Algunos grupos sintácticos dificultosos

Por Tobías Rodríguez Molina

Existen reglas y usos que norman la marcha de la sociedad, de los clubes y de las diferentes entidades existentes creadas por el hombre. También los idiomas, es algo evidente, tienen sus reglas que obligan a guardarlas  a  los que tienen esos idiomas como propios. Por eso el español, que tiene las suyas, nos pide, nos exige, nos obliga a aceptarlas o a tenerlas en cuenta si queremos ser considerados  como buenos usuarios de ese precioso idioma.

Esas reglas y usos a los que me refiero esta vez,  tienen que ver con los grupos de palabras o frases  siguientes:

-de acuerdo con
-en relación con (=con relación a)
-en que
-de que
-con el que (con quien)
-con la que (con quien)
-aquí (allí, allá…) fue donde
-ayer (hoy, anteayer…) fue cuando
-mañana (pasado mañana…) será cuando
-ojalá que (quiera Dios que)
-de lo que trata (lo que expone…)
-de lo que se trata…
-constar de
-contar con
-recuerdo lo que…(recuerdo aquello que…)
-me acuerdo de (me acuerdo de lo que, me acuerdo de  aquello que, me acuerdo de aquellas que)

A continuación se presentarán los grupos cada uno seguido por dos oraciones marcadas por a) y b). La que aparece junto a la a) es la considerada correcta. La marcada por la b) es la que no se considera correcta.

  1. De acuerdo con
    • Yo estoy totalmente de acuerdo con la opinión externada por ese estudiante.
    • Si estás de acuerdo a lo que dijo Luis, dímelo ahora.
  2. En relación con (=con relación a)
    • En relación con (Con relación a) tu criterio sobre ese tema, existen muchas personas que sostienen ideas que no coinciden con las tuyas.
    • En relación a lo que me dijeron, tendremos que conversar muy seriamente.
  3. En que
    • Ese fue el día en que nació mi hermano menor.
    • Esa fue la noche que se fue mi prima.
  4. De que
    • En ese momento me di cuenta de que ese problema aún no está resuelto.
    • Ella no se dio cuenta que dejó la puerta sin el seguro.
  5. Con el que (=con quien)
    • Ese fue el médico con el que (con quien) llegué a la conferencia.
    • Esa fue la familia que yo andaba para la playa.
  6. Con la que (con quien)
    • Esa es la joven con la que (con quien) bailé en la fiesta del Centro Español.
    • Esa es la muchacha que yo andaba de pasadía en la playa.
  7. Aquí (allí, allá…)
    • Me informaron que aquí (allí, allá…) fue donde se registró ese fenómeno.
    • No estoy seguro de que aquí (allí, allá…) fue que le entregaron el documento.
  8. Ayer (hoy, anteayer…) fue cuando
    • Supe que ayer (hoy, anteayer…) fue cuando ellos salieron del país.
    • Me gustaría saber si ayer (hoy, anteayer…) fue que comenzaste a trabajar en esa empresa.
  9. Mañana (pasado mañana…) será cuando
    • Me dijeron que mañana (pasado mañana…) será cuando él presente la tesis de su segunda maestría.
    • Estoy contento porque supe que mañana (pasado mañana…) será que ella comenzará el curso.
  10. Ojalá que (quiera Dios que)
    • Ojalá que (quiera Dios que) cada día sigas siendo más eficiente en tu trabajo.
    • Ojalá y que (ojalá y) tengas éxito en la competencia del próximo domingo.
  11. De lo que trata (lo que expone…)
    • Ya estoy enterado de lo que trata ese capítulo del libro de mi hijo.
    • Todavía no me he enterado de lo que se trata ese capítulo del libro de Luis.
  12. De lo que se trata (de lo que se expone…)
    • De lo que se trata en ese capítulo, todavía nadie me ha hecho un comentario.
    • De lo que se trata ese capítulo, aún no lo he averiguado.
  13. Constar de (=tener)
    • Ese artículo debe constar de (tener) las tres partes básicas de todo escrito.
    • Ese ensayo debe constar con los tres elementos fundamentales de todo escrito.
  14. Contar con (contigo…)
    • Recuerda que yo siempre debo contar con tu ayuda (contigo)
    • Tú debes estar consciente de que Arnulfo debe contar de mi ayuda en todo momento.
  15. Recuerdo lo que (aquello que, aquellas…)
    • Recuerdo lo que (aquello que, aquellas cosas que…) me dijiste en aquella ocasión.
    • Me recuerdo de lo que me dijiste ese día.
  16. Me acuerdo de lo que (de aquello que, de aquellas…)
    • Me acuerdo de aquellas poesías que escribías con tan notable inspiración.
    • Me acuerdo lo que me enviaste la semana pasada.

He ahí varios de esos casos de construcción sintáctica que muy probablemente les ofrecen dificultades a la hora de expresarse tanto oralmente como por escrito. Como pueden darse cuenta, hay que poner mucha atención y tener mucho cuidado con esas construcciones a la hora de emplearlas.

Ya advertí que el caso marcado con la a) es el que se prefiere usar; mejor dicho, es el que debe usarse. En cambio, el que está precedido por la b) es el que no debe usarse. Si siguen esas normas o usos presentados aquí como los que debemos  seguir, serán contados entre los que se esfuerzan por evitar la imagen de deterioro  que algunos usuarios reflejan del español, nuestra lengua nacional.

 

Destaparse, engatusar, injerencismo/*ingerencismo, pingüe/*pingue, multicausal, in extenso/inextenso

Por Roberto E. Guzmán

DESTAPARSE

El verbo que se trae en esta ocasión parece que en el habla de los dominicanos posee una acepción que no ha sido registrada hasta ahora. Antes de proponer la acepción a que se contrae, ha de mencionarse que los diccionarios de español corriente no registran esa acepción, de acuerdo con las pesquisas que se han hecho.

Este verbo se refiere a la expresión por medio de palabras de una persona cuando dice algo que había callado durante mucho tiempo. En muchos de los casos en que el sujeto ejecuta la acción lo hace de manera súbita y sorpresiva frente a las demás personas. Se utiliza este verbo porque se entiende que la persona que “se destapa” decide quitar la tapa que mantenía cubierta sus expresiones retenidas. Esa persona con ese destape da rienda suelta a sus sentimientos callados por largo tiempo.

Se ofrece un ejemplo del uso para que se evalúe la validez del empleo del verbo propuesto aquí como propio del español dominicano. “Ruperto se molestó tanto con la actitud del dependiente que se destapó en verdades nunca antes reveladas acerca del pasado del último”.

Es posible que el verbo destaparse merezca un aparte en las obras lexicográficas dominicanas, con una acepción particular de este tipo.

 

ENGATUSAR

Este verbo del epígrafe tiene una acepción reconocida que coloca el acento sobre los halagos a que recurre la persona para ganar la voluntad de la otra persona que es objeto de los zalamerías y así conseguir lo que se propone.

De acuerdo con lo que se recuerda, el “engatusar” dominicano no recurre al halago, sino al engaño, recurriendo al lenguaje enredado, poco claro, complicado, con confusión de ideas. Este engatusar busca conseguir un fin mediante un embrollo de palabras, con trampas. El propósito es confundir a la persona objeto de la acción para convencerla de que actúe en favor de quien usa esas artes para conseguir los resultados apetecidos.

Sería interesante hacer una investigación entre los hablantes de español dominicano que respondan afirmativamente acerca de conocer el verbo engatusar y preguntarles en qué consiste para ellos esa acción. En los casos en que las personas por su formación educativa no puedan suministrar una acepción del verbo, se les pedirá que ofrezcan ejemplos del uso y explicaciones acerca de en qué consiste el acto. Se piensa que el esfuerzo vale la pena.

Si la investigación evidencia que el verbo engatusar en el habla dominicana presenta rasgos diferentes de otras hablas como propugna quien esto escribe, entonces hay que asentarlo.

 

INJERENCISMO – *INGERENCISMO

“. . .no salió a recibir el manifiesto de protesta por el *INGERENCISMO. . .”

No hay que mostrar gran sorpresa por el error en la ortografía que muestra la palabra destacada. Esta reacción comedida responde a que el sonido de las dos voces que figuran en el título es el mismo. La letra jota /j/ y la letra ge /g/ ante la vocal /e/ tienen las dos idéntico sonido.

Naturalmente, eso no significa que no se censure la pifia. Un periodista, así como toda persona que escribe para un medio de difusión de noticias e ideas está en la obligación de conocer el idioma en que se expresa.

No puede olvidar quien escribe para la lectura pública, aunque no pretenda serlo, que se convierte en un ejemplo a seguir por el hecho de tener acceso a que se publiquen sus trabajos en un medio de comunicación masiva.

Todas las palabras de la familia de injerencia se escriben con la letra jota /j/.

 

PINGÜE – *PINGUE

“. . .y que le han dado *PINGUE beneficios. . .”

En el título de esta sección aparece la palabra pingüe escrita correctamente, es decir, con la diéresis, de modo que al leerla se haga conforme con lo que el uso ha establecido a través de siglos.

En español este signo ortográfico, la diéresis, se coloca sobre la letra /u/ en las sílabas gue, gui para indicar que esa vocal, la /u/, debe pronunciarse. La diéresis es un signo diacrítico, esto es, sirve para distinguir, Es un elemento gráfico que colocado sobre la letra /u/ representa un sonido distinto del usual para esa letra delante de las vocales /u/ e /i/.

La Real Academia incluye en su diccionario un ejemplo para cada uno de los casos en que debe pronunciarse la letra /u/ entre la letra ge /g/ y las letras /e/ e /i/, cigüeña, pingüino. El efecto de este signo diacrítico indica que la letra /u/ en las sílabas gue, gui debe pronunciarse como primer elemento del diptongo; por ejemplo, cigüeña, agüita. En griego diéresis significa separación.

La diéresis se conoce también con el nombre femenino, crema. Este nombre viene del griego trema, con posible influencia de la otra crema, que llega al español del francés crème.

 

MULTICAUSAL

“La migración de la región es MULTICAUSAL. . .”

No hay que sorprenderse si este “multicausal” no está todavía en la nómina del diccionario oficial de la lengua española. Esto así porque el elemento compositivo multi- en función de prefijo es muy prolífico en el español moderno. Además, los expertos en lengua española de la Real Academia tienen que ser muy cautos y esperar la sanción positiva del tiempo y el uso antes de integrar una nueva voz a su inventario.

Además, este componente multi- es muy fecundo. Para confirmarlo puede citarse la gran cantidad de nuevas voces formadas con este en función de prefijo. El Nuevo diccionario de voces de uso actual (2003) registra 119 nuevas voces que comienzan con multi-; y eso, hasta el año 2003, pues no se sabe cuántas más se han creado después de ese año.

A la cantidad citada antes puede añadirse la cincuentena de voces que recoge el Diccionario del español actual (1999) que en la práctica solo se ocupa de evaluar lo que se encuentra vigente en el español de España.

La voz multicausal hay que tomarla por “muchas causas”, pues ese valor se desprende de los significados de los elementos formantes que la componen. No hay necesidad de emitir un juicio de valor con respecto de la nueva voz.

 

IN EXTENSO – INEXTENSO

“Vamos a copiar INEXTENSO, su. . .”

Son dos los asuntos que se desean destacar con relación a la frase citada. El primer punto es que, como puede ser una expresión latina, esta debe escribirse en letra cursiva. Esto así porque no se la considera integrada a la lengua española.

El segundo punto es que hay que escribir esa expresión dividida en dos, es decir, en dos palabras que es como procede de acuerdo con las buenas prácticas.

La expresión latina in extenso que la Real Academia define mediante la locución adverbial “por extenso” se utiliza en español para dar a entender que algo (un texto) se reproduce íntegro, completo, entero, en toda su extensión, sin recortes, sin omisiones, sin que falte parte alguna.

Luego de lo relativo a la expresión latina no puede omitirse que existe en español, el adjetivo “inextenso” (en una sola palabra) que significa “desprovisto de extensión; como el punto ideal” que es la forma en que el Diccionario de uso del español (2012-I-1637) lo define. El diccionario de la Real Academia lo define en tanto, “Que carece de extensión”.

© 2019, Roberto E. Guzmán

Desgonzar, desestructurar, caribeñidad, interceptación

Por Roberto E. Guzmán

DESGONZAR

En ocasiones las diferencias en el uso de algunas voces en el español americano son muy sutiles. A veces son pequeñas diferencias, pero tienen importancia, pues de ellas se nutre el habla y, en la escritura hace que esta sea precisa y sin equívocos. Esas pequeñeces cumplen su cometido logrando que el mensaje trascienda diáfano.

En el verbo desgonzar existe una pequeña diferencia entre el uso general y el que se reconoce en el habla del español dominicano. El participio en funciones de adjetivo, desgonzado, funciona en el español dominicano para referirse a las articulaciones cuando ellas fallan, ceden al usarlas, producen dolor o pierden elasticidad o se reduce el alcance de movimiento.

Estas limitaciones pueden deberse al cansancio como se señala en algunos diccionarios de español dominicano, pero también pueden deberse a lesiones anteriores. A veces añadirles algunas palabras a las acepciones ya asentadas ayudan a captar sutiles o tenues cambios ocurridos en el uso y que por tanto no se especificaban en las definiciones anteriores.

 

DESESTRUCTURAR

“. . .articulando una idea que DESESTRUCTURA la concepción. . .”

El diccionario oficial de la lengua española no reconoce este verbo, pues no lo asienta en su inventario. Por la forma en que está formado el verbo sugiere que es lo contrario de estructurar, que se refiere a romper la estructura de algo. Esto así porque al verbo estructurar le han antepuesto la partícula des- que en este caso debe tomarse por “privación”.

El Nuevo diccionario de uso de voces actuales (2003:375-6) trae noticias de desestructuración y desestructurado. Más abajo se verá lo que este diccionario consigna para estas voces.

La desestructuración es la, “Acción y resultado de desestructurar o perder estructura original”. Ese diccionario recoge un ejemplo de uso del año 1995 del periódico español El Mundo. La redacción de esta acepción sugiere que la estructura deja de tener el sentido o la cohesión que la caracteriza; es decir, las partes pierden el orden, la articulación.

En cuanto al adjetivo desestructurado el diccionario mencionado ofrece una escueta definición, “Que ha perdido su estructuración”, y documenta el uso con una cita de un periódico español de 1990.

Se considera falto de estructuras aquello que pierde su organización. En psiquiatría adoptan el término desestructuración como la desorganización de la personalidad. En el habla se utiliza desestructurado para referirse a algo o alguien que no respeta el protocolo, el orden o las normas usuales; en estos casos es porque se concede prioridad a la espontaneidad.

No puede predecirse la fortuna que tendrá el verbo y el sustantivo analizados aquí, pues el uso pertenece al registro culto y su empleo como tal es limitado.

 

CARIBEÑIDAD

“. . . la CARIBEÑIDAD en sus piezas. . .”

Ha habido un desplazamiento con respecto del nombre del área que ocupan las islas antillanas y las costas adyacentes del continente americano. En el siglo XIX se hablaba y escribía acerca del Mar de las Antillas y de las islas antillanas.

