Ortoescritura

Por Rafael Peralta Romero

PUERTA: ¿LA ABERTURA O LA PIEZA QUE TAPA LA ABERTURA?

No se trata de un asunto tan complejo como “ser o no ser”, planteado por William Shakespeare en su drama Hamlet. Tampoco es comparable a  determinar   el destino final  de las almas que se han apartado de sus  cuerpos,  como exclama el poeta Amado Nervo: “¡Qué noche tan callada, qué limbos tan inciertos! ¡Oh! Padre de los vivos, ¿a dónde van los muertos, a dónde van los muertos, Señor, a donde van?”.

En conversación entre amigos, que casi siempre son buenas, surgió un infrecuente interrogante: ¿Cuál es la puerta, el hueco  que sirve para entrar y salir   o es la parte     que tapa el hueco?

La puerta se abre y se cierra, pero la puerta también se instala, se cae, se compra, se fabrica, se desmonta, se pinta, se cambia.

Cuando la puerta se abre queda dicho que  el armazón que la cubre ha sido movido hacia un lado para dejar libre la abertura y por tanto se puede entrar y salir. Pero  instalar una puerta es labor de carpinteros que colocan  una pieza  que cubre el hueco.

El  objeto que se coloca en la puerta – que también  llamamos  puerta-  puede ser de madera, de cartón,  de cristal o de metal, ya que su constitución y calidad dependen de la  edificación donde se vaya a colocar.

Cuando cae una  puerta o alguien derriba una puerta se habla del objeto, por lo común rectangular, soportado por bisagras que se instala en el acceso de un local o habitación. El hueco por el que entramos nunca se cae, nadie lo derriba, no se traba, no se condena.

Por igual, cuando la puerta se cierra es porque  ha sido movida por  alguna fuerza, si no es eléctrica, debió intervenir   el viento, pero como el vacío es inmóvil, el viento solo  zarandea la hoja material, tangible, que cubre el hueco cuando se cierra.

“La puerta se cerró detrás de ti / y nunca más volviste a aparecer,/ dejaste abandonada la ilusión/ que había en mi corazón por ti”. Así canta Lucho Gatica en un bolero, repetido por otros artistas. Ahí tocamos el valor simbólico de la puerta, expresado también en la apertura de la misma: “Las puertas están siempre abiertas para usted”. Y se extiende hasta  la suprema expresión que envuelve la dicotomía “puertas del cielo” y “puertas del averno”.

La puerta puede ser una vía de escape: “Burló la vigilancia y salió por la puerta trasera”. También un valladar: “La corrupción de detiene en la puerta de mi despacho”.

Si alguien  destroza una porción de una pared  para permitir  acceso a su vivienda o empresa ¿ha hecho una puerta? ¿O esperará que vengan los herreros a colocar  un armazón de hierro que correrá hacia un lado según que se quiera permitir o impedir el paso?

Les transcribo  lo que al respecto  expone el Diccionario de la lengua española. Forme usted su respuesta a las preguntas planteadas:

Puerta (Del latín porta).1. f. Vano de forma regular abierto en una pared, una cerca, una verja, etc., desde el suelo hasta una altura conveniente, para poder entrar y salir por él. 2. f. Armazón de madera, hierro u otra materia, que, engoznada o puesta en el quicio y asegurada por el otro lado con llave, cerrojo u otro instrumento, sirve para impedir la entrada y salida, para cerrar o abrir un armario o un mueble.

  1. f. Agujero o abertura que sirve para entrar y salir por él, como en las cuevas, vehículos, etc.4. f. Entrada a una población, que antiguamente era una abertura en la muralla. 5. f. Arco de triunfo, erigido en el lugar donde hubo una antigua puerta (‖ entrada a una población). 6. f. En el fútbol y otros deportes, portería.

 

VERBOS QUE SIGUEN EL MODELO DE  AVERIGUAR

 En el artículo anterior hemos planteado la división que asumen, desde el punto de vista del acento, los verbos terminaos en –uar. Y hemos señalado la división entre los que siguen el modelo de actuar, que forma hiato con las vocales úo, –úa, úe, mientras que el grupo que tiene  el verbo averiguar como paradigma forma diptongo: averiguo, averiguas, desaguo, desaguas.

Como actuar se comportan estos verbos: perpetuar (perpetúo, perpetúes),  individuar (individúo, individúes), atenuar (atenúo, atenúes).  Como ven, algunas formas de estos verbos  guardan gran parecido con sustantivos y adjetivos de la misma familia de  palabras.  Gráficamente las diferencia la tilde y lexicalmente, el contexto en que se emplee cada vocablo. Por ejemplo: perpetúo y  perpetúa  no deben confundirse con el adjetivo perpetuo y su femenino perpetua. La forma verbal individúo,   sinónimo de especificar, concretar, no ha de confundirse con su parónimo individuo, que es un sustantivo equivalente a persona.

El énfasis de este artículo ha de  estar  en  que no todos los verbos terminados en    –uar  siguen el  modelo actuar.  Actúa también en esa función el verbo /averiguar/, cuya desinencia prescinde del hiato y  prefiere  el diptongo: averiguo, averiguas, averigua…averigüe, averigüemos.     De modo que los terminados en –uar  son dos grupos, cuya acentuación depende, no de la base o raíz, sino de la desinencia o final.

Vale recordar lo apuntado por el  Diccionario panhispánico de dudas,  publicación de la Asociación de Academias de la Lengua Española.  Es  decir que  si en el verbo de que se  trate la /u/ de la sílaba final va precedida de las consonantes  /g/ (guar) o /c/ (cuar), sigue el modelo de averiguar, es decir con diptongo (averiguo).

Efectivamente, en la página 77 del  DPD se lee lo siguiente:  “En general, los verbos que terminan en -guar y en -cuar (salvo anticuar) se acentúan según este modelo de conjugación; el resto de los verbos terminados en -uar (salvo estatuar) se acentúan como actuar: actúo [aktúo], actúas [aktúas], etc. Son excepción los verbos adecuar, colicuar, evacuar, licuar y promiscuar, para los que se admiten ambos modelos de conjugación”.

En atención a esta regla es que en los verbos licuar, adecuar y evacuar, aunque se  admiten las dos formas (licúo, licuo; adecúo, adecuo; evacúo, evacuo) aconsejamos  la que forma diptongo (licuo, adecuo y evacuo).

Veamos algunos verbos  que siguen el modelo averiguar: Desaguar (desaguo, desaguas, desagüe),  amortiguar (amortiguo, amortiguas, amortigüe, amortigües), aguar (aguo, aguas, agüe, agües), atestiguar (atestiguo, atestiguas, atestigüe, atestigües).

El verbo /menguar/ también se comporta como averiguar, es decir que en presente del indicativo –lo mismo que en los casos anteriores-  se dirá menguo, menguas, mengua, menguamos, menguáis, menguan. Todos con diptongo. El modo subjuntivo  forma  diptongo y lleva una diéresis en los casos en los que aparezca la vocal –e  precedida de –u: averigüe, averigües, averigüe, averigüemos,   averigüéis,  averigüen. Lo  mismo para el verbo menguar: mengüe,  mengües,  mengüe,  mengüemos,  mengüéis,   mengüen.

Lo expresado en el precedente párrafo debe regir para la conjugación de los verbos siguientes: apaciguar (apaciguo, apaciguas,  apacigüe, apacigües); santiguar  (santiguo, santiguas, santigüe, santigües);  desambiguar (desambiguo, desambiguas, desambigüe, desambigües);  deslenguar (deslenguo, deslenguas, deslengüe, deslengües). Deslenguar es quitar a alguien  la lengua.  Fraguar (fraguo, fraguas, fragüe, fragües).

En la primera persona del pretérito perfecto de cada verbo que sigue el modelo averiguar, se precisa también la diéresis y una tilde en la vocal –é: averigüé, santigüé, mengüé,  apacigüé, fragüé…).

Temas idiomáticos

Por María José Rincón

30/10/18

NOS TUTEAMOS

Los pronombres personales son muy versátiles. Nos sirven para referirnos a las personas implicadas en el mensaje. Tradicionalmente hablamos de tres personas y sus correspondientes plurales: yo, nosotros, la primera persona, aquella que emite el mensaje; él, ella, ellos, la tercera persona, aquella que no interviene en la comunicación; y una muy especial segunda persona, aquella a quien se dirige el hablante, para la que nuestra lengua tiene una larga historia y una bonita variedad.

Si elegimos un tono de confianza para dirigirnos a nuestro interlocutor, nos decantaremos por el , y lo tutearemos; en extensas áreas del español usaríamos el pronombre vos, y lo vosearíamos; si preferimos un tono de cortesía, el pronombre elegido sería usted, y lo ustearíamos.

La segunda persona del plural también tiene sus particularidades. En algunas zonas utilizan vosotros para el tuteo dirigido a varios interlocutores; en América el pronombre de segunda persona preferido es ustedes, que se usa indistintamente para tutear y ustear.

Como ya habrán notado, los pronombres han procreado sus propios verbos y sustantivos para denominar qué tipo de tratamiento elegimos. Si consultamos el DLE descubrimos sus orígenes y sus significados. Tutear se formó a partir de tú, por adaptación del francés tutoyer, para el trato de confianza o familiaridad; el sustantivo asociado con este tratamiento es tuteo. Ustear y uste o son el equivalente para el usted; vosear y voseo, para el vos.

Cuando nos comunicamos con nuestra lengua tomamos decisiones cada segundo; decisiones que van dándole forma a nuestro mensaje; decisiones que expresan quiénes intervienen en él, pero también en qué tono nos estamos dirigiendo a nuestros interlocutores. Ustedes y yo nos conocemos y nos leemos desde hace tiempo, quizás vaya siendo hora de que nos tuteemos.

