EL HABLA Y EL PENSAMIENTO, DIÁLOGO CON MARJORIE FÉLIX

En un conversatorio con la comunicadora, intelectual y poeta Marjorie Félix sobre la reflexión conceptual y la expresión de la palabra centró el tema del encuentro con jóvenes creadores de literatura.

El director de la ADL introdujo al tema con un preámbulo sobre los atributos de la presentadora y la virtualidad de la conciencia, a los que vinculó sl talento reflexivo que enriquece la vida de cada ser humano, que se manifiesta en cada persona con sus peculiares inclinaciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales.

Marjorie Félix habló de su inclinación por el pensamiento y el cultivo de las letras y cómo fue ese proceso de desarrollo en el ámbito espiritual, artístico e intelectual. Explicó que tuvo una infancia normal y tranquila; era una niña con un estilo de vida común, pero con la particularidad de ser muy curiosa, pues todo lo cuestionaba: “En mi infancia lo cuestionaba todo, cuestionaba el cielo, el tema de los extraterrestres, lo que estaba a mi alrededor, y fue bastante difícil para mis educadores y para mi madre, porque la juventud tan temprana es ignorante y es osada; sin embargo, mi proceso de formación la nutrió la curiosidad. Cuando alcancé la adolescencia, comencé a escribir”, dijo la comunicadora.

Dijo que desde jovencita ganaba dinero a través de la redacción de cartas de amor que ella misma escribía y les vendía a sus compañeros de curso, pues entendía que, si le gustaba escribir, podía sacar ventajas de esta condición, mientras servía de instrumento ayudando a otros a comunicar sentimientos que les resultaba difícil expresar. La poeta narró su experiencia en cuanto a la formación universitaria, que cursó en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), donde obtuvo la licenciatura en derecho, sin estar segura de haber sido su mejor elección. Se describió a sí misma como una persona de alta sensibilidad, por lo que su perfil no era compatible con el ejercicio del derecho. Marjorie Félix explicó que tenía conciencia de su alto poder persuasivo, motivo por el cual entendió que el derecho era una buena opción para poder canalizar su mensaje: “Reconozco que hay una cierta sensibilidad en mí que es incompatible con el ejercicio del derecho, ‘puro y duro’. Entonces entiendo que fue una elección circunstancial, por la necesidad de encontrar una rama en la que pudiera expresarme. Está la instrumentalización de la palabra como eje central en el derecho, y entonces sentía esa vocación por las artes persuasivas, y me dediqué al derecho con la esperanza de alcanzar otro nivel, como la diplomacia. A través del poder de las ideas, prevé cultivar el cambio en la sociedad; poder superar el estado de canibalismo en las relaciones interpersonales para encontrarse con el ser sensible que ama”.

Relató Marjorie Félix que en varios episodios de su vida ha encontrado la fuerza inspiradora, como la ‘ausencia’ y el ‘amor’. En el primer caso, por la falta de su padre; y en el segundo, por el poder del amor que ha existido entre ella y su madre: “Siempre le escribo a la ausencia y al amor; al amor desmedido, del que yo he sido objeto. Primero, al amor filial, el amor que viene de mi fuente primaria y única, que es mi madre. Es un amor por encima de lo que se puede reconocer humana y materialmente. El vínculo con mi madre es superior a cualquier fuerza racional y humana porque ella es el núcleo de mi vida, pero eso fue así por una gran ausencia, la ausencia de mi padre; entonces, lo que nucleó mi vida fue ese acontecimiento. Por eso yo le escribo a la ausencia, a la soledad experimentada en primera persona; yo cuestiono todo porque no tuve respuestas”.

Este servidor presentó a su invitada como poeta y comunicadora con un fecundo ejercicio intelectual que le da una presencia significativa en nuestro medio. Además este diálogo sirve para enfocar los diferentes aspectos vinculados con la vida intelectual y la capacidad de creación con el intelecto, con la sabiduría y lo que de alguna manera mueve a las personas que tienen inclinaciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales: “Esos son los dones que recibimos los seres humanos, pero esos dones hay que cultivarlos, porque nacemos con el potencial para desarrollarnos. También compartió que toda su vida ha tenido una formación salesiana. Es mariana, ya que estudió en el colegio salesiano María Auxiliadora. Luego de su formación, la primera juventud, fue la de una niña normal, pero con mucha curiosidad. Tenía curiosidad por todo”.

