EL FESTIVAL DE CINE GLOBAL HONRA A FRANKLIN DOMÍNGUEZ

El Festival de Cine Global Dominicano rindió un fervoroso homenaje al destacado actor, dramaturgo, director y académico de la lengua Franklin Domínguez Hernández en la gala inaugural celebrada en la sala del Palacio del Cine ubicada en el centro comercial Blue Mall de la capital dominicana. Domínguez Hernández, quien junto a Camilo Carrau filmó La Silla, primera producción cinematográfica de factura local, recibió agradecido el tributo en su honor.

Los organizadores del Festival de Cine Global ofertaron una propuesta de las salas de cines para aprovechar los escenarios de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, donde tiene la sede de la Academia Dominicana de la Lengua, institución que celebró esta presea otorgada a nuestro distinguido académico, miembro de la junta directiva de esta corporación y eminente dramaturgo de las letras dominicanas.

El Festival contempla la proyección de varias películas con críticas favorables en escenarios internacionales, como Cannes, Berlín, Venecia, San Sebastián, Huelva, Edimburgo, Guadalajara, Cartagena de Indias, Buenos Aires, entre otros países. El homenaje a Franklin Domínguez se efectuó en la noche inaugural como reconocimiento a nuestro gran artista con una honrosa trayectoria creadora en teatro, cine y televisión.

Franklin Domínguez nació en Santiago de los Caballeros el 5 de junio del 1931. Dramaturgo, director teatral, licenciado en filosofía, abogado, actor, productor de radio, cine, televisión, maestro, político y académico. Miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española.

Este sobresaliente escritor es el más prolífico dramaturgo dominicano de toda la historia y se ha destacado por las raíces de su dominicanidad con un notable aporte en más de 50 años ininterrumpidos de labor creadora. Presidió la Dirección General de Bellas Artes y la Sociedad de Autores y Compositores Dramáticos de República Dominicana. Su producción dramática abarca la comedia, la tragedia, la sátira política, el teatro infantil y el drama cotidiano. Desde su obra Se busca un hombre hasta Duarte, su creación despliega talento imaginativo, aliento dramático y entusiasmo lírico.  En el 1979 recibió la presea del Gran Dorado como el artista más sobresaliente del año, y en 1983 obtuvo el Accesit en el Certamen Internacional de Dramaturgos Diego Fabri, de Palermo, Italia, con su obra Omar y los Demás. Además, ganó el Premio Nacional de Teatro Cristóbal de Llerena en nueve ocasiones. Entre sus obras premiadas figuran Omar y los demásLisístrata odia la política, Los borrachosLas extrañas presencias, Bailemos ese tango, Duarte, La telaraña del poder y Tú también morirás.

Ha representado al país en numerosos festivales internacionales de teatro. Sus obras han sido representadas o radiodifundidas en numerosos países, y varias de ellas han sido traducidas al inglés, francés, chino y ruso. En el 2003 recibió el Premio Nacional de Literatura. Miembro de la junta directiva de la Academia Dominicana de la Lengua, es un activo colaborador de nuestra institución. Santo Domingo, 24 de enero de 2018.

CONVERSATORIO CON LA ACADÉMICA OFELIA BERRIDO

Un conversatorio con la novelista, poeta y ensayista Ofelia Berrido mostró las cualidades expositivas y la vocación literaria de la escritora y académica de la lengua.

El Dr. Bruno Rosario Candelier, director de la ADL, dio la bienvenida a los presentes y de inmediato pasó a indagar aspectos y anécdotas en la vida literaria de la escritora. Ofelia Berrido, oriunda de Santiago, se dirigió a los presentes y reveló que desde niña comenzó a involucrarse en el mundo literario con la lectura de obras literarias de famosos escritores, ya que a su padre le gustaba leer mucho, quien tenía en alta estima a la literatura. Para responder a nuestra inquietud, Berrido relató que recuerda algunas anécdotas de su infancia, como el físico de su abuela, que se hacía un moño alto y le quedaba su pelo alado hacia atrás y entonces le llamaba la atención su frente tan diáfana cuya evocación describe en su novela El sol secreto al hablar de la abuela.

A sus seis años de edad, Ofelia Berrido contó que se fue a vivir a Puerto Rico con su familia: “Entonces a mi papá le cogió con que quería que yo conociera todas las religiones. Recuerdo algo que me impactó mucho en mi niñez, cuando un día había una fiesta en mi casa y estaban hablando de Jesucristo como ser humano. Yo estaba estudiando en ese tiempo en una escuela católica y entonces todo lo que allí decían no tenía nada que ver con lo que a mí me enseñaban en el colegio. Entonces eso a mí me impactó, no dormí esa noche oyendo lo que ellos hablaban”, relató la escritora.

    Ofelia Berrido resaltó que comenzó su vocación literaria a sus 13 años escribiendo versos: “Nosotros nos mudamos en una casa que estaba en un sitio muy alejado de la ciudad en cuyo fondo había una alta montaña, y desde el ventanal de mi habitación se veía la montaña, que me impresionaba. Eso me inspiró a escribir versos a la montaña”.

Dijo que empezó a escribir El sol secreto a los 10 años, mucho antes de que se publicara, que iba escribiendo y guardando lo que escribía por pura pasión literaria: “En ese tiempo mi papá era muy amigo de Juan Bosch y cuando vivíamos en Puerto Rico visitábamos mucho su residencia y ellos venían a la de nosotros. Y cuando Él ya estaba en el país le llevé la novela. Me dijo que muchas partes del libro lo habían tocado personalmente y, entre sus observaciones me señaló algunas cosas. Me dio algunos consejos y me habló de que era bueno tratar de crear un tejido como si fuera una clineja. Me explicó algunas teorías sobre el arte del novelar que él tenía”, narró la escritora.

Juan Bosch le recomendó que dejara lo que estaba haciendo y se dedicara a escribir, lo que fue una poderosa motivación para Ofelia animarse a publicar su novela El sol secreto, como efectivamente lo hizo. Más tarde, relató que le pidió al escritor y académico León David que leyera su novela y la prologara. Berrido contó que a Juan José Jimenes Sabater le había gustado la obra y le dijo que tenía una vena ensayística que debía cultivar: “Me entregó el prólogo y yo pensé que no le había gustado porque era muy corto, pero cuando lo leí, lo que dijo era hermoso. Lo abracé, lo besé y le di las gracias”, dijo, y publicó la novela con dicho prólogo. Luego de publicada, se la envió a los escritores que admira, entre ellos al director de la ADL, subrayó.

Ofelia Berrido exhortó a los aspirantes a escritores a no leer literatura mala, sino la buena literatura, la que perdura en el tiempo: “Leí mucho a los clásicos griegos, la literatura francesa y los novelistas rusos. Pienso que la gente joven debe dominar bien los géneros literarios, pero no atarse a ellos. Es bueno conocer qué es un buen ensayo o cómo se escribe la poesía o la novela. Para mí la estructura no es lo que hace la obra, sino la profundidad del contenido, la belleza y el estilo del autor”, ponderó.

Al término de su conversatorio la escritora expresó su admiración, respeto y cariño a Bruno Rosario Candelier, a quien consideró un gran motivador de la literatura del país.

Santo Domingo, ADL, 20 de enero de 2018.

