionario de términos simbólicos implica un conocimiento del “símbolo”, de la simbología, del simbolismo y de la simbolización, que es un nivel de interpretación de una expresión del lenguaje, dimensión altamente compleja, ya que el símbolo no es algo que figura en la realidad como un libro, una espada o una lámpara, sino que es una connotación metafísica y espiritual de la realidad simbolizada, ya que lo que se llama símbolo no es algo visible sino intangible. No es visible como una cruz o una lanza, aunque esas dos palabras contienen una dimensión simbólica.

También dijo que los escritores usan símbolos, la cultura tiene símbolos y el Universo es un símbolo. Es cuestión de saber interpretar esa dimensión de la cultura y del lenguaje, que es el simbolismo de voces y expresiones, para lo cual conviene el leer algunas obras sobre el tema, porque hemos de entender y valorar el pensamiento intuitivo de los poetas y el pensamiento lógico de las otras manifestaciones del lenguaje no poético, que tienen un valor simbólico.

Además, Rosario Candelier destacó que el símbolo añade un nuevo valor a las cosas significadas. “Todo tiene un valor y todo tiene sentido, pero el símbolo es otro valor que se agrega a la palabra o al objeto asumido como tal, como la copa o la cruz”, dijo.

El expositor fue dando pautas al equipo de trabajo asignándole tareas, como búsqueda y expurgo de las fuentes primarias (obras literarias, textos periodísticos, históricos, religiosos y otros), de las fuentes secundarias (como diccionarios que guarden relación con la identidad y la cultura a través de los símbolos) y las voces de la oralidad en la cultura viva del pueblo. Destacó que en todas las áreas del saber humano hay símbolos. Esos símbolos son creados e interpretados por el hombre. La mitología, la religión, el derecho, la historia, la música, la arquitectura, la mística, el periodismo, la agricultura, la filosofía, la astrología, todas las disciplinas tienen un caudal de símbolos.

Especificó que en todas las ramas del saber y en los diferentes ámbitos de los diversos conocimientos surge su propia simbología, y cada lengua tiene la suya. En la cultura dominicana hay variados símbolos que este diccionario describirá y ejemplificará. Subrayó que el equipo de trabajo abordará el estudio del símbolo en sus principales manifestaciones en la medida de sus capacidades y potencialidades.

El académico estableció que la fuente de documentación para encontrar símbolos será la vertiente oral y literaria. En la literaria está la narrativa, la poesía, el teatro y el ensayo. En la oralidad corresponde identificar la realidad cultural de los hablantes en sus ambientes.

“Hay que inferir que la dimensión simbólica tiene una dimensión metafísica, es decir, que no es algo que van a contactar físicamente, sino que existe a nivel de la representación de esa abstracción, de esa realidad estética, de esa realidad espiritual y metafísica. Es en el ámbito espiritual, en el ámbito metafísico donde funciona el símbolo”, aclaró.

En esta reunión con los colaboradores de la Academia, Rosario Candelier asignó a cada uno de los presentes una tarea en un ámbito específico. Este Diccionario de símbolos contará con la colaboración de un equipo de redactores, entre ellos, José Enrique García, Irene Pérez Guerra y Roberto Guzmán, y los colaboradores Rafael Peralta Romero, Ofelia Berrido, Ruth Ruiz, Lourdes Reyes, Josanny Moni, Guillermo Pérez Castillo, Ramón Antonio Jiménez, Carmen Comprés, Francisco Rosario y Mikenia Vargas.

Santo Domingo, ADL, 29 de septiembre de 2015.

Presentan "El interiorismo de Bruno Rosario Candelier"

En un encuentro literario celebrado en Moca se puso a circular el libro El Interiorismo de Bruno Rosario Candelier, texto con estudios y ensayos de diversos autores dominicanos e hispanoamericanos sobre la estética de esta corriente literaria. La presentación de esta obra estuvo a cargo del narrador y académico Rafael Peralta Romero y del sacerdote y novelista fray Jit Manuel Castillo, quienes resaltaron que la estética interiorista se destaca con muchos aspectos que la diferencia de las escuelas literarias que la precedieron.

Esta obra, a juzgar por la opinión de Rafael Peralta Romero, representa la más acabada expresión de lo que es el sustento filosófico de esta corriente literaria; resalta, además, que no es el primer volumen de la poética interior, ni es una antología, pero este libro es una elocuente manifestación de la repercusión de este movimiento literario en el ámbito de las letras dominicanas, hispanoamericanas y españolas.

La obra El Interiorismo de Bruno Rosario Candelier comprende 73 textos escritos por 48 autores nacionales y extranjeros cuyo contenido está compuesto por ensayos, crónicas y cartas en los que se percibe, como sustancia activa, la Poética Interior.

