CHARLA DE BRUNO ROSARIO CANDELIER SOBRE LAS LETRAS

Por Miguelina Medina

 

En un encuentro virtual del grupo “Encuentro con la poesía”, dirigido por el gestor cultural Domingo de la Cruz, el doctor Bruno Rosario Candelier expuso sobre el tema “Similitudes y diferencias de la producción literaria dominicana entre 1950-2000”.

Al tomar la palabra el doctor Rosario Candelier agradeció la invitación al organizador y a los presentes por participar en esta actividad. Expresó que “actividades como esta suelen ser positivas por el hecho de que motivan la creación literaria, que es muy importante”.

Inició su charla expresando que “partiendo del original griego “poiesis”, poesía significa creación, alusiva al arte de la creación verbal. Explicó que “a mediados del siglo XX, en los años 50, hay cinco grupos claves que fueron protagónicos en la literatura dominicana: los postumistas, encabezados por Domingo Moreno Jimenes; los Independientes del 40, encabezados por Héctor Incháustegui Cabral; la Poesía Sorprendida, liderada por Franklin Mieses Burgos; la Generación del 48, con Máximo Avilés Blonda; y la Generación del 60, con Marcio Veloz Maggiolo. Expuso que esos grupos literarios “estuvieron vigentes hasta los años 80 del siglo XX” ya que tuvieron “creadores de alta categoría”: “Las más importantes obras literarias en el plano poético, que se escribieron en la literatura dominicana del siglo XX la firman los integrantes de esos grupos y han tenido una vigencia indiscutible en el transcurso de nuestra historia literaria, tanto en narrativa como en poesía, teatro y ensayo”, señaló.

Dijo que entre los Independientes del 40 había dos santiagueros ilustres: Manuel del Cabral y Tomás Hernández Franco; en la Poesía Sorprendida sobresalían el montecristeño Manuel Rueda y los mocanos Manuel Valerio y Aída Cartagena.  Señaló que “la presencia de esos autores es significativa y determinante para apreciar el desarrollo de la literatura dominicana, que alcanzó su más alto desarrollo”. “Inclusive, Moreno Jimenes, que era de una etapa anterior, estaba vigente todavía”, consignó. Puntualizó que “los grandes creadores dominicanos del siglo XX, incluso de la primera parte del siglo XX, tuvieron una presencia significativa a partir de los años 50, y esa presencia es tan importante que cuando el país se abre a nuevos aires, a principios de la década de los 60, esos grupos siguen influyendo”. Destacó que Manuel Valerio, que formó parte de la Poesía Sorprendida, influyó en la gestación de los jóvenes del 60; y lo mismo pasó con Aída Cartagena Portalatín, que influyó en los jóvenes creadores y, por supuesto, Manuel Rueda, cuyo influjo fue vigoroso, no solo por la categoría suya como escritor, sino por la dirección de “Isla abierta”, suplemento del periódico Hoy.

Rosario Candelier expresó que “es importante subrayar el impacto que tuvieron los suplementos literarios en las décadas de los 60 al 90”, incluido “Coloquio”, suplemento literario del periódico El Siglo, que tuvo la honra de dirigir: “Yo recuerdo que cuando llegaba el fin de semana todos buscábamos los suplementos literarios; fue famoso el “Suplemento Cultural” del periódico El Nacional, dirigido por Freddy Gatón Arce,  por el impacto que creó en la juventud”. Expresó que “ese influjo de los suplementos culturales ahora no lo tenemos, excepto el periódico Hoy, con el suplemento “Areíto”, que es cultural, aunque la literatura tiene un buen espacio; sin embargo, nos hacen falta suplementos literarios porque concatenaban a los lectores con la literatura”: “Tengan presente que para el desarrollo de la literatura es muy importante la existencia de los lectores porque es entre los lectores donde nacen los escritores”.

Dijo que “la etapa de 1950 al 2000 fue fundamental en todos los géneros literarios”. Rosario Candelier destacó que “en el campo de la poesía, en los años 80 del siglo XX, el Cibao fue determinante en la gestación literaria, como fue el aporte del Grupo de Escritores del Cibao, con Manuel Mora Serrano y este servidor al frente, y creadores como Cayo Claudio Espinal, José Enrique García, Pedro José Gris y Sally Rodríguez”. Expresó que “concomitantemente a ese influjo cibaeño, en Santo Domingo tenían una fuerte presencia escritores como Enriquillo Sánchez, León David, Jeannette Miller, José Mármol, Odalís Pérez, Manuel Núñez, Manuel Matos Moquete, Tulio Cordero y otros”.

“No puedo mencionar a todos los escritores importantes de ese primer medio siglo, en cuanto a esta valoración –dijo–, porque fueron muchos los autores cuya presencia siguió siendo significativa y sigue siendo aún, como Marcio Veloz Maggiolo en la narrativa o Federico Henríquez Gratereaux en el ensayo, que han sido intelectuales determinantes para el desarrollo de la creatividad durante muchos años, como Virgilio Díaz Grullón, Andrés L. Matero y José Alcántara Almánzar en narrativa, o León David, José Rafael Lantigua y Manuel Núñez en la crítica”. Dijo que “un detalle importante es que hay escritores con una obra fundamental y, sin embargo, no gozan de un reconocimiento o de una presencia o de un conocimiento de parte de los demás escritores”. Puso como ejemplo a dos escritores, José Acosta y José Frank Rosario, que residen en Nueva York, o José Bobadilla, autor de una prosa maravillosa y que pocos citan. Y la obra de dos bibliógrafos fundamentales, como Franklin Gutiérrez y Miguel Collado.  Dijo también que hay escritores que se desarrollaron en la parte final del siglo XX y tienen una obra importante, como Freddy Bretón, Manuel Salvador Gautier, Pedro Antonio Valdez, Emilia Pereyra, Ofelia Berrido, Ángela Hernández, Rafael Peralta Romero y Miguel Solano.

Rosario Candelier expresó que hay muchos escritores que ya tienen una obra significativa, entre los nuevos creadores, como Yky Tejada, Fausto Leonardo Henríquez, Leopoldo Minaya, Carmen Comprés, Jit Manuel Castillo, Jaime Tatem Brache y Reina Lissette Ramírez. Puntualizó que “hay muchos escritores con una obra significativa, con una obra de calidad, representativa de los movimientos y de las diferentes tendencias estéticas”.

De los “textos fundamentales” que mencionó, citó a Territorios extraños, de José Acosta; En la voz del silencio, de Jit Manuel Castillo, un fraile franciscano residente en Santo Domingo; Un latido en el bosque, de Yky Tejada; Luz de los cuerpos, de Sally Rodríguez, una obra fundamental en la lírica dominicana; La hora llena, de Leopoldo Minaya; Si el alba se tardara, de Tulio Cordero; y Gemidos del ciervo herido, de Fausto Leonardo Henríquez, residente en España, Premio Internacional de Mística de la Fundación Fernando Rielo, una hermosísima obra de lírica mística;  Las voces, de Pedro José Gris; Recinto de fuego, de Carmen Comprés; Danza del amor y los mandalas, de Tony Raful y No es un soplo la vida, de Daniel Beltré –que nos sorprendió porque él no formaba parte del mundillo literario-, un abogado, residente en Santo Domingo, con una obra singular, extraordinaria”.

“La literatura dominicana está viva, está pujante”

Así lo consignó el crítico literario, “ya que tenemos autores fundamentales en el plano del cuento, la novela, la poesía, el ensayo y la crítica literaria”.  “Yo no voy a decir que puedan competir con los autores establecidos del siglo XX, como Manuel Rueda, Franklin Mieses Burgos, Antonio Fernández Spencer, Freddy Gatón Arce, Manuel del Cabral, Tomás Hernández Franco, Héctor Incháustegui, porque mientras el autor está vivo hay la esperanza de que siga escribiendo y de que pueda producir un texto superior en términos conceptuales, estéticos y espirituales”.  Destacó que “la tradición nuestra, muy rica desde mediados del siglo XX con la presencia de autores como Domingo Moreno Jimenes, Juan Bosch, Joaquín Balaguer, Manuel del Cabral, Franklin Mieses Burgos, Manuel Rueda, Aída Cartagena y Flérida de Nolasco, así como Lupo Hernández Rueda y Máximo Avilés Blonda de la Generación del 48, tal vez han sido poco estudiados o poco valorizados”.

Rosario Candelier expresó que “la presencia social favorece a la difusión de la obra, de tal manera que una deficiencia de nuestra literatura, en términos de proyección internacional, no es por falta de calidad de nuestros autores o de nuestras obras, sino por falta de ese estímulo a nivel internacional”. Señaló que “el Ministerio de Cultura tiene la responsabilidad de procurar esa promoción para contribuir a la expansión y la difusión de las grandes obras de autores dominicanos. Dijo que “un autor como Manuel Valerio, que formó parte de la Poesía Sorprendida, tiene una obra memorable, pero los mismos escritores dominicanos lo desconocen”, comentó.

El destacado analista literario valoró que “hay mucha gente, sobre todo en el ámbito de la juventud, que está interesada en la literatura, que le va a dar continuidad a esa tradición que viene desde el siglo XIX  y seguirá proyectándose en el tiempo con la creación de las nuevas generaciones”. Dijo que “es muy importante esa tradición porque, si hablamos de un autor de la categoría de Juan Bosch o Alfredo Fernández Simó o Melba Marrero de Munné, quisiéramos que aparecieran en las nuevas generaciones creadores que pudiesen, no para competir ni establecer una marca de diferenciación, porque la literatura no es una carrera de caballos para entrar en una competencia, sino que se pueda poner como referente y decir ‘este escritor tiene una obra que puede proyectarse como se ha proyectado la obra de Juan Bosch o la de Manuel del Cabral o de Franklin Mieses Burgos’”.

Bruno Rosario Candelier consignó que “un autor como el que va a continuación, me refiero a Odalís Pérez, tiene una creación poética formidable que muchos desconocen. Cuando estudié la obra poética de Odalís Pérez comprobé que es de los pocos poetas dominicanos que han cultivado la creación poética a la luz del protoidioma de la creación con alta propiedad semántica, estética y literaria, y eso es significativo en un autor”. Destacó que “un creador como Odalís Pérez hay que darlo a conocer y proyectarlo para que aprendamos de él lo que él ha aportado a través de la lírica, el ensayo, la crítica y la teoría literaria, géneros en los que ha hecho un aporte eminente”.

El director de la Academia Dominicana de la Lengua evocó el día en que conoció a Domingo Moreno Jimenes y Max Henríquez Ureña en la Librería Dominicana: “En el año 1964 yo asistí a una conferencia en esa famosa librería y tuve la suerte de conocer a Domingo Moreno Jimenes y a Max Henríquez Ureña, que fue memorable para mí. Entonces tenía 23 años, y cuando uno, al comenzar, tiene la oportunidad de conocer a un escritor establecido, eso es de alta motivación para uno. Y, de hecho, hay una foto por ahí donde figuro con esas celebridades de la literatura dominicana. Traigo ese hecho a colación por el impacto que determinados hechos y escenarios significan y concitan para la creación. La citada librería era un centro de cultura, donde se impartían charlas y conferencias, un centro de encuentro de intelectuales, lectores y escritores, y la literatura necesita tanto a los creadores de obras literarias como a los que la leen. Sin lectores, la obra literaria no culmina su destino que es, justamente, que haya esa comunión entre el autor, la obra y el lector”.

“Una de las muchachas hizo una pregunta a la que me voy a referir tangencialmente, y es el hecho de que los que escriben deben hacerlo, si aspiran a ser genuinos y auténticos, desde sus propias intuiciones y vivencias. ¿Para qué?  Para que haya el testimonio de lo que perciben del mundo.   Cada ser humano tiene un punto de contacto con el Universo y desde ese punto de contacto tiene acceso a una perspectiva singular y peculiar de la realidad. De tal manera que cuando uno tiene conciencia de eso, opta por testimoniar lo que percibe y eso lo convierte en escritor –que es lo que hemos hecho todos los que escribimos–, para lo cual lo primero que se necesita es fe en uno mismo, en el propio talento y en la posibilidad de hacer un aporte a través de nuestra palabra.

“Mediante el cultivo de la palabra podemos contribuir al desarrollo de la conciencia, fundamental para concitar y sentir la dimensión estética y espiritual de la palabra”, comentó Bruno Rosario Candelier al concluir su charla temática.

ENCUENTRO VIRTUAL DE LA ACADEMIA BRASILERA DE LETRAS

La Academia Brasilera de Letras convocó su primer encuentro telemático con Academias Hispanoamericanas.  En la primera sesión de esa reunión, celebrada el 7 de octubre de este 2020 mediante la plataforma Zoom, participaron las academias de Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Venezuela, a las 5:00 p. m. hora de Brasil.

Don Marco Lucchesi, presidente de la academia anfitriona, dio la bienvenida a los demás presidentes y representantes de las academias convocadas para ese día, y dijo que hubo palabras de acercamiento, de construcción para una cultura de la paz. Yo estoy muy contento por el diálogo que estamos empezando con ideas de bien. Por supuesto que el encuentro va a ser un fórum muy importante. Yo quiero saludar con mucha efusividad a los presidentes que se encuentran con nosotros: don Francisco Arellano, de la Academia de Nicaragua; a don Arístides Royo Sánchez, de Panamá; de la República Dominicana, don Bruno Rosario Candelier; y al presidente de la Academia de Venezuela, don Horacio Biord Castillo.