ADL PRESENTA OBRA PÓSTUMA DE LEOBALDO PICHARDO SALDAÑA

Con las intervenciones del Dr. José Enrique García, el ingeniero Mario Penzo y el director de la ADL, Bruno Rosario Candelier, presentamos la obra póstuma del poeta dominicano Leobaldo Pichardo Saldaña, acto con el que iniciamos las actividades culturales en el recinto de la Academia Dominicana de la Lengua en la capital dominicana. Se trata del libro Poemas de dolor, amor y angustias, poemario que comienza a circular ochenta años después de ser escrita.

La jornada literaria contó con la participación del responsable de dar a conocer este aporte a las letras dominicanas, don Mario Penzo, nieto del autor que se sintió comprometido en hacer cumplir el sueño de su abuelo, aspecto que los presentadores destacaron durante sus respectivas ponderaciones sobre el volumen poético que se ofrece al público a partir de este emotivo y concurrido acto.

Nuestro académico numerario José Enrique García, secretario de la ADL, inició el programa de la actividad con un resumen de los juicios valorativos, que en torno a la obra plasmó en el enjundioso estudio crítico que sirve de prólogo al poemarioEntre las ideas que destacó el reputado crítico y académico dominicano, podemos citar esta: “Pichardo Saldaña es un poeta auténtico y urge incluirlo en el parnaso de los escritores dominicanos, pues las futuras antologías de literatura deben reproducir poemas suyos, ya que su obra revela un uso oportuno y una adecuada aplicación del arte poético, así como de los principios estéticos modernos y vanguardistas”. A juicio del doctor García, la construcción poética de algunos versos adelanta en nuestro país el cultivo de los caligramas, por ejemplo, pues anteceden a los escritos bajo los postulados estéticos del Pluralismo de Manuel Rueda. En efecto, poemas que reproducen la forma de una copa y otro un obelisco, en los titulados “La copa” y “El obelisco”, son “perfectos caligramas”, dice José Enrique García. Añadió que la libertad artística y la experimentación ocupan un legítimo espacio en su obra, ya que en ambos poemas se palpa la conjunción de lo gráfico y el concepto que vehiculizan las formas que plasman la imagen poética del mensaje, asegura el académico. También resaltó la clara conciencia del poeta sobre la estructura de sus versos, pues procuraba que los elementos formales se relacionaran armoniosamente, y, al mismo tiempo, reflejasen un uso transparente, ejemplar y original de los recursos estilísticos. Incluso, el nombre de algunos poemas fue pensado cuidadosamente, como el “Epifonema”, que cierra la obra. Al seleccionar la palabra-figura del pensamiento que consiste en concluir una imagen o concepto mediante una exclamación o reflexión profunda, revela el nivel de conciencia del arte de la palabra que el mismo autor consigna en unas anotaciones teóricas sobre sus concepciones poéticas, así como las de autores que conocía y valoraba.

En el prólogo que escribió para la publicación de este volumen, el secretario de la Academia desglosó y analizó en seis renglones los textos que lo conforman: poemas románticos y naturalistas; poemas creacionistas y surrealistas; poemas patrióticos e históricos; poemas de la intimidad; poemas experimentales y poemas metafísicos. Los poemas catalogados en cada renglón fueron minuciosamente explicados en su composición estructural, así como en el uso de ciertos recursos propios de los criterios bajo los cuales escribió.

En su intervención, el director de la ADL refrendó los juicios externados por su colega y enfatizó las razones que motivaron el respaldo para la presentación de la obra del finado autor en la Academia Dominicana de la Lengua. Ciertamente, “estamos en presencia de una genuina obra poética de un verdadero creador, desconocido hasta ahora, pero que desde ya lo incluimos entre la historia de la literatura dominicana”. La obra de Leobaldo Pichardo Saldaña, continuó el director de la Academia, merece la ponderación de los amantes y cultores del arte del buen decir.

Comparé el caso de Leobaldo Pichardo con el de la escritora norteamericana Emily Dickinson, que en sus respectivas vidas no publicaron su creación poética, pues sus obras se dieron a conocer póstumamente por familiares que tuvieron el acierto de editar sus textos y publicarlos, tal como ocurre con la obra que hoy ponemos en manos de los lectores, críticos, académicos, intelectuales y público en general:  «Pichardo Saldaña estaba consciente del valor que comportaba su creación; quizás eso le motivó a entregar a su hija el legado poética que hoy conocemos y agradecemos a su familia, especialmente a su esclarecido nieto, don Mario Penzo, presente en esta actividad histórica para la literatura dominicana, ya que estamos presentando la obra de un valioso poeta, auténtico y representativo de la época que le correspondió vivir, del impacto de los acontecimientos esenciales de la historia de los cuales fue testigo excepcional y que testimonia en sus versos”. Y subrayé: “Poeta que desde su creación silenciosa participa en la modernidad literaria de su época, especialmente con las vanguardias literarias latinoamericana y europea, cuyos postulados estéticos conocía y aplicó en varios textos que podemos leer en este libro, sobre todo en sus caligramas y poemas en versos libres”. Con estas palabras enfatizamos cómo el poeta vivió secretamente su vida literaria, pero al día en todo lo concerniente a su cultivo. Entre los planteamientos que el propio autor consigna en la introducción de Poemas de dolor, amor y angustias se recalca el actualizado conocimiento que Pichardo Saldaña poseía sobre el arte poético, así como la libertad de experimentar, patente en la búsqueda de su propia voz como poeta.

Con las palabras de despedida y la invitación para que se lea el nuevo volumen lírico que el tiempo nos trajo hecho versos en elocuentes palabras, Rafael Peralta Romero cerró el acto de presentación del nuevo poemario que enriquece desde ya el acervo literario dominicano.

Santo Domingo, ADL, 16 de enero de 2018.

 

REUNIÓN DE LA COMISIÓN LINGÜÍSTICA DE LA ADL EN SANTIAGO

Con la reunión de la Comisión Lingüística de la Academia Dominicana de la Lengua, celebrada el sábado 13 de enero de 2018 en Santiago de los Caballeros, iniciamos el primer encuentro de los académicos dominicanos con la finalidad de planificar la labor de la institución para este nuevo año de gracia en nombre de la ADL.

Con la participación de los miembros numerarios Fabio Guzmán Ariza, María José Rincón, Rafael Peralta Romero, Manuel Núñez Asencio y Bruno Rosario Candelier, así como los académicos correspondientes Ruth Ruiz, Rita Díaz Blanco y Roxana Amaro, tuvo lugar la reunión en la residencia del presidente de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua.

La sesión comenzó con la revisión de la agenda del año anterior, desde las metas propuestas y los logros obtenidos, como fueron la confección y la publicación de glosarios y la presentación de variadas actividades lingüísticas en diferentes escenarios nacionales. El año 2017 fue fructífero para la ADL en el orden de las realizaciones pues se elaboraron tres diccionarios (Diccionario de símbolos, Diccionario de mística y Diccionario de refranes) y se iniciaron otros (un glosario de lingüística y otro de literatura). Sobre este tema se pusieron de relieve diversas ideas, como la naturaleza y la función de la labor lexicográfica y las condiciones en que se encuentra en nuestro país el trabajo vinculado con los códigos de nuestra lengua.

