BOQUERA – BOKYE – BOKE

Algunos de los lectores puede que conozcan lo que significa la voz boquera que figura en el título de esta sección. Es poco probable que sepan esos lectores lo que significan las otras dos voces que constan también en este título. Se abundará en estos asuntos en el cuerpo de esta sección.
La palabra boquera del repertorio oficial de la lengua española remite a otro vocablo para explicar la acepción que interesa a esta parte del estudio. Envía a la palabra bocera que es la excoriación en las comisuras de los labios.

Es la bocera que interesa aquí lo que se mencionó antes a lo que añade la Academia “. . .y les impide abrir la boca con facilidad”. La excoriación a la que se refiere el DRAE es a la que resulta cuando hay desgaste o se arranca el cutis o el epitelio lo que ocasiona que la carne quede al descubierto. Este epitelio es el tejido que reviste la superficie de la mucosa bucal.

Las voces segunda y tercera en el título pertenecen al criollo haitiano. La segunda es bòkye y la tercera boke. Con ellas se refieren los haitianos al fenómeno que los dominicanos conocen muy bien como boquera que en lenguaje corriente son rajaduras o úlceras en las comisuras de los labios.

La razón principal para traer las dos voces del haitiano es porque se piensa que ellas descienden del español dominicano. Las voces del francés y del haitiano que sirven para mencionar los labios y la boca difieren mucho de la emisión fonética de las dos voces del título que pertenecen al haitiano. Se asegura que el parecido fonético entre la palabra del español dominicano y las del haitiano para designar el mismo tipo de dolencia puede retenerse para afirmar que las dos del haitiano salieron del dialecto dominicano.

DESARROLLO

“No hay grandes hoteles ni DESARROLLOS turísticos.”

Aunque a simple vista parezca obvio lo que el “desarrollo turístico” empleado aquí significa si uno se detiene a analizarlo no resulta derecho sin accidentes.

El verbo desarrollar que es el que se encuentra en el seno del desarrollo da a entender que algo acrecienta, se incrementa. En los casos en que el verbo se aplica a comunidades humanas se acepta por crecer económicamente, progresar. En materia económica el desarrollo es la evolución progresiva de una economía hacia mejores niveles de vida.

Este “desarrollo turístico” que se encuentra en esta frase parece relacionarse con algo que se conoció en el español dominicano como “polo turístico” para referirse así a una zona oficialmente delimitada cuyo desarrollo se trata de lograr mediante diversas medidas de favor a los hoteles que en ellas se establezcan.

La conveniencia que hay en utilizar la solución dominicana es que el DRAE conoce el polo industrial que es uno parecido al que se definió antes pero orientado a atraer inversiones industriales a una zona determinada.

El término desarrollo en esta combinación no satisface totalmente el cometido por la vaguedad de este con relación al turismo como se demostró más arriba. En el caso de la solución dominicana existe la ventaja de que polo se retiene como sitio de convergencia en el cual se concentran los incentivos.

FARMACÉUTICA

“Las FARMACÉUTICAS están desarrollando una versión más pura y potente del segundo medicamento del que más se abusa en el país. . .”

Las farmacéuticas son las mujeres que obtuvieron un diploma que las acredita para ejercer la farmacia. Los farmacéuticos son los hombres que han conseguido lo mismo.

Si se lee a derechas el texto copiado inmediatamente debajo del título esto quiere decir que esas mujeres que ejercen el oficio de la farmacia están desarrollando une versión más pura. . . etcétera.

Naturalmente ningún cristiano piensa que este avance en las investigaciones acerca de medicamentos lo están logrando las mujeres sin ayuda de los hombres. El propósito de la reseña periodística era otro muy diferente al que se ha destacado aquí.

Todo el lío y el error en la redacción proviene de una mala digestión de vocablos parecidos entre dos lenguas que como casi siempre ocurre en estos casos sucede entre el español y el inglés.

El término farmacéutico es ante todo un adjetivo que como todos lo de su clase denomina las cosas que son relativas o pertenecientes a la farmacia. En sus funciones de nombre puede ser masculino o femenino y designa a la persona -como se escribió antes- que provista de un título académico ejerce o profesa la farmacia.

En el texto de la cita se nota enseguida que se utiliza la palabra farmacéutica en tanto que nombre y para designar a las empresas que se dedican a la fabricación de medicamentos.

En inglés se denomina pharmaceutical con funciones de adjetivo a las cosas que tienen relación con farmacia o con la manufactura y venta de productos farmacéuticos. Por esos fenómenos de las lenguas se dice y escribe en lengua inglesa que los laboratorios son farmacéuticos lo que en esa lengua es pharmaceutical.

Por extensión en inglés para referirse a las grandes empresas que se dedican a la producción de remedios aluden a ellas con la misma voz antes mencionada en función de nombre. Ese ensanchamiento no es recomendable hacerlo en español. No se puede llevar el vocablo a desempeñar funciones que no le corresponden.

