PRESENTACIÓN LIBRO DE FAUSTO LEONARDO HENRÍQUEZ
El poemario de Fausto Leonardo Henríquez explora, lírica y estéticamente, la vertiente telúrica del paisaje campesino y el origen sagrado de lo creado, al instaurarse en pleno campo cibaeño y, mediante oportunas imágenes poéticas, el hablante lírico recrea simbólicamente la Creación del Mundo y “revive” ese estadio primordial, genesíaco y original, para sentir el Mundo en forma empática. Mediante la descripción del impacto emocional que la realidad proyecta en su interior, se aprecia su inserción en la dimensión singular de lo viviente.
El poeta asume una actitud vitalista, luminosa y radiante. Desde el aliento espiritual de su visión del Mundo, con mirada profunda, holística y poética, retoma fenómenos y elementos y reconstruye sus vivencias para recrearlas poéticamente. Su aliento creador, interiorizado y bíblico, se reconcilia con el sentido de lo viviente y, en tono empático y gozoso, suma a su dimensión estética la vertiente espiritual de sus percepciones trascendentes. El pasaje siguiente describe el singular estado del éxtasis místico:“Desperté en un mundo/ donde no oía el ruido arenoso de los carros,/ lejos del mundo y el grotesco/ tambor de la violencia./ Vi el cielo abierto como un túnel iluminado/ por el cual entraban, vestidos de blanco, /silbando, los lirios. / Cuando entré en un clima sobrenatural/ tocaba mi piel y la sentía como de aire,/ y al hablar no hacía falta la voz,/ sino la mirada/ y la sinceridad del cristal desnudo/del alma rutilante”.
Con su visión amorosa, el poeta místico siente que el Universo se abre a su corazón y así lo experimenta nuestro agraciado creador al comprobar que el Mundo se recrea cada día ante las pupilas asombradas de quien contempla la belleza de la Creación, como la ven los que miran por primera vez las cosas, los que creen en el milagro y los que disfrutan las maravillas del Universo. El poeta lo expresa simbólicamente: “En el hueco de mis manos/recojo tu voz /y me la bebo”.
La sensibilidad trascendente se potencia en los poetas que sienten el llamado de la Fuerza Espiritual del Universo, como se aprecia en este creador dominicano, que recibió el don del sacerdocio, el don de la mística y el don de la poesía, plasmados en una obra de inspiración espiritual y estética bajo la iluminación mística del Interiorismo. Poeta signado por lo sagrado, Fausto Leonardo Henríquez hace de la poesía un vínculo sublime en procura del más hermoso sentido de la vida, vale decir, desde la más cabal consagración poética.
La Academia Dominicana de la Lengua reconoció al escritor dominicano Fausto Leonardo Henríquez, quien obtuvo el XXIX Premio Mundial de Poesía Mística, Fernando Rielo 2009. El acto contó con la presencia de académicos, escritores, y familiares del padre Henríquez. Fue encabezado por Bruno Rosario Candelier, director de esta Corporación, quien entregó el pergamino de reconocimiento en el marco de la presentación de la obra del escritor vegano, el poemario El arca de amasar diluvios.
Fausto Leonardo Henríquez vive la fe con auténtica entrega, su labor sacerdotal y escritural no están separadas, ya que su poesía es testimonio y manifestación de la grandeza divina, afirmó Rosario Candelier al presentarlo y precisó que el escritor ha podido comunicar esta vivencia a través de su poesía gracias a su capacidad de creación. Subrayó que la producción literaria del sacerdote-poeta evidencia que está dotado de tres dones: el don de la poesía, con la capacidad para testimoniar la verdad y la belleza; el don sagrado de la mística, con el que comunica el impacto que produce el vivir cotidiano en contacto con lo divino; y el don sagrado del sacerdocio, razón por la cual en su vida y su obra fluye un vínculo entrañable con la Divinidad. “Este valioso poeta dominicano encauza, con el lenguaje de las imágenes, lo que concita su intuición ante la verdad, la belleza y el misterio, mediante una visión lírica, metafísica y simbólica afín a su sensibilidad social, espiritual y estética. Su poesía canaliza el sentido de lo viviente intuido mediante la energía interior de la conciencia, que el poeta expresa desde la perspectiva de su sensibilidad profunda, por lo cual asume la vertiente interiorista de la creación con la connotación trascendente de hechos, fenómenos y cosas. Hace de la poesía un vínculo humanizante y sublime a favor del más hermoso sentido de la vida, como se manifiesta en esta obra poética, que confirma y potencia su talante creador”.
Al señalar que Fausto Leonardo Henríquez es un valioso exponente del Movimiento Interiorista, dijo también que la obra de este autor dominicano posee tres aspectos fundamentales, a saber: el aliento telúrico que permea el texto; la energía religiosa, en sentido trascendente; y la energía lírica que brota como un sentimiento especial de la sensibilidad del poeta en tanto amanuense de la Fuerza Espiritual del Universo. “Hacer poesía es acercase a Dios, todos los días”. Con esta frase inició el sacerdote-poeta su participación, señalando que su obra poética aplica los postulados estéticos del Interiorismo, movimiento literario fundado y dirigido por Bruno Rosario Candelier, cuya estética tiene cultores tanto en América como en España. El poeta y sacerdote dominicano agradeció el homenaje conferido por la Academia y acaparó la audiencia presente al leer varios de sus poemas.
Fausto Leonardo Henríquez nació en La Vega, Rep. Dominicana, el 20 de noviembre de 1966. Presbítero de la Congregación de la Misión y Licenciado en Teología, ha publicado los siguientes libros de poesía: Claridades, 1994; Sucesiones, 1995; La Seducción del Aire, 1999; La Otra Latitud, 1999; Muestra Poética, 2002; Ínsula Presentida, 2004; Antología Mayor del Movimiento Interiorista, 2007. Fundador y Editor de la revista CriticArte. Citado en varias antologías del Movimiento Interiorista, entre ellas, La Creación Interiorista y Poesía Mística del Interiorismo, de Bruno Rosario Candelier. Es Dirigente Internacional del Movimiento Interiorista, de cuya Comisión Intelectual forma parte. Fue columnista de opinión (1998-2008) de La prensa hondureña. Fausto Leonardo Henríquez ganó el XXIX Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística, concedido en Roma, por su poemario Gemidos del ciervo herido. Según el jurado del galardón, este conjunto de poemas expresa, con dominio y destreza literaria, «la superación, la esperanza y el gozo de lo divino en lo humano y de lo humano en lo divino». Actualmente reside en Valencia (España), donde ejerce como sacerdote de su Congregación. Santo Domingo, ADL, 14 de julio de 2011.
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