El traslaenqueismo, el traslaconqueismo y el traslaporqueismo en la República Dominicana

Por Tobías Rodríguez Molina

Hace unos años fue publicado el libro “El español al día”. El mismo contiene ensayos redactados por varios profesores y profesoras del área de Letras de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, de la ciudad de Santiago de los Caballeros, República Dominicana. En ese libro apareció  mi primer ensayo que tocaba el tema del queísmo y el dequeísmo. Unos años después seguí  adentrándome en el tema con el ensayo “Más sobre queísmo y dequeísmo”, en el que me centré en proponer un sencillo método para saber, siguiendo pautas sintácticas, cuándo se usan “que” y  “de que”.

Me siguió inquietando el tema y en el año 2010 publiqué, para ilustrar a mis alumnos de la PUCMM y a otros usuarios interesados en el buen empleo del castellano, el ensayo “Queísmo, dequeísmo y otros casos”. Cuando ustedes conozcan este ensayo se darán cuenta de que ahí presento una serie de fenómenos  que reflejan el rumbo que en nuestro país va siguiendo la evolución de la sintaxis del español nuestro.  Debo dejar constancia de que, para los fenómenos referentes a “otros casos”, no existen en español términos con los cuales identificar esos fenómenos, por lo que me vi precisado a inventarlos. El hecho es que son realidades presentes entre nosotros y de alguna manera hay que identificarlos para poder hablar de ellos. Yo espero que la Academia Dominicana de la Lengua no me guillotine por mi atrevimiento.

Tres de esos casos presentes en ese ensayo son aquellos a los cuales les he dado el nombre de “traslaenqueísmo”, “traslaconqueísmo” y “traslaporqueísmo”. Veamos a continuación cada uno de esos fenómenos por separado.

El traslaenqueísmo consiste en la separación, dentro de la oración, de “en” y “que”, dos palabras que, de acuerdo con la sintaxis del español, deben aparecer una a continuación de la otra. Veamos este ejemplo de traslaenqueísmo: “Sabemos en la situación que ellos se encuentran.”  Nuestra sintaxis pide que se diga: “Sabemos la situación en que ellos se encuentran.”

El traslaconqueísmo tiene como característica la separación de “con” del “que”, siendo así que, de acuerdo con las prescripciones  y el uso normal de nuestra sintaxis, esos dos términos deberán aparecer uno a seguidas del otro. A continuación les ofrezco un caso de “traslaconqueísmo”: “Conocemos  con los sinsabores que  ellos lograron lo que hoy tienen.” De acuerdo con nuestra sintaxis, esta oración debería ordenarse como sigue: “Conocemos los sinsabores con que ellos lograron lo que hoy tienen.”

El tercer fenómeno que les presentaré es el que he  nominado traslaporqueísmo, que ofrece como característica la presencia separada de “por” y “que”, en vez se aparecer dichas palabras juntas en el orden sintáctico. Ejemplificaremos este caso con el siguiente ejemplo: “No comprendo por el motivo que ellas se retiraron de la reunión.” Para que esa oración aparezca ordenada en consonancia con la sintaxis del español, debería estar formulada en el siguiente orden: “No comprendo el motivo por el que ellas se retiraron de la reunión.  Hasta aquí he ofrecido el concepto de esos tres casos de alteración sintáctica que se están produciendo, de forma bastante frecuente y acelerada, en el español dominicano, acompañando cada una de esas realidades con un ejemplo. Y  para que caigan en la cuenta de hasta dónde han penetrado estos cambios sintácticos en nuestro país,  les presentaré ejemplos de  esos tres fenómenos tomados de usuarios dominicanos. Los primeros que leerán los tomé, para ejemplificar el “traslaenqueísmo”, de profesionales de la comunicación y son estos:

  1. “Veamos en las condiciones que se encuentran los moradores de La Zurza…” (Introducción a una entrevista a esos moradores; una reportera de CDN)
  2. “Es penosa en la situación que se encuentran muchas personas en República Dominicana.” (Reportera de TELEANTILLAS)
  3. “Conocemos en las condiciones que viven ellos.” (Comunicadora dominicana en un programa de televisión de un canal capitalino)

Veamos a continuación ejemplos de  “traslaconqueísmo” tomados de fuentes diversas:

  1. “Hay que tener en cuenta con las enfermedades que llegan.” (Doctora parte de la dirigencia de la Maternidad Nuestra Señora de la Altagracia, de Santo Domingo, R. D.)
  2. “Es admirable con la rapidez que… enfrentaron los problemas dejados por el huracán María…” ( Un veterano comunicador de la Z 101: programa matutino de un sábado)
  3. “Ustedes han visto con la confianza que ese lanzador enfrenta a los bateadores.” (Un comentarista de la Z 101)
  4. “Es evidente con la rapidez que está cambiando la sociedad…” (Médico especialista de la Receta Médica de la Z 101)

Del “traslaporqueísmo” también se escuchan en nuestro país, y de variadas fuentes que las producen en su interacción con los demás,  expresiones  como las siguientes:

  1. “No sé por la razón que ella no regresó a su casa.” (Estudiante universitaria de Santiago de los Caballeros)
  2. “Me conmovió por la pena que ella están pasando.” (Una señora de Santiago, de nivel social alto)
  3. “Conozco muy bien por la situación que están pasando esas personas.” (Respuesta a una pregunta hecha por un reportero de televisión de la capital dominicana)

El hecho de que, como hemos  visto  en los ejemplos ya ofrecidos,  los mismos fueron producidos, en su mayoría, por profesionales de la comunicación  y por personas de un elevado nivel sociocultural, nos indica que esos  tres fenómenos de cambio sintáctico  están fuertemente arraigados en nuestra lengua nativa. Ahora bien,  ante  la magnitud con que ese fenómeno lingüístico está presente en la República Dominicana, ¿podría  decirse que ese es otro elemento que está configurando nuestra identidad lingüística?  Me gustaría que algún lingüista  dominicano me ofreciera su opinión al respecto.

© 2019, Tobías Rodríguez Molina

Algunos aciertos y desaciertos en casos dificultosos del español en la novela Equis

Por Tobías Rodríguez Molina

Los idiomas constituyen un ente sujeto  a evolución o cambio en el transcurrir del tiempo. Eso le pasa, por consiguiente, a nuestra  lengua española.  De ahí que  todos los que usamos ese canal de transmisión de información, especialmente los escritores y comunicadores en general, participamos de ese proceso, por lo que hay que cuidarse de llamar “peladamente”  errores a muchos usos alejados de las normas  que hasta ahora nos han orientado en el empleo de nuestra lengua castellana. Eso me llevó a hablar de “acierto” al uso de acuerdo con la forma tradicional, y “desacierto” al caso en el que hay un apartarse del uso y normas del español, algo que se  está constituyendo en algo  generalizado y normal, como es, por ejemplo, el caso del “queísmo” y el “dequeísmo”, y otros aspectos más que presentaré en este artículo.

En esta ocasión, mientras leía la novela EQUIS, de Avelino Stanley, fui anotando casos acertados y desacertados presentes en esa novela y de los cuales voy presentando mis consideraciones frente a unos y otros. Debo dejar aclarado que, tal como aparece dicho en el título, analizaré casos que nos presentan fuertes dificultades al emplearlos. Entremos ya en materia.