 

6/11/18

QUÉDATE CONMIGO

No se equivoquen; los pronombres personales a los que dediqué la Eñe pasada no son los únicos que existen en nuestra lengua. En mis años escolares nos los enseñaban gracias a una pequeña cantinela: yo, mí, me, conmigo; tú, ti, te, contigo… No sé si en estos tiempos estará bien visto el método, pero lo cierto es que yo todavía los recuerdo. Cada pronombre dispone de un abanico de formas que se utilizan dependiendo de la función que ejercen en la frase. Hoy les toca el turno a ciertos detalles que nos dan algún que otro quebradero de cabeza.

La tilde es uno de ellos. A veces pecamos por defecto y no les ponemos la tilde diacrítica a los pronombres personales sujeto él (tú cantas; él baila), que la llevan como monosílabos tónicos, para distinguirlos del adjetivo posesivo tu (tu casa) y del artículo el(el edificio), ambos monosílabos átonos.

Otras veces pecamos por exceso y le ponemos tilde a ti (te quiero a ti), que no la lleva porque no hay otro ti del que diferenciarse; en cambio,  (me quiere a mí) y  (se quiere a sí mismo) exigen una tilde diacrítica que los distinga como monosílabos tónicos de mi adjetivo posesivo átono (mi casa) y de si conjunción condicional (si no fuera por los pronombres…).

Los pronombres conmigo, contigo y consigo, de primera, segunda y tercera persona, respectivamente, se escriben en una sola palabra, puesto que se forman a partir de la amalgama de la preposición con y los segmentos pronominales migo, tigo y sigo. Quédese conmigo aprendiendo sobre pronombres y llévese consigo (o llévate contigo, si me permites el tuteo) algunos trucos para usarlos correctamente.

 

12/11/18

PROFESOR DE ESPAÑOL

Enseñar a hablar y a escribir correctamente, fomentar la lectura y transmitir el respeto por nuestra lengua no son tareas exclusivas de los profesores de lengua

Estamos equivocados si creemos que enseñar lengua es una responsabilidad exclusiva de los profesores de lengua. En la escuela se habla cada vez más de transversalidad y no hay ningún tema que exija más transversalidad que el aprendizaje correcto de la lengua materna. Enseñar a hablar y a escribir correctamente, fomentar la lectura y transmitir el respeto por nuestra lengua son tareas que deben ser asumidas por todo el equipo educativo del centro escolar.

Un mal desempeño lingüístico repercute en la comprensión, el aprendizaje y la evaluación de todas las materias. Un alumno que no disponga de un nivel de lectura adecuado para su edad difícilmente podrá entender su libro de texto; un alumno que no entienda adecuadamente la expresión oral se verá en serias dificultades para aprovechar lo que su maestro le enseña; un alumno que no se exprese correctamente, de forma oral o escrita, no podrá transmitir los conocimientos que ha adquirido, pero tampoco podrá preguntar correctamente para solventar sus dudas o desarrollar su curiosidad; un alumno que no domine el diálogo, sus normas y sus tiempos, tendrá dificultades dentro y fuera del aula; a un alumno con deficiencias en su propia lengua, se le dificultará aprender adecuadamente otras lenguas; un alumno que no adquiere el hábito de lectura, perderá unos años preciosos como lector. Un alumno que no domine su lengua materna arrastrará estas carencias a lo largo de su vida académica, tendrá que aplicar un esfuerzo extra para superarlas, y, si no lo logra, las trasladará a su vida profesional y ciudadana.

Yo aprendí lengua española en el colegio con un libro de texto de Lázaro Carreter, el filólogo que nos recordó en El dardo en la palabra que «todo profesor que enseña en español es profesor de español». La lección de un maestro.

 

POR ANTONOMASIA

20 / 11 / 2018

Cuando hablamos de retórica solemos arrugar la nariz; se nos presenta una acepción cargada de connotaciones despectivas, aunque, originalmente, la retórica se refiere, como leemos en el DLE, al ‘arte de bien decir, de dar al lenguaje escrito o hablado eficacia bastante para deleitar, persuadir o conmover’. Los estudios del lenguaje han registrado y estudiado muchos recursos lingüísticos para lograr eficacia expresiva. Estas figuras retóricas no son exclusivas del lenguaje literario; las encontramos con frecuencia en nuestra lengua cotidiana.

Juguemos con una figura retórica llamada antonomasia, que consiste en emplear un nombre referido a una clase para designar a uno de los miembros concretos de esa clase por considerarlo el más característico, el más conocido o el más importante del grupo. Como suele suceder, la descripción del procedimiento lingüístico resulta más complicada que el procedimiento mismo. Los ejemplos nos sacan del atolladero.

Cuando le decimos automóvil a un carro usamos la antonomasia; automóvil se refiere a todo lo que se mueve por sí mismo y no solo al vehículo para transportar personas. Cuando hablamos del calentamiento del planeta, nos referimos por antonomasia a la Tierra, que, a pesar de no ser único, siempre será para los humanos el planeta más importante. Cuando decimos que nos pasamos con los tragos, nos referimos por antonomasia al consumo de bebidas alcohólicas, puesto que la acepción común de trago designa la ‘porción de líquido que se puede beber de una vez’.

El adjetivo mortal se refiere a lo que está sujeto a la muerte y, por antonomasia, lo aplicamos a los humanos, los mortales que tenemos más cerca. La mayoría de los mortales no sabemos de recursos retóricos ni de antonomasias, que, aunque sea sin hacerse notar, nos ayudan a lograr que nuestra expresión sea más eficaz.

Ortoescritura

Por Rafael Peralta Romero

POR FALTA DE CONSEJO METIERON EL CONCEJO EN LA CONSTITUCIÓN

Esta columna ha estado a punto de incurrir en injusticia contra los periodistas por la reiteración  en los medios de comunicación de un uso inadecuado del sustantivo /concejo/. Es cierto, mis colegas repiten con frecuencia el error, pero no lo han inventado ellos, sino que  la distorsión nació con la Constitución  proclamada en 2010. Cuando se escribe “concejo de regidores” o “concejo municipal” a esa palabra se le está dando el valor semántico correspondiente a /consejo/.

Con la voz concejo (con c) se nombra al ayuntamiento o corporación municipal. El Diccionario de la lengua española  la define

así: Principio del formulario

“concejo. Del lat. concilium. 1. m. casa consistorial.2. m. ayuntamiento (‖ corporación municipal). 3. m. municipio. 4. m. Sesión celebrada por los individuos de un concejo.

El Panhispánico de dudas, otro diccionario  editado por  Asociación de  Academias de la Lengua Española, especifica que concejo “procede del latín concilium  (reunión o asamblea), y no debe confundirse con consejo (órgano para asesorar o tomar decisiones). Los miembros de un concejo son concejales; los de un consejo, consejeros”.

El vocablo /consejo/ (con s) procede del latín  consilium. Significa: “1. m. Opinión que se expresa para orientar una actuación de una determinada manera. 2. m. Órgano colegiado con la función de asesorar, de administrar o de dirigir una entidad. Consejo económico y social, escolar. 3. m. Reunión de los miembros de un consejo. La decisión se tomó en el último consejo de administración”.

Las empresas organizadas son regidas por un consejo de administración, las universidades tienen su consejo académico o consejo universitario (caso de la UASD), el Poder Judicial  cuenta con un órgano superior que es el Consejo del Poder Judicial y la contraparte, el Ministerio Público, es orientada por  el Consejo Superior del Ministerio Público.

El Poder Ejecutivo, con todo y lo unipersonal que se muestra, somete propuestas y  escucha planteamientos del Consejo de Ministros, instituido por el artículo 137 de la Constitución. Antes se llamó Consejo de Gobierno.

Vista la segunda acepción de la palabra consejo (órgano colegiado con la función de asesorar, de administrar o de dirigir una entidad) resulta fácil  inferir que  el ente colegiado con función  normativa, reglamentaria y de fiscalización integrado por los regidores sea un consejo, que lo es. Los  regidores constituyen el Consejo Municipal.

El Consejo Municipal y la Alcaldía,  el  órgano el ejecutivo,   son las dos columnas del Concejo (gobierno municipal). Esta última palabra  no requiere ni soporta  el adjetivo  “municipal” ni el sintagma adjetival “de regidores”. Basta con la voz Concejo. De ahí que  se aconseje (de consejo) no emplear expresiones como las siguientes:

1-Concejo de regidores del ayuntamiento de Santiago estará presidido por  Héctor Martínez.

2- Escogen bufete directivo Concejo Municipal de….

3–Fulano  Tal  es el nuevo presidente del Concejo de Regidores de…

Menos aconsejable es que tal uso se inscriba en un documento oficial como lo es el acta  de sesiones de un ayuntamiento: “El secretario del Concejo Municipal del honorable Ayuntamiento Municipal de Santiago certifica elección del bufete….”

¿Quién ha sido el responsable de introducir  en el léxico edilicio  la locución redundante “concejo de regidores”? Nada menos que la Ley Suprema, hecha por hombres y mujeres pasibles de equivocarse, sobre todo si no piden consejo. El artículo 201 reza de este modo:

“El gobierno del Distrito Nacional y el de los municipios estarán cada uno a cargo del ayuntamiento, constituido por dos órganos complementarios entre sí, el Concejo de Regidores y la Alcaldía. El Concejo de Regidores es un órgano exclusivamente normativo, reglamentario…”.

Ahí está el maco. El Concejo es el gobierno municipal. En el Concejo caben el Consejo de Regidores y la Alcaldía.

 

¿QUÉ HACER EN ESPAÑOL CON LAS PALABRAS EXTRAÑAS?

La primera recomendación frente a los vocablos extranjeros  es evitarlos. Pero cuando éstos resultan  indispensables, o al menos necesarios,  procede recibirlos y  buscar la forma de adaptarlos  al perfil de nuestro idioma. Un vocablo se hace necesario porque  representa un objeto, una circunstancia o  una acción  que no ha sido nombrada en español.