Con relación al trabajo a realizar en el presente año María José Rincón señaló que hay que seguir laborando en la actualización del Diccionario de la lengua española, edición estipulada para hacerse cada diez años, condición que aún no cumple esta tarea lexicográfica. Y este director subrayó la necesidad de promover la valoración y la consulta de nuestros diccionarios entre los hablantes dominicanos.

Entre las metas a realizar se acordó organizar actividades a nivel nacional para la proyección de los diccionarios de la Academia. Esta propuesta contará con el apoyo de los académicos de la comisión lexicográfica de la institución, como son María José Rincón, Fabio Guzmán Ariza, Rafael Peralta Romero, Manuel Núñez, Guillermo Pérez Castillo y Bruno Rosario Candelier. También se ponderaron las diversas colaboraciones de la ADL con la RAE. María José ha estado trabajando en la plataforma digital del Diccionario de la lengua española, y tanto ella como Fabio Guzmán y Rita Díaz, seguirán revisando las marcas dominicanas en nuestro diccionario académico.

Asimismo, Fabio Guzmán Ariza y Ruth Ruiz han hecho una fecunda labor a través de FundéuGA, y seguirán haciendo su aporte desde esa instancia de servicio a nuestra lengua, y el propio Guzmán Ariza trabajó para el Diccionario jurídico panhispánico, recientemente publicado en Madrid, y proyecta elaborar uno similar para nuestro país.

Para este nuevo año el equipo lexicográfico de la ADL se propuso colaborar con el Diccionario fraseológico panhispánico. Asimismo, Rafael Peralta Romero trabajará en un glosario de gentilicios dominicanos; Roxana Amaro iniciará su colaboración en un glosario de lingüística; y Rita Díaz seguirá trabajando en la confección un diccionario de literatura. Por su parte, María José Rincón presentará un proyecto de un tesoro lexicográfico dominicano en el que se involucrará la institución. Y a partir de febrero iniciará los talleres de lectura de los clásicos españoles, con cuatro sesiones de dos horas, tarea en la que Rincón abordará la obra literaria de Luis de Góngora. Con relación a ese tema, propuse que llevásemos esa actividad al plantel escolar “Luis Núñez Molina”, del Instituto de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU) en Licey, Santiago, propuesta acogida con beneplácito por los presentes. Se sugirió, además, la idea de realizar una actividad de promoción de los diccionarios dominicanos en esa misma institución para la feria pedagógica que esa institución organiza cada año en sus centros docentes. Asimismo, para atizar las actividades de este año se sugirió la actualización de la página electrónica de la Academia y calendarizar los eventos de la institución, labor que el señor Guzmán Ariza encomendó a Ruth Ruiz. Por otro lado, en la tarea para actualizar los diccionarios de la ADL, María José trabajará en la creación de una plataforma digital para la Academia dominicana de manera que facilite la elaboración y la consulta de dichos trabajos.

Finalmente, en un turno libre para dialogar sobre diversos aspectos, los presentes conversaron sobre la labor realizada por la ADL en beneficio de nuestra lengua. Fabio Guzmán, María José Rincón y Manuel Núñez ponderaron la necesidad de una mayor adhesión de los académicos a las actividades de la institución.  Y tras un rico banquete ofrecido por la esposa del ilustre anfitrión y luego de una amena tertulia, los presentes se despidieron animosos para seguir colaborando en las tareas lingüísticas y literarias de la ADL.

Santiago, Residencia Guzmán Ariza, 13 de enero de 2018.

El Diccionario de mística

Por Rafael Peralta Romero

  El 28 de enero de 2017 asistimos a la presentación del libro La dolencia divina: conciencia mística y espiritualidad, escrito por el doctor Bruno Rosario Candelier. La referida obra  puede considerarse  con toda justeza un tratado, bien documentado y bien sustentado,  sobre la  mística, que con la metafísica y la mitopoética  representa  los tres pilares  sobre los que se sostiene el movimiento interiorista, que orienta Rosario Candelier.

Tuve la honra de hablar  acerca de ese libro el día de su presentación, y afirmé en aquella ocasión que la nueva publicación no solo constituía  el más amplio soporte bibliográfico sobre los estudios místicos  que se haya elaborado en nuestro país, y en muchos otros, sino que también representaba  un auténtico cuerpo doctrinal  sobre esa materia, reservada  a un número muy reducido de seres humanos.

En más de una ocasión, el actual director de la Academia Dominicana de la Lengua y presidente del Ateneo Insular ha expresado  su preocupación por la falta  en nuestro país de una escuela destinada a los estudios místicos, para lo cual es indispensable, en primer lugar, la existencia de poetas y narradores místicos.  Esta premisa  puede contribuir a entender el insólito hecho de que a diez meses de haber publicado   La dolencia divina, el progenitor, en vez de solazarse en los mimos a su recién nacido,  se ocupe en  declarar el nacimiento de otra criatura que por ser hermana de la anterior tiene genes comunes con ésta.

Resulta muy evidente que con sus trabajos, sobre todo  a través del Movimiento Interiorista,  Rosario ha venido preparando las bases para establecer  esa escuela, ya que son miembros del  Interiorismo los dominicanos  que en los últimos veintiséis  años  han transitado la senda de la mística en sus creaciones.

 

A ese propósito debe obedecer la  publicación del Diccionario de mística, editado con el sello de la Academia Dominicana de la Lengua y el patrocinio de la Fundación Guzmán Ariza. De inicio, el autor advierte que para elaborar un diccionario  de términos místicos hay que saber lo que es la mística, sin confundirla con la religión  ni con la metafísica ni con el mito. Y precisa que la “La mística implica, como búsqueda de lo divino, una contemplación hacia adentro, hacia la esencia del ser, hacia la Fuente creadora e inspiradora de todo, hacia el Misterio que arroba y anonada”. (pág. xi).

¿Qué se define en un diccionario de mística? Eso me preguntó una amiga a quien le referí que tenía  por delante la tarea que en este momento estoy realizando. Para entonces solo había explorado el libro y llegaron tímidamente  a mi memoria algunos términos y  expresiones contenidos en la publicación: mística, kénosis, intuición mística, escritura divina, contemplación espiritual, sentido místico, teosofía y,  por supuesto dolencia divina.

Aunque mi respuesta fuera simple y superficial, la pregunta de la amiga me ha servido para  encaminar este discurso hacia los tópicos que se presten  para funcionar como muestras representativas del contenido de esta nomenclatura, porque definitivamente,  presentar  un diccionario de mística  resulta muy diferente a ponderar un libro de cuentos o una novela.

En esto último es donde radica mi experiencia.

Empiezo por mística: “Cultivo y sentimiento de lo divino que entraña hondas vivencias interiores y,  en algunos casos, la experiencia  extática con el carácter enigmático, cerrado y oculto de su condición inefable”. De acuerdo a lo expuesto en la página 270, la mística es la espiritualidad puesta a favor de la conciencia superior para elevarse a planos superiores en pos de la Divinidad.

Se plantea aquí que para sentir místicamente el mundo hay que tener una empatía con lo sagrado. La experiencia mística  recupera el sentido original de dignidad  espiritual, empatía cósmica y ponderación de lo sagrado. La mística es una experiencia luminosa que aparta de las inclinaciones mundanas y abre el camino de la gracia para vivir el sentido espiritual del mundo.

