¿Emplean los dominicanos el verbo haber como impersonal?

Por Tobías Rodríguez Molina

 

Hace unos años se celebró en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra un Simposio de Dialectología del Caribe Hispánico. En el transcurso del mismo presentó una ponencia el Lic. Félix Fernández en la que ofreció el resultado de un trabajo que él llevó a cabo en esa Universidad santiaguera.

Los sujetos sometidos a la prueba fueron 135 estudiantes que recién iniciaban sus estudios universitarios.

El Lic. Fernández indagó, entre otros aspectos, qué empleo le daban esos estudiantes al verbo haber en el uso que la normativa del español prescribe como impersonal. En su investigación se encontró que los encuestados, en su mayoría, aceptan la concordancia entre el verbo haber y el sintagma nominal siguiente. Eso deja dicho que se apartan de las normas del español al no emplear el verbo haber como impersonal, como lo indica la norma. Por creerlo de utilidad para el lector, me parece conveniente que les demos un vistazo a las normas referentes a ese uso. Al respecto se indica que el verbo haber tiene un uso impersonal, adoptando, por lo tanto, construcciones de tipo impersonal. De ahí  que deberán usarse construcciones como “Hubo fiestas”, “Había muchos soldados”, etc., ya  que “fiestas” y “muchos soldados” desempeñan la función sintáctica de objeto directo y  no de sujetos de esos verbos. (Real Academia Española: Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, 3.5.7).

Las oraciones que el Lic. Fernández presentó  a sus estudiantes  fueron    las siguientes:

  1. Habían tres personas en la reunión. (61.5 % de aceptación).
  2. Hubieron problemas en ese país. (45.8 % de aceptación).
  3. Habían muchachas bonitas en la fiesta. (64.4 % de aceptación).

Como puede notarse, los estudiantes objeto del estudio del profesor de la PUCMM aceptan, en su mayoría, una forma del verbo haber impersonal apartada de las normas del español.

Movido por los resultados obtenidos por Fernández, y por lo que se percibe en el uso de los dominicanos de todos los estratos socioculturales, quise constatar qué sucedía 7 años después de su investigación, en el ámbito escrito de la lengua española, en estudiantes que ya habían tenido el chace de entrenarse en el estudio del verbo haber como impersonal.

Por ese motivo la población escogida como objeto de mi investigación estuvo constituida por estudiantes de la PUCMM, Campus de Santiago, que ya habían terminado el Ciclo Básico y que, por lo mismo, ya habían cursado las materias Español 1 y Español 2, asignaturas que incluyen en sus contenidos la concordancia en general y también  el empleo del verbo haber como impersonal.

Y por el hecho de que los estudiantes a quienes el Lic. Fernández sometió a estudio no habían  estudiado el Ciclo Básico y los de mi estudio sí, se esperaba que habría  unos resultados muy diferentes a los arrojados en  la investigación de Fernández y la mía. Pero no resultó ser así. Las diferencias fueron mínimas, lo cual parece indicar que el dominicano tiene tan arraigado el uso del verbo haber como personal que ni siquiera la insistencia sistemática de la escuela le hace cambiar de ruta dictada por las normas del uso de ese verbo haber. Y creemos que los resultados reflejados en mi investigación no se acercaron más a los del Lic. Fernández porque en la suya las únicas alternativas eran la aceptación y el rechazo mientras que el mío debían responder a  una de las siguientes alternativas: A (Acepto), R (Rechazo), AH (Acepto al hablar pero no al escribir) y  (No sé)

En nuestra investigación, el cuestionario que contenía las oraciones fue aplicado a 60 estudiantes y se obtuvo como resultado que los estudiantes objeto del estudio muestran una actitud de aceptación parcial del verbo haber impersonal. Es decir, en algunos casos  hacer concordar ese verbo con el sintagma nominal siguiente y en otros, no.

Ese fenómeno puede visualizarse mejor al observarse las oraciones aparecidas en el cuestionario que se les presentó. Aparecerán con solo  los porcentajes de aceptación y rechazo.

  1. En el salón habían cuarenta personas. ( A: 48.3%; R:31.7).
  2. En ese país hubieron muchos problemas. (A: 41.7; R: 46.7).
  3. En esta reunión habemos muchas personas. (A: 43.4; R: 45.0%).
  4. ¿Piensas que habrán muchachas bonitas en la reunión? (A: 61.7; R: 21.6).

Como puede observarse, un mayor número de encuestados rechazó, el uso contra las normas en las oraciones 2 y 3 (con hubieron y habemos), pero no sucedió lo mismo con las oraciones 1 y 4 (con habían y habrán).

Hay que notar, sin embargo, que el margen de diferencia entre la aceptación y el rechazo fue de apenas un 5% en la oración 2,  y de solo un 1.6 % en la 3. Pero al tratarse de las oraciones 1 y 4, empleadas por la mayoría de estudiantes en forma divergente a la normativa española, la distancia entre aceptación y rechazo es mucho mayor, siendo en la 1 de 16.6 y en la 4, fue de 40.1.

Esos datos reflejan una tendencia a apartarse de las normas prescritas para el uso de la lengua española; y creemos que los datos que indican ese apartarse de las normas pudieran haber sido mayores si las oraciones no se les hubieran presentado por escrito, pues con ello se afecta la espontaneidad al permitir que ellos leyeran y releyeran las oraciones hasta el punto de racionalizar el fenómeno en cuestión antes de marcar su respuesta.

Por otra parte, aunque no se han realizado estudios acabados al respecto, lo que solemos escuchar en el habla de los dominicanos, desde el estrato inferior hasta el más encumbrado, es un uso que hace concordar el verbo haber con el sintagma nominal siguiente: 1. Había un estudiante; 2. Habìan cuarenta estudiantes; 3. Hubo uno solo; 4. Hubieron muchos.

Por lo antes expuesto se podría pensar que en la República Dominicana el empleo del verbo haber como impersonal va perdiendo terreno en la lengua escrita y también en la oral. Esto último lo constatamos los profesores de español. Al presentarles el empleo del verbo haber como impersonal, es decir, sin concordancia, la mayoría de alumnos se muestran desconfiados, incrédulos y medio desconcertados, y creen que les estamos tomando el pelo al decirles que no es correcto decir “En la reunión habían muchas personas” o “Hubieron muchos que no llegaron a tiempo a la reunión.”

Será conveniente que los estudiosos de la lengua nos dijeran qué hacer frente a esta disparidad entre la norma que nos indica un uso impersonal del verbo haber y el usuario de la lengua que se aparta o tiende a apartarse de ella al hacer concordar el verbo haber con el sintagma nominal que le sigue.

Chivirica, intermitente / parpadeante, cachipa, enganchar

Por Roberto E. Guzmán

CHIVIRICA

“Se ve esa energía de niña inquieta pero obediente. De CHIVIRICA pero inocente”.

Esta voz del epígrafe en el español dominicano tiene más de una acepción. Desempeña funciones de adjetivo y sustantivo; en el habla casi siempre se utiliza en femenino para referirse a la conducta de una persona.

La voz en masculino chivirico existe en Cuba para algo que se come. En El Salvador en funciones de adjetivo se refiere a una cosa bonita, de buena calidad, o, a una persona agradable, simpática.

Con esta voz, chivirica, sucede algo que se ha criticado antes, la acepción que puede considerarse negativa solo se aplica a la mujer, “Mujer desinhibida en su relación con los hombres”; esto es, que actúa con espontaneidad.

La segunda acepción en funciones de adjetivo, se aplica a la persona “muy alegre, a veces extremadamente coqueta y enamoradiza”. Esta acepción expresa que la persona trata de atraer con maneras afectadas o que trata de despertar sentimientos de amor en otra u otras personas.

La voz chivirica tiene relación con otra de mucho uso en el habla dominicana, chiva. Una chiva, referido a mujer es la que tiene una conducta liviana y coqueta. Chiva es un grado superior de chivirica. La chivirica despliega mayor actividad que la chiva. La mujer chiva es menos fiel en sus relaciones amorosas.

De paso vale recordar que chivo es una palabra con muchas acepciones en el español dominicano y contribuye a formar muchas locuciones.

 

INTERMITENTE – PARPADEANTE

“Con sus luces traseras encendidas, PARPADEANTES. . .”

Algunas palabras se asemejan unas a otras, pero no son sinónimas. Hay quienes aseguran que la sinonimia nunca es total. Las dos palabras del título se parecen, no por la forma en cómo se escriben, sino por el significado. Hay que mantener el cuidado de no confundirlas. Esa confusión es lo que ocurrió entre los dos vocablos del título en la frase copiada más arriba. Aquí se verá la diferencia entre ellas.

La intermitencia tiene relación con interrupción y repetición; que enciende y apaga con periodicidad constante. En un vehículo automóvil es la luz lateral para señalar un cambio de dirección, con las características apuntadas.

El parpadeo es la acción y efecto de parpadear que es abrir y cerrar los párpados. Con respecto de la luminosidad es vacilar u oscilar. Con la primera acepción queda en evidencia que es acción de los párpados.

Parpadear es próximo de palpar y de palpitar, del último “tanto por la forma como en el sentido”. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-IV-406).

El parpadeo es de los párpados. Por extensión, se acepta para algunos fenómenos. La intermitencia es con periodicidad y se usa para las señales de los automóviles que cambian de dirección. No hay que confundir las dos nociones.

 

CACHIPA

“. . . para que coloquen filtros en la chimenea. . . pues inunda todo el municipio. . . de la llamada CACHIPA. . .”

Hay una cachipa dominicana que no se conoce en otra variedad de español. De modo implícito se expresa que existen otras cachipas en otras hablas que no significan lo mismo que la dominicana.

Es muy probable que la cachipa dominicana haya recibido influencia de la puertorriqueña. De acuerdo con lo que consigna el Tesoro lexicográfico del español de Puerto Rico la voz cachipa apareció ya en el año 1937 estudiada por D. Augusto Malaret.

Algo que refuerza la posibilidad de que cachipa haya pasado de Puerto Rico a República Dominicana es que en el español de Puerto Rico esa voz sirve para mencionar, “bagazo, cachaza, cáscara, cascarón, corteza, paja, pellejo, pelusa, yesca”. De otro modo sirve para mencionar residuo, viruta.

La cachipa dominicana está documentada en el Diccionario del español dominicano (2013:124), y la acepción asignada es, “Resto ligero de material incinerado”. En el español dominicano se usa de modo casi exclusivo para los restos flotantes en el aire de la caña de azúcar quemada en los campos o, los que expulsan las chimeneas de la cita.

Si se enlazan los sinónimos puertorriqueños con la cualidad de la cachipa dominicana se nota la similitud que existe entre aquellos y esta. La cachipa es un resto, ligero. Las propiedades de los sinónimos de la cachipa puertorriqueña son esas, es residuo y es tenue.

  1. Max Uribe en Notas y apuntes lexicográficos (1996:87) trae un artículo dedicado a la voz del título. En este él menciona. “. . . dada la tradicional intercomunicación entre petromacorisanos y puertorriqueños, cabe suponer que el término CACHIPA es sin duda viejo trasplante lexical que por asimilación hubo de quedar convertido, gracias al hablante común de los territorios cañeros del Este, en significante de las pavesas que, en cantidades industriales, despiden las chimeneas de la industria del azúcar, conforme apunta el autor de “mis 500 locos”. (Uribe alude a un artículo publicado por el Dr. Antonio Zaglul en el diario El Caribe, del 11 de marzo de 1980).