El extranjerismo podría expresar también  una cualidad para la cual no se tiene palabra en  lengua de castellana. Es decir palabras que encierran una valoración sobre personas, cosas, animales o situaciones.

Si nos vamos a quedar con un vocablo procedente de otra  lengua, la actitud más prudente es sustituir grafías ajenas al sistema ortográfico del español, de manera que el vocablo se aproxime a las características del español.

Pongamos por ejemplo que como  en español la letra –q  (cu) solo tiene uso con el dígrafo –qu, o lo que es igual: seguida de las vocales –ue (queso, querer, quemado) y –ui (quiero, quizá, quimera), el nombre del país  árabe   debe escribirse Catar y no Qatar, como prefieren algunos.

Incluso, voces  procedentes del latín pero que no forman parte  del patrimonio léxico del español han presentado dificultades por su grafía ajena al sistema ortográfico castellano, específicamente con la letra -cu, sin formar el dígrafo qu,  y la pretensión  de unos hablantes de emplearla con el sonido  de –k (ca).

La Ortografía de la lengua española, publicación oficial 2010, apunta al respecto que: “Este uso autónomo del grafema q en representación del fonema /k/, como ya se ha señalado, contradice los intentos por regularizar y simplificar la escritura del español promovidos por la ortografía académica, que ya en 1815 determinó que se escribieran con cu+vocal todas las palabras en las que la secuencia gráfica  qu se correspondiese con la secuencia fónica /ku/, con independencia de la etimología”. (OLE, pág. 615).

Por lo antes expresado es que las voces latinas exequatur, quadrivium y quorum es preferible escribirlas con –cu: execuátur, cuadrívium y cuórum.

La voz inglesa “whisky” entró al español y no parece que vaya a desaparecer, pues el elemento que representa  ha calado muy hondamente  fuera de la cultura escocesa. Esta palabra presentó un problema de adaptación, dado que la –w (uve doble) no  existía en el alfabeto latino y por tanto  no hay palabras, propias del español, que lleven este signo. Del inglés y del alemán, sobre todo, llegaron vocablos iniciados con –w que fueron adaptados  con los sonidos –gu  o –v . Ejemplos: welf (alemán) devino en güelfo y wagon (del inglés) se acuñó como vagón.

Güelfo   es un adjetivo  y se define así: “1. adj. En la Edad Media italiana, partidario de los papas y enfrentado a los gibelinos, defensores de los emperadores de Alemania”.

Siguiendo ese patrón, los académicos  recomendaron adaptar la voz whisky con la grafía güisqui, y así aparece en el Diccionario. Pero más adelante a la uve doble (doble ve y mal llamada doble u) se le dio carta de ciudadanía en nuestro idioma  y se  está reconsiderando   la escritura del nombre que identifica al licor británico. Wiski es la forma considerada más acorde con su etimología, pero aún no la recoge el Diccionario académico.

La voz “kangourou”, procedente del francés  se adaptó al español como canguro, mientras zink  (del alemán) quedó en zinc o cinc.

Hemos de repetir  que el uso de  extranjerismos   es necedad cuando se trata de voces que tienen equivalente en español, pero cuando no ocurre esto, procede acuñar la palabra extraña y someterla al orden  de nuestra lengua.

Del Japón nos  llegó un juego llamado /yudo/, pues escribamos yudo, yudoca y Asoyudo. ¿Por qué escribir “judo” si leemos yudo?

 

CIENTO DIEZ PALABRAS EXTRAÑAS ADAPTADAS AL ESPAÑOL

En las entregas correspondientes a los domingos 16 y 23 de septiembre nos hemos referido al tratamiento que ha de darse en nuestra a los extranjerismos. La adaptación es   la forma recomendada cuando es inevitable que la voz extraña de que se trate sea empleada al hablar español. Hemos compilado algunas muy importantes, las cuales presentamos a continuación:

1-Abu Dabi (de Abu Dhabi), capital de los Emiratos Árabes. La versión entre paréntesis corresponde al uso en inglés. 2- a capela (a cappella). Voz italiana, cantar sin acompañamiento. 3-accésit (accesit). Latinismo que se significa “se acercó”.

4-adenda (addenda). Voz latina. Documento que se agrega. Uso en femenino.

5-álbum (album). Latinismo. Plural: álbumes. 6-alegro (allegro). Voz italiana. Indica viveza en el pasaje musical.7-alzhéimer (Alzheimer). Alemán. Aunque procede de nombre propio, pasa a común y va en  minúscula.

8-antidopaje (antidoping). Dopaje, de doping. 9-acuario (acuarium). Latinismo adaptado. 10-auditorio (auditorium). Latinismo11-bádminton (badminton). Inglés. Deporte con raquetas. 12-beicon (bacon). Inglés. Panceta ahumada. Lo que aquí llamamos tocineta.

13- bacón. Es otra forma  de adaptación, más fiel a la grafía mientras la anterior lo es a la pronunciación. 14-Baviera (Bayern). Alemán. Ciudad alemana. Bávaro es su gentilicio, pero se descarta la grafía Bavaria.15-bazuca (bazooka). Voz inglesa. Lanzagranadas.

16-bistec (beefsteak). Voz inglesa. Perfecto ejemplo de adaptación. Filete de res. Plural bistecs. 7-beis (beige). Del francés. Color castaño claro. 18-beisbol o béisbol (base ball). 19-Belice (Belize) Inglés. País centroamericano. Es palabra llana.

20-besamel o bechamel (del francés béchamel). Salsa hecha con harina, leche y mantequilla. 21-superventas (best seller) .Inglés. Es traducción. 22- bléiser (blazer). Voz inglesa. Chaqueta deportiva de tela.

23-blíster (blister). Inglés. Paquete con una lámina transparente. Usemos este modelo para el anglicismo clúster, adaptado por la tilde. 24-bloc (block). Voz inglesa. Conjunto de hojas de papel pegadas pero que se pueden desprender. 25-bloque (block)  Voz, inglesa., cuando se refiere a la pieza de cemento para construir casas.

26-bitácora (voz en español para el anglicismo blog). 27-blúmer  (bloomer).Voz inglesa. Prenda de vestir femenina. 28-bluyín (blue jean). Voz inglesa. Pantalón vaquero. 29-búmeran o bumerán (boomerang). Anglicismo. Arma que retorna.

30- bulevar (boulevard).Voz francesa. Calle ancha con árboles y paseos. 31-buqué (bouquet). Voz francesa, aroma del vino. 32-baipás (by-pass). Expresión inglesa. Conexión artificial  para salvar obstrucción de una vena. 33-búngalo o bungaló (bungalow). Voz inglesa.  Casa pequeña.

34- buró (bureau). Francés. Mueble para escribir. En política, órgano colegiado de dirección. 35-cácher (catcher). Voz inglesa. Por igual, pícher (de pitcher). Plural: cácheres, pícheres. 36-capuchino (cappuccino). Italiano. Tipo de café. 37- carné (carnet). Voz francesa.

38-cáterin (catering). Voz inglesa. Servicio de comida. 39-champán (champagne). Francés. Vino espumoso procedente de la región francesa de Champagne. 40-champaña, champán. Grafía más aproximada al original francés. 41- chifonier (chiffonnier). Voz francesa. Cómoda alta con cajones.

42-chofer (chauffeur) .Francés. Persona que conduce vehículos como oficio. 43-cloche (clutch) Voz inglesa. En español  hay equivalente: embrague. RD y otros países prefieren el anglicismo adaptado.  44-coctel o cóctel (cocktail). Voz inglesa. Bebida hecha de licores mezclados.

45-coñac (cognac). Francesa. Bebida de ese país. 46-colaje (collage). Voz francesa. Técnica pictórica que consiste en pegar materiales diversos. 47-cuplé (couplet). Francesa. Canción corta y ligera. 48-cruasán (croissant). Voz francesa.  Pan en forma de media luna.

49-crupier (croupier). Voz francesa. Empleado de casino que reparte cartas. 50-disyóquey (disc jockey). Voz inglesa. Persona que pone discos en fiestas, discotecas o la radio. 51-dólar (dollar). Voz inglesa. Moneda de Estados Unidos y otros países.

52-dosier (dossier). Voz francesa. Conjunto de documentos sobre un asunto. 53-escúter (scooter). Voz inglesa. Ciclomotor, vehículo de motor, de  dos ruedas, parecido a motocicleta pero diferente. 54-eslogan (slogan). Voz inglesa. Lema publicitario. Plural: eslóganes.

55-esmog (smog). Voz inglesa, compuesta de humo y nube.56-esnob, esnobismo (snob). Voz inglesa. Que imita las maneras de otros. 57-esmoquin (smoking). Voz inglesa. Traje formal. Plural: esmóquines. 58-espagueti (spaghetti). Voz italiana. Pasta alimenticia larga.

59-estrés (stress) Voz inglesa. Tensión. De esta palabra derivan estresar, estresado, estresante. 60-estriptis (striptease). Voz inglesa, espectáculo erótico. 61- filin (feeling). Voz inglesa. Sentimiento.

Temas idiomáticos

Por María José Rincón

UNISEX

02 OCT 2018

Al hilo de los préstamos surge la consulta de un lector sobre la corrección o incorrección de unisex, un anglicismo de reciente incorporación a nuestra lengua. Y digo reciente, en términos lingüísticos, porque este adjetivo comienza a documentarse en textos en español en los años 60 del siglo XX y su uso se difunde con rapidez, sobre todo en el ámbito de la moda y la belleza. Un rápido vistazo a la herramienta Enclave RAE lo demuestra: las palabras con las que más se relaciona son peluqueríasalón y moda. Su difusión hace que la Real Academia Española lo incorpore por primera vez al Diccionario de lengua española en 2001 con una única acepción: ‘que es adecuado o está destinado tanto para los hombres como para las mujeres’.

