Empleo del punto y coma en “Sueños de Salitre”
/0 Comentarios/en Artículos /por RuthPor Rafael T. Rodríguez Molina
Al comenzar a leer esa novela de Carmen Imbert Brugal, distinguida abogada, comunicadora y escritora, comencé a notar el empleo, o más bien la frecuencia mayoritaria del no empleo del punto y coma en los casos en lo que las normas de nuestro español indican que debe usarse ese importante signo de puntuación. Esos casos de empleo de ese signo tienen que ver con las proposiciones llamadas “yuxtapuestas”, que son definidas como “proposiciones que se colocan una junto a la otra sin la presencia de nexos o partículas de unión lógica”. Las partículas que se eliminan pueden ser coordinantes como la “y”, causales como “porque, por lo cual”, consecutivas como “pues, ya que”, etc.
Visualicemos con ejemplos varios casos escritos con los nexos y esos mismos sin los nexos:
- Llegó a clases con toda puntualidad y sin saberse la causa salió del salón rápidamente. Si eliminamos el coordinante “y”, quedaría redactada “Llegó a clases con toda puntualidad; sin saberse la causa salió del salón rápidamente.
- Terminó el cuatrimestre con notas excelentes, ya que él es muy inteligente y aplicado. Si la redactamos sin el nexo “ya que”, hay que emplear punto y coma al ser convertidas en yuxtapuestas. Veamos: Terminó el cuatrimestre con notas excelentes; él es muy inteligente y aplicado.
La realidad de las deficiencias de la autora de Sueños de Salitre en el manejo del punto y coma, puede encontrarse en las páginas 15, 16, 17, 18, 20, 21 y 26, las cuales yo tomé como muestra. En esas 7 páginas la autora solo empleó dos punto y comas correctamente y 21 comas debiendo haber usado en su lugar punto y comas.
Las únicas páginas en las que la escritora empleó un mayor número de punto y comas de acuerdo con las normas fue en las páginas 23 y 24. En la 23 usó dos correctas y una incorrecta, y en la 24 aparecen 5 correctas y 3 en desacuerdo con las normas de las yuxtapuestas.
De los casos más graves, ofreceré los aparecidos en la página 15, donde los usos fueron todos incorrectos, y los que aparecieron en la 17; en esta última tenemos 4 casos con empleo incorrecto y 1 empleado correctamente. Además, en la página 18 hay 3 usos todos incorrectos. Por razones de espacio, y para ejemplificar los usos con mayor acierto de Carmen Imbert, se ofrecerán los casos que hay en las páginas 15 y 17.
A continuación aparecerán fallos de la página 15:
- “Enviaban regalos en navidad y algún bocado después de una cena espléndida, sin embargo no los convidaban a sus fiestas.” En ese fragmento debe ir punto y coma antes de “sin embargo, además de una coma después de ese nexo. Aquí se eliminó la “y”.
- “El segundo varón era retraído, le decían el loco…” Al haber en ese caso dos yuxtapuestas, en lugar de la coma debe escribirse un punto y coma. El nexo eliminado puede ser “y por eso”, y de ese modo desaparecería la coma y el punto y coma.
- “No era amante de juergas, prefería escuchar música y compartir con los compañeros de trabajo.” La coma indica la existencia de las yuxtapuestas, pero en ese lugar hay que colocar el punto y coma. El nexo elidido esta vez pude ser “motivo por el cual” o “razón por la cual”, etc.
- “La astucia materna guardó una porción de ese dinero, él lo supo antes de su matrimonio.” Después de “dinero” debe ir un punto y coma; pero si en vez de la coma o del punto y coma colocamos “y”, no hace falta ninguno de esos dos signos. Veamos esa nueva redacción: “La astucia materna guardó una porción de ese dinero y él lo supo antes de su matrimonio.”
Pasamos ahora a la página 17. En la misma también se encuentras 4 casos de incorrección en la redacción de las yuxtapuestas, aunque también supo emplear 1 caso dentro de las normas. Véanse los 5 casos:
- “Enfrentó peligros de niño, se erigió en defensor y guardián de las dueñas de las casas.” En este ejemplo existen dos proposiciones yuxtapuestas y no tres proposiciones, ya que solamente hay dos verbos conjugados, que son “enfrentó” y “se erigió”. Por eso, antes de “se erigió” se pone un punto y coma. Si se pone “y” entre “niño” y “se erigió”, dejarán de ser yuxtapuestas y se convierten en proposiciones coordinadas y, por consecuencia, sin coma ni punto y coma.
- Veamos el segundo caso desacertado: “Algo no falló en su imaginación, la niña y él no eran iguales.” Evidentemente hay que sustituir la coma por el punto y coma. En esa oración se suprimió el nexo “pues”.
- El tercer caso fallido es: “Jamás la acompañaba al club, la veía desde lejos con su trajecito de organdí.” Antes de “la veía” iría una “y” o el punto y coma y no esa coma.
- Este cuarto caso es: “No celebraban la navidad desde noviembre, ni el árbol olía a pino, tampoco descansaban fuera de la ciudad durante la semana santa.” Después de “pino”, que es donde termina la primera yuxtapuesta y comienza la segunda, debe ponerse punto y coma y no la
- En esta página 17, la autora empleó correctamente el punto y coma para indicar la frontera entre las siguientes proposiciones yuxtapuestas: “…la veía desde lejos con su trajecito de organdí; si coincidían en la playa tenía que conformarse con un saludo.”
En la página 23, la autora empleó un caso incorrecto y dos correctos, y en la 24, usó tres incorrectos y cinco con corrección, es decir, de acuerdo con las normas indicadas para el caso de las yuxtapuestas. De esas dos páginas nos centraremos en la 24, que fue donde la escritora de esta novela empleó la mayor cantidad de casos correctos, aunque también en ella usó tres casos incorrectos. Primero se copiarán los casos correctos.
A. Casos correctos:
- “…el más grande contenía seis huevos, tres tabletas de chocolate, dos maltas alemanas, una lata de leche condensada y doce mentas; el otro guardaba queso amarillo, arroz y azúcar.”
- “El primero estaba destinado a la casa de Iris; el segundo, a la vivienda de un médico amigo.”
- “Fue su primera vez como mandadero; antes había estado con Sofía.”
- “Caía la tarde; le sorprendió ver la peluquería cerrada.”
- “Trató de moverse; Lucía, una de las muchachas de Iris, lo llamó desde la cocina.”
B, Casos incorrectos:
- “Un atardecer del sábado, el dueño del colmado le entregó dos paquetes, el más grande contenía seis huevos, tres tabletas de chocolate, dos maltas alemanas…” En este fragmento, después de “paquetes” debe ir punto y coma. Sin embargo, se podrá mantener la coma si después de “el más grande” añadimos “de los cuales”.