El primero en exponer fue don Francisco Arellano, presidente de la Academia Nicaragüense de la Lengua: “Buenas tardes, amigos académicos, Francisco Arellano desde Nicaragua los saluda en nombre de todos nuestros fundadores, nuestros académicos actuales y en nombre de este servidor”.

Explicó que la Academia Nicaragüense de la Lengua tiene su principal referente en la Real Academia Española, fundada 1713. Los primeros académicos, encabezados por don Juan Manuel Fernández Pacheco, iniciaron sus reuniones en el mes de junio de 1713, pero fue el 3 de octubre de 1714 cuando el Rey Felipe V firmó la Cédula Real que le dio el título de Real Academia Española a la mencionada Corporación”. Dijo que “las tres primeras obras de la Casa Fundadora fueron el Diccionario de la lengua española, en seis tomos. Estos seis tomos posteriormente fueron publicados en tres tomos y actualmente se conocen como el Diccionario de autoridades”. Luego “siguió la Ortografía en 1741, y la Gramática de la lengua castellana publicada en 1771”. Señaló que “estas obras han sido muy importantes porque a través de las diferentes ediciones a lo largo de tres siglos se ha dado a conocer la norma de la lengua española oficialmente”. Dijo que “con la independencia de los países latinoamericanos, España trató de mantener su principal legado: la lengua española en las naciones que habían sido las antiguas colonias del Imperio español y empezó gradualmente a fundar academias de la lengua española en los países que habían mantenido el castellano como lengua oficial, y así se han fundado veintidós academias, siendo la primera en ser fundada la de Colombia en 1871, y la última, la vigesimotercera, es la Academia de Guinea Ecuatorial, de África, aprobada a finales de 2015, en México.

Expuso que “en 1960 los gobiernos de habla española, que tienen academias de la lengua española, firman, a través de sus embajadores en Colombia el Convenio Multilateral con la Asociación. Dicho convenio será ratificado en cada país y enviado al Ministerio de Relaciones Exteriores de España quien nos inscribe en la Secretaría de Educación de la Naciones Unidas”. Explicó que “a través de este Convenio Multilateral los gobiernos hispanoamericanos de España y Filipinas se comprometen a conceder una sede digna a sus correspondientes academias y a aplicar un presupuesto adecuado para el funcionamiento de este”. Destacó que “a partir de las publicaciones de 1998, Ortografía, y 2001, y la edición del Diccionario de la lengua española, las relaciones de las academias son más estrechas entre sí y con su Casa Fundadora”. Más adelante “se fundan comisiones inter-académicas para la elaboración de todos los trabajos relacionados con la lengua española: se crearon las comisiones para la elaboración del Diccionario panhispánico de dudas, en 2005; La nueva gramática de la lengua española, en 2009; El diccionario de americanismos, 2010; La ortografía de la lengua española, 2010” y otras publicaciones como son “las obras conmemorativas que se han venido editando sobre los escritores más relevantes de la lengua española”.

Explicó que la ANL “trabaja activamente por el español estándar que lo hablan 650 millones de personas en el mundo, incluyendo Estados Unidos, donde existe una academia de la lengua española porque en este país viven cerca de 50 millones de hispanohablantes”. Añadió que en Nicaragua se trabaja “también por la lengua diferencial, aspectos que enriquecen el idioma con sus particularidades morfológicas, fonéticas y lexicográficas”.  Sostuvo que “acorde con las nuevas tecnologías, bajo la coordinación de la Real Academia Española, y en equipo con las academias asociadas, trabajamos en la elaboración de un nuevo Diccionario de la lengua española; el Diccionario panhispánico del español jurídico y el Diccionario fraseológico”.

Expresó que “si bien el trabajo de las academias ha sido encomiable en Pro de la lengua común de los pueblos hispanos, es necesario y urgente leer con los ojos bien abiertos lo que ocurre actualmente en el mundo: los descubrimientos más avanzados de la ciencia están enfocados más en la construcción de armamentos bélicos y máquinas sofisticadas y aplicadas más para la guerra, que es un sinónimo de muerte y destrucción, que para liberar al hombre del hambre, la miseria e indigencia”. Y puntualizó que “habrá que tener mucho cuidado con la inteligencia artificial que amenaza dejar sin trabajo a grandes multitudes”.

En representación de don Arístides Royo Sánchez, director de la Academia Panameña de la Lengua, habló la académica Margarita Vásquez, y expresó: “Diseñar un futuro compartido desde la cultura tiene que pasar por el conocimiento del ser humano múltiple en su voz y también en nuestras sociedades, y para ello sirve la literatura y sirve la lingüística, particularmente la lexicografía cuyo desarrollo ha sido adelantado en nuestros países, pero que aún no termina”.  Aprovechamos esta coyuntura –dijo– para pedirles que hagamos que nuestros textos literarios se conozcan, que se difundan entre nuestras áreas y nuestros países los textos de todos los tiempos, y que hagamos literatura comparada a partir de los textos ensayísticos, narrativos, poéticos, en la dramaturgia, y en la cinematografía, las bellas artes, la arquitectura. Todo ello nos va a llevar a una historia común, a una naturaleza heterogénea, y hagamos nuestros discernimientos individuales y sociales desde la reflexión.

“Nada mejor para afirmar nuestras culturas que conocernos, revivir lo que sabemos de cada uno de nosotros, lo que sentimos con respecto a las viejas y las nuevas realidades, al pasado y al futuro, lo que pensamos con respecto a nuestras igualdades y diferencias”.  “Anoche estuve con los peruanos y Ricardo Palma –dijo–. ¿Cuántos muchachos de nuestras escuelas han leído las tradiciones? Creo, pues, que la literatura latinoamericana tenemos que conocerla, difundirla y conseguir que el trabajo que se haga, llegue a los maestros, a los medios de comunicación, a las redes sociales”.

Terminada cada intervención de los directores de las academias, el anfitrión, don Marco Lucchesi, expresaba sus ponderaciones de las mismas, al tiempo que le añadía sazón poética a la voz de los académicos.

Don Bruno Rosario Candelier” de la Academia Dominicana de la Lengua“Saludo a don Marco Lucchesi y agradezco y felicito a la Academia Brasileña de Letras por esta convocatoria de nuestras Academias de Hispanoamérica porque, si duda alguna, el propósito que ustedes persiguen va a redundar en beneficio de nuestra cultura, a favor del desarrollo del pensamiento y la sensibilidad”.

“Ustedes han centrado este encuentro en lo que deben hacer las academias de la lengua”, dijo. “Desde que se fundaron las academias en el mundo hispánico, tienen una misión específica con relación a la defensa del idioma: la lengua es la gran ventana para la cultura porque no solo hablamos, sino que creamos mediante la palabra. Y a través de la creación literaria, que es la expresión estética del lenguaje y la más alta manifestación de la creatividad desde la palabra, los pueblos tienen la ocasión de contar con el aporte de sus intelectuales, artistas y escritores que se convierten en voceros de su pueblo en tanto canalizan las manifestaciones socioculturales, en tanto canalizan sus intuiciones y vivencias a la luz de la realidad”.

Expresó que “en estas circunstancias estamos viviendo un momento histórico terrible por una pandemia viral que está afectando a la humanidad, no solo con la muerte, sino con el cambio del estilo de vida en el que todos hemos tenido que recogernos”. Dijo que esta pandemia ha enaltecido la comunicación telemática en función de la realidad que nos ha tocado vivir porque no solamente hay conferencias virtuales, sino que  también la docencia es ahora virtual”: “Las instituciones culturales como las academias tenemos también que usar estas redes sociales y los recursos electrónicos de la tecnología moderna para ponernos en comunicación con nuestro público, con las instituciones lingüísticas y culturales, con la realidad social  y la función que debemos realizar, que se debe seguir manteniendo”. Subrayó que tenemos que organizar actividades con participación virtual y eso modifica el procedimiento, la metodología que seguíamos anteriormente y la que debemos seguir ahora”. “Esto que usted acaba de convocar, señor Marco, esta convocatoria electrónica de las academias, sin duda, es una gran iniciativa de su parte y yo no dudo que irá en beneficio de nuestra cultura y debemos aprovechar esta coyuntura y continuar nuestro trabajo”, y añadió: “Hasta ahora habíamos organizado coloquios, tertulias, conferencias, talleres con presencia física de las personas. Debemos seguir haciendo esas actividades mediante los recursos electrónicos en actividades telemáticas en las que hemos de enfatizar la dimensión estética y espiritual de la palabra a través de la creación literaria”.

Don Bruno Rosario Candelier expresó que “la creación literaria tiene en la literatura española una tradición mística hermosísima, que obtuvo su nivel de excelencia en la obra poética de san Juan de la Cruz, por ejemplo y santa Teresa de Jesús. Entonces la dimensión mística de la palabra es una proyección que, desde la existencia de los antiguos pensadores presocráticos, ha tenido una gran significación en función del Logos, concepto que concibió Heráclito de Éfeso cuando intuyó que los seres humanos contamos con una singular dotación espiritual que se manifiesta en la palabra, a través de la cual se canaliza nuestra capacidad de pensar, intuir, hablar y crear”.

Consignó que en función de estas atribuciones todos los seres humanos contamos con la creatividad, que es algo bellísimo que nos enaltece como creaturas divinas, porque somos una emanación de la Divinidad y estamos llamados a enaltecer la función de la conciencia y potenciar la función de la sensibilidad a la luz de los altos ideales del espíritu para ser mejores seres humanos, que podamos cumplir con la misión que cada ser humano puede realizar en beneficio de los demás. Y esa es una función que también está al alcance de las Academias de la Lengua para hacer de nuestro mundo un espacio agradable, edificante, provechoso y luminoso”.

Al término de esta intervención de Rosario Candelier, don Marco Lucchesi expresó con emoción estética y espiritual: -Muchísimas gracias, don Bruno, casi casi cierro los ojos y le digo: “En una noche oscura /con ansias y amores inflamados /oh dichosa ventura/ salí sin ser notada/  estando ya mi casa sosegada/a oscuras y en celada…”.

Luego de recitar estos versos de san Juan de la Cruz, Marco Lucchesi cedió la palabra al presidente de la Academia Venezolana de la Lengua, don Horacio Biord Castillo, quien inició su discurso agradeciendo “la invitación para participar en el Encuentro Iberoamericano de Academias de la Lengua y de Letras”. Expresó que es importante entender que “el mundo contemporáneo es un mundo sometido a grandes fuerzas y cambios, que no necesariamente los podemos percibir en la vida diaria; son cambios a veces sutiles, pero que su sumatoria nos acercan a un cambio radical en los modos de vida de las sociedades del hemisferio occidental”.  

Biord Castillo expresó que uno de los «puntos importantes para actualizar en la academia es enfatizar, como un papel importante de las academias, resguardar y fortalecer la tradición, no como algo obsolescente, sino como el manantial de donde brota el sentido que permite enhebrar los recursos culturales y la identidad de una sociedad”. Dijo que “esto nos permitirá adecuar las academias a los nuevos tiempos y circunstancias haciéndolas más flexible y permitiéndoles que puedan proseguir sus tareas en un mundo distinto al que las vio nacer y desarrollarse”.  “Particularmente, le veo una gran relevancia al apoyo que las academias iberoamericanas, no solamente hispanoamericanas, sino iberoamericanas, puedan darse entre sí: hispanohablantes y lusohablantes tenemos mucho en común, historia, cultura y lenguas que, en definitiva, no son tan distintas y permiten diversos grados de comunicación”.

Don Marco Lucchesi, presidente de la Academia Brasilera de Letras, agradeció de una manera emotiva la participación de cada uno de los presidentes representantes de las academias latinoamericanas convocadas para esa tarde: “Como ha dicho don Horacio, como hermanos nos reconocemos. Yo quisiera agradecer la gran satisfacción, al presidente don Francisco Arellano, a doña Margarita, a don Bruno y a don Horacio Biord por sus intervenciones tan bellas y tan interesantes: “Ante mis ojos todo ha quedado bien porque queda la humanidad y queda el diálogo que estamos empezando. Como dijera don Bruno, estamos empezando unos primeros pasos, y nuestra preocupación mayor ahora será desarrollar y profundizar. Les agradezco muchísimo a todos. Les deseo mucha suerte”.

PLENARIA VIRTUAL DE NUMERARIOS DE LA ACADEMIA DOMINICANA

Con la presencia virtual de académicos numerarios tuvo lugar la primera sesión telemática de la Academia Dominicana de la Lengua con motivo de la conmemoración de un nuevo aniversario de la ADL y la toma de posesión de la nueva Junta Directiva.

El pasado 12 de octubre de 2020, a propósito del 93 aniversario de la fundación de la Academia Dominicana de la Lengua, establecida en Santo Domingo el 12 de octubre de 1927, se realizó una sesión plenaria virtual con la participaron de académicos numerarios de la institución.