La duda de nuestro lector está relacionada con el significado de la palabra, y no le falta razón. En español el elemento compositivo uni- significa ‘único’ o ‘uno solo’. ¿Por qué entonces unisex se aplica a lo que está destinado a dos sexos? ¿Por qué no utilizar bisex? De hecho ya encontramos este término de vez en cuando.

El error estriba en analizar un extranjerismo como si de una palabra patrimonial se tratara. Un préstamo del inglés como unisex no puede analizarse a partir de los elementos compositivos del español. Basta comparar con el funcionamiento de los elementos compositivos uni- y bi- en palabras patrimoniales de nuestra lengua. El adjetivo unisexual, término especializado de la biología, se refiere al individuo vegetal o animal ‘que tiene un solo sexo’; el adjetivo bisexual, se refiere a la persona ‘que mantiene relaciones tanto homosexuales como heterosexuales’.

La adaptación completa de los extranjerismos no siempre resulta fácil; a veces la dificultad tiene que ver con su grafía o su pronunciación; otras veces, como en este caso, con su composición o su etimología.

 

09 OCT 2018

PONLE SABOR

Ya tenía este columna escrita cuando la realidad me la ha desbaratado; y, por una vez, me la desbaratado para bien. Una conocida marca nos proponía en una vistosa campaña publicitaria el uso de sus sazones con el siguiente eslogan: *Pónle sabor, *pónle color. El error, bien visible en las gigantescas vallas publicitarias, fue la excusa perfecta para volver a la tilde.

Normas ortográficas pasadas dictaban que el verbo mantenía su tilde cuando se le unía un pronombre personal átono, de esos que llamamos enclíticos. Por ejemplo, mantenía la tilde el verbo de Déme ese libro, a pesar de que, con el pronombre enclítico, dejaba de ser un monosílabo con tilde diacrítica para convertirse en una palabra llana terminada en vocal. La Ortografía de 2010 dictó que estas formas verbales con pronombre llevarían tilde o no según las reglas, sin tomar en cuenta la tilde que llevara el verbo sin el pronombre: Deme ese libro. Pero nuestro eslogan iba más allá. Aplicaba una regla desaparecida sobre un verbo que estaba tildado incorrectamente. El imperativo pon, como monosílabo, no lleva tilde. En pocos días me esperaba una agradable sorpresa. Frente a la misma valla publicitaria descubro que, como por arte de magia, esa espantosa tilde se ha esfumado. Muchas cosas, y todas buenas, dice esa tilde desaparecida. Todos los hablantes tenemos dudas ortográficas. Todos los hablantes, aun los más avezados, cometemos errores. La actitud del buen hablante es la de la curiosidad y el aprendizaje constante. Y si nos equivocamos, corregimos.

Si el «hablante» es una empresa, esta actitud implica además respeto por su marca y, lo que es más importante, respeto por sus clientes. Ahora sí, Victorina nos invita correctamente a animar nuestra cocina: Ponle sabor, ponle color. Búscalo en tu colmado favorito.

 

16 OCT 2018

VIVOS Y SUELTOS

En estos días hemos conmemorado un aniversario más del nacimiento del lexicógrafo Julio Casares. Entre otras muchas cosas admiro a Casares porque se adelantó en la prensa a divulgar el conocimiento de la lengua y el gusto por su buen uso.

Publicó Julio Casares durante cinco años una campaña de divulgación en forma de artículos en el diario español ABC; treinta y dos artículos, que luego fueron publicados en forma de libro, con el título de La Academia española trabaja. En el artículo de enero de 1964, que pone fin a la serie, reconoce el lexicógrafo cierto desencanto. Su objetivo no era otro que, según sus palabras, interesar a los lectores en «la callada y perseverante labor de la Academia», esa labor, añado yo, de la que solo nos acordamos cuando aprovechamos sus frutos, y no siempre para reconocerla. Para Julio Casares la divulgación era un servicio a la lengua.

La divulgación de los asuntos del idioma lleva aparejada, desde siempre, cierta sensación de desesperanza. Si nuestra lengua es muy larga, como diría Lola Pons, otra de nuestras grandes divulgadoras, su desconocimiento también lo es. Y no resulta labor sencilla acercarla a los hablantes con amenidad. A veces nos parece que habremos pasado por nuestros lectores, como decía Casares, «como el rayo de sol por el cristal».

Julio Casares, como nos pasa a todos los lexicógrafos, oía voces. No, no se escandalicen. Las palabras nos susurran al oído. Reconocía Casares, como cierre a sus artículos de divulgación, que pocos hacían caso de sus recomendaciones académicas y que los malos usos idiomáticos continuaban vivitos y coleando; y confesaba que oía una vocecilla burlona que le decía: «Los muertos que vos matáis gozan de buena salud». Los nuestros, sin duda, están vivos y sueltos.

23 OCT 2018

CUANDO UNA LENGUA SE VA

El español goza de una salud envidiable. Su número de hablantes, su extensión territorial, su prestigio cultural o su uso en internet lo sitúan entre las primeras del mundo. No todas las lenguas pueden decir lo mismo. Basta hacer un recorrido a través del Atlas UNESCO de las lenguas del mundo en peligro. Unas 3000 lenguas amenazadas nos dan idea de nuestra diversidad lingüística.

La UNESCO calcula seis niveles de vitalidad. Están a salvo las lenguas, como la nuestra, que tienen asegurada la transmisión de una generación a otra (estas lenguas no aparecen en el Atlas). Cuando los niños hablan una lengua, pero restringen su uso a un ámbito concreto, se considera que esta lengua es vulnerable. Si estos niños ya no la aprenden de sus padres como lengua materna, pasa a estar en peligro. Cuando son solo los abuelos los que la hablan entre sí y los padres ya solo la entienden, pero no la usan, la lengua está seriamente en peligro. La situación se torna crítica cuando ya solo los abuelos la hablan de vez en cuando y parcialmente. De ahí a declarar su extinción solo hay un paso.

Para hacernos una idea echemos un vistazo, por ejemplo, a México, donde se documentan 143 lenguas amenazadas, de las cuales 21 están en situación crítica; o a las 68 lenguas amenazadas de Colombia, 12 de ellas en situación crítica; o a Venezuela con 34 lenguas amenazadas, 8 en situación crítica.

El proceso de desaparición de una lengua es difícilmente reversible. Con sus hablantes se pierde una visión del mundo y una forma de vida, un miembro de la familia de las lenguas que puede ayudarnos a conocer mejor a las restantes lenguas emparentadas con ella.

 

Cuartal, interfecto, gigoló/*gigolo, sito/cito

Por Roberto E. Guzmán

CUARTAL

La voz que encabeza esta sección pertenece al registro popular del habla de los dominicanos. Esta se relaciona con cuarto(s) que es voz muy conocida en República Dominicana y en otros países de habla hispana. Cuarto en el habla de los dominicanos es sinónimo de dinero y se usa de preferencia sobre cualquier otra palabra. La persona que tiene mucho dinero tiene muchos cuartos.

Esta denominación para el dinero mediante el vocablo cuarto tiene raíces remotas, pues cuarto fue una “moneda de cobre española cuyo valor era el de cuatro maravedís de vellón”. Así consta en el Diccionario de la lengua española. (De paso, ahí está el vellón de las velloneras).

El Diccionario de americanismos (2010) recoge la equivalencia dinero que se señaló para cuarto en el español de los hablantes de la variedad dominicana del español.

No todas las obras dedicadas al estudio del español dominicano consignan la voz cuartal en su inventario. El Diccionario de dominicanismos (2010:84) recoge la voz examinada en esta sección como nombre masculino y lo define con un sinónimo, dineral. Apunta el autor de este diccionario que en Puerto Rico se usa con igual significado. A pesar de estas menciones el Diccionario de americanismos (2010) no le hace espacio a esta voz.

Cuartal está consignado en el Vocabulario de Puerto Rico de D. Augusto Malaret (1955:140). El dineral que sí aparece en el Diccionario de la lengua española es definido en tanto “cantidad grande de dinero”.

Lo que ha hecho el hablante dominicano es utilizar la terminación –al para formar un nombre partiendo de otro nombre. De esta manera ha seguido una corriente que existe en el seno de la lengua para formar aumentativos. Sobre la base de cuarto se formó cuartal que indica gran cantidad de la palabra de base, es decir, de cuartos. No hay que sorprenderse por esta creación si se recuerda que de dinero se formó dineral.

 

INTERFECTO

“También en ese INTERFECTO calendario político. . .”

El vocablo interfecto es de poco uso en las conversaciones diarias. Si se hace uso de él en una conversación en la mayoría de las veces será de una manera jocosa, para referirse a una persona que llega al grupo de la conversación en el momento en que se hablaba de ella. Este empleo del vocablo constituye una de las acepciones de este.

El vocablo interfecto se aplica a la persona que ha muerto de modo violento. Se utiliza bastante en los tribunales para referirse a las víctimas de hechos delictivos en los juicios criminales. Al entrar en la lengua interfecto solo se utilizó para estos casos, pues deriva del latín interfectus que es muerto.

Interfectus, -a, -um es el participio pasivo de interficere “matar”, derivado de facere “hacer”. Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (1967:338). Interfecto ingresó en el diccionario académico en una edición posterior a la de 1884. De allí derivó interfectio en latín que significaba homicidio, de donde en francés del siglo XIII se usó interfection que se usaba para “homicidio, matanza”. Dictionnaire de l´ancien français (1997:318).

Hubo que esperar hasta la vigesimotercera edición del Diccionario de la lengua española (2014-II-1256) para que se añadiera la acepción festiva que se mentó aquí antes. En ese diccionario se reconoció como perteneciente al registro coloquial.

