Rosario Candelier imparte conferencia sobre "La lengua en el desarrollo de la personalidad"

El Dr. Bruno Rosario Candelier visitó el colegió Lux Mundi de la capital dominicana, donde impartió una conferencia a los estudiantes de nivel medio de ese centro educativo sobre “La lengua en el desarrollo de la personalidad”.

Ivelisse Malespín, bibliotecóloga del colegio, introdujo la actividad, ponderando la trayectoria intelectual del director de la Academia Dominicana de la Lengua y su condición de filólogo, ensayista, crítico, narrador, educador y promotor literario.

En su disertación, Rosario Candelier señaló que cada uno de los seres humanos tiene una entrañable relación con su propia lengua en la que ha crecido y se ha formado. Subrayó que la relación que tenemos con la lengua marca definitivamente nuestra personalidad, con el impacto del afecto, la tierra y la cultura. Explicó que cuando le preguntaron qué titulo podría tener su presentación, dijo: “La lengua en el desarrollo de la personalidad” porque, efectivamente, con el caudal de la energía interior de la conciencia, la lengua influye en nosotros como influyen varios factores vinculados a la tierra, a través de la alimentación y el medio ambiente; el influjo del hogar, a través del afecto y el cuidado que nos proporcionan nuestros padres; y el influjo de la cultura a través de la huella espiritual que la sabiduría del Universo imprime a través del Numen en el talante de los individuos y los pueblos.

El profesor Rosario Candelier enunció que la lengua influye en nosotros desde antes de nacer, sobre todo, a partir de nuestro contacto con la madre, mediante la cual entramos en contactos no solo con nuestra progenitora, mediante un contacto emocional, espiritual y verbal, porque la madre comienza a susurrar términos, palabras y expresiones y eso va imprimiendo en nosotros un tipo de actitud frente a la realidad. El académico citó el libro La curación por la palabra, de Pedro Laín Entralgo, que sostiene que “El lenguaje y el afecto troquelan la sensibilidad de la persona”. Aclaró que troquelar es una palabra culta y significa ´marcar´, ´determinar´, ´establecer una señal o marca´. Resaltó que Pedro Laín quiso explicar que en la etapa de gestación de nuestro ser en el seno de la madre y, desde luego, en los primeros años de nuestra vida, se desarrolla en nuestro cerebro un “proceso de mielinización cerebral” mediante el cual nuestro cerebro acapara todo lo que recibe del ambiente, de las personas con las cuales nos tratamos, de la cultura en la que nos movemos y del hogar donde nos criamos, y todo ese influjo, variado y diverso, va influyendo en la gestación de la personalidad.

Rosario Candelier subrayó que la lengua es el primer factor que va a influir a nosotros de una manera significativa porque va a marcarnos de manera determinante a través de la estructura del idioma, sus vocablos y sentidos, mediante los cuales creamos actitudes, valores y una visión de la vida y del mundo, es decir, que la lengua juega un rol importante ya que determina nuestra personalidad. Señaló que tenemos una personalidad física y espiritual. En la personalidad influyen varios factores, el primero de los cuales es el afecto, que es determinante para hacernos como somos, para fomentar en nosotros actitudes de identificación hacia los demás, para determinar el desarrollo de nuestra sensibilidad, que es con la que nos ponemos en contacto con el mundo y nos relacionamos con las cosas.

Enfatizó que ese simple hecho, el de tener una sensibilidad con la cual entramos en comunión con el mundo circundante, actúa en nosotros de tal manera que el ambiente de donde nos criamos influye en la forma de ser de las personas, pues la manera de reaccionar ante las cosas influyen; por esa razón, cada ser humano, además de su sensibilidad, tiene su propio talante, que es la manera de sentir. Afirmó que todos tenemos una sensibilidad y un talante, como se aprecia en los pueblos y culturas.

El disertante se refirió a la lengua, la cultura y a la tierra, que es un factor importante en el desarrollo de la personalidad, pues encauza el influjo telúrico, porque hay algo que la tierra inyecta a nosotros y contribuye a hacernos como somos, a partir de los alimentos que comemos, de los datos sensoriales del ambiente, de todo lo vinculado con el mundo circundante. Ejemplificó que en nosotros se desarrolla un sentimiento especial hacia el lugar donde nacimos y criamos, un amor hacia el terruño y eso es lo que se llama sentimiento telúrico.  Evocó que cada cultura con el influjo de la tierra inyecta un modo de ser particular.     

El académico añadió que a través de la lengua surge otro influjo, que tiene que ver con la cultura e influye en nuestra personalidad. Se relaciona con el Numen, palabra con la cual los antiguos griegos aludían a la dimensión espiritual del Universo, porque en el Universo está todo registrado en la cultura. Toda la historia de la Tierra está registrada en el Universo y, por lo tanto, se puede hablar de una memoria cósmica, que atesora una sabiduría. Manifestó que todos contamos con una conexión cósmica, con la totalidad de lo existente, pero acontecen factores negativos para que no se desarrollen en nosotros las inclinaciones intelectuales, morales, estéticas, espirituales. Afirmó que todos los humanos estamos llamados a desarrollar diferentes inclinaciones, porque forman parte de algo que recibimos con el don de la vida, como son el don de la lengua, el de la reflexión y la creatividad. Aclaró que la creatividad no se desarrolla en todos nosotros, porque suelen acontecer factores negativos que bloquean ese don de la creatividad de una manera misteriosa. Puso de ejemplo el miedo y los prejuicios.

Al finalizar la conferencia, Rosario Candelier dijo: “La lengua influye en el desarrollo de nuestra sensibilidad, porque es el primer factor que va a permitir que se desarrolle en nosotros el poder de nuestra mente. El más alto poder con que contamos los seres humanos es nuestra mente, mediante la dotación mental que los antiguos griegos denominaban Logos, que es la potencia de la inteligencia o la energía interior de la conciencia que permite desarrollar las capacidades humanas y entre esas capacidades la primera es la de hablar, porque hablamos en virtud del Logos que poseemos, creamos en virtud del Logos y reflexionamos en virtud del Logos. Entonces lo que distingue al ser humano es ese el don del Logos; por esa razón es importante la actitud que podemos desarrollar ante nuestra propia lengua”.

El académico subrayó que la lengua es un producto de la sociedad, por lo cual una sociedad avanzada no se comporta de la misma manera que una sociedad atrasada. Dio ejemplo de cómo los niños en algunos países hispanohablantes pronuncian las “eses” en las palabras que las llevan al final de sílabas correctamente, mientras que a nosotros nos da mucho trabajo y es uno de los problemas que afecta nuestro lenguaje. También subrayó otro aspecto que está afectando nuestro lenguaje, que es la forma de escribir de los jóvenes a través del chateo, por el corte de palabras y expresiones.

Al culminar su participación, dos estudiantes en representación del alumnado le dedicaron unas palabras de agradecimiento al director de la Academia Dominicana de la Lengua.

Santo Domingo, 9 de julio de 2013.

 

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