Aciertos y desaciertos al emplear “aquí” y “acá”:

  1. Empleo de aquí y de acá de acuerdo con la norma:
    1. “Eso era Carita por aquí y Carita por allí.”(p.11, 3ra. edición). En este ejemplo encontramos a “aquí” con el sentido estático que le asigna el español, significando “en este lugar”.
    2. “Ven hacia acá, hacia el Este.”(p.13, op. cit.) .Esta vez Avelino emplea “acá” de acuerdo con el sentido dinámico que se le asigna a ese adverbio de lugar.
    3. “Los árboles se movían así, hacia allá, hacia acá, danzando un ritmo lento, con la parsimoniosidad de la orquesta que dirigía magistralmente la naturaleza.” (p. 66, op. cit.). En este fragmento el autor también emplea “acá” siguiendo la norma de nuestra lengua, es decir, expresando dinamismo o movimiento.
  1. Uso de “aquí” apartándose de la norma del castellano:

-“…desde que María tomaba la lámpara en la mano, su sombra bailaba sobre la pared para aquí y para allá.” Este caso, en lo referente al sentido dinámico, es semejante al 1c, que fue bien empleado al usar “acá”, pero en este caso 2, empleó “aquí” quebrantando la norma, pues debió usar “acá” por el sentido dinámico envuelto en la expresión.

Desaciertos al emplear separadas palabras que van unidas

  1. “…hablaba con Aguila, el muchacho de en frente que estudiaba psicología en la universidad autónoma.” (p. 44, op. cit.). “en frente” no es una expresión adverbial sino un adverbio que se escribe “enfrente”. Hay que tener en cuenta que el nombre de la universidad autónoma debe iniciarse con mayúscula.
  2. “El, como estaba de vacaciones, había venido a donde sus familiares.” Ese “a donde” no debe escribirse en dos palabras, sino en una sola, es decir, debe escribirse “adonde”.
  3. “Sobre todo al medio día, cuando uno venía sudoroso del ingenio.” Aquí se trata del período de tiempo, que es el “mediodía”, y no la mitad del día, que es “medio día”. Véase el siguiente ejemplo: “El agricultor trabajó solamente de las ocho de la mañana hasta el mediodía, y por eso  solo  le pagaron medio día de trabajo.”
  4. “…y se la llevó cargada, acariciándola todo el tiempo, besándola en la boca, en las mejillas, en la nariz, donde quiera. (p. 97. op. cit.). Se trata en este caso del adverbio “dondequiera”.  “Donde quiera” podría aparecer escrita en dos palabras en una oración como esta: “Donde quiera ella ir (donde desee ella ir), allí iré yo.”

Desaciertos al usar juntas palabras que se escriben separadas.

  1. “Aveces, como para disimular, María se tiraba en la cama y duraba horas enteras mirando hacia arriba.” (p. 79. op. cit.). Este desacierto consiste en escribir “A veces”, que es una frase adverbial, como si fuera un adverbio, que en ese caso se escribiría en una sola palabra.
  2. “La abuela, después de haber visto todo, salió depronto y volvió con una mata de sábila…” (p. 81, op. cit.). Se deben escribir no unidas las palabras de esta expresión adverbial, que es “de pronto” y no “depronto”.
  3. “…se le había dado ese nombre no se sabe porqué.” (p. 83, op. cit.). Si a ese “porqué” lo estuviera acompañando el artículo “el”, estaría bien empleado, pues sería “el porqué”, equivalente a “el motivo”. Pero en ese contexto equivale a “por cuál (qué) razón o motivo” y se escribe “por qué”.

Desacierto al emplear la variante del pronombre de tercera persona (el-los, la- las, usted-ustedes) con función de objeto indirecto, que debe ser “le” para el singular y “les” para el plural.

  1. “Con esa letrina en uno de los extremos que le servía, al mismo tiempo, de baño.” (p.60, op. cit.) Según el contexto, la letrina serviría para todos los que vivían en la hilera de habitaciones, es decir, “les” servía a todos.
  2. “Ya resultaba algo fútil para muchos, aunque a  otros, como su madre, esto le  resultaba una madeja muy difícil de tejer.” (p. 75, op. cit.). El contexto da a entender que el referente objeto indirecto “otros” es plural, por lo que mandaba usarse “les” y no “le”.

Desacierto al no aplicar la norma de la concordancia entre un sustantivo y su modificador directo o adjetivo. Ejemplo: “Y los laureles, esos monstruos enorme, apenas cedían.” (p. 84, op. cit.). Al estar monstruos en plural, pide que su modificador directo  se exprese en plural y sea “enormes”.

Desaciertos al  emplear “que” en lugar de otras construcciones.

  1. Empleo de “que” (queísmo) debiendo usar “de que”. Ejemplo: “Porque estaban seguros que ella no saldría de allí ni amarrada. (p. 76, op. cit.). La verdad es que el queísmo es empleado por la mayoría de los dominicanos. Es decir, ese uso se ha constituido en algo propio de nosotros. Hacemos esta afirmación a pesar de que uno no conoce ningún estudio sobre ese fenómeno de cambio linguístico, pero la percepción al oír hablar o leer lo que escriben nuestros compatriotas, creo que avala mi afirmación.
  2. Empleo de “que” en vez de “a los que” (desalosqueísmo). Ejemplo: “También se cruceteaban entre la cara de la gente los mimes, esa especie de los múscidos, que se le había dado ese nombre no se sabe porqué” (p. 83, op. cit.). Esta vez elidió  “a los” en la expresión “a los que”, a lo cual yo le he llamado desalosqueísmo, partiendo de “des” (eliminación, falta, ausencia) como en “desunido”, “desvergonzado”, “desamor”.
  3. Empleo de “que” en lugar de “en que” (desenqueísmo). Ejemplo:  “Justo en ese momento que la vecina rascaba ya el fondo del caldero…” (p. 96, op. cit.).  Debe ser:   “Justo en ese momento en que la vecina rascaba ya el fondo del caldero…”

Acierto en el empleo de “aún”: “Al pararse, satisfecha, sin tomar equilibrio aún, cayó al suelo.” (p. 55, op. cit.). Ese uso cumple con la norma al ser ese “aún” equivalente o sustituible por “todavía”.

Desacierto al emplear “aun” y “aún”

  1. “Aún así, todavía vivían buscando en los patios cualquier espacio pequeño…”( p. 57, op. cit.). Aquí vemos un empleo de “aún” con tilde como si se tratara de su equivalencia con “todavía”, lo cual no es así porque en ese ejemplo, la única equivalencia posible es con “incluso” e “inclusive”.
  2. “…la vecina rascaba ya el fondo del  caldero y no la había llamado aun…” (p. 96, op. cit.). Evidentemente, en ese caso tenía que escribir “aún” así,  con su  tilde, por su equivalencia con “todavía”.

Otro desacierto: Elisión de un término y una coma, con lo cual se dificulta la comprensión del contenido.

“Mientras María permanecía semifuribunda, con la cabeza apoyada en la palma de la mano.” (p. 80, op. cit.). La redacción se mejora y se aclara el sentido si decimos: “Mientras tanto, María permanecía semifuribunda, con la cabeza apoyada en la palma de la mano.”  Esa construcción sin “tanto” y sin “coma” no es una oración gramaticalmente completa, sino una proposición, que sería parte de una oración compuesta como la siguiente: “Mientras María permanecía semifuribunda, con la cabeza apoyada en la palma de la mano, la niña lucía desentendida en un rincón de la sala.”

Empleo desacertado del verbo “hacer” impersonal, que según lo pautan las normas de la concordancia, jamás debe aparecer en plural cuando se usa como impersonal, como lo usó el autor de la novela que  estamos analizando.

