La novela de la mocanidad de José Frank Rosario

Por Bruno Rosario Candelier

 

A Ligia Belliard,

quien atesora la lumbre de la mocanidad.

 

La novela del poeta, dramaturgo y narrador mocano José Frank Rosario, Coronar el viento, pone a figurar a Moca en el mapa de la novelística nacional, al tiempo que desarrolla un tema de alta significación para la Mocanidad y las letras dominicanas.

Esta obra se desarrolla en Moca y su temática acontece dentro del marco epocal del gobierno de Rafael Trujillo, aunque la obra no lo enfoca directamente, pero se puede deducir, por la atmósfera del miedo reinante, que se ubica en el período histórico de ese régimen ya que en la novela hay una perspectiva, unas circunstancias y unas motivaciones que sirven de telón de fondo, y dentro de las peripecias de ese marco témporo-espacial, el autor de la novela, José Frank Rosario, ubica su temática en el ámbito de una familia y por consiguiente se puede comprobar que se trata de la historia de una familia mocana, centro y cauce de la intrahistoria familiar.

En la plasmación de esta novela se confirman dos aspectos fundamentales: por un lado, el sentido de la historia local; y por otro lado, el impacto de la historia nacional.y en ese tenor tendríamos que especificar dos conceptos en torno a la creación literaria deJosé Frank: el hecho de enfocar la historia de una familia, necesariamente entraña una historia local porque se trata de una familia de Moca; pero esa historia está articulada a la historia nacional, en tiempos del régimen de Trujillo. Como no se trata de un hecho de la historia, o de historiografía, no es una obra historiográfica porque la historia que en la novela narra el autor es una historia propia de una obra de ficción. Y una novela que cuenta una historia inspirada en la realidad social, como hacen todas las genuinas novelas. Esta novela tiene varios atributos, como voy a enfocar a continuación.

Narración de una intrahistoria. Ocurre que en toda novela hay la narración de una o más historias para que sea novela; si se trata de la narración de una sola historia no es novela, sino un relato; pero en esta obra hay varias historias conectadas a una historia local dominante, pero como no se trata de la historia nacional sino que es una historia local, y aún más restringido, de una historia familiar, en literatura ese tipo de narración tiene un nombre específico. En literatura a esa modalidad de la historia se le llama intrahistoria, es decir, es una historia interna, singular y privada, que puede ser la de una familia ouna comunidad. José Frank Rosario narra una intrahistoria familiar dentro del marco genérico del régimen de Trujillo. El siguiente pasaje lo confirma: “En casa fuimos ocho los hijos. Como si hubiera sido algo dispuesto de antemano, los cuatro primeros fueron hombres, las cuatro últimas, mujeres. Los varones se marcharon de casa cuando nosotras no soñábamos siquiera con abandonar el nido. Eran cuatro y se marcharon a cumplir con su destino, decía mamá dramáticamente, cuando alguien le preguntaba por ellos… Quedamos las mujeres, solas e inexpertas en los asuntos de la vida, para precisamente afrontar sus coletazos ponzoñosos. Porque no acababa de irse Adolfo, el más pequeño de ellos, casado y con un empleo seguro, cuando comenzó la maquinaria de Trujillo a tragar soga, a arrastrarnos sin compasión en una bacanal de sangre que aún hoy no sé cómo quedamos vivas… Bueno, en realidad lo sé: por nuestros maridos. Porque después de esperar lo debido nos casamos todas, una después de la otra, en lo que canta un gallo” (1).

Novelación introspectiva con recursos modernizantes. Un aspecto muy importante de esta novela lo aportan los diferentes planos o niveles que el autor enfoca en atención al desarrollo de la trama narrativa y a sus conocimientos de la técnica compositiva de una novela. José Frank Rosario es uno de los intelectuales más cultos de Moca. Este distinguido autor de poesía y ficción es escritor erudito y un maestro de la lengua, y lo es por la forma correcta, bella y culta en que usa el lenguaje. Manifiesta su creación varios niveles literarios: hay uno que incluye el uso de superposiciones espaciotemporales. Lo que técnicamente se llama retrospección, es decir, cuando el autor recrea lo que narra se va al pasado y evoca hechos del presente con reminiscencias del pasado, pero como se trata de un escritor de riguroso conocimiento idiomático,de un apropiado conocimiento de la historia y un dominio de la literatura, el lector podrá apreciar diferentes estadios y niveles donde se nota la capacidad de creación de este formidable narrador. Esta faceta de su obra no solamente se puede encontrar en esta novela, puesto que se da en todas sus creaciones, pues en su poesía se manifiestan estos niveles profundos a los cuales penetra en función del desarrollo intelectual que lo caracteriza y eso, naturalmente, deja su huella en su creación. Cuando un escritor narra lo que quiere contar, afloran en sus palabras su sabiduría, su ilustración, su formación intelectual y estética, porque cuando se trata de un escritor como José Frank Rosario, que ha leído mucho, que ha vivido mucho y que ha pensado mucho,de tal manera que quizás sea el mocano que más libros ha leído, lo que se nota en su escritura en la que se aprecian esosniveles de creatividad y esa capacidad de escribir. Conozco bien a José Frank Rosario (2) porque fue mi discípulo como estudiante de literatura en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, y puedo dar el testimonio de que entre los estudiantes a quienes he impartido docencia (y hubo muchos brillantes), José Frank Rosario ocupa el lugar número uno. Espero que alguna vez él pueda publicar los trabajos que él creaba en las tareas que le asignaba,verdaderos modelos de rigor profesional, de investigación seria, con alto nivel conceptual, y naturalmente eso se refleja en todo lo que ha escrito. En esta novela sobre una familia local, ustedes podrán preguntarse: ¿qué puede decir un autor al hablar de una familia? Pues bien, es mucho lo que se puede decir, es mucho lo que ustedes van a encontrar en esta obra inspirada en una singular faceta de la Mocanidad. Grandes novelas de la literatura universal y específicamente de nuestra América hispana, son historias de familias.Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez, es una historia de una familia, y cuando se trata de una historia familiar, todo el que la lee entiende que está leyendo la historia de su propia familia, de tal manera que una lectora de Japón, cuando le preguntaron qué le pareció la novela del escritor colombiano, dijo que ella sentía que Cien años de soledad era la historia de su familia. Veamos la siguiente ilustración: “Los años habían ido pasando, pero Rita no podía olvidarse de cuanto pasó allí. Imposible, cómo iba a poder. Por eso, el día que tocaba limpieza, mientras iba de un lado a otro asistida por las ayudantes, abriendo ventanas y balcones, desmantelando muebles, removiendo colchones y barriendo salones y patios, una oleada de recuerdos la invadía en forma de voces y llantos, risas y rostros que la renovaban por dentro, la hacían vivir de nuevo otras muchas vidas, sintiendo entonces que la que estaba viviendo en la ciudad adquiría sentido de nuevo, perdida como andaba entre las tres generaciones que había sobrevivido, quedándose al final con nadie más que con Ernesto, el hijo de Laura, ahora casado de varios años y metido en líos, probablemente empujado por la muerte misteriosa de su papá Sebastián, y por todo lo que Trujillo le había hecho a Tobías, su abuelo. Que la sangre pesaba mucho, bien lo sabía ella, y Ernesto era hombre de no olvidarse. Él estaba liado, eso era seguro, porque ella se lo leía en los ojos, en los gestos, en las palabras que cruzaba con su mujer, palabras a trozos, calimochas, retorcidas, para que ella no entendiera, y en eso se equivocaban, porque sí que entendía, porque ella era la única que conocía el corazón del muchacho, desde chiquitico, que los trabajos que le tocaba hacer los hacía de memoria, y eso la dejaba libre de pensamiento y alma para dedicarlos a él, que era lo que siempre había hecho, menos los años que pasó en el extranjero, porque entonces era su imaginación la que entraba en juego, y con ella trataba de guiarlo en sus pasos” (Coronar el viento, p. 210).

Uso de formas verbales apropiadas. En cuanto al lenguaje es un dato muy significativo el uso de las palabras en esta novela. Lo primero que llama la atención es el uso de dominicanismos, pues hay muchos vocablos del español dominicano en esta novela, lo mismo dominicanismos léxicos y semánticos, y usofraseologismos, es decir, empleo de locuciones, adagios, giros y refranes que forman parte de la fraseología del español dominicano y quiero decir, en honor a José Frank Rosario, que ya esta obra forma parte de la base de datos del Diccionario fraseológico del español dominicano, obra de la Academia Dominicana de la Lengua que quien les habla ha emprendido para registrar las palabras y las expresiones de nuestro lenguaje. Muchas de las frases, giros y refranes que usamos los mocanos aparecen en esta novela y ya están registrados en el citado refranero y también lo estarán en elDiccionario de refranes,del suscrito, lo que evidencia el hecho del valor que los refranes tienen para nuestra lengua y la manera como los dominicanos usamos las palabras y las expresiones; pero en el caso particular de José Frank, su escritura refleja un dominio de la sintaxis, una propiedad en la dimensión semántica de los vocablos y, sobre todo, el uso que hacen los hablantes nuestros al emplear expresiones criollas, lo que es parte de la riqueza de esta obra narrativa de este ilustre mocano, lo que evidencia la conciencia lingüística que tiene nuestro autor, que posee una conciencia de lengua, como tiene también una conciencia literaria. Esa dobleconciencia se manifiesta en la calidad de la expresión, en la propiedad y la corrección del lenguaje conforme la normativa gramatical y ortográfica, lo que es importante subrayarlo porque a menudo nos encontramos con obras de escritores dominicanos con notables fallas gramaticales y estilísticas. En esta obra de José Frank Rosario no vamos a encontrar esos errores del lenguaje, porque José Frank tiene conciencia de nuestra lengua; se formó para ser un buen hablante, es un estudioso de la palabra y ha sabido hacer uso de esa formación intelectual plasmando en diversas obras su conocimiento de la palabra. Esta obra es un producto de tantos años de lectura porque él lee desde niño, y desde niño ha sido un observador de la realidad; por eso es novelista. Los novelistas son los escritores que fueron, desde niños, observadores de su realidad, de la realidad ambiental, de la realidad familiar y de la realidad social.  Entonces él ha sido como una esponja, que lo capta todo, le llega todo, lo sufre todo, lo goza todo, porque ama la vida, y ese sentimiento de amor a la vida es una vertiente fundamental en esta obra, como en todas sus obras, donde se aprecia esa ponderación de la vida con un alto sentido de lo que la vida es y significapara los seres humanos.

Dimensión psicológica de la memoria vicaria. Tenemos que tener presente el tema del inconsciente de Sigmund Freud, y del inconsciente colectivo de Carl Jung, como pauta para entender la psicología humana. Quienes al profundizar en el estudio del inconsciente ahondaron en esa vertiente del conocimiento profundo lo hicieron para que entendamos lo que somos, lo que sentimos, lo que percibimos, sobre todo, lo que recordamos del pasado con la profunda dimensión espiritual que podemos evocar y comunicar a través de la palabra cuando la conciencia humana profundiza en la herencia espiritual de la humanidad. Hay escenas en esa novela de José FrankRosario en donde se nota que el autor se mete en el inconsciente a través de la evocación de un personaje al recordar hechos y vivencias, al profundizar en intuiciones y experiencias: “Qué bueno es no llevar un diario verdadero, de tinta y papel, sino este escribir sobre las sombras del cuarto que la madrugada adensa, este diseminar recuerdos por el aire. Es que es un vicio, casi un pecado, retrotraer tantos detalles. Me vienen los recuerdos en bandadas, tropezándose, pugnando por salir a la luz, y pienso que si los escribiera, la gente se aburriría al leerlos. Porque a la gente de hoy le da fatiga leer la menudencia de los particulares. Siempre quieren ir al grano, sin pérdida de tiempo, adoradores de la diosa Eficiencia. Pero no escribo, no. Pienso, nada más, y eso me convierte en la única testigo de este desarrollo peliculero, emisora y receptora de estos pensamientos que me asedian. Porque no me canso de reflexionar sobre lo indefensos que somos los seres humanos ante los acontecimientos. Esta ceguera, este no saber nada hasta que las cosas ocurren, para espeluznarnos, aturdirnos con la sorpresa, como un tigre agazapado que espera el menor descuido para saltarnos encima” (Coronar el viento, p. 46).

