La sintaxis orienta la correcta información y también la normativa
Por Rafael Tobías Rodríguez Molina
La correcta redacción de un texto depende de varios factores, dos de los cuales son la sintaxis o buena relación o estructuración de las palabras en la formación de las frases o grupos oracionales, y el sentido o mensaje que se quiere transmitir mediante el texto.
Hace varios meses apareció publicado en la ciberpágina de la Academia Dominicana de la Lengua uno de mis artículos, al que titulé “El orden sintáctico de los componentes oracionales”. Allí se insinuó que “atendiendo al origen del término sintaxis, nos damos cuenta de que el orden en la oración desempeña un papel de suma importancia. Pero el ordenamiento de las partes que integran la oración de nuestra lengua española no se impone de manera absoluta, sino que permite algunos cambios de ubicación de esas partes oracionales básicas, que son “sujeto, verbo, objeto directo, objeto indirecto y circunstancial, tal como aparecen en el siguiente ejemplo: “Juan envió un libro a su hermano el día en que este cumplió 17 años de edad.”
Al no ser ese orden obligatorio, como ya se dijo, esa oración puede ordenarse, entre otras formas, de la siguiente manera: “El día en que su hermano cumplió 17 años, Juan le envió un libro.” Un requisito para los cambios de ubicación, mediante la licencia del hipérbaton, es que no se altere el sentido o significado expresado en la oración, como se puede verificar en el cambio sintáctico que se ha realizado en ese caso, en que no habido cambio de significado.
Pero no fue eso lo que pasó en un programa que se transmite en el canal español Antena 3, donde se transmite el interesante y educativo programa Pasapalabra, que se presenta todos los días de lunes a viernes. Ese programa lo vemos en casa todos los días. En él participan dos competidores. Como lo seguimos sin perder un solo Pasalabra, estamos enterados de la marcha del mismo en cuanto al que gana el programa del día, o si hay empate, o quien pierde la competencia del día. Y sabemos que el que pierde la competencia , unos minutos antes del Pasapalabra del día siguiente, va a la llamada silla azul; y si no es eliminado en la silla azul, ese mismo día continúa en Pasapalabra. Si pierde en la silla azul, queda eliminado y no continúa en la competencia y ocupa su lugar el que ganó en la silla azul.
Eso le pasó a una competidora llamada Marta: perdió en la silla azul. Debo informar que el día en que Marta fue eliminada de Pasapalabra, ya había participado en 30 programas, de los cuales ella ganó 16, empató en 8 y perdió en 6. Como el que pierde la competencia va a la silla azul, ella fue 6 veces a la silla azul antes de su posible Pasapalabra 31, en el cual no participó al perder en la silla azul de ese día. Pero, al ofrecer la noticia de su derrota y abandono obligatorio de Pasapalabra, se informó, con una mala ubicación de los grupos oracionales, lo siguiente: “Marta queda eliminada de Pasapalabra tras 30 programas en la silla azul.” Ese texto contiene varias desinformaciones que subyacen a causa de la desubicación o mala ubicación de los grupos sintácticos. Para evitar las desinformaciones, la noticia debe redactarse del siguiente modo: “Marta queda eliminada en la silla azul tras 30 programas en Pasapalabra.”
En la noticia ofrecida por los responsables de Pasapalabra, se ofrecen en forma indirecta, y sin que esa fuera la intención de los informantes, las siguientes falsedades:
- Que Marta estuvo 30 veces en la silla azul. (Para que eso fuera verdad, ella no pudo ganar ninguna competencia, ni tampoco empatar ninguna, sino que las perdió todas, lo cual no es verdad, pues ella estuvo en la silla azul, antes de ser eliminada, solo 6 veces.)
- No es verdad que la silla azul es un programa. (La verdad es que la silla azul es un segmento que se realiza antes de Pasapalabra si un competidor pierde en el Pasapalabra del día anterior, para determinar si puede seguir compitiendo en el programa de ese día, lo cual sucede si gana en la silla azul.)
- Dejan dicho que Marta no ganó ninguna competencia de las 30 en que participó, pues se afirma que ella estuvo 30 veces en la silla azul. (La verdad es que ella ganó 16 de los 30 Pasapalabra en que participó, por lo cual no pudo haber participado en 30 “silla azul”.)
- También dejan dicho que Marta no empató en ningún programa de los 30. (Informamos más arriba que ella empató en 8 de los programas.)
En conclusión, la mala ubicación de un grupo sintáctico trastorna el sentido o conduce a falsear la verdad de algo que se afirma o informa.
Es evidente que los datos sobre la participación de Marta y su competidora los conocen más que nosotros los televidentes, los organizadores y administradores de ese divertido e interesante programa. Pero dan a entender que se les escapó ordenar adecuadamente las partes oracionales de la nota que hubiera informado a los interesados lo que realmente le sucedió a Marta en su excelente participación en Pasapalabra.