- “Conocía bien el entorno, estaba acostumbrado a la brisa pegajosa que arrastra salitre.” Como las dos proposiciones no tienen la “y” coordinante, se convirtieron en yuxtapuestas, las cuales se relacionarán con un punto coma en medio de “entorno” y “estaba”.
- “La fascinación fue inmediata, no entendía algunas palabras pero sí identificaba nombres.” Después de “inmediata”, lo pautado es el empleo del punto y coma, ya que allí termina una yuxtapuesta y comienza la otra. Puede eliminarse el punto y coma si rescatamos un nexo, que pudiera ser “y, aunque”. Véase cómo quedaría la nueva oración: “La fascinación fue inmediata y, aunque no entendía algunas palabras, sí identificaba nombres.”
Para concluir este artículo analítico-crítico de esa novela de la reconocida escritora y comunicadora Carmen Imbert Brugal, me voy aventurar a lanzar dos hipótesis: La primera es que “la autora presume que maneja bien la normativa relacionada con los signos de puntuación y por eso no buscó un corrector de estilo que eliminara los desaciertos o errores que ella pudiera cometer, pues ella no los comete.” La segunda hipótesis es que “la autora buscó un corrector de estilo que resultó ser incompetente, ya que no corrigió los innumerables desaciertos que aparecen en esta novela en la puntuación de las proposiciones yuxtapuestas.”
Finalmente un consejo práctico: No publique ningún tipo de escrito, sea breve, como un poema o un artículo; o extenso, como un cuento, una novela, un libro de historia, de ensayo, etc., sin que antes lo corrija un competente corrector de estilo.
Son lo mismo y no son iguales (1)
/0 Comentarios/en Artículos /por RuthPor Rafael T. Rodríguez Molina
En boca de los usuarios de una lengua circulan diferentes refranes, muchos de los cuales los encontramos en Internet citando a la Real Academia Española (RAE). Esta afirmación con la que le doy el título a este artículo, en parte es bastante parecida a un refrán que he escuchado desde hace bastantes años en el ambiente en el que me he desenvuelto. Me refiero al que se expresa así: “Son lo mismo y no son iguales.” Quiero dejar claro que los términos o frases que se contrastarán caerán en, o rondarán la homonimia y/o la homofonía. Parecería una contradicción el contenido significativo del título que le he dado al presente artículo; pero comprobaremos que no existe contradicción alguna en esa expresión cuando leamos las definiciones de “homonimia y de “homofonía” que nos ofrece la RAE y, además, cuando conozcamos los contrastes que serán ofrecidos en abundancia.
Homonimia: Coincidencia en la escritura o en la pronunciación de dos palabras que tienen distinto significado y etimología. (don-don, sal-sal). Homofonía: Coincidencia en la pronunciación de dos palabras que se escriben de forma diferente y tienen distinto significado. (baca-vaca, coser-cocer).
Como se puede deducir de esas dos definiciones, dos palabras (sal, verbo, y sal, sustantivo, que significa condimento para la comida) pueden ser iguales, se producen con el mismo sonido, es decir, son iguales (lo mismo) en cuanto al sonido, pero son distintas en el significado (no son iguales).
En la definición de homonimia y de homofonía, la RAE habla de “dos palabras”, pero creo que ambas realidades deberían definirse hablando de “dos palabras o frases”, como serán los casos que se contrastarán en el presente artículo. Además, se pueden encontrar casos en que se contrastan más de dos palabras. (Ejemplo: voto-voto-boto). Así espero que se entienda lo que voy a exponer esta vez. Véanse los pares contrastados que, aunque se parecen o suenan igual (son lo mismo), no son lo mismo (no son iguales) (son diferentes en sus significados.
- “Ensucio” (le dejo pegar sucio a) mis zapatos si camino en el lodo. ; b. El cerdito vive “en sucio” (en suciedad) y en lodo.
- Debes trabajar hasta el “mediodía” (período intermedio del día). ; b. Si trabajas hasta el mediodía, solo te pagarán “medio día” (la mitad del día).
- El egoísta todo lo quiere para “sí” (para él). ; b. “Si” (si condicional) eres egoísta, todo lo quieres para ti.
- “Aún” (todavía) no ha terminado su tesis. ; b. Es tan inteligente que, “aun” (incluso) sin haber terminado su tesis, todos están seguros de que será muy buena.
- Antonio es “afín” de Ambrosio (tiene afinidad, semejanza). ; b. Tomás llegó allí “a fin” (con la finalidad) de que le resuelvan el problema.
- Aquí “hay” (tenemos) muchos que están terminando su carrera. ; ¡Ay! (expresión exclamativa), si mi hijo no termina la carrera, eso sería muy penoso para él y para nosotros, sus familiares.
- El “porciento” (porcentaje) que estoy pagando por el préstamo es bastante bajo. ; b. El préstamo lo estoy pagando al 8 “por ciento” (por cada cien) anual.
- La “sinrazón” (ilogicidad) de su comportamiento me preocupa. ; b. Actuó así “sin razón” ninguna (sin motivo ninguno).
- Muchas veces “apunto” (me dirijo) al objetivo y no le pego. ; b. Está “a punto” de llegar (casi va a llegar) a la casa.
- Sin ser bombero se puso a “apagar” (extinguir) el incendio. ; b. El muy pícaro vino “a pagar”(a saldar) la vieja deuda de nueve meses.
- Ese ingeniero se ha comportado como un “sinvergüenza” (vagabundo). ; b. Contó un chiste colorado “sin vergüenza” (sin ruborizarse) delante de tantas damas decentes.
- Ese tipo de comportamiento lo vas a encontrar “dondequiera” (en cualquier lugar). ; b. Seguro que estarás “donde quiera” (en el lugar en el que quiera) ella estar.
- Se alejó del lugar “apenas” (tan pronto) llegó ella. ; b. Los acusados fueron condenados “a penas” (a penalizaciones) muy altas.
- “Vino” (llegó) muy contento porque allí habrá variadas bebidas. ; b. Gabriel llegó a la reunión decidido a beber mucho “vino” (bebida alcohólica hecha de frutas).
- “Si no” (condicional negativo) vienes temprano, no te tocará del dulce. ; b. “Sí, no” (Ciertamente, no) es conveniente que llegues tarde a tus clases. ; c. Sin embargo, no llegó temprano “sino” (más bien) tarde.
- Ellas están felices porque irán al “concierto” (actividad musical) del Centro León. ; b. Muchos de los excursionistas entraron a las aguas del río “con cierto” (con algún) temor.
- Ese joven es muy “sincero” (actúa sin fingimientos) en el trato con los demás. ; b. Le llegó una cantidad “sin cero” (que no tiene ceros) por ningún lado.