El primer tema estuvo a cargo de Manuel Núñez Asencio, académico encargado de la Asamblea Eleccionaria de la Academia Dominicana de la Lengua, quien habló sobre la toma de posesión de la junta directiva electa por los votos mayoritarios para el período 12 de octubre de 2020 al 12 de octubre de 2023. Manuel Núñez Asencio leyó el acta de la asamblea eleccionaria, que reproducimos a continuación: “A las 11.00 de la mañana del viernes 19 de junio de 2020 tuvo lugar en Santo Domingo la Asamblea Eleccionaria de la Academia Dominicana de la Lengua, convocada según establecen los Estatutos mediante comunicación firmada el 8 de junio de 2020 por el Dr. Manuel Núñez Asencio en nombre de la corporación para elegir a los integrantes de la Junta Directiva de la ADL correspondiente al período 12 de octubre de 2020 al 12 de octubre de 2023, cuyos votantes consignaron sus votos a favor del Dr. Bruno Rosario Candelier, como director, y, para completar la Junta Directiva, a los académicos Dr. Federico Henríquez Gratereaux, subdirector; Dr. Manuel Núñez Asencio, secretario; Dr. José Enrique García, tesorero; Lic. Juan José Jimenes Sabater, bibliotecario; y vocales, Dr. Franklin Domínguez y Lic. Rafael Peralta Romero. Fueron firmantes de esta votación los académicos numerarios Federico Henríquez Gratereaux, S. E. Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Marcio Veloz Maggiolo, Manuel Núñez Asencio, Dennis R. Simó, Juan José Jimenes Sabater, José Enrique García, Franklin Domínguez, José Rafael Lantigua, José Miguel Soto Jiménez, María José Rincón, Tony Raful, Rafael Peralta Romero, Ana Margarita Haché de Yunén, Fabio Guzmán Ariza, Ricardo Miniño Gómez y Bruno Rosario Candelier, conforme los votos emitidos que obran en mi poder. Lo que certifico y doy fe en mi condición de encargado de la Asamblea Eleccionaria de la Academia Dominicana de la Lengua”.

El académico finalizó sus palabras subrayando el prestigio de la Academia Dominicana de la Lengua por la seguridad con que responde a los requerimientos que hace la ASALE y la Real Academia Española, hecho digno de satisfacción, y dijo: “Es una muestra de que a pesar de que el director de la Academia descansa como muy pocas personas, estamos dando la batalla y rindiendo la labor que como académicos de la lengua nos corresponde y la responsabilidad enorme que tenemos de dar cuenta del esfuerzo que hacemos para que nuestro trabajo sea valorado”.

Bruno Rosario Candelier asumió la dirección de la Academia Dominicana de la Lengua ante los académicos presentes para este nuevo periodo 2020-2023. El director manifestó su agradecimiento por el apoyo solidario de la mayoría de los académicos y expresó su esperanza de contar con la disposición de un buen número de académicos de la lengua para trabajar a favor de la institución, a favor de la lengua española, a favor del país desde dos vertientes, como lo han hecho hasta la fecha, a lo interno de la institución con la colaboración lingüística con los planes y proyectos de la RAE y, a lo externo de la institución con una labor de servicio y de promoción para incentivar el estudio de la lengua y el cultivo de las letras en nuestra comunidad.

Rosario Candelier, al tomar en cuenta la actual circunstancia de pandemia, sugirió modificar la metodología de acción mediante actividades virtuales: “Tenemos que ser ingeniosos para crear acciones telemáticas que nos permitan seguir haciendo la obra que hemos hecho hasta la fecha. Ese es el medio mediante el cual podríamos llegar a los jóvenes y concitar una participación de los sectores interesados en su desarrollo intelectual, estético y espiritual. Eso es importante para que se multiplique la formación, se intensifique el estudio de nuestra lengua y el cultivo de las letras a la luz de nuestra tradición y la fisonomía de la lengua española y la naturaleza de nuestra cultura”, sugirió.

El Dr. Bruno Rosario Candelier asumió la dirección de la Academia Dominicana de la Lengua, junto a la nueva junta directiva, con el objetivo de llevar a cabo un plan de trabajo con esta modalidad comunicativa que implica la virtualidad de las operaciones electrónicas desde los respectivos hogares de los académicos.

El académico numerario de San Francisco de Macorís, Fabio Guzmán Ariza, y presidente de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua, anunció la presentación del “Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía”, calificándolo como el “segundo hijo varón de la ADL”, y explicó que es una institución sin fines de lucro financiada por la Fundación Guzmán Ariza cuya misión es la investigación lexicográfica del español en sus variedades dominicana, antillana, americana y general, con el objetivo de diseñar, elaborar y publicar corpus lingüísticos y diccionarios de la lengua española, especialmente los dirigidos a registrar la realidad léxica del español dominicano y de las zonas lingüísticas en las que esta variedad se inscribe (Antillas, América), así como colaborar en la preparación de los diccionarios de nuestra lengua que edita la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española  (ASALE). Además, el instituto cooperará con la ADL en la formación académica en lexicografía y la divulgación sobre el uso y el conocimiento de los diccionarios del español. Don Fabio informó que este instituto de lexicografía va a ser dirigido por la académica María José Rincón, a quien le cedió las palabras para la presentación del equipo de trabajo que conformará.

Nuestra académica y lexicógrafa, la doctora María José Rincón González, felicitó a la nueva dirección de la ADL y se puso a disposición de la institución como académica y como lexicógrafa para las actividades que se vayan a realizar. Explicó que el punto de partida del Instituto Guzmán Ariza de lexicografía es la formación de un equipo técnico especializado para que domine las técnicas lexicográficas. El equipo técnico está conformado por los miembros correspondientes de la ADL Roberto Guzmán Silverio, Ruth Ruiz Pérez y Rita Evelin Díaz Blanco.

Según los criterios lexicográficos actuales, la lexicógrafa indicó que el primer punto de trabajo será la revisión del Diccionario del español dominicano (DED), publicado en año 2013, para una segunda edición. Esta nueva edición del DED tendrá acceso digital en línea y gratuito para todos los usuarios. La doctora Rincón González habló de algunos proyectos en agenda, como el Diccionario jurídico dominicano, que podría completar la órbita de los grandes diccionarios jurídicos. La académica domínico-española expresó que el Instituto de Lexicografía estará siempre a disposición de la Academia Dominicana de la Lengua, ante su junta directiva y ante sus miembros: “Vamos a estar a la disposición de la ADL para colaborar en todas las tareas lexicográficas que hemos venido realizando desde hace años y que el académico Manuel Núñez recordó y también José Enrique García, con quien tuvimos una experiencia extraordinaria en el último congreso de la ASALE, de que se nos reconociera la presencia constante de la ADL en esas aportaciones a las obras académicas generales. Vamos a trabajar, por supuesto, ya saben mi disponibilidad absoluta de colaboración desde la Academia y ahora desde el Instituto Guzmán Ariza de Lexicografía”, subrayó la académica.

En su turno, en esta sesión plenaria, el académico numerario Juan José Jimenes Sabater, conocido como León David, ganador del Premio Nacional de Literatura 2020, habló sobre el rol del ensayo a la luz de la palabra. Nuestro escritor consideró que uno de los grandes obsequios que se nos ha dado del Renacimiento francés fue justamente esa criatura que se llama “ensayo” y que fue gestada por Michel Eyquem de Montaigne, quien decía, entre tantas cosas importantes, dignas de recordación: “Je suis moi-même la matière de mon libre”, «Soy yo mismo la materia de mi libro».

El poeta y ensayista explicó que el ensayo es un género híbrido, un género mixto, un género mulato en el sentido de que se trata de una mezcla o fusión entre el intelecto y la emoción. Por un lado es la razón, el pensamiento, y por otro lado, la sensibilidad; de una parte la lógica, el Logos, y de otra parte la percepción estética de aquello que se está diciendo o que se intenta decir. El experto manifestó que el ensayo debe transpirar la personalidad del autor, la fisiología íntima de lo que escribe. Indicó que no se trata simplemente de elaborar ideas, de empatarlas, de enlazarlas para procrear un discurso sobre un tema específico de manera interesante. El ensayista de alguna forma debe ser visto y observado dentro de esas ideas, debe encarnarlas: “No solo debe decir lo que quiere decir, sino vivir lo que dice. Ahí es donde está el elemento fundamental de lo que yo creo que es el ensayo en tanto que género”, recalcó. Comentó que en el ensayo, aporta una especulación de naturaleza intelectual pero unida siempre a una visión intuitiva que se manifiesta a través de la expresión lingüística de naturaleza estética. “Si esas dos cosas confluyen, si esos dos elementos no se unen, no tenemos un verdadero ensayo. Podemos tener un informe, un tratado, cualquier escrito en prosa, pero no un ensayo”, sostuvo. Para culminar su intervención, compartió la lectura de un breve texto ensayístico con el que ejemplarizó los aspectos del ensayo.

La académica numeraria de Santiago, la lingüista Ana Margarita Haché de Yunén, invitó a los presentes a presenciar, virtualmente, el Congreso “Retorno al español del Caribe”, que coordina en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, donde es profesora, con la participación de académicos dominicanos, americanos y europeos, a celebrarse del 5 al 8 de noviembre del presente año.

Por su parte, nuestro académico de número, poeta, ensayista y crítico literario, José Rafael Lantigua, comentó varios asuntos de actualidad y se puso a disposición de la Academia para colaborar en conferencias literarias. Y José Enrique García habló del arte de la creación verbal a la luz de su experiencia como narrador y poeta, y comentó con satisfacción la acogida que han tenido sus dos obras recientes, un libro de poesía, Arcilla solo arcilla, y una novela, Taberna de náufragos, que se presentaron en el Congreso de Sevilla. Finalmente el director de la ADL asignó nuevos temas a tratar para el próximo encuentro virtual.

Luego se abrió un espacio de preguntas y sugerencias con la participación de los académicos presentes. En mi intervención nombré las actividades académicas que hemos realizado con participación presencial para poder replicar algunas de esas actividades virtualmente, como recitales de textos literarios, charlas y conferencias, coloquios y talleres lingüísticos y literarios, presentación de libros, tertulias lingüísticas y literarias, participación en tv y radio, entrevistas para la prensa escrita.

Plataforma Zoom coordinada por María José Rincón, 12 de octubre de 2020.

PLENARIA VIRTUAL DE DIRECTORES DE ACADEMIAS DE LENGUA

Recientemente tuvo lugar la reunión plenaria de directores de Academias de la Lengua convocada por el director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de Academias de la Lengua Española, don Santiago Muñoz Machado, con una programación establecida según las sugerencias propuestas.

Se regularon  las intervenciones, tanto las correspondientes al estado de los proyectos o cuestiones incorporadas al orden del día con un ponente asignado, como las preguntas y los comentarios de los participantes.

El presidente de la reunión, don Santiago Muñoz Machado, introdujo la sesión, comentó diferentes asuntos y moderó el tiempo dedicado a cada uno de los temas específicos de cada apartado en función del desarrollo general de la reunión, que tuvo una duración de 4:30 horas con un descaso intermedio de media hora. El encuentro suscitó un gran interés académico y fue gratificante y fructífero.

De las informaciones y propuestas, aquí resumo los aspectos principales:

-Se aludió a las diferentes publicaciones de la Real Academia Española.

-Se comentó la actualización del Diccionario panhispánico del español jurídico.

-Se han incorporado las palabras de la pandemia a la versión electrónica del DLE.

-Se han otorgado10 becas para la maestría de la lexicografía hispánica.

-El director comentó, elogiosamente, sus visitas a las Academias de Centroamérica y el Caribe en su condición de presidente de ASALE.

-Comentó la celebración del Congreso Internacional de la Lengua Española a celebrarse en Arequipa, Perú, en 2022.

-Sobre Fundéu dijo el director de la RAE dijo que la Real Academia Española, en su condición de institución rectora del idioma, ha asumido la dirección de esa instancia de promoción idiomática para asumir la línea orientadora de dudas y propuestas de las expresiones idiomáticas de nuestros hablantes. De ahora en adelante se llamará Fundéu-RAE.

-La Escuela de Lexicografía Hispánica continuará con cursos telemáticos.

-Está vigente la página electrónica de ASALE y de la RAE.

-Dios mediante, habrá una reunión presencial de directores de Academias en Burgos para el año 2021, si las condiciones pandémicas mejoran.

-Cada ponente del Congreso de Sevilla debe preparar un texto de su participación con una extensión de 10 páginas para una edición especial.

-Se está trabajando en la 24ª edición del Diccionario de la lengua española, que será una edición virtual.

-Se sugirió revisar las entradas del DLE con la marca de sus respectivos países.

-La RAE sigue laborando en la confección del Diccionario histórico de la lengua española. En su realización cuentan con la colaboración de académicos, lingüistas y profesores de lengua especializados en el área. Y se espera que cada Academia designe un colaborador lexicográfico.

-Está en proyecto la creación del Tesoro de la lengua española, diccionario con la colaboración de varias academias.

-La Academia Ecuatoguineana de la Lengua Española se comprometió a presentar voces y refranes de Guinea Ecuatorial para que sean incorporadas al DLE.

-La RAE patrocinará la estancia en Madrid de un académico lingüista para que conozca la metodología y los criterios históricos, lexicográficos y electrónicos para que colaboren en la confección del DHLE.

-La RAE trabaja también, bajo la orientación de Ignacio Bosque, en la segunda edición de la Gramática de la lengua española.

-La RAE trabaja también en una segunda edición del Diccionario panhispánico de dudas.

-La Academia Mexicana de la Lengua recordó que es oportuno que cada Academia formule el canon de las obras literarias de su respectivo país.

-La ACM trabaja en el Cordian con documentos del español de América mediante textos escritos de toda índole (cartas, memoriales, oficios, artículos, creación literaria, crónica, etc.) y pide que cada Academia nombre dos representantes para que colaboren con el Cordian en la presentación de escritos en lengua española.

-La RAE mantiene la edición de obras representativas de cada país hispanohablante. Este año habrá una edición de En busca de nuestra expresión, de Pedro Henríquez Ureña, con prólogo de Bruno Rosario Candelier, en representación de la República Dominicana.

-El Ayuntamiento de Nebrija invita a conmemorar el 500 aniversario del nacimiento de Nebrija, que celebrarán con actos especiales en esa alcaldía de España.

-La Academia Peruana de la Lengua pide a cada Academia el envío de unas 200 palabras del ámbito gastronómico para incorporarlas al Diccionario gastronómico de la lengua española.