Peralta Romero enfatizó que “quien no conozca nada del Movimiento Interiorista encontrará en la lectura de este libro información y orientación suficientes para captar las propuestas filosóficas en que este se sustenta”.

En ese tenor aclaró que el poeta mocano José Frank Rosario, miembro fundador del Ateneo Insular y cultor del ideario interiorista, es quien ofrece en este libro las informaciones más abarcadoras para definir el Interiorismo literario como “el conjunto de caracteres que cualifica al grupo o movimiento que sirve, a su vez, para diferenciarlo de todos los demás y constituye el ideario estético del grupo del cual lo define y lo personaliza”.

Entre los autores de este libro aparecen algunos académicos de la lengua que no son adeptos del Interiorismo, como los socios numerarios Manuel Núñez, Manuel Matos Moquete y José Rafael Lantigua. También hay trabajos de académicos afiliados al Interiorismo, como María José Rincón, Emilia Pereyra, Pura Emeterio Rondón, Carmen Pérez Valerio, Pedro José Gris, Fernando Cabrera, Rafael Hernández, Sélvido Candelaria, Miguel Solano y Guillermo Pérez Castillo, así como de periodistas y comunicadores que han entrevistado a Bruno Rosario Candelier sobre este acontecimiento de la poética nacional, como dijera Peralta Romero.

Refiriéndose a este aspecto, Peralta Romero explica que todos ellos han examinado, con mirada estimulante y escrutadora, “la renovación que ha introducido en la literatura dominicana el Movimiento Interiorista”.

Llegado el turno de fray Jit Manuel Castillo de la Cruz, sacerdote, poeta y narrador interiorista, subrayó la importancia que entraña el hecho de que interiorismo figure entre las entradas léxicas de la 23ª. edición del Diccionario de la lengua española, editado por la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, donde aparece consignado como “movimiento literario fundado en la República Dominicana que expresa el impacto de lo real en la conciencia, la dimensión metafísica de la experiencia y la belleza sutil con belleza trascendente«.

Castillo de la Cruz dijo que esto consagra su permanencia en la historia, a la vez que sitúa a la Poética Interior y a nuestro país en el mapamundi de la literatura universal.

Jit Manuel Castillo considera que “el creador interiorista se aproxima a la realidad desde la otra orilla, que no es hacerlo desde fuera, sino desde su propio interior y del interior de fenómenos y cosas, el del autor y el del ente al que se acerca”.

En el turno que le correspondió a la poeta Mikenia Vargas, la poeta mocana habló de la conciencia a la luz de su experiencia, testimoniando con algunos de sus poemas sus vivencias metafísicas, mientras que Ramón Antonio Jiménez, poeta francomacorisano y académico correspondiente, explicó el tema de la conciencia desde un ámbito místico acaparando la atención con cada detalle de su interpretación.

Por su parte el director de la Academia Dominicana de la Lengua y creador del Interiorismo, Bruno Rosario Candelier, al referirse al Movimiento Interiorista resaltó el hecho de que en América no existe ningún grupo que promueva reuniones literarias periódicas, como las que organiza este movimiento literario, según el testimonio de muchos escritores de América y de España. El ensayista y académico dominicano recordó que los antiguos griegos veneraban a los poetas como seres sagrados porque han recibido ese don directamente de la Divinidad, por lo que la creación poética hay que asumirla con una actitud respetuosa y sagrada, a lo que el Interiorismo contribuye con su orientación estética para crear e interpretar el arte de la creación.

Moca, 26 de septiembre de 2015.

Director de la Academia dicta conferencia sobre filología en la Pucmm

La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (Pcumm) fue el escenario de la conferencia del director de la Academia Dominicana de la Lengua, titulada “El sentido de la filología”, acto inaugural del “Doctorado en Lingüística y Literatura”, el primer doctorado propio de una universidad dominicana.

Los doctores Enrique Sánchez Costa y Pedro Silverio dieron la bienvenida a los participantes a dicha actividad y agradecieron a quienes hicieron posible este doctorado. Además, comentaron que este proyecto ha tenido una participación muy activa y decisiva de las instancias de dirección de la PUCMM. Ambos funcionarios universitarios expresaron que la universidad se siente honrada porque el Dr. Bruno Rosario Candelier haya aceptado la invitación de impartir la conferencia magistral, ya que es egresado de la PUCMM y además estuvo vinculado por más de 30 años como profesor de lengua y literatura en la universidad santiaguera.

En su condición de coordinador del acto, Sánchez Costa explicó que un doctorado es el título académico más prestigioso en el plano universitario y a nivel internacional, el sello que acredita la capacidad investigadora de un académico y, con ella, su solvencia metodológica y científica.

