ACTO DE RECONOCIMIENTO AL DIRECTOR DE LA ADL

 

Con motivo de la celebración de día internacional de la lengua materna, el director de la Academia Dominicana de la Lengua, Bruno Rosario Candelier, fue reconocido por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de Santiago por sus aportes humanísticos, lingüísticos y literarios al servicio de la formación intelectual dominicana.

El acto de reconocimiento fue presidido por el director del departamento de español de la PUCMM, José Alejandro Rodríguez; la coordinadora de lengua española, Ydeana Ramírez; los profesores Jesús Losada, Alexandra Borbón y el académico Rafael Peralta Romero.

Luego de rendir honor al himno nacional y al himno de la PUCMM, la profesora Ydeana Ramírez dio inicio a la actividad y expresó que es un privilegio para ella abrir el acto donde se honra en nombre de la PUCMM y los departamentos de español de Santo Domingo y Santiago  a un profesor suyo, el Dr. Bruno Rosario Candelier.

La coordinadora calificó la actividad como una fiesta humanística donde se confabulan la ciencia y el arte en un hibrido perfecto para homenajear a un dominicano ejemplar, digno representante de nuestra lengua, que ha sabido enarbolar la bandera de la dominicanidad allende los mares, defendiendo a capa y espala el vehículo que nos une: la lengua española, que aprendimos en el hogar y nos durará para toda la vida.

El Dr. Jesús Losada presentó una reseña sobre el Dr. Rosario Candelier, de quien resaltó que es un hombre amante de la palabra, filólogo, ensayista, crítico literario, narrador, educador y promotor literario. Losada informó que don Bruno es un egresado en educación de la PUCMM y doctor en filología hispánica por la Universidad Complutense de Madrid. Señaló que el reconocido escritor preside la Academia Dominicana de la Lengua y es miembro correspondiente de la Real Academia Española y las Academias Norteamericana, Filipinas y Puertorriqueña de la Lengua Española. Comentó que Rosario Candelier también es fundador del Ateneo Insular y creador del Movimiento Interiorista, tendencia estética que impulsa el cultivo de la realidad trascendente mediante la mitopoética, la metafísica y la mística, corriente que ha impulsado el cultivo literario en su dimensión espiritual: “Es un incansable trabajador de las palabras y amante de ellas como filólogo que es. Ha recibido galardones como el Premio Nacional de Literatura en el año 2008 y ha ostentado importantes cargos en el ámbito de la educación y la cultura, como la conducción del suplemento cultural “Coloquio”, de El Siglo, y la Dirección General de Bellas Artes”.

En su condición de exalumna del profesor Rosario Candelier, la profesora Alexandra Borbón, del Recinto Santo Tomás de Aquino de la capital dominicana, intervino ponderando que la presencia del doctor Rosario Candelier en su formación académica y su desarrollo profesional, al igual que otros grandes sabios maestros que tuvo, fue crucial en su vida. Parafraseó algunos conceptos que aparecen en su obra El genio de la lengua, donde Rosario Candelier señala que la enseñanza de la lengua es fundamental para la formación intelectual, donde recomienda obviar los conocimientos teóricos que debe tener el profesor, pero no para transmitirlos a los alumnos en la enseñanza sino para tener un dominio conceptual del lenguaje, porque lo importante es concitar una operatividad funcional en el uso de la lengua y el desarrollo de la creatividad: “Entiendo que el uso del lenguaje en mi carrera ha tenido esa dimensión operativa a la que hace referencia el doctor Rosario Candelier, habiendo sido para mí el recurso más fuerte en mi desempeño profesional, que lo he tenido como aliado durante más de 40 años que llevo trabajando en esta institución y que ha sido la herramienta más valiosa en los logros que he tenido durante estos años de labores en la PUCMM”, comentó la profesora Borbón.

La profesora de biología, que es también cultora de las letras, expresó una alta estima y respeto por el profesor que la universidad católica reconocía, al tiempo que felicitó a su querido maestro y le expresó que él fue uno de los grandes artífices en su formación intelectual, estética y espiritual, por lo que participaba jubilosa en este reconocimiento.

El académico de número Rafael Peralta Romero, en representación de la ADL, intervino con un discurso en el que ponderó la diferencia de profesorado y magisterio, en cuya disertación  sostuvo que Bruno Rosario Candelier estudió la carrera de educación y durante décadas se ha dedicado a la enseñanza de la lengua española y la literatura, dando ejemplo de talento y brillantez en una labor de creación, estudio y promoción con un gran compromiso y una singular trascendencia, porque “se trata de un magisterio que el director de la ADL ejerce cada día con pasión”, enfatizó.

Comentó Peralta Romero que a través del Ateneo Insular, que Rosario Candelier fundara en 1990, ha establecido una filosofía de la creación literaria cuyos frutos están expresados en decenas de libros de poesía y narrativa, además de enjundiosos tratados escritos tanto por el maestro como por los adherentes del Interiorismo: “Desde  ese baluarte de las letras, como desde la Academia Dominicana de la Lengua, Rosario Candelier ha ejercido un auténtico apostolado por la lengua y la literatura. Toda su práctica identifica en él la veneración sagrada por las palabras”, consignó Peralta Romero.

El escritor manifestó que a este servidor de la palabra y el pensamiento, le indigna la despreocupación por el estudio del idioma y lamenta que en nuestro país cualquiera ejerce una función magisterial, de comunicación o de autoría de un libro sin tener el conocimiento idiomático indispensable: “En las aulas, en los medios de comunicación, en los libros publicados y en su gestión como director de la Academia Dominicana de la Lengua, Rosario Candelier se ha propuesto activar el genio del idioma. Ha repetido que la lengua amerita estudiarse en sus diferentes niveles lexicológico, gramatical y ortográfico para conseguir el uso adecuado y correcto, como se puede apreciar en las decenas de libros sobre lingüística y literatura publicados por el escritor mocano”, expresó el disertante.

Al concluir, Peralta Romero le expresó el deseo que la llama divina siga iluminando a Bruno Rosario Candelier para que continúe su fructífero magisterio en pro de la elevación cultural, la riqueza conceptual y la conciencia de la lengua: “Es así como él demuestra que ha escalado del profesorado al magisterio”, subrayó el académico.

El homenajeado expresó su inmenso agradecimiento por la honra que le rinde la institución que tanto ama: “Soy producto de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Estuve vinculado cuarenta años a este universidad, 5 como estudiante y 35 como profesor, y se puede deducir el vínculo que se establece desde el más entrañable fondo de la conciencia con la institución”, dijo.

Agradeció a los profesores y estudiantes presentes, así como a los organizadores del acto en su honor, y contó que en alguna etapa de la vida uno aprende a valorar la misión o la vocación que se convierte en una profunda apelación de la sensibilidad y la conciencia, para hacer y plasmar lo que esa voz interior, secreta y entrañable, dicta o sugiere lo que tiene que hacer.  El autor de esta crónica manifestó que todos recibimos en algún momento de nuestra vida esa llamada: “Cada uno la recibe para diferentes vertientes de la realidad o diferentes manifestaciones de la creatividad, porque la creatividad es parte del Logos de la conciencia, dotación que distingue y enaltece la condición humana”, comentó. Y agregó que tuvo la fortuna de tener profesores que ponderaban el saber, valoraban la palabra y exaltaban la espiritualidad, y entre otras condiciones favorables contó con un padre que siendo un obrero, le dedicaba tiempo a la lectura de periódicos, revistas y libros: “Me crie viendo a un padre que leía y de alguna manera eso influyó para que yo me inclinara por la lectura y el cultivo de la palabra. La vocación literaria, la conciencia lingüística y el deseo de superación intelectual fueron actitudes asumidas desde muy joven por este servidor”, manifesté a la audiencia universitaria.