Veamos el siguiente ejemplo:  “Pensó ligeramente en que hacían algunos días  que la muchachita no se le escuchaba lo de Carita.” (p. 96, op. cit.). Para guardar la acertada concordancia, la expresión “hacían algunos días” tiene que ser “hacía algunos días”.

Si tenemos en cuenta la abundante cantidad de desaciertos presentes en esa novela de Avelino Stanley, podríamos pensar que, si pasó por las manos de un corrector de estilo, a esa persona  habría que enviarlo a un centro de corrección estilística.

© 2019, Tobías Rodríguez Molina

 

Bacano, accionariado, establishment/*estabilishment, filial/filiar, alimentaria/alimenticia

Por Roberto E. Guzmán

BACANO

“. . .corte de pelos o pelada BACANA. . .”

Los dominicanos son prolijos en la creación de nuevas voces o en añadir nuevas acepciones a voces que se hacen de moda, es decir, que se usan con mucha frecuencia. Eso que se acaba de escribir es algo que ha sucedido con la voz del epígrafe.

Esta voz se utiliza también en Ecuador y Colombia. En esos dos países solo sirve para expresar, “chévere, estupendo” y la usan los jóvenes. Además de esa significación, en República Dominicana la voz tiene dos acepciones más.

Referido a persona, en República dominicana es, “extraordinaria, que sobresale por su inteligencia o por sus grandes habilidades para algo”, así mismo relativo a persona es, “que va a la última moda”.

No hay que extrañarse si en el habla, algunas personas, sobre todo jóvenes, se oye que utilizan la voz bacano/a para aludir a otras cosas. Pueden usarlo para referirse a alguna cosa que funciona bien.

Como una rareza puede mencionarse que bacana en tanto nombre femenino, es un “jolgorio, alegría”. Diccionario de dominicanismos (2002:31). Otra rareza es bacanería, para expresar que algo es una chulería. La creatividad no se detiene ahí, pues en otro diccionario se encuentra bacana con la significación de “charla desenfrenada, bulla grande”, que fue como lo consignó Brito en su Diccionario de Criollismos (1931). Bacano se halla también asentado como “alegre, resuelto, animoso”. Diccionario de dominicanismos (2010:29).

 

ACCIONARIADO

“. . .intención del gobierno de vender una parte del ACCIONARIADO. . .”

No es algo realmente censurable que alguien se equivoque en la selección de la palabra certera con respecto a vocablos que pertenecen a un léxico de alguna ciencia específica, sobe todo, si quien escribe no es un especialista en esa rama del saber.

La palabra accionariado representa al conjunto de accionistas de una sociedad. Accionista, a su vez es el dueño de una o varias acciones. Una acción es entonces una de las partes en que se divide el capital de una empresa y el título que acredita su valor.

Es necesario volver a la palabra accionariado. Es el conjunto, es decir, el agregado de varias personas. No cabe que conforme con la redacción se vendan las personas en conjunto; eso no es posible; tampoco es posible que se vendan individualmente. Lo que sí puede venderse es una parte de las acciones -o todas- de las que forman el capital de esa empresa.

Hay que ser cuidadoso al escribir para el gran público porque este tipo de error puede inducir a muchos lectores a imitar este mal ejemplo.

 

ESTABLISHMENT – *ESTABILISHMENT

“. . .unidos por miles de hilos al ESTABILISHMENT. . .”

Las voces extranjeras, son voces extrañas que confunden a muchas personas. Esto así porque son ajenas a la naturaleza y condición de la lengua española. Esas son voces que lo más sano es evitarlas, aunque sea al precio de utilizar un rodeo o una perífrasis, esto es, que haya que emplear varias palabras para expresar lo que el anglicismo significa.

La palabra inglesa que ha sido adoptada -que no adaptada- con su grafía de origen en el seno de la lengua española por los mentores del buen decir y mejor escribir, ha entrado en forma cruda.

En el Diccionario de la lengua española esta voz significa, “Grupo de personas que ejerce el poder en un país, en una organización o en un ámbito determinado”.

Esta no es la acepción que recoge el Merriam-Webster´s Dictionary. En este puede leerse algo que traducido corresponde a “grupo social, económico y político de líderes que forman una clase gobernante”. Puede aceptarse como “grupo que controla, predominante, dominante”. No hay que extrañarse si alguna persona entiende que es una elite en el poder, de cualquier género de poder que este sea.

De todas formas. Se espera que quien incluya un voz extranjera en una redacción en español lo haga de modo responsable; es decir, que se acomode al uso culto. En este caso debe ponerse en letra cursiva y reproducirlo de manera exacta, sin distorsionar la grafía.

Con respecto a la acepción, no hay que ceñirse a lo que la voz significa en la lengua de la cual procede. Puede muy bien redactarse una acepción que se ajuste al uso en la lengua en que se la acepta.

 

FILIAL – FILIAR

“. . .el amor FILIAR de los padres. . .”

“. . .el amor FILIAR ha de estar atravesado. . .”

Filial es un adjetivo que transmite la idea de vínculo de hijo con el padre. Por extensión ha llegado a relacionar el vínculo entre una entidad dependiente de otra principal.

Filiar, por su parte, indica que se toman los datos personales de alguien. El verbo afiliarse, pronominal, señala que la persona se inscribe o incorpora a una organización o en un grupo.

Es fácil sacar la conclusión de que en la cita debió aparecer el amor filial que existe entre padre e hijos. Las dos palabras pertenecen a la misma familia en el latín.

 

ALIMENTARIA – ALIMENTICIA

“. . .la transformación de la industria ALIMENTICIA. . .”

Alimentaria es un adjetivo sin secreto, posee una acepción tradicional en la lengua, “Perteneciente o relativo a la alimentación”.  La segunda acepción que figura en el Diccionario de la lengua española es, “Propio de la alimentación”. Esto es, “De la alimentación o de los alimentos”. Gran diccionario de la lengua española.

Alimenticio es adjetivo también que se define, “Que alimenta o tiene la propiedad de alimentar”. “Perteneciente o relativo a los alimentos o a la alimentación”. Estas acepciones son del primer diccionario citado más arriba. Es igual que decir que “Se aplica a lo que alimenta. . .” Esa última es una parte de la definición del Diccionario de uso del español (2007:138), Más concreto todavía, alimenticio es que sirve para alimentar.

Si se piensa y se analiza el asunto, la industria no es la que alimenta. Los ejemplos en los dos primeros diccionarios antes citados coinciden para usar “alimentaria” en el ejemplo de uso, allí se lee, “industria alimentaria”.

Luego de todo este ejercicio para separar las dos palabras, hay que considerar la realidad en la lengua. El uso se mueve hacia considerar las dos palabras del título -alimentaria, alimenticia- como sinónimas. Conceder la preferencia a uno u otro en los casos de la redacción específica dependerá en gran medida del uso del país. Esto es algo que va contra lo que se entiende por norma, pero que sigue la evolución de la realidad palpable en la lengua.

© 2019, Roberto E. Guzmán

Matatán, *más optimas, basamentar, sottovoce/*a soto voice

Por Roberto E. Guzmán

MATATÁN

“. . .son muchos los individuos que interiorizan tanto en su registro mental que son MATATANES…”

Matatán es una voz dominicana. Los dominicanos pueden orgullosamente reclamar la paternidad de esta. Este matatán tiene femenino, matatana.

De acuerdo con lo que el Diccionario del español dominicano (2013:453) recoge, es, “Persona considerada superior por tener una cualidad en su máximo grado”.

