Bachiburro, afines / a fines (de), víctima, casacional

Por Roberto E. Guzmán

BACHIBURRO

“. . .entregadas en sorpresivas visitas aquí y allá a BACHIBURROS y maestros. . .”

Hace largo tiempo que esta voz circula en el habla de los dominicanos. No cuesta mucho esfuerzo deducir que es una voz compuesta de dos palabras conocidas. Se compone de bachi, de bachiller que es la persona que ha satisfecho la escolaridad y exámenes de la escuela secundaria y ha recibido el diploma de bachiller. La otra palabra es, burro, el pobre animal tenido por el más bruto.

A pesar de que algunos lexicones consignan que la voz del título debe entenderse con un valor festivo, esto no siempre es así, pues puede llevar manifiesta intención despectiva u ofensiva.

Cuatro países de Hispanoamérica utilizan esta voz, Bolivia, Nicaragua, República Dominicana, Venezuela. En el registro coloquial en Venezuela se toma la voz bachiburro por el costado humorístico para denominar al “bachiller o estudiante cuyos conocimientos son escasos o incompletos”. En ese país se llama también con ese nombre a la “persona que ha recibido el título de bachiller”. Diccionario del habla actual de Venezuela (1994:50).

En el habla nicaragüense la voz en cuestión reviste una denotación despectiva muy directa, pues la definen, “Persona con diploma o sin diploma de bachiller que dice muchos disparates”. Hay que reparar en que se atribuye el título de bachiburro a la persona que “dice muchos disparates”. Diccionario del español de Nicaragua (2007:57).

En el habla popular y en el ambiente familiar de los dominicanos el bachiburro, también hay bachiburras, es la, “Persona que termina los estudios secundarios con notorias carencias en su formación”. Diccionario del español dominicano (2013:65). No sobra que se recuerde que utilizar este apelativo en el habla de los dominicanos puede ocasionar profundo disgusto entre las partes involucradas, a menos de que se haga evidente el ánimo festivo.

Es difícil situar en el tiempo la aparición de la voz bachiburro; sin embargo, puede darse testimonio de que se la oyó por primera vez hace más de sesenta años. Resultaría muy interesante saber el porqué se eligió el título de bachiller para añadirle el burro. En América el título “bachiller” se utilizó desde el siglo XVI, conforme lo relaciona Ángel Rosenblat en Buenas y malas palabras (1974). La información la confirma Peter Boyd-Bowman en Léxico hispanoamericano del siglo XVI (1971:107), donde para referirse al bachiller expresa, “el Muy Magnífico Señor, el bachiller” [se respetó la ortografía del texto].

 

AFINES – A FINES (DE)

“. . . estos regímenes A FINES sufrirán un efecto dominó. . .”

Los dominicanos dicen, “juntos, pero no reburujados”. Aquí es diferente, juntos y no separados, en el caso específico del adjetivo y la locución conjuntiva; pues de una forma expresa una idea muy diferente de la otra manera. Aquí el redactor no afinó la puntería.

El adjetivo afín en el Diccionario de uso del español (2007-I-80) dice así, “Se aplica, con relación a una cosa o una persona, a otra que tiene comunes con ella algunos aspectos o caracteres”. Comunica que las dos cosas o personas son parecidas, similares; que están próximas o contiguas. Entre personas puede indicar que son parientes por afinidad. Por la secuencia de palabras que se lee en la frase, puede deducirse que el sintagma que conviene es el que se escribe junto, unido.

A fines de se refiere a “en los últimos” [unidades] del período de tiempo a que se contrae, sean estos días, meses u otra cosa parecida. Hacia su final de. En singular, a fin de, es una locución prepositiva o conjuntiva que expresa, “con objeto de, para”.

 

VÍCTIMA

“Fuera de heridos, no se han registrado VÍCTIMAS. “

Hay muchos tipos de víctimas. Hasta los lectores a veces son víctimas cuando sufren daños por los errores en que incurren los redactores. Vale la pena recordar aquí los significados y, sobre todo, el alcance de la palabra víctima.

La palabra víctima tiene varias acepciones. Una de ellas es, “Persona que padece daño por culpa ajena o causa fortuita”. Con esta acepción que puede considerarse general quedan comprendidas todas las personas que sufren pérdidas; es decir, que padecen cualquier tipo de perjuicio.

Otra de las acepciones del sustantivo víctima es, “persona que muere por culpa ajena o por accidente fortuito”. Como consecuencia de las acepciones oficiales de la palabra víctima, se ha adoptado la costumbre de individualizar a las “víctimas mortales” cuando se desea resaltar que algunas de las personas perjudicadas han perdido la vida como resultado de la culpa ajena o causa fortuita.

Se consideran víctimas, además, las personas que resultan perjudicadas, maltratadas; las que sufren menoscabo. El asunto no termina ahí, las personas morales también padecen daños pecuniarios, entre otros, y se las considera víctimas con derecho a ejercer acciones ante los tribunales en reparación de daños y perjuicios.

De una manera u otra, todos somos víctimas. Esto en mayor o menor grado, pero víctimas.

 

CASACIONAL

“. . .lo más grave es que un juez así carezca del control CASACIONAL. . .”

Al enfrentar esta frase el lector se halla ante dos problemas. El primero es saber qué cosa es esa “casacional” y, segunda, cuál es el origen o, de cuál palabra deriva esta voz para así tratar de dar con su sentido.

La pista acerca de cuál palabra se encuentra en la base de esta nueva voz la ofrece la palabra juez en la oración, pues eso sitúa la voz creada en el marco de los tribunales y el léxico jurídico. Puede concluirse que la palabra “casación” es la que sirve de base aquí.

Casación es la acción de casar o anular. Este “control casacional” lleva a aclarar el asunto con el recurso de llegar hasta lo que casación significa en el campo jurídico. Puede expresarse que la “casación” es la acción de casar o anular una sentencia de un tribunal inferior el tribunal investido con este poder cuando se le somete un recurso de casación contra esa sentencia.

Este recurso y vocablo lo heredó el sistema judicial dominicano del francés. Casar, casser, en francés, era romper algo sacudiéndolo. La lengua francesa creó este verbo del latín cassare que era “anular, destruir”.

Por metonimia en francés se convirtió en anular una sentencia dictada en última instancia, atacada esta por violación o falsa aplicación de la ley. Esto en sentido general, pues en el ámbito jurídico es más complicado.

La terminación -al ha cobrado mucha vigencia en el español moderno en tanto terminación añadida a sustantivos para crear adjetivos que transmiten el mensaje de “perteneciente o relativo a”. El español patrimonial cuenta con muchas palabras de larga data que llevan esta terminación, ejemplos, cultural, laboral, moral. La voz del título termina con una acepción parecida a, “relativo a la casación o, que tiene relación con la casación,”. En el caso específico de la frase sería, “de casación”.

 

Cuña, incipiente / insipiente, cuadra

Por Roberto E. Guzmán

 

CUÑA

“. . .me enamoré de un Mercury Comet, CUÑA de dos puertas. . .”

La voz cuña con el significado que se encuentra en el texto no ha sido registrada en los diccionarios diferenciales de español dominicano.

Quien esto escribe en una ocasión anterior publicó una sección acerca de esta voz, con el explícito propósito de documentarla. La aparición ahora en un escrito reciente en un periódico en papel ofrece la ocasión de documentarla usada en una frase.

El autor de estas reflexiones acerca del idioma recuerda haber oído la voz “cuña” en el habla de los dominicanos hace cerca de setenta años para referirse al vehículo automotor de dos puertas. La frecuencia del uso parece que ha disminuido.

En Cuba cuña es automóvil deportivo de dos plazas. Los cubanos parece que tomaron la palabra del francés coupé, lengua en la que se usaba desde el 1906 para el auto deportivo de dos plazas. En República Dominicana la cuña en los medios de transporte es diferente. La cuña del habla de los dominicanos es el automóvil de dos puertas, sin que entre en consideración si el vehículo es deportivo.

La razón para que los dominicanos hayan recurrido a esta voz tiene una explicación lógica. Algunas “cuñas” tenían un espacio angosto detrás de los asientos delanteros; quien entraba allí quedaba como una cuña, apretado, de la manera en que se colocan las cuñas para ajustar objetos. Con una idea semejante se originó en español la frase coloquial “ser buena cuña”, para referirse a una persona bastante gruesa meterse en un lugar estrecho (incomodando a los demás).