Quizás por influencia de la lengua inglesa comenzó a utilizarse más la denominación Mar Caribe e islas del Caribe; así como islas caribeñas y las costas caribeñas. Aparejado con esta nueva denominación se deslizó el concepto de la cultura que caracteriza esa área geográfica, de antillanía, antillano, hacia caribeño.

La caribeñidad ha de retenerse como la identidad que esos países y regiones de algunos de esos países reconocen como propios, entre los cuales se retienen las creencias, propósitos y deseos por los cuales quieren ser identificados.

Hay que aceptar el concepto de caribeñidad como una individuación de las islas y costas aledañas a las que se aludió antes; y las características que las distinguen de entre lo latinoamericano. Los rasgos de la caribeñidad pasan por las costumbres, las peculiaridades comunes de historia, las expresiones estéticas, la narrativa.

Es oportuno recordar que la palabra caribe es muy cara a los hispanohablantes de esa zona, pues ha ensanchado su campo semántico, en funciones de adjetivo. Es una palabra antigua que remonta hasta la época de la llegada de los españoles al Nuevo Mundo.

Los aborígenes carib o caribes eran temidos por su fortaleza y temeridad. Eran “indios belicosos que habitaban algunas de las pequeñas Antillas y parte del continente”. Indigenismos (1977-I-337). Desde la época de la conquista y colonización Oviedo escribió que la palabra “caribe” designaba lo fuerte, picante. De allí que se hable de “ají caribe”, “hormiga caribe” (muerde, hiere). Una persona muy enfadada se decía que estaba caribe. En República Dominicana al sol “fuerte, abrasador”, se llama “sol caribe”. Diccionario del español dominicano (2013:154).

Aun cuando la palabra del título de esta sección no aparece en el diccionario oficial de la lengua corriente, el concepto existe y se reconoce internacionalmente. En consecuencia, su utilización es sancionada positivamente por el uso, especialmente en la lengua culta.

Se haría justicia si se incluyera este término en los diccionarios, no solamente los diferenciales, sino en los generales por expresar este un concepto claro, preciso y definible.

 

INTERCEPTACIÓN

“En torno a las solicitudes de INTERCEPTACIONES telefónicas. . .”

El vocablo que aparece a modo de título puede decirse que es de aparición reciente en el español cotidiano. Su uso se ha acrecentado con la práctica de intervenir llamadas o mensajes entre particulares, a pesar de que ese uso hace largo tiempo que se practica entre regímenes políticos.

Con el mencionado vocablo se trata de describir la escucha o grabación de comunicaciones entre personas o instituciones sin interrumpir la comunicación y sin que las partes involucradas se percaten de la operación a que son sometidos.

En el desarrollo de esta sección se demostrará que la selección de “interceptación” para estos fines no es la mejor y se recordará desde donde llega al español el uso de esta voz para mentar la descrita operación.

Conforme con la definición que se encuentra en el diccionario oficial de la lengua, este verbo -interceptar- no debería usarse para los fines que se mencionaron más arriba. En la definición académica de este verbo pueden resaltarse verbos tales como detener, interrumpir que no se avienen con la práctica explicada.

El diccionario que abre un resquicio para usar el sustantivo del título para la acción mentada antes es el Diccionario del español actual (1999:2667) donde puede leerse, “Apoderarse subrepticiamente [de un mensaje (cd) destinado a otro]”. El verbo apoderarse en esta acepción se utiliza con el valor de “poner algo en poder” o “poner bajo su poder”:

La aplicación que se hace de interceptación en el caso mencionado proviene del inglés, lengua en la que el verbo to intercept es “recibir (una comunicación o una señal dirigida a otra parte) generalmente de modo secreto”. Hay que destacar que en inglés no se obstruye la comunicación.

El uso continuado ha legitimado la práctica de llamar con el nombre estudiado la operación de escuchar las comunicaciones ajenas para espiar.

© 2019, Roberto E. Guzmán

5 poetas reconocidos con el Premio Mundial de Poesía Mística Fernando Rielo

 Por Fausto Leonardo Henríquez

Introducción

La poesía mística canta la belleza del mundo, el temblor silente de las cosas y de las criaturas. Podríamos abundar en la poesía la mística taoísta, sufista, budista, judía, islámica o de inspiración cristiana. Podríamos, incluso, abordar la mística por continentes, por regiones o por países. Pero todos esos campos se escapan de nuestra intención. Esto nos alerta de cuán vasta es la temática que ahora nos ocupa. Si alguien está interesado por la mística puede recurrir a El fenómeno místico de Juan Martín Velasco[1] o a La mística en América de Bruno Rosario Candelier.[2]

He escogido cinco poetas, podían haber sido más, reconocidos por la Fundación Fernando Rielo que es, probablemente, la más prestigiosa institución que premia cada año una obra de poesía mística, no importa de qué inspiración religiosa provenga. Los poetas místicos nos dan a beber la sustancia divina, pues son portavoces de lo sublime y sagrado. En este tenor dice Friedrich Hörderlin: «Pero a nosotros poetas nos corresponde / permanecer descubiertos bajo la tormenta divina, / y tomar con las propias manos / el rayo del padre y entregar al pueblo, / velado en canto, el divino don».[3]

Es oportuno mencionar que en España Ernestina de Champourcin (1905-1999), destacada poeta de la Generación del 27, publicó en 1970 la antología Dios en la poesía actual.[4] En esa misma línea, José Julio Cabanillas y Carmelo Guillén Acosta, toman la antorcha de la célebre poeta y publican una nueva antología con idéntico título Dios en la poesía actual, aunque con ciertos matices de selección, editada por Adonáis.[5]Estas dos antologías dan cuenta de que, en todas las épocas, aún en las más áridas como puede ser la nuestra, aparecen voces poéticas que leen la huella secreta de Dios en el mundo y en la vida, en los acontecimientos y las criaturas, en lo cotidiano y en la interioridad sedienta de trascendencia.

Fernando Rielo en el prólogo a Matevski escribe: «La poesía mística no es voz de flauta y Víctor, no un Cristo entre cantares en un mundo de duelo: sí la lírica voz de vívida tragedia por el amor signada». El hispanista y fundador del Movimiento Interiorista de Literatura, nacido en la República Dominicana, Bruno Rosario Candelier, apunta: «La del místico es una belleza que trasciende la mera sensorialidad. La belleza mística se esconde en lo profundo de las cosas, puesto que las apariencias ocultan su encanto y sólo la elevación espiritual atrapa esos fluidos entrañables, manantial de la Belleza Suprema»[6].

 

1 . Takis Varvitsiotis

Takis Varvitsiotis.[7] Nació en Grecia, 1916-2011. Recibió el VIII Premio Mundial en 1988 con su obra La pesca milagrosa. Abogado de profesión, es autor de veintidós libros de poesía. En el contexto de la Primera Generación de Postguerra, a la que pertenece, se mantuvo fiel al surrealismo, con especial influencia de Éluard, Reverdy y Odsseas Elytis. Ha sido traducido al inglés, francés, alemán, italiano, rumano, polaco y búlgaro, entre otras lenguas y, a su vez, ha traducido a Baudelaire, Mallarmé, Eluard, Saint-Jhon, Lorca, Neruda, Alberti y Huidobro. Impartió conferencias en Harvard, Princeton, Yale y Buffalo. Obra poética: El epitafio (1951); Sol de invierno, El caballo de madera, Abecedario, Nacimiento de otoño y otros poemas, Humilde loa a la Virgen María, Sinopsis 1 y 2 (Poesía junta de 1941-1972), Ana de la ausencia, Calidoscopio, (1971) Fragmenta o la germinación de los minerales, La pesca Milagrosa (1990).

Una de las características de Varvitsiotis, sostiene el Premio Nobel de Literatura, Odysseus Elytis, es que «ha conseguido crear un mundo exclusivamente personal, onírico y transcendente». La pesca milagrosa no es, como dice en el prólogo Fernando Rielo, un libro de poesía mística. Lo es en tanto que «contiene la lejana paradoja de un paraíso terrenal perdido». La poesía de Varvitsiotis contiene la sublimidad de los grandes maestros de la lírica universal: «Primero tienes que escuchar / el gran silencio… Para que los llanos se inunden / de agua virgen» (p. 43). El lector atento podrá descubrir algo diferente, una estética con tonalidades mediterráneas infrecuente, al menos en la forma. Lo vamos a ver con ejemplos concretos.

TE ESPERO

Te espero

Ven de prisa

que te estoy esperando

Cada palabra que te escribo

me cuesta un poco de mi sangre

Mientras mis ojos

permanecen abiertos

sin párpados

Quizá sea aún temprano

allí donde estás tú

Pero aquí

la noche llega

muy pronto

con su gran silencio

y con su collar

de terribles sueños

Si vienes

este año

no nevará

con violetas negras (p. 28)

 

II

SOSEGADO NAVÍO PEQUEÑO

Sosegado navío pequeño

con su chimenea como un búcaro de humo

A veces me pregunto si no eres acaso

una nereida en duelo

Y deseo atraerte junto a mí

Tú precursor de un alba misteriosa

presencia incomparable

que en mí revive

la llama de otro mundo

y que pronto a lo lejos desaparece

en el cielo atormentado

soplando con arrogancia

una cosa negra (p. 39)

 

AGUA VIRGEN

Para mejor convertir

el limo en alabastro

la piedra en golondrina

las crines en música

la sombra en terciopelo

la nave en cometa

primero tienes que escuchar

el gran silencio

y luego abrir los grifos

para que los llanos se inunden

de agua virgen (p. 43)

 

IV INCORRUPTIBLE INCENDIO

Incorruptible incendio

que nos traes el divino saber

y ofreces generoso tus espléndidas flores

igual que un rosal

cargado de destellos

y elevas hasta el cielo

loores sin palabras.

La inmortal doctrina

de lumbre tú me enseñas

pero también verdades de ceniza

en el implacable fracaso (p. 58)

HILOS DE LA VIRGEN (XIV)

En la marea de la historia

eternamente ilumina

la sangre de Cristo (p. 77)

 

2 . Mateja Matevski

Mateja Matevski.[8] Nació en Estambul en 1939. Recibió el X Premio Mundial con su obra Torre Negra (1990). Ensayista, crítico literario. Ha publicado Lluvia (1956); Equinoccio (1963), Romance de fiesta (1967); Crepúsculo (1969); Perúnica (1976); Círculo (1977); Tilo (1981; Voz (1984); Nacimiento de la Tragedia (1985). De la tradición al futuro (crítica y ensayos, 1987); Drama y Teatro (crítica y ensayos, 1987); Hacia afuera (poesía 1990); La torre negra (poesía, 1992); Sacando afuera (poesía, 1996); La luz de la palabra (crítica y ensayos; El muerto (poesía, 1999); Área interna (poesía 2000).

La obra de Matevsqui bordea la mística desde el dolor. Aspira a la trascendencia y, sin negar los estímulos sensoriales, halla el equilibrio interior en los elementos de la naturaleza: los astros, la tierra, el cielo, la hierba, el viento, el océano. El poeta elabora símbolos que le distancian de la percepción de los sentidos para adentrarse en un mundo inmaterial, puro, trascendente. Lo hace, no para huir del mundo, sino para aliviar las luchas de la existencia, afrontar la muerte y el dolor humano. La lírica de Matevsqui es, como la de César Vallejo, desgarrada, elegíaca, recia. Abriga, finalmente, la poesía de este bardo turco un acentuado influjo de lo telúrico y mítico del cosmos.

 

INVOCACIÓN

Aún no había despertado cuando algo me dijo

¡levántate y ponte en marcha!

algo que ya ha desparecido

acaso en la oscuridad, en la mente o en el temblor enigmático

de una luz hasta entonces desconocida

Y ahora no sé

qué era ni de quién

Aquella voz ese ruido ese tremor repentino

y a dónde habré de dirigirme despierto

si ni siquiera en el sueño conocía el camino ni el fin

Marcho ahora con los ojos cerrados por la luz

que con su brillo me esconde los senderos

y aleja los confines desconocidos

cegando los pensamientos entre el sueño y el mundo

Y hela aquí que no me deja adivinar

aquello que piensa en mí encontrarlo

y aquél que desde hace tiempo me conduce

y aquello por lugares conocidos y desconocidos

a través de los ojales del tiempo

más allá de él

más allá de mí

más allá de todo (p. 21)

VOCES

Voces desde las profundidades

Oscuras voces nocturnas

de abismos grutas de fluviales peñascos

Voces que llevan rocas

arrancan bosques

derriban diques

Voces de la prehistoria

de desiertos / de selvas

Silencio del planeta

mudez del mundo

creada por voces

a través de sueños / y venas

a través de sombrías pesadillas

Voces secretas voces conocidas y desconocidas

que se arrastran por la tierra

por el pensamiento arrastrándose

que pisaron la hierba

y en la mente trepan

hasta la articulación ruidosa de la luz primordial

de lo oído

hasta el color claro de la garganta

de las liberadas voces

Hojas que tiemblan

fuentes que murmullan

celestes pájaros

que al hombre se dirigen

con el eco de su propia garganta

Voces (p. 44)

 

MUDEZ

Busco el lenguaje bajo la lengua

por el silencio tragado

En todas partes sólo

miradas frías

de cosas inexistentes

que el corazón conoce

acechando el río

bajo la luna sonríe

Ni siquiera las raíces hablan

más profundamente que la tierra misma

¿cómo adivinar las historias

llevadas por el viento

hacia la primavera

silencio que ata cuando

solamente la tierra habla

a través de mi boca? (p. 30)

 

3 . Maria Assumpta Schenkl

Maria Assumpta Schenkl.[9]Nació en Alemania en 1924. Monja del Císter. Recibió el XXVI Premio Mundial en 1996 con su obra Me acerqué al cordero. Ha publicado Oh tú, mi dorado Dios (1986), Yo amo el Amor (1990); Levántate, amiga mía, y ven (1994), Textos espirituales del diálogo de amor entre Dios y el alma (1994). La religiosa contempla el misterio de la redención desde las coordenadas que presenta el tiempo fuerte litúrgico de la Cuaresma, Pascua y Pentecostés. A veces –tal vez será por la traducción, es difícil saberlo– entra tan adentro de lo sagrado de Dios, la Trinidad, por ejemplo, que da la impresión de que su lenguaje es insuficiente para decir todo lo que su alma percibe, goza y contempla. No es fácil, ciertamente, comunicar por cualquier medio lo que podríamos calificar instancias divinas.

 

I

Amado Señor.

Siempre resuena en mi corazón

tu Palabra:

“Permanece en mi amor”.

Ella palpita en mi ser,

irradia mi espíritu

y en mi sangre canta.

Olas de alegría me inundan,

gozoso y amoroso fuego,

tu Palabra me inflama:

“Permanece en mi amor”.

Oh misión, luz y camino,

consejo y súplica a la vez.

Ardiente deseo de Dios y

entrega de sí mismo.

¡Cómo podré yo concebirte de una vez!

Felicidad sin medida.

En acción de gracias

se derrite mi alma.