Santiago, PUCMM, 16 de marzo de 2018.

CONVERSATORIO DE LITERATURA CON LA POETA PATRICIA MINALLA

El Taller de Creación Literaria “Pedro Mir” fue el escenario del conversatorio con la poeta Patricia Minalla Cruz, a quien presenté como comunicadora, poeta y narradora de Santiago de los Caballeros. Y le pedí que nos hablara de su origen, su inicio en su formación intelectual, su conciencia del mundo y su incursión en la carrera literaria.

Patricia Minalla contó que empezó a tener conciencia del mundo en Santiago, porque en ella influye mucho la naturaleza y para ella es una necesidad estar en un ambiente natural, rodeada de lo viviente para complementar su interior: “Yo no sé si efectivamente fue porque nací y crecí en Santiago ya que me metía a matorrales y montes y eso, por supuesto, hace que uno haga la costumbre”, compartió la joven. Manifestó que se considera un producto de la naturaleza: “Yo empecé a sentir este vínculo con la naturaleza desde mi niñez. Yo vivía la naturaleza desde niña como una niña, o sea, jugando, disfrutando, apreciando la parte visual, que siempre me ha impresionado mucho, y luego en la adolescencia, porque lo primero que escribí fueron cuentecitos para mi hermana pequeña. Entonces, cuando me conecto con la poesía, logro esa conexión con la naturaleza, donde uno cree que su espíritu está fundido como con un todo”, expresó.

Habló de la dificultad verbal que ha experimentado cuando escribe, y un problema es el querer autoeditarse. Explicó que cuando está escribiendo fluidamente sobre algo, quiere devolverse a arreglar lo que ha escrito o a editarlo: “Hay cosas que las dejo reposar y cuando las retomo, encuentro un valor y hay otras veces simplemente las desecho. Yo pienso que eso puede ser un punto a favor y también en contra, porque es como una autoexigencia”, subrayó la poeta.

Bruno Rosario Candelier le explicó a Minalla Cruz que a veces una exigencia muy intensa o muy exagerada no es buena porque hay sujetos que se exigen a sí mismos más de la cuenta. Entonces, no hacen nada, porque rayan en el perfeccionismo, y eso no es bueno, porque lo perfecto es enemigo de lo bueno. La joven poeta habló de los autores que han influido en ella como literata, y citó a los escritores de la novelística hispanoamericana del siglo XX con cuya obra ha tenido mayor contacto, porque sus libros eran parte de la biblioteca familiar, y ponderó las novelas y cuentos de Juan Rulfo y Julio Cortázar.

Confesó que siempre quiso estudiar literatura, pero lo más cercano que se podía asociar era la educación, porque en Santiago había una limitante, ya que no existía esa carrera. Contó que por encima de los consentimientos de su madre estudió comunicación social, ya que es lo que más se parece a la carrera de “letras” y, además, tiene mucha relación con el periodismo y la sociedad. En respuesta al redactor de esta crónica confesó que aspira a convertirse en una buena narradora y reveló que está escribiendo una novela, aunque a veces la deja a un lado y se involucra en la poesía, que es también su vocación. Señaló que le han gustado muchas novelas latinoamericanas y dominicanas, tales como Pedro Páramo, de Juan Rulfo;  Rayuela, de Julio Cortázar; La pasión está en el último piso, de Pedro Peix; y El sueño era Cipango, de Bruno Rosario Candelier.

La joven escritora abordó uno de los aspectos negativos que percibe en su generación y señaló que los jóvenes de la actualidad están muy segmentados, y tienen poco interés por las cosas que valen, ya sea por la pintura, la moda, la literatura, la música, y se queda con lo que está ocurriendo en el aquí y el ahora. Expresó que esa situación se debe a que no hay un verdadero interés para la formación intelectual y estética: “Porque cuando me interesa algo yo busco y comparo; por ejemplo, a mí me gusta mucho Cortázar, pero a mí me interesaba saber por qué a Cortázar le gustaba mucho la obra de Thomas Mann”.

Luego de las felicitaciones del público y las palabras del director de la ADL, quien la felicitó por el magnífico dialogo que protagonizó, cuyo coloquio confirmó que es una joven con una mente brillante. La poeta Patricia Minalla agradeció el apoyo que siempre le ha brindado este escritor y crítico literario, quien desde sus inicios la motivó e impulsó en su creación literaria en su natal Santiago: “Don Bruno era como un oasis. Don Bruno, usted está en mí para siempre y por mucho, en todo lo que escribo”, expresó con emoción la joven escritora. Rosario Candelier acogió con beneplácito las piadosas palabras de la escritora y agradeció su presencia y todo lo que ha hecho a favor de nuestras letras.

Santo Domingo, Biblioteca Juan Bosch, 13 de marzo de 2018.

 

ADL RENUEVA CONVENIO CON LA UNIVERSIDAD DE TRIER

La Academia Dominicana de la Lengua renovó el acuerdo interinstitucional con la facultad América Romana Centrum (ARC) de la Universität de Trier, Alemania. Bajo esta nueva firma de convenio, las dos instituciones acordaron ratificar y promover la cooperación en ámbitos de mutuo interés que redunden en beneficio de ambas instituciones, por lo cual las partes representativas se comprometieron, mediante la firma de este documento, a promover la cooperación interinstitucional y los intercambios académicos.

El convenio fue firmado y sellado por el profesor Dr. Michael Jäckel, presidente de la Universidad de Trier, y el Dr. Bruno Rosario Candelier, director de la Academia Dominicana de la Lengua, quienes resaltaron la conveniencia de institucionalizar y potenciar la vinculación de ambas entidades a favor del estudio de la lengua española y la cultura dominicana e hispanoamericana.

De una parte, el Dr. Michael Jäckel, presidente de la Universidad de Trier, actuó en nombre y en representación del América Romana Centrum, centro adscrito a la universidad alemana. En lo acordado en el documento se señalaron los deberes de intercambio de profesores, estudiantes e investigadores; cooperación de actividades, tales como investigaciones, seminarios y simposios; intercambio de datos, documentación y material de investigaciones en los ámbitos de mutuo interés.

Se aclaró que los detalles de la realización de cualquier iniciativa derivada de este acuerdo deberían ser negociados entre las partes, cuando la ocasión requiera. Ambas partes entienden que cualquier convenio financiero debe ser negociado explícitamente y depende de la disponibilidad de fondos. Finalmente, se estableció este convenio para promover la colaboración académica con el acuerdo de su validez durante un período de cinco años. Además, está sujeto a revisiones, renovaciones o anulación por acuerdo mutuo y en forma escrita; y entrará en vigor en el momento de firmar.

En la reunión estuvieron presentes, además del citado presidente de la Universidad de Trier, el profesor Dr. Andre Klump, director del América Romana Centrum, quien es también miembro correspondiente de la ADL y que estuvo acompañado de tres ilustres profesores alemanes de la Universidad de Trier. Y, desde luego, el director de la ADL, firmante del documento.

Fruto de este convenio, en varias ocasiones una delegación de profesores y estudiantes de lengua española en la Universidad de Trier ha participado en actividades lingüísticas de nuestra Academia. Asimismo, nuestra académica María José Rincón presentó en Trier el Diccionario del español dominicano ante la matrícula de estudiantes y profesores de lengua española en la Universidad de Trier; y los profesores alemanes Andre Klump y Christine Felbeck prepararon y publicaron una edición con trabajos de varias autores internacionales con el título Dominicanidad, en el que colaboraron varios académicos dominicanos.

El director de la ADL les expresó a los delegados del América Romana Centrum de la Universidad de Trier satisfacción y agradecimiento por su interés en la lengua española y la cultura dominicana en América.

