ESCENARIO

“En este ESCENARIO, los funcionarios que tendrían que renunciar en los próximos. . .”

De un tiempo a esta fecha se ha notado una tendencia a utilizar la palabra escenario para atribuirle una acepción que ha estado en entredicho.


En esta sección se revisará el uso del vocablo del título con las nuevas acepciones. Se analizará la tendencia actual y se verá la posición final de las autoridades de la lengua con respecto a este término. Para terminar se mencionará la razón principal que ha movido a las autoridades de la lengua a intervenir.

La tendencia moderna para la palabra del título ha sido ampliar su campo de acción para llevarla a igualarla a la voz del inglés “scenario” que tiene una pronunciación parecida a la del español.
La tendencia a que se alude en la oración anterior viene a cuento si se piensa que hasta fecha reciente entre las palabras de las dos lenguas había una diferencia en cuanto a las acepciones.

Los dos vocablos (español e inglés) comparten casi todas las significaciones, salvo que en algunos detalles las dos lenguas tomaban distancia una de otra. En materia de obras del intelecto (teatro) la voz del inglés debe llevarse al español con la palabra “argumento”. Para otras obras parecidas a las anteriores, en cine y televisión, se puede echar mano de “guión”.

Los intelectuales que escriben, las personas cultas que leen inglés empezaron a utilizar el vocablo escenario del español como equivalente de “scenario” del inglés en los casos en que significa “pronóstico, marco hipotético, hipótesis, supuesto”. Más aún, le reconocieron al español el valor de “panorama, perspectiva” en casos en los que se trataba de asuntos del futuro.

Durante largo tiempo se mantuvo a raya la mala traducción usando el término “situación” para trasladar al español algunas de las significaciones de la voz del inglés, como conjunto de circunstancias que rodean a una persona o un suceso.

El escenario del español al llevarlo al inglés significa “stage”. Es la parte del teatro donde se coloca la decoración y donde se representa la obra o el espectáculo.

La historia no termina aquí. La RAE ha enmendado la redacción que corresponde al vocablo del español y añadió una quinta acepción que aparecerá en la edición vigésima tercera.

En esa nueva acepción reconoce que escenario es “posibilidades o perspectivas de un hecho o de una situación”. Esto quiere decir que reconoció el empleo introducido por el uso culto.

No se puede reconvenir el giro adoptado por la autoridad máxima de la lengua pues por lo menos esta vez no tradujeron la acepción del inglés.

Queda en el olvido la advertencia del diccionario Clave de que era un anglicismo innecesario el uso de escenario para “contexto o panorama”.

PROMULGAR

“Sin embargo, cuando la SEC contactó a G., G. PROMULGÓ comentarios falsos adicionales confirmando la existencia de la cartera de préstamos referida en la carta de verificación de activos ficticia. . .”
Todos los redactores no solo pueden incurrir en errores sino que tienen derecho a eso. Cuando una persona cuidadosa se equivoca, quien así actúa incurre en un pecado venial, en una falla perdonable, de poca monta. Cuando no se perdona el desliz es cuando se tropieza sobre un término corriente que no presenta dificultad para su cabal comprensión. En el ejemplo de la cita el redactor erró más que por otro motivo, por descuido.

El verbo promulgar es un verbo de lujo. Con eso se desea destacar que se utiliza en situaciones muy bien contadas. Si se revisan sus acepciones hay que convenir con esta aseveración. Más abajo se repasarán las acepciones conocidas y reconocidas y se destacarán las cualidades que hacen de éste un verbo de lujo.

La primera acepción del verbo promulgar es publicar algo “solemnemente”. La segunda acepción es hacer que algo se divulgue y propague “mucho en público”. La última es publicar “formalmente” una ley o disposición de “autoridad” para que sea cumplida y hecha cumplir como “obligatoria”. Las cualidades se han entrecomillado para resaltarlas.

Una vez que se entiende que la publicación es solemne no hay lugar a equívocos. Por lo general se reserva el verbo para las leyes, decretos y otras disposiciones de aplicación general que son de cumplimiento obligatorio.

Al llegar a la conclusión de esta sección hay que aprovechar la ocasión para proponer algunas soluciones para este entuerto. Quizás en esta circunstancia cabía que se usase el verbo “emitir” porque en referencia a opiniones es darlas o manifestarlas. Otra posibilidad era utilizar el verbo expresar.

Muchas veces la clave para no caer en yerros es servirse de las palabras que son bien conocidas de quien redacta o habla. El riesgo de caer en falta aumenta en la misma medida en que se aleja el escritor de los vocablos usuales. El apego a lo bien conocido paga con creces en claridad y limpieza.