 

BRUNO ROSARIO CANDELIER: ENCUENTRO VIRTUAL CON LOS MÉDICOS DE LA SOCIEDAD DOMINICANA DE MÉDICOS ESCRITORES

11 de septiembre de 2020, 7:00 de la noche

Por Miguelina Medina

   En el marco de la segunda reunión virtual de la Sociedad Dominicana de Médicos Escritores, el doctor Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, ofreció una conferencia telemática a los profesionales de la Medicina con el título “El arte de escribir”. El anfitrión de dicha conferencia fue dl doctor Reynolds Joseph Pérez Stefan, quien en nombre de sus colegas, dio la bienvenida al doctor Rosario Candelier.

Expresó el charlista su complacencia por esta participación.  Dijo tener la convicción de que la mayoría de las personas de cualquier área profesional, que han cultivado su talento para la creación, “se debe a la fe que ellos tienen en sí mismos”. Expresó que en su experiencia ha “llegado a la conclusión de que hay miles de personas que tienen talento para la creación y no se animan a lanzarse”. Dijo que “la mayoría de las personas que no se lanzan a una actividad creadora obedece a que no tienen fe en sí mismos, y es importante porque quien tiene fe en sí mismo se convence de que puede testimoniar su propia visión de mundo y de la vida”.  Señaló que todos estamos instalados en una realidad y ante esa realidad tenemos la oportunidad de enriquecernos intelectualmente y de testimoniar nuestra percepción de las cosas: “Todos tenemos intuiciones y vivencias y, si asumimos esas intuiciones y vivencias, podemos testimoniar nuestra percepción del mundo en razón de que cada ser humano dispone de un ángulo del universo, de un punto de contacto con el universo a través del cual tiene la exclusividad para percibir una perspectiva peculiar y personal de la creación”, dijo. Expresó que “quien tiene esa convicción de que está delante de una realidad de la que puede testimoniar su propia valoración, si tiene conciencia de que lo que va a testimoniar es personal, es exclusivo, es único, individual eso posibilita el desarrollo de la fe en sí mismo y, sobre todo, del talento creador”. Consignó que “el talento creador no es un privilegio de algunos seres humanos, agraciados con el don de la creación. La creatividad es una condición que se nos ha dado a todos los seres humanos desde el momento en que recibimos el don de la vida”.

Explicó que con el don de la vida fuimos dotados de una condición sagrada como le llamaba el antiguo pensador presocrático: “Fue Heráclito de Éfeso quien inventó la palabra Logos para referirse a ese poder de la conciencia mediante el cual podemos pensar, intuir, hablar y crear. Y en virtud de esa dotación de la inteligencia de nuestra mente, se desarrolla el poder de la creatividad y ese poder de la creatividad se manifiesta cuando tomamos consciencia de que, efectivamente, contamos con ese poder y cuando, habiéndonos puesto en contacto con la realidad, nos nutrimos de sus manifestaciones sensoriales y suprasensibles al entrar en relación con el mundo, con la realidad de lo viviente, y entonces podemos intuir el sentido de esa realidad”.

Expresó que podríamos también auscultarnos a nosotros mismos y dar el testimonio de lo que podemos plasmar a partir de lo que nos dicta nuestra conciencia. Puntualizó que “la propia conciencia es una fuente de creación, como lo es también la realidad de lo viviente para captar su sentido profundo”. Señaló que “las personas que se convierten en escritores, lo logran cuando dan el testimonio de su propia intuición y de sus vivencias y de su percepción de la realidad”.

Rosario Candelier dijo que “hay dos aspectos importantes para evaluar nuestro potencial creador que son, la capacidad de pensar en conceptos y pensar en imágenes”: “Quienes piensan en conceptos son los científicos, los pensadores, los que transmiten una idea de la realidad, como sociólogos, ensayistas, historiadores”, señaló. Es decir, “todo el que da testimonio de la realidad a la luz de un concepto suele ser una persona que cuando piensa, piensa en conceptos. En cambio, hay un grupo de seres humanos que cuando piensan, piensan en imágenes”, afirmó. Explicó que “ese sector de la población son los poetas, dramaturgos, narradores, pintores, músicos, arquitectos, danzantes”. Señaló, además, que “pensar en imágenes es desarrollar la capacidad para convertir en figuraciones metafóricas y simbólicas nuestra percepción de la realidad para lo cual se requiere una dotación de la inteligencia sutil en función del desarrollo de determinados circuitos neuronales del cerebro para percibir esa dimensión profunda de la realidad porque, normalmente, la dimensión profunda de la realidad se manifiesta a través de imágenes y de símbolos”.

Expuso que en las imágenes y los símbolos hay dos categorías que podrían ayudarnos para situarnos en el universo, que son el concepto del Numen y el concepto del Nous. Dijo que “los antiguos griegos llamaban Numen a la sabiduría espiritual del Universo y a través de nuestra mente podemos conectarnos con esa sabiduría espiritual si hemos desarrollado el potencial del intelecto para lograr esa conexión en función del desarrollo de la sensibilidad y de la conciencia”. Explicó que “hay una sabiduría profunda que nos llega a través del Universo que, mediante esos circuitos especiales del cerebro, podemos entrar en conexión con esos niveles trascendentes de la realidad, y ahí vienen esos fenómenos de la naturaleza, esas irradiaciones estelares que tocan nuestro cerebro y que de modo inconsciente los que tienen el desarrollo imaginativo e intelectual pueden canalizarlos creadoramente”. La otra dimensión a la que se refirió es la dimensión del Nous, que es “esa Noosfera o esfera de la supraconciencia, o de la realidad trascendente, de la cual le llegan al ser humano verdades profundas que transmiten una sabiduría sagrada y que suelen percibir los contemplativos, iluminados, santos, místicos y teopoetas”. Consignó que “para lograr una percepción profunda del Universo es necesario el desarrollo de esa sensibilidad interior, el desarrollo de la espiritualidad y de la conciencia, y en ese desarrollo ayuda el cultivo de la palabra”.

Al respecto señaló que en el lenguaje común cuando aprendemos la lengua que hablamos, la aprendemos sin estudiarla, pero para profundizar en el sentido profundo de los vocablos, para manejar con propiedad la vertiente gramatical de la lengua o la dimensión profunda de la semántica de los vocablos, hay que estudiar”, y subrayó: “Ustedes, como médicos, tienen estudios especializados y lo saben por propia experiencia. Entonces, el conocimiento de la lengua es fundamental para ampliar el horizonte del mundo”, destacó. Dijo que “la lengua nos proporciona el conocimiento del mundo, el conocimiento de la realidad, y nosotros, ubicados ante una realidad, desde nuestra sensibilidad establecemos ese vínculo con lo viviente. Y es importante lograr esa comunión con lo viviente mediante la contemplación, el silencio o la reflexión para nutrirnos de lo que las cosas dicen”.

Consignó que la realidad, permanentemente está emitiendo sonidos, imágenes, símbolos, manifestaciones sensibles y suprasensibles que nos enriquecen sensorial y espiritualmente en función de nuestra capacidad de conexión con la misma realidad. Y en función de nuestra capacidad para entrar en sintonía o en comunión con las cosas de eso va a depender el enriquecimiento interior que logremos para nutrirnos y para dotar nuestra inteligencia de la capacidad de la intuición y el desarrollo de la conciencia.

Explicó que “el concepto de ‘intuición’ es importante porque mediante la intuición podemos captar el sentido profundo de las cosas”. Y dijo que “cuando logramos comunicarnos con la realidad y establecemos esa comunión con alguna faceta de la realidad se despierta nuestro intelecto y ahí hay la posibilidad de intuir una verdad profunda, una verdad de vida o una expresión nueva de la misma realidad”: “Permanentemente, repito, la realidad está emitiendo señales con mensajes para que podamos atrapar su sentido”.  Dijo que “con esos mensajes, mediante el arte de la palabra o el arte de la creación verbal, podremos convertir en un poema, un cuento, una novela, una obra de teatro o una obra de ensayo esa realidad que percibimos y que podría servir para contribuir al desarrollo de la conciencia y al crecimiento del espíritu, para lo cual es importante que nosotros los escritores y los que aspiran a ser escritores, tengan plena consciencia del talento que poseen y, sobre todo, sientan en sí mismos el entusiasmo y la fe a partir de la recepción de la sabiduría espiritual o de la sabiduría sagrada del Universo”.

Expresó que “las grandes obras de los escritores, en cualquier género literario o en cualquier manifestación artística no es más que el resultado de esa conexión de la propia sensibilidad y de la propia conciencia con la fuente luminosa de la realidad, y entonces nos sentimos inspirados”. “La inspiración no es más que ese desborde de la sensibilidad”, afirmó. Expresó que, “además de la intuición, que es la capacidad para percibir esa dimensión profunda de las cosas, tenemos a nuestro alcance la inspiración, que es un soplo del espíritu y que de alguna manera toca nuestra conciencia para dictarnos una verdad profunda”. “También existe la revelación, pero la revelación no está al alcance de quien la busca. La revelación llega, como dice la Biblia, cuando el Espíritu quiere. Cuando el soplo del Espíritu elige a una persona y, mediante el soplo sagrado, le dicta un mensaje”, señaló.

El doctor Reynolds Pérez dio las “gracias a don Bruno por su magistral conferencia” y le expresó lo siguiente: “Llegamos a lo sublime, llegamos a otra dimensión. Parece que usted nos montó en un caballo al lado y nos llevó a todos a pasear por el Cosmos y volvimos a aterrizar”. Inmediatamente expuso su inquietud:

—RP: El concepto que siempre hemos tenido acerca de lo que hablamos de la Musa, el descenso de las Musas en el concepto de inspiración, en el escritor o en el artista, ¿en qué parte, usted piensa, del ser humano le afecta positivamente, le irrita al hombre para desencadenar la inspiración? ¿En la conciencia, en el alma, en el espíritu? ¿En qué parte del ser humano o en todas?

—BRC: Fueron los antiguos griegos quienes inventaron la palabra Musa, y antiguamente se hablaba de Musas para referirse a las deidades sobrenaturales que de alguna manera insuflaban en los seres humanos un aliento de inspiración. Puede que ese concepto sea imaginario, puede que sea real, yo sí sé que permanentemente vienen de los estratos superiores del universo, señales, símbolos, emanaciones divinas que parten de la Divinidad hasta llegar a nosotros. Nosotros formamos parte del universo creador o de la creación del universo, que es una obra divina, para los que creemos en Dios. Y, naturalmente, hay señales permanentes que están tocando la sensibilidad de los seres humanos. De tal manera que yo creo que cuando la inspiración llega, toca el cerebro de una persona… Tú preguntabas qué parte del ser humano recibe la inspiración. Es el cerebro.  El cerebro es el órgano de conexión con la realidad extrasensorial. Con la realidad sensorial y con la realidad suprasensible. Entonces, el ser humano es tocado por esas señales del universo con verdades de muy antiguas esencias, algunas veces. Y ocurre que cuando alguien recibe eso que se llama inspiración debe aprovecharla. Incluso suele manifestarse, a veces, en la madrugada, estando uno, digamos, entre sueños, de tal manera que si uno no se levanta a escribir ese mensaje, esa idea que llega, al otro día uno no se acuerda porque las Musas son celosas. Y entonces ¿qué ocurre?, que si no les hacemos caso se van, se van y tocan otro cerebro porque ellas quieren manifestarse, quieren encontrar quién plasme su mensaje.

Otra de las preguntas la realizó el doctor Frank Espino, quien, primeramente, agradeció a don Bruno “ese estímulo que nos ha dado esta noche”.

—FE: Don Bruno, conozco colegas médicos que tienen unas condiciones tremendas para escribir, que si plasman eso harían grandiosa obra. ¿No cree usted, me parece a mí, que esas personas tienen  vergüenza de que los critiquen?: Porque puede ser que una obra de usted me guste, pero que una obra de Jochy Pérez no me guste o de José López o José Silié Ruiz.

—BRC: Sin duda alguna. Ciertamente influye la realidad de uno sentir que no se atreve a manifestar lo que puede hacer con la palabra por temor a una crítica, o a un rechazo. Eso frena a mucha gente. Yo conozco gente con talento que me han manifestado lo que escriben y yo he apreciado valor en su escritura, pero ellos no se atreven a darla a conocer porque piensan que no tiene valor, y hay un temor a un rechazo. Pero ocurre que el fondo de ese temor es la expresión de una subestimación de sí mismo, y uno tiene que luchar contra la subestimación. Quien se subestima no se quiere. Quien se subestima está poniéndose por debajo de su propio talento y de sus propias condiciones. Y es importante echar a un lado esa subestimación como también es importante echar a un lado la idea de que uno no sirve para nada o que uno no puede aportar. Todo el mundo puede aportar y todo el mundo puede dar el testimonio de su propia percepción de la realidad y todo el mundo puede aportar algo nuevo a partir de sus intuiciones y vivencias en función de esa perspectiva singular y peculiar que cada uno tiene del universo cuando entra en contacto con lo viviente.