Santo Domingo, ADL, 7 de marzo de 2018.

TALLER DE LECTURA DE LOS CLÁSICOS ESPAÑOLES

La Academia Dominicana de la Lengua presentó el Taller de Lectura de los Clásicos Españoles del siglo XVII bajo la orientación de la académica de número, ensayista y lingüista María José Rincón González, quien en esta ocasión habló de Luis de Góngora.

La disertante señaló que Góngora fue un ilustre escritor del Siglo de Oro de la literatura española, poeta barroco y destacado dramaturgo. Es el gran clásico en la aplicación de la métrica, la rima y la selección de léxico y, al mismo tiempo, es el gran experimentador de la técnica teatral y dramática.

Rincón González explicó que Góngora encarna una historia compleja, desarrollada en una época de mucho pesimismo al contrario de la época esplendorosa del imperio español. Se desarrolla cuando empieza la preocupación filosófica y pictórica: “En pintura ustedes van a reconocer esos colores tan oscuros del barroco, esas luces y esas obras tan intensas. En literatura también se refleja esa pérdida de equilibrio; por eso los autores barrocos pueden llegar desde la más sublime poesía hasta la expresión más vulgar y ahí comienza esa dialéctica o conflicto que había entre Góngora y Quevedo, donde podían llegar a los niveles más vulgares a la hora de insultarse, pero lo hacían con estilo literario y eso es muy barroco”, explicó la distinguida estudiosa de las letras hispanas.

La filóloga de la ADL ilustró vía diapositiva los aspectos formales del barroco con un cuadro de Valdés Leal sobre Luis de Góngora, y dijo que las descripciones tenían un lenguaje oscuro, aunque para nosotros es oscuro porque cada vez tenemos menos conocimiento del vocabulario de la época. Aclaró que lenguaje oscuro para la época de Góngora eran neologismos o palabras inventadas que entonces eran dificilísimas. Además refirió que Góngora hizo mucho uso del cultismo, pues Góngora cultiva el culteranismo.

María José Rincón resaltó que en esta época figura literaria privilegiada por Góngora era la metáfora: “Era la época o el florecimiento de las figuras literarias. La metáfora fue fundamental, y hay que tener bien claro qué era la metáfora”, dijo. Luego explicó cuál es el tratamiento de la metáfora en Góngora.

Antes de leer el material programado para ilustrar el estudio de los romances, letrillas y sonetos del poeta español, Rincón hizo una reseña sobre la vida de Luis de Góngora, quien naciera en 1561: “En1588 acusan a Góngora de que barajaba demasiado y hablaba durante el oficio, o sea, él no estaba en lo que tenía que estar; además murmuraba vidas ajenas. Luego nace Calderón de la Barca y en ese año se publican los romances y las letrillas. Los 23 romances es lo primero que se publica en papel, porque antes circulaba en manuscritos y en cuartillas entre los aficionados a la lectura”, relató la académica.

Contó que cuando se publica Don Quijote en el 1605 aparecen 37 poemas de Góngora, que vivió hasta el 1627: “Góngora tuvo un éxito arrollador en vida y murió de éxito. La grandeza de Góngora era tan grande que nadie fue capaz de llegar a lo que hacía, como lectores probablemente muchos, pero como imitadores muy pocos. Los imitadores de Góngora eran tan malos que se acabaron, porque era extraordinario y cuando se imita un genio se debe saber a lo que se está arriesgando. Góngora era inimitable”, expresó la amante a las letras. Destacó que en este taller se ha de tratar un clásico en pugna con el Clasicismo por su gran dominio, que es lo que mucha gente olvida en el arte, en la lectura y en los oficios: “Si no dominas las técnicas clásicas, tú no puedes ponerte a inventar. Luis de Góngora era un gran clásico y dominaba la técnica pero, al mismo tiempo, estaba constantemente en pugna con eso”, explicó la disertante.

Al concluir, la lexicógrafa conjuntamente con las persona presentes en la actividad cultural se sumergieron en el estudio de los romances, las letrillas y los sonetos del gran poeta español Luis de Góngora.

Santo Domingo, ADL, 2 de marzo de 2018.

FUNDACIÓN CORRIPIO ENTREGA PREMIO NACIONAL DE LITERATURA

El académico de la lengua y coordinador del grupo Mester de la Academia, Manuel Salvador Gautier Castellón, recibió el Premio Nacional de Literatura 2018 otorgado por el Ministerio de Cultura y la Fundación Corripio en reconocimiento al aporte literario del destacado escritor e intelectual dominicano: “Nuestro galardonado de este año es un hombre de una cultura vasta con una formación de la que pocos podrían ufanarse”, dijo el también académico de la lengua José Alcántara Almánzar.

El ministro de Cultura, Pedro Vergés, quien también es miembro de número de la ADL, resaltó las cualidades literarias y la dedicación al trabajo de Gautier. Refirió además que la convocatoria anual de este prestigioso galardón, que se otorga a la obra literaria de toda una vida, contó desde el año pasado con un par de novedades, como son la incorporación de la Academia Dominicana de la Lengua como jurado y la creación de un comité de preselección para facilitar la labor de premiación.

La académica correspondiente Emilia Pereyra habló sobre la vida y la obra de Gautier Castellón, de quien dijo que el narrador galardonado comenzó a escribir su obra con gran disciplina, al punto de que ya cuenta con 16 títulos publicados, muchos reconocidos en concursos nacionales y extranjeros: “Su entrega al ideal de la creación, como medio de realización personal y desarrollo intelectual, aporta a la sociedad un valioso ejemplo y es para la comunidad literaria aleccionadora, ya que contrario a lo que suele pensarse se pueden obtener muchos beneficios en la tercera edad, en el campo del pensamiento y la escritura, que requieren madurez y perseverancia”, subrayó.

Gautier agradeció la distinción, que la dedicó a sus padres, y resaltó el influjo orientador de tres escritores que contribuyeron en su formación literaria, como con Virgilio Díaz Grullón, Manuel Rueda y Bruno Rosario Candelier, de cuyo movimiento literario, el Interiorismo, es un activo militante y un fecundo cultor literario. José Luis Corripio, presidente de la Fundación Corripio y mecenas de las ciencias y las artes, y Pedro Vergés, ministro de Cultura, académico de la lengua y prestigioso novelista, encabezaron el acto que también presidieron los intelectuales José Alcántara Almánzar, Emilia Pereyra, Niní Cáfaro y Jorge Tena Reyes.

Manuel Salvador Gautier, miembro correspondiente de la ADL, coordinador del grupo Mester de la Academia, integrante del Ateneo Insular y cultor del Movimiento Interiorista, recibió el Premio Nacional de Literatura 2018 por la valía de sus obras, entre las que figuran las novelas Tiempo para héroes (1993), Toda la vida (1995), Serenata (1999), Balance de tres (2001), Historias para un buen día (2005), El asesino de las lluvias (2007), Un árbol para esconder mariposas (2009), Dimensionando a Dios (2010), La fascinación de la rosa (2011), Tres cosas te ofrezco (2012), La mala maña (2013), Gregorio y su mundo perfecto (2016) y El pacto de los generales (2017), entre otros textos narrativos y ensayísticos.

Para el director de la ADL la novelística de Gautier retoma la supervivencia del pasado en el presente con una coherencia de hechos y personajes, una correcta aplicación de las técnicas narrativas y un uso ejemplar de la lengua, méritos potenciados por un encomiable cultivo creador con admirable ejemplo de consagración al trabajo literario.

Santo Domingo, Teatro Nacional, 20 de febrero de 2018.