Señor, Dios mío,

guárdame en tu amor (p. 40)

 

II

Amado,

¿cuándo es el tiempo del amor?

Nunca y siempre ahora,

pues el amor no tiene tiempo,

el amor es eternidad.

Y tú y yo descansamos

en el eterno ahora

del amor,

ebrios de luz.

Sí, ebria estoy

de tu amor, Amado.

Ebria y en ardiente deseo

por ti, a la vez.

 

Que al fin, este trozo

de corazón mío, sangrante,

en ti encuentre lo perdido,

que permanezca intacto y a salvo

en tu corazón,

y así,

unido quede al tuyo (p. 76).

 

III

Yo misma soy ahora

Cordero

y unida estoy

al manso Cordero que triunfó.

Y todo lo que le pertenece

es mío también:

heridas y dolor,

luz, vida y amor.

 

Y el Cordero tanto me ama

que sus dones

están en sus manos

como fuego que quema.

Y tan grande es su anhelo

por regalarlos a muchos

y en abundancia

a mí entregarlos…

que no quiere para sí

nada conservar.

Sí… todo me lo regala.

Se regala a sí mismo por amor.

 

IV

Mi Señor amado,

a la fuerza me has arrastrado

al Cuerpo Místico,

a ese Cuerpo que lo encierra todo.

Palpitante en su corazón vivo

y anegada fluyo

en la roja sangre de sus venas.

Y así todo soy en el todo.

Cuando en el cielo frío y mañanero

lentamente palidece

la matutina estrella,

despierto yo llena de júbilo,

al canto de la alondra,

aspirando por un corazón paterno.

Murmuro susurrando suavemente,

mecida por la brisa marina,

con las argénteas hojas del olivo,

alimentada por la tierra

profética de Delfos.

Grano de arena que suave se desliza

soy yo, en continuo fluir

de incandescente desierto,

bajo la pisada del caminante.

Yo vivo inmersa

en la suave fragancia de la rosa

y del manzano,

y cantando voy

por un antiquísimo sendero,

al vislumbrante resplandor

de los planetas

y vivo así contigo

en todo corazón humano (p. 116)

 

4 . Teodoro Rubio

Teodoro Rubio.[10] Nació en Burgos, España, 1958. Recibió el XXV Premio Mundial con su obra Tu mano todo el día (2005) Sacerdote. Se doctoró en Filología Hispánica al estudiar a Gerardo Diego. Ha publicado los poemarios: Araña en tu silencio (1989); Herida la palabra (1991); Murmullos de brisa-mar (1992); Arañando tu niebla (1996); Luminosa andadura (1999); La oquedad de tu distancia (2001); Fría desnudez del calendario (2001); Tu mano todo el día (2005); La memoria se cuelga en los balcones (2013).

La naturalidad con la que Teo Rubio hila sus versos en Tu mano todo el día es asombrosa. El lenguaje es fluido y sugerente. El poeta habla de sus vivencias, de todo lo que sucede en su corazón y de todo lo que le afecta desde fuera. La poesía de Teo Rubio, para mí, es una poesía de confluencias, pues a ella vienen a parar lo cotidiano, lo espiritual, los acontecimientos, las propias vivencias, los estímulos, el dolor, las tristezas, en pocas palabras: la vida misma. Eso quiere decir, que no hay hermetismo ni poses, que lo que hallamos en la obra de Teo no es sino lo que todos sentimos, pero que no todos expresamos. El lirismo de Teo Rubio, heredero de la mejor tradición de la poesía española, tiene, según percibo, resonancias de José Luis Tejada y de Gerardo Diego. Eso se evidencia en la transparencia de la palabra y en la creación de pequeños mundos –los poemas– en los que todos cabemos, porque canta sentimientos humanos universales.

 

I

En esta soledad de andamio antiguo

que le crujen los huesos todo el día,

oigo a veces tu voz precipitarse

igual que aquel suicida del ático de enfrente.

las ráfagas de niebla difuminan

mi nombre, mi memoria,

y me envuelve tu voz con sus temblores

de luz casi continuos.

Balanceo de sílabas, de música,

y el verso es un peón en el tablero

de ajedrez que improviso, a cada instante,

en este espacio denso, con mi sombra.

Así es la vida, un juego solitario,

un apostar en contra de uno mismo

y ganar la partida.

Así es la vida, un libro de hojas blancas.

En él la soledad esconde versos

y tú, mi voz anónima y amiga,

me dictas los poemas (p. 41)

 

II

Esta tarde de púrpura y silencio,

partido en dos mitades como el día,

escribo: soy feliz, aunque me duela

tener el corazón como la escarcha,

sin altura ni peso.

Escribo: soy feliz, aunque no tenga

la inmensidad del mar para abrazarte (p. 63)

 

III

En este milenario roble

guardando el equilibrio nos mantienes

dios acróbata.

Nos lanzas al trapecio de la historia

igual que pájaros sin alas.

Pendulas con tus manos nuestras vidas

y cuando nos golpean los insomnios

tú te ríes de vernos temblar como hojas

y a menudo caernos de tu rama (p. 84)

 

IV

Porque esta enfermedad corre sin pausa

al ritmo acelerado de las olas

del mar. Y con su estruendo

va inundando mi playa de tristeza.

Acudo a ti, Señor, tan desvalido,

con sed de ti, desierto y sin oasis.

Yo te llamo, Señor, y me respondes

con rotundo silencio, y hasta a veces

el silencio es callado y se desgarra

la ilusión de sanarme. ¡Y tanta lucha!

Escucho una campana que a lo lejos

ensombrece esta noche, y como estrellas

titilan en mis pulsos los perfiles

del júbilo, poblando con sus luces

mi destierro de fiebre. La campana

suena con un dolor tan insistente

que me olvido de mí, por un instante.

Y pienso que tu voz es la que suena

en este corazón desalentado.

que esta brisa que azota mi crepúsculo

sea tu aliento, Dios. Que tengo frío;

frío, como esos pájaros que vuelan

en bandadas, reptando el firmamento,

sin dejar huella, diminutos: manchas

grises en la amplitud de tu horizonte.

Que la brisa y el bronce que requiebra

este sosiego sea suave bálsamo

en las fatigas últimas que vienen

como náufragos, Dios, a la deriva.

Sí, suena la campana nuevamente

y oigo que tu voz me está llamando

por mi nombre: “¡Hijo, es hora de abrazarte!” (p. 97)

 

5 . Bettsy Yhamile Narváez Cárdenas

Bettsy Yhamile Narváez Cárdenas.[11] Nació en Ecuador en 1972. Recibió el XXXII Premio Mundial con su obra Entre los pucheros (2012). La mística de Narváez es experiencial. Es decir, vive su unión con Dios en y desde lo cotidiano. Su monasterio es el hogar, su lugar de trabajo. El transcurrir mismo de una jornada ajetreante, desde que amanece hasta que cae la tarde, es su taller de oración y fe. Dios está en todo lo que hace y todo lo hace desde Dios. Y ésa es la gracia mística de esta poeta. Con razón Santa Teresa de Jesús acuñó la célebre frase que Dios también estaba entre los pucheros, es decir, en lo más ordinario de la vida. Dios también es un Dios presente en lo que hacemos, por rutinario y baladí que parezca. Es cuestión de actitud. Un instrumento musical suena donde quiera que se le toque y no solo en una sala de conciertos.

 

I

La noche no termina de bostezar

con su largo, larguísimo cansancio apretujado.

Arriba, sobre la luz parásita de la ciudad,

brillan las constelaciones

como un libro de cuentos

que no cierras nunca.

Pero yo tengo que levantarme.

Los primeros gorriones te agradecen

que los preservaras de la helada,

y los mirlos se saludan con chillidos.

Tengo que levantarme.

La madrugada es un animal abrupto

con puntas finísimas de frío

y se estira junto a estos cristales

sin ganas de irse.

Tengo que levantarme

Tú me esperas.

Los colibríes tosen y empiezan su trabajo,

el ruido de las máquinas los ahoga.

Entre el vapor del agua que empieza a hervir

y los panes del desayuno, pienso,

no ha crecido el día lo suficiente

y Tú ya lo tienes todo listo:

el sol que ha de calentarnos,

la sonrisa que nos dará razones de seguir,

la lluvia con su danza de miles de ajorcas de cristal,

el amor nos dará razones de amar,

la aventura de vivir en tu Presencia.

Por eso vengo todavía sin calzarme,

antes de los ruidos del día

para decirte:

Aquí me tienes (p. 18).

II

Prisa.

Inútil prisa.

Nada debería turbar este minuto

pero la vida sigue

y tenemos que ir todos a partes diferentes.

Aquí uno calcetines de talón por delante

Allá unos cordones sin atar

y un pijama calentito

que no quiere ceder su puesto al uniforme.

–El ángel del Señor anunció a María…

(Responden dos voces con sueño

y una lengua de trapo)

–He aquí la esclava del Señor…

(Responde una voz clara, otra somnolienta

y una lengua de trapo)

–Y la Palabra se hizo carne…

(Responden tres voces de niños

y desde otra habitación, una más recia)

Ruega por nosotros

Santa Madre de Dios

para que amándonos

en este hogar nuestro

tan común como cualquiera

el amor nos haga dignos

de alcanzar las promesas

las gracias

la unidad

la paz

que promete tu Hijo

Amén (p. 23)

III

Ahora

vine a saludarte un ratito

Pero debo irme, Señor

me pasaría la vida aquí

queriéndote

pero el amor excede las palabras.

Y también me esperas en la clase

voy a buscarte en ellas

en las niñas que me esperan

Te amo siempre

déjame amarte en ellas

como tú quieres

como tú quieras

Un beso (p. 35)

IV

Un cerro de roma me saluda en el horizonte

Es muchísimo –una semana, tal vez–

Yo quisiera, no sé

una siesta

recordar el color de los árboles

entontecer frente a la tele.

Primero, las piezas pequeñas

(los que deben poco, aman poco)

Luego las delicadas

(los que son amados

se purifican en el fuego)

Luego las camisas

con trabajo y paciencia

y zurcido y doblado

(seguirte consiste también

en recorrer todo el camino

sin detenerse)

Y luego

y luego

Cuando me permites volver a ti

buscas todos mis rotos

Parchas, abotonas, desarrugas

con tu mano, fuego y ternura

me devuelves la llaneza del amor

me corriges y me doblas

me mandas servir con traje nuevo

(última sábana)

Desconecto la plancha.

Tú me desarrugas

me zurces

me abotonas

me amas (p. 49)

Finalmente, los cinco poetas que hemos presentado, para decirlo con Hördelin, «habitan poéticamente el mundo», porque ellos transmiten con la palabra los secretos arcanos y están al servicio de los aleteos celestiales. Son los místicos, como Matos Paoli en Criatura del rocío,[12] quienes izan la voz en el diamante, quienes en su boca llevan el resplandor del viento. Martín Heidegger en su ensayo sobre Hörderlin y la esencia de la poesía[13] subraya la importancia del habla y del diálogo. Acorde con eso, los poetas encauzan, con la palabra, el diálogo con la divinidad y la humanidad, por ellos nos viene la esencia de la poesía. Los poetas, y especialmente, los poetas místicos, brotan como esporas en todas las épocas. Ellos viven en la tierra en —como Fausto de Goethe, a la espera de pasar un día del «estado pupal»[14] al otro lado donde la luz es Luz de Luz, o como Dante que alcanza la luz prístina del Paraíso, «la alta luz que es cierta por sí misma […] ¡Oh luz eterna que sola en ti existes, sola te entiendes, y por ti entendida y entendiente, te amas y recreas!».[15]

 

Fausto A. Leonardo Henríquez,

Miembro Correspondiente

de la Academia Dominicana de la Lengua

Ponencia pronunciada en la 78ª Feria del Libro de Madrid el 12 de junio de 2019.

REFERENCIAS

Alighieri, Dante, Divina Comedia, Par. XXXIII. Posición en Kindle 12240. Edición de Kindle.

Cabanillas, José Julio y Guillén Acosta, Carmelo, eds., Dios en la poesía actual, (Adonáis 661–662), Madrid: Rialp, 2018, 236 pp.

Champourcin, Enestina, Dios en la poesía actual, Biblioteca de Autores Cristianos (B.A.C.): Madrid 2 1972, 219 pp.

Heidegger, Martin, Hörderlin y la esencia de la poesía, trad. Manuel Ramos, (Poesía y Arte), Buenos Aires, Argentina: Arte y Poesía, 1992.

Hölderlin, Friedrich, Poemas(= Gedichte), trad. Eduardo Gil Bera (Lumen – Random House Mandadori. Versión para Kindle, 2012).

Goethe, Johann Wolfgang, Fausto, ed. Albrecht Schöne, trad. Pedro Gálvez, Bilingüe: Trad. del alemán: Faust. Eine Tragödie, vol. 1-2 (Barcelona: Random House Mandadori, 2013).

Matevski,  Mateja. Torre negra. (Poesía 10), Madrid: Fundación Fernando Rielo 1992.

Narváez Cárdenas, Bettsy Yhamile. Entre los pucheros. (Poesía 42), Madrid: Fundación Fernando Rielo 2012.

Rosario Candelier, Bruno. La mística en América. Contemplación, Poesía y Espiritualidad (Por las «amenas liras» 7), Santo Domingo. República Dominicana: Ateneo Insular 2010.

Rubio, Teodoro. Tu mano todo el día. (Poesía 33). Madrid: Fundación Fernando Rielo 2006.

Schenkl, Maria Assumta. Me acerqué al Cordero. (Poesía 23), Madrid: Fundación Fernando Rielo 1997.

Varvitsiotis, Takis. La pesca milagrosa. (Poesía 6), Madrid: Fundación Fernando Rielo 1990.

Velasco, Juan M., El fenómeno místico. Estructuras y procesos (Madrid: Trotta, 2003), 254 pp.

 

[1] Cf. Juan Martín Velasco, El fenómeno místico, Estructuras y procesos (Madrid: Trotta, 2 2003).

[2] Cf. Bruno RosarioCandelier, La mística en América. Contemplación, Poesía y Espiritualidad (Por las «amenas liras» 7). Santo Domingo. República Dominicana: Ateneo Insular, 2010.

[3] Cf. Friedrich Hölderlin, Poemas (= Gedichte), trad. Eduardo Gil Bera (Lumen. Versión para Kindle, 2012). Véase poema “Como cuando un día de fiesta”. Posición 7647-9528.

[4] Cf. EnestinaChampourcin, Dios en la poesía actual, Biblioteca de Autores Cristianos (BAC.): Madrid 2 1972.

[5]Cf. José Julio Cabanillas y Carmelo GuillénAcosta, eds., Dios en la poesía actual, (Adonáis 661–662), Madrid: Rialp, 2018.

[6] Cf. Rosario  Candelier, La mística en América. p. 17.

[7] Cf. Takis Varvitsiotis, La pesca milagrosa, (Poesía 6), Madrid: Fundación Fernando Rielo 1990.

[8] Cf. Mateja Matevski, Torre negra, (Poesía 10), Madrid: Fundación Fernando Rielo 1992.