Dimensión metafísica de lo viviente. Esta es una faceta importante que quiero subrayar en la composición de Coronar el viento, quizás la dimensión más importante desde el punto de vista de la valoración trascendente de una obra literaria. Es la dimensión metafísica que una obra debe tener para proyectar hondura y trascendencia. Esa dimensión tiene en esta obra dos aspectos colaterales. Los especialistas del lenguaje hablan del protoidioma de la creación, concepto con el cual dan a entender que los genuinos creadores de literatura, como poetas, narradores y dramaturgos, son los que hacen uso de ese lenguaje primordial, y entonces acuden a un tipo de palabras y a un nivel de la cultura y de la espiritualidad con cierta profundización: “El jugo se lo fue tomando a pequeños sorbos, cerrando los ojos y abandonándose al ruido, dejando que la brisa fresca le arañara la piel. Se sentía en armonía consigo mismo, con los desconocidos que en ese momento se movían a su alrededor. Con la tierra, con todo el universo. Abrió los ojos y se fijó en el cielo, entrevisto tras las ramas, en esa hora de un azul purísimo; después miró a la distancia, hacia los confines del fundo, y tras ellos las lomas, serenas e inmutables, enormes, casi negras de tan azules, con sus cabezas coronadas por las nubes espesas, tal como le había contado Rita. Se extasió mirándolas, tratando de recordar las tantas cosas que ella le había transmitido: la historia de la tía segunda y el engendro, la de Emeteria y cómo había salvado a su abuelo cuando era un recién nacido… Una mano se puso sobre su hombro derecho, despertándolo de su sueño a ojos abiertos. Era Tobías. “Así son ellas –le dijo, arrastrando una silla y sentándose a su lado. También él miró a la distancia-. Son como un imán. No hay quien pueda verlas y no quedarse luego contemplándolas…”.  Ernesto no sabía cómo, pero había entendido lo que su abuelo quería decirle. Él sabía lo que era: “El misterio de lo inmenso, de lo que no puede medirse”, pensó. Y la raíz de lo inamovible, de lo que no pasa. Imaginó –sonriendo para sus adentros ante la idea- el diálogo que sostenían esas lomas con las estrellas cada noche, de gigantes a gigantes, bostezando eternidades…” (Coronar el viento, p. 284).

Sabiduría espiritual del mundo. Esa singular dimensión en esta novela es parte de su profundización metafísica, que los antiguos griegos llamaban Numen. El Numen es una palabra muy importante en la interpretación del pensamiento profundo, cuando el concepto se vincula a la conciencia de lo trascendente. Los sabiosantiguos aludían con Numen a la sabiduría espiritual de lo viviente, y hay en esta obra situaciones, vivencias y mensajes en que José Frank Rosario pone a sus personajes, especialmente mujeres, a recordar, y al recordarse meten en esa dimensión de la conciencia, y hace uso de lo que llamo conciencia vicaria. Para que ustedes puedan apreciar lo que les estoy diciendo, voy a leerles un pasaje de la página 280 donde el autor cuenta: “Este desgranar a viva voz lo que no se conoce, un escalofrío lo recorrió desde el cuello hasta la última vértebra; él no está viendo con sus ojos sino con los de otra persona o a lo mejor esa otra persona se las ha robado a él para mirar lo que no tiene delante él mismo, concluyó el viejo”. Se trata de aprovechar la experiencia ajena para contar una historia. De alguna manera alude al inconsciente y entonces en el siguiente pasaje de la página284 de su no novela, leemos lo siguiente: “El jugo se lo fue tomando a pequeños sorbos, cerrando los ojos y abandonándose al ruido, dejando que la brisa fresca le arañara la piel. Se sentía en armonía consigo mismo, con los desconocidos que en ese momento se movían a su alrededor. Con la tierra, con todo el universo. Abrió los ojos y se fijó en el cielo, entrevisto tras las ramas, en esa hora de un azul purísimo; después miró a la distancia, hacia los confines del fundo, y tras ellos las lomas, serenas e inmutables, enormes, casi negras de tan azules, con sus cabezas coronadas por las nubes espesas, tal como le había contado Rita. Se extasió mirándolas, tratando de recordar las tantas cosas que ella le había transmitido: la historia de la tía segunda y el engendro, la de Emeteria y cómo había salvado a su abuelo cuando era un recién nacido… Una mano se puso sobre su hombro derecho, despertándolo de su sueño a ojos abiertos. Era Tobías. “Así son ellas –le dijo, arrastrando una silla y sentándose a su lado. También él miró a la distancia-. Son como un imán. No hay quien pueda verlas y no quedarse luego contemplándolas…”.  Ernesto no sabía cómo, pero había entendido lo que su abuelo quería decirle. Él sabía lo que era: “El misterio de lo inmenso, de lo que no puede medirse”, pensó. Y la raíz de lo inamovible, de lo que no pasa. Imaginó –sonriendo para sus adentros ante la idea- el diálogo que sostenían esas lomas con las estrellas cada noche, de gigantes a gigantes, bostezando eternidades…” (Coronar el viento, p. 284).

Ese pensamiento alude a lo que ha he dicho, es decir, a esa dimensión de la palabra donde el autor, tras la descripción de un suceso, tras el relato de un recuerdo, se retrotrae al pasado, y sabemos que el pasado de la humanidad registra todo lo acontecido a lo largo del tiempo porque nada se pierde, todo queda registrado, absolutamente todo, y en ese registro que tiene la naturaleza, nosotros recibimos por alguna vía algunos de sus mensajes y algunas verdades profundas y, sobre todo, aquellos que han desarrollado la sensibilidad trascendente, es decir, la sensibilidad espiritual; y los que valiéndose dela palabra, los que articulando una historia acontecida en su entorno o en su país tratan de auscultar lo que esa historia registra para reflejarnos a nosotros esos hechos o el trasfondo de esos hechos, para conectar la esencia de lo que somos con la esencia del Universo.

Transferencia afectiva del relato. Creo que José Frank Rosario logra un acierto al recoger la historia que él conoció desde niño, pues la mayoría de las cosas que él narra en esta novela fueron conocidas por él como si se tratase de un narrador testigo que al mismo tiempo es un narrador omnisciente; y entonces logra captar y comunicar secretos y detalles que le dan una profundidad psicológica a su novelar. Lo que dije al principio de que José Frank es un observador de la realidad es cierto, de tal manera, que él pudo ver a temprana edad individuos muertos  por los esbirros de Trujillo, y para un niño de 7 años observar un cadáver es algo impactante, traumático y sorprendente. Esas vivencias impactaron al autor de esta novela, y por suerte para la novelística dominicana, él ha asumido la temática de esta obra y la ha plasmado en términos narrativos en primer lugar porque eso queda registrado, al escribir un hecho queda para el futuro, Nosotros podemos conocer lo que vivió José Frank y lo que él narra en tantos pasajes de esta novela que nos permitirá, de alguna manera, identificarnos con ese pasado que es parte de la Mocanidad. Lo que él narra en esta obra es parte de la vida en Moca, de la vida de una familia mocana y de la historia local y de la intrahistoria mocana. Digo que esta obra va a ocupar un espacio y un puesto significativo en la literatura dominicana por la manera en como él narra la historia porque es por la forma como se escribe, como una obra queda porque el contenido no le da categoría a una obra literaria, es la forma como se trata, es el tratamiento formal, lingüístico, estilístico y literario, que José Frank Rosario logra plasmar con maestría: “Ese desgranar a viva voz lo que no se conoce”. Un escalofrío lo recorrió desde el cuello hasta la última vértebra. “Él no está viendo con sus ojos, sino con los de otra persona. O a lo mejor esa otra persona se los ha robado a él para mirar lo que no tiene delante ahora mismo”, concluyó el viejo. Otro escalofrío seguido de un breve mareo, lo hicieron sentarse. Creía entender lo que estaba ocurriendo, detrás de esos ojos no estaba Laura, como temió en un principio, sino Rita. Era un trozo del alma de Rita el que lo conducía por entre los recovecos del antes y el ahora, el que lo ponía en posesión de la historia antigua de la casa y la familia, quien sabe si para ayudarlo a vivir en el presente, porque las almas van de útero en útero, y las cosas también, presas en la memoria del recién nacido” (Ibídem., p. 280).

Finalmente, quiero ponderar el talento novelístico de José Frank Rosario y animarlo a que siga escribiendo novelas porque tiene no solo la dotación de poeta, sino también de novelista. Los novelistas tienen una conformación cerebral particular para poder auscultar la realidad social de su pueblo. Los poetas tienen el don de auscultar su propia alma. En cambio, el novelista ausculta el alma de la sociedad; por eso los novelistas son voceros de su sociedad, voceros de su historia y voceros de su tiempo. Esa es la importancia que tiene esta obra de José Frank Rosario, un valioso creador mocano y fino cultor de nuestra novelística. Ojalá se anime a seguir plasmando con su probado talento creador, con la capacidad intelectual desarrollada, con el nivel lingüístico y literario que ha forjado para el cultivo y la exaltación de las letras mocanas y para beneficio de la literatura dominicana.

Para Moca tiene una alta significación que José Frank Rosario haya tomado como tema de creación la historia de una familia mocana, y a través de esa historia proyecta el pasado de esa familia, el pasado que vivió nuestro pueblo y la atmósfera que caracterizó una etapa singular de la historia dominicana. Esos atributos enaltecen la importancia de esta novela por el hecho de asumir como sustancia de creación esa historia familiar como sustancia de la intrahistoria de nuestra comunidad. De ahí la importancia que esta obra tiene para Moca, para la valoración de la Mocanidad y para el desarrollo de la novelística dominicana.

 

Bruno Rosario Candelier

Acto de la novela de José Frank Rosario

Moca, Biblioteca Municipal, 12 de mayo de 2015.

 

Notas:

  1. José Frank Rosario, Coronar el viento, Santo Domingo, Ministerio de Cultura, 2015, 10.
  2. José Frank Rosario nació en Moca, República Dominicana, en 1948. Narrador, poeta, ensayista, dramaturgo y educador residente enUnion City, New Jersey, USA. Se formó en la Orden de los Carmelitas Descalzos y en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. En su pueblo natal ejerció la docencia, dirigió el Liceo Domingo Faustino Sarmiento, hizo vida cultural y orientó círculos literarios, ayudando a forjar la promoción literaria de los 70. Autor de una literatura trascendente, recrea vivencias impregnadas de saludables referencias bíblicas, alusiones al mundo cultural grecolatino desde la perspectiva espiritual de su cosmovisión cristiana. Su carisma personal y su creación literaria hacen de este valioso escritor dominicano un modelo del ideal interiorista. Fue premiado en el Concurso de Cuentos de Casa de Teatro. Miembro fundador del Ateneo Insular y signatario del Movimiento Interiorista. Su lírica metafísicaes densa, con reboso de humanismo, cultura y espiritualidad. Su narrativa ausculta la interioridad de sus personajes desgarrados por apelaciones profundas, que contrapone al sentido de la vida. Escritor de sólida formación intelectual, la exaltación de los ideales trascendentes articula su visión de la vida, la historia y el mundo. Su lírica expresa la dimensión interna y esencial de lo viviente con un valor simbólico, metafísico y estético de extraordinaria calidad y hondura. Publicó el poemario Entre la voz y el viento, y la novela Coronar el viento.

 

Las décimas de Juan Antonio Alix: fuero y cauce de la poética nacional

Por Bruno Rosario Candelier

 

A José Rafael Vargas,

valioso promotor de la Mocanidad.

 

Cauce creativo de la dominicanidad 

Con el poeta Juan Antonio Alix (Moca, 1833; Santiago, 1918) se inicia la literatura verdaderamente dominicana. El poeta mocano es el primero y el más importante cultor de las décimas en las letras nacionales, en cuya creación el fecundo autor de esta expresión de la poesía popular evidenció tener una abierta sensibilidad estética y social por lo que asumió, perfiló y retrató la identidad sociocultural del pueblo dominicano desde el rostro idiomático del español dominicano y el talante expresivode la imaginación popular mediante el cultivo las décimas, vertiente literaria del arte popular con la que dio base, sustancia y perfil a la literatura dominicana.