RECEPCIÓN DE PERALTA ROMERO COMO MIEMBRO DE NÚMERO

La Academia Dominicana de la Lengua oficializó la incorporación de Rafael Peralta Romero como nuevo miembro de número de esta corporación durante un solemne acto con la presencia de académicos de la lengua y de la junta directiva. La ceremonia protocolar contó con la asistencia de escritores, intelectuales, políticos, periodistas, profesores, estudiantes de letras y personas interesadas en el lenguaje del buen decir.

Conforme al protocolo pautado por las academias para recibir al nuevo recipiendario de la lengua, el escritor, periodista y catedrático Rafael Peralta Romero leyó su discurso de ingreso, “Concurrencia de libertades y restricciones en el uso de la lengua española”, disertación comentada en el discurso de recepción a cargo del académico numerario Tony Raful Tejada. La maestría de ceremonias contó con la guía del Dr. Manuel Núñez Asencio, miembro numerario y de la junta directiva de la ADL.

Manuel Núñez Asencio leyó la semblanza de Rafael Peralta Romero, de quien resaltó su condición de narrador, periodista y profesor, subrayando su amplia experiencia en esas disciplinas del saber. Resaltó que Peralta Romero es un gran colaborador de esta institución y forma parte del equipo gramatical de Fundéu-Guzmán Ariza para las recomendaciones gramaticales y ortográficas que la Academia ofrece al país.

Al iniciar sus palabras y luego de agradecer a los académicos su elección como miembro de número, Rafael Peralta Romero rindió homenaje a Ramón Emilio Reyes, a quien reemplaza en el sillón C de esta institución. Ponderó la obra de Reyes al resaltar su obra literaria y su aporte lingüístico y literario a la ADL y a las letras dominicanas.

En su discurso de ingreso el escritor abogó por el enriquecimiento léxico del español mediante la derivación, la composición y la parasíntesis, y expresó que se propuso hablar de las restricciones y la libertad que tienen los hablantes para crear las palabras que resulten útiles con el fin de nombrar seres y cosas, denominar acciones o expresar las cualidades de los elementos. También se refirió a las limitaciones de esa libertad léxica, ya que hay que ponderar el genio de nuestro idioma y el sentido de la unidad idiomática en quienes usamos este importante medio de comunicación.

Peralta Romero explicó que la responsabilidad implica la oportunidad de escoger entre dos o más opciones ya que la decisión adoptada conlleva alguna restricción, pues hay una correspondencia entre el albedrío y las limitaciones: “Nada hay más parecido a las reglas de tránsito que las pautas gramaticales. ¿Quién disfruta conducir un automóvil en una ciudad carente de señales, semáforos o agentes de tráfico? Me parece que en esto solo encontrarán placer quienes gozan andar en el desarreglo.  Quizá no sea aventurado afirmar que quien se solaza en el desorden lleva la conciencia atropellada, y es lícito  intuir que ha de ser un sujeto patológico”, subrayó. Entonces manifestó que los dominicanos somos concesivos y respetuosos frente a las lenguas extranjeras de las que tomamos palabras prestadas. Justamente la consonante J es la víctima más propicia cuando se cuela cierto complejo de inferioridad lingüística que llevamos dentro.

Respecto al uso de la lengua, Peralta Romero señaló que los conservadores se apegan a la pureza del caudal idiomático y se oponen a neologismos y adaptaciones de vocablos procedentes de otras lenguas, pero si alguien reclama la abolición de los controles académicos en el uso de la lengua o reclama la anulación de las normas ortográficas para prescindir de los signos de puntuación o colocarlos a su antojo es un individuo que encarna la anarquía o alberga una vocación para actitudes viciadas. Aclaró que toda realidad, acción, cosa o cualificación requiere de las palabras que las designe, y si faltara ese vocablo, hay que crearlo o tomarlo prestado, dijo.

En la parte central de su discurso, Peralta Romero consignó: “En los debates acerca del tema lingüístico afloran con la frecuencia y el fervor que caracterizan a las discusiones políticas puntos de vistas tan diferenciados que permiten clasificar a los intervinientes en conservadores, revolucionarios y anarquistas. En lo relativo a la lengua, a los conservadores se les llama puristas. Estos se apegan al caudal lexicográfico del español y se oponen a dar cabida a neologismos y adaptaciones de vocablos procedentes de otras lenguas. Alguien que reclama ausencia de controles académicos en el uso de la lengua, que proclama necesaria la anulación de las normas ortográficas, que prescinde de los signos de puntuación o en vez de colocarlos los tira al desgaire, es un individuo que encarna la anarquía o al menos alberga en sus genes  vocación para actitudes viciadas. La posición intermedia, como las acciones democráticas y progresistas en la política, propenden a aceptar la adaptación de neologismos, sobre todo si no tienen equivalentes en nuestra lengua (baipás, estrés, escáner), aceptan acepciones aplicadas en el habla local a voces existentes en el español (“cuero”, ‘prostituta’; “china”, ‘naranja’; “lechosa”, ‘papaya’). La máxima elevación de ese grupo -en el cual quisiera contarme- es poder ver y propiciar la capacidad del enriquecimiento léxico mediante la derivación, la composición y la parasíntesis”.

Entonces explicó que los verbos son elementos indispensables en el idioma. Es la única categoría gramatical capaz de expresar una idea por sí sola. Destacó que en nuestra lengua hay dos procedimientos morfológicos para derivar verbos a partir de adjetivos, adverbios, sustantivos o de otros verbos. El primer procedimiento es la sufijación. El catedrático ilustró con ejemplos los verbos formados por sufijos y prefijos, la derivación de sustantivos, entre otras explicaciones.  Precisó que el ideal del crecimiento de la lengua española, sin menoscabo de su genio, queda expresado en este párrafo de los Estatutos de la Academia Dominicana de la Lengua: “Tiene por primordial objetivo la defensa y el cultivo del idioma español, común de los dominicanos. Debe velar, por ello, porque su natural crecimiento no menoscabe su unidad y que sea conforme a su propia índole y su desarrollo histórico”.

Rafael Peralta Romero subrayó que en el uso de la lengua castellana, las libertades vienen complementadas por las restricciones. Hay una sana correspondencia entre ellas, que permite considerar que el hablante del español disfruta de libertad para crear y adaptar términos, erosionar el orden gramatical, rebautizar los seres y las cosas o dotar de un valor semántico particular a los vocablos existentes, siempre para satisfacer necesidades de comunicación, aunque esa libertad es condicional.

Para recibir al nuevo numerario, intervino Tony Raful Tejada, quien recibió a Rafael Peralta Romero en nombre de la ADL. Ponderó la buena elección de Peralta Romero como uno de los destacados escritores de la literatura dominicana, además de ocuparse del aspecto teórico de nuestra lengua mediante conferencias, estudios y artículos.

Manifestó que su discurso de ingreso para la incorporación como miembro de número  de la ADL es un formidable alegato para el abordaje de la libertad de los hablantes, en el sentido de crear nuevos términos y vocablos requeridos por la necesidad léxica comunicacional para nombrar seres y cosas, denominar cualidades de los elementos y resaltar el uso del buen decir. Raful Tejada refirió que Peralta Romero ha ofrecido numerosas exposiciones sobre temas vinculados a la cultura, el lenguaje, la historia, la literatura infantil, la ortografía, la narrativa y la poesía: “Peralta Romero propone priorizar la necesidad de comunicarnos enriqueciendo la lengua en la creación de palabras que nos resulten necesarias. Es el elemento referencial de las restricciones en enfoque de la necesidad cuando habla de generar voces nuevas a partir de otras ya existentes en nuestra lengua, y en algunos casos la adopción y la castellanización de vocablos procedentes de otra lengua y que carecen de equivalente en la nuestra”, dijo el ilustre poeta y escritor. Comentó que el nuevo académico numerario hace hincapié en el problema que se crea al cambiar el sonido de la “j” por la de la consonante “y”, lo cual se muestra de manera sistemática en generaciones anteriores: “Habla de un complejo de inferioridad lingüística que llevamos dentro. Me parece interesante su criterio para una discusión más profunda, pero los ejemplos son reveladores”, dijo Raful Tejada.

