Enfurfurarse/furfurarse, sacavar/*socavar, propinar, al frente de/enfrente

Por Roberto E. Guzmán

ENFURFURARSE – FURFURARSE

“Cuando C. . . se FURFURABA. . .”

En el título figuran dos voces del habla de los dominicanos. Una de ellas -la primera- se encuentra documentada en un diccionario que se encarga de registrar las voces de uso en Hispanoamérica. La segunda voz no ha sido inventariada en ninguno de los repertorios de voces vernáculas de los dominicanos.

Se repasarán aquí las menciones en diccionarios antes citadas para la primera de las dos voces y se comparará esta voz con otras parecidas del español de otros países. Se examinará además lo que se presume que es la base de estas voces.

El Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias recoge el verbo enfurfurarse como verbo intransitivo pronominal de uso en República Dominicana para indicar que alguien se enfurece, se irrita. También registra el verbo enfurfurar en funciones de verbo transitivo para enfurecer, irritar a alguien.

Hay que llamar la atención de inmediato sobre el parecido que mantienen estas dos voces antes mencionadas con el verbo enfurecer(se). Tiene demás algún parecido con el verbo enfogonar(se) que el Diccionario del español dominicano (2013:286) incluye como de uso en el habla de los dominicanos.

El autor de estas reflexiones acerca del lenguaje se atreve a escribir que este enfogonarse se usó primero en Puerto Rico y, de allí pasó a República Dominicana después del año 1961 con la liberalización de los viajes e intercambios que trajo el final de la dictadura de Trujillo.

Con respecto de este último verbo ha de anotarse que tiene relación con el vocablo fogón, que es un utensilio de cocina donde se hace fuego y, en consecuencia puede calentarse; así como los dominicanos cuando pierden los estribos dicen que se “de(s)calientan”.

Quizás sea buena idea que se asienten los dos verbos del título en una próxima edición del diccionario dominicano mencionado.

 

SACAVAR – *SOCABAR

“. . .porque con ello se SOCABA la institucionalidad. . .”

A pesar de que en muchas ocasiones la persona que escribe o redacta no tiene tiempo de reflexionar acerca de la ortografía de lo que escribe, siempre es aconsejable que revise el texto antes de entregarlo para la publicidad.

Cuando se hace esa revisión de lo escrito, puede el redactor pensar en la forma que ha dado a algunas de las palabras; interrogarse acerca de la formación, para preguntarse si los elementos que ha utilizado son los adecuados.

La falta de cuidado es lo que se halla en la frase transcrita más arriba. Cabar es un verbo que no existe en el español general, ni siquiera en el particular de ningún hablante.

El verbo que sí existe es cavar, que es “ahondar, penetrar; hacer un hoyo o zanja; hace algo más profundo”. El otro elemento de socavar es el prefijo so- que es un componente de palabra que procede del latín sub, que se acepta como equivalente de “bajo, debajo, ligeramente”.

En la mayoría de los casos el verbo socavar se usa para expresar que algo se hace “por debajo”, que la acción a la que se refiere es de zapa; que es la labor que se hace oculta y solapadamente para conseguir algún fin.

Este socavar es corromper las bases, dañar los fundamentos de algo haciéndolo por lo bajo, destruyendo el soporte de lo que se desea echar a perder. Se deja claro que socavar se escribe con uve, ve de vaca, ve pequeña.

 

PROPINAR

“. . .como consecuencia de varios disparos PROPINADOS por. . .”

El origen del verbo propinar es curioso cuando se va hasta el latín. Más adelante se abundará sobre ese tema, pero antes hay que ocuparse del real y derecho sentido del verbo propinar en español cuando este no se orienta a la acción de la gratificación.

Propinar es “dar un golpe”. Esa es la primera acepción que retiene el Gran diccionario Larousse de la lengua española. Según parece, por la acepción que asienta el Diccionario de uso del español actual (2012:1587), se perfila una tendencia a la liberalización del concepto, pues ese diccionario  recoge, “Referido a algo desagradable o doloroso, darlo o infligirlos”.  

La opinión que mantiene el Diccionario de la lengua española (2014-II-1798) es diferente, pues la primera acepción es la referente a “administrar medicina”. La segunda es “dar un golpe”. La tercera y última es “dar a beber”.

La tendencia que se observó en el Diccionario de uso del español actual, se repite en el Diccionario de uso del español (2007-II-2412), pues allí se halla en la cuarta acepción, “Dar a alguien una cosa que no es bien recibida; como una purga, una paliza o una sarta de consejos”.

Como puede notarse, el verbo propinar deriva hacia expresar algo más que “dar golpes” y, se encamina a transmitir dar cualquier cosa o acción que no es agradable.

En la Edad Media “propinar” era beber. Propinar, del latín propinare, según parece por el empleo que de este verbo hacen algunos escritores de principios del siglo XV pasó a significar “dar, proporcionar”. En algunas obras aparece con el sentido de beber a la salud del otro y luego pasarle la copa para que ese otro la apurara.

Piénsese por un momento que propina en francés es pourboire, que literalmente dice “para beber” (pour boire). Los franceses han definido de modo muy estricto el sentido de la palabra, “cantidad de dinero entregada, a título de gratificación, recompensa, por el cliente a un trabajador asalariado”. Traducción de RG de Le Petit Robert Dictionnaire de la Langue Française (1993:1959).

Para resumir lo que se lleva expuesto más arriba. No hay que sorprenderse del uso del verbo que se hace en una frase como la citada a guisa de ejemplo, pues hay una propensión a que sea equivalente de “dar”, sin que tenga que ceñirse a golpes, paliza. Basta con que sea algo indeseado o desagradable.

 

AL FRENTE DE – ENFRENTE

“Gracias a la labor que ha realizado. . . ENFRENTE de la oficina. . .”

Cada una de estas dos locuciones propositivas que consta en el título tiene sus funciones muy bien delimitadas en el español. Las dos son muy parecidas, pero en sus desempeños difieren.

A través de los años los valores de las locuciones del epígrafe se han mantenido. No ha habido alteración alguna. Aquí se vaciará lo que los diccionarios apuntan para estas.

“Al frente de” en el Diccionario de la lengua española (2014) figura con un equivalente de su mismo género, “al mando de”. “Dirigiendo, ostentando el mando” es la forma en que escribe el Gran diccionario de la lengua española lo que debe entenderse por la locución estudiada.

Con respecto a “enfrente”, los diccionarios anteriores y, en el mismo orden expresan lo siguiente, “a la parte opuesta, en punto que mira a otro, o que está delante de otro”. “En la parte opuesta, delante”.

Delante, indica prioridad de lugar, en la parte anterior o en sitio detrás del cual hay alguien o algo. En primer término, en la parte delantera; frente a los interesados.

Con lo copiado más arriba se espera haber despejado el empleo de una y otra.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Nié, apesadumbrar/*apesadillar, aspirar a, basamento/*basamenta

Por Roberto E. Guzmán

NIÉ

Este monosílabo del título se utiliza en República Dominicana en el habla popular para mencionar una parte muy íntima de la anatomía humana.

Por el hecho de que se considera esta voz como una “malapalabra”, la gran mayoría de las obras lexicográficas sobre el léxico del español dominicano han obviado tratarla.

El único libro que trae la voz estudiada aquí lo hace de un modo poco profesional, por esta circunstancia debe considerarse como no tratada o inventariada.

El nié así con acento marcado sobre la letra e /e/, es el perineo. El perineo es el espacio comprendido entre el ano y los órganos sexuales externos. Con ese nombre se denomina la superficie del área comprendida entre las partes externas de los genitales en el frente y el orificio anal detrás. The Oxford Companion to Medicine (1986-II-1034).

La palabra perineo es tomada del griego perinaion, que se refiere al área entre el ano y el escroto o la vulva. Medical Meanings (1984:183). El componente de palabra peri- en sus funciones de prefijo proviene del griego y significa “alrededor de”.

El nié es un sitio muy poco exhibido y su formación en el español dominicano es de tipo festivo, pues proviene de un acortamiento “ni es, ni es”; de donde puede explicarse que ni es ano ni es lo otro. Debe tenerse en cuenta que por su origen popular no se enuncia la letra ese /s/, de allí que se pronuncie nié, como ya se explicó.

En el habla de los dominicanos, casi siempre que se menciona esta parte del cuerpo humano se le antepone el artículo definido el, para destacar que se trata de un nombre y no de cualquier otra cosa.