Al iniciar sus palabras, Rosario Candelier expresó su agradecimiento a las autoridades universitarias por la invitación a dictar la conferencia “El sentido de la filología”. Dijo que el primer dominicano graduado en Filología Románica fue Arturo Jiménez Sabater, lingüista y académico de la lengua, y el primer dominicano en graduarse en Filología Hispánica fue él, carrera que le abrió las puertas de la Academia Dominicana de la Lengua.

Este director habló del origen de la filología, que dio lugar a la primera escuela lingüística en la Grecia antigua, y la persona clave que sentó las bases de esta disciplina académica fue Heráclito de Éfeso, uno de los antiguos pensadores presocráticos del siglo VI A.C., época en la que se desarrolla los conceptos de Logos y de Filología, con las impliaciones para el estudio de la lengua, el cultivo de la literatura y la interpretación de la creación literaria. Manifestó que cuando Heráclito orientaba a los que acudían en busca de su sabiduría, abrió nuevos cauces al pensamiento, la imaginación y la creatividad del arte, la filosofía, la mística y la espiritualidad. Contó que un día uno de los estudiantes le preguntó cuál era el aspecto determinante del ser humano y él se retiró a meditar en torno a esa pregunta; al regreso se apareció con un nuevo concepto, la idea de Logos, fundamental para el desarrollo del pensamiento y la teorización, que calificó como “energía divina” y esa condición era el atributo más importante de los seres humanos en atención a lo que esa dotación implicaba para el desarrollo de la inteligencia y de la sensibilidad. Habló de esa energía divina y de esa potencia de la inteligencia como el principio del quehacer humanístico y fuente de la energía interior de la conciencia. Explicó que con la palabra “Logos”, Heráclito daba a entender la clave de nuestro cerebro para intuir, crear y expresar, que la palabra formaliza en imágenes y conceptos. Agregó que en virtud del Logos, tenemos una conexión íntima con la Divinidad, que es la que otorga el poder intelectual y creativo al hombre.

Por otro lado, resaltó que los estudiantes de la primera escuela filológica deben profundizar en el estudio de la gramática, la ortografía, la semántica y la lexicografía. El primer estudio al que debían entrenarse los estudiantes de filología en la antigua Grecia era el conocimiento de la lengua, porque entendían que el filólogo es el estudioso de la palabra llamado a desentrañar el sentido de un texto. Además, subrayó que los filólogos eran también creadores, de tal manera, que grandes poetas griegos asumieron esa disciplina, y citó a Píndaro y Tirteo, grandes creadores de la literatura griega.

La actividad se efectuó ante la matrícula de profesores y estudiantes del doctorado en Lingüística y Literatura. Ese selecto público experimentó un arrobamiento intelectual y espiritual al saber que en los tiempos antiguos había creadores, pensadores e intérpretes del saber humano que ahondaron en el estudio de la palabra y contribuyeron al conocimiento de las humanidades, según explicara el disertante durante el acto de apertura del doctorado que ofrece la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra en la capital dominicana.

En esta alocución destacó la importancia que reviste estudiar y cultivar la lengua que hablamos, lo que garantiza una cosmovisión amplia, profunda y enriquecedora, tanto de nuestro mundo interior como del que nos circunda. Y a través de la lengua aprehendemos la esencia, el sentido y la trascendencia de fenómenos y cosas, especialmente la dimensión interna y mística de lo viviente.

Para validar la pertinencia de esta exhortación, el disertante evocó la etapa de los pensadores presocráticos de la antigua Grecia, donde el amor al conocimiento y el cultivo del intelecto eran primordiales para sus intelectuales, pensadores y poetas. Refirió que para los poetas, intelectuales y artistas era indispensable conocer y dominar su idioma, tener conciencia de su estructura, así como de las posibilidades lingüísticas y estilísticas que el lenguaje propicia para interpretar, recrear el mundo y plasmar sus intuiciones y vivencias.

Dijo que los estudios filológicos eran una singular ocupación entre la intelectualidad griega, y citó el aporte de los filósofos Aristóteles y Platón, de los grandes dramaturgos como Sófocles y Eurípides, así como de los valiosos poetas, como Homero y Safo. Esos pensadores y poetas cultivaban los saberes de su época -hablamos de los siglos IV al VII A.C.-, estudiosos que pusieron especial atención al lenguaje, al cultivo de la palabra, a la «energía divina» que entrañaba el Logos, según afirmaba Heráclito, quien resaltó esa dotación exclusiva del ser humano. Este sabio reflexionó sobre la capacidad para pensar, ya que el desarrollo del raciocinio está vinculado al lenguaje, por lo cual el dominio cabal de su lengua, así como el conocimiento de la expresión estética del lenguaje, que es la literatura, permite potenciar y profundizar en el maravilloso don de la inteligencia.