[9] Cf. MariaAssumtaSchenkl, Me acerqué al Cordero, (Poesía 23) Madrid: Fundación Fernando Rielo 1997.

[10] Cf. Teodoro Rubio, Tu mano todo el día, (Poesía 33), Madrid: Fundación Fernando Rielo 2006.

[11] Cf. BettsyYhamileNarváez Cárdenas, Entre los pucheros, (Poesía 42), Madrid: Fundación Fernando Rielo 2012.

[12] Cf. Francisco Matos Paoli, Criatura del rocío (Cuadernos de poesía 6), San Juan de Puerto Rico: Ateneo Puertorriqueño 1958.

[13] Cf. Martin Heidegger, Hörderlin y la esencia de la poesía, trad. Manuel Ramos, Buenos Aires, Argentina: Arte y Poesía 1992.

[14] Cf. Johann Wolfgang Goethe, Fausto, ed. Albrecht Schöne, trad. Pedro Gálvez, Bilingüe: Trad. del alemán: Faust. Eine Tragödie, vol. 1-2 (Barcelona: Random House Mandadori, 2013). Véase FaustoII, Acto 5, 11970-11988, p. 895.

[15]Cf. Dante Alighieri. Divina Comedia, Par. XXXIII, 54, 124-126 (Spanish Edition) (Posición en Kindle: 12240, 12283). Edición de Kindle.»

Inteligencia, dame el nombre exacto de las cosas

Por José Luis Vega

   Tal vez la mayor empresa de la poesía moderna, de la cual todos somos herederos afortunados, ha sido asomarse a la dimensión invisible de lo real, la que no se manifiesta a los sentidos ni a la razón analítica, el eterno reverso enigmático, del cual habló Lezama Lima, escudándose en Pascal. En su afán por develar el lado oculto de las cosas, la poesía a veces ha invocado el mito de su origen divino, en otros momentos, su parentesco con la magia o bien sus vasos comunicantes con las oscuras potencias del inconsciente. Desde la inmanencia del leguaje ha proclamado el poder significante de la metáfora como instrumento de búsqueda. Esta aventura espiritual de la poesía, de remoto origen, atraviesa el romanticismo y llega hasta nuestros días vacíos como un eco cada vez menos audible y comprensible. Ningún otro ideal poético -ni el “arte por el arte”, ni el civilismo comprometido, ni el formalismo linguístico— ha superado esta exploración del silencio de lo invisible, En los vecindarios de nuestra lengua, el poetizar aún se empecina en ser, en palabras de Gonzalo Rojas, un “transver” o el viaje a la “otra orilla” del que habló Octavio Paz. Juan Ramón Jiménez anheló algo semejante: “Si (el poeta) sueña, piensa y expresa (sic.) Otras realidades, las invisibles, que él clarivé, su expresión, su sueño quizás las ‘cuaje”. José Lezama Lima, de manera más rotunda, afirmó la victoria súbita de la poesía con esta proposición: “La imagen es la realidad del mundo invisible”. Todos, a sabiendas o no, evocan una fecunda concepción del lenguaje que lo considera, no como un simple código convencional, sino como una facultad de raíz oculta que remite a un orden superior. Esta concepción del lenguaje, reactivada por el romanticismo, atravesó la historia del pensamiento occidental hasta desaparecer en el racionalismo, con el cual, sin embargo, convivió en fecunda confrontación.

El romanticismo, aun el más profundo y radical, no fue una invención total, sino la reformulación poética de una tradición que hasta cierto punto podríamos catalogar de “mística”. Para entendernos mejor, para saber cuál es uno de los mitos fundamentales de la poesía moderna, conviene al menos nombrar algunos hitos de la tradición que lo difunde: Platón, Proclo, San Agustín, Meister Eckhart, Valentin Weigel, Sebastian Frank, Paracelso, Nicolás de Cusa, Jacob Bóhme, Martinés de Pasqually, Louis Claude de San Martin, J. Friedrich Kleuker y Franz Xaver von Baader. Estos nombres -algunos altos y fundamentales, otros meramente instrumentales- marcan la ruta de una de las corrientes que alimentó al romanticismo alemán hasta desembocar en las poéticas francesas del siglo XIX. Los grandes poetas de la modernidad, Hölderlin Rilke, Baudelaire, Mallarme y Rimbaud, entre otros, no hubieran sido posibles sin esta fuente nutricia. Sin embargo, para no extraviarnos en los laberintos de esta tradición de lo invisible, conviene asir bien el hilo de Ariadna del lenguaje.

Los nombres de las cosas, propone Platón en El Cratilo, sin ser onomatopéyicos imitan por el sonido aquello que no tiene sonido, esto es, la esencia invisible de cada cosa. El nombre “correcto” o “exacto” de la cosa nombrada resonaría en su “forma” o “idea”. Pero un lenguaje que de manera tan diáfana y directa alcance a mostrar la verdad última de las cosas, ha de ser, según Platón, más propio de los dioses que de los hombres, razón por la cual él mismo depuso las armas intuitivas de la poesía y abrazó el camino más seguro del razonamiento filosófico. En una obra temprana, María Zambrano aludió a las implicaciones para la poesía de esta suprema decisión:

   Es en Platón donde encontramos entablada la lucha con todo su rigor, entre las dos formas de la palabra, resuelta triunfalmente para el logos del pensamiento filosófico, decidiéndose lo que pudiéramos llamar “la condenación de la poesía”; inaugurándose en el mundo de Occidente, la vida azarosa y como al margen de la ley, de la poesía, su caminar por estrechos senderos, su andar errabundo y a ratos extraviado, su locura creciente, su maldición. Desde que el pensamiento consumó su “toma de poder”, la poesía se quedó a vivir en los arrabales, arisca y desgarrada diciendo a voz en grito todas las verdades inconvenientes; terriblemente indiscreta y en rebeldía.

En efecto, la desterrada palabra poética encontró refugio y correspondencia en varias importantes tradiciones espirituales que hoy conocemos con nombres llenos de suspicacia: neoplatonismo, gnosticismo, hermetismo, cábala y, por supuesto, también reconoció su remota filiación con algunos pasajes bíblicos como el Prólogo al Evangelio según san Juan, donde se afirma categóricamente que fue la Palabra lo que el produjo y sostiene el portentoso microsegundo que dio origen a la onda expansiva del big ban.

Quizás es en la obra de Jacob Bóhme (1575-1624) —aquel zapatero prodigioso a quien las grandes mentes de su tiempo y el nuestro no han cesado de admirar- donde mejor convergen las tradiciones espirituales que sacralizan la noción esencialista del lenguaje. Las ideas de Bóhmese filtraron hasta el corazón mismo de la praxis poética moderna., difundidas de manera directa o indirecta por varios autores, entre ellos, el teúrgo Martinés de Pasqually, su seguidor y secretario Louis Claude de San Martin, primer traductor de Bóhme al francés y J. Friedrich Kleuker y Franz Xaver von Baader, comentaristas de la obra de Claude de San Martin.

Según la cosmogonía gnóstica que matiza el pensamiento de Bóhme, la creación es un pronunciamiento, un ex-hálito del abismo de la divinidad, lo que supone, a su vez, el fundamento mítico del lenguaje humano. En tal contexto la teofanía es una teofonía y la cosmogonía es cosmofonía. El Mysterium magnum (1623), según Bóhme, es el gran misterio del mundo invisible que hay oculto en el visible, siendo el mundo invisible la causa, explicación y posibilidad del visible, y el visible del invisible. El mundo visible surge por ex-presión de la palabra divina, que es palabra invisible, inaudible, espiritual y eternamente parlante. Esa palabra divina, este Logos, se manifiesta como un actante silencioso que sostiene lo visible. En esta concepción, la palabra y el lenguaje significan flujo o efluvio de la voluntad, divina o humana, pues ambas se corresponden en tanto que la palabra divina actúa sobre el mundo de la misma manera que el alma obra en el cuerpo. Escuchemos al propio Böhme:

 Creo y reconozco que el poder eterno de este principio causó la existencia del universo; que su poder, de una manera comparable a un aliento o expresión (la Palabra, el Hijo o Cristo) radió de su centro y produjo los gérmenes de los cuales crecieron las formas visibles, y que este Aliento o Palabra (el Logos) está en el cielo interior y en el mundo visible con todas las cosas existentes en ambos.

Pero el lenguaje del hombre, criatura caída, ha perdido la fuerza del Verbo creador. El lenguaje natura que usó Adán para dar nombre a las cosas (la palabra “exacta” de cada cosa) hoy es un secreto y un misterio, aunque sus restos, según Böhme, aún perduran en la gramática general de todos los idiomas, pero sobre todo en texto parlante de todo lo existente:

Cuando levanto una Piedra o un Terrón y lo miro, veo entonces lo que está arriba y lo que está abajo, sí, todo el Mundo en él, solo que en cada Cosa o Propiedad se muestra lo principal y lo manifiesto, conforme a lo cual es llamado. El resto de las Propiedades están allí unidas, pero en distintos Grados y Centros, pero todos los Grados y Centros no son sino un solo Centro. Solo hay una Raíz única de donde todas las cosas proceden, esta solo se separa a sí misma en la Compactación donde está coagulada. Su Original es como un Humo o Aliento vaporoso del gran Misterio de la Palabra expresada, que está en todas Partes en la re-expresión, esto es, en el re-aliento (o eco) de una Semejanza de sí misma, una Esencia en acuerdo con el Espíritu.

Böhme heredó de Paracelso la metáfora del “libro de la naturaleza” que alude al mundo material como un texto cifrado en signaturas. La signatura es la señal de cada cosa (no solo su palabra, – que es el signo por excelencia- también son signaturas la figura, el número, el movimiento, el color, el tono…). Tras el gran misterio material de la naturaleza externa está el gran misterio espiritual de la naturaleza eterna. El mundo visible se halla en correspondencia perfecta con el mundo invisible. La signatura reposa muda en la esencia de la cosa como un son posible, dispuesto a ser tocado por el espíritu impulsivo. El hombre, dotado de la Gracia, en sus creaciones lingüísticas penetra intelectualmente en la esencia de las cosas y crea una imagen fonética de la misma. Esta idea del lenguaje supone una tremenda exigencia para quien usa las palabras siendo consciente de que son cifras del gran misterio. En la capacidad del hombre para re-expresar el silencio elocuente de lo in-hablado, se funda, según Teresa Rocha Barco, la posibilidad de la metafísica occidental, y añado, también la posibilidad de esa hija descarriada del lenguaje original que es la poesía. Desde tal perspectiva habría que concluir que, en un sentido lato, la metafísica y la poesía comparten un mismo basamento “místico”. El anhelo de lenguaje original aún resuena en estos versos de Juan Ramón Jiménez:

¡Inteligencia, dame

el nombre exacto de las cosas!

… Que mi palabra sea

la cosa misma,

creada por mi alma nuevamente.

Que por mí vayan todos

los que no las conocen, a las cosas;

que por mí vayan todos

los que ya las olvidan, a las cosas,

que por mí vayan todos

los mismos que las aman, a las cosas.

¡Inteligencia, dame

el nombre exacto, y tuyo,

y suyo, y mío, de las cosas!

 

*Fragmento del libro en prensa El arpa olvidada (Editorial Pre-Textos, Valencia, España).

 

Notas

l   Revista Helios (1903-1904.)

2 Poesía y filosofía, Universidad Michoacana, 1939

3 Teresa Rocha Barco traza esta ruta en Un apunte sobre la teoría del lenguaje: Bóhme, Saint Martin y Kleuker.dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/58797. pdf. Habría que señalar también la ruta que conduce a la lengua inglesa mediante traducciones tempranas a esa lengua, apartir del siglo XVII, en particular las de John Sparrow.

4  Traduzco al español de la traducción inglesa de Mysterium Magnum realizada por John Sparrow en 16.

 

La palabra que inspira la matriz poética de Josanny Moní

Por Luis Quezada

 

Mi primer acercamiento a Josanny Moni Mota

He tenido la dicha de compartir con esta hermosa y talentosa musa de Miches, en los encuentros mensuales que hemos realizado en el Ateneo Insular, que preside una persona que yo llamo “el padrino de las musas dominicanas”, por la cantidad de jóvenes dominicanos de ambos sexos, que han energizado su dimensión estética, y en concreto, su pasión lírica, a través del Movimiento Interiorista: el Dr. Bruno Rosario Candelier. Y me siento muy complacido de reflexionar junto a Bruno, a mi querido amigo Rafael Hernández y un servidor, “las irradiaciones estelares”, la “valoración estética” y “la palabra que inspira”, respectivamente, los tres cifrados en la obra “Musa”, de Josanny Moní Mota.

Mi primera conmoción con Josanny Moní me la provocó su poema “VOCES”, que ella leyó en uno de los encuentros del movimiento interiorista; por razones de brevedad en el tiempo, pasó casi desapercibido. Pertenece a su colección de 11 poemas inéditos, ocupando el lugar número cinco. Traigo como introito esta reflexión que hice después de una atenta lectura del mismo.

VOCES   (Josanny Moní Mota)

 

Yo lo oigo

y solo escucho

el murmullo de muchas aguas.

Su voz retumba

como el paso del río perdido

que encontró el camino a casa.

 

Te oigo

tu voz es el grito de las multitudes

En tus palabras

arde el dolor de los pueblos

En tu boca está la herida

de la humanidad

 

Lo oigo

y es mi voz la que resuena

lo escucho

y oigo el trinar de todas las vidas

pasadas, presentes y futuras.

 

Lo escucho

con el cuerpo

y sus palabras son como lanzas

que me traspasan

como agujas

que me desangran

 

 

Te oigo

y tu voz es el lamento

de tantas voces apagadas

de tantos cuerpos mutilados

 

y tu voz

es el grito enterrado

de todos los olvidados.

 

EXÉGESIS POÉTICA DE «VOCES»

 

  1. Es un POEMA AUDITIVO: 4 veces aparece esparcida la palabra «oigo»: «Yo lo oigo»; «te oigo»; «lo oigo»; «te oigo».

 

  1. Es un POEMA SUFRIENTE, en el sentido de que las voces que escucha son de colectivos sufrientes: «Tu voz es el grito de las multitudes»;»En tus palabras arde el dolor de los pueblos»; «En tu boca está la herida de la humanidad»…

 

  1. Es un POEMA SOCIAL, pues se escucha la voz de los que no tienen voz, de los apagados, los mutilados, los olvidados: «Te oigo y tu voz es el lamento de tantas voces apagadas, de tantos cuerpos mutilados. Y tu voz, es el grito enterrado de todos los olvidados».

Los últimos dos versos me recuerdan a los ¨Huéspedes secretos» de Manuel del Cabral, especialmente a los huéspedes sociales.

 

  1. Es un POEMA PLURI-EXPRESIVO, ya que en sus 6 estrofas presenta 5 EXPRESIONES DIFERENTES: NATURAL, SOCIAL, EXISTENCIAL, CORPORAL Y ELEGÍACA.

 

  1. Expresión natural:

Yo lo oigo

y solo escucho

el murmullo de muchas aguas.