Con el coloquio “LA DÉCIMA COMO EXPRESIÓN DE LA POÉTICA NACIONAL”, la Academia Dominicana de la Lengua conmemoró el primer centenario de la muerte de Juan Antonio Alix en acto celebrado en Moca, la tierra natal del Cantor del Yaque, para enaltecer la obra de este valioso decimero, el mayor poeta popular dominicano cuya creación ha motivado a estudiosos y cultores de nuestras letras valorar el aporte literario de este famoso poeta.

Juan Antonio Alix, el mayor decimero dominicano, supo retratar en su creación poética la identidad y el talante del pueblo dominicano a través de las décimas, con las que dio perfil y sustancia a la literatura nacional desde una perspectiva antropológica, social y cultural, obra que ha distinguido al literato mocano como el más fecundo poeta popularizante de las letras dominicanas.

Este fecundo creador de décimas es, no solo el más valioso creador de la poesía popular dominicana, sino el primer escritor criollo que sustenta la base de la literatura nacional.

En efecto, importantes estudiosos de nuestras letras, como José Ramón López, Ramón Emilio Jiménez, Emilio Rodríguez Demorizi, Joaquín Balaguer, Mariano Lebrón Saviñón, Carlos Fernández-Rocha, Huchi Lora, Fernando Cabrera, Miguel Collado y el autor de este texto, han consignado que las décimas de Juan Antonio Alix merecen una alta valoración por lo que expresan y significan. Y los ponentes del coloquio de la Academia Dominicana de la Lengua, celebrado en el Teatro Don Bosco de Moca y el Ayuntamiento Municipal de La Vega, que fueron José Rafael Vargas, Fernando Cabrera, Huchi Lora, Miguel Collado y Bruno Rosario Candelier, expresaron su valoración de las décimas de Juan Antonio Alix en ocasión del primer centenario del fallecimiento del ilustre poeta mocano.

En este coloquio sobre las décimas de Juan Antonio Alix enfocamos las composiciones del ilustre decimero que canaliza no solo el talante del pueblo llano sino que satiriza las mañas humanas, sus virtudes y sus vicios, sus caprichos y travesuras, sus actitudes y expresiones.El poeta mocano vino al mundo dotado de alta sensibilidad estética y abierto talante cultural para cantarle a su pueblo sus dichas y desdichas y, en ese tenor, supo asumir y encauzar a través de las décimas comola expresión viva de la cultura popular, losanhelos,sueños y desvelos del pueblo con el aliento que conforma el fuero delo nacional.

Para canalizar sus inquietudes creadoras, nuestro poeta desplegaba los recursos del lenguaje popular desde la veta lexicográfica del español dominicano y la vertiente expresiva de la lírica popular por lo cual sus décimas proyectan las voces y las expresiones idiomáticas, como refranes, adagios y frases del habla criolla. Y sus composiciones reflejan la trayectoria de la vida nacionalcon los vaivenes de la realidad social, política y cultural. En ese tenor, nuestro decimero tiene una vasta producción de la poesía popularizanteen las letras dominicanas.

Desde una perspectiva estética,la obra de Juan Antonio Alix, por la categoría y la cantidad de su creación, es el más importante cultor de la poesía popular dominicana y el primer escritor criollo que sustenta la base de la literatura nacional. Al asumir la décima como expresión de la poética nacional, este decimero es el primer poeta dominicano con cuya obra pauta el inicio de las letras nacionales, hecho que convierte a Juan Antonio Alix como el fundador de la literatura nacional.

El primer centenario de su partida al más allá es auspicioso para ponderar la categoría del poeta Juan AntonioAlix a quien reconocemos no solo como el más alto representante de la lírica popular dominicana, sino como el más completo creador de décimas por la dimensión cultural que despliegan sus creaciones, que ilustran una veta antropológica, lingüística y literaria, índice del talento del poeta mocano que, mediante el acopio de la cultura popular, canaliza una rica expresión de nuestro talante en su producción poética.

Juan Antonio Alix no era un autor improvisado, sino un hombre de letras cultivado intelectualmente. Contrario a lo que se cree, Alix tenía una ilustración literaria, con una cultura intelectual y una alta sensibilidad estética y social. Tenía conocimientos de los recursos de la lengua, de la técnica poética, de la sabiduría popular y la idiosincrasia dominicana. Hay varias referencias literarias que dan cuenta de la erudición intelectual de Alix, y lo que afirma la tradición, de que hay décimas desconocidas del decimero mocano, confirma que varias creaciones suyas se perdieron porque el poeta nunca publicó en vida un libro de su vasta producción ya que imprimía sus composiciones en hojas sueltas, y por esa razón muchas no se recogieron ni se editaron en libro y se perdieron.

La figura poética de Juan AntonioAlix emerge hacia mediados del siglo XIX con el cultivo de décimas, creación que le daría un alto sitial en las letras nacionales. Usuario del español dominicano, puntero de la sabiduría popular y cultor de la idiosincrasia cultural dominicana, se valió de recursos poéticos y del lenguaje popular cibaeño para la creación de sus décimas, y fue el primero y hasta ahora el único poeta dominicano en vivir de las letras en nuestro país. En la siguiente décima expresa su valoración de una ocurrencia frecuente en la vida social, que canaliza con el lenguaje típico del campesino dominicano:

Dice un refrán que la cabra

siempre tira pa’ entre ei monte,

y el hombre infiei y bifronte

faita siempre a su palabra.

Ei caco se decalabra

o se atuide con pensai,

que haiga gente prencipai

queempueique su nombre y fama,

y con esa plaga encima

“A óndeiremo a parai!” (1).

 

El poeta mocano imprimía en hojas sueltas sus décimas, que vendía en las calles de Santiago, en el mercado público y en los parques y atrios de los templos. Con su producción poética, Alix fue un genuino representante de la lírica popular y el primer escritor que finca la base de la literatura nacional, con el antecedente precursor en la época colonial de sor Leonor de Ovando en el siglo XVI, Luis José Peguero en el siglo XVII y Meso Mónica en el siglo XVIII.

El cultivo de la décimas, singular forma expresiva del arte popular, otorgó a Juan Antonio Alix en la etapa inicial de la literatura dominicana la categoría del primer creador de poesía folklórica en las letras nacionales cuya gestación ha sido fundacional para las letras dominicanas, y su obra ha dado motivo y aliento al poeta mocano que ha sido valorado como el más importante poeta popular dominicano cuya primacía sigue ostentando ya que fue el primero en sentar las basesde la literatura nacional desde el fuero lírico y estético de la lírica popular como medio de expresión de la dominicanidad. En la siguiente décima, precedida de una cuarteta como se estilaba en este tipo de composición popular, el poeta visualiza a un gato, y canta:

La vida que pasa el gato

cualquiera la envidiaría

el día lo pasa durmiendo

y de noche en correría.

 

Cuando un gato se enamora

para entrar en relaciones,

empieza a cantar canciones

ee la noche a toda hora.

Y así que le canta y llora

a su novia largo rato,

entra sin pagar barato

en relación amorosa;

con que miren si es dichosa

la vida que pasa el gato.

(JAAlixDécimas253).

 

Por ser el lar nativo del agraciado decimero, Moca fue el escenario escogido para enaltecer la figura de Juan Antonio Alix, considerado el mayor poeta popular dominicano cuya creación ha motivado a valiosos estudiosos y cultores de nuestras letras a ponderar el aporte literario de este juglar nacional que exaltamos en este coloquio de la Academia Dominicana de la Lengua, con el apoyo de la Oficina senatorial de Espaillat, el Ateneo Insular y figuras de la Mocanidad.

Juan Antonio Alix no solo nace en Moca, sino que es bautizado en el templo de Nuestra Señora del Rosario, de Moca, donde recibió el carisma del bautismo y la gracia del aliento espiritual que funda la esencia de la Mocanidad cuya cultura asumió en la etapa esencial de su vida, ya que vivió en Moca hasta la adolescencia y por tanto fue fecundado por el aliento telúrico de esta tierra feraz, el afecto y el lenguaje de su familia y el aura sutil de la Mocanidad.

Hemos organizado este coloquio sobre la obra poética de Juan Antonio Alix para enaltecer la valoración de sus décimas en esta conmemoración del primer centenario de la muerte del gran decimero nacional. Por eso reiteramos que Juan Antonio Alix es el más importante poeta popular dominicano y el primer escritor criollo que funda la base de la literatura nacional. Esta décima lo ilustra: 

En la puerta de la Iglesia

dicen que sale Lilís,

preguntándole al que pasa

cómo se encuentra el país.

 

Y una vieja que lo vio

le dijo a ese condenado,

“El país que tú has matado

y en tus manos se arruinó,

Un buen gobierno encontró

que la gente buena aprecia,

pero nunca lo desprecia,

como a tu maldito mando,

que por eso estás penando

en la puerta de la Iglesia”.

(JAAlixDécimas42).

 

Perfil de una poesía popularizante

La veta creadora de la literatura popular expresa en coplas, décimas y cantares lo que la gente siente, piensa y quiere, y mediante el lenguaje típico y las formas tradicionales de raigambre popular encauza sus intuiciones y vivencias. Juan Antonio Alix, el primer gran creador de las letras dominicanas, estaba dotado de alta sensibilidad estética para cantarle a su pueblo sus dichas y desdichas y, en ese tenor, supo asumir y canalizar, como pantalla viva donde resuenan conceptos, emociones y anhelos, lo que estremecía el corazón del alma nacional, como se manifiesta en los versos del decimero mocano que desde el corazón del Cibao cantó lo que fluía del alma popular con la técnica de la lírica tradicional y la voz ancestral de lo criollo, eco y cauce de la creatividad popular y del sentir campesino que el decimero expresa con su sátira, su humor y su crítica. En virtud de su fecunda y abierta sensibilidad sociocultural, Juan Antonio Alix desplegaba los recursos del lenguaje popular hacia la veta fraseológica del español dominicano por lo cual sus décimas proyectan un caudal paremiológico en refranes, adagios y giros del habla popular dominicana. Al evocar la tragedia sufrida por el pueblo donde nació, Alix recrea una escena espeluznante del degüello de Moca:

 

A todos siempre nos toca

recordar el desastroso

degüello tan horroroso

de este Santiago y de Moca.

Los cafres de grande boca

y de bembes de soleta,

cogían los niños de teta

y al aire los arrojaban

y al caer los aparaban

en aguda bayoneta.

(JAAlixDécimas63).

 

En mi libro Lo popular y lo culto en la poesía dominicana (2) consigné que las décimas de Juan Antonio Alix revelan el carácter de la poesía popularizante y, el siguiente ejemplo ilustra rasgos dialectales del habla cibaeña, con la incorporación de paremias de nuestro lenguaje:

 

En lo campo é jeilugai

que producen marefrane

y en donde machailatane

se juntan pajaraniai.

Agorapadeplicai

que una cosa no reaisa

y que la tienen poifaisa

poique en nada se elabora

así é que dicen agora:

“Eso é paja pa la gaisa” (2).

   Cuando abordé el estudio de lo popular en la poesía dominicana, que fue mi tesis doctoral en la Universidad Complutense de Madrid, precisé la clasificación de poesía popular y poesía popularizante, y dije: “Esta modalidad posee los atributos de la poesía popular, ya que no participa totalmente del carácter tradicional que distingue a la poesía popular, y sus autores o poetas popularizantes suelen ser conocidos (en oposición a los poetas populares, que suelen ser anónimos). Con poco cultivo intelectual, pero con muchas vivencias populares, generalmente los poetas popularizantes escriben para el pueblo. Se han destacado en la República Dominicana Meso Mónica, en el siglo XVIII, y Juan Antonio Alix en el siglo XIX y principios del XX. La lírica folklórica comprende sustancialmente a la poesía popular y a la poesía popularizante” (3).

Juan Antonio Alix, el principal vocero de la poesía popularizante, y el de mayor eco y aceptación popular con una obra escrita en el lenguaje típico del Cibao, nos sirve de ejemplificación. Sus décimas reflejan el derrotero de la política criolla y los vaivenes de la vida nacional. En “Los mangos bajitos” satiriza las mañas de los políticos inescrupulosos que han azotado al país:

Dice don Martín Garata,

persona de alto rango,

que le gusta mucho el mango

porque es una fruta grata.

 

 Pero treparse en la mata

y verse en los cogollitos,

y en aprietos infinitos…

como eso es tan peligroso

él encuentra más sabroso

coger los mangos bajitos” (4).