En otras lenguas cuentan con palabras que transmiten la misma idea de la cuña dominicana. En inglés es coupé, copiada del francés. En francés y en español antiguo se usó para los coches de caballos cerrados. En inglés era específicamente el carruaje de cuatro ruedas, cerrado, con espacio interior para dos personas y con el cochero en el exterior, en el frente.

La explicación de que usaran la palabra coupé en francés, fue que en esa lengua significaba y significa, cortado. En el caso del carruaje era más “recortado” en su tamaño, y sin duda, en su capacidad.

Lo que hizo el hablante de español dominicano fue aplicar un razonamiento y por similitud adoptó una voz de mucho uso para aplicársela el auto de dos puertas. Adoptó cuña porque un coupé es como un auto normal, pero cortado. La cuña tiene rasgos en su origen y definición que expresan la idea de “pieza cortada, de poca altura”. Sobre todo, para el espacio trasero del auto, pues quien entraba allí quedaba como una cuña. Aún en automóviles de dos puertas de tamaño razonable, el espacio para pasar a los asientos traseros es angosto, a veces hasta incómodo. El dominicano escogió una palabra para designar el carro de dos puertas, aunque este acomodara más de dos personas. Puede decirse que en el campo semántico la voz cuña en el español dominicano experimentó una ampliación de su sentido.

Es probable que la voz cuña para el auto haya caído en desuso porque los vehículos modernos de dos puertas son casi tan espaciosos en su interior como los de cuatro puertas.

Antes de concluir. La voz cuña se usa en República Dominicana como un apócope de “cuñado, a”. En ese país y en Cuba también vale cuña para nombrar a una persona influyente que ayuda para obtener ventajas o beneficios.

 

INCIPIENTE – INSIPIENTE

“. . .dándose el lujo de tirar tanto dinero por las bordas en nombre de una INSIPIENTE, lenta y frágil democracia. . .”

Desde el principio de la frase se percibe el rasgo de insipiencia del redactor de esta, pues coloca en plural la locución que alude a los costados de los buques “tirar por las bordas”, cuando este tipo de locución verbal rara vez admite alteraciones, pues son “frases hechas”. Tienen esas locuciones fijación formal, son combinaciones fijas. Constituyen un grupo fijo de palabras que no proviene del significado literal de las palabras. Algunas no permiten variaciones morfológicas.

El verdadero tema de esta sección es el que se refleja en el título. La confusión incide en el juicio que el lector se hace de los conocimientos del redactor. No hay insidia si se piensa que quien escribió la desdichada frase es él mismo un incipiente en estas lides. Este tipo de incidente mueve una vez más a exhortar a revisar la literatura antes de enviarla (ya no se entrega) para su publicación.

Incipiente expresa la idea “que comienza”, acerca de lo que es el sujeto de la oración. “Que está empezando a desarrollarse”, es la manera en que el Gran diccionario de la lengua española de Larousse lo define. La palabra destacada más arriba en este párrafo proviene del latín incipiens, -tis que era y es el participio activo de incipere que valía para “emprender, empezar”. Entró en la lengua hacia el año 1515.

Insipiente deriva del latín también, pero de insipiens -entis, que en tanto adjetivo indica “falto de sabiduría o ciencia”; “falto de juicio”. Puede notarse que las dos palabras del epígrafe conservan en su escritura elementos del latín, una con la letra ce /c/, y, la otra con la letra ese /s/.

Con mayor frecuencia que la deseable sucede que los errores de este tipo ocurren cuando los escribientes se arriesgan a recurrir a “palabras domingueras”, a pesar de que las de todos los días transmiten el mensaje sin incidentes.

 

CUADRA

“F. [una persona] es de la CUADRA del presidente. . .”

No hay que sorprenderse de que en un país en el que el presidente de la República presenta como candidato a un penco, se trate a las personas del círculo de este señor llamándolos, “de la cuadra del presidente”.

Las cuadras más conocidas son las de las casas y las de los caballos. Las cuadras de caballos son las caballerizas. Se conoce con este nombre también el conjunto de caballos que pertenecen a un mismo dueño. Además, llevan este nombre los corredores de caballos (jinetes) que pertenecen a un equipo.

La cuadra de las casas es la manzana. En América es también, en una calle, espacio comprendido entre las dos esquinas de un lado de una manzana.  La palabra se utiliza así mismo con otras significaciones, pero para el propósito de este escrito no hace falta citarlas.

Hubiese sido más adecuado -en la cita- usar otra palabra para referirse al grupo de personas que forman parte del equipo de un funcionario de la categoría (¿?) del presidente de la República.

La selección puede guiarse conforme con lo que desea expresarse. Si no son funcionarios los de la “cuadra”, entonces puede llamarse “círculo”. Puede ser un “allegado” al presidente. Podría ser “partidario” si se trata de establecer filiación. Si se trata de un asociado político, podría llamársele “correligionario, conmilitón”.

Como puede constatarse, había campo y espacio para escoger. “Del ámbito del presidente” también expresa la idea, así como “del entorno”.

Trepadurismo, ponchar, maestrando, decantar / descantar

Por Roberto E. Guzmán

 

TREPADURISMO

“¿Trepadurismo? “

Esa voz sonora, larga y evocadora, con los signos de interrogación, en la forma en que se reprodujo aquí, apareció a manera de título en un escrito en la prensa dominicana.

Por el contenido del escrito que se encontraba debajo de este título puede deducirse que tiene estrecha relación con el verbo trepar en la tercera acepción con que se halla en el Diccionario de la lengua española, “Elevarse en la escala social ambiciosamente y sin escrúpulo”. Esta significación pertenece al registro coloquial.

Esa fue la primera vez que el autor de estas reflexiones acerca de la lengua española de uso en República Dominicana leyó esta voz. Con la oración anterior se desea ponderar el poco uso que la voz en cuestión ha tenido, de acuerdo con esa opinión.

Por la terminación que se le ha asignado a la voz en estudio hay que entender que se ha creado un sustantivo que denomina una actitud intencionada que nombra la costumbre o conducta de escalar socialmente. En algunas ocasiones esta subida súbita se logra por medio de la política oportunista.

Analizada de la forma en que se ha hecho aquí la voz transmite el mensaje y puede ser aceptada. Sin embargo, se corre el riesgo de que no siempre la comprenda el universo de hispanohablantes.

 

PONCHAR

“. . .desde que PONCHAN las tarjetas a las 8:00 a m . . .”

El verbo ponchar posee dos acepciones predominantes en el español dominicano. Una de ellas pertenece al beisbol y la otra pertenece al área de labores.

La razón principal de traer este verbo a la atención de los lectores es porque en el asiento que se ha hecho a las dos acepciones en las publicaciones oficiales de la lengua, existen omisiones que hay que colmar. Lo que se ha esbozado en los dos párrafos introductorios se desarrollará más abajo.

En lo relativo al beisbol el verbo puede ser transitivo y pronominal también. La acepción que consigna el diccionario oficial para el verbo transitivo es “eliminar a un bateador”. En tanto verbo pronominal es “quedar eliminado en su turno de batear”, el bateador de béisbol.

¿Dónde está la omisión? En que entre los nombres de los países en donde se usa el verbo para esta acción (o inacción) no aparece la República Dominicana, RD. Esto así en el Diccionario de la lengua española, DLE

El Diccionario de americanismos de las Academias subsana la omisión, pues allí aparece la República Dominicana reconocida. Ofrecen como sinónimo de ponchar en el beisbol el verbo estrucar, y, la definición es “eliminar a un jugador por fallar en el bateo”. Se sobreentiende que queda eliminado de su turno al bate. Aún en ese diccionario no se menciona la RD en la acepción para el verbo intransitivo pronominal que reza así, “quedarse eliminado un bateador al fallar tres veces consecutivas en el intento de golpear la pelota”.