Su voz retumba

como el paso del rio perdido

que encontró el camino a casa.

 

  1. Expresión social:

Te oigo

tu voz es el grito de las multitudes

En tus palabras

arde el dolor de los pueblos

En tu boca está la herida 

de la humanidad

 

  1. Expresión existencial:

Lo oigo

y es mi voz la que resuena

lo escucho

y oigo el trinar de todas las vidas

pasadas, presentes y futuras.

 

  1. Expresión corporal:

Lo escucho

con el cuerpo

y sus palabras son como lanzas

que me traspasan

como agujas

que me desangran

 

  1. Expresión elegíaca (Nota: Las elegías son poesía de lamentos y gritos; son verdaderas jeremiadas):

Te oigo

y tu voz es el lamento

de tantas voces apagadas

de tantos cuerpos mutilados

 

y tu voz

es el grito enterrado

de todos los olvidados.

 

  1. Es un POEMA DIALÉCTICO. «VOCES» es posible, porque se convierte en una «caja de resonancia» de los sufrientes, aquellos que nadie escucha, a través de la dialéctica OIR – ESCUCHAR – IDENTIFICAR:
  2. OÍR: «Yo lo oigo»; «te oigo»; «lo oigo»; «Te oigo»…
  3. ESCUCHAR: «Yo lo oigo y solo escucho»; «lo escucho y oigo el trinar de todas las vidas»
  4. IDENTIFICAR: «Lo oigo y es mi voz la que resuena».

 

  1. Es un POEMA HISTÓRICO: Está en él el presente-pasado, el presente-presente y el presente-futuro:

y oigo el trinar de todas las vidas

pasadas, presentes y futuras.

 

  1. Finalmente, es un POEMA UTÓPICO: Plantea la vuelta al hogar, a la casa acogedora, al lugar del descanso, del goce y de la plenitud:

Su voz retumba

como el paso del río perdido

que encontró el camino a casa.

 

CONCLUSIÓN: Al enviarle mi reacción por correo electrónico, felicité de corazón a nuestra compañera Josanny por esta hermosa entrega lírica. Y lo hice con el corazón rebosante de alegría, pues cuando lo declamó, me desbordó, me remontó, me extasió. Pocas veces un poema ha calado tan profundamente en mí. Creo que la riqueza que se perfila en él es de inconmensurable valor literario. Pero yo, que veo por los ojos de la teología, te puedo decir que es un TESORO POÉTICO, PROFÉTICO Y POLÍTICO. Cuando te escuché declamarlo, solamente me vino a la mente el santo de Asís, Francisco, el santo que en 2,000 años de Cristianismo más se ha parecido a Jesús (por eso le dicen «el primero después del Único»). Francisco de Asís es la expresión existencial de tu poema «VOCES», porque él fue un hombre POETA, PROFETA Y POLÍTICO.  Finalmente le dije en aquella ocasión: “Me siento honrado y orgulloso de estar en un grupo de poetas, donde estás tú”.

 

Finalmente, un exabrupto poético…

COMO NO SOY POETA, QUIERO EXPRESAR CON TUS PROPIAS PALABRAS LO QUE SIENTO QUE ES JOSANNY MONI. EL VALOR QUE TIENEN ESTOS VERSOS ES TUYO, PORQUE LO ÚNICO QUE HICE FUE DISPONERLOS DE TAL MANERA, QUE FUERAN UN ECO DE TU PRESENCIA Y DE TU TALENTO.

 

En una flor silvestre

se acomodó la lírica

y en el fluir melodioso de sus palabras

brotó el rocío de la mañana

que viste de luz, adorna y embellece

toda su expresión como pétalos rosas

que la hace sentir

una soledad compartida

 

Tu amigo fraterno,

Luis

 

Abordando exegéticamente a MUSA

Entre los cientos de versos que conforman los 30 poemas de su entrega lírica titulada “Musa”, pienso que hay un verso que resume el espíritu vital de su poemario. Dice: “Lluvia de emociones mojan mis pensamientos”.

(Musa, poema 24, pág.61).

Estamos ante una obra donde las emociones troquelan los pensamientos y a su vez, los pensamientos son expresión modélica de dichas emociones.

Siempre que uno hace exégesis literaria de la obra de un autor, es como una moneda de dos caras; por un lado, está el texto; por otro lado, está el autor.

Si “lluvia de emociones mojan mis pensamientos” es el verso que define el texto, a mi modo de ver, es su poema 14, “Una mujer como yo”, que retrata de cuerpo entero la idiosincrasia psicológica de la autora, Josanny Moní. Me atrevería llamar a este poema “su lírica autobiográfica”. Es digno de que le dediquemos toda nuestra atención a este poema, pues al completar mi trabajo de exégesis literaria, pienso que a mi me ha fallado el método y me han faltado estrategias.

(Musa, poema 14, págs. 44-45)

La estructura literaria de su poema 14 responde al siguiente molde:

Si crees que…Te equivocas…Te está fallando el método…Te faltan estrategias.

Una vez identificado el texto y el autor, la exégesis literaria busca encontrar el “hilo rojo”. Lo podemos expresar como “la dialéctica sentimientos-pensamientos”.

El marco literario de los 30 poemas tiene un comienzo, un final y un centro.

Comienza “Por las noches” (Poema 1) y finaliza con “Adiós” (Poema 30). Es decir, va “de un encuentro nocturno”… “a la despedida de un ausente”.

El centro lo componen dos poemas: “Una mujer como yo” (Poema 14)…”Enloquecida” (Poema 15).

Ya desde el comienzo, la autora plantea la dialéctica soledad amorosa…solidaridad amorosa.

En exégesis filosófico-literaria, entendemos por dialéctica “los pensamientos y los sentimientos en movimiento e interrelación” (Hegel).

Soledad amorosa: yo amo y no soy amado

Solidaridad amorosa: yo amo y soy amado.

En “Por las noches” (Poema 1), veamos ese encuentro-desencuentro nocturno:

Te vas tan rápido

dejándome apenas el recuerdo

Llegas en compañía de la Luna,

entras sin que nadie te invite

Te metes en mi vida

me hundes en la cama

Apagas la luz en la mesita de noche

tu tacto ciego examinando

me remueves el alma y el cuerpo.

 

La siguiente estrofa hace todavía más penetrante ese encuentro omnipresente:

Bajo la luz eclipsada se refleja tu rostro

tierno como un niño en busca de su madre

feroz como un león persiguiendo su presa

Me acorralas, no puedo moverme

me asusta lo que pueda suceder

Intento escapar, pero estás en todas partes

Te miro y el fuego de tus ojos me consume

el viento recio de tu aliento se lleva mis palabras.

 

Si las dos primeras estrofas muestran el encuentro, las dos siguientes enfatizan el desencuentro, el cual resumo con algunos de sus versos:

Tu acompañante ha cambiado de lugar… cenizas van quedando… como agua entre mis dedos te vas escapando… un inmenso frío ha quedado… me despierta la filtración que impregna mi almohada de soledad.

Y cierra con un verso que resume el desencuentro total: “el fuego y la felicidad se han ido contigo”.

Esto último enlaza con el final, titulado “Adiós” (Poema 30):

Este último verso nos expresa que estamos ante la despedida de un ausente.

El poema 29, “Irónico”, es quien mejor explica esa inverosímil despedida de un ausente:

Estando tan lejos te concibo cerca

Queriendo alejarme te acerco más

Teniéndote cerca te siento tan distante.

Josanny es una echadora de versos que sublimiza la cotidianidad. Su poema 27, “Al verde mi alma”, muestra como la cotidianidad del beber café la hace trascender, convirtiendo lo ordinario en extraordinario:

Hagamos un café -le dije- para despertar ciertos sentimientos

colemos claro este presente

para beber dulce el futuro día a día

 

En Musa, la dialéctica presencia-ausencia, dilema existencial de la erótica, con un lirismo mágico, Josanny Mota juega con esas dimensiones contrapuestas y nos revela el dolor que existe en un amor siempre presente pero que está ausente. En su Poema 26, “Te quedas conmigo”, la primera estrofa muestra la presencia y la segunda la ausencia:

 

Pero por las noches no me escapo

Me desnudas toda el alma

Te vas metiendo en mis huesos

Me tocas los sentidos

Acariciando ilusiones

Que se alimentan de recuerdos.

 

Veamos ahora la ausencia en la segunda:

 

¿Cómo decirte adiós?

Si tú nunca te has ido

¿Cómo fingir que no me importas?

Si me muero por tenerte

¿Cómo aceptar tu ausencia?

Si te siento tan adentro

¿Cómo borrarte de mi historia?

Si te tatuaste en mi memoria.

 

“Musa”, su hermoso poema 24, hace del piano el instrumento musical capaz de expresar el torrente de emociones que embadurnan sus pensamientos:

…tú sigues llenando el espacio de un fuego que no consume

La magia de tus dedos ha despertado al pajarito silbador,

Abriendo los estanques de la memoria

Donde viven los peces de la vida

Protagonistas sus dedos…

Hacedores de historias,

Forjadores de futuro.

…vas tocando aquellas fibras que no alcanza a ver el ojo humano

…me sorprende la facilidad con la que tocas lo más profundo de mi ser…

Elevando mis pasiones al infinito

Creando acordes cifrados en el pentagrama del silencio

Añadiendo melodías a la quinta sinfonía

…y aquel empolvado, carcomido, apolillado, más no muerto piano,

Sobre el cual se tocan nuestras historias.

 

Su poema 23, nos arranca un lirismo hermoso al expresar que el amor es una herida que “no se olvida, no se cierra, no se cicatriza.

Tengo el alma anestesiada

…sonámbulo camina mi corazón en la línea del horizonte.

 

Un ponderado análisis místico nos haría ver en estos versos reminiscencias inconscientes del Cantar de los Cantares o de los hermosos cantos de San Juan de la Cruz. Vuelve así a subrayarse la tesis de que el amor humano es el mejor camino para expresar el amor divino, místico.

Ella juega en sus versos con el despecho y la venganza, sentimientos que anidan en un amor defraudado. En su poema 22, lo expresa así:

 

Mi venganza no será desprecio, odio ni rencor

Mi venganza será olvido

Aunque pensándolo bien mejor te perdono

Te perdono con mi olvido.

 

En muchos de sus poemas, no solamente elabora desde la cotidianidad y la materialidad emociones sublimes, sino que lo hace con un garbo exquisito, como en su poema 21, “A lo lejos”, donde ella expresa que “bostezan mis ilusiones”. Y la materialidad de la tinta, el lienzo, el lápiz y el sacapuntas los convierte en metáforas de sus sentimientos, ilusiones y esperanzas:

No es divertido dibujarte en mis versos

Cuando son mis lágrimas la tinta

Mis emociones el lienzo

El lápiz mis esperanzas

Y el sacapuntas tu indiferencia.

 

Sus versos expresan con una claridad deslumbrante el dolor de amar y no ser amado, de entregarse y no ser correspondido. Una muestra elocuente es su poema 20, “Ojalá”:

 

Somos como el día y la noche

Siempre cerca, nunca juntos…

Siempre que llego te vas

Tantas veces me miraste y nunca me viste

Ojalá me sientas como te sueño.

 

Pienso que la construcción literaria, la belleza estética y la delicadeza en la construcción de las imágenes, hacen de Josanny Moní una poeta que siempre nos pone delante del dilema del amor, en sus más recónditos abismos. Para muestra, su poema 19, “Dilema”, donde nos hace caer en la cuenta de que todos tenemos “hoyos negros” existenciales y muros sólidos que parecen infanqueables:

Con mi fuerte esperanza pretendo atravesar tu muro…

Mas, ahora estoy atrapado en el hoyo

Presa de tuos ojos,

Cautiva de tu voz,

Esclava de tu atención…

 

Al final de este poema tan sutil, ella se presenta en una encrucijada de caminos y no sabe por dónde derrumbarse:

¿Qué camino elegir?

A la izquierda la esperanza

A la derecha la oportunidad

Entretanto parada en la realidad.

 

Su altísimo nivel de creatividad literaria y de lirismo sobrecogedor es fruto de su poderosa imaginación, como lo expresa su desafiante poema 18, “La imaginación”:

La imaginación columpiándose…

Mece las risas congeladas de los niños que llevamos dentro…

Agita los recuerdos que duermen en los labios del tiempo…

Cocina unas palabras dulces a los sentidos…

Haciendo posible lo invisible.

 

He leído como habrán observado de atrás hacia adelante, es decir, desde el poema 30 hasta el poema 18. Es pues la imaginación la que me hace enderezar la lectura de los primeros 17 poemas.

En su poema 2, “Descuido”, Josanny nos sumerge en la dialéctica pensamientos-imaginación:

Un pensamiento se derrite en tus labios recién sacados del horno…

Aún estando en la realidad navegas en un mar de profunda fantasía…

Sin besar sus labios, sin que sus cuerpos se hagan uno

Y hagan real lo imaginario.

 

Josanny expresa con su finísimo lirismo aquello que dijera Pascal de que “el corazón tiene razones que la razón no conoce. Veamos como lo dice nuestra musa en su poema 3, “Sin razones”:

Escóndeme de mi, en ti

Que no me encuentre la razón

Porque esta noche haré locuras.

No tengo razones para amarte

Pero me sobran las ganas

Ámame como la flauta al viento

Toca cada una de mis cuerdas

Escribe tus besos en mi piel

Ódiame antes de esta noche,

Porque mañana no podrás.

 

El amor sabe de juegos, de acertijos, de escondidas. Josanny lo expresa con mucho acierto en su poema 4, “Quédate”:

…juguemos a la escondida

Si te encuentro te beso

Y si me descubres

Me escondes debajo de tu piel.

“Quédate” es una hermosa palabra…

 

La corporalidad de las costillas, los latidos del corazón y los labios son vehículo para su poderoso lirismo:

Toca las cuerdas de la guitarra debajo de mis costillas

Escribe melodías en los latidos del deseo

El aire acarició mis labios con tu sabor.

 

Su poema 6, “Antes de dormir” es de un lirismo encantador y soñador:

Me duermo con la esperanza pegada al pecho

Cierro los ojos mirándote

Me aferro a la sábana pensando en tus brazos…

Abro mis ventanas a la ilusión…

Tan sólo eso querías que supieras

Que sueño con despertar con tus besos

Sencillamente eso, que no quiero dormir sin ti.

 

El amor pasional nos hace rayar con lo absurdo, como lo expresa su delicado poema 7 del mismo nombre:

Esta mañana me despertó

Una descabellada idea

Que alborota mis cabellos y sentidos…

Mi esperanza que se desespera

Es un absurdo

No tiene sentido esperarte

Porque no quieres llegar.

Entonces me peiné con la verdad.

Se desvanezcan estas ganas de amarte…

¡Desperté!

Y la descabellada idea sólo fue un pensamiento

¿y si te busco?