   Con el formato de la décima, nuestro celebrado poeta recrea la historia del país y sus avatares históricos y sociales, pues él se nutrió de la realidad social y cultural y versó sobre el acontecer de la vida en sus diferentes manifestaciones. En sus composiciones usa las figuras literarias del arte poético:

Cuando hay revolución

maña es la más antigua,

despachar a la manigua,

de brutos a una porción.

Que al mandarlos algún don

ya se marchan derechitos,

y los dones quietecitos

cada cual queda en su casa.

Para cuando todo pasa,

coger los mangos bajitos.

(JAAlixDécimas45).

 

El nombre de Juan Antonio Alix se asocia al cultivo de la décima en las letras dominicanas. Es el más talentoso de los poetas populares de nuestra lírica tradicional. El celebrado cantor recreó los temas y motivos de la vida del pueblo dominicano, tanto del hombre del campo como el de ciudad. La temática de sus décimas comprende la historia, la política, la idiosincrasia y el lenguaje criollo en versos fraguados con la voz del pueblo, a la luz de la cultura tradicional, en la que deja entrever el caudal de la veta folklórica. Sus décimas delatan un arraigo localista inconfundible por su realismo ingenioso, su humor hilarante y la incorporación de datos y elementos autóctonos, como costumbres y tradiciones, vicios y vulgaridades, bondades y miserias que revelan, desde la onda de lo popular, el talante del alma nacional. El sentido del humor y la actitud sarcástica de su versificación afloran en la poesía de Alix con tono jocoso y burlesco, elementos que el lector habituado a la lírica popular disfruta en el lenguaje de la poesía tradicional. De ahí que tradiciones, costumbres, creencias, leyendas y mitos formen parte del legado literario de Juan Antonio Alix. En “Mis creencias”, el poeta contrasta la fe del carbonero con las chispeantes agudezas que logra recrear mediante la inclusión de dichos populares:

Empiezo, amigo Vicente,

por decir que soy cristiano,

apostólico y romano

y creo en Dios firmemente.

Creo en el Omnipotente

porque yo no soy ateo,

y creo aunque no lo veo

porque Él es ciencia infusa.

¡Pero en huevos de lechuza!

¡ “En eso sí que no creo”!

En fin, amigo Vicente,

no quiero cansarte más,

pues con esto ya sabrás

en lo que creo firmemente.

 

Y aunque yo de alguna gente

sus abusos hallo feo,

no por eso soy ateo

ni tengo nada de hereje;

pero que “la rana e peje”

“En eso sí que no creo” (5)

 

Atributos de las décimas de Alix

 

Juan Antonio Alix deja fluir en sus décimas variadas referencias culturales, bíblicas y literarias, lo que revela que había leído obras literarias de las letras universales, y el léxico de su lenguaje proyecta no solo la huella de voces arcaicas del patrimonio lingüístico de la cultura hispánica, como se aprecia en el uso de vocablos impregnados de la antigua raigambre castellana, sino los términos y las expresiones del lenguaje popular dominicano. Su conocimiento del habla campesina y la ubicación sociocultural de su temática urbana reflejan el criollismo de sus décimas, tocadas de gracia, humor y donaire, con el aliento fecundo de la idiosincrasia cibaeña (6).

En efecto, la lírica popular de Juan Antonio Alix confirma que sus décimas entrañan una copiosa veta del manadero de lo popular, fuente de la sabiduría tradicional con la cultura viva del pueblo y el talante del alma campesina (7). Resumo los atributos de nuestro decimero en los siguientes rasgos:

  1. Alix asume el lenguaje popular dominicano como medio de expresión de su creación poética, es decir, toma la variante de expresión del español dominicano como el vehículo de la poesía popular.
  2. Alix usa la décima como expresión de la poética nacional y, en ese tenor, es el primer escritor dominicano en cultivar con sentido profesional la creación literaria mediante el arte de la versificación tradicional.
  3. Alix es, en atención a la cantidad y la calidad de sus composiciones, el más fecundo y valioso creador de la lírica popular dominicana y, en su condición de poeta popularizante, asume el cultivo de la décima a la luz de la cultura nacional.
  4. Alix asume la poesía popular como la expresión del alma nacional ya que sentía una identificación sensorial, intelectual, afectiva, imaginativa y espiritual con lo dominicano.
  5. Creador cumbre entre los cultores de décimas dominicanas, segúnlas composiciones del decimero mocano y según la valoración de importantes analistas, antólogos y estudiosos de las décimas de Alix, nuestro decimero goza de alta valoración como cultor de poesía popular.
  6. Alix recrea la cultura viva del pueblo como sustancia de su creación y, en tal virtud, es el cantor popular cuya voz lírica toma la sustancia de la cultura viva del pueblo con la que forja un testimonio poético cónsono con la idiosincrasia del pueblo dominicano.
  7. Alix usa la realidad social, psicológica y espiritual del pueblo dominicano como inspiración de su creación y, en ese sentido, canaliza en sus décimas una veta antropológica, lingüística y cultural de lo nacional.
  8. Alix identifica la realidad telúrica, histórica y sociocultural como marco de la idiosincrasia nacional por lo cual es el cultor que expresa y encauza, mediante el cultivo de la poesía popular, el alma de lo nacional con el timbre criollodel lenguaje popular dominicano.
  9. Alix valora los atributos del hombre del Cibao como fuero y cauce del talante nacional. Forjado con la lumbre de la Mocanidad, se desarrolló en Santiago y puso su alma en sintonía con el alma cibaeña, que sentía como la base del alma nacional.
  10. Alix dio a la décima categoría de poesía porque entendió que el cultivo de esa creación de la cultura encarnaba la expresión folklórica con el lenguaje de la poética popular.
  11. Alix dio al lenguaje popular categoría de lengua, porque entendió que los diferentes niveles y estilos de lengua tienen igual privilegio como variantes de la expresión lingüística de un idioma y una cultura.
  12. Alix dio a lo popular categoría de lo nacional ya que, en contacto con los sectores humildes del pueblo llano, comprendió que el sector popular encarna la base cultural del alma nacional en sus múltiples expresiones sociales, expresivas y espirituales.

 

En fin, esta valoración de la lírica de Juan Antonio Alix y la reedición de las décimas del poeta mocano (8) han de reavivar el interés por el estudio y el cultivo de la lírica popular y, en particular, de la décima, reconocida como la versificación heredada de la literatura española, lo que ha de revalorar a su prestante cultor como la figura señera de la décima dominicana (9).

No dudo de que la conmemoración de este primer centenario de su partida  hacia la eternidad sea una magnífica motivación para ponderar el aporte literario del poeta mocano que supo asumir y expresar, desde el lenguaje popular y desde la cultura viva del pueblo, la base idiomática del habla campesina y la expresión genuina de nuestro pueblo, testimonio lúcido y elocuentedel alma nacional.

 

Bruno Rosario Candelier

Coloquio sobre Juan Antonio Alix

Moca, Teatro Don Bosco, 2 de junio de 2018.

 

Notas:

  1. Juan Antonio Alix, Décimas de siempre, S. Domingo, Búho, 2018, p. 8.
  2. Bruno Rosario Candelier, Lo popular y lo culto en la poesía dominicana, Barcelona, UCMM, 1977, p. 9.
  3. Juan Antonio Alix, Décimas, Ciudad Trujillo, Librería Dominicana, 1953, T. I, p. 76.
  4. Rosario Candelier, Lo popular y lo culto en la poesía dominicana, p. 19.
  5. Juan Antonio Alix, Décimas, p. 183.
  6. Juan AntonioAlix, Décimas, p. 93.
  7. Juan AntonioAlix, Décimas, p. 85.
  8. Juan Antonio Alix nació en Moca el 6 de septiembre de 1833. En el prólogo a la primera edición deDécimas inéditas, Emilio Rodríguez Demorizi escribe: “Juan Antonio Alix fue bautizado en Moca, a los nueve días de nacido, el 15 de septiembre de 1833, fruto del mismo hogar en que su hermana Eloísa haría la amorosa conquista de Ulises Francisco Espaillat. Desde la adolescencia, a los 16 años, empezó a escribir las décimas inimitables que le dieron grande y popular renombre. Cantó sin descanso, con entusiasmo inalterable, renovando y acendrando el artificio del criollismo desde 1855. En su larga vida de ochenta y cinco años nadie lograría arrebatarle el cetro de la poesía popular dominicana. Sus producciones innumerables corrieron dispersas en volantes y en casi todos los periódicos del país, desde su mocedad hasta sus postreros días. El poeta mocano falleció en Santiago el 15 de febrero de 1918” (J. A.Alix, Décimas inéditas, Santo Domingo, Moreno editor, 1966, pp. 7-8).
  9. Con este singular motivo, Miguel Collado, acucioso investigador bibliográfico y académico de la lengua, ha hecho reimpreso las décimas de Juan Antonio Alix para que las actuales generaciones de lectores y estudiosos tengan a su alcance la edición de una selecta muestra creadora de esa vertiente expresiva de la lírica popular dominicana. Se trata de una reimpresión de la tercera edición de Décimas inéditas de Juan Antonio Alix (Santo Domingo, Soto Impresores, 2018).
  10. También hay que ponderar la edición de Décimas de siempre, de Juan Antonio Alix, publicadas por el Ministerio de Cultura (Santo Domingo, 2018), con un enjundioso prólogo de Fernando Cabrera.

Acabadera/o, estratosfera/*estrastofera, semaforizar, conectado

Por Roberto E. Guzmán

ACABADERA/O

No son pocas las palabras a las que los hablantes de español dominicano  han introducido modificaciones para adaptarlas a sus necesidades. Las alteraciones obedecen a veces a parecidos que las palabras originales tienen con otras que ya han sido modificadas previamente.

En muchos de los casos de estas nuevas voces lo que se ha hecho es modificar las terminaciones y añadirles una que es de mayor uso en el habla. En el caso específico de la voz del título, lo que ha operado es la inventiva del hablante al tomar un verbo y a ese verbo añadir una terminación para hacer de ella un sustantivo.

El verbo que se percibe como base en esta “acabadera” es el verbo acabar que es el elemento definitorio de la nueva voz y sobre este se forma, se estructura, la nueva voz que a veces contiene matices importantes sobre todo para la expresión oral, como sucede en este caso. Por medio de la descripción que antecede se nota que este tipo de  formaciones se hace a partir de elementos ya existentes en la lengua.

Para transmitir el mensaje de que algo no tiene fin, el hablante dominicano lo expresa con “eso no tiene acabadera”. También utiliza esta voz para comunicar que algún objeto no se gasta o no se daña, empleando la expresión ya citada. La terminación -ero, -era procede del latín –arius, de donde puede deducirse que en circunstancias normales es legítima.

Con esta acabadera el hablante de español dominicano dice que algo no termina, no tiene final, o que a eso que menciona no le llega término. Puede referirse a acciones humanas a las que no se les ve el punto o momento final. No ha de olvidarse que en el uso de esta voz hay mucho de hiperbólico, pues en realidad son objetos o acciones que dejan de funcionar o situaciones que desaparecen o cambian.

Antes de cerrar debe hacerse mención de que esta terminación en este caso reviste carácter especial, pues en general se usa para formar palabras con diferente categoría a la que se estudia aquí, pero sigue el ejemplo de una palabra bien conocida, como duradero/a que mantiene vínculos de sinonimia con la voz examinada en esta sección.

 

ESTRATOSFERA – *ESTRASTOFERA

“. . .se remonta de manera exponencial a la *ESTRASTOFERA cantidad. . .”

Durante un tiempo en el español se dudó con respecto a imprimir mayor intensidad en la sílaba que contiene la letra /o/ de esta palabra para que se pronunciara estratósfera. En la actualidad las dos grafías, con y sin acento  son admitidas.

Estratosfera es un sustantivo y en la cita aparece modificando al vocablo cantidad. Esto no es posible. Aquí se impone que se use el adjetivo estratosférico para con este destacar que eso que se escribe o habla es enorme, exorbitante. Ese es un uso metafórico que no se encuentra reconocido por las autoridades lideradas por la institución madrileña de la lengua española.