El místico encuentra especial deleite en la belleza de los elementos naturales: cantos de jilguero o de gorrión, emanaciones de un manantial, la mansedumbre de la paloma o los movimientos del pez en el agua, o por igual en la manifestación del rocío, o la presencia del Sol, la Luna, el fuego o el mar.

   Kénosis divina. Este vocablo griego significa “anonadación”, “rebajamiento” y “humillación”, con presencia y sentido  en el ámbito del ascetismo místico y la espiritualidad. Y más adelante agrega el autor: “Para alcanzar la unión divina, la vocación mística precisa capacidad de contemplación, ternura espiritual y pureza de corazón en una síntesis de piedad, renuncia y entrega”.

La kénosis conlleva aniquilación del ego, ya que todo se  doblega al plan divino. El autor ilustra estas ideas con versos de Fausto Leonardo Henríquez: “Pasemos al umbral /salgamos de esta pirámide. / Decae el día con su pesadez, / la bruma anida el resto de lo que hay en mí. / La humillación le llegó a la tarde. No saben de gloria los últimos rayos / diluidos en el espejo vespertino. Avanzo sin tregua por el laberinto, / abro puertas sin llaves para el regreso”. (pág. 231).

   Intuición mística. La percepción mística, que aparece en la página 216, es definida como una percepción nítida, profunda y fecunda de cuanto conduce a una clara conciencia de lo divino. La meta de la mística es la unión permanente con lo divino.  Los poetas místicos como los sujetos  contemplativos, mediante la intuición mística,  han mostrado que la belleza  sensorial conduce a la belleza mística como expresión de la Divinidad. “La intuición mística –afirma Rosario- genera la certeza de que estamos conectados con lo divino, hecho que revela verdades profundas con la claridad de lo que nos conviene”.

Un poema de Freddy Bretón recalca la certidumbre de la función de la intuición mística  para la relación entre  el Creador y el sujeto que lo intuye con amor y gozo:

“Padre de la armonía: / yo sé bien que tu voz divaga/ por el mundo. / Te canta suavemente la brisa/ en los pinares, /o en los vientos que rozan / las rocas de la altura. / Padre del Universo, / del que soy parte mínima: preste yo mi voz a tus cantares, /como lo hace la fuente; que no solo a las aves les fue encomendado/ cantar tus maravillas. / Sea todo mi ser el instrumento / en que hagas resonar tus melodías. /Viva yo de tu amor, / Tu armonía perfecta, / mientras voy, peregrino, / hacia tu fiesta”. (pág. 219).

     Escritura divina.  Tenemos  sabido que en la Biblia tenemos la  escritura divina por excelencia.  Pero poetas y místicos han encontrado en la naturaleza la escritura de Dios, un modo de ver la marca de la Divinidad. En la quinta acepción de este articulo, el autor del Diccionario  afirma de la escritura mística lo siguiente: “Concepción mística de la Creación, que es el conjunto de lo existente, como la Escritura de Dios, según lo han sostenido poetas de nuestra lengua, tanto de América,  como el poeta argentino Jorge Luis

Borges, o de España, como el poeta andaluz Juan Drago”. (pág. 147).

   Contemplación espiritual.  Es otra de las entradas que he escogido para responder acerca de qué trata un diccionario de mística. Aparece en la página 93 y comienza con este señalamiento: “Disposición de la sensibilidad y la conciencia para entrar en comunión  con la dimensión sagrada de la naturaleza de las cosas”.  Aquí, el autor acude a otro libro suyo y cita lo siguiente: “Para  conseguir esa meta proponemos el cultivo de los valores interiores, entre los cuales figuran la empatía cósmica, el amor divino, el silencio contemplativo, la armonía cósmica, la ternura interior y la paz entrañable”.

La contemplación conlleva la unión mística con Dios y es una forma de pasar de la carne al espíritu, de los sentidos corporales a la inteligencia de lo divino, pues la contemplación mística conecta con la energía divina. En esto entra la oración, que es una forma de dialogar con Dios. Bruno Rosario advierte que si la persona responde, la oración se hace  más penetrante, más pasiva: “Y por ende, normalmente más simplificada, más contemplativa. El amor es más vivo y simple. Quiere decir que la oración en este estado teopático es contemplación. Pero no es de suyo la mística. La vida mística también es acción…” (pág. 99).

   Sentido místico. El sentido místico implica el fundamento espiritual cifrado en el aliento de lo divino. La creación del mundo es obra de Dios y, en consecuencia, el asombro y el misterio que producen la belleza, el primor y el esplendor del mundo desarrollan la sensibilidad estética, la sensibilidad cósmica y la sensibilidad mística, desplegando el más alto peldaño de la sensibilidad espiritual al compartir las delicias de lo viviente, sintiendo que todo lo creado procede del Padre de la Creación… (pág. 147).

Escudriñando aún más el Diccionario de mística, me detengo en la página 468. Teosofía es la entrada que ahí aparece. El autor la define de este modo: Concepción mística fundada en la creencia de que todo lo existente es una emanación de la Divinidad y por tanto encarna algo de lo divino mismo. El autor recurre  a Gershom Gerhard Scholem, filólogo e historiador israelí, para reforzar su planteamiento: “La Teosofía designa una doctrina mística o una escuela de pensamiento que se propone conocer y describir los misteriosos modos de acción de la Divinidad, y que quizá también considera que el hombre es capaz de ser absorbido por la contemplación de esta Divinidad”.

   Dolencia divina. Es la última  pieza de la muestra  tomada en la exploración del Diccionario de mística de Bruno Rosario Candelier. Consiste en la vivencia de una pasión espiritual en conexión con el Cosmos y la Divinidad, mediante un sentimiento que se caracteriza por una empatía de amor. “La más alta vocación de todo ser pensante es una ansia de liberación de las amarras interiores que le nublan la visión de ser”,  agrega la definición.

Hemos iniciado esta exposición  haciendo referencia al texto La dolencia divina: conciencia mística y espiritualidad, el cual consideré al momento de su publicación   como un  estupendo cuerpo teórico sobre conciencia mística y espiritualidad.

Sin embargo, el maestro Bruno Rosario Candelier nos ha sorprendido con el lanzamiento, antes de un año,  de este  amplio repertorio temático  en el que clasifica y explica, con criterio enciclopédico,  cada  elemento  de la terminología propia de la mística, apoyado,  cada artículo,  en magníficos ejemplos  de la creación de nuestros poetas místicos.

Espero, con lo dicho hasta ahora, haber descrito este novedoso libro,  único en nuestro país,  que ha de servir  de apoyo a iluminados, críticos, poetas y educadores para afrontar, cada uno en su rol,  un tema de tan alta trascendencia como es la mística, que al decir de Rosario Candelier es la “disciplina de la conciencia centrada en la búsqueda de lo Absoluto con el sentimiento de lo divino inspirado en el amor a Dios y sus criaturas”.

Ojalá que la llama divina siga iluminando a Bruno Rosario Candelier para que continúe su fructífera labor  de producción intelectual, la cual engrandece la literatura dominicana y enriquece la de otros ámbitos. Recibamos con alborozo y disfrutemos con fruición el Diccionario de mística.

15 de noviembre de 2017

ADL ELIGE A RAFAEL PERALTA ROMERO NUEVO MIEMBRO DE NÚMERO

El escritor, lingüista y periodista Rafael Peralta Romero fue elegido nuevo miembro de número de la ADL para ocupar el sillón que dejara vacante don Lupo Hernández Rueda.

