Asfixie, patana, ara/en aras de, holista, sembrado

Por Roberto E. Guzmán

ASFIXIE

“. . . cuya muerte se debió a ASFIXIE por sumersión. . .”

En esta frase todo iba muy bien con el empleo del adjetivo relativo posesivo “cuya” y “sumersión” que son palabras domingueras. Lo que atrajo la atención fue el “asfixie” que aparece destacado en la cita.

En el español dominicano es común oír que una persona “tiene un asfixie” por otra. Hay quienes quieren ser más correctos y dicen que esa persona está asfixiada (afisiá) por la otra.

El Diccionario del español dominicano (2013:54) al tratar el nombre de género masculino escribe, “Enamoramiento profundo” y atribuye a los jóvenes o a la juventud el uso. Muchas personas pueden pensar que solo los jóvenes son capaces de experimentar este intenso tipo de sentimiento. Es cierto que el nombre nació y se propagó entre los jóvenes de las ciudades, pero el enamoramiento hondo puede llegar a cualquier edad.

Hay que resaltar aquí que esta denominación solo se conoce en República Dominicana, es pues exclusiva de los dominicanos y, a pesar de que se originó en el registro juvenil, la voz no ha desaparecido del léxico de ese segmento poblacional.

Los puertorriqueños tienen su propio “asfixie” que es el del texto copiado al principio de esta sección. Allí se usa en lugar de asfixia.

 

PATANA

“. . .dos PATANAS compiten paralelas. . .”

La patana dominicana es un tipo de vehículo de carga. Es un vehículo de grandes dimensiones para transportar cargas de mucho peso y dimensión. Lo que permite caracterizar la patana es que tiene un cabezote que es la cabina en la que se encuentra el motor y las gomas, llantas o neumáticos de tracción.

Otra característica de este tipo de camión es que no tiene cama. Lo que tiene es un dispositivo especial sobre el que se conecta una plataforma. Esa plataforma sirve para colocar sobre ella los artículos que se transportarán. La plataforma también tiene gomas que soportan la carga y un sistema de frenos que ayudan a detener el vehículo cuando se acciona el pedal del freno.

Esta patana no debe confundirse con el famoso catarey que fue como se llamó al camión de arrastre detrás del cual se articulaban vagones para el transporte de caña. El nombre le vino a este camión porque se usó sobre todo para alimentar de caña un central azucarero (ingenio) situado en Villa Altagracia que llevaba ese nombre, Catarey. Catarei era el nombre de un lugar en la provincia de San Cristóbal. Indigenismos (1977:352).

En la actualidad las patanas son de gran utilidad para transportar los contendores que llegan o se van en buques de carga. La forma de las plataformas facilita que se transporten los contenedores, pues estos son colocados y retirados con la ayuda de grúas gigantescas.

Con estas notas se espera contribuir a que se actualicen las definiciones de cada uno de estos tipos de vehículos.

 

ARA – EN ARAS DE

“. . .situar los intereses grupales y hasta personales EN *ARA DE objetivos. . .”

En sentido general la palabra ara se usa como sinónima de la palabra altar. En otros tiempos fue una piedra o losa colocada sobre el altar sobre la que se expandía el corporal, que es el lienzo sobre el cual se ponen la hostia y el cáliz.

Aparte de las ceremonias que se celebran en las iglesias, la palabra altar se utiliza con mayor frecuencia en sentido figurado.

Puede arriesgarse la opinión de que la locución prepositiva en aras de es muy común en el español culto, y de esa forma es como debió aparecer en el texto que se copió. La locución sirve para expresar, “En honor o en interés de; en beneficio de”. En muchos casos en el habla se usa la locución para llevar el mensaje de que se sacrifica algo para conseguir otra cosa más.

Esto equivale a expresar que cuando se utiliza la locución prepositiva, la palabra ara debe escribirse en plural, vale decir con la ese /s/ al final, aras, en aras de.

 

HOLISTA

“. . .bajo el enfoque HOLISTA. . .”

Este vocablo no se encuentra entre los inventariados en el  diccionario oficial de la lengua española. A pesar de eso otros vocablos parecidos a este, es decir, de la misma familia, sí están. Holismo que es el sustantivo se halla entre los que constan en el diccionario académico.

El holismo es un concepto que pertenece a la Filosofía y lo define el mentado diccionario así, “Doctrina que propugna la concepción de cada realidad como un todo distinto de la suma de las partes que lo componen”. El otro término asentado en ese mismo diccionario es holístico, “perteneciente o relativo al holismo”.

El autor de estos comentarios acerca de la lengua tuvo contacto con las voces equivalentes en inglés en el área de la medicina. En esas ocasiones se trataba de dar un tratamiento que comprendiese tanto el cuerpo como la mente. A ese tipo de tratamiento se les llamaba “tratamiento holístico”.

El Nuevo diccionario de voces de uso actual se ocupa de este aspecto del holismo y lo define como, “Tratamiento médico de la persona en su conjunto y no por síntomas aislados”. (2003:580). Esta es una “doctrina médica alternativa”, que es la forma en que el Diccionario de uso del español (2007:1964) lo define. Es entonces un “sistema médico que considera al ser humano integrado como una unidad funcional”. Spanish-English English-Spanish Medical Dictionary (1996:312).

Holístico es el adjetivo que corresponde a esta familia de palabras y es lo que debió escribir la persona que redactó la frase que se reprodujo al principio de esta sección.

 

SEMBRADO

“. . .todavía SEMBRADA en la guerra fría. . .”

Leído de pronto un hispanohablante promedio no sabe qué pensar acerca del empleo del verbo sembrar en esta compañía. Para poder extraer sentido a una corta frase como la reproducida más arriba hay que dar rienda suelta a la imaginación.

En los diccionarios generales de la lengua el verbo sembrar ha acreditado acepciones que gozan de amplia popularidad y que han disfrutado de amplio uso. Este verbo puede desempeñar funciones de verbo transitivo o intransitivo. Se conoce porque significa esparcir, diseminar semillas. En otra de sus acepciones es derramar cosas. En otra índole de acepciones llega a las ideas y sirve para llevar el mensaje de hacer cosas en un momento para beneficiarse de los resultados más tarde. Puede dejarse ahí lo relativo a las acepciones, aunque no se agoten, para pasar a proyectar luz sobre lo que realmente se piensa que significa en la frase y de dónde sale ese uso.

Este uso del verbo sembrar es una extensión tomada de una significación que posee el verbo en el español dominicano. Esa acepción es, “Sentarse alguien en un lugar por mucho tiempo”. En la acepción que se tomó del Diccionario de americanismos (2010), se destacaron las partes que son salientes y permiten considerar de algún modo a sembrar con el sentido de permanecer.

En Cuba y en El Salvador conocen el verbo sembrar con una significación próxima a la anterior, “Establecerse alguien en un lugar, generalmente por mucho tiempo”. En esta definición también se destacaron las partes que sugieren continuar, quedarse.

La idea que se sostiene aquí es que el verbo sembrar en esta frase equivale a seguir en una posición ideológica, en lugar de un sitio, retenido por sus ideas o su voluntad, a pesar de que las circunstancias hayan cambiado.

© 2019, Roberto E. Guzmán

Ortoescritura

Por Rafael Peralta Romero

CUANDO LO ANÓNIMO SE VUELVE APÓCRIFO

Poemas, cuentos y novelas han  trascendido  fronteras idiomáticas y  temporales sin que se hayan  conocido sus autores. En la historia de la literatura se les conoce como “anónimos”. Quizá sus creadores no se propusieran ese anonimato, pero las circunstancias en que fueron escritas y publicadas determinaron  que esas obras se hayan  divulgado sin el nombre del autor.

El famoso “Soneto a Cristo crucificado” ha sido atribuido a varios autores clásicos inclinados por la poesía mística: San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús y hasta el poco  místico Lope de Vega. Algunos  filólogos, entre ellos el dominicano Pedro Henríquez Ureña, han  dado pruebas documentales de que el célebre soneto fue compuesto por   fray  Miguel de Guevara,  religioso agustino del siglo XVI.

El vocablo /anónimo, ma/  tiene las siguientes definiciones en el Diccionario de la lengua española:  (Del latìn tardío anony̆mus, y este del gr. ἀνώνυμος anṓnymos).  1. adj. Dicho de una obra o de un escrito: Que no lleva el nombre de su autor. U. t. c. s. m. 2. adj. Dicho de una persona, especialmente un autor: De nombre desconocido o que se oculta. U. t. c. s. m. 3. adj. Indiferenciado, que no destaca de la generalidad. Gente anónima.4. m. Carta o papel sin firma en que, por lo común, se dice algo ofensivo o desagradable.

¿Han visto? “Algo ofensivo o desagradable”.

Lo malo del texto anónimo en la literatura es que  no retribuye al autor la gloria o fama que le correspondía por su acierto  creativo.  Obra de proyección universal sin autor  conocido es “Las mil y una noches”, magnífico conjunto de cuentos, fábulas y otros relatos, unidos por un hilo argumental: la amenaza de muerte de la joven Scheherezade, personaje narrador.

Un ícono de la poesía hispánica, el Poema del Mio Cid, es obra anónima, como lo es también la muy leída novela picaresca “Lazarillo de Tormes”.

La anonimia ha afectado, incluso, los libros sagrados. El Corán, de los musulmanes, es de autor desconocido, a diferencia de la Biblia, de judíos y cristianos, cuyos textos tienen autores, aunque  frecuentemente los exégetas y traductores usan la expresión “libro atribuido a …”.

Los Evangelios, que versan sobre la vida y doctrina de Jesucristo, se han visto amenazados por textos no necesariamente legítimos. De ahí que los sabios de la Iglesia católica hayan  separado los considerados verdaderos de los otros.  A unos se les llama canónicos y a otros apócrifos.

El vocablo /apócrifo, fa / es definido por el Diccionario académico del modo siguiente:

“(Del lat. tardío apocry̆phus, y este del gr. ἀπόκρυφος apókryphos ‘oculto’).1. Adj. Falsa o fingido. Un conde apócrifo.2. adj. Dicho de una obra, especialmente literaria: De dudosa autenticidad en cuanto al contenido o a la atribución. U. t. c. s. m.3. adj. Dicho de un libro de la Biblia: Que no está aceptado en el canon de esta. Los evangelios apócrifos. U. t. c. s. m”.

Son varios los evangelios apócrifos,  escritos en los primeros siglos del cristianismo en torno a la figura de Jesús de Nazaret, atribuidos algunos a figuras tan controversiales como Judas Iscariote.

Apócrifo, según su etimología griega,   incluye los conceptos  ‘lejos’,  ‘oculto’. En  latín (apócryphus) originalmente significaba «ocultar lejos», y luego fue derivando en «oculto, obscuro». De ahí que el término haya  sido empleado, en el mundo religioso, para calificar textos de dudosa autenticidad.

En el Derecho, la prueba escrita disfruta de  gran aceptación, pero si se trata de un documento anónimo, se desvanece su capacidad de convencimiento. Es ahí donde lo anónimo se vuelve apócrifo: dudoso, oscuro, no confiable.

(Publicado en El NACIONAL, el 17-3-19)

Temas idiomáticos

Por María José Rincón

 

CREATIVIDAD Y FRESCURA

05 / 03 / 2019

La expresión coloquial está plagada de locuciones curiosas que le dan un sabor especial a nuestra lengua. Las locuciones están formadas por varias palabras que funcionan como una sola. Lo curioso es que el significado de la locución no coincide con la suma de los significados de las palabras que la componen. De la abundancia de locuciones en el español dominicano nos hablan las 4200 registradas en el Diccionario del español dominicano, la mayoría de ellas de uso coloquial.

Si decimos que una persona está tragándose un cable, no nos referimos literalmente a ese extravagante hecho, sino a lo que el DED define como ‘estar pasando una mala situación económica’. Estamos ante un uso metafórico que aporta esencialmente expresividad: basta imaginar en qué mal trago tiene alguien que verse para comerse un cable.