Vale la pena que se abunde aquí sobre algunos aspectos de esta voz. Uno de los aspectos es la redacción de la acepción en la parte en que se lee “considerada”. Este verbo utilizado de este modo califica la persona, y, al mismo tiempo da a entender que no es la persona quien se considera a sí mismo de esas cualidades, sino que los demás (terceros), son quienes así lo aprecian.

Otra observación acerca de la voz es la sonoridad. Cuenta con tres aes en tres consecutivas sílabas, algo que destaca como fuerte el sonido y realza el atributo de la superioridad del sujeto o la sujeto. Vale la pena que uno se pregunte si hay algo de onomatopéyico en la creación de la voz matatán.

En otras palabras, en la definición del matatán o matatana entran palabras mayores, “superior” y “grado máximo”. Por estas características la persona que recibe este nombre ha de ser respetada, estimada o quizás temida. No ha de olvidarse, sin embargo, que no tiene que ser una persona admirada o respetada por muchas particularidades, pues la acepción es, “por tener una cualidad”.

La acepción que trae el Diccionario de americanismos (2010) es más exagerada, “Persona que, en una jerarquía, está por encima del resto por tener una serie de cualidades en máximo grado”. Repárese en que aquí es en “una serie de cualidades”. Esto hace del matatán un ser excepcional en un conjunto de cualidades positivas y sobresalientes.

 

*MÁS OPTIMAS

“. . .a fin de colocarlo en las *MÁS ÓPTIMAS condiciones. . .”

Óptima es el femenino de óptimo y los dos son superlativos de buena y bueno respectivamente. Este superlativo procede del latín optimus, que significa “bueno en grado sumo”. A decir del Diccionario panhispánico de dudas (2005), “Se usa casi exclusivamente en lengua escrita”. Por esto puede considerársele de uso en el español culto.

Por su naturaleza de superlativo, óptimo/a no acepta marcas de grado de ningún género, por tanto, es incorrecto colocar el adverbio más para modificarlo. Es “Tan bueno que no puede ser mejor”; así lo define el Diccionario de uso del español (2007:2117).

 

BASAMENTAR

“El criterio utilizado para la redacción fue BASAMENTADO. . .”

Este verbo se ha oído en más de una ocasión. Quizás hasta puede reconocerse que lo haya usado en el pasado el redactor de estas notas. Si el verbo tuviera credenciales podría argüirse que tiene base. Y si no tiene base, tiene basamento. Se piensa que no es solo de empleo en arquitectura, de donde parece proceder su asiento debajo de la columna, junto con el pedestal.

La voz del título quizás salió del deseo de alargar la palabra basar y ayudarse con basamento y de allí llegar hasta basamentar. Este verbo no consta en el Diccionario de la lengua española, ni en el Diccionario de americanismos.

Este basamentar no anda completamente sin base. Se examinarán algunas palabras de la misma familia y las definiciones que estas tienen para apoyar su posible legitimación.

En el primer párrafo se desplegó un poco de humor con respecto de la definición que la corporación madrileña de la lengua tiene para basamento. De ahora en adelante se verán las acepciones de otros diccionarios y la evolución de estas de algo material hacia algo conceptual.

Ya en el año 2000 en el Diccionario del español de Cuba (2000:63) basamento se define así, “Fundamento teórico en el que se basa un plan, proyecto, etc.” El Diccionario del español dominicano (2013:77) trae el verbo basamentar caracterizado del modo siguiente, “Establecer la base o fundamento de una cosa”. Conforme con lo que aparece en ese diccionario pertenece al registro culto, formal.

De la manera en que se ha utilizado el verbo basamentar en el texto citado, se nota que se hace según las definiciones de los dos últimos diccionarios citados. Por la categoría a la que pertenece el uso, quizás es justo calificar el verbo, el adjetivo derivado y el nombre como legítimos en el español dominicano, aunque no sea un producto para exportación. Todos los hablantes tienen derecho a exponer sus criterios, siempre y cuando estos tengan basamento.

 

SOTTOVOCE*A SOTO VOICE

“Ni tampoco aprobará *A SOTO VOICE. . .”

Es una pena que con tanta frecuencia las personas que escriben artículos bien documentados, al utilizar algunas voces extranjeras incurran en errores. Somos conscientes en que no todas las personas tienen que saber o entender lenguas extranjeras. Lo más sano es que si un redactor no está seguro de algo en lengua extranjera recurra a procurar ayuda, de cualquier índole que esta sea. Con el recurso que existe en los tiempos actuales es muy fácil hacerlo por medio del internet. Además, si un escritor no está seguro de algo, no lo use, busque un sinónimo o equivalente.

En la cita nada le salió bien al redactor. Este italianismo no admite que se coloque preposición alguna delante. En italiano es sotto voce y representa la idea de “en voz baja” en español. En italiano es con doble T /t/. NO es voice, pues esa palabra pertenece al francés y, sí en esa lengua es voz; en italiano es voce.

El autor de estos comentarios hace muchos años escribió sotto voce en dos palabras, pero ahora parece que se acostumbra a hacerlo en una sola palabra, de acuerdo con lo que se lee en el Diccionario panhispánico de dudas (2005) están admitidas las dos formas.

En inglés continúan escribiéndolo en dos palabras y tiene el mismo significado que en español y añaden que en el campo de la música es, “de modo apenas (escasamente) audible”. Dioctionary of Borrowed words (1991:278).

© 2019, Roberto E. Guzmán

Bemberria, tez – tés, «knowhow», abocinar

Por Roberto E. Guzmán

BEMBERRIA

“. . . como los demás ciudadanos a la BEMBERRIA adheridos. . .”

Esta bemberria es un dominicanismo por su formación y su significado. Es una voz más que se suma a las muchas que los dominicanos tienen para aludir a celebraciones, fiestas, bebentinas, “bullangería”, y festejar.

La bemberria es una “juerga en la que la diversión principal es el consumo de bebidas alcohólicas”.  Diccionario del español dominicano (2013:85).

En otras obras acerca del español dominicano definen la bemberria como parranda entre amigos. Chercha. No puede negarse que la bemberria es una parranda. Es una fiesta en la que se bebe, se baila y disfruta, pero desordenadamente. Los rasgos que se copiaron en las anteriores definiciones son sacados de varias obras. Se extrajeron con la intención de subrayar algunos rasgos y avanzar una teoría al respecto.

Se cree que la bemberria implica ruido, de allí que tenga ese nombre que se conjetura que tiene relación con bembe, es decir, labios (gruesos) porque en esa fiesta hay mucho ruido. En ellas se bembetea, esto es, se habla mucho.

En Puerto Rico tienen una voz semejante hasta cierto punto con la que se estudia aquí, bembería cuya acepción es “juerga, jolgorio, diversión”.

Para dar a entender que una persona se va de juerga, usando esta palabra los dominicanos lo harán con la expresión, “meterse en bemberria”.

 

TEZ – TÉS

“. . .un Santa obeso y de TÉS blanca. . .”

No se sabe hasta dónde puede llegarse en esto de escribir de modo equivocado palabras que pertenecen al léxico tradicional de la legua española.

Es cierto que como se ha escrito antes, son las palabras que no pertenecen al vocabulario corriente las que provocan la mayor cantidad de problemas con su ortografía.

Las dos palabras que figuran en el título de esta sección pertenecen al idioma español. Té es una palabra cuyo plural es tés, como apareció en la cita. Este té es una bebida, una infusión que se hace sobre todo de hojas. En los casos en que estos tés son medicinales se les conoce con el nombre de tisana.