En sesión ordinaria celebrada en la sede la institución, el nuevo académico numerario fue favorecido con el voto de Federico Henríquez Gratereaux, Franklin Domínguez Hernández, Manuel Núñez Asencio, S. E. Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Manuel Matos Moquete, Marcio Veloz Maggiolo, Juan José Jimenes Sabater, Tony Raful Tejada, José Rafael Lantigua, Ramón Emilio Reyes, María José Rincón González, Carlos Esteban Deive, Rafael González Tirado, Dennis R. Simó Torres, Ricardo Miniño Gómez, Fabio Guzmán Ariza, José Miguel Soto Jiménez y Bruno Rosario Candelier.

El nuevo académico numerario de la ADL en su condición de miembro correspondiente se desempeñaba como integrante de la comisión lingüística de la Academia Dominicana y, en su calidad de narrador, ensayista, lingüista, poeta y activista cultural, tiene en su haber una valiosa colaboración lexicográfica a nuestra corporación. Es una figura prestante del Grupo de Narradores Mester de la Academia; ha presentado varias ponencias en los actos de la ADL y forma parte del equipo que prepara las recomendaciones gramaticales y ortográficas que nuestra Academia ofrece al país a través de Fundéu-Guzmán Ariza. Además, ha dictado numerosas conferencias y ha presentado varios libros sobre temas lingüísticos y literarios en nombre de nuestra institución.

El periodista, lingüista y escritor Rafael Peralta Romero, nacido en Miches el 3 de diciembre de 1948, ha servido como ponente en los actos de la ADL; ha prestado a la institución un valioso servicio como maestro de ceremonias en las actividades académicas y colabora con artículos y ensayos para el Boletín de la Academia. Además, es el autor de una columna semanal sobre asuntos idiomáticos en el periódico El Nacional y mantiene una activa militancia en las actividades de nuestra institución.

Rafael Peralta Romero ha publicado las siguientes obras literarias: Diablo azul, Santo Domingo,  Gente, 1992; Residuos de sombra, Santo Domingo, Cocolo Ed., 1997; Los tres entierros de Dino Bidal, Santo Domingo, Manatí, 2000; Cuentos de visiones y delirios, Santo Domingo, Gente, 2001; Memorias de Enárboles Cuentes, Santo Domingo, Manatí, 2004; El conejo en el espejo, Santo Domingo, Ferilibro, 2006; Cuentos de niños y animales,  Santo Domingo, Norma, 2007; Punto por punto, Santo Domingo, Ed. Colonial, 2008; De cómo Uto Pía encontró a Tarzán, Santo Domingo, SM, 2009; A la orilla de la mar, Santo Domingo, Gente, 2011; Círculo de espera, Santo Domingo, Ed. Nacional, 2012; Pedro el cruel, Santo Domingo, Ed. Nacional, 2013; Ella y tú, Santo Domingo, Gente, 2016; y La paloma dálmata, Santo Domingo, CP, 2017.

Compartimos nuestro regocijo por la elección de nuestro agraciado colega como miembro de número de la ADL y, al tiempo que ponderamos su brillante hoja de servicios a favor de nuestra institución, ponderamos su aporte a nuestra lengua y su labor cultural y creativa en beneficio de las letras dominicanas.

Santo Domingo, 21 de noviembre de 2017.

 

ACTO ACADÉMICO EN MEMORIA DE LUPO HERNÁNDEZ RUEDA

La  Academia Dominicana de la Lengua realizó un acto solemne en memoria de don Lupo Hernández Rueda, destacado miembro de número de esta Academia, que esta institución lo encomia por su ejemplar dedicación al cultivo de la palabra de manera armoniosa y fructífera.

La actividad fue presidida por Bruno Rosario Candelier, director de la ADL, en compañía de los académicos Manuel Núñez Asencio, Rafael González Tirado, Juan José Jimenes Sabater, Manuel Salvador Gautier, Miguel Solano, Rafael Peralta Romero. También participó la hija del fenecido académico, Gloria María Hernández.

Rafael González Tirado, académico, colega y compañero de Lupo Hernández Rueda, habló de su vínculo profesional y poético con don Lupo, relación que según su testimonio fue muy importante para él, pues se conocían desde la primera etapa escolar: “Mis relaciones con Lupo fueron muy importantes por la afición de ambos por las letras y la ruta que nos esperaba para conducir a la Generación literaria de 1948”. Señaló que antes de tener sentido de generación, los acercaba su vocación literaria y la fraternidad entre sus colegas, quienes se reunían periódicamente en sus hogares para hablar de sus creaciones.

González Tirado describió a Lupo Hernández Rueda como un hombre de una personalidad excepcional. Se singularizó desde muy temprano, siempre fue cordial, con una sonrisa a flor de labios, solidario con todos sus compañeros, amigos y condiscípulos: “Todo aquel que se le acercaba en búsqueda de algo, lo atendía sin diferencia ni vacilaciones”.

Habló de la obra poética de don Lupo, quien produjo poesía desde muy temprano. Su primer libro, Como naciendo aún, fue su gran aliento de decidor para un discurrir temático y estilístico, con una de las mejores líneas creativas en las letras dominicanas. Señaló que el tema de la muerte fue una constante en su labor poética. Finalmente el académico y también poeta don Rafael González Tirado expresó que Lupo Hernández Rueda fue especial, siempre estuvo sonriendo a todo, que es como sonreírle a la vida. Fue un gran amigo y por siempre hermano: “Nacerás con nosotros cada día, con tu emblema de sencillez, humildad y dignidad”, subrayó.

Más adelante, Manuel Núñez Asencio expuso su valoración sobre el poema  “Círculo”, memorable creación poética de Lupo Hernández Rueda, que ha sido ponderado como el más representativo de su producción. Núñez Asencio explicó que el poema “Círculo” corresponde a una visión que está muy emparentada en una de las técnicas estilísticas: la comparación. Dijo que en el comienzo del poema, Lupo define su presencia como la de un personaje que ha superado la muerte y que está en esa posibilidad mayor, que es la explicación a partir de la consideración de la muerte.

Ponderó el ponente algunos elementos temáticos y compositivos, que son valores fundamentales de cómo Lupo Hernández Rueda hizo el poema y por qué este poema es uno de los grandes poemas de la literatura dominicana: “Es el poema de mayor profundidad metafísica y de mayor definición. Los procedimientos que utiliza están muy relacionados con los procedimientos de la poética bíblica; la poética bíblica usa grandes unidades rítmicas: retórica cerrada, combinaciones de voz que va haciendo en todo el poema, ritmo de paralelismo y encadenamiento bíblico”, explicó. El académico, tras finalizar, manifestó que el poema “Círculo” se refiere a la transición de la propia vida.