Esta cachipa pudo haber entrado también al español dominicano a través de la ciudad de La Romana en cuya industria azucarera los puertorriqueños tuvieron gran influencia.

 

ENGANCHAR

“Esto permitiría que el país se ENGANCHE al creciente uso del hidrógeno para generar electricidad. . .”

De modo general el español hablado se distingue del español escrito porque en el último hay cierto esmero al elegir los vocablos. En el habla entre interlocutores o en público, pueden verse el hablante o disertante y los oyentes; estos por lo general saben o entienden de lo que se habla. La persona que redactó la frase de la cita olvidó ese detalle.

Enganchar, enganche y gancho son vocablos de uso constante en el español dominicano. Los vocablos de esta familia tienen más usos en esa variedad de español que las acepciones aceptadas internacionalmente.

Cuando un hablante de español dominicano desea expresar que suspende o pone una cosa pendiente de otra de modo que no llegue al suelo, usa el verbo enganchar y no colgar. En los casos en que señala que una persona se incorpora a las filas de una institución militar o policial, el verbo favorito es enganchar.

Si en cambio el hablante dominicano desea comunicar que ha sido víctima de un engaño o que logró estafar a otro, dirá, “lo enganchó”.

En el ejemplo de la cita el sustantivo enganche sustituye al sustantivo incorporación, o integración. La palabra gancho es de larga tradición en la República Dominicana; significa en el español dominicano, trampa, ardid. Un gancho es también el dispositivo que se coloca para robar electricidad, obviando que esta sea registrada por el contador.

En los casos en que el dominicano ha acertado a ensartar algo dirá que lo enganchó. De modo parecido recurrirá a este verbo cuando por accidente algo sufre un desgarre, o su persona un rasguño, por ejemplo, en cercas, o al pasar entre objetos puntiagudos, filosos, en los que “se engancha”.

Con la exposición que antecede se espera haber demostrado lo anunciado al principio acerca del verbo enganchar y sus derivados en el habla de los dominicanos.

Cachumbambé, arrogarse / arrojarse, sebo / cebo

Por Roberto E. Guzmán

CACHUMBAMBÉ

“Uno de los espacios favoritos de la muchachada, con sus chiringuitos, pistas, CACHUMBAMBÉS y verdes explanadas”.

La voz del epígrafe consta en los diccionarios del habla propia de Cuba desde el inventario pionero de D. Esteban Pichardo en 1836. Permaneció largo tiempo como voz exclusiva del habla cubana. Más tarde, con los avances de la tecnología logró salir de la insularidad. Diccionario provincial casi razonado de vozes y frases cubanas (1836:119). Su incorporación en el Diccionario de la lengua española ocurrió en la edición de 2001.

Los dominicanos habían oído la voz mucho antes del año 2001, pues la habían recibido a través de canciones y programas radiales provenientes de Cuba.

Quien primero inventarió la voz estudiada aquí fue Pichardo, quien la definió como un juego de muchachos que en su descripción corresponde con lo que los dominicanos conocen con el nombre de subibaja. Naturalmente, este artefacto era de construcción rudimentaria en esa época. Él aventuró una explicación para la voz resonante cachumbambé, “Parece derivado de la voz marítima Cachom y de Bamba, silla o asiento de columpio. En la actualidad se considera que la voz es de origen incierto. Esa explicación de Pichardo no arredró a Fernando Ortiz a arriesgar otra teoría acerca del origen como se verá más adelante.

Fernando Ortiz escribe, “Por la terminación parece africana la palabreja, parienta cercana de bembé, cumbé, zumbé, cucuyé, y otras”. Termina este investigador, “… el madero o tablón, recogido en el vocablo por sus dos primeras sílabas, debe de provenir de cachón, voz marinera … tenía antaño otra [acepción] ´cada uno de los pedazos gruesos de tablón colocados a uno y otro lado de la cabeza del bauprés´”. Con la lectura de estas expresiones él regresa a la primera teoría sobre el origen. Glosario de afronegrismos (1924:82-3).

En el Vocabulario cubano (1919:89) Constantino Suárez registra la voz cachumbambé como caída en desuso. El Diccionario de la lengua española de 2001 presenta una escueta acepción para la voz en cuestión, “Especie de balancín que se usa para entretenimiento infantil”.

En el año 2016, el Diccionario ejemplificado del español de Cuba trae una explicación detallada del aparato, dónde se instala, de qué está hecho, cómo es, y de qué manera se usa. El ejemplo de uso que cita es del año 1978. El autor de estas reflexiones acerca del lenguaje asegura que ha leído la voz aquí estudiada en varias publicaciones periódicas en los últimos veinte años. Con esto queda claro que no es voz en desuso.

 

ARROGARSE – ARROJARSE

“Cuando la religión sale de su ámbito, que es y debe ser privado, tiende a ARROJARSE el derecho de regir la esfera de lo político . . .”

Parece que el verbo arrogar o arrogarse es un tropiezo para muchos hablantes y algunos escribientes. En otras ocasiones se ha analizado cuando lo confunden con el verbo abrogarse. Para despejar las dudas con respecto a los dos verbos que figuran en el título, se procederá primero a estudiar el verbo arrogar(se) y luego el verbo arrojar(se).

El verbo arrogar(se) es atribuir(se), que significa aplicar hechos o cualidades, ya sea a una persona como a una cosa; en la mayoría los casos el uso es hacer esta atribución sin fundamento. Además, es dar o conceder una cosa a una persona; o tomar una cosa para sí. Es también ganar en una competición. Cuando se usa en funciones de verbo pronominal, es apropiarse, tomar para sí alguna cosa, generalmente sin tener en cuenta a su dueño.

Con respecto del verbo arrojar(se), así usado como pronominal es, “Dejarse ir con violencia de lo alto a lo bajo”; esto es, “lanzarse, tirarse hacia lo bajo”. Este verbo posee otras acepciones, pero se dejarán fuera por no ser pertinentes aquí.

Leída a la luz de lo explicado, la cita expresa que la religión “se deja ir con violencia. . . Lo que se desea exponer es lo absurdo que resulta el verbo arrojarse en este contexto, a pesar de que en otras circunstancias y con diferente complemento puede usarse para expresar “empezar precipitadamente”, en el sentido de “resolverse a hacer algo sin reparar en dificultades y riesgos”.

En el texto reproducido más arriba se escribe acerca de “derecho”; por lo tanto, el verbo que correspondía usar era arrogarse, que daría a esta redacción la interpretación de adoptar para sí el derecho de regir la esfera de lo político.

El error en la selección del verbo dio como resultado un disparate que debe evitar cualquier persona cuidadosa.

 

SEBO – CEBO

“. . . abuela derretía un poco de CEBO de carnero, derretido en una cuchara. . .”

Son muchos los escribientes que piensan que las palabras que suenan como una letra ese /s/ al decirlas, son más “finas” cuando se escribe con letra ce /c/ y así tienen mayor probabilidades de acertar en la ortografía de estas. Nada hay más alejado de la verdad que eso.

No debe olvidarse que la letra ce /c/ se asocia con todas las vocales y el valor fonético puede cambiar de acuerdo con la vocal situada después de ella. Sonido de /k/ delante de a, o, u. Otra particularidad es que la letra ce /c/ cobra otro sonido asociada con consonantes, delante de la c misma, o de la hache /h/.

El sebo es como llaman a la grasa sólida de algunos animales herbívoros. El sebo de carnero fue el que más se conoció en República Dominicana y se usó mucho -antaño- para dar “sobos” en algunas partes adoloridas del cuerpo humano. El sebo que más se usó fue el que provenía de Flandes. Quizás porque era o es sólido se calentaba para derretirlo. Tenía la ventaja de que se conservaba con facilidad con todas sus propiedades.

El cebo es la comida con que se engorda, se atrae o se alimenta a los animales. Puede ser también algo artificial para atraer, no solo animales, sino humanos. Este cebo ha alcanzado grado metafórico pues se usa la palabra para referirse a un estímulo que aumenta la intensidad de un sentimiento.

En República Dominicana se habla de “animal de ceba” el que se destina al engorde y no a la reproducción o sacrificio inmediato.

Como siempre se hace, se ruega a los manes de la ortografía para guíe los dedos de todos los escribientes de modo que no incurran en deslices -como este- que deslucen sus escritos.

 

Fallos frecuentes relacionados con «haber» y «hacer» impersonales en el español de los dominicanos

Por Tobías Rodríguez Molina

 

Es muy probable que usuarios del español en otros países presenten los mismos fallos que nosotros los dominicanos, pero al yo no disponer de ningún estudio que dé constancia de que eso sea así, no  he incluido a los habitantes de esos países como presentadores de esos desaciertos.

Los fallos consisten en la pluralización del sintagma plural que tiene función de objeto directo, al cual el usuario le atribuye la función de sujeto del verbo hacer o haber y por eso pluraliza esos verbos. Es lo que sucede con los casos del 1 al 7, parte A.  A  las oraciones marcadas con B ya se le han hecho las correcciones poniéndoles el verbo impersonal en singular.

  1. A) Habían muchos estudiantes en la charla sobre el Covid 19. B) Había muchos estudiantes en la charla sobre el Covid 19.
  2. A) Hubieron algunos periodistas que se alegraron con esa noticia. B) Hubo algunos periodistas que se alegraron con esa noticia.
  3. A) Habrán pocos asistentes a la conferencia por el mal tiempo anunciado para el día de hoy. B) Habrá pocos asistentes a la conferencia por el mal tiempo anunciado para el día de hoy.
  4. A) Habemos aquí varios educadores que somos nativos de La Vega. B) Hay aquí varios educadores que somos nativos de La Vega.
  5. A) Han habido serios problemas con el funcionamiento de esa planta eléctrica. B) Ha habido serios problemas con el funcionamiento de esa planta eléctrica.
  6. A) Ayer hicieron 9 meses de su viaje a España. B) Ayer hizo 9 meses de su viaje a España.
  7. A) El día 15 de julio harán 5 años de su graduación de ingeniero industrial. B) El día 15 de julio hará 12 años de su graduación de ingeniero industrial.

En las oraciones siguientes, aparecen los verbos haber y hacer formando frases verbales con los verbos  deber y tener, que deben aparecer conjugados en singular y los verbos haber y hacer aparecerán  en infinitivo. Estas  oraciones, al igual que las siete primeras, no tienen sujeto, sino objeto directo, por lo cual los verbos auxiliares, como aparece en las oraciones marcadas con B, aparecen en singular.

  1. A) Debían haber en la reunión 50 enfermeras y solo hubieron 35. B) Debía haber en la reunión 50 enfermeras y solo hubo 35.
  2. A) Debieron haber 30 estudiantes y solo hubieron 20. B) Debió haber 30 estudiantes y solo hubo 20.
  3. A) Deberán haber allí varios aspirantes al cargo de mensajero. B) Deberá haber allí varios aspirantes al cargo de mensajero.
  4. A) Tenían que hacer unos 11 meses de su renuncia al cargo. B) Tenía  que hacer unos 11 meses de su renuncia al cargo.
  5. A) El año pasado debieron hacer 9 años de su muerte. B) El año pasado debió hacer 9 años de su muerte.
  6. A) En agosto deberán hacer unos 15 años de su inicio como estudiante de piano. B) En agosto deberá hacer 15 años de su inicio como estudiante de piano.