Si decimos que no está el horno para galleticas, no estamos hablando del mal funcionamiento de nuestro horno; nos referimos a que no es el momento oportuno para hacer o decir algo. Si decimos que alguien o algo va como caña para el ingenio, estamos recurriendo a una metáfora, como esas que usan los poetas, para manifestar expresivamente que algo o alguien va muy rápido. Si decimos que alguien va en coche, no nos referimos a un carruaje como medio de transporte, sino a que esa persona ha resultado favorecida por una situación ventajosa.

Párense un momento a pensar en su vida diaria y encontrarán muchas locuciones más. Funcionan como verbos, como nuestros ejemplos de hoy, como adjetivos, como sustantivos, como adverbios. Son útiles y expresivas, y traen a nuestra lengua coloquial un soplo muy valioso de creatividad y frescura.

 

UNA DE HONDAS

12 / 03 / 2019, 12:00

Las locuciones de uso coloquial y popular, precisamente porque no las encontramos habitualmente en forma escrita, plantean dudas ortográficas. Reflejan con frecuencia rasgos de nuestra variedad dialectal que transforman su apariencia fonética hasta llegar a resultar irreconocibles cuando las vemos escritas.

Tal es el caso de la locución adverbial como la honda del diablo. El sustantivo honda, núcleo de esta locución, es el que se refiere, según la definición del Diccionario de lengua española de la RAE, a la ‘tira de cuero o trenza de lana, cáñamo, esparto u otra materia semejante, que se usa para tirar piedras con violencia’. Este instrumento, tradicionalmente útil en las labores ganaderas, ha dejado de ser habitual para nosotros. Es posible que recordemos la honda de David, el pastor que se enfrentó al gigante filisteo Goliat. Muchos menos recuerdan la honda de otro David, el protagonista de un cuento de Augusto Monterroso.

Si volvemos a nuestra locución coloquial como la honda del diablo, imaginen la violencia que le podría imprimir el diablo a su honda y calibren la velocidad que adquiriría. En el español dominicano afirmar que algo o alguien va como la honda del diablo es referirse a que se mueve velozmente. La dificultad ortográfica estriba en la pronunciación dialectal de la expresión. Lo habitual es que pronunciemos honda con aspiración; recordemos que procede del latín funda y que las palabras con f- inicial en latín se pronunciaron durante siglos con esta aspiración en nuestra lengua. Nosotros la seguimos manteniendo en casos como este. También eliminamos la -d- intervocálica. La expresión suena para nosotros algo así como /como la jondel diablo/.

Y ahí está el quid de la cuestión. Cuando queremos ponerla por escrito, debemos recurrir a la ortografía normalizada, que está precisamente para eso, para poner orden y concierto escrito entre todas las variedades fonéticas, y son muchas, de nuestra lengua.

 

HUIR DE UNA COMA

19 / 03 / 2019

La llaman la coma asesina; también la coma criminal. Una coma que se ha granjeado estas denominaciones debe, por lo menos, preocuparnos. Dramas ortográficos aparte, siempre nos viene bien aprender en qué consiste para huir de ella en nuestros textos. La coma es un signo de puntuación cuyo uso esencial es delimitar o separar elementos dentro de un enunciado. El verdadero problema empieza cuando la utilizamos para separar elementos que no deben estar separados.

El sujeto y el verbo de una oración están estrechamente vinculados y la concordancia en número y persona se encarga de que esta relación sea invulnerable: La ciudad crece desordenadamente/Las ciudades crecen desordenadamente. La coma no debe meterse en medio. Cuando el sujeto es corto, como el del ejemplo, no solemos equivocarnos. Los problemas empiezan cuando un sujeto extenso o complejo nos hace perder de vista esta relación gramatical.

Imaginemos una oración en la que el sujeto sea largo: Las ciudades que no prestan atención a las necesidades de sus habitantes crecen desordenadamente. Con independencia de su extensión, no podemos cometer el error de separar sujeto y verbo con una coma: *Las ciudades que no prestan atención a las necesidades de sus habitantes, crecen desordenadamente.

La complejidad del sujeto puede consistir también en estar formado por varios elementos: Las ciudades, los barrios, los asentamientos crecen desordenadamente. Cada uno de estos elementos (ciudades, barrios, asentamientos) tiene el mismo nivel en la oración; su unión no depende de ninguna partícula, sino que está señalada por una coma. La presencia de estas comas exige que prestemos atención y evitemos la coma tras el último sustantivo de la enumeración, la temida coma asesina: *Las ciudades, los barrios, los asentamientos, crecen desordenadamente.

No olviden que hay comas obligatorias, que hay comas opcionales y que hay algunas comas de las que conviene huir como de la peste.

 

EMPECEMOS POR LA O

26 / 03 / 2019

La Real Academia Española y, con ella, todas las academias de la lengua española en el mundo nos brindaron en 2010 una versión actualizada y panhispánica de una de sus obras emblemáticas, la Ortografía de la lengua española. Desde la misma presentación de la obra se destaca que la ortografía representa «el pilar fundamental de la unidad de la lengua en el que todas las variables se diluyen». Casi una década después de su publicación, sigue siendo necesario repasar algunas de las novedades ortográficas que introdujo.

Les propongo un repaso detallado durante las próximas semanas. Una simple consulta a Enclave Rae, la novísima herramienta lingüística de la Real Academia, nos alerta de que la tilde suele provocar muchas dudas y errores, incluso en la consulta del diccionario.

Empecemos entonces por las novedades, ya no tan nuevas, sobre el uso de la tilde; y vamos a hacerlo por la más sencilla: la eliminación de la tilde que se venía utilizando en la conjunción disyuntiva o cuando esta aparecía escrita entre cifras. Este uso de la tilde solo se justificaba gráficamente para que la o no se confundiera con el cero.

Sin embargo, la función de la tilde, como signo diacrítico, es indicar que la sílaba a la que pertenece la vocal que la lleva es una sílaba tónica. Y la conjunción disyuntiva o es átona, es decir, se pronuncia sin acento. Por tanto, la conjunción o nunca lleva tilde, ni entre palabras ni entre cifras: ¿Con tilde o sin tilde? Sigamos con 3 o 4 novedades más, pero habrá que esperar a la próxima semana.

Mario Vargas Llosa: El lenguaje inclusivo es una especie de aberración

Entrevista a Mario Vargas Llosa

El Nobel de Literatura habla de feminismo, de los mitos de la conquista, de su rechazo al populismo, de Macri y de Odebrecht. Y analiza el Congreso de la Lengua en Córdoba.

“Ando bien, pero estoy saliendo de un catarro”, dice Mario Vargas Llosa antes de comenzar la entrevista con La Voz. Duda al pronunciar la última palabra –sabedor de que aquí decimos “resfrío”-, pero sonríe y queda claro que nos entendemos: flota en el aire, tras varios días de escucharlo en el Congreso de la Lengua, que la unidad del español está en sus ricas diferencias.

El escritor peruano, el Nobel de Literatura, el autor de La ciudad y los perros o de La guerra del fin del mundo –apenas de las primeras de un monumental conjunto de obras literarias- estuvo en Córdoba, festejó aquí sus 83 años y, lejos de cuidar las formas y la corrección política, fue más él que nunca.

Por eso, ¡atención! Spoiler para los que no concuerdan con él y seguro van a enojarse: está más convencido que nunca de las ideas liberales, se indigna con populismo, rechaza el lenguaje inclusivo y cree que Argentina está en la senda correcta, pese a admitir lo mal que lo pasa mucha gente.

En la apertura del Congreso de la Lengua, le contestó al presidente de México por el reclamo que este le hizo a España por la conquista. Más allá de este caso, ¿por qué cree que perduran en el imaginario de América Latina estos conceptos?

-Son lugares comunes que se arrastran a lo largo de generaciones, que parten a veces de ciertos hechos reales y luego los deforman y, por razones de tipo ideológico, van desnaturalizando una verdad histórica. Es un hecho que se da prácticamente en todos los países. Sin ninguna duda, la llegada de los europeos a América fue violenta. Todas las colonizaciones son violentas. Pero es muy injusto responsabilizar enteramente a los conquistadores de una problemática que nosotros no hemos sabido resolver. El problema indígena, la situación triste, a veces miserable, dramática, de los indíge

nas, no es una historia de hace 500 años. Es de nuestros días. Quizá en el caso de México de una manera más dramática todavía, por la cantidad. Son millones de indios que viven en una condición completamente marginal, muy explotados. No tiene sentido que el presidente de México, de un país que desde hace 200 años es independiente, atribuya la crueldad y la maldad a algo que ocurrió hace 500 años. Basta que mire uno por la ventana y va a darse cuenta de que la situación del indígena no solo no ha mejorado, sino que en muchos casos ha empeorado. Y eso vale prácticamente para toda América Latina.

¿Ve conexiones entre esas realidades y la calidad de nuestras democracias?

-Creo que es una manera de no ver la realidad, de trasladarse a un pasado bastante mitológico para no enfrentar de manera directa los problemas que nos acucian. El caso de México es más dramático; por eso es que resulta tan ridícula la carta del presidente (Andrés López Obrador) a estas alturas. Apelar a mitos tan prejuiciosos, tan mentirosos respecto de la historia… Es como si todos los problemas vinieran de ese encuentro. Pero nuestra historia prehispánica fue muchísimo más violenta. Y en el caso de México no se diga. Había una cultura, una civilización muy avanzada, salvo, tal vez, en un aspecto: la creencia de los aztecas de que el universo se sostenía gracias a los sacrificios humanos. Fueron cientos de miles, acaso millones de indígenas sacrificados por esta creencia. Así que era indispensable hacer esa aclaración para no permitir que la demagogia reemplace otra vez la realidad histórica, como ocurrió por desgracia durante los años del indigenismo, a comienzos del siglo 20. El indigenismo fue muy destructor, creó muchísimo daño. Creó una gran confusión respecto de los verdaderos problemas de América latina.

Como ferviente crítico de los populismos que es, y más allá de las razones políticas e ideológicas que lo sustentan, ¿no cree que hay razones socioeconómicas para explicarlo?

-El populismo desgraciadamente es una enfermedad de las democracias, de los países subdesarrollados y de los desarrollados también. Se alimenta generalmente de la más grave de las enfermedades, que es el nacionalismo, que nos ha llenado de sangre la historia. Si hay un continente que lo sabe, es Europa, que padeció terribles estragos. Las dos guerras mundiales nacieron por culpa del nacionalismo. Quizá una de las peores realidades de nuestro tiempo sea ese rebrote de los nacionalismos que está detrás de Brexit, o de los problemas que enfrenta la Unión Europea, que nació con tan buenos auspicios y con tanto entusiasmo. Así que, si uno cree en la democracia y en las instituciones, tiene que combatir el nacionalismo y toda forma de populismo, ya que el populismo no resuelve los problemas sino que los crea y los aumenta.

En el Congreso de la Lengua sobrevoló, pese a que no estaba incluido en el programa oficial, el tema del lenguaje inclusivo. Muchas panelistas lo incluyeron en sus ponencias… ¿Por qué cree, como ha escrito, que el feminismo es un “enemigo resuelto” de la literatura?

-Hay formas de feminismo que son enemigas de la cultura. No es el feminismo en todos sus aspectos ni mucho menos. Es verdad que hay una discriminación de la mujer, incluso en los países más avanzados. Eso no lo podemos negar y lo tenemos que corregir. En esta época, es uno de los hechos que conmueven más a la opinión pública, y con mucha justicia hay un movimiento femenino que reclama igualdad de derechos. Lo apoyo resueltamente. Ahora, hay algunos excesos que es muy importante combatir. En el campo de la lengua, hay excesos que son risibles. La lengua necesita de la libertad, ejercita la libertad, se va renovando, adaptando, y no se le puede forzar sin provocar traumas lingüísticos. Y a ese me refiero. Y sobre eso la RAE (Real Academia Española) ha sido consultada y se ha pronunciado de una manera muy sensata, sabia y efectiva. Dice que las academias no crean el lenguaje; recogen el lenguaje que producen los hablantes y los escribientes. Eso es importante de entender. No podemos forzar el lenguaje desnaturalizándolo completamente por razones ideológicas. Los lenguajes no funcionan así. No de esa manera. El llamado lenguaje inclusivo es una especie de aberración dentro del lenguaje, que no va a resolver el problema de la discriminación de la mujer, que sí hay que combatir, pero de una manera que sea efectiva. No hay que ir más allá y desnaturalizar el lenguaje para establecer una supuesta igualdad lingüística desprejuiciada. Lo que se obtiene es una situación prejuiciada que desnaturaliza el lenguaje y lo empobrece.