(En estos escritos si no se especifica lo contrario, todas las traducciones de obras cuyos títulos aparecen en lenguas extranjeras son del autor de la columna).

 

APESADUMBRAR – *APESADILLAR

“. . . me permito APESADILLAR sobre. . .”

La voz que es objeto de estudio en esta sección es “apesadillar”, aunque aparezca en segundo lugar. Para ilustrar el uso de esa voz se copió al principio la cita.

Muchos verbos del español se usaban en el pasado con la letra a /a/ al principio, tal como aserruchar y otros que no se mencionarán. En el habla y en los escritos algunos de estos verbos se han establecido sin la letra a al principio, como ocurre con el verbo serruchar que en ocho países de Hispanoamérica es el de mayor uso. Con esta mención se persigue recordar que anteponer esa letra a un vocablo (verbo) no es algo fuera del espíritu del español.

Es cierto que no existe el verbo *pesadillar, pero sí la palabra pesadilla que se adivina en el verbo marcado en el título. Para su interpretación en gran medida contribuye el contexto que a decir de algunos tratadistas es el responsable de los significados de las palabras.

El único argumento que puede esgrimirse a favor de este *apesadillar no es el ya presentado, sino también la proximidad que existe entre pesadumbre y pesadilla, sus significados y conceptos.

En las pesadillas hay angustia, preocupación grande y continua; el objeto de esta es molesto y enojoso. En la pesadumbre existe disgusto, padecimiento, abatimiento. En ambos términos existe la partícula “pesa”, que refiere a la cualidad de pesado.

A pesar de todo lo expuesto con anterioridad en beneficio de “apesadillar”, no se justifica la creación de la nueva voz, pues la lengua española cuenta en diferentes gradaciones con muchos recursos para expresar la idea contenida en el verbo creado.

Tomando en cuenta el grado de la pesadilla o pesadumbre, pueden proponerse términos como aflicción, tormento, amargor, congoja, tribulación, angustia, pesar,  abatimiento, tristeza, desconsuelo, disgusto.

 

ASPIRAR A

“. . .que fallidamente aspiró dar cohesión. . .”

“. . .bajando hasta los fundamentos de las cosas que aspiramos decir. . .”

En español así como sucede en otras lenguas, las conjunciones desempeñan un papel importante. Dependiendo de la preposición que se coloque después del verbo el significado de este puede variar. Con otros verbos lo que ocurre es que solo aceptan una preposición, y además, la necesitan para transmitir el mensaje que debe llegar al oyente o lector.

El verbo aspirar por su naturaleza necesita de la preposición A /a/ para poder desempeñar sus funciones. Cuando el verbo se utiliza sin preposición cambia de significado. Por ejemplo, “Cuando voy al campo aprovecho para aspirar el aire puro”.

Emile Slager en su Diccionario de uso de las preposiciones españolas (2007:69) escribe que cuando el verbo aspirar expresa deseo debe hacerse acompañar por la preposición A. Para documentar ese uso incluye cuatro ejemplos; dos de escritores y, dos de periodistas. No huelga recordar que las opiniones de esta obra no tienen la fuerza normativa de las que son publicadas por la  Asociación de Academias.

La forma en cómo presenta el asunto el Diccionario de uso del español (2007-I-288) es similar al anterior, solo que es más explícito. “Desear cierta situación o cierto bien y poner los medios para conseguirlos”, debe acompañarse con la preposición A. La misma opinión sostiene el Diccionario de uso del español actual (2012:214) “Pretender conseguir o alcanzar”. En cuanto a la sintaxis, este diccionario señala que la construcción de esta acepción lleva la preposición A.

Para terminar con este asunto puede recurrirse a la autoridad que acompaña al Diccionario panhispánico de dudas (2005:69), “Con el sentido de  ´pretender o desear´ es intransitivo y se construye con un complemento con a”. “Es incorrecto omitir la preposición”.

Con estas referencias vaciadas aquí se deja muy claro la necesidad de la preposición A en los casos en que el verbo aspirar se usa para expresar, pretender o desear algo.

 

BASAMENTO – *BASAMENTA

“. . .informado de las BASAMENTAS de la cultura. . .”

Se ha oído muchas veces en el habla de los dominicanos que algunos de ellos usan la palabra *basamenta en sus conversaciones. Por medio de la forma de presentación del título puede el lector percatarse de que no debe ser en un falso femenino, sino en masculino, como debe decirse y escribirse.

La palabra basamento pertenece al ámbito de la arquitectura y la construcción. Son las piezas que están debajo del fuste de la columna. Este fuste es la parte vertical y alargada de la columna.

En diez países de América, entre ellos República Dominicana, basamento es el cimiento y arranque de un edificio. Por arranque ha de comprenderse el principio del edificio.

En República Dominicana para referirse a los cimientos de una edificación de bloques y cemento, la palabra de preferencia es zapata que es un muro bajo que sirve de soporte común para sobre ella elevar las estructuras. Hasta las construcciones de maderas en ese país llevan zapata de cemento, varillas y bloques para aislar las maderas de la humedad; siempre y cuando los recursos económicos lo permitan. Es posible que el género femenino de zapata haya influido en el hablante dominicano para feminizar a basamento y hacerlo *basamenta.

En República Dominicana existe el verbo basamentar para, “Establecer la base o fundamento de una cosa” y, de acuerdo con lo que asienta el Diccionario del español dominicano (2013:77). Ese verbo pertenece al registro culto del español dominicano.

Lo que ha faltado registrar en los diccionarios de español dominicano es que en República Dominicana basamento también se utiliza de modo metafórico para referirse a ideas, opiniones, etc., en lugar de usar base, fundamento.

Al autor de estos comentarios no le cabe la menor duda de que este uso será especificado en las próximas ediciones de obras lexicográficas acerca del español dominicano, para que sirva de apoyo (basamento) a la explicación del empleo.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Acabadera/o, estratosfera/*estrastofera, semaforizar, conectado

Por Roberto E. Guzmán

ACABADERA/O

No son pocas las palabras a las que los hablantes de español dominicano  han introducido modificaciones para adaptarlas a sus necesidades. Las alteraciones obedecen a veces a parecidos que las palabras originales tienen con otras que ya han sido modificadas previamente.

En muchos de los casos de estas nuevas voces lo que se ha hecho es modificar las terminaciones y añadirles una que es de mayor uso en el habla. En el caso específico de la voz del título, lo que ha operado es la inventiva del hablante al tomar un verbo y a ese verbo añadir una terminación para hacer de ella un sustantivo.

El verbo que se percibe como base en esta “acabadera” es el verbo acabar que es el elemento definitorio de la nueva voz y sobre este se forma, se estructura, la nueva voz que a veces contiene matices importantes sobre todo para la expresión oral, como sucede en este caso. Por medio de la descripción que antecede se nota que este tipo de  formaciones se hace a partir de elementos ya existentes en la lengua.

Para transmitir el mensaje de que algo no tiene fin, el hablante dominicano lo expresa con “eso no tiene acabadera”. También utiliza esta voz para comunicar que algún objeto no se gasta o no se daña, empleando la expresión ya citada. La terminación -ero, -era procede del latín –arius, de donde puede deducirse que en circunstancias normales es legítima.

Con esta acabadera el hablante de español dominicano dice que algo no termina, no tiene final, o que a eso que menciona no le llega término. Puede referirse a acciones humanas a las que no se les ve el punto o momento final. No ha de olvidarse que en el uso de esta voz hay mucho de hiperbólico, pues en realidad son objetos o acciones que dejan de funcionar o situaciones que desaparecen o cambian.

Antes de cerrar debe hacerse mención de que esta terminación en este caso reviste carácter especial, pues en general se usa para formar palabras con diferente categoría a la que se estudia aquí, pero sigue el ejemplo de una palabra bien conocida, como duradero/a que mantiene vínculos de sinonimia con la voz examinada en esta sección.

 

ESTRATOSFERA – *ESTRASTOFERA

“. . .se remonta de manera exponencial a la *ESTRASTOFERA cantidad. . .”

Durante un tiempo en el español se dudó con respecto a imprimir mayor intensidad en la sílaba que contiene la letra /o/ de esta palabra para que se pronunciara estratósfera. En la actualidad las dos grafías, con y sin acento  son admitidas.

