BIJIRITA

“. . .pasa a vuelo de águila por la política nacional norteamericana, y a vuelo de BIJIRITA alimentada con poco alpiste por la local.”

Cada vez que un lector tropieza con una voz como la del título le entra deseo de echar a andar las voces propias de su español nacional sin importarle si los demás van a comprender lo que se expresa.

Después de encontrar en el DAA lo que es la bijirita al autor de estos comentarios le entran deseos de rememorar una avecilla dominicana llamada maroíta que estuvo fuera de los diccionarios hasta la publicación del DAA. Este pajarito dominicano trae recuerdos de la niñez. Para la avecilla dominicana el DAA propone un nombre sinónimo: bobito. La información es que mide unos 15 cm de longitud. La Sra. Dodd en su libro Endangered & endemic birds of the Dominican Republic (1992) para maroíta recoge la traducción al inglés: flycatcher.

Hay que dejar de lado los recuerdos y regresar al meollo de esta sección acerca de la voz del título. Lo que desencadenó el recuerdo del ave dominicana es que la bijirita es, entre otras cosas, un ave. En Puerto Rico es un ave cantora de hasta 12 cm de longitud.

En Cuba es un tipo de cometa (chichigua) de menor tamaño formado por un papel sin armazón. De acuerdo con la descripción es posible que esta cometa sea la que se conoce en República Dominicana con el nombre de “capuchino”.

Cuando se le aplica el nombre bijirita a una persona es un individuo delgado y de baja estatura. Es además el cubano hijo de padre español. En Cuba también es un ave pequeña que aparece en los meses de invierno.

Una vez que se termina el recorrido por las acepciones de la voz del español americano puede uno caer en cuenta del significado real que se le atribuye a esta en el texto.

Una vez más hay que recordar a estos columnistas que sus escritos no son solo para consumo de los nacionales de su país. Con el avance de los medios de comunicación actuales son muchas las fronteras que se trascienden.

ENGATILLAR(SE)

“Pero hubo una tercera, para mí la más imprescindible de todas, que se me quedó ENGATILLADA y que públicamente le hago hoy. . .”

Para poder descifrar lo que el columnista expresa con esta palabra en este sitio hay que entender primero el sentido concreto del verbo engatillar en la lengua común. Una vez hecho eso se hace necesario reconocerle un sentido abstracto o figurado.

En los diccionarios comunes engatillar es en funciones de verbo pronominal con respecto de una escopeta o de otra arma de fuego que le falló el mecanismo de disparar.

Como en la oración que se copió no se trataba de disparar o de usar arma de fuego, debe el lector suplir con sus conocimientos previos y deducir que es un modo pintoresco de dar a entender que una pregunta no se formuló.

No hay que hacer reparos a esta suerte de escribir. Es uno de los recursos más utilizados en las lenguas modernas. Es más, mientras más se adentra en la lengua una persona, más fenómenos de este tipo encuentra. Muchos de ellos pasan inadvertidos en la actualidad porque son moneda corriente en el habla y la escritura.

Aquí se pasó del sentido recto al figurado. Podría escribirse que en esta oración hay rasgos de metáfora. Literalmente lo que falló no fue el mecanismo de disparar, sino que por alguna razón desconocida (olvido, falta de espacio) el sujeto no pudo plantear la pregunta que más deseaba.

RESTAURANTERO

Los hoteleros, RESTAURANTEROS y comerciantes acapulqueños están muy enojados porque el gobierno del presidente. . .”

El propósito de esta sección es compartir sorpresa con los lectores. Más abajo se expondrá el motivo de la sorpresa para saber si los lectores también demuestran asombro en lo que se encontró cuando se encaminaron las diligencias para encontrar información acerca de la palabra del título.

Cuando se investiga en el diccionario de las autoridades de la lengua y se consulta con respecto a restaurantero se llega a un sitio en el cual se le dice al lector que es palabra de dos géneros y que en México es persona que dirige o tiene un restaurante.

La sorpresa surge cuando se compulsa sobre la palabra restaurador que es la de remisión. Al llegar a restaurador se encuentra el curioso con que después de las acepciones acerca de las restauraciones de arte viene la persona que tiene o dirige un restaurante.