El doctor Bruno Rosario Candelier enfatizó a los profesionales de la medicina que “es importante, desde el punto de vista psicológico, tener conciencia. Cada cual tiene que aceptarse a sí mismo como es y hacer lo que puede hacer porque, si yo, como principiante, quiero escribir como escribe Marcio Veloz Maggiolo, o como escribía Juan Bosch, nunca me lanzaría. No me puedo comparar”. Expresó que cada cual tiene que seguir su propia ruta, trazarse su propio camino y no entrar en competencia con otros porque cada escritor es único y cada uno puede dar el testimonio de su realidad tal como él la percibe”. Explicó que “para eso lo más importante es ser genuino y auténtico, y testimoniar lo que usted percibe y decirlo como usted lo percibe y expresarlo en la forma como usted lo siente; y decirlo con las palabras más espontáneas, como salgan del corazón en función de nuestra convicción y de nuestra percepción de las cosas”. Recomendó a los escritores médicos la obra de Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina, La incógnita del hombre, que es un libro que da una panorámica del hombre desde su condición biológica, fisiológica y médica hasta sus manifestaciones sociales, antropológicas y espirituales que, incluso, llega hasta el nivel místico, porque él fue un creyente que sintió la vocación mística; y es un libro iluminador porque este médico hizo uso de la palabra, no solo para sanar la mente enferma y el cuerpo enfermo, sino también para elevar la condición espiritual del ser humano”.

Para finalizar, valoró de los profesionales de la medicina cuando “reciben a un paciente, el solo hecho de escucharlos y de darles una orientación, el de usar la palabra para orientar al paciente, uno sale sano del consultorio. A menudo, cuando el médico habla, el poder que tiene su palabra ejerce un efecto de sanación. Es importante que el médico tenga consciencia del poder que tiene con su palabra, en función de su palabra sanadora, de su palabra terapéutica, cuando atiende un paciente para contribuir a que la vida sea menos dolorosa”, dijo Bruno Rosario Candelier, propulsor de la espiritualidad en la literatura.

 

BRUNO ROSARIO CANDELIER: LA LENGUA Y LAS ACADEMIAS (CHARLA EN LA SEDE VIRTUAL DE TERTURAMA)

Función de las Academias de la lengua

En encuentro virtual, celebrado con el grupo de La Tertulia de Terturama, el doctor Bruno Rosario Candelier disertó sobre “La función de las Academias de la Lengua”. Luego de recibir la bienvenida por parte del moderador, su hijo el neurólogo Dr. Bruno Rosario Méndez, el director de la Academia Dominicana de la Lengua expresó su agradecimiento por la invitación, encomiando la labor cultural del grupo Terturama.

El doctor Rosario Candelier consignó que “la primera academia que se fundó fue la Real Academia Española, en 1713. La lengua española ya existía desde hace varios siglos atrás”. Dijo que el año 977 fue cuando se registró el primer documento que está señalado por los historiadores de la lengua como el inicio de la lengua española. Expuso que “en un breve documento un anónimo monje del Monasterio de San Millán de la Cogolla, en España, hizo una anotación al Padre Nuestro en latín, y esa anotación la hizo con las voces de un primitivo castellano que comenzaba a gestarse en ese territorio de Castilla la Vieja”.

Rosario Candelier expuso que “la motivación original de la fundación de la Real Academia Española fue la defensa de la lengua española para que conservara su genio”. Explicó que ante el “fuerte influjo de la lengua francesa en la lengua española a principios del siglo XVIII, y la penetración cultural del francés en España, un grupo de intelectuales, preocupados por esta situación, deciden, con el apoyo de la realeza, fundar la Real Academia Española con el fin de defender la lengua española, para estudiar a fondo la estructura del habla castellana, con el fin de escribir la gramática, el diccionario yla fonética de la lengua”. Explicó que “todos los idiomas tienen un genio idiomático, es decir, una estructura, una forma de hablar, un vocabulario, una normativa ortográfica y gramatical que no siempre tienen plena consciencia los hablantes, pero sí tienen conocimiento en cuanto a la aplicación porque con la lengua pasa un fenómeno muy singular: todos los hablantes de una lengua, tan pronto saben hablarla, indica que han asimilado el genio de esa lengua; han asimilado la estructura de esa lengua, y, por consiguiente, pueden hablar, entender lo que otros dicen e, incluso, pueden escribir”. Señaló que “se puede aprender a hablar una lengua sin estudiarla, pero para dominar una lengua hay que estudiarla, para escribir en una lengua hay que estudiar su gramática, conocer su vocabulario, consultar el diccionario, y hay que estudiar la normativa de la escritura de esa lengua en su ortografía y su gramática, que con el diccionario conforman los tres códigos principales de una lengua”.

Destacó que “el primer gramático de la lengua española fue Antonio de Nebrija y en 1492, justamente el mismo año en que se descubre América y el mismo año en que expulsan a los judíos de España, publica la primera Gramática de la lengua castellana. que a su vez fue la primera gramática de todas las lenguas neo-romances, que son las lenguas que se desprendieron del latín”. Explicó que “el latín era la lengua del Imperio Romano, y el Imperio Romano dominó en toda Europa y entonces se impuso el latín”. Dijo que “tras imponer el latín, se expandió por todos esos países, razón por la cual la lengua española nació de un desprendimiento de la lengua latina, porque en España se hablaba latín, como se hablaba latín en la región que hoy se llama Francia o en la región que hoy se llama Italia o en la región que hoy es Portugal o en la región que hoy es Rumanía”.

Rosario Candelier señaló que “con el paso de los años la lengua española se fue expandiendo”. Explicó que “ya se había expandido en América porque el Descubrimiento de América fue en 1492 y con la llegada de los españoles se implanta la lengua castellana en América”. Dijo que esa “expansión, enorme para el desarrollo territorial de la lengua española, hizo que esta fuera a la delantera frente a las otras lenguas europeas, como el inglés, el francés, el alemán y otras lenguas que se hablaban en Europa”.

Enfocó el término de ‘lengua’ en tres vertientes: la lengua general, la lengua regional y la lengua local. Explicó que cuando “todos los hablantes de una misma lengua, no importa dónde vivan (un hablante dominicano escucha a un español y lo entiende; un hablante español escucha a un hablante de Cholula en México y lo entiende porque tiene el conocimiento de la lengua general. Y esa lengua general está registrada en la Gramática de la lengua española, en el Diccionario de la lengua española y en la Ortografía de la lengua española”. Puntualizó que “cada uno de los países de nuestra América hispana tienen una forma de pronunciar diferente a como se pronuncia en España, tienen un vocabulario compartido con los españoles, pero también diferenciado del de los españoles y por eso se puede hablar de una lengua diferencial”. Dijo que “todas las variantes diferenciales de la América española en América se pueden conocer a través del Diccionario de americanismos”. Explicó, además, que “cada país de América y de todo el mundo hispánico tiene también un vocabulario específico, hablan a su manera el español”. Dijo que “los dominicanos contamos con el Diccionario del español dominicano, que justamente publicó la Academia Dominicana de la Lengua, como también publicó el Diccionario fraseológico, y el Diccionario de refranes, y el Diccionario de símbolos y el Diccionario de mística”, y señaló que “cada país de América ha publicado su propio diccionario, que es un diccionario diferencial ya que registra las voces que se usan en ese territorio donde se habla español”.

Rosario Candelier explicó que “tenemos millones de hablantes” y que “los hablantes son los propietarios de la lengua”. Consignó que “las Academias de la lengua regulan lo que hacen los hablantes y establecen la norma para que el hablante se rija por esa pauta ortográfica o gramatical”. Explicó que “los buenos hablantes están conscientes de esa realidad y se preocupan por estudiar la normativa de la lengua como la proponen las Academias de la lengua”.

Bruno Rosario Candelier puntualizó que “el servicio que las Academias de la Lengua han hecho a los hablantes, en este caso, del mundo hispánico, es el de dar a conocer nuestra lengua, potenciar la forma ejemplar, fomentar la conciencia de lengua y estimular el uso del lenguaje del buen decir”. Expresó que “tiene conciencia de lengua el hablante que se preocupa por conocer el sentido de una palabra”.

Ante la inquietud del moderador, Bruno Rosario Méndez, quien externó que “la gente piensa, a veces, que la Academia es una estructura de élite”, Rosario Candelier expresó lo siguiente: “Cuando fui elegido director de la Academia Dominicana de la Lengua, ciertamente la institución era bastante cerrada, y era de élite. Entonces me propuse abrir la Academia y conectarla con la sociedad. Primero concebí actividades lingüísticas y literarias abiertas al público en la sede de la institución, en la capital dominicana. Pero no solo eso, esas actividades las llevé a diferentes instituciones docentes y culturales, y a varias poblaciones del país”. De las localidades mencionó a La Vega, San Francisco de Macorís, Nagua, Moca, Santiago, Mao, Montecristi, Barahona, Azua, Baní, Higüey, Hato Mayor, La Romana, San Pedro de Macorís”, entre otras.

El doctor Rosario Candelier se refirió a los antiguos pensadores presocráticos entre los cuales destacó a Heráclito de Éfeso. Dijo que “Heráclito de Éfeso fue el primer pensador en el mundo que ideó una palabra para referirse al poder de nuestra conciencia para pensar, intuir, hablar y crear, y esa palabra que él ideó es Logos, el Logos de la conciencia, que tienen todos los seres humanos en cuya virtud podemos desarrollar las inclinaciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales”. Expresó que “es ese concepto es clave porque nos hace tomar consciencia de esa virtualidad operativa y creativa que tenemos los hablantes de cualquier nivel intelectual, de cualquier lugar o región y de cualquier lengua porque es una peculiaridad de los hablantes tener la dotación del Logos”. Dijo que “en virtud del Logos de la conciencia desarrollamos el poder creador de la palabra, que es una de las funciones que también promueven las Academias de la Lengua porque desde las academias se promueve el estudio de la lengua y el cultivo de las letras”. Expuso que “el cultivo de las letras se manifiesta en la creación literaria: en la creación de poesía, cuento, novela, teatro, ensayo, crítica literaria y estudios filológicos”: “Esa es, entonces, la importancia de las Academias porque inyectan en nosotros un interés por la lengua, nos transmiten la conciencia de que debemos profundizar en el estudio de nuestra lengua, que es la que, a su vez, nos da la categoría para tener presencia en una sociedad. La lengua nos da la categoría para testimoniar nuestras intuiciones y vivencias a través de la palabra. De hecho, los hablantes que triunfan en la sociedad son los que tienen el dominio de la palabra, y eso se aprecia en los políticos, los maestros, los comunicadores, los sacerdotes, los escritores y en los hablantes cultos de cualquier profesión, porque demuestran un saber que se manifiesta a través de la lengua, ya que la lengua es el instrumento que tenemos los hablantes para adquirir y promover un conocimiento del mundo y tener un horizonte intelectual elevado, luminoso, edificante, con relación a eso que se llama cultura”, puntualizó Rosario Candelier.

 

Sesión de preguntas y respuestas  

—MIGUEL MORENO: Mi pregunta está referida a la moda actual del lenguaje inclusivo, donde ya no se dice “lo o la” y se quiere decir “le” y se quiere usar la “e” como inclusivo. ¿Qué usted piensa de esa nueva moda?

—BRC: Personalmente, y también en las academias, pensamos que esa moda es un disparate que han querido implantar las feministas, con lo cual le han hecho daño al idioma y al desarrollo de la cultura, porque ellas, aparentemente, tienen buena intención porque lo hacen pensando en que el lenguaje que llaman inclusivo contribuye a la mejoría de su vida.  El lenguaje del doble género suele ser contraproducente, antigramatical, antieconómico, antiestético y anti-lingüístico. Podría explicar cada una de esas palabras, si es necesario, pero tengan presente lo siguiente: no es necesario decir “Saludos a todos y a todas”. Si se dice “Saludos a todos”, en la palabra “todos” están incluidos los presentes, sean hombres o mujeres. Entonces para qué utilizar el doble género si no es necesario. Habrá alguna circunstancia en que podría ser necesario, pero muy rara vez.

—J. C. TRIFFOLIO: ¿Cómo es que llega una palabra al diccionario?

—BRC: Las academias presentan a la Real Academia Española la incorporación de una nueva palabra. ¿Cuándo se propone la incorporación de una palabra? Cuando ya tiene una vigencia en un país determinado, por lo menos durante cinco años, porque tú sabes muy bien que surgen palabras que desaparecen. Entonces, si una palabra surge ahora y se pone de moda y la gente la usa durante un año o dos años, y luego desaparece, no vale la pena incorporarla al diccionario. Sí se justifica incorporar esa palabra en un diccionario si un escritor la registra en un libro, porque hay libros que registran palabras del momento, sobre todo libros de narrativa. Entonces, yo mismo he tenido, digamos, la fortuna de haber propuesto a la Real Academia Española la incorporación de dominicanismos, como chin, tutumpote, mangú. Más de 100 palabras he propuesto que reconozcan y que en efecto han introducido al Diccionario de la lengua española.

—CÉSAR NÚÑEZ: Mire, yo quería preguntarle: nosotros ocupamos el segundo lugar en cuanto a la población mundial: 483, 000, 000 hablamos español en el mundo. Yo quería saber, ¿qué tan difícil le hace a un extranjero –un alemán, un hindú, un americano– aprender español? La gramática de nosotros, ¿qué tan complicada es comparándola con otros idiomas?

—BRC: El testimonio que yo he escuchado de hablantes extranjeros es el de que es complicada la gramática de la lengua española. De hecho, yo llegué a dar clases de español para extranjeros en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, y ellos me decían que les resultaba difícil asimilar y aplicar la normativa gramatical de nuestra lengua. Los que saben varios idiomas dicen que el español es una de las lenguas más complejas. Y es de las más complejas porque es de las más precisas y rigurosas. Es decir, tenemos un armazón idiomático bien articulado, una plataforma gramatical bien definid y estructurada. Por supuesto, eso, en vez de desdecirnos, nos favorece porque indica que hablamos una lengua de alta categoría idiomática a nivel mundial. Es complicada y por eso hay que estudiarla.