La estratosfera o estratósfera es la “capa intermedia  de la homosfera, desde los 12 a los 50 kilómetros de altura”. Es una zona superior de la atmósfera. Superior en una de sus acepciones posee la idea de que es “más en calidad o cantidad”.

A los jóvenes estas distancias les pueden resultar ridículas comparadas con las que alcanzan los cohetes y satélites modernos; mas hasta hace cerca de setenta años eso era astronómico, desmesuradamente grande.

El Diccionario de uso del español (2007-I-1284) recoge la palabra estratosférico, -a, y, a lo que los demás diccionarios reconocen, añade, “Se usa también hiperbólicamente: “precios estratosféricos”. Con esto indica que de lo que se habla o escribe es excesivo en su aumento; es una exageración, es desorbitado, exorbitante.

 

SEMAFORIZAR

“. . .señalizada y SEMAFORIZADA. . .”

El verbo señalizar hace largo tiempo que forma parte del léxico oficial de la lengua española. El verbo que no ha entrado aún en el lexicón mayor de la lengua española es semaforizar.

El verbo debería ser reconocido porque la acción de instalar semáforos para regular la circulación de vehículos en las vías públicas es un hecho incontrovertible. Quizás el problema con la admisión del verbo es que la palabra semáforo en sí misma no se refiere solo a los aparatos eléctricos de señales luminosas que se hallan en las vías de comunicación.

Aun así parece posible que al definir la acción de semaforizar esta puede definirse limitándola sola a la que concierne a los mencionados aparatos luminosos que regulan el tránsito.

El Diccionario de americanismos (2010) asienta en sus páginas que este verbo es reconocido y usado en Chile. La acepción que consta en ese diccionario es, “Dotar a una vía pública de semáforos”.

Con la gran circulación que se incrementa cada día más en la vida moderna, los semáforos se han convertido en aparatos que forman parte de la vida diaria porque proliferan en las calles, carreteras y otras vías de comunicación.

 

CONECTADO

“. . .el primo de tal o cual fulano está CONECTADO y puede repartir algo. . .”

El verbo conectar de la misma forma que muchos otros verbos de la lengua española ha adquirido connotaciones especiales en algunas sociedades latinoamericanas como consecuencia de peculiaridades de estas.

Empleado este verbo en el participio pasado o desempeñando funciones de adjetivo, ha desarrollado matices que se reflejan en la frase que se copió a modo de ejemplo.

En mecánica contactar es establecer contacto entre dos partes o piezas. Es establecer comunicación entre dos lugares. Además es “lograr una buena comunicación con alguien”.

En Hispanoamérica el verbo conectar se utiliza también en el béisbol para “golpear la pelota con el bate”. Lengua y béisbol en la República Dominicana (2006:144). Es un uso metafórico conocido en otros países.

El Diccionario de americanismos (2010) recoge que el verbo en cuestión sirve para expresar “propinar golpes” y enumera a Costa Rica y Cuba como los países en que se emplea de este modo. Hace falta añadir la República Dominicana, pues en las narraciones de peleas de boxeo o en los pleitos callejeros se usa de este modo en el último país.

En la vida en sociedad, contactar es establecer relación o comunicación una persona con otra u otras. De este tipo de relación brota un lazo que a veces se hace fuerte y permite intercambios de favores.

El último diccionario mencionado reconoce que en funciones de verbo intransitivo pronominal el verbo del título expresa, “Relacionarse con alguien que tiene influencias o poder”. Incluye en la lista de países hispanoamericanos que se sirven de este verbo de esta manera cinco países, pero no figura la República Dominicana. Hace falta incluir este país en esa lista.

De la última acepción deriva que “conectado” sea, “persona que tiene influencias o poder”, especialmente en las esferas gubernamentales.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Taco, central, cisgénero, arista

Por Roberto E. Guzmán

TACO

La palabra taco tiene muchos significados conocidos por la mayoría de los hablantes de español corriente. Cuando se trae este vocablo a estas reflexiones sobre el español, no se hace para insistir sobre esos significados, sino para destacar uno que es propio del hablante de español dominicano.

Antes de entrar de lleno en el tema central de esta sección, vale la pena destacar algunos aspectos interesantes de esta palabra. Esta palabra aparece ya en el Tesoro de la lengua castellana, o española (1611:1296). Entre otras acepciones figura una que dio lugar a una frase de uso en el español dominicano, “La baqueta con que se aprieta el arcabuz después de cargado”. El dicho dominicano era y, probablemente es, “no servir ni para taco de escopeta”. Diccionario fraseológico del español dominicano (2016:471).

Desde esos años hasta estos días el vocablo en cuestión ha ensanchado mucho sus significaciones en la lengua general, así como en la variedad del español de algunos países hispanohablantes. Entre estos el ya documentado en el Diccionario del español dominicano (2013:644), “persona muy competente en alguna materia”.

Los tacos que se conocen tienen algunas características comunes, son pedazos o trozos de alguna materia, son cilindros, baquetas, varas, canutos, conjuntos de hojas de papel, y, muchas otras formas que puede revestir el taco, llegando en España a ser una palabrota.

El taco dominicano es una formación que se acumula en alguna parte del cuerpo humano. Se recuerda el “taco” de cerumen que se forma en el oído y,  el que se asienta en alguna pequeña cavidad de la garganta, que puede formarse de restos de alimentos o de otra materia.

Se recuerda con toda claridad cuando los profesionales de la medicina decían que había que limpiarle el oído a una persona para sacarle ese taco de cera. También se recuerdan los casos en que al examinar la garganta decían que el paciente tenía un taco allí.

No se ha tratado de redactar una acepción para este taco semántico dominicano, sino solamente documentarlo para que se tome en cuenta más adelante y se haga constar en los diccionarios del español dominicano.

 

CENTRAL

El vocablo “central” se incorpora a estos comentarios para destacar una diferencia que se ha encontrado. Se refiere la diferencia a una discrepancia entre el género que es de uso en el español dominicano y el que aparece asentado en el Diccionario de americanismos y en el Diccionario de la lengua española.

En los dos diccionarios mentados más arriba se reconoce al central azucarero el género femenino para la República Dominicana. El ingenio de azúcar es masculino en el español dominicano y así derecho lo recoge el Diccionario del español dominicano (2013:165) “m. Ingenio azucarero”. Por antonomasia se conoce como “ingenio”, sin necesidad de añadir “de azúcar” para que se sepa que se refiere a la fábrica de azúcar de caña.

Al autor de estas reflexiones acerca del español no le cabe duda alguna de que esta pequeña discrepancia será subsanada en la próxima edición del lexicón oficial de la lengua española. Este autor entiende que la Academia Dominicana de la Lengua ya se ocupó de señalar esto a las demás academias para que no continúe esta discrepancia ya documentada.

 

CISGÉNERO

“. . .en igualdad de condiciones con las personas CISGÉNERO. . .”

Esta voz del título es un neologismo que no ha recibido aún el visto bueno de las autoridades institucionales de la lengua española. Es posible que el motivo por el cual todavía se considera extraño a  la lengua común sea porque es de uso restringido o escaso. Es un tecnicismo de origen alemán.

Este término se utiliza para referirse a los “individuos cuya identidad de género coincide con el sexo que les fue asignado en el momento de su  nacimiento”. Esa es la definición que se encuentra en Wikipedia.

Es un término creado por una persona, utilizando el prefijo latino cis- que significa “Del lado de acá”, “de la parte de acá”. La otra parte de la palabra, género, proviene del latín genus que se encuentra en el origen de generar, engendrar y otros.

La voz en estudio está formada de acuerdo con los cánones de la lengua. Se espera que con los avances en materia de estudios sobre género esta logre el reconocimiento que la incorporará al inventario oficial de la lengua española.

 

ARISTA

“. . .advertir ARISTAS y fenómenos. . .”

Hace años ya que el vocablo del título causa escozor. Lo emplean en la lengua escrita con el propósito de expresar un mensaje o concepto que no pueden alcanzar a transmitir.

El Diccionario de la lengua española solo reconoce y asienta las significaciones para esta palabra que corresponden a arquitectura, botánica, agricultura y geometría.

Para dar con la idea que se trata de trasladar con esta arista en casos como el de la cita, hay que recurrir a diccionarios de uso. Los diccionarios de uso dan cabida a un uso que escapa a toda previsión lógica para una palabra de este tipo.

En la frase transcrita más arriba, a modo de ejemplo de utilización de “arista”, hay que aceptar que se usa la palabra como equivalente de “dificultad que algo presenta”. Así se halla definida en el Diccionario de uso del español actual (2011:192). La explicación que ofrece ese diccionario para la legitimidad de este uso es que en latín arista era el filamento áspero en la cáscara de la espiga que envuelve granos y cereales, así como la espina del pescado. De aquí deriva que espina de pescado en francés sea arête; el acento circunflejo atestigua la desaparición de la letra ese /s/ de la voz del latín.

El Diccionario del español actual (1999-I-428) retiene que se usa en plural para “asperezas o dificultades”. Los ejemplos de uso que trae son de periódicos españoles. Así se “liman aristas”, por aquello de las asperezas. Este es un ejemplo de “sintagma neológico” (neologismo sintagmático) que es como lo llamó Louis Gilbert. La créativité lexicale, 1975.

El Diccionario de uso del español (2007-I-250) asevera que se utiliza en plural para “dificultades de un asunto”. Este diccionario añade un elemento nuevo a los significados, pues recoge el uso para “hosquedad de una persona”.

Hay que reconocer que el empleo del vocablo arista con el carácter de “inconveniente” que le reconocen los diccionarios de uso es un rasgo indicativo de lo que vendrá en el futuro si este uso se mantiene.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Yeje, bureau, interregno

Por Roberto E. Guzmán

 

YEJE

He aquí otra voz que ha faltado inventariar en los diccionarios de español dominicano. Esta es una palabra dominicana por todos los costados. Lo es tanto por su significación, como por su composición.

Si se define la función de este vocablo hay que convenir en que se trata de una interjección. El uso ha establecido dos características para el uso de esta palabra. La primera es que se usa a manera de burla o para llamar la atención del interlocutor acerca de algo e incitarlo a expresarse. La otra característica es que por ser tan corta casi siempre se la usa de modo repetido sin interferencia de otra palabra, “yeje-yeje”.

Si se trata de analizar la composición de la voz del epígrafe, puede avanzarse que es más bien una expresión espontánea, en la que la primera sílaba ye corresponde a la forma de enunciar la “i griega”. La segunda sílaba puede que pertenezca a la interjección que representa el ruido de la risa en español, y manifiesta incredulidad, así como burla, je, de donde deriva yeje.

Separada en partes, como se propone, se entiende muy bien el uso que de la interjección se hace en el español dominicano. Debe entenderse que lo que se propone aquí es una hipótesis acerca de la formación de la interjección y que no debe “escribirse con tinta china”, como se decía hace sesenta y cinco cuando el autor de estas reflexiones se sentaba en pupitres y bancos en la escuela para aprender.

 

BUREAU

“. . .que incluye su participación en la reunión del BUREAU de la Conferencia. . .”

El bureau que aparece en el texto citado es extraño a la lengua española. Es una voz que pertenece a la lengua francesa. En español hay muy buenas traducciones para la voz del francés. Como se leerá más abajo, en el español de algunos países existe la voz “buró” cuyo detalle se explicará en su lugar.

La intromisión de la voz francesa en el español es un asunto muy viejo, pues ya en el año 1915 D. Atalo Castañs se ocupó del asunto en su obra Galicismos, barbarismos e hispanismos (1915:80). Para el galicismo este señor proponía varias palabras de solera del español, “bufete, despacho, negociado, oficina, covachuela; mesa, junta; contaduría (de teatro)”.

El negociado a que se contrae la referencia es una sección de la administración pública que se ocupa de un servicio específico. Esa palabra recuerda el uso que se hacía de ella en Puerto Rico para las informaciones acerca de las condiciones atmosféricas, “Negociado del Tiempo”, pues se piensa que así se llamaba al departamento correspondiente. Para los que no llegaron a conocer las covachuelas, estas eran (o son), oficinas públicas que en su origen se situaban en el sótano del antiguo palacio real, claro en España.

En algunos casos en francés usan la palabra bureau para oficinas o departamentos que llaman la atención porque escapan a lo que se espera de la voz; una de ellas es el famoso deuxième bureau, que es un renombrado servicio de inteligencia francés.