En México, país que se menciona en el DRAE hay por lo menos más de cien millones de habitantes. Esa cantidad es más del doble de los hispanohablantes de España. Hay que acreditar esa gran masa de hablantes y demostrar mayor respeto por ellos. Lo del restaurador para restaurantes es materia que pertenece a la historia.

Son muchas las palabras que los mexicanos han aportado al español común. Una más que se reconozca no le va a cambiar la fisonomía a la lengua corriente. No hay lugar a que se mencione lo del restaurador en el sitio del restaurantero. Para la persona que esté en busca de restaurador con ese valor que llegue a esa acepción por medio de ese vocablo.

Si a la gran cantidad de hablantes de español mexicano se añaden los de los demás países de América que también emplean ese adjetivo o nombre para las personas que regentean, administran o son propietarios de restaurantes, las demás palabras que poseen el mismo significado quedan muy atrás en el uso y estimación del universo hispanohablante.

COITO

“Así sobrevive el italiano Silvio Berlusconi, pese a sus filmadas orgías con menores, o resistió Bill Clinton, argumentando que el COITO oral con Mónica Lewinsky no era sexo.”

No cabe duda de que a veces las personas que publican artículos en los periódicos incurren en errores infantiles. El vocablo destacado en el pasaje es una prueba al canto de lo mencionado en la primera oración

Por donde quiera que se aproxime el curioso al asunto de lo que es el coito lo que va a encontrar es una cosa muy diferente a lo que señala el columnista en su oración. Se revisará más abajo el concepto del vocablo del título.

La Academia de Madrid para coito con todo pudor coloca una definición insípida: cópula sexual. Esto obliga a perseguir el significado de copular que es unirse o juntarse sexualmente.

El Diccionario Moliner para cópula es más directo y completo. Asienta que es la unión del macho y la hembra de los animales superiores para la fecundación.  En los tiempos modernos es de dominio general que la única forma de fecundar es a través de los órganos sexuales.

No son pocas las palabras que dejaron ya de ser tabú. Lo que hizo Clinton con la Lewinsky tiene otro nombre que algunos llaman ahora de sexo oral. Este oral no tiene nada que ver con la lectura ni ruido articulado de voces, sino con la boca.

El inglés le ha metido varias expresiones al español con respecto de esta actividad; de ahí que en la actualidad muchos hablen de “hacer el sexo”. Las partes pudendas y los actos sexuales son los sujetos que más excitan  la imaginación popular, de ahí que en el nivel coloquial se les denomine con muchas y variadas palabras.

MEMBRECÍA – *MEMBRESÍA

“El grupo activista No Casinos, cuya MEMBRESÍA incluye a pesos pesados tales como. . .”

Esta palabra tiene un sabor propio. Esa frase que antecede tiene su razón de ser. Se explica: el autor de estos comentarios hace unos años cayó en el error. Más grave todavía, lo hizo cuando estaba redactando un documento que iba a ser distribuido al público. Esa es la manera más denigrante de aprender. Errores como ese no se olvidan. En mi redacción escribí “membresía” que es el peor de los dos.

El DRAE trae el vocablo membresía como nombre femenino que se utiliza en seis países americanos para referirse a la “condición de miembro de una entidad”. En cinco países el mismo vocablo tiene el valor de “conjunto de miembros”.

Si al consultar las palabras del título se busca la que lleva la C (ce), esa ni aparece en el diccionario de la RAE. Si se lleva la consulta al DPD, y se escribe membresía, lo que hace aparece es una remisión a consultar membrecía.

La razón la ofrece el DPD atribuyéndosela al seseo americano. La grafía correcta -afirma ese diccionario- es con la ce (C) porque el sufijo para formar este tipo de derivados es -cía, de allí que se escriba abogacía, clerecía y otros. No conforme con esa explicación para despejar la duda con mayor precisión ese diccionario escribe:”la terminación -sía es propia de los sustantivos derivados de nombres o adjetivos que terminan en -s: burguesía (de burgués), feligresía (de feligrés).”

Esta voz es de alguna manera influenciada por el inglés, por la voz membership, que en esa lengua corresponde exactamente a lo que la RAE reconoce que significa en los países americanos.

Como se comprende de la confesión del primer párrafo no es posible vacunarse contra todos los errores. Se cumple el dicho aquel de que “al mejor escribano se le va un borrón”.

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