Gloria María Hernández Contreras, hija del fallecido académico Lupo Hernández Rueda,  agradeció en nombre de la familia Hernández Contreras a la Academia Dominicana de la Lengua por el homenaje póstumo a su ilustre padre. La abogada expresó que su padre los enseñó, a ella y a sus hermanos, a aprender del ejemplo. Señaló que está convencida de que la obra de don Lupo, como poeta, ensayista, jurista, abogado, literato y maestro, estuvo marcada significativamente por las experiencias vividas en su primera juventud, cuando los estudios primarios y secundarios los realizó en diversas localidades del país: “Eso, dedicación y esfuerzo, tesón, perseverancia y paciencia fue lo que nos dejó como ejemplo nuestro padre a todo lo largo de nuestras vidas y, ahora aún después de la muerte, porque como bien dijera el poeta en uno de los versos de su poema “Círculo”: “La vida la concibo como un círculo./El hombre no termina con la muerte./Soy un poeta que crece y se transforma cantando. El movimiento es todo, el movimiento es todo, el movimiento”.

Al término de su intervención, Gloria María Hernández dijo que su padre no está presente físicamente, pero lo está de corazón y alma. Y sus hermanos y ella se sienten muy orgullosos de ser parte de la prole del poeta Lupo Hernández Rueda y le piden a Dios los ilumine en la trayectoria de poder honrar su filiación a lo largo de su vida.

El Dr. Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, dio su testimonio sobre don Lupo Hernández Rueda, a quien consideró que como académico, poeta y escritor fue ejemplar, mediante notaciones de una singular vocación humana, literaria y espiritual: “Yo tuve la suerte de conocerlo en año de 1964 cuando lo busqué en su oficina de abogados donde él dirigía una revista literaria que en ese entonces era muy importante. Se trata de la revista que su grupo literario dio a conocer en el país con el nombre de Testimonio, revista que representaba a la generación literaria a la que él pertenecía. Ese grupo literario se conoció en la historia de la literatura dominicana con el nombre de Generación del 48”, contó el director.

Rosario Candelier relató que don Lupo era, además de poeta y ensayista, un promotor de la literatura. Él fue el inspirador de la revista Testimonio y durante varios años la editó aquí en Santo Domingo, y naturalmente cumplió con el rol que le correspondió ejercer como órgano de promoción de las artes y las letras.

Subrayó también un segundo aspecto muy importante en Lupo Hernández Rueda, como fue su singular distinción como ser humano: “Quizás el atributo personal más importante en Lupo era la armonía que él sembraba entre sus amistades, entre su grupo, entre los poetas, entre los integrantes de las promociones literarias. Quizás el rasgo altamente representativo en la Generación del 48 fue justamente ese sentimiento de empatía y fraternidad, esa vocación de armonía y de solidaridad que distinguía a Lupo. Ese rasgo distinguió a la Generación del 48 entre las agrupaciones literarias dominicanas”.

Este director subrayó que en la literatura de Lupo Hernández Rueda había la dimensión trascendente de la palabra. Esa faceta era el reflejo de la idea que él tenía, ya que la palabra es capaz de canalizar nuestros ideales y sueños si la asumimos como la expresión de la más alta condición humana. Manifestó que esa vocación humana, de armonía y empatía solidaria, la pudo constatar en don Lupo en diversas reuniones celebradas la Academia Dominicana de la Lengua. Su persona era centro de atención, de coparticipación, de afinidad: “Eso era Lupo Hernández Rueda en función de lo que lo distinguió como intelectual, como profesional, como intérprete de la literatura, como poeta y, sobre todo, como ser humano. Ojalá podamos nosotros darle continuidad a ese ejemplo de vida que él dio con su conducta, con su palabra y su creación”, subrayó el director de la Academia Dominicana de la Lengua al dar cierre a este memorable acto en memoria de Lupo Hernández Rueda.

Santo Domingo, ADL, 21 de noviembre de 2017.

PRESENTACIÓN DEL DICCIONARIO DE MÍSTICA

La Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) fue el escenario donde se puso a circular el Diccionario de mística, una nueva publicación de la Academia Dominicana de la Lengua, de la autoría de Bruno Rosario Candelier.

Este diccionario fue presentado por Rafael Peralta Romero, Gisela Hernández y Sélvido Candelaria. La maestría de ceremonia la realizó el licenciado José Alejandro Rodríguez, director del Departamento de Letras, quien al iniciar su intervención expresó el agradecimiento a la Academia Dominicana de la Lengua y la distinción del autor del libro por escoger el Recinto Santo Tomás de Aquino, de la PUCMM en la capital dominicana, como lugar de presentación de esta nueva obra del lexicógrafo dominicano, quien también fue profesor de este centro universitario.

El académico y escritor Rafael Peralta Romero inició la presentación del Diccionario de mística y señaló que en más de una ocasión el actual director de la Academia Dominicana de la Lengua y presidente del Ateneo Insular ha expresado su preocupación por la falta en nuestro país de una escuela destinada a los estudios místicos, para lo cual es indispensable, en primer lugar, la existencia de ensayistas, poetas y narradores con vocación por la mística: “Resulta muy evidente que con sus trabajos, sobre todo a través del Movimiento Interiorista,  Rosario Candelier ha venido preparando las bases para establecer esa escuela, ya que son miembros del Interiorismo los dominicanos que en los últimos treinta  años  han transitado la senda de la mística en sus creaciones”, expresó Peralta Romero.

Dijo que Bruno Rosario Candelier nos ha sorprendido con el lanzamiento, antes de un año, de este amplio repertorio temático en el que clasifica y explica, con criterio enciclopédico, cada elemento de la terminología propia de la mística, apoyado, cada artículo en magníficos ejemplos  de creación de nuestros poetas y narradores místicos.

Destacó que a ese propósito obedece la publicación del Diccionario de mística, editado con el sello de la Academia Dominicana de la Lengua y el patrocinio de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua. De inicio, el autor advierte que para elaborar un diccionario de términos místicos hay que saber lo que es la mística, sin confundirla con la religión, ni con la metafísica, ni con el mito: “La mística implica, como búsqueda de lo divino, una contemplación hacia adentro, hacia la esencia del ser, hacia la Fuente creadora e inspiradora de todo, hacia el Misterio que arroba y anonada”, dijo citando un concepto del lexicógrafo dominicano.

Peralta Romero manifestó que presentar un diccionario de mística resulta muy diferente al hecho de ponderar un libro de cuentos o una novela.  En esto último es donde radica su experiencia.

En el acto de presentación de este diccionario, la escritora santiagués Gisela Hernández ponderó el alcance de esta nueva obra lexicográfica de Bruno Rosario Candelier, y al respecto consignó: “Conciencia espiritual que todo ser humano puede acceder cuando se entregue a su misterio y se deje elevar más allá de la realidad cotidiana que venera lo simple. Y, paradójicamente, la esencia divina en las cosas más triviales de la humanidad puede llevar a la conciencia plena del despertar a la sensibilidad mística, siempre que el ánimo del espíritu se incline a entender y definir cuál es el sentir espiritual que rige nuestras vidas y avocarnos en identificar las «señales divinas» que el Diccionario de mística define bajo tres entradas, siendo la primera de ellas «mensajes percibidos como fenómenos o prodigios, con cita de Libro del Antiguo Testamento (Deuteronomio 13;1-2). La segunda entrada, indicios y mensajes trascendentes, con apoyo en una cita de La dolencia divina, obra del propio Rosario Candelier, dejando en el ánimo la tercera entrada como las señales de la trascendencia, avalada con versos del poeta español José Nicás Montoto, Dilmun: “Serénate un momento, corazón, /y repara en los dones, feliz que disfrutare/ aquello que ahora gozas/ porque nada precisas ni nada te reclama/y has aprendido a ver en las cosas fugaces/ una móvil señal de lo Inmóvil Eterno”.