El Diccionario de sinónimos y antónimos de la lengua española (1985:579) entiende que interfecto es sinónimo o equivalente de “difunto, muerto, cadáver”. Esta información se incluye en estas apostillas porque se piensa que el uso que se ha hecho de la palabra en la cita en estudio no es acertado.

La única explicación que puede argüirse para justificar el uso de interfecto en la cita es pensar que se hace uso de este de manera metafórica. Sin embargo, resulta difícil aceptar este tipo de explicación si se piensa que un calendario no muere, puede ser obsoleto, abandonado, descartado, inútil y muchas palabras más. El lector no percibe la asociación entre interfecto y calendario y eso hace difícil, por no escribir imposible, la metáfora. Es oportuno aquí recordar la frase famosa de Aristóteles, “el dominio de la metáfora es una cualidad de genios”. Esto puede tener algo de exageración, pero tiene mucho de cierto.

 

GIGOLÓ – *GIGOLO

“. . .militar, GIGOLO y deportista. . .”

En el vocablo que existe desde hace largo tiempo en todas las lenguas románicas y hasta en inglés, el mayor esfuerzo para la palabra del título recae sobre la última sílaba, es decir, gigoló. Las reglas en español de que sea con acento marcado en este caso imponen que no se omita la marca sobre la vocal final.

Casi todos los diccionarios están contestes en cuanto a la definición. Hasta en las diferentes lenguas en las que se usa la palabra las diferencias para definir al sujeto varían muy poco. Desde que el vocablo apareció por primera vez en francés en 1850 hasta este año, 2018, las acepciones han sufrido pocas modificaciones.

Por la escritura de este vocablo, al primer encuentro con este, el lector se inclina a pensar que es una voz de origen italiano, pero los etimólogos están de acuerdo en que es de origen incierto. Aunque es de poco uso en otras lenguas, en francés existe un femenino para gigoló, gigolette, que apareció en la misma época que el masculino, a pesar de que no se documentó hasta el año 1864. Esta gigolette puede muy bien ser asimilado a la “chapiadora” de los dominicanos. En un principio el gigoló fue el amante de una gigolette que era una “chica fácil”.

El plural de gigoló es gigolós, y es el hombre joven que tiene relaciones sexuales con una mujer generalmente de más edad, que lo mantiene. Es un hombre de buena apariencia, elegante, pero cuyo aspecto, comportamiento y medios de subsistencia resultan sospechosos. En español se pronuncia yigoló.

Algo que resulta extraño es que el Diccionario de la lengua española no recoge la voz del francés, aunque esta se ha mantenido en el habla durante largos años y consta en muchas obras de muy buena literatura. Más extraño todavía es que en la edición de ese diccionario del año 1992, en la tirada en rústica (1992-I-1039) constaba gigoló, “Amante joven de una mujer de más edad y que lo mantiene”.

 

SITO – CITO

“. . .CITO en la avenida Independencia. . .”

Las teclas pueden jugar una mala pasada al más listo, pero no al más cuidadoso. Con la oración que precede inmediatamente a esta se intenta expresar que las letras /s/ y /c/ se encuentran próximas en el teclado y quien digita puede oprimir una en lugar de otra. Basta de presunciones.

Sito es un adjetivo que transmite la idea de “situado, fundado”. Conforme con lo que el lexicón oficial de la lengua escribe, viene del latín situs, participio pasivo de sinere, “dejar”. Esta palabra casi siempre se usa para situado, localizado, emplazado, es decir, se relaciona exclusivamente con un lugar que generalmente se menciona con anterioridad.

Cito es del verbo citar que posee varias acepciones, es la primera persona del singular (yo) del presente del indicativo de ese verbo. La más conocida de las acepciones es la de avisar a alguien el lugar, la hora, etc. para tratar un asunto. Es, además, hacer referencia o mencionar a una persona, sus palabras o escritos. En asuntos judiciales vale para notificar a una persona una resolución administrativa o judicial para que comparezca ante la autoridad que la emitió.

© 2018, Roberto E. Guzmán

 

Sancocho/salcocho, aprochar, no ha lugar/no *a lugar

Por Roberto E. Guzmán

SANCOCHO – SALCOCHO

“. . .cuál es la expresión correcta si ´SALCOCHO´ o ´SANCOCHO´. . .”

Desde el principio hay que dejar bien claro que las formas de denominar el sabroso plato de la gastronomía dominicana varían de acuerdo con la condición social o cultural de quien habla.

Una persona de menor nivel cultural dirá que se ha comido un sancocho. Otro comensal con ínfulas de ilustrado que devoró y disfrutó el mismo plato dirá que degustó un salcocho. No hay que extrañarse, pues los dos se refieren al mismo sabroso plato de la culinaria dominicana.

Desde hace muchos años las dos formas de llamar la sabrosa sopa ha sido motivo de estudio. Aquí vale la pena traer la autoridad de D. Ángel Rosenblat para aclarar el concepto.

En su libro Buenas y malas palabras (1974) en la edición en papel en cuatro volúmenes D. Ángel se remonta hasta el año 1617 para encontrar el linaje del sancocho americano que desciende de uno de Burgos, en Castilla; aunque en otros lugares de España se le conocía con el nombre de zancocho. Se conocía hasta con las acepciones que se verán más adelante que no pertenecen al ámbito de la cocina. Concluye el citado estudioso, “El sancocho americano es, pues, una prolongación del castellano”. (1974-I-108-9).

Con esta afirmación documentada se desvirtúa la opinión de algunos antropólogos que ven en el sancocho la creación de los esclavos de América que cocinaban las sobras de sus señores en un caldo enjundioso.

A través de los tiempos en la lengua española la significación de la palabra sancocho ha sido diferente, dependiendo del sitio en que se use. Esas variaciones se han mantenido hasta el presente.

La explicación para las dos grafías que D. Ángel ofrece es, “Este salcocho rústico se explica sin duda como un caso de etimología popular. Del mismo modo que vagabundo se hizo vagamundo, tan usado desde la época clásica hasta hoy, sancocho se hizo salcocho por una tendencia a dar significación coherente a las dos partes de la palabra”.

Las dos formas sancocho y salcocho están en el Diccionario de la lengua española de las academias. Según parece los académicos representantes de las corporaciones americanas no han logrado introducir modificaciones en cuanto a los conceptos correspondientes a las dos palabras, sancocho y salcocho.

Dependiendo del país en que se use el Diccionario de la lengua española escribe que sancocho puede ser, “Alimento a medio cocer. Olla compuesta de carne, yuca, plátano y otros ingredientes, y se toma en el almuerzo. Revoltijo. Comida cocida con agua, sal y otro condimento. Comida mal preparada, insulsa, pobre en ingredientes. Resto de comida que se utiliza como alimento para los cerdos”. Para salcocho trae, “Preparación de un alimento cociéndolo en agua y sal para después condimentarlo.

En el Diccionario de americanismos (2010) para sancocho las acepciones van desde un dulce, pasando por la sopa dominicana, con los guisos variados en tipos de carne, pescado y otros ingredientes hasta llegar al lío, enredo; cosas revueltas; mescolanza de cosas e ideas, hasta cosa mal hecha.

Algunas de las acepciones de este sancocho o salcocho vienen de los verbos correspondientes. En el español dominicano sancochar o salcochar algo es hacerlo de prisa y con descuido.

Con esta exposición se espera dejar satisfechas todas las preguntas concernientes a los dos vocablos del título y los verbos correspondientes.

 

APROCHAR

“. . .mi interés es APROCHAR la presentación. . .”

No se ha conseguido información acerca de este verbo ni “en los centros espiritistas”, que es como acostumbran a decir los dominicanos. En este comentario se examinará el supuesto verbo con apoyo en conjeturas para explicar su origen.

Se piensa que el verbo del epígrafe se desprende de una mala traducción del inglés al español. Se cree que tiene algo que ver con el verbo to approach del inglés. Las traducciones más socorridas para el verbo son, “tratar, acercarse a, acceder a”. No se extenderá esto a la consideración de la voz del inglés en calidad de sustantivo.

Hace muchísimos años en el español de la República Dominicana se utilizaba la voz “aproche” para referirse a los accesos a ambos lados de los puentes a través de la vía, camino o carretera. En el español conocido como general, existe la palabra “aproches” que la Asociación de Academias de la Lengua Española entiende que deriva del francés  approches, accesos.

El inconveniente que se presenta con este “aproches” es que el único significado que figura en el diccionario de la academia antes mencionada pertenece al campo militar, “Conjunto de trabajos que se hacían para atacar una plaza y acercarse a batirla; como las trincheras, paralelas, baterías, minas, etc.” No se entiende la razón para que el verbo de la definición figure en un tiempo pasado.

Lo que no se especifica en el citado diccionario es que la palabra del francés siempre va en plural y que en francés esa es una significación que pertenece al pasado, cuyo uso ha desaparecido. Quizá eso explica el verbo en imperfecto en la acepción en español a que se ha aludido antes. Diccionario Petit Robert (2007:123).

No hace falta recurrir a este aprochar cuando en español existen otros vocablos patrimoniales que ya se mentaron.

 

NO HA LUGAR – NO *A LUGAR

“. . .puede “caerse” el caso o resultar en NO A LUGAR. . .”

La primera frase que sirve de título a esta sección pertenece al campo jurídico. Se piensa que en otras circunstancias no tiene sentido. Esta frase consiste en una traducción de otra que existe en francés, non-lieu que servirá de punto de partida para el examen de la que pertenece al español dominicano.

El “no ha lugar” francés es un sustantivo masculino que existe desde el año 1836 y consiste en una “decisión mediante la cual una jurisdicción de instrucción, fundándose en una justificación de derecho o sobre una insuficiencia de pruebas, determina que no hay lugar a continuar el procedimiento tendiente a hacer comparecer la persona sometida a examen delante de una jurisdicción de juicio (fondo)”. Petit Robert (2007:1702).