¿Sigue siendo “Conversación en la catedral” la primera de sus novelas que rescataría de un incendio?

-Tengo un cariño especial. De todas las obras que he escrito, y son muchas es la que más trabajo me costó. Fueron tres años escribiendo esa novela. El primer año casi a ciegas, sin saber cómo iba a contar esa historia. Así que si me ponen una pistola y me dicen que elija una, elijo esa.

En la apertura, también adelantó que Arequipa, su ciudad natal, será la sede del próximo Congreso de la Lengua- ¿Fue una primicia o un descuido bien calculado?

-No, descuido no, ya me habían informado que las tres instituciones que deciden el lugar de los congresos habían elegido a Arequipa, me dio mucho gusto y los arequipeños harán lo posible por que el congreso sea tan exitoso como el de Córdoba.

¿Cómo encontró a Córdoba? ¿Igual que antes o se lleva alguna sorpresa?

-Ha crecido mucho. La primera vez vine en 1991, en el siglo pasado. Mi impresión es que es una ciudad vigorosa, dinámica. La manera, además, en que se movilizó la opinión pública ha sido muy interesante. Algunos académicos me dijeron que pocas veces habían visto en estos congresos una concurrencia tan masiva a casi todos los actos culturales celebrados. Y, sobre todo, la presencia de los jóvenes. Es algo que debe levantarnos la moral cuando estamos un poco caídos en el pesimismo.

Macri, el país, América Latina

“Hay que hacerle un monumento a Odebrecht”

“Argentina fue víctima de un populismo exagerado que hizo muchísimo daño al país, a la sociedad argentina, a la economía”, dice Vargas Llosa.

¿Cómo ve al presidente Macri y a la Argentina?

-Creo que Macri y su equipo están empeñados en hacer las reformas necesarias. El problema es el tránsito. Ese tránsito está resultando más difícil, más costoso de lo que se creía. Pero en razón del daño profundo que el populismo ha causado en la economía argentina, hay un gran debate sobre si la política gradualista era la más sensata o si debió haber un Shock que enfrentara eso de manera radical. En todo caso, creo que hay una política sensata, orientada en la buena dirección, que debería traer beneficios muy rápidos a un país tan potencialmente rico como Argentina. Que, además, ya fue un país del Primer Mundo. Nos cuesta recordarlo, pero fue una realidad. Dadas las condiciones y las extraordinarias fuerzas productivas que tiene, luego de este tránsito debería recuperarse y servir de ejemplo a América latina.

¿Cree que el caso Odebrecht marcará un antes y un después en la historia de la corrupción en América latina?

-Es dramático. En Perú tenemos los últimos cinco presidentes investigados o ya condenados. Habrá que hacerle un monumento a Odebrecht. Realmente ha servido para sacar a la luz la corrupción espantosa en que se movían nuestras defectuosas democracias. Es bueno, es sano que esas cosas salgan a la luz, que los funcionarios corruptos vayan a la cárcel, que sean juzgados, condenados. Eso es la democracia. Hemos pasado desgraciadamente períodos muy largos con gobiernos dictatoriales, donde la corrupción era mucho más profunda que en la democracia. Así, que, en ese sentido, hay que estarle muy agradecido a Odebrecht de que saque los trapitos al sol y  que nos permita castigar a políticos, empresarios, funcionarios. En buena hora. Necesitamos que nuestras democracias hagan ese estriptís y se liberen de los malos funcionarios y malos políticos.

(Edgardo Litvinoff, “El lenguaje inclusivo es una especie de aberración”, Córdoba, Argentina, La Voz del Interior, 31/03/19/p. 4).

 

 

 

«La gramática no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente»

Por Concepción Company

 

Desdoblar en masculino y femenino algunas palabras, utilizar todxstod@s o todes, así como separar entre lenguaje sexista y lenguaje inclusivo, ha sido una moda promovida desde instituciones gubernamentales o asociaciones civiles, a veces practicada por algunos sectores de la población hispanohablante.

Investigadora Emérita del Instituto de Investigaciones Filológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua y de El Colegio Nacional, la lingüista Concepción Company Company compartió con ZETA un análisis sobre este importante tema que ocasiona reflexiones y debates.

Para empezar, reconoció:

«Hay en los últimos 10 años, fundamentalmente, propuestas desde organismos oficiales, como la Secretaría de Gobernación, Sindicato de Trabajadores de la Educación, organismos gubernamentales, en el sentido de que hay que hacer una lengua desdoblada, en masculino y femenino -en aquellas zonas donde se puede desdoblar en masculino y femenino-, para darle respeto e igualdad a las mujeres.

«Mi planteamiento es que el respeto y la igualdad a las mujeres no se va a lograr si decimos presidente o presidentajuez o jueza, sino que se va lograr cuando la mujer gane igual que un hombre y tenga las mismas posibilidades de acceso educativo, laboral, en salud, etc. que tienen los hombres, da igual cómo se le llame, presidente o presidenta. Todos estos organismos gubernamentales tienen manuales del buen hablar y buen escribir, del hablar respetuoso desdoblado, y entonces me dicen: “Igualdad es que te llamen arquitecta”; ¡no!, igualdad es que me paguen igual si soy igual de buena, que yo tenga las mismas oportunidades de acceder a ese puesto que un arquitecto, o me paguen mejor si soy mejor.

«Yo reconozco, como mujer, que hay un gran problema de desigualdad entre hombres y mujeres, un problema social, sin duda, por supuesto que lo hay; no somos minoría biológica, pero sí se nos trata, como minoría; las mujeres, apenas en los últimos 10 años, 20 años, estamos teniendo acceso a puestos directivos, a lugares que hasta ahora han sido privilegio de los hombres, eso lo reconoce cualquiera que tenga ojos, pueda leer un periódico o redes o pueda oír radio y televisión, eso es una realidad», advirtió Company Company.

ENTRE EL “LENGUAJE INCLUSIVO” Y EL “LENGUAJE SEXISTA”

Doctora en Letras, con especialidad en Lingüística Hispánica por la UNAM, primero se le preguntó a Concepción Company:

— ¿Qué opina respecto a que desde instituciones gubernamentales se promueve el llamado “lenguaje inclusivo”?

«Pues a mí me parece que están gastando energías inútilmente, es una ridiculez. Yo soy la primera que quiero igualdad y he peleado y trabajado por ella como mujer, pero forzar la lengua y decir: los y las mexicanasniños y niñasqueridos todos y queridas todas, -por cierto, ¿por qué tienen que ir los hombres por delante?-, me parece que es absolutamente antieconómico. Si usted dice: “El hombre es un ser racional”, no tengo ningún problema, yo no me siento excluida de ese enunciado genérico.

«El meollo de esto es que tenemos que entender que la gramática es una serie de convenciones seculares, incluso milenarias, sedimentadas en forma de reglas, de hábitos y de rutinas, de muy lenta transformación, y debemos entender, cosa sabida, que el masculino no refleja sexo, refleja una convención indiferente al género. Si yo pregunto “¿cuántos hijos tiene?”, supongo que piensa en hijos e hijas, en todos; pero si yo le pregunto “¿cuántas hijas tiene?”, quedan excluidos; ésa es la prueba de que el masculino es indiferente. Mire, llevo tiempo diciéndolo, la manera gramatical de empoderarse las mujeres y de excluir a los hombres, si así lo desean, es decir todo en femenino: estimadas todas, así haya hombres presentes, estos automáticamente se hacen invisibles, quedan fuera. Entones, no sé por qué tenemos que desdoblar si el femenino es la herramienta poderosa para excluir.

«Los dueños de la lengua somos los hablantes, podemos hacer cosas como escribir lxs, l@s; usted puede hacer lo que quiera porque el dueño de la lengua es usted, ella, yo, todos somos dueños de la lengua, pero la lengua funciona en tanto que es una convención social y que todos estamos de acuerdo en que sirve y significa algo. Las iniciativas grupales no tienen éxito gramatical.

«Usted pone una @, un signo medieval, porque ahora es la moda, hace veinte años no hubiera puesto una @. La x, la @, la e son una convención que está en el ambiente político, en el ambiente social hace tres o cinco años, pero es una convención, es un acuerdo de una pequeña comunidad. Escribir con x o con @ va en contra de la pauta de la lengua española, porque la lengua española no tiene ninguna sílaba con tres consonantes. Entonces, decir todxs es impronunciable, no pertenece al patrón fónico del español».

 — Pero quienes argumentan sobre el “lenguaje sexista”, aducen al sistema patriarcal…

«Nadie niega que en sus orígenes, las zonas que se marcan en masculino y femenino, hayan podido reflejar un sistema patriarcal, en las sociedades protoindoeuropeas, e incluso en la sociedad romana, hace unos 2,300 o 2000 años, claro que eran sistemas patriarcales, y a la fecha son sistemas patriarcales; pero las comunidades de lenguas que no tienen género, como el turco, como el árabe o como las lenguas amerindias en su mayoría, son sistemas patriarcales, entonces, poner toda la energía en desdoblar en estimados todos, estimadas todas es una energía inútil, porque la lengua es, vuelvo a decirle, un repositorio de hábitos, de tradiciones, de rutinas y nunca cambia por un decreto. Ni la Cámara de Diputados ni un grupo de feministas van a cambiar la lengua, son los usuarios de todos los días, los hablantes de la banqueta los que cambiamos verdaderamente la lengua; es una lentísima transmisión de pequeñas innovaciones de padres a hijos, de abuelos a nietos, esos somos los protagonistas.

«La gramática es como si fuera un teflón a la que se le resbala todo, sólo le hacen mella aquellas innovaciones que sirven para algo en el funcionamiento de la gramática. Si queremos meterle correspondencia a la lengua española con el mundo real pues tendríamos que meterle correspondencias genéricas a unas minorías que son reales como las famosas minorías T: travestis, transgéneros, transexuales, que son ámbitos distintos de preferencias sexuales; o sea, es un asunto muy complejo y la gramática no da cuenta de todas esas complejidades del mundo.

«Yo lo que creo es que es una superficialidad decir que esto tiene que ver con cómo está estructurado el español, me permito decirlo: es una superficialidad y un desconocimiento profundísimo de la historia de la lengua decir que esto se debe a un sistema patriarcal; hay un montón de sociedades patriarcales cuyas lenguas no han marcado jamás un género».

— ¿Por qué es incorrecta la separación de “lenguaje sexista” y “lenguaje inclusivo” que se hace desde algunas instituciones o asociaciones civiles con el argumento de que es “para visibilizar a todos los grupos sociales”?

«Yo creo que es muy válida la batalla de visibilización femenina, es muy válida, yo la apoyo, por supuesto. Yo les pregunto después a las feministas, sean cuales sean sus preferencias sexuales: ¿qué se hace con las minorías que son homosexuales o que son transexuales?; eso no sé ni cómo se va a marcar en la gramática y tienen el mismo derecho de ser representadas esas minorías lingüísticamente, eso es lo primero. Lo segundo, si esa batalla fuera correcta socialmente no significa que la lengua la vaya a asumir. Usted puede ponerse con una pancarta durante 50 años diciendo todes o todxs para ser incluyente, pero está por verse que la gramática lo vaya a sedimentar y a incorporar.

«Yo lo que creo es que es absolutamente arbitrario y convencional, además de elitista, decir tod@s o todxs, con x es impronunciable, ya que se elimina de la posibilidad de igualdad a todas las sociedades que han vivido por milenios sin escritura; el 90 por ciento de las lenguas del mundo nunca ha desarrollado escritura, supongo que tienen derecho igual que las que sí tienen escritura, a ser iguales entre hombres y mujeres. Escribir con @ es un elitismo, si usted no tiene un teclado o no sabe escribir, no pasó por la escuela y sabe que ese signo medieval, @, le puede servir como aparente inclusión, pues me parece que es elitista porque excluye a la oralidad. El de la x excluye igualmente a la oralidad. En suma, ¿acaso las mujeres que son hablantes de lenguas que han existido por milenios en la oralidad, lenguas carentes de escritura, no tienen derecho a la igualdad social?

