ENCUENTRO VIRTUAL DE LA ACADEMIA BRASILERA DE LETRAS

La Academia Brasilera de Letras convocó su primer encuentro telemático con Academias Hispanoamericanas.  En la primera sesión de esa reunión, celebrada el 7 de octubre de este 2020 mediante la plataforma Zoom, participaron las academias de Nicaragua, Panamá, República Dominicana y Venezuela, a las 5:00 p. m. hora de Brasil.

Don Marco Lucchesi, presidente de la academia anfitriona, dio la bienvenida a los demás presidentes y representantes de las academias convocadas para ese día, y dijo que hubo palabras de acercamiento, de construcción para una cultura de la paz. Yo estoy muy contento por el diálogo que estamos empezando con ideas de bien. Por supuesto que el encuentro va a ser un fórum muy importante. Yo quiero saludar con mucha efusividad a los presidentes que se encuentran con nosotros: don Francisco Arellano, de la Academia de Nicaragua; a don Arístides Royo Sánchez, de Panamá; de la República Dominicana, don Bruno Rosario Candelier; y al presidente de la Academia de Venezuela, don Horacio Biord Castillo.

El primero en exponer fue don Francisco Arellano, presidente de la Academia Nicaragüense de la Lengua: “Buenas tardes, amigos académicos, Francisco Arellano desde Nicaragua los saluda en nombre de todos nuestros fundadores, nuestros académicos actuales y en nombre de este servidor”.

Explicó que la Academia Nicaragüense de la Lengua tiene su principal referente en la Real Academia Española, fundada 1713. Los primeros académicos, encabezados por don Juan Manuel Fernández Pacheco, iniciaron sus reuniones en el mes de junio de 1713, pero fue el 3 de octubre de 1714 cuando el Rey Felipe V firmó la Cédula Real que le dio el título de Real Academia Española a la mencionada Corporación”. Dijo que “las tres primeras obras de la Casa Fundadora fueron el Diccionario de la lengua española, en seis tomos. Estos seis tomos posteriormente fueron publicados en tres tomos y actualmente se conocen como el Diccionario de autoridades”. Luego “siguió la Ortografía en 1741, y la Gramática de la lengua castellana publicada en 1771”. Señaló que “estas obras han sido muy importantes porque a través de las diferentes ediciones a lo largo de tres siglos se ha dado a conocer la norma de la lengua española oficialmente”. Dijo que “con la independencia de los países latinoamericanos, España trató de mantener su principal legado: la lengua española en las naciones que habían sido las antiguas colonias del Imperio español y empezó gradualmente a fundar academias de la lengua española en los países que habían mantenido el castellano como lengua oficial, y así se han fundado veintidós academias, siendo la primera en ser fundada la de Colombia en 1871, y la última, la vigesimotercera, es la Academia de Guinea Ecuatorial, de África, aprobada a finales de 2015, en México.

Expuso que “en 1960 los gobiernos de habla española, que tienen academias de la lengua española, firman, a través de sus embajadores en Colombia el Convenio Multilateral con la Asociación. Dicho convenio será ratificado en cada país y enviado al Ministerio de Relaciones Exteriores de España quien nos inscribe en la Secretaría de Educación de la Naciones Unidas”. Explicó que “a través de este Convenio Multilateral los gobiernos hispanoamericanos de España y Filipinas se comprometen a conceder una sede digna a sus correspondientes academias y a aplicar un presupuesto adecuado para el funcionamiento de este”. Destacó que “a partir de las publicaciones de 1998, Ortografía, y 2001, y la edición del Diccionario de la lengua española, las relaciones de las academias son más estrechas entre sí y con su Casa Fundadora”. Más adelante “se fundan comisiones inter-académicas para la elaboración de todos los trabajos relacionados con la lengua española: se crearon las comisiones para la elaboración del Diccionario panhispánico de dudas, en 2005; La nueva gramática de la lengua española, en 2009; El diccionario de americanismos, 2010; La ortografía de la lengua española, 2010” y otras publicaciones como son “las obras conmemorativas que se han venido editando sobre los escritores más relevantes de la lengua española”.

Explicó que la ANL “trabaja activamente por el español estándar que lo hablan 650 millones de personas en el mundo, incluyendo Estados Unidos, donde existe una academia de la lengua española porque en este país viven cerca de 50 millones de hispanohablantes”. Añadió que en Nicaragua se trabaja “también por la lengua diferencial, aspectos que enriquecen el idioma con sus particularidades morfológicas, fonéticas y lexicográficas”.  Sostuvo que “acorde con las nuevas tecnologías, bajo la coordinación de la Real Academia Española, y en equipo con las academias asociadas, trabajamos en la elaboración de un nuevo Diccionario de la lengua española; el Diccionario panhispánico del español jurídico y el Diccionario fraseológico”.