—OMAR VÁSQUEZ: No es un secreto para nadie que Miguel de Cervantes Saavedra inmortalizó la literatura hispánica con su magistral obra Don Quijote de la Mancha.  Hay una peculiaridad en su escritura, incluso en los temas que utilizaba, bueno, no eran propios de la lengua. Mi pregunta es: ¿esas expresiones y temas que él utilizaba influenciaron en lo que es la Real Academia Española?

—BRC: Sin duda alguna, porque la misma RAE ha reeditado varias veces a Don Quijote, con estudios escritos por académicos de la lengua, y propone como modelo a Cervantes, porque Miguel de Cervantes usó la lengua española en su más alta ejemplaridad: desde el punto de vista del vocabulario, de la hondura de conocimiento del mundo y de la interiorización de la conciencia, con la propiedad como usaba las palabras de la lengua castellana. De hecho, muchas de las palabras que usaba Miguel de Cervantes se corresponden con el nivel culto del lenguaje, algunas ya ni se conocen; pero él escribió con la más alta calidad técnica de la redacción novelística y con la más alta pureza idiomática de la lengua española. Los mismos escritores lo han leído, justamente, para impregnarse de la sabiduría idiomática que ilustró Miguel de Cervantes en su narrativa.

—MANUEL LLIVRE: Como usted siempre ha estado en contacto con nosotros los escritores, incluso es el creador del principal movimiento literario que hay en la República Dominicana, que es el Interiorismo, un movimiento que estudia y propone la Poética Interior. A mí me gustaría, si usted pudiera comentar un poco, porque siempre hablan cosas malas de los dominicanos: que no leemos, que somos los últimos en todos lados, salimos siempre de último por todos lados. Pero en su experiencia como académico y como crítico, ¿cómo valoran internacionalmente las academias a la literatura dominicana y a los escritores dominicanos y cómo estamos, a su juicio, en términos de léxico, en términos de ese lenguaje, de esa intelectualidad que se espera de un escritor?

—BRC: No te voy a decir que estamos por los ramos, como aquella canción. ¿Te acuerdas de esa canción?

—MANUEL LLIVRE: Sí, claro, “La chiva blanca”.

—BRC: Bien, fíjate, Manuel, tenemos un adecuado reconocimiento. En primer lugar, la Academia Dominicana de la Lengua ha logrado un reconocimiento a nivel internacional, comenzando por la misma Real Academia Española, por lo que hacemos. Nuestra Academia es una de las más activas en el mundo hispánico. Bueno, tú sabes que la literatura, por alta que sea la calidad del escritor, si no tiene la suficiente promoción, pues, no alcanza el reconocimiento que su obra merece. Nuestra promoción literaria es muy pobre a nivel internacional, de tal manera que con dolor te puedo decir lo siguiente: una vez me puse a buscar en la librería más importante de Madrid, que es La Casa del Libro, busqué libros de autores dominicanos, ¡y no encontré un solo libro! Pero lo mismo hice una vez en Argentina y otra vez en Costa Rica y no tenemos esa representación en los libros. El Ministerio de Cultura de nuestro país tiene esa tarea pendiente. Corresponde al Ministerio de Cultura promover a los escritores y sus obras. Puede hacer una selección de escritores que representen cada género literario y promoverlos a nivel internacional. Hay países que han logrado una presencia mundial justamente porque han contado con ese respaldo institucional, de parte del organismo oficial para promover sus creaciones literarias, como por ejemplo en Argentina, Colombia y México, cuyos autores tiene promoción internacional porque cuentan con el respaldo de instituciones que tienen el poder para hacerlo. Los escritores no tienen el poder económico para convertirse en promotores de su propia obra. Se necesita el respaldo de instituciones. Entonces, esa limitación, ojalá un día sea asumida por los dirigentes del Ministerio de Cultura que es el organismo llamado a promover lo que producen con su palabra los intelectuales que se dedican al cultivo de las letras en poesía, narrativa, teatro, ensayo y crítica literaria.

La noche literaria virtual con el director de la Academia Dominicana de la Lengua y presidente del Ateneo Insular culminó con el esplendor de los participantes y la promesa de que nuestro Maestro volvería a participar en una nueva sesión literaria en Terturama. El moderador agradeció a todos, la participación y, de manera espacial a su padre,  Bruno Rosario Candelier, por la excelente charla sobre nuestra lengua y Academias de la Lengua.

(https://www.youtube.com/watch?v=cmPav8qPx58),  3 de septiembre de 2020. 8:00 p. m.

EMILIA PEREYRA: LA CIUDAD EN MI OBRA NARRATIVA

La académica de la lengua, narradora interiorista y periodista dominicana Emilia Pereyra participó, de manera virtual, en uno de los diálogos transversales que realiza la Fundación Erwin Palm, mediante la plataforma Facebook live, en el que la destacada escritora habló de su narrativa en “La ciudad bajo palabra”.

Emilia Pereyra, miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua y miembro titular del Ateneo Insular, es una destacada escritora y periodista dominicana. Al hacer uso de la palabra, la novelista confesó que cuando le propusieron el tema se puso a pensar en cómo en su narrativa había utilizado la ciudad y se dio cuenta de que hay una relación muy profunda entre varias de sus novelas y la ciudad. Empezó su intervención hablando sobre una de sus novelas que se titula Coctel con frenesí, muy del Santo Domingo de finales del siglo pasado y que es bastante urbana. Detalló que esta novela tiene como protagonista a un personaje llamado Burundi, un hombre de la calle que se dedica a recoger cosas y a deambular por la ciudad. En esta novela el Santo Domingo que se refleja es el marginal, acotó la narradora.

Pereyra, quien es muy reconocida por su carrera periodística, contó que se le ocurrió escribir esta novela porque tuvo la gran suerte de que cuando hacía reporterismo en El Siglo, el gran diario dominicano, pudo elaborar una serie de reportajes sobre la gente que vivía en la calle: “Fue un trabajo muy arduo de investigación en el que pude hablar con muchas de esas personas y vi muchos episodios dolorosos. Se publicaron los reportajes y durante varios años yo me quedé pensando en ese tema y finalmente escribo la novela Coctel con frenesí”, dijo.

Subrayó que en Coctel con frenesí se retrata mucho lo que era Santo Domingo de esa etapa y la vida de Burundi, quien tenía que recoger en la basura para comer y que transitaba continuamente por los lugares más pobres: “El Mercado Nuevo”, “Guachupita” y otros barrios muy pobres de Santo Domingo donde le pasaban cosas. Pero también Burundi recorría El Conde, El Malecón y sectores que tenían un mayor desarrollo.

La narradora señaló que en esta novela y a través del personaje, podemos percibir eso que ejercía la ciudad en este tipo de personas, porque Burundi no era el único personaje. Esa violencia subyacente en la realidad que se traduce en la obra, también se refleja y tiene un gran peso en ella. “La novela es profundamente urbana. Vamos a encontrar el léxico de la ciudad, los olores de la ciudad y esas imágenes de esa parte tan marginal, pero también se reflejan los espacios amables y agradables, como El Malecón, el mar, el sol y el olor”, agregó nuestra reconocida narradora.

La académica manifestó que en esta novela, como pasa en otras que se centran en retratar este espacio, vamos a ver parte de la realidad pero tamizado por la mirada de la autora.

Expresó la narradora interiorista que su obra Coctel con frenesí tiene un peso muy grande. Ha sido estudiada por varios académicos, dominicanos y extranjeros, tal es el caso de un estudio que elaboró una académica norteamericana sobre esta novela, donde hace un enfoque sobre el tratamiento que se le da a la ciudad de Santo Domingo en ella, y consignó: “Lo que se pudo lograr en la novela Coctel con frenesí, que es la más reciente, fue bastante interesante porque la lectura de esa situación que vivía Burundi y de su desplazamiento por la ciudad de Santo Domingo, sobre todo, por los sectores marginales, fue lo que provocó que unos editores noruegos se interesaran por la novela, quienes me pidieron que los llevara por los lugares donde había estado Burundi y pudieron comprender un poco más de la ciudad”, comentó Emilia Pereyra al decir que para ella fue una gran experiencia trabajar el tema urbano. A partir de entonces, ella le ha puesto una mayor atención a la ciudad.

La narradora azuana también habló de su novela titulada El grito del tambor, con el personaje de Francis Drake, en la que también la ciudad de Santo Domingo de esa etapa histórica queda proyectada: “Cuando yo me preparaba para escribir esta novela histórica, identifiqué los sitios donde había estado Francis Drake y que teníamos testimonio de que verdaderamente él estuvo allí. Una de las tareas que me asigné fue recorrer esos sitios. Me iba a la Ciudad Colonial los domingos en la mañana para estar y hacer paradas en los sitios de Drake. De modo que esa Ciudad Colonial de esa época, que también tenía problemas de diversos tipos, está reflejada en esa novela”, relató la narradora.

Emilia Pereyra expresó que, como escritora, estima que el espacio urbano es fundamental a la hora de escribir, no solo porque nos da un marco, que es clave para narrar, sino porque a través de esa narrativa nosotros podemos transmitir imágenes y también parte de la realidad de lo que ha sido, aunque no hayamos vivido exactamente esos momentos.

Además, habló de Cenizas del querer, novela de su autoría que se desarrolla en Azua de Compostela, su ciudad natal. En esta novela, Emilia Pereyra compartió que trabajó con los recuerdos de su infancia, de manera que se refleja la ciudad de Azua de ese tiempo. Pero destacó que la novela tiene episodios de Baní, ya que la protagonista se desplaza y recorre algunos lugares de Baní y se transmite toda la impresión que le causaba esa provincia tan cercana a Azua.

Finalmente, la agraciada narradora indicó que las personas que trabajan la narrativa, que crean cuentos, relatos y novelas, aun cuando no lo hagan conscientemente, están poniéndole mucha atención a la ciudad refiriéndose a sus paisajes, pero también a esa atmósfera que está presente siempre, que vamos captando en el diario vivir y en un momento determinado nos va a salir en un cuento, en un poema o en una novela.

Al concluir, Emilia Pereyra destacó la importancia de ponerle atención a la ciudad al momento de narrar, ya que es un gran motivo literario y, además, permite dejar para la posteridad estampas, imágenes e historias sobre lo que es nuestra ciudad o nuestro país en alguna temporada: “Ponerle atención a la ciudad tiene un gran valor, más allá de lo que nos pueda aportar el periodismo, de lo que nos pueda decir la historia y de lo que nos pueda decir la poesía. Creo que es muy importante lo que tenga que decir la narrativa sobre la  ciudad”, expresó al final de su disertación.

Santo Domingo. Transmisión Facebook Live Fundación Erwin Palm.

 

BRUNO ROSARIO CANDELIER: “DIÁLOGO DE LA CULTURA DE AMÉRICA LATINA”

Me complace participar con esta charla telemática en este “Diálogo de la cultura de América Latina”, convocado por don Marco Lucchesi, presidente de la Academia Brasileña de Letras. Me parece muy oportuna, de parte de don Marco, la convocatoria de este diálogo en razón de la circunstancia, de la peculiar circunstancia que estamos viviendo en este doloroso período de pandemia y encierro a consecuencia del efecto negativo del coronavirus que está afectando al mundo entero.

Pues bien, un hecho cierto que se puede inferir de esta dolorosa circunstancia es habernos dado cuenta de que antes vivíamos felices y no lo sabíamos. ¿Qué implica eso? Bueno, que ahora estamos lamentando, en primer lugar, el riesgo para nuestra salud del contacto humano entre personas en diferentes ambientes, lo que antes no percibíamos o lo que antes no implicaba riesgo. Ciertamente, en la historia de la humanidad ha habido muchas pandemias y, en cada circunstancia adversa que provoca una pandemia, los seres humanos tienen que recogerse y aislarse. Y digo que han ocurrido muchas pandemias porque la misma historia así lo confirma. De hecho, en tiempo de Jesús, por ejemplo, ocurrió la pandemia terrible de la lepra. Los que tenemos la edad de adulto mayor, pues, vivimos en nuestra infancia una pandemia fruto de la viruela y nuestros padres vivieron en su infancia la pandemia que produjo una gripe malísima, la llamada “gripe española” al término de la primera guerra mundial que, naturalmente, afectó a millones de seres humanos. Es decir, cada cierto tiempo hay pandemias. En la película “Lo que el viento se llevó”, inspirada en la novela de Margaret Michel, que es uno de los mejores filmes que se han realizado en la historia de la cinematografía, hay el relato de una pandemia y se nota cómo la gente tenía que ocultarse en la casa y evitar el contacto para no tener contagio del virus gripal que mató mucha gente hacia finales del siglo XIX. En fin, traigo a colación ese detalle por la idea que señalé al principio de que antes vivíamos felices y no lo sabíamos. Significa, entonces, que esto debe servirnos de reflexión, no solo para reconocer lo que somos, sino sobre todo, para ponderar lo que podemos hacer en función de nuestras inclinaciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales, y, naturalmente, eso es fruto del Logos.