En las conferencias el bureau será la secretaría de esa conferencia o institución, lo que a veces se llama en la última, el secretariado.

La palabra buró entró en el sanctasanctórum de la lengua española en la edición del Diccionario de la lengua española del año 1992.  Esta es la adaptación al español del galicismo estudiado aquí. Antes de ese año había viajado ampliamente a través de la literatura española.

Entró así, “mueble para escribir, a manera de cómoda, que tiene una parte más alta que el tablero, provista frecuentemente de cajones o casillas; se cierra levantando el tablero o, si este es fijo, mediante una cubierta de tablillas paralelas articuladas”. Esa acepción es una descripción detallada del mueble que, si uno no lo ha visto, será difícil de visualizar. En ese año se incorporó también la acepción mexicana, “mesa de noche”.

En la edición del 2001 del citado diccionario se introdujo en la segunda posición la acepción de buró de los comunistas, “En las antiguas organizaciones políticas comunistas, órgano colegiado de dirección”. No se extendió a las “juntas, directivas” que se consignan en otras lenguas para la palabra de origen francés. Así, la acepción mexicana pasó a ocupar la tercera posición. Otra palabra de esa familia recogida por las Academias es politburó.

El inglés no tuvo mejor fortuna que el español con el vocablo del francés. En Inglaterra es un escritorio, en el sentido de mesa para escribir, con cajones (gavetas). Es también el escritorio descrito antes en español, con el tope retráctil. En inglés conocen también la “mesita de noche”. Merriam-Webster´s Dictionary. Durante un tiempo en inglés angloamericano equivalió a la “coqueta”, (mueble) de los dominicanos. Les Faux Amis des vocabulaires anglais et américain (1975:112).

Para resumir lo que concierne al español. En el texto debió aparecer  “junta, directiva” para designar a los miembros elegidos por sus colegas para dirigir una organización. No han de olvidarse las demás equivalencias señaladas para otros casos.

 

INTERREGNO

“Tampoco puede negarse que durante ese INTERREGNO caliente de la llamada ´guerra fría´…”

No puede negarse que en las lenguas existe una tendencia a ampliar el campo de acción de las palabras. Este fenómeno se produce sobre todo en la época moderna en que escribir es tan fácil y en que publicar se ha hecho menos difícil.

La tendencia que se mencionó más arriba se hace más notoria con palabras de utilización menos frecuente, pues algunos escribientes las adoptan y se sirven de ellas a voluntad.

Eso que se ha detallado como ocurrencia en las lenguas modernas se piensa que ha ocurrido en la cita de más arriba con el vocablo del título. Se estudiará esto aquí específicamente y se propondrá una explicación aceptable de porqué esto ocurrió.

El interregno de la lengua española es el espacio de tiempo que trascurre en un Estado sin que haya soberano. En España es el intervalo desde que se interrumpen hasta que se reanudan las sesiones de las Cortes.

La explicación que se propugna para el desliz del redactor de la frase copiada es que ha leído en inglés algunas acepciones que no existen en español. En esa lengua interregnum es un lapso o pausa en una serie continua.

Lo que probablemente sucedió aquí fue que el redactor abrevó en inglés y luego escribió en español. Ese es uno de los peligros del bilingüismo.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Morder, micro/miocro, enhestar/enastar, abrevar/abreviar

Por Roberto E. Guzmán

MORDER

Este verbo se trae a estos comentarios porque se entiende que en el español dominicano posee un significado que no se ha oído o leído en otras variantes de la lengua española.

La significación que se introducirá en esta sección corresponde a pillar, morder sin dientes, con el sentido de aprisionar. Casi siempre se utiliza para describir el tipo de sensación que se experimenta cuando una parte del cuerpo queda “cogida, agarrada, atrapada” entre otras o por objetos.

Se ha oído que un hablante de español dominicano refiere que una puerta, ventana u otro objeto le mordió un dedo o la mano. En el campo de la medicina un nervio puede estar “mordido” entre dos vértebras.

Quizás el verbo morder usado de este modo no sea de empleo frecuente. Esa puede ser la razón por la que no se ha documentado la utilización en los diccionarios de dominicanismos o del español dominicano. Es posible que luego de esta intervención aquí, se considere el verbo para incorporarlo en los lexicones del habla dominicana.

 

MICRO – MIOCRO-

“. . .nos tendemos a consumir en lo MICRO. . .”

Los métodos modernos de divulgación de las ideas permiten llevar nuevas palabras al conocimiento general. La palabra micro se ha utilizado con funciones de apócope en diferentes ámbitos de la actividad humana. Así se la encuentra en tecnología desempeñando la función de apócope de micrófono.

En el campo de la informática se utiliza micro para denominar de modo apocopado al microcomputador. En algunos países los autobuses pequeños son llamados microbuses.

Aparte de estos significados micro- actúa en función de componente de palabra, en la posición de prefijo,  que significa pequeño, como en el ejemplo del microbús. Desempeñando esa función se encuentra en palabras como microbio, microcosmos y otros.

La palabra microbio es digna de interés por su formación. Emile Benveniste relata la historia de esta. Fue el cirujano Sédillot quien la inventó, para sustituir a una serie de términos que existían para designar diferentes variedades de microorganismos. Él buscaba una sola palabra fácilmente pronunciable con la ventaja de presentar un sentido general. Sédillot consultó a Emile Littré sobre cuál de las dos palabras elegidas presentar y el último le sugirió microbe. Les mots savants (1968:87-8).

En el Diccionario de la lengua española (2014) a micro se le atribuye el significado de “muy pequeño” que coincide con lo que presenta el diccionario Merriam-Webster del inglés.

El Nuevo diccionario de voces de uso actual (2003:744-757) recoge más de cuarenta voces nuevas en la que el prefijo micro- figura haciendo esas funciones. Esto demuestra la tendencia actual en desarrollo de este componente de palabra.

Todavía en el año 1984, en la vigésima edición del Diccionario de la lengua española, este reconocía a micro- denotando “amplificación” como en micrófono. Ya en la edición de ese diccionario correspondiente al año 1992 esa denotación desaparece.

Resulta cuesta arriba aceptar que micro pueda emplearse de modo independiente para atribuirle el significado de “poco, pequeña cantidad”, que es como se encuentra en la frase introducida a modo de ejemplo del empleo en esta sección.

No hay que dejarse llevar por la moda de usar una voz para darle o reconocerle nuevas significaciones cuando esta no es usada como componente de palabra. Esto que se acaba de criticar es precisamente lo que se comprueba en la cita.

 

ENHESTAR – ENASTAR

“. . .un grupo de personas ha estado *ENASTANDO. . . la bandera. . .”

Los dos verbos que se encuentran en el título gozan del privilegio de formar parte del léxico de la lengua española. En este aparte se estudiará cada uno de ellos. Como resultará de este estudio se verá que ha sido mal empleado el verbo enastar para referirse a una bandera.

El verbo enastar es “Poner el mango o asta a un arma o instrumento”, Diccionario de la lengua española (2014:867). Como puede comprobarse mediante la lectura de la acepción de la Asociación de Academias de la Lengua Española, se refiere a arma o instrumento. El asta a que se contrae esta acepción es el palo de la lanza, de la pica, etc.

La palabra asta también es el palo en cuyo medio o extremo se pone la bandera. Ahora bien, enhestar es levantar en alto. La confusión es vieja. No es un error caprichoso, pues existe el verbo enastar y las banderas tienen asta, así como las armas e instrumentos.

El desvarío léxico es viejo, ya D. Manuel Patín Maceo en su obra Dominicanismos (1990:91) entiende que enastar en el caso de la bandera es un barbarismo en el que incurren “periodistas y poetas nuestros”. La obra mencionada fue publicada en su segunda edición en 1947, lo cual demuestra los años que lleva el descuido sobre este asunto.

Lo que debe recordarse es que enhestar es “levantar en alto, izar” y es precisamente en lo que consiste la acción de desplegar la bandera en su palo o asta.

 

ABREVAR – ABREVIAR

“Uno ABREVIA en las bibliotecas. . .”

En la representación gráfica de los dos verbos del epígrafe no existe gran diferencia. Solo una letra (vocal) diferencia uno de otro. En cuanto a sus significaciones a los dos verbos los separa un abismo.

El verbo abrevar es equivalente de saciar, verbo este que se usa también en sentido metafórico. Saciar es calmar por completo el hambre o la sed de alguien. Son casi las palabras exactas que emplea el Diccionario de la lengua española.

En sentido figurado el verbo abrevar se utiliza para satisfacer las ansias de conocimiento; de allí que cuando se acudía a una biblioteca se hacía para colmar los deseos de saber. Se han usado dos verbos en pasado porque en la actualidad no hace falta trasladarse físicamente a una biblioteca para este propósito. Los recursos de la informática moderna permiten ahorrarse ese traslado.

Quienes abrevian en una biblioteca son aquellas personas que acortan el tiempo que pasan en esos recintos, hacen breve las visitas a esos establecimientos, aceleran su paso por esas instituciones. Parece obvio que a las bibliotecas se va a abrevar; no a abreviar.

El verbo abreviar es hacer breve, acortar, reducir a menos tiempo; acelerar, apresurar; darse prisa.

No se quiso hacer más larga la cita que consta porque eso hubiese hecho posible la determinación del redactor del desacierto. Aunque no se haya escrito antes es bueno dejar sentado que es una norma en estos escritos no develar la identidad de las personas o las fuentes de los escritos que se comentan. Es un rasgo de delicadeza.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Pasear, interrumpir/irrumpir, tesonero/personal/personero, harén/aren

Por Roberto E. Guzmán

PASEAR

¿Qué viene a hacer este verbo en estos comentarios si ni siquiera se cita un ejemplo de uso?

La respuesta es relativamente fácil, o fácil para un dominicano, como se demostrará más adelante.

En el español internacional el verbo del título goza de acepciones muy bien documentadas. Hasta en el español americano goza de acepciones bien documentadas. De manera somera se mencionarán algunas de las correspondientes a esos ámbitos del español. Se hará hincapié en las que más se parecen a la acepción dominicana que se develará aquí.

El Diccionario de la lengua española ha incorporado en su nómina de acepciones para el verbo del título una que se emplea en Costa Rica que se asemeja a la de la República Dominicana; esta es: “Desmoralizar a alguien, destruirlo espiritual y moralmente”. En funciones de verbo pronominal, como el anterior, en Cuba se usa para, “Dominar ampliamente una disciplina”.

La significación mencionada más próxima a este párrafo se conoce también en el español dominicano, sobre todo en los pasillos de las escuelas y universidades.

El “pasear” de los dominicanos no ha sido inventariado aún en los diccionarios de español diferencial; por esa razón se tae a estos comentarios. En esa variedad de español una persona pasea a otra cuando la lleva (pasea) a un campo del saber y le demuestra que la primera persona tiene mayores conocimientos, de modo que la hace quedar en ridículo.

Como se comprueba con los detalles de la acepción dominicana, la acepción comparte con la de Costa Rica el rasgo de desmoralizar a alguien; sin llegar al grado de la costarricense. Con la acepción cubana comparte la dominicana la característica de “pasear” a alguien en una disciplina del conocimiento humano.

Quien estas reflexiones escribe está seguro de que una vez expuestos los pormenores del verbo en cuestión, muchos hablantes de español dominicano reconocerán la acepción sobre la que se ha escrito.

 

INTERRUMPIR – IRRUMPIR

“. . .R. V. IRRUMPIÓ desde tempranas horas de la mañana las operaciones. . .”

Con mayor frecuencia que la deseada se encuentran confusiones en personas educadas acerca de cuál vocablo utilizar en los casos en que estos tienen algún parecido en su escritura.

En esta sección se estudiarán los dos vocablos del título con sus respectivos significados y equivalentes, con los ejemplos correspondientes. No se enumerarán todos los casos, pero se recalcarán las diferencias con el propósito de que no haya lugar a otras confusiones en el futuro entre los dos vocablos.

De acuerdo con lo que el Diccionario de la lengua española recoge en sus páginas, el verbo interrumpir tiene dos acepciones. La primera es “cortar la continuidad de algo en el lugar o en el tiempo”. La segunda es, dicho de una persona: “Atravesarse con su palabra mientras otra está hablando”. No puede dejarse pasar la oportunidad para señalar que ese “atravesarse” parece menos apropiado que otros verbos que se dejaron fuera.