Enfatizó que entre las disciplinas cuyo estudio era obligatorio para un escritor, poeta o intérprete de la poesía, figuraban conocimientos de lingüística, cosmología, estética y mística. Esos estudios se requerían porque desarrollaban las habilidades y destrezas cognoscitivas en diferentes vertientes del saber. De ahí que los intelectuales se clasificaban en pensadores, estetas y contemplativos, pero todos debían tener dominio de los diferentes saberes vinculados al conocimiento del mundo. También dijo que los filólogos o intérpretes tenían el mismo don de los poetas, es decir, en razón de que podían desentrañar el sentido de las creaciones artísticas. Esos antiguos filólogos debían cultivar y practicar la mística mediante la contemplación, elevando así su espíritu hasta poder captar el “fuego divino” que recibían, y testimoniar, como intelectuales y poetas, la singular condición de los iluminados, como lo eran Heráclito de Éfeso, Parménides de Elea o Pitágoras de Samos. En consecuencia, el ideal de la Grecia clásica era que sus intelectuales pudiesen articular en forma armoniosa estos cuatro pilares del cultivo de su intelecto, de su sensibilidad estética y de su espíritu, como garantes del mundo interior de la conciencia, en tanto expresión de la esencia del Cosmos, de todo lo viviente, para testimoniar la verdad y la belleza intuidas por la sensibilidad y la conciencia. “Gracias al desarrollo de su intelecto y el cultivo del espíritu esos sabios griegos podían experimentar una emoción estética sublime, fruto de la fruición espiritual sentida ante la verdad o vivida ante la belleza de fenómenos y cosas”. Esta es la más alta y profunda dotación que la Divinidad ha conferido a los hombres, para beneficio de la humanidad.

En aquella época los filólogos tenían que entender el sentido de la creación, porque son los intérpretes de la palabra, ya que el filólogo es un ser llamado a interpretar el sentido de la literatura, que no es simplemente la expresión de la belleza, sino que busca una sabiduría más profunda. Recomendó leer algunas obras de filólogos reconocidos, como Paideia de Werner Jaeger; La incógnita del hombre, de Alexis Carrel; y Carta al Greco, de Nikos Kazantzakis, entre otros.

Al finalizar, Bruno Rosario Candelier exhortó a los doctorandos a que presten su atención al estudio de la palabra, a la forma y al sentido de las palabras, ya que en nuestro país no se le da importancia al fundamento gramatical y ortográfico, y un filólogo no puede darse el lujo de ser un desconocedor del lenguaje. Explicó que todo está sometido al ordenamiento del Universo, incluyendo las creaciones humanas a través de las palabras, y, en virtud de ese ordenamiento con la fuente originaria de la Creación, nace el respeto a la palabra, que es lo que los filólogos deben sentir, ya que es en esencia lo que ilustra el sentido de la filología.

Santo Domingo, PUCMM/ADL, 5 de septiembre de 2015.

 

Banco Central patrocina obra de Bruno Rosario Candelier

El Banco Central de la República Dominicana puso en circulación tres nuevas obras de su colección bibliográfica que enriquecen la bibliografía dominicana, en un acto encabezado por su gobernador Héctor Valdez Albizu.

Las obras publicadas son El aspirar del aire, con temas sociales, literarios y culturales de Bruno Rosario Candelier; Anacaona. La construcción de la cacica taína de Quisqueya, de la investigadora y académica de origen holandés Catherina de Vallejo, profesora en la Universidad de Concordia, en Montreal, Canadá; y Voces de Aída, textos críticos sobre música de Aída Bonnelly de Díaz, antología de trabajos realizada por la crítica de arte Marianne de Tolentino.

El gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, dio la bienvenida a los presentes y expresó el orgullo del Banco Central por llevar a cabo su programa de publicaciones, entendiendo que es una excelente vía para contribuir al desarrollo cultural del país. “Estas nuevas obras son fruto de muchos esfuerzos y desvelos. Primero, de los autores, a quienes queremos manifestar nuestras más cálidas felicitaciones, deseándoles que continúen su fecunda labor intelectual. En segundo término, al departamento cultural y demás dependencias que han hecho posible la plasmación de estas nuevas obras, así como al comité de publicaciones del Banco Central, cuyos integrantes velan por elevar cada año el prestigio de nuestra colección bibliográfica, al incorporar obras importantes de autores de valía”, dijo Valdez Albizu. Las obras fueron presentadas por el narrador, ensayista y académico de la lengua, José Alcántara Almánzar, y por la crítica Marianne de Tolentino.

