Ortoescritura

Por Rafael Peralta Romero

 

Ortografía

El apellido, esa parte del nombre propio que nos identifica como miembros de una familia, por su rol de antropónimo debe escribirse con mayúscula inicial, aunque esté expresado con sustantivos tan comunes como madera, puente, puerta o mesa, río, mata.

Por sus mismos orígenes, algunos apellidos han adquirido la preposición /de/ (de León); otros llevan además los artículos –la o -el, según el género (de la Cruz, del Castillo); y también unos llevan el artículo –la antepuesto (La Luz, La Guardia).

Con frecuencia vemos apellidos escritos con la preposición en mayúscula y en algunos casos lo propician los portadores de ese nombre familiar (De Castro, De Óleo). Pero aún más, algunos colocan mayúscula al artículo –la en apellidos que llevan este vocablo entre la –de y el sustantivo (De La Cruz, De La Rosa). ¿Procede poner mayúsculas en las preposiciones y los artículos de los apellidos?

La Ortografía de la lengua española, publicación oficial de la Asociación de Academias de la Lengua Española y la Real Academia Española, indica al respecto que si un apellido español comienza por preposición, o por preposición y artículo, estos se escriben con minúscula cuando acompañan al nombre de pila: Fernando del Campo, Luis de Torres, Juana de la Rosa; pero, si se omite el nombre de pila, la preposición debe escribirse con mayúscula: señor De Torres, De la Rosa, Del Campo… (Edición 2010, pág. 467).

Cuando se invierte el orden de nombre y apellido, como para archivo o referencia bibliográfica, y el apellido precede al nombre de pila o se prescinde él, se empleará mayúscula inicial en la preposición. Ejemplo: De la Rosa Carpio, Ramón; De León, Osiris; De Castro, Aníbal.

Los apellidos que empiezan por artículo /La/, que no son muchos, deben escribirse siempre con mayúscula inicial, vayan o no acompañados del nombre: calle La Guardia, Pedro La Guardia; Milton La Hoz, señora La Hoz, José La Luz, Horacio La Madrid. Lo mismo va para los apellidos: La Torre, La Vega, La Rubia, La Parra, La Huerta, La Calle, La Blanca, La Merced…

El aeropuerto local de Nueva York ha sido nombrado La Guardia en honor al alcalde Fiorello La Guardia. Una calle en Santo Domingo se denomina La Guardia, igual que una ciudad de España. En cada caso La/ en mayúscula.

Procede insistir en el detalle relativo a los apellidos que llevan preposición y artículo, y reiterar que estas dos partículas se escriben con minúscula si van junto con el nombre: Félix de la Rosa, Santiago de la Cruz, Rosa Francia de la Mota, Laura de la Nuez, Jacinto de la Concha, Félix de la Vega, don Quijote de la Mancha.

Los apellidos que llevan preposición y artículo masculino (el) se someten, como en cualquier expresión común, al fenómeno llamado contracción: de + el se trueca en –del. En este grupo entran: del Toro, del Castillo, del Cristo, del Rosario, del Monte, del Pino, del Risco, del Río. Cuando se mencionan sin el nombre de pila asumen la mayúscula en /Del/: Del Toro, Del Castillo…

Provocan mucha tentación para ser alterados, por gusto o capricho, los apellidos que solo llevan la preposición delante del sustantivo. Las tendencias son a escribir la –d con mayúscula (De Camps, De Castro…) o colocar un apóstrofo D’, como ha hecho mi apreciada colega Nexcy D’ León, cuyo apellido verdadero es de León. Otros con -d: de Soto, de Torres, de Óleo (sin apóstrofo), de Luna, de Silva, de Dios, de Aza (sin apóstrofo).

El sustantivo base del apellido puede estar en plural y, desde luego, el artículo debe concordar: Apolinar de los Santos, Waldo de los Ríos, Bartolomé de las Casas, María Antonieta de las Nieves.

La mujer que quiera colocar el apellido de casada a continuación del suyo, si el del marido comienza con la preposición -de, la segunda vez va en mayúscula: María López de De León, Rebeca Núñez de De Peña, Petra de Del Castillo.

10/10/2020

Los prefijos son elementos que colocados delante de una palabra dan origen a una nueva (re + formar: reformar). Resultan muy productivos para el enriquecimiento de nuestra lengua. Comparten ese honor con los sufijos, más beneficiosos aun, pues se colocan al final de la palabra y derivan muchas otras (ero+jardín: jardinero, y por igual con los infijos, los cuales llevan la partícula modificadora en el medio (pie+ ec+ito: piecito).

El tema ha sido tratado antes en esta columna, pero conviene insistir, sobre todo con los prefijos.

Observe, por ejemplo, las distintas formas en que aparece escrito el vocablo referido a un pasado presidente de la República, usando la palaba base precedida del prefijo /ex/. Lo he visto de todas estas formas: ex Presidente, ex presidente, ex–presidente ex–Presidente, ex/Presidente… pero también de la forma correcta: expresidente.

Alguna vez el uso se acomodó a la colocación de /ex/ separada de sustantivos que se refieren a ocupaciones, cargos, parentescos alterables y otras situaciones de las personas. De ahí que aún persista la rutina de colocar el prefijo separado de la palabra base como suele ocurrir en ex presidente.

De acuerdo a la Ortografía de la lengua española, es preferible “asimilar el comportamiento gráfico de ex al de los demás prefijos, de manera que se escriba unido a la base cuando esta sea una sola palabra (exministro, expresidente, excónsul, exnovio, exsuegra, etec) y separado de ella en aquellos casos en que la base sea pluriverbal (ex alto cargo, ex teniente coronel, ex primer ministro…) pauta que ya reflejan los ejemplos reales de uso que se acaban de aportar”. (Ortografía, 2010, pág. 538).

Los prefijos aparecerán soldados a la palabra aunque ésta se haya compuesto con otro prefijo, por ejemplo, reelección está formada por el prefijo /re/ más el sustantivo /elección/, pero resiste la colocación del prefijo anti: antirreelección. Por igual, rector más vice aporta vicerrector, y quien haya salido de ese cargo es un exvicerrector, así también exvicepresidente, con correspondiente femenino ambos.

Del prefijo /anti/ vale apuntar que es un prefijo más y que por tanto se escribe unido a la palabra base y forma una nueva, por tanto escribiremos: antilavado, antinarcóticos, antieconómico, anticorrosivo, antiético, anticiclónica.

Este prefijo presenta una particularidad cuando la palabra a la que precede inicia con mayúscula porque es, por ejemplo, un antropónimo: anti-Trujillo; anti-Peña Gómez, pro-OMS. También se escribirán con guion si la palabra es nombre topónimo: anti-China, anti-República Dominicana…

Conviene recordar que los prefijos actúan a favor de los usuarios de la lengua, ya sea hablada o escrita. Si la partícula se antepone a un verbo crea otro: ante+poner: anteponer; infra+valorar: infravalorar, re+dirigir, poner, tocar, diseñar, fundar, abrir, inventar, escribir,…y muchos verbos, forma otros muchos iniciados con re.

Al sustantivo le resultan amigables los prefijos, por igual sufijos, para reproducirse: contrarreforma, prosalud, antivirus, vicealmirante, teleconferencia, megapuerto, multicentro, megacentro.

Prefijos agregados a adverbios originan otros adverbios: ante+ayer: anteayer, súper + bien: superbién. Usted puede agregar el adverbio súper a otros adverbios, aun fuese usted el primero en usarlo: superlejos, supercerca, supertemprano, supertarde. Lo mismo que si lo agregara a un adjetivo: superbello, superfeo, superbueno.

Apropósito del adjetivo, es otro socio del prefijo en la constitución de palabras: prohaitiano, progringo, cuasifiscal, suprarrenal, subregional, subacuático, prenatal.

Para concluir le recuerdo que /ex/ no se suelda si el nombre al que modifica es pluriverbal. Ejemplos: ex primera base, ex jardinero central, ex sargento mayor, ex arzobispo metropolitano, ex primer ministro, ex vice primer ministro, ex general de brigada, ex procurador fiscal, ex primera dama, ex juez de la instrucción.

 

UNA MISIVA DE CÉSPEDES Y LOS PRONOMBRES LE, LES

17/10/2020

A propósito del artículo “Ortografía de los apellidos que llevan artículo y/o preposición”, publicado el 4 de octubre 2020, nos ha remitido una atenta misiva el doctor Diógenes Céspedes, miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua. A continuación la reproduzco:

Tu artículo sobre la ortografía de los apellidos es el tipo de trabajo que debe divulgarse para escolares, universitarios y público lego. Así pueden recortar el artículo y consultarlo cada vez que quiera.

Sigue por esa ruta.

Hay dos temas de vital importancia que nuestros escritores, académicos y público general no dominan cuando escriben.

Te los doy para posterior desarrollo:

El uso de le y les como pronombres en singular y plural. La gran confusión se produce cuando la anáfora o antecedente está muy alejada como sujeto del complemento o atributo o complemento al que remite le o les. El usuario se pierde y olvida si va el le/les en singular o plural.

O cuando aparentemente el sujeto de la oración está tácito o sobreentendido, como en el famoso título del cuento de Rulfo: Diles que no me maten. Los usuarios se comen la ese de diles, que remite a los soldados que van a ejecutar el fusilamiento.

Ahora no recuerdo si la anáfora del título de la novela de Matos Moquete, Dile adiós a la época, remite a un sujeto tácito singular o plural; y 2) merece un artículo de divulgación el uso de los pronombres posesivos en plural cuando el poseedor está en singular.

Un ejemplo ilustrativo: todas las noches y de día también escucho y veo a los programeros de radio y televisión darles las gracias a los televidentes o radioyentes por permitirles entrar hasta sus hogares.

En puridad de lógica semántica los televidentes y oyentes, ni juntos ni por separado tienen hogares. Por lo tanto, hay que decir permítanos entrar a su hogar, aunque el sujeto poseedor esté en plural, pues él solo posee un hogar. Y en caso de que tenga una casa secundaria en La Romana o Jarabacoa, no pueden estar viendo tv simultáneamente en el hogar de esas dos ciudades, porque no tiene el don de la ubicuidad.

Este es un artículo que deberá ser muy iluminador para el usuario y con muchos ejemplos de cómo resolver ese asunto, pues no siempre a un poseedor en plural va lo poseído en plural.

Le y les

El uso y mal uso de los pronombres personales átonos /le/, /la/, /lo/ y sus formas en plural /les/, /las/, /los/ constituye una piedra de tropiezo. En unas regiones predomina el uso incorrecto de LO, mientras en otras es LA y creo que tanto en España como en América el empleo vicioso de LE afecta a mayor número de hablantes.

Le y les corresponden al complemento indirecto (dativo). Por ello, la norma culta del español estándar establece el uso de estas formas para ejercer dicha función, independientemente del género del sustantivo al que se refiere el pronombre: “Hablé con el abogado y le expliqué el caso”. “Le dije a mi esposa la verdad”.

El plural LES. Este pronombre se emplea en plural (LES) cuando el complemento al que se refiere también es plural: “Les aseguro que quien cree tiene vida eterna” (Juan 6, 47). “En verdad les digo que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo…” (Juan 12, 24). En ambos casos, el sujeto hablante (Jesús) es singular y los oyentes (los discípulos) es plural.

Si el sujeto hablante fuera plural (nosotros) y el destinatario del mensaje singular, LE permanece en singular: “Le pedimos al Señor que le conceda el descanso eterno…”. “Queremos recordarle a nuestro presidente que las bases del partido siguen aquí abajo”.
Hemos de continuar.

 

GENTILICIOS Y TOPÓNIMOS

14/11/2020

El gentilicio sale del topónimo como el retoño de los troncos. O como el calor del fuego, conforme ha dicho Gustave Flauber para describir la correspondencia entre la forma y el fondo de un texto. La relación entre el nombre del lugar y la palabra designada para llamar a sus naturales es indisoluble.

En algunos casos –muy pocos- la dependencia se da a lo inverso: el gentilicio ha generado el topónimo, es decir un pueblo o una nación da origen a una entidad organizada políticamente (república, imperio, municipio, ciudad…) la cual asume el nombre por el cual se conocía a ese grupo humano. En esta circunstancia el gentilicio no es derivado, sino absoluto.
Los investigadores Dolores García Padrón y Marcial Morera Pérez afirman, en este sentido, que los topónimos España, Italia, Berbería, Rusia, Francia y Maquetía derivan de los gentilicios ab-solutos hispanos, ítalo, bereber, ruso, franco y maqueto, respectivamente. “No es el gentilicio, pues, el que deriva del topónimo, sino el topónimo el que deriva del gentilicio: Berbería, por ejemplo, no es denominación absoluta, sino denominación relativa o derivada. Una denominación que lo que viene a significar es algo así como ‘lo que emana activamente del concepto bereber’, especializado en función locativa, como fontanería, por ejemplo, que no significa otra cosa que ‘lo que emana activamente del concepto fontane-ro’, también especializado en función locativa3. (ONOMÁZEIN, revista de la Pontificia Universidad Católica de Chile, 31 junio de 2015: 81 – 98).

El gentilicio es tan inseparable del topónimo que perdura aunque el lugar cambie de nombre: damero (de Duvergé), juananuñense (de Salcedo), jobero (de Gaspar Hernández), tubanero (de Padre las Casas). Son algunos casos de nuestro pequeño país, donde los nombres de lugares se han originado por circunstancias, hechos o expresiones de la naturaleza. Tenemos pueblos llamados por nombres de árboles, accidentes geográficos (valle, sabana, loma), ríos, hato, puerto, mar. Topónimos taínos han prevalecido para nombrar nuestros ríos: Ozama, Quisibaní, Boyá, Duey, Maguá; ocurre por igual con algunas localidades: Higüey, Bonao, Baoruco, Mao.

Consecuencia de la colonización europea en nuestra isla, una fuente apreciable de topónimos ha sido el santoral católico. Los lingüistas denominan hagiotopónimos a los topónimos originados en nombres de santos: Santiago, Santo Domingo, San Juan. En nuestro país tenemos combinaciones de nombres indígenas con los traídos por los colonizadores: San Juan de la Maguana, San Pedro de Macorís, San Francisco de Macorís, Santa Cruz de Mao, San Rafael del Yuma.

Otros hagiotopónimos han sido unidos con otras palabras vinculantes con expresiones históricas o geográficas: Santa Cruz de El Seibo, Santa Cruz de Barahona, San Fernando de Montecristi, San Felipe de Puerto Plata, San José de Los Llanos, San José de las Matas, San Antonio de Guerra.

En Europa prevalecen gentilicios procedentes del latín originados en los tiempos de dominación del Imperio romano (antes de Cristo). Países y ciudades guardan la huella histórica mediante gentilicios que alternan con los proporcionados por el nuevo nombre del lugar. Son los casos de lusitano (de Portugal), helvecio (de Suiza), gaditano (de Cádiz), complutense (de Alcalá de Henares).

La cultura anglosajona no escapa a la influencia latina en materia de gentilicios. Comencemos por esa misma palabra que procede del latín “anglosaxo”. Se dice de la persona de procedencia y lengua inglesas. Veamos estos tres casos de ciudades del Reino Unido: cantabrigiense (Cambridge), oxoniense (Oxford), plimutense (Plymouth).
En nuestra América tenemos gentilicios derivados del latín. Por ejemplo: fluminense (de Río de Janeiro, Brasil).

¿Y qué decir del gentilicio dominicano? ¿Qué existió primero, la República Dominicana o su gentilicio? Les cuento el próximo domingo.

 

Temas idiomáticos

Por María José Rincón

 

¡QUÉ FALTA NOS HACE!

27/10/2020

A comienzos de un gélido enero allá por 1920 los titulares del periódico El País comunicaban a los madrileños el fallecimiento de Benito Pérez Galdós: «Don Benito ha muerto. ¡Viva Galdós! Ha muerto el hombre, viva el escritor; vivirá en sus obras mientras viva el mundo». En este año 2020, digno de la realidad novelada de don Benito, conmemoramos el centenario de su muerte.

Muchos de los que hablamos y leemos en español descubrimos la magia de la novela con las obras de Galdós; como Luis Cernuda cruzamos con su obra «el umbral de un mundo mágico, la otra realidad que está tras esta». ¡Y qué realidad! La realidad de la España que veía morir el sigo XIX y nacer el XX, con toda su «confusión y nerviosas inquietudes», contada en nada menos que en 77 novelas. En ellas la Historia, esa que escribimos con mayúscula, en palabras de Galdós «comúnmente artificiosa y recompuesta», convive con la historia, esa que que escribimos con minúscula; como bien retrata Gullón, las pequeñas historias de amor, celos, traición y codicia trenzadas con los avatares históricos de una nación. María Zambrano nos invita a leer la inmensa galería de perspectivas sobre la condición humana que Galdós nos ha construido en sus relatos: «Recorrerlas todas una a una sería aleccionadora visión de cómo una humana vida, por ajena, exenta que pueda estar ante la historia, está enredada en ella».

Galdós estaba convencido de que la literatura debía «reflejar esta turbación honda, esta lucha incesante de principios y de hechos que constituyen un maravilloso drama de la vida actual». ¡Qué falta nos hace don Benito para que nos cuente este 2020 confuso y desconcertante!

 

COJAMOS IMPULSO

3/11/2020

La reflexión de una de las más recientes AM de Inés Aizpún me recordó la pregunta de una de mis alumnas en un taller literario dedicado al poeta Rubén Darío. Se preguntaba cómo podía explicarse la amplia cultura del poeta nicaragüense habiéndose formado en un pequeño pueblo sin acceso a centros de enseñanza destacados. Sin duda, a Rubén Darío en su escuela de León le enseñaron a leer. Y cuando nos enseñan a leer, no solo a juntar letras con dificultad, adquirimos un poder extraordinario que nos va a acompañar a lo largo de nuestra vida y de cuyo potencial nos convertimos en los principales responsables.

Ni que decir tiene que esto no significa renunciar a una enseñanza de calidad, especialmente la pública y gratuita, que nos acerque al conocimiento de la ciencia, de la historia o de las tecnologías, pero no debemos olvidar que todo lo que aprendemos en la escuela, y lo que seguiremos aprendiendo con los años, estará mediatizado por la calidad de nuestra comprensión lectora. La lectura, y con ella la escritura y la expresión oral, son esenciales para la adquisición y para la transmisión del conocimiento. Si renunciamos a que nuestros niños dominen la lectura, más allá, insisto, de aquello de «la m con la a, ma», estaremos renunciando a un poder extraordinario para comprender el mundo y para transformarlo. Sin esperar los resultados de las pruebas de desempeño escolar, experimentamos cotidianamente que no sabemos leer. Conviene recordar que el Diccionario de la lengua española define leer como ‘pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados’. Sin duda la clave está en dar el salto del «pasar la vista» al «comprender». ¿Y si aprovecháramos los retos de 2020 para coger impulso y dar ese salto?

