Teclazo, constante/contante, organización/estructura, cuestionante

Por Roberto E. Guzmán

TECLAZO

No hay lugar a duda. Este “teclazo” del epígrafe pertenece a la familia de tecla, sobre todo a la tecla de las antiguas máquinas de escribir y de las más modernas computadoras. A esta familia de palabras pertenece el teclado; este es el conjunto de teclas que permite escribir y manejar el computador. El teclado de las máquinas de escribir era más modesto, solo servía para escribir.

Para los fines de esta exposición la tecla es la pieza móvil que se pulsa por presión de los dedos para poner en acción el mecanismo. En el caso de los dispositivos destinados a escribir es una pieza móvil que contiene una letra o un signo.

No puede negarse el uso de “teclazo” en el español de los dominicanos. En la voz del español dominicano este -azo añadido a la palabra tecla es la pulsación ejercida sobre la tecla con valor aumentativo. Esta voz es ponderativa, pues exagera el efecto de la acción de la presión ejercida sobre la tecla. También exagera la velocidad a la que se efectúa la acción, y a veces, lo inesperado de la acción.

Piénsese en una frase como esta, “El Presidente de la República lo destituyó de un teclazo”. En este ejemplo se reúnen las condiciones que se enumeraron más arriba para la acción denominada teclazo. Como es fácil deducir, en la mayoría de los casos la acción del teclazo tiene relación con algo que implica un escrito, o, una lista.

Ha alcanzado usos figurados en algunos casos para destacar la rapidez o violencia con que se hace algo. “De un teclazo lo borró de la lista de sus amigos”. En un caso como este no hace falta que exista en realidad una lista de amigos ni que se produzca un teclazo físico.

Aquí se dejan escritas estas reflexiones para que sean luego ponderadas y se decida si es prudente incluir esta voz entre las propias del habla de los dominicanos.

 

CONSTANTE – CONTANTE

“. . .la falta de servicios públicos y la violación CONTANTE a los derechos. . .”

El ejemplo que se trae en esta ocasión para dilucidar en el uso es el de la diferencia que hay entre los dos vocablos del epígrafe. En la frase transcrita se deslizó el vocablo *contante, cuando debió aparecer constante. Esto así de acuerdo con lo que se colige del sentido de la citada frase.

En los párrafos siguientes se enumerarán los significados de los dos vocablos para dejar bien claro la enorme diferencia entre ellos. Se aprovechará la oportunidad para repasar algunas nociones anejas a los dos vocablos.

Constante significa en primer lugar “que consta”. En la frase reproducida hay que tomar este constante con valor de “continuamente reiterado, que persiste, durable”. Leído de este forma transmite el mensaje de la falta de servicios públicos y la violación reiterada, persistente de los derechos. Esa violación se certifica o por lo menos se califica de cierta y manifiesta.

Contante es de uso más limitado en el habla y en los escritos. Se usa sobre todo en la locución adverbial “dinero contante y sonante”. Esta locución significa en dinero pronto, efectivo, corriente. Las academias de la lengua reconocen la deuda que el español tiene con la lengua francesa cuando en el diccionario oficial del español asientan que el vocablo contante procede del francés comptant.

En el uso de la lengua se ha comprobado que la locución se emplea para significar que el pago se efectúa de inmediato, sin tardanza, como dicen en el habla de los dominicanos, “llanto sobre el cadáver”, o más pedestre, “lágrimas sobre el muerto”.

 

ORGANIZACIÓN – ESTRUCTURA

“. . .fue muy enfático en destacar que existe una ESTRUCTURA que se dedica. . .”

En esta sección se desplegarán los esfuerzos para dejar en claro las diferencias que existen entre los dos vocablos del título.

Por la forma en que está redactada la frase reproducida más arriba puede deducirse que se ha usado el vocablo estructura en lugar de organización. En el curso de este escrito se señalarán las diferencias en cuanto a los significados y usos de uno y otro de estos vocablos.

Se documentará lo concerniente a las bases de la diferencia que se mantiene de que las dos palabras del título no pueden intercambiarse en todas los casos.

La estructura es la disposición de las distintas partes de un conjunto. En otro aspecto es la armadura o sustentación de algo material. En el uso en la mayoría de los casos se refiere a la parte externa del conjunto.

En cuanto a la organización hay que señalar un asunto muy peculiar. En la actualidad se usa la palabra de preferencia para la, “Asociación de personas reguladas por un conjunto de normas en función de determinados fines.” Esa es la definición que asienta el diccionario oficial de la lengua. Ahora bien, la peculiaridad consiste en el momento de oficialización de esta acepción; esta entró en el Diccionario de la lengua española en la edición correspondiente al año 1992. De donde resulta que es un conjunto organizado de personas.

Hasta la vigésima primera edición se refería a la acción y el efecto de organizar u organizarse; a la disposición de los órganos de la vida, y, en sentido figurado, “disposición, arreglo, orden”.

Si se regresa al texto citado puede leerse al amparo de lo expuesto y el resultado es, si es una estructura, esta se dedica a sostener algo material o creado por el ingenio del hombre. Si se refiere a una asociación de personas, como en efecto es, entonces la palabra que conviene es organización.

La diferencia que se mostró más arriba ha de tenerse en cuenta cuando se redacta, pues como se señaló antes, las dos palabras del título no son equivalentes en todos los casos y en consecuencia no puede una sustituir a la otra; sobre todo, estructura no puede reemplazar a organización para las instituciones de personas cuando estas persiguen un fin común.

 

CUESTIONANTE

“. . .dejó en el aire la CUESTIONANTE . . .”

Algunas voces llaman la atención por su sonido o por su composición. Esta del título de acuerdo con la percepción de quien esto escribe reúne las dos condiciones para atraer el interés del lector.

La dificultad para su reconocimiento probablemente le llega por el tipo de sufijo que contribuye a su formación y por las funciones que le atribuyen; esto se dará a conocer más abajo en detalle.

Para dar con el vocablo hubo que recurrir al Diccionario general etimológico de la lengua española de D. Roque Barcia, publicado en Madrid en el año 1880. En el primer tomo, pág. 1153 se halla cuestionante definido como “participio activo de cuestionar” y la acepción correspondiente es, “Que cuestiona”.

Los diccionarios modernos no recogen este adjetivo porque según parece ha caído en desuso y en consecuencia no vale la pena consignarlo en esos lexicones.

El problema que se presenta con el uso que se hace de la voz del título es que está utilizada en funciones de sustantivo en la cita reproducida y hay que imaginarse que se toma la voz como equivalente de “pregunta, interrogante”. El sufijo que se utiliza en su formación es el que corresponde a los adjetivos.

En la actualidad algunas palabras de la familia de cuestionar han adquirido la característica de “discutir, poner en duda”. Es probable que la hayan recuperado del olvido por analogía con la palabra interrogante que en sus acepciones más socorridas es, “pregunta o demanda; incógnita, problema o cuestión dudosa”.

Estralloso, dumping, cauce/cause, *barraje/bombardeo/aluvión

Por Roberto E. Guzmán

ESTRALLOSO

Este adjetivo del español dominicano deriva de un verbo de uso del habla cotidiana. El verbo que se encuentra en el origen es “estrallar” que es una epéntesis que resulta de colocar la letra erre /r/ entre las letras te /t/ y /a/ del verbo estallar.

En el desarrollo de esta sección se repasarán los significados del verbo dominicano -estrallar(se)- y del verbo del español internacional, estallar. Para concluir se ofrecerán las características que particularizan el adjetivo dominicano. Además, se ofrecerán ejemplos de uso del adjetivo que despejarán cualquier duda que persista después de las explicaciones.

En las definiciones que recogen los diccionarios para el verbo estallar estas se caracterizan en sus acepciones por retener un rasgo que es el concerniente al ruido. A partir de esa característica el hablante de español dominicano ha desarrollado un uso para el adjetivo “estralloso”.

Algunos alimentos al ser masticados producen un crujido que la persona que ejerce la acción percibe con mayor intensidad que las personas que se encuentran en su entorno, pero que en algunas ocasiones las últimas pueden oír también.

Para expresar la capacidad que poseen algunos alimentos para producir el sonido crujiente, los dominicanos en su habla sin rebuscamientos lo manifiestan diciendo que ese alimento es estralloso.

El ejemplo más conocido es el de las personas que prefieren los cueros de cerdo estrallosos y no flexibles o elásticos. Cuando el hablante dominicano indica que gusta del chicharrón estralloso, muestra su favor por el que al masticarlo produce ese sonido (ruido) característico que se describió más arriba al romper algunos alimentos.

El adjetivo estralloso es el antónimo de latigoso que en el habla de los dominicanos es, “referido a un alimento, correoso, que es difícil de masticar por su textura semejante a la de la goma”, (Diccionario del español dominicano (2013:407).

De la misma familia es la voz “estrallón” que en funciones de sustantivo es una caída aparatosa. En este caso es muy probable que no haya ruido otro que no sea el grito o quejido del sujeto del “estrallón”. El estrallón puede ser también un golpe violento que se propina lanzando al sujeto (cosa o persona), contra una pared o el suelo (piso).

 

DUMPING

“. . .modelos de “DUMPING” social y ecológico”.