- Está sufriendo un “sinsabor” (sufrimiento) que le está consumiendo su vida. ; b. Esa comida, aun disponiendo de todos los ingredientes, le quedó “sin sabor” (sin gusto) a nada.
- El carnicero está “embotando” (mellando, dañándole el filo) el frágil cuchillo partiendo con él un hueso muy duro. ; b. Ese señor, “en botando” (si bota) su dinero en lo que le gusta, no le importa dejar a sus hijos sufriendo necesidades.
- Es una persona “simpar” (inigualable) en su comportamiento. ; b. Regresaron después de un día de cacería “sin par” (sin un par) de tórtolas por lo mal que les fue esta vez.
- Cuando “voto” (cuando ejerzo mi derecho al voto), creo que cumplo con un deber ciudadano. ; b. El que pertenece a una orden religiosa, debe hacer “voto” (promesa) de pobreza. ; c. Yo, al igual que mis hijos, “boto” (llevo al zafacón), de vez en cuando, la basura de mi casa.
- “Irán” es un país que queda muy lejos de nosotros los dominicanos; b. Esos estudiantes “irán” (viajarán) a ese país si les pagan el viaje.
- En el teatro ocupó un “asiento” (sitio, lugar) que no era el que le correspondía. ; b. Si esa es tu opinión sobre ese tema, “asiento” (estoy de acuerdo) totalmente contigo. ; c. La comida preparada en el encuentro de la familia Rodríguez Román, se le brindo “a ciento” (un centenar) y pico de personas.
- Cada vez que me hacen una pregunta sobre sintaxis, “acierto” (ofrezco la respuesta correcta) en todos los casos que me plantean. ; b. Muchas veces, no todas las repuestas que se dan agradan “a cierto” (a algún) tipo de personas.
- El “helecho” es una planta que crece en bosques y en lugares húmedos; b. Lo enviaron a estudiar a Alemania por “el hecho” de que (ya que) presentó una tesis excepcionalmente brillante.
- Llegó al salón de fiestas “con tacos” (plataforma del zapato) bien altos y finos. ; b. Sin embargo, solo pasó la tarde, acompañada de varias amigas, “con tacos” (comida mejicana) y refrescos.
- El que “pasaba” (transitaba) en ese momento era un niño hijo de un vecino. ; b. Él “pasaba” (era promovido) de curso siempre con excelentes notas.
- Esa arquitecta “ocupó” (desempeñó) un puesto muy importante en una universidad de Santiago hace 5 años. ; Ese corredor “ocupó” (quedó) en el tercer lugar en esa competencia.
- Compró cada auyama “a cien” (un ciento de) pesos. ; b. Pasó por mi casa manejando “a cien” (muy rápidamente.)
- Esa pieza que se rompió “era” (estaba hecha) de porcelana. ; b. Ese señor vivió durante la “era” (época) de Lilís.
Como se puede visualizar, según mi punto de vista, alejado parcialmente del criterio planteado por la RAE referente a los elementos (palabras o frases) que tienen que ver con la homonimia y la homofonía, suficientes ejemplos se han ofrecido referentes a esas dos realidades de la lengua española. Creo que los pares (y casos de triples) que he empleado en los contrastes, sirven para avalar mi punto de vista con referencia a esos dos fenómenos del español, que no son necesariamente dos palabras. Espero que lo aquí expuesto contribuya a aumentar su conocimiento en temas que están presentes en los linderos de nuestro idioma español.
Boletín núm. 193 de la Academia Dominicana de la Lengua (septiembre de 2022)
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/0 Comentarios/en Artículos /por RuthPor Rafael T. Rodríguez Molina
Existen signos en las lenguas que son de frecuente uso y de una gran importancia. Uno de ellos es el de “las comillas”, de la cual se tratará en el presente artículo.
Digamos de inicio que: “Se usan las comillas para citar el título de un artículo, un poema, un capítulo de un libro, un párrafo…” (Internet). En el primer párrafo se ha empleado, para destacar el tema a desarrollar, y en el segundo, para citar una definición de las comillas. Y como se puede constatar, se colocaron las mismas delante de la primera palabra de la definición (“Se) y después de los puntos suspensivos, es decir, al terminar la definición. Si se hubiera terminado con punto, mi criterio es que la comilla se colocaría después del punto, ya que este indica el final de la oración, por lo cual la comilla no debe ir antes del punto, pues el que indica el final de la oración es el punto, o los puntos suspensivos, y no la comilla, como se ve en la definición de la comilla terminada con puntos suspensivos.
Otra definición de las comillas, bastante corta y precisa, también extraída de Internet, es la siguiente: “Las comillas son un signo ortográfico que se utiliza para resaltar una palabra o un enunciado dentro de un texto.” Es de esperarse que se note la colocación de las comillas después del punto en esta definición y en las oraciones que yo presente, a diferencia de los ejemplos ofrecidos por distinguidos teóricos, como Juan Oropeza, aparecidos en Internet. Veamos: “Mejor luchar y fracasar que haber vivido la vida entera en una derrota”. La razón que me mueve a no estar de acuerdo con ese empleo de la comilla y el punto es que una oración o un fragmento pueden terminar en punto o en puntos suspensivos, y en los dos casos con ellos termina la oración. Por tanto, reitero, ni el punto ni los puntos suspensivos pueden estar fuera de las comillas.
Obsérvese este ejemplo terminado con puntos suspensivos: “Aurelia le dijo a ella eso y mucho más…”; y uno terminado en punto: “También le dijo que debía seguir siendo valiente.” Además, una oración interrogativa: “¿Hasta cuándo tendré que esperar que me pagues la deuda?”. En las tres, lo último que debe escribirse es la comilla, como sucede también con la interrogativa, en la que el final de la oración lo indica el signo de interrogación.
A mi entender, el punto solo debe ir después de las comillas si estas se marcan en la última o últimas palabras del texto citado. Ejemplo: “Muchos usuarios dominicanos están introduciendo cambios sintácticos en la oraciones que ellos inician con “ojalá”. Como esas comillas no destacan la oración entera, sino solamente ojalá, el punto debe colocarse fuera de las comillas.
La cita puede provenir no de textos escritos, sino de la comunicación oral, como, por ejemplo: “Me encanta mucho tu voz porque es melodiosa.” También se pueden hacer citas más breves en un texto de forma indirecta: Lo médicos dijeron sentirse “agobiados y molestos” ante un trato tan malo.
Otro uso de las comillas aparece cuando nos expresamos con un tono irónico, dando a entender un sentido o significado totalmente distinto del que tiene el término empleado; por ejemplo: Nos presentó a su “hermosa” novia. Con las comillas se quiere expresar que la novia es fea, poco atractiva.