 

LUCIDOS CON ORGULLO

10/11/2020

Consulta un lector sobre la ortografía de nombres propios y sobrenombres o apodos. Los nombres propios, que designan a un único individuo, como los que aplicamos a las personas, deben escribirse con inicial mayúscula: Manuel, por ejemplo, como nuestro lector interesado en la ortografía. No solo son nombres propios los que aplicamos a las personas; también nombramos con ellos a nuestras mascotas: Mi perra se llama Canela. Miguel de Cervantes hizo a los perros Cipión y Berganza protagonistas de una de sus novelas. En los entornos familiares o de amistad solemos cambiar el nombre propio por el hipocorístico. Llamamos así a la abreviatura o adaptación cariñosa de un nombre propio. El Diccionario de la lengua española nos recuerda que la palabra tiene su origen en el griego hypokoristikós, que significa ‘acariciador’. Estos hipocorísticos, aunque afectuosos y confianzudos, también deben escribirse con inicial mayúscula: los Guillermos serán Memos; las Altagracias, Taticas; los Antonios serán Toños; las Dolores, Lolas.

Los apodos son también nombres propios. Se crean para designar a una persona concreta, a veces tomando como punto de partida una característica física o un rasgo de la personalidad, como los de la pareja real Felipe el Hermoso y Juana la Loca; o como los de la pareja, esta vez de la realeza merenguera, Fefita la Grande y Toño Rosario, el Cuco. La inicial mayúscula es obligatoria, tanto en el nombre como en el apodo. Sin embargo, observamos en los ejemplos anteriores cómo el artículo que aparece a veces junto al apodo se escribe con inicial minúscula.

Cuando nombre y apodo se escriben juntos, solo debemos recurrir a la coma para separarlos cuando el sobrenombre puede usarse de forma independiente: Luis Polonia, la Hormiga atómica, o Miguel Tejada, la Guagua. Luzca orgulloso su apodo, si así lo desea, pero demuestre que sabe escribirlo correctamente.

 

VÍNCULOS PODEROSOS

17/11/2020

La lengua española es extensa tanto geográficamente como en número de hablantes. Los que la hablamos debemos ser conscientes de que existen muchas formas de hablar correctamente nuestra lengua. Las variedades regionales son características de nuestra lengua, forman parte de su historia y de su patrimonio; nos enriquecen a todos y debemos aprender a conocerlas y a valorarlas.

Cuando hablamos con alguien que maneja una variedad regional distinta a la nuestra siempre encontraremos un acento sonoro que nos llama la atención, una forma curiosa de pronunciar, algún que otro detalle que nos parece extraño en la estructura de la frase, muchas palabras y expresiones diferentes de las nuestras. No conviene olvidar que si nuestro interlocutor se expresa en una variedad regional distinta a la nuestra seguramente estará experimentando la misma extrañeza con nuestra forma de hablar. Recuerden que, en lengua, como en tantas otras cosas de la vida, diferente no significa incorrecto. La historia de nuestra lengua es muy larga, muestro idioma ha recorrido extensos territorios y se ha adaptado a ellos y a sus hablantes. Ha recibido influencia en distintas medidas de las lenguas que se hablan en esos territorios. La vida y la realidad de sus hablantes le ha ido confiriendo rasgos de personalidad que la caracterizan en cada zona. Esta diversidad cultural la enriquece y debemos asumirla y valorarla como lo que es, un patrimonio valioso para todos los que hablamos español, un patrimonio del que sentirnos orgullosos, independientemente de la variedad en la que nos expresemos.

Cuando los dominicanos nos sentimos orgullosos de nuestra forma de hablar, de nuestras palabras tradicionales, de nuestro acento peculiar, compartimos ese orgullo con millones de hispanohablantes, de cualquier rincón del planeta, que sienten los vínculos poderosos que se establecen cuando nos sabemos hablantes de una misma lengua materna.

 

Geólogos y geómetras de las palabras

Por Jorge J. Fernández Sangrador

 

El lexicógrafo Alain Rey falleció el pasado 28 de octubre, en París, a la edad de 92 años. Había nacido en Pont-du-Château (Puy-de-Dôme), en el seno de una familia sumamente católica. De su padre, bibliófilo, heredó la pasión por los libros y las palabras.

Allá por 1945, Paul Robert, “pied-noir” y heredero de una rica familia de Orléansville (departamento de Argel), insatisfecho por lo limitados que eran los diccionarios, reducidos a meros elencos de palabras ordenadas alfabéticamente, decidió acometer una empresa léxica lo más amplia y completa posible, tomando como referencia el diccionario de Émile Littré (1801-1881).

Alain Rey participó en tan extraordinario proyecto lexicográfico ya desde sus inicios. Y de ahí salió “le Dictionnaire alphabétique et analogique de la langue française”, en seis volúmenes, concluido en 1964. Hubo luego otras dos ediciones: en 1985 (rebautizado con el nombre de “Le Grand Robert”) y en 2001. En 1967 se publicó “Le Petit Robert”. En 1971, “Le Robert Micro”. En 1974, “Le Petit Robert 2. Dictionnaire des noms propres”. En 1978, “Le Robert & Collins Senior”. En 1979, “le Dictionnaire des expressions et locutions”. En 1992, “le Dictionnaire historique de la langue française”. En 2005, “le Dictionnaire culturel en langue française”. Y no paran de sacar cosas al mercado.

La vida de aquellos lexicógrafos fue admirable. Ya la de Émile Littré, el autor de “le Dictionnaire de la langue française”, es como para llevarla al cine. De hecho, él mismo escribió un libro acerca del modo de realización de su magna obra. Existe una edición en español: “Cómo hice el Diccionario”.

Todo lo que Littré llevaba dentro de sí era algo fuera de serie: lecturas de gramáticas de lenguas antiguas y modernas, traducciones de clásicos, redacciones de ensayos sobre filosofía, historia, sociología y crítica literaria. Había estudiado medicina, pero le faltaba lenguaje para expresarse, para explicarse a sí mismo y para comunicarse con los demás con la amplitud que él quería. Littré consideraba que el bagaje léxico con el que él operaba era insuficiente para verter hacia afuera su riquísimo mundo interior.

Y lo mismo le sucedía a Paul Robert, que era de formación jurídica. Mientras escribía una tesis en economía política sobre los cítricos en el mundo y su desarrollo en Argelia observó que le faltaba vocabulario para formular lo que realmente deseaba decir y que los diccionarios que tenía a mano no le suministraban lo que él esperaba de ellos, y eso que eran el viejo Littré y los seis volúmenes del Larousse.

Así que se puso a hacer uno con etimologías, equivalencias, extranjerismos y referencias a autoridades, y comenzó a trabajar en su “Dictionnaire général des mots et des associations d’idées”, que luego se convirtió en “le Dictionnaire alphabétique et analogique de la langue française”, y, finalmente, en “Le Grand Robert de la langue française”.

Paul Robert fundó, en 1951, la “Société du Nouveau Littré”, y creó un equipo estupendo de lingüistas. Jóvenes. Estaba, entre ellos, Alain Rey, quien, por entonces tenía solo 24 años y había estudiado en la Facultad de Letras y en la Escuela de Ciencias Políticas de París. Debían ayudarlo a concluir su obra, de la que, en 1950, había presentado el primer fascículo ante la Academia francesa.

En aquel equipo inicial estaba Josette Debove, con la que luego se casó Alain Rey. Todos ellos trabajaban denodadamente para que el pensamiento humano pudiese expresarse y desplegarse valiéndose de la hermosura y versatilidad de la lengua francesa, a partir de ella misma, en su relación con otros códigos escritos y en sus inagotables posibilidades para la comunicación, según las edades y los distintos usos de los francoparlantes.

Alain Rey, cultivó, desde el amor a las palabras, las matemáticas, el medievalismo, el periodismo, el arte, la literatura, la economía y la gastronomía. Sobre todo, y siempre, esta última. Era un Rabelais de nuestro tiempo. Le interesaban, al estilo de los renacentistas, los tratados antiguos en latín, griego, hebreo y árabe. Escribió las biografías de Émile Littré y de Antoine Furètiere (1619-1618), quien dejó el derecho para dedicarse a la religión y a la lengua, a la Palabra y a las palabras.

Se ha dicho que “Le Petit Robert” habría que encuadrarlo entre las acciones que precedieron a mayo del 68 o que giraron en torno a él, pues se aprecia, entre los conductores del proyecto lexicográfico una indisimulada inquietud por evidenciar la relación existente entre lenguaje, sociedad y actualidad. Como se ha dicho más arriba, Paul Robert y Alain Rey provenían del mundo del derecho, de la política y de la economía.

Y es que, junto al saber enciclopédico, poseían una aguda sensibilidad para detectar lo que realmente le interesaba al ciudadano de hoy y una enorme creatividad. El programa radiofónico que Rey mantuvo, entre 1993 y 2006, en “France Inter”, es un ejemplo que ilustra lo que acabo de exponer. Se titulaba “Le Mot de la fin”. Lograba condensar en un vocablo, explicado brevemente, el acontecer diario. Era, como decía William Blake, ver un mundo en un grano de arena y un paraíso en una flor silvestre. Y para ser tan certero y preciso en la definición y calificación del todo, reduciéndolo a un punto, es preciso ser no sólo un geólogo que indague la historia y la evolución de las palabras, sino un geómetra también que sepa mostrar la magnitud de cada una de éstas en lo concreto del tiempo y del espacio (La Nueva España, 8 de noviembre de 2020, p. 26).

 

Incertidumbres de la imaginación

Por Miguel Solano

 

Lo que Rafael Peralta Romero hizo fue internar al laureado poeta Víctor Villegas en un manantial de dudas sin que aparezca una sola gota de muestra, pero todos sentimos que esas incertidumbres emanan del pozo divino llamado imaginación. La historia se hizo novela y la novela se hizo historia. El lector, finalmente, sin sentir dolor o angustia emocional, termina aceptándola en ambas formas. Debido a la capacidad de conflictos que tienen los grupos humanos, las organizaciones religiosas crearon a Dios como el incausado. No hay que explicar su existencia, basta con reconocer su necesidad. Así la cadena de causación se detiene en un Ser que no es contingente y que es la causa última de todos los demás. Y para que los humanos entendieran que en Él terminan todos los conflictos, fue creado eterno e infinito. El hombre crea a Dios y luego pone a Dios a crearlo a él. Una de las dos es verdad, aunque cuánticamente ninguna de las dos lo es.

Rafael Peralta Romero escribe su novela en forma de prosa, Víctor Villegas compuso sus poemas en forma de versos. En el lenguaje, el verso tiene todas las perfecciones en grado sumo. Y como decir es más perfecto que no decir, el verso se apoderó de la música para existir en todos los instantes. Cuando uno hablaba con Villegas eso era lo que sentía.  Eran historias que, como canto de la mar, jamás te abandonaban. Y Rafael Peralta Romero atrapó en una novela toda su esencia, a tal punto que al leerla respiramos su oxígeno.

Don Bruno Rosario Candelier, el líder del Ateneo Insular, fundador del Movimiento Interiorista y actual director de la Academia Dominicana de la Lengua, elaboró las 7 leyes de la novela. Cuando leo una novela la examino en base a esas leyes, que son estas.

1- Ley de la verosimilitud, que apunta a la credibilidad de la ficción narrativa… De manera que si el universo novelesco es totalmente inventado, debe dar la apariencia de realidad, y si es totalmente histórico (verídico), debe dar la apariencia de ficción (fabulación).

2- Ley del eje conflictivo, consiste en fundar el material en hechos conflictivos que derivan de enfrentamientos dramáticos.

3- Ley de los orígenes, implica una búsqueda de los orígenes. Se trata de indagar las raíces de la historia que se narra.

4- Ley de la incógnita, establece que toda novela ha de fundarse en la revelación de la historia de un modo oculto.

5- Ley de la novedad, va al meollo mismo de la novela, consiste en contar algo nuevo…que aconteció en la realidad real o en la realidad imaginaria.

6- Ley de la transformación, que consiste en que las vidas de los personajes sufren o gozan una transformación. Es la ley vital ligada al final de la narrativa.

7- Ley de la atracción, que consiste en que la narración y la forma de narrarla debe atrapar el apetito de los lectores. Esa está ligada a la vida misma de la obra poética.

Como ustedes pueden ver, la primera ley es la verosimilitud, pero resulta que Rafael Peralta Romero logra una narración sin verosimilitud y, sin embargo, es encantadora. La novela, de 11 capítulos y 134 páginas, está narrada en primera persona. Víctor Villegas es quien habla.

Villegas y yo nos hicimos amigos en la Academia Dominicana de la Lengua. El poeta milita en mi vida y yo soy un militante de su memoria. Le sugerí a Aurelia Castillo que la Tercera Feria del Libro de Escritores de San Pedro de Macorís fuera dedicada a Víctor Villegas y se usara como base para las actividades la novela Memorias de Enárboles Cuentes, en la que Rafael Peralta Romero narra la vida de ese extraordinario personaje.

 

El arte de escribir: Bruno Rosario Candelier

Por José Silié Ruiz

 

Capacidad de pensar en conceptos y capacidad de pensar en imágenes

Al momento se está formado la Sociedad Dominicana de Médicos Escritores, es una gestión para aglutinar a todos los médicos dominicanos que son escritores en el país y el exterior, si usted tiene esa grata experiencia de escribir en cualquier género de la escritura y es médico, siéntase usted más que bienvenido y desde ya está invitado a formar parte de este grupo de profesionales de la salud, que bajo la motorización de los colegas doctores Reynolds Pérez (Jochy), Frank Espino y María Zunilda Núñez, le estamos dando forma a la naciente sociedad de médicos amantes de escribir.

En una pasada reunión y como primera actividad del grupo gestor, tuvimos la gran dicha y el alto honor de auspiciar una conferencia-conversatorio sobre el arte de escribir con el Dr. Bruno Rosario Candelier, él es un ciudadano prominente, que preside desde el 2002 la Academia Dominicana de la Lengua, y que por su labor cultural y lingüística ha recibido honrosos premios nacionales e internacionales.

Vamos a resumir su amplio currículo, en el hecho de que es de los dominicanos que más libros ha escrito sobre el tema de la lingüística, la creación, la educación, ya usted se puede imaginar la titánica obra de este quijote dominicano, quien ocupa una silla en la Real Academia Española.

Inició su conferencia planteando que toda persona o todo profesional que se dedique a la escritura, se debe a la fe que tiene en sí mismo. Con su experiencia concluye que hay miles de personas que tienen condiciones y talento para la creación, pero no producen nada. Nos hizo la pregunta: ¿Ustedes creen que es cierto que carecen de formación?, no. ¿Porque no tienen la suficiente motivación para iniciarse en la escritura?, tampoco. ¿Porque sienten que no pueden aportar algo nuevo?, tampoco.

La mayoría de las personas con capacidades creativas que no se lanzan a una actividad inventora, es porque no tienen fe en sí mismos. Pues quienes tienen fe en ellos mismos, se convencen, pueden testimoniar y compartir sus propias visiones del mundo con los demás.

Señaló que todos podemos idear, que todos somos capaces de producir en las múltiples actividades de la creación. Tenemos todos inteligencias, entonces se puede desarrollar el poder de la creatividad, que se manifiesta cuando hacemos conciencia de que contamos con esa condición de poder imaginar.

Es la percepción de la realidad, pero por sobre todo poder captar el sentido profundo que pueda tener esa realidad. Los escritores no hacen más que eso, atreverse a comunicar su percepción de la realidad.

Hay que preparase, pues para decir algo usted tiene que tener la adecuada forma de hacerlo, estimulando la naturaleza de nuestra imaginación para conectarlo con la realidad. Nuestra propia conciencia es una fuente de creación. Cuando escribimos estamos expresando nuestra fantasía, nuestra sensibilidad y la naturaleza de nuestra imaginación.

Hay dos aspectos de gran importancia cuando vamos a crear, el primero la capacidad de pensar en conceptos y el segundo la capacidad de pensar en imágenes. ¿Quienes piensan en conceptos? Son los científicos, los pensadores, los que transmiten algún mensaje de la realidad, los sociólogos, historiadores, etc., todo el que da testimonio de la realidad a partir de un concepto.

En cambio hay un grupo numeroso de seres humanos, que no piensan en conceptos, sino que piensan en imágenes, este segmento de la población son los artistas, pintores, arquitectos, poetas, dramaturgos, músicos, etc., para esto se necesita una dotación singular de la inteligencia, donde áreas especiales del cerebro se estimulan.

Enfatizó el expositor, que se hace vital y necesaria en cada creación la intuición, que nos conecta con esa realidad que permanentemente está emitiendo sonidos, imágenes, aspectos sensibles y suprasensibles, para estimular la creación humana, y que nos permite enriquecernos intelectualmente.

Deseo agradecer públicamente las elogiosas palabras del distinguido amigo mocano, acerca de mi persona y mi producción como escritor, un abrazo fraterno. Les confieso que fue una experiencia gratísima el “dilectar” junto a nuestro equivalente en su obra, al prominente maestro español Marcelino Menéndez Pelayo, el homólogo en nuestra versión dominicana, lo es el Dr. Bruno Rosario Candelier.

Tarea de las Academias en el mundo actual: diálogo con académicos americanos

Por Bruno Rosario Candelier

  Muy buenas tardes, don Marco Lucchesi. Saludos, Daniela Montello. En primer lugar quiero agradecer y felicitar, en nombre de la Academia Dominicana de la Lengua, a la dirección de la Academia Brasileña de Letras por la convocatoria de este diálogo con directores de Academias de Hispanoamérica. El propósito que ustedes persiguen sin duda va a redundar en beneficio de nuestra cultura, a favor de nuestras respectivas lenguas, la española y la portuguesa y, desde luego, a favor del desarrollo del pensamiento y la creatividad. Eso quiere decir, naturalmente, que lo que podamos plantear aquí tiene varios propósitos y posibles ponderaciones y efectos, entre los cuales figura la valoración del rol de las academias en el seno de cada una de las comunidades de hablantes, así como en el estímulo al estudio de la lengua y el cultivo de las letras.

La Academia Brasileña de Letras, presidida por don Marco Lucchesi,  han convocado este encuentro centrado, fundamentalmente, en lo que pueden hacer las academias de la lengua a favor de la sociedad en una etapa tan dura como la que estamos viviendo por las condiciones adversas de la pandemia viral. Desde que se fundaron las academias de la lengua en nuestro mundo hispánico esas valiosas instituciones tienen una función específica con relación a la defensa del idioma, el estudio de la palabra y el cultivo de las letras. Su accionar es un puente de comunicación con el mundo, ya que la lengua es la gran ventana para la cultura porque no solo conocemos y hablamos, sino que pensamos, escribimos, sentimos y creamos mediante la palabra. Y a través de la creación literaria, que es la expresión estética del lenguaje y el cauce privilegiado de la creatividad desde la palabra, y de la hondura trascendente desde la creación teopoética, pues los pueblos en general y los hablantes en particular tienen la ocasión de contar con el aporte de sus intelectuales, pensadores y poetas, que se convierten automáticamente en voceros de su pueblo, de su tierra y su cultura en tanto canalizan las manifestaciones socioculturales, en tanto formalizan sus intuiciones y vivencias, y en tanto dan testimonio de lo que realmente motiva o inspira en determinadas circunstancias epocales, como la que estamos viviendo en este etapa de duro confinamiento y fuerte restricción económica y social.