Para finalizar su discurso, el poeta Raful expresó: “Recibimos en este augusto recinto de la lengua, de la palabra reluciente en proceso magno de renovación perenne, al nuevo miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, Rafael Peralta Romero. Bienvenido al recinto sagrado del idioma, a la defensa de su ausencia primigenia de comunicación y su evolución en el desarrollo cultural y social de los pueblos”.

El Dr. Bruno Rosario Candelir, director de la ADL, cerró la actividad oficializando la incorporación de Rafael Peralta Romero como nuevo miembro de número de la ADL y consignó que a partir de esta incorporación es también miembro correspondiente de la Real Academia Española, al tiempo que le impuso la medalla académica y le entregó el diploma que acredita su nueva categoría académica con su rango de titular de la ADL.

El nuevo académico de número es miembro de la comisión lingüística de la ADL y, en su calidad de ensayista y estudioso de la lengua, tiene en su haber una fecunda colaboración intelectual a nuestra corporación. Prestante miembro del grupo Mester de la Academia, ha presentado varias ponencias en los actos de la institución y forma parte del equipo colaborador de Fundéu-Guzmán Ariza para la preparación de recomendaciones gramaticales; ha dictado cursillos sobre temas ortográficos y ha presentado obras literarias en nuestra corporación y en diversos escenarios nacionales.

Rafael Peralta Romero nació en Miches el 3 de diciembre de 1948. Ha colaborado como maestro de ceremonias en las actividades académicas de la ADL y publica artículos y ensayos para el Boletín de la Academia. Autor de una columna periodística semanal en El Nacional sobre asuntos idiomáticos, mantiene una ejemplar militancia en las actividades culturales de nuestra institución y en los encuentros literarios del Movimiento Interiorista del Ateneo Insular, del cual es miembro activo y un asiduo participante en sus labores literarias. Ha publicado las siguientes obras literarias: Diablo azul, 1992; Residuos de sombra, 1997; Los tres entierros de Dino Bidal, 2000; Cuentos de visiones y delirios, 2001; Memorias de Enárboles Cuentes, 2004; El conejo en el espejo, 2006; Cuentos de niños y animales, 2007; Punto por punto, 2008; De cómo Uto Pía encontró a Tarzán, 2009; A la orilla de la mar, 2011; Círculo de espera, 2012; Pedro el cruel, 2013; Ella y tú, 2016; y La paloma dálmata, 2017.

Compartimos nuestro regocijo por la incorporación de este valioso escritor como miembro de número de la ADL, al tiempo que encomiamos su brillante hoja de servicios a esta institución con su aporte a nuestra lengua, su labor cultural y su creación en beneficio de las letras dominicanas.

Santo Domingo, ADL, 13 de febrero de 2018.

ACTO EN MEMORIA DEL ACADÉMICO RAMÓN EMILIO REYES

La Academia Dominicana de la Lengua organizó un acto académico en memoria de Ramón Emilio Reyes, cuya ejemplar trayectoria al servicio de la institución se cifró en el estudio y el cultivo de la palabra. La actividad fue protagonizada por Rafael Peralta Romero, Miguel Solano, Jacqueline Pimentel y Bruno Rosario Candelier.

Miguel Solano manifestó que la ADL hace este acto para darle a Ramón Emilio Reyes el honor por sus sacrificios a favor de la lengua española y la ADL. Y Rafael Peralta Romero leyó un estudio del sacerdote y escritor dominicano Fausto Leonardo Henríquez, escrito y pronunciado en España en honor del académico fallecido.

En su estudio de Leonardo Henríquez se consignó: “La obra de Ramón Emilio Reyes, La luz se ha refugiado en el sendero, está considerada como una de las novelas imprescindibles para comprender la novelística de la época de la dictadura trujillista en la República Dominicana”. Subrayó que su autor hace uso de un lenguaje depurado, con una prosa engarzada de imágenes poéticas para la comprensión de sentimientos, personajes y paisajes. El tono poético, junto a la trama y la técnica, resaltan la obra. El narrador recurre al mundo de sueños, visiones y profecías para armar su novela. Tras cerrar su intervención, manifestó que Reyes deja un valioso legado literario.

Jacqueline Pimentel, colaboradora de la ADL, leyó un estudio de Ramón Emilio Reyes sobre Las lágrimas de mi papá, de Miguel Solano. El fenecido académico y minucioso crítico refirió que Solano escribe una novela vivencial: “No son iguales, sin embargo, la técnica de la narración de vivencia que la narración vivaz. La vivacidad se logra mediante diferentes formas, la vivencia es una sola. Pimentel dijo que la obra de Miguel Solano muestra un talante sincero, llano, viviente, sensible a la vida humana.

El director de la Academia Dominicana de la Lengua contó que la novela de Ramón Emilio Reyes, El testimonio, llamó la atención por la hondura, la belleza y la capacidad descriptiva de este escritor en torno a la figura del apóstol Pedro. Rosario Candelier contó que con la llegada de Reyes a la ADL fue notable su aporte en el estudio de la lengua. Reconoció la colaboración de Ramón Emilio al fortalecer la colaboración de la ADL en la labor de coparticipación panhispánica que las Academias del mundo hispánico presentaban a la Real Academia Española. Dijo que Ramón Emilio no solo se distinguió en el ámbito del lenguaje, sino también en la creación y la crítica literaria, con gran capacidad para la interpretación.  Consideró que el trabajo callado, silencioso y humilde que realizaba Reyes dio hermosos frutos a la ADL, a la RAE y al país: “El aporte de Ramón Emilio Reyes queda consagrado en la literatura dominicana y en la historia de nuestra lengua”, expresó el director al valorar su entrega y su vocación.

Ramón Emilio Reyes (Santo Domingo, 1935-2017) se graduó de doctor en derecho por la Universidad Autónoma de Santo Domingo y realizó postgrados en lingüística en el Instituto Caro y Cuervo, de Bogotá, Colombia, y en literatura hispanoamericana en Indiana University, de Estados Unidos de América. Miembro numerario de la ADL, fue profesor de literatura y español en la UASD, UNPHU y NYSU, de New York. Entre sus obras figuran las novelas El Testimonio, El Cerco, Los amantes libres, La estafa de seda, Después del amor y La luz se ha refugiado en el sendero. Escribió estudios críticos sobre diversos autores dominicanos, hispanoamericanos y europeos. Y en poesía publicó los poemarios Invitación y Crucero místico.

   El destacado intelectual escribió una obra literaria de gran significación por la calidad de su estilo, su contenido edificador y su sólido fundamento intelectual. Junto con los académicos numerarios Marcio Veloz Maggiolo y Carlos Esteban Deive, Ramón Emilio Reyes formó la tríada de narradores dominicanos que dieron esplendor a la tendencia bíblica en la novelística nacional. Santo Domingo, ADL, 9 de febrero de 2018.

MARÍA JOSÉ RINCÓN HABLA SOBRE LOS TAINISMOS LÉXICOS

   María José Rincón dictó una conferencia en el Centro Cultural Eduardo León Jimenes, de Santiago de los Caballeros, con cuyo acto iniciamos las actividades de la Academia Dominicana de la Lengua fuera de su recinto capitaleño con un tema centrado en la herencia del tainismo léxico en el español dominicano.