El verbo ponchar ha producido descendencia con la acepción que se reseña aquí; pueden citarse, “ponchado, ponchador, ponche, ponchón”. El bateador ponchado es “el que es puesto out por el lanzador con tres strikes, sin poder conectar la pelota”. El adjetivo ponchador se aplica al “lanzador que con frecuencia hace out a los bateadores por medio del ponche strike out”. El ponche es, “La acción de poner out al bateador con tres strikes o el efecto de recibir dicha acción”. Lengua y béisbol en la República Dominicana (2006:221).

Con respecto al verbo ponchar los redactores del DLE señalan que procede del verbo inglés to punch. Consecuente con ese origen en Panamá, Puerto Rico y RD utilizan este verbo para “marcar en una máquina o reloj especial la hora de entrada y de salida del trabajo”.

Para los hablantes usar ese verbo tiene sentido, porque lo que hacía o hace esa máquina era o es perforar un agujero o señal en la tarjeta del empleado. Ese perforar es uno de las acepciones que tiene el verbo del inglés en esa lengua.

Todo lo anterior no significa que el hablante de español dominicano no sepa disfrutar de un buen ponche, la bebida, ya sea esta mezclada con licor espiritoso o solo de frutas.

 

MAESTRANDO

“. . . por dónde andaba la inquietud de la MAESTRANDA y que. . .” [se respetó ortografía original]

Se observa aquí el fenómeno de acuñar nuevos términos en español, algo común en todas las lenguas. Ahora le parece al hablante de español que ese fenómeno ocurre con mayor frecuencia, pero en realidad lo que sucede es que la difusión es más rápida y mayor en la actualidad.

Este “maestrando” se ha formado siguiendo el modelo de graduando y doctorando. No hay mal en ello, sobre todo si se tiene en cuenta que expresa una idea afín con la de las palabras que le han servido de modelo y en el mismo campo semántico.

El “maestrando” es el que se recibe con el título de Maestro, sobre todo durante el acto de graduación, de forma parecida a graduando. En todos estos casos se ha procedido tomando la terminación –ando y se ha colocado delante la palabra o parte de esta que le sirve de base. Con respecto de maestrando se coloca la susodicha terminación a seguidas de maestr– que a su vez se usa con el significado de maestro en tanto título o grado de un diploma.

En resumen, se ha formado un nombre sobre una raíz conocida para nombrar a personas que están recibiendo el título a que se refiere la nueva voz, o que son estudiantes de término de esa carrera o curso. A veces se usa también para la persona que en el preciso momento en que se menciona está recibiendo la acreditación a que se contrae la palabra.

La extensión del uso de la voz estudiada aquí hace pensar que muy pronto logrará que se la incluya en todos los diccionarios, incluso en el oficial de la lengua española.

 

DECANTAR – DESCANTAR

“. . .se DESCANTÓ por imponer un. . .”

Descantar es limpiar un lugar de cantos o piedras. Estos cantos que constan en la acepción del verbo nada tienen que ver con los sonidos melódicos emitidos con la boca y la laringe. Estos cantos en este verbo son trozos de piedras.

Decantar que debió aparecer en la breve frase que se reprodujo, induce a pensar que se utiliza con la acepción, “inclinarse, tomar partido, decidirse” que es como lo define el Diccionario de la lengua española, en sus funciones de verbo pronominal.

Con esto de embellecer palabras para que sean más finas que el filo de una navaja es un arte peligroso. En algunas ocasiones, como esta, existe un vocablo con ese refinamiento que expresa una idea muy alejada de lo que se pretende comunicar.

Hay que tener en cuenta que los correctores automáticos saben mucho acerca de la lengua, pero no tanto como para poder discernir el sentido de lo que pretende escribir el redactor. Por eso el corrector no descartó el verbo porque este existe en español, aunque con una acepción distante de lo que quiso expresar quien escribió la frase.

Natimuerto/a, teleférico / *telesférico, parche / parcho, cuatrienio / *cuatrenio

Por Roberto E. Guzmán

NATIMUERTO/A

“Esta pretendida candidatura es NATIMUERTA. . .”

Este vocablo del título es dominicano, compartido con los puertorriqueños; o viceversa. Por su formación se presume que es una creación de personas cultas. En sus genes pueden notarse dos partes.

La primera parte es nati-, de la cual se ha hecho en este caso un elemento compositivo para la nueva palabra y, en la segunda parte, el adjetivo muerto colocado a modo de segunda parte. Este nati- es un indicio de la palabra nacimiento.

Hace más de sesenta años que el autor de estos escritos oyó el vocablo de la boca de un abogado. En ese momento pareció que se refería a la criatura concebida que al momento de su nacimiento ya está muerta.

El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias le hizo un espacio al vocablo y refiere que su uso es metafórico para referirse a, “Proyecto o situación que se da por fallido antes de comenzar”.

El mentado diccionario asegura que ese vocablo se conoce también en Puerto Rico. El Tesoro del español de Puerto Rico consigna dos acepciones para el vocablo sometido a estudio. La primera confirma la sospecha del autor de estas líneas, pues es, “Niño nacido muerto” y, la segunda coincide con la acepción metafórica que aparece en el susodicho diccionario. Con este sentido metafórico se asemeja a inviable que se acepta en tanto “que no puede ser llevado a cabo”.

Hay que tener en cuenta que el Diccionario de la lengua española asienta una segunda acepción para inviable así, “Dicho especialmente de un recién nacido: que no puede vivir”. Esta acepción establece una diferencia con relación al natimuerto dominicano, pues el inviable nace, pero “no puede vivir”. Ha de entenderse al interpretar la redacción de la acepción que la criatura no sobrevivirá porque tiene un defecto congénito que se lo impide. El natimuerto murió en la matriz.

Inviable es una palabra que se incorporó al Diccionario académico por primera vez en la edición de 1992, y allí puede leerse, “que no tiene aptitud para vivir”. Se resalta aquí el cambio producido en la redacción, comparada con la acepción actual que se trascribió más arriba. Este cambio puede ser el resultado de los avances en la ciencia médica que ofrece mayor certeza con respecto a las posibilidades de vida de una criatura que tiene defectos congénitos.

Aunque no se menciona en el diccionario recién citado más arriba, es muy probable que la palabra haya sido adaptada del inglés, inviable, lengua en la que entró en el año 1918 en el International Scientific Vocabulary.

Al tiempo que en español viable es “que tiene probabilidades de llevarse a cabo”, y en Biología, “que puede vivir”; en inglés cuenta con mayor número de acepciones. Entre otras acepciones, significa capaz de crecer y desarrollarse; capaz de trabajar, funcionar y desarrollarse adecuadamente; con razonables probabilidades de tener éxito.

Con la voz natimuerto se anuncia en español dominicano que el proyecto de que se trata se considera con poca o ninguna posibilidad de tener éxito. Esto así desde antes de que se emprenda.

 

TELEFÉRICO – *TELESFÉRICO

“Desde luego que integrando el Metro y el *TELESFÉRICO para. . .”

Mueve a risa más que a disgusto el que alguien que escribe para el gran público sea tan delicado que meta una letra ese /s/ en medio de esta palabra. Hay varias razones para que sea inaceptable esa letra allí.

Tele- es un elemento compositivo que significa “a distancia”. Este tele que se presenta en combinaciones de palabras proviene del griego. En todas las palabras que contribuye a formar no admite que se le coloque una letra ese /s/ inmediatamente después o a seguidas. Ejemplos de eso que se escribe aquí son, “teleadicto, teleclub, telecomunicación, telecontrol, telediario, teledifusión, teledirigir” y muchas más que no se incluyen aquí.

La Real Academia reconoce que la palabra en cuestión, teleférico, procede del francés telephérique, lengua en la que tampoco lleva esa letra ese /s/ entrometida.  La voz francesa se incorporó a esa lengua en el año 1923.

Teleférico no se escribe pensando en la esfera; por tanto, no hay ese /s/ que valga allí.

 

PARCHE – PARCHO

“Pasaron casi 23 años entre simulación . . . y PARCHOS desechables. . .”

Algunas voces mal enunciadas logran mayor circulación en el habla que aquellas que son reconocidas y aceptadas internacionalmente. Estas voces adquieren mayor validez en el habla cotidiana que aquellas que pertenecen al español general. Esto que acaba de exponerse es lo que ocurre en el caso de las dos voces del título. En República Dominicana hay más parchos que parches.