Por su parte, Sélvido Candelaria intervino con su exposición sobre el Diccionario de mística. Candelaria explicó que los diccionarios son herramientas que se utilizan en todas las profesiones, y que puede servir hasta para condenar a una persona, según nos dice en una atinada selección ilustrativa que ha utilizado para presentar el Diccionario fraseológico del español dominicano: “Sírvame pues, este preámbulo para introducir mi participación en la presentación oficial del Diccionario de mística, del Dr. Bruno Rosario Candelier. Los diccionarios podrían hacer la diferencia en muchos otros aspectos, pero he querido escoger este sobre su auxilio a la justicia ordinaria, para resaltar lo que muy poco se menciona de los diccionarios: su característica de canon justiciero. Y es que el diccionario viene a ser como una recopilación de leyes que, en base al uso de giros y expresiones, va estableciendo una comunidad de hablantes”, expresó el reconocido ensayista.

Candelaria resaltó que el autor de este diccionario ha estructurado un texto de consulta indispensable para todo aquel que se interese por el tema de la mística, pero sobre todo, para los creadores literarios quienes pueden encontrar aquí una guía referencial y un manual esclarecedor de dudas sobre esta materia de la espiritualidad.

Finalmente, el crítico literario explicó que este diccionario recoge cerca de 300 entradas y unas 1500 notas de textos donde aparecen aspectos y expresiones de simbolismo místico creados por 234 diferentes autores dominicanos y españoles, con la autorizada interpretación de cada una de ellas: “El autor nos entrega una herramienta fundamental para incursionar en este complejo campo”, afirmó el presentador.

Santo Domingo, PUCMM, 15 de noviembre de 2017.

DIÁLOGO SOBRE LA LENGUA Y LA ACADEMIA DOMINICANA

Dentro de las jornadas conmemorativas del 90 aniversario de la fundación de la Academia Dominicana de la Lengua, Bruno Rosario Candelier fue invitado a participar en el “Diálogo Libre” que se transmite en la doble versión digital y gráfica del periódico Diario Libre de la capital dominicana.

La conducción de este “Dialogo Libre” estuvo encabezado por el director del matutino, Adriano Miguel Tejada; la subdirectora Inés Aizpún; el jefe de redacción, José María Reyes; y los periodistas de la redacción, Niza Campos y Wander Santana.

Adriano Miguel Tejada dio la bienvenida al director de la ADL y, de inmediato, manifestó que la Academia Dominicana de la Lengua fue de las academias la primera fundada en el país, y subrayó: “La ADL ha tenido un florecimiento con sangre nueva, con más publicaciones, con acuerdos interinstitucionales y con gran prestigio institucional”. Expresó que su interés es enfocarse en cómo el actual director entiende que está el estado del español en la República Dominicana en este momento. Bruno Rosario Candelier habló del estado del español dominicano y la realidad del mundo cibernético en el país. Explicó que el ámbito electrónico tiene dos vertientes, porque en el aspecto práctico sabemos que, sobre todo, la juventud usa la lengua con desenfado: “Cuando los usuarios del chateo usan la lengua, por lo general no aplican criterios ortográficos ni gramaticales. Ese es un hecho lingüístico que es digno de un estudio”, dijo.

Además subrayó que la juventud que no usa la lengua con propiedad en las redes sociales, cuando tiene que escribir una carta para solicitar un empleo, no va a usar esa lengua descuidada que usa: esa lengua cortada, incorrecta, inapropiada, pobre en términos de palabras; al contrario, se va a esmerar y, de hecho, cuando asciende a la edad adulta y accede en el plano social y profesional da señales de una mejoría y se da cuenta de que tiene que mejorar, que no puede seguir usando la lengua tan chabacanamente como la usan en las redes sociales.

Sobre la cantidad de palabras que utiliza el dominicano promedio, el lingüista señaló que la deficiencia es notable, porque los hablantes se forjan una compresión del mundo en función del conocimiento del léxico y el caudal de las palabras que conocen y en tal virtud tenemos un horizonte cultural que depende del léxico, de la cantidad de vocabulario que hayamos adquirido: “El hablante dominicano común refleja una pobreza léxica”, consignó.

Rosario Candelier explicó que tenemos un léxico muy reducido en términos de cantidad. La persona común y corriente sin formación escolar quizás se desenvuelve con 1500 o 2000 palabras; el universitario actual, cuya formación intelectual es precaria, puede desenvolverse con 4.000 a 5.000 mil palabras; y el profesional con inquietudes intelectuales, que lee periódicos y alguna vez un libro, revela un aumento en su capacidad intelectiva y puede dominar de 7 a 10.000 palabras; el hablante culto dominicano puede andar por unas 30 mil palabras, pero no es gran cantidad si la comparamos con las 100 mil palabras del Diccionario de la lengua española: “Es muy pobre la cantidad de léxico que posee el hablante común de nuestro país”, afirmó.

Manifestó que la misión de la Academia Dominicana de la Lengua desde su fundación ha sido justamente propugnar por una mayor conciencia de lengua, para que los hablantes conozcan mejor su propio idioma y, desde luego, hagan un uso ejemplar: “La realidad social, la realidad cultural que podemos comprobar es que hay una pobreza léxica y un escaso conocimiento gramatical y eso no deja de preocuparnos a los que tenemos la misión de encender el entusiasmo y el interés por la lengua”, expresó.

En atención a la realidad que le corresponde enfrentar a la Academia Dominicana de la Lengua, que es la responsabilidad de velar por el buen desarrollo del español dominicano, el director detalló que desde que asumió la dirección de la ADL se trazó varios planes, entre ellos tirar la Academia a la calle, publicar varios diccionarios, comenzando por el Diccionario del español dominicano, y el Diccionario fraseológico, que comprende el uso de adagios, giros, locuciones y frases; el Diccionario de símbolos, que tiene un vínculo con la literatura; y el Diccionario de mística, vinculado al ámbito de la espiritualidad.

Habló del aporte del habla dominicana al enriquecimiento del español universal: “Nosotros naturalmente recibimos la lengua que nos dieron los primeros españoles que poblaron esta tierra, es decir, los actuales dominicanos somos herederos de las generaciones anteriores que comenzaron con el inicio de la conquista y la implantación de una nueva sociedad y una nueva cultura en tierras americanas. La lengua que originalmente conocimos fue la lengua castellana de los españoles de entonces y con el paso del tiempo esa lengua se fue aclimatando con la realidad histórica y la realidad social, que se fue también modificando con el paso del tiempo, porque cada generación siempre trae innovaciones y, por esa razón, como hay cambios, cada cambio obedece a la ley de la naturaleza y es parte de la naturaleza misma de lo viviente, como ha establecido la física cuántica”, precisó.

Por otro lado, enfocó la enseñanza del idioma en la República Dominicana, de cuyo resultado infiere su estado: “La revolución educativa de la que habla el gobierno son puras palabrerías. Yo no conozco la interioridad del Ministerio de Educación; tampoco dudo de la buena intención de las autoridades por mejorar la educación, y si hay una genuina disposición de crear una verdadera transformación escolar, eso hay que valorarlo en el resultado, para lo cual hay que esperar unos 20 años”.