La lengua española ha sobrevivido cada vez con mayor fortaleza cuando se la agrede. Las intromisiones de palabras de otros idiomas en una lengua es algo que ha existido a través de la historia. En la actualidad puede fácilmente documentarse el entrometimiento del inglés en el habla y hasta en la escritura del español internacional.

Este dumping es un fenómeno que se produce en economía y que fue denominado en inglés. Por esta denominación primera y su práctica ha logrado trascender a otras lenguas.

Como la lengua española es una lengua más que adulta, cuenta con los mecanismos para deshacerse de este tipo de intromisión, si eso se desea.

En esta sección se verá el significado de la voz inglesa, así como los equivalentes propuestos en español para evitar el uso de un elemento extraño a la lengua común.

En el Diccionario de la lengua española consta la voz del inglés en letras itálicas. Se la circunscribe al ámbito de la economía. La definición es, “Práctica comercial de vender a precios inferiores al costo, para adueñarse del mercado, con grave perjuicio de este”.

El Gran diccionario de anglicismos (2017:328) trae una explicación más elaborada, “Referido a la venta de un producto por debajo de su precio normal, o incluso por debajo de su coste de producción en el mercado interior y con mayor frecuencia para la exportación”.

Más adelante ese diccionario entra en consideraciones acerca de lo que llaman de “dumping social”, que es el aprovechamiento de la falta de legislación social o la insuficiencia de seguridad social para abaratar con bajos salarios y menos gastos los costos de producción. Los diccionarios no se han ocupado de acreditar una traducción al español de la voz del inglés, la mayoría de ellos se contenta con ofrecer una explicación de la acción del dumping.

Hay que mencionar que existen otros dumpings en inglés que se practican en medicina. No viene al caso aquí tratarlos porque son de poco uso en el español general.

 

CAUCE – CAUSE

“. . .de un proceso judicial que podría desbordarse de sus CAUSES. . .”

Este error que se halla en la redacción de la frase trascrita forma parte de “la historia de nunca acabar”. Se llama así este tipo de problema porque nunca se termina con el asunto.

Como se ha escrito antes, puede ser la costumbre de la enunciación de las dos palabras, porque solo en algunas ciudades se hace la diferencia entre la ce /c/ y la ese /s/; o es por falta de educación o cuidado que se incurre en este error.

Falta de educación en este caso significa que no sabe el redactor que hay dos palabras en español, una con ese sonido grafía  /s/ que es del verbo causar y otra con ce /c/ que pertenece al verbo encauzar.

El cauce que debió aparecer en la frase es el que se refiere al “conducto, medio o procedimiento para algo”.

El cause que pertenece al verbo causar es el de la causa que produce un efecto. El error en que incurrió el redactor es la causa por la que hubo que tratarlo en esta apuntaciones; es la causa, motivo o razón de que se escriba sobre esto aquí. Por medio de estas explicaciones se trata de poner en buen cauce la escritura de algunas palabras.

 

*BARRAJE – BOMBARDEO – ALUVIÓN

“. . .de manera atinada suspendió el *BARRAJE publicitario. . .»

No fue suficiente cambiar una letra de la voz del inglés o del francés, barrage, para lograr que esta entrara en el español aceptado y positivamente sancionado. En francés la primera acepción fue, traducida al español, dique que sirve para represar, o, represa para desviar aguas.

La voz llegó al inglés desde las orillas del francés con un significado militar muy específico, “bombardeo de artillería”. Por esto de la artillería no entró en esa lengua hasta el año 1916.

En el sentido figurado, este bombardeo debe tomarse por “acosar o abrumar con algo”. Esto es, entendido por “avenida o afluencia grande”.

La última palabra de la frase citada aclara la idea que trató de expresar el redactor. Hubo una gran campaña publicitaria que consistió en abrumar mediante la cantidad de medios empleados. Al final se entiende que quienquiera que fuese, decidió suspender esa abundancia de publicidad.

Antes de concluir es menester recordar que en otros momentos y situaciones se ha leído que utilizan la palabra extranjera con el sentido de “muralla, muro” para llevar el mensaje de que ese barrage sirve para proteger en tanto obra defensiva.

Lo que ocurrió aquí es algo que se ha mencionado en ocasiones anteriores y es que hay muchos articulistas que leen en otros idiomas y luego redactan o copian en español. A veces la memoria los traiciona y de manera automática meten una voz extraña al español en sus escritos.

Ortoescritura

Por Rafael Peralta Romero

 

ADJETIVOS SALIDOS DE ORDEN

Esta columna se ha referido  antes  a los adjetivos que funcionan también como sustantivos, sin que nada resulte cuestionado porque se trata de palabras polisémicas, es decir que tienen  más de un significado e incluso más de una categoría gramatical.

Es normal, por ejemplo,  que los adjetivos diario, periódico, médico, estrecho o  plano funcionen igualmente como nombres sustantivos: 1-Le dispensa  una visita diaria/ Publico una columna en el diario El Nacional.  2-Se  hace chequeos periódicos / Trabajo en el periódico Hoy. 3- Llevé un certificado médico / Hoy visité mi médico. / 4-Es un cuarto muy estrecho / El estrecho de Bering queda en Asia.5- Se trata de un terreno plano/ Ya tengo el plano del edificio.

La Gramática de la lengua española, publicación oficial (2009),  señala una larga lista de casos y situaciones  en los que los adjetivos se convierten en sustantivos de manera digamos lícita. Decimos que los adjetivos andan fuera de orden cuando forzamos su uso, en lugar de un sustantivo, al que se desplaza aplicando la llamada ley del menor esfuerzo.

Por  ejemplo, el adjetivo dulce se relaciona con los sustantivos dulzor y dulzura, por lo que es preferible decir: Me gusta el /dulzor/ de esa fruta o No me gusta la /dulzura/ de la miel, en vez de: Me gusta el “dulce” de esa fruta  o el “dulce” de la miel.

Es cierto, la mayoría de los adjetivos soportan el artículo /lo/ antepuesto y funcionan como sustantivo: lo bello, lo feo,  lo divino, lo humano, lo profano, lo sagrado. Mire este ejemplo lo bien que le quedó a Armando Manzanero:

“Adoro el brillo de tus ojos / Lo dulce que hay en tus labios rojos,/ adoro la forma en que suspiras y hasta / cuando caminas yo te adoro vida mía…”.  “Lo dulce” asume la función sustantiva.

Pero /dulce/ es también un sustantivo, de pleno derecho,  para nombrar un alimento o golosina  preparado con azúcar, frutas, nueces  y otros componentes (dulce de coco,  dulce de cajuil, dulce de leche, dulce de maní). De ahí derivan dulcero (vende dulces) y  dulcería (vende o fabrica dulces).

Es frecuente, en el habla cotidiana, colocar el artículo /el/ delante de un adjetivo, como en el ejemplo de “el dulce”, en detrimento de un sustantivo que está para  eso, para nombrar. Mire estos casos: el amargo, en vez de el amargor; el grueso, en  vez de el grosor; el espeso, en lugar de el espesor o la espesura; el árido,  en vez de la aridez, el agrio, en vez de la agrura. Hay muchos casos.  Este último tanto se ha empleado, que pocos se refieren al zumo o extracto de naranja agria con estos nombres, sino con su  cualidad principal: agrio, que es un adjetivo. “Lávalo con agrio de naranja y luego…”

Cuando un uso lingüístico llega hasta la poesía adquiere visos de legitimidad.  Es bien conocida la canción “Piel canela”, que ha circulado en diferentes voces, entre ellas las  de Nat King Cole,  Marisela y  Los Panchos.  Observe dos adjetivos precedidos del artículo /el/ y por tanto en función de sustantivos.

Que se quede el infinito sin estrellas

O que pierda el ancho mar su inmensidad

Pero /el negro/ de tus ojos que no muera

Y /el canela/ de tu piel se quede igual

Si perdiera el arcoíris su belleza

Y las flores su perfume y su color

No sería tan inmensa mi tristeza

Como aquella de quedarme sin tu amor

Faltaron casos y argumentos. Habrá que volver sobre el tema.

 

SEIS MUESTRAS DE NUESTRA EXPRESIÓN

Entre  la amplia producción  del filólogo  Pedro Henríquez Ureña se cuenta  el libro “Seis ensayos en busca de nuestra expresión”, referido a cuestiones lingüísticas y literarias  propias de la gran patria que es Hispanoamérica.

Este artículo, basado en seis vocablos, pretende a penas  presentar una breve muestra del habla de una pequeña nación, la dominicana, y si con ello ayudara a colocar un puntito en  nuestra  identidad, pues mejor.

Los seis  vocablos, adjetivos todos,  resultan muy propios del habla local. Se emplean  para emitir juicios sobre  personas y guardan entre sí gran afinidad semántica: trascendío, salío, metío, untado, relambío y averiguao. En cada uno se ha elidido la consonante –d en la última sílaba.  Veamos:

1-Trascendío o trascendía es una corruptela del adjetivo /trascendido, da/, que es a la vez el participio del verbo trascender. Este verbo aparece con siete acepciones en el Diccionario de la lengua española, las cuales poco tienen que ver con el uso que le damos aquí al vocablo trascendío.  Pero lo que se dice del adjetivo trascendido,  en el mismo diccionario, sí tiene que ver: “Dicho de una persona: Que trasciende, averigua con viveza y prontitud”.