Quizás una de las razones que ha contribuido a esta preeminencia del parcho sobre el parche haya sido la proliferación de letreros mal escritos que colocaban y, quizás colocan todavía, los negocios dedicados a tapar pinches de gomas de vehículos.

El parcho es tan acreditado en el español dominicano que no se considera necesario señalarlo con un asterisco por considerarlo contrario al uso en la lengua dominicana. No hay que empujar la corrección hasta límites intolerables.

El autor de estas notas ha oído parcho más frecuentemente que parche, sobre todo para los neumáticos. Cuando se trata de los que se colocan sobre las personas, con propósitos curativos, se oye el parche. Existe la posibilidad de que el hablante de español dominicano haya establecido una diferencia entre ambos y reserva el parche para el medicamentoso.

Algo que llamó la atención de quien esto escribe es que el Diccionario de la lengua española registra parcho para el parche solamente para Puerto Rico. Por suerte el Diccionario de americanismos repara el olvido, pues coloca República Dominicana y Puerto Rico como los países en los que el parcho es, “Trozo de tela, papel u otro material, que se pega sobre la superficie de un objeto para repararlo o disimular el daño”.

 

CUATRIENIO – *CUATRENIO

“. . .ruego de iluminación mental y memorístico si en los últimos *CUATRENIOS electorales. . .”

En la palabra en el título marcada con el asterisco aparece el cuatro y la letra /i/. Aún así no es correcta la ortografía de esta. En español dominicano diríase que se tramboliquió el orden de las letras; es decir, se trocó la colocación y orden de las letras.

El componente de palabra que corresponde a cuatro es cuatri-. Este procede del latín quattuor que significa cuatro. Del mismo origen es el componente de palabra cuadri- que significa lo mismo que el anterior y, además, “cuatro veces”.

Un cuatrienio es un período de cuatro años. Como es de suponer, puede decirse o escribirse también cuadrienio.

Rolita, apichonar(se), harto / alto

Por Roberto E. Guzmán

ROLITA

“. . .ni siquiera si jugaba con el hijo a fildear ROLITAS. . .”

Hay rolitas y rolitas. Esto es, hay rolitas que vuelan y otras que ruedan. El propósito de esta sección es aclarar o afirmar lo que se ha escrito al vuelo. Los dominicanos en su habla conocen las dos rolitas, pero siempre hay algo que añadir.

La primera rolita aquí es la que vuela. Se presume que es el diminutivo de rola. La rolita es un ave silvestre “. . . de 15 a 18 cm de longitud. La parte inferior es rojo vino en los machos, y gris tirando a blanco en las hembras. Las plumas de la garganta y pecho tienen centros más oscuros, dando una apariencia de escamas, como la de un pez. Las plumas primarias son de color canela”. Guía de campo para las aves de la República Dominicana (1981:129).

En el habla de los dominicanos se ha oído hablar de la rola y del rolón. No se ha encontrado descripción específica para estas aves. Se presume que el rolón es de mayor tamaño que las anteriores, pero de la misma familia.

La otra, la de la cita, es una rolita que se produce cuando se batea una pelota por el suelo que rueda lenta y resulta fácil atraparla, de donde se desprende el nombre en diminutivo. Algunas personas piensan que esta rolita de la pelota es una deformación de la roleta.

De esta familia de palabras hay varias incorporadas al español dominicano, entre ellas la rolata, voz derivada del inglés rolling. El roletazo es un “aumentativo derivado de rolata, con disimilación de la primera /a/”. Es, “Pelota bateada con fuerza por el suelo; rolling violento”. Lengua y béisbol en la República Domjnicana (2006:233). Esa obra asegura que la rolata se conoce en el español de EE. UU. y Venezuela.

El roletazo está documentado en EE. UU., Guatemala, Nicaragua, Venezuela. Como se entiende enseguida, esta terminación hace de roletazo un aumentativo de la roleta, que da a entender que la pelota lleva mayor velocidad y eso hace más difícil atraparla.

En el habla de los dominicanos aficionados al beisbol hay “rolincitos, roletacitos y roletas. El diccionario mencionado más arriba asienta que rolata y roleta son sinónimos.

 

APICHONAR(SE)

“. . .pero se APICHONÓ, y no lo hizo”.

Esta voz tiene su lugar bien ganado en el habla de los dominicanos. Aparece asentada en casi todas las obras que se han encaminado a estudiar el español dominicano.

Antes de entrar en el meollo del asunto con relación a esta voz, se ofrecerán algunas razones para que esta sirva para expresar la idea de sentir temor o desanimar.

En español internacional pichón es el palomo joven, es decir, el ave de corta edad. En República Dominicana se utiliza la palabra pichón para todas las crías de aves. Pichón se usó durante largos años para mentar a los hijos pequeños en una familia. Se usaba como apelativo para referirse a estos; sobre todo en las áreas rurales donde había mayor contacto con los pichones de aves.

En el habla de los dominicanos se usó la palabra pichón en funciones sinonímicas de “aprendiz” de un oficio. No era raro oír que alguien dijera que ese muchacho era un “pichón de mecánico”, o, “pichón de carpintero”, etcétera.

Los polluelos se consideran crías que necesitan protección, que por su edad no cuentan con las fuerzas y experiencia para defenderse de las otras aves predadoras. Como consecuencia de su debilidad muestran temor ante lo desconocido.

Del temor natural que muestra el pichón es de donde sale que apichonar sea atemorizar alguien a una persona y apichonarse acobardarse alguien. Con la última acepción figura el verbo desempeñando funciones de verbo intransitivo pronominal en el Diccionario del español dominicano (2013:45). No huelga que se recuerde que acobardarse es sentir miedo. Este miedo es la angustia, turbación del ánimo que experimenta una persona ante un riesgo o daño real o imaginario.

Casi siempre se utiliza al verbo apichonarse para referirse a la actitud que adopta la persona que siente miedo y que no continúa con la acción que se esperaba emprendiera, o, siguiera. En las conversaciones diarias se ha percibido que se usa apichonarse para referirse al lenguaje corporal que manifiesta una persona que siente miedo o temor y desiste del intento de acción.

 

HARTO – ALTO

“. . .no es el miedo lo que está causando esta debacle en la aplicación de justicia ante los hechos ALTO conocidos, verificados y . . .”

Los dominicanos pueden entender de modo fácil que en algunas regiones de su país puedan confundirse estas dos palabras del título. En Santo Domingo, la capital y sus alrededores, las dos palabras del epígrafe se pronunciarían alto. En Azua y parte del suroeste, la pronunciación sería arto para ambas.

Eso que acaba de enunciarse se explica por las características de la manera de hablar de esas zonas del país dominicano. Ahora bien, de ahí a confundir la forma de representar por medio de la escritura los dos vocablos es otra historia.

Harto puede funcionar en tanto adjetivo o adverbio. En el caso de la cita, en que está antepuesto y solo admite el masculino, es adverbio y sirve para expresar “bastante o demasiado, sobrado, abundante, asaz”. Hay que tener en cuenta que en México pueden usar el adverbio con el valor de “muchos o demasiados”, colocándolo antepuesto, con la flexión plural; así como pospuesto.

En Bolivia, Chile y México y, por imitación en otros países de manera esporádica, se usa para llevar la noción de, “con gran intensidad; con mucha frecuencia; mucho tiempo”.

Hay que recordar que harto tiene otras acepciones, así puede significar “molesto, cansado, aburrido, fastidiado”. Huelga recordar que expresa “satisfecho totalmente”. Ese significado puede utilizarse para la satisfacción material, comida, bebida: o necesidad o deseo de algo inmaterial, intelectual, espiritual.

Alto es lo opuesto de bajo. En sentido vertical trae la idea de que alcanza una distancia relativamente elevada de la superficie. Se refiere a la persona que tiene una gran estatura. Sería abusar de la paciencia de los lectores imponerles la lectura de todos las acepciones que la palabra alto(a) tiene.

Solo el descuido puede explicar que se confunda la ortografía de las dos palabras del epígrafe.

Grajearse, prigilio, distar/dictar

Por Roberto E. Guzmán

GRAJEARSE

“. . . que quiera verlo en mangas cortas, GRAJEÁNDOSE en los barrios. . .”

