BRASERO – BRACERO

“. . .puso en la mesa postres, una sección con pequeños BRACEROS para asar marsmallows (sic) y colocarlos dentro de galletas. . .”

El amigo chusco diría que quien a esta altura no sabe cuál es la diferencia entre el brasero y el bracero es porque está más perdido que el hijo de Lindbergh.

El brasero es el que desciende o deriva de brasa. Es un recipiente en el cual se echan o se hacen brasas para calentarse. Puede usarse para calentar personas en tiempo o lugares fríos, y, hasta para cocinar o calentar alimentos. En la edición 23ª. del DRAE el colegio madrileño de la lengua ha incorporado el brasero eléctrico. En Argentina y México este brasero es un hogar o fogón portátil destinado a cocinar.

Al actualizar el español de los americanos el DAA ha agregado cinco países más a los dos que el DRAE trae en su nómina. Incluye ese diccionario a Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Paraguay.

En cuanto al bracero en el diccionario oficial de la lengua española reconocida aparecerá la acepción con modificaciones pertinentes. Ya no será en la vigésima tercera edición el jornalero que emigra temporalmente a otro país para convertirse en el jornalero no cualificado que trabaja en el campo. Será solamente el jornalero no cualificado que trabaja en el campo.

Con la lectura de los párrafos anteriores se nota la gran diferencia que existe entre las dos voces del español. Todo el lío se le forma a la redactora por el famoso seseo de los americanos que no distinguimos entre algunas consonantes. Eso no es un secreto, se pronuncian de la misma manera la C, la S, y la Z en la América mulata. Esta acción consiste en pronunciar como S  la Z o la C ante E o I.

No se dejará pasar la oportunidad sin antes puntualizar que no debe echarse toda la culpa sobre el seseo de los americanos, sino que una buena cuota hay que atribuírsela al olvido de nociones elementales del léxico común, esto tiene algo de eso que en lenguaje culto se llama “ignorancia supina”.

DISPERSAR – DISIPAR

“. . .que destruiría los cuadernos de votación 48 horas después de celebrarse los comicios para DISPERSAR los temores asociados con salir a votar en estas primarias.”

Aquí de nuevo se ha producido un error al utilizar una palabra por otra. En este caso como en tantos otros que se han tratado por medio de estos comentarios la confusión se origina en la mala asimilación de dos términos del español. Estas son pifias que dan risa pero producen ganas de llorar. Disfrute el oxímoron quien pueda.

Como se acostumbra a hacer en estos análisis se procederá primero a examinar los significados de la palabra dispersar para luego hacer lo mismo con el vocablo disipar. Con esto se expondrá la mala selección de término que hizo quien redactó la reseña.

El verbo dispersar cuenta con cuatro acepciones incluidas en el DRAE. La primera asienta que es equivalente de separar y diseminar lo que antes estaba reunido. La segunda es más interesante todavía: es dividir el esfuerzo, la atención o la actividad de modo desordenado en múltiples direcciones. Las dos restantes acepciones pertenecen al ámbito militar: romper, desbaratar al enemigo provocando la huida en desorden. La última es desplegar en orden abierto de guerrilla una fuerza.

Si se observa bien el asunto hay un denominador común en todas estas acepciones; separar, diseminar, dividir, desbaratar, desplegar. Es lo contrario -de alguna manera- de juntar, reunir.

Disipar también tiene cuatro significados de los cuales solo se mencionarán las características sobresalientes para el asunto que se trata en esta sección. En primer lugar es desvanecer, evaporarse, resolverse, quedar en nada. Desvanecer a su vez es deshacer, anular, quitar de la mente una idea. Resolver es deshacer, destruir.

De lo que se trataba en la oración transcrita de acuerdo con el sentido de esta no era de diseminar el temor sino de desvanecerlo, deshacerlo, destruirlo. Para entender el origen de este tipo de impropiedad en el uso de algunos vocablos solo puede hacerse recurriendo a la explicación que ya antes se ha ofrecido en otras ocasiones anteriores. Se cae en estos errores porque no se conocen bien las voces que se emplean en la redacción.

En algunos casos esto ocurre porque el redactor/a trata de embellecer tanto su estilo con la introducción de palabras mal entendidas que al final lo malogra todo y cambia la idea de lo que quiso expresar.

GIRAR

“. . .y ordena al ministro de la Defensa, H. R. S., GIRAR las instrucciones pertinentes a los fines de garantizar la custodia del material. . .”

No es la primera vez que se lee el verbo del título utilizado del modo en que aparece en la cita. Se había escuchado muchas veces en las conversaciones un empleo semejante al de la cita para este verbo. Como los recuerdos acerca de este verbo llegan hasta hace muchos años se puede asegurar que no es algo nuevo.

Como sucede casi siempre en casos similares al del texto copiado, se llega al error por medio de una mala interpretación de una de las acepciones aceptadas en la lengua corriente. Esta aserción se estudiará más abajo en el desarrollo del tema después de que se haya terminado con los conceptos generales de las significaciones generales.