La tez es otra cosa muy diferente. En sentido restringido esta tez es el cutis de la cara y, casi siempre cuando se utiliza se hace para referirse a la pigmentación de esta. Hay que tener en cuenta que es una palabra terminada en zeta /z/, por lo tanto, su plural es teces.

El té es masculino y la tez es femenina. Las dos palabras del epígrafe tienen orígenes disímiles. Té procede del chino y tez del latín.

 

KNOWHOW

“. . . el KNOWHOW acerca de la infraestructura. . .”

La palabreja del inglés hace largo tiempo que anda en boca de los hispanohablantes y hasta en el léxico de los escribientes. Hace largo tiempo también que los hablantes cuidadosos del idioma común encontraron una palabra del español que representa muy bien la idea. Por tanto, no hace falta persistir en la repetición de la voz del inglés.

Lo primero que debe recordarse es que si una persona desea persistir en escribir la voz del inglés debe hacerlo en letra cursiva y con un guion en medio de los dos elementos, know-how.

Si quiere el escritor escribir en español puede hacerlo con una versión que sustituya la voz del inglés por un equivalente adecuado.

El know-how es: “Conjunto de conocimientos técnico y administrativos que son imprescindibles para llevar a cabo un proceso comercial y que no están protegidos por una patente”. Gran diccionario de la lengua española (2007). Esa es la descripción del concepto en economía.

El Diccionario panhispánico de dudas (2005) explica muy bien el asunto. “Saber hacer” es un locución nominal que significa “habilidad para desenvolverse con tacto en cualquier situación”. Ese es el sentido lato. En el campo artístico, científico o empresarial es: “Conjunto de conocimientos y técnicas acumulados, que permite desarrollar con eficacia una actividad. . .”

Como se acostumbra a decir en el habla popular, con la locución saber hacer “se matan dos pájaros de un tiro”, porque esta locución permite también deshacerse de la francesa savoir faire.

En el lenguaje técnico es el conjunto de detalles prácticos que permiten utilizar un procedimiento, una técnica o una invención. Por extensión es la habilidad adquirida mediante la experiencia, es un conocimiento práctico”.

La expresión nació en el inglés americano en el 1838, que devino de cómo saber hacer algo o alguna cosa. Con la intención de adaptarse a la economía de espacio y a las circunstancias en que se encuentra el sustantivo del inglés, puede traducirse por, “conocimiento, preparación, preparación técnica, técnica, método, método de fabricación, procedimiento industrial”. Diccionario de dificultades del inglés (1976:280).

Quedó demostrado con lo expuesto aquí que no hay necesidad de claudicar ante la locución nominal del inglés y, que existen muchas y muy buenas palabras y expresiones en español para expresar la idea.

 

ABOCINAR

“. . .con crisis reales, simuladas y ‘ABOCINADA’. . .”

Para poder descifrar lo que significa la palabra destacada significa hay que ser dominicano. Esto así porque en español el verbo abocinar es convertir un tubo o cañón en bocina al agrandarlo. Las otras dos significaciones no tienen relación alguna con la palabra bocina.

La bocina dominicana se refiere a una “Persona que transmite las opiniones de otra”. Esta persona por lo general es alguien que trabaja en los medios de comunicación y “repite lo que alguien dice”. No solo lo repite, sino que lo difunde a través del medio en que trabaja, ya sea periódico, radio, televisión o cualquier medio que divulgue lo que ella dice. Diccionario del español dominicano (2013:94).

Hay que hacer notar que en la mayoría de las ocasiones esa “bocina” es pagada, no es una persona (periodista) que repite esas opiniones por convicción, sino porque vende su conciencia.

“Abocinar” termina en tanto verbo que expresa que es algo que se difunde, transmite por medio de esas bocinas, Esas bocinas son las encargadas de contar o decir lo que le conviene a quien paga. Como es de esperarse, casi siempre son los gobiernos los que pagan por estas actividades.

Se hace necesario subrayar que este uso de la palabra bocina es de empleo reciente en el español de los dominicanos y se produce en el ámbito político tal y como era de esperarse. El verbo “abocinar” con esta significación es más reciente todavía y, deriva de la mencionada bocina.

© 2019, Roberto E. Guzmán

 

Ortoescritura

Por Rafael Peralta Romero

 

LICENCIAR, DOCTORAR Y BACHILLERAR

Son tres verbos relacionados con el mundo académico, pero quizá poco empleados porque comúnmente recurrimos a construcciones perifrásticas equivalentes al valor semántico de estos vocablos: cursé una licenciatura en Letras; estoy haciendo un doctorado en Matemática; terminé mi bachillerato en la escuela Juan XXIII, Higüey.

Los tres son verbos regulares de la primera conjugación, todos son transitivos (la acción se ejerce sobre algo o alguien) y a la vez pronominales, lo que en la escuela de antes se decía reflexivo (la acción recae sobre quien habla). Fui licenciado, me licencié; Fue doctorado en…, se doctoró en…; Lo bachilleró el colegio… se bachilleró…

Licenciar. Se conjuga como anunciar (licencio, licencias, licencié…) En su condición de transitivo significa “Dar permiso o licencia”. La segunda acepción se refiere a “Conferir el grado de licenciado”, y es transitivo, es decir que es una institución académica que te inviste de licenciado. En la sexta acepción el Diccionario académico agrega las iniciales  “prnl.”, que significan: pronominal. Las antepone a la definición “Recibir el grado de licenciado”.

El infinitivo pronominal adquiere la terminación –se: investirse, bañarse, acostarse, licenciarse, doctorarse, bachillerarse.

El participio de licenciar es licenciado, que tiene significados fuera de lo académico: 1. adj. Dicho de una persona: Que se precia de entendida. 2. adj. Que ha sido declarado libre.3. m. y f. Persona que ha obtenido una licenciatura. Se ha licenciado en derecho.

Parecido a licenciado es el adjetivo “licencioso, sa”, el cual se aplica a persona muy libre, atrevida o disoluta. Desde luego, hay licenciados muy licenciosos.

Doctorar. Este verbo es más estricto en su contenido semántico que los otros dos: “1. tr. Graduar de doctor a alguien en una universidad”. También se usa en tauromaquia. Como es pronominal, se podrá decir entonces: Me doctoré en la Universidad de París, en lugar de “Hice un doctorado…”.

Doctor o doctora es alguien que ha recibido el más alto grado académico universitario, esa persona ha sido doctorado o doctorada. En la forma pronominal: Me doctoro, te doctoras, se doctora.

Bachillerar. No es verbo de uso frecuente entre nosotros, pero aquí está, disponible para quien lo necesite. Solemos decir: hizo el bachillerato, cursé el bachillerato, cuando terminé el bachillerato…Pero no se nos ocurre expresar: Se bachilleró en el liceo Padre Daniel; Antes de bachillerarme…; Me bachilleré en el liceo Amelia Ricart…

Bachillerar se define: “Dar el grado de bachiller a alguien. 2. prnl. Tomar el grado de bachiller”. El participio es bachillerado: Nos hemos bachillerado en la misma promoción. Quien no se haya bachillerado no puede ingresar a la UASD.

Para gusto de las feministas el vocablo bachiller tiene su forma femenina bachillera. Ella es bachillera. Para no exagerar, se recomienda usa la forma bachiller para referirse al grado, como se indica en la definición de bachillerar.