En estas adversas circunstancias, todos estamos viviendo un momento histórico terrible y riesgoso, por una impiadosa pandemia viral que está afectando el normal desenvolvimiento de la humanidad, no solo con la muerte, aniquilante y terrible, sino también con el cambio del estilo de vida que restringe la relación social. Todos hemos tenido que recogernos en nuestros hogares. Todos hemos tenido que modificar nuestro hábito de trabajo, vivencia y comunicación. Y todos hemos experimentado duros momentos de miedo, tensión y ansiedad

Esta pandemia, desde luego, ha enaltecido y privilegiado la comunicación telemática en función de la nueva realidad que nos ha tocado vivir porque no solamente hay conferencias virtuales, sino que hay también docencia virtual y comunicación mediante notas de voz, o grabación de videos o el uso frecuente de correos electrónicos y mensajes por wasap o por Instagram o por Facebook.  Y entonces las instituciones culturales t las academias tenemos también que usar las redes sociales y la plataforma de la tecnología electrónica para ponernos en comunicación con nuestro público, con nuestros colegas, amigos y relacionados a través de las instituciones lingüísticas, literarias, docentes y culturales, y también con la realidad social. Y entonces de alguna manera esta nueva vertiente de la realidad está modificando el estilo de vida y, sobre todo, la función que debemos realizar, que se debe seguir manteniendo con métodos diferentes de comunicación, acción y creación.

Las funciones académicas de las que hablaba el distinguido director de la Academia Hondureña de la Lengua, don Francisco Arellano, al comentar el rol de las academias -funciones que compartimos todas las academias en el mundo-, son acciones y realizaciones que debemos seguir proyectando en nuestra comunidad a través de los medios virtuales. Esa es una dimensión que antes no se contemplaba tanto como ahora, porque en nuestras academias realizamos actividades con la participación presencial del público y ahora no podemos hacer ese tipo de convocatoria; de hecho, están cerrados nuestros locales y en estos momentos no celebramos actividades con participación presencial y, entonces, necesariamente, tenemos que organizar actividades con mediación virtual y eso, de alguna manera, modifica el procedimiento tradicional, la metodología que seguíamos anteriormente y que debemos variar ahora con el procedimiento telemático.

Este encuentro virtual que usted, don Marco, acaba de formalizar, esta convocatoria electrónica de las Academias de la Lengua y las Letras, sin duda es un gran ejemplo y una gran iniciativa de su parte, y yo no dudo de que será en beneficio de nuestra cultura y que nosotros, los académicos debemos aprovechar esta coyuntura y continuar nuestro trabajo a favor de nuestra lengua y nuestras letras. Hasta ahora hemos estado publicando libros en formato físico, pero ya tendremos que acudir a la publicación de libros electrónicos. Hasta ahora habíamos organizado coloquios, tertulias, conferencias, talleres, con la participación presencial, física, de las personas. Ahora debemos seguir haciendo esas actividades mediante los recursos electrónicos, y a mí me parece, desde la labor que realizamos y promovemos en nombre de nuestra academia con el apoyo de nuestros colegas, estamos convencidos de que hemos de enfatizar la dimensión estética y espiritual de la palabra para estimular la creación literaria.

La creación literaria tiene en la literatura española una hermosa y fecunda tradición mística, que obtuvo su nivel de excelencia en la obra poética de san Juan de la Cruz y santa Teresa de Jesús. Entonces la dimensión mística de la palabra es una proyección que, desde la existencia de los pensadores presocráticos de la antigua Grecia la intuición del Logos de la conciencia tuvo una gran acogida y una gran participación en función de lo que la Palabra inspira y genera. Ese luminoso concepto que originalmente intuyera Heráclito de Éfeso, cuando advirtió que los seres humanos contamos con una singular dotación espiritual que se manifiesta en la palabra, a través de la cual se canalizamos nuestra capacidad de pensar, intuir, hablar y crear. Y entonces, en función de esas atribuciones que todos los seres humanos contamos con el poder de la creatividad es algo bellísimo que nos enaltece como creaturas divinas, porque somos una emanación de la Divinidad y, sn tal virtud, entonces estamos llamados a enaltecer la función de la conciencia y potenciar la función de la sensibilidad a la luz de los altos ideales del espíritu que nos permite ser mejores seres humanos, para que podamos cumplir con la misión que cada ser humano, desde su propia circunstancia y condición, puede realizar en beneficio de sus semejantes. Esa es una función que también está al alcance de las academias de la lengua para hacer de nuestro mundo un espacio que sea creativo, grato, edificante, provechoso y luminoso.

Muchísimas gracias, a usted, don Marco Lucchesi por esta convocatoria y que Dios nos siga bendiciendo a todos.

 

—MARCO LUCCHESI: Muchísimas gracias, don Bruno, casi cierro los ojos y le digo con san Juan de la Cruz:

 

En una noche oscura

con ansias y amores inflamados

oh dichosa ventura

salí sin ser notada

estando ya mi casa sosegada

a oscuras y en celada…

 

Usted habló exactamente de la mística de la palabra, pero después volvió al Logos, es decir, lo que sería una de las mayores tradiciones del Occidente. Me gustó mucho eso. Y también me gustaría poner en evidencia cuando usted supo reconocer el momento en que nosotros vivimos una especie de transformación antropológica. Es decir, no es solamente una cuestión de ahora; por eso y por otras razones difíciles de la pandemia; pero lo que la pandemia también trae, en muchos sentidos, algunos retos fundamentales y la transformación antropológica que vamos viviendo nosotros, no solo por los medios de uno, sino por la necesidad de comunicación. Eso me parece también una temperatura muy importante, un baricentro, no un entro, pero un baricentro porque hay muchas fuerzas ahí que se apoyan las unas con las otras y ahí está exactamente el arma más importante del tiempo, este que estamos viviendo con mucho dolor, con muchas dificultades. Al hambre estamos volviendo, casi todos, a la geografía del hambre.

Bueno, hay que hacer muchas cosas. Nosotros, por ejemplo, en la Academia estamos poniendo en la canasta básica un libro, porque la gente, ahora, los más pobres, los más desvalidos, si tienen hambre, no se puede jugar con el hambre de la gente; pero también elegir que la presencia de los libros pueda también responder por otra hambre para hacer un hilo de oro como hablaron la señora Margarita Vásquez, de la Academia Panameña, el señor Francisco Arellano y usted. Muchísimas gracias, por sus bellísimas ponencias y un abrazo muy particular a Bruno (¿Le puedo llamar así por nombre o le vuelvo a decir a usted?), un hermano. Muchas gracias, de verdad.

—BRC: Muy amable de su parte, don Marco. Muchísimas gracias.

—MARCO LUCCHESI: Le iba a hablar de Pedro Mir, pero no es el caso. Muchas gracias, de verdad.

—BRC: Siempre. Siempre a su disposición.

—MARCO LUCCHESI: Un abrazo.

—BRC: Igual para usted. Bendiciones del Altísimo. ¡Salud y vida!

(Encuentro de la Academia Brasilera de Letras con Academias de América Latina, Plataforma virtual de Zoom, 6 de octubre de 2020).

Trúcamelo, molongo, tamizaje

Por Roberto E. Guzmán

TRÚCAMELO

“. . . brincar o saltar el TRÚCAMELO”.

Esta voz que figura en el título es muy probable que esté desapareciendo del vocabulario dominicano. La suposición anterior se emite ante los avances de la tecnología y con ella el cambio de juegos o entretenimientos que los niños practican en la actualidad.

Es una pena que la voz esté en vías de desaparición. El lamento se origina porque es una voz dominicana. Solo se conoce en República Dominicana. La formación de esta y el significado son dominicanos. Aquí se reflexionará acerca de la voz.

El trúcamelo es lo que en español internacional se conoce con el nombre de rayuela. El trúcamelo dominicano mantuvo algunas diferencias con el internacional. Los tejos en República Dominicana se conocen con el nombre de “chatas”. De preferencia la chata se elige de forma circular. El nombre a la chata dominicana le viene de la superficie y forma de este objeto plano, delgado. Esto así para permitir el fácil desplazamiento de la chata durante el juego.

Para iniciar el juego los participantes “se cantean”, es decir, lanzan su chata a la línea o “raya” con el fin de determinar quién será “mano” y quien “manito” y, el orden en que participará cada jugador. Este manito o segundo en el orden se conoce además con el nombre de “trasmano”. El último en jugar, por haber quedado más alejado de la raya será llamado “porra” o “pie”. Las modalidades del juego pueden sufrir algunas variantes que son determinadas por el espacio disponible.

El dibujo de las rayas en el suelo puede variar. Algo que permanece es que se salta en un solo pie y el jugador debe en algún momento decir “trúcamelo”. Hay espacios en el dibujo que le permiten descansar sobre ambos pies.

Se ha reflexionado acerca del nombre del juego en español sin poder dar con una explicación plausible. En inglés el juego es llamado hopscotch, el scotch procede de que esa palabra servía para score, que es puntuación en español. Llama la atención que en el pasado de la lengua inglesa este score fue raya, marca. Este nombre lleva dentro la idea de saltar y obtener puntos.

El nombre internacional rayuela evoca las rayas que se trazan en el suelo. En francés el nombre del juego es marelle que tiene relación con el nombre de la chata (tejo) que en francés antiguo fue merel. El francés tuvo influencia sobre la denominación del juego en Brasil, amarelinha, que alude al tejo antes mencionado en francés (merelie). La terminación es un diminutivo propio del portugués brasileño.

La única explicación ¿plausible? para el nombre trúcamelo del español dominicano es que procede del verbo “trocar” en tanto significa cambiar con el sentido de mudar, pues eso se hace en el juego, cambiar el sitio, mudar la “chata”, ficha que se coloca en el suelo. Por su formación sugiere la voz trúcamelo una orden o desafío, “trúcamelo”, cámbiamelo.

Que el nombre del juego en dominicano proceda de una provocación no es motivo para extrañarse, porque los nombres atribuidos a actividades pueden derivar de cualquier rasgo, cualidad; sobre todo cuando no es el nombre oficial, sino el que resulta de un uso y, más entre niños. Ya más arriba se documentó de dónde proceden los nombres del juego en lenguas otras que la española.

 

MOLONGO

“Lo que no está claro es de dónde van a salir los innumerables MOLONGOS que para esto se necesitan”.

En esta cita en cabeza de esta sección la voz molongo debe interpretarse como equivalente de “peso dominicano”. El peso es una unidad monetaria de muchos países hispanohablantes, por lo tanto, no debe ser motivo de sorpresa que tenga tantos “apodos” diferentes.

El dinero (peso) es una parte importante de la vida humana; como consecuencia de esto es parte de muchas de las conversaciones diarias. Algunos hablantes de español dominicano se divierten llamándole con diferentes nombres.

Los nombres que le son atribuidos al peso varían de acuerdo con la edad del hablante. El peso se designa con nombres que variarán con la época del año y otras circunstancias. La vigencia de algunos de estos nombres es efímera, o bien, solo circulan en algunas capas de la sociedad.

Con respecto de la voz “molongo”, se recuerda que en Santo Domingo hubo una persona que siempre usaba esta voz para mencionar el peso y el dinero. Sus programas de radio fueron escuchados durante unos años. El programa en la radio desapareció con la muerte de su productor.

Para el peso dominicano se ha promovido llamarle oficialmente “Duarte” con el propósito de honrar y mantener vigente la memoria del patricio. Los nombres extraoficiales han sido muchos y mencionar algunos y dejar otros fuera es una tarea sin recompensa.

Ese fenómeno de que la unidad de moneda de un país tenga muchos nombres populares no es exclusivo de República Dominicana, pues sucede en muchos otros países de América.

 

TAMIZAJE

“. . . millones de pruebas diagnósticas para el TAMIZAJE de la población . . .”

Es una pena que la voz “tamizaje” no figure en el Diccionario de la lengua española. Tampoco consta en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

La contrariedad que se expresa de modo disimulado por la ausencia de la voz tamizaje se produce porque se piensa que es la voz que mejor expresa y se acomoda para transmitir el mensaje que se hace por medio de la voz triage que prima en las salas de primeros auxilios de los Estados Unidos y que ha invadido el español de otros países.

La Academia por excelencia ha concedido la carta de naturaleza al vocablo triaje, cuyo origen no menciona y remite al verbo triar que considera de origen incierto. Ese vocablo -triaje- entró en el lexicón mayor de la lengua en la edición de 2014.

La lengua inglesa reconoce la deuda que tiene con el francés al adoptar crudo el vocablo triage, con una detallada acepción para la acción que se ejecuta en las “salas de emergencias”.

El verbo triar en español es, para los fines que interesan aquí, “escoger, entresacar, separar”. De allí se llega a que la acción del triaje es de escoger, entresacar, separar. En francés el verbo trier es “seleccionar, tamizar, cerner, clasificar”, entre otras significaciones.

En inglés triage cuenta con una primera acepción muy específica para aplicarla en las casos de emergencias médicas, “clasificación y asignación de tratamientos a pacientes. . . de acuerdo a un sistema de prioridades”. En las salas de urgencias médicas, “clasificación de los pacientes según la urgencia de sus necesidades de cuidados”.

Puede deducirse de lo expuesto más arriba que el uso del triaje del español procede del inglés y el origen de la palabra viene del francés, con posible origen del latín. La Real Academia ha adoptado la posición de solo consignar el origen de las palabras cuando este puede establecerse sin lugar a duda.

Se lamenta que el sustantivo correspondiente a la acción del verbo tamizar no se haya abrazado para el uso que del verbo se hace en el ámbito médico de las salas de urgencias.

Desaciertos de una entrenadora de profesores

Por Tobías Rodríguez Molina

 

Hace varias semanas comencé a escuchar en uno de los canales por donde se transmitía el interesante entrenamiento dirigido a nuestros profesores dominicanos. Al escuchar un primer desacierto de una entrenadora lo anoté y seguí escuchando la exposición y anoté otros desaciertos más que les presentaré a continuación.

  1. Empleo de le-les: Esta variante del pronombre de tercera persona se emplea como objeto indirecto y tiene concordancia con el referente. Si el referente es singular se empleará le. Ejemplo: Le envié el libro a María. En este caso se usa “le” porque el referente, María, es singular.

En cambio, si el referente fuera plural, usaríamos “les”. Ejemplo: A los niños les encantan los dibujos. Al ser el referente  niños plural por esa razón se escribió “les” en plural.

Se les presentan a ustedes algunos de los casos en que la entrenadora usó en forma desacertada “le” en lugar de “les”, que sería lo correcto: a. Importa mucho el uso que le demos a los recursos; b) Para que ellos respondan las preguntas que le hacemos”; c) Le voy a dar a ustedes 30 segundos para que reflexionen.

La entrenadora empleó quince variantes de las cuales empleó 5 “le” (33.3 por ciento) bien empleados, mientras que usó 10 “le” en vez de “les” (66.7 por ciento) mal empleadas.

  1. Empleo de aquí-acá: De acuerdo con la norma del castellano, se emplea “aquí” cuando queremos significar “en este lugar” y “acá” cuando queremos significa “hacia este lugar”. En las cinco veces que empleó el adverbio demostrativo “acá´”, debió usar “aquí”,  ya que todas las veces quiso emplear “en este lugar”. De las cinco veces, en una empleó “aquí” (20 por ciento) en forma acertada, y en 4 veces empleó “acá” (80 por ciento) en lugar de “aquí”, es decir, en forma desacertada.
  2. Empleo del queísmo: Se emplea el “queísmo” cuando a la expresión “de que” le eliminamos el “de”. En este caso sintáctico, la entrenadora usó dos construcciones oracionales queístas, una de las cuales fue la siguiente: Estoy convencida que (debe ser “de que”) es conveniente resolver situaciones prácticas.
  1. Empleo del desenqueísmo: Se tiene una construcción desenqueísta cuando a la expresión “en que” le eliminamos “en”. La expositora usó la siguiente oración: Debes hacer una valoración de las condiciones que llegan. Debió  decir: “Debes hacer una valoración de las condiciones en que llegan”. Ese empleo del desenqueísmo está ampliamente extendido en  el habla de los dominicanos, de tal manera que lo raro es que alguien lo emplee acertadamente.
  1. Empleo de “por ende”. Ahora mismo escuché en una clase por televisión el “por ende”. Es una realidad el excesivo empleo del “por ende” que prácticamente todos los entrenadores y ahora también los profesores, lo están empleando en vez de decir “por consiguiente”, “por eso”, “por tanto”, “por lo tanto”, “en consecuencia” “por esa razón, etc.

Casi todos los entrenadores que escuché  emplean la palabra “puntual” debiendo usar mejor un término  sinónimo  de esa palabra, cuyo significado no todo el mundo entiende o capta con precisión. ¿No sería mejor  en vez de decir “Les voy a presentar de manera puntual lo siguiente”, decir “Les voy a presentar de manera precisa, exacta, bien delimitada lo siguiente?

  1. Empleo de “con base en”: La entrenadora usó muy bien esa expresión en la frase “con base en las situaciones creadas, a diferencia de la mayoría de usuarios que casi todos hubieran dicho “en base a las situaciones creadas”.

Ojalá que muchos de esos  desaciertos desaparezcan del léxico de muchos de los entrenadores y los profesores que en este período están dirigiendo la enseñanza de los niños y adolescentes dominicanos.

 

Allante, boronear, metástasis

Por Roberto E. Guzmán

ALLANTE

“Si no salimos de este círculo vicioso de ALLANTE y movimiento . . .”

La voz allante se incorporó al español dominicano hace muchos años. Durante todo este tiempo ha disfrutado de la preferencia de los hablantes dominicanos. Se recuerda de manera muy clara cuando formaba parte del idiolecto de los estudiantes de escuela intermedia y secundaria. Acompañó a esos hablantes a las aulas universitarias donde continuó en uso. Con posterioridad a este tiempo los narradores integraron la voz al habla de sus personajes como correspondía para representar la clase social y la edad a la que estos pertenecían.

Con respecto de esta voz el estudio no puede limitarse solo al sustantivo, sino que hay que tocar también lo concerniente al verbo, allantar, y el adjetivo allantoso,a que puede desempeñar también funciones de sustantivo.

Es muy probable que esta voz haya aparecido en el habla de los dominicanos en los años cincuenta del siglo XX. Se propone ese período porque Patín Maceo no la consigna en sus trabajos de lexicografía. Además, quien escribe esta apuntaciones recuerda haber comenzado el uso a principios de los años sesenta de ese siglo.

Allantar es persuadir con mentiras; impresionar o deslumbrar a alguien; ostentar, jactarse de algo que no es real. De aquí puede resultar que allante, el sustantivo, sea persuasión con mentiras, ostentación o jactancia de algo que no es real. Luego, el allantoso es la persona que convence a otra u otras por medio del engaño. Cuando se refiere a la persona misma esta es mentirosa impenitente; que aparenta lo que no es.

