Numeritos, vitillar/vistillar, ¿pútrido?/*pétrido, culturoso

Por Roberto E. Guzmán

NUMERITOS

Estos numeritos del título no tienen relación alguna con números pequeños. El diminutivo más bien se refiere al detalle que ellos implican. En el caso del diminutivo que se observa con respecto del sustantivo número, este no es indicativo del tamaño de los números; al contrario, corresponde a la cantidad de números, por eso el sustantivo siempre lleva la letra ese /s/ del plural.

El uso sobre que se escribirá en esta sección es propio de los dominicanos; esto es, solo el hablante de español dominicano utiliza este sustantivo con el significado particular que se estudiará aquí.

Estos numeritos pertenecen al deporte del beisbol. Estos se refieren a las estadísticas que se compilan con relación a un jugador o a un equipo. Casi siempre los narradores de beisbol recurrían a poner al día y comunicar a los oyentes las cifras actualizadas al final de una entrada o al final de un juego.

Las personas que son aficionadas a algunas actividades se interesan mucho en las estadísticas del desempeño de los jugadores y los equipos. En la obra Lengua y beisbol en la República Dominicana aparece definida la idea con propiedad, “Relación estadística que refleja la actuación de un jugador o de un equipo” (2006:208).

Hay que tomar nota de que en el español dominicano puede oírse que alguien lleva los numeritos cuando lleva cuenta de actuaciones ajenas, con lo que se hace una extensión del uso propio del sustantivo.

 

VITILLAR – VISTILLAR

“. . . que los muchachos del pueblo íbamos a VISTILLAR . . .”

En el epígrafe de esta sección figuran dos voces que se parecen mucho entre ellas. Es muy posible que se trate de la misma voz, que ha sido refinada en la cita que se recogió en el periódico porque sin la letra ese /s/ en medio parecía quizás muy pedestre en opinión del redactor de la frase copiada.

Es posible también que la vistilla con ese /s/ esté influenciada por el vocablo del español general que pertenece al campo del Derecho, vistilla, que es una, “Vista referida a una cuestión incidental o de trámite”. Esta vista del Derecho mencionada aquí es una “comparecencia ante un juez o tribunal en la que las partes exponen los fundamentos de sus respectivas pretensiones”. No puede olvidarse que en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española se ofrece “vistilla” como una ortografía alternativa para la voz dominicana vitilla.

Una vez expuesto lo anterior, con la relectura de la frase trascrita salta a la vista que se hace difícil interpretar el mensaje si se piensa que ha ido a un pueblo a jugar vitilla.

En el texto el verbo transitivo vitillar se usa para comunicar la idea asentada en el Diccionario del español dominicano (2013:701), “Intentar entablar relaciones amorosas o sexuales pasajeras”. De este verbo deriva el nombre vitilleo, “Intento de entablar o mantener relaciones amorosas o sexuales pasajeras”.

Algunas personas se ofenden cuando se utilizan voces autóctonas en los escritos. No hay que preocuparse con respecto a si esto perjudica el conocimiento de la lengua general o el uso correcto del lenguaje. En la mayoría de las ocasiones cuando los redactores recurren a estas voces vernáculas lo hacen para imprimir cierto sabor más dominicano a sus escritos.

 

¿PÚTRIDO? – *PÉTRIDO

“. . . el enfoque alternativo de búsqueda de soluciones nos hacen (sic) ´olvidar´ realmente el PÉTRIDO panorama”.

La voz latina sic que aparece entre paréntesis es para hacer entender que se ha reproducido la oración literalmente, con el error de concordancia, pues el verbo hacer debió aparecer en singular, hace, porque se relaciona con “el enfoque”. Luego de esa digresión se pasa más abajo al punto central de esta sección.

La voz pétrido no se encuentra por ninguna parte. Esa doble negación es una forma de indicar que no existe, que se ha buscado en todos los diccionarios y no aparece. Si llegara a hallarse alguna vez tendría relación con piedra.

En el título se colocó entre paréntesis la palabra pútrido porque no se está seguro acerca de lo que el redactor quiso escribir y, en consecuencia, se propone esa palabra como solución al sinsentido.

Pútrido es una palabra dominguera, de alta alcurnia, para expresar así que lo que se describe con ese adjetivo está podrido, corrompido. Por la prosapia -valga el salto- que se mencionó para la palabra propuesta, en la mayoría de los escritos se prefiere una forma más pedestre, como las dos ofrecidas en tanto equivalentes.

En la lengua española permanecen algunas palabras de la familia que han conservado la letra /u/ en el radical, ejemplos de esto son, putrefacto, pudrición y hasta el infinitivo pudrir.

En lugar de ese esperpento encontrado en la cita, pudo el redactor para expresar la misma idea escribiendo, corrupto, infecto, carroño, rancio, descompuesto, contaminado, viciado, purulento. Con las palabras propuestas puede comprobarse que la lengua cuenta con medios más que suficientes para suplir las necesidades de comunicación.

 

CULTUROSO

“. . . casi todos mis amigos dominican-york CULTUROSOS la mencionaban . . .”

El adjetivo culturoso apareció primero en Hispanoamérica antes de proseguir e imponerse en el habla hispana en general. El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española lo consignó en el año 2010 y reconoció que era de uso en Cuba, Venezuela y Argentina.

En la edición del año 2014 el Diccionario de la lengua española lo recoge con la misma acepción y para los países antes mentados para calificar a una persona “que aparenta tener alta formación cultural”. Por medio de la lectura del estilo de redacción de la acepción puede uno darse cuenta de que el adjetivo tiene un sentido peyorativo.

Algo que llama la atención, si es de uso en Cuba y Venezuela, ¿cómo es que los dominicanos no copiaron o emplearon el adjetivo en su habla? La pregunta es válida si se piensa en la gran cantidad de voces que los dominicanos comparten con los cubanos y venezolanos. No hay una explicación para ello si se piensa que los dominicanos son tan expresivos como sus pares de Cuba y Venezuela.

Se menciona para que conste que la cita se extrajo de una publicación dominicana, por lo tanto, aunque un poco tarde se incorporó la voz al acervo del habla de los dominicanos.

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