Otras curiosidades relacionadas con este término es que deriva del francés “bachelier”, y este del latín medieval “baccalarius”.

La persona que ha cursado o está cursando los estudios de enseñanza secundaria está en bachillerato y no en el “bachiller”, como suelen expresar los estudiantes de ahora, incluidos los universitarios.

El vocablo bachillerato es el indicado para nombrar los estudios de enseñanza secundaria. Tiene afinidad con la palabra bachilleramiento, que es la acción y efecto de bachillerar o bachillerarse.

(Publicado en El Nacional, domingo 14-4-19)

 

¿DEBE MARCARSE EL ACENTO A LOS ACRÓNIMOS?

 El joven periodista Neulyn González, recién iniciado, muestra un interés por los asuntos del lenguaje que no es común en otros profesionales de este tiempo, aun entre los que se dedican o quieren dedicarse a una actividad –la comunicación- cuyo instrumento de trabajo es el idioma.

El acucioso redactor del diario Hoy ha preguntado a esta columna si a los acrónimos se les marca o no el acento. El tema resulta muy pertinente. Acrónimo es un vocablo formado por la unión de elementos de dos o más palabras, constituido por el principio de la primera y el final de la última. Ejemplo: motel (motor + hotel); Inespre (Instituto de Estabilización de Precios).

También se forma a partir de siglas, con las que se origina un vocablo que puede pronunciarse como una palabra: sida (síndrome de inmuno deficiencia adquirida).Similar caso es el vocablo Unesco, de la sigla en inglés de Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.

Tanto “sida” como “Inespre” y “Unesco” son voces llanas terminadas en vocal y de acuerdo a las reglas de nuestro idioma no llevan tilde.

La nomenclatura gremial, caso dominicano, ofrece diversidad de ejemplos de palabras formadas por la fusión de los componentes de un nombre pluriverbal: Sitracode, Sitramiches, Conatra (Confederación Nacional de Organizaciones del Transporte) Fenatrano (Federación Nacional de Transporte Nueva Opción), Asodemu. Todos estos acrónimos han originado una palabra llana terminada en vocal, a la que no le marca el acento. Tampoco se tilda Faprouasd, por ser una voz aguda terminada en la consonante “d”.

Diferente ha de pasar con los acrónimos que terminen en vocal acentuada: Amaprosán (Asociación de Mayoristas de Provisiones de Santiago), Astrapú (Asociación de Transporte Público), Unachosín (Unión Nacional de Choferes Sindicalizados Independientes). Se acentúan como agudas terminadas en –n y en vocal.

De acuerdo a su terminación, y el tono en que se pronuncian, requieren la marca gráfica del acento los acrónimos: bonogás, Tropigás y todos los formados con el vocablo gas al final. Por igual los acrónimos de Industrias Banilejas: Indubán, y de Central Nacional Movimiento Choferil del Transporte, Mochotrán.

 

Ortografía

La Ortografía de la lengua española, publicación oficial de la Rae y las demás academias de la lengua, señala al respecto lo siguiente:

“En los acrónimos, el acento prosódico suele recaer en la sílaba que cumple con el patrón mayoritario en español para palabras con esa misma configuración…; no obstante, en aquellos que se han incorporado desde otra lengua puede influir también la acentuación etimológica, como se ve en láser, voz llana conforme a su pronunciación en inglés, a pesar de que la mayoría de las palabras españolas terminadas en –er son agudas”. (pág. 581).

Del inglés hemos recibido también los acrónimos: cedé (CD, disco compacto), cederrón (CD-ROM, disco para lectura), devedé (DVD, disco con imagen), emepetrés (MP3), elepé (LP, disco de larga duración).

Por pura gramática española llevan tilde los acrónimos: oenegé (ONG, organización no gubernamental), Indocafé (Instituto Dominicano del Café).

Por el contrario, el acrónimo radar (Del inglés radio detecting and ranging, detección y localización por radio) no precisa marca de acento porque en español es palabra aguda terminada en consonante diferente de –n y de –r.

La sigla de Organización del Tratado del Atlántico Norte se acomoda al patrón silábico del español y se pronuncia como una palabra: OTAN, unos la pronuncian Otan (como llana) y otros Otán (como aguda). Los acrónimos escritos en mayúsculas no requieren tilde.

Los acrónimos lexicalizados (funcionan como una palabra) sí llevan tilde, conforme a las reglas del español. Para más información, consulte a Fundéu (Fundación del Español Urgente).

Temas idiomáticos

Por María José Rincón

 

SOLO O ACOMPAÑADO

02 / 04 / 2019

La semana pasada nos propusimos un repaso por algunas «novedades» ortográficas y esta semana nos toca otra supresión de tilde.

Aunque casi todos se quejan, y mucho, de las reglas ortográficas y abogan por suprimirlas (¿?), no hay nada que cueste más esfuerzo cambiar.

Para que nos hagamos una idea, la eliminación de la tilde diacrítica del adverbio solo todavía sigue despertando suspicacias y levantando ampollas. Hay quienes, incluso, han adoptado esta tilde como pendón con cierto regusto a trinchera.

¿Por qué se elimina la tilde del adverbio solo? En primer lugar porque la palabra solo es una palabra llana terminada en vocal que no lleva tilde según las reglas generales en nuestra lengua. Las reglas anteriores, a pesar de esto, imponían el uso de la tilde diacrítica para diferenciar el adverbio solo del adjetivo solo cuando existían dificultades para su interpretación: Los domingos va sólo al cine (‘va solamente al cine’)/ Los domingos va solo al cine (‘sin compañía’).

La actual Ortografía propone aplicar con coherencia las reglas de la tilde diacrítica, que está pensada para distinguir dos palabras idénticas que únicamente se diferencian por su condición de tónicas o átonas. ¿Por qué suprimir la tilde diacrítica en solo? Porque la palabra solo es siempre tónica, independientemente de su función.

Si nos encontramos con alguna ambigüedad, debemos recurrir al contexto; como, por otra parte, hacemos con muchos otros casos comparables. Por ejemplo, no recurrimos a la tilde para aclarar el sentido de bota en El jugador bota la pelota.

Esta novedad ortográfica simplifica la aplicación correcta de la tilde y la hace más coherente. Una excepción menos. Solo hay que pensarlo un poco, solo o acompañado, y empezar a aplicarlo.

 

MENOS TILDES

09 / 04 / 2019

Como hemos recordado en semanas anteriores, la más reciente Ortografía académica suprimió el uso de algunas tildes. Tradicionalmente los llamados pronombres demostrativos masculinos y femeninos (este/a, ese/a, aquel/lla) y sus plurales (estos/as, esos/as, aquellos/as) llevaban tilde diacrítica para diferenciarlos de las mismas formas en función de adjetivos demostrativos. Así escribíamos: Este libro me lo ha regalado ése. Aquél me lo ha regalado esa profesora. En estos ejemplos vemos cómo las formas pronominales ese y aquel llevaban tilde diacrítica y las formas adjetivas (este libro, esa profesora) no.

La razón que ha llevado a la Ortografía académica a proponer la supresión de estas tildes diacríticas es la misma que justificó la supresión de la tilde de solo en función adverbial. Y se trata de una razón bien sencilla: la tilde diacrítica no está concebida para distinguir adjetivos de pronombres o adverbios. Su función es la de distinguir palabras tónicas de átonas, y los demostrativos son siempre tónicos.