Además de los casos ya presentados, las comillas sirven para indicar que la palabra usada proviene de otro idioma; ejemplo: Ayer me hicieron una prueba de “doping”.
También se emplea ese signo con la finalidad de dar a entender que la palabra entrecomillada es vulgar o considerada vulgar; ejemplo: Antolín le pidió “la cuca” a Juana. Es decir, su órgano sexual.
Es conveniente saber que, además de la comilla doble, existe la simple, que es la que sirve para señalar una o más palabras dentro del entrecomillado mayor; ejemplo: “Alberto, su hijo, ‘se desplomó’ por el susto que le dieron.”
No parece lógica la puntuación de frases interrogativas y exclamativas y las terminadas por puntos suspensivos, como aparece en dos ejemplos tomados del Diccionario Panhispánico de Dudas: 1. “Dónde crees que vas?”. ; 2. “Si pudiera decirle lo que siento…”. ¿Cómo es posible que el punto se escriba después de las comillas en esas dos oraciones? Ninguna de las dos debe llevar punto después de las comillas.
Después de las razones y los ejemplos ofrecidos en el presente artículo, pienso que usted estaría de acuerdo conmigo en pedirles a nuestros académicos, y a otros especialistas conocedores de la sintaxis de nuestra lengua española, que revisen los criterios a tener en cuenta para bien orientarnos en cuanto a la ubicación de las comillas al final de las oraciones y frases. Ellos, cada cierto tiempo, introducen cambios en lo referente a la acentuación o tilde de muchas palabras. ¿Por qué no hacerlo también en lo referente a la puntuación en el uso de las comillas?
Nombres que deberían asignarse a algunos cambios y/o fallos recientes en el uso del español
/0 Comentarios/en Artículos /por RuthPor Rafael T. Rodríguez Molina
Actualmente, bastantes usuarios de la lengua española están introduciendo cambios o cometiendo fallos que desfiguran o transforman la sintaxis de la misma. Muchos de esos cambios o fallos tienen que ver con la estructura del relativo y de otros elementos del español. A tres de esos cambios, los responsables de la buena marcha de nuestro idioma les han asignado nombres. Hago referencia al “queísmo”, al “dequeísmo” y al “quesuismo”. Pero a una cantidad bastante numerosa de cambios y/o fallos presentes en el habla y en la escritura de muchos dominicanos y muy probablemente también de hispanohablantes, no se les ha buscado un nombre para identificarlos. Conociendo esa realidad y ante la aparente negligencia de los académicos del español, hace un tiempo me he tomado la licencia de sugerir nombres, que me parecen apropiados en cada caso.
Los cambios y/o fallos a los que me referiré pueden ser muy variados, ya por eliminarles elementos a los grupos o frases, ya por añadirles otros elementos que no exige la sintaxis, o por dispersar (=separar) algunos de sus componentes.
El presente tema se desarrollará ofreciendo el calificativo o nombre del fenómeno o cambio y, además, en qué consiste el cambio, que será seguido por uno o más ejemplos para visualizar con mayor precisión el cambio y/o fallo de que se trate.
Me luce conveniente iniciar mis consideraciones ofreciendo primero tres casos a los que la Real Academia Española (RAE) les ha dado nombre, que son, como ya lo indicamos antes, el “queísmo”, el “dequeísmo” y el “quesuismo”.
- Queísmo: Consiste este cambio en la eliminación de “que” al par de palabras “de que”. Ejemplo: Me di cuenta que ella se irá temprano. Según nuestra sintaxis, deberíamos decir o escribir: Me di cuenta de que ella se irá temprano.
- Dequeísmo: Este cambio se da cuando se añade “de” al “que” que demanda la sintaxis del español. Ejemplo: Es conveniente de que termines el trabajo lo más pronto posible. La oración, sin ese cambio, debe expresarse: Es conveniente que termines el trabajo lo más pronto posible.
- Quesuismo: Consiste el quesuismo en cambiar o fallar al usar “que su” en lugar de la expresión “cuyo-cuya” y “del cual-de la cual”, y al emplear “que sus” en vez de “cuyos-cuyas” y “de los cuales-de las cuales”. Ejemplos: a) Damián, que su hijo se graduó en Francia, es un eminente abogado. (Sin el cambio o fallo, debe decirse o escribirse: Damián, cuyo hijo se graduó en Francia, es un eminente abogado). b) Alberto, que sus tías viven en España, las visitará próximamente. (Sin el cambio o fallo, la oración debe ser: Alberto, cuyas tías viven en España, las visitará próximamente).
- Descuyoísmo: Se emplea “que el” en vez de “cuyo”. Ejemplo: Marcos, que el hijo se graduó en enero, viajará a España con él. (Debe ser: Marcos, cuyo hijo se graduó en enero, viajará a España con él).
- Descuyosismo: Se emplea “que los” en lugar de “cuyos”. Ejemplo: Martín, que los hijos se graduaron en febrero, se irá de viaje con ellos. (Debe ser: Martín, cuyos hijos se graduaron en febrero, se irá de viaje con ellos).
- Descuyaísmo: Se usa “la que” en vez de “cuya”. Ejemplo: Juan, que la hija se graduó de abogada, fue nombrado fiscal. (Debe ser: Juan, cuya hija se graduó de abogada, fue nombrado fiscal).
- Descuyasismo: Se usa “que las” en vez de “cuyas”. Ejemplo: Pedro, que las hijas se graduaron ayer, se fue de viaje con ellas. (Debe ser: Pedro, cuyas hijas se graduaron ayer, se fue de viaje con ellas).
Solo a los tres primeros cambios (el 1, el 2 y el 3) se les han asignado nombres y se ha dicho en qué consiste cada uno de ellos; sin embargo, a una gran cantidad de cambios o fallos (incluyendo el 4, el 5, el 6 y el 7) que acontecen actualmente en el español, no se les han asignado nombres. A esa labor me estoy dedicando; es decir, sugeriré nombres a esos cambios o fallos, que den cuenta del fenómeno lingüístico de que se trate para poder identificarlos y saber en qué consiste cada uno.
Me parece conveniente aclarar que “des”, que aparecerá en una considerable cantidad de términos sugeridos para algunos cambios presentes en el habla y en la escritura actual de muchos, tiene el sentido de “eliminación” o “elisión”, y es usado con el sentido con que lo usa nuestra lengua española, como son los casos de las palabras desunión, desatender , descoser… Ejemplo: “desqueísmo” (eliminación o elisión de “que”). Ejemplo: Quiero vengas temprano. “Desenqueísmo” (eliminación o elisión de “en”). Ejemplo: El día que ella llegó también llegué yo.