Este último verso revela siempre la ironía del amor contra toda lógica, que está siempre buscando la llave, para abrir el interior de su amado y descansar allí. Me siento tentado a leer íntegro su acertado poema 8, “La llave” (ver texto, pág.32)

 

El amor es un existencial que hace de la persona un ser-aquí, un estar-aquí, como lo diría filosóficamente el gran Heidegger. Josanny, lo expresa con más belleza que Heidegger, en su poema 9, “Estoy aquí”:

Detrás de estos lentes que buscan tu imagen…

Corriendo en dirección de tu olvido

Cansada de esta marcha sin sentido…

Fabricando un encuentro accidental

Aquí sigo yo

¡soñándote!

A Josanny, esos sueños amorosos y eróticos, le saben a vino moscatel, como llama ella su poema 11:

Tu mirada tierna y profunda

Llena de emoción mis pensamientos

Te pienso tanto que sin mirarte te veo

Sin hablarte te llamo

Y sin tenerte eres mío

No es que seas único

Pero eres lo único que quiero.

En su poema 12, “Una carta de amor”, ella cristaliza un verdadero dilema existencial (Ver pág.40)

Incluso, el amor trasciende el tiempo, nos hace ver en el pasado y en el presente, lo que todavía está en el futuro. Así lo manifiesta su expresivo poema 13, “Ficción” (ver pág.41).

Quiero cerrar con tres poemas en secuencia: “Enloquecida”, “Te necesito” y “Halo”, que están signados como los poemas 15, 16 y 17, que son la antesala de aquel desafiante poema 18 que ya citamos, titulado “La imaginación”. Apenas les saboreo algunos de sus versos en estos tres poemas secuenciales antes mencionados (Págs. 46, 47 y 48).

Enrique Dussel, es el filósofo de la liberación en América Latina que mejor ha expresado en un registro metafísico la erótica que Josanny Moní Mota nos deleita en un registro lírico.

Por eso, quiero terminar, no para poner fin, sino para ser cuerdo con el tiempo asignado, recordando un testimonio machista de la simbólica popular que nos ha guiado en nuestro pensar, que quiere ser escucha de la voz latinoamericana para poder trascenderla. Tenía 16 años de edad cuando leí el Martín Fierro.

Concluyo con esta desafiante estrofa:

Y la pobre mi mujer

¡Dios sabe cuánto sufrió!

Me dicen que se voló

con no se que gavilan,

sin duda a buscar elpan

que no podía darle yo». MARTIN FIERRO, I, 1051-1056

Muchas gracias.

Musa, de Josanny Moni

Por Alfredo Rafael Hernández‎

“Cuando Zeus hubo ordenado el mundo, los dioses vieron con mudo asombro su magnificencia, que se hizo presente a sus ojos. Finalmente el padre de los dioses les preguntó si notaban la ausencia de algo. Sí, respondieron, falta algo: una voz para alabar las grandes obras y la completa creación con palabras y música. Se necesitaba para eso un nuevo espíritu divino, y por consiguiente los dioses pidieron a Zeus que creara las Musas”

Las Musas, Walter F. Otto

“Me apena la frecuencia con que la gente confunde amabilidad con coquetería”.

Poemario Musa, publicado en la biblioteca Pedro Mir de la UASD el 21 de agosto de 2014, es decir, que se trata de una obra reciente y quizás todavía no haya un movimiento literario en el cual ubicarlo con precisión. Es el producto de la espontaneidad de una joven soñadora que fue capaz de plasmar en versos un voraz incendio que la consumía; algo en ella que la forzaba a expresarse y no podía callar lo que sentía, porque cuando estos asuntos llegan a una mente creadora, si no encuentran un canal de expresión idóneo por donde fluir, sus fulgores calcinan y provocan incendios de magnitudes catastróficas…Y este no es un libro fruto de la improvisación, ser espontáneo no significa improvisar, sino que ya ha sido tocada por las musas y habla en poesía. Le fluye la poesía como a una náyade el agua de su fuente. Primero, ella se hizo poeta. Y hay una consustanciación tal entre ella y su obra, que Musa es ella y ella es Musa; así que nadie se extrañe cuando yo cruce de una dimensión a otra, porque eso es solo apariencia: todo es Musa.

Esta jovencita criada dentro de la moral y ética de una congregación evangélica, es considerada una Sierva de Jesucristo. Una vez tocada por los dioses de la Hélade, desde muy temprano en su vida encontró cómo canalizar sus inquietudes en el activismo cultural, ya actuando u organizando veladas con niñas, o desempeñando diferentes roles dramáticos dirigidos a fortalecer su fe en Dios, cantándole hasta a los árboles, en fin, a la madre naturaleza. Pero llegó una edad, un momento en que como en todo cuanto se reseña en los estudios de la psicología evolutiva, las hormonas y otros ingredientes biológicos, culturales, sociales y su interacción en el ámbito universitario se conjugaron y la llevaron a otros mundos, a otros sueños, si bien dentro de lo idealismos más puros; y desde luego, surgieron otros intereses. Pero sin dejar de exhibir una conducta dentro del margen de los principios éticos en que ha sido formada en el seno de su hogar.  Ese fue el momento de la amorosa gestación y el bendito parto de Musa.

Su platonismo sigue vigente y la verdad que al leer MUSA por primera vez, sentí “un goce” profundo y me situé en aquellos tiempos de adolescente, cuando me enamoraba locamente de alguna joven y todo se esfumaba cierto tiempo después, sin que ella se enterara de nada. Otras veces era una pasión con un ser imaginario creado en mi mente. Los versos y las cartas, quedaron guardados hasta que luego en un programa radial por la emisora del pueblo en esos años, fueron leídos en un espacio intitulado “Versos y Canciones para Ti”, y no he vuelto a saber de esos manuscritos. Pero Josanny fue más valiente que yo y realizó esta publicación.

Musa. Léeme esto y volveré a ti. Dedicado: a ti…Aparentemente este sencillo acto de comunicación contenido en estas frases parecen colocados ahí como un llenar espacios, como un decir algo. Pero no, esas dos frasecitas contienen toda la magia[Entre los griegos había dos tipos diferentes de hechizos: uno diseñado para producir eros (“atrapar” eróticamente a la víctima) y el otro para crear filia (“afecto” o “amistad”)] y este segundo es propio de los grandes creadores desde que Prometeo entregó el fuego a los humanos, y a través de ellas nos incita a leer, a profundizar y bucear en el interior de su alma atormentada, de cuyos jugosos labios brotan tantas perlas y diamantes orales que nos hechizan de verdad; y de sus manos, se desprenden signos gráficos de belleza, que emanan desde el interior de esa, su alma, dándonos la dicha de poder disfrutarlos estéticamente.  Ahí se manifiesta con tenacidad su espíritu inquieto, su sagacidad comunicativa, capaz de penetrar la conciencia de quienes la escuchan o leen; y también puede moverlos a la acción, cualidad esta que solo poseen unos pocos escogidos. Esa sed, si insiste, la llevará a trascender, como ya lo viene haciendo, y un día no lejano tendremos una poeta consagrada en un elevado sitial del parnaso nacional e internacional.

Sobresalir y provocar en los demás emociones vivenciales solo lo hace ese ínfimo grupo de escritores cuya capacidad de comunicación tiene cualidades trascendentes e incluso cualidades de tono y timbre que hacen que sus vibraciones, ya sea en ondas concéntricas o longitudinales, calen el interior de las fibras íntimas de los oyentes o lectores. Estas Camenas de Venus, como Josanny, tienen un don muy especial, porque su personalidad misma es, de hecho, impresionante. Hermosa, simpática, educada y tan atractiva, que no cualquiera la puede asumir como su propia MUSA, sino alguien con cualidades similares. A ese Ángel todo le luce, todo le sale bien…es una real Musa. La teogonía no registra el nacimiento de esta nereida-ninfa que vino sobre un delfín, porque nació en secreto, se la robaron a la mitología griega, la depositaron en una playa de Miches ornada de blancos anturios y príncipes negros para forjar su mestizaje, y se la regalaron a este país impregnado con esencia de azahares; tampoco en la lengua española se ha inventado la palabra adecuada para halagarla, porque todo cuanto hay en el diccionario castellano y cuanto puedo decir, le viene quedando pequeño de tantos miles y miles de empalagosos sinónimos que le vienen repitiendo desde que nació.

Peralta Romero hizo la presentación con un lenguaje bastante equilibrado, sin dejarse llevar de muchas emociones. Y la verdad que no sé qué analgésico consumió antes de hacerlo, porque se trata de un inicio embriagador, con ese erotismo natural que le va definiendo una poesía plenamente romántica y apasionada, con una ternura y pasión tal, que estremece. Él concluye diciendo que la de Josanny Moní, es una poesía para ser disfrutada. Musa tiene un comienzo muy simbólico en: Por las noches: Te vas tan rápido/ Dejándome apenas el recuerdo/Llegas en compañía de la Luna,/Entras sin que nadie te invite/ Te metes en mi vida/ Me hundes en la cama/ Apagas la luz en la mesita de noche/Tu tacto ciego examinando/ Me remueves el alma y el cuerpo.

Si todavía algún incrédulo tiene dudas, veamos los demás títulos: Descuido, Sin razones, Quédate, En el Aire, Antes de dormir, Absurdo, La Llave, Estoy aquí, Tiempos, Moscatel, Una Carta de Amor, Ficción, Una mujer como yo, Enloquecida, Te necesito, Halo, La imaginación, Dilema, Ojalá, A lo lejos, Aquel día, No se olvida, Musa, Ambiguo, Te quedas conmigo, Al verte mi alma, ¿Quién sabe?, Irónico, Adiós. Pero necesitaríamos toda la noche para extraer la esencia que emana de cada uno de ellos, por eso escogimos solo el mínimo posible que la identifique.

Se trata de una mixtura entre poemas y prosa poética y una que otra epístola. Pero es un poemario coherente, que sigue una temática desde el comienzo hasta el final. El tema del Amor adolescente se desarrolla en el mismo con un extraordinario lirismo que extasía al lector y lo convierte en participante del mismo, y quién sabe si hasta en protagonista.

En el segundo poema retrata literariamente lo que ella denomina: Descuido Ya casi es media noche. Te inquieta que/termine la magia sin besar sus labios, sin que sus/cuerpos se hagan uno y hagan real lo imaginario./Temes que acabe la noche y quede todo ahí./Te toco la mejilla, te pregunto si estás bien,/Te distraías unos segundos.

Y así, todo va marcando una secuencia, llena de toda clase de imágenes, y cuantas figuras son imaginables, dentro de un incendio voraz  de palabras precisas, que dicen lo que tienen que decir o insinúan lo que deben insinuar, hasta concluir en una especie de paradoja. Imposible que yo pueda seguir desarropando y desnudando estas intimidades tan ardientes, pues me temo que este espacio se llenaría de chispas y humo, o vendría una tormenta eléctrica a fulminarnos. Al final se desinfla todo y termina casi en una paradójica ironía.

A partir de Aquel día, empieza el final del poemario con unos contrastes, casi retruécanos; dice: Mi venganza no será desprecio, odio ni rencor/ Mi venganza será olvido/Aunque pensándolo bien mejor te perdono/Te perdono con mi olvido.

Y así continúa declinando en Te quedas Conmigo: ¿Cómo decirte adiós?/ Si tú nunca te has ido/ ¿Cómo fingir que no me importas?/ Si me muero por tenerte/ ¿Cómo aceptar tu ausencia?/ Si te siento tan adentro.

Hasta que finalmente llega Adiós: Sí, me voy/ Porque es mejor que vivir ausente/ Que estar amarrada a tu vida sin nudo/ Que guardar una esperanza/ donde ya no existe prado./ Me detengo un segundo y pienso/¿Cómo irme de tu vida si nunca he estado?

Señores, para sentir y vivir esta MUSA no bastan estas ligeras infidelidades que acabo de cometer, hay que leerla. La leí y vean lo que pasó:

Acabo de leer Musa, -le escribí a Josanny. ¡Qué encanto! ¡Cuánta valentía de tu parte! Solo me senté y sudé un poco, porque no pude levantarme a encender el aire, hasta no terminar. Sentí mucha poesía, buena poesía, donde la hay. Volví a los ensueños de mi adolescencia. Sentí el fuego de la pasión desbordada devorando las fantasías-realidades de una niña que sabe soñar y expresarse con propiedad. Ese fuego intenso que el inconsciente y el subconsciente nos permiten convertir en hechos vívidos aunque solo exista en nuestro interior. Ese interior que es nuestro otro yo, donde tienen existencia los deseos, los anhelos, las metas y todos los ciclones y tsunamis que nos atormentan y nos deleitan a la vez. Es que allí es donde vivimos esa otra dimensión de nuestra existencia… especialmente las que no nos atrevemos a llevar al mundo consciente por las hipócritas sociedades que son como víboras que nos devoran, nos digieren y nos excretan.

Esa obra te retrata en un momento de tu existencia. Eres totalmente tú, como eres o cómo quisieras o quisiste ser y no te atreves; porque se nota tu timidez, pese a los recodos graciosos que creas, a las evasiones geniales a que recurres, para desviar la atención que el lector pudiera enfocar en esos fuegos recónditos que te calcinan y envolverte en otro yo, que los demás quizás digieran como el real. Te duplicas y triplicas en muchos yo para esconder tu yo real, tras dejar una impresión, que por la sutil espiritualidad de tu erotismo pudiera crear ilusiones falsas en el otro.

Esa indefinición e inseguridad que exhibes, o que yo capto en ti, no es casual, porque puede ser el producto de muchas represiones o por un divorcio entre lo que te han hecho creer que es la vida, los traumas sufridos y no asimilados, o ante las verdades reales que has encontrado, y lo que sueñas ser en tu Mundo de Alicia.

Serás tan grande como quieras ser, sólo tú te puedes poner límites, igual que metas. Los demás son el infierno, como decía J. P. Sartre. Innegablemente Musa fue un buen comienzo, sigue trillando el camino de la poesía.

Quise hacer un discurso con el sentimiento que me provocó su lectura, y a la altura de Su Majestad Musa Moní, pero con su perdón, como humano me quede muy cortito, ya que el origen del canto y del habla es un don de la divinidad.

Muchas gracias.

Miches, 18 de mayo, mes de las flores, de 2019.

‎ Vertiente física y metafísica en la lírica de Dinápoles Soto Bello

Por Bruno Rosario Candelier

 

El vasto misterio de la noche

se confunde con tu semblante pálido.

(Dinápoles Soto Bello)

 

A Rosario Granados y Jorge Rincón,

cultores de la ciencia que edifica y complementa.

 

Me complace participar en la presentación de la primera obra poética de Dinápoles Soto Bello (1) que, para los que no lo conocen, probablemente sea una sorpresa saber que él, como profesional de la física, asume la metafísica para canalizar su poesía como una forma de creación y una vía de testimonio de sus intuiciones y vivencias, como realmente se puede apreciar en este libro de poemas publicados en Hojas del camino.

Dinápoles Soto Bello tiene la singular dotación de que es el único poeta dominicano que es al mismo tiempo físico y metafísico, y esa es una distinción exclusiva del poeta banilejo, pues no conozco ningún poeta dominicano que sea físico y metafísico a la vez, como es nuestro agraciado amigo. Porque como físico, Soto Bello cultiva el estudio de la naturaleza; y como metafísico aborda el arte de la creación poética, de manera que en su creación hay datos indudables de esa doble vocación de nuestro escritor. Y, además, en su categoría de científico creyente cultiva la espiritualidad, de la que su obra lírica da evidencia con alto sentido de la trascendencia.