Al presentar El aspirar del aire, de Bruno Rosario Candelier, el director del departamento cultural, José Alcántara Almánzar, expresó que el hecho de que Bruno Rosario Candelier ingresa a la colección bibliográfica del Banco Central con un nuevo libro es una noticia que debe llenarnos de satisfacción a todos, “porque se trata del crítico literario dominicano de mayor proyección dentro y fuera del país desde hace tiempo, reconocimiento ganado a pulso, día a día, a base de trabajo tesonero, dedicación y entrega al estudio y análisis de la producción literaria local durante décadas, que lo han hecho merecedor, entre otros, de sendos Premios Siboney por La imaginación insular La creación mitopoética, así como del Premio Nacional de Literatura por la obra de toda una vida de consagración a las letras”.

Destacó que Rosario Candelier ha publicado decenas de libros de análisis e interpretación de las letras dominicanas que hoy constituyen obras referenciales indispensables para comprender el alcance de nuestra literatura de cualquier época y el rumbo de las nuevas orientaciones de la creación en poesía, narrativa y ensayo. También explicó que el autor de este libro es modelo de constancia y dedicación a lo largo de varias décadas en su empeño por trazar un perfil de nuestra literatura, poniendo de relieve sus rasgos principales y los hallazgos de las figuras mayores. Confesó que a su entender es en su papel de orientador estético y promotor cultural donde alcanza sus más altos y consistentes logros. “El tomo del autor que hoy ponemos en manos de ustedes -con una sugerente portada que reproduce un cuadro minimalista de la joven pintora Laura Castro-, lleva por título El aspirar del aire, inspirado en un verso del Cántico espiritual de san Juan de la Cruz y es un conjunto de ensayos críticos que el autor ha distribuido en varias partes, ante todo un extenso «ámbito teórico» que le sirve de marco general, y luego otro dedicado a analizar una serie de textos y autores que van de Juan Pablo Duarte a Juan Bosch, de José Martí a Sergio Ramírez, así como una pléyade de hombres y mujeres de letras jóvenes de nuestro país, a través de la explicación de textos puntuales. Aunque es obvio que no puedo detenerme en el comentario pormenorizado de cada uno de los textos críticos del autor”, dijo.

Alcántara Almánzar resaltó que lo primero que llama la atención en los trabajos de Rosario Candelier es la amplitud de miras, que realiza con aproximación microscópica a la que no escapa nada, nombre, circunstancia o detalle. Lo segundo es la capacidad para ordenar el aparente caos de un vasto y complejo cuerpo literario, poniendo cada cosa en su lugar. Lo tercero es la claridad expositiva para encuadrar un aporte o un autor. Además consideró que este libro puede usarse como una introducción a la literatura dominicana, un estudio preliminar que nos invita a leer y a estudiar, escogiendo las estrellas más rutilantes en la galaxia de nuestras letras. “En El aspirar del aire, Bruno Rosario Candelier nos invita a realizar con él una agradable travesía por el mundo de la literatura dominicana y continental. En ese largo periplo es mucho lo que tenemos que aprender y descubrir, con la certeza de que él nos llevará a puerto seguro”, dijo al finalizar.

A su vez, en un acto celebrado en la Academia Dominicana de la Lengua intervino José Enrique García, escritor y crítico literario, para hablar de El aspirar del aire. El académico y secretario de la ADL desgajó un manojo de atinadas ponderaciones en torno a esta obra del director dominicano. Como si se tratase del inicio de una novela, José Enrique García comienza su alocución de la siguiente manera: “Puntual, como si fuera dando cuenta de un propósito de vida, de una promesa hecha a sí mismo, Bruno Rosario Candelier entrega al país un nuevo libro”.

El narrador y académico resaltó que a cincuenta años de labor intelectual y de gestión cultural, la obra de Rosario Candelier permanece fresca, vivificante y bienhechora, como las fuentes en las que ha abrevado, léase san Juan de la Cruz, fray Luis de León o santa Teresa de Jesús, entre otros grandes representantes de la literatura española. Destacó la labor de arqueólogo que realiza el director de la Academia Dominicana de la Lengua, puesto que en su trabajo de recuperación de contextos, de situaciones específicas e impulsadoras de obras, períodos y autores, el escritor logra perfilar orientaciones precisas. Destacó de manera particular el estudio titulado “Tendencias y grupos literarios en las letras dominicanas”, donde Rosario Candelier hace acopio de nombres y obras conocidas junto con otras desconocidas del siglo XX y de los años que lleva el XX1.

José Enrique García cita al propio autor de El aspirar del aire para validar sus apreciaciones en torno a la obra, pues concuerda con la inclusión de estudios y ensayos relativos a autores y obras emblemáticas, tanto las conocidas como de aquellos que no lo son, en virtud de la impronta que han dejado y, por ende, “contribuyen a la conformación de la tradición literaria nacional”. Es decir, que han ayudado a la conformación de acervo lingüístico particular de los dominicanos, el español y las letras de nuestro país.