Se espera que usted les preste atención a las orientaciones presentes en este artículo y las aplique en su habla y en los escritos que usted produzca. Así destierra de su empleo de la lengua española esos fallos tan presentes entre los dominicanos de todos los niveles socioculturales.

Ortoescritura

Rafael Peralta Romero

 

17/04/2021

PIAR Y OTROS PÍOS

La pasada semana publicamos el trabajo titulado “No lo olvide: monosílabos van sin tilde”, y aunque es bien conocida la norma gramatical según la cual a las palabras de una sola sílaba no se les marca el acento, salvo algunas excepciones, el artículo suscitó comentarios y preguntas. Hoy les tengo una variación sobre el tema, enfocada en el verbo /piar/ y su familia de palabras.

Piar, de origen onomatopéyico, se dice de la acción propia de algunas aves, y especialmente del pollo: “Emitir cierto género de sonido o voz. 2. intr. coloq. Llamar, clamar con anhelo, deseo e insistencia por algo”. Eso indica el Diccionario de la lengua española.
Este verbo se conjuga como /enviar/. Presente de indicativo: envío, envías, envía, pío, pías, pía. Pasado perfecto: envié, enviaste, envió. Así: pie, piaste, pio. Las voces pío, pías, pía se tornan, por fuerza del acento, en bisílabas y como llanas terminadas en vocal y en -s no debe colocárseles tilde, pero excepcionalmente la llevan.

En el presente del subjuntivo se da igual fenómeno: yo píe, tú píes, él o ella píe, nosotros piemos, vosotros pieis, ellos píen.

Observarán que la forma verbal /pie/ (primera persona singular pasado perfecto) es palabra homónima del sustantivo pie (extremidad inferior del cuerpo humano). El vocablo pie (monosílabo y sin tilde) tiene 29 acepciones en el Diccionario académico. Con esta palabra se forman diversas locuciones: pie de amigo (ayuda), pie de atleta (infección en los pies), pie de cabra (palanqueta), pie de imprenta (Expresión de la oficina, lugar y año de la impresión, que suele ponerse al principio o al fin de los libros y otras publicaciones), a pie (loc. adv. Andando o caminando), pie de león (planta herbácea anual, de la familia de las rosáceas, con tallos erguidos), siete pies de tierra (sepultura, hoyo para enterrar un cadáver).
En ningún caso pie lleva tilde.

Entre tanto la voz pío, que corresponde a la primera persona, presente del indicativo del verbo piar (yo pío) coincide en escritura y sonido con otros usos del término con diferentes valores semánticos. Veamos: pío (onomatopeya, grito del pollito): “pío, pío, pío gritan los pollitos/ cuando tiene hambre, cuando tienen frío” (canción infantil).

Las expresiones “no sabe ni pío” y “no dijo ni pío” es posible que se correspondan con el anterior sentido de la palabra pío.

Pío es también sustantivo, nombre de persona: Doce pontífices romanos han usado el nombre Pío, entre ellos san Pío X.

El adjetivo /pío/ equivale a piadoso y es lo contrario de impío (Falto de piedad y de religión). El Diccionario recoge el adjetivo /pion/ (sin acento marcado) y con este significado: “Que pía mucho o con exceso”. En Higüey le dirán que se trata de un apellido, cuya escritura no precisa tilde, lo mismo que Sion, palabra que abunda en la Biblia para nombrar a Jerusalén, o Ruan, ciudad de Francia.

Del grupo de reír (río, presente; rio, pasado), dar (doy, dio), ver (veo, vio), liar (lío, lio) es el verbo fiar (fío, presente; fio, pasado).

Unos ejemplos con formas del verbo fiar:

1-No me fío de nadie.

2-En mi negocio no fío.

3-Nunca se fio de mí ni yo me fie de él.

4-Quien se fíe de los chismosos fracasa.

5-Te aconsejo no fíes, si quieres ver tu negocio crecer.

Seamos píos, nunca impíos.

  

NEVAR Y OTROS VERBOS IMPERSONALES

1/05/2021

La señora relataba un viaje por determinada región del mundo donde las temperaturas son insoportablemente bajas y al emplear el verbo /nevar/fue asaltada por una duda: ¿neva o nieva? De inmediato, una colaboradora, ágil y oportuna, leyó en su celular la conjugación que le señala el Diccionario académico a ese verbo, que en tercera persona singular del presente del indicativo es nieva. (En Alaska nieva casi siempre).

Sorprendió a la dama en cuestión-y también a quien esto escribe- lo que señala la Academia para la conjugación: yo nievo, tú nievas, usted nieva, él nieva, nosotros nevamos, vosotros neváis, ustedes nievan, ellos nievan.

La sorpresa se origina en el hecho de que /nevar/ es un verbo impersonal y sólo lo empleamos en la tercera persona singular, sin el pronombre: nieva, nevó, nevaba, nevaría, nevara o nevase, nevará, nieve (subjuntivo: Iré cuando no nieve).

Nevar es verbo de irregularidad vocálica cuyo modelo de conjugación es acertar (acierto, nievo; acertara, nevara; acertó, nevó…). El significado de todos conocidos es “Caer nieve”, pero el Diccionario guarda otra acepción. Hela aquí: “2. tr. Poner blanco algo dándole este color o esparciendo en ello cosas blancas”.

Deduzco que por eso aparece la conjugación, en todos los tiempos, modos y personas del verbo /nevar/. Solo así puede una persona atribuirse la acción de nevar: Yo nievo las paredes de mi casa cada año; Se nieva el pelo para una actuación teatral.

 

Otros verbos

Este choque con /nevar/ me ha motivado a examinar otros verbos impersonales, los cuales se refieren a acciones muy propias de la naturaleza y no del individuo: tronar, llover, relampaguear, amanecer, anochecer y atardecer.

 Tronar. Lo primero que de /tronar/ indica el Diccionario es que se trata de un verbo intransitivo e impersonal y significa “Haber o sonar truenos”. Su modelo es contar (cuento, trueno; cuenta, truena…). Resulta muy chocante esa primera persona: Yo trueno. Pero también: Nosotros tronamos; ellos truenan.

Hay otras siete acepciones de este vocablo que nada tienen que ver con el trueno. Aquí pongo algunas: 2. intr. Despedir o causar ruido o estampido; como las armas de fuego cuando se disparan.3. intr. coloq. Dicho de una persona: Perder su caudal hasta el punto de arruinarse. U. t. c. prnl.4. intr. coloq. Referirse a algo o a alguien de manera violenta.5. intr. coloq. Reñir con alguien, apartarse de su trato y amistad. Tronó con todos sus vecinos.6. intr. El Salv. y Méx. Dicho de una persona: Fracasar en un intento.7. tr. Cuba, El Salv. y Méx. suspender (? negar la aprobación a un examinando).8. tr. Cuba, El Salv. y Méx. Destituir o despedir a alguien de su cargo o empleo.

Llover. El verbo /llover/ se conjuga como mover. También es impersonal. Significado: “Caer agua de las nubes”. Como impersonal, solo ha de conjugarse en tercera persona, pero el Diccionario lo ofrece en conjugación completa: yo lluevo, tú llueves, él llueve, nosotros llovemos, vosotros llovéis y ellos llueven. Y así en los demás tiempos y modos.

Una segunda acepción registrada en el DLE, podría justificar esas conjugaciones. Lea esto: “Dicho de algunas cosas, como trabajos, desgracias, etc.: Venir, caer sobre alguien con abundancia”. Aun fuere dinero, maldiciones o bendiciones lo que lloviera, sigue siendo impersonal. Relampaguear (Haber relámpagos) es otro verbo impersonal que el Diccionario conjuga en forma personal: relampagueo, relampagueas…pero introduce la siguiente definición: Dicho frecuentemente de los ojos muy vivos o iracundos: Arrojar luz o brillar mucho con algunas intermisiones.

 

¿SE EQUIVOCA EL DICCIONARIO CON LOS VERBOS IMPERSONALES?

8/05/2021

En nuestro artículo de la pasada semana, titulado “Nevar y otros verbos impersonales”, mencionamos los verbos amanecer, anochecer y atardecer, pero no fueron explicados, como ocurrió con nevar, tronar, llover y relampaguear, todos los cuales se refieren a acciones propias de la naturaleza, por lo que resulta chocante conjugarlos en todos los tiempos y modos.

Amanecer. Este verbo se conjuga como agradecer (agradezco, amanezco; agradece, amanece). Tiene las siguientes acepciones, en el Diccionario de la lengua española, publicación oficial de las academias:

intr. impers. Empezar a aparecer la luz del día. Amanece a las ocho. Amanece nublado.2. intr. Llegar o estar en un lugar, situación o condición determinados al aparecer la luz del día. Amanecí en Madrid. Amanecí cansado.3. intr. Dicho de una cosa: Aparecer de nuevo o manifestarse al rayar el día. Amaneció un pasquín en la puerta de Palacio.4. intr. nacer. U. t. en sent. fig.5. intr. Aparecer o presentarse, especialmente de modo inesperado. U. t. c. prnl.6. intr. Am. Mer., Hond., Méx. y Nic. Pasar la noche en vela. U. m. c. prnl.

Pese a indicar, de inicio, que es un verbo impersonal (impers.) el Diccionario presenta la conjugación completa, con sus respectivos pronombres personales. Veamos el presente del indicativo: yo amanezco, tú amaneces, él, ella amanece, nosotros amanecemos, vosotros amanecéis, ellos amanecen.

Como impersonal, debería conjugarse solo en tercera persona, pero con sujeto indeterminado, como ocurre en estos usos: “Ella se irá para siempre cuando amanezca otra vez; “Si amanece y ves que estoy dormida, cállate…”.

Hay que admitirlo, los hablantes del español, no solo en República Dominicana, han venido usando de manera personal el verbo amanecer. Mire estos ejemplos: “Esta noche amanecemos, amanecemos parrandeando”; “Amanecí otra vez entre tus brazos…”. El primer caso corresponde a la primera persona plural, presente, indicativo, mientras el segundo se trata de primera persona singular, pretérito perfecto, también del modo indicativo.

Anochecer. (Del latín noctescere). Se conjuga como agradecer. Tiene cinco acepciones en el DLE. Helas aquí: 1. intr. impers. Empezar a faltar la luz del día, venir la noche.2. intr. Llegar o estar en un paraje, situación o condición determinados al empezar la noche.3. tr. And. Hacer desaparecer algo, hurtarlo.4. tr. p. us. oscurecer ( privar de luz y claridad).5. prnl. poét. Dicho de una cosa: Privarse o quedar privada de luz o claridad.

Aunque es impersonal, tomando en cuenta las otras acepciones, el Diccionario presenta su conjugación regular: anochezco, anocheces…

En los siguientes ejemplos, las formas verbales se circunscriben a la condición de verbo impersonal: “Qué será de ti, /Necesito saber hoy de tu vida /Alguien que me cuente sobre tus días / Anocheció, y necesito saber Que será de ti/”. (Roberto Carlo).
Otro ejemplo: En Europa anochece más temprano que en América, pero en Asia anochece primero que en Europa.

Estos versos de René del Risco Bermúdez (poema No está bien, sin embargo) son buen ejemplo de uso:

“Bien la mujer que siempre me acompaña está bien que llueva, que escampe,
y que anochezca”.