DEKABES – DOS CABEZAS

En esta sección de nuevo se estudiará el fenómeno del paso de una combinación del español dominicano a una del idioma haitiano.

Los jugadores dominicanos de dominó reconocen enseguida la combinación “dos cabezas” que forma parte del léxico del juego. Se dice que una ficha tiene dos cabezas cuando puede colocarse en uno u otro de los extremos de las fichas colocadas sobre la mesa.

La importancia de este “cabeza-doble” es mayor aún cuando quien tiene la ficha de las dos cabezas puede con ella abrir o trancar el juego a voluntad.

En haitiano “dekabès” es ganar por partida doble; es acertar el premio mayor o gordo en la lotería. La utilizan en el juego del dominó de modo muy parecido al dominicano. También lo usan en sentido figurado para destacar que alguna actividad que se hace trae ganancias en más de una manera.

La palabra del haitiano es una combinación del número dos y de una palabra muy parecida al español cabeza. Las dos partes están unidas en una sola voz que reproduce el sonido de las dos como representación gráfica de éste.

Hay que tener en cuenta que la voz “kabès” en haitiano significa cabeza, inteligencia, imaginación, destreza. Este vocablo no tiene parecido con ninguno de la lengua francesa y sí semejanza con la palabra cabeza del español corriente.

Con la exposición presentada más arriba se espera haber satisfecho el propósito de demostrar que los dos términos sometidos a estudio tienen nexos. En haitiano han enriquecido la combinación al añadirle un significado en sentido figurado.

ENDEUDAMIENTO – *ADEUDAMIENTO

“Pero el déficit presupuestal es tan grave que si el gobierno no logra restablecer la credibilidad fiscal del país bien podría enfrentar el tipo de crisis de ADEUDAMIENTO que hoy agobia a. . .”

En muchas ocasiones uno no sabe si atribuirle el error a una equivocación al pulsar el redactor sobre el teclado o si en realidad es una falla originada por la falta de conocimiento del español.
En uno u otro caso el texto copiado llena su cometido porque permite avanzar unas ideas y esclarecer algunos conceptos para que la difusión de este tipo de literatura no induzca a terceros a incurrir en el mismo tipo de error.

A  pesar de que en el párrafo anterior se utiliza la palabra “error” para referirse a la manera en como el articulista ha llamado lo que el común de los mortales reconocen por el nombre de endeudamiento, no debe tomarse en su sentido literal  y debe ser atenuado el lenguaje a este respecto.

Más abajo se presentan las razones por las cuales se considera que el uso de *adeudamiento no es acertado, sobre todo en este caso específico, a pesar de que se simpatiza con la formación del sustantivo.

El verbo adeudar es tener deuda material con alguien; es también hacer deudor a alguien, obligarle por deuda, favor, etc. Cuando se llega al verbo en funciones pronominales, la autoridades de la lengua entienden que corresponde usar el verbo endeudarse que vale para expresar contraer deudas, reconocerse obligado.

Ya se ha despejado una parte del asunto. Se puede pasar aquí a considerar la palabra propuesta y, generalmente aceptada, para la acción de un gobierno contraer obligaciones de pago. Esa palabra es la que consta en el título, endeudamiento, que el DRAE define así: “conjunto de obligaciones de pago contraídas por una nación, una empresa o persona.

La importancia que tiene el sustantivo es tal que los encargados de mantener la unidad de la lengua al caracterizarlo colocan a la nación en primer lugar.

Una vez agotado el camino que se propuso al principio de esta exposición hay que introducir un dato que consta en un diccionario de sinónimos hispanoamericanos. Ha de tenerse en cuenta que se trae a colación no como argumento de descargo de responsabilidad del analista que escribió el pasaje citado.

En el “Diccionario de sinónimos hispanoamericanos, obra de Darío Espina Pérez, 1969, se encuentra que adeudarse es sinónimo de endeudarse. El espacio que media entre estos verbos citados y los nombres correspondientes es muy poco. Para terminar puede proponerse como explicación para el uso que se hizo en la cita que el *adeudamiento es una consecuencia de que en algún país (o países) de la América hispana se considere posible su uso.

Hasta el momento de redactar estas apostillas acerca de la lengua el autor piensa que el único caso en que es posible emplear el verbo adeudarse es cuando ese verbo se refiere a acciones recíprocas, es decir, las personas así mencionadas se adeudan dinero o favores recíprocamente.

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