DOCTORADO HONORIS CAUSA EN HONOR DE DON HUMBERTO LÓPEZ MORALES, SECRETARIO GENERAL

Conferido por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la Universidad Primada de América honró a don Humberto López Morales con el Doctorado Honoris Causa en Filosofía y Letras, en reconocimiento al aporte lingüístico del veterano investigador, filólogo y profesor antillano que actualmente ostenta el cargo de Secretario General de la Asociación de Academias de la Lengua Española.

El desfile protocolar de las autoridades académicas inició la ceremonia,  efectuada en el Auditorio Manuel del Cabral de la Biblioteca Pedro Mir de la UASD. Acto seguido, se dio lectura a la semblanza del Dr. López Morales cuyos méritos fueron ponderados por el Consejo Universitario y el Claustro de la Institución. El Secretario General de la UASD leyó el pergamino que consigna el título Doctor Honoris Causa a Humberto López Morales y el Rector Magnifico, doctor Franklin García Fermín, lo entregó al recipiendario conjuntamente con la sortija y el broche distintivo de la Universidad Primada de América.

La ceremonia continuó con la alocución del señor Rector, quien ponderó los aportes hechos por López Morales a favor del desarrollo y la valoración del español en el mundo hispanohablante, reconociéndolo como uno de los más prestantes estudiosos del español en América. Al entregarle la presea que confiere a nuestro distinguido lingüista el título de Doctor Honoris Causa, el Rector de la Universidad Primada de América, Dr. Franklin García Fermín, ponderó los altos méritos del destacado dirigente de los académicos de la lengua española. «La Universidad Autónoma de Santo Domingo se honra al otorgarle el alto reconocimiento a este erudito paradigmático de las ciencias sociales, por entender que se trata de un científico dedicado en cuerpo y alma al estudio y divulgación de la Sociolingüística, la Lexicografía y la Filología. El gran mérito de este lingüista connotado reside en el ingente esfuerzo que ha desplegado para expandir los dominios de la lengua de Cervantes a naciones de distintos continentes donde se hablan otros idiomas, como Estados Unidos de Norteamérica, Alemania, Suiza, Holanda, Inglaterra, Italia, Portugal, Suecia, Noruega y Filipinas», expresó el Rector magnífico.

En su conferencia titulada “Esteban Pichardo y los orígenes de la Lexicografía antillana”, López Morales tributó un reconocimiento  a la memoria del lingüista dominicano Arturo Jimenes Sabater, que fuera Miembro de Número de nuestra Academia. En su disertación, refirió que mientras en España la lexicografía «moderna» se mantenía viva gracias a los trabajos de la Real Academia Española, en América no se ha encontrado rastro de esta actividad hasta el advenimiento del dominicano Esteban Pichardo, que desarrolló en Cuba una labor lexicográfica precursora de esta ciencia del lenguaje. Describió el panorama que precedía a Esteban Pichardo, quien en 1836 publicó en Matanzas, Cuba, el primer Diccionario de voces cubanas, obra que da inicio a los estudios lexicográficos en Hispanoamérica.  Explicó que para 1795, Fray José María Pañalver sintió la necesidad de preparar un diccionario de regionalismos  y presentó a la Sociedad Cultural Amigos del País una propuesta para realizar un  Diccionario Provincial de la Isla de Cuba, en el que se consignarían las voces ignoradas en Europa y América. Además se incluirían voces nacidas en ese país (plátano, buniato, yuca) que no se derivaran del español, así como las de origen español con diferente ortografía, pronunciación y significado (berrear, quejare, berjetería); empero, no habría cabida para el «habla de la negrería» (funche, fufú, quimbombó), pero sí para los indigenismos (cacao, hamaca, jícara). Este proyecto se llevó a cabo pero no llegó a imprenta, aunque fue reseñado por Enrique José Varona, 90 años después, en La Enseñanza, revista quincenal de Educación Pública.

Otros antecedentes, desconocidos por Pichardo, son: el fragmento del Viaje de Perico Ligero al país de los moros, de 1816 y el Cuadro Estadístico de la Isla de Cuba, de 1827. López Morales destacó que el primer texto consigna unos 70 vocablos, entre los que se encontraban ajiaco, búcaro, caimito, fuetes, guanajo, jovos y  maruga, entre otros.

