¿Emplean los dominicanos el verbo haber como impersonal?

Por Tobías Rodríguez Molina

 

Hace unos años se celebró en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra un Simposio de Dialectología del Caribe Hispánico. En el transcurso del mismo presentó una ponencia el Lic. Félix Fernández en la que ofreció el resultado de un trabajo que él llevó a cabo en esa Universidad santiaguera.

Los sujetos sometidos a la prueba fueron 135 estudiantes que recién iniciaban sus estudios universitarios.

El Lic. Fernández indagó, entre otros aspectos, qué empleo le daban esos estudiantes al verbo haber en el uso que la normativa del español prescribe como impersonal. En su investigación se encontró que los encuestados, en su mayoría, aceptan la concordancia entre el verbo haber y el sintagma nominal siguiente. Eso deja dicho que se apartan de las normas del español al no emplear el verbo haber como impersonal, como lo indica la norma. Por creerlo de utilidad para el lector, me parece conveniente que les demos un vistazo a las normas referentes a ese uso. Al respecto se indica que el verbo haber tiene un uso impersonal, adoptando, por lo tanto, construcciones de tipo impersonal. De ahí  que deberán usarse construcciones como “Hubo fiestas”, “Había muchos soldados”, etc., ya  que “fiestas” y “muchos soldados” desempeñan la función sintáctica de objeto directo y  no de sujetos de esos verbos. (Real Academia Española: Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, 3.5.7).

Las oraciones que el Lic. Fernández presentó  a sus estudiantes  fueron    las siguientes:

  1. Habían tres personas en la reunión. (61.5 % de aceptación).
  2. Hubieron problemas en ese país. (45.8 % de aceptación).
  3. Habían muchachas bonitas en la fiesta. (64.4 % de aceptación).

Como puede notarse, los estudiantes objeto del estudio del profesor de la PUCMM aceptan, en su mayoría, una forma del verbo haber impersonal apartada de las normas del español.

Movido por los resultados obtenidos por Fernández, y por lo que se percibe en el uso de los dominicanos de todos los estratos socioculturales, quise constatar qué sucedía 7 años después de su investigación, en el ámbito escrito de la lengua española, en estudiantes que ya habían tenido el chace de entrenarse en el estudio del verbo haber como impersonal.

Por ese motivo la población escogida como objeto de mi investigación estuvo constituida por estudiantes de la PUCMM, Campus de Santiago, que ya habían terminado el Ciclo Básico y que, por lo mismo, ya habían cursado las materias Español 1 y Español 2, asignaturas que incluyen en sus contenidos la concordancia en general y también  el empleo del verbo haber como impersonal.

Y por el hecho de que los estudiantes a quienes el Lic. Fernández sometió a estudio no habían  estudiado el Ciclo Básico y los de mi estudio sí, se esperaba que habría  unos resultados muy diferentes a los arrojados en  la investigación de Fernández y la mía. Pero no resultó ser así. Las diferencias fueron mínimas, lo cual parece indicar que el dominicano tiene tan arraigado el uso del verbo haber como personal que ni siquiera la insistencia sistemática de la escuela le hace cambiar de ruta dictada por las normas del uso de ese verbo haber. Y creemos que los resultados reflejados en mi investigación no se acercaron más a los del Lic. Fernández porque en la suya las únicas alternativas eran la aceptación y el rechazo mientras que el mío debían responder a  una de las siguientes alternativas: A (Acepto), R (Rechazo), AH (Acepto al hablar pero no al escribir) y  (No sé)

En nuestra investigación, el cuestionario que contenía las oraciones fue aplicado a 60 estudiantes y se obtuvo como resultado que los estudiantes objeto del estudio muestran una actitud de aceptación parcial del verbo haber impersonal. Es decir, en algunos casos  hacer concordar ese verbo con el sintagma nominal siguiente y en otros, no.

Ese fenómeno puede visualizarse mejor al observarse las oraciones aparecidas en el cuestionario que se les presentó. Aparecerán con solo  los porcentajes de aceptación y rechazo.

  1. En el salón habían cuarenta personas. ( A: 48.3%; R:31.7).
  2. En ese país hubieron muchos problemas. (A: 41.7; R: 46.7).
  3. En esta reunión habemos muchas personas. (A: 43.4; R: 45.0%).
  4. ¿Piensas que habrán muchachas bonitas en la reunión? (A: 61.7; R: 21.6).

Como puede observarse, un mayor número de encuestados rechazó, el uso contra las normas en las oraciones 2 y 3 (con hubieron y habemos), pero no sucedió lo mismo con las oraciones 1 y 4 (con habían y habrán).

Hay que notar, sin embargo, que el margen de diferencia entre la aceptación y el rechazo fue de apenas un 5% en la oración 2,  y de solo un 1.6 % en la 3. Pero al tratarse de las oraciones 1 y 4, empleadas por la mayoría de estudiantes en forma divergente a la normativa española, la distancia entre aceptación y rechazo es mucho mayor, siendo en la 1 de 16.6 y en la 4, fue de 40.1.

Esos datos reflejan una tendencia a apartarse de las normas prescritas para el uso de la lengua española; y creemos que los datos que indican ese apartarse de las normas pudieran haber sido mayores si las oraciones no se les hubieran presentado por escrito, pues con ello se afecta la espontaneidad al permitir que ellos leyeran y releyeran las oraciones hasta el punto de racionalizar el fenómeno en cuestión antes de marcar su respuesta.

Por otra parte, aunque no se han realizado estudios acabados al respecto, lo que solemos escuchar en el habla de los dominicanos, desde el estrato inferior hasta el más encumbrado, es un uso que hace concordar el verbo haber con el sintagma nominal siguiente: 1. Había un estudiante; 2. Habìan cuarenta estudiantes; 3. Hubo uno solo; 4. Hubieron muchos.

Por lo antes expuesto se podría pensar que en la República Dominicana el empleo del verbo haber como impersonal va perdiendo terreno en la lengua escrita y también en la oral. Esto último lo constatamos los profesores de español. Al presentarles el empleo del verbo haber como impersonal, es decir, sin concordancia, la mayoría de alumnos se muestran desconfiados, incrédulos y medio desconcertados, y creen que les estamos tomando el pelo al decirles que no es correcto decir “En la reunión habían muchas personas” o “Hubieron muchos que no llegaron a tiempo a la reunión.”

Será conveniente que los estudiosos de la lengua nos dijeran qué hacer frente a esta disparidad entre la norma que nos indica un uso impersonal del verbo haber y el usuario de la lengua que se aparta o tiende a apartarse de ella al hacer concordar el verbo haber con el sintagma nominal que le sigue.

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