Las muletillas en la comunicación
Por Rafael Tobías Rodríguez Molina
La lengua española nos ofrece una gran variedad de términos o recursos que útiles para aclarar, precisar o relacionar ideas contenidas en las oraciones con las que enviamos informaciones a los demás. Entre esos términos o expresiones tenemos a “es decir”, “pues”, “entonces”, “por eso”, “por consiguiente”, “por lo tanto”, “esto es”, “ciertamente”, etc. El empleo de esos elementos lingüísticos es de una importancia indiscutible para conseguir una efectiva comunicación de ideas. Pero eso se logra siempre y cuando los empleemos con el sentido y con el uso que les asignan las normas de nuestra lengua.
Sin embargo, si se hace un excesivo uso de ellos o si los usamos indebidamente, se convertirán en una muletilla, con lo que nuestra comunicación o exposición de ideas se convierte en insoportable y, por consiguiente, en inefectiva. Es lo que sucede con frecuencia con “es decir”, tal como expuse en el ensayo “Un es decir que no dice nada”. Esta vez nos concentraremos en “pues” empleada como muletilla.
Pues Como Muletilla. Hace unas semanas, al escuchar en la Z101 a alguien tenido como un gran comunicador, emplear en forma excesiva, y sin el adecuado manejo del término “pues”, usándolo en la mayoría de las ocasiones como muletilla, me pareció útil, para muchos usuarios de nuestro idioma, presentarles importantes consideraciones sobre “pues”.
El término “pues” es un conector de ideas que se emplea para expresar, principalmente, una idea de causa o consecuencia de realidades o fenómenos de cualquier índole, y denota la causa, motivo o razón de algo. En vista de eso, se tiene a “pues” como equivalente a “ya que”, “porque”, “por eso”, “por lo tanto”, “por consiguiente”… y a las oraciones (o proposiciones) que las contienen se les llama “oraciones causales o consecutivas”. (Google).
A continuación veamos algunos ejemplos de oraciones con “pues” bien empleado. 1. “No asistió a la charla pues tuvo que realizar una urgente diligencia.” Dada la semejanza, ya indicada, de ese “pues” con “porque”, podemos decir, sin problema, “No asistió a la charla porque tuvo que realizar una urgente diligencia.” 2. “Fue el culpable del delito; que sufra, pues, la consecuencia del mismo.” Esta oración con “pues” se puede expresar como sigue, lo cual indica que el mismo está bien empleado: “Fue el culpable del delito; que sufra, por consiguiente (o por lo tanto), la consecuencia del mismo.” 3. “Se levantó muy de mañana y, pues, pudo realizar todo lo planeado para ese día. En ese ejemplo el “pues” tiene el sentido de “por eso”, por lo cual aparece empleado con toda corrección.
Me parece importante aclarar que, cuando usamos oraciones sueltas o un texto no muy extenso, se facilita el buen empleo de los conectores de ideas. La dificultad aparece al emplear textos de cierta amplitud, como el que sigue:
“Pues, mi amigo, yo quisiera, pues, que tú, pues, me digas algo que, pues, hace tiempo, pues, yo quiero saber. Y es que, pues, si es cierto, pues, que dejaste el trabajo tan bueno, pues, que tenías desde hacía tanto años, pues…”
A mucha gente posiblemente le parecería exagerado ese empleo de “pues”, pero yo creo que retrata de forma bastante parecida a lo que sucede en la oralidad de muchos usuarios de nuestra lengua. Incluyendo a muchos dominicanos de un elevado nivel sociocultural y de las más variadas profesiones. Por ejemplo, todavía recuerdo a un profesor de la PUCMM, que hace vida intelectual en la ciudad de Santiago, cuya muletilla era “no velda”, que en una hora de clase la usaba unas 120 veces como promedio, lo cual representaba aproximadamente un 25 por ciento de las palabras empleadas por él en una clase. Por supuesto, los estudiantes no podíamos concentrarnos contando las veces que el profesor repetía su muletilla. Evitemos caer en el “vicio” de las fastidiosas muletillas, que tanto afean y dificultan una efectiva comunicación.
© 2019, Rafael Tobías Rodríguez Molina