PRESENCIA DE LA ACADEMIA DOMINICANA EN LA SOCIEDAD

Entrevista de Alejandra Brunet a Bruno Rosario Candelier

«Oferta cultural de la Ciudad Colonial en Santo Domingo»

 

ALEJANDRA BRUNET: Mi nombre es Alejandra Brunet, estoy trabajando con la empresa D’Angelo & Asociados, una empresa de arquitectura y estamos haciendo investigaciones urbanas. Yo soy argentina, de Mendoza, pero muy aplatanada porque llevo ya 19 años viviendo en el país. El Centro León Jimenes nos pidió que hiciéramos un estudio de la oferta cultural de la Ciudad Colonial y en ese estudio estamos entrevistando a quienes consideramos actores muy importantes para el desarrollo de la cultura y el turismo desde la Ciudad Colonial. ¿Cuál es la idea de este estudio? Analizar qué hay en este momento y qué se está ofreciendo, para que el Centro León pueda definir cuál va a ser la temática que va a implementar en su Centro, porque ellos se van a instalar en la Ciudad Colonial. A ellos ya les han dado un espacio, que era donde estaba la Embajada Francesa, entre la calle Las Damas y El Conde. Entonces van a hacer modificaciones, van a trabajar con ese edificio y van a instalar un Centro Cultural en la Ciudad Colonial. Conocer la oferta cultural que hay en la Ciudad Colonial. Nosotros hemos preparado diferentes encuestas, dependiendo de espacio. Porque no es lo mismo la respuesta que nos pueda dar la Academia Dominicana de la Lengua que las que nos pueda dar el Centro Cultural Domínico-alemán, son dos entidades distintas.  Tengo la ubicación, lo que no tengo es la característica de la ubicación, por ejemplo, si es una casa interior, si es un monumento, un local comercial.  

BRC: Originalmente, el edificio donde está instalada la Academia era una casa familiar. De hecho, sabemos que en esa casa vivió el presidente Lilís, a finales del siglo XIX, y luego también hubo un establecimiento bancario y algún que otro organismo del Estado. También duró muchos años sin uso, es decir, el edificio estuvo completamente vacío, y a partir de 1992 el Estado dominicano le cede a la Academia Dominicana de la Lengua la concesión y comienza a funcionar la Academia de la Lengua. Luego la dirección de la Academia, en vista de que el edificio es bastante grande, le cede la segunda planta a la Academia Dominicana de la Historia. Y en una de las alas laterales de la planta baja, se le cedió un espacio a la Academia Dominicana de Medicina. De manera que funcionan tres academias, en el edificio situado en la calle Mercedes, no. 204, de la Ciudad Colonial de Santo Domingo.

 

AB: ¿Cuál es la función de la Academia? 

BRC: Lo que hace la institución tiene dos vertientes: una vinculada con la Real Academia Española, porque la Academia Dominicana, al igual que todas las Academias de la Lengua de los países del mundo hispánico, es correspondiente de la Real Academia Española, y, en consecuencia, colaboramos con las tareas lingüísticas y los proyectos idiomáticos de la RAE y formamos la Asociación de Academias de la Lengua Española. En ese aspecto, realizamos una labor privada a lo interno de la institución, como la revisión de los Diccionarios, la Ortografía y la Gramática de la lengua española, es decir, estudiamos los códigos de la lengua, revisando, ampliando o actualizando las voces y la norma de nuestra lengua. Y, en segundo lugar, tenemos una vertiente, local o social a favor de nuestro país, es decir, hacemos actividades, que ofrecemos a la sociedad y, en esas actividades, pienso, está lo que a ti te puede interesar.

 

AB: Me interesan las dos, porque ustedes, dentro de esa revisión del Diccionario y la Gramática y lo que en realidad están haciendo es una tarea de investigación, ¿no?  

BRC: Así es, porque para determinar el uso, por ejemplo, de una determinada expresión o el significado de una palabra, hay que hacer una investigación.

 

AB: Entonces, veamos primero qué actividades ofrecen a la comunidad. 