A su vez, “trasla” (=traslado o cambio de ubicación; o “separa” (=separación) aparecerán dando inicio o encabezando varios nombres sugeridos para una parte de los cambios y/o fallos. Ejemplo: A la muchacha que le di el regalo, es mi prima. (Aquí se separa “a la” de
“que”. (Debe ser: La muchacha a la que (cual) le di el regalo es mi prima).
- Desenqueísmo: Consiste en eliminarle “en” a la expresión relativa “en que” reduciéndola a “que”. Ejemplo: El día que te fuiste no pude decirte adiós. (Debe ser: El día en que te fuiste no pude decirte adiós).
- Desconqueísmo: Ese cambio o fallo consiste en eliminar “con” al relativo “con que”. Ejemplo: Esa enfermedad no se transmite con la facilidad que lo hacen otras enfermedades. (Según nuestra sintaxis, debe decirse o escribirse: Esa enfermedad no se transmite con la facilidad con que lo hacen otras enfermedades).
- Desqueísmo: Este consiste en eliminar o no usar el “que” encabezador de una proposición de objeto directo, como aparece en este caso: Es muy útil hagas caso a los consejos de tu madre. (Debe ser expresada: Es muy útil que hagas caso a los consejos de tu madre).
- Separaalqueísmo En este caso se separan “al” y “que”. Ejemplo: Al joven que se le iba a dar la noticia no se la han dado aún. (Debe ser: Al joven al que se le iba a dar la noticia no se la han dado aún).
- Separaalosqueísmo): Se separa “a los que” en “a los” y “que”. Ejemplo: A los jóvenes que se les dio el premio, son primos míos. (Debe ser: Los jóvenes a los que se les dio el premio son primos míos.
13. Separaaquienismo): Aquí se separa “a quien” en “a” y “quien”.Ejemplo: Al joven que se le dijo que viniera, no ha venido aún. (Debe ser: El joven a quien se le dijo que viniera no ha venido aún.) - Separaaquienesismo): Se separa “a quienes” en “a” y “quienes”. Ejemplo: A los jóvenes que se les dijo que se les daría la noticia, no la han recibido aún. (Debe ser: Los jóvenes a quienes se les dijo que se les daría la noticia no la han recibido aún.)
- Separaalaqueísmo: Se separa “a la que” en “a la” y “que”. Ejemplo: A la joven que se le dijo que se le daría la noticia, no se la han dado aún.) (Debe ser: La joven a la que se le dijo que se la daría la noticia no se la han dado aún.)
- Separaalasqueísmo): Se separa “a las que” en “a las” y “que”. Ejemplos: a) A las jóvenes que se les dijo que se les enviaría la noticia, no se la han enviado aún.) Debe ser: Las jóvenes a las que se les dijo que se les enviaría la noticia no se la han enviado aún.); b)”En la Argentina tenemos varias empresas que les va muy bien.” (José W. Fernández, subsecretario del Departamento de Estado). (Debe ser: En la Argentina tenemos varias empresas a las que les va muy bien.) (Este es un ejemplo de “desalasqueísmo”, pues se usó “que” en vez de “a las que”.
- Sepaalcualismo): Se separan “al” y “cual”. Ejemplo: Al joven que se le hizo la promesa de un empleo, aún no se la han cumplido. (Debe ser: El joven al cual se le hizo la promesa de un empleo aún no se la han cumplido.)
- Separaaloscualismo): Se separa “a los cuales” en “a los” y “que”. Ejemplo: A los jóvenes que se les dijo que les darían las noticias, no se las han dado aún. (Debe ser: Los jóvenes a los cuales se les dijo que les darían las noticias, no se las han dado aún.)
- Desconelqueísmo: Se elimina “con el que” y se emplea “que”. Ejemplo: Ese fue el músico que yo me inicié. (Debe ser: Ese fue el músico con el que yo me inicié).
- Desconlosqueísmo: Se emplea “que” en lugar de “con los que”. Ejemplos: Esos son los músicos que yo me inicié. (Debe ser: Esos son los músicos con los que yo me inicié).
- Desconlaqueísmo: Se emplea “que” en vez de “con la que”. Ejemplo: Esa es la arquitecta que me inicié en la construcción. (Deber ser: Esa es la arquitecta con la que inicié en la construcción).
- Desconlasqueísmo: Se emplea “que” en vez de “con las que”. Esas son las arquitectas que me inicié en la construcción. (Debe ser: Esas son las arquitectas con las que me inicié en la construcción).
- Separaporelqueísmo): Se separa “por el que” en “por el” y “que”. Ejemplo: Por el motivo que no vino, no lo conocemos aún. (Deber ser: El motivo por el que no vino no lo conocemos aún).
- Separaporlosquísmo): Se separa “por los que” en “por los” y “que”. Ejemplo: Por los motivos que no vino, no los conocemos aún. (Debe ser: Los motivos por los que (los cuales) no vino no los conocemos aún).
- Separaporlaqueísmo): Se separa “por la que” en “por la” y “que”. Ejemplo: Por la razón que no vino, no la conocemos aún. (Debe ser: La razón por la que no vino no la conocemos aún).
- Separaporlasqueísmo): Se separa “por las que” en “por las” y “que”. Ejemplo: Por las razones que no vino, no las conocemos aún. (Debe ser: Las razones por las que no vino no las conocemos aún).
- Separaenelqueísmo): Se divide o se separa “en el que” en “en el” y “que”. Ejemplo: En el momento que vino, no lo sabemos aún. (Debe ser: El momento en el que vino no lo sabemos aún).
- Separaenlosqueísmo): Se divide o se separa “en los que” en “en los” y “que”. Ejemplo: En los momentos que vino, no los recordábamos aún. (Debe ser: Los momentos en los que vino no los recordábamos aún).
- Separaenlaqueísmo): Se divide o se separa “en la que” en “en la” y “que”. Ejemplo: En la mañana que vino, no la recordamos aún. (Debe ser: La mañana en la que vino no la recordamos aún).
- Desenlasqueísmo: Se elimina o se cambia “en las que” empleando en su lugar “que”. Ejemplo: Esas fueron las arquitectas que confié para realizar la construcción. (Debe ser: Esas fueron las arquitectas en las que confié para realizar la construcción).
- Desconquienismo: Se emplea “que” en vez de “con quien”. Ejemplo: Ese fue el arquitecto que me inicié en la construcción. (Debe ser: Ese fue el arquitecto con quien me inicié en la construcción).
- Desconquienesismo: Se elimina “con quienes” y en su lugar se emplea “que”. Ejemplo: Esos son los agricultores que me inicié ayer en la agricultura. (Debe ser: Esos son los agricultores con quienes (los que) me inicié ayer en la agricultura).
- Desaquienismo: Se elimina “a quien” y en su lugar se emplea “que”. Ejemplo: Al joven que le di el regalo es mi primo. (Debe ser: El joven a quien le di el regalo es mi primo).
