DIRECTOR ADL DICTA CHARLA EN UNIVERSIDAD CATÓLICA

Precedida de una copiosa lluvia de primavera, la tarde del jueves 15 de abril de 2010 fue propicia para dictar una conferencia en la sede de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), sobre “La Lengua en el desarrollo de la Personalidad”, ante la matrícula de los estudiantes de Maestría en Lingüística de esa institución superior. En el marco de la conferencia traté el influjo que ejerce el lenguaje, el afecto, la tierra y de la cultura en la gestación de la conciencia y de la personalidad de los individuos y los pueblos, puntualizando el hecho de que el uso de la palabra es lo que nos distingue a los seres humanos como especie, y, enfatizando la circunstancia de “que en cada

uno de nosotros confluyen el aliento físico de la tierra, el aliento emocional del afecto, el aliento espiritual de la cultura y el aliento creativo del lengua, cuatro factores esenciales que determinan lo que somos, sentimos, creemos y hacemos a lo largo de nuestra vida.

Indiqué que el aliento telúrico -el que recibimos de la tierra- de alguna manera perfila nuestra sensibilidad, pues “esa onda vibratoria que nace de la tierra nos marca naturalmente y repercute en el desarrollo de la personalidad porque el sentimiento telúrico está asociado al modo como la tierra moldea nuestro ser”. Al tratar el afecto en el desarrollo de la personalidad, argüí respecto a la energía erótica, que debe asumirse como la asumían los antiguos griegos, “como una fuerza inherente a todo lo viviente” y no únicamente como la energía inspiradora del amor, ya que la energía de Eros “genera el aliento para vivir, el entusiasmo para sentir y el estímulo para medrar”, como energía sustentadora de la sensibilidad que “concita el deseo de luchar y progresar en la vida y que alienta las inclinaciones intelectuales, morales, estéticas y espirituales”.

Respecto al aliento espiritual de la cultura, en mi disertación destaqué el Numen, que evoca a esa energía espiritual que como seres humanos “nos alienta, ilumina y entusiasma ya que es un aliento inspirador, luminoso y fecundo, subyacente en la esencia de la cultura y que procede de la Energía Sutil del Universo. Al referirme a la fuerza de la lengua, enfoqué el concepto del logos, que los antiguos griegos crearon para vincularlo a ‘idea’, ‘espíritu’, ‘verbo’, ‘palabra’, ‘verdad’.

Al final de su conferencia, este director ilustró algunos de los aspectos esenciales de la disertación, con la lectura del poema Lila, de Ángel Rivera Juliao, inspirado en el sentido místico del Interiorismo y “Ten piedad”, de la joven poeta salcedense Farah Hallal, en los cuales -según indicó-, se reflejan el aliento telúrico y el aliento erótico, respectivamente. También leí poemas de Máximo Avilés Blonda y de Karol Wojtyla. San Francisco de Macorís, UCNE, 15 de abril de 2010.