BRC: Desde que asumí la dirección de la Academia Dominicana entendí que, como tal, la institución tenía que hacer un servicio a favor de la comunidad. Concebí un plan de trabajo destinado a entrar en contacto con la población, con los usuarios de la lengua, tanto en la ciudad capital, como en las poblaciones del interior de nuestro país. Con ese fin, organizamos coloquios, presentación de libros, conferencias, tertulias lingüísticas y literarias, talleres de estudios de la lengua y la literatura… en fin, son diversas actividades concebidas para entrar en contacto con los hablantes y cumplir así el propósito de la Academia. Esa labor la realizamos no solo en Santo Domingo, es decir, además de celebrar actividades en la sede de la Academia, organizamos actividades en diferentes poblaciones del país: en el Este, como San Pedro de Macorís, La Romana, Hato Mayor, Miches, Higüey; en el Cibao, como La Vega, Moca, Santiago, Puerto Plata, Montecristi, Mao, Salcedo, San Francisco de Macorís, Nagua; y en el Sur: San Cristóbal, Baní, Azua, Barahona, San Juan de la Maguana. Es decir, abarcamos las poblaciones más importantes, para llevarles el mensaje de la Academia. ¿Cuál es el objetivo? Está centrado en dos aspectos consignados en los estatutos de la Real Academia Española: el estudio de la lengua y el cultivo de las letras. Esos dos aspectos inspiran un caudal de tareas, si uno quiere cumplimentar la misión de la Academia ante los hablantes, la lengua y el país.

 

AB: ¿Cómo hacen para realizar esas actividades fuera de la Academia, se relacionan con algunas otras instituciones? ¿Cuáles son sus aliados estratégicos? 

BRC: Naturalmente, buscamos el contacto con instituciones culturales existentes en esas provincias, como grupos literarios, centros culturales, escuelas o universidades. Con el apoyo de esos centros culturales hemos hecho actividades. Por ejemplo, en el Centro León, de Santiago, hemos presentado diccionarios y participado en actividades culturales. En escuelas, colegios y universidades hemos participado en coloquios, conferencias, talleres lingüísticos y literarios, en contacto con maestros y estudiantes, con apoyo de grupos literarios, como el Ateneo Insular.

 

AB: ¿Tienen algún acercamiento con las escuelas de la Ciudad Colonial?

BRC: Justo frente al local de la Academia Dominicana de la Lengua hay un liceo escolar y en ese centro educativo hemos dado charlas y conversatorios. Otras actividades, que hemos realizado en centros culturales, universidades, colegios y escuelas de otras zonas ubicadas fuera de la Ciudad Colonial, han tenido lugar tanto en la Capital como en poblaciones del país. La Academia Dominicana de la Lengua fomenta el conocimiento y el uso apropiado de la lengua española, el estudio del español dominicano y el cultivo y la promoción de las letras dominicanas.

 

AB: Y cuando ustedes hacen actividades ¿cuál es su público?     

BRC: Depende del lugar, porque en la misma Academia, pues, tenemos un conjunto de personas con correos electrónicos, a quienes invitamos. Antes de la existencia de los correos electrónicos, lo hacíamos por carta, enviadas a sus direcciones, o por llamadas telefónicas; pero desde la existencia de los correos electrónicos, convocamos electrónicamente, cuando hacemos actividades presenciales. Quiero especificar que, en virtud de la actual pandemia viral que ha obligado a modificar el modo de vida y de trabajo, hemos reducido casi en su totalidad las actividades presenciales, justamente por temor al contagio del COVID, que, casualmente en este momento está aumentando, según los reportes de prensa… Por esa razón, por temor al contagio, no tenemos actividades presenciales sino virtuales. Por ejemplo, antes de esta pandemia publicábamos boletines impresos; ahora publicamos esos boletines en formato electrónico. Por eso te dije que esta entrevista la prefería por esta vía virtual; y así hago con todo el que me invita a una entrevista, consulta o conferencia, que hemos tenido que dictarlas telemáticamente.

 

AB: Doctor Rosario Candelier, ¿Ustedes han hecho algunas actividades virtuales?