También ponderó como justa y acertada la labor sincrónica y diacrónica acometida por Rosario Candelier en este libro, puesto que los textos viejos, antiguos y primigenios están ahí, dice García, vivos, remozados, participando de una historicidad que lo hacen protagonistas del presente, espejo y complemento de los que hoy se escriben. En este sentido destacó el ensayo “Movimientos literarios de América y la visión de la independencia” en el cual se pone de manifiesto la conjunción de ideología y creación que, a juicio del académico signa la literatura hispanoamericana, debido quizás a que la literatura se transforma en nuestro Continente en instrumento de lucha independentista, impronta del Romanticismo -el concepto de emancipación y libertad- que se enfatiza en este ensayo. Al finalizar sus palabras, José Enrique García saludó la exactitud con la cual Rosario Candelier ha cumplido la noble tarea de crear y trabajar por y para los demás.

El acto concluyó con emotivas palabras de agradecimiento del director de la Academia Dominicana de la Lengua, quien encomió el trabajo intelectual realizado por los autores y presentadores de las obras, así como al público que respaldó esta actividad cultural con su asistencia, y dijo: “Debo agradecer en primer lugar al Lic. José Alcántara Almánzar por ofrecerme estos minutos para expresar mis sentimientos de gratitud no solo a nombre mío, sino a nombre de Marianne de Tolentino y Catherine de Vallejo, porque ciertamente ver la publicación de estas obras, que constituye sin duda un esfuerzo intelectual que hemos hecho cada uno, encierra la culminación del proceso que tiene todo libro”. También le manifestó al gobernador del Banco Central, Héctor Valdez, el agradecimiento suyo y del país por la labor que realiza para mantener la magia de la estabilidad financiera y, desde luego, el hecho de que por su iniciativa brinda un apoyo económico, moral y espiritual para esta labor artística y literaria bajo la orientación de José Alcántara Almánzar que, naturalmente, debieran imitar las demás instituciones financieras, monetarias y empresariales del país. Expresó que el sector cultural agradece el apoyo que el Banco Central le brinda a la cultura, porque este respaldo contribuye a fortalecer la dimensión cultural y espiritual de los escritores. Además, le expresó a José Alcántara Almánzar su gratitud por las hermosas palabras de estímulo y reconocimiento sobre su trayectoria literaria.

Santo Domingo, 30 de junio de 2015.

Dictan conferencia sobre la gastrosofía en la novela de Julio Vega Batlle

Los académicos Manuel Salvador Gautier, Emilia Pereyra y Rafael Peralta Romero abordaron el tema de la gastrosofía en Anadel, novela de Julio Vega Batlle. Ante un público integrado mayormente por estudiantes de secundaria, Gautier expuso sus puntos de vista, de una manera coloquial, sobre la novela gastronómica del escritor dominicano.

Explicó en qué consiste la trama de la novela y luego detalló las incursiones de Vega Batlle en la cocina nacional e internacional. Explicó que “gastrosofía” es una palabra inventada por el novelista dominicano para expresar “la idea de ciencia, estudio profundo, casi filosófico de la necesidad y el placer de comer”. Gautier se extendió en las incursiones que hace Vega Batlle sobre la cocina de los indígenas taínos de Quisqueya y sobre la comida dominicana, temas familiares para el público presente, por lo que leyó y comentó los párrafos que aparecen en la novela sobre esos asuntos culinarios. El resultado fue un coloquio dinámico, edificante y ameno, con una participación activa del público, que hizo preguntas y exposiciones, enriqueciendo la sesión. Al final, se rifó el ejemplar de la novela, y se brindó jugo de naranja y arepitas de yuca, que resultaron bien acogidas, pues durante la conversación se estuvo hablando de las distintas maneras en que los dominicanos comen el demandado tubérculo.

En su turno, le correspondió a Rafael Peralta Romero disertar sobre los nombres dados por los dominicanos a sus alimentos. El escritor y académico enfatizó en los dominicanismos que aluden a los platos fundamentales, como “locrio”, cocido hecho de arroz con carne, pescado o marisco; “moro”, palabra que deriva del griego mauros, que quiere decir ‘oscuro’, por el color de la piel de los africanos, voz que dio lugar a mauritano. En algunos países se menciona este plato como “unión de moros y cristianos”; “sancocho”, un guiso de carne y víveres, símbolo de convivencia y celebración, dijo Peralta Romero. “Mangú”, puré de plátano verde hervido, suavizado con aceite o mantequilla; “chenchén”, plato de maíz chascado que se sirve con carnes y habichuelas, usual en el Sur.