«Me parece a mí que son unas batallas con mucha energía para cero resultados, habrá que esperarse ciento y pico años, unas cuatro generaciones para ver si algo se logró. ¿Qué significa “se logró”?, que 500 millones de hispanohablantes o 125 millones de mexicanos estén de acuerdo en desdoblar en cualquier acto de habla, cuando la zona gramatical permite el desdoblamiento, y ese acuerdo no se va a producir en unos años y no sabemos si se producirá alguna vez».

ALGUNOS INTENTOS REGULATORIOS EN LA HISTORIA DE LA LENGUA

Autora de los libros El siglo XVIII y la identidad lingüística de México (Academia Mexicana de la Lengua y Universidad Nacional Autónoma de México, 2007) y Los opuestos se tocan. Indiferencias y afectos sintácticos en la historia del español (El Colegio Nacional, 2017), entre otros, la doctora Concepción Company Company compartió con ZETA algunos ejemplos de cómo a lo largo de la historia del español ha habido diversos intentos regulatorios y algunas modas en el uso del idioma:

«En los dos mil años de la historia de la lengua española ha habido intentos regulatorios y nadie les ha hecho caso; los intentos regulatorios suelen venir desde instancias de poder, como la Corona; en el período de los Reyes Católicos o con los borbones en el siglo XVIII, con la creación de las academias hubo muchos decretos de buen uso de la lengua, pero con pocos o nulos resultados en el empleo del español día a día. Por ejemplo, en el siglo XVIII les dio -era una moda, se veía bonito- por poner dobles consonantes, grupos cultos, se llaman: escribían proppositto, con doble pp y doble tt; les encantaba, era algo así como complejizar, como hacer más culta la lengua; y entonces llegó la Real Academia Española en 1743, en su primera Ortografía, y emite la recomendación de “simplifíquense los grupos cultos”, como dobles tt, doble bb, dobles ff, dobles ss, o ph, les encantaba, prophecía con ph en lugar de con f. ¿Sabe quién les hizo caso?, nadie.

«Escribían con doblamiento consonántico hasta bien entrado el siglo XIX y no fue por un decreto de la Real Academia de la Lengua, fue porque entra una prisa comunicativa, se generalizan los periódicos en el sentido de diario, más entra un hecho fundamental que es la revolución industrial a mediados del siglo XIX y se incorporan grandes masas al trabajo, hombres y mujeres, de hecho el inicio del feminismo está en la revolución industrial porque necesitan mano de obra y tienen que entrar las mujeres a las fábricas.

«Por la prisa y la necesidad de rapidez se olvidaron de que era bonito escribir con doble tt, doble pp, doble ff y doble ss, entonces cuál fue el efecto, no tiene que ver con un decreto, tiene que ver con cómo funciona la sociedad. A la fecha, hay variación interesante en grupos consonánticos en el español; por ejemplo, en Argentina o Uruguay se escribe y dice transcripto, con pt, pero setiembre, sin p; en México o en España, es justamente al revés, transcrito y septiembre, esta variación, como cualquier otra de la lengua, sólo prueba que es convencional, y prueba que no se les hace caso a los decretos emitidos desde instancias de poder.

«Este desdoblamiento de masculino y femenino es, además, una zona muy pequeña del español, es un cuatro o cinco por ciento de la lengua española que se puede desdoblar, no es nada moderna, todos creemos que es un descubrimiento darle visibilidad a las mujeres, pero en textos del siglo XVI usted se encuentra “se presentó la declaranta”, “se presentó la testiga”, y le puedo garantizar que no es un intento de visibilización o de inclusión.

«En la Audiencia de México, en el centro del virreinato de la Nueva España, usted no encuentra ninguna declaranta ni ninguna testiga, porque hay una normatividad mucho más culta; en cambio encuentra, por ejemplo, en documentos de Oaxaca y Chiapas “fue llamada a dar su testimonio María Pérez, se apareció la testiga ante el juez o ante el Santo Tribunal en tal ciudad de Chiapas”; en zonas marginales de la Audiencia están las testigas y las declarantas mucho más presentes. Este desdoblamiento se retrae porque en el siglo XVIII hay una corriente muy culta, desde centros educativos fuertes, como la Ciudad de México, la audiencia de la Nueva Galicia, Guadalajara hoy, también una zona fuerte, se retraen esos desdoblamientos y fueron sacados de nuevo hace unos años como algo innovador. ¿Qué es lo que hace un desdoblamiento?, bueno le da visibilidad a la mujer, pero yo no quiero visibilidad, yo quiero verdadera igualdad, que son cosas distintas».

“LA GRAMÁTICA NO TIENE SEXO”

Para concluir la entrevista con ZETA, la reconocida lingüista argumentó por qué la gramática no es incluyente ni excluyente:

«La gramática no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente, es una herramienta que atraviesa nuestra vida y que usamos diariamente para funcionar en la vida. La gramática es una serie de convenciones, es arbitraria. Por ejemplo, la palabra arte en singular es el arte, en plural son las artes, eso es una muestra de arbitrariedad, así ha sido por siglos. Es decir, la gramática no refleja necesariamente el mundo. El mundo está dividido en dos: hombres y mujeres; la gramática no lo está, es un hecho arbitrario de sedimentación secular y herencias milenarias».

— ¿Por qué “la lengua no tiene sexo, no es ni incluyente ni excluyente”?

«Ninguna lengua tiene sexo, algunas tienen género. El género es una adscripción arbitraria, convencional, sedimentada por siglos, de que una comunidad de hablantes marca como masculino algunos aspectos, marca como una terminación de femenino a otros y marca neutro o como invariable otros.

«En el caso del español, en una parte mínima de la lengua, el género coincide con el sexo de los individuos; es una zona que refiere a seres animados, por ejemplo, niño-niña, gato-gata, perro-perra, pero no hay una relación entre sexo y género; hay muchas zonas de masculino y femenino, desdobladas en género a través del artículo o a través de terminaciones, el cólera-la cólera, que remiten a significados muy distintos de hombre-mujer. Los adjetivos, por supuesto, tienen la posibilidad de alternar entre masculino y femenino, como blanco-blancanegro-negra, pero también hay algunos invariables como azul, café; por lo tanto, sigue aflorando la arbitrariedad y el carácter convencional.

«La mayoría de lenguas del mundo no marca género; por ejemplo, una propiedad característica de la gran mayoría de lenguas amerindias es que ninguna tiene género; tampoco el finlandés tiene género, ni el turco ni el árabe. Por ejemplo, el finlandés no tiene género; todo mundo dice: “claro, es que Finlandia es primer mundo, por eso ha eliminado históricamente las distinciones de género”. Tampoco tiene género el turco, ¿usted cree que la sociedad en Turquía es igualitaria?

«Tampoco tiene género la mayoría de lenguas amerindias y ¿usted cree que la mixteca es igualitaria por carecer de género?, no; la convención matrimonial es que compran a la mujer, normalmente, o sea, la piden a cambio, y si a la mujer le va muy bien valdrá unas 20 cajas de cerveza y una cabra o un cordero; y no solo eso, sino se la llevan a la casa de la suegra, ésa es la tradición y se vuelve prácticamente sirvienta de la suegra. La lengua no tiene género, pero esa sociedad es profundamente inequitativa para la mujer, al menos, desde nuestro punto de vista de mujeres de otra sociedad.

«Tampoco tiene género el persa. ¿Usted cree que la sociedad en Irán es igualitaria? Bueno, no solo no hay visibilidad de la mujer, sino que las tapan; y carece de género, jamás ha tenido ninguna marca parecida a blanco-blancanegro-negrapresidente-presidenta, jamás.

«Entonces, hay lenguas con dos géneros como el español, con algunos residuos de neutro; hay lenguas con tres géneros: masculino, femenino, neutro, como el latín; hay lenguas con cuatro o más géneros que marcan masculino, femenino, neutro, masculinos animados, femeninos animados, como el polaco; o sea, es totalmente arbitrario, no tiene que ver con la distinción de sexos ni con igualdad entre sexos».

Acento.com.do/https://zetatijuana.com/2019/03

Muñoz Machado: “La RAE es una cuestión de Estado”

Por Ana Mendoza

 Desde que tomó posesión de su cargo como director de la Real Academia Española, el pasado 10 de enero, Santiago Muñoz Machado se ha reunido con buena parte del Gobierno, incluidos el presidente y la vicepresidenta, para tratar de solucionar el déficit económico que padece la RAE desde hace años y dejar muy claro que la Academia realiza “un servicio público”, ya que gestiona “el bien cultural más importante que tiene España y con mayor proyección en el mundo: la lengua”. Un idioma común a 570 millones de personas.

Esos encuentros han dado sus primeros frutos, y esta semana se ha hecho público que el Ejecutivo de Pedro Sánchez aportará en 2019 cinco millones de euros, destinados a diferentes proyectos de esta institución y a su misión de velar por el correcto uso del idioma en la era digital. Una cantidad muy significativa, si se tiene en cuenta que desde 2008 la Academia recibe sólo 1,6 millones de euros de los presupuestos estatales, un sesenta por ciento menos de lo que percibía antes de la crisis.

“La RAE es una cuestión de Estado, y no se puede financiar mendigando en el sector privado, con recursos obtenidos aquí y allá. Necesitamos una cobertura presupuestaria”, afirma Muñoz Machado (Pozoblanco, Córdoba, 1949) en una entrevista con Zenda, en la que asegura que en estos dos meses y medio que lleva al frente de la RAE ha luchado “a brazo partido” para hacer ver que la Academia es “la primera institución cultural de nuestro país, a mucha distancia de cualquier otra” y su labor tiene “un enorme valor diplomático”.

«La RAE es la primera institución cultural de nuestro país, a mucha distancia de cualquier otra»

La entrevista tuvo lugar unos días antes de que El País diera la noticia de los cinco millones de euros que recibirá la Academia por parte del Estado, un asunto del que Muñoz Machado habló luego en la ciudad argentina de Córdoba, en la que estos días se celebra el Congreso Internacional de la Lengua Española. Fue allí donde el director calificó de “rescate” la aportación gubernamental a la Academia, cuya situación económica “era muy mala” porque los recursos financieros de los que se había nutrido con anterioridad se estaban “agotando”. Además, consideró “indigno” que se haya permitido que esta institución haya tenido que ir cada año “peregrinando y mendigando por el sector público y el privado”. Y, aunque la cantidad que recibirá la Academia es, de momento, para 2019, afirmó que “la voluntad del Gobierno es darle continuidad”.

Los cinco millones de euros le llegan a la RAE a través del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, con cuyo titular, Pedro Duque, firmóMuñoz Machado recientemente un convenio, en el que se reconoce que la labor que realiza la Academia es de interés público.

En su encuentro con Zenda, este jurista de gran prestigio, especialista en derecho constitucional, administrativo y comunitario europeo, se mostraba “lleno de optimismo” porque, tras sus reuniones con el Gobierno, tenía motivos para pensar que se hallarían “fórmulas que permitan apoyar proyectos específicos” que la Academia tiene en marcha o que “se dispone a desarrollar de manera inmediata”. Y así ha sido.

En ese optimismo ha influido también la buena acogida que Muñoz Machado ha encontrado en sus reuniones con directivos de empresas “líderes en nuestra economía”, que han mostrado “muchos deseos de ayudar a la Academia”. “Vamos a ver si entre el sector público y el privado conseguimos remontar la crisis económica”, dice el director de la RAE.