Bajo la plataforma “Tesoros de la lengua taína” y su vínculo cultural con nuestro lenguaje, nuestra experta en lexicografía abordó la herencia del léxico de los aborígenes quisqueyanos para valorar los vocablos que enriquecen el castellano de nuestro país. Introdujo una analogía metafórica para explicar la vigencia de las palabras: «Hemos visto en la exposición del Centro León piezas arqueológicas bellísimas y quiero usar una de esas piezas como metáfora. Imaginemos una de esas piezas que llevan siglos en la cocina de nuestra casa, que alguien diseñó para usarla, para que contuviera algo y esa pieza se sigue manteniendo en la cocina y millones de personas la siguen usando durante cientos de años. A veces a miles de kilómetros de distancia de esa cocina otra persona recupera esa vasija y la vuelve a usar. Todas las manos por las que va pasando la vasija le van dejando una pátina que a veces hace que no la podamos reconocer. Ya no se parece a la primera vasija que ideó alguien, pero cuando la lavamos y le quitamos esa pátina que dejan el uso y los años, nos damos cuenta de que sigue siendo la misma. Pues bien, la magia de esa vasija es la magia de las palabras. Las palabras que alguien moldeó hace ya cientos de años para nombrar una realidad, van cambiando con el uso de millones de personas a lo largo de miles de kilómetros para que luego sigan sirviéndonos para mencionar la misma realidad u otras realidades nuevas. Esa es la magia de las palabras, y por eso las palabras taínas que conservamos en la lengua española son tesoros para nuestra lengua que se siguen manteniendo a través de los siglos y nos siguen siendo útiles, no solo a nosotros que vivimos cerca de donde nacieron, sino a más de quinientos millones de personas en más de 21 países a lo largo de nuestro Continente y en otros países de otros Continentes. Todas esas palabras que nacieron aquí perviven entre nosotros, y a través de la lengua española se han extendido a otras lenguas del mundo», dijo emocionada la destacada lexicógrafa de la ADL.

Con esa singular metáfora la expositora motivó a los jóvenes presentes a participar en la tertulia para que valoren su lengua y se sientan orgullosos del aporte que la cultura taína representa para nuestra lengua. Rincón hizo un recorrido por algunas palabras taínas que se introdujeron en el español general y se utilizan actualmente: “La realidad lingüística prehispánica en América es algo inimaginable y muchas veces no comparable con otros temas a lo largo del mundo. Los estudiosos calculan más de 170 familias de lenguas en América. Imagínense que las lenguas romances de la que proviene el latín es una sola familia y se extiende a lo largo de toda Europa y parte de América. De esas 170 familias de lenguas se derivaron dialectos, la mayoría de ellos ininteligibles entre sí, es decir, la riqueza léxica era extraordinaria, muchas de ellas sobreviven como lenguas, incluso lenguas oficiales en su país, y muchas de ellas se han perdido o están en proceso de extinción. Las grandes familias de lenguas que influyeron en la lengua española son arahuaco, caribe, náhuatl, maya, quechua, aimara, chicha, araucau y guaraní. Estas familias lingüísticas fueron las que dejaron huellas en la lengua. Evidentemente la araucao y la caribe fueron las de primer contacto, y, por tanto, las que mayor huella han dejado», subrayó la distinguida disertante.

Los presentes prestaban especial atención a las palabras de la agraciada expositora. Al referirse a las lenguas antillanas, la experta lexicográfica explicaba que es muy difícil señalar con certeza cuál es el origen de algunas palabras pues las lenguas que se hablaban en esta zona tenían un tronco común que era el arahuaco: «¿Por qué a veces no sabemos decir si una palabra es arauca, taína o caribe y la denominamos como una palabra antillana? Porque las lenguas que se hablaban en las Antillas eran del tronco arahuaco, y el caribe y el taíno que vivieron en La Española se intercomunicaron de forma tal que hace que no se sepa a través de los textos si una palabra es de tal o cual origen. Muchas veces cuando vayan a buscar la etimología de una palabra antillana, van a encontrar precisamente esa denominación: origen antillano, porque los lingüistas no han podido determinar exactamente el origen lingüístico», comentó María José.

Sobre la expresión “lengua de las Indias”, Rincón asegura que no es propio hablar de esta manera debido ya que no solo tenían una lengua sino muchas. Dijo que dicho fenómeno arranca de las Crónicas porque para los extranjeros parecía la misma lengua, aunque eran varias. Señaló que el arahuaco se extendía a todas las Antillas y parte del Continente americano y muchos de los préstamos arahuacos son de los más numerosos en el idioma y que en su proceso de evolución pasaron al español dominicano, al español de América y a otros idiomas. La otra familia, la taína, la incluye en el grupo de las Antillas menores: “Los datos precolombinos aseguran que en La Española se hablaban hasta tres lenguas, de las cuales fehacientemente solo tenemos un rastro de la lengua taína por ser el más prestigioso porque era el de los cacicazgos de mayor poderío. Esta a su vez tenía subdialectos que eran ininteligibles para ellos. La lengua taína se extingue y los únicos vestigios que tenemos son esas palabras que quedan incrustadas en los textos y las que se han mantenido a lo largo de los siglos”.

Al enfocar los vocablos que conservamos de la lengua taína, los tainismos, la destacada lexicógrafa dijo que se trata de palabras del mundo natural, en el ámbito rural, y especificó los dos mecanismos que el hablante utiliza para nombrar una nueva realidad. Decía Bartolomé de las Casas sobre la lengua taína: “Es la más ordenada y compuesta, y la más elegante y la más copiosa en el vocablo y la más dulce en sonido”.  Abordó el léxico patrimonial, es decir, de las palabras de nuestra propia lengua, para aplicarlas a una nueva realidad que enriquece la lengua. Si el hablante no encuentra la palabra adecuada para nombrar una nueva realidad, hace un préstamo a otra lengua, acude a un extranjerismo. Un hablante de español, que conoce el fruto de la piña, que es el fruto del pino que da los piñones, y se encuentra con otro fruto que tiene cierta similitud con el fruto del pino, y que no tenemos una palabra para nombrarlo, hacen una comparación poética y se le coloca el nombre. Eso es crear una nueva acepción de un término que ya se tenía. Y Fernández de Oviedo escribió: “El nombre de piña le dieron los cristianos porque se le parece en alguna manera puesto que estas son más hermosas y no tienen la robusticidad de las piñas de piñones de Castilla”. Esa es una manera de nombrar la realidad. Otra manera es hacer un derivado. Imagínese la vid que da uvas, llegamos aquí con la realidad que se parece y la denominamos uva de playa, que se parece en cierto modo, y si a lo que da las uvas le llamamos uvero, ahí creamos una palabra a partir de una que ya existe. Hasta ahí estamos usando los medios de la lengua española para nombrar esa nueva realidad. La descripción de Fernández de Oviedo dice: «Son unos racimos de unas uvas ralas, desviadas una de otras, e de color rosado o morado e buenas de comer”. La locución también es una forma de crear palabras nuevas; por eso surge palo de aceite, uva de playa, puerco de monte. Toda esa explicación forma parte del proceso de las conformaciones de las palabras nuevas a partir de los patrimoniales, comenta nuestra académica.