El expositor comentó algunos nombres con que los dominicanos bautizan la comida: chapea, chaúcha, ñampeo, moro, manyé, las habichuelas, el chao, papeo, la bandera (arroz, habichuelas y carne). La “compaña”, elemento fundamental en la comida es similar a lo que en régimen gourmet se llama «guarnición, para el expositor. Si tenemos víveres, pan, casabe o arroz, hemos de completar con un elemento proteínico: carne, pescado, huevo, queso y sus variantes. Peralta Romero aclaró que “comer con grasa” es lo contrario de “comer vacío”. Las intervenciones del público abundaron con interés ya que charlista le puso al coloquio un poco de sal y pimienta.

Santo Domingo, ADL, 18 de junio de 2015.

Tertulia literaria sobre "El libro del buen amor"

La Academia Dominicana de la Lengua presentó el taller de lectura de clásicos españoles, coordinado por la académica de número y lingüista María José Rincón, quien analizó la obra de Juan Ruiz, titulada Libro de buen amor, obra emblemática de las letras españolas.

El Libro de buen amorLibro del Arcipreste o Libro de los cantares, es una obra del mester de clerecía del siglo XIV. Comentó la lingüista que esa obra es una composición extensa, compuesta por más de 1700 estrofas de carácter variado, cuyo hilo conductor lo constituye el relato de la autobiografía ficticia del autor (Juan Ruiz, Arcipreste de Hita). Está considerada una de las cumbres literarias españolas.

María José Rincón explicó que el libro contiene una colección heterogénea de diversos materiales unidos en torno a una pretendida narración autobiográfica de asuntos amorosos del propio autor, quien es representado en una parte del libro por el episódico personaje de don Melón de la Huerta. En él aparecen representadas a través de sus amantes todas las capas de la sociedad bajomedieval española. Además, manifestó que en el Libro de buen amor confluyen las tradiciones literarias medievales, por lo cual muchos dicen que se trata de un ejercicio retórico. Antiguamente en las clases de retórica no se estudiaba como estudiamos ahora la gramática, sino que a los escolares les ponían el ejercicio de hacer una fábula, un ejemplo de distintos géneros retóricos. Contó que en este libro aparecen los géneros retóricos de la época: expone el debate, cuando los personajes se tiran unos a los otros.

Por otra parte, la académica dijo que el Libro de buen amor es una obra abierta. De hecho, no hay más libros parecidos al Libro de buen amor y a la hora de interpretarlo, el Arcipreste dice muy claro cómo quiere que lo interpretemos. Citó el prólogo del libro, donde el Arcipreste dice: “Algunos clasifican esta obra como una obra didáctica, enseñanza para que los pecadores supieran distinguir entre lo que era el buen amor y el mal amor y eligiera el bueno”. También señaló que el Arcipreste insiste en cómo leer la obra y aclara que es una obra didáctica y que tiene dos lecturas: la lectura superficial y la profunda.

“El Libro de buen amor, a pesar de su originalidad, tiene unos antecedentes muy precisos, casi siempre dentro de la tradición occidental que algunos críticos le han negado, o no han querido reconocerla en la medida que lo merecía. La investigación de cada uno de esos antecedentes no es fácil, porque nuestro Arcipreste ha cultivado en su obra todos los géneros posibles, desde la canción mariana a la de escarnio, pasando por la fábula esópica o el episodio amoroso, con un perfil autobiográfico, y cada género exige ya de por sí una dedicación especial, autónoma, anterior a un análisis de conjunto”, dijo.

Al finalizar explicó los episodios del libro y cómo están estructurados y seguidamente leyó, compartiendo con el público, el texto que eligió para exponerles.

Santo Domingo, ADL, 10 de junio de 2015

 

Conversatorio sobre el conocimiento del lenguaje

El Museo Ramón Cáceres, de Moca, fue el escenario de un conversatorio sobre las innovaciones del lenguaje a cargo del director de la Academia Dominicana de la Lengua, donde delineó algunos conceptos relacionados con la lengua y planteó que, al hacer uso del lenguaje, los hablantes tienen una responsabilidad como usuarios de la lengua en cualquier área de trabajo en que se desempeñen, especificando que hay actividades que requieren una mayor atención a la expresión verbal, como las de los escritores, profesores, políticos, sacerdotes y comunicadores, aunque todos los hablantes deben procurar el conocimiento de la lengua, que en todos los países se asume como expresión de su cultura.

Por otro lado, Bruno Rosario Candelier puntualizó que todas las lenguas de cultura tienen tres códigos fundamentales que se plasman en el diccionario, la ortografía y la gramática. Advirtió que en República Dominicana resulta difícil hacer un buen uso del idioma porque heredamos una pobre dotación idiomática y no hemos desarrollado una conciencia de lengua. Subrayó que quien se dedica con conciencia al estudio de la lengua logra un dominio de las normas lingüísticas establecidas por la Academias de la lengua.

El conferenciante aclaró que el gran problema de la educación dominicana radica en el hecho de que los profesores no tienen la preparación académica ni la formación lingüística ni la conciencia de lengua y, por tanto, no pueden transmitirla con rigor y propiedad a sus alumnos. Subrayó que son muchos los factores que hay que rectificar para orientar nuestra formación intelectual.