«La Academia gestiona el bien cultural más importante que tiene este país, que es la lengua, con más proyección en el mundo»

En sus tres siglos de existencia (fue fundada en 1713), la RAE ha superado todo tipo de crisis, y le toca ahora lidiar con una delicada situación económica, debido en buena medida a que la asignación estatal que ha recibido en los últimos años, de “poco más” de 1,6 millones de euros, es claramente insuficiente para los siete millones a que asciende el presupuesto de la Academia para este año. Pero en el déficit que arrastra esta institución ha influido también la disminución del patrocinio privado y el descenso de las ventas de las ediciones en papel de las obras académicas, especialmente del Diccionario, cuya excelente versión digital recibe más de 700 millones de consultas al año.

El director atendió a Zenda en la sede de la Real Academia Española, y en la conversación que mantuvo consideró “razonables” las reclamaciones sobre la excesiva masculinización del lenguaje. La RAE revisa desde hace años el Diccionario para tratar de mejorarlo en ese aspecto, aunque lo que no puede hacer esta institución es decirle a la gente “cómo tiene que hablar” o “imponer un modo de hablar por decreto”. También dejó muy claro que “la lengua no tiene la culpa de la desigualdad de la mujer”.

Muñoz Machado es un gran experto en la organización territorial del Estado y había que aprovechar la ocasión para preguntarle por la situación de Cataluña. Respondió a título personal, no como director de la RAE, y dijo que es “el problema constitucional más importante que hemos tenido, si se descuenta el golpe de Estado del 23-F”; una situación de “tensión permanente que no tiene fácil solución, salvo que los independentistas cedan y no aspiren a rupturas ni a cambiar el sistema y la forma de Estado”.

El director de la RAE es autor de numerosos libros, entre ellos Informe sobre España: Repensar el Estado o destruirlo” (Premio Nacional de Ensayo 2013), Cataluña y las demás Españas y Hablamos la misma lengua (Premio Nacional de Historia 2018). Muñoz Machado responde las preguntas de Zenda en su despacho de la RAE:

 

Veo que está usted “lleno de optimismo” después de todas esas reuniones que ha mantenido con miembros del Gobierno. ¿Cómo podría contribuir el Estado a mejorar la situación económica de la Academia?

«Estoy muy agradecido, pase lo que pase, por la sensibilidad que está teniendo el Gobierno actual hacia la Academia»

 

—Lo que pretendemos es que, desde el Gobierno, se dé cobertura y se retribuya el trabajo que la RAE hace en favor de los intereses generales del Estado, y que requieren un despliegue de medios personales y materiales muy amplios. Y sí, en ese camino hemos avanzado mucho. Espero que todas estas conversaciones que he venido manteniendo fructifiquen, a pesar de la dificilísima coyuntura política, sin presupuestos y con elecciones generales a la vista. A pesar de todo eso, soy optimista. Lo que gestiona la RAE es de interés público, y es nada menos que la lengua de todos los hispanohablantes. Al mismo tiempo, somos un referente de autoridad respecto de todas las demás naciones que hablan español y, en fin, tenemos una posición que todo el mundo hispanohablante respeta. Eso tiene un enorme valor diplomático, de Estado, que no podemos nosotros financiar mendigando en el sector privado, con recursos obtenidos aquí y allá. Necesitamos una cobertura presupuestaria, y yo creo que la vamos a obtener.

 

 ¿Por qué algunos Gobiernos no tienen una conciencia clara de la importancia de la Academia, del papel que hace para preservar el idioma y fomentar su unidad?

 

—Porque no han tenido tiempo de pensarlo. Realmente, si reflexionan sobre ello o alguien se lo cuenta bien, no pueden negar a la Academia lo que la Academia es y lo que necesita. Es que es la primera institución cultural de nuestro país, a mucha distancia de cualquier otra, y eso es una evidencia cuya demostración es muy simple. Basta con considerar que gestiona el bien cultural más importante que tiene este país, que es la lengua, con más proyección en el mundo. Nosotros no somos una institución cultural ubicada aquí, en la calle de Felipe IV, que hay que venir a visitar y pagar un tique para entrar a vernos. No, nosotros estamos en el universo, en la geografía hispanohablante, establecida en todas partes en régimen de igualdad con nuestros colegas de las Academias americanas, y esto tiene un valor cultural absolutamente incuestionable, por un lado, e imposible de evaluar. Pero también esto depende de los gobiernos. Debo decir que yo estoy muy agradecido, pase lo que pase, por la sensibilidad que está teniendo el Gobierno actual hacia la Academia, y por lo bien que he sido acogido en todas las conversaciones que he mantenido.

 

No fue así con el Gobierno anterior, de Mariano Rajoy, quien no pisó la Academia en ningún momento, ni siquiera con motivo de los actos del tercer centenario de la RAE.

 

—Ni antes ni después del centenario. Puede haber ocurrido lo que estoy contando, que un presidente tenga tantas cosas que hacer que no le quede tiempo de mirar para acá, o que nadie le señale el lugar donde está lo más valioso culturalmente que tiene nuestro país. Pero sí, el anterior presidente no vino, lamentablemente.

 

Pero está claro, director, que la Academia es una cuestión de Estado.

«La lengua no tiene la culpa de la desigualdad de la mujer»

 

—Sí, la Academia es una cuestión de Estado, y hay que considerarlo así. Yo he luchado estos dos meses a brazo partido porque me lo reconozcan, y me he encontrado mucha sensibilidad en ese sentido. Casi todo el mundo me dice: “Pues claro, ¿quién podría pensar de otra manera? Es así”. Y otros comentan: “Es una vergüenza que la RAE sólo reciba, con lo importante que es, un millón y medio de euros del presupuesto. Es una vergüenza. Esa cantidad no significa nada en un presupuesto de un Estado desarrollado como España. No puede seguir ocurriendo”. Y bajo esas premisas estamos tratando de construir otra manera de financiarnos.

 

Cambiando de tercio, parece que la Academia ha aplazado la aprobación final del informe sobre el lenguaje inclusivo en la Constitución, que le encargó a la RAE la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo. ¿No corre ninguna prisa?

 

—No corre ninguna prisa, ni nos han urgido después de aquel planteamiento. Yo creo que la vicepresidenta del Gobierno estaba pensando en la probabilidad de una reforma constitucional próxima, y en el marco de esa reforma introducir, en lo que fuese posible, una cierta feminización, valga la expresión, de la Constitución. Pero como no estamos en esa coyuntura y, además, ella conoce la doctrina de la Academia al respecto, pues no nos han urgido. Yo he hablado en alguna ocasión con la propia peticionaria, pero no hemos profundizado en este asunto y no me ha puesto plazo.

 

Tampoco el momento político actual, con unas elecciones generales convocadas para el 28 de abril, parece el más adecuado.

 

—Y en cuanto a la Academia, el pleno aún no ha deliberado sobre este informe; igualmente en la casa nadie se siente especialmente urgido. Es una cuestión que está más en la calle. Lo que la RAE dice con carácter general sobre este asunto lo viene repitiendo desde hace mucho, no es un proyecto que tengamos que poner por delante de cualquier otro. En el pleno hemos estado discutiendo, desde que yo soy director, sobre la próxima edición digital del Diccionario, o de otros proyectos que nos apasionan un poco más que ese informe. En efecto. Hay que buscar el momento en el que pueda abordarse una reforma de la Constitución y en el que estén más de acuerdo los partidos políticos. Yo creo que la cuestión del lenguaje formará parte de la mesa de negociación, pero vamos, tampoco es lo más urgente. Hay otras cosas en la Constitución en las que el país se está jugando realmente su estabilidad y su porvenir, como la cuestión de organización territorial.

 

Cada vez son más los sectores que reclaman la necesidad de reforzar el lenguaje femenino en diferentes ámbitos. ¿Abrirá la mano la Academia y reforzará, por ejemplo, el lenguaje femenino en el Diccionario?

«A lo que no somos favorables es a decir cómo se tiene que hablar. La Academia no puede imponer ningún tipo de lenguaje»

 

—La Academia estudia desde hace tiempo las reclamaciones sobre la excesiva masculinización de nuestro lenguaje, lo viene haciendo. Por ejemplo, estamos todavía revisando el Diccionario y, en las definiciones de vocablos que empiezan por “hombre que…” lo estamos sustituyendo por “persona que…”. Desde el punto de vista de la receptividad de la Academia a esa cierta evitación de lo masculino, pues yo repito continuamente que a mí me parece razonable la reclamación, que, en efecto, es un problema que está en la calle y, aunque no lo defienda la mayoría de la gente hispanohablante, sí hay unas minorías muy altas que están reclamando esto, y yo creo que hay que ser sensibles a ese hecho. La lengua no tiene la culpa de la desigualdad de la mujer, vuelvo a repetir, pero bueno, puede contribuir a hacerlo un poco más visible, y en la medida que la Academia pueda ayudar a eso, nosotros estamos desde luego dispuestos. A lo que no somos favorables es a decir cómo se tiene que hablar, a imponer un modo de hablar por decreto. La Academia no puede imponer ningún tipo de lenguaje. Lo que tiene es que recoger el lenguaje que se emplea en la calle. Y ese lenguaje en uso va progresivamente feminizándose. Tampoco deberíamos admitir formas expresivas que sean absolutamente antieconómicas, que obliguen a una circulación a borbotones de palabras para explicar algo que se puede exponer de un modo sencilloY a mí me preocupa mucho lo siguiente: no se puede estropear el lenguaje. Nos ha costado muchos siglos formarlo, es patrimonio de todos, y de pronto, un lenguaje tan hermoso como el español no se puede convertir en algo afeado y con formas expresivas realmente no bellas, inconsecuentes, innecesarias.

 

Las redes sociales han cambiado mucho la percepción que la gente tiene de la Academia. En Twitter, la RAE cuenta ya con más de 1,3 millones de seguidores y responde cada día centenares de consultas y dudas sobre el idioma.

—Nos hemos convertido en una institución que tiene mucha presencia mediática, lo cual está bien. Hemos sido siempre una institución algo misteriosa, que estaba metida hacia adentro, y Twitter y las redes sociales nos han permitido salir, y hacerlo de un modo moderno, alegre, festivo algunas veces, sin perjuicio de la seriedad de las respuestas de la casa a las consultas lingüísticas. Y debemos seguir por ese camino. Una institución importante como es la RAE no puede estar al margen de las redes para llegar a los ciudadanos. Nos debemos a la ciudadanía. Por tanto, mientras más presentes estemos, mejor.

 

 ¿Y qué tal va la plataforma de Enclave RAE?

—Ya está en funcionamiento, la estamos abriendo para que la gente la conozca y se suscriba por una módica cantidad al año. Ahí están todos los recursos lingüísticos que la Academia ha creado desde su fundación, por tanto, una riqueza de herramientas lingüísticas impresionante. Y estamos contentos con esta plataforma y esperanzados en que realmente se difunda mucho. Enclave RAE viene a contribuir a las pérdidas de ingresos que ha producido la crisis de las ediciones de papel. Ojalá el público vea que es una herramienta lingüística útil y se adhiera.

 

El lema del Congreso internacional de la Lengua Española, que se celebra estos días en Córdoba (Argentina), es América y el futuro del español: Cultura y educación, tecnología y emprendimiento. Está claro, director, dónde está el futuro de nuestra lengua.  

 

—Somos 577 millones de hispanohablantes, según las últimas cuentas que estamos haciendo, y en España hay 46 millones de habitantes, es decir, menos del diez por ciento. El título del Congreso no está pensado a humo de paja, sino para subrayar que realmente es en América donde está el futuro del español. Allí está la mayoría de los hispanohablantes y, además, América marca la clave de la unidad de la lengua. La Academia lucha por la unidad de la lengua, y tenemos allí los mejores colaboradores para que esto sea posible: las Academias de la Lengua Española, que son unas herramientas absolutamente esenciales, sobre todo para que cada uno de los países hispanohablantes siga sintiendo la lengua española como propia y siga estando orgulloso de las particularidades que presenta este idioma en cada uno de esos países.

 

Usted es un gran experto en la organización territorial del Estado español, y me gustaría preguntarle por Cataluña. ¿Le preocupa cómo está evolucionando este asunto, cuya solución no se vislumbra?

