“…tu luminosa aurora que en negro
rompe, y como sol dentro de mí
me anuncia otra verdad.
Que tú, profunda, ignoras.
Desde tu ser
mi claridad me llega toda de ti…”
(Vicente Aleixandre, “Cueva de noche”)
“La experiencia poética puede caracterizar como un acto abierto constantemente a la trascendencia, desde el momento en el que el poeta se propone una aventura, una travesía por la alteridad y la subjetividad para hacer perceptible el universo sensible” (Jorge Chen Sham).
Resumen del contenido o abstract
El acto de la creación conlleva un proceso de interiorización ¿Por qué se necesita llevar a cabo este proceso? Porque el autor de una obra, para plasmar una creación, entra en comunión con la sustancia de una realidad. Para entrar en comunión con las manifestaciones de la realidad, desde la perspectiva de la creación no debe hacerse desde fuera, sino desde adentro, en estrecho contacto con su esencia peculiar, para lo cual hay que instalarse en el interior de la cosa. Para hacer una literatura interiorista hay que tener la capacidad para establecer una comunión con lo viviente, proceso que requiere un grado de coparticipación del autor con la sustancia que le inspira. El autor tiene que tener la capacidad para auscultarse a sí mismo y auscultar las cosas. El creador de una obra literaria ha de abrir sus sentidos hacia los efluvios de la creación, condición indispensable para establecer un vínculo con la esencia de lo viviente. Con ese fin, busca el sentido profundo de fenómenos y cosas, y ese sentido profundo conlleva un proceso de interiorización en la realidad. La creación tiene el propósito de provocar una emoción estética y una fruición espiritual. Esa meta no se logra si el autor no escribe desde el interior de la cosa, única manera de captar su esencia y su sentido. Leer más