Estratosfera es un sustantivo y en la cita aparece modificando al vocablo cantidad. Esto no es posible. Aquí se impone que se use el adjetivo estratosférico para con este destacar que eso que se escribe o habla es enorme, exorbitante. Ese es un uso metafórico que no se encuentra reconocido por las autoridades lideradas por la institución madrileña de la lengua española.

La estratosfera o estratósfera es la “capa intermedia  de la homosfera, desde los 12 a los 50 kilómetros de altura”. Es una zona superior de la atmósfera. Superior en una de sus acepciones posee la idea de que es “más en calidad o cantidad”.

A los jóvenes estas distancias les pueden resultar ridículas comparadas con las que alcanzan los cohetes y satélites modernos; mas hasta hace cerca de setenta años eso era astronómico, desmesuradamente grande.

El Diccionario de uso del español (2007-I-1284) recoge la palabra estratosférico, -a, y, a lo que los demás diccionarios reconocen, añade, “Se usa también hiperbólicamente: “precios estratosféricos”. Con esto indica que de lo que se habla o escribe es excesivo en su aumento; es una exageración, es desorbitado, exorbitante.

 

SEMAFORIZAR

“. . .señalizada y SEMAFORIZADA. . .”

El verbo señalizar hace largo tiempo que forma parte del léxico oficial de la lengua española. El verbo que no ha entrado aún en el lexicón mayor de la lengua española es semaforizar.

El verbo debería ser reconocido porque la acción de instalar semáforos para regular la circulación de vehículos en las vías públicas es un hecho incontrovertible. Quizás el problema con la admisión del verbo es que la palabra semáforo en sí misma no se refiere solo a los aparatos eléctricos de señales luminosas que se hallan en las vías de comunicación.

Aun así parece posible que al definir la acción de semaforizar esta puede definirse limitándola sola a la que concierne a los mencionados aparatos luminosos que regulan el tránsito.

El Diccionario de americanismos (2010) asienta en sus páginas que este verbo es reconocido y usado en Chile. La acepción que consta en ese diccionario es, “Dotar a una vía pública de semáforos”.

Con la gran circulación que se incrementa cada día más en la vida moderna, los semáforos se han convertido en aparatos que forman parte de la vida diaria porque proliferan en las calles, carreteras y otras vías de comunicación.

 

CONECTADO

“. . .el primo de tal o cual fulano está CONECTADO y puede repartir algo. . .”

El verbo conectar de la misma forma que muchos otros verbos de la lengua española ha adquirido connotaciones especiales en algunas sociedades latinoamericanas como consecuencia de peculiaridades de estas.

Empleado este verbo en el participio pasado o desempeñando funciones de adjetivo, ha desarrollado matices que se reflejan en la frase que se copió a modo de ejemplo.

En mecánica contactar es establecer contacto entre dos partes o piezas. Es establecer comunicación entre dos lugares. Además es “lograr una buena comunicación con alguien”.

En Hispanoamérica el verbo conectar se utiliza también en el béisbol para “golpear la pelota con el bate”. Lengua y béisbol en la República Dominicana (2006:144). Es un uso metafórico conocido en otros países.

El Diccionario de americanismos (2010) recoge que el verbo en cuestión sirve para expresar “propinar golpes” y enumera a Costa Rica y Cuba como los países en que se emplea de este modo. Hace falta añadir la República Dominicana, pues en las narraciones de peleas de boxeo o en los pleitos callejeros se usa de este modo en el último país.

En la vida en sociedad, contactar es establecer relación o comunicación una persona con otra u otras. De este tipo de relación brota un lazo que a veces se hace fuerte y permite intercambios de favores.

El último diccionario mencionado reconoce que en funciones de verbo intransitivo pronominal el verbo del título expresa, “Relacionarse con alguien que tiene influencias o poder”. Incluye en la lista de países hispanoamericanos que se sirven de este verbo de esta manera cinco países, pero no figura la República Dominicana. Hace falta incluir este país en esa lista.

De la última acepción deriva que “conectado” sea, “persona que tiene influencias o poder”, especialmente en las esferas gubernamentales.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Taco, central, cisgénero, arista

Por Roberto E. Guzmán

TACO

La palabra taco tiene muchos significados conocidos por la mayoría de los hablantes de español corriente. Cuando se trae este vocablo a estas reflexiones sobre el español, no se hace para insistir sobre esos significados, sino para destacar uno que es propio del hablante de español dominicano.

Antes de entrar de lleno en el tema central de esta sección, vale la pena destacar algunos aspectos interesantes de esta palabra. Esta palabra aparece ya en el Tesoro de la lengua castellana, o española (1611:1296). Entre otras acepciones figura una que dio lugar a una frase de uso en el español dominicano, “La baqueta con que se aprieta el arcabuz después de cargado”. El dicho dominicano era y, probablemente es, “no servir ni para taco de escopeta”. Diccionario fraseológico del español dominicano (2016:471).

Desde esos años hasta estos días el vocablo en cuestión ha ensanchado mucho sus significaciones en la lengua general, así como en la variedad del español de algunos países hispanohablantes. Entre estos el ya documentado en el Diccionario del español dominicano (2013:644), “persona muy competente en alguna materia”.

Los tacos que se conocen tienen algunas características comunes, son pedazos o trozos de alguna materia, son cilindros, baquetas, varas, canutos, conjuntos de hojas de papel, y, muchas otras formas que puede revestir el taco, llegando en España a ser una palabrota.

El taco dominicano es una formación que se acumula en alguna parte del cuerpo humano. Se recuerda el “taco” de cerumen que se forma en el oído y,  el que se asienta en alguna pequeña cavidad de la garganta, que puede formarse de restos de alimentos o de otra materia.

Se recuerda con toda claridad cuando los profesionales de la medicina decían que había que limpiarle el oído a una persona para sacarle ese taco de cera. También se recuerdan los casos en que al examinar la garganta decían que el paciente tenía un taco allí.

No se ha tratado de redactar una acepción para este taco semántico dominicano, sino solamente documentarlo para que se tome en cuenta más adelante y se haga constar en los diccionarios del español dominicano.

 

CENTRAL

El vocablo “central” se incorpora a estos comentarios para destacar una diferencia que se ha encontrado. Se refiere la diferencia a una discrepancia entre el género que es de uso en el español dominicano y el que aparece asentado en el Diccionario de americanismos y en el Diccionario de la lengua española.

En los dos diccionarios mentados más arriba se reconoce al central azucarero el género femenino para la República Dominicana. El ingenio de azúcar es masculino en el español dominicano y así derecho lo recoge el Diccionario del español dominicano (2013:165) “m. Ingenio azucarero”. Por antonomasia se conoce como “ingenio”, sin necesidad de añadir “de azúcar” para que se sepa que se refiere a la fábrica de azúcar de caña.

Al autor de estas reflexiones acerca del español no le cabe duda alguna de que esta pequeña discrepancia será subsanada en la próxima edición del lexicón oficial de la lengua española. Este autor entiende que la Academia Dominicana de la Lengua ya se ocupó de señalar esto a las demás academias para que no continúe esta discrepancia ya documentada.

 

CISGÉNERO

“. . .en igualdad de condiciones con las personas CISGÉNERO. . .”

Esta voz del título es un neologismo que no ha recibido aún el visto bueno de las autoridades institucionales de la lengua española. Es posible que el motivo por el cual todavía se considera extraño a  la lengua común sea porque es de uso restringido o escaso. Es un tecnicismo de origen alemán.

Este término se utiliza para referirse a los “individuos cuya identidad de género coincide con el sexo que les fue asignado en el momento de su  nacimiento”. Esa es la definición que se encuentra en Wikipedia.

Es un término creado por una persona, utilizando el prefijo latino cis- que significa “Del lado de acá”, “de la parte de acá”. La otra parte de la palabra, género, proviene del latín genus que se encuentra en el origen de generar, engendrar y otros.

La voz en estudio está formada de acuerdo con los cánones de la lengua. Se espera que con los avances en materia de estudios sobre género esta logre el reconocimiento que la incorporará al inventario oficial de la lengua española.

 

ARISTA

“. . .advertir ARISTAS y fenómenos. . .”

Hace años ya que el vocablo del título causa escozor. Lo emplean en la lengua escrita con el propósito de expresar un mensaje o concepto que no pueden alcanzar a transmitir.