Atardecer. Conjugación como agradecer. También es clasificado como impersonal. Se define: Empezar a caer la tarde. Este verbo no tiene otra significación que no sea la llegada de la tarde, es el único de los siete mencionados en este y el anterior artículo que ha sido conjugado en el Diccionario solo en tercera persona. Aquí está en todos los tiempos y modos: atardece, atardecía, atardeció, atardecerá, atardecería, atardezca, atardeciere.Con la conjugación de los verbos impersonales, parece que los académicos se hayan equivocado, pero no es así, sino que los verbos citados, excepto atardecer, tiene otros valores semánticos.

DECIMONÓNICO, SÍ; PERO ¿VIGESIMONÓNICO?

15 /05/2021

El escritor Avelino Stanley, además de consagrado novelista, ha dedicado tiempo suficiente para la investigación en torno a la novelística dominicana. En esa área ha elaborado una teoría que da a entender claramente cómo se ha desarrollado el arte de componer novelas en nuestro país, desde sus comienzos. Para ello, Stanley ha marcado dos corrientes que han prevalecido en este quehacer a las que el autor de Tiempo muerto ha denominado “canon decimonónico” (siglo XIX) y “canon vigesimonónico” (siglo XX). En el primero se inscriben las novelas descriptivas, ampulosas, abundantes de detalles y en el segundo se registran novelas menos cargadas de información, en las que se rompe la continuidad del tiempo y el narrador deja de ser omnisciente.

Comparto la teoría de mi buen amigo Avelino Stanley, pero tengo una discrepancia de carácter lexicográfico: la denominación “vigesimonónico” no puede aludir al siglo XX (veinte), sino al XXIX (veintinueve). Es obvio que nuestra era aún no ha llegado a esa cifra y por tanto ninguna rama del accionar humano puede presentar características “vigesimonónicas”.

El adjetivo /nono, na/ deriva del latín “nonus” y significa noveno o que ocupa en una serie el lugar número nueve. Tiene uso en la formación de los números ordinales terminados en nueve, como nono, nona, décimonono, decimonono, décimanona, decimonona. Por igual: vigésimo nono, vigesimonono.

De vigesimonono y vigesimonona podrá derivar el adjetivo “vigesimonónico”, y su femenino “vigesimonónica”, los cuales adquirirán notable vigencia a partir del año 2801, cuando inicia el siglo XXIX (veintinueve). Esta palabra ha sido formada a partir de un calco del vocablo decimonónico, cuya terminación se ha agregado a vigésimo.

El Diccionario de la lengua española, publicación oficial de las academias, define el término /decimonónico, ca/ a partir de su etimología: decimonono. Y agrega lo siguiente: adj. Perteneciente o relativo al siglo XIX.

Desde luego, la palabra “vigesimonónica” no está en el Diccionario. Es de esperarse que el día que aparezca será definida de este modo: Perteneciente o relativo al siglo XXIX.

Muchos otros sucesos y actividades humanas podrán ser marcados, si ocurrieran en series, con el número ordinal veintinueve: Vigésimo noveno (o vigesimonoveno) Torneo de Ajedrez; Vigésimo noveno (o vigesimonoveno) Festival de la Canción. Vigesimonovena (o vigésima novena) Feria Internacional del Libro.

Los números ordinales determinan o individualizan al sustantivo en una serie o conjunto ordenado de elementos semejantes. Funcionan por lo común como adjetivos antepuestos al nombre. Ejemplo: “Era el quinto hijo para el mar nacido”. Pero también puede ir pospuesto: “En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César…”.

Ya hemos puesto ejemplos que ilustran que los números ordinales, a diferencia de los cardinales (dos, tres, cuatro…) presentan diferencia de género: primer mes, primera semana, primer hombre, primera mujer. Por igual: segundo paso, segunda ocasión, cuarto capítulo, cuarta edición, quinto encuentro, quinta conferencia.

Una importante observación académica acerca de los numerales ordinales es la siguiente: “Si el ordinal se escribe en dos palabras, el primer elemento mantiene la tilde que le corresponde como palabra independiente: vigésimo segundo, vigésima cuarta, trigésimo octavo, cuadragésima quinta; pero si se escribe en una sola palabra, el ordinal compuesto,

que resulta ser una voz llana terminada en vocal, debe escribirse sin tilde, pues no le corresponde llevarla según las reglas de acentuación”. (Ortografía de la lengua española, RAE y ASALE, 2010, pág. 676).

Temas idiomáticos

María José Rincón

 

BRÚJULA Y CAMINO

24/05/2021

Cuando acabamos de celebrar el Día Internacional del Libro no podemos olvidar que nos ha tocado vivir un tiempo muy especial. Un tiempo que, como escribe Michèle Petit en El arte de la lectura en tiempos de crisis, nos ha puesto a flor de piel todas las angustias. Muchos nos hemos refugiado, más aún si cabe, en la literatura, en esos libros que nos ayudan a enlazar nuestra historia y a darle sentido a través de las historias de otros. La literatura nos ayuda a repensar lo que se nos hace incomprensible, nos ayuda a apoyarnos en los que ya no están, nos brinda la posibilidad de ser un paso más en el camino, un camino que viene de lejos y al que, por suerte, no le vemos el final. Decía Emily Dickinson que «para viajar lejos no hay mejor nave que un libro».

Cuando sentimos que la realidad nos obliga a abrir los ojos a la fugacidad y a la fragilidad de la vida, nos hacemos conscientes del tiempo. Y los lectores medimos el tiempo en libros. Nunca ha habido un tiempo mejor que este para hacerle caso a Umberto Eco: «Quien no lee, a los 70 años habrá vivido una sola vida, ¡la propia! Quien lee habrá vivido cinco mil años. Estaba cuando Caín mató a Abel, cuando Renzo se casó con Lucía, cuando Leopardi admiraba el infinito. La lectura es la inmortalidad hacia atrás».

Cuando somos conscientes del tiempo que se escurre entre nuestras manos, no hay mejor antídoto que aferrarnos a las páginas de un libro. Compadezco a los que aún no han descubierto el íntimo placer de abstraerse del mundo para dejarse llevar a otro más intenso y perdurable construido con palabras que nos sirven de brújula a nuestro regreso.

 

DEJAR PARA MAÑANA

11/05/2021

Una de las palabras más consultadas en el Diccionario de la lengua española en todo el mundo durante el último año es resiliencia. Casi 384,000 hablantes se interesaron por su significado. 36,000 hablantes más la buscaron como *resilencia, pero el diccionario con seguridad les sirvió como orientador ortográfico. Curiosamente las consultas de este sustantivo, que oímos más cada día, pasaron de 28,000 en abril de 2020 a casi 160,000 en enero de 2021. La palabra resiliencia, según la define el Diccionario de la lengua española, se refiere a la ‘capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos’. Sin duda, la situación que nos ha tocado vivir y su prolongación en el tiempo se han convertido en el ambiente ideal para que este sustantivo, de origen latino, pero que ha llegado al español a través del inglés, esté entre los más consultados.

Mencionamos la semana pasada que, entre los términos que más se le acercan en número de consultas, está el verbo procrastinar, que mantiene una media superior a las 10,000 consultas mensuales en el último año, aunque algunas de ellas arrojan un resultado negativo porque el consultor del DLE escribe *procastinar. El verbo procrastinar, referido a eso que hacemos algunos con tanta frecuencia de diferir, aplazar, retrasar el momento de hacer algo, tiene su origen en el latín y en su composición interviene el adverbio latino cras, que significa ‘mañana’, de donde procede esa segunda erre que olvidamos a menudo. En resumen, parafraseando el refrán, se trata de dejar para mañana lo que bien puedes hacer hoy.

Procrastinar no suele dar buenos resultados; cuando se trata de consultar en el diccionario el significado apropiado o la escritura correcta de las palabras, no conviene dejar para mañana lo que tan fácilmente podemos hacer hoy.

 

PUNTO DE APOYO

18/05/2021

La ese líquida, esa que va seguida de una consonante al principio de una palabra, no es natural para la lengua española, por eso acostumbramos a añadir una e delante cuando tenemos que pronunciarla. Ya desde antiguo se daba este fenómeno. Innumerables palabras del latín que pasaron a formar parte del español desde sus orígenes lo hicieron añadiendo esta e protética: escritura de scriptura, estado de status, estrella de stellaescalera de escalaria, espuma de spuma o estadio de stadium. Y así muchas más.

Cuando las palabras o expresiones latinas se han incorporado a nuestra lengua como cultismos y mantienen su grafía de origen, la ese líquida persiste como en la escritura latina original; en estos casos debemos considerar la expresión como un extranjerismo sin adaptar y señalar esta condición con el uso de las cursivas o las comillas: statu quo, lex stricta, sensu stricto.

Cuando los extranjerismos se adaptan a nuestra lengua en su pronunciación, añadimos una e inicial para ayudar a la articulación de la ese inicial original y esa vocal de apoyo se mantiene en la escritura. La integración en nuestra lengua llega al punto de hacernos olvidar que estas palabras tenían ese líquida en su lengua de origen; nos lo recuerdan sus etimologías en el Diccionario de la lengua española: estrés, del inglés stress; espagueti, delitaliano spaghetti; escafandra, del francés scaphandre; o esquí, del noruego ski.

Se trata de un mecanismo de adaptación patrimonial en nuestra lengua que debemos seguir aplicando a los préstamos con eses líquidas, sin olvidar que los préstamos deben cumplir con la condición de ser necesarios. Si ya hay una palabra en nuestra lengua, no hay por qué salir a buscarla en otra.

 

CON UNA CONDICIÓN

25/5/2021

Una lectora se interesa por el modo verbal que debemos usar en las oraciones condicionales; una consulta gramatical apasionante que hay que aclarar al paso. Una oración condicional, generalmente introducida por la conjunción si, expresa la condición que debe cumplirse para que se produzca lo que expresa la oración que la sigue: Si llegas a tiempo, iremos al cine. Para entendernos, a la oración que va encabezada por si, que nos plantea la condición, la llamamos prótasis (Si llegas a tiempo) y a la que indica lo que sucede si se da esta condición la llamamos apódosis (iremos al cine). Quédense con estas denominaciones porque nos serán muy útiles para entender el funcionamiento de las oraciones condicionales.

La elección del tiempo y el modo verbal depende de varios factores. En ella interviene si la condición es considerada posible o no; si se considera realizada en el pasado o poco probable en el presente o el futuro. Ya se estarán dando cuenta de que en gramática no hay una respuesta fácil. Son tantos los matices que tenemos que expresar en la vida que la lengua recurre a toda su complejidad para reflejarlos. Las oraciones condicionales son un ejemplo perfecto.

Empecemos por las condicionales reales. Las llamamos así porque consideramos que la condición que expresan es posible. Los verbos de la prótasis (oración encabezada por si) y de la apódosis se conjugan en indicativo, ya sea en presente o en pasado: Si llegas a tiempo, iremos al cine; Si fallabas, te ganabas un boche; la apódosis puede conjugarse, además, en imperativo: Si lo consigues, prepárate para celebrar.

¿Qué pasa cuando la condición se considera imposible o improbable? La Eñe de la próxima semana nos demostrará que nuestra lengua tiene recursos para expresarlo todo; solo nos pone una condición, demostrarle respeto e interés.

Greicy Cabrera resalta el dominio de la lengua

Greicy Cabrera: “Cuando la gente tiene dominio de su lengua pueden exponer con mayor claridad las ideas que tienen sobre un tema en concreto”.

 

Por Nathalia Romero 

 

Greicy Cabrera, la docente que inspira del día hoy, ha dedicado esfuerzos para dar lo mejor de sí y reivindicar el valor que tiene la Lengua Española en la formación de los estudiantes sin importar su nivel. Viene de una familia de maestros y desde temprana edad se inclinó por la vocación de la enseñanza.