Se piensa que en el caso de la cita el autor destaca el comportamiento que se despliega para atraer la atención, sin que haya engaño o malicia, para aparentar más de lo que en realidad se representa y que de esta forma se le tome en cuenta.

En este párrafo se desarrollará una posibilidad acerca del origen de la voz allante. Esta puede haber derivado de la locución “de adelante”, (de alante), es decir, de los primeros, de los mejores o más destacados. Hay muchas voces en el español antiguo cuyos prefijos perdieron la firmeza en el sonido de la /d/ intervocálica, hubo desgaste. Esto sucedió de modo documentado en los primeros tiempos de lo que devino en lengua española en la península. Ese fenómeno pudo haber sucedido también en este caso como resultado de la elocución descuidada y rápida, y, de allí que se transformara en allante.

 

BORONEAR

“No había despidos, FASE BORONEABA chelitos para aguantar las penas . . .”

Este verbo hace largo tiempo que se utiliza en el habla de los dominicanos. No solo se utiliza en el habla, sino que se practica en la vida diaria. Es más, puede decirse que es una forma de actuar en política dominicana. No hay una crítica velada en la mención que se hace; es una práctica establecida, tolerada y hasta alentada.

En el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias aparece el verbo boronear con una acepción correspondiente a República Dominicana, “Realizar alguien un trabajo o una actividad extra en la que se gana algo de dinero”. Este uso del verbo en funciones transitivas aparece documentado en el Diccionario del español dominicano (2013:101).

Este verbo del título tiene otra acepción que fue rescatada por el último diccionario mencionado aquí, “Repartir dádivas”. La cita del uso es de un periódico diario con un detalle ilustrativo del uso, pues entra la cita en el detalle de cuándo y cómo se produce este boroneo; esto así en cuanto al origen de los dineros que se boronean, así como el fin que se persigue con este. “Y cuando aceleradamente han adquirido dinero y bienes por cualquier vía, boronean; se hacen de quienes los defiendan; compran conciencias y hacen donaciones”.

Este boroneo, que así se refiere el hablante a la acción de boronear, puede hacerla un jefe que reparte dádivas para así mantener a sus subalternos tranquilos, contentos, y, es una forma de comprometerlos con este proceder para que no haya quejas o denuncias, pues participan del producto del boroneo.

A la acción que describe la última cita el hablante dominicano en su habla llama “picar y boronear”, es decir “hacer como la cotorra, que pica y boronea”. El ejemplo nace de la observación de cómo ese animal come y deja caer parte de lo que come.

El sentido del verbo estudiado aquí, así como del sustantivo, tienen su origen en el sustantivo migaja, pues en algunos países de América, entre ellos República Dominicana, borona es sinónimo de migaja, a tal punto que reemplaza a migaja en la preferencia y el uso.

 

METÁSTASIS

“. . . es otra ventaja que . . . hace METÁSTASIS en otros sectores de la economía”.

En algunas ocasiones estos escritos no se dedican solo a comentar lo que se sale de la norma. Esta sección versará sobre el vocablo del epígrafe porque tiene el don de ubicuidad. Las lecturas diarias dan pie a pensar que se han olvidado otros vocablos que pueden expresar la misma idea.

Con toda propiedad el sustantivo metástasis tuvo su origen en la medicina donde todavía sirve para comunicar el concepto de que un foco canceroso pasa del órgano en que se origina a otro órgano distinto.

En los medios de comunicación se ha observado como el concepto que perteneció a la medicina se trasladó a todos los ámbitos de la actividad humana o del diario vivir.

No hay nada que sea de temer en este tipo de fenómeno en la lengua. Sin embargo, debe señalarse que cuando algo como esto sucede hay varios vocablos que pierden vigencia porque el campo de acción de un vocablo invade otras áreas y arrincona vocablos de larga data en la lengua.

Los genes del vocablo metástasis sugieren la noción de que aquello que experimenta metástasis cambia de lugar. Dependiendo del contexto, en lugar del vocablo del título pueden usarse otros sustantivos o giros de la lengua.

No hay que olvidar que metástasis debe de traer a la mente del lector o del interlocutor una percepción de algo negativo porque en su origen se trataba de un tumor canceroso que se reproducía en otra parte del organismo. Esto se señala porque en el texto se utiliza metástasis para comunicar “ventaja” que se reproduce, como puede constatarse por medio de la lectura del texto citado al principio de esta sección. Este uso se considera desacertado.

Con lo expuesto en el párrafo inmediato a este se transmite la advertencia de reservar el vocablo estudiado aquí para asuntos que conlleven rasgos de negatividad. Además, muchas otras palabras pueden usarse en lugar de metástasis en variados contextos, ejemplo de ellos son, “ampliación, despliegue, difusión, extensión, expansión”. Estas palabras sustituirán a metástasis siempre y cuando el entorno lo permita.

 

Presentación de «Logos», de Karol Wojtyla

Por Bogdan Piotrowski

 

Contexto histórico-cultural y personal

Antes de iniciar las consideraciones sobre el poema Logos, conviene recalcar el amor de Karol Wojtyla por la lengua materna, la literatura nacional y la historia patria. Aprendió valorarlas en el seno de su familia. No podemos olvidar que la literatura y la lengua, al lado del catolicismo, fueron las fuerzas vivas que permitieron salvar a Polonia, a pesar de las presiones de rusificación y de germanización que ejercían los ocupantes durante casi un siglo y medio[1]. Resulta oportuno recordar u os hechos históricos.

Polonia recuperó la independencia después de la Gran Guerra, el 11 de noviembre de 1918, pero su situación era muy inestable. El ejército polaco contaba con voluntarios, pero carecía de armamento y de apoyo logístico. Desde el año 1919 hasta marzo de 1921, cuando se firmó el tratado de Riga, tuvo que enfrentar la guerra contra Ucrania y, aún más peligrosa, la invasión del Ejército Rojo que llegó hasta Varsovia. La victoria en la defensa de la capital de Polonia, en agosto de 1920, aún es recordada como el Milagro del Vistula.

Karol Wojtyla nació el 18 de mayo de 1920, en Wadowice. Es decir, teóricamente un año y medio después de la independencia recuperada, pero con un presente muy convulsionado. Aunque pequeña, la ciudad de Wadowice está mencionada en las crónicas ya en el año 1317, lo cual también permite entender que su tradición se reflejaba en su cultura, tanto más que, indudablemente, Cracovia, la antigua capital de Polonia, está solamente a 40 kilómetros de distancia. En Wadowice había varios colegios, órganos de administración estatal, organizaciones culturales, artísticas, religiosas y deportivas. Ubicada en una pintoresca región, a la orilla del río Skawa y a pie de los montes Beskidy. Es comprensible que Lolek, como llamaban cariñosamente al pequeño Karol, hacía con sus colegas las caminatas de turismo, costumbre que conservó para toda la vida. De vez en cuando iba de excursión a Cracovia a visitar a los familiares o a algún evento artístico.

Desde la segunda mitad del siglo XIX, Cracovia, a pesar de pertenecer al Imperio Austro-Húngaro, volvió a ser el centro de la cultura. Muchos polacos, con ánimo de manifestar su patriotismo, acudían para revivir la gloriosa tradición, visitando el castillo real de Wawel, la Cátedra y las tumbas de los reyes, la Iglesia de Santa María y su incomparable altar gótico, entre otros. En la Universidad Jagellona los cursos fueron dictados en polaco. Floreció la vida artística y su principal objetivo era hacer valorar el pasado nacional y, de esta manera, mantener vivo el espíritu patrio. Jan Matejko, a través de su pintura, rescataba los grandes momentos de la historia, como la batalla de Grunwald, cuando el rey Ladislao Jagellón, en 1410, venció a los Caballeros Teutónicos o cuando el rey Juan Sobieski, en 1683, defendió a Europa, en Viena, ante la invasión turca. Es comprensible que así fue, igualmente, en la época de entre guerras, en los años de infancia y de juventud de Karol Wojtyla. El país se estaba reconstruyendo y todos sus ciudadanos estaban comprometidos con la causa.

Sin embargo, para entender la influencias externas sobre la personalidad de Karol Wojtyla conviene recordar los primeros años de su vida. No se pueden olvidar las dificultades que hubo en esa época. Las circunstancias de querra y el permanente miedo de que Polonia esté invadida otra vez. En el país reina la carestía de los alimentos, el desempleo y las protestas sociales.

A esta situación nacional es preciso agregar los acontecimientos familiares. En septiembre de 1923, muere en el apartamento de los Wojtyla el abuelo paterno. El 13 de abril de 1929 queda huérfano, muere su madre Emilia Kaczorowska. Tres años después muere su hermano Edmund, médico. Al estallar la Guerra, intentó huir con su padre ante los alemanes pero, cuando los soviéticos invaden a Polonia, deciden regresar a Cracovia.   Durante la II Guerra Mundial perdió muchos amigos y conocidos. Trabajaba en la cantera y, después, en la fábrica de químicos Solvay.  El día 18 de febrero de 1941, salió por los medicamentos y el almuerzo y cuando regresó su padre ya falleció. Queda solo. ¡Todavía no tenía 21 años! Desde ese entonces reforzó su búsqueda de Dios y entró al clandestino seminario del arzobispo Adam Sapieha.

Karol Wojtyla siempre fue muy buen estudiante, lo cual confirman sus calificaciones registradas en el Gimnasio Martín Wadowita para varones, con el programa de estudios clásicos. Allá se familiarizó con el griego, el latín, el francés y el alemán. El nivel de exigencia fue muy alto; de los 49 colegas que comenzaron los estudios solamente se graduó la tercera parte. En el colegio participó activamente, como actor y director, en un grupo de teatro; asumió el papel de protatonista, entre otros, en los dramas: Antígona de Sofocles, Balladyna y Kordian de Slowacki; Zygmunt August de Wyspianski. En esos años empezó escribir poesía y mantuvo esta vocación artística a lo largo de su vida.

Reconfirmó su interés por la literature polaca, cuando, al terminar el bachillerato, en 1938, empezó a estudiar la filología polaca en la famosa Universidad Jagellona de Cracovia. Conviene traer a colación este vínculo sentimental que siempre mantuvo con su casa de altos estudios. Por ejemplo, en 1983, Juan Pablo II, al recibir el doctorado honoris causa de su Alma Mater, recordó a sus profesores Pigon, Kolaczkowski, Klemensiewicz, Kamykowski y a Urbanczyk, quien vivía en ese entonces. Con el profesor Stanislaw Pigon estudió, durante todo el año académico de 1938/39, la asignatura Teatro y drama desde mediados de XVIII. Delante de Pigon, presentó el examen de Gramática descriptiva de la lengua polaca moderna[2]. Las enseñanzas que recibió en estos cursos fueron fructíferas para su formación, pero también para su creación artística, como lo veremos más adelante.

La Universidad Jagellona en Cracovia es todo un símbolo y motivo de orgullo de la cultura nacional en Polonia. Fundada en 1364 por el Rey Casimiro el Grande, la más antigua en Polonia y en el norte de Europa y, hasta ahora, una de las mejores en el ranking mundial. Las aulas medievales recuerdan la presencia de los personajes ilustres del pasado, como Adalberto de Brudzewo, Nicolás Copérnico, San Juan Kanty o Cancio, Estanislao Hosius, Nicolas Rej, Juan Kochanowski, Andrzej Frycz Modrzewski; el rey Juan III Sobieski; Hugo Kollataj, rector de esta Universidad y uno de los creadores de la Constitución de Polonia que fue la primera en Europa y la segunda en el mundo después de la norteamericana; Karol Olszewski y Zygmunt Wróblewski, fueron los primeros quiens licuaron el oxígeno y el nitrógeno del aire; Tadeusz Browicz quien identificó el microbio de la tifoidea; Napoleón Cybulski quien explicó el funcionamiento de la andrealina; Stanislaw Lem, el famoso novelista de ciencia ficción y tantos y tantos otros. Para terminar la enumeración, mencionemos al mismo San Juan Pablo Magno y las Premios Nobel de literatura Wislawa Szymborska y Olga Tokarczuk.

Los alemanes cierran la Universidad en noviembre de 1939 y deportan a 184 profesores al campos de concentración en Sachsenhausen. Para los polacos se hacía evidente que los nazis desarrollaban la política de exterminio no solamente físico, sino también cultura. En respuesta, se crearon acciones clandestinas, la Universidad organiza sus cursos, exponiendo las vidas de sus profesores y estudiantes. A mediados de 1942, Karol Wojtyla, junto con su mentor de colegio Mieczyslaw Kotlarczyk y cuatro amigos más fundaron el Teatro Rapsódico en que la palabra se vuelve el mayor recurso escénico. En el repertorio dominan txtos poéticos dramáticos, pero también los líricos y épicos. Se insiste en la transmisión del sentido de la palabra, de su forma y su sonido. El actor no interpreta, sino lleva las ideas. El grupo retomaba las raíces griegas, pero también aprovechaba la tradición polaca que dejaron Mickiewicz o Slowacki. A los actores correspondía la selección y la adaptación de los textos para, luego, recitarlos.

Antes de finalizar esta breve contextualización, es preciso enaltecer la actitud personal del joven Karol Wojtyla durante el trágico periodo de la guerra. Ciertamente no fue fácil vivir solo, vivir el terror diario nazi y enterarse periódicamente de las muertes de sus amigos. Aguantando hambre, frío y todo tipo de penurias, tuvo que trabajar duro para no ser deportado. Y, a pesar de todas estas circunstancias adversas, siguió estudiando y cultivándose. Hay que recalcar que, además, en esos años siguió escribiendo la poesía y elaboró dramas: Job (1940), Jeremías (1940) y Hermano de nuestro Dios (probablemente, 1944). Krol Wojtyla tomaba la vida en serio. Desde esta época su existencia ofrece no solamente la unidad de vida, sino una gran visión sobrenatural y un testimonio inigualable.

   Educado en el entusiasmo y la admiración por la cultura nacional, Karol Wojtyla se sentía atraido por los clásicos de la literatura polaca: Kochanowski, Mickiewicz, Slowacki, Krasinski, Norwid, Wyspianski, Kasprowicz. Bien que representan diferentes épocas, los une a todos una concepción de Polonia semper fidelis. La Patria se consolidó desde el año 966, cuando el príncipe polaco Miecislao se bautizó y el catolicismo ayudó a construir la identidad del país de los polanos. Es conveniente realizar unos breves esbozos de su cración para entender mejor y poder valorar la creación del Papa Poeta.

Una breve aclaración inicial: a lo largo del siglo XIX, cuando Polonia fue borrada del mapa, con frecuencia, por las razones de persecución, los polacos emigraban sobre todo a Francia. Las oleadas de los emigrantes se intensificaban después de las insurreciiones de 1830, 1848, 1860. París se volvió no solmente su refugio, sino un verdadero centro de florecimiento de la cultura polaca. Allá se publicaban libros, revistas y periódicos en polaco. Los cuatro poetas mencionados vivían y creaban en la Ciudad Luz. Krasinski hasta nació y murió allá. ¡Se hablaba de la Gran Emigración! Hasta se creó un Gobierno de Emigración que durante largos años presidía el príncipe Adam Czartoryski y que tenía sus embajadas en Londres y Estambul. Muchos son los nombres que deberíamos indicar, además de los escritores románticos señalados: Federico Chopin, el general Józef Bem, político Maurycy Mochnacki, el historiador Joaquín Lelewel, el inventor Jan Jozef Baranowski, Antoni Patek, fundador de la primera fábrica de relojes, y muchos más.

 

Jan Kochanowski (1530- 22 VIII 1584) 

Durante el Renacimiento, la creación de Jan Kochanowski, en español Juan Cocanovio; no tiene comparación, no solamente en la literatura polaca, sino en ninguna otra literatura nacional eslava, hasta el romanticismo. Estudió en Cracovia, Kaliningrado y en Padova, donde profundizó sus conocimientos en lenguas antiguas, bajo la orientación del célebre filólogo Francesco Robortello[3]. Mas, como los más grandes poetas renacentistas Petrarca, Dante o Ronsard – a quien visitó – elevó la lengua natal a la más alta expresión literaria y estuvo convencido de su deber de cantar en polaco la gloria de su Patria. Fue poeta de la corte y secretario del rey Esteban Batory. Recibió muchos honores, pero prefiró retirarse a su hogar en Czarnolas, la propiedad que heredó de su familia.

Toda su creación llegó a las más altas cumbres líricas. Sus Trenos son inigualables. En ellos lamentaba la muerte prematura de su hijita Úrsula. Su importancia sigue estando muy viva en la conciencia nacional, pero también demuestra su apertura a la universalidad, por ejemplo, al retomar la forma de trenos, estos cantos fúnebres de tono elegiaco, de la lírica griega arcaica. Muchas son las manifestaciones de su patriotismo que es el motivo más destacado en su creación. El canto V de Piesni / Cantos describe como los tártaros arrasaron con la region de Podole. A su vez, en el canto XII sugiere que los sacrificios y la muerte en defensa de la Patria merecen los más altos reconocimientos y honores. En su libro Fraszki / Bagatelas, encontramos el poema A las tumbas de Sokól en que expresa el homenaje y la admiración al heroism de los soldados muertos en la defensa de Polonia. El drama humanista de La despedida de los emisarios griegos aprovecha la analogía con la guera de Troya y las circunstancias históricas del país en ese entonces.

Aunque también en Polonia, en esa época, había vientos del protestantismo, el poeta subraya en sus versos que profesa la fe católica y sigue profundamente creyente. Su Himno. Czego chcesz od nas Panie / Himno. ¿Qué quieres de nosotros, Señor? Es una expresión de admiración y de gratitud por la creación. He aquí, un fragmento:

 

“Tú eres el Señor de todo el mundo, Tú creaste el cielo

Y lo bordaste bellamente con las estrellas doradas;

Tú pusiste el fundamento a la tierra sin fin

Y cubriste su desnudez con hierbas numerosas”.

 

En el último Treno subraya la misericordia infinita de Dios y la ingratitud de los hombres:

 

“Nosotros, Señor, tus hijos desobedientes,

En los tiempos felices

Te recordamos poco,

Solo placeres disfrutamos”.

 

Entre los juvenalia de Wojtyla se encuentra el libro Salterio renacentista.que contiene también algunos salmos escrito por él en 1939, como Canto matutino o Hoy te llevo una confesión.  El título ya es una clara alusión a la poesía de Kochanowski, autor de Siete salmos de contricción y traductor del Salterio de David, ambos libros publicados en 1579. Mas hay otra expresión de admiración del Papa poeta. Uno de sus poemas se llama el Banquete de Czarnolas. La insinuación es obvia. Se trata de las delicias o los encantos que creó don Juan a través de sus versos para los compatriotas en Czarnolas, la aldea de su propiedad donde tuvo su residencia y narró la vida bucólica que llevaba allá en seno de su familia. Con el tiempo, Czarnolas se volvió para los polacos un sinónimo del lugar paradisiaco, simbolo de la felicidad. Al ver los tilos en cualquier parte de Polonia, se crea una inmediada asociación con el árbol en cuya sombra Kochanowski escribía sus versos. El tópico de Czarnolas aparece a lo largo de los siglos en la literatura polaca.