El Diccionario de la lengua española solo reconoce y asienta las significaciones para esta palabra que corresponden a arquitectura, botánica, agricultura y geometría.

Para dar con la idea que se trata de trasladar con esta arista en casos como el de la cita, hay que recurrir a diccionarios de uso. Los diccionarios de uso dan cabida a un uso que escapa a toda previsión lógica para una palabra de este tipo.

En la frase transcrita más arriba, a modo de ejemplo de utilización de “arista”, hay que aceptar que se usa la palabra como equivalente de “dificultad que algo presenta”. Así se halla definida en el Diccionario de uso del español actual (2011:192). La explicación que ofrece ese diccionario para la legitimidad de este uso es que en latín arista era el filamento áspero en la cáscara de la espiga que envuelve granos y cereales, así como la espina del pescado. De aquí deriva que espina de pescado en francés sea arête; el acento circunflejo atestigua la desaparición de la letra ese /s/ de la voz del latín.

El Diccionario del español actual (1999-I-428) retiene que se usa en plural para “asperezas o dificultades”. Los ejemplos de uso que trae son de periódicos españoles. Así se “liman aristas”, por aquello de las asperezas. Este es un ejemplo de “sintagma neológico” (neologismo sintagmático) que es como lo llamó Louis Gilbert. La créativité lexicale, 1975.

El Diccionario de uso del español (2007-I-250) asevera que se utiliza en plural para “dificultades de un asunto”. Este diccionario añade un elemento nuevo a los significados, pues recoge el uso para “hosquedad de una persona”.

Hay que reconocer que el empleo del vocablo arista con el carácter de “inconveniente” que le reconocen los diccionarios de uso es un rasgo indicativo de lo que vendrá en el futuro si este uso se mantiene.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Yeje, bureau, interregno

Por Roberto E. Guzmán

 

YEJE

He aquí otra voz que ha faltado inventariar en los diccionarios de español dominicano. Esta es una palabra dominicana por todos los costados. Lo es tanto por su significación, como por su composición.

Si se define la función de este vocablo hay que convenir en que se trata de una interjección. El uso ha establecido dos características para el uso de esta palabra. La primera es que se usa a manera de burla o para llamar la atención del interlocutor acerca de algo e incitarlo a expresarse. La otra característica es que por ser tan corta casi siempre se la usa de modo repetido sin interferencia de otra palabra, “yeje-yeje”.

Si se trata de analizar la composición de la voz del epígrafe, puede avanzarse que es más bien una expresión espontánea, en la que la primera sílaba ye corresponde a la forma de enunciar la “i griega”. La segunda sílaba puede que pertenezca a la interjección que representa el ruido de la risa en español, y manifiesta incredulidad, así como burla, je, de donde deriva yeje.

Separada en partes, como se propone, se entiende muy bien el uso que de la interjección se hace en el español dominicano. Debe entenderse que lo que se propone aquí es una hipótesis acerca de la formación de la interjección y que no debe “escribirse con tinta china”, como se decía hace sesenta y cinco cuando el autor de estas reflexiones se sentaba en pupitres y bancos en la escuela para aprender.

 

BUREAU

“. . .que incluye su participación en la reunión del BUREAU de la Conferencia. . .”

El bureau que aparece en el texto citado es extraño a la lengua española. Es una voz que pertenece a la lengua francesa. En español hay muy buenas traducciones para la voz del francés. Como se leerá más abajo, en el español de algunos países existe la voz “buró” cuyo detalle se explicará en su lugar.

La intromisión de la voz francesa en el español es un asunto muy viejo, pues ya en el año 1915 D. Atalo Castañs se ocupó del asunto en su obra Galicismos, barbarismos e hispanismos (1915:80). Para el galicismo este señor proponía varias palabras de solera del español, “bufete, despacho, negociado, oficina, covachuela; mesa, junta; contaduría (de teatro)”.

El negociado a que se contrae la referencia es una sección de la administración pública que se ocupa de un servicio específico. Esa palabra recuerda el uso que se hacía de ella en Puerto Rico para las informaciones acerca de las condiciones atmosféricas, “Negociado del Tiempo”, pues se piensa que así se llamaba al departamento correspondiente. Para los que no llegaron a conocer las covachuelas, estas eran (o son), oficinas públicas que en su origen se situaban en el sótano del antiguo palacio real, claro en España.

En algunos casos en francés usan la palabra bureau para oficinas o departamentos que llaman la atención porque escapan a lo que se espera de la voz; una de ellas es el famoso deuxième bureau, que es un renombrado servicio de inteligencia francés.

En las conferencias el bureau será la secretaría de esa conferencia o institución, lo que a veces se llama en la última, el secretariado.

La palabra buró entró en el sanctasanctórum de la lengua española en la edición del Diccionario de la lengua española del año 1992.  Esta es la adaptación al español del galicismo estudiado aquí. Antes de ese año había viajado ampliamente a través de la literatura española.

Entró así, “mueble para escribir, a manera de cómoda, que tiene una parte más alta que el tablero, provista frecuentemente de cajones o casillas; se cierra levantando el tablero o, si este es fijo, mediante una cubierta de tablillas paralelas articuladas”. Esa acepción es una descripción detallada del mueble que, si uno no lo ha visto, será difícil de visualizar. En ese año se incorporó también la acepción mexicana, “mesa de noche”.

En la edición del 2001 del citado diccionario se introdujo en la segunda posición la acepción de buró de los comunistas, “En las antiguas organizaciones políticas comunistas, órgano colegiado de dirección”. No se extendió a las “juntas, directivas” que se consignan en otras lenguas para la palabra de origen francés. Así, la acepción mexicana pasó a ocupar la tercera posición. Otra palabra de esa familia recogida por las Academias es politburó.

El inglés no tuvo mejor fortuna que el español con el vocablo del francés. En Inglaterra es un escritorio, en el sentido de mesa para escribir, con cajones (gavetas). Es también el escritorio descrito antes en español, con el tope retráctil. En inglés conocen también la “mesita de noche”. Merriam-Webster´s Dictionary. Durante un tiempo en inglés angloamericano equivalió a la “coqueta”, (mueble) de los dominicanos. Les Faux Amis des vocabulaires anglais et américain (1975:112).

Para resumir lo que concierne al español. En el texto debió aparecer  “junta, directiva” para designar a los miembros elegidos por sus colegas para dirigir una organización. No han de olvidarse las demás equivalencias señaladas para otros casos.

 

INTERREGNO

“Tampoco puede negarse que durante ese INTERREGNO caliente de la llamada ´guerra fría´…”

No puede negarse que en las lenguas existe una tendencia a ampliar el campo de acción de las palabras. Este fenómeno se produce sobre todo en la época moderna en que escribir es tan fácil y en que publicar se ha hecho menos difícil.

La tendencia que se mencionó más arriba se hace más notoria con palabras de utilización menos frecuente, pues algunos escribientes las adoptan y se sirven de ellas a voluntad.

Eso que se ha detallado como ocurrencia en las lenguas modernas se piensa que ha ocurrido en la cita de más arriba con el vocablo del título. Se estudiará esto aquí específicamente y se propondrá una explicación aceptable de porqué esto ocurrió.

El interregno de la lengua española es el espacio de tiempo que trascurre en un Estado sin que haya soberano. En España es el intervalo desde que se interrumpen hasta que se reanudan las sesiones de las Cortes.

La explicación que se propugna para el desliz del redactor de la frase copiada es que ha leído en inglés algunas acepciones que no existen en español. En esa lengua interregnum es un lapso o pausa en una serie continua.

Lo que probablemente sucedió aquí fue que el redactor abrevó en inglés y luego escribió en español. Ese es uno de los peligros del bilingüismo.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Morder, micro/miocro, enhestar/enastar, abrevar/abreviar

Por Roberto E. Guzmán

MORDER

Este verbo se trae a estos comentarios porque se entiende que en el español dominicano posee un significado que no se ha oído o leído en otras variantes de la lengua española.

La significación que se introducirá en esta sección corresponde a pillar, morder sin dientes, con el sentido de aprisionar. Casi siempre se utiliza para describir el tipo de sensación que se experimenta cuando una parte del cuerpo queda “cogida, agarrada, atrapada” entre otras o por objetos.

Se ha oído que un hablante de español dominicano refiere que una puerta, ventana u otro objeto le mordió un dedo o la mano. En el campo de la medicina un nervio puede estar “mordido” entre dos vértebras.