En cuanto al verbo irrumpir el diccionario mentado más arriba solo le reconoce una acepción, “entrar violentamente en un lugar”.

Con la lectura de las dos acepciones vaciadas más arriba se deja en evidencia la mala selección que hizo la persona que redactó la frase copiada inmediatamente debajo del título. Interrumpir las operaciones equivale a cortarlas, detenerlas, impedir que siguieran, discontinuarlas, pausarlas.

 

TESONERO – PERSONAL – PERSONERO

“Las riquezas. . .han sido el fruto de mucho sacrificio y trabajo PERSONERO”.

En más ocasiones de las que la persona desearía que sucedan el cerebro le juega malas pasadas. Eso que se menciona es lo que parece que sucedió en el ejemplo de la cita. El cerebro mezcló palabras y produjo otra que existe, pero que no se acomoda para imprimirle sentido a la frase. El vocablo “personero” posee un sentido particular en República Dominicana que se mencionará en esta sección.

Tesonero significa que tiene tensión o constancia, que es perseverante. En general se refiere a la persona que demuestra tenacidad, empeño continuo y firmeza en su propósito.

La palabra personal tiene varias acepciones que varían de acuerdo con el contexto en que se emplee. Una es sinónima de particular; otra tiene un significado más profundo y se empareja con lo íntimo. Esas que se mentaron son acepciones cuando la palabra desempeña funciones de adjetivo.

En funciones de sustantivo, personal tiene que ver con el grupo de persona que trabaja en un mismo sitio. En deportes es la falta que comete un jugador sobre otro.

Un personero es un procurador para entender o solicitar negocios ajenos. En el pasado fue un procurador de las cortes castellanas.

En la República Dominicana la voz personero adquirió un matiz especial inmediatamente después de la caída de la dictadura trujillista. Se aplicó al “Funcionario público cercano al poder”. Diccionario del español dominicano (2013: 542).

El personero del régimen era un representante del poder de ese régimen de fuerza; una persona que se había beneficiado de ese gobierno. En resumen, como puede comprobarse mediante lo expuesto aquí, personero es una palabra que tiene una historia particular en el español dominicano.

 

HARÉN – AREN

“Tenía su AREN, mujeres al por mayor. . .”

No hay perdón para quien incurre en dos errores con palabras que no mantienen semejanza alguna en cuanto a su significación. El primer error es en cuanto a la sílaba de la mayor intensidad en la pronunciación. El “aren” que le salió al redactor pertenece al verbo arar y no se enuncia del mismo modo que el harén o harem que debió aparecer en el escrito.

En esta sección se dejará fuera de consideración lo concerniente al verbo arar que por su grafía aparece conjugado en el presente del subjuntivo y en imperativo. Mucho más interesante es el sustantivo masculino harén, que también puede escribirse harem.

La palabra harén es de aparición tardía en español, pues se tomó del francés harem y en lengua española se introdujo, de modo documentado, en 1830; esto de acuerdo con lo que escribe J. Corominas en su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (1967:325). En francés se conocía el vocablo harem desde el año 1673 Dictionnaire historique de la langue française (2012-II-1593).

La significación primera de harén fue en las casas musulmanas “zona en que viven las mujeres”. Por metonimia pasó a ser “conjunto de mujeres que viven bajo la dependencia de un jefe de familia”. Diccionario de la lengua española 2014, consultado en línea. En inglés harem está documentado desde el año 1634 (haram) con el mismo significado que en las otras lenguas, tomado del árabe.

En el español moderno se utiliza casi siempre para designar a las mujeres que son amantes o concubinas de un hombre, aunque ellas no vivan bajo un mismo techo. Con este valor quiso presentarlo quien mal escribió la cita copiada al principio de esta sección.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Galipote, copa, armador

Por Roberto E. Guzmán

GALIPOTE

La palabra galipote del español dominicano tiene varios rasgos que hacen de su estudio un punto interesante. Posee esta una acepción que se conoce únicamente en el habla de los dominicanos. Su étimo remoto no había sido dilucidado de modo exhaustivo. Eso se hará aquí, con sus pormenores y, se aclarará su etimología.

El galipote es una “Persona que, según la creencia popular, tiene la facultad de convertirse en animal o en árbol. Diccionario del español dominicano (2013:330). Ese diccionario menciona un femenino para la voz, aunque el autor de estas notas nunca ha oído de la galipota.

En la literatura dominicana se menciona este personaje y se asegura que se conoce también con el nombre de dundún. La forma cómo se logra este poder es firmando un pacto con el diablo Diccionario de cultura y folklore dominicano (2005:176). En la literatura dominicana varios autores se han valido de este personaje fantástico desde T. M. Cestero en La Sangre (1913) hasta M. Veloz Maggiolo (1980).

La voz del título entró al español dominicano a través del criollo haitiano, galipòt, galpòt, gayipòt, que es un animal mítico que se asemeja al lugarú (lougawou). En esencia es un ser o espíritu malhechor. Se aplica en el criollo haitiano a la persona que se mueve con celeridad, que según parece puede estar en dos sitios a la vez. Haitian English Dictionary (2000:253).

En el español general galipote es una brea empleada para calafatear. En francés es una resina de pino. Entró en el diccionario académico de la lengua española en el año 1899. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-III-42).

La palabra galipòt del criollo haitiano deriva del francés hablado en la región del Poitou que tiene relación con la lengua de oíl que pertenece a la familia de las lenguas romances. Como se verá más adelante esta palabra pasó al francés de la provincia de Quebec en Canadá. Lexicréole (2001:94). Este autor define al galipote como un duende, fantasma; o, como una organización secreta nocturna.

El galipote francés más próximo del dominicano es el que se conoció en la región del Centro-Oeste y Auvernia en Francia, en la que se empleaba la voz para designar un animal monstruoso que deambulaba por la noche en los campos. En sentido figurado, en una locución, adquirió el sentido de buscar aventuras extraconyugales, y, así pasó al francés canadiense. Se piensa que este galipote deriva de galipette que significa cabriola, maroma. Vocabulaire du français de province (2010:232). Y Dictionnaire historique de la lengua française (2012-II-1463).

En el francés canadiense actual la locución courir la galipote corresponde a frecuentar los lugares de diversión. También se usa para ir de un lugar a otro en el pueblo y correr tras las faldas. Dictionnaire de la langue québécoise (1980:241) y The Québecois Dictionary (1982:110).

Un rasgo que torna interesante la voz estudiada es que pasó de las provincias francesas, en las que se usaba para nombrar a una bestia fabulosa (por eso es sustantivo femenino en francés), a una persona que se mueve rápidamente en criollo haitiano hasta derivar en un espíritu malhechor o, en un brujo. De aquí pasó al español dominicano para denominar a una persona que hace un pacto maléfico y puede convertirse en animal o árbol. Esta voz es un ejemplo fehaciente de las transformaciones que experimentan las palabras al pasar de una lengua a otra y de un país a otro.

 

COPA

“Estos pequeños huertos en las COPAS de los edificios. . .”

El vocablo copa tiene significados muy bien asentados en el español cotidiano. Según se deduce de la lectura de la frase copiada se la ha usado en un sentido nuevo, que aún no se ha registrado en los diccionarios usuales.

No se critica el uso que se hace de la palabra copa, aunque no se apruebe el uso que se hace de esta. Se seguirán los pasos que el/la redactor/a hizo del vocablo destacado, para llegar al meollo del asunto de cómo llegó hasta este empleo.

En los árboles la copa es el “conjunto de ramas y hojas que forma la parte superior de un árbol”. Esa es la definición que recoge el Diccionario de la lengua española. En esta acepción se subrayó una parte para destacarla y que se la retenga.

El tema de la frase tiene que ver con plantas, huertos, hortalizas y cosas parecidas. La parte superior de un edificio es la azotea, pero en este caso la llaman copa.

Como puede observarse mediante la lectura de la frase, el/la redactora/a estaba inmerso en su escrito y deslizó una copa más que no deja de tener asidero, solo que el vocablo no ha recorrido el largo camino que le imponen las lenguas a las palabras nuevas.

Puede añadirse que se admira el poder creador de quien redactó, pero no puede ofrecérsele apoyo aun cuando se percibe la relación que existe entre la copa y la parte superior del edificio.

 

ARMADOR

“. . .D. M. el ARMADOR infatigable”.

En el español abundan las palabras patrimoniales que son conocidas por la mayoría de los hablantes por el significado principal, que casi siempre es el más antiguo, o, el de mayor uso.
Junto a los significados tradicionales de algunas palabras los hablantes incorporan a estas otras significaciones en su habla que pasan a la lengua escrita, pues ese se considera el itinerario que siguen esas palabras desde que F. de Saussure lanzó esa idea.

En algunas ocasiones los vocablos que se eligen pueden depender del campo de actividad a que corresponde la nueva palabra. En otras ocasiones los hablantes se conforman con una traducción o una adaptación a la lengua de llegada.

En el caso de este “armador” no se trata de la vieja palabra que designa a la persona que arma un mueble o artefacto. No se trata tampoco de quien arma o dota un barco para su explotación comercial. El armador de la frase es la persona que desempeña una función importante en el juego de baloncesto.

El Diccionario de la lengua española aún no ha reconocido este armador que sí consta en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias, donde se define como el “jugador que organiza las jugadas durante el partido”. Menciona ese lexicón que ese es un uso conocido en Puerto Rico y,  desempeña ese vocablo las funciones de adjetivo y sustantivo.

En la obra El idioma español en el deporte (1994:447) aparece la voz armador para lo que en inglés conocen con el nombre de play maker y lo define como el “encargado de organizar el juego dentro de la cancha”. En la obra mencionada puede leerse que “en español puede llamarse base” al jugador que se ocupa de esta labor.

Hay que celebrar que los hispanohablantes hayan escogido para este jugador de baloncesto una palabra que no es servil al inglés. No cabe duda de que han seleccionado esta palabra porque encuentran en el verbo armar suficiente base para hacerla aceptable. En el verbo armar se encuentran algunas cualidades que hacen de este un fundamento adecuado para escogerlo en el deporte del baloncesto para el trabajo que realiza el “armador”.

El armador imparte las instrucciones en la cancha, tanto en su aspecto defensivo como ofensivo. Dispone los cambios necesarios para adaptar la estrategia al desenvolvimiento del partido. Ese jugador ordena las acciones adecuadas a las circunstancias del juego. Es la persona que monta las acciones en el tabloncillo. Todos los verbos usados para la acción del armador están presentes en el verbo armar.

La elección es probable que se hiciera siguiendo la descripción de la actividad del jugador, pues ordena la acción de su equipo sobre la marcha. Puede escribirse que con el escogimiento de esa palabra se afirma la expresividad lingüística que caracteriza el lenguaje deportivo.

Lo que ha hecho la lengua con respecto de este jugador es que ha acomodado una palabra antigua del español que era de uso en otras áreas de la actividad humana y la ha adaptado a una realidad de un deporte de aparición más bien reciente. Con este tipo de cambio que se observa aquí se comprueba que las sociedades humanas usan el instrumento que es la lengua para acomodarla a la evolución que experimenta la realidad.  Ni la sociedad ni la lengua son estáticas.

© 2018, Roberto E. Guzmán

 

Corbé, blanquitud, sacar, dajao/Dajabón

Por Roberto E. Guzmán

CORBÉ

La palabra que figura a modo de título no se encuentra como tal, es decir, por derecho propio en los diccionarios diferenciales de español dominicano. Esa palabra se encuentra formando parte de algunas locuciones de uso común en el habla de los dominicanos. En este apartado se argumentará que ella merece un sitio en el léxico dominicano porque posee una significación que le es propia.

Hace ya varios años que por medio de estos escritos se hizo un espacio a la palabra en cuestión, pero a pesar de que se explicó su procedencia no se arguyó para crearle un espacio propio.

Corbé es una voz de origen francés que probablemente ingresó al español dominicano durante la ocupación haitiana. Esa es la representación gráfica que el dominicano ha hecho de la voz corvée del francés que era una obligación que los ciudadanos debían honrar como un impuesto pagado en horas de trabajo. Consistía en un trabajo gratuito para la comunidad que hacían los ciudadanos en grupo. Tuvo su origen en la sociedad feudal y era un tributo que se debía al señor feudal.

