JORNADA REFLEXIVA SOBRE LA LENGUA MATERNA

A propósito del día internacional de la lengua materna, la Academia Dominicana de la Lengua y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra compartieron una jornada reflexiva sobre el influjo del español en el desarrollo cultural.

Bruno Rosario Candelier habló sobre la lengua materna y explicó que cada país tiene su lengua, por lo que el concepto de lengua materna es válido, no solo para la lengua española, sino para todas las lenguas ya que se le llama lengua materna al idioma en el que nos cría la madre que nos amamanta, protege y educa. Mediante la lengua materna recibimos nuestra formación intelectual, afectiva y espiritual.

   En su intervención sobre “La lengua materna en el desarrollo de la conciencia”, el director de la ADL, Bruno Rosario Candelier, resaltó el rol de la madre en la formación biológica, psicológica, intelectual, estética, moral y espiritual en la forja de la conciencia de sus hijos y subrayó el impacto del afecto y el lenguaje como los factores determinantes en la activación de las neuronas cerebrales de los niños.

Expresó este expositor que para los dominicanos la lengua materna es la española y, desde luego, eso tiene implicaciones sociales, intelectuales, psicológicas y espirituales en el desarrollo de la conciencia: “La madre es la protagonista de ese desarrollo y esa formación. Es la primera persona que entra en contacto con su criatura. Su particularidad radica en que lo hace con genuino amor. Nadie en el mundo ama tanto como la madre; de ahí es la importancia de la lengua materna en el desarrollo espiritual”, comentó Rosario Candelier.

Subrayó que la lengua materna es clave para el desarrollo de la capacidad intelectual, para entender la realidad, asimilar una cultura y saber instalarnos en la cultura donde nacemos: “La lengua materna influye en el desarrollo del intelecto, clave para el desarrollo normal del niño. Con el desarrollo del intelecto se activa la intuición, fundamental para entender la realidad y desarrollar la creatividad. Esas son las primeras manifestaciones de la lengua materna en la criatura que comienza a tener contacto con las palabras de su madre y a entrar en contacto con el mundo a través de sus sentidos corporales”, consignó.

Este disertante añadió que es clave el lugar donde cada persona se cría y se desarrolla, porque va a recibir el influjo telúrico y social a través de la gente con las cuales se relaciona; el influjo cultural a través del lenguaje porque mediante la lengua vamos a recibir la formación que permite instalarnos en el mundo: “De ahí la importancia de la lengua materna en la gestación de la cultura y la formación de los individuos y de los pueblos. Para el desarrollo de la personalidad la madre es determinante ya que somos lo que nuestra madre ha hecho de nosotros. El rol materno en la formación intelectual y el desarrollo de la cultura es fundamental para entender el desarrollo de una familia y de una comunidad”, explicó el doctor Rosario Candelier.

La Dra. María José Rincón, lexicógrafa y académica de la lengua, en su turno presentó a los estudiantes el Diccionario del español dominicano. Comentó que quienes nos educamos en la lengua española como lengua materna hemos de tener conciencia de que compartimos esa lengua con más de quinientos millones de adultos. No somos hablantes de una lengua pequeña, sino hablantes de una lengua histórica desarrollada a lo largo de muchos siglos y compartimos nuestra lengua con veintidós países adicionales.

Refirió que somos hablantes de una de las mayores lenguas maternas del mundo y que además de ser nuestra identidad personal y nacional, es también la identidad de una comunidad de hablantes muy importantes. Todos somos hablantes de la lengua española, pero la lengua española tiene una característica muy particular: es rica en variantes y todas esas variantes tienen el mismo nivel de aceptación y de apreciación por parte de los hablantes de esa lengua: “Por esa razón en la Academia Dominicana de la Lengua elaboramos el Diccionario del español dominicano y los diccionarios fraseológicos, de símbolos, de mística y de refranes. El hecho de que haya un diccionario que recoja las palabras y las acepciones particulares de nuestra comunidad hace que podamos enriquecer la lengua materna en la que nos criamos”, comentó la charlista.

Dijo que el Diccionario del español dominicano es un diccionario de uso y recoge más de once mil palabras. La lexicógrafa explicó algunas acepciones y dominicanismos que se encuentran en dicho diccionario. La académica comentó que cada uno de los hablantes tiene la responsabilidad acrecentar la lengua materna y transferírsela a las generaciones que vienen para mantener no solo la unidad de la lengua, sino la variedad dominicana de la lengua con todo el aprecio que se merece, subrayó en su exposición la académica.

Luis Quezada, correspondiente de la ADL, habló de cómo el niño puede forjar la inclinación espiritual y estética desde la lengua materna. Dijo que la lengua es un camino de espiritualidad y esteticidad, y “si sabemos orientarlo desde una sana perspectiva de interioridad, donde el niño, a la vez que disfruta jugando, exterioriza toda su riqueza interior, cargada de una gran sensibilidad espiritual y estética, que muchas veces la escuela no sabe suscitar”.

Quezada explicó que la niñez es una etapa de la vida marcada por la dimensión lúdica, que nos permite a través del juego desarrollar la inteligencia, la imaginación y la intuición. Definió la educación como el proceso de suscitar valores espirituales, estéticos, éticos y epistemológicos en una conciencia en proceso de formación. Señaló que en la niñez tenemos una disposición especial para vibrar con lo bello y lo bueno. Estos dos trascendentales del ser (lo bello, estética; y lo bueno, ética), son primarios a la verdad y la lógica, en el pensamiento y en la inteligencia del niño. Epistemológicamente, lo estético y lo ético son primarios en el niño, con relación a lo lógico.

Manifestó que la educación inicial está fundamentada en cinco aspectos importantes para el desarrollo de la inteligencia racional y la inteligencia emocional: los cuentos, los cantos, los juegos, los dibujos y los trabalenguas. La lengua y la literatura, tanto oral como escrita, son un camino privilegiado para entrar en el mundo interior de los niños y hacer que broten desde allí riquezas espirituales y estéticas. Y la inclinación natural hacia lo espiritual y lo estético facilita la forja que permite la creación de hábitos estéticos y espirituales. El teólogo explicó que facilitar espacios donde los niños escriban sobre un cuento conocido o inventado por ellos es ocasión propicia para el educador descubrir sus condiciones para la narrativa. También retar los niños a leer y redactar poesías puede orientar en la búsqueda de su identidad estética y espiritual. “Los niños son de por si poetas que hacen poesía con su vida, pero no las escriben. Con los cantos podemos organizar corales y analizar con ellos canciones para despertar su sensibilidad literaria y estética”, expresó el intelectual. “Creo que lo que nos falta es tener un educador a la altura que demandan nuestros tiempos”, consignó el destacado pensador.

La actividad cultural, presentada por la escritora Ibeth Guzmán, fue amenizada con la lectura de los cuentos “La canastica de las palabras” y “Mi madre y la violencia”, de los narradores y académicos Rafael Peralta Romero y Miguel Solano, respectivamente.

Al final de la jornada, los estudiantes intervinieron con preguntas, comentarios y felicitaciones a los panelistas.

Santo Domingo, ADL/PUCMM, 4 de marzo de 2020.

 

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