DISCURSO DE RECEPCIÓN DE ODALÍS PÉREZ

Por:  Manuel Matos Moquete

Miembro de Número de la

Academia Dominicana de la Lengua

 

Señor

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director de la Academia Dominicana de la Lengua

Honorables Académicos

Señoras y Señores

 

Acabamos de escuchar a Odalís Pérez, quien al pronunciar  su discurso de ingreso titulado  El discurso poético dominicano en el siglo XX ,ha dado muestras de los méritos que le adornan como intelectual y como académico, lo cual es sin lugar a dudas, una prenda de excelencia que se adiciona a la dignidad de esta augusta corporación.

Me cabe la honra de decir las  palabras de recepción y  fiel a la tradición quisiera, en primer lugar, dar la entusiasta bienvenida al  recipiendario en nombre de la Academia; en segundo lugar ponderar sus cualidades personales e intelectuales y en tercer lugar destacar  la relevancia de su discurso de ingreso.

Nadie como Odalís Pérez , actual Director de la Escuela de Crítica e Historia del Arte de la UASD,  es merecedor de ocupar el sillón vacante como consecuencia  del lamentable fallecimiento del laureado y entrañable poeta y Académico Víctor Villegas , no solo por ser un crítico literario conocedor de la obra del poeta, como lo muestra su libro  Víctor Villegas: La voz, la memoria, los tiempos del lenguaje, sino porque es uno de los filólogos de mayor formación y más extensa producción de calidad en el panorama lingüístico y literario de la República Dominicana.

Los méritos de Odalís Pérez se han acumulado en la labor académica, en la creación literaria y en la investigación desde que retornó al país en la década del ochenta con un doctorado en Filología y Semiótica de la Universidad de Bucarest, Rumanía; y sobre todo, a partir de la voluminosa producción que ya suma más de veinte títulos, entre los que se destacan las siguientes obras:

Las ideas literarias en la República Dominicana; Semiótica de la Prensa; La Ideología Rota; Nacionalismo y cultura en República Dominicana; La identidad negada ;Principios de Estética y Educación Artística; Literatura Dominicana y Memoria Cultural ;El espacio de los signos (Elementos de semiótica general y semiótica del arte); Víctor Villegas: La voz, la memoria, los tiempos del lenguaje; Pedro Henríquez Ureña: Historia de la cultura, historiografía y crítica literaria; Joaquín Balaguer: La filología, la historia y el pensamiento.

Como puede observarse, estamos ante un Académico  de alta calidad y de fecunda intervención en los diversos espacios culturales; un  Académico que acumula las competencias humanísticas  más complejas desde su múltiple condición de poeta, dramaturgo, profesor en la escuela secundaria y en la universidad, crítico literario, crítico de artes e investigador. Es preciso resaltar que la labor de Odalís Pérez  en el ámbito de  los estudios del lenguaje se singulariza en el hecho de que hoy por hoy, es el semiótico de mayor relieve  en República Dominicana.

La perspectiva semiótica  está presente  de manera fuerte en su discurso de ingreso El discurso poético dominicano en el siglo XX, la cual se imbrica con la perspectiva poética y la filosófica para constituir un cuerpo teórico mayor  que sirve de marco,  como epistemología  significativa y novedosa  para el estudio de la poesía dominicana.

El gran reto que  Odalís Pérez acaba de proponernos es de naturaleza heurística y antropológica   en el campo de la literatura. La pertinencia consiste en que  el estudio de la poesía  propuesto, parte de la evidencia  de un objeto común hacia la formulación de un nuevo objeto.

La poesía dominicana es  un objeto supuestamente conocido,  que ha sido  estudiado por muchos, incluyendo algunos Académicos  cuyos discursos de ingreso han versado sobre la poesía dominicana. Sin embargo, desde el enfoque asumido por Odalís Pérez, esa poesía se nos presenta renovada, y se  define como una  búsqueda de la filosofía y la travesía del poema fundador  a partir de  la relación mundo-lenguaje-forma.

Odalís Pérez hace gala de una rigurosa  capacidad conceptual y analítica agenciada  desde un modelo ecléctico  del que participan variados conocimientos lingüísticos, semióticos, filosóficos, poéticos, comunicacionales, desde donde plantea a la poesía dominicana y a los estudiosos de esa poesía, cuestiones fundamentales para su apreciación y valoración.