Sería muy raro que este tipo de traslado fuese posible en español. La lengua está demasiado regimentada en la actualidad y esta suerte de cambios es difícil. Solo resta continuar llamando esta actividad con el nombre de “industria farmacéutica”; o laboratorios farmacéuticos. Hay quienes hasta llaman de “laboratorios farmacológicos” los centros en los cuales se fabrican o se crean nuevos medicamentos.

DE CARA A

“. . .ingresos que le permitirán aumentar sus recursos DE CARA A las primarias de New Hampshire.”

Hace un tiempo ya que viene abusándose de la combinación del título. Se usa con exceso porque a algunos periodistas les parece interesante. Casi puede decirse que es un asunto de moda. Es de esas expresiones que salen a la luz y cobran auge. Todos los redactores la utilizan porque se sienten de ese modo que están al tanto de lo que acontece en el idioma.

Como sucede con todas las cosas que se abusan, se incurre en exceso. El uso no es apegado a las buenas costumbres de la lengua. Sobre todo del buen uso de las expresiones.

Hay que tener en cuenta lo que recomienda el Manual de español urgente que puede consultarse en línea a través del portal de la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) 2008. Este manual recomienda que se evite su uso en lugar de para.

Se ha escrito y repetido muchas veces ya por medio de estas reflexiones. La sencillez es una característica que redunda en beneficio del lector. La comprensión del mensaje es más directa cuando se leen textos redactados en estilo claro, sin palabras rebuscadas.

Ocurre con frecuencia que cuando la persona que redacta se aventura a traer en su auxilio recursos que no maneja bien cae  en el error.

A POCO QUE

“A POCO QUE miremos a nuestro alrededor nos daremos cuenta de que el mundo precisa del fermento de una nueva cultura, capaz de avivar el respeto hacia el ser humano.”

Esta expresión conjuntiva no es de uso muy común en la actualidad. Sobre todo en el español de los países americanos. Tiene otras semejantes con la ayuda de “poco” que significan lo mismo.

Estas otras son “con poco que, por poco que”.

Todas ellas traen consigo la idea de que la cosa necesaria para determinar el suceso de que se trata es pequeña. Otras veces el significado de la expresión es concesivo, es decir, que lleva consigo la idea de que lo expresado en la oración principal se realizará o se hará aunque lo que se expresa en la oración que lleva la conjunción sea insuficiente.

Para no dejar cabos sueltos hay que despejar que las conjunciones concesivas son las que en el caso de lo que se trata queda desvirtuada la oposición que ordinariamente expresa la oración afectada por la conjunción.

Para que resulte más fácil entender el asunto vale la pena que se mencione la conjunción concesiva típica que es “aunque”. Si se piensa en las funciones de esta resulta más cómodo comprender el funcionamiento de la conjunción concesiva.

En español existen otras expresiones que desempeñan este papel y que son bien conocidas del hablante. Pueden mencionarse entre ellas: “así y todo, aun así, aun, bien que, si bien es cierto que, aun cuando, a despecho de, sin embargo, empero, aun con eso” y otras que se sería muy largo enumerar.

Hay que rogar para que los columnistas de los periódicos de amplia circulación no le compliquen la tarea de la lectura a sus seguidores. Si enredan el mensaje oscurecen el entendimiento a los lectores comunes.

APLIQUES

“Da igual el tamaño de tus pechos, deben estar sujetos. Evite los sujetadores con aro y/o APLIQUES metálicos. Lo más importante es que el pecho se mueva lo menos posible mientras hace deporte. . .”

Causa sorpresa encontrar en este contexto la palabra que desciende del francés usada para estos menesteres. No hace largo tiempo que la RAE acordó incluir en su diccionario el vocablo del título para aplicárselo al candelabro o aparato de luz destinado a ser aplicado a la pared. Esta acepción ya la tenían aceptada los cubanos en su español antes de la acción de la Academia.

Luego de esa inclusión en el DRAE puede encontrarse que también se ha aceptado que el aplique es una pieza de decorado teatral, definida a contrario, “que no sea el telón, los bastidores y las bambalinas”.

Los argentinos reconocen otro aplique que es el “adorno que se cose o adhiere a una prenda de vestir”. Con este valor lo reconocen los hablantes del inglés con la salvedad de que conservan la forma de escribirlo del modo original del francés, con las dos pes y el acento agudo sobre la última vocal: appliqué.

El DAA asienta dos de las grafías del español, con o sin el acento agudo. La primera es de uso en Cuba, Argentina y Uruguay para el añadido al cabello para suplir la falta de este. En Venezuela escrito de este modo es una molestia excesiva y continuada. En Chile el apliqué es la lámpara fijada en la pared.

Mediante la lectura de lo anterior se nota que el uso del aplique en el caso del texto excede todo lo que asientan los diccionarios. Va más allá del concepto que el francés reconoce. Como resultado de esta comprobación hay que calificar el uso de impropio y particular.

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