Los demostrativos, sean pronombres o adjetivos, son palabras llanas (este/a, ese/a, estos/as, esos/as, aquella/os/as) terminadas en vocal o en consonante –s o palabra aguda terminada en consonante –l (aquel) y, por lo tanto, acomodándose a las reglas generales de la tilde en nuestra lengua no deben llevar acento ortográfico. Como nunca lo han llevado algunas palabras con las que podemos compararlos. El pronombre otro/a (Busca a otra para que resuelva el problema) nunca ha llevado tilde para distinguirlo del adjetivo otro/a (Otra persona más llegó tarde a la reunión).

Las supresiones de tildes que hemos tratado en las últimas Eñes procuran dotar de coherencia a nuestro sistema ortográfico, eliminar excepciones y, en definitiva, facilitar en lo posible su aprendizaje y aplicación cotidiana. La trascendencia de la ortografía para la unidad de nuestra lengua lo merece.

 

DIPTONGOS Y TILDES

16 / 04 / 2019

Uno de los criterios ortográficos que han generado más controversia de la Ortografía académica de 2010 ha sido la supresión de la tilde de, por poner un par de ejemplos, guion o truhan. Este criterio no era nuevo; ya la Ortografía académica de 1999 lo estableció explícitamente. Para analizarlo con detenimiento debemos empezar por saber qué es un diptongo: una secuencia de dos vocales dentro de una misma sílaba (-ie- en cie-lo o -ua- en cuaba).

Las combinaciones de vocal abierta (/a/, /e/, /o/) con vocal cerrada átona (/i/, /u/) o de dos vocales cerradas distintas (/i/, /u/) daban su particular jíbriga. Resulta que, a lo largo y ancho de nuestra inmensa lengua, los hablantes vacilan a la hora de pronunciar estos diptongos; unos los pronuncian como diptongos (guion, truhan) y otros como hiato (gui-ón, tru-hán).

El cocorícamo ortográfico surge aquí. Si las pronunciamos como diptongos, son palabras monosílabas y, según la regla ortográfica general, no llevan tilde: guiontruhan. En cambio, si las pronunciamos como hiato, es decir, separamos las vocales en dos sílabas distintas, son palabras bisílabas y, según la regla ortográfica general, llevan tilde por ser palabras agudas terminadas en vocal: guióntruhán.

La Ortografía académica estableció que estas secuencias de vocales (/a/, /e/, /o/ + /i/, /u/; /i/, /u/ + (/a/, /e/, /o/; /i/ + /u/; /u/ + /i/) siempre se consideraban diptongos a efectos ortográficos, con independencia de que los hablantes concretos las pronunciaran en la misma sílaba o en sílaba distinta. La Ortografía de 1999 lo dejaba a la elección del hablante; la Ortografía vigente establece que esta regla debe aplicarse sin excepciones.

En la próxima Eñe les prometo un repaso por el pequeño grupo de palabras que se han visto afectadas por esta norma. Estar al día evitará que se nos vea el refajo ortográfico.

 

REFAJO ORTOGRÁFICO

23 / 04 / 2019

La Eñe de la semana pasada trataba de la convención ortográfica, ya obligatoria, de considerar como diptongos las secuencias de vocales ai, au, ia, ua, ei, eu, ie, ue, oi, ou, io, uo, iu, ui, siempre que en ellas la vocal cerrada (/i/, /u/) fuera átona. Parece un galimatías, pero no es tan fiero el león como lo pintan: a efectos ortográficos solo afecta a un pequeño grupo de palabras en las que la aplicación de la tilde cambia radicalmente según se consideren bisílabas o monosílabas. Vayamos a la práctica.

Las formas del pasado del verbo criar según la nueva convención ortográfica son monosílabas, puesto que las secuencias -ie- e -io– se consideran diptongos: crie, crio. Se escriben entonces sin tilde precisamente por ser monosílabas; el cambio está en que, hasta 2010, podíamos escribirlas con tilde como bisílabas agudas terminadas en vocal *crié*crió. En este caso están los sustantivos guion y truhan, de uso más común, a los que podemos añadir los más especializados ionpion y prion, y el desusado ruan.

Los pasados de algunos verbos nos traen más ejemplos. Empecemos por el pasado de fiar: El colmadero, que le fio durante semanas, se quejaba así: «Le fie y me quedó mal». Hay ejemplos también en los pasados de huir, freír y reír: Hui antes de que me descubrieran; Frei pastelitos para la picadera; Rio con cada uno de sus cuentos. Más ejemplos, los pasados de guiar, liar piar: Guie a los alumnos por las instalaciones y el profesor los guio a la biblioteca; Lie la ropa en un bulto; Se lio un reperpero en la puerta; Me dio un boche y no pie; La cigüita pio al amanecer.

Ya conocemos la norma, ahora solo nos falta tenerla presente y revisar nuestros escritos para que no se nos vea el refajo ortográfico.

 

Manuel Campos: el “cazador de gazapos” que llega a 101

Por Wanda Méndez

wanda.mendez@listindiario.com

 

Moderación, buen apetito y ejercitar el cerebro constantemente han sido la clave de la longevidad del ingeniero Manuel de Jesús Campos Navarro, quien tiene 101 años de edad.

Campos Navarro es un autodidacta de las matemáticas, y en su niñez prefería cambiar los juguetes que le regalaban por libros.  En su época de estudiante solía corregir al profesor de álgebra.

También ha tenido inclinación por la gramática.  “Soy un cazador de gazapos”, dice. Por eso, nunca le falta un lapicero rojo, con el que va marcando los errores que detecta.   Aprendió a elaborar crucigramas debajo de una mata de limoncillo que había en el patio de la casa donde se crió, desde antes de los 10 años, un hecho que recuerda con emoción.

 

Autodidacta
“Debajo de esa mata de limoncillo yo devoraba la literatura y la matemática, yo solo, aprendí logaritmo y regla de tres”, narra durante la entrevista realizada en su residencia, acompañado de su hija Claris y su nieta Carina.

Vio que con los crucigramas eran admirables las combinaciones que podía hacer.

“No hay otro idioma como el español, que se presentan tantas combinaciones y todavía creo que se puede seguir”,  enfatizó.

Así fue creciendo con esa habilidad, a tal punto que sus amistades lo definían como “la vigía del idioma” y ante cualquier inquietud sobre un tema siempre decían “pregúntenle al oráculo”, refiriéndose a Campos Navarro. Aunque a veces no recuerda algunas fechas y hechos, muestra una mente brillante cuando le toca hablar de sus inicios en el mundo de la matemática y su incursión en los crucigramas. También aprendió a hacer jeroglíficos, de lo cual afirma le genera una gran satisfacción.

Con 101 años, todavía le fascina leer periódicos y libros. En la actualidad está separando en sílabas un libro del escritor Bruno Rosario Candelier para hacer un crucigrama silábico.

Duró alrededor de 30 años haciendo los crucigramas del LISTÍN DIARIO, hasta hace poco más de un año, pero ese don se lo legó a su nieta Carina, quien ha continuado con su obra.  “En buenas manos está el pandero, y mi nieta lo sigue haciendo mejor que yo”, entiende.  De forma esporádica, suele hacer algún crucigrama.

Cuando el equipo de LISTÍN DIARIO llegó a su residencia, Campos Navarro ya estaba sentado en un mueble, preparado para la entrevista, pero de inmediato sus primeras palabras fue enviarle saludos a sus excompañeros de labores.  “Me saludan a Félix Lugo (el editor de diseño)”, expresó. Campos Navarro estuvo activo con los crucigramas hasta hace poco, pero tuvo que retirarse al estar aquejado de problemas de salud que ya ha ido superando.