(Muñoz Machado le ha dedicado “varios libros y artículos” al tema de Cataluña y no suele evitar las preguntas sobre este asunto. Tampoco lo hace en esta ocasión, aunque aclara que cualquier cosa que diga al respecto es su opinión personal, no la del director de la RAE: “Yo represento a la RAE en las cosas de la Academia, pero en las cosas de Santiago Muñoz Machado me represento a mí mismo nada más”, asegura).

 

«Lo de Cataluña es el problema constitucional más importante que hemos tenido, si se descuenta el asunto del golpe de Estado del 23-F»

—Claro que estoy preocupado, preocupadísimo, por el asunto de Cataluña, que es el más grave que tienen el Gobierno y España en la actualidad. Este es el problema constitucional más importante que hemos tenido, si se descuenta el asunto del golpe de Estado del 23-F, pero incluso aquel golpe de Estado fue más inocente… (El jurista duda antes de proseguir). Bueno, más inocente… Fue bárbaro, pero, digamos, más delimitado temporalmente. Era tan ridículo el golpe de Estado, tan mal planteado, que se agotó en sí mismo. Apareció su majestad el Rey, dijo lo que dijo y aquello se acabó, y además se restablecieron muchas cosas. Fue un principio de reformas ulteriores. Ahora no, porque esto es una situación de tensión permanente, que no se alivia, que ya lleva años, que no es un “día 23-F” lo que está ocurriendo aquí. Hay muchas tensiones que no tienen fácil solución, salvo que los independentistas cedan y se ajusten más a un marco de negociación que respete la Constitución y no aspiren a rupturas ni a cambiar el sistema y la forma de Estado o, claro, que en algunas elecciones, vaya usted a saber cuándo, no tenga tanto apoyo el independentismo.

 

Usted ha abogado en numerosas ocasiones por la reforma de la Constitución, 40 años después de que fuera aprobada.

—Sí, pero es muy difícil también la reforma constitucional. Creo con toda franqueza que ahora no es posible abordar la reforma constitucional en la actualidad, ni creo que, tal y como están de fragmentados los partidos políticos, sea fácil que se sienten en la mesa. Pero, en fin, yo soy un profesional, un profesor universitario especializado en estas cosas, y mis colegas de España, del extranjero y yo mismo tenemos que procurar crear materiales intelectuales para que los utilicen cuando quieran. No vamos a sustituir a la política, pero debemos tener la maleta bien llena de soluciones, de respuestas y de análisis para que quienes han de hacerlo tengan dónde mirar y dónde apoyarse para cuando sea pertinente.

29 mar 2019, entrevista de Ana Mendoza

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Presentación de «Metafísica de la sensibilidad: psicoanálisis de la intuición estética»

Por Camelia Michel

   Nuevamente me toca el privilegio de estar en mi natal Moca y de pisar este recinto de tanta significación para nuestra comunidad. En septiembre del año pasado tomé parte del homenaje celebrado a la familia Michel, mi familia. En esta ocasión participo de un hecho no menos importante, dado que concierne al ámbito de mi familia espiritual, la familia del Interiorismo: la puesta en circulación de un nuevo libro del fundador del Ateneo Insular y del Movimiento Interiorista, Dr. Bruno Rosario Candelier.

La obra Metafísica de la sensibilidad. Psicoanálisis de la intuición estética, es un hito en el sendero del pensamiento y de la teoría literaria de este movimiento, pues aborda un elemento fundamental en la creación artística y en la fundamentación estética, que es la sensibilidad, fenómeno que se presenta en varios niveles, hasta conectar al hacedor de literatura, y en general, al creador artístico con la realidad física y la trascendente, a través de la búsqueda del sentido.

Este libro obedece a una de las preocupaciones fundamentales de Rosario Candelier, como maestro formador de escritores e ideólogo y conductor del Movimiento Interiorista: concientizar a los aspirantes y hacedores de literatura en torno a los diferentes aspectos que influyen en la creación literaria; estimular su dominio de las fuerzas érgicas que hacen posible este tipo de manifestación artística.

En esta ocasión el aspecto enfocado es la sensibilidad, como base de la percepción estética y creación artística y literaria, en sus vertientes físicas y metafísica. Como siempre, el estudio de este concepto parte desde sus raíces etimológicas y abarca sus diversas posibilidades semánticas.

Es importante destacar que en esta obra no se pretende hacer una conceptualización de la estética como disciplina filosófica, ni una definición de la estética interiorista, aunque sí destaca las motivaciones y los valores estéticos tomados en cuenta en el Interiorismo. En este orden es pertinente conocer lo que dice el autor en la contraportada de la obra: “La propuesta estética del Interiorismo fue concebida para canalizar el impacto que la realidad introduce en la conciencia, que el creador asume en su relación con la sustancia de sus vivencias, de tal manera que pueda sentir y expresar el efecto que las cosas producen en la sensibilidad y fraguan en la conciencia”.

El eje fundamental abordado por el autor, como se señala anteriormente, es la explicación del rol de la sensibilidad en la percepción de los estímulos, tanto materiales como metafísicos, que llegan al creador a través de los sentidos físicos y de los sentidos interiores y que constituyen una parte importante del acervo para la creación artístico-literaria. Pero veamos la definición de sensibilidad que ofrece Rosario Candelier (1): “La sensibilidad es la facultad para sentir lo que la realidad presenta”.

También ausculta el proceso que posibilita que dichos estímulos -procesados en la conciencia por la inteligencia y atizados y complementados por la intuición, la imaginación, las experiencias, la lectura, la revelación y la disciplina de trabajo- se transformen finalmente en la sustancia de la obra de arte u obra literaria y cito: “La conciencia es el poder de la mente para entender lo que las cosas son y significan, que conocemos mediante los sentidos corporales. Tenemos experiencias sensoriales con las vivencias que generan la percepción de los sentidos. Y sentir es captar y expresar lo que percibe la facultad del organismo que llamamos sensibilidad” (2).

Esencialmente los ensayos presentados en la primera parte de Metafísica de la sensibilidad. Psicoanálisis de la intuición estética han sido el sustento de algunas de sus cátedras impartidas entre 2014 y 2015 en diversos escenarios como el Taller Literario Pedro Mir, que auspicia la Biblioteca Juan Bosch de la Fundación Global; el Ateneo Amantes de la Luz, de Santiago, y en los encuentros literarios realizados por el Movimiento Interiorista del Ateneo Insular en los años de referencia.

Este texto consta de una breve introducción explicativa del autor, titulada Fragua de la sensibilidad estética y de seis capítulos, el primero de las cuales reúne veintiún ensayos, bajo el epígrafe de Orientación teórica, en los que el autor aborda el tema de la sensibilidad como base de la estética, en sus diferentes aspectos.

En la segunda, se agrupan nueve ensayos, bajo el título Estudios literarios, enfocados en textos de los escritores Rubén Darío, Manuel Rueda, Andrés Ulloa, Miguel Ángel Durán, Ana Rita Guzmán Ceballos, Kenia Hidalgo, Gerardo Henríquez, Reynolds Jossef Pérez Stefan y el mismo Rosario Candelier.

Los segmentos tercero, cuarto y quinto reúnen un amplio y diverso intercambio digital de temas literarios entre el autor y numerosos escritores y relacionados de la Academia de la Lengua y el Movimiento Interiorista.

Finalmente, la sexta parte agrupa algunas entrevistas y conversaciones de Bruno Rosario Candelier con diversos interlocutores, acerca de temas literarios variados, y muy especialmente en torno al Movimiento Interiorista.

Para concluir no me queda más que felicitar al prolífico autor de Metafísica de la sensibilidad. Psicoanálisis de la intuición estética, quien, a todas luces, inicia el año de forma muy auspiciosa. A todos los presentes, los exhorto a leer este libro y a acercarse a su propia fuente de creación, para lo que fue creada dicha obra, y muchas gracias a los organizadores de esta puesta en circulación.

 

Camelia Michel Díaz

Presentación de Metafísica de la sensibilidad

Moca, Teatro Don Bosco, 21 de febrero de 2019.

El enigma de los pergaminos: Una novela de crítica eclesiástica leída por un teólogo

Por Luis Quezada

Me llena de mucha alegría que una mujer que a través de su obra inspira belleza, bondad y verdad, los trascendentales del ser, nos entregue una enjundiosa narrativa sobre el ser de una institución que está llamada a ser carisma y comunidad, antes que institución, pero que una patología institucional de casi 2,000 años, ha ahogado lo carismático y lo comunitario que en ella deben ser prioritarios, ya que lo institucional debe estar en ella al servicio de lo carismático y de lo comunitario, y no al revés.

Esta narrativa puede inscribirse en el género histórico-crítico y específicamente de las novelas que hablan sobre la patología del poder, entre las que podemos citar “La historia del rey David, en La Biblia; Edipo rey, de Sófocles; Yo Claudio, de Robert Graves; Memorias de Adriano, de Margarite Yourcenar; Calígula, de Albert Camus; El nombre de la rosa, de Umberto Eco; Castellio contra Calvino, de Stefan Zweig; Macbeth, de William Shakespeare; Fouché, de Stefan Zweig; Rojo y negro, de Stendhal; La piel de zapa, de Balzac; El maestro y Margarita, de Miljail Bulgakov; Bella del señor, de Albert Cohen; Todos los hombres del rey, de Robert Penn Warren; 1984, de George Orwell; Fahrenheit 451, de Ray Bradbury; La hoguera de las vanidades, de Tom Wolfe; El señor de las moscas, de William Golding; Agosto, de Rubem Fonseca; Amsterdam, de IanMc Ewan, entre otras.

El tema de fondo de la novela es el PODER. La Antropología Cultural nos ha enseñado que de las 5 dimensiones existenciales que constituyen al ser humano, como son, EL TENER, EL PODER, EL SABER, EL PLACER Y EL HACER, la más difícil de cambiar, o por decirlo en un lenguaje más eclesial, la más difícil de convertir, es la dimensión del PODER. Hacer que el Poder no sea dominación, opresión, represión, exclusión a que sea Poder-Servicio, es lo más difícil de lograr.

Precisamente, la gran herencia que nos dejó Jesús es el vivir el PODER-SERVICIO: “Yo he estado entre ustedes como el que sirve”. El evangelio de Lucas es elocuente al respecto. Dice:

“Los discípulos se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero. Jesús les dijo:

—«Los reyes de las naciones las dominan, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Vosotros no hagáis así, sino que el primero entre vosotros pórtese como el menor, y el que gobierne, como el que sirve. Porque, ¿quién es más, el que está en la mesa o el que sirve? ¿Verdad que el que está en la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve.

 Es harto evidente, que la iglesia en 2,000 años no ha asimilado lo que Clodovis Boff ha llamado “el evangelio del Poder-servicio”.

Incluso, un himno del siglo I, que es anterior a Pablo y él lo recoge en su carta a los filipenses, muestra que todo el misterio de la encarnación, es decir, de la humanización de Dios entre nosotros, no se realiza en una humanidad abstracta, sino en una humanidad concreta, pobre, sencilla. Cuando hablamos de la encarnación, no basta decir que Dios se hizo hombre, sino que se hizo hombre pobre, en la persona de Jesús. Dice el himno antes mencionado:

Filipenses 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;de modo que al nuevo nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el
abismo, y toda lengua proclame que Jesús es el Señor, para gloria  de Dios Padre.

La narrativa de Johanna Goede reinvindica al Jesús histórico, en su condición de hombre pobre y servidor.

Pero su mayor logro reinvindicativo es el visibilizar y empoderar a esa “muchedumbre invisible” en la Iglesia que son las mujeres. Y creo que este reclamo exigente no es solamente propio de la trama de la narrativa, sino de la trama existencial de la autora. Todo autor siempre escribe autobiográficamente, y en este caso, lo autobiográfico es tan evidente que Johanna no es solamente la autora, sino que también una Johanna es la protagonista.

La novela deja escapar en cada uno de sus 25 capítulos, precedidos por un brevísimo prólogo y un breve epílogo, una rabia santa, contenida a lo largo de los siglos, aprisionada por aquella institución que vive el poder-dominación y no el poder-servicio.