Otro detalle importante es el hecho de anotar palabras y a renglón seguido presenta un intento de definición o el dialectalismo mexicano correspondiente: ajiaco, guiso de vaca, tasajo, plátano, jamón, yuca, muniato y mucha especería, guanajo e guajolote, maní, etc. Dijo el disertante que Esteban recorrió palmo a palmo la isla de Cuba, lo que le permitió conocer como nadie el habla cubana de la época, así como su geografía por lo cual no sorprende que los geógrafos se hayan adueñado de Pichardo, gracias a sus notables aportes en esa área. Don Humberto recalcó que el diccionario pichardiano nos acerca a los orígenes de la lexicografía dialectal hispanoamericana, donde las piezas claves son el lema, la definición y la información complementaria. Pero, lo que verdaderamente interesa es el tratamiento que este investigador da a estos elementos, por ejemplo, Pichardo duplica las entradas: cantúa o cantuda, canístel o caniste, cajilla o cajetilla, con lo cual simplifica la macroestructura del diccionario al no trabajar con remisiones, como en la actualidad. Otro aspecto señalado por el lingüista en torno a la labor lexicográfica de Pichardo es el abordaje de las etimologías, que a su juicio son  simples y de sentido general: caguarita (diminutivo de caguará), caguama (voz indígena), cabezo (voz marítima). También la localización diatópica que indica donde se usa la palabra. Valoró el acierto de Esteban Pichardo, al contemplar los llamados contornos, elementos que no pertenecen a la definición pero que la especifican. «Sin dudarlo creo que los antillanos debemos sentirnos muy orgullosos de las diversas facturas del diccionario de Pichardo. Sólo después de su ejemplo, otros estudiosos de nuestro continente comenzaron sus trabajos lexicográficos dialectales», especificó Humberto López Morales en su magistral disertación.

La solemnidad de la ceremonia acogió con emoción los arpegios de las interpretaciones de los Cantantes Líricos dirigidos por Gladys Pérez, recital que clausuró el acto protocolar en honor de nuestro ilustre lingüista y académico. La delegación de la Academia Dominicana de la Lengua, encabezada por su Director, Bruno Rosario Candelier, integrada por el Secretario, Ramón Emilio Reyes y los académicos Manuel Núñez Asencio, Rafael González Tirado, Manuel Matos Moquete, Ana Margarita Haché, Irene Pérez Guerra, María José Rincón y Ofelia Berrido, compartió el homenaje celebrado en honor al Académico de Puerto Rico.

El Dr. López Morales es conocido, admirado y respetado en todo el mundo hispánico por su contribución al desarrollo de la Sociolingüística y la Lexicografía, disciplinas a las que ha consagrado su labor bibliográfica en la ciencia del lenguaje, inspiración de su fecunda trayectoria intelectual. El destacado profesor, académico y lingüista ha impartido docencia sobre temas sociolingüísticos y lexicográficos en varias universidades e instituciones culturales de Europa y América. Ha dictado numerosas conferencias en importantes centros académicos de los cinco continentes. Ha sido reconocido por varias universidades de América y Europa y es Miembro Correspondiente de numerosas Corporaciones americanas de la Lengua, incluida la Academia Dominicana. Autor de valiosas obras de lingüística y literatura, entre sus múltiples méritos figuran de manera destacada el don pedagógico para la enseñanza, la capacidad expositiva en sus disertaciones y la vasta cultura lingüística y literaria que endosa su sólida formación intelectual. Actualmente el ilustre Maestro del lenguaje dirige el equipo de investigadores lingüísticos que labora en la confección del Diccionario de Americanismos, código que la Real Academia Española publicará en marzo de 2010 con motivo del V Congreso Internacional de la Lengua Española, a celebrarse en la ciudad chilena de Valparaíso.

La Academia Dominicana de la Lengua celebró el reconocimiento al laureado antillano universal que le fuera otorgado en la capital dominicana durante el acto protocolar ante la presencia de autoridades universitarias, intelectuales y escritores, estudiantes y profesores, nuevo trofeo que enaltece a nuestro ilustre, querido y admirado colega y amigo. Santo Domingo de Guzmán, 27 de agosto de 2009.

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