Expresó que es lamentable lo que acontece con el magisterio dominicano. “No es verdad que con el actual magisterio puede haber una superación en la educación escolar, conducida por maestros que no leen, por licenciados en educación que no saben redactar un párrafo bien escrito, ni comprender el sentido ni, mucho menos, crear. El maestro enseña lo que sabe y, si no sabe, no va a enseñar”, comentó el entrevistado.

Rosario Candelier exhortó a crear en las universidades un plan estratégico, un plan educativo especializado, elegir a los mejores estudiantes y pagarles muy bien para formar una elite de educadores. Un proceso de formación intelectual con un mínimo de 5 años de formación intelectual y profesional para formar educadores en las diferentes ramas del saber: “Con los actuales maestros es imposible transformar la educación y es necesario hacerlo, ese es un proyecto necesario que hay que ejecutarlo. No sé cómo se está haciendo, estoy hablando desde fuera. La realidad es que yo hablo por el resultado”, dijo el director de la Academia Dominicana de la Lengua.

Santo Domingo, 7 de noviembre de 2017.

MARÍA JOSÉ RINCÓN PONDERA EL ESPAÑOL DOMINICANO

En un conversatorio con la lingüista María José Rincón, la académica domínico-española abordó el tema del español dominicano, al dirigirse a los integrantes del Taller de Creación Literaria “Pedro Mir”, adscrito a la Biblioteca “Juan Bosch” de Funglode. La reconocida filóloga es una gran colaboradora lexicográfica de la Academia Dominicana de la Lengua.

El coordinador del taller y director de la ADL, Bruno Rosario Candelier, expresó que el objetivo del conversatorio es conocer la trayectoria filológica de María José Rincón González como lingüista, lexicógrafa y estudiosa del español dominicano.

La distinguida académica inició su intervención diciendo que desde niña ha sentido pasión por la lengua española y la lectura: “Esa ha sido mi gran pasión, privilegio que atribuyo probablemente a que los docentes de vocación distinguen a las personas que pueden tener la característica para aprovechar lo que ellos aportan con un enfoque especial”.

María José Rincón contó que estudió Filología hispánica en Sevilla, su ciudad natal. A sus 23 años había terminado esa carrera y cuando se vinculó a la Academia Dominicana de la Lengua encontró la institución ideal para canalizar su vocación lexicográfica. De sus años de estudios dijo: “En ese tiempo no había una especialidad, una mención específica, pero a partir del tercer año yo tuve la suerte de tener como profesor a Juan Antonio Frago, que es uno de los grandes estudiosos del español y, sobre todo, de la historia del español en América, y él fue mi profesor de Historia de la lengua e Historia de las hablas andaluzas, asignatura que se la inventó él en la universidad y tuve la suerte de formar parte de un grupo de investigación con él”, relató la lingüista.

En respuesta a una pregunta de este director, la versada académica explicó que el profesor decidió crear un grupo llamado “Las hablas andaluzas”, precisamente porque había una polémica sobre el origen de la variedad hispana del español, es decir, cómo surgió el español que se habla en América y la característica que tenía el español americano. Además habló del uso de la “i” en lugar de la “l” o la “r”: “Cuando se pensó que en América habían surgido por generación propia esa característica, esa era una teoría. A partir del estudio de los documentos, estudiaron primero los documentos del Archivo de Indias. Entonces se dieron cuenta de que en el andaluz del siglo XII y el XIII ya existían los fenómenos que existen en América: seseo, yeísmo, lo que se llama el andalucismo y el rotacismo, que es la “confusión”, entre L y R en posición inclusiva. Todo eso se daba en Andalucía, hacia el siglo XII”, aclaró la lexicógrafa de la ADL.

María José Rincón contó que terminó su carrera filológica en junio de 1991 y en ese mismo año conoció a su marido, quien es dominicano y estudiaba una carrera en Sevilla. Al casarse viene a vivir a Santo Domingo, donde se establece desde diciembre de 1991.

Su vinculación con la Academia Dominicana de la Lengua fue anecdótica: “Trabajaba en el  Consulado de España, y cuando yo entré a esa representación consular, fui asignada al departamento de visado. Entonces un buen día, ante mi despacho apareció don Bruno Rosario Candelier a solicitar un visado para España, y cuando yo leí el formulario que decía: “Profesión: Filólogo”, me sorprendí, porque cuando llegué a este país decía que el filólogo es raro en todos los sitios del mundo. Entonces yo le dije a don Bruno que yo también era filóloga. Y él entonces me aseguró que a su regreso de España me invitaría a las reuniones literarias del Ateneo Insular y a las actividades lingüísticas de la Academia Dominicana de la Lengua. Y así ocurrió. Mi primera intervención filológica fue nada más y nada menos que en Moca, en un encuentro literario del Ateneo Insular; y nada más y nada menos que sobre san Juan de la Cruz, en una actividad con los poetas interioristas orientados por don Bruno”, detalló la filóloga.

La académica confesó que su obra clave, su “Biblia de cabecera”, es El Quijote: “Evidentemente no es sencillo, pero tiene la grandeza de la sencillez de Cervantes, quien es mi ídolo absoluto”, dijo con seguridad y emoción. Expresó que todo lo que una persona vaya a buscar en literatura, sea de creación literaria o de lengua española, todo lo que quiera buscar está en El Quijote, de Miguel de Cervantes.

Señaló que en la Academia Dominicana de la Lengua presentó en la Tertulia Lingüística de la ADL un taller sobre Don Quijote para conmemorar su cuarto centenario, que repitió en el Centro Cultural de España para ponderar el legado de Cervantes: “Yo con El Quijote disfruto, me siento y aprendo mucho cada vez que lo leo”, dijo.

Otra de sus obras favoritas es el Cántico espiritual, de san Juan de la Cruz, una de las cumbres de la literatura española y universal. La tercera, entre sus obras favoritas, es el Diccionario del español Dominicano.

Para responder a una pregunta sobre la confección de un diccionario, la lingüista explicó que todos los diccionarios que se preparan tienen utilidad, porque mientras más culta es una persona, más diccionarios esa persona necesita consultar. Agregó que nuestra Academia está haciendo lo que le corresponde en el ámbito lexicográfico, gracias a la vocación lingüística de su director. A don Bruno debemos la motivación para la labor lexicográfica que hemos realizado con el apoyo del equipo lexicográfico de la ADL, bajo su dirección.

Finalmente, María José Rincón agregó su opinión acerca del sexismo. Subrayó que definitivamente el problema es la ignorancia. Cuando la ignorancia pretende imponer criterios, pues hay un punto que el que más o menos tiene la idea de cómo funciona la lengua: “Mientras haya sexismo en la sociedad, eso lo va a reflejar el lenguaje, porque para eso tenemos el lenguaje, para expresarnos. Si tú eres sexista, tu expresión va a ser sexista, sin duda”, enunció la lingüista. Manifestó que lo que hay que atacar primero es la mentalidad sexista, el comportamiento sexista. Rincón expresó que el cambio en el léxico es una lucha por el dominio del significado. Agregó que hay un cambio continuo que sería la realidad que vamos a nombrar, o sea, lo que se puede nombrar, y las palabras luchan porque la parcela de la realidad es la que se va a aplicar y el léxico es tan rico que sus fronteras no son inmóviles.

Santo Domingo, 2 de noviembre de 2017.