Otro proceso de creación y recreación de nuevas palabras es la adopción de préstamos lingüísticos: «De las fuentes de los cronistas son de las que más palabras nos llegan, palabras taínas cuyos autores se convirtieron en filólogos improvisados porque ellos trataron de explicar por qué usaban esas palabras taínas en sus textos”. El vocablo taíno es de Fernández de Oviedo, y es un ejemplo de cómo usar la lengua como herramienta para expresar mejor la realidad. Mientras vamos leyendo las palabras del español, va comentando lo que quiso decir para ayudar a los presentes a comprender la situación en la que se produce el escrito: “Si algunos vocablos extraños e bárbaros aquí se hallare, la causa es la novedad de que se tratan y no se pongan a cuenta de mi romance que en  Madrid nací y en la Casa Real me crie y con gente noble he conversado y algo he leído para que se sospeche que habré entendido bien el castellano, la cual de las vulgares se tiene por la mejor de todas y lo que hubiere en este volumen que con ella no consuene serán nombres por mi voluntad puestas para dar a entender las cosas que por ellas quieren los indios significar”. Esas declaraciones justifican la permanencia de vocablos aborígenes en la lengua española. En los textos antiguos españoles del siglo XVI aparecen tainismos que estaban dirigidos a ser leídos en Europa a través de cartas familiares, cartas a las autoridades, obras literarias como la de Bernard Díaz del Castillo y las crónicas. María José Rincón explica que las palabras taínas, por ser desconocidas en Europa, debían colocárseles un sinónimo cuando aparecían por primera vez para poder mantener la relación de sentido con el objeto. Cita para esta explicación una nota de Colón donde aparece la siguiente idea: “Vinieron luego a los navíos más de dieciséis almadías o canoas«. Esta relación se debe a un parecido entre los objetos que permitía hacer la correspondencia entre los vocablos. Esta influencia fue tal que ya nadie llama almadía a este tipo de navío sino que se nombró definitivamente como canoa, comentó Rincón, y añadió que otra situación se vive cuando queremos incluir una palabra nueva pero que no existe en la lengua otra similar. A este proceso, denominado explicación parafrástica, lo ilustró con la palabra hamaca: “Cuando hayan jobos cuelgan de ellos sus hamacas o camas para dormir”. En Europa no existíam ni la palabra hamaca ni la realidad designada y, por lo tanto, se debía explicar su uso. Finalmente, consignó las siguientes palabras que aparecen en el Diario de Colón: canoa, yuca, bohío, hamaca, cacique, caribe y maíz.

Santiago, Centro León, 2 de febrero de 2018.

LAS ACADEMIAS DE LA LENGUA PARTICIPAN EN LA PRESENTACIÓN DEL «DICCIONARIO PANHISPÁNICO DEL ESPAÑOL JURÍDICO» Y OTROS ACTOS ACADÉMICOS

Por Fabio Guzmán

Con motivo de la presentación en la Universidad de Salamanca del Diccionario panhispánico del español jurídico (DPEJ), los directores, presidentes y delegados de las veintitrés academias de la lengua que forman parte de la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) fueron invitados a España,  del 12 al 15 de diciembre de 2017, a participar en diferentes actos.

El DPEJ ha sido fruto del acuerdo adoptado en la Cumbre Judicial Iberoamericana, celebrada en Paraguay en abril de 2016, y tuvo como punto de partida el Diccionario del español jurídico (DEJ), publicado ese mismo año por la Real Academia Española y el Consejo General del Poder Judicial español, que compiló el léxico jurídico de España. Para la preparación del DPEJ, se han sumado a los equipos de profesores y juristas españoles que colaboraron en el DEJ miembros de los tribunales y cortes supremas de los países hispanoamericanos, reconocidos juristas pertenecientes a las academias americanas y profesores universitarios de todo el nuevo continente, que han trabajado bajo la dirección de  Santiago Muñoz Machado, connotado catedrático de Derecho Administrativo y exsecretario de la Real Academia Española, cuyas meritorias iniciativas han tenido como feliz resultado, además de los dos diccionarios jurídicos, el excelente Libro de estilo de la Justicia, publicado también en 2017.

En representación de la Academia Dominicana de la Lengua (ADL) viajó a España el académico de número y abogado Fabio J. Guzmán Ariza, quien colaboró en la preparación del DPEJ.

El martes, 12 de diciembre, pocas horas tras sus llegadas a España, las delegaciones académicas fueron recibidas a la entrada del Tribunal Supremo español por Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo del Poder Judicial español, y por Darío Villanueva, director de la Real Academia Española. Después de una breve ceremonia de bienvenida en la que tanto el magistrado Lesmes como el director Villanueva hicieron uso de la palabra, se realizó una visita guiada de la majestuosa edificio donde tiene su sede del tribunal, un magnífico ejemplo de barroco afrancesado, con columnas jónicas rematadas en capiteles dorados y pinturas al fresco en los cielorrasos. Durante la visita, los académicos tuvieron la oportunidad de conversar sobre diversos temas con el presidente del Tribunal Supremo.

Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo de España, se dirige a los académicos

Foto de familia de los académicos con el presidente del Tribunal Supremo de España

Esa noche, los académicos fueron invitados al Teatro Real a disfrutar de la presentación de la ópera La bohème, de Giacomo Puccini.

Al día siguiente, miércoles, 13 de diciembre, las delegaciones académicas visitaron la sede central del Instituto Cervantes (IC), organización que tiene la misión de promover el idioma español y contribuir al progreso de las culturas de todos los países y comunidades de habla española, y que cuenta con 87 centros en 44 países de los cinco continentes. Los visitantes fueron recibidos por el director del Instituto, Juan Manuel Bonet. Tras el saludo protocolar y la foto de familia, los académicos visitaron una exposición conmemorativa sobre el escritor Arturo Barea (1897-1957) y asistieron a la presentación del libro Hablamos la misma lengua: Historia política del español en América, desde la Conquista a las Independencias, cuyo autor, Santiago Muñoz Machado, dirigió la preparación del DPEJ.  Entre los datos interesantes divulgados en la presentación destaca que de quince millones de personas que habitaban las repúblicas hispanoamericanas en la época de sus independencias (principio del siglo XIX), solo tres millones hablaban español, de modo que la expansión del idioma en América se debió más a las acciones tomadas por los gobiernos americanos después de sus independencias que a los tres siglos de dominación colonial española.

Terminada la presentación de Hablamos la misma lengua, la Real Academia Española ofreció un coctel-almuerzo de bienvenida a las delegaciones de las academias en los salones del emblemático Casino de Madrid.

Darío Villanueva, director de la RAE (centro), y varios académicos en el Casino de Madrid

Santiago Muñoz Machado (der.) y Fabio Guzmán Ariza (izq.) en el Casino de Madrid

Esa noche los académicos concurrieron a la sede de la Real Academia Española para asistir a la presentación de la edición conmemorativa de la novela Yo el Supremo, del escritor paraguayo Augusto Roa Bastos (1917-2005), ganador del Premio Cervantes en 1989, con motivo del centenario de su nacimiento. En el acto participaron, entre otros, el director de la Real Academia Española y presidente de la Asociación de las Academias de la Lengua, Darío Villanueva, y Mirta Roa, hija del  escritor, quien, tras agradecer y celebrar la publicación de esta nueva edición conmemorativa, leyó un  fragmento de la obra.

Al final del acto, la Real Academia Española ofreció un coctel a los académicos e invitados presentes.

El jueves 14 de diciembre por la mañana se celebró en la sede de la Real Academia Española una sesión de trabajo de la ASALE, la cual estuvo presidida por su presidente, Darío Villanueva, y su secretario general, Francisco Javier Pérez. En la reunión se revisaron los proyectos panhispánicos en curso: el Diccionario fraseológico panhispánico, el Diccionario escolar panhispánico, el Glosario de términos gramaticales y la nueva edición del Diccionario de la lengua española (DLE). El presidente resaltó el éxito obtenido por la versión en línea del DLE, la cual en 2017 ha sido consultada cerca de mil millones de veces.

Asimismo, el presidente de la ASALE, Darío Villanueva, informó que el decimosexto Congreso de ASALE se llevará a cabo entre octubre y noviembre de 2019, y que el octavo Congreso de la Lengua Española sesionará en la ciudad argentina de Córdoba en marzo de 2019. Finalmente, agregó que en 2018 piensa visitar las academias de Honduras y de la República Dominicana, y, de ser posible, la de Colombia.