Este verbo se ha formado con la ayuda del sustantivo masculino grajo, que es el olor desagradable que se desprende del sudor de las personas. En el habla de los dominicanos han especializado el grajo al olor que se percibe procedente sobre todo de las axilas.

Ese olor grajiento en los registros populares y familiares recibe otros nombres que a veces son festivos. Entre esos nombres puede recordarse “machete, violín” y otros que sirven para enmascarar la alusión al ofensivo olor con el recurso a un eufemismo.

El verbo grajear no se conoce en el español internacional para el uso que se le da en la frase de la cita. Existe sí, para llamar la acción de otros grajos, como los sonidos guturales del niño; o los sonidos de los cuervos.

El propósito del empleo del verbo en la cita es para dar a entender que se emite o esparce el olor del grajo y hasta contamina. En el caso de la cita se usa para lo que otros llaman darse un “baño de pueblo”. Esto es, mezclarse con las capas sociales más necesitadas que son las que producen más sudor como producto del trabajo manual en condiciones calurosas.

La utilización de una manera oblicua de expresar el contenido de la frase baja el tono para que se compadezca con lo que se expresa; es decir, si se trata de mezclarse con los pobres, ¿por qué no usar un derivado de grajo si esa palabra forma parte del vocabulario del proletariado?

No faltará quien se sienta ofendido porque implícitamente se pone el mal olor del lado de los pobres. Esta ecuación, mal olor igual pobres, no siempre es cierta y hay muchas otras formas para referirse a las masas desposeídas.

 

PRIGILIO

“Esta falta de PRIGILIO debe detenerse”.

Hay palabras, vocablos y voces. Unas son generales, otras regionales, las hay que son nacionales. Esta voz que figura en el epígrafe solo circula entre dominicanos. Es una voz precisa, que cuenta con una sola acepción, vergüenza.

La vergüenza a que se refiere el prigilio es el producto del comedimiento. Es una moderación que nace de los sentimientos íntimos. El prigilio alude a la cualidad de la persona que no incurre en exceso ni violencia.

Cuando se llama al prigilio, que es un sustantivo masculino, se recurre a despertar o recordar en el sujeto que por iniciativa propia observe mesura, moderación.

Con el prigilio no se trata de imponer condiciones sobre una persona, sino recordar a esa persona que hay conductas que se observan por propia imposición.

Se recuerda el prigilio en los casos en que las personas puedan incurrir en excesos, tanto de palabras como de hechos. Es un código no escrito de conducta, que lo dicta la conciencia personal reforzada por la observación de lo correcto.

Con respecto de esta voz el autor de estas reflexiones recuerda que la ha oído de labios de personas que no son necesariamente cultas. Ojalá algún día pueda seguirse el camino hacia el origen de esta voz, porque quien esto escribe piensa que la voz se originó fuera de los centros urbanos.

Prigilio es una voz formada por la imaginación dominicana. No existe en ninguna otra habla, como se apuntó antes, hispana o extranjera.

 

CORPORATIVIDAD

“. . .por el dominio del Estado y su respectiva CORPORATIVIDAD”.

Corporación es una palabra que se reconoce que viene del inglés. Esto sucede no solo en español, pues en otras lenguas también se reconoce. En inglés esa palabra tiene su origen en la lengua del siglo XV. En esa lengua entró para designar las asociaciones, los gremios, cofradías y asociaciones profesionales del modo en que se entendían en esa época. Luego se extendió a las asociaciones representativas de sociedades en los burgos, que hoy representarían agrupaciones edilicias.

El autor de estos comentarios recuerda que en sus años mozos -hace mucho tiempo- la única firma o compañía que se reconocía con el nombre de corporación como parte de su nombre oficial era la de electricidad. Bastaba con decir la corporación para que se supiera a cuál se refería el hablante. La razón para que esto fuese así es que esa compañía fue en sus orígenes de capital estadounidense.

Se traen estas menciones acerca de la palabra corporación porque es la que se encuentra en la base de corporatividad que consta en el título. La palabra del título no aparece reconocida oficialmente en el Diccionario de la lengua española. Se hurgó en otros diccionarios y esos tampoco asientan el vocablo.

El Nuevo diccionario de voces de uso actual (2003:332) incluyó en sus páginas la voz corporatización, con la acepción, “Reunión de los individuos de una misma profesión en una corporación”. Todavía en el año 2020 esta voz no ha sido consagrada por las Academias.

Con respecto de esta voz del título formada por el ingenio de los hablantes, que se presume que son cultos, al formarla con la terminación -idad, lo hacen con la intención de que desempeñe funciones de sustantivo. Aquí habría que buscarle la definición de una voz de este género que satisficiera el espíritu de la lengua española. Este tipo de sustantivo es de género femenino y por lo general se forma sobre la base de un adjetivo.

Cabe que se plantee la pregunta acerca de la oportunidad de este sustantivo. Por la poca notoriedad que muestra en la actualidad no puede reconocérsele grandes perspectivas de uso general.

 

DISTAR – DICTAR

“La organización alegará que lo que se escenificó en estos comicios DICTA mucho de ser el acto democrático. . .”

Dista mucho la pronunciación entre las dos palabras del título. No hay ni que pensar en la distancia que separa los significados entre estas dos. Hay que estar muy distanciado de la ortografía y de las lecturas para incurrir en un error como el que se halla en la cita.

Por más benigno que uno quiera aparentar ante un desliz del género encontrado en la frase copiada arriba, se hace difícil perdonarlo. Ya en el primer párrafo de esta sección se incluyeron varias palabras de la familia del verbo distar para que se note el uso apropiado de ese verbo.

El verbo distar es estar situada una cosa o persona a cierta distancia espacial o temporal de otra. Una persona o cosa dista de otra cuando se diferencia notablemente de otra. Las dos acepciones que se mencionan pertenecen al español tradicional.

Con respecto del verbo dictar corresponde a decir o leer algo con las pausas necesarias para que una, o varias personas, puedan escribirlo casi al mismo tiempo. Se usa este verbo además para expedir, promulgar, pronunciar, leyes, reglamentos fallos, preceptos, etc.

En el caso en que se pudiera perdonar el que se haya pulsado una tecla por otra; no puede perdonarse que al leer lo escrito no se haya percatado del error el redactor.

Gusanillo, piquito/pringue, reusado/rehusado, riesgo/riego, reputacional

Por Roberto E. Guzmán

GUSANILLO

Es muy probable que al leer el título se piense que esta sección versará sobre un gusanito español, de España. No es así, este gusanillo, a pesar de la terminación en -illo, pertenece al español de los hablantes de español dominicano y, de paso, nada tiene que ver con los vermes.

La terminación inusual para el español dominicano que se señaló antes no reviste necesariamente caracteres de diminutivo. No se conoce la razón para que se emplee de este modo.

El vocablo gusanillo en el habla de los dominicanos tiene compañero en el español de los venezolanos, ecuatorianos, colombianos. De la misma forma en que ocurre con muchas voces más, esta también es compartida entre los dominicanos y los venezolanos.

Este gusanillo pertenece a un área de labores que no goza de gran prestigio hasta que a la persona se le desinfla un neumático, rueda, goma, llanta, de un vehículo.

El gusanillo es la válvula de la cámara de aire de las gomas. Esta permite que se le ponga, añada a presión aire al neumático, pero no permite de manera normal la salida de este.

Con respecto al nombre mismo. El autor de este texto no conoce el motivo que impulsó a los hablantes de los mentados países para que tomaran ese nombre para la válvula de las cámaras de aire de las gomas. Es posible que hayan encontrado alguna semejanza entre la válvula y el gusano. Llama la atención que hasta las personas de escasa educación formal (gomeros) usen la voz gusanillo, que por su terminación no pertenece al léxico usual de ese grupo de hablantes. Hay que destacar que al elegir esta voz el hablante ha transferido una voz del reino animal (gusano pequeño) a un objeto material; dicho sea de paso, no deja de ser pequeño el dispositivo con relación al tamaño de la goma, y, quizás de allí proviene el diminutivo.

Este gusanillo no ha encontrado su incorporación todavía en los diccionarios de español dominicano. Con la acción que se toma aquí al mencionarlo y publicarlo, se espera que en el futuro este gusanillo penetre en los lexicones diferenciales de español dominicano.

 

PIQUITO – PRINGUE

“. . . deben tomarse con un PIQUITO de sal. . .”