Se describe como ordenado y sin vicios,  según contó, porque le ha huido al tabaco, y cuando tenía que ingerir algún trago lo hacía con moderación.

“Gozo de buena salud, no me duele nada, siempre tengo buen apetito”, comentó Campos Navarro.

Solo presenta dificultades para moverse solo, por lo que requiere la ayuda de un andador, además tiene deficiencias auditivas, por lo que es necesario hablarle bastante alto y cerca del oído.

Le gusta transmitir los conocimientos adquiridos y hacer el bien a los demás.

Se mantiene con buen ánimo, y comenta que hasta caminando va pensando en las cosas que puede hacer. “Siempre deseo ayudar a los demás. Me gusta que los demás progresen”, expresó.

 

Anécdotas

Narra que como a los 11 años su papá lo envió solo en un ferrocarril a comprar un giro bancario, desde una ciudad a otra, en Colombia, donde vivió con sus padres por tres meses.

Y recuerda que como no pudo hacer la gestión en un día, tuvo que dormir en una posada, y desde allí le mandó un telegrama a su papá diciéndole que iba al otro día.  Como era mucho dinero el que llevaba, dijo que lo guardó debajo de la almohada.

Cuenta también que como tenía la fama de ser una persona de estudios, en una ocasión sus amigos se combinaron para sacarlo de ese  ámbito, llevándolo a un cabaret, para darle una sorpresa.  Señaló que cuando llegaron al lugar los sorprendidos fueron sus amigos, porque las mujeres le fueron encima diciéndole, “pero Campito, hace tiempo que usted no venía por aquí”.

Congreso de la lengua y poesía

Por José Mármol

No pidió permiso. La poesía entró al corazón del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) de la mano del conocido cantautor español Joaquín Sabina.

Formó parte de la mesa que expondría sobre el tema “Poesía y diversidad cultural”, en el teatro San Martín de Córdoba, Argentina, luego de dos primeros días de un congreso estremecido por la calidad de sus protagonistas, desde Mario Vargas Llosa hasta Carmen Riera y Luis García Montero, pasando por una pléyade de estudiosos, académicos y artistas de la palabra de más de una veintena de países de Hispanoamérica, además de España y Estados Unidos, en cuya inauguración, en el recién remodelado Teatro del Libertador General San Martín, tomaron la escena y la palabra el rey Felipe VI y el presidente argentino Mauricio Macri, entre otras personalidades.

De esa mesa lírica formaron parte, además, los poetas María Negroni (Argentina), Elvira Sastre (España), Rafael Oteriño (Argentina), Carlos Schilling (Argentina) y José Mármol (República Dominicana).

Sabina leyó poesía, y la mesa y el público pidieron que también lo hicieran Sastre y Mármol.ç

La docta ciudad de Córdoba acogió, durante los días del 27 al 30 de marzo, el VIII CILE. El congreso, que se celebra cada tres años, tuvo lugar antes en Zacatecas, México, en 1997; luego en Valladolid, España, en el año 2000; le siguió Rosario, Argentina, en 2003; más adelante Cartagena de Indias, Colombia, en 2006; luego se debió celebrar, en 2009, en Valparaíso, Chile, pero un terremoto impidió la llegada de los invitados, habiéndose celebrado en forma virtual; en 2013 se celebró en Ciudad de Panamá, y en 2016 en Puerto Rico.

Los responsables de la organización de este importante evento son el Instituto Cervantes, la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE), que coordinan con los académicos y gobiernos de cada sede o país anfitrión.

El CILE ha sido capaz, en cada una de sus ediciones, de congregar a especialistas en lengua y cultura españolas, académicos, lingüistas, escritores, poetas, periodistas, editores, artistas, cineastas y profesores del español como lengua materna o como segunda lengua.

Procura avivar la conciencia de corresponsabilidad de las personas, gobiernos e instituciones en la proyección y unidad, dentro de la diversidad, de la lengua española, o bien, del idioma castellano, si se prefiere.

El lema general de este VIII CILE fue: “América y el futuro del español. Cultura y educación, tecnología y emprendimiento”. Los ejes temáticos en torno a los que giraron las exposiciones, disertaciones, conferencias magistrales y mesas redondas fueron: El español como lengua universal; Lengua e interculturalidad; Retos del español en la educación del siglo XXI; El español y la sociedad digital, y La competitividad del español como lengua para la innovación y el emprendimiento.

Particular atención llamó el acto de puesta en circulación, en el Teatro Real de Córdoba, de la edición conmemorativa, a cargo de las Academias de la Lengua Española y su asociación (Asale), de la novela “Rayuela”, de Julio Cortázar, con la participación de Vargas Llosa, Sergio Ramírez, Premio Cervantes; Luis García Montero, director del Instituto Cervantes, y el presidente de la Real Academia Española (RAE) Santiago Muñoz Machado.

En el orden académico, la República Dominicana estuvo representada por el doctor Bruno Rosario Candelier, presidente de la Academia Dominicana de la Lengua, quien presidió la mesa de discusión con el tema “Escribir para ser leído.

La lengua como vehículo de comunicación entre autor y lector”, celebrada en la Universidad Nacional de Córdoba.

El IX CILE 2022 se llevará a cabo en Arequipa, Perú, tierra de la que es oriundo el escritor Mario Vargas Llosa.

3 de abril de 2019.

Anthony Ríos y el chino

Por Miguel Solano

Ese día, vista desde la Solséptima, la mar parecía un cementerio que se elevaba hacia los cielos, sin el conocido canto de los muertos. Si algún barco circulaba era porque regresaba con los asaltados peces, ya cazados y en su cama de hielo. El sol brillaba libremente y la brisa se movía fría y rápida, obligando a las aves a permanecer bajo la protección de las hojas.

Con frecuencia, Anthony Ríos iba a comer costillitas y chofán a un restaurante chino situado en la avenida Rómulo Betancourt, en la capital quisqueyana.

Anthony siempre andaba con un río de lágrimas encima, siempre caminaba con el diluvio bajo sus pies. Y ese 14 de febrero parecía más propicio que ningún otro para que el gran tormento, el amor, se mostrase dueño de cada átomo que componía su cuerpo y le hiciese lagrimear a la velocidad de la luz.

Anthony llamaba a una y a otra y lloraba e imploraba. El chino lo toleraba: ¡Era buen cliente! Y para el parpadear del chino, siempre que deje beneficios, las lágrimas de un cliente pagan por la paz y ciencia, financian la paciencia.

—Hay que aguántalo, gata muuucho.

Pero ese día, en el que los peces parecían venir de ultratumba, Anthony estaba verdaderamente desesperado. Comía y lloraba, aunque lloraba más que lo que comía. Aun así, seguía pidiendo costillitas. Ya en la mesa no cabían más platos y el chino y su esposa solo se susurraban entre ellos:

—Un homble inocente.

El chino, que pocas veces en la vida da consejos, creyó que Confucio le obligaba a romper con su tradición. Como si fuese imitando los pasos de Lao Tse, se le acercó a Anthony:

—Lío, en China, complendemo má y amamo meno.

Anthony lo miró y le dio un trompón de agradecimiento. Le pidió al chino que le prestara el teléfono, el chino lo condujo hacia la oficina. Anthony escribió algunas notas en un pedazo de papel, llamó a la chica y le entonó:

Ni tú ni yo

lo comprendemos

es mejor para convivir

comprender más

y amarse menos.

 

*Del libro de cuentos Los barriles.