Lo que se produjo en la frase en francés es una elipsis, no hay verbo alguno, esta es una figura de construcción que consiste en omitir palabras en una oración que no son indispensables para comprender su sentido, pues lo omitido queda sobreentendido.

El traductor dominicano no se sintió con derecho a prescindir del verbo, y con una redacción general se sirvió del verbo haber para expresar que no procede eso de lo que se trata. Con esta locución se designa una decisión de justicia que interrumpe un procedimiento.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Cartuchazo, pendulación, embadurnar

Por Roberto E. Guzmán

CARTUCHAZO

“. . .mató a. . . de un CARTUCHAZO en el costado izquierdo. . .”

Esta voz que consta a modo de título es un dominicanismo; esto así de modo exclusivo porque en otros países de habla hispana no se utiliza esa voz de la forma y con los significados que le atribuyen los hablantes de español dominicano. La información pertinente aparece documentada en el Diccionario del español dominicano (2013:157), “Disparo de una escopeta”.

Se demostrará por este medio que el “cartuchazo” dominicano tiene otro significado que no es el propio de la acción del disparo de un cartucho hecho con una escopeta.

Existe otro cartuchazo que no ha sido aún documentado. Esta acción quizás es un disparo, pero no de arma de fuego. En el habla coloquial, casi tabú, se llama de esta manera a una eyaculación.

Sobre todo cuando se menciona el último vástago (el último cuplé), con el mote de “el último cartuchazo”. Casi siempre se denomina de este modo al hijo/a de una pareja en que el hombre es de mayor edad que la mujer, cuando se suponía que el hombre no estaba en capacidad de tener más descendencia.

El Diccionario fraseológico del español dominicano atesta que entre los hablantes de español dominicano existe la locución verbal “tirar los últimos cartuchazos” para expresar, “Realizar alguien sus últimos esfuerzos en alguna actividad”. El uso en ese diccionario está documentado con una cita extraída de un periódico impreso de circulación nacional. (2016:102).

El cartucho que figura implícito en la voz del español dominicano no es “carga de explosivo correspondiente a cada tiro de un arma de fuego”. A esa definición habría que añadirle que en República Dominicana en materia de armas de fuego se llama cartucho al que corresponde exclusivamente a un arma de fuego denominada escopeta.

La escopeta de los dominicanos es la que dispara un cartucho con pólvora y un detonante que lleva uno o varios perdigones en su interior. Es considerada un arma larga que se usa de preferencia para la cacería. Con anterioridad se disparaba apoyándola en el hombro. En la actualidad se fabrican algunas con cañón corto que pueden ser disparadas sin necesidad de apoyarlas en el hombro.

 

PENDULACIÓN

“. . .son parte de esa PENDULACIÓN históricamente cíclica. . .”

Desde el principio ha de dejarse constancia de que se simpatiza con este sustantivo. Más adelante se argumentará acerca de su posible significado y la razón que existe detrás de este que puede servir para explicar su oportunidad.

Es necesario agregar que este sustantivo no consta todavía en el catálogo de palabras reconocidas publicado por la Asociación de Academias de la Lengua Española.

Es fácil entender que el sustantivo del título tiene relación con el péndulo, que se caracteriza por ser un cuerpo rígido que oscila regularmente bajo la influencia de la gravedad o de su propio peso, sin interferencia, alrededor de un eje horizontal fijo.

Este movimiento es importante en ingeniería y mecánica; de ahí pasó a manifestaciones o fenómenos. Estos fenómenos han de interpretarse como el producto de la actividad humana o de la naturaleza. Se refiere a movimientos observados de crecimiento o disminución alternativos de la intensidad, que se producen con mayor o menor regularidad en fenómenos, manifestaciones y actividades humanas.

Las manifestaciones o fenómenos que se mencionan más arriba casi siempre se refieren a hechos políticos o económicos. En gran medida esta pendulación puede vincularse con la oscilación. Hay que tener presente que la oscilación no indica por necesidad que el movimiento sea regular o de la misma intensidad, como se explicó antes.

El inconveniente con la aceptación de la pendulación es que generalmente los hablantes en la vida diaria tienden a conectar el sustantivo directamente con el péndulo e identifican el movimiento con el vaivén y dimensión regulares en el tiempo.

En el Diccionario del español actual (1999-II-3465) ya figura pendulación, “Acción de pendular” hallado en una publicación del año 1974, que se refiere a actividad política. Es un empleo figurado del verbo, para un movimiento de las condiciones políticas y sociales.

Al buscar en el diccionario citado más adelante en las palabras próximas a pendulación se encuentra pendulazo, con la definición de, “Fuerte cambio de orientación en un asunto”, con un ejemplo de uso del año 1999. Así mismo figura pendulear, con la acepción, “Ir de un lado a otro”. Nuevo diccionario de voces de uso actual (2003:905-6).

No basta con simpatizar con una voz. Según parece esta del epígrafe es de poco uso y se utiliza en ingeniería o en mecánica de modo específico, aunque se ha citado un ejemplo que se sale de ese medio.

 

EMBADURNAR

“. . . las desagradables imágenes del emblemático Malecón de Santo Domingo EMBADURNADO de basura. . .”

No es fácil imaginar los orígenes del verbo que se empleó en la cita, pues aunque parece un verbo compuesto, el supuesto “badurnar” no existe; es más, se cree que nunca existió. Las únicas explicaciones posibles recurren a voces dialectales del español de siglos pasados.

En el español actual se encuentra la palabra “bardo” que es equivalente de “barro, fango”, eso que los dominicanos llamarían de preferencia lodo. Esa palabra, bardo, puede tener relación con el verbo del título.

Para el vocablo embadurnar el Diccionario de la lengua española (2014) en su aparte dedicado a este verbo trae cuatro otros verbos en calidad de equivalentes, “untar, embarrar, manchar, pintarrajear”. De entre estos verbos el verbo embarrar mantiene relación directa con el sustantivo barro.

El primer verbo, untar, es esencialmente “cubrir la superficie de una cosa o parte de ella con una sustancia grasa o pastosa”; esto es, untuosa o sucia.

El verbo embarrar corresponde a manchar, cubrir o untar con barro o cualquier sustancia viscosa.  Manchar es un verbo que indica ensuciar algo cubriendo el color que tenía. Pintarrajear por su parte es pintar de modo descuidado algo con uno o varios colores.

Si se piensa con detenimiento, el verbo embadurnar no es el más conveniente para acompañar al sustantivo basura porque la última no reviste las cualidades distintivas para que puedan ejecutarse con ella las acciones que señalan los verbos equivalentes mentados más arriba.

Se proponen algunas soluciones para la cita. Pueden ser la “acumulación o cúmulo de basura”, el “amontonamiento, desparrame de basura”.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Trastear, televisivo/televisual, tasar/tasa, enrolar

Por Roberto E. Guzmán

TRASTEAR

Es interesante seguir los meandros del lenguaje cuando el uso del idioma nacional flexibiliza los sentidos de algunos vocablos. Los resultados de las intervenciones del habla en el uso y las consecuencias en las significaciones a veces son sorprendentes. Eso que en términos abstractos se ha descrito se desarrollará en el caso concreto de la palabra del título en el ámbito del español dominicano.

El trastear heredado en la lengua es el que se limita al campo de la música y se refiere al uso del traste para las cuerdas de un instrumento musical de ese género.

El primer trastear que los dominicanos reconocen y emplean es el que se refiere a mover, revolver, menear trastos, eso que los dominicanos llaman de trastes. Este traste en lugar de trasto parece que tiene su origen en el catalán. (Diccionario del origen de las palabras (1998:472).

Lo que han hecho los dominicanos en su habla es llevar el campo de acción del verbo trastear, en uno de sus aspectos, al cuerpo humano; algo que no anda lejos de las acepciones tradicionales del verbo en el español común. Esto último se refiere a que trastear es también en el habla coloquial “manejar con habilidad a una persona. . .”

En el español dominicano trastear es, “Registrar, hurgar”. Diccionario del español dominicano (2013:672). Algo que quizás hubiese sido apropiado hacer con respecto a esta acepción hubiese sido añadir y destacar que este “registrar, hurgar” se refería al cuerpo humano también.

Nótese que se ha escrito “cuerpo humano” y no persona, pues esta acepción de trastear se relaciona directamente con los exámenes, análisis y procedimientos invasivos que con fines diagnósticos se conocen en la práctica de la medicina.

Para ilustrar el uso piénsese en la recomendación que se hace a un enfermo terminal: “No dejes que te trasteen más, pues eso no te servirá para nada”. (Con doble negación que resulta enfática).

 

TELEVISIVO – TELEVISUAL

“. . .a los medios de comunicación nacionales escritos, radiales y TELEVISIVOS”.

Se traen a estos comentarios las dos palabras del título para resaltar la diferencia que existe entre ellas. Mantener presente la diferencia puede ayudar a expresarse de modo más claro y preciso; además, puede evitar malas interpretaciones. Esto que se ha enunciado se expandirá más abajo.

La palabra televisivo tiene mayor alcance semántico que televisual. Además, televisivo precedió a televisual en su aparición en el Diccionario de la lengua española, cuando este se conocía como DRAE.

Televisual ingresó en el lexicón mayor de la lengua española en la edición de 1984, antes de eso se usaba, pero sin el reconocimiento oficial de las autoridades encargadas de velar por la unidad de la lengua.

En la vigésima edición del mentado diccionario televisivo solo constaba con una acepción, “Que tiene buenas condiciones para ser televisado”. Debajo de este venía televisual, “Perteneciente o relativo a la televisión”. (1984-II-1254).