Es importante destacar   en el  enfoque ecléctico  manejado por Odalís Pérez,  la teoría de los  mundos posibles proveniente de la filosofía analítica de procedencia inglesa,  retomada  en la  semiótica textual de Umberto Eco, muy cercana  de  la teoría de los acuerdos generales de la retórica y la pragmática, así como de  la teoría del “mundo de la vida” desarrollada por Jurgen Habermas.

A partir de esa teoría se trata de saber, no cuáles son los temas ni los contenidos específicos de un texto, de un discurso, sino cuáles son los saberes, las verdades y los  imaginarios  implícitos  que como acuerdos previos a los mismos textos, los interlocutores manejan y les son comunes.

Esos mundos  subyacen en la conciencia de los interlocutores como cultura o acuerdos socioculturales  y   cognoscitivos;  hacen posible  el intercambio  semiótico  como acuerdos o experiencias compartidas en la lengua y la comunicación    y  constituyen  un tipo de lenguaje o  discurso, al formalizarse en  situaciones   dadas y un conjunto de manifestaciones textuales.

En ese sentido,  Odalís Pérez plantea que  la poesía dominicana  contemporánea se caracteriza por un “un ajuste verbal  expresivo” que se manifiesta  en varios tipos de lirismos: abstracto, simbólico, social, épico, dramático, mítico y místico.

Esos diversos tipos de lirismos constituyen  los mundo-lenguaje-forma   de la poesía dominicana  del siglo veinte, y son los componentes del discurso poético, el cual se  manifiesta  en un corpus  que nuestro autor  analiza detalladamente.

Partiendo de ese tipo de enfoque, que me he permito interpretar, Odalís Pérez explora la poesía dominicana  en forma deductiva, estableciendo las grandes premisas, y luego en forma inductiva,  indagando  los   mundos fundadores  en las forma-poemas de un número de autores importantes, y a partir de esos dos procedimientos heurísticos, el autor produce  una generalización  acerca del discurso poético dominicano en el siglo XX.

Así, encuentra en el poema “Rosa de la tierra”, de Rafael Américo Henríquez, un simbolismo fundador que adquiere diferentes vertientes interrelacionadas: el espacio, el mundo, la tierra y el movimiento.”Lumbre, tierra, agua y luna conforman la simbólica de Rafael Américo Henríquez”, afirma Odalís Pérez.

El autor emite un juicio acerca de ese poema  que debe ser retenido por los estudiosos de la literatura, pues constituye una clave importante para el conocimiento e interpretación del discurso poético del siglo XX.”Podemos afirmar- dice Odalís Pérez-, sin temor a  equivocarnos ,que como poema en prosa ,Rosa de la tierra  es el texto más intenso y de mayor pronunciamiento  del ritmo  en base  a  una semántica  fuerte de sentido  en la historia poética  dominicana del  siglo XX.”

En su investigación  encuentra  “un lirismo filosófico-poético” en el poema “Sin mundo ya y herido por el cielo”  de Franklin Mieses Burgos, el  cual se construye en base a “abstracciones y simbolizaciones” cuyo fundamento es la búsqueda de “el-ser-entendido-como-ente.”

El “Poema de la hija reintegrada” de  Domingo Moreno Jimenes  es interpretado por Odalís Pérez  como manifestación  de un “lirismo metafísico” que en la relación entre la vida y la muerte  se reconoce como fundamento de la “existencia trágica”.

Mientras que “el amor, la soledad  y existencia perdida “dan sentido al poema “En soledad de amor herido “de Héctor Incháustegui Cabral a través de un simbolismo mítico y místico.

El logos  se enuncia como revelación en la poesía de Manuel Zacarías Espinal mediante “lo mágico, lo posible, lo trágico y lo simbólico”.

En tanto que “la poética del logos” sitúa el   el poema “Ciudad de los escribas” de Antonio Fernández Spencer, el cual  el analista nombra como “un viaje mítico integrador “y una “mística interiorizada” y en el que “Los mundos naturales e imaginarios del poeta  se superan en los vaivenes  místicos…”.

De igual manera, Odalís Pérez    observa  la presencia del  logos y  la voz mística como fundamento del poemario  Centro del mundo  de Máximo Avales Blonda.