La primera noción para el verbo girar es mover algo alrededor de un punto o eje. La segunda es enviar dinero por giro postal, telegráfico, etc. En derecho es expedir libranzas, letras de cambio u órdenes de pago. Las acepciones anteriores son en tanto que verbo transitivo.

En funciones intransitivas el verbo es dar vuelta una cosa alrededor de un eje o punto. Referido a conversación, negocio o algo similar es desarrollarse en torno a un tema dado. Ya alejándose de los conceptos anteriores es desviarse o cambiar con respecto a la dirección original. Por último en materia comercial es hacer las operaciones mercantiles de una empresa.

Después de llegar a este punto, vale que uno se haga la pregunta de cómo llegó el uso a trasladar el verbo hasta el extremo de que se le use con impunidad para propósitos como el de la cita.

La teoría que se sostiene es que se hizo una interpretación libérrima del etc. de la segunda acepción. No corresponde que se utilice el verbo de esta manera porque ese etcétera se aplica solo a los modos de enviar el dinero, no a lo que se puede enviar.

Lo precedente -explicado en la última oración del párrafo anterior a este- sirve de apoyo para que algunos hispanohablantes entiendan que se pueden enviar cualquier tipo de asuntos. Ha de retenerse que en la acepción aceptada en derecho se refiere también a valores y, solo a eso; por lo tanto  no puede olvidarse que no hay etcétera alguno en la redacción.

En lugar de devanarse las meninges con un verbo rebuscado era más llano escribir “dar, enviar, impartir, comunicar” las instrucciones. Más sencillo y más coherente.

INTRAMONTANO

“. . .evocan la forma de un chorizo al referirse a su ciudad, cuyo eje Norte-Sur, se reduce a las estrechas y enclaustradas márgenes del Valle INTRAMONTANO.”

Desde la primera oración de esta exposición se desea hacer constar dos asuntos. El primero es que la palabra del título no cuenta con el reconocimiento de las autoridades de la lengua. La segunda es que esa voz cuenta con la simpatía de quien estas apostillas escribe. En el cuerpo de esta sección se expondrán los orígenes de la simpatía.

Si se examinan los genes del vocablo intramontano se percata el curioso con que está formado de manera acorde con los cánones de la lengua. “Intr-” es una forma tomada del latín del prefijo “inter” de esa lengua. “Intra” es una preposición del latín derivada indirectamente de “ínter” que por sí significa “dentro” y que puede emplearse como prefijo.

La segunda parte del término en el epígrafe, montano, se acepta para designar lo que es “de monte” o “del monte”. Ya llegado a esta parte se puede traer en auxilio otras palabras que están de alguna manera emparentadas con la voz del título.

El hablante de español en el uso y los estudiosos reconocen la palabra “tramontano/a” cuya redacción aparecerá modificada en la edición 23ª. del DRAE; será así: “Que, respecto de alguna parte, está del otro lado de los montes”.

Aun cuando no haga falta escribirlo de manera directa, se recuerda que el “intramontano” del pasaje citado vale para expresar que eso que se menciona está colocado o se encuentra entre montañas.

No se trata aquí de alentar a los redactores a que se den a la tarea de crear cada vez nuevas palabras; no obstante, de vez en cuando una voz bien compuesta y colocada hábilmente en un párrafo puede darle un sabor particular a la lectura. Sobre todo si no se abusa de esto y si el contexto se presta para ello.

*DISTRACTOR

“Después, vaciar las imágenes de elementos DISTRACTORES -la gente-, las obras de arte- y realiza diagramas. . .”

Como de seguro podrán imaginar los lectores mediante la frase reproducida más arriba, el texto del cual se extraen los vocablos, pertenece a una reseña de arte pictórico. Ya se ha expresado que estas personas son, en opinión del redactor de estas reflexiones, quienes muestran mayor inconformidad con la vastedad del idioma español. La explicación que se ofrece es que ellos/as son quienes demuestran la mayor creatividad semántica. Con esa tendencia demuestran que el léxico español no les satisface.

Como el término distractor no aparece inventariado en ninguno de los diccionarios de uso del español, hay que llegar a la conclusión de que es una creación de la crítica de arte. No le queda al lector acucioso más remedio que suplir la falta de exactitud con una buena dosis de imaginación.

Se hace necesario pensar que lo que trató de expresar la redactora -y no expresó- era vaciar las imágenes de elementos que distraen. Por infortunio no se cuenta en español con un vocablo que llene el cometido.

Como se hace en español en muchas otras circunstancias, puede aquí en este ejemplo recurrirse  a una preposición bien colocada o a otro elemento de la lengua para agenciarse una combinación que comunique cabalmente la intención del redactor. Ya antes se propuso “que distraen”.

En el caso del verbo distraer el prefijo –dis introduce la idea de separación. Piénsese por un momento que el verbo del español deriva del latín distrahere. El significado de este es apartar la atención de alguien de una cosa, pensamiento, preocupación, etc., haciendo que se fije en otro asunto. Ha de tenerse en cuenta que en otros casos el prefijo antes mencionado transforma la idea de la palabra a la cual se une en lo opuesto de lo que significaba la original.

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