Para el común de lectores este piquito no es otra cosa que un pico pequeño. Por la compañía en que se encuentra este piquito, el cerebro humano de inmediato rechaza o relega aparte muchos picos que no tienen relación alguna con este diminutivo.

Este piquito es pertinente en este contexto, su significado aquí no se encuentra alejado de algunas acepciones de algunos picos. Piénsese por ejemplo en la pequeña parte de una cantidad que sobrepasa a un número en redondo, que es pico.

Aparte de este piquito ya mencionado, los dominicanos en su habla tienen un piquito propio y exclusivo, el “gesto o mueca de enojo que hacen los niños”. Diccionario del español dominicano (2013:552). En el caso del piquito de los niños dominicanos la terminación, el diminutivo –ito del pico viene de la forma que adoptan los labios en el gesto de enojo y de que se produce especialmente en niños.

Para pequeñas cantidades de algo, pizca, los dominicanos tienen “pringue, pringa, pringuito, a” y otros. En Guatemala conocen el pringue, pero es casi exclusivo para líquidos. En Costa Rica sí hay un pringue como el dominicano.

Quien esto escribe piensa que el “pringue” dominicano deriva de la cantidad que puede aprisionar una persona entre el pulgar y otro dedo de la misma mano. Esa característica del pringue excluye los líquidos. Ese pringue es casi exclusivo en la cocina dominicana (vocabulario gastronómico) que es una cantidad igual o menor que un chin.

 

REUSADO – REHUSADO

“La planta de agua envasaba el producto terminado en botellones REHUSADOS de. . .”

Como tal y a título particular el verbo reusar no aparece en el lexicón mayor de la lengua española. Eso no le cambia el carácter de verbo de uso. No hay que condenar el verbo porque no aparezca en algunos diccionarios. El verbo está bien formado, sobre la base del verbo usar con el prefijo re- que significa repetición, literalmente expresa “volver a usar”.

En el español moderno este reusar corresponde en buena lid a reciclar. Puede sustituirse por el verbo reutilizar que transmite la misma acción de volver a emplear.

No debe confundirse el verbo reusar con su homónimo rehusar. Rehusar es no aceptar una cosa, rechazarla, no quererla. Algo más que tienen en común los dos verbos, se conjugan de la misma manera. Llevan una tilde que rompe el diptongo en reúso, reúsas, reúsa, reúse, reúses, reúsen.

Esa letra que no tiene sonido alguno, la hache, en el caso de estos dos verbos inserta con su presencia una gran diferencia entre los dos verbos; por tanto, hay que observar cuidado al escribir uno u otro verbo para no expresar lo contrario de lo que se desea.

 

RIESGO – RIEGO

“. . .estos que corresponden a ilícitos de falsificación y RIEGOS a la salud. . .”

En las conversaciones diarias en familia, entre amigos, es aceptable que se relajen los hablantes y no se observen todas las elegantes formas de hablar. Esto así con respecto del vocabulario, con la introducción de muchos comodines, y, en la elocución para dar paso a los acortamientos de terminaciones y la elisión de las “incómodas” eses /s/.

Al contrario de lo mencionado para las conversaciones informales, al redactar para publicar, quien escribe se esmera en observar las reglas que conoce para que se le entienda, a conciencia de que no está en presencia del lector y, en consecuencia, no puede despejar dudas.

Uno de los cuidados que debe observar un redactor de columnas o articulista es releer lo que ha redactado. Estos disponen de mayor tiempo que los redactores de noticias\, pues los últimos están sometidos a la presión del tiempo.

Toda la introducción anterior es para criticar el desliz que se advierte en la escritura de riesgo, que aparece escrito de manera incorrecta – riego- en tanto representación gráfica de la manera descuidada de decirlo en los diálogos cotidianos.

Riego es la acción y efecto de regar. El verbo regar es esparcir agua de manera deliberada o derramar un líquido de modo accidental. Riesgo es la contingencia o proximidad de un daño. Riesgos son los imprevistos que pueden cubrirse con un contrato de seguro.

 

REPUTACIONAL

“El riesgo REPUTACIONAL. . .”

Este reputacional ha recibido la bendición de la Fundación del Español Urgente que afirma que está bien formado. Este adjetivo hay que aceptarlo con el significado de “perteneciente o relativo a la reputación”.

Reputacional se ha formado a partir del sustantivo reputación al que se le ha añadido el sufijo -al. Esta manera de formar adjetivos tiene precedentes en español. Ejemplos de estos son, vacacional, cultural y nutricional.

El empleo del adjetivo se ha hecho usual en los medios de comunicación masiva. Este adjetivo llega precedido de otros que han llegado al español procedentes del inglés. La procedencia de la voz no invalida su condición.

El uso y su formación ajustada a los cánones de la lengua española abren las puertas para que se considere el vocablo como un buen candidato para que se integre a la nómina de palabras reconocidas por los hablantes cultos de las urbes citadinas.

Cananero, maroteo, customizar

Por Roberto E. Guzmán

CANANERO

“. . .porque sabía de lo CANANERO -echador de vainas- que era, cómo le gustaba desconcertar a la gente, como un ejercicio de dominio”.

Cuando se encontró esta frase puede decirse que fue la primera vez que se leyó este adjetivo de modo escrito. No hace falta que se mencione, pero se menciona, que ya se conocía la voz canana del español dominicano con el sentido de “jugarreta, mala pasada”. Con esta significación aparece en el Diccionario del español dominicano (2013:138).  Esto es, mala jugada.

Esta canana ha dado lugar a varias locuciones entre las que pueden citarse, “coger de canana a alguien”, locución verbal que sirve para expresar traicionar o engañar a alguien. También es de uso, “echar [tirar] la canana”, que a su vez se usa para significar “Hacer responsable a alguien de algo”. Junto con las anteriores hay una tercera locución verbal, “No aguantar cananas”, que se utiliza para decir, “No soportar atrevimientos o irrespetos de otros”. Diccionario fraseológico del español dominicano (2016:88).

El autor del libro en donde puede leerse la cita tuvo la delicadeza de interpretar la palabra cananero con la ayuda de una locución conocida de los dominicanos, “echador de vainas”, que en este caso podría interpretarse en tanto, “mortificador, generador de problemas; causante de perjuicio ante otra persona”. De alguna manera el cananero obliga a alguien a hacer algo desagradable o a hacer algo en perjuicio de un tercero.

Este uso de la palabra canana tiene explicación. Una canana es un estuche. Es una funda, a pesar de que en algunos diccionarios asienten canana más bien como cinto. Los estuches son envolturas que en muchos casos sirven para proteger. Quien es cananero hace que otra persona resulte responsabilizada por acciones suyas, a veces usando la persona objeto de su treta como canana, protección.

En conversaciones se ha oído en el español dominicano actual una locución parecida a las anteriores, “coger de condón” que resume la acción de hacer algo al tiempo que el accionante se protege por intermedio de una persona interpósita. Con este accionar evita el cananero que se le considere responsable o culpable.

El reemplazo de la canana por el condón es un indicio de la preeminencia de una palabra sobre la otra. Se usa con mayor frecuencia la palabra condón que canana. Al hacerlo el hablante considera que transmite su mensaje de modo diáfano. Este tipo de cambios es una adaptación de la lengua al léxico de mayor vigencia.

 

MAROTEO

“Dio por llamarse MAROTEO a las aventuras y correrías que realizaban los muchachos de los pueblos para recoger frutas en cualquier terreno. . .”

Definido del modo en que se hacía antes, maroteo era la “acción y efecto de marotear”. Marotear era y es, “Recoger o comer frutas de un sembrado ajeno”. Diccionario del español dominicano (2013:450). Solo la última acepción pertenece al susodicho diccionario.

Ese diccionario ofrece “merodear” a guisa de sinónimo para marotear. No parece que esa sinonimia sea precisa, porque un rasgo distintivo de merodear es la violencia cuando la acción la ejercen las tropas.

El maroteo era más bien la invasión que hacían los jóvenes, hace años, en predios ajenos para apoderarse de frutas, sin intención de saciar el hambre, solo para degustar el fruto ajeno. Esas características las enumera un maroteador; son fruto de su experiencia. La acción de marotear podía hacerse en terrenos públicos sobre árboles que muchas veces crecían al azar. Se maroteaban frutas, no hortalizas o verduras, por lo menos en las ciudades.