En la edición de 1992 ya asientan a televisivo con una segunda acepción en primera posición, “Perteneciente o relativo a la televisión”, relegando la otra acepción a la segunda posición. (1992-II-1954). Desde ese año la redacción ha permanecido intacta.

Es probable que el televisual del español proceda de télévisuel del francés, lengua en la que apareció en el año 1930. Dictionnaire historique de la langue française (2012-III-3610). Esto así porque en los años en que televisual penetró en el español este se encontraba bajo el influjo de la lengua francesa. En inglés televisual entró en el año 1926. Dato tomado del Merriam-Webster Dictionary.

 

TASAR – TASA

“. . .además de cobrar TASAS sobre el acero y otros productos. . .”

Una de las tareas que siempre se ha tenido presente en estas reflexiones acerca de la lengua es poder encontrar el origen de los deslices que se hallan y se toman a manera de temas para explicarlos. Según parece esta “tasa” es una aventurada traducción para el tax del inglés, que al llevarlo al español debe traducirse con la palabra arancel en algunos casos e impuesto en otros.

Con respecto de este punto no es fácil escribir que tasa esté completamente fuera de lugar si se lee en el Diccionario de la lengua española en el apartado para el vocablo arancel, en la tercera acepción, “Tributo que se impone al disfrute de ciertos servicios o al ejercicio de ciertas actividades”. La definición es bastante clara en cuanto a su objeto, los servicios o el ejercicio de ciertas actividades.

El arancel es la “Tarifa oficial que determina los derechos que se deben pagar en aduanas, transporte o costas judiciales”. Gran diccionario de la lengua española de la Editorial Larousse. Se podría fijar tarifa aduanera sobre algunos productos si se piensa que esta es una “tabla de precios, derechos o cuotas tributarias”.

En el caso específico de la cita se refería al asunto de los aranceles o impuestos de aduana que se fijaron mediante una tarifa de un tanto por ciento sobre los productos importados. Al momento de percibir esos pagos estos se convierten en aranceles.

 

ENROLAR

“. . .que los rectores, vicerrectores y demás se ENROLEN en cursos y talleres. . .”

El vocablo del título entró hace largo tiempo en el uso de los hispanohablantes. En América se  encuentra en el Vocabulario cubano (1921:209) donde se critica el verbo enrolar y se lo califica de galicismo. En esos años ese verbo no había obtenido aún carta de naturaleza en el seno de la lengua española, con ninguna de sus acepciones. El autor de esa obra escribe que el verbo, “Equivale a alistarse, tratándose del reclutamiento de tropas”.

  1. Francisco J. Santamaría en su Diccionario general de americanismos (1942-I-609) asienta enrolar como, “Galicismo usual, por listar”. Anota además que se utiliza como verbo pronominal. Añade la palabra “enrolamiento” como la “Acción de enrolar”.

Según puede conjeturarse, entró en el Diccionario de la Real Academia en la edición de 1947 con una acepción restringida. En la edición de ese diccionario del año 1956 el verbo enrolar es considerado transitivo y consta como término de marinería, “Inscribir un individuo en el rol o lista de tripulantes de un barco mercante” (1956:541). En la edición de 1970 a lo ya registrado se le añade una segunda acepción, “Alistarse, inscribirse en el ejército, en un partido político u otra organización” (1970:538). Esas dos acepciones se han mantenido hasta la edición de 2014 en el Diccionario de la lengua española.

Básicamente lo que ha hecho la lengua española es seguir lo que la lengua francesa ha hecho en la suya. Primero para la marina mercante, luego para los cuerpos armados y, al final en partidos políticos u otras organizaciones.

En el texto la persona que redactó la cita reproducida al principio de esta sección se tomó la libertad de usar el verbo enrolar para cursos y talleres. Esto hace del verbo estudiado un equivalente de inscribirse, cuando el alcance del último verbo es mayor, “Apuntar el nombre de una persona entre los de otras para un objeto determinado”.

El verbo enrolarse se considera de uso en el español de República Dominicana con la característica de verbo intransitivo pronominal, “Inscribirse en un curso o en una institución educativa”. Este uso aparece documentado en el Diccionario del español dominicano (2013:289).

La historia de este verbo no termina con esto, por lo menos en República Dominicana donde en el ámbito jurídico se utiliza para tomar un turno en la lista de los asuntos que debe tratar un tribunal. Esto se explica si se tiene en cuenta que rol es lista, enumeración.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Concesión/concepción, procero/a – proceroso/a, policiamiento, trajinar/*traginar

Por Roberto E. Guzmán

CONCESIÓN – CONCEPCIÓN

“. . .aseveró que la reforma constitucional de 2010 hace CONCEPCIONES muy importantes. . .”

El error que se halla en la frase copiada más arriba no se limita a una falla en la ortografía de una palabra, sino a una falta en cuanto al concepto. No es lo mismo una cosa que la otra. Un abismo separa los dos términos del título.

Concesión en su definición más breve es la acción y efecto de conceder. En cuanto a una posición ideológica o una posición adoptada, es la acción y el efecto de ceder. Con este sustantivo de género femenino se nombra la cesión a un particular de la explotación de un servicio que corresponde en derecho a un organismo o administración públicos. Esta concesión (cesión) se conoce también con el nombre de licencia. En derecho entre particulares es el otorgamiento de vender y administrar sus productos en una localidad o país distinto.

Conceder es dar, otorgar merced y gracia de algo. Es convenir, asentir con los argumentos que se oponen a la tesis sustentada. Es atribuir una cualidad o una condición a una persona o una cosa.

Concepción es la acción y efecto de concebir. Este concebir tiene relación con formarse una idea o concepto; entre otras acepciones de este verbo está el de quedar fecundada la hembra. La Concepción es la fiesta celebrada por la Iglesia católica de la inmaculada concepción de la Virgen.  Esta se escribe con mayúscula inicial.

La concepción es una voz abstracta. Puede hablarse de la concepción de ideas en tanto aptitud intelectual.

En el texto de la cita la concesión que debió aparecer era equivalente en cierto aspecto de acceder, permitir. La redacción correcta es, “. . .hace concesiones muy importante. . .”

 

PROCERO/A – PROCEROSO/A

“. . .con la cual pretendía reivindicar la PROCEROSA vida de. . .”

En el cuerpo de este aparte se examinarán las dos palabras para discernir las diferencias, si las hay, en el significado de ellas.

Procero es eminente, elevado, alto. De esta manera aparece en el Diccionario de la lengua española (2014). Esta palabra tiene relación estrecha con una más conocida, prócer. La última palabra se aplica a una persona “noble, ilustre o de elevada posición social, y respetada”. Diccionario de uso del español (2007-II-2401).

Proceroso procede de prócer, es un adjetivo que se aplica a la persona de elevada estatura, eso que la Asociación de Academias de la Lengua Española reconoce en tanto “altura moral o intelectual”.

El Diccionario de la lengua española de la asociación antes mencionada define el uso de proceroso. Se expresa así: “Dicho de una persona, de alta estatura, corpulenta y de gran peso”. Ya se mentó que la “estatura” puede referirse a la talla de la persona, así como a su altura moral o intelectual. La primera parte de estas dos acepciones puede considerarse concreta; al tiempo que la segunda puede catalogarse de figurada.

En el texto citado, al referirse el redactor a la vida de alguien se sobreentiende que se refiere a la conducta observada por esa persona durante su vida; de allí que se interprete como relacionado con su eminencia, alta calidad y dignidad.

 

POLICIAMIENTO

“. . .y los intentos de poner en práctica un POLICIAMIENTO innovador. . .”

“. . .desde que el concepto de POLICIAMIENTO comunitario. . .”

Lo que se observa en las citas que introducen estos párrafos es más que nada el producto de una mala traducción. En el segundo de los ejemplos la traducción es desafortunada por partida doble como se demostrará más abajo.

La voz policiamiento no ha hecho carrera todavía en la tradición de la lengua española. Es una creación que se presume reciente, pues es la primera vez que se la ha encontrado. Lo preocupante del asunto es que se la halló en dos ocasiones en dos fuentes diferentes en un plazo muy corto.

El autor de estas reflexiones acerca de la lengua entiende que es una traducción del inglés policing. Quienes escribieron esto no repararon en que tenían que distanciarse de la voz del inglés. Ya es bastante con que se haya colado la palabra “política”, del inglés policy en lugar de las palabras “norma, regla, precepto”.

En vez de *policiamiento pudieron recurrir a “vigilancia, control”. En cuanto al “policiamiento comunitario, hubiese sido más acertado escribir “vigilancia ciudadana, vigilancia vecinal”, en dependencia de quienes ejerzan las funciones o de lo que se desea destacar. En otras circunstancias y lugares se escribía “rondas” de campesinos.

 

TRAJINAR – *TRAGINAR

“. . .que ha hecho de su vida el extenso *TRAGINAR de su. . .”

La historia se repite. Se parece al cuento de nunca acabar. Durante largo tiempo en lengua española se ha enfrentado el problema de las palabras que se escriben con el sonido semejante que se observa en algunos casos entre la letra ge /g/ y la letra jota /j/.

En la actualidad hay muchas palabras del español que las personas cultas del siglo XIX escribían con jota y que ahora se escriben con ge. Estas grafías no se han mantenido sin cambios a través del tiempo.

El sonido de la jota y la ge delante de las vocales /e/, /i/ es el mismo, es gutural fuerte. No existe una fórmula mágica o una regla general que permita discernir entre la jota o la ge en casos como el del infinitivo del verbo usado en la cita, que se ha sustantivado.

La solución para asuntos de esta índole es leer con intención de retener. Es más, no hay que hacer gran esfuerzo porque la inteligencia, la memoria y el hábito funcionan de modo autónomos. Es decir, al leer retienen nociones de modo automático.

