Rencoroso (rencorista) -narración (narrativa) – emprendimiento

RENCOROSO – RENCORISTA

Hace un par de meses se tuvo contacto en República Dominicana con alguien que hablaba y entre otras palabras vernáculas incluyó a “rencorista”. No hubo espanto de parte del oyente, sino una toma de conciencia con respecto al término para traerlo a estas reflexiones sobre el idioma.

Rencorista, como puede deducirse del título, entra en pugna con rencoroso, que es un vocablo de larga data en el idioma común. El abolengo que pueda mostrar la palabra “rencoroso” no es para amilanar a una voz de llegada reciente al idioma común. Lo último se deja claro porque son muchas las palabras nuevas en el idioma de todos, que cobran vigencia de tal naturaleza que desplazan a las establecidas desde hace largo tiempo.

Con respecto de esta palabra nueva no puede hacerse especulaciones acerca de si su aceptabilidad alcanzará tanta popularidad que terminará por reemplazar a “rencoroso”.

Para entrar en materia en relación con los dos vocablos del título se examinarán las terminaciones que los dos llevan, “-oso” e “-ista”, para evaluar las certezas de sus formaciones y quizá predecir el incierto futuro. Lo de “incierto” se explicará más abajo.

El rencoroso que se oye y lee regularmente tiene funciones de adjetivo, así como de sustantivo. Se usa en ambos sentidos en el habla dominicana y más que nada significa que la persona que tiene este sentimiento lo experimenta con gran intensidad o, tiene propensión a sentirlo.

La terminación -ista que se le añade en el habla al rencor, para hacerlo “rencorista”, en su sentido estricto esta terminación se une a nombres de profesiones o doctrinas para indicar que la persona trabaja en esa profesión, o que es partidario de la doctrina. Los ejemplos son muchos en la política dominicana.

Es posible -explicación que se aventura- que colocarle esta terminación al rencor sea producto de la gran tendencia que existe en República Dominicana a ocuparse de las situaciones y temas políticos.

Varios ejemplos del uso de este sufijo se encuentran en la obra Un estudio de lexicosemántica: el español dominicano (2006) libro en el que abundan los ejemplos. Los dominicanos en sus orientaciones políticas son perredeístas, peledeístas, catorcistas y un largo etcétera. Esos citados se formaron sobre siglas de partidos que se leen como palabras, perredé, peeledé, etc. También hay ejemplos del sufijo añadido a nombres propios, trujillistas, balagueristas, leonelistas y otro largo etcétera.

Como lo que se lee y oye a diario tiene mucha relación con la terminación -ista, el hablante ha concluido que es posible hacerlo para llamar “rencorista” a la persona que siente rencor o que tiene tendencia a sentirlo.

 

NARRACIÓN – NARRATIVA

“Actualmente la familia está en crisis; en Occidente, el colapso de la NARRATIVA cultural del matrimonio significa que menos personas se casan y cada vez más niños nacen en familias que carecen de la estabilidad necesaria”.

La narrativa es un género literario que se compone de la novela, la novela corta y el cuento. Con ese nombre se designa además el conjunto de obras literarias de este género de un país, de una época o, de un escritor. También se denomina con este nombre la habilidad para narrar. La narrativa y la narración son sinónimas cuando se refieren a la acción de narrar.

La narración es literatura en lo relativo a novela, cuento. Como se intuye de lo expuesto ya, es el resultado de narrar. Ahora bien, la parte que interesa para este comentario es el momento o la situación en que narración es una de las partes en que se divide el discurso retórico y, es en esa parte en la que se explican los hechos que aclaran el asunto de que se trata.

Hace largo tiempo que se observa en el español de los Estados Unidos una tendencia a llamar “narrativa” a esta parte del discurso, a esta narración de los hechos que hace más perceptible lo que se argumenta. El ejemplo que se ha insertado a manera de ejemplo es muy bueno, solo que equivocaron la denominación de este.

Esto sucede muy posiblemente porque la retórica no se enseña hoy en los predios del español con la misma intensidad que se hacía antes. Como consecuencia de ello las partes que forman este arte han perdido vigencia en el habla diaria y, de allí surge la confusión.

 

EMPRENDIMIENTO

“. . .prohibiéndoles iniciar nuevos EMPRENDIMIENTOS durante muchos años”.

En la prensa escrita y en la hablada se ha notado últimamente una tendencia a emplear con frecuencia el término del título. En algunas ocasiones utilizan el vocablo sin reparar en que no es sinónimo de empresa.

La vigésima tercera edición del Diccionario de la lengua española, DRAE, de la Real Academia Española, trae un artículo nuevo para definir lo que se comprende por emprendimiento. Ya el Diccionario del español actual (1999) traía de forma introductoria y tímida esta voz. Ese diccionario la definía sencillamente como la ‘acción de emprender’. El diccionario de la Academia de Madrid reprodujo esa como la primera acepción, pero fue más lejos en su segunda acepción.

La segunda acepción, siguiendo el ejemplo de del Diccionario integral del español de Argentina (2008), que asienta en sus páginas para emprendimiento, ‘actividad, en especial comercial o industrial, innovadora o que implica iniciativa, esfuerzo, trabajo o riesgo’; el DRAE le da un giro al asunto al consignar que el emprendimiento es ‘la cualidad de emprendedor’.

Al definir lo que “emprendedor” es en la última edición del DRAE, artículo enmendado, se lee ‘que emprende con resolución acciones o empresas innovadoras’; con anterioridad no figuraban las palabras “empresas innovadoras” en esta caracterización del emprendedor.

Como puede notarse por medio de la lectura cuidadosa de las redacciones de estas acepciones, el colegio madrileño de la lengua no copia lo que otros diccionarios han escrito, pero modifica su definición siguiendo la tendencia señalada por esos diccionarios.

En la noción de empresa del DRAE está ausente el rasgo “innovador” para caracterizarlo. Tampoco aparece en ella el carácter de “iniciativa” que han introducido los redactores argentinos en el diccionario integral.

Al final de las comparaciones y el recuento de la evolución, lo importante es no confundir las dos nociones, la empresa con el emprendimiento; y, el empresario con el emprendedor.

© 2014 Roberto E. Guzmán