Asirimbar, especia/especie, turistear, crescendo
Por Roberto E. Guzmán
ASIRIMBAR
Los hablantes de español dominicano renuevan constantemente los recursos de que disponen para expresarse. Esto lo hacen de forma sobresaliente en el uso de las voces que pueden considerarse vernáculas.
Puede observarse una actualización de este tipo en lo concerniente al verbo del título. En esta sección se abundará sobre el verbo que llena un vacío en el habla de los dominicanos, pues el adjetivo y el nombre de la misma familia formaban parte ya del español dominicano.
Los diccionarios de español dominicano hace largo tiempo que asientan la voz “sirimba”. El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias también inventaría esa voz como perteneciente al léxico dominicano. En ese diccionario se reconoce que la voz sirimba es de uso en Cuba y República Dominicana.
La acepción que asienta ese diccionario es, “Desvanecimiento, desmayo”. En lo recién expuesto no hay nada nuevo. Lo nuevo consta en el título de esta sección, pues por fuerza tiene que existir el verbo correspondiente, asirimbar. Esto así porque el diccionario antes mencionado registra la voz “asirimabao, á”. Para esta voz, trae la acepción siguiente: “Referido a persona, distraída, alelada, lela”.
Lo que llama la atención es que no se asienta el verbo asirimbar. Este verbo existe, pues se ha oído en las conversaciones de los nacionales dominicanos especialmente para referirse a medicamentos que ponen aleladas, distraídas, ausentes, a las personas que los usan.
Algo que se ha notado en el uso del nombre sirimba es que hasta donde se ha observado, esta se produce de manera súbita, sin aviso, sin que la víctima del desmayo o desvanecimiento haya percibido señales de que algo raro o diferente le va a ocurrir. Este rasgo se piensa que debe incorporarse en la acepción para sirimba porque en las definiciones para las dos palabras que se ofrecen como sinónimas para su definición esta característica no es intrínseca a ellas.
La sirimba según parece llegó antes a Cuba que a República Dominicana. En el Diccionario de voces cubanas de Constantino Suárez (1921:479) consta como “síncope, ligero desmayo”, Más interesante aún es la descripción que asienta el Diccionario ejemplificado del español de Cuba” (2016-II-441) “Desvanecimiento que sufre una persona debido a una emoción fuerte”. Eso se parece a esos “ataques de nervios” que sufren sobre algunas personas cuando pierden un ser querido. Ese patatús se conoce en el español dominicano como un “yeyo”.
Debe incluirse el verbo asirimbar en los diccionarios de español dominicano tomándose en cuenta lo que se ha explicado m´{as arriba como justificación para ello.
ESPECIA – ESPECIE
“. . .llegaban las más extraordinarias mercancías orientales como la seda, las ESPECIES. . .”
Algunas palabras que son semejantes a otras causan muchos inconvenientes a nivel del habla. A veces las confusiones entre ellas entorpecen la comunicación en el nivel de la lengua escrita también.
Antes de comenzar a enderezar el problema entre las dos palabras del título, y explicar las diferencias que existen entre ellas, se expondrá la razón por la cual se piensa que el hablante del español dominicano suele incurrir en este error.
La palabra favorita para los hablantes de español dominicano para denominar los condimentos en general es “sazón(es)”. Este vocablo es el equivalente de “especia”, pues para los dominicanos, especia queda relegada a una época en que Europa procuraba la ruta a los países productores de estas sustancias vegetales aromáticas.
En pocas palabras, especia es un vocablo que pertenece a la historia y no a la realidad diaria de los dominicanos. En otros países prefieren usar la palabra “adobo” para los mismos propósitos que el dominicano usa “sazón”; esto a pesar de que en los diccionarios el adobo aparece definido como “salsa o caldo”.
Con la exposición que se hizo ha quedado claro que especie es un concepto muy diferente y más complicado que especia. Se propone para evitar la confusión, retener en la memoria que la palabra con la A, es el (la) sazón y, con la E es la clase, grupo. De propósito se ha evitado entrar en mayores consideraciones con relación a las diferentes acepciones de las dos palabras del título.