BRC: Hemos organizado varias actividades virtuales, eso es lo que estamos haciendo ahora. Hemos dictado conferencias, celebrado coloquios, participado en entrevistas y presentado actividades virtuales. Y he participado también, en representación de la Academia Dominicana de la Lengua, en actividades telemáticas con otras Academias de América y con la misma RAE. El mes pasado, por ejemplo, tuvimos un conversatorio, entre la Academia Colombiana de la Lengua, la Academia Argentina de Letras y la Academia Dominicana. Y participamos en un coloquio con directores de Academias y el Grupo “Amigos del español”, de las Naciones Unidas.

 

AB: ¿Ah sí?

BRC: La Academia Argentina de Letras, que dirige la filóloga Alicia María Zorrilla, de Buenos Aires; la Academia Colombiana de la Lengua, que dirige el lingüista Juan Carlos Vergara, y este servidor, participamos en un coloquio para exaltar al escritor Pedro Henríquez Ureña, famoso humanista dominicano que enseñó en México y también en Argentina, y escribió valiosas obras de crítica literaria, lengua y cultura de América.

 

AB: Incluso, dicen que había tenido relación con Borges. ¿O no, estoy confundida?

BRC: Ellos se conocieron, pero muy poco, porque Pedro Henríquez Ureña murió en el 46. No creo que se hayan tratado mucho.

 

AB: En algún momento leí que Borges había sido su alumno.

BRC: Se admiraban mutuamente, eso sí. Borges es el más famoso escritor americano, reconocido a nivel mundial, de la lengua española, sobre todo. En países no hispanos es altamente admirado, y en los últimos años Borges tiene un reconocimiento total.

 

AB: Lástima que, en Argentina, doctor Rosario, se hayan olvidado de él.

BRC: No creas, Alejandra. Me cuentan académicos argentinos sobre la alta presencia y estimación de que goza Borges entre los argentinos. Académicos argentinos, como Nina Bruni, Pedro Luis Barcia o Alicia María Zorrilla, veneran a Borges.

 

AB: Pero eso porque son académicos, pero en la sociedad como tal, es terrible, con este idioma inclusivo, doctor…

BRC: Sí, a nivel de pueblo es otra cosa.

 

AB: Es espantoso. Los políticos hablan de «todes».

BRC: Eso es un disparate. Son las feministas, que lo dañan todo. Justamente en Córdoba, Argentina, por primera vez escuché ese disparate de «todas y todes», por una profesora de allá, defendiendo a raja tabla esa nefasta propuesta, que las Academias rechazan.

 

AB: Gracias a Dios, y espero que la sigan rechazando y no se dejen influenciar.  

BRC: Rechazaremos siempre ese disparate porque no se compadece con el genio de la lengua española.

 

AB: Yo tengo conocidos que escriben con la x. Yo les he preguntado, ¿y cómo lo pronuncian? En vez de decir «Mi hijo e hija», ponen «Mi hijx».  

BRC: Un disparate que degenera y altera la estructura de nuestra lengua.

 

AB: Doctor Rosario, las presentaciones de libros, ¿son de autores dominicanos? 

BRC: Son libros de autores dominicanos y extranjeros. Por ejemplo, las publicaciones que hace la Real Academia Española, como los diccionarios, la ortografía y la gramática, los hemos presentado en la Academia Dominicana. Pero, además, hemos presentado libros de escritores españoles, como obras de Miguel de Cervantes, san Juan de la Cruz, santa Teresa de Jesús, Antonio Machado, Miguel de Unamuno, Federico García Lorca y Santiago Muñoz Machado, actual director de la RAE; y libros de autores americanos, como Rubén Darío, Miguel Ángel Asturias, Gabriela Mistral, Pablo Neruda, Jorge Luis Borges, Carlos Fuentes y Ernesto Cardenal, y de escritores actuales, con su presencia física, como los norteamericanos Odón Betanzos y fray Paul Dupuis, el mexicano Fredo Arias de la Canal, el guatemalteco Guillermo González Villanueva, el costarricense Jorge Sham Chen, los nicaragüenses Sergio Ramírez, Conny Palacios y Nydia Palacios Vivas, el hondureño Segisfredo Infante, los colombianos Bogdan Piotrowski y Helena Ospina, el ecuatoriano Eduardo Mora-Anda, la argentina Nina Bruni o los puertorriqueños José Luis Vega y Luce López-Baralt. Pero, por supuesto, también libros de muchos autores dominicanos y académicos de la lengua, como Federico Henríquez Gratereaux, Marcio Veloz Maggiolo, Rafael González Tirado, Franklin Domínguez, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, Manuel Núñez, José Enrique García, Juan José Jimenes Sabater, María José Rincón, Fabio Guzmán Ariza, José Rafael Lantigua, Rafael Peralta Romero, José Miguel Soto Jiménez, Manuel Matos Moquete, Tony Raful, Andrés L. Mateo, Odalís Pérez, Irene Pérez Guerra, Emilia Pereyra, Ofelia Berrido, Tulio Cordero, Fausto Leonardo Henríquez, Manuel Salvador Gautier, Jaime Tatem Brache y de este servidor, entre otros.

