CONVERSATORIO CON EL TEÓLOGO LUIS QUEZADA PÉREZ
En un conversatorio en la Biblioteca “Juan Bosch” con el teólogo y educador Luis Quezada Pérez, los participantes pudieron valorar la importancia de la formación intelectual, el valor de la teología y la trascendencia de una visión estética y espiritual.
El coordinador de la actividad destacó que Luis Quezada es uno de los pocos teólogos dominicanos que promueve esa alta visión de la Divinidad y es reconocido por el conocimiento que tiene de la Biblia y del Apocalipsis: “Él sabe de todo, tiene un conocimiento general de todo, desde economía, sociología, historia y literatura, sin obviar la Teología, la filosofía y la espiritualidad”, expresó Rosario Candelier.
Luis Quezada, de inmediato dijo que él es sencillamente un maestro de escuela: “Eso es lo que yo he querido ser, lo que yo he sido y lo que seguiré siendo a lo largo de mi vida. Sencillamente un maestro, porque yo he salido un poco del ámbito de la educación formal. Me pasé 30 años dando clases en Moca. He trabajado en universidades, pero también he trabajado la educación no formal”, dijo el educador, teólogo y exégeta.
Luego de que le preguntara cómo nace su motivación para la vida intelectual, el intelectual mocano nacido en Santo Domingo contó que su vocación por el saber nace en seno de su familia, pues sus padres fueron maestros y no solamente eso, sino que en su casa había una biblioteca familiar: “Mi papá tenía una colección de libros de mitología griega y mitología latina, pero esos libros tenían muchas imágenes, muchas fotografías, esculturas y esas cosas; entonces por ahí comenzó mi acercamiento a lo que es el descubrimiento de la historia, de la cultura y de la literatura”.
Reveló que no supo lo que fue educación inicial, lo alfabetizaron en la casa y un día su padre lo llevó al colegio Santo Tomás de Aquino, el segundo colegio más antiguo de esta Capital, para recibir un examen de admisión y cayó en quinto grado. Luis Quezada también expresó que su madrina de bautizo, Yolanda Michel, cuando era pequeño le regaló dos libros, los cuales influyeron en él y considera que de ahí parte el amor que tiene por la historia y la literatura.
Subrayó que en su tiempo de formación se le daba mucha importancia a la gramática, pues el profesor que más trabajaba era el de lengua española, porque tenía que hacer una síntesis entre expresión oral, lectura expresiva, lectura comprensiva, ortografía, caligrafía, redacción e información gramatical.
Debido al asesinato de su padre, Luis Quezada contó que su familia tuvo que emigrar a Moca, y continuó sus estudios en el colegio Porfirio Morales con la maestra más completa que ha tenido Moca y el país en toda su historia, la educadora llamada Aurora Tavárez Belliard, que los mocanos cariñosamente le decían “La Seño”: “Es la maestra que más obras didácticas ha publicado y quien inventó un método de alfabetización”, dijo el también maestro mocano, teólogo y escritor. Luego contó cómo llegó su interés por la teología. Estudió en colegios católicos, sobre todo, en el colegio Santo Domingo Savio, desde el año 1958. Entró a formar parte de una comunidad de laicos consagrados, llamada “Grupo para Jesús”, y permaneció 30 años en esa comunidad, lo que le aportó una experiencia única. Además, viene de una familia que siempre ha sido creyente y practicante de la fe católica. En el año 1962 fue monaguillo en el Convento de los Dominicos.
Contó que en el 1968, la profesora Ana Virginia Ferreiras Guzmán, fundadora del colegio Santo Domingo Savio, fue a la conferencia de Medellín y consiguió dactilografiada una copia del documento de Medellín y formó un círculo de estudios con 70 jóvenes que venían de Salcedo, Moca, Santiago y La Vega. Todos los viernes se reunían 3:00 a 5:00 pm a leer el documento de Medellín, y escuchó las expresiones “opción por los pobres”, “liberación” y “comunidades de base”. La señorita Virginia los propuso formar una comunidad de laicos consagrados, y 14 jóvenes, 8 varones y 6 hembras, hace 50 años”, relató el teólogo.
Luis Quezada realizó trabajos sociales en la zona fronteriza del país junto a su comunidad de laicos, donde recogió café y gandules. Esa fue la experiencia que más vivió. Antes se usaban mucho las grabadoras y ahí fue donde empezó a crear un nuevo estilo de liturgia a partir de tonadas de los campesinos, tal es el caso de: “Ololélolei/ololélolai/viento que me lleva/soplo que me trae. /En pentecostés/vino la ruáh/sobre la María/la de Nazaret”.
Tras una pregunta de este redactor, Quezada explicó que un día Gustavo Gutiérrez definió la teología como “una carta de amor”, llamativa connotación que consideró la más hermosa que ha encontrado el Cristianismo en 2000 años de existencia.
Al concluir este conversatorio, Luis Quezada expresó que no existe en la República Dominicana otro mecenas cultural como el coordinador de esta actividad: “Yo no solamente he sido un fiel admirador de Bruno Rosario Candelier; siempre lo he sido desde lejos y desde décadas y ahora que estoy más cerca de él se lo digo: Lo que ha hecho Bruno Rosario Candelier como mecenazgo cultural de las nuevas generaciones, eso no tiene precio”, dijo el teólogo y promotor cultural.
Santo Domingo, 19 de febrero de 2019.
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