TURISTEAR
“. . . a TURISTEAR a expensas de la caja chica. . .”
Este verbo es de incorporación reciente en el Diccionario de la lengua española de la Asociación de Academias. Hizo su aparición en la edición de 2014. Antes de eso ya constaba en el Diccionario de americanismos (2010) de esa asociación.
Con respecto de este verbo se ha hecho merecida justicia porque era de uso generalizado en once países de la América Hispana de acuerdo con lo que escribe el último diccionario mencionado. La acepción que asienta la mentada asociación es la que goza de mayor uso en el español hispanoamericano, “Dicho de una persona: Viajar por placer, visitando varios lugares en poco tiempo”.
El verbo turistear posee otras acepciones en el español americano. Es pasear, deambular sin rumbo o plazo fijo. Otra acepción es, recorrer lugares sin un destino o un plazo fijo. Además, vagar por distintos lugares sin hacer nada.
En República Dominicana llaman turista a la persona que no trabaja, al holgazán; aquella persona que aun cuando percibe un salario en una empresa o dependencia de la administración pública, no desempeña función alguna, es vago. En la mayoría de los casos, esas personas pasan el tiempo deambulando entre los demás, de allí es de donde se desprende el nombre.
Es fácil colegir que la palabra turista en español derivó del inglés tourist, que a su vez nació del inglés tour que se originó del viejo francés de la misma grafía. El origen remoto se remonta al latín tornare. El verbo turistear en español es una creación válida hispanoamericana.
CRESCENDO
“. . .regresaban siempre con noticias, que iban siempre CRESCENDO. . .”
En un momento u otro los articulistas y columnistas meten una que otra palabra en lengua extranjera. Los motivos para hacer esto son muy variados. Algunos lo hacen para demostrar sus conocimientos en lengua extraña al español. Otros lo hacen simplemente por “gadejo”.
En muchos de los casos quien escribe se olvida de revisar el significado de esas voces extranjeras y cae en error. En otros casos, sobre todo con los latinismos, los escribientes les anteponen preposiciones que no caben en esas locuciones por la naturaleza misma de estas.
Con respecto de crescendo hay que tener en cuenta que su primer campo de acción corresponde a la música, aunque el italianismo ha pasado a las lenguas internacionales y ha trascendido las fronteras de la música. No puede olvidarse que son muchas las palabras italianas del campo de la música que han pasado a lenguas extrajeras.
Algo que no puede olvidarse es que por ser una voz extraña a la lengua española esta voz, crescendo, debe presentarse en itálica o entre comillas al escribirla cuando se la acompaña de palabras españolas.
Puede escribirse que la voz crescendo está acreditada en el español internacional si se tiene en cuenta que el Diccionario de la lengua española la inventaría, pero lo hace en letra itálica en sus páginas. En el aparte en que ese diccionario reconoce la voz, informa acerca de su origen, voz italiana, derivada del latín crescendo, gerundio de crecer en la última lengua.
En el ámbito de la música consigna ese lexicón que es, “Aumento gradual de la intensidad del sonido”. Crescendo es también la anotación en la partitura que introduce el aumento gradual de la intensidad del sonido. En sentido general sirve para expresar, “Aumento progresivo de algo”. En el habla se pronuncia imitando la forma de hacerlo en italiano, creshendo.
Además de lo anterior, se registra allí la locución adverbial in crescendo que debe interpretarse en tanto, “Con aumento gradual”. Cada lengua acepta la voz italiana con variantes de matices; el inglés entiende que es “aumento gradual en poder y volumen”. El francés no añade nada nuevo a lo ya expuesto. La lengua portuguesa ofrece como sinónimos, “progresión, gradación”, que para el primero de los dos es una ampliación con respecto a las otras lenguas. Estas dos voces deben ser interpretadas con el acompañamiento de aumento, aumento progresivo, gradación progresiva.
© 2019, Roberto E. Guzmán
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