El Diccionario del español dominicano (DED), publicación de la Academia Dominicana de la Lengua, atribuye a este vocablo la siguiente definición: Referido a persona, desvergonzado, atrevido, entrometido.

Cita una ejemplo de la novela Guasábara, de Alfredo Fernández Simó: “De haber sío por otro, aquí tuviera de trascendío sin sosiego, averiguando cosas y queriendo andar por el vecindario casa por casa”. (Pág. 70).

2- Salío.  Pasar de dentro afuera, es la primera de las cuarenta y unas acepciones que tiene el verbo salir. Ninguna guarda relación estricta con el sentido que le otorgamos al adjetivo /salío/. Tampoco  /salido/, como lo presenta el DLE, guarda relación alguna: 1. adj. Dicho de una cosa: Que sobresale en un cuerpo más de lo regular.

El  DED no incorpora este vocablo, pero lo conocemos con los mismos usos de trascendío. Ej: Qué tipo más salío, ¿quién le dio vela en ese entierro?

3- Metío.  Como marcada peculiaridad de nuestra forma de expresión, tenemos que derivados de los verbos antónimos salir y meter son sinónimos. El participio de meter, metido, sí guarda relación con el sentido en el que empleamos nuestra forma /metío/. Metido y metida (América Central,  Cuba y R. Dom. entremetido) significa entremetido, da. Este término es el participio del verbo  entremeter. Dicho de una persona: Que tiene costumbre de meterse donde no la llaman.

Según el DED, metido o metida es una  “persona, indiscreta, que se entremete en asuntos ajenos”.  Cita la novela de Pedro Vergés, Solo cenizas hallarás: “Y ella quería decir perdóneme Sotero, dejando de tutearlo, qué metida que soy, pero no se atrevía”.

4-Untao. El untado no se distingue del trascendío, metío o salío (trascendido, metido o salido), pero semánticamente tiene más carácter de dominicanidad.  Siendo la primera acepción del verbo untar  “Aplicar y extender superficialmente aceite u otra materia pingüe sobre algo”, poco que ver ha de tener su participio, untado, con el concepto de persona  presumida, lo que solemos   considerar “comparón”.

5- Relambío. ¿Qué dominicano no ha escuchado o dicho este vocablo para juzgar a alguien que se pasa de la raya? Relamber no es palabra de la lengua española, pero sí del habla dominicana. Hemos referido el poder creativo del  prefijo –re, con  el cual el hablante crea las palabras  a partir de otras ya existentes. La palabra base es /lamber/ cuyo uso se desaconseja en favor de lamer. Pero el dominicano tilda de /relambío/ al que se pasa de gracioso. Significa  descarado.

El DED  define el vocablo como “Persona descarada que se tomada  demasiadas confianzas”. Y pone de ejemplo frase de Edwin Disla, en su novela Manolo: “No es que no quiera saber de él, es que no me agrada su comportamiento; es demasiado relambío y fresco”.  (pág. 406).

6- Averiguao, de averiguado, participio del verbo averiguar: “Inquirir la verdad hasta descubrirla”. El sujeto averiguao es trascendío, salío, metío, untado y  relambío.

INTERSECCIÓN,  INTERCESIÓN,  INTERCEPTACIÓN

Habíamos pensado que con las  dos entregas publicadas los domingos 21 y 28 de julio daríamos por terminadas las  precisiones en torno a palabras parónimas.  Para que se ratifique –no rectifique-  la influencia de los amigos, y más si leen esta columna,  continuamos hoy con las diferencias entre los tres vocablos citados en el título.

Todos hemos vacilado al escribir alguna de estas palabras, y lo que es peor, algunos no han dudado, sino que han escrito una cuando el contexto requería la otra. Veamos

Intersección.  Procede del latín  intersectio, -ōnis. El Diccionario de la lengua española la define así: 1. f. Punto de encuentro de dos o más cosas de forma lineal. Hay un semáforo en la intersección de esas calles. 2. f. Geom. Encuentro de dos líneas, dos superficies o dos sólidos que se cortan entre sí.3. f. Mat. Conjunto de los elementos que son comunes a dos conjuntos.

Es un término de la geometría: dos calles que se cruzan, dos caminos, líneas de ferrocarril. Por eso ha  colocado la antigua Amet unos rótulos en algunas vías que dicen “No ocupe la intersección”. De este sustantivo deriva el verbo intersecar o intersecarse que significa: Dicho de dos líneas, dos superficies o dos sólidos: Cortarse o cruzarse entre sí.

Intercesión. También procede del latín (intercessio, -ōnis). Se define como la acción y efecto de interceder. En tanto que el verbo interceder se emplea con el sentido de hablar en favor de alguien para conseguirle un bien o librarlo de un mal. Es una acción muy propia de la politiquería. Preferimos referir que   el vocablo intercesión  es muy usual   en el mundo religioso, más aun entre católicos que suelen –o solemos- pedir al Padre por medio de Jesucristo, de Santa María o de los santos. Toda devoción a los santos tiene por fin solicitar su intercesión ante Dios para conseguir favores.

Interceptación. Palabra menos conocida que las anteriores es interceptación. (Del latín  interceptus, participio  pasivo de intercipĕre ‘interceptar’). El Diccionario académico  la define muy escuetamente: Acción y efecto de interceptar. A este verbo le asigna tres acepciones: 1. tr. Apoderarse de algo antes de que llegue a su destino. 2. tr. Detener algo en su camino. 3. tr. Interrumpir, obstruir una vía de comunicación.

De modo que cuando las autoridades detienen un grupo con un cargamento de drogas antes de llegar a su destino, la acción es una interceptación.

Ocurre que en estos casos se suele emplear  el vocablo “intercepción”, que no aparece en el Diccionario oficial de la lengua española.  No obstante tiene uso frecuente. Una página web titulada Castellano Actual, explicando  la diferencia entre  intercepción e intersección indica lo siguiente: “Intercepción e intersección son dos palabras totalmente distintas y por el gran parecido fónico pueden ser consideradas palabras parónimas”. Y agrega: “El vocablo “intercepción” está relacionado con “interceptar” (‘apoderarse de algo antes de que llegue a su destino’), de allí que se use más la forma “interceptación”: Los servicios de inteligencia interceptaron su correspondencia; La interceptación telefónica es un grave delito”.

Otra página de Internet se ha permitido definir la voz intercepción de este modo: “Del verbo interceptar, que quiere decir detener o frenar algo en su camino, se forma el sustantivo intercepción. El verbo interceptar equivale a otros, como estorbar, obstaculizar, entorpecer, impedir, interferir o interrumpir”.  Le atribuye todo el valor semántico del vocablo interceptación. Usted escoge. Usted sabe diferenciar.

Capa, grosso modo/*a grosso modo, *frizar (*frizó), psiquis/sique/*siquis, enardecer/encarnecer, cenagoso/*cenagozo

Por Roberto E. Guzmán

CAPA

He aquí otra palabra que en el español dominicano posee una acepción documentada que ha pasado inadvertida de los lexicógrafos dominicanos. No hay crítica solapada en la frase anterior.

La capa a que se refiere el dominicanismo se usó y, quizás se usa todavía, en el ámbito rural. Con esa palabra el campesino se refiere al cuero de un animal muerto, sobre todo al del animal sacrificado para consumo humano.

Se ha oído que con la palabra objeto de estudio de esta sección el carnicero de carne de cerdo y, sobre todo el que fríe chicharrones, se refiere a la piel del cerdo con la grasa adherida a esta. Es probable que esa palabra solo circule en ese ámbito.

El cuento en que se halla usada la palabra “capa” fue escrito en o antes del año 1941. El autor de estos comentarios puede dar fe de haberla oído en los años sesenta del siglo XX.

  1. Juan Bosch en su cuento Dos pesos de agua utiliza la palabra del modo siguiente: “. . .ella misma detallaba la carne y de las CAPAS extraía la grasa. . .” Puede colegirse del contexto que no se refiere solo a la parte externa del cuero, sino a este con la grasa adherida.

Es frecuente que muchas palabras del léxico dominicano se encuentren documentadas en las obras de D. Juan, pues él introdujo muchas de estas en sus obras en las que describió y trató el ambiente campesino que correspondía a su época y entorno. Ese es otro mérito añadido a su obra cuentística.

 

GROSSO MODO – *A GROSSO MODO

“A GROSSO MODO, cabe decir, que. . .”

La locución adverbial latina grosso modo debe ser escrita en letras cursivas. Esto así porque es una locución del bajo latín y de esa forma la representa la Real Academia en su diccionario. No ha dejado de ser latina. No se ha integrado totalmente al español.

De acuerdo con lo que escribe la corporación antes indicada significa, “A bulto, aproximadamente, más o menos”. Esto es, “poco más o menos” y, en algunas circunstancias puede entenderse que significa “sin detallar, a grandes rasgos, en conjunto, sin especificar”.

Esta expresión debe escribirse sin preposición alguna. No necesita de preposición ni la admite. Es incorrecto hacerla preceder de una preposición. De paso puede recordarse que no es la única locución latina que no admite preposición delante.