Para Cabrera, la Lengua Española permea todas las disciplinas, sobre todo en los países de habla hispana. De manera que el conocimiento de la Lengua Española, permite formar hombres y mujeres con la capacidad de expresarse de forma correcta. “Cuando el sujeto tiene dominio de su lengua puede exponer con mayor claridad las ideas que tiene sobre un tema en concreto. Asimismo, se pueden producir textos de carácter informativo o científico que permitan la difusión de los conocimientos en un área en específico. Culturalmente la Lengua Española también nos identifica, así como política, social y geográficamente”, expone.

Por esta razón a esta docente le preocupa el descenso en el nivel del manejo de la lengua en los estudiantes de hoy en día. Por eso propone que los padres despierten el interés por la lectura en sus hijos desde temprana edad, y desde la escuela, los profesores procurar diseñar nuevas estrategias para motivar la lectura. No obstante, también piensa que el déficit en la educación a que muchos padres no tienen el tiempo para dedicárselo a sus hijos por ir a buscar el sustento.  “Desde el Estado debe ofrecer mayores garantías para los menores de edad, además de fortalecer el núcleo familiar”.

Pero, ¿cómo los estudiantes en un nivel superior pueden superar las lagunas? Pues la maestra recomienda que los estudiantes organicen su tiempo y si es necesario hacer un calendario donde incluya un espacio para la lectura por diversión. Considera que la mejor forma para acercarse a la lectura, es a través de la selección de textos del interés de cada individuo. “Las lecturas impuestas agotan y más que motivar, suelen alejar al posible lector de su conquista”.

 

Trayectoria

En el 2004 egresé de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) de la licenciatura en Educación mención Filosofía y Letras, más adelante, cursé dos maestrías; una en mi Alma Máter en Lingüística aplicada en la enseñanza del español (2013) y, la otra, en Educación y Nuevas Tecnologías en la UDIMA en Madrid, España (2014).

Durante 8 años estuve como maestra de Lengua Española en el Politécnico El Ave María y por 2 años en la Universidad O&M. De igual modo, me he desenvuelto como capacitadora del Programa de Escuelas Efectivas de Lengua Española en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). En la actualidad laboro como Técnico docente en el área de Lengua Española del Distrito Educativo 10.02 en Santo Domingo Norte.  La activa participación en diplomados, congresos y talleres en el área de Lengua Española, me han permitido implementar estrategias innovadoras en el proceso enseñanza-aprendizaje.

 

¿Por qué eligió ser maestra? 

Vengo de una familia de maestros. Desde temprana edad, aprovechaba las vacaciones de verano para jugar junto a mis hermanas y amigas a “La Escuelita”. Reuníamos todos los niños del sector en el que vivíamos para repasar lecciones aprendidas en la escuela. Para ello contábamos con una pizarra, un borrador y varios trozos de tiza. De manera que me pasaba buena parte de mis vacaciones enseñando a otros niños.

Recuerdo que hasta nombre le llegamos a poner a nuestro proyecto, intitulándolo: “Nido de Amor”. Y, gracias a la motivación del padre de una amiga, hasta se imprimieron los boletines de las calificaciones de los participantes con todo y el logo de nuestra escuelita, el cual estaba integrado por el dibujo de un ave dentro de su nido.

 

¿Cuál es la importancia de la enseñanza de la Lengua Española?

La Lengua Española permea todas las disciplinas, sobre todo en los países de habla hispana. De manera que el conocimiento de la Lengua Española, permite formar hombres y mujeres con la capacidad de expresarse de forma correcta. Cuando el sujeto tiene dominio de su lengua puede exponer con mayor claridad las ideas que tiene sobre un tema en concreto. Asimismo, se pueden producir textos de carácter informativo o científico que permitan la difusión de los conocimientos en un área en específico. Culturalmente la Lengua Española también nos identifica, así como política, social y geográficamente.

 

Muchos estudiantes cuando llegan a la universidad tienen muchas lagunas respecto al manejo de la lengua y la compresión lectora. ¿A qué usted cree que se debe esto?

Muchas veces esto se debe a desidia por parte del alumno o falta de motivación. Lo recomendable es que los padres despierten el interés por la lectura en sus hijos desde temprana edad. No obstante, en países subdesarrollados como el nuestro, los padres no disponen de mucho tiempo para compartir con los hijos, pues casi siempre permanecen fuera del hogar en busca del sustento diario. Hay que procurar diseñar nuevas estrategias para motivar la lectura. Hay muchos padres analfabetos que empezaron a procrear a temprana edad y esto les guió a abandonar sus estudios. Hace falta crear más conciencia y desde el Estado ofrecer mayores garantías de los menores de edad, además de fortalecer el núcleo familiar.

 

¿Qué pueden hacer los estudiantes universitarios para superar esas lagunas?

Lo primero que deben hacer los estudiantes es organizar su tiempo y si es necesario hacer un calendario donde incluya un espacio para la lectura por diversión. Considero que la mejor forma para acercarse a la lectura, es a través de la selección de textos del interés de cada individuo. Las lecturas impuestas agotan y más que motivar, suelen alejar al posible lector de su conquista.  

 

¿Cómo le ha ido con las clases virtuales?

Gracias a Dios me ha ido muy bien, la pandemia me ha permitido seguir profundizando los conocimientos adquiridos sobre las herramientas tecnológicas. También, he podido actualizarme sobre el uso de las plataformas para hacer de mis clases unas jornadas súper divertidas e innovadoras.

 

¿Cuáles estrategias ha implementado para hacer sus clases virtuales más dinámicas?

Siempre he apostado porque las clases sean divertidas, dinámicas e innovadoras. Con los tiempos tan difíciles que nos ha tocado vivir ante la pandemia del Covid-19, las clases virtuales no deben ser la excepción. Es por ello que he implementado varias estrategias, entre la más divertida, está Kahoot. Cada semana, previo a los parciales, los estudiantes compiten entre sí de forma sana y entretenida respecto a los tópicos abordados en las clases y que podrían aparecer en el examen final.

Suelo compartir varios enlaces de bibliotecas virtuales, acompañado de una lista de títulos de artículos y/o ensayos para que seleccionen el de su preferencia con el objetivo de analizarlo y socializarlo en las reuniones sincrónicas.

Asimismo, les proyecto cuentos de grandes escritores como Juan Bosch, Gabriel García Márquez, Julio Cortázar, entre otros. Esta estrategia la bauticé con el nombre de: “Tarde de cine”. Cada estudiante se conecta a través de una plataforma sincrónica para compartir las imágenes acompañados de palomitas, algún bocadillo y refrescos. Al finalizar la proyección, socializamos sobre las impresiones que tuvo cada alumno.

 

¿Qué les recomienda a los maestros que aún les cuesta trabajo adaptarse a la modalidad virtual?

Asumir este compromiso con actitud positiva. De vez en cuando es necesario salir de nuestra zona de confort para adaptarnos al cambio. Es importante que continuemos la actualización de estrategias y conocimientos y, cuando entendamos que no podemos avanzar solos, buscar la ayuda y asistencia de nuestros compañeros de trabajo o de otros profesionales (planlea.listindiario.com).

Homenaje póstumo de la Academia Nicaragüense de la Lengua a su director, don Francisco Arellano Oviedo

(Acto virtual celebrado el 27 de abril de 2021)

Ante el deceso de su director, don Francisco Arellano Oviedo, la Academia Nicaragüense de la Lengua, celebró mediante un acto virtual un homenaje en su honor. Mediante la plataforma telemática se unieron el director de la Real Academia Española, don Santiago Muñoz Machado; el secretario general de la Asociación de Academias de la Lengua Española, don Francisco Javier Pérez; el director de la Academia Dominicana de la Lengua, don Bruno Rosario Candelier, y los miembros de la academia convocante de Nicaragua. Todos expresaron su pesar por la partida del ilustre letrado: «Se abre esta sesión extraordinaria en homenaje a nuestro director, don Francisco Arellano Oviedo», expresó Pedro Xavier Solís Cuadra, quien funge como director en los actuales momentos.

Acto seguido fue guardado un minuto de silencio en memoria de don Francisco Arellano Oviedo y al término del mismo don Pedro Xavier Solís consignó las siguientes palabras: “Ante la circunstancia luctuosa que atravesamos, como subdirector me toca asumir como director interino y completar el período de don Francisco Arellano Oviedo. Según lo previsto, a fines de noviembre nuestra corporación convocará a elecciones y a principios de diciembre saldrán electos los miembros de la nueva Junta Directiva».

De esta manera quedó abierto el espacio para la interacción de los presentes en el memorial de don Francisco Arellano Oviedo.

 

Don Santiago Muñoz Machado, director de la Real Academia Española, presidente de la ASALE y miembro honorario de la ANL, expuso sus palabras:

«Muchas gracias por permitirme participar en este pleno extraordinario de la Academia Nicaragüense. Acabamos de pasar la media noche en España, como ya se ha recordado, pero no he querido dejar de mandarles un saludo y un abrazo de condolencia por el fallecimiento de don Francisco Arellano Oviedo, director de esa Academia». Dijo que «los académicos de la Real Academia Española han recibido la noticia con consternación». Expresó que «quedaron sorprendidos» ante la vicisitud que ha traído la pandemia «sobre una personalidad importantísima para la literatura y la lengua de Centroamérica»:

«La dilatada trayectoria de servicio a nuestra lengua de don Francisco, su compromiso permanente con el trabajo académico dejan una huella profunda en la ASALE, a la que dedicó sus mayores afanes, tanto en la comisión permanente como en las distintas comisiones interacadémicas de los proyectos panhispánicos»: «Representó a su país en la comisión interacadémica del Diccionario panhispánico de dudas, el Diccionario de americanismos, de Ortografía, donde fue coordinador general del área centroamericana, y en el Diccionario de la lengua española para la vigésimo tercera edición. Fue impulsor y coordinador de la edición conmemorativa de Rubén Darío. Del símbolo a la realidad, Obra Selecta, publicada con motivo del bicentenario de la muerte del maestro».

«La ASALE queda huérfana de uno de sus referentes en el desarrollo de su acción común —dijo—. Su trabajo intelectual como escritor y pensador en el área centroamericana ha sido muchas veces reconocido por una vastedad de premios que en estos días se están recordando»: «Personalmente conservo muy vivo el recuerdo de mi visita institucional a Nicaragua, en febrero de 2020, en la antesala de la devastadora pandemia que ha acabado con su vida. Durante esos días intensos tuve la oportunidad de conocer y valorar las extraordinarias cualidades humanas de don Francisco. Su autoridad intelectual, que solía ser como una obsesión, fue para mí una experiencia académica y personal inolvidable en la que me dispensaron el honor de incorporarme a la Academia Nicaragüense como miembro honorario, condición que mucho me honra. Después he tenido la oportunidad de encontrarme con don Francisco en las dos reuniones plenarias de directores y presidentes de academias que hemos celebrado virtualmente en este tiempo pandémico, la última hace apenas un mes». «Hasta el último aliento de su vida no dejó de cumplir todas sus responsabilidades y encomiendas académicas. Con todo el dolor y reconocimiento en la figura de don Francisco Arellano Oviedo, y con la inmensa gratitud por su labor, nos unimos al duelo de la Academia Nicaragüense de la Lengua que sentimos como propio».