En la piel de res, limpia y estirada, que sirve para escribir sobre ella (PERGAMINOS), Johanna Goede nos revela un conjunto de palabras de sentido encubierto, para que sea difícil entenderlo o interpretarlo (ENIGMA).

Buñuel decía que él era ateo “por la gracia de Dios”. Creo que Johanna es una creyente atea y una atea creyente. Y no es una perogrullada. Ya decía Ernst Bloch “que para ser buen cristiano hay que ser buen ateo”, es decir, ateo de los ídolos falsos.

La autora de “El enigma de los pergaminos” es creyente en el Dios de la vida, del amor, de la justicia, del servicio, de la solidaridad; pero atea de los ídolos de la muerte, que siembran la división, la marginación, la exclusión, la opresión, la persecución.

Una mujer que agradece, ante todo, “a Ese ser inmaterial que vive en mis reconditeces; susurro que me dicta cada palabra a escribir, cada idea a plasmar, cada detalle. Si hay algún error, es mío, por no captar con claridad Su mensaje”. (Pág.11). Esa mujer que agradece así, alberga en su corazón profundas raíces de una fe que opera por el amor.

Hay dos símbolos que aparecen en la portada de la novela y que atraviesan todo su entramado, que llevan dentro de sí “la semilla de su propia destrucción”. LAS CARABELAS, símbolo del poder colonizador dominante, traen de incógnito en su seno dos botijas que constituyen el enigma liberador a develizar. Curiosamente, la nao lleva el nombre de una mujer especial: Santa María, curiosamente, solamente en el discurso de la ortodoxia, esa mujer llamada María es considerada el “simbollumeclesiae”. La miopía histórica nos hace hablar incluso de que la Iglesia es nuestra madre, pero una madre donde solamente mandan los hombres. Es precisamente esa figura femenina llamada María, la que invita en el capítulo 1 a zarpar, la que asegura que “el tiempo de volver a partir ha llegado”. Ella es la que da la señal de salida: “Ha llegado la hora de partir”.

El otro símbolo es EL VATICANO, donde se ha concentrado el poder-dominación de la Iglesia que dice ser “el movimiento iniciado hace 2,000 años por Jesús de Nazaret”. En el Vaticano se respira cualquier cosa, menos espiritualidad. Es la verdadera meca del poder absoluto. Y la novela cita varios momentos, acontecimientos y circunstancias históricas donde se demuestra aquello que decía en el siglo XVIII Lord Acton: “El poder corrompe, y el poder absoluto, corrompe absolutamente”.

Aquí reside el “pecado original” de la iglesia. Abandonó su opción por los pobres y asumió una opción por el poder. Y todo esto se consolida en el siglo IV. Es lo que se ha llamado la “constantinización de la Iglesia”.

La impresión que deja la novela cuando un creyente auténtico la lee no es la de hacerle tambalear en su fe, sino todo lo contrario. Es una bocanada de aire fresco. Es como abrir todas las ventanas, para que entre la brisa suave del Espíritu. La novela es un verdadero “aggiornamento” como decía del Concilio Vaticano II el papa santo Juan XXIII: “se trata de ir a las fuentes y de poner al día a la iglesia”.

Pienso que la trama llevada por la autora en la novela niega lo que ella misma expresa que es el resumen de su pensamiento crítico: “Creo en todo y no creo en nada”.

Por lo que se deduce de la novela, Johanna Goede no “cree en todo”. Cree en aquello que genera vida, amor, felicidad en los seres humanos, igualdad, participación. El que cree en todo no cree en nada. Tampoco es verdad que Johanna “no cree en nada”. La novela deja bien establecido el perfil de su fe. Pero a la vez deja bien definido el perfil de su increencia. Aquello en lo que ella no cree, aunque se presente como la ortodoxia misma y aunque provenga de los llamados “guardianes de la fe”.

El valor narrativo, llevado con fino hilo rojo, como si fuera un poncho de múltiples bordados, donde cada capítulo muestra una faceta diferente del conjunto de la textura bordada por su narrativa, está fuera de cuestionamiento. Dejo a los autorizados críticos literarios profundizar en el valor literario de esta novela, que para mí lo tiene en demasía.

Pero, como teólogo, tengo que subrayar el “plus” que ofrece la novela, en su contenido ideológico. Muestra prácticamente una “iglesia en explosión”, para usar el título llamativo de un libro cuestionador aparecido en la década de los sesenta.

El libro es un verdadero terremoto, una sacudida brutal que quiere despertar las conciencias aletargadas y despabilar a una “iglesia que duerme”, sin darse cuenta de que hace muchos siglos se apartó del sendero que trazó Jesús.

Los dos pergaminos proféticos, protagonistas silentes de la trama, custodiados por un nigeriano -no es casual que el despertar venga de África en la novela, “la cenicienta de los continentes”- y que los mismos sean descifrados en Cuba, la isla que los españoles llamaron “Juana”, como la protagonista de la novela. No son coincidencias. Son aldabonazos para que la Iglesia retome su dimensión profética de anunciar, denunciar, renunciar y pronunciar.

El enigma de los pergaminos es una delicia literaria y un desafío teológico. Los invito a todos a leer con mente abierta, un texto desafiante y que tiene una finalidad explícita: sacudirnos para que cambiemos el rumbo.

Muchas gracias.

Sábado 16 de febrero de 2019

 

Lecturas para viajeros: cuentos y relatos

Por Manuel Salvador Gautier

   Miguel Collado es el presidente-fundador del Centro Dominicano de Investigaciones Bibliográficas, Inc. (CEDIBIL), con cuyo sello editorial publicó, en 1996, una Bibliografía cronológica de las antologías literarias dominicanas 1874-1996, en la cual identificó las obras de los autores dominicanos que escribieron durante esa época, algunos de los cuales habían sido olvidados y fueron reconocidos de nuevo. Ya en 1993, Collado había obtenido el Premio Casa del Escritor Dominicano con su obra Apuntes bibliográficos sobre la literatura dominicana, de contenido similar al de la obra antes señalada.

Ciertamente, acudir a bibliotecas públicas y privadas para investigar una cantidad enorme de documentos con el fin de lograr ese cometido, requiere de una capacidad de concentración y voluntad que demuestra la tenacidad con que Collado abordó el asunto. Con esas dos obras, Collado se consagró como el autor que había dado a conocer en forma detallada la obra de los escritores dominicanos de todas las épocas. Fue un logro extraordinario que lo identificó para siempre en el imaginario literario de nuestro país. No valió que antes hubiese publicado cuatro libros de poesía: Pesada atmósfera, en 1976; Soliversodario, en 1980; El viento y yo, en 1986; y Un encuentro propiciado por la lluvia, en 1987; ni que posteriormente publicara una antología sobre la poesía de Rafael Abreu Mejía y otra de cuentos sobre el tirano Rafael Leónidas Trujillo; ni que hiciera compilaciones sobre las obras poéticas de Freddy Gatón Arce y Aída Cartagena Portalatín; identificara el ideario de Pedro Henríquez Ureña, y publicara otros trabajos más, algunos de estos con varias ediciones; Collado era siempre identificado como el literato que dio a conocer a los autores dominicanos en bibliografías cuidadosamente preparadas que, como no ocurrieron con bibliografías anteriores, tuvieron una extensa difusión.

Ahora, con la publicación del libro de cuentos Lecturas para viajeros, Collado quiere una vez más demostrar que no es solo un magnífico bibliógrafo, sino que también lo es en cualquiera de las otras categorías literarias, en este caso, en la categoría de los cuentos, en la cual aún no se había dado a conocer.

En la obra, no se detalla en qué momento de su carrera literaria Collado comenzó a escribir los cuentos que ahora presenta. En un «Prefacio narrativo» sumamente emocional, el autor señala el año de 1988 como el inicio de esta propuesta; pero el lector sospecha enseguida que esta fecha es, más bien, la que define su voluntad de reconocerse como cuentista, porque antes, informó de los muchos cuentos que escribió, rechazó y quizás guardó, y que, por obligación, quedaron en su imaginación e influenciaron en los que finalmente aceptó.

Collado no presenta estos cuentos de acuerdo al momento en que los concibió, sino de acuerdo a su extensión. Comienza con los más cortos y concluye con los más largos. Así organizados, el lector no tiene manera de saber si el cuento que lee corresponde a una época más temprana o más tardía del autor, por lo que todos se aprecian como una unidad no diferenciada. Y es mejor así, porque lo que sale a relucir es que el autor tiene una gran coherencia de estilo, la cual deleita al lector, quien comprende enseguida que está ante un manejo homogéneo de la palabra de gran calidad literaria.

En las últimas décadas, muchos escritores extranjeros y nacionales pusieron de moda la publicación de cuentos muy cortos. Collado no escapa a esta influencia, y sus primeros cuentos son cortísimos, una simple frase o un diálogo de pocas líneas. Los últimos cuentos, sin embargo, son de gran extensión. En todos estos, Collado se maneja sabiendo exactamente lo que quiere lograr.

Estos cuentos son, en realidad, un catálogo de emociones humanas; aunque también aparecen lo que yo llamaría travesuras intelectuales, como ocurre en el cuento «El retorno a la tierra», donde una argonauta pasa décadas navegando por el espacio y, cuando vuelve a la tierra, encuentra que ahora está poblada de monos y no de gente, lo que significa que Collado invierte la famosa teoría de Charles Darwin de que el hombre desciende del mono; en este caso, el mono desciende del hombre.

 

A continuación, presento otros cuentos, encabezados por sus títulos:

 

«El libro de los secretos»

Trata sobre un hombre que, después de leer un libro sobre la importancia de la vida, concluye que su propia vida ha transcurrido de manera insípida y se deprime. Así trata Collado la influencia de los libros en las personas.

 

«La realidad onírica»

Collado juega con el famoso cuento de Augusto Monterroso de una sola oración: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí”, y lo transforma en un sueño donde hay un dragón que, cuando el sujeto despierta, aparece de verdad y lo mata. De esta manera, Collado establece la relación que, según él, existe entre el sueño y la realidad.

 

«Imitando a Superman»

Un tipo se tira de un quinto piso como haría Superman, y termina muerto en la calzada. Así Collado advierte sobre la actitud de algunas personas que no analizan las características del personaje que imitan.

 

«El pescador pescado»

De nuevo, Collado toma un cuento muy conocido y le da su propia interpretación. En este caso, es el cuento del hombre tragado por una ballena, el cual el autor transforma en un hombre que depende de su celular para salir siempre de apuros. En el caso que tratamos, el hombre dentro de la ballena no consigue señal y queda atrapado. Es una advertencia de Collado a todos los que andan con su celular, asumiendo que con este podrán salir siempre de empeños.

 

«El cocotero y la gaviota»

Collado presenta la contraposición entre los seres que tienen movilidad y los que no. De una manera muy amena, demuestra que ninguna entidad puede vanagloriarse de ser superior a la otra, pues cada una tiene méritos que la otra no posee.

 

«La ingenuidad de Ana»

Acabados de casar, Ana no puede acompañar a su esposo a un viaje que a este se le presenta para ir a Nueva York. Tiempo después, Ana llama por teléfono al marido en Nueva York y le informa que está encinta de él. Entonces él, sorprendido, le recuerda que ellos no tuvieron tiempo de consumar el matrimonio. Se sobreentiende que Ana ha tenido relaciones con otro hombre mientras el marido estaba de viaje, o antes. Collado advierte sobre aquellos que piensan que pueden engañar a los demás con situaciones obvias, que pueden ser fácilmente  refutadas.

 

«Por amor volvió a la vida»

En el entierro de su enamorado, ella se abalanza sobre el féretro de él y lo abraza, lo cual hace que él se despierte y le diga que el amor de ella lo volvió a la vida. Con este cuento, Collado nos señala que el amor tiene formas inimaginables que logran lo imposible.

 

 

 

 

«Kassim, el que se creía filósofo»

Kassim, un loco en un manicomio, que cree vivir en la época clásica griega, solo responde a su psiquiatra cuando este se hace pasar por Platón. De esta manera, Collado propone que, solo si las personas toman en consideración los intereses del otro, pueden entenderse con este.