- Desaquienesismo: Se elimina “a quienes” y en su lugar se usa “que”. Ejemplo: A los jóvenes que les di el regalo son mis primos. (Debe ser: Los jóvenes a quienes les di el regalo son mis primos).
- Desdelcualismo: Se emplea “que” en vez de “del cual”. Ejemplo: Existe un proyecto que Juan es el dueño. (Debe ser: Existe un proyecto del cual Juan es el dueño).
- Desdeloscualesismo: Se emplea “que” en vez de “de los cuales”. Ejemplo: Existen varios proyectos que Juan es el autor. (Debe ser: Existen varios proyectos de los cuales Juan es el autor).
- Desdelacualismo: Se emplea “que” en vez de “de la cual”. Ejemplo: De esas empresas hay una que la dueña es una mujer. (Debe ser: De esas empresas hay una de la cual la dueña es una mujer).
- Desdelascualesismo: Se emplea “que” en vez de “de las cuales”. Ejemplo: De esas empresas, hay varias que las dueñas son mujeres. (Debe ser: De esas empresas, hay tres de las cuales las dueñas son mujeres).
- Desdelaqueísmo: Se emplea “que” en vez de “de la que”. Ejemplo: De esas empresas hay una que la dueña es una mujer. (Debe ser: De esas empresas hay una de la que (cual) la dueña es una mujer).
- Desdelasqueísmo: Se emplea “que” en vez de “de las que”. Ejemplo: De esas empresas hay varias que las dueñas son mujeres. (Debe ser: De esas empresas hay varias de las que (cuales) las dueñas son mujeres).
- Desdelqueísmo: Se emplea “que” en vez de “del que”. Ejemplo: Existe un proyecto que Juan es el autor. (Debe ser: Existe un proyecto del que (cual) Juan es el autor.
- Desdelosqueísmo. Se emplea “que” en vez de “de los que”. Ejemplo: Existen varios proyectos que Juan es el autor. (Debe ser: Existen varios proyectos de los que (cuales) Juan es el autor).
Los nombres sugeridos que comienzan por “trasla” pudieran nombrarse iniciando por “separa”
- Traslaenqueísmo (=Separaenqueísmo): Este cambio o fallo consiste en trasladar una parte del relativo “en que”, o separar el relativo “en que” en dos partes, debiendo aparecer juntas (=seguidas) las dos palabras. Ejemplos: a) En la forma que ha ocurrido esa muerte, uno no la entiende. (Alberto Atallat) (Debe ser: La forma en que ha ocurrido esa muerte uno no la entiende; b) En el único juego que él falló fue el de ayer. (Debe ser: El único juego en que (el cual) él falló fue el de ayer).
- Traslaenlosqueísmo (=Separaenlosqueísmo): Se emplea “que” en vez de “en los que”. (O se separa “en los que”). Ejemplo: En los únicos juegos que él falló, se celebraron la semana pasada. (Debe ser: Los únicos juegos en los que él falló se celebraron la semana pasada).
- Traslaenlaqueísmo (=Separaenlaqueísmo): Se emplea “que” en vez de “en la que” o se separa, o se parte el relativo “en la que” en las partes “en la” y “que”. Ejemplo: En la única vez que él falló, se enfrentó a un lanzador fuera de serie. (Debe ser: La única vez en la que él falló se enfrentó a un lanzador fuera de serie).
- Traslaenlasqueísmo: (=Separaenlasqueísmo): Se emplea “que” en vez de “en las que” o se divide en dos partes. Ejemplo: En las únicas veces que él falló, no les dieron gran importancia. (Debe ser: Las únicas veces en las que él falló no les dieron gran importancia).
- Traslaconelqueísmo (=Separaconelqueísmo): Se emplea “que” en vez de “con el que” o se divide en dos partes. Ejemplo: Con el entusiasmo que vino, lo ayudaron a ganar el partido. (Debe ser: El entusiasmo con el que vino lo ayudaron a ganar el partido).
- Traslaconlosqueísmo (=Separaconlosqueísmo): Se emplea “que” en vez de “con los que” o este relativo se separa o divide en dos partes. Ejemplo: Con los esfuerzos que jugaron, lograron la victoria. (Debe ser: Los esfuerzos con los que jugaron les trajeron la victoria).
- Traslaporelqueísmo (=Separapoelqueísmo): Se separa “por el que” en “por el” y “que” o se traslada una parte de ese relativo. Ejemplo: Por el motivo que no vino, no lo sabemos aún. (Debe ser: El motivo por el que no vino no lo conocemos aún).
- Traslaporlosqueísmo (=Separaporlosqueísmo): Se separa “por los que” en “por los” y “que” o se traslada una parte del mismo. Ejemplo: Por los motivos que no vino, no los sabemos todavía. (Debe ser: Los motivos por los que (cuales) no vino no los sabemos todavía).
- Traslaporlaqueísmo (=Separaporlaqueísmo): Consiste el mismo en la separación del relativo “por la que” en “por la” y “que” o en el traslado de una parte de él. Ejemplo: Por la razón que no vino, fue que el carro se le dañó al salir de la casa. (Debe ser: La razón por la que (cual) no vino fue que el carro se le dañó al salir de la casa).
- Traslaporlasqueísmo (Separaporlasqueísmo): Se separa “por las que” del siguiente modo: en “por las” y “que” o se traslada una parte de relativo. Ejemplo: Por las razones que no vino, no son conocidas aún. (Debe ser: Las razones por las que (cuales) no vino no son conocidas aún).
- Traslaalaqueísmo (=Separaalaqueísmo): Consiste en separar “a la que” en las partes “a la” y “que”. Ejemplo: A la joven que le dieron el premio, es mi prima. (Debe decirse o escribirse: La joven a la que (cual) le dieron el premio es mi prima).
- Traslaalasqueísmo (Separaalasqueísmo). Consiste en separar “a las que” en “a las” y “que” o en trasladar parte del mismo. Ejemplo: A las jóvenes que les dieron el premio son mis sobrinas. (Debe ser: Las jóvenes a las que les dieron el premio son mis sobrinas).
- Traslaalqueísmo (=Separalqueísmo). En este caso hay separación de “al que” en “al” “que” o traslado de una parte de él. Ejemplo: Al joven que le dieron el premio es mi primo. (Debe ser: El joven al que (cual) le dieron el premio es mi primo).
- Traslaalosqueísmo (=Separaalosqueísmo). Consiste en separar “a los” de “que” o en el traslado de una parte del mismo. Ejemplo: A los jóvenes que apresaron, los encerraron en una cárcel de seguridad. (Debe ser: Los jóvenes a los que (cuales) apresaron los encerraron en una cárcel de seguridad).