Al final de la reunión, en la tarde, los académicos se trasladaron a la sede de la Secretaría General Iberoamericana, en el Paseo de los Recoletos, donde tuvieron un encuentro con la secretaria general para Iberoamérica, Rebeca Grynspan.

La prima noche del mismo día 14, los directores, presidentes y delegados de las academias asistieron a un pleno extraordinario de la Real Academia Española. Antes de la sesión, los académicos invitados mantuvieron un fraternal encuentro con los académicos de la Real Academia Española. El pleno se desarrolló según el protocolo habitual de las juntas académicas, que se inician, como marca la tradición desde 1713, con la lectura de las preces en latín. El director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, dio la bienvenida a los académicos invitados; doña Susana Cordero de Espinosa, directora de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, agradeció, en nombre de todas las academias correspondientes, la espléndida acogida brindada a los académicos visitantes. Tras agotar varios trámites de rigor, el director de la Real Academia Española aprovechó la ocasión para transmitir la noticia de la próxima creación de una academia del judeoespañol, cuya sede estará en Israel.

A seguidas, los académicos asistieron a una recepción conjunta ofrecida por el Consejo General del Poder Judicial de España y la Real Academia Española a las delegaciones de la II Reunión Preparatoria de la XIX Cumbre Judicial Iberoamericana, en su mayoría presidentes de los distintos tribunales supremos hispanoamericanos, y de las academias de la lengua española.

El  día siguiente, viernes 15 de diciembre, tuvo lugar en la Universidad de Salamanca y bajo la presidencia del rey de España, Felipe VI, el acto de presentación del Diccionario panhispánico del español jurídico. Los académicos y magistrados salieron de Madrid rumbo a Salamanca a las 8 de la mañana en cuatro autobuses escoltados por una docena de automóviles y motocicletas policiales,

Al llegar a Salamanca, entraron al edificio de Escuelas Mayores de las ocho veces centenaria Universidad de Salamanca, la más antigua de España, fundada en 1218,  donde enseñaron fray Luis de León y Miguel de Unamuno. Para recibir al monarca español los académicos y magistrados se situaron en la austera aula Salinas, donde antaño se impartían las cátedras de Derecho Civil, engalanada con dos tapices flamencos y retratos de doña Ana de Austria, esposa de Felipe II, y Margarita de Austria, esposa de Felipe III. El rey Felipe VI hizo su entrada al aula puntualmente, minutos después del mediodía, y tras la toma de la foto de familia, saludó uno a uno a todos los presentes.

A continuación, se pasó al paraninfo de la universidad a la presentación del DPEJ. El rey Felipe VI abrió la sesión y concedió, sucesivamente, la palabra a  Daniel Hernández Ruipérez, rector de la universidad; Darío Villanueva; director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, director del DPEJ; Rafael Catalá, ministro de Justicia de España; Alfonso Fernández Mañueco, presidente de la Junta de Castilla y León; Jorge Omar Chediak, secretario permanente de la Cumbre Judicial Iberoamericana y presidente de la Suprema Corte de Justicia de Uruguay, y a don Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial de España.

En sus intervenciones los oradores coincidieron en valorar que el DPEJ es una obra monumental  —dos volúmenes, 2220 páginas y cerca de 40,000 entradas— que abarca el vocabulario jurídico de todos los países de lengua hispana y constituirá en lo adelante el texto de referencia para la comunidad jurídica hispanohablante.

Seguidamente, el rey expresó que el DPEJ “es fruto de una brillante tarea, un instrumento de valor universal que enriquece nuestra lengua común”, manifestó su profunda gratitud y felicitación a “todos los colaboradores de esta gran obra” y declaró clausurado el acto, tras lo cual se dirigió de nuevo al aula Salinas, donde el director de la Real Academia Española le entregó un ejemplar de la obra.

Acabada la fase ceremonial, se brindó un coctel-almuerzo en el claustro de la universidad, donde el rey compartió con los presentes por unas dos horas. Después del coctel, los académicos recibieron una visita guiada por la Universidad y la ciudad de Salamanca antes de su regreso a Madrid al final de la tarde. A su llegada, todos manifestaron su agradecimiento a la Real Academia Española y a la ASALE por las espléndidas atenciones recibidas durante los cuatro días de encuentros académicos.

 

MANUEL SALVADOR GAUTIER, PREMIO NACIONAL DE LITERATURA

El novelista dominicano Manuel Salvador Gautier, miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua, coordinador del Grupo Mester de la Academia, miembro titular del Ateneo Insular y cultor del Movimiento Interiorista obtuvo el Premio Nacional de Literatura 2008.

Además del Ministerio de Cultura, presidido por nuestro académico numerario y novelista, el Dr. Pedro Vergés, y la Fundación Corripio, representada por el también narrador y académico de la lengua, Lic. José Alcántara Almánzar, participaron en la asamblea eleccionaria los rectores de cuatro universidades dominicanas (PUCMM, UNPHU, INTEC y UCE) y el director de la Academia Dominicana de la Lengua, Dr. Bruno Rosario Candelier, quienes actuaron como jurado del más alto galardón de las letras dominicanas.

En la comunicación que el director de la ADL sustentó la candidatura de Manuel Salvador Gautier al Premio Nacional de Literatura se consigna que este narrador tiene una ejecutoria novelística con gran impacto cultural en las letras dominicanas, como lo evidencia la publicación de la tetralogía Tiempo para héroes (1993), novela con la que inició una fecunda carrera literaria y que siguió con Toda la vida (1995), Serenata (1999), Balance de tres (2001), Historias para un buen día (2005), El asesino de las lluvias (2007), Un árbol para esconder mariposas (2009), Dimensionando a Dios (2010), La fascinación de la rosa (2011), Tres cosas te ofrezco (2012), La mala maña (2013), Gregorio y su mundo perfecto (2016) y El pacto de los generales (2017), entre otros textos narrativos, críticos y ensayísticos. Gautier había sido galardonado con el Premio Nacional de Novela Manuel de Jesús Galván por las novelas Tiempo para héroes, en 1993, y Toda la vida, en 1995; el Premio de Novela Universidad Central del Este (UCE), por Balance de tres, en 2001; el Premio Feria del Libro Eduardo León Jimenes, por Dimensionando a Dios, en 2011; y Premio Nacional de Ensayo Pedro Henríquez Ureña, por Hechizo en las palabras, en 2016.

En la justificación de los méritos literarios de nuestro candidato, la carta de este redactor consignaba: “La novelística de Manuel Salvador Gautier se finca en una fuerza vital sustentada en una motivación de principios contra vejaciones, atropellos e injusticias mediante la convicción de quien encauza, sin menguar su dignidad, situaciones nefastas y adversas mediante una ejecutoria novelística cifrada en la aplicación de las leyes y técnicas de la creación novelística con las que su obra canaliza la supervivencia del pasado en el presente, la huella de la realidad estética y el impacto del fuero moral en la conciencia”. Y agregaba: “La obra narrativa de Manuel Salvador Gautier funda el sentido de su ficción en la potencia de sus ideales profundos mediante el relato de historias con un lenguaje apropiado a sus tipos y personajes, la aplicación de procedimientos narrativos coherentes con la naturaleza y la trama de su contenido a cuyo través retrata la realidad social dominicana expresada en sus personajes, hechos y ambientes. En resumen, la novelística de Manuel Salvador Gautier enaltece los ideales de una vida cifrada en la dignidad de la conciencia histórica mediante el uso ejemplar de la palabra y la correcta aplicación de las modernas técnicas del arte del novelar, por lo cual merece que se le honre con el Premio Nacional de Literatura”, presea que efectivamente obtuvo en Santo Domingo el 26 de enero de 2018.