 

*FRIZAR (*FRIZÓ)

“. . .como si la sociedad se FRIZÓ, se paralizó. . .”

En español de buena solera no existe verbo alguno que sea frizar, así con una letra zeta /z/. Sí existe el verbo frisar en español internacional y en español venezolano. El primer frisar es de poco uso, “levantar y rizar los pelillos de algún tejido”. Es, además, refregar. En Venezuela este verbo es de uso en albañilería, dar friso, dar una capa de mezcla con cemento a una pared.

Este frizar con zeta tiene que ver con frízer que es congelador en el habla de Argentina, Bolivia, Chile, Honduras, Puerto Rico y República Dominicana. El frízer que se ha mentado varias veces viene del inglés freezer que es congelador, pero como se mencionó antes, en inglés.

La ventaja de la palabra derivada del inglés es que consta de solo dos sílabas mientras que la equivalente del español es de cuatro sílabas; por tanto, es economía de esfuerzo y tiempo.

 

PSIQUIS – SIQUE – *SIQUIS

“Una idea oscura clavada como daga en su *SIQUIS. . .”

En la frase de la cita se está en presencia de nuevo de una voz que imita a otras que sí existen, pero yerra en su representación gráfica; es decir, su ortografía es equivocada.

Escrita de esta forma *siquis es quizás una forma ultramoderna de escribir psiquis, que es lo mismo que psique que es alma, y en filosofía, principio de la vida.

Psiquismo se escribe también siquismo y se toma por conjunto de los caracteres y funciones de orden psíquico.

No hay que ofenderse si algunas personas incurren en errores con respecto de este tipo de ortografía, pues la realidad de los hechos es que la lengua española ha castellanizado muchas de las palabras que proceden el griego y que conservaron durante largos años la letra pe /p/ al principio de ellas.

En otras lenguas se ha conservado esa letra pe /p/ al principio de esas palabras porque tiene valor fonético, como sucede en francés.

 

ENARDECER – ENCARNECER

“. . .con los discursos ENCARNECIDOS que sacuden los foros públicos. . .”

En casos como este es cuando el lector desearía tener una bola de cristal para que le ayude a adivinar lo que quiso el redactor escribir, que no escribió. Haciendo gala de virtudes adivinatorias se propone colocar el verbo enardecer en lugar de encarnecer. Se repasarán más abajo las acepciones de ambos verbos.

Encarnecer es “Tomar carnes, hacerse más grueso”. Es ponerse gruesa y corpulenta una persona, que es igual que engordar. En el centro de este verbo figura el vocablo carne, que es algo que lo aleja de los discursos y los foros públicos.

El verbo enardecer lleva en sí el verbo arder, pero menos ostensible, porque su mensaje tiene que ver con avivar la llama que arde en una pasión para excitar el ánimo con respecto de una pugna, una disputa.

Esas disputas son las que se debaten en los foros públicos, son las que atizan los discursos, estimulan las discusiones, provocan entusiasmo, exaltan el espíritu. Quizás quiso expresar que hace más grueso los discursos.

 

CENAGOSO – *CENAGOZO

“Terreno *CENAGOZO”

Ese que se reprodujo en el título era lo escrito en el letrero. Este mensaje hubiese sido más apropiado en el frente de un lugar donde se sirve comida. ¿Por qué? Pues descompuesto resulta que es una aseveración de gozar la cena, “cena gozo”.

Luego de esta introducción que se hace en tono humorístico hay que entrar en materia con respecto a este *cenagozo.

Debe pensarse que en español no existe un sufijo -ozo. El sufijo que sí existe es -oso que unido a sustantivos y adjetivos destaca la abundancia de la palabra que le sirve de núcleo. El inconveniente en el caso de cenagoso es que el sustantivo que indica fango aquí es de escaso uso, cieno.

Cenagoso resalta que hay mucho barro, lodo blando, en el terreno al que se aplica la palabra cenagoso. El cieno se acumula en el fondo de lagunas o sitios bajos o húmedos.

Todo este lío se lo habrían evitado los redactores del letrero si en lugar de lo que escribieron hubiesen utilizado una palabra cotidiana, “terreno fangoso”. Quizás el equívoco proviene del hecho que se acostumbra a usar lodazal, con zeta para el sitio lleno o de mucho lodo.

Rolear, babucha, islam/islán, tender a/tender *por

Por Roberto E. Guzmán

ROLEAR

Este verbo del título no figura en ninguno de los diccionarios de español dominicano que se han consultado. Este verbo sirve para describir una acción que pertenece a la industria maderera dominicana. Es probable que en las actividades de desmonte de terrenos también se use.

Rolear consiste en desramar completamente los árboles que se talan, con el objeto de facilitar la tarea de transportarlos. La acción de rolear también permite que luego de llegar al aserradero o sitio donde se aserrará el tronco para su aprovechamiento, este pueda ser aserrado con menos esfuerzo y mejor aprovechamiento de la madera.

De la acción que el verbo indica puede deducirse que en algunas ocasiones a ese trozo de madera se le denomine rolo.

Es probable que esta voz no haya trascendido al uso generalizado por la especificidad de su uso. Además, solo se oyó su uso entre personas de escasa formación académica en la áreas rurales; esto explica también que no haya llegado a la literatura que documente su uso. No es un vocablo de ciudad ni de uso general.

 

BABUCHA

Esta palabra que ahora se considera que pertenece al léxico de la moda, hace más de sesenta años que forma parte del español dominicano. Se escribe “español dominicano” de propósito porque en el habla de los dominicanos esta posee rasgos distintivos que distinguen su uso del internacional.

Se trae a estos comentarios porque a pesar de que consta a justo título en el Diccionario del español dominicano (2013:64) merece que se consignen algunas de las circunstancias del uso que no figuran allí.

La primera babucha de la que se tuvo noticias hace mucho tiempo fue la de los bebés o infantes. Recientemente se halló que fue documentada por D. Pedro Henríquez Ureña según consta en el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-I-444). Esta babucha fue definida como una “blusa de niño”.

Hay que definir desde el principio que hay dos babuchas, Una que es la del calzado. Esa es la más conocida y es la que la Asociación de Academias de la Lengua Española reconoce en su diccionario. Es un calzado ligero y sin talón que se usa sobre todo en países orientales y en el norte de África.

La babucha dominicana parece que ha desaparecido, o por lo menos, ha disminuido su frecuencia de utilización en el habla dominicana. La babucha que conoció el autor de estas reflexiones era la que se usaba para vestir niños de muy corta edad; sobre todo niños que todavía no podían caminar. Por esto se piensa que sería mejor definir ese tipo de babucha como “blusa de bebé”.

Esta babucha de niño no tiene relación alguna con la que se conoce en el español internacional que cuenta con una larga historia y una etimología documentada que lleva hasta el persa y es un tipo de calzado ligero y sin talón.

Hay otras babuchas que podrían llamarse de babuchas americanas. Son muchas y, para los fines de esta exposición se reducirán a dos. La “blusa de niño”, que en República Dominicana podría expresarse con mayor exactitud llamándola “blusa de bebé”, pues solo se aplicaba a las blusas de los niños en temprana edad, la edad en que el bebé todavía no era capaz de caminar.

Esta palabra del título tiene larga historia en la lengua española. Además, en el español dominicano ha evolucionado en cuanto a su significado, algo que sucede con frecuencia con los vocablos que son favorecidos por el habla. Esos caracteres que se han esbozado en las oraciones anteriores se desarrollarán más abajo.

La babucha dominicana asentada en el Diccionario del español dominicano es una “camisa ancha generalmente usada por encima del pantalón”, que corresponde con la conocida en Cuba.  Eso es todo exacto, pero lo que no se consignó allí es que en el uso lleva una connotación de admiración o un tono festivo.

Se recuerda de modo vívido que en los años de juventud de quien esto escribe, hace sesenta años o más, se llamaba babucha a una camisa vistosa, atractiva. Se usaba exclusivamente para ponderar la belleza de la camisa, llamándola babucha.

La admiración mencionada es la que resulta de la sorpresa agradable que ocasiona la belleza o elegancia de una prenda de ese estilo. El tono divertido era de uso, y quizás lo es todavía, entre los jóvenes para ponderar los colores llamativos de una camisa como la descrita antes.

Algo que llama la atención es que se buscó en los primeros diccionarios de voces cubanas, así como en los más recientes y no se ha encontrado rastro de la voz babucha en el español de esa isla.

Lo más prudente es dejar ese asunto ahí y conformarse con señalar lo concerniente a las babuchas dominicanas.

 

ISLAM – ISLÁN

“Ese mismo patrón de subordinación de las mujeres se encuentra en el ISLÁN. . .”

Hay errores y errores. En los [últimos tiempos las ¿autoridades? de la lengua española han tomado la iniciativa de españolizar los nombres de ciudades, países y grupos étnicos.

Esta castellanización implica independizarse de los criterios de copiar las grafías de la lengua inglesa. Esa es una iniciativa y resolución que hay que aplaudir; ahora bien, el problema que se presenta es que los periodistas, columnistas y articulistas tienen que mantenerse al tanto de estos cambios.

En el epígrafe figuran dos palabras que tienen carta de naturaleza en la lengua española. Las significaciones son muy diferentes en estos casos.

Por el estilo y sentido de la redacción de la frase que ejemplifica el uso de esta sección no cabe duda de que se trata de la palabra islam la que debió de aparecer en la frase.

Más que un error es un descuido. Para evitar este tipo de deslices los escritos se revisan antes de enviarlos para su publicación. Muchas veces ayuda si un tercero (o segundo) lee el escrito porque no tiene preconceptos acerca de la redacción. No hay que extrañarse si algunos correctores automáticos de algunas computadoras se han quedao rezagados con respecto a las ortografías de los grupos de humanos que se mencionaron más arriba.

 

TENDER A – TENDER *POR

“. . . la idea de elitismo que tiende POR excluir a los que . . .”

El verbo tender en funciones de verbo intransitivo con el sentido de “propender”, muestra preferencia por dos preposiciones y ninguna de ellas es “por”.

Con el significado antes señalado la acepción que acepta es A, sobre todo si el complemento es una oración. Si el complemento es un sustantivo se hace seguir de A o de HACIA.

El verbo tender puede indicar acciones que varían en su intención. Cuando es prestar atención (atendar) o, tener tendencia, la preposición conveniente es A. En algunos casos puede aceptar la preposición HACIA para el último caso mencionado.

Cuando el complemento que se escribe después del verbo en cuestión es indirecto, entonces no necesita de preposición alguna.

 

Guantazo, masacote, tasar/tazar, personalidad, bancabilidad

Por Roberto E. Guzmán

GUANTAZO

Varios de los diccionarios dedicados a enumerar las voces usadas en el español dominicano recogen esta voz con una o varias de sus significaciones. Aquí se expondrán todas las acepciones que esa voz posee en el español dominicano para que los lexicógrafos puedan consultarla en el futuro. De ese modo ninguna de sus acepciones quedará sin ser documentada.

El Diccionario del español dominicano (2013:349) asienta la voz guantazo como un “trago de licor”. Eso es cierto, de ello no hay duda alguna. No hay que olvidar que en el origen el guantazo fue un golpe propinado con un guante, o mejor, con el puño envuelto en un guante.

De ese golpe enguantado el guantazo pasó a ser un golpe cualquiera, de cualquier tipo que este fuese. Tanto es así, que no es raro oír en el habla de los dominicanos decir que un auto le dio un guantazo a otro. Hay más, se ha oído que algunos hablantes para dar a entender que el choque fue leve se expresan diciendo que fue un “guantacito”, que es un equivalente en dominicano a un “cantacito”.

En el título se escribió guantazo, con la letra zeta en la voz del español dominicano, a pesar de que en realidad esa letra en el habla dominicana no tiene el sonido distintivo que la diferencia de la letra ese /s/. De modo que sería más auténtico si se escribiese “guantaso, cantaso, petacaso”. En muchas ocasiones este tipo de ligereza ocurre al escribir por ser más fino que el azúcar refino.

 

MASACOTE

Con respecto de esta palabra se desea destacar una acepción relativa a las personas. Una que se usa en República Dominicana que según parece no se conoce en la actualidad en ninguna habla de español. Más específicamente se refiere a una acepción que no se ha inventariado en los lexicones de español dominicano.

Las acepciones de masacote relacionadas con las cosas han encontrado la forma de que las integren en los diccionarios de español dominicano, como “sustancia espesa y pegajosa”.

La acepción que se ha pasado por alto es la de la persona de torpeza física, de gran volumen, pasada de peso, que llama la atención porque se mueve con dificultad. Puede llamarse de masacote a la persona que reúna todas las condiciones expuestas, así como a aquella que solamente es muy gorda y de andar lento.

En estos comentarios a veces se hace labor de descripción con respecto de las voces del español dominicano. Sobre todo, se documentan las voces que no se han encontrado en los lexicones diferenciales del habla de los dominicanos.

 

TASAR – TAZAR

“. . .vender a precios TAZADOS en dólares. . .”

Los dos verbos que constan en el título de esta sección tienen vigencia en español. El primero de los dos es de mayor uso que el segundo, sobre todo en el español dominicano.

Como se hace de costumbre en estos comentarios se le concede al escribiente el favor de la duda; es decir, es posible que el error sea el resultado de un mal tecleo como resultado de la proximidad en el teclado de las dos teclas, la zeta /z/ y la ese /s/.

Ahora bien, en la frase el sentido de esta hace pensar con toda certeza que el verbo que debió aparecer es el verbo tasar, con ese /s/, porque este es el que significa “fijar precio, valorar el precio de algo, poner límites”.

El verbo tazar es, “estropear la ropa con el uso, principalmente a causa del roce, por los dobleces y bajos”.  Diccionario de la lengua española, (2014-II-2089).

En un caso como el de la frase, en que se considera tratado un asunto comercial, el redactor pudo utilizar otros verbos, como “ajustar, reajustar, acoplar”.

 

PERSONALIDAD

“. . .hoteles con PERSONALIDAD propia . . .”

Desde hace un tiempo los hablantes de español se han dado a la tarea de emplear el término personalidad para aplicarlo a cosas. En esta sección se examinarán las acepciones que existen para el término personalidad; además, se verán los significados que tiene el término correspondiente en inglés.

Para que no quepa duda alguna con relación a las limitaciones del alcance del término personalidad se recordará que en cinco de las acepciones que asienta la Real Academia para el término aquí estudiado figura la palabra persona. Aparte de eso, en las otras tres acepciones, estas pertenecen a campos bien deslindados del Derecho y la Filosofía y en esta última también se usa la palabra persona para la definición del concepto.

En inglés el concepto personalidad se ha extendido para cubrir el conjunto de rasgos y características distintivas en sentido general, de manera que puede aplicarse a cosas. En el apartado dedicado a ese término el Merriam-Webster Dictionary utiliza un ejemplo en que se emplea la voz personality para una ciudad.

Hay que abandonar esta mala costumbre en español de atribuir personalidad a hoteles, tiendas, restaurantes, ciudades y negocios o actividades. Para destacar en español los rasgos caracterizadores de las cosas materiales e inmateriales existen en castellano las palabras, “caracteres, rasgos, características, peculiaridades, notas distintivas, atributos, cualidades”.

 

BANCABILIDAD

“. . .así como las facilidades de BANCABILIDAD que puedan surgir. . .”

En el ámbito de la economía y el comercio en los últimos tiempos han incorporado varias voces nuevas que responden a la necesidad de nombrar conceptos que se han hecho más comunes.

La voz que se examina en esta sección pertenece a las actividades financieras y pertenece al mismo género de otras que se han incorporado al habla, como por ejemplo “bancarización, bancarizar, bancarizado”.

Se constata en el habla un fenómeno, es que el hablante ya está en conocimiento de que existe tolerada la palabra bancarización; por lo tanto, este no encuentra raro que pueda introducirse otra voz de la misma familia, tal la del título, bancabilidad.

El verbo bancarizar consta en el diccionario oficial de la lengua común, “Hacer que alguien o algo, como un grupo social o un país, desarrolle o resuelva las actividades económicas a través de la banca”. Este verbo se incorporó al léxico oficial reconocido en la edición del diccionario de la Real Academia en el año 2001. Hay que hacer notar que la acepción de bancarizar varió entre ese año y el año 2014.

No hay lugar a sorpresa si se afirma que el vocablo bancarización no fue modificado, “acción y efecto de bancarizar”.

El adjetivo bancarizado, a no ha alcanzado un reconocimiento aparte de las academias, pues se supone que a partir del infinitivo del verbo puede deducirse el sentido del adjetivo. El Nuevo diccionario de voces de uso actual (2003:154), reconoció el adjetivo así, “Que está provisto de bancos y regido por métodos y principios bancarios”. Salta a la vista que el concepto expresado mediante el adjetivo se ha modificado.

De acuerdo con lo que escribe Fundéu, puede aceptarse bancarizar también “con el significado de ‘convertir en banco’”. También entiende esa institución que el verbo bancarizar ha dado origen a la expresión grado de bancarización.

Es posible que si uno se aventura a ofrecer una acepción para bancabilidad esta tendría que retener algunos rasgos tales como, la posibilidad de que una persona pueda resolver sus actividades financieras por medio de una institución bancaria porque esta posibilidad existe.

Fundirse, pedorreo/*pedorroteo, financierización/financiarización, mixología

Por Roberto E. Guzmán

FUNDIRSE

“. . . ambulancias. . . que se FUNDEN en la primera cuesta. . .

Este verbo es otro que no ha sido incorporado a los repertorios de dominicanismos como corresponde hacerlo. Más abajo se verá en cuáles países se ha oficializado el verbo con el mismo significado que se conoce en República Dominicana. Se vaciará aquí la acepción que le es atribuida en esos países porque en gran medida coincide con la que deberá consignarse para el habla dominicana.

En Cuba utilizan el adjetivo fundido y el verbo transitivo fundir. Para el primero la acepción es, “Ref. a un motor: que no funciona por haberse roto uno de sus componentes mecánicos esenciales”. Para el segundo es, “Dejar inservible un vehículo o un motor debido al mal uso o a la falta de mantenimiento”.  Diccionario del español de Cuba (2000:268). Con idénticas acepciones figuran esas palabras en el Diccionario ejemplificado del español de Cuba (2016-I-543).

Tanto el adjetivo como el verbo son conocidos y usados en el español dominicano con esas acepciones u otras muy parecidas a las trascritas. Cuando el motor de un vehículo de combustión interna se funde lo que procede hacerse es reconstruirlo; generalmente lo anillan, trabajan sobre los pistones y las válvulas y, se ha oído que hasta trabajan sobre el bloque del motor.

En Cuba posee este verbo y el adjetivo mencionados otras acepciones que no se recuerda haberlas oído en el español dominicano. Por tanto, se prefiere no mencionarlas.

Este olvido confirma que no hay diccionario perfecto y, por esto hay que mantenerse alerta para continuar incorporando los términos que aún no están recogidos en los lexicones de español dominicano.

 

PEDORREO – *PEDORROTEO

“. . . la presencia perpetua del PEDORROTEO de las motocicletas. . .”

Estos vocablos son muy refinados. Es posible que muchos de los lectores no sepan a qué se refiere esta acción. Identificar la palabra que se encuentra en el origen de los vocablos en cuestión se hace difícil porque en el habla de todos los días no se enuncia pedo, sino peo.

Una vez que se escribieron las dos últimas palabras, el camino hacia el significado del pedorroteo queda despejado. No puede negarse que no se ha encontrado rastro de la palabra misma.

En lugar de la segunda voz del título la que sí se encuentra registrada en algunos diccionarios es pedorreo que es el sustantivo masculino que corresponde a la acción de pedorrearse. Este pedorrearse del español delicado es lo que los dominicanos llaman de “tirarse peos”, que como muchas de las palabras vulgares se encubren con otras expresiones y en dominicano dicen también “soltar una pluma”.

Este pedorrear es “echar pedos repetidos”, soltarlos en serie. El pedorrero es quien “frecuentemente o sin reparo expele ventosidades del vientre”, que es como haciendo galas de refinamiento lo define la Real Academia.

Aquí se recordará que ha habido quien abogue porque pueda decirse “peo”. Esto así porque el verbo es peer y, si para el verbo creer se permite que se diga creo, ¿por qué no es posible decir peo? No ha de tomarse en serio la última frase inmediatamente anterior a esta. Se trae a estos comentarios para introducir una nota jocosa.

 

FINANCIERIZACIÓN – FINANCIARIZACIÓN

“. . .que entró en forma de más deuda y FINANCIARIZACIÓN. . .”

En el epígrafe pueden leerse dos palabras largas, quizás demasiado largas. La longitud de ambas palabras lleva a pensar que son creación de personas eruditas, versadas en ciencias financieras que han descubierto algún fenómeno nuevo, alguna modalidad novedosa de actuar en el mundo financiero. Estas conjeturas expuestas antes se verán confirmadas en el desarrollo del tema.

Con la información acerca de la base sobre las que están formadas, financiero, financiar, existe suficiente indicio para comenzar por estas a indagar con respecto a su oportunidad.

En su acepción amplia financiero es lo concerniente a las cuestiones bancarias y bursátiles. Financiar, a su vez, es aportar el dinero necesario para el funcionamiento de una empresa, así como sufragar los gastos de una actividad, de una obra.

La Fundación Fundéu hace derivar el sustantivo financierización del verbo financierizar que no aparecen en el Diccionario de la lengua española y que esa institución -Fundéu- llama “neologismos válidos”, pues son palabras bien formadas “que se refieren al creciente peso del sector financiero en la economía”.

“El verbo financierizar está bien formado a partir del adjetivo financiero, con el sufijo -izar”, que expresa, “una acción cuyo resultado implica el significado del adjetivo”. A partir del verbo financierizar puede crearse el sustantivo financierización, al añadírsele el sufijo -ción.

La organización de actualización constante de la lengua española agrega que con las dos voces detalladas por su formación más arriba “puede hacerse referencia a la tendencia actual de que los mercados financieros dominen la economía”.

Con respecto a financiarización y el verbo financiarizar, la institución mencionada en el párrafo inmediatamente anterior a este escribe que “son menos aconsejables”. Inmediatamente después de ese juicio valorativo recuerda lo que la Gramática de la lengua española explica para casos como el que desaconseja.

Hay que felicitarse de que exista una organización pendiente de lo que sucede en la actualidad en la lengua española para puntualizar sobre asuntos de esta índole.

 

MIXOLOGÍA

“. . .en la que se puede disfrutar de una MIXOLOGÍA moderna. . .”

El embellecimiento del habla, sobre todo mediante las publicaciones de promociones comerciales, es un hecho fácilmente comprobable por medio de la lectura de material publicitario en las ediciones de difusión periódica.

Esta mixología llega al español desde las orillas del inglés. La publicación periódica del Instituto Cervantes que lleva el nombre Martes Neológico se ocupó en junio de 2016 de este neologismo -mixología- y lo considera una disciplina; de ahí que deba entenderse que es un arte, facultad o ciencia.

Esa publicación considera específicamente la mixología como el “arte de mezclar”, que se refiere a la preparación de cócteles mediante la mezcla de bebidas. Ha transcurrido largo tiempo entre la aparición de mixology en inglés en el siglo XX y la adopción de mixología relativamente reciente en español que data de principios del siglo XXI. El arte de preparar cócteles data del siglo XIX.

Hay que convenir en que en español hace tiempo que se cuenta con una palabra que sirve para mencionar el “arte de preparar cócteles”, que es coctelería, palabra esta que consta en los diccionarios más prestigiosos de la lengua española. Se piensa que la adopción de  mixología se produce para darle mayor prestigio a la actividad de preparar cocteles.

Los especialistas en esta actividad y las personas que disfrutan de este tipo de bebidas encuentran diferencias entre la coctelería y la mixología. La primera se conformaba con mezclar bebidas, al tiempo que la segunda introduce análisis de sabores, gradaciones alcohólicas, aromas, frutas y flores en las mezclas que realiza.

En última instancia puede considerarse la mixología como un grado más elevado de la coctelería que responde al gusto más exigente de los sibaritas del siglo XXI. No hay que ofender al mixólogo llamándole barman, pues el último solo se ocupa de servir o preparar bebidas en la barra de un bar, aunque el Diccionario de la lengua española entienda que es una persona “experta en cócteles y otras combinaciones alcohólicas”.

Antes de terminar esta sección es bueno recordar que en muchos países hispanoparlantes prefieren decir y escribir coctel y cocteles; es decir, con el acento invisible colocado en una sílaba diferente al uso peninsular. El hablante de español puede elegir la forma que mejor le parezca, cóctel, coctel, pues las dos son aceptadas.

© 2019, Roberto E. Guzmán

Temas idiomáticos

Por María José Rincón

 

EFECTOS SECUNDARIOS

02 / 07 / 2019

La visita a la Feria del libro de Madrid para hablar sobre el Diccionario del español dominicano y sobre el léxico que los dominicanos aportan al caudaloso vocabulario de nuestra lengua común me deparaba una feliz y azarosa coincidencia. Durante unos diez días la Biblioteca Nacional exponía en la antesala del salón general de lectura el Códice de Vivar, único testimonio conservado del Cantar de mío Cid. Es un manuscrito humilde, de «factura modesta», como lo describe el folleto introductorio; un códice único que nos ha permitido leer una obra literaria única: el primer poema épico castellano conservado.

Lo extraordinario es que este códice único no se exhibe al público por razones de conservación. Después de estos diez días, volverá al silencio de su cámara acorazada en la Biblioteca Nacional, que permitirá que, aun sin verlo, se conserve esta joya literaria patrimonio de todos los que hablamos español.

Solo se permite el acceso a la sala a grupos limitados de veinte personas cada quince minutos. Impacienta la espera en la antesala, sabiendo que el Códice de Vivar está ahí mismo, a un paso. Franqueada la puerta, sorprenden sus modestas dimensiones, un pequeño ejemplar, en un pergamino ennegrecido y rugoso; setenta y cuatro hojas cubiertas por una letra maravillosamente legible abiertas por el episodio de la afrenta de Corpes. Y gracias al poder de la poesía, la buena poesía, incluso la escrita por allá por los siglos XII o XIII, la ternura y la humanidad de esas estrofas siguen brotando intensas y emocionantes.

En la escalinata de la Biblioteca Nacional mi hija y yo nos hicimos una foto para inmortalizar el momento. Mi cara, entre las lágrimas y la sonrisa exultante, muestra los efectos secundarios que produce el contacto con la magia de los libros.

TOPÓNIMOS Y ARTÍCULOS

16 / 07 / 2019

La Ortografía de la lengua española recuerda que los nombres propios que designan lugares (topónimos) «se caracterizan por no necesitar artículo para integrarse en un enunciado»: Soy natural de Santo Domingo de Guzmán. Sin embargo, no debemos olvidar que algunos topónimos incluyen el artículo como parte propia: La Vega, La Descubierta, Las Matas de Farfán, El Seibo, Las Terrenas, La Romana, y tantos otros grandes y pequeños. Aunque para algunos se haya puesto de moda la parejería de ir a *Terrenas o a *Romana, como si se ganara en distinción por el mero hecho de comerse el artículo sin piedad, el artículo no debe omitirse puesto que forma parte integrante del topónimo correcto. Si queremos respetar la ortografía recordemos mantener la mayúscula inicial de estos artículos propios del antropónimo, incluso cuando hay una contracción con las preposiciones a o deVoy a El Seibo el próximo fin de semana.

Los nombres propios de lugar se caracterizan porque exigen el uso de un determinante cuando van acompañados de un calificativo o de un especificador: El Santo Domingo de su juventud no se parecía a la capital que encontró a su regreso. Todos deseamos un Santiago más seguro. Los nombres de accidentes geográficos (ríos, mares, montañas, lagos, etc.) siempre requieren un artículo para su integración en un enunciado, aunque este artículo no forme parte integrante del nombre propio. En estos casos el artículo se escribe con minúscula inicial: Desde la muralla colonial vemos la desembocadura del Ozama en el Caribe. Si analizamos estos ejemplos nos daremos cuenta de que la estructura a la responden es siempre la misma: La desembocadura del (río) Ozama en el (mar) Caribe.

Los nombres propios de lugar y los artículos tienen una relación peculiar que conviene dominar. Lucirán mejor en nuestros escritos y demostrarán que conocemos su historia y que la respetamos.

ENFERMOS DE ANGLIPARLA

23 / 07 / 2019

A veces la línea entre la corrección o la incorrección en el uso de la lengua es muy sutil; tan sutil que podemos llegar a creer que estamos hablando o escribiendo correctamente en español cuando, en realidad, no es así. Es notoria nuestra pobreza léxica cuando embutimos anglicismos injustificadamente. Sin embargo, otros usos que no llaman tanto la atención denotan también poco conocimiento de la lengua española. La Fundéu BBVA lo ha diagnosticado en estos días: sufrimos de angliparla. Esta palabra procede la composición formada por el elemento compositivo anglo-, ‘inglés’, y del verbo parlar, que curiosamente suma a la acepción de ‘hablar’ el hecho de que sea mucho y sin sustancia. Y no, la Fundéu no se ha inventado la palabreja. Está incluida en el Diccionario de la lengua española desde 1983 con la acepción ‘lenguaje de quienes emplean voces y giros anglicados, hablando o escribiendo en castellano’.

Los préstamos crudos son más llamativos; los giros pasan más desapercibidos, pero basta que prestemos atención para descubrir que los hay «por pipá». Cuando decimos *Déjame saber si nos reunimos mañana podemos creer que estamos hablando en español, pero, en realidad, estamos usando una estructura del inglés maquillada de español. En español podemos decir Avísame si nos reunimos mañana. Algo similar ocurre con contorsionismo de *Llámame para atrás frente a la naturalidad de Devuélveme la llamada.

La abundancia de este inglés maquillado dice mucho, y no bueno, de nuestras carencias de lectura, del nivel de nuestra formación en lengua española y de la consideración en la que tenemos a nuestra lengua materna. Cada día tiene más sentido que enseñemos a valorarla como se merece. Y recuerden, en español las cosas *tienen sentido, no *hacen sentido.

 

Cacho, ringside/ring-side, marchante/a, influyentismo

Por Roberto E. Guzmán

CACHO

Se piensa que esta palabra por sí sola merece un espacio en los diccionarios de español dominicano. En el desarrollo de esta sección se revisarán las razones que mueven a pensar del modo expresado. Se expondrán aquí los usos que se encuentran en el habla para fortalecer la opinión expresada.

Cacho posee en el español dominicano todos los significados que se conocen en el español internacional, pero además de ellos tiene otro que es innegable y distingue este “cacho” del resto de lo usual.

Cacho se usa en el habla dominicana para ponderar algunas cualidades sobresalientes, sobre todo las que reconocen los atributos de una mujer. Ejemplo del uso que ilustra es este, “¡Qué cacho de hembra es esa mujer!”. En el ejemplo presentado no se trata de un pedazo o parte de la mujer, sino de la mujer entera.

Podría este cacho asemejarse a tremenda/o, formidable, estupenda/o, magnífica/o, increíble. Así se expresa el deleite de la observación de la mujer. De algún modo hay algo de asombro, a veces, en el uso de este “cacho”.

Para no pecar de sexista, es posible que una mujer pueda expresarse de modo semejante con respecto a un hombre que despierta admiración por su porte, presencia o personalidad; y, ¿por qué no?, hasta por su belleza.

Hay que rescatar este cacho y reconocerle su valor. Merece un sitio en los repertorios de voces dominicanas por esa acepción que se explicó más arriba.

 

RINGSIDERING-SIDE

“…quienes habían adquirido sillas de RING-SIDE…”

Hay varios reparos que pueden hacerse a la extraña voz que aparece en la cita y que consta en el título de esta sección.

Para comenzar puede recordarse que es una voz extranjera al español, proviene del inglés y, como no se ha asociado lo suficiente con la lengua española hay que escribirla con algún resalte, ya sea entre comillas, o mejor, en letras cursivas.

Otro asunto con respecto a la voz en cuestión es que la escribieron en dos partes con un guion en medio. En inglés se escribe en una sola palabra, por lo tanto, hay que respetar esa escritura porque pasa al español tal cual es en la lengua extranjera.

La voz del inglés tiene buena traducción al español de modo que los lectores nativos de español y, aún los extranjeros, pueden reconocer a qué se refiere es, “junto al cuadrilátero” o “junto al ring” si se desea permanecer más cerca del inglés.

No puede despedirse esta voz inglesa sin que se recuerde que esta posee muchas otras significaciones en inglés que no se usan en español. Es posible que el uso de la voz inglesa se deba a que el vocablo cuadrilátero del español es muy largo y el ring muy corto, de modo que resulta más económico en energía el vocablo inglés.

 

MARCHANTE /A

“…y las riñas feroces entre MARCHANTAS…”

Se atesoran los recuerdos de la niñez cuando se comenzó a oír por primera vez la voz marchante y marchanta que era la forma de llamarse entre sí el vendedor y el comprador; no se entendía a esa edad cómo ambas personas que desempeñaban diferentes papeles en la operación de compra y venta podían asignarse recíprocamente ese nombre.

Básicamente hay dos marchantes. Uno que es el elevado, el de obras de arte. Y el otro que es el de artículos más pedestres, que puede traficar en frutos menores. La palabra tiene su origen en la palabra francesa marchand y es muy probable que haya entrado al español dominicano durante la ocupación del territorio dominicano por los haitianos. O quizás, mediante las lecturas de los letrados de obras en francés.

Al habla debe de haberse incorporado primero, pues en esa época -durante la ocupación haitiana- es muy probable que se haya integrado con el sentido pedestre de mercader, en tanto persona que comercia con géneros vendibles, esto es, de artículos de consumo corriente.

La explicación para que los dos actores, el que vende y el que compra, reciban el mismo nombre, marchante, viene del sentido originario del francés, “persona que participa en un intercambio comercial”, que aparece en esa lengua desde el año 1200. Dictionnaire historique de la langue française (2012-II-2010).

Basta con que se piense en cuántas galerías de arte podían existir en la parte este de la isla La Española en ese tiempo, 1822-1844, de modo tal que pudiera emplearse la palabra marchante para el vendedor de obras de arte. De esta familia de palabras es de donde sale que exista en español la “marina mercante”.

La palabra no pertenece solamente a los dominicanos. En siete países hispanoamericanos es sinónimo de vendedor. En otros once países de América es el cliente habitual de una tienda o negocio.

La palabra estudiada aquí en el español dominicano tiene un uso particular que no se conoce en otro país, es cuando se usa para referirse a un individuo cuyo nombre no desea mencionarse y de esa manera se muestra disgusto o poco aprecio por esa persona. Casi siempre se usa como sujeto de una acción reprobable. Los elementos subrayados en este párrafo han de considerarse para introducirlos en una futura acepción de este/a marchante aquí analizada. La palabra no varía; se usa para el masculino y el femenino.

 

INFLUYENTISMO

“…es corrupción en su modalidad de INFLUYENTISMO”.

En más ocasiones que las toleradas el lector se ve en la obligación de adivinar lo que el redactor escribe. Este tipo de desciframiento del mensaje ajeno es el resultado de la inclusión de voces que no tienen arraigo en el español general.

Encontrar el significado del enigma que plantea la voz desconocida es un reto que a veces termina en gestión infructuosa. En otras ocasiones las dotes adivinatorias se ven amparadas por la sagacidad del lector que logra por analogía extraer el sentido oscurecido por voces inventadas o muy poco conocidas.

Lo que se ha descrito en los párrafos anteriores es lo que se presenta en la frase copiada a guisa de ejemplo de la opacidad introducida por una voz prácticamente desconocida.

Este influyentismo parece que tiene relación con los influencers que son personas consideradas importantes en el seno de la sociedad que ejercen un ascendiente en esta y, por tanto, sus opiniones son tomadas en cuenta, son personas influyentes.

Este influencer es un personaje moderno según lo consigna el Gran diccionario de anglicismos (2017:535) que lo cataloga en el área de la economía en tanto “persona conocida o famosa que cuenta con muchos seguidores en las redes sociales y ejerce influencia sobre los consumidores…”

Ese diccionario propone la traducción al español con la palabra referente.

Algunos escribientes no se conforman con la voz del inglés, ni toman en cuenta la traducción al español, sino que para “enredar más la cabuya”, sobre la base del concepto del inglés incluyen un sustantivo en español añadiéndole la terminación -ismo e inventan una nueva tendencia, doctrina, sistema.

Durante toda la historia de la lengua ha habido personas más osadas que otras que se permiten la libertad de crear nuevas voces que a veces con fortuna calan en el habla y pasan al dominio general. Si no fuera por personas como las señaladas, la lengua sería monótona y repetitiva. El tiempo es la sanción definitiva en casos como este. Unas van de cal, otras van de arena.

© 2019, Roberto E. Guzmán

Enllavadura, *emprendedurismo, inusitado/*inucitado, desgranar

Por Roberto E. Guzmán

ENLLAVADURA

“…prevaleciendo sólo las prácticas corruptas, la ENLLAVADURA y el cabildeo…”

El vocablo del título es dominicano por sus significados distintivos. No solo este vocablo es dominicano, toda la familia de vocablos de esta estirpe lleva el sello dominicano.

El Diccionario del español dominicano (2013:288) recoge tres vocablos de esta familia, “enllavado, da, enllavar(se), enllave”. Lo inexplicable del caso es que “mancó” el nombre “enllavadura”, que es la relación que caracteriza o se establece entre los enllaves.

El enllave es la “persona de confianza que presta su ayuda para algún fin gracias a sus influencias”. Además, se define como el amigo, compañero inseparable”. Enllavado, da es “Referido a persona, que está unida a otra por amistad o por influencias”.

Enllavar(se) es un verbo transitivo, “Apadrinar a alguien por amistad o influencia política para conseguirle un cargo o empleo”. En tanto verbo intransitivo es “Establecer una relación con alguien que puede proporcionar beneficios”. Este verbo puede también ser intransitivo pronominal.

En otros países hispanohablantes existen algunas de las palabras de esta familia, pero solo para lo que tiene relación con la llaves y cerrar con llave.

Las palabras de esta familia de voces dominicanas no están tan lejos de la palabra llave. El autor de esta notas acerca del idioma español dominicano piensa que todas las ya mencionadas tienen relación con llave, pues la palabra llave sirve para denominar el instrumento que cierra las cerraduras, del modo en que son cerradas (estrechas) las relaciones que se denominan con esta familia de voces.

La enllavadura viene a ser el instrumento que activa el mecanismo que permite proporcionar beneficios. El enllave sería aquí la cuña que asegura el empleo. La enllavadura puede considerarse como el medio que facilita la consecución de un fin. Todas las definiciones de las voces dominicanas en este párrafo se han redactado de modo similar a las de la palabra “llave” en el español general.

 

*EMPRENDEDURISMO

“. . .estar al día con las innovaciones y los EMPRENDEDURISMOS viables”.

Luego de decir esta palabra tan larga el hablante queda exhausto o por lo menos cansado. Esta extensa voz es de reciente aparición en el español y anda tras un sitial de preferencia en algunos ámbitos de negocios en los que se la propuesto y se ha logrado que se la acepte.

Esta palabra puede catalogarse entre las que se conocen con el nombre de “archisilabismos”, que como se escribió antes, son largas en demasía. A veces como en este caso, son estiramientos. Aquí vale que se recuerde la frase de Cervantes en el Quijote: “Llaneza, muchacho, no te encumbres, que toda afectación es mala” (II, cap. XXVI).

No figura todavía en el diccionario oficial de la lengua, pero otras voces de esta familia tienen un bien ganado puesto. Se conjetura si algún día esta palabra será incorporada en la nómina oficial de la lengua común, pues va en contra de la economía de la lengua. Se examinarán aquí las voces de la misma familia de la del título y lo que se prevé como acepción para la palabra del título.

Fundéu aconseja que se utilice emprendimiento en lugar de emprendurismo, emprendedurismo o emprendeduría. La palabra sugerida “es la apropiada para aludir al espíritu emprendedor, o el ímpetu por iniciar algo, en sentido empresarial”.

En el Diccionario de la lengua española aparece la palabra emprendimiento con dos acepciones. “acción y efecto de emprender (//acometer una obra)”. Y “cualidad de emprendedor”.

Una persona emprendedora es aquella que “tiene iniciativas y decisión para emprender negocios o acometer empresas”, Diccionario de uso del español (2007-I-1135).

No hace falta otra palabra más para añadir a las que existen ya en el español internacional. Sin embargo, no puede olvidarse que las lenguas no se arredran ante la existencia de las palabras ya existentes para crear otras, aunque estas aparenten que son superfluas.

 

INUSITADO – *INUCITADO

“…que asume un *INUCITADO uso o auge. . .”

Este inusitado del título es lo que se conoce en el habla popular como una “palabra dominguera”. En el habla moderna dirían que es un vocablo “de lujo”.

En la cita la palabra dominguera quedó “mal retratada”, pues salió con un error de ortografía. Este tipo de error sucede de manera usitada con las palabras domingueras. Con mayor notoriedad en este caso, pues se trata de una voz que el mismo Diccionario de la lengua española cataloga en desuso. De la forma en que se ha empleado en esta sección funciona en calidad de adjetivo.

Como es una palabra en desuso algunos diccionarios ya no se ocupan de recogerla en sus páginas. Con la característica mencionada usitado aparece en el Diccionario de términos anticuados y en desuso (1973:297), donde se la define, “Que se usa muy frecuentemente”. Esa es la acepción que puede leerse en el diccionario de la Real Academia.

El adjetivo inusitado pertenece al castellano desde el año 1499. Consta ya en el Diccionario de autoridades de 1732 (1963-II-300) “Lo que no está en uso, o está fuera de este”. (adaptación al español moderno, RG). Allí aparece también el adverbio inusitadamente.

A esta familia de palabras pertenecen otros vocablos menos conocidos como usucapión, usucapir y, otros poco usados como usufructo, usufructuar y la larga lista de palabras que llevan el uso (usu) delante. Hay algunos vocablos en uso que son de la familia de usu-, tal usuario, usual, inusual, usura, usurero, usurpador.

En portugués brasileño han conservado el verbo usitar y por tanto conocen el inusitado que aparece con igual definición que en español, completada por “no usual, poco común, extraño”. En francés cuentan con inusité(e), usité(e), con acepciones semejantes a las de las otras lenguas romances.

En otras ocasiones se ha escrito, y se repite de nuevo, las palabras poco usuales es mejor dejarlas tranquilas para que no hagan pasar vergüenza al usuario. Si se insiste en usarlas, debe verificarse el significado y la ortografía.

 

DESGRANAR

“…una infraestructura… que se DESGRANA de mirarla”.

Se examinarán los significados del verbo desgranar en el español internacional para dilucidar si el empleo que se hace de ese verbo en la cita puede asociarse con uno de esos significados. Se aventurará una explicación sobre el abuso que se hace aquí del verbo en cuestión.

Desgranar es “sacar el grano de algo”. Desgranarse es soltarse las piezas ensartadas de un collar, un rosario, etc. Las otras dos acepciones pertenecen al ámbito militar.

En República Dominicana ese verbo se usa en los campos para referirse a los granos, especialmente a los del maíz. Se ha oído también usado para algunas semillas o leguminosas que se sacan a mano de sus vainas.

En la segunda acepción en el español internacional que se escribió más arriba, el verbo es muy específico en cuanto al efecto que se deriva de este; hay que destacar el verbo soltarse que se refiere a piezas ensartadas en la definición.

.

Como muchos otros verbos en la lengua común, este no permaneció sin dar lugar a acciones parecidas o asociadas al propósito principal para el que se usa en general. En el rezo del rosario se dice que se desgrana cuando se pasan las cuentas del rosario entre los dedos o las manos de quienes oran. En sentido figurado el reloj puede desgranar las horas cuando se resalta que estas pasan lentamente.

En República Dominicana, Cuba, Ecuador y Puerto Rico el arroz que queda suelto después de cocido, se dice que se desgrana. En el español dominicano un objeto que al romperse se hace pedazos, se dice que se desgrana. Entre dominicanos, al hablar, desgranarse se usa de modo metafórico para “debilitarse con la edad las facultades físicas de alguien”. Diccionario del español dominicano (2013:254).

Luego de repasar los significados enumerados puede ofrecerse como explicación que el verbo desgranarse en la cita se usa en una hipérbole encaminada a exagerar la debilidad de la infraestructura a que se contrae la cita. Algo que se deshace con solo mirarla, que se derrumba con la mirada, es algo que si es una construcción es de pésima calidad.

En un registro más avanzado del habla el verbo se usa de modo metafórico para “detallar, pormenorizar, explicar uno por uno” los elementos que componen una exposición. Fundéu desaconseja ese uso y alienta a los hablantes y escribientes a que utilicen algunos de los verbos que aparecen entre comillas en este párrafo.

Las metáforas no pueden llevarse demasiado lejos porque pierden fuerza evocadora y pueden exigir mucho esfuerzo de parte del lector.

© 2019, Roberto E. Guzmán