Expresó que “si bien el trabajo de las academias ha sido encomiable en Pro de la lengua común de los pueblos hispanos, es necesario y urgente leer con los ojos bien abiertos lo que ocurre actualmente en el mundo: los descubrimientos más avanzados de la ciencia están enfocados más en la construcción de armamentos bélicos y máquinas sofisticadas y aplicadas más para la guerra, que es un sinónimo de muerte y destrucción, que para liberar al hombre del hambre, la miseria e indigencia”. Y puntualizó que “habrá que tener mucho cuidado con la inteligencia artificial que amenaza dejar sin trabajo a grandes multitudes”.

En representación de don Arístides Royo Sánchez, director de la Academia Panameña de la Lengua, habló la académica Margarita Vásquez, y expresó: “Diseñar un futuro compartido desde la cultura tiene que pasar por el conocimiento del ser humano múltiple en su voz y también en nuestras sociedades, y para ello sirve la literatura y sirve la lingüística, particularmente la lexicografía cuyo desarrollo ha sido adelantado en nuestros países, pero que aún no termina”.  Aprovechamos esta coyuntura –dijo– para pedirles que hagamos que nuestros textos literarios se conozcan, que se difundan entre nuestras áreas y nuestros países los textos de todos los tiempos, y que hagamos literatura comparada a partir de los textos ensayísticos, narrativos, poéticos, en la dramaturgia, y en la cinematografía, las bellas artes, la arquitectura. Todo ello nos va a llevar a una historia común, a una naturaleza heterogénea, y hagamos nuestros discernimientos individuales y sociales desde la reflexión.

“Nada mejor para afirmar nuestras culturas que conocernos, revivir lo que sabemos de cada uno de nosotros, lo que sentimos con respecto a las viejas y las nuevas realidades, al pasado y al futuro, lo que pensamos con respecto a nuestras igualdades y diferencias”.  “Anoche estuve con los peruanos y Ricardo Palma –dijo–. ¿Cuántos muchachos de nuestras escuelas han leído las tradiciones? Creo, pues, que la literatura latinoamericana tenemos que conocerla, difundirla y conseguir que el trabajo que se haga, llegue a los maestros, a los medios de comunicación, a las redes sociales”.

Terminada cada intervención de los directores de las academias, el anfitrión, don Marco Lucchesi, expresaba sus ponderaciones de las mismas, al tiempo que le añadía sazón poética a la voz de los académicos.

Don Bruno Rosario Candelier” de la Academia Dominicana de la Lengua“Saludo a don Marco Lucchesi y agradezco y felicito a la Academia Brasileña de Letras por esta convocatoria de nuestras Academias de Hispanoamérica porque, si duda alguna, el propósito que ustedes persiguen va a redundar en beneficio de nuestra cultura, a favor del desarrollo del pensamiento y la sensibilidad”.

“Ustedes han centrado este encuentro en lo que deben hacer las academias de la lengua”, dijo. “Desde que se fundaron las academias en el mundo hispánico, tienen una misión específica con relación a la defensa del idioma: la lengua es la gran ventana para la cultura porque no solo hablamos, sino que creamos mediante la palabra. Y a través de la creación literaria, que es la expresión estética del lenguaje y la más alta manifestación de la creatividad desde la palabra, los pueblos tienen la ocasión de contar con el aporte de sus intelectuales, artistas y escritores que se convierten en voceros de su pueblo en tanto canalizan las manifestaciones socioculturales, en tanto canalizan sus intuiciones y vivencias a la luz de la realidad”.

Expresó que “en estas circunstancias estamos viviendo un momento histórico terrible por una pandemia viral que está afectando a la humanidad, no solo con la muerte, sino con el cambio del estilo de vida en el que todos hemos tenido que recogernos”. Dijo que esta pandemia ha enaltecido la comunicación telemática en función de la realidad que nos ha tocado vivir porque no solamente hay conferencias virtuales, sino que  también la docencia es ahora virtual”: “Las instituciones culturales como las academias tenemos también que usar estas redes sociales y los recursos electrónicos de la tecnología moderna para ponernos en comunicación con nuestro público, con las instituciones lingüísticas y culturales, con la realidad social  y la función que debemos realizar, que se debe seguir manteniendo”. Subrayó que tenemos que organizar actividades con participación virtual y eso modifica el procedimiento, la metodología que seguíamos anteriormente y la que debemos seguir ahora”. “Esto que usted acaba de convocar, señor Marco, esta convocatoria electrónica de las academias, sin duda, es una gran iniciativa de su parte y yo no dudo que irá en beneficio de nuestra cultura y debemos aprovechar esta coyuntura y continuar nuestro trabajo”, y añadió: “Hasta ahora habíamos organizado coloquios, tertulias, conferencias, talleres con presencia física de las personas. Debemos seguir haciendo esas actividades mediante los recursos electrónicos en actividades telemáticas en las que hemos de enfatizar la dimensión estética y espiritual de la palabra a través de la creación literaria”.