 

   Don Jorge Eduardo Arellano, exdirector, pronunció el «Elogio a nuestro director»:  

«Queridos colegas de España y de América, amigos todos: “La separadora de amigos”, como se denomina a la “muerte” en Las mil y una noches, se ha llevado al director de la Academia Nicaragüense de la Lengua, Francisco Arellano Oviedo (Granada 14 de noviembre 1941-Managua 24 de abril 2021). Pero él era más que un amigo, y para mí casi un hermano. En efecto, compartíamos abuelo paterno y no era un Arellano más, sino un miembro representativo de la tradición literaria de nuestra familia que se remonta a una tatarabuela autora del auto sacramental El hombre sin sombra. Como Arellano auténtico Francisco poseía una fibra de Dios atesorada de la fe viva que lo condujo a su vocación de salesiano en el seminario de San Salvador y Guatemala donde se formaría intelectualmente, tornándose en un devoto de María Auxiliadora». «Todos conocemos sus logros como docente —destacó—, a nivel de primaria, secundaria y universidad; como administrador educativo en instituciones superiores, director de libros y revistas, ensayista, e incluso crítico de pintura, poeta y autor de cuentos y piezas teatrales. A este respecto su hoja de vida fue reveladora y relevante. Así obtuvo varios reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional Rubén Darío de 2005, convocado en la rama del teatro con su obra Catoblepas […] “Catoblepas mereció muchos premios por su temática trascendente y a la vez cotidiana, por su naturaleza de teatro de tesis”». «También conocimos su rol de jefe del clan familiar, su capacidad de trabajo cotidiano, trato marcado por la cordialidad y juicio ecuánime —entre otras virtudes— y, sobre todo, su labor al servicio de la Academia Nicaragüense de la Lengua, primero como secretario y luego como director a lo largo de un cuarto de siglo».   «Más, mucho más, podría hablar de mi primo hermano, pero estas cortas palabras laudatorias las concluiré diciendo que su abolida presencia no será tal, pues su ejemplo nos estimulará para seguir unidos a él en espíritu, en espíritus y ansias y lengua».

 

   Don Francisco Javier Pérez, secretario de la ASALE, también tributó palabras de reconocimientos a don Francisco Arellano Oviedo:  

«Conocí a Francisco hace muchísimos años y compartí con él muchas tareas importantes de las reuniones académicas donde nos encontrábamos […] Especialmente quisiera recordar una ocasión que yo considero —yo y todos los que estábamos allí consideramos— que él fortaleció nuestro vínculo de amistad. Fue, justamente, en Santiago de Chile cuando habíamos asistido al fallido Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, que iba a celebrarse en poco tiempo en Valparaíso, y ocurrió ese terrible terremoto que todos recordamos. A partir de ese momento (del primer día de nuestra llegada a Santiago, hasta el último día, nos tuvimos que salir vía Cordillera de los Andes al llamado Paso de Libertadores para llegar a Argentina y ahí poder tomar vuelos hasta nuestros países), con Francisco, así como con el resto de nuestros colegas que estábamos en ese momento allí, nos une una amistad que hemos llamado todos “amistad sísmica”, en el sentido de que era una amistad a prueba de toda contingencia. Desde ese momento mi admiración por Francisco creció muchísimo, porque, si bien Francisco era una persona como ustedes —mejor que yo— lo conocieron, callada, equilibrada, ponderada, tenía un gran sentido, justamente, de la comprensión de los otros, posiblemente por su formación religiosa, que acaba de recordar magníficamente Jorge Eduardo».

«Yo estoy, igualmente, como todos ustedes, muy entristecido por la muerte de Francisco. Yo creo que a él, por su gran responsabilidad, por su gran compromiso con la Academia Nicaragüense y, por supuesto, con las tareas de ASALE […] debemos recordarlo por lo que hizo en vida, que fue mucho, que fue bien hecho».

 

   Don Sergio Ramírez Mercado, académico de número, prestigioso novelista y Premio Cervantes 2017, expresó lo siguiente:  

«Muchas gracias, amigo director; bienvenidos amigos académicos, querido don Santiago Muñoz Machado, querido Francisco Javier Pérez, querido Bruno Rosario Candelier, muchas gracias por estar aquí; querida Gloria y sus hijos: Solo unas palabras que agregar a todo lo que, con tanta justicia, se ha dicho esta tarde sobre Francisco. Francisco Arellano Oviedo condujo a esta corporación a lo largo de 10 años, imprimiendo a su trabajo sus propias características de sencillez —que ya se ha dicho aquí—, sin que eso quitara nada a su constancia, y su humildad, sin que eso quitara nada a su dedicación. Nos demostró que se puede empuñar el timón de una nave sin arrogancia y que se puede rendir cuenta de una labor efectiva sin que ese legado sea oscurecido por ninguna clase de prepotencia o vano orgullo. Yo diría que Francisco gozaba su trabajo no por ansiedad de honores, sino por vocación de servicio, ocupando —como ocupó— los cargos de mayor prestigio en la vida cultural de nuestro país, sin que eso lo envaneciera nunca».

«¿Qué es lo primero que quisiera agradecerle a Francisco junto con su calidad de amigo? La amistad y la solidaridad de la que me precio mucho, y de la que disfruté lo mismo que de su sentido del humor, rasgo suyo quizá el más desconocido, pero que yo evalúo entre sus mejores cualidades, porque lo contrario del humor es la prosopopeya vana y la altisonancia que él nunca tuvo. Tuvo un trabajo fecundo y múltiple: de maestro, de dramático, de lingüista, de poeta, de prosista […] Nuestra cultura le debe el Diccionario del español en Nicaragua, un trabajo científico y acucioso, que, además de su dominio del habla nacional, a la que dedicó años de estudios, demuestra su amor por el país y por sus raíces. Y si en algún lugar le encontramos es en la lengua cambiante de todos los días, que él estudió con deleitación de artista. Sabemos que esta es una Academia huérfana de apoyos, y uno de sus notables trabajos, hecho combinadamente, sin alarde, fue procurarle medios de sostenimientos. Una Academia […] que él soñó con arreglar proveyéndola de una casa propia, casa para la cual su esfuerzo procuró el terreno y los planos que fueron elaborados, a honores, por el arquitecto Alfredo Osorio Peters. Algún día que esa casa exista su nombre deberá estar ahí, dándoselo a alguna sala mayor, o a la biblioteca, y ojalá haya en el futuro un premio de ensayo, convocado por esta Academia, que lleve su nombre».

«Vivió para construir y vivió hasta el final entregado al trabajo, cumpliendo con el mandato del poeta latino Ovidio, como lo expresa en “Amores”: Quiero —dice Ovidio— que la muerte me sorprenda trabajando en medio de mis trabajos. Gracias, amigo Francisco, por tu vida tan llena de frutos, y por tus trabajos consagrados a las letras, a la enseñanza y a esta corporación».

 

Doña María Auxiliadora Rosales Solís, secretaria de la Academia Nicaragüense dijo: 

«Buenas tardes a la familia de don Francisco Arellano Oviedo, a todos los académicos y amigos que están conectados a través del ciberespacio acompañándonos en este emotivo homenaje a nuestro director. Las redes sociales han explotado manifestando su sentimiento de condolencias, destacando la personalidad de don Francisco Arellano como un caballero, humilde, solidario, sabio y comprometido con la Academia Nicaragüense de la Lengua. Siempre consideró a los académicos de todo el mundo hispánico como parte de su familia. Casi de inmediato de su deceso recibimos el pésame institucional de la RAE y la ASALE, y además el mensaje de testimonio de pesar de don Santiago Muñoz Machado y del secretario de la ASALE, don Francisco Javier Pérez Morales».   «Sería imposible leer todos los mensajes cargados de las frases más hermosas y emotivas que describen con justeza la personalidad de nuestro Director», dijo. En nombre de «la Academia Nicaragüense de la Lengua» agradeció a «la Presidencia, a través de doña Rosario Murillo, y a las diferentes instituciones del Estado que expusieron sus condolencias, especialmente al Instituto Nicaragüense de Cultura» […].  «Nuestros agradecimientos a todas la Academias y a sus directores: Real Academia Española, Secretaría General de la ASALE, Academia Colombiana de la Lengua, Academia Costarricense de la Lengua, Academia Salvadoreña de la lengua, Academia Chilena de la Lengua, Academia Mexicana de la Lengua […], Academia Panameña de la Lengua, Academia Dominicana de la Lengua, Academia Guatemalteca de la Lengua, Academia Paraguaya de la Lengua Española […]». Igualmente agradeció las condolencias externadas por «escritores, académicos, amigos y familiares y exalumnos, de don Francisco Arellano Oviedo».

En el memorial también hablaron Gioconda Belli, Conny Palacios, Nydia Palacios Vivas, Luis Roche, Roberto Carlos Pérez, entre otros, quienes manifestaron emotivas palabras en honor del «insigne Director». Al darse por terminada la sesión de la Academia, las palabras de amistad siguieron fluyendo espontáneamente honrando la memoria del «caballero de las letras» hasta el cierre de la sala virtual.

Por su parte, doña Gloria María de Arellano agradeció emotivamente el sentido abrazo solidario: «Mucho gusto de verlos a todos, estamos unidos en espíritu. En medio del dolor de la pérdida, me da alegría verlos a todos. Un gran abrazo desde lejos».

(Reportó Miguelina Medina para la Academia Dominicana de la Lengua)

 

Poetización simbólica de Bartolomé Lloréns

Por

Bruno Rosario Candelier

 

Los creadores de poesía y ficción sienten una apelación de la realidad o de los efluvios sutiles. Toda creación artística o literaria entraña una intuición de la belleza con sentido. Y el sentido pleno y la belleza genuina conducen al fuero inmarcesible de lo Eterno.

El agraciado lírico español Bartolomé Lloréns (Catarroja, Valencia, 1922-1946), vivía en armonía con la naturaleza y disfrutaba el esplendor de lo viviente, que asumía como fuero y cauce de la Divinidad. De ahí su empatía hacia todo y su correspondiente interiorización para sentir la Llama sutil de fenómenos y cosas mediante el talante amartelado de su sensibilidad estética y espiritual.

Llamo talante amartelado al modo de sentir inspirado en el amor sagrado y puro, como lo sienten y lo viven los iluminados, los místicos y los santos. Ejemplo de ese singular talante es el poeta Bartolomé Lloréns y su afortunado poema “Canción de agua viva”.

Condiscípulo y colega de los destacados filólogos y poetas españoles Carlos Bousoño y Fernando Lázaro Carreter bajo el magisterio intelectual de Dámaso Alonso, frecuentaban la tertulia dominical en la residencia de Vicente Aleixandre, donde compartían sus creaciones poéticas y sus apelaciones intelectuales, espirituales y estéticas. Para sus amigos, compañeros y relacionados, Bartolomé Lloréns era un iluminado (1).

Iluminados, místicos y santos tienen una iluminación superior por la que inspiran amor, sabiduría y espiritualidad.

Los iluminados tienen una inteligencia sutil para comprender, con el poder receptivo de su intuición, el sentido de fenómenos y cosas, así como la sabiduría espiritual de lo viviente. Los místicos son iluminados con una mirada amorosa para sentir la huella divina en todo lo viviente. Y los santos son místicos que valoran la dimensión sagrada de personas y cosas y que veneran como tributo a la Divinidad.