- Traslaaloscualismo (Separaaloscualismo): Se divide “a los cuales” en “a los” y “que” o se traslada una parte del relativo. Ejemplo: A los jóvenes que les dieron el premio, son mis primos. (Debe ser: Los jóvenes a los cuales les dieron el premio son mis primos.
- Trasladelqueísmo (=Separadelqueísmo). Se separa “del que” en “del” y “que” o se traslada una parte del relativo. Ejemplo: Del joven que te hice referencia no he vuelto a saber más. (Debe ser: El joven del que (cual) te hice referencia no he vuelto a saber más).
- Trasladelosqueísmo (=Separadelosqueísmo): Se separa “de los que” en “de los” y “que” o se traslada una parte del relativo. Ejemplo: De los jóvenes que te hablé ayer, no he vuelto a saber. (Debe ser: Los jóvenes de los que (cuales) te hablé ayer no he vuelto a saber).
- Traslaaloqueísmo (Separaaloqueísmo). El relativo “al que” se separa en “al” y “que” o se traslada una parte del relativo. Ejemplo: Al deporte que nos referimos es el béisbol. (Debe ser: El deporte al que nos referimos es el béisbol).
- Traslaalosqueísmo (=Separaalosqueísmo Consiste en separar “a los que” en “a los” y “que” o en trasladar una parte del relativo. Ejemplo: A los deportes que nos referimos son el béisbol y el sófbol. (Debe ser: Los deportes a los que nos referimos son el béisbol y el sófbol).
- Yqueísmo: Consiste este caso en poner una “y” delante del “que” que sigue a ojalá, sin que lo exija la sintaxis del español. Ejemplo: Ojalá y que te vaya bien en tu paseo a la playa; Ojalá y que los políticos entiendan la importancia de la honestidad. (Debe ser: Ojalá que te vaya bien en tu paseo a la playa; Ojalá que los políticos…).
- Ydesqueísmo: En este cambio o fallo se dice o se escribe “y” sin la presencia de “que”, que es el término que exige la sintaxis del español después de ojalá. Ejemplo: Ojalá y te vaya bien en tu nuevo trabajo. (Debe ser: Ojalá que te vaya bien en tu nuevo trabajo).
- Trasladelaqueísmo (=Separadelaqueísmo): Se separa o disgrega en las partes “de la” y “que” o se separa una parte del relatico. Ejemplo: De la joven que te hablé no he vuelto a saber. (Debe ser: La joven de la que te hablé no he vuelto a saber).
- Trasladelasqueísmo (=Separadelasqueísmo): Se separa o se divide en dos el relativo “de las que” o se traslada una parte del mismo. Ejemplo: De las jóvenes que te hablé no he vuelto a saber. (Debe ser: Las jóvenes de las que (cuales) te hablé no he vuelto a saber).
- Desdondeísmo: Consiste el mismo en el empleo de “que” en vez de “donde”. Ejemplo: Debe ser allí que se notifique el hecho punible. (Debe ser: Debe ser allí donde se notifique el hecho punible).
- Descomoísmo: Se emplea “que” en vez de “como”. Ejemplo: Así fue que lo hizo. (Debe ser: Así fue como lo hizo).
- Descuandoísmo: Se usa “que” en vez de “cuando”. Ejemplo: En ese momento fue que lo hizo. (Debe ser: En ese momento fue cuando lo hizo).
- Desaquienismo: Se emplea “que” en vez de “a quien”. Ejemplo: Fue a Pedro que invité a comer. (Debe ser: Fue a Pedro a quien invité a comer).
- . Desaquienesismo: Se emplea “que” en lugar de “a quienes”. Ejemplo: Será a Pedro y a Juan que invitaré a cenar. (Debe ser: Será a Pedro y a Juan a quienes invitaré a cenar).
- Desemporloqueísmo: Se emplea ”que” en vez de “por lo que”. Ejemplo: Fue por eso que no estuviste presente. (Debe ser: Fue por eso por lo que no estuviste presente).
- Desemporlosqueísmo: Se emplea “que” en vez de “por los que”. Ejemplo: Fue por esos motivos que no estuviste presente). (Debe ser: Fue por esos motivos por los que no estuviste presente).
- Desemporlaqueísmo: Se emplea “que” en lugar de “por la que”. Ejemplo: Fue por esa razón que no estuviste presente. (Debe ser: Fue por esa razón (Esa fue la razón) por la que no estuviste presente).
- Desemporlasqueísmo: Se emplea “que” en lugar de “por las que”. Ejemplo: Fue por esas razones que no pudieron estar presentes). (Debe ser: Fue por esas razones (Esas fueron las razones) por las que no pudieron estar presentes).
- Desalacualismo:En ese caso se emplea “que” en vez de “por la cual”. Ejemplo: Fue por esa razón que no pudieron llegar a tiempo. (Debe ser: Fue por esa razón (Esa fue la razón) por la cual no pudieron llegar a tiempo.)
- Desalascualesismo: Se emplea “que” en lugar de “por las cuales”. Ejemplo: Fue por esas razones que no pudieron llegar a tiempo. (Debe ser: Fue por esas razones (Esas fueron las razones) por las cuales no pudieron llegar a tiempo.)
- Despordondeísmo: Se emplea “que” en vez de “por donde”. Ejemplo: Fue por allí que pasé. (Debe ser: Fue por allí por donde pasé).
- Desaquienismo: Se emplea “que” en vez de “a quien”. Ejemplo: Será a él que le daré el regalo. (Debe ser: Será a él a quien le daré el regalo).
- Desaquienesismo: Se emplea “que” en vez de “a quienes”. Ejemplo: Será a ellos que les daré el regalo. (Debe ser: Será a ellos a quienes les daré el regalo).
- Desadondeísmo: Se emplea “que” en vez de “adonde”. Ejemplo: Será a esa montaña que iré mañana. (Debe ser: Será a esa montaña adonde iré mañana).
Esos son los nombres o términos que sugiero deben dárseles a los numerosos cambios o fallos que pululan en el habla y en la escritura de muchos dominicanos y de usuarios de la lengua española de otras latitudes. Los casos y ejemplos que he presentado han sido tomados especialmente de fuentes orales y escritas casi todas dominicanas. Es un hecho que se están operando cambios en la estructura sintáctica de nuestra lengua española, y deben ser los entendidos en nuestra lengua los llamados a consensuar-o a buscar- los nombres o términos que hay que darles a los tantos cambios presentes en la actualidad en nuestra lengua madre.