En la lengua criolla haitiana lo escriben, kòve y lo definen como trabajo en grupo seguido de distribución de comida, realizado por obligación y generalmente en las vías públicas.

El Diccionario fraseológico del español dominicano (2016:137) asienta dos locuciones sustantivas con la palabra del título, corbé de gente y corbé de presos; y una locución adjetiva, de corbé. La primera es, “Grupo numeroso de personas”. La segunda es, “Grupo de reclusos dedicados a trabajos forzados”. La tercera es, “Referido a persona, grupo que va por el mismo camino”.

Al copiar las acepciones se resaltó el vocablo grupo y esto explica que se haya escrito acerca de la palabra. Se piensa que en el español dominicano hay que hacerle un lugar a corbé con el significado de “grupo”, esto así en vista de lo que acaba de exponerse.

Ojalá se encuentre eco en esta propuesta de incluir esta voz en calidad de específica del español dominicano con la acepción que se propuso.

 

BLANQUITUD

El fenómeno de la BLANQUITUD. . .”

Con alguna frecuencia no precisada, aparece alguien con buena educación formal que muestra de manera implícita su inconformidad con los recursos que ofrece el léxico de la lengua. Esto que se acaba de exponer es lo que se cree que ha sucedido en el caso de la frase que se reprodujo a modo de ejemplo del uso de la voz del título.

En muchas ocasiones -quizás demasiadas- la persona que inserta la nueva voz no tiene el deseo o la oportunidad de explicar el nuevo término que saca a la luz. Como consecuencia de eso los lectores se ven en la situación de tener que descifrar el significado de lo que leen.

No resulta difícil encontrar que esta voz tiene relación con la palabra blanco. Se presume que no es un sinónimo de otra palabra vinculada con blanco, sino que posee rasgos peculiares que la hacen única y de allí que se la comente en este espacio.

En el proceso para dar con una definición se procederá a examinar los vocablos reconocidos de la lengua que pertenecen a la misma familia. Blancura, por ejemplo, es la “cualidad de blanco”. No es blanquecino que es “que tira a blanco” y, sinónimo de blancuzco.

No se va a abundar más y se propondrá una definición. Es el privilegio de ser blanco, con las características y facultades que esa condición confiere a la persona que goza de esa ventaja. Hay que tomar nota de que este es un juicio que procede de la reflexión, basado en suposiciones lógicas. Es infortunado que el autor que escribió el término no se tomara el tiempo y la molestia de explicarlo. Quizás lo dejó así porque en su mente estaba muy claro el concepto. O solo quiso impresionar a los lectores con una palabreja nueva.

 

SACAR

“. . . ya que el comité central SACO una resolución. . .” (Así, sin la tilde en el original).

Lo que sucedió en esta frase es lo que se conoce en el habla popular como un “doble feo”. En primer lugar usa el redactor el verbo sacar y en segundo lugar olvida la tilde para que se entienda que la acción acaeció en el pasado. El verbo sacar está fuera de contexto en una frase como esta. No “se saca” una resolución.

Dependiendo de las circunstancias, muy bien pudo elegir un verbo que indicara que la decisión fue adoptada o que fue emitida. No huelga recordar que adoptar en este caso es tomar una resolución después de haberla discutido, examinado, evaluado.

En el caso de que se trate de que la medida resolutoria fuese emitida, es decir, dada a conocer, entonces puede escribirse que la publicó, la hizo de público conocimiento. Si la divulgó, entonces la difundió. Si se había mantenido secreta o no era conocida del público puede decirse o escribirse que la reveló.

De todos los verbos que se han repasado el único que no merece que se escriba en una hipótesis como la de la frase es ese “sacar” que queda desestimado por ser poco preciso.

 

DAJAO – DAJABÓN

“. . . pero también de hábitat de DAJAOS, de camarones y anguilas. . .”

En esta sección se tratará el tema del pez que existe en las aguas frescas de la República Dominicana. Se aprovechará la ocasión para escribir también acerca del nombre Dajabón.

En su origen el nombre del pez fue dahao. Hoy se conoce con el nombre de Dajao. Es un pez de río y con ese nombre se lo conocía en México, Cuba y Puerto Rico. El nombre científico de este es agnostomus o agnostemus monticula.

Esta voz -dahao- aparece en la obra Indigenismos de D. Emilio Tejera (1977:517). D. Alfredo Zayas y Alfonso en su obra Lexicografía antillana (1914:209) trae la voz Dahabon como el nombre de, “Uno de los ríos que riegan la Vega Real de Haití, y desagua en la costa Norte”. Con respecto de la voz dahao escribe que es un pez de río de corriente rápida que en Cuba se pesca con aguacate, no del todo maduro.

La palabra Dajabón también es un indigenismo y D. Emilio Tejera en la obra mencionada antes sostiene que aparece ya en los escritos del P. Las Casas. El último escribe Dahabon. Se trae esta información para desvirtuar la etimología inventada por no especialistas acerca del nombre de la ciudad fronteriza de Dajabón, que se presenta como derivada de una mezcla del nombre del pez Dajao y del criollo haitiano (o francés) bon. Esta explicación etimológica se apoyaba en que los residentes de la parte occidental de la isla La Española decían que ese pez era bueno, dajao bon, de donde Dajabón.

Algunas personas en el pasado llegaron a pensar que el nombre del pez fue en su origen “dajado” y que por la pronunciación descuidada pasó en el habla a “dajao”; ya se sabe que no hay tal cosa.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Matraca, ambigüedad/*ambiguedad, interdicción

Por Roberto E. Guzmán

MATRACA

Esta palabra retrotrae al autor de estas líneas a la época de su pubertad. En ese momento los relojes eran mecánicos y, tenían rubíes y un “pelo”. Se recuerda que la cuerda era muy delicada. En esos años tener un reloj era un lujo. Eran mecanismos delicados que fácilmente se rompían o se descomponían. Esos relojes de pulsera eran enemigos de los deportes y de los juegos físicos.

A esa época pertenece la palabra “matraca” en el español dominicano. Era una forma de llamar al reloj de pulsera por otro nombre. No había necesariamente ánimo de burla en el uso de este vocablo. Hasta puede sostenerse aquí que había un dejo de admiración por el aditamento que medía el pasar de las horas y el tiempo. Si la memoria no falla, el reloj era más matraca mientras mayor fuese su tamaño.

Por esos años era normal que un joven al preguntar por la hora a otro le dijera, ¿Qué hora tiene tu matraca? No había ofensa en que se usara esa palabra, pues poseer un reloj de muñeca daba un toque de prestigio a quien lo poseía. En resumen, matraca era sinónimo de reloj de pulsera sesenta años atrás, por lo menos entre jóvenes en la ciudad de Santo Domingo.

Resulta interesante buscar el origen de la palabra en español y las relaciones que ella tiene con palabras de la misma familia, o desviadas de estas en otras lenguas. Sin olvidar, claro, el sentido derecho de la palabra matraca.

La palabra matraca en el español general posee varias acepciones. Es un instrumento musical de percusión. Es una persona inoportuna y molesta. Es una conversación sobre un tema molesto. Es una rueda que produce ruidos desagradables.

En su origen la matraca del español tuvo relación con el sonido que hacía un martillo. Luego fue una suerte de juguete que producía ruido. En francés la matraque es un tipo de macana. Como una curiosidad puede mencionarse que en francés de Quebec la voz patraque se usa con el sentido de “reloj de pulsera de poco valor”. Problèmes de lexicologie québécoise (1977:202).

Se recuerda que de modo jocoso los jóvenes de aquella época acostumbraban también a llamar de “macana” esos relojes que sus compañeros de estudios y de juegos llevaban. Era usual oír la pregunta, ¿Qué hora tiene tu macana? El misterio de esta macana quizá lo resuelve el español dominicano que entiende que algo que es macana es fuerte, preciso. Este uso está documentado en el Diccionario del español dominicano (2013:425), “Reloj grande o lujoso”.

En América, en ocho países, entre ellos República Dominicana, una matraca es un vehículo viejo y ruidoso. En República Dominicana, Puerto Rico y Bolivia, es también un artefacto mecánico que funciona mal o que no funciona. En portugués brasileño posee la palabra matraca algunos de las acepciones del español. Los datos sobre los países hispanoamericanos aparecen en el Diccionario de americanismos.

El Diccionario del español dominicano (2013:454) confirma la parte concerniente a ese país, con relación a macana. Se espera que algún día se documente la acepción dominicana que se publica aquí –matraca- para que se recoja en los lexicones de español dominicano.

 

AMBIGÜEDAD – *AMBIGUEDAD

“. . .erradicando toda situación de AMBIGUEDAD. . .”

En los últimos tiempos se ha notado cierta dejadez de parte de los articulistas con relación al asunto de colocar las tildes sobre las vocales para distinguir bien el papel que desempeñan en la oración.

Hay que poner en perspectiva el error en que se incurre -aún mayor- en cuanto se refiere a la diéresis, esos dos puntitos horizontales que en español se colocan encima de las úes.

Estos dos puntos constituyen un signo diacrítico, esto es, da un valor especial a la letra.  Solo se colocan sobre la letra u en las sílabas gue y gui; de esa forma se indica que esa vocal debe pronunciarse.

En la obra Anthropological Linguistics (1968:24) Joseph Greenberg afirma que siempre “la forma de escribir es la que se acomoda a la lengua hablada”. En este caso debe tomarse esa aseveración pensando que la pronunciación de esas palabras con diéresis fueron las que impusieron la utilización de estas para asegurarse de la forma en que debían y deben decirse.

En estos casos como el que se encuentra en la cita parece que la pereza vence a los redactores, a pesar de que la ausencia de la crema cambia la pronunciación de esas palabras. Este signo ortográfico auxiliar ha de representarse también sobre las letras aún cuando se escriban en mayúsculas.

En su condición de licencia poética, existe en español la posibilidad de representar la diéresis sobre otras letras además de las úes, para indicar que las vocales que componen el diptongo sobre el que se coloca deben pronunciarse en sílabas distintas.

Demostrar este tipo de pereza en los escritos destinados al gran público fomenta confusión en los lectores, pues a veces los últimos no poseen la capacidad para suplir el descuido del redactor. Además, con ese proceder fomentan una mala costumbre.

Los periodistas, los articulistas y todo aquel que tiene acceso a escribir en los medios de difusión ejercen un papel de modelo que debe ser asumido con respeto y celo.

 

INTERDICCIÓN

“Las autoridades realizaban operaciones de INTERDICCIÓN en un puesto de chequeo. . .”

Últimamente se ha extendido la mala costumbre de utilizar la palabra del epígrafe. Este uso tuvo su nacimiento entre los hispanohablantes de los Estados Unidos de América del Norte. El vocablo en cuestión pertenece por derecho propio al ámbito del español legítimo.

El problema que se advierte en la actualidad es que se ha extendido su campo semántico sin que ello tenga asidero. Más abajo se verá el asunto en detalle, sazonado con un poco de historia y semántica comparativa.

No produce sorpresa si se escribe que la interdicción es una prohibición en todas las lenguas que tuvieron algún tipo de contacto con el latín. Aún en aquellas lenguas con contacto menos directo, como el inglés, la primera acepción es su sinonimia con prohibición.

Según los textos acerca de semántica y etimología en un principio la interdicción fue una prohibición de decir, de expresarse, interdicere que tuvo su origen en el latín culto. Ese verbo del latín clásico fue de uso en el ámbito eclesiástico; de allí pasó al campo del derecho para las prohibiciones tanto en derecho civil como en derecho penal. El inglés lo tomó del latín a través del viejo francés.

La utilización que se hace en los últimos tiempos de esta interdicción proviene del inglés, lengua en la cual posee tres acepciones muy bien reconocidas. La primera como se escribió más arriba es solo la de prohibir.

La segunda que ha pasado al español, como puede comprobarse en la cita, es la de interceptar, que no aparece en las demás lenguas antes mencionadas. Entonces corresponde al español interceptación, que es la acción o resultado de detener, coger, parar, apoderarse de algo antes de que esta llegue a su destino o destinatario.

Los responsables de que se propague este uso viciado son algunos periodistas que abrevan en inglés y escriben en español. Esta traducción defectiva constituye otro tipo de descuido que también es censurable.

© 2018, Roberto E. Guzmán