Decir que Dinápoles Soto Bello es un físico-metafísico indica que ama la naturaleza, ama la poesía y ama la espiritualidad. Cuando ustedes lean los poemas publicados en este libro se van a dar cuenta de que efectivamente esos atributos están armoniosamente combinados en la creación poética del ilustre banilejo aplatanado en Santiago porque esos atributos forman parte de la sensibilidad y la conciencia de este poeta interiorista. Y esa peculiaridad es determinante en la obra de creación, porque todo el que escribe, se manifiesta a sí mismo, expresa lo que mueve su sensibilidad y canaliza lo que hay en su conciencia; y entonces esas dos vertientes del saber, en las que nuestro poeta funda su creación, como son la física y la metafísica, están presentes en la cosmovisión, la espiritualidad y la creación poética de Dinápoles Soto Bello.

Ya este buen hombre tiene 50 años como docente en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, y cuando me jubilé de esta universidad como profesor, creía que yo era uno de los profesores con más tiempo de ejercicio en esta prestigiosa institución docente porque duré 5 años como estudiante y 35 años como profesor; pero al saber que Dinápoles tiene 50 años como profesor, imagínense ustedes lo que eso significa para nuestro querido poeta, ¡50 años de docencia!, signo de una larga vida y de un singular aporte en este centro académico. Fue en los años sesenta del siglo pasado cuando lo conocí en esta universidad. Él había venido desde Baní, donde nació y se crió; y supe luego que a él le gustaba la poesía. Un día el propio Dinápoles me lo manifestó con cierta alegría y también con cierto temor porque él sentía que ejercía el oficio de poeta de manera marginal en su carrera de científico de la física, y la poesía era una actividad estética, metafísica y simbólica en la que él incursionaba con cierto atrevimiento, aunque con indudables condiciones espirituales. Esa sensación suelen tenerla quien entiende que la poesía es algo “muy especializado”, o que esa vocación es para gente muy inteligente o para alguien altamente dotado para el arte de la creación literaria. Pues bien, yo les digo que no es así. La poesía, como cualquier arte, como la espiritualidad o como la creatividad, es para todo el mundo porque es una manifestación del espíritu y del genio creador que todos llevamos dentro, y el espíritu forma parte de nuestra esencia distintiva. Y recuerdo también que un buen día Dinápoles, sabiendo que a mí me gustaba el cultivo de la espiritualidad, sobre todo a partir del momento en que concebí la creación del Interiorismo como movimiento literario que le prestaba atención a la dimensión espiritual de la trascendencia, él tuvo la gentileza de obsequiarme una obra de Henri Bergson, Introducción a la metafísica, donde el pensador francés aborda la metafísica y, desde luego, la intuición como vía de conocimiento y de creación. Es una obra clave para conocer la intuición, concepto que tiene singular presencia en el ideario estético del Movimiento Interiorista, del que nuestro poeta forma parte (2) y, además, tiene una alta presencia y una enorme significación en el acto de la creación, y ese detalle, el aspecto intuitivo de su creatividad, se manifiesta en el talento creador y en la obra poética de Dinápoles Soto Bello.

De los poemas del libro Hojas del camino (3), me llamó poderosamente la atención el titulado “Tiempo muerto”, en el que hay una frase que retrata de cuerpo entero la sensibilidad y la conciencia de Dinápoles Soto Bello. Oigan lo que describió este agraciado autor en ese hermoso y edificante poema de su inspiración: “Paisaje y conciencia:/dos soledades confundidas/en una sola mansedumbre”.

Pues bien, “paisaje y conciencia” son dos palabras claves para la definición de la cosmovisión y la personalidad física y metafísica de Dinápoles Soto Bello: el concepto implicado en el vocablo “paisaje” se vincula a la física, y la idea que entraña la palabra “conciencia” se asocia a la metafísica. La elección de dichos vocablos fue un acierto intuitivo, lexicológico y literario de parte de nuestro poeta al elegir esas dos palabras. ¿Saben por qué? Porque el concepto “paisaje” alude a la sensorialidad, pues refiere lo que un ambiente refleja, dato que capta el sentido de la vista, que es uno de los cinco sentidos corporales con que contamos para captar la dimensión sensorial de lo existente. La sensorialidad de las cosas tiene que ver con la física porque alude a lo material o a la materialidad de lo existente. Entonces, esa palabra tiene esa representación física respecto a la naturaleza de lo viviente. Y la palabra “conciencia”, al referirse al poder interior de la mente, alude a la espiritualidad, es decir, a la dimensión metafísica y trascendente de la interioridad humana y a los fenómenos invisibles de la realidad intangible. Por consiguiente, esas dos palabras (“paisaje y conciencia”) retratan la vocación física y metafísica de Dinápoles Soto Bello: “Paisaje y conciencia: dos soledades confundidas”, ¿confundidas en qué? (“en una sola mansedumbre”). Entonces esas palabras, claves en la poética de Dinápoles, confluyen “unidas en una sola mansedumbre” y, en tal virtud, tienen una connotación de alta espiritualidad; probablemente el autor no tuvo plena conciencia de lo que estaba diciendo, pero sí tuvo una alta intuición para articular lo que su sensibilidad percibía. Al decir “confundidas en una sola mansedumbre” está aludiendo a la orientación espiritual de los antiguos taoístas chinos, que enfatizaban esa disposición del espíritu humano para aceptar el fluir de lo viviente como en señala mística del Tao, que sugiere no ejercer oposición contra nada, tener una actitud abierta y comprensiva para sentir y percibir el fluir de la naturaleza y adaptarse a lo que suceda en la forma como acontezca: “Confundidas en una sola mansedumbre”. Pero al mismo tiempo esa frase hace pensar en la posición cosmológica de los antiguos pensadores presocráticos, que también hablaban de “mansedumbre” como una forma de enseñarle a la gente que hay que acoplarse al dictado de la naturaleza, que era la vocación suprema de esos contemplativos griegos que fueron, casualmente, los primeros en articular una visión del mundo a través de la naturaleza por cuya contemplación descubrieron las leyes de la naturaleza, que la actual ciencia de la física cuántica ha certificado. Entre esos contemplativos descollaba Heráclito de Éfeso, el primero en el mundo occidental en concebir un concepto clave para interpretar lo que esencialmente somos los seres humanos. Ese concepto lo plasmó en la palabra Logos. Ese pensador presocrático decía que el Logos de la conciencia era la mayor dotación que ha recibido el ser humano, y esa dotación viene directamente de la Divinidad, razón por la cual sostenía que con el Logos encarnamos la clave de una energía sagrada. Esa energía sagrada se manifiesta creadoramente a través de la palabra y de un modo especial a través de la palabra poética. Pero al mismo tiempo, esa “mansedumbre” de la que habla Dinápoles evoca la orientación teológica del Cristianismo porque, ¿no recuerdan ustedes lo que decía Jesús cuando enseñaba que había que ser manso (“manso y humilde de corazón”, leemos en el texto bíblico), expresión con la que hace referencia a mansedumbre del espíritu. Por tanto, el poema de Dinápoles Soto Bello, “Tiempo muerto”, es un poema profundo, luminoso y revelador de una concepción del mundo y de la vida humana centrada en un principio espiritual a la luz de una orientación humanística en la que se conjugan ciencia y arte, vida y trascendencia, materia y espíritu, entrelazados y compenetrados desde el fluir de lo viviente hacia los efluvios de lo divino mismo. En “Tiempo muerto”, nuestro poeta revela la concepción física y metafísica de su conciencia espiritual, las dos anclas en las que ha conducido su existencia en el camino de su vida:

 

Presencia vegetal del silencio.

Ceros absolutos.

Infinito total.

Paisaje y conciencia:

dos soledades confundidas

en una sola mansedumbre.

Mismidades holladas en el instante,

apretadas de vacío,

suspendidas

del punto solo de la realidad inmóvil.

El hombre está ahí

quieto en su espacio fijo

de geometría dormida.

Sus ojos abiertos no son más

que dos absortas circunferencias en exilio…

El tiempo no respira ya.

Cadáver cósmico en la tarde.

 

En esas facetas de la realidad cósmica, figura la vertiente de la física, que alude al mundo de la naturaleza, es decir, a la sensorialidad de lo viviente, a todo lo que acontece en el mundo; y figura también la vertiente de la metafísica, que alude a la espiritualidad y la trascendencia, es decir, a la condición excelsa de la inteligencia de los hombres para sentir la dimensión interior y trascendente de fenómenos y cosas. Eso es lo que concibe y expresa Dinápoles Soto Bello cuando crea esa singular expresión con su intuición poética: “Paisaje y conciencia:/dos soledades confundidas/en una sola mansedumbre”.

Naturalmente, hay que tener talento creador para fundar una visión del mundo y una percepción de fenómenos y cosas desde sus propias intuiciones y vivencias, como lo hace el poeta banilejo radicado en la ciudad del Ya que. En todos los poemas que hay en este poemario, que el autor divide en tres partes, se aprecia el recorrido de su vida desde su juventud hasta la madurez. Y en ese recorrido está el mundo, están plasmadas sus vivencias entrañables y las experiencias que nutrieron su sensibilidad, que forjaron su conciencia y que convirtieron a Dinápoles Soto Bello en un autor que siendo físico es al mismo tiempo metafísico, como lo revela esa compenetración material y espiritual de su ser con el ser del mundo. Justamente, cuando nuestro poeta pone su alma en conexión con el alma de lo viviente experimenta esa comunión entrañable con el mundo y a ratos la emoción se extrapola a su conciencia al experimentar un estremecimiento de fulgores. Se vuelca la sensibilidad del físico entrelazada a su conciencia metafísica; su ser se hace uno con el ser del mundo y se compenetra con la espiritualidad del metafísico que convive en Dinápoles Soto Bello, y entonces la potencia creadora que hay en el poeta se manifiesta a través de la palabra, justamente para testimoniar sus percepciones entrañables, su definida visión del mundo y la hermosa faceta espiritual, que es la expresión más profunda y valedera de su sensibilidad interior. Eso es hermoso apreciarlo en un creador como Dinápoles que despliega ante el mundo todo su ser, que anhela compenetrarse con lo viviente y quiere hacernos sentir justamente lo que él siente entrañablemente: esa vivencia espiritual, ese sentimiento de identificación con lo viviente, y esa luz que le llega de lo Alto y que de algún modo lo ilumina y hace que su talento creador se plasme en cada uno de sus poemas, como confiesa en una suerte de oración y testimonio de un corazón enamorado de lo humano y lo divino, como efectivamente lo manifiesta el poeta en su poema “Ruego”, donde se aprecia la huella mística al modo de Amado Nervo, el acento emocional según el talante de Pablo Neruda y la compenetración interior de un Manuel Valerio:

Perdóname, Señor, por haberla amado tanto,

si a veces por mirarla me olvidé de tus ojos;

si mis versos son pena, si mis penas son llanto,

perdóname, Señor, vengo hacia ti de hinojos…

Yo busco entre tus brazos el sueño del olvido,

y busco en tus palabras la luz de mi esperanza.

Señor de los consuelos: recógeme en tu nido,

y no le digas nunca lo que mi voz no alcanza.

Era como una aurora, casta como una flor;

en su espíritu el mío encontró sus esencias;

acunaban sus ojos un profundo fulgor

¡y en su voz candorosa encontré mis cadencias!

Fue su amor de mi cielo rutilante lucero;

me entregó son sus labios la pasión más sentida,

y llagando sus labios con el fuego primero,

en medio del placer me olvidé de tu herida…

Tú que curas enfermos, la tempestad serenas,

al pecador perdonas, ¡inúndame de luz!

Porque ahora que llevo el peso de mis penas

comprendo lo infinito del peso de tu Cruz…

Dormía en sus cabellos la flor de la leyenda;

eran sus manos pálidas huerto de mi llanto;

mas ahora, ¡oh Cristo!, te la doy como ofrenda.

Perdóname, Señor, por haberla amado tanto.

 

En la creación poética de Dinápoles Soto Bello, como en toda genuina creación, el fondo postula una forma, y ya sabemos no hay forma valedera sin sentido. Toda creación postula una forma de expresión afín a la naturaleza de su contenido. Dios creó el mundo bajo el ordenamiento de unas leyes cósmicas que articulan el fluir de lo viviente en su naturaleza peculiar. Y acopló en las cosas materiales una huella del aliento divino. Hojas del camino no es sino una muestra de esa configuración física y espiritual de lo viviente.

El hombre creó el lenguaje con el que plasma su creación científica y artística, que intuyó en la observación de la realidad o le fue revelada a través de imágenes y símbolos que la palabra formaliza en su expresión estética, científica o simbólica mediante el caudal de conocimientos, intuiciones y vivencias a la luz de las percepciones y las valoraciones de fenómenos y cosas, que la sensibilidad atrapa y la conciencia perfila y revela.

Dinápoles Soto Bello canaliza su vocación física y metafísica en una creación estética y simbólica como es su creación poética para dar con el sentido del mundo y la razón de la existencia humana en una suerte de reflexión del discurrir de lo viviente, como se ve en “Poema del hombre”:

 

Mira a tu alrededor. Contempla los viejos muros,

las calles polvorientas, las multitudes tormentosas

arremolinándose en las orillas de tu silencio…

Mira tu rostro envejecido,

tus manos color tiempo,

tus viejas ilusiones vagabundas

resolverse en estatuas de la nada…

¡Oh humano! Tu pecho se encendió

anhelando lejanos hemisferios,

inaccesibles meridianos

imposibles infinitos…

Tus velas conocieron

todos los puertos de la Tierra;

tu corazón voló,

   Quienes cultivan el arte de las humanidades (poesía, filosofía, mística) les conviene nutrirse de alguna disciplina científica (física, biología, antropología) para canalizar su visión del mundo en su creación estética, metafísica y simbólica. La búsqueda del hombre interior forma parte de las indagaciones metafísicas de Dinápoles Soto Bello, según revela en “Vigilia 3”, donde manifiesta la apelación cósmica de la conciencia ante la majestad del Universo y el esplendor de la Creación, tendencia que canaliza en hermosas y sugerentes imágenes poéticas:

 

Medianoche.

Hora cósmica, imponente,

erigida en tranquila llama vertical

cima del tiempo,

el punto más alto de la noche…

Desde la ventana

respiro las cosas plenamente.

