HOMENAJE EN RECUERDO DE DON MARIANO LEBRÓN SAVIÑÓN

La Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña junto al Ministerio de Cultura celebró un coloquio en homenaje al escritor y académico de la lengua Mariano Lebrón Saviñón. El motivo de esa celebración fue honrar al distinguido hombre de letras por el aporte literario que legó a nuestro pueblo en su labor como poeta, ensayista y dramaturgo.

La actividad, organizada por nuestro académico Miguel Collado en la Biblioteca Nacional, contó con la participación de nuestro miembro de número, el poeta y ensayista José Rafael Lantigua, estudioso y admirador de la obra de don Mariano, quien dictó la conferencia titulada “Mariano Lebrón Saviñón: El fuego de la palabra peregrina”.

En el acto cultural se presentó la exhibición bibliográfica “Mariano Lebrón Saviñón”, que incluye su bibliografía activa y pasiva, así como obras de su biblioteca personal, parte de la cual la familia del escritor ha entregado en donación a la BPHU.

El antiguo ministro de Cultura, reconocido crítico literario y promotor cultural dijo que Mariano Lebrón Saviñón hizo del poema una forma de expresar sus vínculos con el amor y es uno de los poetas dominicanos más coherentes:“Toda su poesía, hasta la que se alterna en las angustias y dolores de la realidad social, está contemplada desde el amor y sus vías”, dijo y añadió: “El Romanticismo llenó sus alforjas literarias y en ese fuego abrasador sustentó toda su peregrinación poética”.

Contó el disertante que a la tempranera edad de quince años, Lebrón Saviñón proclama lo que fue tema esencial de su poesía desde las distintas perspectivas de su abordaje: “A sus quince años inicia teniendo los “Versos sencillos” de Martí, a la gloria de Antonio Machado y a la muerte de uno de sus íconos irrenunciables, Federico García Lorca, como motivos para levantar su poesía”.

Lantigua subrayó que cuatro años antes de surgir el grupo de la Poesía Sorprendida, Mariano Lebrón Saviñón escribió una de las piezas que forman parte del conjunto histórico de la poesía, donde el dolor por el plano social se une desde el clamor al amor por los humildes: “Estos hombres me duelen. Vestidos de sudor/ comerán pan amargo y agrio como la vida,/ amasan la caricia del trigo y del amor/ y recogen la ofrenda de un trabajo perdido/ en el vientre fecundo del engaño y el dolor./ Pero ya están pegados a la tierra/ como su complemento […] Y por eso me duelen estos hombres […] me duelen en el alma,/ me duelen en el pecho su canto y su mirada”. Y he aquí uno de los trozos poéticos más emotivos y fundamentales de la poesía dominicana: “¡Ay! Esos hombres tristes, montón de piedra dura,/ (arteria de cantera formando su nervura),/ no saben de la dicha, no saben de la gloria. Me duelen en el alma, me duelen en la historia. […] Y en tanto que ellos sigan sin mañana ni sol,/ me seguirán doliendo, seguirá mi dolor”,citó al resaltar uno de los textos poéticos más emotivos y fundamentales de la poesía dominicana.

El poeta mocano señaló que a los veintiún años de Mariano Lebrón Saviñón se produjo un fenómeno que reseña la historia de nuestra literatura, que es su creación poética. Agregó que este grandioso creador formó parte del trío“Los Triálogos”, conformado por Domingo Moreno Jimenes, Alberto Baeza Flores y el propio Lebrón Saviñón. Tres poetas con distintas levaduras. No existen antecedentes de acciones poéticas similares que conozcamos: “Se estaba escribiendo un expediente nuevo en la lírica hispanoamericana. Los poetas aprovechaban los parques en las horas nocturnas para resumir las acciones del día y de ahí surgieron los cuadernos que contenían dichos triálogos”.

Lantigua dijo que Mariano Lebrón continuó su peregrinación poética y luego se integra a la Poesía Sorprendida, el más relevante movimiento poético de nuestra historia literaria: “Sus cábalas figuran entre los grandes momentos de nuestras vidas, una herencia involuta con una huella que no la borra el tiempo, ni las modas, ni las angustias, ni esta modernidad poética y con toda seguridad, ha de ser cierto lo que sentenció en su poema “A uno de tantos”: “¡nunca se muere una canción!”.

El hijo de Mariano Lebrón Saviñón, Mariano Lebrón Hernández, manifestó que él y su familia se sienten orgullosos y honrados por su padre. Agradeció y valoró el acto hecho en memoria de su padre y a todos los que en su nombre estaban allí presentes. Asistieron el director de la BPHU, Diomedes Núñez Polanco y los académicos de la lengua Tony Raful, León David, Manuel Salvador Gautier, Basilio Belliard y Miguel Collado.Santo Domingo, 23 de agosto de 2018.

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