Hay que resaltar que la forma en que se encuentra la cita refuerza la idea que se sostiene aquí sobre la inocente intención del maroteador, pues allí se lee, “para recoger frutas en cualquier terreno

Lo interesante con respecto a la voz maroteo es la explicación del origen de la voz que ofrece Mario Read Vittini en su obra Trujillo de cerca (2016:119) de donde se extrajo la cita, allí él escribe, “. . .por imitación de las Marotas de Giuseppi Garibaldi, grupos irregulares que enviaba a sobrevivir sobre el terreno en la guerra de la unidad italiana”. [Se respetó la ortografía del texto].

Luego de leer sobre la teoría del origen de la voz que no se considera descabellada, hay que interrogarse sobre cómo llegó la voz al español dominicano. Una posible explicación puede ser que por las aventuras que vivió Giuseppe Garibaldi en América fue posible que las noticias llegaran a República Dominicana por medio de los periódicos de la época.

Si este maroteo procede de la voz italiana no cabe duda de que entró al español dominicano por influencia culta. Esto así porque en el siglo XIX cuando Garibaldi vivió, en República Dominicana la tasa de analfabetismo era muy elevada. Por medio de periódicos solo las personas cultas tenían conocimiento de quien era Garibaldi y de sus hazañas.

 

CUSTOMIZAR

“Se pueden encontrar diferentes modelos de cada marca de motocicletas, originales y otras totalmente CUSTOMIZADAS. . .”

La invasión de voces inglesas en el español es una vieja historia que se repite con frecuencia. En algunas ocasiones las voces del inglés asaltan el español de manera cruda, introduciendo voces ajenas a la médula de la lengua española.

En el ejemplo de la cita aparece una voz del inglés a la que se le añadido una terminación para asimilarla a un adjetivo. Este tipo de intromisión es quizás más peligrosa que otras porque le confiere característica del español a la voz extranjera y los hablantes de español pueden pronunciarla más fácilmente.

Más abajo se estudiará la voz del título desde varios ángulos, se demostrará que no hace falta usarla en español, pues esta lengua posee con creces los recursos para expresar la idea de la voz del inglés.

El problema con los anglicismos no es la entrada de estos en el español, sino el abandono de palabras patrimoniales del español que salen de la memoria y sobre todo del uso de los hablantes.

Este customizar no llega solo al español, sino que viene en compañía de custom, customizable, customización, customizador, custom man. Aquí se estudiará sobre todo la voz del título, las demás se tocarán levemente.

Customizar es, “Hacer o adaptar un vehículo o aparato al gusto del cliente”. Esa es la interpretación que hace el Gran diccionario de anglicismos (2017:270). Ofrece ese diccionario la opción de utilizar el sinónimo “personalizar” en español para lo que definió como customizar. Por extensión entiende que el verbo customizar llega a, “hacer o adaptar algo al gusto del cliente”.

El “dichoso” custom man que apareció más arriba es la persona que se especializa en introducir modificaciones a algo para acomodarlo al gusto de su cliente.

En esa dirección de adecuar las cosas al gusto de quienes pagan por lo customizado se llega hasta a acomodar visitas a museos, vacaciones o excursiones (con su engaño) y llamarlas customizadas.

En el origen de todas las voces resaltadas en el cuarto párrafo de esta sección se encuentra la voz custom del inglés para llamar en inglés norteamericano a la motocicleta fabricada con un diseño especial, con partes cromadas, aditamentos añadidos, y más. Esto fue en principio algo del gusto de los jóvenes norteamericanos, pero en la actualidad solo pueden pagarlo los adultos con altos ingresos. El sentido de las voces resaltadas puede deducirse en español de la terminación que se les ha añadido.

En español corriente a estas motocicletas se llaman, motocicletas modificadas; sobre todo, cuando se introducen cambios en ellas que no son solo aparentes, sino que mejoran la velocidad, el rendimiento, la fuerza. En muchas ocasiones estas alteraciones se hacen para satisfacer de manera individual los pedidos de los compradores.

En el desarrollo de esta sección se han introducido los verbos y las palabras en español que pueden utilizarse para sustituir las voces del inglés.

Culipandear(se), pote, conformación

Por Roberto E. Guzmán

CULIPANDEAR(SE)

“. . . son ambivalentes y dan muchos CULIPANDEOS al momento de. . .”

El autor de estas reflexiones acerca de la lengua puede dar fe de que conoce el adjetivo o nombre culipandeado o culipandiao desde hace muchos años. Ese culipandiao tenía relación directa con la postura que la persona adoptaba al estar de pie (del dominicano parado).

El culipandiao era la persona que sacaba hacia atrás las nalgas, que las proyectaba hacia la parte posterior del cuerpo, pose que no obedecía necesariamente a la intención de hacerlo. No debe de olvidarse que pandear es torcer en el medio (en el cuerpo humano, cintura).

Luego aprendió quien esto escribe que la postura del cuerpo humano o el verbo habían dado pie a otro tipo de aplicación. Esa nueva acepción llevó el verbo a una acción que indica torcer la conducta.

Conforme con lo que consigna el Diccionario de la lengua española (2014-I-692), el verbo culipandear en Cuba y Venezuela es, “Evadir con astucia una dificultad prevista para no enfrentarla”. En los dos países antes mencionados, más Honduras, el verbo expresa, “Dicho de una persona: Acobardarse, echarse atrás o arrepentirse de algo que iba a hacer”.

En República Dominicana y Puerto Rico el verbo indica, “No respetar alguien la palabra dada, cambiar de opinión”. Esto aparece en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias. Allí mismo se atribuye a Puerto Rico que en funciones de verbo intransitivo pronominal corresponde a, “Mover una mujer rítmicamente el trasero al caminar”.

El Diccionario del español dominicano (2013:232) endereza algo del verbo, pues consigna, “Mover la cadera al caminar”, que se ajusta más a lo que se había oído en conversaciones en español dominicano. Además, ese diccionario añade otras dos de las acepciones anteriores, con excepción de la que implica que la persona se acobarda, que no tiene cabida en el español dominicano.

De esta manera el culipandear termina siendo el, “Movimiento de las caderas al caminar”. Con todo el respeto debido, se piensa que el contoneo de las caderas merece que en el culipandeo se consigne que es intencional, aunque puede resultar natural también. Algo que puede agregarse es que ese culipandeo llama la atención y a veces al hacerlo intencionalmente se exagera.

Lo que se persigue con estas acotaciones es influir en la opinión de los lexicógrafos para que modifiquen de alguna manera las definiciones que se han mantenido hasta ahora y, que se incorpore el culipandeo que se expuso al principio para la postura natural del cuerpo humano en algunas personas, tomándose en cuenta las características apuntadas.

 

POTE

“. .  y que empeñan su conciencia por un pica pollo, $300 pesos, un POTE de ron. . .”

Algunas palabras que se presume que se refieren a una cantidad de líquido determinado por el nombre que recibe el contenedor no es tan preciso como podría esperarse, pote es uno de ellos. Uno de los problemas que se presenta es que el vocablo pote es muy impreciso en sí mismo, tal y como lo reconoce el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias, “Recipientes de diversos tamaños y formas. . .” Ese mismo diccionario reconoce que en República Dominicana un “pote de ron” es una “botella de ron”. Cabe que uno se pregunte si decir una botella de ron es más preciso que un pote de ron. No hay que esperar por la respuesta del inocente. Es la misma imprecisa cantidad de contenido. Pero con diferente nombre.

La tarea de ser más preciso quizás es cuesta arriba, pero eso no arredra. Todo el asunto quedará entre el pote, el frasco y la botella. Esto es, quedará en familia. Es probable que el asunto se reduzca a la costumbre de utilizar una u otra palabra para designar el mismo recipiente.

De acuerdo con lo que se encuentra en la Revista dominicana de folklore, No. 1, de marzo de 1975, p. 93, en un artículo firmado por J. A. Cruz Brache, “La botella es la medida para líquidos más corriente en el país. Su contenido equivale a 700cc”.