Don Bruno Rosario Candelier expresó que “la creación literaria tiene en la literatura española una tradición mística hermosísima, que obtuvo su nivel de excelencia en la obra poética de san Juan de la Cruz, por ejemplo y santa Teresa de Jesús. Entonces la dimensión mística de la palabra es una proyección que, desde la existencia de los antiguos pensadores presocráticos, ha tenido una gran significación en función del Logos, concepto que concibió Heráclito de Éfeso cuando intuyó que los seres humanos contamos con una singular dotación espiritual que se manifiesta en la palabra, a través de la cual se canaliza nuestra capacidad de pensar, intuir, hablar y crear”.

Consignó que en función de estas atribuciones todos los seres humanos contamos con la creatividad, que es algo bellísimo que nos enaltece como creaturas divinas, porque somos una emanación de la Divinidad y estamos llamados a enaltecer la función de la conciencia y potenciar la función de la sensibilidad a la luz de los altos ideales del espíritu para ser mejores seres humanos, que podamos cumplir con la misión que cada ser humano puede realizar en beneficio de los demás. Y esa es una función que también está al alcance de las Academias de la Lengua para hacer de nuestro mundo un espacio agradable, edificante, provechoso y luminoso”.

Al término de esta intervención de Rosario Candelier, don Marco Lucchesi expresó con emoción estética y espiritual: -Muchísimas gracias, don Bruno, casi casi cierro los ojos y le digo: “En una noche oscura /con ansias y amores inflamados /oh dichosa ventura/ salí sin ser notada/  estando ya mi casa sosegada/a oscuras y en celada…”.

Luego de recitar estos versos de san Juan de la Cruz, Marco Lucchesi cedió la palabra al presidente de la Academia Venezolana de la Lengua, don Horacio Biord Castillo, quien inició su discurso agradeciendo “la invitación para participar en el Encuentro Iberoamericano de Academias de la Lengua y de Letras”. Expresó que es importante entender que “el mundo contemporáneo es un mundo sometido a grandes fuerzas y cambios, que no necesariamente los podemos percibir en la vida diaria; son cambios a veces sutiles, pero que su sumatoria nos acercan a un cambio radical en los modos de vida de las sociedades del hemisferio occidental”.  

Biord Castillo expresó que uno de los «puntos importantes para actualizar en la academia es enfatizar, como un papel importante de las academias, resguardar y fortalecer la tradición, no como algo obsolescente, sino como el manantial de donde brota el sentido que permite enhebrar los recursos culturales y la identidad de una sociedad”. Dijo que “esto nos permitirá adecuar las academias a los nuevos tiempos y circunstancias haciéndolas más flexible y permitiéndoles que puedan proseguir sus tareas en un mundo distinto al que las vio nacer y desarrollarse”.  “Particularmente, le veo una gran relevancia al apoyo que las academias iberoamericanas, no solamente hispanoamericanas, sino iberoamericanas, puedan darse entre sí: hispanohablantes y lusohablantes tenemos mucho en común, historia, cultura y lenguas que, en definitiva, no son tan distintas y permiten diversos grados de comunicación”.

Don Marco Lucchesi, presidente de la Academia Brasilera de Letras, agradeció de una manera emotiva la participación de cada uno de los presidentes representantes de las academias latinoamericanas convocadas para esa tarde: “Como ha dicho don Horacio, como hermanos nos reconocemos. Yo quisiera agradecer la gran satisfacción, al presidente don Francisco Arellano, a doña Margarita, a don Bruno y a don Horacio Biord por sus intervenciones tan bellas y tan interesantes: “Ante mis ojos todo ha quedado bien porque queda la humanidad y queda el diálogo que estamos empezando. Como dijera don Bruno, estamos empezando unos primeros pasos, y nuestra preocupación mayor ahora será desarrollar y profundizar. Les agradezco muchísimo a todos. Les deseo mucha suerte”.

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