 

AB: ¡Wao, se nota que usted trabaja! 

BRC: Sí. Por ese trabajo a favor de la Academia, de nuestra lengua y nuestra literatura, los académicos me han reelegido como director de esta corporación.

 

AB: ¿Ustedes tienen página web, no es cierto? 

BRC: Sí. Y publicamos un Boletín electrónico cada mes, con el reporte de crónicas de nuestras actividades, ponencias, entrevistas, estudios y temas lingüísticos y literarios.

 

AB: ¿Y están a través de las redes sociales?  

BRC: En este momento el encargado de la página electrónica está en Nueva York, en un tratamiento médico. Pero a su regreso, Dios mediante, retomará esa publicación.

 

AB: Por ejemplo, ¿tienen presencia en Instagram, Facebook?  

BRC: No como institución; esa es una presencia individual.

 

AB: Por ejemplo, ustedes hacen una actividad virtual —como la han estado haciendo ahora—, invitan por correo electrónico, me imagino; o sea, ustedes tienen ya un público bien definido y que lo siguen en sus actividades, me imagino. Pero, dos cosas: ¿Cómo hace la gente que no está en ese listado de correos electrónicos, para enterarse? Y segundo, ¿tienen alguna forma de interactuar con los mismos participantes?

BRC: Un hecho muy importante es la edición virtual del Boletín de la Academia. En este momento, por la restricción de la pandemia, el único medio de contacto con nuestros seguidores es el correo electrónico y la publicación del Boletín. Publicamos charlas, coloquios y conferencias mediante la plataforma electrónica. No tenemos otra vía, por el momento, para interactuar con los participantes, a no ser la misma vía electrónica. Seguimos recibiendo consultas, cartas y entrevistas electrónicamente.

 

AB: Ah, eso es muy bueno.

BRC: Lo más importante, en este momento de crisis sanitaria, es la publicación del Boletín de la institución. En ese Boletín publicamos las actividades que presentamos durante el mes: estudios y ponencias de los académicos, todo lo relacionado con lo que hace la institución (incluidas las cartas que recibimos), artículos de opinión, entrevistas… Tiene varias facetas ese Boletín que publicamos cada mes, y no solo se lo enviamos a los académicos de la lengua, sino también se lo enviamos a un grupo grandioso de personas interesadas en temas de lengua y de literatura con las cuales mantenemos contacto, y si algunos se enteran de que existe el Boletín y piden que los incluyamos, los incluimos. Pero, además, ese Boletín no solo circula en el país; yo lo envío a todas la Academias del mundo hispánico, que son muchas: en Hispanoamérica y a la Academia Norteamericana de la Lengua Española, en New York; en España a la RAE y varios académicos de la Real Academia; a la Academia de Filipinas en Asia, a la Academia Ecuatoguineana de Guinea Ecuatorial, en África; a la Academia del español antiguo, en Israel; y a muchos escritores extranjeros con los cuales mantenemos contacto electrónico.

 

AB: ¿En África hay una Academia? 

BRC: Sí, en Guinea Ecuatorial, un país que estuvo gobernado por españoles hasta mediados del siglo pasado, y allí hablan español

 

AB: ¿Y me dijo también Filipinas? 