Boletín núm. 192 de la Academia Dominicana de la Lengua (agosto de 2022)
/0 Comentarios/en Artículos, Noticias /por RuthEmpleo de las variantes de los pronombres de la tercera persona gramatical
/0 Comentarios/en Artículos /por RuthPor Rafael T. Rodríguez Molina
A muchos usuarios de la lengua española se les dificulta el buen empleo de algunas variantes o variaciones de los pronombres gramaticales, especialmente las correspondientes a los pronombres de la tercera persona gramatical. Esos pronombres de la tercera persona gramatical son: para el singular, él, ella y usted; y para el plural, ellos, ellas y ustedes. Ejemplo para el singular: El (ella, usted) canta una canción. Ejemplo para el plural: Ellos (ellas, ustedes) cantan una canción. De esos pronombres de la tercera persona gramatical es de donde surgen sus variantes.
Antes de continuar, creo conveniente aclarar que los nombres (=sustantivos) pueden desempeñar diferentes funciones, como son las de sujeto, complemento, objeto indirecto, vocativo, objeto directo y circunstancial. Igual pasa con los pronombres. Pero es bueno aclarar que los pronombres desempeñan la función de sujeto. Así, los sujetos de la tercera persona son “él, ella, usted” (singulares) y “ellos, ellas, ustedes (plurales). Las variantes son las que desempeñan las demás funciones mencionadas: complemento, objeto indirecto, vocativo, objeto directo y circunstancial.
Ahora bien, como en este artículo solo se abordarán las variantes de la tercera gramatical, tanto en singular como en plural, a continuación nos concentraremos en ellas.
Para las funciones de objeto indirecto solo existen “le” cuando el referente (el que recibe el daño o beneficio de la acción verbal) es singular; y “les” cuando el referente es plural. Ejemplo con referente singular: A la joven “le” enviaron un regalo; y Al joven “le” enviaron un regalo.
Ejemplo con referente plural: A los jóvenes “les” enviaron un regalo (o varios regalos); y A las jóvenes “les” enviaron un regalo (o varios regalos). Observar que en la variante de objeto indirecto no se da la concordancia de género, sino solo la de número. Esa es la razón por la cual el ser masculino o femenino no hace cambiar el “le” o el “les”. (Ver los ejemplos que aparecen en este mismo párrafo).
Pasemos ahora a la variante con función de objeto directo (o complemento directo como también se le suele denominar). Hay que aclarar que las variantes de objeto directo hacen referencia o sustituyen al objeto directo de un verbo transitivo. Veamos:
a) De “él”: singular “lo”. Ejemplo: Yo leí el libro con mucho entusiasmo= Yo “lo” leí con mucho entusiasmo.
b) De “él”: plural “los”. Ejemplo: Yo leí los libros con mucho entusiasmo= Yo “los” leí con mucho entusiasmo.
c) De “ella”: singular “la”. Ejemplo: Mildred leyó la novela con mucho placer=Mildred “la” leyó con mucho placer.
d) De “ella”: plural “las”. Ejemplo: Mildred leyó las novelas con mucho placer=Mildred “las” leyó con mucho placer.
e) De usted: singular “lo”. Ejemplo: Juan “lo” observó cuando usted entró a la casa.
f) De usted: plural “los”. Ejemplo: Juan “los” observó cuando ustedes entraron a la casa.
Observemos que la concordancia es la misma, en el objeto directo, para él (a) y b)) y para usted (e) y f)).
Fijémonos también que en esta variante de objeto directo se da la concordancia tanto de género como de número. Pero esa concordancia sucede entre la variante y el objeto directo sustituido, no entre el sujeto y el objeto directo, como algunos usuarios pudieran creer.
La anterior explicación se ha presentado en forma esquemática, pero para una mayor comprensión de la temática que estamos tratando, les presento la explicación en forma de párrafos.
En el caso de “le” y “les”, se trata del objeto indirecto; esas dos variantes dependen o hacen referencia al receptor del daño o provecho expresado en la acción verbal. Ejemplos: a) Le di un golpe al gato sin querer; b) Les di un golpe a los gatos sin querer; c) Le transmití a él el mensaje referente a su excelente libro de poemas; d) Les transmití a ellos el mensaje referente a sus excelentes libros de poemas. Al tratarse de ella, se usará “le” para el singular. Ejemplo: Le hice un rasguño a ella. Para ella en plural, se empleará “les”. Ejemplo: Les hice un rasguño a ellas. En el caso de usted, se empleará, al igual que en el caso de él y ella, “le” para el singular, y “les” para el plural. Ejemplos: Le dije la verdad a usted; y Les dije la verdad a ustedes. Es decir, en sus variantes no hay concordancia de género, sino solo de número.
Si nos fijamos en las oraciones a) y c) aparecidas en el párrafo anterior, los receptores del daño o provecho son singulares, por lo cual la variante empleada en ambos casos es la variante singular “le”. Al observar las oraciones b) y d), también contenidas en ese mismo párrafo, notaremos que quienes reciben el perjuicio o beneficio son seres plurales, razón por la cual la variante empleada en esa dos oraciones es “les”.
Pasemos ahora al uso de las variantes del objeto directo. En este caso se trata de las variantes de tercera persona gramatical con función de objeto directo (en latín llamado acusativo). Si el objeto directo (acusativo) es singular y de género masculino, se debe emplear “lo”. Ejemplo: Ya Juan leyó el libro. En ese ejemplo, el libro desempeña la función de objeto directo. Al sustituir “el libro” por la variante de objeto directo que le corresponde, tenemos de que decir o escribir: Ya Juan “lo” leyó. Si la oración tiene como objeto directo un plural de género masculino, como Ya Juan leyó los libros, al hacer la sustitución del objeto directo por la variante que le corresponde, diremos o escribiremos: Ya Juan “los” leyó.
Ahora bien, si el objeto directo es femenino, se usará “la” para la variante singular. Ejemplo: Ya María leyó la novela. Al substituir la novela por la variante de objeto directo femenino singular, diremos o escribiremos: Ya María “la” leyó. Pero si el objeto directo femenino es plural, se empleará “las”, que es la variante correspondiente al objeto directo femenino plural. Ejemplo: Ya María leyó las novelas. Al hacer la sustitución del objeto directo, diremos o escribiremos: Ya María “las” leyó.
En el caso de usted, se usará “lo” para el singular. Ejemplo: Elsa lo vio cuando usted llegaba a su casa. Para el plural se empleará “los”. Ejemplo: Elsa los vio cuando ustedes llegaban a su casa. Si nos fijamos bien, notaremos que las variantes de la tercera la tercera persona gramatical “él” y “usted” son las mismas, y son “lo” para el singular y “los” para el plural.
Es de esperarse que las explicaciones gramaticales y los ejemplos complementarios para una mayor comprensión de la temática desarrollada en el presente artículo, contribuirán a que usted las emplee, esas variantes, cada vez con mayor seguridad y, por lo mismo, con la corrección que demanda el empleo de nuestra lengua española.
Boletín núm. 191 de la Academia Dominicana de la Lengua (julio de 2022)
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