La lírica teopoética de Bartolomé Lloréns, amartelada con el aliento de lo divino, es sufragánea de los fluidos sensoriales y las irradiaciones suprasensibles que dan a su creación ese toque de elevada espiritualidad con el tono amoroso de su vocación mística y el aura sagrada de su sensibilidad estética.

El místico exalta y bendice toda la Creación. De ahí la exaltación de lo viviente, como lo hace Bartolomé Lloréns en su creación poética. El poeta español experimentaba un amor puro hacia todas las cosas, y por eso su identificación emocional, imaginativa y espiritual hacia todo. Bartolomé Lloréns escribió los poemarios Hojas sin árbol, Fuga y Tránsito por la tierra, creación mística de un estremecido lirismo impregnado de la pasión sagrada con espiritualidad cristiana (2).

La sustancia la da la naturaleza o la Energía de la Divinidad; y el hombre crea la forma, es decir, el lenguaje con el que expresa el contenido. Hay que tener pureza de la sensibilidad, pureza de alma y pureza de conciencia para escribir con la limpieza sensorial, la diafanidad expresiva y la transparencia del espíritu, como lo hace Bartolomé Lloréns en su contemplación de lo viviente.

El sujeto contemplativo se sitúa ante la naturaleza y se dispone a contemplar. Ante la realidad despliega sus antenas sensoriales y entra en contacto con los datos sensoriales de las cosas. Y va más allá de las apariencias, más adentro, de las sensaciones que las cosas le producen. Logra una comunión con lo viviente mediante un proceso de interiorización en el alma de las cosas y, en esa relación de su yo con el ser de la cosa, vive y disfruta el encanto del agua, la tierra, el fuego y el aire, y el sujeto lírico recrea lo que su sensibilidad experimenta y, en esa relación física, afectiva, erótica y espiritual con la esencia de los elementos, tiene un vínculo entrañable con la naturaleza, disfruta la emoción de la dolencia divina y vive un momento de infinito.

La sensibilidad dicta las sensaciones, las emociones, la entonación que las palabras certifican. Por eso la poesía es la intuición de la interioridad y el cauce de lo divino. Quien se inspira en su intuición sabe siempre qué decir, y qué hacer. La creación de los escritores se nutre de su contacto con las cosas. Se nos da la realidad para instalarnos en el mundo; la sensibilidad para sentir y disfrutarlo; la inteligencia para intuir, pensar, hablar y crear; y la capacidad para captar el sentido que percibe la intuición de la conciencia. Y cada uno tiene, además, dones particulares.

Bartolomé Lloréns tuvo el don de una conciencia amartelada. El agraciado poeta era un creador iluminado, arrebatado por la Llama de lo divino. De ahí que supo sintonizar el alcance de la belleza en su triple dimensión sensorial, afectiva y espiritual.

Para crear hay que sentir en el hondón de la sensibilidad y en el fuero de la conciencia una honda y entrañable compenetración sensorial, afectiva y espiritual con la sustancia de las cosas, con el objeto de la inspiración o el sentido de la creación, sea pintura, escultura, danza, arquitectura, canción, poesía o ficción.

Hay tres condiciones que hacen posible la creación de una obra estética, simbólica y mística, como “Canción de agua viva”, de Bartolomé Lloréns: una mirada amorosa, una mirada mística y una mirada jubilosa, que se manifiestan en la belleza de la forma, la belleza del sentido y la belleza de la trascendencia.

   Belleza de la forma. Bartolomé Lloréns establece una sintonía empática con lo viviente, y la potencia perceptiva de su sensibilidad capta la sensorialidad de las cosas; la energía de su alma entra en comunión con la energía cósmica para intuir su sentido; y la percepción suprasensorial de su espíritu atrapa los efluvios de las irradiaciones estelares y, en una comunión de amor y empatía, se hermana con fenómenos y cosas para sentir en el espíritu el alma de lo viviente con la llama de lo divino. Eso es una relación fecunda con la sensorialidad de las cosas, que suelen lograr los genuinos estetas, iluminados y poetas. Entonces fluye la belleza sensorial que su sensibilidad atrapa en contacto con lo viviente. Cuando la mirada viene de una actitud amorosa, se atizan los sentidos y se amucha el esplendor del mundo. Esa empatía con la esencialidad de las cosas lo revela la visión estética y simbólica de “Canción de agua viva” (3):

 

Mi amor se desnudaba

a la orilla del agua,

a la orilla del cielo,

junto a la fuente clara.

¡La fuente de agua viva

secreta en la montaña!

 

   Belleza del sentido. La segunda conexión importante que logra el poeta es la dimensión del sentido, que los creadores de poesía y ficción consiguen cuando alcanzan una relación con la sustancia de las cosas mediante el proceso de interiorización con lo real. Se trata de un vínculo sutil entre la conciencia del contemplativo con la esencia de lo contemplada que lo apela. Esa conexión entre el hombre y las cosas implica la vivencia de la contemplación para sentir lo que las cosas son y significan. Es una cópula de amor entre el sujeto contemplador y la cosa contemplada mediante una relación erótico-espiritual que hace posible la fluencia de la emoción estética, el goce de la fruición espiritual y la satisfacción de lo viviente. La inteligencia sutil, cifrada en la conciencia de lo divino, inspira la mirada mística que percibe la sacralidad de las cosas y siente el esplendor del mundo, como se aprecia en “Canción de agua viva”:

 

Dejó las limpias prendas

sobre las verdes ramas

y deshojó las flores

que tejiera en guirnaldas.

Se olvidó de los pájaros

que en la umbría cantaban,

del rumor de las frondas,

del beso de las auras,

y en su puro desnudo

se contempló en las aguas.

 

   Belleza de la trascendencia. Y la tercera compenetración del ser humano con las criaturas vivientes, clave y cauce para sentir en el espíritu el encanto de la belleza sutil, es la sintonía del sujeto contemplador con los efluvios de la Creación. Se trata de captar, mediante los circuitos interiores de las neuronas cerebrales, las irradiaciones del Universo que se manifiestan en estelas, voces, aroma, imágenes y ondas electromagnéticas con mensajes de la sabiduría espiritual del Numen y verdades de muy antiguas esencias de la sabiduría mística del Nous procedente de los predios celestiales que suelen captar los dotados de alta estirpe divina, como son los poetas místicos, los iluminados y los santos, que sintonizan el sentido de los mensajes revelados de la voz universal. La mirada mística, con el entusiasmo que percibe la sacralidad de las cosas, capta el signo de la trascendencia con la alegría del corazón que ama, como Lloréns, según refleja la “Canción de agua viva”:

 

Su imagen intangible

de luminosa gracia,

vio esfumarse, fundirse

entre la viva plata

de aquella eterna fuente

secreta en la montaña.

 

Inspirado en la lírica mística de san Juan de la Cruz, el joven poeta valenciano plasmó en cautivador poema “Canción de agua viva” un estremecimiento de fulgores del alma iluminada ante el impacto sensorial de lo viviente y el esplendor de la llama sutil al fragor de una cópula entrañable con la luz, el cielo y la fuente de agua viva:

 

Dejó mi amor la orilla

y se perdió en las aguas.

En su eterna corriente

murmura, fluye, canta,

onda entre vivas ondas,

luz entre luces altas,

cielo mismo en el cielo

que las aguas arrastran.

 

Su amartelada obra lírica, estética y simbólica armonizó sensualidad y misticismo sin obviar el furor de la pasión erótica y el arrebato del éxtasis contemplativo en un entramado místico de elevada conciencia trascendente. Bajo la llama de la iluminación mística y la gracia de la lírica teopoética, nuestro agraciado poeta escribió hermosas canciones impregnadas del amor divino y la pasión sagrada (4). Con razón vivía bajo el fuego del entusiasmo -del griego En Theos-, fuente primordial de la que recibía el aliento superior de la conciencia mística.

Este celebrado poema, “Canción de agua viva”, es el resultado de una cópula de amor erótico-místico en unción sagrada con los elementos -el agua como matriz de lo viviente- que excitaba la sensibilidad del poeta que vivía bajo el embrujo del amor divino cifrado en las criaturas y las cosas, signo, fuero y cauce de lo sagrado en el hondón de su corazón. Su alma era una cítara celeste y, consciente de su vocación poética y dotado de una sensibilidad mística, sabía que tenía que crear la forma y lograr una expresión diáfana y pura para que la creación fuese cauce y símbolo de lo Alto, de la voz iluminada y sagrada, como entendía y sentía que debía ser el arte de la creación teopoética inspirada en lo divino. De ahí la pureza expresiva de su lírica, la transparencia luminosa de sus símbolos  y la amartelada conciencia de su sabiduría. De ahí que supo canalizar lo que su alma sentía a través de la belleza, como infiere Helena Ospina Garcés al presentar la creación poética de Barlolomé Lloréns en una de sus ponencias sobre la belleza, el arte de la creación (5).

Este memorable poema de Bartolomé Lloréns fue escrito el 17 de enero de 1946. Figura en la Antología poética prologada por Carlos Bousoño, publicada en Sevilla (edición de José Julio Cabanillas, 1993, pp. 29-30). Es un singular poema impregnado de belleza, ternura y espiritualidad sagrada en su hondura intangible, que resalta su transparente hermosura. Su sensorialidad proyecta la belleza sensorial y sutil ante el agua, el elemento de la naturaleza que enalteciera Tales de Mileto. Es un singular ejemplo de sabiduría divina en su vivencia mística. Su poema tiene una onda superior, como el Cántico espiritual de san Juan de la Cruz, que ha inspirado grandes poemas en las letras universales. El poema de Lloréns comienza con una cita de san Juan de la Cruz, “Aquella eterna fonte”, que inicia el Cántico espiritual. Bartolomé Lloréns bebió en la fuente misma de la sabiduría sanjuanista. Y experimentó la inspiración mística. Su alta vocación estética y su honda sabiduría espiritual fluyen en sus poemas.

La vocación mística entraña un sentimiento de coparticipación con lo viviente, un vínculo entrañable con fenómenos y elementos, como el agua. Cuando se habla de sabiduría hay que distinguirla de la sapiencia. Sapiencia es un conocimiento cultural de las cosas, como un erudito que sabe mucho por sus lecturas, pero eso no es sabiduría. La sapiencia es el conocimiento intelectual o cultural que una persona puede acumular. La sabiduría, en cambio, puede adquirirse sin conocimiento libresco, incluso una persona iletrada puede alcanzar la sabiduría, gracia divina que se logra con el desarrollo de la intuición espiritual y el sentimiento del amor. La inteligencia mística no se desarrolla con lecturas ni con reflexiones.

La lírica de Bartolomé es un pozo de sabiduría y piedad. Su poema revela una fina intuición mística, con una comprensión del mundo bajo el aura de singulares irradiaciones estelares. Los contemplativos enseñan que la sabiduría refleja la onda espiritual de lo divino. Y quien vive la sabiduría, comprende afectiva y espiritualmente el sentido místico de la Creación.

El reconocimiento de un hecho espiritual, consignado con el lenguaje de la mística, concita una creación poética reveladora de una verdad mística, como la intuida por la poeta dominicana sor Leonor de Ovando: “La pura santidad allí encerrada, / el émphasis, / primor de la escritura,/ me hicieron pensar cosa no pensada”. La palabra émphasis viene del griego y significa ‘expresión vehemente’ y, en el ejemplo citado, fruto de un arrebato espiritual o de una inspiración divina, tiene una connotación mística. En “émphasis, primor de la scriptura”, hay una verdad poética, si se asume la palabra “énfasis” como expresión del sentimiento; pero si “énfasis” se entiende con el significado de ‘entusiasmo’, que es una de sus acepciones, entonces hay que valorar, en la feliz intuición de sor Leonor de Ovando, una verdad mística.