En quince países de habla hispana un pote es un “recipiente de diversos tamaños y formas”. En República Dominicana un pote es una forma de llamar “una botella de ron”.

Se ha escrito mucho acerca del entorno y las palabras; de la forma en que los sentidos de estas cambian conforme con los otros vocablos que rodean a esa palabra en esa situación. No cabe duda, si en un bar un dominicano pide “un pote”, le servirán una botella de ron y no una de refresco o agua. El sitio, entorno físico, impone el significado de este pote. Con la palabra pote se refiere en general el dominicano a la botella de ron que contiene los 700 cc que se mencionaron más arriba, pues la más grande se conoce como “un litro”. Debe dejarse bien claro que este no es el lugar para tratar la jerga de los bebedores habituales.

 

CONFORMACIÓN

“. . .desempeñó un rol determinante para la CONFORMACIÓN de la Ley. . .”

La palabra del título posee poder de atracción; eso se escribe porque con más frecuencia de la debida los redactores se decantan por esta cuando tienen opciones más precisas para transmitir el mensaje que tratan de hacer llegar a otros.

Algunas personas piensan que conformar tiene relación con con-formar; es decir, formar con o “formar parte, ser parte”, esa idea que hoy muchos hablantes expresan con “hacer parte”, por participar.

Como puede deducirse con facilidad, el sustantivo femenino conformación tiene relación con el verbo formar que tiene larga historia en el castellano. Conformación llega al castellano procedente del latín conformatio, conformationis. En su origen se refería solo a la “colocación, distribución de las partes que forman una cosa”. “Hasta el sol de hoy” la redacción del sustantivo ha permanecido sin cambios en los diccionarios.

Este sustantivo llegó a América en el siglo XVI. Así consta en una acta del cabildo de Caracas. (Léxico hispanoamericano del siglo XVI (1971:213).

Si la persona a la que se refería el redactor de la cita participó en la redacción de la ley, ese verbo, redactar, es el que debió aparecer. En un registro menos elevado pudo escribirse que la persona mencionada participó en la redacción de la ley. La persona mentada tuvo una participación destacada en la elaboración de la ley. Con este sustantivo se imprime un rasgo de mayor importancia al trabajo realizado.

Lo recomendable con el verbo conformar y el sustantivo conformación es reservarlos solo para sus funciones específicas de la manera en que se ajustan a sus definiciones.

Rellenar, rozar / rosar, a bordo, preguntar / cuestionar, doyén / decano

Por Roberto E. Guzmán

RELLENAR

“. . . y la RELLENÓ por andar llegando tarde. . .”

Es bueno que se haga constar que el objeto de la acción, la, se refiere a una mujer. De allí deriva la importancia que tiene el estudio del verbo; esto es, estudiado en un caso como el de la cita en que este se aplica a una persona.

Antes de entrar en materia con respecto al significado del verbo en la frase reproducida más arriba, hay que aclarar que no se trata de dar de comer en exceso a una persona, que es una acepción conocida del verbo.

Rellenar mantiene una acepción en el habla de los dominicanos que no se conoce en ninguna otra habla de español. De acuerdo con lo que escribe el Diccionario del español dominicano (2013:596), rellenar es, “Reprender severamente”.

No conforme con poder contar con el verbo con ese significado, el hablante de español dominicano se ha ingeniado para hacer más descriptiva la acción y ha creado varias locuciones verbales muy bien conocidas en el ambiente dominicano.

Rellenar como a una longaniza fue la primera locución que se incorporó al habla, seguida de rellenarle el cachimbo. Más tarde, con los adelantos de la gastronomía se añadió rellenar como a un pavo.

Si bien es cierto que la acepción, copiada antes, que se reconoce para el verbo es exacta, no es menos cierto que en algunos casos las circunstancias hacen pensar que el verbo va más allá de “reprender severamente”. Sube de grado para expresar el sentimiento de alguien que insulta a una persona, con algún tipo de fundamento, como consecuencia de haber incurrido la persona insultada en una acción reprensible. Con las palabras que se expresan durante este “rellenar” se profieren expresiones ofensivas y humillantes.

Quizás merece que se pondere la posibilidad de añadir al verbo rellenar, en los repertorios de voces dominicanas, los matices que se ha introducido en esta sección.

 

ROZAR – ROSAR

“Sus pies ROSABAN el piso al caminar”.

Los dos verbos del título pertenecen al español internacional. El primero de los dos es de mayor uso; el segundo posee una sola acepción muy específica.

El verbo rozar posee más de diez acepciones acreditadas en el español internacional, al tiempo que rosar solo tiene una.

El significado más conocido del verbo rozar es el que mal escribió el redactor, es el que en el diccionario de la corporación madrileña de la lengua reza así, “Dicho de una cosa: tocar pasando y oprimiendo ligeramente la superficie de otra o acercándose mucho a ella”.

Con respecto del verbo rosar, sirve únicamente para “caer rocío” y como tal es impersonal e intransitivo. Estas dos cualidades hacen que este verbo tenga menos uso que el otro.

 

A BORDO

“. . .cuando un joven A BORDO DE una motocicleta. . .”

En algunas ocasiones las personas que escriben para consumo de muchos lectores tratan de refinar demasiado su español y llegan a incurrir en exageraciones. Una de estas es la que se observa en la frase de la cita.

La locución adverbial “a bordo” tuvo su origen en las embarcaciones navales. Las naves, barcos, fueron los primeros en aceptar la locución para dar a entender que eso de que se trata está dentro de la embarcación. Esto así porque las naves son las que tienen bordo, que son los costados o bordes exteriores de estas.

Con el desarrollo y frecuencia de los viajes por otros medios de transporte la locución extendió su alcance a personas o cosas “dentro de una embarcación”. El adverbio “dentro” indica “en el interior”, “en la parte interna”.

Este “dentro” con su significado apuntado antes deja fuera de uso la locución “a bordo” para una motocicleta, pues los ocupantes de la motocicleta van “en” motocicleta. El asunto que se plantea con respecto de las locuciones o adverbios para describir cómo viajan los ocupantes de los medios de transporte varía de una lengua a otra. Con esto se advierte que no hay una correspondencia estricta al llevar la idea de una lengua a otra.

 

PREGUNTAR – CUESTIONAR

“. . .afirmó C. al ser CUESTIONADO sobre las críticas. . . “

Hace mucho tiempo que el uso de estos dos verbos ha hecho de estos verbos sinónimos en todas las ocasiones. Cuestionar tiene una significación específica que no puede sustituirse con la ayuda del verbo preguntar.

El verbo preguntar corresponde a la acción de interrogar; esto es, hacer preguntas a alguien para que ese alguien responda lo que sabe sobre un asunto. En forma de interrogación puede exponerse un asunto. De esa forma puede indicarse duda sobre ese asunto. Es pedir que le contesten.

Cuestionar es controvertir un punto dudoso, proponiendo las razones, pruebas y fundamentos de una y otra parte. Además, es poner en duda lo afirmado por alguien. Es discutir.

Existe la posibilidad de que el uso del verbo cuestionar en español en lugar del verbo preguntar provenga de una influencia del inglés, lengua en la que el verbo to question corresponde al verbo preguntar en español.

 

DOYÉN – DECANO

“El rabí M., DOYÉN de todos nosotros. . .”

La voz del título no cuenta con el asentimiento de los hablantes de español para que se la considere una palabra auténtica del léxico hispano. Ni siquiera el acento que le colocaron a esa voz logra hacerla entrar en el redil del español legítimo.

La voz doyen pertenece al francés y al inglés. Al inglés llegó desde el francés medio, que en antiguo francés era deien. Este doyen francés tiene un doblete que se asemeja muchísimo a una palabra del español, dean; que en español es deán. Aunque no sea obvio desde el principio el deán fue en su origen el jefe de un grupo de diez. El deán español viene del latín decanus que era el jefe de diez monjes en un monasterio.

En español debe usarse la palabra decano para expresarse de modo correcto. En el español actual el decano es el miembro más antiguo de una comunidad, cuerpo o junta, etc. En las universidades el decano preside una facultad, aunque no sea el miembro más antiguo.

Derivada de la palabra decano es decanato que son las dependencias destinadas oficialmente al decano para el desempeño de sus funciones; así como el período de tiempo en que desempeña sus funciones el decano.