Quizás el verbo morder usado de este modo no sea de empleo frecuente. Esa puede ser la razón por la que no se ha documentado la utilización en los diccionarios de dominicanismos o del español dominicano. Es posible que luego de esta intervención aquí, se considere el verbo para incorporarlo en los lexicones del habla dominicana.

 

MICRO – MIOCRO-

“. . .nos tendemos a consumir en lo MICRO. . .”

Los métodos modernos de divulgación de las ideas permiten llevar nuevas palabras al conocimiento general. La palabra micro se ha utilizado con funciones de apócope en diferentes ámbitos de la actividad humana. Así se la encuentra en tecnología desempeñando la función de apócope de micrófono.

En el campo de la informática se utiliza micro para denominar de modo apocopado al microcomputador. En algunos países los autobuses pequeños son llamados microbuses.

Aparte de estos significados micro- actúa en función de componente de palabra, en la posición de prefijo,  que significa pequeño, como en el ejemplo del microbús. Desempeñando esa función se encuentra en palabras como microbio, microcosmos y otros.

La palabra microbio es digna de interés por su formación. Emile Benveniste relata la historia de esta. Fue el cirujano Sédillot quien la inventó, para sustituir a una serie de términos que existían para designar diferentes variedades de microorganismos. Él buscaba una sola palabra fácilmente pronunciable con la ventaja de presentar un sentido general. Sédillot consultó a Emile Littré sobre cuál de las dos palabras elegidas presentar y el último le sugirió microbe. Les mots savants (1968:87-8).

En el Diccionario de la lengua española (2014) a micro se le atribuye el significado de “muy pequeño” que coincide con lo que presenta el diccionario Merriam-Webster del inglés.

El Nuevo diccionario de voces de uso actual (2003:744-757) recoge más de cuarenta voces nuevas en la que el prefijo micro- figura haciendo esas funciones. Esto demuestra la tendencia actual en desarrollo de este componente de palabra.

Todavía en el año 1984, en la vigésima edición del Diccionario de la lengua española, este reconocía a micro- denotando “amplificación” como en micrófono. Ya en la edición de ese diccionario correspondiente al año 1992 esa denotación desaparece.

Resulta cuesta arriba aceptar que micro pueda emplearse de modo independiente para atribuirle el significado de “poco, pequeña cantidad”, que es como se encuentra en la frase introducida a modo de ejemplo del empleo en esta sección.

No hay que dejarse llevar por la moda de usar una voz para darle o reconocerle nuevas significaciones cuando esta no es usada como componente de palabra. Esto que se acaba de criticar es precisamente lo que se comprueba en la cita.

 

ENHESTAR – ENASTAR

“. . .un grupo de personas ha estado *ENASTANDO. . . la bandera. . .”

Los dos verbos que se encuentran en el título gozan del privilegio de formar parte del léxico de la lengua española. En este aparte se estudiará cada uno de ellos. Como resultará de este estudio se verá que ha sido mal empleado el verbo enastar para referirse a una bandera.

El verbo enastar es “Poner el mango o asta a un arma o instrumento”, Diccionario de la lengua española (2014:867). Como puede comprobarse mediante la lectura de la acepción de la Asociación de Academias de la Lengua Española, se refiere a arma o instrumento. El asta a que se contrae esta acepción es el palo de la lanza, de la pica, etc.

La palabra asta también es el palo en cuyo medio o extremo se pone la bandera. Ahora bien, enhestar es levantar en alto. La confusión es vieja. No es un error caprichoso, pues existe el verbo enastar y las banderas tienen asta, así como las armas e instrumentos.

El desvarío léxico es viejo, ya D. Manuel Patín Maceo en su obra Dominicanismos (1990:91) entiende que enastar en el caso de la bandera es un barbarismo en el que incurren “periodistas y poetas nuestros”. La obra mencionada fue publicada en su segunda edición en 1947, lo cual demuestra los años que lleva el descuido sobre este asunto.

Lo que debe recordarse es que enhestar es “levantar en alto, izar” y es precisamente en lo que consiste la acción de desplegar la bandera en su palo o asta.

 

ABREVAR – ABREVIAR

“Uno ABREVIA en las bibliotecas. . .”

En la representación gráfica de los dos verbos del epígrafe no existe gran diferencia. Solo una letra (vocal) diferencia uno de otro. En cuanto a sus significaciones a los dos verbos los separa un abismo.

El verbo abrevar es equivalente de saciar, verbo este que se usa también en sentido metafórico. Saciar es calmar por completo el hambre o la sed de alguien. Son casi las palabras exactas que emplea el Diccionario de la lengua española.

En sentido figurado el verbo abrevar se utiliza para satisfacer las ansias de conocimiento; de allí que cuando se acudía a una biblioteca se hacía para colmar los deseos de saber. Se han usado dos verbos en pasado porque en la actualidad no hace falta trasladarse físicamente a una biblioteca para este propósito. Los recursos de la informática moderna permiten ahorrarse ese traslado.

Quienes abrevian en una biblioteca son aquellas personas que acortan el tiempo que pasan en esos recintos, hacen breve las visitas a esos establecimientos, aceleran su paso por esas instituciones. Parece obvio que a las bibliotecas se va a abrevar; no a abreviar.

El verbo abreviar es hacer breve, acortar, reducir a menos tiempo; acelerar, apresurar; darse prisa.

No se quiso hacer más larga la cita que consta porque eso hubiese hecho posible la determinación del redactor del desacierto. Aunque no se haya escrito antes es bueno dejar sentado que es una norma en estos escritos no develar la identidad de las personas o las fuentes de los escritos que se comentan. Es un rasgo de delicadeza.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Pasear, interrumpir/irrumpir, tesonero/personal/personero, harén/aren

Por Roberto E. Guzmán

PASEAR

¿Qué viene a hacer este verbo en estos comentarios si ni siquiera se cita un ejemplo de uso?

La respuesta es relativamente fácil, o fácil para un dominicano, como se demostrará más adelante.

En el español internacional el verbo del título goza de acepciones muy bien documentadas. Hasta en el español americano goza de acepciones bien documentadas. De manera somera se mencionarán algunas de las correspondientes a esos ámbitos del español. Se hará hincapié en las que más se parecen a la acepción dominicana que se develará aquí.

El Diccionario de la lengua española ha incorporado en su nómina de acepciones para el verbo del título una que se emplea en Costa Rica que se asemeja a la de la República Dominicana; esta es: “Desmoralizar a alguien, destruirlo espiritual y moralmente”. En funciones de verbo pronominal, como el anterior, en Cuba se usa para, “Dominar ampliamente una disciplina”.

La significación mencionada más próxima a este párrafo se conoce también en el español dominicano, sobre todo en los pasillos de las escuelas y universidades.

El “pasear” de los dominicanos no ha sido inventariado aún en los diccionarios de español diferencial; por esa razón se tae a estos comentarios. En esa variedad de español una persona pasea a otra cuando la lleva (pasea) a un campo del saber y le demuestra que la primera persona tiene mayores conocimientos, de modo que la hace quedar en ridículo.

Como se comprueba con los detalles de la acepción dominicana, la acepción comparte con la de Costa Rica el rasgo de desmoralizar a alguien; sin llegar al grado de la costarricense. Con la acepción cubana comparte la dominicana la característica de “pasear” a alguien en una disciplina del conocimiento humano.

Quien estas reflexiones escribe está seguro de que una vez expuestos los pormenores del verbo en cuestión, muchos hablantes de español dominicano reconocerán la acepción sobre la que se ha escrito.

 

INTERRUMPIR – IRRUMPIR

“. . .R. V. IRRUMPIÓ desde tempranas horas de la mañana las operaciones. . .”

Con mayor frecuencia que la deseada se encuentran confusiones en personas educadas acerca de cuál vocablo utilizar en los casos en que estos tienen algún parecido en su escritura.

En esta sección se estudiarán los dos vocablos del título con sus respectivos significados y equivalentes, con los ejemplos correspondientes. No se enumerarán todos los casos, pero se recalcarán las diferencias con el propósito de que no haya lugar a otras confusiones en el futuro entre los dos vocablos.

De acuerdo con lo que el Diccionario de la lengua española recoge en sus páginas, el verbo interrumpir tiene dos acepciones. La primera es “cortar la continuidad de algo en el lugar o en el tiempo”. La segunda es, dicho de una persona: “Atravesarse con su palabra mientras otra está hablando”. No puede dejarse pasar la oportunidad para señalar que ese “atravesarse” parece menos apropiado que otros verbos que se dejaron fuera.

En cuanto al verbo irrumpir el diccionario mentado más arriba solo le reconoce una acepción, “entrar violentamente en un lugar”.

Con la lectura de las dos acepciones vaciadas más arriba se deja en evidencia la mala selección que hizo la persona que redactó la frase copiada inmediatamente debajo del título. Interrumpir las operaciones equivale a cortarlas, detenerlas, impedir que siguieran, discontinuarlas, pausarlas.

 

TESONERO – PERSONAL – PERSONERO

“Las riquezas. . .han sido el fruto de mucho sacrificio y trabajo PERSONERO”.

En más ocasiones de las que la persona desearía que sucedan el cerebro le juega malas pasadas. Eso que se menciona es lo que parece que sucedió en el ejemplo de la cita. El cerebro mezcló palabras y produjo otra que existe, pero que no se acomoda para imprimirle sentido a la frase. El vocablo “personero” posee un sentido particular en República Dominicana que se mencionará en esta sección.

Tesonero significa que tiene tensión o constancia, que es perseverante. En general se refiere a la persona que demuestra tenacidad, empeño continuo y firmeza en su propósito.

La palabra personal tiene varias acepciones que varían de acuerdo con el contexto en que se emplee. Una es sinónima de particular; otra tiene un significado más profundo y se empareja con lo íntimo. Esas que se mentaron son acepciones cuando la palabra desempeña funciones de adjetivo.

En funciones de sustantivo, personal tiene que ver con el grupo de persona que trabaja en un mismo sitio. En deportes es la falta que comete un jugador sobre otro.

Un personero es un procurador para entender o solicitar negocios ajenos. En el pasado fue un procurador de las cortes castellanas.

En la República Dominicana la voz personero adquirió un matiz especial inmediatamente después de la caída de la dictadura trujillista. Se aplicó al “Funcionario público cercano al poder”. Diccionario del español dominicano (2013: 542).

El personero del régimen era un representante del poder de ese régimen de fuerza; una persona que se había beneficiado de ese gobierno. En resumen, como puede comprobarse mediante lo expuesto aquí, personero es una palabra que tiene una historia particular en el español dominicano.

 

HARÉN – AREN

“Tenía su AREN, mujeres al por mayor. . .”

No hay perdón para quien incurre en dos errores con palabras que no mantienen semejanza alguna en cuanto a su significación. El primer error es en cuanto a la sílaba de la mayor intensidad en la pronunciación. El “aren” que le salió al redactor pertenece al verbo arar y no se enuncia del mismo modo que el harén o harem que debió aparecer en el escrito.

En esta sección se dejará fuera de consideración lo concerniente al verbo arar que por su grafía aparece conjugado en el presente del subjuntivo y en imperativo. Mucho más interesante es el sustantivo masculino harén, que también puede escribirse harem.

La palabra harén es de aparición tardía en español, pues se tomó del francés harem y en lengua española se introdujo, de modo documentado, en 1830; esto de acuerdo con lo que escribe J. Corominas en su Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (1967:325). En francés se conocía el vocablo harem desde el año 1673 Dictionnaire historique de la langue française (2012-II-1593).

La significación primera de harén fue en las casas musulmanas “zona en que viven las mujeres”. Por metonimia pasó a ser “conjunto de mujeres que viven bajo la dependencia de un jefe de familia”. Diccionario de la lengua española 2014, consultado en línea. En inglés harem está documentado desde el año 1634 (haram) con el mismo significado que en las otras lenguas, tomado del árabe.

En el español moderno se utiliza casi siempre para designar a las mujeres que son amantes o concubinas de un hombre, aunque ellas no vivan bajo un mismo techo. Con este valor quiso presentarlo quien mal escribió la cita copiada al principio de esta sección.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Galipote, copa, armador

Por Roberto E. Guzmán

GALIPOTE

La palabra galipote del español dominicano tiene varios rasgos que hacen de su estudio un punto interesante. Posee esta una acepción que se conoce únicamente en el habla de los dominicanos. Su étimo remoto no había sido dilucidado de modo exhaustivo. Eso se hará aquí, con sus pormenores y, se aclarará su etimología.

El galipote es una “Persona que, según la creencia popular, tiene la facultad de convertirse en animal o en árbol. Diccionario del español dominicano (2013:330). Ese diccionario menciona un femenino para la voz, aunque el autor de estas notas nunca ha oído de la galipota.

En la literatura dominicana se menciona este personaje y se asegura que se conoce también con el nombre de dundún. La forma cómo se logra este poder es firmando un pacto con el diablo Diccionario de cultura y folklore dominicano (2005:176). En la literatura dominicana varios autores se han valido de este personaje fantástico desde T. M. Cestero en La Sangre (1913) hasta M. Veloz Maggiolo (1980).

La voz del título entró al español dominicano a través del criollo haitiano, galipòt, galpòt, gayipòt, que es un animal mítico que se asemeja al lugarú (lougawou). En esencia es un ser o espíritu malhechor. Se aplica en el criollo haitiano a la persona que se mueve con celeridad, que según parece puede estar en dos sitios a la vez. Haitian English Dictionary (2000:253).

En el español general galipote es una brea empleada para calafatear. En francés es una resina de pino. Entró en el diccionario académico de la lengua española en el año 1899. Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1980-III-42).

La palabra galipòt del criollo haitiano deriva del francés hablado en la región del Poitou que tiene relación con la lengua de oíl que pertenece a la familia de las lenguas romances. Como se verá más adelante esta palabra pasó al francés de la provincia de Quebec en Canadá. Lexicréole (2001:94). Este autor define al galipote como un duende, fantasma; o, como una organización secreta nocturna.

El galipote francés más próximo del dominicano es el que se conoció en la región del Centro-Oeste y Auvernia en Francia, en la que se empleaba la voz para designar un animal monstruoso que deambulaba por la noche en los campos. En sentido figurado, en una locución, adquirió el sentido de buscar aventuras extraconyugales, y, así pasó al francés canadiense. Se piensa que este galipote deriva de galipette que significa cabriola, maroma. Vocabulaire du français de province (2010:232). Y Dictionnaire historique de la lengua française (2012-II-1463).

En el francés canadiense actual la locución courir la galipote corresponde a frecuentar los lugares de diversión. También se usa para ir de un lugar a otro en el pueblo y correr tras las faldas. Dictionnaire de la langue québécoise (1980:241) y The Québecois Dictionary (1982:110).

Un rasgo que torna interesante la voz estudiada es que pasó de las provincias francesas, en las que se usaba para nombrar a una bestia fabulosa (por eso es sustantivo femenino en francés), a una persona que se mueve rápidamente en criollo haitiano hasta derivar en un espíritu malhechor o, en un brujo. De aquí pasó al español dominicano para denominar a una persona que hace un pacto maléfico y puede convertirse en animal o árbol. Esta voz es un ejemplo fehaciente de las transformaciones que experimentan las palabras al pasar de una lengua a otra y de un país a otro.

 

COPA

“Estos pequeños huertos en las COPAS de los edificios. . .”

El vocablo copa tiene significados muy bien asentados en el español cotidiano. Según se deduce de la lectura de la frase copiada se la ha usado en un sentido nuevo, que aún no se ha registrado en los diccionarios usuales.

No se critica el uso que se hace de la palabra copa, aunque no se apruebe el uso que se hace de esta. Se seguirán los pasos que el/la redactor/a hizo del vocablo destacado, para llegar al meollo del asunto de cómo llegó hasta este empleo.

En los árboles la copa es el “conjunto de ramas y hojas que forma la parte superior de un árbol”. Esa es la definición que recoge el Diccionario de la lengua española. En esta acepción se subrayó una parte para destacarla y que se la retenga.

El tema de la frase tiene que ver con plantas, huertos, hortalizas y cosas parecidas. La parte superior de un edificio es la azotea, pero en este caso la llaman copa.

Como puede observarse mediante la lectura de la frase, el/la redactora/a estaba inmerso en su escrito y deslizó una copa más que no deja de tener asidero, solo que el vocablo no ha recorrido el largo camino que le imponen las lenguas a las palabras nuevas.

Puede añadirse que se admira el poder creador de quien redactó, pero no puede ofrecérsele apoyo aun cuando se percibe la relación que existe entre la copa y la parte superior del edificio.

 

ARMADOR

“. . .D. M. el ARMADOR infatigable”.

En el español abundan las palabras patrimoniales que son conocidas por la mayoría de los hablantes por el significado principal, que casi siempre es el más antiguo, o, el de mayor uso.
Junto a los significados tradicionales de algunas palabras los hablantes incorporan a estas otras significaciones en su habla que pasan a la lengua escrita, pues ese se considera el itinerario que siguen esas palabras desde que F. de Saussure lanzó esa idea.

En algunas ocasiones los vocablos que se eligen pueden depender del campo de actividad a que corresponde la nueva palabra. En otras ocasiones los hablantes se conforman con una traducción o una adaptación a la lengua de llegada.

En el caso de este “armador” no se trata de la vieja palabra que designa a la persona que arma un mueble o artefacto. No se trata tampoco de quien arma o dota un barco para su explotación comercial. El armador de la frase es la persona que desempeña una función importante en el juego de baloncesto.

El Diccionario de la lengua española aún no ha reconocido este armador que sí consta en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias, donde se define como el “jugador que organiza las jugadas durante el partido”. Menciona ese lexicón que ese es un uso conocido en Puerto Rico y,  desempeña ese vocablo las funciones de adjetivo y sustantivo.

En la obra El idioma español en el deporte (1994:447) aparece la voz armador para lo que en inglés conocen con el nombre de play maker y lo define como el “encargado de organizar el juego dentro de la cancha”. En la obra mencionada puede leerse que “en español puede llamarse base” al jugador que se ocupa de esta labor.

Hay que celebrar que los hispanohablantes hayan escogido para este jugador de baloncesto una palabra que no es servil al inglés. No cabe duda de que han seleccionado esta palabra porque encuentran en el verbo armar suficiente base para hacerla aceptable. En el verbo armar se encuentran algunas cualidades que hacen de este un fundamento adecuado para escogerlo en el deporte del baloncesto para el trabajo que realiza el “armador”.

El armador imparte las instrucciones en la cancha, tanto en su aspecto defensivo como ofensivo. Dispone los cambios necesarios para adaptar la estrategia al desenvolvimiento del partido. Ese jugador ordena las acciones adecuadas a las circunstancias del juego. Es la persona que monta las acciones en el tabloncillo. Todos los verbos usados para la acción del armador están presentes en el verbo armar.

La elección es probable que se hiciera siguiendo la descripción de la actividad del jugador, pues ordena la acción de su equipo sobre la marcha. Puede escribirse que con el escogimiento de esa palabra se afirma la expresividad lingüística que caracteriza el lenguaje deportivo.

Lo que ha hecho la lengua con respecto de este jugador es que ha acomodado una palabra antigua del español que era de uso en otras áreas de la actividad humana y la ha adaptado a una realidad de un deporte de aparición más bien reciente. Con este tipo de cambio que se observa aquí se comprueba que las sociedades humanas usan el instrumento que es la lengua para acomodarla a la evolución que experimenta la realidad.  Ni la sociedad ni la lengua son estáticas.

© 2018, Roberto E. Guzmán

 

Corbé, blanquitud, sacar, dajao/Dajabón

Por Roberto E. Guzmán

CORBÉ

La palabra que figura a modo de título no se encuentra como tal, es decir, por derecho propio en los diccionarios diferenciales de español dominicano. Esa palabra se encuentra formando parte de algunas locuciones de uso común en el habla de los dominicanos. En este apartado se argumentará que ella merece un sitio en el léxico dominicano porque posee una significación que le es propia.

Hace ya varios años que por medio de estos escritos se hizo un espacio a la palabra en cuestión, pero a pesar de que se explicó su procedencia no se arguyó para crearle un espacio propio.

Corbé es una voz de origen francés que probablemente ingresó al español dominicano durante la ocupación haitiana. Esa es la representación gráfica que el dominicano ha hecho de la voz corvée del francés que era una obligación que los ciudadanos debían honrar como un impuesto pagado en horas de trabajo. Consistía en un trabajo gratuito para la comunidad que hacían los ciudadanos en grupo. Tuvo su origen en la sociedad feudal y era un tributo que se debía al señor feudal.

En la lengua criolla haitiana lo escriben, kòve y lo definen como trabajo en grupo seguido de distribución de comida, realizado por obligación y generalmente en las vías públicas.

El Diccionario fraseológico del español dominicano (2016:137) asienta dos locuciones sustantivas con la palabra del título, corbé de gente y corbé de presos; y una locución adjetiva, de corbé. La primera es, “Grupo numeroso de personas”. La segunda es, “Grupo de reclusos dedicados a trabajos forzados”. La tercera es, “Referido a persona, grupo que va por el mismo camino”.

Al copiar las acepciones se resaltó el vocablo grupo y esto explica que se haya escrito acerca de la palabra. Se piensa que en el español dominicano hay que hacerle un lugar a corbé con el significado de “grupo”, esto así en vista de lo que acaba de exponerse.

Ojalá se encuentre eco en esta propuesta de incluir esta voz en calidad de específica del español dominicano con la acepción que se propuso.

 

BLANQUITUD

El fenómeno de la BLANQUITUD. . .”

Con alguna frecuencia no precisada, aparece alguien con buena educación formal que muestra de manera implícita su inconformidad con los recursos que ofrece el léxico de la lengua. Esto que se acaba de exponer es lo que se cree que ha sucedido en el caso de la frase que se reprodujo a modo de ejemplo del uso de la voz del título.

En muchas ocasiones -quizás demasiadas- la persona que inserta la nueva voz no tiene el deseo o la oportunidad de explicar el nuevo término que saca a la luz. Como consecuencia de eso los lectores se ven en la situación de tener que descifrar el significado de lo que leen.

No resulta difícil encontrar que esta voz tiene relación con la palabra blanco. Se presume que no es un sinónimo de otra palabra vinculada con blanco, sino que posee rasgos peculiares que la hacen única y de allí que se la comente en este espacio.

En el proceso para dar con una definición se procederá a examinar los vocablos reconocidos de la lengua que pertenecen a la misma familia. Blancura, por ejemplo, es la “cualidad de blanco”. No es blanquecino que es “que tira a blanco” y, sinónimo de blancuzco.

No se va a abundar más y se propondrá una definición. Es el privilegio de ser blanco, con las características y facultades que esa condición confiere a la persona que goza de esa ventaja. Hay que tomar nota de que este es un juicio que procede de la reflexión, basado en suposiciones lógicas. Es infortunado que el autor que escribió el término no se tomara el tiempo y la molestia de explicarlo. Quizás lo dejó así porque en su mente estaba muy claro el concepto. O solo quiso impresionar a los lectores con una palabreja nueva.

 

SACAR

“. . . ya que el comité central SACO una resolución. . .” (Así, sin la tilde en el original).

Lo que sucedió en esta frase es lo que se conoce en el habla popular como un “doble feo”. En primer lugar usa el redactor el verbo sacar y en segundo lugar olvida la tilde para que se entienda que la acción acaeció en el pasado. El verbo sacar está fuera de contexto en una frase como esta. No “se saca” una resolución.

Dependiendo de las circunstancias, muy bien pudo elegir un verbo que indicara que la decisión fue adoptada o que fue emitida. No huelga recordar que adoptar en este caso es tomar una resolución después de haberla discutido, examinado, evaluado.

En el caso de que se trate de que la medida resolutoria fuese emitida, es decir, dada a conocer, entonces puede escribirse que la publicó, la hizo de público conocimiento. Si la divulgó, entonces la difundió. Si se había mantenido secreta o no era conocida del público puede decirse o escribirse que la reveló.

De todos los verbos que se han repasado el único que no merece que se escriba en una hipótesis como la de la frase es ese “sacar” que queda desestimado por ser poco preciso.

 

DAJAO – DAJABÓN

“. . . pero también de hábitat de DAJAOS, de camarones y anguilas. . .”

En esta sección se tratará el tema del pez que existe en las aguas frescas de la República Dominicana. Se aprovechará la ocasión para escribir también acerca del nombre Dajabón.

En su origen el nombre del pez fue dahao. Hoy se conoce con el nombre de Dajao. Es un pez de río y con ese nombre se lo conocía en México, Cuba y Puerto Rico. El nombre científico de este es agnostomus o agnostemus monticula.

Esta voz -dahao- aparece en la obra Indigenismos de D. Emilio Tejera (1977:517). D. Alfredo Zayas y Alfonso en su obra Lexicografía antillana (1914:209) trae la voz Dahabon como el nombre de, “Uno de los ríos que riegan la Vega Real de Haití, y desagua en la costa Norte”. Con respecto de la voz dahao escribe que es un pez de río de corriente rápida que en Cuba se pesca con aguacate, no del todo maduro.

La palabra Dajabón también es un indigenismo y D. Emilio Tejera en la obra mencionada antes sostiene que aparece ya en los escritos del P. Las Casas. El último escribe Dahabon. Se trae esta información para desvirtuar la etimología inventada por no especialistas acerca del nombre de la ciudad fronteriza de Dajabón, que se presenta como derivada de una mezcla del nombre del pez Dajao y del criollo haitiano (o francés) bon. Esta explicación etimológica se apoyaba en que los residentes de la parte occidental de la isla La Española decían que ese pez era bueno, dajao bon, de donde Dajabón.

Algunas personas en el pasado llegaron a pensar que el nombre del pez fue en su origen “dajado” y que por la pronunciación descuidada pasó en el habla a “dajao”; ya se sabe que no hay tal cosa.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Matraca, ambigüedad/*ambiguedad, interdicción

Por Roberto E. Guzmán

MATRACA

Esta palabra retrotrae al autor de estas líneas a la época de su pubertad. En ese momento los relojes eran mecánicos y, tenían rubíes y un “pelo”. Se recuerda que la cuerda era muy delicada. En esos años tener un reloj era un lujo. Eran mecanismos delicados que fácilmente se rompían o se descomponían. Esos relojes de pulsera eran enemigos de los deportes y de los juegos físicos.

A esa época pertenece la palabra “matraca” en el español dominicano. Era una forma de llamar al reloj de pulsera por otro nombre. No había necesariamente ánimo de burla en el uso de este vocablo. Hasta puede sostenerse aquí que había un dejo de admiración por el aditamento que medía el pasar de las horas y el tiempo. Si la memoria no falla, el reloj era más matraca mientras mayor fuese su tamaño.

Por esos años era normal que un joven al preguntar por la hora a otro le dijera, ¿Qué hora tiene tu matraca? No había ofensa en que se usara esa palabra, pues poseer un reloj de muñeca daba un toque de prestigio a quien lo poseía. En resumen, matraca era sinónimo de reloj de pulsera sesenta años atrás, por lo menos entre jóvenes en la ciudad de Santo Domingo.

Resulta interesante buscar el origen de la palabra en español y las relaciones que ella tiene con palabras de la misma familia, o desviadas de estas en otras lenguas. Sin olvidar, claro, el sentido derecho de la palabra matraca.

La palabra matraca en el español general posee varias acepciones. Es un instrumento musical de percusión. Es una persona inoportuna y molesta. Es una conversación sobre un tema molesto. Es una rueda que produce ruidos desagradables.

En su origen la matraca del español tuvo relación con el sonido que hacía un martillo. Luego fue una suerte de juguete que producía ruido. En francés la matraque es un tipo de macana. Como una curiosidad puede mencionarse que en francés de Quebec la voz patraque se usa con el sentido de “reloj de pulsera de poco valor”. Problèmes de lexicologie québécoise (1977:202).

Se recuerda que de modo jocoso los jóvenes de aquella época acostumbraban también a llamar de “macana” esos relojes que sus compañeros de estudios y de juegos llevaban. Era usual oír la pregunta, ¿Qué hora tiene tu macana? El misterio de esta macana quizá lo resuelve el español dominicano que entiende que algo que es macana es fuerte, preciso. Este uso está documentado en el Diccionario del español dominicano (2013:425), “Reloj grande o lujoso”.

En América, en ocho países, entre ellos República Dominicana, una matraca es un vehículo viejo y ruidoso. En República Dominicana, Puerto Rico y Bolivia, es también un artefacto mecánico que funciona mal o que no funciona. En portugués brasileño posee la palabra matraca algunos de las acepciones del español. Los datos sobre los países hispanoamericanos aparecen en el Diccionario de americanismos.

El Diccionario del español dominicano (2013:454) confirma la parte concerniente a ese país, con relación a macana. Se espera que algún día se documente la acepción dominicana que se publica aquí –matraca- para que se recoja en los lexicones de español dominicano.

 

AMBIGÜEDAD – *AMBIGUEDAD

“. . .erradicando toda situación de AMBIGUEDAD. . .”

En los últimos tiempos se ha notado cierta dejadez de parte de los articulistas con relación al asunto de colocar las tildes sobre las vocales para distinguir bien el papel que desempeñan en la oración.

Hay que poner en perspectiva el error en que se incurre -aún mayor- en cuanto se refiere a la diéresis, esos dos puntitos horizontales que en español se colocan encima de las úes.

Estos dos puntos constituyen un signo diacrítico, esto es, da un valor especial a la letra.  Solo se colocan sobre la letra u en las sílabas gue y gui; de esa forma se indica que esa vocal debe pronunciarse.

En la obra Anthropological Linguistics (1968:24) Joseph Greenberg afirma que siempre “la forma de escribir es la que se acomoda a la lengua hablada”. En este caso debe tomarse esa aseveración pensando que la pronunciación de esas palabras con diéresis fueron las que impusieron la utilización de estas para asegurarse de la forma en que debían y deben decirse.

En estos casos como el que se encuentra en la cita parece que la pereza vence a los redactores, a pesar de que la ausencia de la crema cambia la pronunciación de esas palabras. Este signo ortográfico auxiliar ha de representarse también sobre las letras aún cuando se escriban en mayúsculas.

En su condición de licencia poética, existe en español la posibilidad de representar la diéresis sobre otras letras además de las úes, para indicar que las vocales que componen el diptongo sobre el que se coloca deben pronunciarse en sílabas distintas.

Demostrar este tipo de pereza en los escritos destinados al gran público fomenta confusión en los lectores, pues a veces los últimos no poseen la capacidad para suplir el descuido del redactor. Además, con ese proceder fomentan una mala costumbre.

Los periodistas, los articulistas y todo aquel que tiene acceso a escribir en los medios de difusión ejercen un papel de modelo que debe ser asumido con respeto y celo.

 

INTERDICCIÓN

“Las autoridades realizaban operaciones de INTERDICCIÓN en un puesto de chequeo. . .”

Últimamente se ha extendido la mala costumbre de utilizar la palabra del epígrafe. Este uso tuvo su nacimiento entre los hispanohablantes de los Estados Unidos de América del Norte. El vocablo en cuestión pertenece por derecho propio al ámbito del español legítimo.

El problema que se advierte en la actualidad es que se ha extendido su campo semántico sin que ello tenga asidero. Más abajo se verá el asunto en detalle, sazonado con un poco de historia y semántica comparativa.

No produce sorpresa si se escribe que la interdicción es una prohibición en todas las lenguas que tuvieron algún tipo de contacto con el latín. Aún en aquellas lenguas con contacto menos directo, como el inglés, la primera acepción es su sinonimia con prohibición.

Según los textos acerca de semántica y etimología en un principio la interdicción fue una prohibición de decir, de expresarse, interdicere que tuvo su origen en el latín culto. Ese verbo del latín clásico fue de uso en el ámbito eclesiástico; de allí pasó al campo del derecho para las prohibiciones tanto en derecho civil como en derecho penal. El inglés lo tomó del latín a través del viejo francés.

La utilización que se hace en los últimos tiempos de esta interdicción proviene del inglés, lengua en la cual posee tres acepciones muy bien reconocidas. La primera como se escribió más arriba es solo la de prohibir.

La segunda que ha pasado al español, como puede comprobarse en la cita, es la de interceptar, que no aparece en las demás lenguas antes mencionadas. Entonces corresponde al español interceptación, que es la acción o resultado de detener, coger, parar, apoderarse de algo antes de que esta llegue a su destino o destinatario.

Los responsables de que se propague este uso viciado son algunos periodistas que abrevan en inglés y escriben en español. Esta traducción defectiva constituye otro tipo de descuido que también es censurable.

© 2018, Roberto E. Guzmán