La lectura  de Odalís Pérez  se propone elevar los autores y los textos analizados a la categoría  trascendental de “poetas fundadores de universos y lenguajes”, sin desde luego limitar su búsquedas a estos casos, pues forman parte de un  corpus mayor. Lo importante es el postulado central  de que esos textos  son piezas insoslayables  del discurso poético dominicano del siglo XX.

A la vez que Odalís Pérez realza el valor de esas obras poéticas, pone de relieve  sus componentes   principales, aquéllos que sitúan su valor y significación en el referido discurso poético, que en la perspectiva analítica son los símbolos y las imágenes  que, como lenguaje-formas,  definen el poema fundador, conjuntamente con las sustancias, es decir, los mundos místicos, míticos, filosóficos, etc. que sirven de fundamento y raigambre de los textos estudiados.

No cabe dudas de que de acuerdo al discurso presentado por Odalís Pérez en esta ocasión de su ingreso a la Academia Dominicana de la Lengua, y sobre todo, de  acuerdo  con  la intensa y extensa labor de investigación  llevada a cabo durante más de treinta años de vida académica, que estamos ante unos de los mejores  estudiosos y conocedores de la lengua y la literatura de la República Dominicana.  Decir eso sería insuficiente y de poca significación, si no agregáramos, dos atributos que singularizan a Odalís Pérez con respecto a otros intelectuales igualmente importantes.

El primero es su inenarrable capacidad conceptual y  terminológica  que abarca los más diversos dominios de las ciencias humanas, producto de una desmesurada vocación por la lectura  de obras creativas y especializadas. Ese rasgo  hace de  Odalís Pérez no solo a un gran académico, sino a un gran erudito, un intelectual que ha cultivado su formación y ejercicio  apoyándose en los más altos niveles de información.

El segundo atributo  es que, como  se  ha evidenciado en el texto leído “El discurso poético dominicano  en el siglo XX”,  Odalís Pérez   posee  competencias  analíticas excepcionales.

Quisiéramos ilustrar ambas condiciones  refiriéndonos a la parte  de su discurso de ingreso en el  cual Odalís Pérez expone sus consideraciones acerca de la poética y el programa que esta disciplina debería agotar. Se pregunta: “¿Es la poética un tipo de investigación? ¿Debe el analista interrogar la obra  como particularidad de sentido? ¿Debe el analista plantearse una formulación teórica  y lingüística acorde  con el objeto que pretende  situar y demostrar? ¿Es la poética textual una investigación cualitativa  de las estructuras y funciones del texto poético y narrativo?”

 

Las respuestas  a esas interrogantes conforman el programa del análisis poético-textual  del cual Odalís Pérez, consecuentemente con sus reflexiones, ha dado una muestra en su discurso de ingreso que podemos resumir en estas líneas:

“El argumento principal de toda investigación poético-textual será su proceso mismo  de estudio específico de la textualidad, construida ésta desde funciones analíticas propias tales como sus generadores tópicos  y combinatorios, así como por la  relación  de los diversos núcleos temáticos  destacados en el texto estudiado. La cohesión en el análisis está asegurada  por el conocimiento  y el valor que el analista asigna  cuando la superficie  textual, así como la profundidad, se reconocen en una gramática, un léxico y un semántica intensional-extensional del texto leído.”

La competencia teórica y la analítica son  esenciales para un lingüista y un estudioso de la literatura. Sin embargo, no siempre se observa  un nivel  de teorización y de  análisis de textos  siquiera adecuado,  entre numerosos  profesionales de las letras en nuestro país. En ese campo lo que abunda es la repetición de conceptos aprendidos,  que a la hora de  aplicarlos se tornan  incomprensibles e  inmanejables.

En cambio, Odalís Pérez  es a la vez un gran teórico en  las diversas áreas de los estudios del lenguaje (lingüística, estudios literarios, semiótica, filosofía, gramática textual, etc.) y un riguroso aplicador de las herramientas metodológicas propias de esas áreas.

Armado de esas condiciones  ingresa Odalís  Pérez  a  esta corporación, que por su naturaleza requiere de capacidades como las que aporta el recipiendario. El que se da en esta ocasión es un encuentro promisorio entre una gran institución y un gran académico.

Es como la boda ideal de la que todos debemos estar felices y orgullosos. Y yo, que de alguna manera me ha tocado ser padrino, no escondo mi felicidad y mi orgullo al pronunciar estas palabras de recepción del recipiendario Odalís Pérez Nina.

Muchas gracias

 

 

20 de noviembre de 2012

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