Se refirió a los dominicanismos al abordar el Diccionario del español dominicano, resaltando algunas palabras que mantuvieron atentos a los presentes. Respondió preguntas que aclaraba con sus respectivos ejemplos. Así explicó que casimente es un dominicanismo ya que en el español dominicano el hablante común le asigna una connotación enfática a esta construcción idiomática. Comentó los años de trabajo que el equipo lexicográfico de la ADL consagró a la confección de este diccionario, así como la labor que realizaron sus redactores (María José Rincón, Fabio Guzmán Ariza, Roberto Guzmán Silverio y Bruno Rosario Candelier), así como los académicos que colaboraron con la renovación del diccionario académico de nuestra lengua. Especificó que laborar en la definición de una palabra conlleva un estudio especializado en la ciencia de la lexicografía. En ese tenor comunicó que en la actualidad varios académicos de la lengua, bajo su orientación, están trabajando en la confección del Diccionario fraseológico dominicano.

Al referirse al diccionario dominicano destacó que hay palabras derivadas de voces del idioma inglés que han adquirido nuestro registro de ciudadanía lingüística por el uso y el significado que les han dado los hablantes del pueblo, pues la lengua se va modificando y adquiriendo nuevos vocablos y nuevos significados en el uso de las palabras. Explicó que de esta forma hay palabras que denotan una faceta expresiva y metafórica del habla criolla, que es parte de nuestra idiosincrasia lingüística, como el diminutivo afectivo expresado en “mi viejita”, que tiene una connotación de cariño. En ese aspecto, el lingüista mocano destacó que uno de los problemas del lenguaje es el uso inapropiado de determinadas formas del lenguaje, como las preposiciones “planta a carbón”, “de gratis”, “a cabalidad”, cuando lo correcto es “planta de carbón”, “gratis” y “cabalmente”.

El público presente se interesó en saber si estaban incluidas en el diccionario de nuestra lengua palabras provenientes del uso de la tecnología moderna, como “chateo”, “escanear”, “twitear”, que efectivamente aparecen en el Diccionario de la lengua española, y en ese aspecto el charlista aclaró que “las palabras que usa el sector juvenil es el más revolucionario en todos los estamentos de la sociedad”, pero al inventar nuevas palabras, algunas desaparecen del uso por lo que la Academia no suele registrar en un libro que va a quedar para la historia todos vocablos inventados en una etapa de la evolución del lenguaje, por lo cual espera unos cinco años de vigencia de esos vocablos para consignarlos en el santuario del código lexicográfico de la lengua.

Por otra parte, calificó de inapropiado el uso del doble género (los/las, todos/todas) para referirse al uso de las formas masculinas y femeninas, pues lo correcto es usar la forma genérica y no el doble género, que “es una moda que han querido implantar las feministas”, calificándola de antiestética, antilingüística, redundante y antieconómica en términos del lenguaje, por lo que no aprueba esa forma del decir pues perjudica el buen uso del lenguaje. Dijo que esa moda está destinada a desaparecer por lo que aseguró que de haber sospechado que iba a tener el impacto que ha tenido los académicos de la lengua la hubiesen enfrentado a tiempo por radio y televisión.

El expositor insistió en resaltar que para lograr el dominio de la lengua hay que leer y estudiar los códigos del idioma, pues con el aprendizaje de nuevos vocablos se ensancha el horizonte de nuestra cultura y el conocimiento del mundo, y con el dominio de la normativa se logra la expresión correcta, por lo que la lectura es fundamental para el desarrollo intelectual de los hablantes.

En otro orden, Rosario Candelier destacó que el don primario de los seres humanos, después de la vida, es el logos de la conciencia, dotación interior que recibimos directamente de la Divinidad, en cuya virtud podemos reflexionar, hablar y hacer uso de la palabra con un propósito creador.

En la sección de preguntas de los presentes, dio respuestas a las inquietudes del público, selecto y acucioso, esclareciendo el uso y el significado de vocablos y frases de nuestro lenguaje, así como planteamientos y orientaciones sobre gramática y ortografía.

En esta actividad académica el escritor dijo que la Academia Dominicana de la Lengua está dispuesta a colaborar para contribuir al conocimiento de nuestra lengua en los diversos sectores de la población. Dijo que a la institución del idioma le interesa el desarrollo de la lengua española en el país y le preocupa el escaso dominio de esta disciplina en los hablantes dominicanos. Por eso encomió a los presentes con la recomendación de que todos se motiven a asumir el estudio de la lengua como parte de su propio desarrollo intelectual.

Moca, ADL/Museo Ramón Cáceres, 5 de junio de 2015.