En la lírica de la poeta criolla intuí la idea de una verdad mística,  que se diferencia de una verdad poética.

La verdad poética es una intuición estética de una verdad de vida a la luz de una vivencia emocional.

La verdad mística es una intuición de lo divino a la luz de una experiencia espiritual. La verdad expresada en “émphasis, primor de la scriptura”, de sor Leonor de Ovando, es un buen ejemplo. La verdad poética se funda en una verdad profana; y la verdad mística se funda en una verdad sagrada.

Pues bien, Bartolomé Lloréns intuyó una verdad poética al decir: “En su desnudo puro/ junto a la fuente clara. / Su imagen intangible/ de luminosa gracia”. Y también intuyó una verdad mística al expresar: “¡Oh fuente de agua viva/ que en lo escondido mana”.

La sabiduría espiritual nace de una inteligencia mística fraguada en lo sagrado con el amor puro y santo. Por eso entraña una mirada amorosa y comprensiva, luminosa y empática. Y fluye con la intuición mística y el amor a lo viviente, como la naturaleza viva que se nos ofrece con su encanto fulgurante. El sentido amoroso nace de una arraigada fe espiritual, conforme lo ilustra en elocuentes imágenes y símbolos la lírica teopoética de Bartolomé Lloréns, cauce del amor puro y sagrado, de cuya creación inferimos estas consideraciones:

  1. Bartolomé Lloréns comprendió el dicho sapiencial de que “lo más personal es lo más original”, sin la torpe pose narcisista.
  2. Con su creación poética canalizó su vocación creadora para testimoniar su visión estética y espiritual del mundo a la luz de la teología católica y la tradición mística de la lírica hispánica.
  3. En el camino místico asumido como el cauce de su inteligencia sutil dio el testimonio de una creación que consigna el caudal de sus intuiciones y vivencias con el aliento de su sensibilidad erotizante y el aura de su espiritualidad sagrada.

 

Leamos con  unción el celebrado poema “Canción del agua viva”:

 

“…aquella eterna fonte…”

San Juan de la Cruz

 

Mi amor se desnudaba

a la orilla del agua,

a la orilla del cielo,

junto a la fuente clara.

¡La fuente de agua viva

secreta en la montaña!

 

Mi amor se desnudaba

a la orilla del agua.

 

Dejó las limpias prendas

sobre las verdes ramas

y deshojó las flores

que tejiera en guirnaldas.

Se olvidó de los pájaros

que en la umbría cantaban,

del rumor de las frondas,

del beso de las auras,

y en su puro desnudo

se contempló en las aguas.

 

En su desnudo puro

junto a la fuente clara.

 

Su imagen intangible

de luminosa gracia,

vio esfumarse, fundirse

entre la viva plata

de aquella eterna fuente

secreta en la montaña.

 

Mi amor se reflejaba

en las ondas de plata.

 

Dejó mi amor la orilla

y se perdió en las aguas.

En su eterna corriente

murmura, fluye, canta,

onda entre vivas ondas,

luz entre luces altas,

cielo mismo en el cielo

que las aguas arrastran.

 

 

Dejó mi amor la orilla

y en la corriente canta.

 

¡Oh fuente de agua viva

que en lo escondido mana!

 

No volvió a la ribera,

que su amor era el agua.

 

Al vibrar en sede de amor divino el alma amartelada del poeta se consustancia con el alma de las cosas y realza el esplendor del mundo con la emoción de los sentidos y la vibración del espíritu. De la creación poética de Bartolomé Lloréns infiero que el lírico español tuvo clara conciencia de que el arte auténtico, edificante y luminoso, se plasma en una creación de la palabra, la pintura o la música que suscite en el contemplador lo mismo que concitó en el creador: el sentimiento de la emoción estética y la vivencia de la fruición espiritual a la luz de lo divino mismo. En “Canción de agua viva” el mundo es un fulgor y, en cada ámbito del Universo rutila, esplendorosa y elocuente, la Llama de la Divinidad.

Luminosa obra de un poeta que canta la realidad desde el vértice de la sensorialidad para disfrutar, con la inspiración de lo Alto, el encanto del mundo. Es una creación interiorista que expresa el esplendor de lo viviente como cauce de la belleza sutil y el sentido trascendente.

 

Bruno Rosario Candelier

Movimiento Interiorista del Ateneo Insular

Moca, Rep. Dominicana, 25 de abril de 2020.

 

Notas:

  1. Bartolomé Lloréns era la expresión de “la juventud quizá más traspasada de vida y espíritu que he tenido en estos tiempos a mi lado”, escribió Dámaso Alonso en su “Discurso de ingreso a la Real Academia Española”, Madrid, 25 de enero de 1948.
  2. Carlos Bousoño, Antología poética de Bartolomé Lloréns, Madrid, Adonáis, 1948. Bartolomé Lloréns, Secreta fuente (Madrid, Adonáis, 1948, con prólogo de Carlos Bousoño) y Juan Ignacio Poveda, Bartolomé Lloréns: Una sed de eternidades (Madrid, Rialp, 1997).
  3. Miguel de Santiago, Antología de poesía mística española, Barcelona, Verón editores, 1998, pp. 384-386.
  4. Carlos Bousoño decía que Bartolomé Lloréns, en plena juventud, era “un auténtico sabio”, en su prólogo a la Antología poética de Bartolomé Lloréns (Sevilla, edición de José Luis Cabanillas, Númenon, Cuadernos de poesía n.º 2, 1993, p. 5).
  5. Ponencia de Helena Ospina, “Arte y persona en Bartolomé Lloréns”, Coloquio de literatura hispanoamericana, San José, Universidad de Costa Rica, 2013.

 

Gusano, raroso, pobrísimo/paupérrimo

Por Roberto E. Guzmán

GUSANO

“. . . asegura que en la ciudad no ha sido posible poner a circular de manera efectiva un autobús GUSANO . . .”

No ha de olvidarse que hay gusanos y. . . gusanos. El primer gusano es el animal invertebrado, de cuerpo blando sin pies. Luego hay otro que es la “persona vil y despreciable”.

Hay otro gusano no menos célebre que los anteriores, es el de la conciencia que es aquel que nace del remordimiento del mal obrar. Otro gusano muy conocido es el de seda.

Todos estos gusanos mencionados quedan descartados para aceptarlos como parte del autobús gusano. La naturaleza de los dos elementos, autobús y gusano se excluyen mutuamente; por lo tanto, se trata de un uso abstracto de gusano, porque el autobús sí puede circular en la ciudad.

En esta cita el redactor se refiere a una cualidad del gusano que se aplica específicamente al autobús por una de las propiedades del gusano. El cuerpo de los gusanos está compuesto por segmentos en serie lineal. El autobús a que se refiere la cita tiene secciones que están articuladas, lo que le permite circular en la ciudad y transportar una mayor cantidad de pasajeros.

El verbo articular debe entenderse, para el autobús de la cita, en tanto la unión de piezas de modo que mantengan entre sí alguna libertad de movimiento.

Lo que se comprueba con el “autobús gusano” es otro ejemplo más de cómo los hablantes integran los vocablos conocidos para mentar realidades nuevas. En lugar de buscar un solo vocablo sacado de los libros, abrevan en sus conocimientos y los aplican a las máquinas y aparatos nuevos. Hay que admitir que llamar de este modo al autobús “pega” más que la otra denominación ya señalada.

 

RAROSO

Ante una atmósfera vial tan RAROSA”.

El Diccionario de la lengua española no recoge la voz raroso, a en sus páginas. No obstante, se asegura que es de uso corriente en el español dominicano. Es una voz que el redactor de estos comentarios reconoce haber utilizado en muchas ocasiones para tipificar a una persona o cosa. Más abajo se expondrá lo que se conoce en el habla de los dominicanos por raroso.

Una persona puede ofrecer un aspecto raroso cuando su comportamiento o apariencia física no se corresponde con las circunstancias o con el ambiente. Esa persona tiene uno o más rasgos que la hacen sobresalir; la mayoría de las veces es porque no se ajusta a los patrones normales.

El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española sí asienta en sus páginas el adjetivo raroso y anota que es de uso en Guatemala y El Salvador. La acepción consignada es, “Raro, extraño”.

En República Dominicana, en el habla se utiliza el adjetivo, pero en esa habla no coincide totalmente con la noción del último diccionario mencionado. No es raro, solo diferente. No reviste todas las características de raro. Puede tener peculiaridades distintivas, o, no poseer las que se esperan en su género. Es una persona o algo que llama la atención. Hasta puede levantar sospechas por esto.

Quizás no se añadió la República Dominicana a los países antes mentados porque el concepto del raroso dominicano no se ajusta completamente al de esos dos países.

 

POBRÍSIMO – PAUPÉRRIMO

“Se trata de un lamentable y POBRÍSIMO ejercicio de crítica pública”.

Desde el principio hay que dejar muy claro que los dos superlativos para el adjetivo pobre pertenecen al buen español. Uno vino del origen de la palabra y el otro lo impuso el uso.

Paupérrimo tiene relación con el latín pauper que está documentado desde los orígenes del idioma en el año 1200. Pobre es una palabra común a todos los romances de occidente. Tanto en castellano como en portugués la palabra pobre se ha mantenido fiel a la forma clásica pauperem, pues solo tiene una terminación para el femenino y el masculino.

Paupérrimo es el superlativo culto vinculado con otras palabras parecidas de la misma familia, depauperar, depauperación, pauperismo. Todos derivan del superlativo pauperrimus. Algunos de los vocablos recién citados llegaron al español procedentes del francés, lengua en la que se ha conservado la palabra pauvre, para pobre; que como puede comprobarse, en esa lengua ha conservado la primera sílaba pau- que aparece en la primera sílaba de otras palabras del español de la misma familia, pauperismo, pauperización, pauperizar.

En español existen otros superlativos con esa terminación, ejemplo de ello son, celebérrimo y libérrimo, integérrimo, acérrimo, aspérrimo, pulquérrimo, misérrimo, nigérrimo, salubérrimo entre otros. Puede notarse que la terminación para estos superlativos cultos es -érrimo.

La mayoría de los superlativos anteriores aceptan superlativos en -ísimo, con la excepción de libérrimo y misérrimo que solo tienen un superlativo reconocido por las normas gramaticales de la lengua.

No hemos de olvidar que superlativo es un grado de significación que expresa una cualidad llevada a un grado muy alto, o a un grado más o menos alto, en comparación a un grupo. Se aplica a adjetivos y adverbios para atribuir intensidad máxima a la cualidad denotada por estos.

En el párrafo inmediatamente anterior a este se escribió, “grado muy alto, o a un grado más o menos alto”. Esto así porque existe el superlativo relativo. El superlativo absoluto carece de complemento en la lengua actual.

La exposición de esta sección versó sobre un superlativo morfológico, pues se formó añadiendo el sufijo -érrimo a la base.

Con el paso del tiempo en el español hablado y en el escrito se nota la decadencia del superlativo romanceado paupérrimo; en su lugar se emplea pobrísimo. Este fenómeno se produce también en los demás superlativos del tipo estudiado aquí. El habla ha logrado imponer la terminación más conocida del superlativo en casi todos los superlativos para comodidad del hablante.