El silencio se resuelve en estrellas

sobre la ciudad dormida,

mientras el espacio avanza

sus estalagmitas flotantes…

Desasimiento cósmico,

completa suspensión de la memoria;

fosforescencia onírica de la materia…

 

El mundo está lleno de cosas, conceptos y palabras. Con el lenguaje expresamos nuestra concepción de la realidad, así como cuanto sentimos y vivimos. Y cuando pensamos, lo hacemos en conceptos o en imágenes, que nuestra creación canaliza mediante el lenguaje. Y esa creación tiene un contenido, una forma y un sentido, dimensiones que manifiestan lo que capta la intuición, lo que atrapa la inspiración o lo que dona la revelación. Y cada autor tiene su manera personal de expresión, por lo cual hablamos de la voz personal, la voz de las cosas o la voz universal. En “Poema del hombre” nuestro poeta reflexiona sobre el proceder en la vida, al tiempo que ausculta su conciencia en pos de la verdad que edifica con la belleza que conmueve:

¡Cuántas veces no escuchaste

el torbellino apasionado de tu sangre!

¡Cuántas veces no sentiste

la rebelión incontenible de tus células,

la rabiosa locura de vivir!

Y nada pudo detenerte…

ni los atávicos principios,

ni los tentáculos sociales,

ni lógicas, ni dogmas…

Te entregaste al ardor,

a la inquietud, al deseo…

Tus ojos se llenaron de barro,

te bebiste la noche de tus sueños

se cubrió tu frente de crepúsculos,

y en la inmensidad de tu nostalgia,

de tu desesperación,

de tus lágrimas,

prismas de soledad

dividieron el tiempo…

 

El poemario Hojas del camino representa el camino de la vida y también el camino de la trascendencia en la visión física y metafísica, lírica y simbólica de este valioso creador interiorista cuya obra celebramos y nos congratulamos con el afortunado autor por todo lo que nuestro poeta expresa, canaliza y sugiere en estos versos consentidos y reveladores de su sensibilidad física y su intuición metafísica que su palabra encarna y revela en las imágenes y símbolos de su luminosa vocación poética.

 

Bruno Rosario Candelier

Presentación de Hojas del camino

Santiago, PUCMM, 10 de mayo de 2019.

 

Notas:

  1. Dinápoles Soto Bello nació en Baní en 1941 y reside en Santiago. Cursó estudios de ingeniería civil en la Universidad Autónoma de Santo Domingo; en el Instituto Tecnológico de Monterrey, México (Licenciatura en Ciencias Físico-Matemáticas, 1966) y en Caen, Francia (Maestría en Ciencia Física, 1970-1972). Y asistió a cursos de perfeccionamiento tanto en nuestro país como en Francia y en Alemania. Ha participado en seminarios, paneles y congresos con charlas y conferencias sobre temas de su especialidad. Es autor de textos para la enseñanza universitaria y ha publicado artículos en revistas nacionales e internacionales. Es miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, de la que recibió dos distinciones: Premio Nacional de Ciencias (1992) y Laudatio Académica (2007). Es profesor emérito de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Ha participado en coloquios poéticos, y poemas suyos se han publicado en el Listín Diario. Es miembro del Grupo literario “Domingo Moreno Jimenes”, del Ateneo Insular en Santiago, bajo la dirección de Bruno Rosario Candelier, creador del Movimiento Interiorista, en cuya antología poética aparece antologado. En la PUCMM impulsó la tendencia de poesía físico-matemática, con estudiantes y profesores cuyas contribuciones se publicaban en la revista Magister de física, matemática y sus aplicaciones.
  2. En la antología poética El Interiorismo: Doctrina estética y creación literaria (Moca, Ateneo Insular, 2001), escribí sobre Dinápoles Soto Bello lo siguiente: “Natural de Baní, reside en Santiago de los Caballeros, donde imparte docencia en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Ingeniero en física, estudió en México y Francia. Articulista de temas científicos, investigador de las ciencias físicas y matemáticas, brillante expositor, participa también en recitales poéticos y actos literarios. Forma parte del Ateneo Insular a través de su integración al Grupo literario Domingo Moreno Jimenes en la ciudad del Yaque. Su vocación metafísica la canaliza en poesía para dar con el sentido del mundo y de la existencia humana. La búsqueda del hombre interior forma parte de sus indagaciones metafísicas, como se puede apreciar en su producción poética. Miembro de la Academia de Ciencias y del Movimiento Interiorista del Ateneo Insular”.

Dinápoles Soto Bello, Hojas del Camino, Santo Domingo, Amigo del Hogar, 2019.

La lectura con énfasis en los determinantes puede conducirnos a errores

Por Tobías Rodríguez Molina

 

Hace unos días visité la residencia de una de mis hijas y me llamó poderosamente la atención lo que está escrito en un pequeño cuadro que le regalaron. Allí leí la siguiente expresión de puro corte poético: “Florece en medio de tú desierto.”  Oralmente, hace tiempo que escucho a lectores de iglesia y a comunicadores en general leyendo con un énfasis que puede llevar a cualquier escribiente a poner tilde en casos parecidos a ese que aparece en el cuadro obsequiado a mi hija. Eso me inquietaba y tenía la intención, que se avivó el día de esa visita. Por eso estoy elaborando este artículo para que, cuando les toque leer, sigan las pautas de nuestro español.

Con el deseo de que estemos orientados en cuanto a la temática aquí planteada, consulté a Google en lo referente a los determinantes y encontré, entre otras informaciones, lo siguiente: “Los determinantes son palabras que van delante del nombre o sustantivos (sic) y sirven para delimitar el significado general de dicho nombre. Los determinantes concuerdan siempre en género y número con los sustantivos que acompañan.”

En esa definición no se nos dice que los determinantes son átonos, es decir, que no tienen fuerza o acento tónico, lo cual es muy importante saberlo porque los mismos se unen en la pronunciación al nombre al que acompañan, formando casi una sola palabra con una sola sílaba tónica. Veamos estos ejemplos: la casa (=lacasa); los niños  (=losniños). Al contrario, cuando la palabra que aparece delante del nombre o sustantivo se parece al determinante por tener las mismas letras (mi-mí, el-él, tu-tú), pero desempeña diferente función gramatical, como la de ser pronombre, esa palabra sí hay que pronunciarla con un énfasis bien marcado tanto en el aspecto tonal o tónico (y tilde en la escritura),  como en cuanto a la pronunciación separada de la palabra que le sigue. Veamos: “A mí, Señor,  acuden los necesitados.”( a- mí-  Señor- acuden- los- necesitados).

Google nos ofrece, sin embargo, una interesante clasificación con ejemplos bien precisos de los diferentes tipos de los mismos; pero como no entraré en ese aspecto de los determinantes, les sería de gran utilidad darle un vistazo a tan ilustrativa clasificación. A pesar de eso, les adelanto que el artículo determinado (el, la, los, las)  y el indeterminado (un, una, unos, unas) son determinantes.

Ahora bien, ¿a cuáles errores puede llevarnos este fenómeno del énfasis en los determinantes? A mi entender, a cuatro errores: de acentuación, de sentido (o del significado general del texto), de uso de la coma y cambio del modo verbal (del modo indicativo al imperativo) en algunos tipos de construcciones sintácticas.

Entraremos en materia con los siguientes casos:

1 a. Tu Señor atiende mis súplicas. -b. Tú, Señor, atiende mis súplicas.

Si leemos enfatizando el “tu” de la oración a, la podemos convertir en la oración b, y con ello le cambiamos totalmente el sentido a la primera: el Señor ya no es “tu señor”, sino “mi Señor”, y habría que ponerle tilde al “Tu” y, además, una coma antes y otra después de “Señor” al convertirlo en un vocativo, al pasar de “el Señor atiende” (modo indicativo) a “Señor, atiende” (modo imperativo).

2 a. Tu hijo obedece siempre. –b. Tú, hijo, obedece siempre. Lo mismo que sucedió con el ejemplo 1, se producirá con este caso 2. En la oración a, el hijo no es de quien está hablando, mientras que en la oración b, el hijo es de quien está hablando.  Y los demás cambios que se dan,  ya ustedes los pueden constatar sin que yo se los explique. Por esa razón continuaré y les presentaré los  ejemplos que aparecerán a seguidas. Excepcionalmente haré algún breve comentario de algunos de los ejemplos.

3 a. Tu marido atiende las súplicas de los necesitados. – b. Tú, marido, atiende las súplicas de los necesitados.

4 a. Tu Señor acoge nuestras súplicas en todo momento. –b. Tú, Señor, acoge nuestras súplicas en todo momento.

5 a. Tu amiga socorre a los necesitados. –b. Tú, amiga, socorre a los necesitados.

6 a. Tu tía dirige  el rezo del rosario. –b. Tú, tía, dirige el rezo del rosario.

7 a.  El doctor atiende el clamor de los que buscan su auxilio. – b. El, doctor, atiende el clamor de los que buscan su auxilio.

8 a. El padre mío oye las peticiones de los más necesitados. –b. El, padre mío, oye las peticiones de los más  necesitados. (¡Ojo! Con la pronunciación enfática del determinante “el” podemos convertir a mi padre en el “Dios Padre” de la Trinidad divina de los cristianos)

9 a. Yo amo y respeto a los que se dirigen  a mi Señor. –b. Yo amo y respeto a los que se dirigen a mí, Señor. (En este caso se puede cambiar a quién se dirigen las personas, que en el caso b se dirigen a mí y no al Señor)

10 a. Si  usted acude a mi Señor logrará lo  que busca. –b. Si usted acude a mí, señor,  logrará lo que busca.

11 a. El siempre acude a mi amigo en sus necesidades. –b. El siempre acude a mí, amigo, en sus necesidades.

Ya vimos lo inconveniente de leer enfatizando los determinantes por las  confusiones que podemos provocar en el  auditorio u oyentes a los  que les llevamos  nuestras lecturas o exposiciones. Es por ese motivo que, cuando nos toque leer  o dirigirnos a un público cualquiera, debemos guiarnos por la pauta propia del español que nos indica que el determinante se pronuncia formando con el sustantivo una especie de nueva palabra, cuya(s) primera(s) sílaba(s) pertenece(n) al determinante, como podemos visualizarlo en estos dos casos: A mi señor (a miseñor); A este señor (a esteseñor).

Algunas sugerencias a lectores de textos

Por Tobías Rodríguez Molina

Todos los que leemos en público debemos saber que tenemos una responsabilidad, la cual está fundamentada en el compromiso, contraído con aquellos para quienes leemos, de leer sin alterar el sentido que nos transmite el texto. ¿Cuál pudiera ser el problema? Pudiera ser que cambiemos el mensaje contenido en el texto sagrado, expresando todo lo contrario de lo expresado en el mismo;  o que se altere  la receta médica, o el mensaje del político que envía  una orden a un subalterno, como sucedió en una ocasión en que un dictador le dictó a su secretario el castigo que él   quería que se le diera a un contrario político. El le dictó: “Muerte no, cárcel.” Pero el secretario copió: “Muerte, no cárcel.” Se envió la orden y ya saben ustedes lo que pasó.  De ahí la conveniencia de tener en cuenta, cuando leemos, las pautas que a continuación les ofrezco.

_Hay  que tener cuidado y pronunciar la “s” del “nos” pronombre en  frases como la siguiente: “Hoy domingo nos vamos al campo como de costumbre.” Si no se pronuncia la “s” de “nos”,  se da a entender lo contrario de lo que se quería expresar; es decir, se afirma que no iremos al campo en vez de decir que iremos al campo.

_También se debe  prestar atención a la coma que le sigue al “no” en algunos casos como el siguiente: “¿Debemos ir a pasar un fin de semana  con mucha ropa? No, vayan con poca ropa cuando pasen un fin de semana en un hotel.” Si no hacemos la pausa que exige la coma, dejamos dicho que hay que llevar mucha ropa cuando vayamos de fin de semana a un hotel.

_Si se lee un texto bíblico y no tenemos en cuenta la coma, y no hacemos la pausa necesaria, podemos poner el texto sagrado a afirmar lo contrario a lo que es un mandato del  cristianismo. El siguiente texto confirmará lo que acabo de afirmar: “No, amen a sus enemigos.” A los seguidores de la fe cristiana se nos manda amar aun a aquellos que nos hacen daño, que se constituyen en nuestros enemigos. Y al no  hacer la pausa después del “no” dejamos  dicho que solo debemos amar a nuestros amigos. Y se destruiría la Iglesia de Cristo, que nos manda amar al prójimo (bueno o malo, amigo o enemigo) como a nosotros mismos.

_Cuando aparecen seguidos los términos “no nos”, como en el Padrenuestro, personas de un nivel sociocultural mediano o bajo deben prestar  atención para no producir una metátesis al pasar la “s” del pronombre “nos” al adverbio “no”. Esa pronunciación la he escuchado  en varias ocasiones en nuestras ceremonias litúrgicas, al decir algunos “nos no dejes caer en tentación”.

_Muchas personas, incluyendo proclamadores de la palabra (lectores) y monitores, tienen dificultad al leer las palabras israelitas, jesuitas, presbíteros, pues pronuncian “israelista”, “jesuista”, “prebístero”. Así que, mucho cuidado con esas palabras cuando les toque leerlas.

_Bastantes lectores, por desconocimiento de algunas palabras o por no haber practicado la lectura del texto que les toca leer, leen una palabra cambiándola por otra, con lo cual cambian el sentido del texto. Un ejemplo pertinente al caso lo constituyen las palabras “prejuicio” y “perjuicio”. Prejuicio significa “juicio previo (=opinión preconcebida y negativa de algo o de alguien)”, que no debe confundirse con perjuicio, que significa “daño causado a algo o a alguien”.

_Para leer bien un texto, es conveniente practicar varias veces su lectura para que se nos haga familiar su estructura, lo cual facilitará darle la entonación debida, poder realizar las pausas necesarias, saber pronunciar las palabras, especialmente las desconocidas o poco conocidas, cuyo significado debemos indagar, para no confundirlo con otro(s), con lo cual se pudiera cambiar el mensaje que el autor del texto quiere transmitir.  Este aspecto debe tenerse muy en cuenta al tratarse de textos legales o sagrados.

_Será  aún una mejor lectura si el texto se practica en alta voz y que otra persona que sepa leer bien escuche nuestra lectura y nos haga algunas sugerencias si fuere necesario.  Lo buenos lectores suelen poner en práctica este procedimiento.

_Hay que prestar atención al vocativo en la sintaxis del español porque, si no lo reconocemos y eso nos lleva a no hacer la pausa y a no dar la entonación debida, se  puede cambiar, también en ese caso, al mensaje que se quiere transmitir. Para una mayor ilustración, véanse los siguientes ejemplos: “Juan, trabaja fuerte para  acabar temprano.”  En este ejemplo se expresa un mandato o deseo y se está hablando con Juan. “Juan trabaja fuerte para acabar temprano.” En este caso se hace una afirmación y se está dialogando o intercambiando  con otra persona diferente a Juan. Otro ejemplo ilustrativo es este: “Pedro, es mi amigo que quedó de venir hoy.” Aquí alguien dialoga con Pedro y le da a entender  que ese que llegó, como estaba planeado, es un amigo suyo. Si  no se hace la pausa después del vocativo Pedro, el que llegó no fue su amigo, sino Pedro.

Como ustedes ven, son múltiples  los problemas de comprensión que podemos crear en quienes escuchan nuestras lecturas. Por eso debemos tener sumo cuidado al leer  para no  inducir a los que  nos escuchan  a errores de interpretación de los mensajes que les queremos llevar.