Manifestó que en su infancia padeció gran dificultad para encontrar material de lectura en su entorno, ya que no había suficientes libros. La biblioteca local tenía algunas ilustraciones muy viejas y obsoletas. La intelectual mocana expresó que siempre ha tenido el privilegio de tener buenos mentores, pues ha logrado su desarrollo intelectual con la orientación de personas que, de algún modo, la han ayudado a encarrilar su camino, como el de un amigo que la ayudó a adentrarse más en el ámbito de la espiritualidad cuando le dio a conocer y puso a su alcance los escritos de Vargas Vila sobre María Magdalena.

Al preguntarle si podría describir lo que ocurre en su sensibilidad cuando se pone en contacto con las cosas o con la naturaleza de lo viviente, comentó que ella experimenta un sentimiento de amor por las cosas, lo que se trata de una dimensión muy sublime: “A veces no se tiene la palabra para expresar esa experiencia, pero conecto esa pregunta con el proyecto transformador que lo siento dentro de mí, y eso yo lo puedo expresar a través del agradecimiento. Yo creo que lo que siento cuando veo este proyecto de vida, del que todos formamos parte, es gratitud. Siento gratitud por lo que generosamente he recibido, por lo que tengo, muchas veces sin merecerlo, con la sensibilidad de cambiar el entorno. Algo que no lo puedo describir objetivamente, pero quisiera que todo sea mejor, que cualquier cosa que nos rodea pueda mejorar, lo que es una manera de retribuir”.

La ensayista hizo un recuento sobre las dificultades que ha pasado a lo largo de su vida, respecto a su labor como escritora, ya que sus profesores le decían que el derecho no era poesía, y que ella era muy romántica. Agregó que, cuando decidió escribir poesía, la construcción del vocabulario le resultaba muy difícil de conseguir: “Encontrar las palabras precisas, la forma de argumentar, la estética adecuada, eso es toda una tarea, y una comienza con un párrafo, y vuelve sobre el párrafo, y siempre una constante renovación”.

Marjorie confrontó la pregunta del por qué, si las personas nacen con talento, no lo cultivan, diciendo que quizás desconozcan su talento; para otros, puede que el oficio sea mal remunerado, argumentando que el talento debe ser movido por algo más, considerando que el estilo de vida actual es muy demandante y agresivo: “También existe la falta de tiempo en esta generación, las distracciones, así como ciertos acontecimientos me impiden seguir avanzando, o condicionan el trayecto de mi formación profesional. Hay situaciones en la vida de cada quien, que no permiten consagrarte cómo quisieras en lo que quieres”. La poeta explicó que no basta con nacer con la capacidad creadora para sentir la necesidad de explorarla y darla a luz, ya que las personas deben atravesar por ciertas experiencias que te conecten con esa dimensión”, dijo y añadió: “Superar una gran dificultad que te ponga de frente al valor de la vida, superar un gran abandono, un trauma, una enfermedad”.

En ese aspecto confirmé el argumento de Marjorie Félix, advirtiendo que los humanos poseen puntos vibracionales que responden a la motivación, la inspiración y la intuición, las que acoplan para generar la vocación de creación. En ese mismo orden, dicho testimonio puede concitar los sentimientos entrañables, motivo por el cual hay que poner atención a los impulsos creativos, pues de cualquier circunstancia podemos parir una creación: “A veces ese testimonio toca lo personal, lo entrañable, y en cualquier circunstancia podemos hacer un aporte, porque lo importante es asumir la palabra para crear y testimoniar la visión personal que tenemos de las cosas. A lo que añadí que todos tenemos un punto de contacto con el Universo, y ese punto es único, exclusivo y personal, de tal manera que la percepción que cada uno tiene del mundo, nadie la tiene. Cuando la sensibilidad y el talento entran en conexión con lo viviente, entonces ahí podemos testimoniar lo que percibimos y sentimos.

Santo Domingo, 5 de marzo de 2019.

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