El Logos de la conciencia fue ideado por Heráclito de Éfeso, uno de los antiguos pensadores presocráticos, quien habló por primera vez del Logos y asignó a esa energía de la conciencia el nombre de Logos, en cuya virtud podemos hablar, pensar, intuir y crear. Y esas cuatro manifestaciones de nuestra capacidad intelectual, enaltecen la condición humana y, desde, luego, nos permiten testimoniar nuestras intuiciones y vivencias con un propósito creador. De hecho, en este período de pandemia mucha gente ha tenido que reflexionar y pensar en su propia situación. En primer lugar, disfrutar la soledad, la soledad que tan poco estimula nuestra cultura. La contemplación, el silencio, la soledad son factores indispensables, muy importantes para el conocimiento de nosotros mismos, para la observación de la realidad, para uno auscultarse a sí mismo y, sobre todo, para ponernos en contacto con los efluvios de la Creación y, desde luego, con las manifestaciones suprasensibles de los mundos sutiles, porque nosotros estamos instalados en una realidad, en una particular realidad. Todos tenemos un punto de contacto con el Universo y, desde ese punto de contacto con el Universo, tenemos acceso a una dimensión de la realidad que solo nosotros conocemos y, por consiguiente, si tomamos consciencia de que tenemos un punto de contacto con el Universo en cuya virtud podemos percibir determinadas manifestaciones sensoriales y suprasensibles, no solo se fortalece nuestra comprensión del mundo, sino nuestra capacidad cognitiva y nuestra vocación creadora. Desde luego, eso nos permitirá tener consciencia de un poder creador que tenemos para lo cual, naturalmente, se necesita tener fe: fe en uno mismo, fe en el propio talento creador, fe en la capacidad de testimoniar una visión del mundo que pueda iluminar a otros, a valorar la vida y nuestro propio ser y de lo que podemos hacer por los demás, porque justamente cada ser humano puede hacer algo por los demás. No solamente estamos llamados a desarrollarnos a nosotros mismos para crecer material y espiritualmente, sino que también podemos contribuir a hacer mejor nuestra sociedad. Eso es algo que nos puede enseñar este período de pandemia: ¿qué podemos hacer por los demás?, ¿qué podemos hacer por nuestros vecinos?, ¿qué podemos hacer por nuestra comunidad?, sobre todo, ¿qué podemos crear de manera que haya un aporte de nuestra conciencia, un aporte de nuestra sensibilidad, un aporte de nuestra intuición para hacer mejor y más placentera y más significativa la vida humana? Para eso, naturalmente, es importante, adquirir conciencia social, conciencia cultural y conciencia espiritual, el sentido del valor de la cultura, el sentido de la idiosincrasia de nuestra lengua, de la idiosincrasia de los pueblos y las lenguas de otras culturas, lo que sería factible y posible, y de una mayor posibilidad de acción, si logramos cierto desarrollo intelectual, estético y espiritual y, en lo posible, si podemos lograr el sentido de la iluminación. ¿Iluminación para qué? Para tener una mejor comprensión de lo viviente. ¿Iluminación para qué? Para tener una concepción adecuada de la naturaleza. ¿Iluminación para qué? Para tener una mejor comprensión de lo humano. Para tener una adecuada valoración de un ideal, un ideal de vida; iluminación para tener una auténtica y genuina compresión de lo viviente a la luz de lo divino.

Nosotros estamos hechos a imagen y semejanza del Creador del mundo, somos parte de la misma Divinidad ya que somos una emanación de la Divinidad. Tener consciencia de eso es algo muy importante para nosotros ponderar la alta significación de la vida humana con un sentido de respeto, con una amorosa visión de la realidad y de la existencia, con una valoración del amor y la sabiduría, dos aspectos claves para tener un mejor y más grato sentido de la vida. Porque, ciertamente, como escribiera Manuel Mejía Vallejo, en un tango llamado “Volver”, cantado por el famoso cantante argentino Carlos Gardel, se dice que “no es un soplo la vida”. Y, efectivamente, no es un mero soplo la vida. ¿Por qué? Porque encarnamos en nuestra condición humana el soplo del Espíritu, que es inmarcesible, y que enaltece nuestra condición humana. En tal sentido es importante tomar consciencia de estos aspectos que he comentado y esa es la importancia de este “Diálogo de la cultura de la América latina” convocado por don Marco Lucchesi, presidente de la Academia Brasileña de Letras, a quien le agradezco esta invitación cuya participación la hago en nombre de la Academia Dominicana de la Lengua. Agradecido por esta invitación, les habló Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua. Muy buenas tardes a todos ustedes y espero que sigamos avanzando en nuestro derrotero hacia la luz. ¡Feliz jornada!

Academia Dominicana de la Lengua, 13 de agosto de 2020.

 

 

JUAN DANIEL BALCÁCER ENCOMIA NOVELA DE MONS. FREDDY BRETÓN

Monseñor Freddy Bretón

Santiago

Apreciado Monseñor:

Hace días que deseaba escribirle, primero para felicitarlo por su obra Los entresijos del viento. Novela intencionalmente eólica (Santo Domingo, 2020), recientemente galardonada con el prestigioso “Premio Nacional Feria del Libro, Eduardo León Jimenes”; y, segundo, para –nada más apropiado frente a un sacerdote- confesarle que la lectura de su magnífico texto constituyó para mí una experiencia estética y espiritual sobremanera enriquecedora.

Esta última semana en que compartí la lectura de su novela con la de otros textos más afines con mi trabajo de historiador, resultó para mí verdaderamente estimulante, toda vez que su obra me permitió aproximarme a su universo particular, que tan magistral e ingeniosamente aparece delineado en la misma. En cuanto se refiere a algunos acontecimientos históricos que marcaron el alma colectiva dominicana, lo mismo que la subconsciencia de nuestra generación, puedo afirmar que uno de los motivos por los que más me identifiqué con su novela es que ambos, por separado, y en diferentes circunstancias, compartimos similares vivencias.

Nací en Santiago (1949) y mi familia salió de allí hacia 1960, estableciéndose en la capital, en donde viví una etapa crucial de mi adolescencia. Fui testigo del ajusticiamiento de Trujillo, de las convulsiones sociales post dictadura y luego de la revolución y guerra patria de abril de 1965, acontecimientos que evidentemente dejaron profundas huellas en mi persona. Tras finalizar la guerra, salí hacia New York en donde residí por espacio de diez años; de manera que también allí, como estudiante, no solo participé en las protestas contra la guerra de Viet Nam, sino que me identifiqué con las luchas que propugnaban por el fin del apartheid prevaleciente en la sociedad estadounidense. Presencié, además, la eclosión del movimiento hippy junto con las manifestaciones culturales que en esa época adversaban el establishment y que fueron etiquetadas como “contracultura”.

La Moca de su época infantil y adolescente, bucólica, pastoril y eminentemente rural, que usted ha cincelado cual escultor de la época helenística, la conocí someramente. Pero el Santiago de mi niñez, pese a que era un centro urbano más desarrollado que Moca y poblados aledaños, no distaba mucho de ciertas costumbres y tradiciones que usted rememora y rescata en su obra. (Por ejemplo, todavía en 1960, cuando mi familia salió de Santiago, recuerdo algunas recuas de mulos transportando por las calles ya asfaltadas diversos tipos de mercancías, así como también el trueque que ocasionalmente hacían campesinos en nuestra casa de pollos, gallinas y víveres por ropa ya en desuso).

Pero esta carta no es acerca de mi persona, sino que está motivada por Los entresijos del viento. Desde la primera página quedé atrapado por su elegante, sencillo, limpio y erudito estilo literario. Igual impacto me produjo la admirable manera en que ha logrado combinar el cuento breve, poesía y prosa de forma tal que el resultado es una nueva creación singularmente original en el ámbito de la narrativa criolla. Sus reflexiones filosóficas, espirituales y místicas, así como sus referencias a hechos históricos, a la sabiduría y al arte populares, invitan a hondas meditaciones y constituyen otros ingredientes que tornan su novela en una novedosa expresión de la narrativa social y de ficción en nuestro país.

En la medida en que me adentraba en su obra, las figuras del viento, el río profundo o río de la vida (cuyo incesante fluir rememora el río de Heráclito), así como las referencias a los espejos, la noche y la vigilia (temas que atormentaban a Borges), no solo me deslumbraron, sino que me cautivaron y emocionaron sobremanera. Al borde de todos mis sueños/ corre un pequeño río/ Llega y se estaciona/ sin tiempo/ el suave canto de cristal risueño… El río de la vida asoma una y otra vez a lo largo del texto, y así aprendemos que, del costado de Cristo crucificado, como si se tratara de una inagotable fuente cristalina, emana “todo el caudal precioso/ de aquel río profundo” que habrá de conducirnos a lo inefablemente eterno.

El capítulo final, “Barlovento”, es de una belleza y profundidad filosóficas sencillamente extraordinarias. Como también yo me siento en el crepúsculo de mi vida, al principio creí que era yo quien me confesaba en una suerte de testamento final: “Ahora que se achican mis días salpicados de inequívocas señales del ocaso, siento ya corto el aliento y apenas distingo si las familiares chicharras suenan afuera o en mi propia cabeza. Solo diré que me conformo con soñar lo que fue y lo que vendrá. Esperar y soñar no es tarea desdeñable para concluir mi periplo”. Su poema Hacia la fiesta es un canto de esperanza que prefigura el paradisíaco más allá del que hablan los evangelios. Estimo que gran parte del contenido de su hermoso libro no es ficción, sino que más bien es una manifestación concreta de sus convicciones y de su acendrada fe en el “Padre de la armonía” que finalmente habrá de mostrar el camino hacia “la Patria celestial”.

Le pido disculpas, monseñor, por esta extensa misiva que le sustrae tiempo a su labor pastoral; mas no quiero dejar de aprovechar la ocasión para agradecerle infinitamente haberme introducido al maravilloso mundo que se descubre leyendo Los entresijos del viento.

Sin otro particular, le saluda, con sentimientos de distinción y admiración,

Juan Daniel Balcácer

Santo Domingo, 25 de junio de 2020.

CHARLA DE MARÍA JOSÉ RINCÓN EN FUNDACIÓN ERWIN WALTER PALM

(https://www.facebook.com/99321856747/videos/595315397763966/)

8 de julio 2020, 7.00pm.

 

¿CÓMO HABLA LA CIUDAD DE SANTO DOMINGO?

 

La introducción al conversatorio estuvo a cargo de José Enrique del Monte, quien dio las gracias a los invitados y expresó que “estos diálogos son dedicados a la ciudad y cómo se relacionan con los distintos elementos de la cultura, aquellos elementos intangibles que son los que definen un territorio y dan las características que pueden ser identificadas por usuarios visitantes y residentes permanentes”. Dijo que la Ciudad Colonial de Santo Domingo “es Primada de América y hemos tenido 500 años de evolución de una cultura que hoy nos enorgullece”.  “Nos interesa determinar ¿cuántos tipos de hablas pueden existir en la ciudad de Santo Domingo? ¿Cómo se diseminan en el territorio? ¿Quiénes forman parte de un grupo determinado que utiliza giros y vocablos específicos? ¿Qué tan rica es la lengua urbana y cuál es su dinamismo? ¿Cómo se incorpora el habla de la calle a la lengua formal? ¿Tiene cada barrio su propia jerga que lo identifica? ¿Cuáles son los espacios públicos donde el habla urbana se manifiesta con fuerza? ¿Qué influencias tiene esta manera de hablar?”, señalaba José Enrique del Monte, moderador de este diálogo virtual, y puntualizó que “a través de estas preguntas se pretende hacer un mapa mental de cómo la lengua se apropia del territorio y hasta dónde influye generar fronteras o vínculos?”.

 

María José Rincón es filóloga de la Universidad de Sevilla, nacida en Sevilla, España, y residente en Santo Domingo desde 1992. Es doctora en Filología y Lexicógrafa por la Universidad de Educación a Distancia de Madrid y miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua.

 

María José Rincón, al tomar la palabra, dijo lo siguiente: “En su presentación, José Enrique del Monte nos propuso «Cómo se habla en Santo Domingo»”, y yo quiero proponer «Cómo hablamos en Santo Domingo», porque a veces nos cuesta reconocernos a nosotros mismos y la lengua es un rasgo de nuestra identidad. Y luego, yo voy a aterrizar en la Dialectología, así nos complementamos un poco. Y, como mi especialidad es la lexicografía —que es hacer diccionario—, voy a hacer un poquito de referencia al Diccionario del español dominicano y cómo sus matices sociolingüísticos y dialectológicos se reflejan en el diccionario”.

 

Rincón señaló que “todo el mundo piensa que una académica debe defender que la lengua es algo estable, monolítico y rígido, y eso no es así. Ese es uno de esos mitos que hay relacionados con la Academia. Por eso yo pongo ahí que la lengua, fundamentalmente, es amplia. Yo digo que la lengua española es extensa e intensa: es extensa en historia y es extensa en territorio: es decir, tiene muchos siglos de historia y mucha amplitud geográfica y humana; eso necesariamente tiene que tener como consecuencia que es una lengua muy variable. Por lo que me gusta empezar es por decir que mucha gente piensa que las variaciones, las diferencias, los matices, son algo negativo, y es exactamente lo contrario: la variedad, la riqueza, el cambio es lo que es fundamental para la lengua, eso es lo que le da la riqueza, esa es la gran riqueza de la lengua española. Por eso yo pongo aquí (se refiere a su presentación gráfica) «asúmelo, la lengua es cambio»”, puntualizó la académica. Explicó que “si la Academia Dominicana de la Lengua hizo un diccionario en el 2013, y hoy en el 2020 falta la mitad de las palabras, pues, hay que asumirlo porque esa es la realidad de la lengua, saber que eso es así y si no fuera así la lengua no funcionaría. La lengua, fundamentalmente, es cambio”.