 

«Después Alberto»

A sabiendas de que lo persiguen, un hombre decide quedarse en su casa. Allí lo atrapan sus enemigos y lo matan. Collado nos advierte sobre las malas decisiones que hacen algunas personas, que no toman en cuento su propia realidad.

 

«Una mujer dolida»

María no sabe qué ha sido de su esposo después que este participara en el robo de un banco. Con este cuento, Collado nos informa sobre las relaciones dudosas entre marido y mujer, donde este, cuando consigue dinero, la abandona. De esta manera, el autor advierte sobre la falta de comprensión que existe en algunos matrimonios con respecto a sus verdaderas relaciones.

 

«El hombre es un ser caníbal»

Un hombre entra de compra a una carnicería y, al ver los trozos de carne que hay allí, reflexiona sobre la cantidad de animales que deben morir para que el hombre se alimente. Collado quiere darnos a entender que, aunque es una necesidad comer, esto significa sacrificar seres que sienten y sufren, cuyos sentimientos no tomamos en cuenta, lo cual demuestra que el hombre es insensible a cualquier manifestación, cuando se trata de su sobrevivencia.

 

«El solitario hombre que cavila»

En este cuento, uno de los más importantes por su contenido, Collado demuestra las inquietudes que tiene sobre la vida.

Un hombre reflexiona y se hace un torrente de preguntas, todas relacionadas con el sentido de la vida. Algunas de estas preguntas son:

¿Por qué hago lo que hago? ¿Qué sentido tiene para mí vivir y desvivirme haciendo lo que hago? ¿Para qué y por qué afanarnos tanto si inevitablemente habremos de morir?

 

CONCLUSIÓN

No hay dudas de que estamos ante una obra muy bien escrita, con un contenido que va desde la entretención a la reflexión. El libro de cuentos Lecturas para viajeros, de Miguel Collado, debe considerarse como una excelente obra literaria. Al salir al ruedo con esta, el autor demuestra su capacidad narrativa y se coloca entre los mejores cuentistas dominicanos.

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*Palabras pronunciadas en el acto de puesta en circulación del libro Lecturas para viajeros: cuentos y relatos breves y muy breves, de Miguel Collado, celebrado el jueves 21 de marzo de 2019 en la Biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

 

El poder de la sensibilidad

Por Bruno Rosario Candelier

    La participación de la sensibilidad es determinante en todo lo que intuimos, pensamos y hacemos a la luz del aporte de las antenas de nuestro propio ser cuando se ponen en comunión con fenómenos y cosas mediante una singular conexión con los datos sensoriales y las señales ultrasensibles que tocan nuestra conciencia. De ahí la pertinencia de una metafísica de la sensibilidad en el arte literario.

Decir sensibilidad y decir metafísica son dos palabras aparentemente contrapuestas, porque la sensibilidad es la capacidad de nuestro cuerpo para sentir y expresar nuestra percepción de lo viviente. La sensibilidad no es más que la capacidad para sentir, y ocurre que sentimos las manifestaciones sensoriales de las cosas, así como algunas de las manifestaciones extrasensoriales, es decir, la realidad material en su dimensión natural, física y tangible, así como la realidad espiritual mediante los efluvios de la Creación.

Sentimos las señales de las cosas mediante los circuitos receptores de la sensibilidad que llamamos sentidos corporales, que se conectan con la vista, el olfato, el tacto, el gusto y el oído. Y percibimos los fenómenos de la realidad trascendente a través de los sentidos interiores, como son la intuición, la memoria, la imaginación, el sentido común y la estimativa.

Cuando los canales de la sensibilidad despliegan sus antenas receptoras, actúan como una esponja que lo capta todo, y entonces nosotros sentimos que algo roza nuestros sentidos, algo toca nuestro ser y, cuando tenemos esa percepción, es decir, cuando sentimos, hay la tendencia a expresar lo que esas sensaciones producen en nuestro cuerpo físico y en nuestra interioridad, incluidas los efectos entrañables, como la emoción estética y la fruición espiritual.

Ahora bien, ¿por qué asocio metafísica a sensibilidad? La palabra metafísica se relaciona con lo que está más allá de las apariencias de las cosas, es decir, lo opuesto a la sensibilidad que capta la faceta sensorial de lo viviente. La sensibilidad física atrapa la sensorialidad de las cosas. Y la metafísica comprende la realidad intangible, pero acontece que nuestra sensibilidad tiene sentidos interiores que captan las manifestaciones intangibles de lo existente, y son más las cosas que no se ven, que las cosas que se ven. Y además la misma expresión sensorial de lo viviente tiene una dimensión interna, es decir, invisible, subyacente y oculta. De ahí la razón para consignar el concepto implicado en la palabra metafísica para vincularla a la sensibilidad. Lo que indica, entonces, que podemos hablar de una sensibilidad física y una sensibilidad metafísica.

Hay múltiples señales que vienen del Universo que no se ven, pero se sienten y tienen un alto sentido para la conciencia trascendente. Esas señales que no se ven y que son reales son señales metafísicas, porque no tienen una manifestación sensorial sino ultrasensible, como son irradiaciones, símbolos, ondas secretas, voces, estelas, imágenes y otros destellos intangibles. Hay una enseñanza profunda que viene del Universo, porque todo lo que ha acontecido en el transcurso del tiempo está registrado en diversas capas ocultas del Universo cósmico.

Ya sabemos que un día se va a crear un aparato que va a identificar la realidad de cuanto ocurrió en el pasado, y entonces ese instrumento permitirá conocer las manifestaciones del ayer que nuestra limitación perceptiva nos impide conocer, como determinados datos históricos y las referencias del pasado que conocemos por la narración de los libros de historiografía, pero no sabemos con la exactitud de la verificación o la certificación que determina su certeza indubitable.

Nuestro cerebro tiene, mediante las neuronas cerebrales de la mente, también unas antenas especiales para captar las señales secretas del mundo invisible, con las que puede desvelar el misterio que las cosas esconden, porque la realidad sensorial susurra y refleja fluidos sugerentes de señales provenientes de la misma sensorialidad, y todo en el Universo tiene un caudal de sensaciones, señales y símbolos que suelen percibir, entender y descifrar los que han desarrollado la sensibilidad metafísica o sensibilidad trascendente, que es la que permite captar lo que está más allá de las manifestaciones sensibles, y esa dimensión sutil y trascendente de lo viviente es más profunda, más rica, más luminosa que la realidad sensorial por el caudal de señales, verdades y sentidos que portan, con más sentidos que la realidad material, y, entonces, los poetas, los iluminados y los místicos, es decir, los que tienen el desarrollo de su inteligencia sutil para entender las cosas profundas de la realidad trascendente, capten esas señales, interpretan sus mensajes y los plasman a través de sus imágenes poéticas, sus símbolos comunicativos y su correspondiente exégesis valorativa.

La experiencia nos enseña que hay mensajes secretos, verdades profundas y sentidos ocultos con un caudal de valores y significados de muy antiguas esencias de una alta y luminosa sabiduría espiritual que suelen captar los santos, los místicos, los poetas y los iluminados que han desarrollado ese poder del intelecto, ese poder perceptivo de la sensibilidad y, entonces la palabra, el canal expresivo con que traducimos nuestra percepción de las cosas, nos sirve para comunicar lo que la realidad sensorial susurra o lo que la realidad ultrasensible dicta para conocer esos mensajes alta estirpe cósmica. De manera que nuestra sensibilidad tiene dos antenas de recepción: la antena física para captar las señales sensoriales de las cosas; y la antena metafísica para capturar las irradiaciones trascendentes de los fenómenos invisibles, y así se pueden atrapar ambas dimensiones de los mundos reales y sutiles, las que se ven y las que no se ven, para lograr una visión más completa de los fenómenos y cosas que nos rodean.

A menudo la dimensión que no se ve tiene más señales, más verdades y más enseñanzas que la que se ve; eso es parte del misterio de la Creación, percepción que depende del talento que desarrolla la persona si se ha cultivado intelectual, estética, imaginativa, psicológica y espiritualmente.

Si uno les pone atención a las múltiples e incitantes manifestaciones de la realidad social, natural y sobrenatural, puede entender muchos fenómenos del Universo y profundas verdades de una sabiduría milenaria, porque permanentemente hay irradiaciones y señales, con valiosos mensajes espirituales, que vienen de la cantera del infinito para nutrir con esas sabias verdades nuestra comprensión de los mundos sutiles.

La realidad sensorial es inmensa; la realidad cósmica es infinita; y el Universo es inconmensurable. Y un saber profundo, luminoso y trascendente, que viene de muy antigua memoria y que podríamos identificar en el hondón de nuestra sensibilidad, es lo que he tratado de captar, entender y explicar en esta obra que he titulado Metafísica de la sensibilidad, por lo que tiene el subtítulo de “Psicoanálisis de la intuición estética”.

¿Por qué la denominación de “Psicoanálisis de la intuición estética? Porque es una forma de auscultar lo que pasa en nuestro interior, lo que acontece en nuestra conciencia y lo que experimenta nuestra sensibilidad cuando la realidad toca las antenas de nuestro ser y cuando nosotros nos sentimos concitados, estimulados, conmovidos, apelados y emocionados por las señales sensoriales y profundas de la misma realidad material.

¿Cuándo sentimos las señales de la realidad sensible o las manifestaciones de la realidad ultrasensible? Cuando nosotros nos disponemos a contemplar el mundo para sentir su dimensión profunda y vivir, aunque sea parcialmente, el sentido del misterio y el encanto de la Creación. Por eso es importante la contemplación de las cosas.

La contemplación, que es un ejercicio de la sensibilidad que suelen hacer los monjes, los contemplativos y los espirituales de las diferentes tendencias espirituales de las diversas culturas, es una actividad que deberíamos hacerla todos nosotros, de tal manera que los antiguos pensadores presocráticos griegos y los antiguos contemplativos taoístas chinos, comprendieron y desarrollaron un alto pensamiento porque tuvieron la disposición de dedicarse a la contemplación de lo viviente para sentir, desde su misma sensibilidad, lo que implica la conexión de la conciencia con la llama de lo viviente para captar y expresar la dimensión profunda y trascendente de cuanto acontece en el fluir de lo viviente.

El ejercicio de la contemplación activó el talante de la sensibilidad y el poder del intelecto de esos antiguos contemplativos que abrieron las compuertas de su sensibilidad para interpretar lo que el mundo sugería, y entonces pudieron crear filosofía, música, poesía, teatro, mística y todos los saberes humanísticos. El inicio de esa creación fue justamente el despliegue del poder de contemplación de la sensibilidad que ellos desarrollaron al poner sus sentidos físicos y metafísicos en contacto con la realidad de lo viviente para sentir y vivir el impacto que las cosas ejercen en la sensibilidad y la conciencia para las altas vivencias del espíritu.

Lo que les estoy comentando es lo que traté de explicar en esta obra, Metafísica de la sensibilidad, intuiciones y vivencias que tienen y experimentan los poetas, los narradores, los dramaturgos y los creadores en general cuando intentan plasmar lo que sienten, cuando intentan expresar lo que captan de la realidad y, sobre todo, cuando escriben la interpretación que quieren darle a la misma realidad que asumen con su sensibilidad, su intuición y su conciencia. Para eso se valen de la palabra y, mediante la palabra, traducen en imágenes, conceptos y símbolos el sentido de fenómenos y cosas para darnos un poco de luz sobre lo que ellos perciben cuando se despierta la vocación creadora y se activa su intuición espiritual y estética.

Para conectar lo que estoy diciendo con lo que dije al principio, esa vocación creadora está en todos nosotros y todos podemos desarrollarla de alguna forma y en cualquier área del pensamiento, en cualquier manifestación de la creatividad, en cualquier expresión artística y espiritual, porque esa alta dotación de nuestro intelecto forma parte de nuestra más entrañable condición en virtud de los hermosos dones que recibimos con el don de la vida, como son los dones de la intuición, la expresión y la creación.

 

Bruno Rosario Candelier

Presentación de Metafísica de la sensibilidad

Moca, Teatro Don Bosco, 21 de febrero de 2019.