Bruno Candelier diserta sobre la obra de Safo de Metilene
El Dr. Bruno Rosario Candelier presentó, en el Ciclo de Estudios Literarios sobre los autores esenciales de las letras universales, una disertación sobre la obra de Safo de Metilene, la más importante poeta de la antigua Grecia y una de las grandes poetas de la humanidad. Famosa por agrupar a hermosas jóvenes con talento artístico en la isla de Lesbos, desde ese rincón griego creó una escuela de arte, poesía, danza para hacer del arte de la creación poética la primera manifestación de la poesía lírica en la cultura occidental. En tiempos de Safo, unos VII siglos a.C., no había escuelas, pero la poeta tuvo la inventiva de crear una escuela poética valiéndose de la poesía, la música y la danza, artes con las cuales enseñó a desarrollar la sensibilidad estética y la vocación creadora mediante ejercicios de expresión, de pronunciación y recitación, pues una de las características de la vida cultural en los tiempos antiguos era la de hacer del verso un vehículo musical y cantarino, lo que respondía a la concepción de que la creación poética se vinculaba con la música, pues el arte musical y el arte poético estaban entrelazados de tal manera que se entendía que la cualidad musical expresada en el ritmo era una manifestación esencial de la poesía, por lo cual se hacía poesía ritmada, que tiene una musicalidad más intensa en la poesía lírica. Entonces había que tener un conocimiento del “metro poético”, es decir, de la medida silábica que los poetas tenían que aprender para escribir poesía.
El académico dominicano dijo en su exposición que en la antigua cultura griega la poesía jugó un rol fundamental por el hecho de que sus pensadores y estetas entendían que el arte de la creación poética era una fuente de conocimiento, no solo medio de expresión de la emoción y la belleza, sino una magnífica vía para canalizar la dimensión estética y el sentido de las cosas, canal para el conocimiento profundo, porque entendían que la poesía estaba vinculada a la esencia del Universo, razón por la cual los poetas eran estimados como seres privilegiados, dotados de una alta intuición e inspirados con la revelación de las musas. Aludió a la palabra griega lirika [lyrika] ‘lírica’, que expresa el género poético dominante en la literatura clásica. Ilustró su disertación con textos de poetas antiguos, como Tirteo, Píndaro, Alceo y Safo, que fundaban su creación en el canto y la música, como era la lírica original, la expresión poética y musical de los sentimientos hondos e intensos. Rosario Candelier destacó que la lírica no solo expresa lo que mana de la subjetividad, sino que entraña una creación para ser cantada y, por tanto, contiene diversas formas de expresividad. Esas fuerzas expresivas tienen que ver con diferentes motivaciones, como la energía estética, la energía erótica y la energía cósmica, que fue explicando sucesivamente.
El académico aludió a la creatividad cultural del pueblo griego: la poesía, la música y la danza, que eran las manifestaciones estéticas más importantes en su expresión formativa. Relató que cuando hacían un recital de poesía, cantaban y danzaban o cuando hacían un festival artístico estaban presentes esas manifestaciones artísticas.
Refiriéndose a Safo, manifestó que esta singular mujer estaba consagrada a la creación poética y logró articular la base de una tradición estética y convertirse en hito de la creación poética de la antigua Grecia, donde hubo manifestaciones tales como la elegía, el yambo, la monódica, el canto coral y la oda. El profesor y académico resaltó que Safo era bella, talentosa y rica, lo que le permitió rodearse de agraciadas muchachas para dedicarse al cultivo de la danza, la poesía y el canto. Edificó una mansión en la isla de Lesbos con suficiente amplitud en medio de ríos y bosques. Y allí creó una escuela de arte para danzar, cantar y hacer poesía. Esa escuela poética tenía tres vertientes; la de las poetas, para crear belleza con el concurso de la palabra; la de las cantantes, para hacer de la expresión sonora un canto a la vida; y la de las bailarinas, para hacer de los movimientos sensuales un rito de emoción y encanto. Relató el profesor Rosario Candelier que en ese célebre espacio insular celebraban actividades artísticas y tenían tandas para crear, como también un horario para compartir la creación entre ellas y frecuentemente hacían celebraciones, invitaban a personas de la comunidad o de otras islas para participar en esos festivales de arte y belleza. Eran celebraciones en las que compartían y promovían su creación. Afirmó que Safo era exigente con sus alumnas, porque solo aceptaba a muchachas con talento para la creación.
También destacó que en esa época la memoria era fundamental, porque las personas que creaban tenían que demostrar, con el recitado público, lo que creaban, relatando de memoria sus creaciones. Esa era otra condición que había que tener, capacidad memorística y eso era parte de la cultura antigua, porque los grandes pensadores transmitían sus saberes a base de la memoria.
Con la participación del público continuó abordando el tema y comentó que la presencia de hermosas ´doncellas´ inspiraba la lira de esa eximia poeta, que vivió poéticamente el mundo en medio de rituales eróticos, artísticos y pasionales. El disertante subrayó que la creatividad en Lesbos era fundamentalmente artística y que no se sabe cuántos años duró esa escuela y, por las celebraciones y la calidad de sus presentaciones, hubo una alta exigencia de calidad y para suerte de la humanidad, quedó para la historia parte de la valiosa obra de Safo de Metilene.
En su intervención, el académico explicó algunos modelos de la creación poética de Safo. De hecho, las motivación estética originaria en Safo fue justamente la pasión erótica. Safo no disimula ese furor secreto y entrañable que sacudía su pasión de mujer bajo la llama de Eros. En una de sus explicaciones, el disertante dijo que en sus poemas, como en “Dones de la memoria”, Safo destila el dramático llanto que causa en el alma la dolencia que avasalla los sentidos. La poeta describe una experiencia de amor. También subrayó que la grandeza estética de Safo es la dimensión que más se ha admirado en los siglos posteriores, es decir, la capacidad para plasmar con arte el sentimiento que han experimentado las mujeres en el mundo y que seguirán sintiendo, siendo la poeta de Metilene la primera mujer en cantarlo poéticamente: esa es la grandeza de Safo. Finalmente leyó el poema titulado “Lo que una ama”. También, con participación del público, comentó el poema “Lágrimas de Safo”, de José Frank Rosario, poeta interiorista quien escribió ese poema inspirado en la muerte de Safo.
La poeta mocana Camelia Michel declamó dos de sus poemas, “Mujer” y “Deja que llegue la diosa”. También la poeta dominicana Ana María Fiallo leyó dos de sus creaciones, “Simplemente dormida” y “Estaciones”, como muestra del talento creador y del estímulo que este curso de creación literaria está imprimiendo en sus participantes. Santo Domingo, 14 de febrero de 2013.
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