María José citó un pensamiento del venezolano Ángel Rosenblat que dice: «Las divergencias son solo pequeñas ondas en la superficie de un inmenso océano», lo que se refiere a las variedades entre unos territorios y otros. Explicó que nos encanta diferenciarnos, saber que eso es lo que nos caracteriza y ponemos siempre el acento en esa diferencia, pero generalmente esas diferencias son lo menos en el gran océano de la lengua. Dijo que “más de un 80 por ciento de nuestro patrimonio léxico —es decir, de nuestro vocabulario— es común”. Y señaló que “por eso logramos entendernos de una punta a otra del Continente americano, de un lado a otro del océano atlántico”. Sin embargo, apuntó María José, “a pesar de que, fundamentalmente la lengua es cambio, tiene sus mecanismos para mantener la unidad: la unidad tiene mucho que ver con la actitud, tiene que ver mucho con esa disposición que tiene el hablante para analizar su propio sistema lingüístico, es decir, para analizar cómo habla”. Dijo que en República Dominicana —y en muchos otros sitios— tenemos una asignatura pendiente.

¿Cómo hablamos los dominicanos?  Explicó María José Rincón que ante la pregunta frecuente que ella recibe de «¿por qué hablamos tan mal, los dominicanos?», ella responde: «¿Quién ha dicho que los dominicanos hablan mal? No lo entiendo, eso lo dice usted, no lo diga de mí porque no es mi opinión». Agregó que “hay dominicanos que hablan mal, pero como hay de cualquiera otra nacionalidad que hablan muy mal. El hablar bien o mal no tiene que ver con la variedad lingüística que uno utiliza, tiene que ver con las oportunidades de formación, con el dominio de tu instrumento lingüístico, que se aprende en la escuela”. Y agregó: “Evidentemente si tu entorno social favorece ese aprendizaje te va a ir mejor, con más facilidad, pero no es imprescindible”, añadió. Dijo que “generalmente la escuela te tiene que dar esas herramientas y si la escuela es mejor, si tu formación es mejor, esas herramientas te van a ayudar a mejorar tu instrumento lingüístico por ti mismo, a tener autoestima lingüística”. Y puntualizó: “Por eso yo insisto mucho en la autoestima lingüística: tenemos que enseñarle a nuestra gente que nosotros no hablamos mal, como se habla en República Dominicana no tiene nada que ver con que sea mal o bien, tiene que ver con unas características determinadas”.  Enseñó la filóloga que “esos mecanismos propios que tiene la lengua para mantener la unidad, no es la uniformidad —que no es deseable en la lengua, que no la homogeneidad—, no se trata de que todos hablemos igual, ni de que desechemos las diferencias por arriba —es decir, por el registro culto— o por abajo —por el registro coloquial— o por el registro popular o por el registro jergal; se trata de mantener la unidad de la lengua”. Explicó que “esos mecanismos de unidad son: 1. La ortografía. 2. El sistema fonético, tan potente de la lengua española. 3. El sistema morfológico y el sintáctico, con pocos cambios, casi imperceptibles. 4. El sistema léxico, que es el océano de la lengua, ahí cabe todo, y precisamente cabe todo porque la lengua crea palabras porque tiene que expresar la vida. La vida cambia, el tiempo cambia; si la lengua no es capaz de expresar a los nuevos hablantes, pues, la lengua muere y no es ese el espíritu de la lengua”.

La lexicógrafa explicó algunas características del habla de los dominicanos. Dijo: “Ustedes se van a reconocer con: 1. El seseo: seseamos, que no es que confundimos la s con la c, eso viene de un proceso fonético de la Edad Media y no es que nos confundimos, siempre hemos hablado así, se trata de que es nuestro sistema fonético”. Mencionó que “como lengua materna hablan 580 millones de hablantes, aproximadamente, sesean 540 millones. Es decir, los raros son los que no sesean. Es decir, dejen de sentirse «¡ah, que nosotros seseamos!», el español es seseante. 2. La aspiración de la –s, eso es lo nosotros popularmente decimos ‘nos comemos las s’, las aspiramos. Eso también viene de muy antiguo”. 3. La eliminación de las –s. Esos rasgos no nos los hemos inventado en la República Dominicana, ni como dice la gente «de lo jóvene de ahora». Esos rasgos vienen dentro de la historia del español desde antes de llegar a territorio americano; aquí fue donde por primera vez se habló, pero ya todos estos rasgos venían ahí, nosotros hemos seguido históricamente desarrollando esos rasgos, y la suma de todos esos rasgos hace que se nos caracterice. 4. El yeísmo: distinguidores de la y y de la ll —elle—. Y no existen, creo que lo último que escuché fue a mi abuelo. Hace años que no oigo a nadie distinguir la y de la ll. 5. La caída de la d intervocálica: eso de «cansao», «encontrao». 5. La aspiración de –h, eso de decir que estoy «jarto», eso procede de la Edad Media, de los orígenes de la historia de la lengua castellana. 6. La neutralización de la l y la r, algunos tiran hacia la l y otros tiran hacia la r en posición implosiva, muy dominicana. 7. Vocalización de l / h, la i cibaeña, la vocalización de esa l y de esa r. 8. La ultracorrección se relaciona con la sociolingüística. La ultracorrección es el hablante que tiene consciencia de que ese rasgo quizás no es el aceptado, entonces fuerza su forma de hablar de tal manera que corrige donde no hay que corregir. Por eso se llama ultracorrección. Eso es cuando ponemos la s donde no va”, como decir Asna, por Ana.

María José Rincón expresó que “esos rasgos fonéticos a la hora de hacer un diccionario —aunque sea un diccionario de uso— tiene que establecer una determinada norma ortográfica”. Puso como ejemplo la palabra «balsié», que al investigar en el español dominicano muchas novelas y páginas de internet encontró “cinco variantes: «Balsié», «Balcié», «Barsié», «Barcié», «Baisié»”. “¿Cuál de todas esas va al diccionario?”, dijo. “Son cinco que reflejan todas las posibles variantes y hay que elegir una. Evidentemente se trata de elegir, pues, la variante etimológica —si es que hay etimología— o la variante más usada o la variante más frecuente o la variante que usan los autores cultos. Solo como muestra de lo que se puede uno encontrar con esos rasgos”, destacó María José.

Nuestra académica expuso que “también están los rasgos morfosintácticos, como son: «Ello hay», eso es muy dominicano”. Nuevamente enfatiza: “Eso no nos lo inventamos aquí, eso es un rasgo que se daba allá en la Edad Media, nosotros lo seguimos diciendo, en otros sitios se perdió, aquí se mantiene, muy estigmatizado, se considera del registro no culto, pero ahí está”. Otro ejemplo que puso fue la “etimología popular de decir «estábanos demasiado lejos»”. “Esa me encanta —dijo— porque esa es la desinencia verbal llevada a una explicación que tenga razón,  Y es que, si somos «nosotros», por qué vamos a decir «estábamos», podemos decir «estábanos». Eso es una etimología popular llevada a la gramática, perfecta”.  Otro ejemplo que agregó fue “«Yo no sé, no», esa doble negación dominicana, también es muy antigua. Bueno, pues aquí tiene esa característica”. “La colocación del pronombre personal sujeto después del «ya»”, es otro ejemplo que puso Rincón: “«Ya tú sabe», tiene mucho que ver ese «ya», no es siempre”. Igualmente trajo “eso de ponerle sujeto a los infinitivos, que son formas no personales del verbo: aquí decimos «Antes de nosotros salir», y le ponemos un sujeto a la forma no personal del verbo”. Explicó otro rasgo que es “la reorganización de un paradigma verbal: si yo digo «ustedes son mis panas», estoy en un nivel coloquial y sin embargo les estoy hablando en “usted”. Expresó que “el que no conoce otro paradigma verbal lo ve perfecto, segunda persona; pero el que ha aprendido a hablar en un paradigma verbal diferente oye el «ustedes son» como un tratamiento de cortesía, y sin embargo aquí ha perdido ese matiz porque nosotros no decimos «vosotros sois», nunca lo dijimos, sino decimos «ustedes son», tanto para la expresión de cortesía como para la expresión coloquial”.

Para explicar “el léxico”, María José Rincón habló del diccionario diferencial, que registra ese uso diferente del español dominicano diferente al español general, que es un diccionario de uso”. Dijo que “también los hay de normas. Lo que hay que saber es cuál es que uno está usando para no pedirle peras al olmo, es decir, para no pedir la norma al que es de uso o viceversa”.  Explicó que “un diccionario de uso registra qué decimos, registra cómo lo decimos, generalmente no registra cómo deberíamos decirlo, casi siempre solo se responsabiliza del uso ortográfico”. Ejemplificó con la palabra «casimente» y dijo que “en República Dominicana todos decimos «casimente», y «casimente», analizándolo en la lengua es una expresión incorrecta porque los adverbios que se construyen con ‘mente’ se construyen con la forma femenina del adjetivo a la que se le añade ‘mente’; pero resulta que ‘casi’ no es un adjetivo femenino sino un adverbio, entones morfológicamente es una incorrección gramatical, pero léxicamente se usa. ¿Está en el Diccionario del español dominicano? Sí, porque es un diccionario de uso”, apuntó.

María José especificó que “si usted va a escribir o a hablar un discurso académico, o yo, que estoy haciendo esta exposición coloquialmente —y muy a gusto con todos ustedes—pero tratando de mantener un registro culto, evidentemente tengo que proscribir de mi forma de hablar «casimente» porque tengo que usar otro registro, necesariamente”. “Ese es el uso”, señaló. “Todo eso se combina, pero a mí me gusta que no sea María José que lo diga, entonces me he buscado una autoridad que nadie me va a objetar, que es Cervantes, en El Quijote, hablando de cómo habla Sancho y de cómo habla el Quijote: «Cuando algunos no entiendan estos términos importa poco, porque el uso los irá introduciendo con el tiempo para que con facilidad se entienda y eso es enriquecer la lengua sobre quien tiene el poder, el vulgo y el uso»”.  Mostró Rincón otros “ejemplos de las cosas que léxicamente se diferencian en el español dominicano”, como son la siguientes: “«prigilio», busque que no lo van a encontrar en otro sitio”.  Explicó que “no solo tenemos palabras diferentes, tenemos acepciones diferentes. Por ejemplo: el adjetivo «cenizo», «esperanza». «Esperanza» es una palabra clásica del español patrimonial, antiquísima, pero para nosotros tiene un significado añadido que es el del insectito verde, el saltamonte”.

La académica hispana-dominicana puntualizó que “en el diccionario hay unas abreviaturas que todos nos saltamos y que la mayoría de nosotros no sabemos lo que significan, que ahí es donde entran la Dialectología y la Sociolingüística en el diccionario, que son esas pequeñas abreviaturas que nos dicen cuál es el registro en el que se usan las palabras”. Dijo que “el español dominicano tiene algunas, tiene un sistema básico, pero tiene algunas”. En este ejemplo, de la palabra que María José presentó en pantalla, ella dijo: “Yo no la voy a decir porque como ustedes están viendo ahí, esa palabra tiene una connotación, esa connotación social, ese registro social, esa palabra que no nos atrevemos a decir —como la niña que demostró que era inteligente—  en determinados contextos, en determinadas situaciones de comunicación, tiene una marca, y esa marca en el Diccionario —generalmente, si ustedes se leen las instrucciones del diccionario y el diccionario es bueno— te marca que esa palabra tú tienes que saber en qué situación social la vas a decir”.  Así explicó, y mostró gráficamente, que “se puede hablar de variación estilística —que es esa variante diafásica de la que hablan los lingüistas— o esa variación sociocultural que es ese nivel diastrático o la connotación o la valoración social que esa palabra tiene”.  María José Rincón mencionó “algunas cifras en las que se puede ver el universo que significa esa riqueza léxica: el Diccionario del español dominicano tiene 10900 entradas de uso propio, aunque lo compartimos con otros dialectos, con otras variedades; acepciones casi 14000; locuciones 4250 —que es aquello de «guindar lo teni», o sea dos palabras que no significan las dos palabras, sino otra cosa diferente: «guindar lo teni» no es ni «guindar» ni es «tenis» es otra cosa diferente, eso es una locución—, el español dominicano es muy rico en locuciones; registramos 400 extranjerismos establecidos — quizás no tanto como creemos, hay muchos flotantes que van y vienen por moda—; de flora y fauna por ejemplo tenemos 1300, esas son esas palabras añejas de la lengua, ahí hay mucho indigenismo, por eso es tan importante la potenciación de esa cultura ecológica para que todas esas palabras, ese patrimonio léxico no se pierda. Por ejemplo, la pelota: hay 400 términos relacionados con la pelota”. Añadió que ella siempre dice que el diccionario es un edificio de apartamento y a cada palabra se le dedica un apartamento pequeño, unos viven en un estudio, en una habitación, otros viven en un penthouse. Dijo: “«vaina», «tirar» o «palo» yo les puse ahí que tiene un penthouse, porque ahí en esa casa hay acepciones de 30, 40, 50 acepciones diferentes, algunas palabras diferentes generadas por la propia variedad y riqueza del idioma”.  “¿Cómo todo eso se estudia a lo largo de la geografía en un determinado contexto físico? Ahí es donde ustedes se dan cuenta de la complejidad de la Sociolingüística y la complejidad de la Dialectología”, puntualizó.

Para concluir, y como un “motivo de reflexión”, María José Rincón expresó lo siguiente: “¿Cómo las hablas jergales o las hablas populares tienen como misión fundamental distinguirse del grupo, marcar territorio y generalmente son muy difíciles de seguirles la pista? Porque están diseñadas para que no les sigan la pista, están diseñadas para distinguir al grupo, para que el que viene de fuera no entienda, para marcar el territorio y por eso es tan complejo y hay tan pocos estudios de hablas jergales, en general, a lo largo de la historia de la lengua”.