Cuando surge la duda con respecto a cómo escribir una palabra, a veces basta con traer a la memoria las otras de la misma familia sobre las que no existen dudas con respecto a su ortografía.

Es trajinar, trajín, a pesar de que en el Tesoro de la lengua castellana o española de D. Sebastián de Cobarruvias Orozco, publicado en 1611 página 1325 lo escribió con ge, esto es *traginar, pues hay muchas cosas en la lengua que cambian. (Nota. El apellido Orozco en el libro original aparece escrito de dos formas).

© 2018, Roberto E. Guzmán

Gusano, generalista, intríngulis, elefantiásico, acumulo, inventar

Por Roberto E. Guzmán

GUSANO

Esta palabra se incluye en estos comentarios para recordar que esta designa un objeto de uso de los viajeros. El motivo principal para que esta se incorpore a estos estudios es que en el habla coloquial se designa con el vocablo gusano un objeto que se utiliza para transportar ropa y otros efectos personales.

El gusano en cuestión generalmente es hecho de lona o de otro material flexible y resistente. Es muy útil para transportar efectos personales porque el material de que está fabricado expande y acepta gran cantidad de estos. Una de las ventajas de este gusano es que como es capaz de estirarse puede acomodar mucha ropa en su interior.

Ese gusano es de forma cilíndrica u oblonga, más largo que ancho y tiene por lo general un asa del mismo material que está adherida (cosida) a lo largo para facilitar su manejo. El asa y la forma del objeto son convenientes para que la persona que lo usa pueda pasarlo sobre un hombro y dejarlo descansar sobre su espalda. Es una suerte de saco más largo que estrecho.

Es un tipo de talego de viaje. Esa palabra, gusano, es muy apropiada para designar el objeto descrito más arriba porque este se asemeja a la forma de un gusano blando, alargado.

No ha podido encontrarse esta palabra, la utilizada aquí, inventariada en los diccionarios diferenciales de español americano. Se ha oído de boca de hablantes de español americano y, especialmente de hablantes de español dominicano; por lo tanto, hay que tomarla en cuenta para incluirla en los repertorios de esta variedad de español.

 

GENERALISTA

“. . .con televisiones que compiten por audiencias millonarias con las grandes GENERALISTAS en inglés. . .”

Con respecto del vocablo estudiado en este aparte, se verá el origen de este, el país donde se originó y el uso que lo difundió en el español hasta imponerlo en el español internacional. Además, se comprobará cómo en la especie de la cita se desliza para ampliar su cobertura semántica.

El adjetivo generalista entró en el Diccionario de la lengua española en la edición correspondiente al año 2001, con la misma redacción que posee en la actualidad, “Dicho de una persona: que en su profesión domina un amplio campo de conocimientos”. El ejemplo que ofrece es, “Médico generalista”. Señala en esa sección que puede usarse también como sustantivo.

Todavía permanece fresca en la memoria de quien esto escribe cuando los pacientes procedentes de México preguntaban si el médico que los trataba era un “generalista”. Sin ánimo de enmendarles la plana se les informaba que era un médico de cabecera, un médico de medicina general o, de familia.

En esa ocasión se pensaba ya que era posible que esa voz se generalizara más adelante como consecuencia de la gran cantidad de hablantes que se expresan por medio de la variedad mexicana de español.

La palabra ha tenido fortuna pues como ya se escribió fue integrada en el léxico oficial general en el Diccionario de la lengua española de 2001. La historia del adjetivo no termina ahí, pues en Argentina lo utilizan de un modo más general, “Que abarca y trata un conjunto de conocimientos generales acerca de distintas materias: Proponen una educación generalista. / La información de los periódicos debe ser generalista”. Diccionario integral del español de Argentina (2008:864).

La palabra generalista aparece en el Diccionario del español actual (1999-II-2320) en función de adjetivo en su primera acepción, “De carácter general”. Ese diccionario aporta ejemplos de uso en el ámbito educativo. En la industria de la televisión y desempeñando la labor de nombre también, está documentado en el campo de la medicina.

El Nuevo diccionario de voces de uso actual (2003:521) define el término, “Que se dedica a productos o cuestiones muy variados, de uso o carácter general, o que alcanzan a una gran cantidad de personas”. Este diccionario incluye ejemplos de uso acerca de productos de hipermercados; de emisoras de radio y de un portal electrónico.

Lo que se ha trazado en grandes rasgos es la historia de la voz. Se piensa que aún tiene futuro promisorio en el ámbito de la lengua, pues es posible que más adelante en el tiempo las acepciones oficiales se amplíen.

 

INTRÍNGULIS

“. . .y conocedora de LAS INTRÍNGULIS. . .”

Esta voz que figura a modo de título se ha prestado a través del tiempo para más de un error. Por medio de estos comentarios esos se destacarán y se ofrecerán los remedios para evitarlos.

Antes de continuar es bueno que se recuerde que por su formación y significado la voz analizada aquí no es de uso cotidiano en las conversaciones; es más bien una voz de uso de las esferas de habla culta.

La voz del título entró en el diccionario académico en el año 1884. En la actualidad la Real Academia escribe que el origen de esta es incierto. Eso no es obstáculo para que existan teorías acerca de su formación. La más socorrida sostiene que procede del italiano intingoli, plural de intingolo que es “pócima, salsa”. Al final, la voz estudiada se contaminó con la palabra española intriga, de donde adquirió la grafía actual. (Diccionario etimológico de Corominas y Pascual).

Vale la pena que se recuerde que la voz estudiada equivale a “dificultad o complicación”, que presentan una cosa. O “intención solapada, razón oculta” que se suponen en alguna acción.

Uno de los errores que la voz crea es en cuanto a su género, no es femenina, sino que es vocablo masculino, de allí que sea el intríngulis. Algo que no debe olvidarse es que su plural que no varía la grafía, continúa siendo intríngulis.

 

ELEFANTIÁSICO

“La otra misión del ELEFANTIÁSICO aparato estatal. . .”

Los diccionarios de español solo registran para el vocablo del título que este se refiere a la enfermedad que se conoce con el nombre de elefantiasis. Puede actuar en tanto sustantivo para indicar que es una persona que padece esa enfermedad. Hasta aquí llega la tradición de la lengua reconocida por los lexicones.

Aparte de lo escrito más arriba el uso en algunas ocasiones utiliza este elefantiásico en funciones de adjetivo para destacar el gran tamaño o las grandes dimensiones de algo. Para llegar hasta allí lo que hace quien así se expresa es que con la voz estudiada se refiere al elefante, y sobre todo, al volumen del animal.

Quien así escribe, elefantiásico, olvida que hay otras palabras de buena cepa en el español internacional que sirven para denotar que algo es grande. Si desea mantenerse en el reino animal puede elegir al mastodonte y decir o escribir “mastodóntico”. Mastodonte por sí mismo indica “persona o cosa muy voluminosa”.

Es probable que el sentido de este elefantiásico trascienda en una conversación o en un texto si antes se ha preparado el entorno para que no quepa duda con respecto a lo que se desea comunicar.

 

ACUMULO

“. . .el leonelismo propala el ACUMULO. . .”

Un acumulo es un sustantivo dominicano con características propias. No se creó de la nada, sino que derivó de algunos rasgos  que el verbo acumular posee en el español internacional.

El verbo acumular en su vertiente legal denomina “unir unos procedimientos a otros para que sean resueltos por una sola sentencia o resolución”; así consta en el Diccionario de la lengua española (2014) de la Asociación de Academias.

Los argentinos también han extraído algo de este verbo y en el mismo diccionario mencionado consta que aunque poco usado, para ellos acumular es “imputar algún delito o culpa”.

El acumulo dominicano es una voz que tiene mayor capacidad para ofender, pues en el Diccionario de americanismos de la Asociación antes mencionada este es definido en el ámbito rural, donde nació, con el matiz equivalente de “calumnia”; es decir, es una imputación falsa y maliciosa. En el entorno antes mentado es también “ofensa, injuria”.

Puede comprobarse mediante las acepciones dominicanas ya vaciadas aquí que estas pertenecen más al dominio de la moral que al legal, judicial.

Como resultado del fenómeno de la urbanización que se ha producido en la República Dominicana, el término examinado tiene menos uso en la actualidad. Los avances en los medios modernos de comunicación han enseñado otras formas de insulto.

Como consecuencia de la atracción que ejerció el sustantivo aquí estudiado, el verbo acumular en el español dominicano terminó con el significado propio en el país de “calumniar a alguien”; así consta en el Diccionario del español dominicano (2013:13).

 

INVENTAR

“. . .la idea de que el Presidente pueda INVENTAR con una reforma constitucional. . .”

Este inventar con el significado que se expondrá más abajo pertenece al español de varios países hispanoamericanos. Esto es, no solo los hablantes de español dominicano lo utilizan de ese modo.

El significado particular de este verbo lo comparte el hablante de español de la  República Dominicana con México, Nicaragua, Paraguay, Venezuela. Así consta en el Diccionario de americanismos (2010).

Se usa el verbo inventar para significar, “Decir o hacer cosas descabelladas”. Hay que recordar que descabellado es, “contrario a la razón, al orden o a la prudencia”. Gran diccionario de la lengua española. Esto equivale a decir que inventar es decir o hacer cosas desatinadas, disparatadas, imprudentes, insensatas.

Se presume que los calvos no deben estar contentos con que el adjetivo descabellado sirva para expresar que alguien muestre poca inclinación por la serenidad, el buen juicio, que incurra en acciones absurdas.

Cortados por el mismo filo, en el español dominicano se emplea el adjetivo inventador/a que se aplica a la persona que con frecuencia obra “inventando”. Hace largo tiempo ya que por medio de estas reflexiones se trató este tema del adjetivo. Las personas inventadoras son aquellas que se exponen por sus actuaciones a situaciones de peligro, de riesgo.

© 2018, Roberto E. Guzmán