BRC: Sí, Filipinas tiene también una Academia de la Lengua Española. En Filipinas hay una porción de sus hablantes que habla español. Y también en Norteamérica, New York tiene una Academia Norteamericana de la Lengua Española. Es decir, no es solo con los países de la América hispana con los que nos relacionamos, sino también con las Academias de todo el mundo hispánico nuestra Academia mantiene contacto.

 

AB: Nunca se me hubiera imaginado ni en África ni en Filipinas. 

BRC: Y en Israel también, pues en ese grandioso país existe una Academia de la Lengua Española, que se llama Academia Judeoespañola de la Lengua, que está integrada por hablantes que hablan el antiguo español que se hablaba en la época en que los judíos fueron expulsados de España en el 1492, que también se llama ladino. Ya esa Academia Judeoespañola fue reconocida por la Real Academia Española. Son hablantes judíos que conocen el español y residen en Israel. En América, como en New York y Miami, hay hebreos que hablan el ladino.

 

AB: Es importante ese dato.

BRC: En el año 1492 ocurrieron tres hechos históricos: los judíos españoles fueron expulsados de España; se realizó el Descubrimiento de América; y se publicó la primera Gramática de la lengua castellana en el mundo occidental, escrita por Antonio de Nebrija. Fue la primera gramática que se publicaba de una lengua europea.

 

AB: Ah, eso yo no lo sabía. Otra pregunta, doctor Rosario. El Boletín de la Academia, ¿son artículos de opinión de gente…?

BRC: Son artículos de académicos de la lengua y de algún que otro invitado, porque a veces publicamos artículos de intelectuales que no son de la Academia.

 

AB: O sea, que pueden ser artículos que estén relacionados con la lengua. ¿No? 

BRC: Con la lengua y con la literatura. Son dos áreas: la lengua y la literatura… Hace poco se celebró en un pueblo de España que se llama Nebrija, donde naciera el autor de la primera gramática de nuestra lengua, que queda en Andalucía, la aparición de la Gramática de Nebrija, donde nos iban a invitar, pero por la «jodía» pandemia —como diría nuestro pueblo—, se suspendió esa invitación.

 

AB: Los talleres que ustedes imparten ¿generalmente de qué temas son?

BRC: De gramática o del léxico de nuestros hablantes o de literatura.

 

AB: Y estos ¿a quiénes están dirigidos?

BRC: A todo el que se interese por la formación de la lengua española, porque tratamos de sembrar lo que se llama conciencia de lengua, y la conciencia de lengua la tiene una persona que siente amor por la palabra: cuando una persona consulta el diccionario, si desconoce el significado de una palabra; cuando una persona se preocupa por el buen decir, en cuanto a la corrección gramatical y la belleza de la expresión. Eso es parte de nuestro trabajo, promover esas inquietudes intelectuales, estéticas y espirituales a través de la palabra, a través del conocimiento de la lengua, a través del estudio de la literatura.

 

AB: La lengua a través de la literatura. O sea que, en esos talleres, me imagino que se leerá, se discutirá un libro, alguna obra. 

BRC: Sí, sí, ejemplos de textos literarios, como hacía Pedro Henríquez Ureña. Por ejemplo, Pedro Henríquez Ureña publicó una Gramática, que justamente la dio a conocer en Argentina, y cuando él explica un concepto gramatical, normalmente, ¿tú sabes lo que hace? Él pone un ejemplo de poesía, por ejemplo, o de narrativa, donde se aplica ese concepto, donde se aplica el uso del adjetivo o el uso del pronombre o de la preposición o la combinación de una palabra con otra para ilustrar su uso en textos narrativos y poéticos. Es una grandiosa Gramática que la escribió viviendo en Argentina.

 

AB: ¿Enseñan en esos talleres, o en algún evento que hayan dado, formas de escribir, por un lado, una literatura, una poesía, una tesis? ¿Cuál es la técnica o cuál es la forma que se debe usar? No sé si es así que se debe decir o expresar. 

BRC: Depende del tema que se haya elegido, porque a veces enseñamos, por ejemplo, los recursos de la creación literaria, los recursos compositivos para la escritura de una novela o las leyes de la creación poética… Son decenas de temas posibles que se pueden enseñar.