 

Adam Mickiewicz

(24.XII.1798 – 26.XI.1855)

 

El romanticismo se desarrolló en Polonia gracias a Adam Mickiewicz quien entregó su vida y su obra a la causa patria. Estudiando en la Universidad de Vilna, formó parte de la asociación secreta patriótica para la juventud los Filaretos. Como indica el origen del nombre de la asociación y su lema „Patria, ciencia y virtudes”, sus miembros aspiraban a cultivar sus virtudes y adquirir conocimiento moral y religioso. En diciembre de 1820, el poeta escribió varias poesías, entre ellas, el Canto a los Filaretos que se volvió su himno. En unos de sus versos leemos: ”Mide la fuerza, según los propósitos, No el propósito, según tus fuerzas”.

Desde esta época, la frase se volvió un proverbio que aún se usa como una motivación.

De esta fecha del diciembre de 1820 proviene la Oda a la juventud. Su inicio es:

 

“¡Sin corazones, sin espíritu!: Son pueblos cadavéricos!

¡Juventud! Dame las alas,

Voy a sobrevolar el mundo en extinción

Al preciso, dominio de ilusión,

Corre la esperanza despierta la imagen dorada,

Lanza la nueva, bota la gastada.

¡Juventud! abandona la mediocridad,

Y como la luz solar

Ilumina la inmensidad

De tus propósitos y lo vas a lograr”[4].

 

En 1822 aparece el poemario Baladas y romances. Entre las poesías se encuentra Romanticismo, de cierto modo, un poema manifiesto, escrito en enero de 1821. Muchos son los versos citados, pero estos quizá son los que más:

„El sentimiento y la fe más me dicen

Que la lupa y el ojo del sabio.

(…)

Ten el corazón y mira el corazón”[5].

Es clara la crítica del joven Adam al programa de la Ilustración y que refleja perfectamente el famosos conflicto de las generaciones.

Muchas son las poesías que escribe Mickiewicz en los años 20. Condenado al destierro los elabora en Moscú y en Odessa. De su copiosa creación caracterizada por los tonos líricos; mencionemos, por lo menos, el título de un libro Sonetos de Crimea. También resulta indispensable mencionar el importante título de Konrad Wallenrod que parece en 1828, después de muchos problemas con la censura por sus motivos patrióticos. El poeta abandona Rusia y se dirige a Alemania, Italia, Suiza y, finalmente, llega a Paris.

La década de los 30 ofrece una nueva época en la creación de Mickiewicz. Los años 1832-1834 son de su especial producción literaria. Las obras que comienza a escribir, inspiradas en el patriotismo, y la profunda fe, demostraron su convicción que tenía que escribir para el bien de su nación. Mickiewicz, consciente de su papel de guía espiritual de su pueblo, no aceptaba la catástrofe, no renunciaba a la idea de salvar la Patria. En 1832, publica dos textos fundamentales: Ksiegi narodu polskiego y pielgrzymstwa polskiego (Libros de la nación polaca y de los peregrinos polacos) y Dziady (Antepasados) parte III.       

La temática de Los libros se basa en la profunda convicción de que la civilización europea, por no haber respetado los principios que la consolidaron, es decir, la fe cristiana y sus ideales, está amenazada por su extinción (los contemporáneos los consideraban profetico y hoy día este epíteto parece también vigente). Los abusos crecientes de cada generación sucesiva llevan al Viejo Continente a la destrucción, hay una nación que queda firme en su fé, la polaca. Los libros ayudaban a fortalecer el espíritu de los compatriotas de Michiewicz, tanto en el país, como en el exilio. Su propósito fue cumplido. Como ejemplo, recordemos la reacción de la princesa de Wirtemberg quien escribe desde Pulawy al príncipe Witold Czartoryski en París: “Leímos y lloramos, por favor, diga esto al autor, besándolo cariñosamente de parte de cuatro generaciones desde los más viejos hasta los más jóvenes”. (4)

Estas son las primeras líneas del famoso libro:

“Al comienzo había la fe en un solo Dios y en el mundo había libertad. No había leyes sino la voluntad de Dios y no había amos ni esclavos sino los patriarcas y sus hijos.

Pero, luego, los hombres renunciaron a un solo Dios y elaboraron ídolos y los saludaban y rendían en su gloria sangrientos sacrificios y guerreaban en nombre de sus ídolos.

Por esto, Dios mandó sobre los idólatras el peor castigo: la esclavitud.

La mitad de la gente quedó esclavizada por la otra mitad, aunque todos provenían del mismo Padre. Porque renunciaron a su origen y se inventaron diferentes padres; uno dijo que provenía de la tierra; otro, que del mar; los otros, que de los otros.”[6]

En el capítulo XXIV leemos la siguiente afirmación del poeta: “He aquí Los libros de la nación y peregrinación polacas, no inventados, sino recogidos del pasado polaco, y de los escritos, y de las historias, y de las enseñanzas de los polacos, gentes pías y consagradas a la Patria, Mártires, Creyentes y Peregrinos. Y algunas cosas son inspiradas por la gracia de Dios”[7].

Y para completar la visión citemos una de las oraciones finales que completan la publicación, La oración del peregrino:

“¡Señor, Dios todopoderoso! Los hijos de una nación guerrera elevan hacia tí sus manos indefensas desde diferentes extremos del mundo. Te llaman desde las profundidades de las minas de Siberia y desde las nieves de Kamchatka, y desde las estepas de Argelia, y desde Francia, tierra extranjera. Y en nuestra Patria, en la Polonia fiel a Tí, está prohibido llamarte; y nuestros ancianos, mujeres y niños oran a Tí a escondidas, en pensamientos y con lágrimas. ¡Dios de los Jagellones! ¡Dios de los Sobieski! ¡Dios de los Kosciuszko! Apiádate de nuestra Patria y de nosotros. Permítenos rezar a Ti, según la costumbre de nuestros antepasados, en el campo de batalla, con las armas en la mano, delante de los altares, hechos de los tambores y cañones, debajo del baldaquín, hecho de águilas y de nuestros estandartes; y a nuestra familia permítele rezar en las iglesias de nuestras ciudades y nuestras aldeas, y a nuestros hijos, en nuestras tumbas. Y así sea tu voluntad y no la nuestra. –Amén.”[8]

Los libros de la nación polaca y los peregrinos polacos son el mejor testimonio de la idea mesianista polaca romántica y de la concepción nacional polaca. Por tradición, el estado de Polonia era inseparable de la religión católica. El estado era casi algo santo algo sagrado y este sentimiento de lo sagrado, aún se intensificó, cuando Polonia dejó de existir. El mesianismo quería ver en la nación un ser colectivo que abarcara a los seres individuales, todos los polacos y, como ser humano y cristiano, a través del dolor y sufrimiento que de cierto modo se podían interpretar como liturgia y práctica religiosa; la Patria también iba a resucitar. El mesianismo era una religión nacional que respondía al pueblo humillado por los repartos y los levantamientos ahogados por la fuerza de los ocupantes. Era la reacción a la filosofía de la derrota. Era necesaria la justificación histórica de su posición geopolítica poco favorable, y resulta comprensible la exageración en el papel de la misión que tenía que desempeñar Polonia en el continente europeo. No podemos considerar estos textos como libros de historia, son páginas que defienden la relación de la moral con la convivencia social y política.

De la misma época proviene el libro de lectura obligatoria para todos los polacos, Don Tadeo. El poema comienza con la célebre invocación: “Lituania, Patria mía, tú eres como la salud, cuánto hay que apreciarte, sólo sabrá  el que te perdió.”[9]

Las páginas del libro entrelazan la historia de la época de Napoléon con la vida de la familia tradicional polaca. El lector se deja cautivar por la belleza del lenguaje, la frescura de las descripciones de la naturaleza, por los conflictos y suspensos que surgen en la trama, por los modelos sociales de los personajes y, sobre todo, por el despliegue de los sentimientos patrióticos. Czeslaw Milosz, el Premio Nobel de 1980, subraya que Don Tadeo es la última epopyea en la literatura universal[10].

Mickiewicz dictando su cátedra de las literaturas eslavas en el Colegio de Francia, logró difundir como nadie antes la historia de la cultura eslava. Uno de los aspectos que  desplegó la siguiente visión: „Las gentes del pueblo son las que sufren, las que languidecen, las que son libres en espíritu y que no vienen con haces de sistemas ya constituidos… estas clases –las capas superiores de la Iglesia– han abandonado la cruz; no querían sufrir, han hecho siempre todo lo posible para evitar el sufrimiento y se han encerrado en los libros, en la teología y en las doctrinas. Todos sabemos que es fácil creer y argumentar que decir sinceramente la verdad y sufrir por defenderla. La fuerza nace solamente del sufrimiento… Por lo tanto el que desee ser un creador en el arte o bien un jefe en la política, debe necesariamente identificarse en espíritu con las masas que sufren y que lnguidecen  en espera del porvenir. ¿Cuál debería ser por lo tanto el sufrimiento de la Iglesia? Un dolor idescriptible que San Martin  llamaba la agonía profética, es muy diferente de los sufrimientos del artista, o bien del sufrimiento individual: es un dolor que uno solo soporta por millones de hombres. El que no está preocupado sino de su propia salud, es incapaz de soportar tal sufrimiento”[11]. Merecería exponer muchos más aspectos y méritos de Mickiewicz, pero se trata únicamente de señalar algunos que pudieron influir en la formación estética y el pensamiento de Karol Wojtyla.

 

Juliusz Slowacki

(4 IX 1809- 1 IV 1849)

 

¿Cómo presentar a un genio como Juliusz Slowacki en unas frases? Es una tarea imposible.

A pesar de su corta edad (murió de la „romántica” tuberculosis) y la salud muy precaria, dejó una creación literaria inmensa, no solamente por la cantidad de títulos y de géneros, sino, sobre todo, por la dimensión de su estética y de su pensamiento. Es una obra considerada como muy densa en ideas filosóficas y religiosas cuya evolución mística era firme y unitaria, en función de su profundo catolicismo.

Es considerado como el gran renovador del polaco literario, entre otros, por introducir los neologismos, manejar una rica simbología, otorgar nuevos matices al significao de las palabras. Recurría a menudo de modo sorprendente a lo grotesco, la ironía. Sus depliegues de la fantasía y de la imaginación resultan inigualables.

Dejamos al lector tres muestra poéticas de la creación de Slowacki. La primera son unos fragmentos del poema Beniowski, Canto V:

 

…”Quiero que la lengua flexible a que aspiro,

                        Dijera todo lo que piensa la cabeza:

                        A veces sea cual el relámpago claro y rápido,

                        A veces triste como el canto de la estepa;

                        A veces tierna cual de las ninfas el quejido,

                        A veces como el habla de los ángeles bella.

                        Que sobrevuela todo con alas de un espíritu animoso

                        La estrofa se rije por el ritmo y no por un desveno poderoso”…

                        (…)

                        …”Y si aquel Juan Kochanowski viejo

                        Se levantara de su tumba, hubiera comprendido

                        Que escucha de un poema celestial el eco

                        Y que en la ultratumba sus tilos hacen el nido

            |           Que oye antiguos versos con el ritmo regio

                        En el habla que él mismo había construído.

                        Después, hubiera reido con alegría y el pensamiento grato

                        Que ni en el ataúd he olvidado el polaco”…

                        (…)

                        …” Oh Dios!  ¿Quién no te sintió en Ucrania admirable?

                        En sus campos azules, cuando su espíritu está afligido,

                        Cuando está recorriendo las llanuras interminables

                        Con el himno al viento, y con alas ha removido

                        Las cenizas y la sangre derramada del suelo ensangrentadas

                                   por los tártaros inexorables,

                        Y el sol dorado con sus rayos los polvos habrá subido

                        Hacia el cielo, que se ha vuelto rojizo y nublado,

                        Como el disco negro con ojos ensangrentados.

 

                        ¡Oh Dios Todopoderoso! quién nunca te estaba contemplando

                        En la gran estepa ante el sol casi agonizante

                        Cuando las bases de las tumbas, y las cruces se están ampliando

                        Y parecen sangre, o más bien, fuego llameante.

                        Allá lejos el mar de los matorrales está retumbando,

                        Los sepulcros llaman con voces horripilantes;

                        La nube de langostas como el arco iris fúnebre huye

                        La guirnalda de las tumbas poco a poco se diluye.”

 

Las estrofas permiten apreciar su amor a su Patria Polonia y a su patria chica, Ucrania, su compleja y dramática historia y los altos ideales. El yo lírico subraya su descendencia del gran vate renacentista, Kochanowski. Mas, por encima el poeta aspira a glorificar a Dios. Desde luego, resulta fácil percibir el rico vocabulario y su flexible y armonioso estilo, al lado de una imaginación que ofrece escenas pictóricas de fantasía.

 

La misma actitud se reafirma en otro poema, Mi testamento:

 

                        “Pero ustedes quienes me han conocido pasen este recado

                        Que para la Patria dedicaba todos los años míos

                        Mientras el navío luchaba, en el mástil estaba yo sentado,

                        Y cuando se hundía, me fuí a pique con el navío…

                        Algún día llegará, cuando alguien habrá meditado

                        Sobre mi pobre Patria, y su destino ominoso,

                        Y que el vestido de mi espíritu no fue mendigado,

                        Sino de los fulgores de mis antepasados esplendoroso.

                        (…)

                        Cuanto a mí, dejo aquí mis amigos y su acompañante

                        De los que lograron querer mi corazón orgulloso;

                        A Dios obedecí y le rindo cuentas de mi cumplimiento,

                        Y tengo aquí mi ataúd sin quejas ni sollozos.”

Himno

                        “Madre de Dios, Virgen,

                        Escúchanos, Madre Divina,

                        Es el canto de nuestros antepasados

                        Brilla la aurora de la libertad,

                        Suena la campana de la libertad,

                        Crece el arbusto de la libertad,

                                   Madre de Dios!

                        Lleva ante el trono del Señor

                        El canto del pueblo libre.”

 

De los diez dramas de Slowacki mencionemos, por lo menos, tres. El protagonista titular de Kordian (1834) es la personificación de los revolucionarios polacos que, después de la derrota, cuestionan a sí mismos, a los demás y al destino: ¿quié tiene la responsabilidad y cómo hay que asumirla? El mismo Kordian, desgarrado en su espíritu, no encuentra sosiego para su existencia. Balladyna (1835) es un drama en que se hallan todas las técnicas del teatro de la época y, al mismo tiempo, recoge las leyendas del folclore polaco. Balladina asesina a su propia hermana para alcanzar la riqueza. Atormentada por la conciencia reconoce su fracaso. En Mazepa (1840) Slowacki retoma a uno de los aventureros históricos más populares en Europa del siglo XVII quien llamó la atención, por ejemplo, de Voltaire, Víctor Hugo y Lord Bayron. El noble polaco de Ucrania forma un tiángulo amoroso cuyo desenlace trágico recuerda los amores típicos del romanticismo. Todos los dramas de Slowacki, también los que no alcanzamos a nombrar, están muy arraigados en el espíritu polaco y son considerados piezas clásicas en el teatro nacional. En todos ellos se manifiestan los dilemas éticos. Tampoco faltan los sentimientos de nostalgia por la patria o por su terruño ucraniano, a veces manifiestos, a veces de forma metafórica. Conviene recordar que Karol Wojtyla actuó en sus años de colegio en los dramas Balladyna y Kordian. Desde los años treinta, en la creación de Slowacki se intensifica la presencia religiosa y hasta mística. Esta visión se refleja en su poema en prosa Génesis del Espíritu (1844). Es allá que aparece la famosa frase que es como un axioma: „todo es creado por y para el Espíritu, y nada existe para el fin corporal”. El autor asumía su papel de vate que le exigía señalar los caminos de la nación y del futuro de la Patria. Relacionaba estrechamente sus palabras con la Palabra de Dios. En la época del romanticismo, los triunfos verdaderos en la poesía polaca los llevaban incuestionablemente Mickiewicz y Krasinski. Los contemporáneos no entendían la originalidad de la obra de Slowacki. Fue Cyprian Kamil Norwid quien, en sus famosas conferencias en 1860 pronunciadas en París, creó la famosa triada de los vates.  nacionales. Igualmente, conviene recordar que, en la cultura polaca se oyen a menudo las palabras de Norwid que definen a Slowacki como el creador del „idioma de las transfiguraciones sociales”.

 

Zygmunt Krasinski

(12 II 1812 – 23 II 18 )

 

Zygmunt o Segismundo Krasinski, hijo de aristócratas polacos de linajes antiguos y parentescos con casas reales, como romántico vivía profundas tribulaciones existenciales, causadas por las circunstancias históricas y familiares que tuvo que vivir. Los privilegios también le acarrearon rechazos y cuestionamientos de sus colegas de estudios. Por otro lado, toda la vida fue una persona de salud muy frágil y extremadamente sensible. Todas estas razones confluyeron a una personalidad intuitiva, de gran cultura, ideas profundas y abiertas, así como de la mente perspicaz. Estudió y presenció varias revoluciones y trató de descifrar sus fines y sus alcances.

La obra magna de Krasinski es La No Divina Comedia. El título mismo evoca a Dante, tan admirado por los románticos, pero hay que reconocer en la visión teatral se percibe la admiración por Shakespeare y Calderón de la Barca. La No Divina Comedia refleja el infierno de la revolución. El protagonista, el Conde Enrique desea el bien, per se siente impotente ante el mal; peor, por miedo se siente forzado a defender el mal. La revolución trae nuevos crímenes, abusos, la injusticia. Las atrocidades segundan los fraudes, las usurpaciones, más crueldades… Parecería que el autor critica la revolución, pero no es así. Pancracio quien quiere cambiar el orden, se guía por la fe, quiere cumplir su misión. En la última escena, Pancracio cae y emite el último grito: „Galilee vicisti”. El drama sugiere que los revolucionarios no son los verdaderos culpables del derrame de la sangre.

Krasinski desarrolla una especie de teodicea de la revolución. No fue el único que aspiraba a cristianizar la revolución. El tema fue estudiado a lo largo del siglo antes y después de publicarse  La No Divina Comedia. El autor leyó Schiller, Schlegel, Ballanche, Guizot, Quinet, Carlyle. Después, ahondaban esta problemática Lamartine, Blanc, Michelet, Renan.

Uno de los críticos de la obra de Krasinski resume: „La Comedia es es un drama sobre la persona humana, sobre una generación ´sin corazón´,sobre un mundo en desorden, sobre un mundo moral en desorden. Es un drama sobre los desarraigados – sobre los seres que han perdido, unos y otros sus raíces morales sobre la vida colectiva y de la vida individual (…) Krasinski vota en favor del corazón y de la cristianización del orden social y político. En esto continúa una bella y larga tradición del pensamiento en Polonia”[12].

En Francia, la problemática de la revolución y la presencia de Dios en la literatura se intensificaron después de la No Divina Comedia. En Francia, retomaron el tema los poetas de la talla de Víctor Hugo, Leconte de Lisle, Villiers de L´Isle Adams. También en Rusia consignaron sus reflexiones sobre este tópico los autores como Dostoyevski: Leyenda del Gran Inquisidor, Belyï: La Resurrección de Cristo y Alejandro Blok: Los doce.

Para enlazar el panorama de poetas, aprovechemos las palabras escritas de Krasinski en una carta escrita a Delfina Potocka, cuando describió unos comentarios de Norwid „Los encarcelamientos, juicios, grilletes, condenas a Siberia, ianudibles heroismos y martirios” (…) „Imagínate que desde cuando terminó su educación, hace como seis años, contó, nombre por nombre, doscientos condiscípulos, casi todos con quienes se conocía y estudiaba, desterrados a Siberia, muertos en Citadela o por el camino”[13].

 

Cyprian Kamil Norwid

(24 IX 1821 – 23 V 1883)

 

Cyprian Kamil Norwid fue el poeta más admirado por Karol Wojtyla maduro, lo cual se puede comprobar por las reiteradas citaciones de su poesía en las enseñanzas pontificias de Juan Pablo II. Una de ellas es „La belleza sirve para entusiasmar en el trabajo, el trabajo para resurgir” que aparece, en la Carta de los artistas. Este bello verso del poema Promethidión, yo lo terminaría más bien con „el trabajo para alcanzar la resurrección”[14]. También de Promethidion provienen estas líneas: „El artista nacional organiza la imaginación así como, por ejemplo, el político nacional organiza las fuerzas del estado”.

En toda su obra se aprecia una gran coherencia entre los postulados teóricos y su ejecución. Dominaban su propósito de autenticidad, su apego a la realidad vivida y de la afirmacón de la verdad. Para apoyar estas observaciones citemos algunos ejemplos del mencionado Promethidión, escrito a finales del año 1851. El poema tiene un subtítulo: „Asunto en dos diálogos y un epílogo”. La forma dialogada de los textos norwidianos es muy representativa; también la encontramos sus ecos en la creación de Karol Wojtyla.

Para comprobar la mencionada coherencia, acudamos a la muy diciente y representativa siguiente cita, tomada de sus palabras dirigidas al lector:

 

„En el primer diálogo se trata de la forma, es decir de la Belleza.

En el segundo del contenido, es decir del Bien, y de la luz de ambos, la Verdad”[15].

 

En este breve aviso se refleja toda su concepción condensada de su arte. En el fragmento que sigue, queremos destacar la entrega del poeta a la causa patria:

 

„¡Oh Polonia! No veo las líneas de tus fronteras,

No tienes nada, sino la voz –  ¡tan pobre!

Mas existes –  tú eres la hija de la opinión,

Tú eres la voz que que es – la voz de Dios.

¡Oh Polonia! – tu confesión es la profecía,

Porque hoy eres la única voz en el desierto ”.[16]

 

La estrofa del segundo Diálogo de Promethidión: Wieslaw demuestra esta permanente búsqueda de la verdad y del espíritu. Los románticos polacos, también Norwid veían en su Patria, que desapareció del mapa geopolítico de Europa, el papel del Mesías de las naciones que iba a traer la justicia y redimir a los oprimidos. Aprovechemos también este fragmento para destacar el uso frecuente de los signos de puntuación, especialmente, la „raya” o el „guion largo” que se usa para los incisos y para señalar el diálogo. Es evidente en estos pocos versos el propósito arístico de la coherencia de la forma y del contenido.

 

El Promethidión, como toda su creación del bardo, evidencia la permanente busca del perfeccionamiento estético de la forma. Si los dos diálogos están escritos en verso libre el Epílogo de Promethidión consta de poemas en prosa. Subrayemos este aporte innovador. Si bien es cierto qu podríamos buscar antecedentes de poemas en prosa, se admite universalemente que fue Charles Baudelaire quien consacró el nuevo género con su publicación en 1962. ¡Norwid ya lo hizo en 1851! Más de una década antes. También hace inquietar otra coincidencia artística entre ambos autores. Norwid editó las Flores negras y las Flores blancas en 1857, respectivamente, en enero y en marzo; a su vez, Baudelaire, lo hizo con sus Flores del mal el el 25 de junio del mismo año. Los tres tomos une el afán estético profundamente innovador. Norwid apostaba por el valor del silencio y el pathos, en oposición a lo cotidiano y lo escandaloso del poeta francés.

Retomemos la tercera parte, el Epílogo de Promethidión  que comienza:

 

I.

La palabra –  es el testamento del acto; lo que no se puede llevar con el acto, se ensaya con la palabra –  se transmite; Solamente este tipo de palabras son necesarias y solamente ellas resucitan en el acto –  todas las demás forman una fraseología más o menos sabia o una necesidad mecánica, si no son la clave del arte.

 

II.

Cada nación llega por otro camino a la participación en el arte; cuantas veces llega por el mismo que las demás, entonces no es ella ue le llega , sino es el arte que le llega, y es una planta exótica, y no hay allá un lugar para los artistas…  Aún es así en algunas partes”[17].

Norwid fue un polígrafo y, en este momento, no es posible enumerar toda su creación. En su legado artístico hallamos una abundantísima poesía lírica en varios géneros literarios. De entre los poemas, además de Promethidión, señalemos por lo menos: Pompeya, Epimenides, Quidam, Clave de la libertad de la palaba, Niewola/Esclavitud.

En sus títulos para el teatro se encuentran, entre otros, las comedias Noc tysiaczna druga/Mil y dos noches, Milosc-czysta u kapieli/ Amor puro en el baño; tragedias Pierscien wielkiej damy, czyli ex-machina-Durejko/ El anillo de la gran damao Ex-machina-Durejko y Krakus, ksiaze nieznany Krakus, el príncipe desconocido; tragedia histórica Kleopatra i Cezar/ Cleopatra y César. Su prosa nos ofrece todo un abanico de géneros literarios; relatos, novelas cortas, sátiras, cuentos ensayos, estudios, monografías, memoriales, artículos, etc. En todas estas páginas abundan reflexiones filosóficas, psicológicas o costumbristas con una mirada perspicaz, un tono adecuado a las circunstancias, desde el humor sarcástico hasta la ironía. También dejó insuperables y extensos fragmentos de las traducciones de la Odisea de Homero y de la Divina Comedia de Dante. El número incontable de cartas constituye una fuente de información fidedigna e inusual.

La creación literaria de Norwid no fue muy bien recibida por sus contemporáneos, aunque no faltaban manifestaciones de muy alto aprecio. „Quien quiere entender al poeta, debe ir a su país”[18] escribió Goethe. Si el contexto cultural pudo ayudar bastante, no cabe duda de que Norwid se adelantó con su pensamiento y su estética por varias generaciones. Tuvo mucha razón el profesor Stefan Sawicki, uno de los más versados conocedores de la obra de Norwid, cuando tituló uno de sus estudios Norwid desde el punto de vista de sus bisnietos[19]. Muy cierta es también su siguiente apreciación:

„Su destreza para hablar sobre los asuntos de la fe –de manera tan profunda que sobrepasa los esquemas establecidos- es cercana a los cristianos contemporáneos, que buscan el lenguaje adecuado a la realidad postconciliar de la Iglesia”[20].

Stanislaw Wyspianski

(1869 -1907)

Wyspianski fue un visionario quien renovó el teatro[21] Su ensayo sobre Hamlet con ideas renovadoras para el teatro contemporáneo, es un clásico que influenció, por ejemplo al teórico del teatro como Jan Kott, a los dramaturgos de fama mundial como Grotowski y Kantor, así como al cineasta Andrzej Wajda.

El drama más reconocido es Wesele / La boda (1901). Su impato en la conciencia nacional y en la vida cultural fue tan fuerte que los ocupantes austro-húngaros prohibieron el libro. El drama resulta ser todo un universo simbólico en que, en las escenas realistas desfilan personajes simbólicos que parecen analizar el pasado patrio. El análisis histórico no se limita a la reflexión sobre el país, porque su verdaero objetivo es pensar y hacer pensar sobre la existencia humana y su contexto personal y sociocultural.

Los dramas, por lo general, trataban temas de historia polaca: Warszawianka / La Varsoviana, Legion, Noc listopadowa, Wyzwolenia, Skalka, Zygmunt August, pero también de la historia universal, especialmente  en relación con la mitología griega: Protesilas y Leodamia / Protesilao y Laodamia, Meleager / Meleagro, Acrópolis, Powrót Odysa / Retorno de Odiseo. El dramaturgo no solamente registraba a los personajes, sino sabía darles rasgos humanos, con todas sus particularidades, dimensionarlos para que puedan convertirse en referentes en la conciencia de las generaciones venideras. Su visión histórica se convertía en una especie de fe mística, de amor por la Patria. Wyspianski insistía en que las tragedias y la sangre derramada en los siglos pasados no ocurrieron en vano, eran testimonio de heroismo y retos para el futuro, transmisión de las experiencias de los antepasados a los bisnietos.

Unos años antes de su muerte, Wyspianski anotó un esbozo del drama que planeaba escribir: “Castillo San Angelo. La revolución obrerea ya ha invadido todo el viejo mundo, ha dispersado a todos los reyes y a todos los aristócratas. Los últimos se han refugiado aquí con el jefe de la Iglesia. Los revolucionarios al frente de los cuales se encuentra un joven jefe, sitian el Castillo y no cesan de atacarlo. A pesar de la insistencia de los conservadores, el Papa no da la orden de disparar sobre los asaltantes. Al fin cede y ordena hacer uso de los cañones. Los asaltantes trepan por los muros, conducidos por su jefe. Aparece éste delante del Papa y su rostro es el de Cristo”[22].

El famoso profesor de filología polaca, Stanislaw Pigon, en memoria de los 50 años del fallecimiento de Wyspianski, pronunció el discurso inaugural del año académico, titulado Spiewak wielkosci narodu / Cantor de la grandeza de la nación[23].

Jan Kasprowicz

(12 XII 1860 – 1 VIII 1926)

Jan Kasprowicz fue una personalidad sorprendente para la época. Hijo de campesinos logró estudiar  filosofía y literatura en las universidades de de Wroclaw y Leipzig. En la Universidad de Lvov enseñaba como profesor y hasta fue rector. En el período de entreguerras fue reconocido como vate nacional.

En la poesía incorporaba la lírica coral y siempre daba su testimonio de compromiso social y nacional. El poeta recorrió el camino de la poesía filosófica y religiosa del más alto nivel universal. Cuando sus contemporáneos buscaban el remedio al mal en el pensamiento de Schopenhauer, Kasprowicz, sin ser místico, ahondaba en la tradición cristiana y en el amor incondicional e infinito de Dios que ayuda a superar toda miseria humana. Czeslaw Milosz, Premio Nobel de literatura de 1981, anota: «la originalidad de Kasprowicz consistía en unir las antiguas lamentaciones religiosas campesinas con sus propias reflexiones filosóficas”[24]. En la obra del poeta las imágenes muy plásticas de la naturaleza – al final de su vida, especialmente de los montes de los Tatras – contribuyen a la ambientación que despierta sentimientos y evoca recuerdos. Las reflexiones a menudo nacidas de la profunda soledad buscan la belleza y la perfección de la expresividad artística. La intimidad y la contemplación, el misterio, lo metafísico, lo sobrenatural y la magia se entrelazan permanentemente. No puede sorprender que el joven Karol Wojtyla, nacido cerca de los Tatras y desde muy joven atraido por la literatura y la filosofía, refleja en su creación la fascinación que le causaba la lectura de estos versos.

 

LOGOS

(Rapsodia)  etym. rhaptein – zszywać, oide – pieśń

Logos o una rebelión en contra de los rebeldes

 

La poesía de Karol Wojtyla – Juan Pablo II despierta cada vez más interés y la historia de la poesía universal le está abriendo sus puertas. La obra wojtyliana ocupa ya un puesto relevante entre la poesía filosófica y la poesía religiosa del siglo XX. Crece el número de traducciones a distintas lenguas del mundo, en las antologías aparece su nombre y sus poemas. Muchas veces sus versos son objeto de citaciones o de reflexiones en los ensayos literarios. El poema Logos, comentado en estas páginas ocupa un lugar singular en la creación de Karol Wojtyla. El poeta lo escribió en la primavera de 1939, es decir a la edad de 19 años. La Musa inspiró al pequeño Lolek desde muy temprano, a los 13 años; hay testimonios que debutó en Dzwoneczek Campanilla), una especie de magazín para niños que circulaba junto con el periódico Dzwon Niedzielny (Campana del Domingo), No.37 de 1933. Ya algunos compañeros de estudios del Colegio recuerdan sus poemas y también sus colegas  universitarios evocan los motivos folclóricos y legendarios de la región cracoviana, pero también las alusiones a la sensibilidad social de Wojtyla sobre las circunstancias que vivía la nación que recuperó su independencia y estaba reconstruyendo el país[25]. Lamentablemente, los textos de los poemas no se conservan y solamente quedó el título del poemario: Ballady beskidzkie (Baladas de los Beskidy). Es importante recordar, igualmente, la incursión pública  del joven Karol cuando el sábado 15 de octubre de 1938, junto con otros poetas, presentaron un recital de sus poesías en la Casa Católica de Cracovia[26].

La traducción presentada en este libro es la primera versión de Logos, publicada en español. Conviene también señalar que el texto, a pesar de ser escrito antes de la II Guerra mundial, fue divulgado apenas a finales del siglo XX. La poesía juvenil de Wojtyla se conoce bajo diferentes títulos y en distintas versiones: 1. Sonety. Magnificat (Sonetos. Magníficat), 2. Psalterz. Ksiega slowianska (Salterio. Libro eslavo) y, finalmente, 3. Renesansowy psalterz (Ksiega slowianska) (Salterio renacentista (Libro eslavo)). Fue Stanislaw Dziedzic quien tiene el mérito de dar a la luz pública estos significativos versos en 1995. Él también promovió la versión segunda que apareció en 1996. La tercera versión fue editada en 1999 por Marek Skwarnicki quien fue autorizado por Juan Pablo II a dar la versión final de los poemas incluidos en el libro. Al contrastar cada una de estas publicaciones, hay que reconocer que todas contribuyen con una valiosa información que enriquece el análisis de su contenido y facilita una verdadera riqueza paratextual[27].

Logos es una obra que testimonia el genio precoz de su autor. Se suele aceptar erróneamente que los genios tienen que ser una encarnación de herejía, de rebeldía, de transgresión. Deben chocar al lector por sus planteamientos o, por lo menos, sorprenderlo. Este es el cliché que circula desde el siglo XIX y promueve la inconformidad, el rechazo, la angustia y la desilusión de la vida. En este sentido, el genio literario supuestamente está llamado a cuestionar la realidad y regocijarse con lo más abyecto que pueda identificar en su existencia o detectar en el comportamiento de los que lo rodean. Esta obsesión negativa y unilateral a menudo no deja apreciar el bien y la belleza que también nos rodean. Muchos jóvenes se dejan seducir por estos planteamientos para no perder la oportunidad de entrar a los círculos de los ya iniciados y no quedar excluidos. El lugar común de artista maldito o renegado, aunque lánguido, todavía sigue rondando y recoge cosechas.

Es llamativo que la madurez del joven Karol se opuso a las actitudes de moda y el poeta recurre de modo creativo a las riquezas de la tradición literaria cristiana y, al mismo tiempo, contribuye con su propio arte a su continuidad. Vale la pena señalar que sus colegas de estudios de filologìa polaca en la Universidad Jagellona – en la época cuando escribió este poema – se sorprendían por la cantidad de volúmenes y de los nombres de los filósofos de la época que ellos desconocían, pero que se encontraban en la biblioteca del futuro Papa[28].

Casi sesenta años después, Juan Pablo II recordó: “A propósto de los estudios, deseo subrayar que mi elección de la filología polaca estaba motivada por una clara predisposición hacia la literatura. Sin embargo, ya durante el primer año atrajo mi atención el estudio de la lengua misma. Estudiábamos la gramática descriptiva del polaco moderno y al mismo tiempo la evolución histórica de la lengua, con un interés particular por el viejo tronco eslavo. Esto me introdujo en horizontes completamente nuevos, por no decir en el misterio mismo de la palabra”[29]. El poema Logos es una prueba de esta fascinación creciente por la palabra y la lengua que vivió el estudiante Wojtyla.

Desde esos años el futuro Papa concebía el arte como una expresión de la vida interior que tenía que cumplir con particulares funciones sociales. En los trágicos años de guerra, en 194  , escribió en una carta a su amigo Mieczyslaw Kotlarczyk:  “Yo en estos versos simplemente estoy aprendiendo a hablar, antes de que comience a conversar” escribió a Mieczyslaw Kotlarczyk en la carta del 14 de noviembre de 1939.

No cabe duda de que el texto de Logos sorprende por su dominio literario, su madurez filosófica y su profundidad teológica. Las tres partes constitutivas se compenetran de modo inseparable, constituyendo una expresión lingüística única, cargada de valores éticos y estéticos que refuerzan mutuamente su significado. El texto consta de 28 octavas de versos libres. En la primera línea del poema el yo poético manifiesta la circunstancia de que “Escucho las confesiones vespertinas del jardín”. No cabe duda de que es un acto de contemplación. Sobra aclarar la pregunta que surge inmediatamente: ¿Qué es la confesión? Es este acto de declaración o manifestación de las ideas o de los hechos en que se reconoce la importancia de ellos, sintiendo una razón o una motivación que los hacen declarar. Frecuentemente tiene su fondo religioso y se caracteriza en su ejercicio por los sentimientos de intimidad. Pero, si son muy válidos todos estos discernimientos, hay que subrayar que el poema es lírico en su esencia. Desde el inicio se crea un ámbito particular que convierte el yo en una conciencia receptora y, a la vez, emisora; siempre activa, que ejerce su libertad y afirma su racionalidad individual.

En el poema, el yo poético presta su oído para escuchar las confidencias y con sus ojos observar mejor la realidad que lo rodea, para aprehenderla con todo su ánimo hasta donde lo permita asumir su vida interior. Es preciso destacar la actitud que asume el protagonista poético. Está abierto al contorno y, al mismo tiempo, interioriza sus percepciones en función del origen de la creación. Lo observado refuerza en él la convicción de que al principio fue el Verbo y permite promover las asociaciones por analogía. Se encadenan reflexiones con el fondo teológico. El pensamiento dominado por el ambiente del atardecer, se inspira en la realidad y evoca las granjas, los surcos y los vados, siempre con epítetos de alta apreciación y en cuyo fondo abraza la concepción de la filiación divina. Si bien es cierto que su contemplación se identifica con la oración, el yo poético, emocionado por el impacto de la naturaleza divina, llega a sentir un estado místico que hasta le causa el sollozo.

Por otra parte, la limitación de la expresión verbal obliga al poeta a reconocer que existen contenidos sentidos, casi palpables, pero misteriosamente silenciados y que imponen una lamentación, a pesar de que despierten un perceptible levantamiento espiritual. Estas contradicciones provocan una actitud de no aceptación de las restricciones de la condición humana y, al mismo tiempo, exigen un reconocimiento de la importancia de la humildad que abraza finalmente el poeta.

Conviene aceptar que el escenario del jardín abarca dos espacios semánticos, uno ideal y el otro de origen realista. Por un lado, alude indudablemente al paraíso bíblico y por el otro, se extiende a la naturaleza de toda la tierra. En estas circunstancias, el yo poético concibe la Palabra como el enlace de ambas dimensiones. Se puede afirmar que Karol Wojtyla proyecta su creación literaria como un testimonio de la experiencia y de la recepción de la fe. ¡Cómo no recordar en este momento que el joven Karol, junto con su padre, recorría a pie y con entusiasmo la región de su natal Wadowice, caminando entre los campos, penetrando los bosques y escalando las montañas! Esta costumbre turística la conservó hasta los últimos años de su Pontificado. Siempre consideraba la naturaleza como una fuente fidedigna de la contemplación.

Regresemos a otro aspecto inicial más que repercute ostensiblemente en la interpretación del texto. Se trata del impacto del tiempo. Las confesiones son vespertinas, es decir, ocurren al final de la tarde, para cerrar el ciclo del día con la noche que cubre con su oscuridad el paisaje e impone sus efectos de inseguridad, inquietud, tristeza, nostalgia, quizás hasta la confusión. Surgen los cuestionamientos sobre el retorno esperado del sol y, por analogía, el sentido de la existencia, dentro de su grave e inquietante misterio.

El motivo de crepúsculo aparece en varias oportunidades, en algunas estrofas, como en la II, hasta dos veces:

 

II

El poeta susurra la oración vespertina,

pide el alcance gótico de sus pensamientos,

suplica por la palabra del milagro: Effeta –

para que se abran las puertas en el tiempo,

con el fin de poder escuchar en los minaretes

las rogativas vespertinas, en la belleza infantil

  • y pueda escuchar el mito de la Palabra,

durante esta cena, la del Cordero.

y

“– por esto aprendo el habla vespertina

de los salmos penitenciales israelitas” Estrofa IV

y “Las palabras sacrificiales necesitan a un sacerdote” Estrofa VIII

 

Reflexión sobre el papel de la palabra en el ejercicio del ministerio sacerdotal.

Si bien es cierto que al principio el poeta escuchó las confesiones del jardín, su contacto con la naturaleza se volvió proactivo e inspiró su conciencia para entender el sentido de su vida. Para lograrlo acude a la oración. Necesita una mayor relación con Dios. Al modo de los arquitectos medievales quiere elevar al cielo, al prodigioso estilo gótico, sus imploraciones para comprender en su plenitud el misterio de la Palabra, superando las fronteras del tiempo y las diferencias del culto que, por ejemplo, practican los musulmanes, pero, sobre todo, para ahondar en el significado de la Última Cena.

En esta segunda estrofa invoca la antigua fórmula romana de los augures durante la consagración de los templos, también practicada por Jesucristo, de pronunciar las palabras griegas: effata ábrase y tocar la oreja y la lengua con el objetivo de concientizar el poder milagroso de la sanación gracias al cual los sordos puedan escuchar y los mudos puedan hablar. En el catolicismo, la expresión de Effeta, desde los tiempos remotos, está relacionada con el rito de bautismo, recordando los milagros de Jesús, con el fin de que los catacúmenos se puedan abrir a la realidad sobrenatural, escuchar la palabra y confesar su fe para la gloria de Dios. El poeta reitera su deseo de la cercanía divina y concibe la palabra como un verdadero fenómeno intermediario entre Dios y el hombre.

 

III

Quiero ver el fuego de los fogones,

vivir en los escoriales, con la palabra de los míseros

  • sus ojos nunca captan los sentimientos

de la gracia del verde, sino deben soñar,

cubiertos por las neblinas, como el Fénix

enterrados en la noche, la cara entre las cenizas –

Sus palabras serán oscuras como el carbón

Debo recogerlas, tender como un arco

 

Si bien es cierto que el poeta desea sentirse un hijo de Dios, fiel y entregado, también experimenta la solidaridad con sus prójimos, humillados, muchas veces desamparados, privados de las circunstancias que dignifiquen su existencia, desconociendo la condición de personas humanas y los derechos que les corresponden. Cual esclavos, obligados a trabajar solamente, a vivir en la miseria, a reducirse al hostil mundo material en que no pueden conocer la gracia de la vivificante naturaleza y, por ende, sólo presienten el llamado divino, lo sueñan. Rodeados de tinieblas, desconocen la luz y sus palabras son “oscuras como el carbón”. El poeta las conoce porque quería verlas, porque su sentido fraternal le recuerda la importancia de la libertad y de la justicia. También sabe que en estas palabras relegadas que usan los míseros existen un poder. Lo importante es reconocer que en cada palabra hay poder, fama, bendición o plaga y hay que saber discernirlos y saber usar. El poeta quiere llevar la verdadera palabra libertadora, pero presiente que en su atrevido acto puede ser sacrificado. A pesar del miedo, su sentido del deber y su valentía lo empujan a cumplir su compromiso.

En esta línea de reflexión de amor de Cristo, el joven Karol vive plenamente los sentimientos de solidaridad con los prójimos desafortunados. Su vida, ya en ese entonces, es una experiencia heroica de la virtud de misericordia. La actitud de entrega a Dios le facilita el acercamiento comprensivo al otro[30]. El camino humano que traza en la poesía es el camino que conduce a la búsqueda y la práctica de la santidad. El texto no solamente puede ser interpretado como una postulación de ideas, sino igualmente como una muestra de la integridad personal del joven poeta mismo.

Para pedir la ayuda sobrenatural retoma los salmos penitenciales israelitas. Conviene subrayar la partura religiosa del poeta. Declarado católico, entre otros, en su deseo de comprender la Cena del Cordero, también trata de entender al Judaismo y el Islam. Ciertamente, en los confesos de los otros credos ve a los sucesores de Abraham, padre de las tres religiones. Esta idea manifiesta en su temprana juventud le estaba muy cercana a lo largo de toda su vida. Su Pontificado lo testimonió en repetidas ocasiones.

La palabra tiene poderes infinitos y a veces es capaz de enfrentarse a los otros poderes que enaltecen o destruyen. Sin embargo, el yo poético quiere usar la palabra para responder a su verdadero objetivo y su única fuente: ser cantor de la Gloria Divina del Amor.

La palabra es el verdadero enlace entre el cielo y la tierra., tanto en su dimensión espiritual, cuanto en su dimensión material. En este sentido, Wojtyla concibe la palabra como un obelisco que es una de las primeras y más bellas construcciones monumentales que fue capaz elevar el hombre. La arquitectura de la palabra erguida corresponde a la comunicación con Dios y se materializa por medio de la roca labrada. La palabra, igual que el obelisco, soporta las inclemencias del tiempo porque deriva de la eternidad y en ella se realiza fielmente. Conforme al estilo gótico quiere contribuir a la divulgación de la Gloria Divina.

 

Los cielos miran los abismos de las oraciones –

Confiesa tu alma en el confesionario,

Y en el Sacramento serás digno

del mito de la Palabra. Los coros lamentarán

y en la seo llena de oraciones de la Palabra

verás el mito gótico en la Gloria Divina.

Cuando los ángeles lleven el libro,

lanzarás a los cielos un espectro blanco.

 

VI

Escucho las confesiones vespertinas del jardín,

con la mirada del alma te veo – Palabra,

en unos pisos, niveles y levantes

una fuerza que madruga – como la fruta del Paraíso

poderosa en la historia de la nación humana

–al cielo y a la tierra – a ambas partes

el obelisco elevado de himnos y maldiciones:

un obelisco fuerte, de eterna duración.

 

VII

Desde los apacentaderos nublados en el atardecer

las nieblas se suspenden en el monumento de lamentaciones.

Con la garra clavada en el firmamento,

los gritos de la injusticia ya carcomieron los escombros –

un suspiro quedo, como un ónix caído,

  • con su sello, la noche envolvió los escoriales
  • Vestales con coronas, ofrezcan en los altares

estas palabras como el cordero en sacrificio.

 

VIII

Las palabras sacrificiales necesitan a un sacerdote.

  • Alguien va por el camino en contra de los vientos –
  • ¿Quién eres, anciano, que en la bochornosa noche

de las quejas humanas subes al teathron?

Caminas hacia los pisos de sacrificio –

¿Quién eres, anciano? – Soy hombre-actor.

Los cabellos le cubrían los viejos hombros

y él dominaba la palabra y no especulaba con ella.

 

IX

¡Los invoco, grandes protagonistas!

¡coreutas, los invito al cortejo!

Con la palabra el poeta inventó el drama,

Foibos – lanzó la carga de las flechas luminosas

como la gracia, en la floresta de

las hojas primaverales – no a ustedes, los de la bolsa –

mercaderes gritones, y no a los sacerdotes,

indignos de las gradas del templo sagrado.

 

X

Comenzamos el drama de la Palabra.

Comenzamos la proclama del mito.

En el libro sagrado hay una parábola

  • un tallista la forjó en hierro:

–He aquí a Sí mismo en otra persona

el escultor inspirado, en los rayos de la aurora

labró: Su Pensamiento y Su Palabra –

y con cincel consignó en un empeño de bronce.

 

XI

¡El Escultor Todopoderoso! El nacimiento milagroso

de la palabra en los rayos del poder –

y la Palabra es el amor del Padre,

el milagro supremo de los ojos todopoderosos,

y el continuo conocimiento de Sí mismo,

la Luz del Amor –transparencia dorada,

la Palabra se hizo Carne – la realización,

la semilla terrena de las promesas del Paraíso.

 

XII

He aquí el obelisco arraigado en la tierra

estigma del pie – el viacrucis

la guirnalda radiante encarnada en el cielo

con la copiosa corona de rosas con espinas.

En la Palabra se consumió nuestra salvación,

La que se implantó en el umbral divino y humano –

El Santo Obelisco en un mito crucial

Creció en los azules y en la tierra triguera.

 

XIII

Éste es el mito del libro del castillo –

el cantar de la Palabra – obra del escultor,

de la oculta alma del artista,

aporta con la palabra y con ella pone al rojo vivo –

un místico celestial, la mirada clavada en la llama,

busca las palabras prójimas en las caras humanas

y de estas palabras forja una gran confesión:

toda el ansia de la humanidad por la Palabra.

 

XIV

El alma del artista – un carbón incandescente –

una piedra hecha ascua.

Las palabras, primero, hay que cincharlas

y luego, empujarlas al ritmo del Amor absoluto

– y crear un cantar ígneo

de corazones. Mandar a los juglares

que lleven al pueblo los espectáculos

y la Verdad y la Libertad de las palabras.

 

XV

Escucho las confesiones vespertinas de los arroyos –

las palabras que contemplan las estrellas guardan silencio –

en visiones lunares hay que cambiar las palabras,

que se entrelazarán en el laurel del alma,

palabras que, quizás, se volverán una acusación –

porque hoy cada uno puede confesar

la historia de sus dolores, una rapsodia sangrante

y su propia suerte y la suerte de sus prójimos.

 

XVI

He aquí que se levantan de los surcos sin arar

entre el vertedero de caballones rendidos,

caen las palabras sobre el suelo duro,

cual el bulto de las rocas sin labrar,

como si atacaran el portón del castillo

y rompieran la dura placa de la puerta –

para la ceremonia de la fértil siembra

de los barbechos se puso en marcha el cortejo.

 

XVII

Se levantó de los socavones, de los pozos,

en un delirio lleno de dignidad brotó de las calles,

como un huracán liberado del cepo

para correr a los tribunales dionisíacos,

cual una fuerza suelta de cien ríos

rompió diques, destrozó malecones,

con su poder de erosión ensanchó los lechos,

con un poderío igual al de las torres que tocan el cielo.

 

XVIII

Contuvo en una unidad empírea del ardor.

Este implorante candelabro de cien brazos

–vestido con un sudario blanco para ser ridiculizado

con una palma en la diestra, las sienes adornadas,

el corazón templado – potentado eterno –

con su triple corona apareció ante de su pueblo

llevando en ofrenda la palabra suplicante.

 

XIX

– Las brechas les obstruyen el camino, el goteo, –

sangran los pies, siempre en el mismo movimiento –

el viento les levanta los andrajos pordioseros –

la articulación del esfuerzo – sin palabras – –

se dirigen al espacio – los huesos térreos,

absortas en su inmenso cansancio – –

  • – En una sola palabra transformó su camino:

conozco la visión del pueblo: – de la nostalgia por Dios.

 

XX

¡Oh Obelisco, que creciste hasta el cielo

brazos en cruz, manos sufrientes,

tú que de los pobres bienes de Adán

sacaste el cáliz de la amargura – de la pasión,

entrelazaste las rosas en tus cabellos,

rosas de espina de los senos maternos!

¡Oh Obelisco!¡Mira estas muchedumbres,

adorna su camino con la rosa purísima!

 

XXI

¡En la confesión escucha el ansia de los pueblos!

El deseo santo: ¡la Libertad y el Amor!

  • y, para no embaucarlos con falsas ilusiones

en el tiempo hay que crearles una brecha,

de las cenizas hay que rescatar la pobre heredad

e irrigar sangre purísima en las venas –

– alejar con la oblación – renuncia a las imprecaciones –

la violencia del hombre contra el hombre.

 

XXII

Hicieron rodar las piedras al pedregal

ofrecieron el sacrificio entre los desniveles.

Sólo hay que encender el sacrificio con una chispa,

hay que canturrear las lamentaciones de los salmos,

ustedes – coreutas, protagonistas de los dramas

sacerdotales con la hostia y la ofrenda

deben comenzar a la vista de las multitudes:

a salvar con la Palabra – a salvar de las cadenas.

 

XXIII

¡Protagonistas, y ustedes, coreutas!

¡Canosos sacerdotes! ¡Ancianos – héroes!

¡Léguennos la sagrada llave de los tesoros

dionisíacos, enseres – instrumentos ditirámbicos

que tienen en sus manos ancianas!

No erraré queriendo de corazón al Amor –

¡Permítanme la palabra de la voz mi pueblo!

¡Con la palabra comienza el sacrificio, y construye!

 

XXIV

Así de inmensa es esta asombrosa Palabra,

  • esta confesión hecha de corazón, un anhelo de ansias,

como la zarza ardiente, la zarza de Moisés,

como este recio príncipe y segador de los trigales –

como este santo Obelisco de la concordia,

con el brazo hacia el cielo y en la tierra arraigado.

¡Injertamos la Palabra de estos pueblos

en el retoño del milagro sobre el Obelisco!

 

XXV

Las hachas no tienen qué cortar en el sacrificio

purísimo – la ofrenda es sin sangre.

En el pedregal con fuego prenderé la Palabra –

saldrán las sacerdotisas vestidas de azul,

irán con el pan nupcial, con el regalo,

y repartirán el pan entre la gente –

¡Inclina la cabeza por encima del Obelisco

Palabra encarnada! – ¡Oh Christos, Christos!

 

XXVI

Tú por milagro multiplicarás los panes –

con el pan aliméntanos a mí y a mis hermanos –

Palabra injertada en el Obelisco Divino –

¡Declaremos la paz a los guerreros de bronce!

Las ansias de los pueblos depositemos en un solo

altar de piedra – y concibamos la verdad Divina

de la Palabra encarnada en el Amor,

esculpida en madera, en bloques de piedra.

 

XVII

La tarde me regala las confesiones de los bosques,

el soplo vespertino me trae el pensamiento:

visiones de la humanidad encadenada a un gran peso

y esta asombrosa verdad de la Palabra,

que es el Amor y la Liberación

que el hombre postrado anhela.

Así cierro el libro de oración,

entre los paréntesis de hierro – un curso sobre la Palabra.

 

XXVIII

¡Padre Nuestro! – oigo las últimas palabras –

En las oraciones humanas hay poderes milagrosos –

un insecto silencioso te murmura oraciones

y nuestra madre es fecunda en coros

y en los coros hay nostalgia y encanto,

el Amor ardiente en las fogatas de los pastores – –

La Palabra es el amor del Padre –

ansia en las palabras humanas – Amén.

 

La literatura para la música contemporánea. Las palabras de las obras musicales de diferente tipo inspiradas en las poesías de figuras tan eminentes como Czeslaw Milosz, Premio Nobel de Literatura de 1980, Zbigniew Herbert, P. Jan Twardowski, Anna Kamienska y Janusz Stanislaw Pasierb. En este grupo no falta Karol Wojtyla Juan Pablo II y sus versos inspiraron, entre otros, a

 

Logos

JPII discurso durante el encuentro con los artistas y periodistas en Munich, en noviembre del 1980: “La Iglesia necesita la palabra que va a ser capaz testimoniar y transmitir la palabra de Dios y que, simultáneamente, será una palabra humana, capaz de penetrar en el mundo del habla de la gente de hoy, tal como se encuentra ante nosotros en el arte de hoy.”

Tríptico romano: “pregunta a Miguel Ángel, (…) pregunta a la Sixtina / ¡Cuántas cosas están dichas en estas paredes?   Sprawdzic

Al inicio, fue la Palabra, el Logos,  hay que entender este término no en el sentido cronológico, sino axiológico, como el fundamento y la cumbre de todos los seres. La palabra es la raíz y la cima de la escala jerárquica de la realidad.

San Juan 1, 1.14:

En el cristianismo, el Verbo del Hijo, por medio del Dios Espíritu Santo se hizo Carne…

La tradición de la palabra que se hace cuerpo del mundo: Santo Tomás, K. Rahner, H.U. von Balthasar, A. Dulles, W. Ong.

 

La experiencia estética

No al vacío de la palabra, a su manejo ornamental

La belleza es para…“El valor estético de la palabra ni se puede limitar a lo ornamental, lo decorativo, a lo que es ‘lindo en su exterior’, pero en el fondo es como el cascarrón pintado del huevo. La palabra bella es la palabra que lucha con nombrar la esencia de las cosas, que le ‘da nombre’, cuyo bello acierto’ está emparentado con la verdad y el bien, es la colaboración creativa con el Creador.”  Szymik, Jerzy ks. Wszystko zjednoczyc w Chrystusie. Teologia, poezja, złow, TUM, złowie, 2003, p. 252

En este sentido, el poema es un testimonio de la práctica de los valores que afirman la vida y con un razonamiento fuerte conducen a la esperanza. Es una propuesta de un joven, dirigida a todos, también a los jóvenes, por encima del tiempo y de la época.

La poesía para Karol Wojtyla siempre era el depósito de la fe. Un auténtico humanismo cristiano. Poesía contemplativa, una especie de una intensa oración silenciosa.

 

Prodigar

Probablemente, el poeta se refiere al Libro del Castillo interior o Las moradas de Santa Teresa de Jesús, el último libro que escribió la gran mística española y una de las mayores expresiones de la prosa española del Siglo de Oro. Un libro en que Teresa, por insistencia de los ilustres hombres que la rodeaban, como el mismo Gracián, iba a “sermonear” un poco a sus discípulas, pero que resultó uno de los máximos ejemplos alegóricos de la doctrina religiosa que conduce por medio de diferentes grados de la vida espiritual desde la ascética hasta la mística. El texto escrito por inspiración en un brevísimo período, no pudo ser ni siquiera releído por su autora.

En las páginas del Libro del Castillo, la sabiduría, la felicidad y la santidad se entrelazan permanentemente y forman una unidad, como un ejemplo de vida. Por esta exigente, pero tan llamativa propuesta, Karol Wojtyla alude a su título. Vale la pena también recordar que unos años después el joven poeta descubre a otro gran escritor español de la misma época, san Juan de la Cruz cuya obra literaria lo marca por siempre. Sin embargo, se puede considerar que es la creación de Santa Teresa que lo introduce al pensamiento carmelita.

No nos puede extrañar que en la contemplación vespertina del poema Logos aparece el Ave Fénix, un pájaro inigualable, símbolo de la inmortalidad y de la resurrección. La belleza insuperable de su plumaje dorado y escarlata evoca la majestuosidad del Edén. Fénix tejió su nido con las ramas de finas maderas, plantas aromáticas y costosos inciensos, debajo de un rosal, al pie del Árbol del Bien y del Mal. Phoenicoperus (alas rojas) fue conocido ampliamente por los antiguos griegos, bien que su origen se atribuye a las épocas remotas de Egipto, Oriente Medio y hasta de la India. El fabuloso pájaro muere al anochecer y resucita junto con el sol. El ingenio del joven Wojtyla relaciona la palabra con el mito del Ave Fénix con el objetivo de atribuirle la supervivencia. Acoge la tradición cristiana que promueve la versión de que el Fénix fue el único animal del paraíso que no comió la fruta prohibida. Después de la expulsión de Adán y Eva, un ángel prendió el nido y el bello pájaro ardió junto con su habitat. No obstante, se le concedieron dones especiales para renacer de sus cenizas.  En la visión del poeta de Wadowice, el verbo puede desaparecer por un momento, pero renace física y espiritualmente con toda su gloria. Su poder se fortalece por medio de las penas y del temple que otorga la acción purificante y vivificante del fuego, con la finalidad de alcanzar la resurrección y, en consecuencia, la inmortalidad. Por ende, la palabra también vence el curso del tiempo y ejerce el poder curativo.

Agata Przybylska indica que en la poesía juvenil wojtyliana se manifiesta la presencia del “paisaje místico que facilita la relación de las experiencias religiosas” y que tiene fuente en la literatura romántica Agata Przybylska Mistyczny krajobraz wczesnych poematów Karola Wojtyly en Zofia Zarebianka y ks. Jan Machniak Przestrzen slowa. Twórczość literacka Karola Wojtyly – Jana Pawla II, Wydawnictwo Świętego Stanislawa BM, Kraków, 2006, p.108

 

El pensamiento es un espacio asombroso poema escrito en 1952

“El paisaje de Wojtyla es también individual, es decir, surge de la experiencia personal, religiosa y sirve de intermediario entre el hombre – receptor de la poesía y Dios – idea que acerca” Agata Przybylska Mistyczny krajobraz wczesnych poematów Karola Wojtyly en Zofia Zarebianka y ks. Jan Machniak Przestrzen slowa. Twórczość literacka Karola Wojtyly – Jana Pawla II, Wydawnictwo Świętego Stanislawa BM, Kraków, 2006, p.109

“Conocer a Dios no es un acto del momento y no puede tener el carácter ocasional, casual, incidental. Todo lo contrario, debe ser una especie de la permanente actitud de vida, como uno de los más importantes modos para una vida feliz. Esta es la idea de Wojtyla”  Kijas OFM Conv Zdislaw J. Wizja Boga i człowieka w utworach literackich Karola Wojtyly en Zofia Zarebianka y ks. Jan Machniak Przestrzen slowa. Twórczość literacka Karola Wojtyly – Jana Pawla II, Wydawnictwo Świętego Stanislawa BM, Kraków, 2006, p.191

El agradecimiento por ser hijo de Dios y poder alabar la belleza de la creación en que vive impulsa al yo poético a invitar a quienes se dirige que también alaben al Señor.

“el sacerdote está llamado a ser hombre de la palabra de Dios, generoso e incansable evangelizador. Hoy, frente a las tareas inmensas de la ‘nueva evangelización’, se ve aún más urgencia”. Más adelante agrega: “… los hombres de hoy esperan del sacerdote antes que la palabra ‘anunciada’ la palabra ‘vivida’. El presbítero debe ‘vivir la Palabra’. Pero al mismo tiempo, se ha de esforzar por estar también intelectualmente preparado para conocerla a fondo y anunciarla eficazmente” [31]

“para El joven Karol Wojtyla, así como después para el sacerdote y el papa, la palabra y el hombre quien pronuncia la palabra o quien escucha la palabra constituyen uan unidad inseparable, dirigida en su esencia hacia Dios –Palabra viva” Ewa Miodonska-Brookes Yo en estos versos simplemente estoy aprendiendo a hablar, antes de que comience a conversar en Zofia Zarebianka y ks. Jan Machniak Przestrzen slowa. Twórczość literacka Karola Wojtyly – Jana Pawla II, Wydawnictwo Świętego Stanislawa BM, Kraków, 2006, p. 227

Ver, observar, contemplar y valorar

Asombro

Teo-logos, teólogo, El que habla de Dios y en nombre de Dios. En la Grecia antigua el primer teólogo fue llamado Orfeo, el modelo divino de los poetas. Los profetas del Antiguo Testamento que hablaban en nombre de Dios, también forman parte de los poetas teólogos. Dante Alighieri creó la más importante obra teológico-poética en la cultura occidental. Hay que reconocer que en el cristianismo surgieron muchos poetas de gran envergadura que ahondaban en la teología. En lengua española, entre los poetas religiosos se destaca san Juan de la Cruz. „El Doctor Místico español patrocinaba los inicios de la espiritualidad y de la teología del futuro papa”[32].

Como se puede constar en la documentación referente a los estudios de filología polaca de Karol Wojtyla en 1938 y 1939, conservada en la Universidad Jagellona, en su pénsum no tuvo la asignatura de griego; ésta sí aparece en su documentación de los estudios de teología en el clandestino Seminario Arquidiocesano de Cracovia en el año 1944 y 1945[33].

Logos puede significar palabra, habla, lenguaje, razón humana… En la filosofía el orden impersonal, existencia divina. La palabra proveniente de Dios se identifica con el Hijo unigénito que se encarnó en la Palabra, es la manifestación definitiva de Dios mismo.

Su vocero, reflejo de la gloria de Dios

La forma verbal expresa la finalidad divina

Logos pertenece a la eternidad, antes de la existencia del tiempo y del mundo, y existirá por siempre. La palabra permanentemente acompaña la evolución del mundo. La palabra ejerce el papel del intermediario entre Dios y el mundo. La revelación de Dios a través de la palabra: “Se trata, además, de una ontología unida a una axiología: el estudio sobre el ser no puede separarse de la reflexión sobre el bien y los valores. (…) La verdad de la creación, producida por la lógica del amor, se puede alcanzar con la luz natural de la razón. Pero la verdad es conocida , en toda su plenitud, gracias a la revelación cristiana”. Palau, Graciela M. La autorrealización, según el personalismo integral de K. Wojtyla, Editorial de la Universidad Católica de Argentina, Buenos Aires, 2007, p. 90.

Analizando la poesía de K. Wojtyla, Pilar Ferrer indica como uno de sus rasgos el énfasis en su misterio. Anota: ¿Cómo expresar lo inefable, lo indecible, lo invisible? (…) Asistimos, pues, al misterio impenetrable de la Poesía – que no deja de ser un atisbo de la fe –, al necesario alumbramiento de lo insondable a través del tosco instrumento que es el lenguaje” Ferrer, Ma. Pilar: Intuición y asombro en la obra literaria de Karol Wojtyla, EUNSA, Pamplona, 2006, ps.51, 52.„ la Palabra a la cual Juan Pablo II rindió su vida” Stanislaw Grygiel Nie ma filozofii bez prawdy, wolnosci i szczescia en Filipiak, Maria y Andrzej Szostek MIC (redacción) Obecność. Karol Wojtyla – Jan Pawel II w Katolickim Uniwersytecie Lubelskim. Dar i odpowiedzialność, Towarzystwo Naukowe Katolickiego Uniwersytetu Jana Pawla II, Lublin, 2008

Wieslaw Pawel Szymanski, niegan este carácter, aunque afirman su gran dosis de religiosidad. El último sostiene firmemente:

La poesía de Karol Wojtyła reside, toda, en la Iglesia. Incluso, como lo veremos, cuando habla de la patria secular. Porque la dirección del proceso del pensamiento de Wojtyła revelada en su poesía es ésta: la patria → la Patria → la Iglesia. Hay, en esta lírica ―no lo ocultaremos― momentos de cansancio y hasta de… rebelión. No obstante, la lírica de Karol Wojtyła no es una lírica mística. El racionalismo y la mística tal vez no sean dominios cohesivos. A decir verdad, la poesía de Wojtyła es profundamente ―como ninguna otra poesía polaca excepto la de Norwid― racionalista. Todo lo que contiene y revela constituye un trabajo de pensamiento. […] Pero ―la verdad sea dicha― existe en su creación poética un momento ―tal vez se pueda captarlo y describirlo― en que, sin renunciar al pensamiento, Wojtyła pasa claramente al lado de la fe. Esta fe, como punto de la llegada, como fondo, es redescubierta, sin embargo, por un camino racional. Esto ocurre cuando Wojtyła supera, en su poesía, el problema del “desdoblamiento” o de la “fisión” ―o de la “incoherencia”―, eliminando definitivamente, por lo mismo, la oposición “externo”-“interno” y alcanzando la paz que resulta del sentimiento de “unidad de la existencia”[34].

Refiriéndose al símbolo de la cruz en Logos, Fr. Jan Machniak anota: “The cross became a distinctive sign of this earth, expressing the deepest longings of the human hearts after Freedom and Love”[35].

 

Bibliografía

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Opere letterarie.Poesie, drammi e scritti sul teatro;  Presentazione di Giovanni Reale; Saggi Introdutivi di Boleslaw Taborski; Introduzione di Boleslaw Taborski, traduzione di Luis Enrique Moriones; traduzione delle poesie, di Considerazioni sulla paternit’a e di Giobbe, ‘e stata fatta da Aleksandra Kurczab y Margherita Guidacci; Geremia da Ludmila Grygiel e Anna Lia Guglielmi; Fratello del nostro Dio e Reggi di paternit’a da Renzo Panzone e Antonio Setola; La bottega dell’orefice da Aleksandra Kurczab e Jerzy Pomianowski con la collaborazione di Siro Angeli; la traduzione degli Scritti sul teatro  ’e stata tratta dalla rivista <Il Nuovo Aeropago>; Bompiani, Milano, 2001.

 

– Le poesie giovanili, Cura e traduzione di Marta Burghardt, LUMSA, Roma, 2004

Titulos de los libros de Karol Wojtyla traducidos al español:

– Poesías Biblioteca de Autores Cristianos, Editorial Católica, Madrid, 1982

– El taller del orfebre (El taller del orfebre. Meditacion sobre el sacramento del matrimonio, expresada a veces en forma de drama ,  traducción realizada directamente del polaco por Anna Rodon Klemensiewicz; Biblioteca de Autores Cristianos, Editorial Católica, Madrid, 1987

– La fe según San Juan de la Cruz (Doctrina de fide apud S.Joannem a Cruce), traducción e introducción de Álvaro Huerga, Biblioteca de Autores Cristianos,  Madrid, 1979.

– Amor y responsabilidad. Estudio de moral sexual (Milosc i odpowiedzialnosc); Ed. Razón y fe, Madrid, 1978, 1979

– Amor y responsabilidad (Milosc i odpowiedzialnosc); traducción del polaco Dorota Szmidt y Jonio González, Plaza y Janés, Madrid, 1996 

– Persona y acción (Osoba i czyn; traducido del inglés por Jesús Fernández Zulaica), Ed. BAC, Madrid, 1982

– Max Scheler y la ética cristiana (Ocena mozliwosci zbudowania etyki chrzescijanskiej przy zalozeniach systemu Maksa Schelera; trad.: Gonzalo Haya), Ed. BAC, Madrid, 1982

– Cruzando el umbral de la esperanza, ed. Vittorio Messori, traducción Pedro Antonio Urbina, Norma, Barcelona, 1994

Don y misterio. En el quincuagésimo aniversario de mi sacerdocio, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1996.

– Mi visión del hombre. Hacia una nueva ética (Elementarz etyczny; traducción del italiano: Pilar Ferrer), Ed. Palabra, Madrid, 1997

– Tríptico romano, traducción y epílogo de Bogdan Piotrowski, Universidad Católica San Antonio, Murcia, 2003

– Pensamientos de luz, Compilación, traducción y estudio crítico de Bogdan Piotrowski, Norma, Bogotá, 2003

Memoria e identidad, traducción de Bogdan Piotrowski, Madrid, Bogotá, La Esfera de los Libros, Planeta, 2005

Magníficat, traducción y estudio crítico de Bogdan Piotrowski, Fundación Universitaria San Pablo – CEU, Madrid, 2005

 

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Mysl jest przestrzenia dziwna (Na marginesie wierszy Karola Wojtyly) przelozyl Leon Zareba, in Pismo, 1983, No. 4

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Es comprensible, pues, que la poesía juvenil de Karol Wojtyła constituya la piedra angular de la adecuada apreciación de toda su obra literaria.

  1. Rahner define al hombre como Hörer des Wortes, oyente de la palabra y el hombre responde a la Palabra de Dios con la oración. De este modo, de se crea el diálogo entre el creador y el hombre (Szostek, Czlowiek zyjacy droga Kosciola, p.180)

Todos los vates polacos eran famosos por su poesía, pero también su pensamiento filosófico marcó profundamente la cultura y la historia de su Patria.

[1] Los imperios de Rusia, Prusia y Austria realizaron el primer reparto en 1772, el Segundo, en 1793 y el tercero, en 1795.

[2] Hajdukiewicz, Leszek Karol Wojtyla w Uniwersytecie Jagiellonskim 1938-1954, Uniwersytet Jagiellonski, Kraków, documentos adjuntos, respectivamente, del 3 de julio de 1939 y del 30 de junio de 1939, 1983

[3] Chrzanowski, Ignacy Historja literatury niepodleglej Polski (965-1795), Wydawnictwo Ministerstwa

Wyznan Religijnych i Oswiecenia Oublicznego, Londyn, 1945, p.154.

[4] Mickiewicz, Adam Wiersze, Czytelni, Warszawa, 1998, p. 15

[5] Ibidem, p. 31

[6] Mickiewicz, Adam Powiesci poetyckie. Ksiegi narodu polskiego i pielgrzymstwa polskiego, Czytelnik, Warszawa, 1998, p. 223 (traducción mía, BP)

[7] Ibid., p. 283, 284

[8] Ibid., p. 285

[9] Mickiewicz, Adam Pan Tadeusz /Don Tadeo, Czytelnik, Warszawa, 1998, p. 7

[10] Milosz, Czeslaw Historia Literatury polskiej, Znak, Kraków, 1996, p. 265

[11] Lednicki, p. XXVI

[12] Lednicki, Waclaw Presentación en Zygmunt Krasinski La No Divina Comedia, Editorial Minerva, Bogotá, 1943, p. XL

[13] Gomulicki, Juliusz W. Zjawisko Norwid (Norwid un fenómeno) tomo I en Norwid, Cyprian Pisma wybrane, selección y edición Juliusz W. Gomulicki, V tomos, Panstwowy Instytut Wydawniczy, Warszawa, 1968, p.11

[14] Norwid, Cyprian Kamil Pisma wybrane. Poematy, Panstwowy Instytut Wydawniczy, Warszawa, 1968, p. 216

[15] Ibid., p. 207

[16] Ibid., p. 233, 234

[17] Ibid. p. 237

[18] Gomulicki, Juliusz W. Zjawisko Norwid (Norwid un fenómeno) tomo I en Norwid, Cyprian Pisma wybrane, selección y edición Juliusz W. Gomulicki, V tomos, Panstwowy Instytut Wydawniczy, Warszawa, 1968, p.10

[19] https://pensamientoycultura.unisabana.edu.co/index.php/pyc/article/view/1115/1167

[20] Ibídem, p. 141

[21]  Fue traducido al español  Estudio sobre Hamlet, Oviedo, KRK, 2012

[22] Lednicki, Waclaw Presentación en Zygmunt Krasinski La No Divina Comedia, Editorial Minerva, Bogotá, 1943, p. XXVII

[23] Pigon, Stanislaw Spiewak wielkosci narodu / Cantor de la grandeza de la nación en Poprzez stulecia. Studia z dziejów literatury y kultury, PWN, Warszawa, 1984, p. 415-441           

[24] Milosz, Czeslaw Historia literatury polskiej, Znak, Kraków, 1995, p. 392

[25] Conf. Kydrynski, Juliusz Mlodziencze lata Karola Wojtyly. Wspomnienia, Oficyna Cracovia, Kraków, 1990

[26] Bober, Jerzy, Prycza w prycze (Camastro junto a camastro), en Kydrynski, ob. cit., pág. 14

[27] El lector encontrará una documentación más detallada en el artículo de mi autoría; Piotrowski Bogdan De la poética juvenil de Karol Wojtyla en Pensamiento y cultura, No. 10, noviembre de 2007, ps. 69 – 102

[28] Kydrynski, Juliusz

[29] Juan Pablo II Don y misterio. Autobiografía, Plaza y Janés, Barcelona, 1997, p. 19.

[30] Conf. Léthel, François-Marie Conocer el amor de Cristo que sobrepasa todo conocimiento. La teología de los Santos, Ed. Del Carmel, Vénasque, 1989

 

[31] Juan Pablo II Don y misterio. Autobiografía, Plaza y Janés, Barcelona, 1997, repectivamente, p. 104 y 107.

[32] Bolewski SJ, Jacek Sztuka u Boga, Duchowosc obecna w Twórczości, Rhetos, Warszawa, 1998, p.173

 

[33] Hajdukiewicz, Leszek (Introducción y compilación) Karol Wojtyla w Uniwersytecie Jagiellonskim 1938 – 1954, Uniwersytet Jagiellonski, Kraków, 1983

 

[34] Szymanski, Wieslaw Pawel, Z mroku korzeni [De la penumbra de las raíces], Calvanarium, Kalwaria Zebrzydowska, 1989, pág. 22.

[35] Machniak, Fr. Jan God and Man In the poety of Karol Wojtyla – John Paul II, Wydawnictwo Sw. Stanislawa BM, Cracow, 2008, p. 30