En la continuación del tema, se presentarán varios casos en los que la sintaxis y el sentido o significado de lo que se quiere expresar orientan o influyen en la normativa. Esos casos serán presentados mediante pares de oraciones que contienen prácticamente los mismos componentes oracionales o palabras, pero el orden o ubicación de los cuales no es el mismo. Es decir, su ubicación sintáctica no es la misma. Eso dará origen a diferente aplicación de las normas para mantener la corrección y al mismo tiempo puede haber algunos cambios de sentido. Véanse esos casos.
- En este primer caso se dan dos posibilidades:
A) El vocativo con un antecedente pronombre. Ejemplo: ”Él, hijo mío, es primo tuyo.” En esta oración la madre (o el padre) está hablando con su hijo, haciendo referencia a alguien que es primo de él. Aparece “hijo mío” entre dos comas por ser vocativo intercalado, y va antecedido por el pronombre personal “Él”, que lleva tilde diacrítica para diferenciarlo del artículo determinado “El”, el cual no lleva tilde.
B) En la siguiente redacción desaparece el vocativo y las comas, y se cambia el pronombre “Él” por el artículo determinado “El”. Ejemplo: “El hijo mío es primo tuyo”, al eliminarse el vocativo y cambiarse el pronombre “Él” por el artículo “El”, se cambia la significación de la oración que tenía pronombre y vocativo. En esta oración uno de los padres no habla con su hijo, sino con el primo de su hijo. Hay, además, variación de la normativa, pues al no ser “hijo mío” vocativo, desaparecen las dos comas, y al cambiarse el pronombre por el artículo, desaparece la tilde de la E de “Él”.
2. Este caso tiene que ver con oraciones iniciadas por “No”. Aquí existen dos posibilidades sintácticas, que son:
A) Con el “No” seguido por una coma. Ejemplo: “No, amen siempre a sus hijos.” Aquí se indica a los padres que el amor hacia sus hijos no debe tener pausas o circunstancias en que ellos dejen de amarlos; es decir, ese amor no debe ni interrumpirse ni reducirse, y ese amor debe ofrecerse a cada uno de los hijos, por lo que no deben dejar de amar a ninguno.
B) Con el “No” sin coma después. Ejemplo: “No amen siempre a sus hijos.” Esta vez se afirma que no siempre hay que amar a los hijos; es decir, puede haber ocasiones o circunstancias que provoquen que se le(s) retire o disminuya el amor a alguno(s) de ellos.
3. El siguiente caso tiene que ver con oraciones iniciadas por “Sí” o “Si”.
A) Oraciones iniciadas por “Sí” seguida de una coma. Ejemplo: “Sí, eso es verdad; ella obtendrá la beca.” En este ejemplo se hace una afirmación de que con toda seguridad la persona de quien se habla conseguirá la Para que esa oración transmita esa certeza, el “Sí” debe llevar esa tilde y estar seguido por la coma.
B) Iniciadas por “Si” sin que le siga una coma. Ejemplo: “Si eso es verdad, ella obtendrá la beca.” En este caso la oración se inicia con el “si” condicional y sin que le siga una coma, lo cual da a entender que no hay seguridad de que ella consiga la beca; todo dependerá de “eso”, que no se especifica lo que es, se cumpla o sea cierto.
- Esta vez se presentan oraciones interrogativas directas iniciadas por “¿Qué” o “¿Que”.
A) Las iniciadas por ¿Qué… Ejemplo: “¿Qué fue lo que te preguntaron?” En este caso el “¿Qué” tiene valor interrogativo, por lo cual debe escribirse con tilde, como lo determina el “acento diacrítico”. En cuanto al significado, se pregunta sobre algo que se ignora, y ni siquiera se sugiere lo que fue preguntado a la persona con quien se habla.
B) Las iniciadas por “¿Que…”. Ejemplo: “¿Que si vas a llegar temprano fue lo que lo que te preguntaron? En cuanto al significado, aquí se sugiere una posible pregunta de las varias posibles que le hicieron al que cuestionaron. Además, ese “¿Que” no es interrogativo y por eso no lleva tilde aunque le anteceda el signo de interrogación; es un “que” que inicia una proposición con valor de objeto directo y que es parte de la siguiente oración compuesta: “¿Lo que te preguntaron fue que si vas a llegar temprano? Ese “que”, sin ser interrogativo, por lo cual no se le marca la tilde, y puede colocarse al inicio de una oración interrogativa por el llamado “hipérbaton”, que es una posibilidad que permite el español, de trasladar de lugar algunos grupos sintácticos. La condición exigida es que el traslado no altere el sentido básico de la oración.
Con las oraciones semejantes a las de ese caso B), hay que tener cuidado, pues el sistema, al aparecer el signo de interrogación seguido por un Que, copia la “e” con tilde; para que no aparezca el que escribe como autor de un error de acentuación, debe borrar la tilde de esa “e”.
Como se ha podido visualizar en la presente exposición, son muchos los detalles que hay saber manejar y dominar para producir textos enmarcados dentro de la normativa del español, que con ello contribuyan a transmitir, sin confusión o distorsiones, lo que realmente queremos informar a nuestros lectores.