 

AB: Muy bien, acabo de aprender bastante. La misión y la visión ya son, más o menos, lo que usted ya me ha dicho, y los objetivos. ¿Quiénes imparten todos estos talleres o cómo es que organizan los coloquios? ¿Viene alguien, ustedes lo planifican?

BRC. Tenemos académicos que colaboran en esas actividades, y yo les asigno tareas según la demanda. Por ejemplo, tenemos estudiosos de la lexicografía, como María José Rincón, Fabio Guzmán Ariza, Roberto Guzmán, José Miguel Soto Jiménez y Rita Díaz; expertos en gramática, como Ricardo Miniño, Ruth Ruiz y Domingo Caba; analistas de la creación poética, como Juan José Jimenes Sabater, Tony Raful y José Enrique García; entendidos en el arte de la narración, como Federico Henríquez Gratereaux, Manuel Núñez. Rafael Peralta Romero y Giovanny Cruz Durán; expertos en lingüística, como Odalís Pérez, Ana Margarita Haché y Manuel Matos Moquete; y en crítica literaria, como José Rafael Lantigua, Ofelia Berrido y Miguel Collado. Y promotores literarios, Emilia Pereyra, Fernando Cabrera, Laura Gil, Miguel Solano, Sélvido Candelaria, Carmen Pérez Valerio, Camelia Michel y Luis Quezada. Cuando organizamos un coloquio, invitamos a los preparados en el área del saber correspondiente, como gramática o lexicografía, poesía o novela, teoría o creación. Yo mismo participo en esas tareas, tanto lingüísticas como literarias, porque trabajo en las dos áreas, lengua y literatura.

 

AB: ¿Usted es doctor en qué disciplina?

BRC: En filología. La filología aborda la lengua y la literatura mediante el estudio de la palabra. Cursé un doctorado en filología en la Universidad Complutense de Madrid. Fui el primer dominicano en graduarse con un doctorado en Filología Hispánica, y me he dedicado al estudio de la lengua, el cultivo de la literatura y el habla de los dominicanos. La mejor vía para la formación intelectual es la lectura de obras literarias y el estudio de la lengua.  Y la mejor forma de enriquecer el léxico es consultar el diccionario.

 

AB: Lo que ustedes investigan ¿dónde los publican?  

BRC: En los libros y los boletines de la ADL. Esta Academia ha publicado cinco diccionarios: Diccionario del español dominicano, Diccionario fraseológico del español dominicano, Diccionario de refranes, Diccionario de símbolos y Diccionario de mística. Y varias obras con estudios lingüísticos y literarios.

 

AB: ¿Tienen ustedes tienen biblioteca? 

BRC: Tenemos una biblioteca de lengua y literatura al servicio de la comunidad.

 

AB: ¿Le han pedido el espacio para hacer alguna filmación cinematográfica?  

BRC: Sí, más de una vez hemos proporcionado el espacio físico de la institución para alguna que otra filmación de documentales y películas.

 

AB: Supongo que ustedes están satisfechos con el servicio que ofrecen.

BRC: Nos sentimos complacidos porque hemos logrado que la Academia Dominicana de la Lengua tenga una presencia en la comunidad, que nos reconozcan como una institución importante que contribuye al desarrollo cultural de nuestro país, el conocimiento de nuestra lengua, a la valoración de nuestra literatura…, en fin, que se trata de una institución que tiene un alto reconocimiento en la sociedad dominicana en todos los niveles, especialmente en los niveles intelectuales. Quienes tienen consciencia del desarrollo intelectual, estético y espiritual, valoran lo que hacemos desde la Academia Dominicana de la Lengua. Nos complace el reconocimiento a nivel nacional e internacional. Hacemos un servicio a favor de nuestro pueblo, nuestra lengua y nuestra cultura.

AB: Le agradezco esta entrevista, que me ha parecido muy interesante.

BRC: Gracias a usted. Bendiciones del Altísimo. ¡Salud y vida!

(Transcripción: Miguelina Medina).

 

0 comentarios

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *