Relectura al libro «Larga vida» de Manuel Matos Moquete

Por Gerardo Roa Ogando

No es posible captar todos los matices estéticos e ideológicos de una buena obra artística desde una primera y única lectura. Ese es nuestro caso con una de las novelas del translingüista y creador literario dominicano, Manuel Matos Moquete. Una segunda lectura nos ha hecho ampliar nuestra cosmovisión de su mundo, el cual es contado al revés en este libro.

En un artículo anterior, habíamos destacado el poder del signo verbal usado por dicho intelectual para reinventar la microcultura rural de la región Sur, República Dominicana. Habíamos afirmado que el campo semántico en “Larga vida” se cimenta en la construcción semiológica que expresa la portada, así como en el papel de los actantes, cuyas acciones y vivencias se relacionan con la eternidad.

En una segunda lectura de esta interesante novela, identificamos la ironía como hiperónimo que conjuga los hipónimos semiológicos y socioculturales de la novela. En esta ocasión, refutamos, en parte, nuestro propio artículo del 30 de diciembre de 2017 en Almomento.net, en el que sostuvimos que la eternidad era una constante en esta narración.

No es únicamente la longevidad la constante en la ficción sureña de Manuel Matos Moquete. Todo lo contrario, se trata de una ironía propia de un fino pensador iconoclasta de su estirpe. Los reflejos literales que en apariencia expresan una supuesta eternidad, lo que en realidad revelan es “la brevedad de la vida”, al estilo de Lucio Anneo Séneca.

El sarcasmo inicia justamente con el comienzo y el fin de los amores de Felito, el hijo del boticario, con Hiraida Ponciano. Es cierto que el amor que ella sentía por el novio de toda su vida era tan intenso que una hora en su ausencia significó toda una vida. Su acelerado amor fue tan inmenso que tan sólo en cinco días (para ella tal vez, diez décadas) se había casado con el agrónomo Olegario Valdez. Hidaida tenía muy poco tiempo que perder.

La ironía se traslada sutil y simultáneamente a los árboles que hospedaban a Vinicio  y a Felito, cerca del “El Palmar”. Siendo los árboles un símbolo de lo eterno, el que estos se marchitaran y no pudieran servir por más de tres o cuatro días de cobijo, expresa realmente esa finitud de la vida.

Aunque Vinicio tenía el doble de edad de Felito, su vida pudo ser mucho más breve de no haber asumido su trabajo como vendedor de la póliza “vida eterna”, lo que en realidad significaba vida efímera. Si Eljefe (como se escribe en la novela) hubiese descubierto, a través de su sistema de espías, que el supuesto empleo constituía una excusa para no pasar el tiempo en el parque municipal de “Vuelta Grande”, su vida, en vez de corta, se iba a convertir en una eternidad en la cárcel.

Esa es la misma finitud que termina con la existencia del poeta del pueblo. Bastó con identificar ciertos rasgos femeninos en Eljefe, y dramatizarlo públicamente, para que la gente se inventara todas las calumnias contra él, hasta quitarle la vida.

La ideología del poder es muy patente en el hecho de que los habitantes ligados al partido le tenían tanta lealtad al tirano, que no toleraban que nadie insinuara nada que no estuviera afín con sus intereses. Sin dudas, su cosmovisión giraba en torno al sistema de ideas del déspota. Los sustratos ideológicos asociados a la mitología se evidencian en los falsos nombres que las personas daban a sus hijos para evitar probablemente el maldeojos. Estos detalles constituyen elementos a partir de los cuales se monta la brevedad disfrazada de larga vida.

La brevedad es tan patente en esta novela que ni siquiera el censo pudo concluir eficazmente, ya que las personas del campo tenían muy poco tiempo para morir. Pasaban de más de ochenta años. Todos percibían el poco tiempo que les esperaba. En ese mismo lugar, la brevedad se evidencia en el momento en el que aquel joven campesino pretendía satisfacerse sexualmente. Los transeúntes le acortaron el tiempo.

La brevedad de la vida es la constante opuesta a la eternidad. Esta oposición se presenta hasta el final, puesto que el lector queda con el deseo de seguir leyendo, de volver sobre ella una y otra vez. Este detalle es notable en un artista del verbo, quien en breves instantes expresa tantos datos de la tradición cultural dominicana, sin ser este su fin primario.

Con esta segunda lectura es posible comprender cómo la vida misma es tan breve que no permite el desarrollo de todas las facultades del pensamiento. Los seres humanos perecemos sin haber desarrollado, tal vez, los mayores y mejores proyectos de la vida. Esa es la denuncia implícita que según infiero, contiene esta novela de Manuel Matos Moquete, la cual invito, una vez más, a su lectura.

Por supuesto, la narrativa de Manuel Matos Moquete no se limita a “Larga Vida”. Sus títulos cuentan alrededor de treinta producciones que a mi juicio no han sido explotadas de forma crítica por parte de los lectores nacionales. No estoy tan seguro de que los cineastas, guionistas y críticos literarios hayan hurgado en su pluma.

Aunque los textos de este autor son conocidos en la diáspora estadounidense y latinoamericana, sus obras merecen una mayor y mejor atención por parte de los gestores culturales nacionales, que les permitan colocarlos en el lugar que merecen, sin importar la antítesis, longevidad-brevedad, que matiza esta interesante novela.

 

Larga vida en la narrativa sureña de Manuel Matos Moquete

Por Gerardo Roa Ogando

Manuel Matos Moquete es un intelectual dominicano de una erudición auténtica. Su prosa es iconoclasta, sin renunciar al acervo cultural heredado de sus largos años de lectura en Cuba y en Francia. De su maestro Henri Meschonnic aprendió “la poética” como método de análisis del discurso, pero nunca lo he oído repetirla, sino para construir una crítica plural que le ha permitido hallar su propia definición como investigador de las humanidades y como creador literario.

Como lingüista y semiólogo, Matos Moquete es (junto a Diógenes Céspedes y Manuel Núñez, etcétera, pero con su marca distintiva y distintiva) quien mejor conoce y explica las teorías del signo lingüístico, en versión de sus más genuinos autores, entre quienes cuentan Ferdinand de Saussure y Charles Sanders Pierce, etcétera.

Como literato y narrador despliega un dominio sobresaliente de las teorías literarias universales y es, además, un genuino creador de mundos semánticos que se entrecruzan en las mentes de los lectores transportándolos a través de los vagones del extenso acervo cultural que exhibe mediante su pluma. En esta ocasión me centraré en sólo una de su extensa producción literaria.

La novela[1] “Larga vida” es la narrativa sureña de Manuel Matos Moquete que a mi juicio retrata con mayor propiedad la subcultura del Sur dominicano de alrededor de la década de los años sesenta. Desde los juegos de gallo, las dramatizaciones juveniles, hasta la zoofilia de los muchachos que se estrenaban con asnas, marranas y aves son recreadas sutilmente y con auténtica sublimidad a lo largo de sus ciento ochenta y cuatro páginas.

El detonante es un censo ordenado por Eljefe[2] para determinar la cantidad de habitantes de Vuelta Grande, una ciudad imaginaria del sur dominicano. El mundo semántico que Manuel Matos Moquete construye en esta novela inicia en la portada, desde donde es posible observar el símbolo más representativo de la longevidad, un árbol que alberga bajo su sombra a Felito y a Vinicio, personajes principales de la obra.

Al escuchar las conversaciones entre estos dos personajes ficticios imaginamos todo el tiempo que ha transcurrido desde que Felito abandona a su novia Hiraida Ponciano para dedicarse de lleno al censo, y desde que Vinicio decidió suscribirse a la venta de la aseguradora “Vida eterna” para guardar distancia entre las actividades relacionadas al poder. Sin dudas Vinicio es otro símbolo de vida eterna, ya que es dos veces mayor que Felito y, por lo tanto, es mejor conocedor de la vida, ya no es un imberbe soñador.

Sin embargo, al final de la narración es posible comprender la manera en que aquellos antagónicos cinco días que duró Felino en el bosque censando fueron una larga vida para su exnovia, quien decidió cambiar el amor de toda su existencia por el agrónomo Olegario Valdez, quien representaba una vida más larga y placentera, no sólo para ella, sino también para toda su familia.

El mundo semántico en torno a “Larga vida” que Matos Moquete recrea se solidifica en Vuelta Grande, lugar rural en la que las personas son antiguas, todas tienen un nombre falso y nadie sabe quién fue don Cheché, el lugareño más viejo del paraje. Asimismo, es notoria la relación entre los árboles centenarios que se describen en el lugar con el título de la obra.

Al finalizar la lectura se siente una sensación de continuidad, de larga vida, estrategia discursiva con la que el autor igualmente transmite la noción de vida eterna que lo acompaña en todas las páginas de esta interesante novela. Si el lector de estas líneas desea saber cómo se construye la vida eterna, lo invito a leer esta y otras obras de este audaz autor dominicano, Manuel Matos Moquete.

Ese deseo de vivir eternamente al estilo cuasi religioso que Manuel Matos Moquete exhibe, parece ser resultado de sus años mozos, aquellos en los que participó activamente con los grupos de una izquierda que se desplazaba movida por la ideología marxista de igualdad y libertad, a través de la cual se intentaba instaurar un nuevo orden mundial en el que las personas viviríamos en paz y tranquilidad, aunque sin vida eterna.

Filiación institucional del autor:

El autor es lingüista es investigador adjunto al Instituto de Lengua y Literatura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Desde el año 2014 hasta el presente coordina la Cátedra de Lingüística en la Escuela de Letras de dicha universidad y, en la PUCMM, es profesor de la asignatura “Nuevos enfoques en el Análisis Crítico del Discurso” del programa doctoral de Español: lingüística y literatura. Es autor de los siguientes libros académicos: Redacción, estrategias para el análisis y la producción de discursos académicos (2011); Lingüística cosmológica, una introducción a los estudios complejos del lenguaje (2013); La taxonomía del discurso, aspectos de la teoría lingüística (2016); Estrategias para el desarrollo de la competencia morfosintáctica (2016).

[1] Matos Moquete, Manuel (2010) “Larga vida”. Novela. Publicaciones Matos Moquete. Santo Domingo, RD. 184 páginas.

[2] Aparentemente, se trata de una sustantivación creada por el autor para referirse a Rafael Leónidas Trujillo.

Informe lexicográfico de la ADL a la Real Academia Española

(Primer informe: abril de 2018)

 Enmiendas y adiciones a la

23ª. edición del DLE

 

Este informe lexicográfico de la Academia Dominicana de la Lengua a la Real Academia Española tiene sugerencias, enmiendas y adiciones al bloque de propuestas  del Diccionario de la lengua española, que hemos realizado con la colaboración de Roberto Guzmán, María José Rincón, Rita Díaz Blanco y Bruno Rosario Candelier.

 

DLE                                                                               PROPUESTAS

 

abrumarse.prnl. Dicho de la atmósfera: Llenarse de bruma. abrumarse. [Adición de acepción]. 1 bis. Agobiarse y angustiarse.

 

burguesía.… f. 1. En la Edad Media, clase social formada especialmente por comerciantes, artesanos libres y personas que no estaban sometidas a los señores feudales. ‖ 2. Grupo social constituido por personas de la clase media acomodada. pequeña ~.f. Clase social intermedia entre la burguesía y el proletariado.

 

burguesía. … ‖ pequeña ~.f.[Enmienda de acepción de forma compleja]. Parte de la burguesía que por sus recursos limitados vive modestamente.

 

 

 

 

adlímina.[Adición de artículo]. loc. adj. Dicho de la visita oficial de un obispo al Vaticano: Que se produce periódicamente para cumplimentar la invitación del papa y exponerle la situación de su diócesis.

 

 

arrurú.[Adición de artículo]. m. 1. Col.arrullo (‖ sonido monótono y cantar). ● interj. 2. C. Rica,Cuba, Hond y R. Dom.arrorró.

 

 

(Segundo informe, abril de 2018)

 

DEL                                                                               PROPUESTAS

especialidad.… f. 1. Cualidad de especial. ‖ 2. Confección o producto en cuya preparación sobresalen una persona, un establecimiento, una región, etc. ‖ 3. Rama de una ciencia, arte o actividad, cuyo objeto es una parte limitada de ellas, sobre la cual poseen saberes o habilidades muy precisos quienes la cultivan. ‖ 4. Medicamento preparado en un laboratorio y autorizado oficialmente para ser despachado en las farmacias con un nombre comercial y registrado.

 

Especialidad. … ‖ 5.[Adición de acepción]. Rama de una ciencia, arte o actividad en cuyo centro se cultivan y ofrecen servicios sobre saberes o habilidades de expertos en sus respectivos ramos. La internaron en el Centro de Especialidades Médicas.

 

antropología. … f. 1. Estudio de la realidad humana. ‖ 2. Ciencia que trata de los aspectos biológicos y sociales del hombre.

 

antropología. … ‖ 2. [Enmienda de acepción]. Ciencia que estudia los aspectos biológicos, sociales y culturales del ser humano.

 

civilista.adj. 1. Dicho de un abogado: Que preferentemente defiende asuntos civiles. ● m. y f. 2. Persona que profesa el derecho civil, o tiene en él especiales conocimientos.

 

civilista. … ●m. y f. 3. [Adición de acepción]. R. Dom. Persona que profesa y promueve los principios cívicos de la vida urbana en sociedad. Eugenio María de Hostos era un civilista a carta cabal.

 

doctor, ra. … m. y f. 1. Persona que ha recibido el más alto grado académico universitario. ‖ 2. Título particular que da la Iglesia católica a algunos santos en atención al especial valor de la doctrina de sus escritos. ‖ 3. coloq. Médico, aunque no tenga el grado académico de doctor. ○ f. 4. coloq. p. us. Mujer del doctor. ‖ 5. coloq. p. us. Mujer del médico. ‖ 6. coloq. desus. Mujer que blasona de sabia y entendida. ■…

 

doctor, ra. … ‖ 7. [Adición de acepción]. Sabio o entendido en asuntos complejos y profundos. Como dice el dicho popular, doctores tiene la Iglesia.

 

indigenista.adj. 1. Perteneciente o relativo al indigenismo. ● m. y f. 2. Persona partidaria del indigenismo. ‖ 3. Especialista en la lengua y la cultura de los pueblos indios de Iberoamérica.

 

indigenista. … ‖ 3.[Enmienda de acepción]. Especialista en la lengua y la cultura de los pueblos indígenas de Iberoamérica.

 

indigenista. … ‖ 3.[Enmienda de acepción]. Especialista en la lengua y la cultura de los pueblos aborígenes de Iberoamérica.

 

metafísico, ca. … ● m. y f. 3. Persona que profesa la metafísica. ○ f. 4. Parte de la filosofía que trata del ser en cuanto tal, y de sus propiedades, principios y causas primeras. ‖ 5. Modo de discurrir con demasiada sutileza en cualquier materia. ‖ 6. Cosa que se discurre con demasiada sutileza. ➤imposibilidad ~.

 

metafísico, ca. … ●m. y f. 3.[Enmienda de acepción]. Especialista en metafísica.

 

 

metafísico, ca. … ●m. y f. 7.[Adición de acepción]. Disciplina filosófica que indaga el sentido de fenómenos, cosas y ocurrencias.

 

 

subnormal. adj. Dicho de una persona: Que tiene una capacidad intelectual notablemente inferior a la normal. U. t. c. s.

 

subnormal. adj. [Enmienda de acepción]. Persona con una capacidad intelectual inferior a la normal. U. t. c. s. U. t. c. insulto.

 

 

libre. (… ♦ Sup. irreg. libérrimo). adj. 1. Que tiene facultad para obrar o no obrar. ‖ 2. Que no es esclavo. ‖ 3. Que no está preso. ‖ 4. Licencioso, insubordinado. ‖ 5. Atrevido, desenfrenado. Es muy libre en hablar.6. Disoluto, torpe, deshonesto. ‖ 7. Suelto, no sujeto. ‖ 8. Dicho de un sitio o de un edificio: Que está solo y aislado y que no tiene casa contigua. ‖ 9. Exento, privilegiado, dispensado. Estoy libre del voto.10. soltero.11. Independiente o no sujeto a una autoridad superior. ‖ 12. Desembarazado o exento de un daño o peligro. Renta libre de penas, de cuidados.13. Que tiene esfuerzo y ánimo para hablar lo que conviene a su estado u oficio. ‖ 14. Dicho de un sentido o de una parte del cuerpo: Que tiene expedito el ejercicio de sus funciones. Tiene la voz libre.15. inocente (‖ libre de culpa). ‖ 16. Dicho de un tiempo: Que tiene alguien al margen de sus ocupaciones habituales. ‖ 17. Dicho de un espacio o de un lugar: No ocupado. ‖ 18. Gram. Dicho de una unidad lingüística: Que puede presentarse de forma aislada en la oración.

 

libre. … adj. 19. [Adición de forma compleja]. verso~ .m.Ret. Dicho de un renglón en la versificación irregular: línea formada por una o más palabras que no se somete al ordenamiento silábico de la estrofa.

 

teléfono. … m. 1. Conjunto de aparatos e hilos conductores con los cuales se transmite a distancia la palabra y toda clase de sonidos por la acción de la electricidad. ‖ 2. Aparato para hablar por teléfono.3. Número que se asigna a cada teléfono. ■…

 

teléfono. … [Adición de forma compleja]. ‖ ~ fijo. m. teléfono que se conecta a una red telefónica mediante cable.

 

teléfono. … [Adición de forma compleja]. ‖~ inteligente. m. teléfono celular con pantalla táctil y con múltiples prestaciones o aplicaciones.

 

 

 

empoderar1. … tr. desus. apoderar. Era u. t. c. prnl.

 

empoderar1. [Enmienda de artículo]. empoderar. … tr. 1. Hacer poderoso o fuerte a un individuo o grupo social desfavorecido. U. t. c. prnl. ‖ 2. Dar a alguien autoridad, influencia o conocimiento para hacer algo. U. t. c. prnl. ‖ 3. desus. apoderar. Era u. t. c. prnl.

 

empoderar1. [Adición de acepción]. empoderar. … tr. 3. Adquirir un individuo o un grupo la determinación de actuar con responsabilidad para conseguir determinados fines. U. t. c. prnl.

 

larimar. f. [Adición de artículo]. (acrón de Larissa y mar). R. Dom. Piedra semipreciosa, de aspecto vítreo, generalmente azul moteado de blanco, muy útil en joyería, que aparece en la costa sur de la República Dominicana.

 

de vida alegre. … [Adición de forma compleja]. ‖ mujer ~ f. m.Alude a la mujer que lleva una vida sexual promiscua o dedicada al ejercicio de la prostitución. “Es la historia de varios amigos que planean una fiesta con dos señoritas “de vida alegre”.

 

asquilloso, sa.[Adición de artículo]. adj.desus. Propenso a sentir asco. U. en R. Dom.[1]

 

metisaca. f. Taurom.Estocada imperfecta, en la cual el diestro clava el estoque en la res y lo saca rápidamente sin soltarlo, por considerar imperfecto el golpe.

 

metisaca.[Enmienda de acepción]. m. Taurom.Estocada imperfecta, en la cual el diestro clava el estoque en la res y lo saca rápidamente sin soltarlo.[2]

 

 

selfi.[Adición de artículo]. … m. o f. Fotografía de una o más personas hecha por una de ellas generalmente con un teléfono inteligente y para compartirla. U. t. c. f.

 

autofoto.[Adición de artículo]. … f. Fotografía de una persona hecha por ella misma.[3]

 

[1]Estas dos definiciones no harían sinónimos los términos selfiy autofoto, por lo que no podríamos recurrir a autofoto para evitar el anglicismo selfi.

 

profesar.… r. 1. Tener o mostrar un sentimiento o una actitud hacia alguien o algo. Le profesan cariño, admiración.2. Defender o seguir una idea o una doctrina. Profesan su fe abiertamente.3. cult. Ejercer una profesión o un oficio. Profesaba la medicina en una aldea.4. cult. Enseñar una ciencia o un arte. Profesaba cánones en la universidad.○ intr. 5. Dicho de un novicio: Comprometerse a cumplir los votos propios de la orden religiosa en que ingresó. ‖6. Ingresar en una orden religiosa.

 

profesar.… ‖ 5.[Enmienda de acepción]. [Pasa a 6 bis].Dicho de un novicio: Comprometerse a cumplir los votos propios de una orden religiosa.

 

filología.… f. 1. Ciencia que estudia una cultura tal como se manifiesta en su lengua y en su literatura, principalmente a través de los textos escritos. ‖2. Técnica que se aplica a los textos para reconstruirlos, fijarlos e interpretarlos. ‖3. lingüística. filología. … f.1. [Enmienda de acepción]. Ciencia que estudia las culturas tal como se manifiestan en su lengua y en su literatura, principalmente a través de los textos escritos.[4]

 

 aburguesarse. [Enmienda de artículo]. aburguesar. tr. 1. Hacer que alguien adquiera cualidades de burgués (‖ persona que tiende a la estabilidad económica y social). Las comodidades aburguesan al trabajador. U. t. c. intr. La buena vida aburguesa. ○ prnl.  2. Adquirir cualidades de burgués (‖ persona que tiende a la estabilidad económica y social). A cierta edad nos aburguesamos todos.

Observación: Hay también un aburguesamiento que se hace como crítica.

baipasear. [Adición de artículo]. … tr. 1. coloq. Arg., Chile, Ec., Ur. y Ven. Evitar o sortear algo o a alguien, especialmente por considerarlo un obstáculo o una molestia. ‖ 2. coloq. Chile, Nic., Ur. y Ven. Saltarse la persona, la instancia, etc., correspondiente y acudir a otra obviando el orden jerárquico o lógico. U. t. c. prnl.

¿Podría encontrarse un verbo más apropiado que saltarse? El uso en esta acepción pertenece al registro coloquial.

escrache. [Adición de artículo]. m. Manifestación popular de protesta contra una persona, generalmente del ámbito de la política o de la administración, que se realiza frente a su domicilio o en algún lugar público al que deba concurrir.

Sugerimos añadir esta, para que sea más preciso:  al que esta deba concurrir.

meme. [Adición de artículo]. … m. 1. Rasgo cultural o de conducta que se transmite por imitación de persona a persona o de generación en generación. ‖ 2. Imagen, video o texto, por lo general distorsionado con fines caricaturescos, que se difunde principalmente a través internet.

¿A través de internet?

milígramo. [Adición de artículo]. m. Chile. miligramo. RD

¿Qué significa este RD al final? Si es República Dominicana, debe colocarse junto a Chile.

motoniveladora. [Adición de artículo]. f. Constr. Máquina autopropulsada que sirve para nivelar un terreno.

En la actualidad sirven no solo para nivelar.

sororidad. [Adición de artículo]. f. 1. Amistad o afecto entre mujeres. ‖ 2. Relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento. ‖ 3. En los Estados Unidos de América, residencia estudiantil femenina.

Si ha de mencionarse esa acepción en los EE. UU, debe añadirse la asociación de mujeres estudiantes.

viagra. [Adición de artículo]. … m. o f. Medicamento utilizado para el tratamiento de la disfunción eréctil masculina. ¿Marca de fábrica?

Viagra es marca de fábrica; por tanto, recomendamos suprimir dicho artículo.


[1]No tengo documentado este uso en la República Dominicana.

[2]Mi propuesta para esta enmienda de acepción: ‘Estocada en la cual el diestro clava el estoque en la res y lo saca rápidamente sin soltarlo por considerarla imperfecta’.

[3]Estas dos definiciones no harían sinónimos los términos selfiy autofoto, por lo que no podríamos recurrir a autofoto para evitar el anglicismo selfi.

[4]Corregir concordancia «se manifiestan».

La Santa Cena según la visión de Reynolds Jossef Pérez Stefan

Por Bruno Rosario Candelier

 

“La Santa Cena fue un punto de reunión en el aposento alto, donde Jesús convidó (latín invitare) a compartir a su alrededor su más fieles colaboradores o discípulos, justamente tenía que celebrarse bajo la centralidad del Yahweh manifiesto por medio del Espíritu Santo, derramado ricamente con inyección de poder y consolación para quien le esperaba el Calvario. También se celebró esta ceremonia final bajo los principios fundamentales de la Sagrada Escritura contenida en la Torá, que se leyó esa noche y además bajo la centralidad universal y planetaria de la ciudad eterna de Jerusalén” (Reynolds Jossef Pérez Stefan, La Santa Cena, 182).

Desde el fuero de la espiritualidad teológica, Reynolds Jossef Pérez Stefan, acrisolado intelectual vegano conocido en su comunidad como Jochy Pérez, ha dado a la estampa una nueva cosecha de sus fructíferos estudios sobre nuestra cultura, plasmada a la luz de su formación teológica, su visión religiosa y su vocación espiritual. Se trata de la obra de ensayo La Santa Cena de Nuestro Señor Jesucristo (1), amplio texto de ponderada reflexión histórica, teológica y religiosa sobre uno de los acontecimientos medulares del Cristianismo, como fue la Última Cena de Jesús de Nazaret, celebrada en la noche del jueves previo al día de su crucifixión.

Esta nueva y valiosa obra de Reynolds Jossef Pérez Stefan confirma el activismo cultural que la actual generación de intelectuales veganos está propiciando para recuperar el prestigio que en el pasado escritores y artistas veganos dieran lustre y esplendor a la sociedad de La Vega.

Aunque tiene mucho de inspiración, esta obra de investigación es fruto del estudio y la reflexión de varios años de trabajo intelectual del galeno vegano. Su autor siempre ha tenido inclinación por las cosas de Dios y, para la materialización de esta obra, dedicó varios años a la lectura y la investigación de ensayos y publicaciones relacionados con la Última Cena, uno de los grandes episodios que protagonizara el Hijo del Hombre en su paso por la tierra por la significación teológica y mística de ese ágape sagrado.

Al nacer no solo recibimos vida y conciencia, sino capacidad de pensar, talento para intuir y don para crear con la preciosa dotación del Logos que nos distingue de plantas y bestias. Supongo que El código da Vinci, de Dan Brown, debió ser una fuente de motivación para Jochy Pérez. Obviamente, es asaz complejo estudiar y analizar una cultura tan antigua y un tema tan secreto con una trascendencia relevante y profunda en el orden espiritual, religioso y teológico, pues al tratar aspectos de esta naturaleza hay que evitar generalizaciones vagas, consideraciones supuestas o invenciones de la fantasía. Ya sabemos que la ciencia, la teología y la mística se auxilian recíprocamente y que cada una necesita de las otras para abordar temas y aspectos vinculados con el conocimiento profundo, libre de la especulación metafísica o de un compromiso confesional. Una cosa es la fe del cristiano, diferente de la fe científica, por lo cual en el texto bíblico se dice que “bendito aquel que cree sin ver”. Desde luego, hay claves sobre teología bíblica, el pensamiento cristiano y la teología patrística, que nos impiden, como lo entendiera Reynolds Jossef cuando se dispuso a investigar para darle forma y sustancia a esta obra que tiene abundantes huellas del conocimiento histórico, lingüístico y literario de la sabiduría humana.

La investigación científica implica una serie de condiciones para adentrarse en el estudio de un tema como el de la Santa Cena, sobre todo cuando se vinculan actitudes espirituales de creencia, de fe y de honda espiritualidad para redactar una obra que podrían leer personas que requieren determinada demostración, como sucediera con santo Tomás, que tuvo que tocar para creer.

Esta obra de Reynolds Joseef Pérez Stefan no es una novela, aunque pudo haber sido una obra de ficción porque podría ocurrir que alguna vez su prestante autor se anime a usar sus conocimientos científicos, bíblicos, teológicos, lingüísticos y literarios para articular una narración con la sustancia para una novela y no un libro de ensayo, como es este estudio sobre la Santa Cena, obra que presenta en la portada el cuadro de Leonardo da Vinci sobre la Última Cena y, en la contraportada, la creación de un artesano vegano hecha con hojas de plátanos sobre el mismo tema.

En la página 19 de esta obra leemos la motivación que concitó la vocación creadora de Reynolds Jossef Pérez Stefan: “Después de pedirle a Dios este rayo de luz tan poderoso como el que cegó temporalmente al apóstol Pablo y si a Él le place en su gracia y benevolencia otorgarla a un mortal lleno de limitaciones, imperfecciones y debilidades humanas -solo me queda arrodillarme con la mayor reverencia- para luego humillarme en actitud de adoración para tributarle gratitud y toda la honra del Universo”. Eso significa que el autor estaba consciente de la tremenda empresa literaria en la que se embarcaba. Es decir, tuvo la suficiente humildad intelectual, lo que se infiere al pedirle a la Divinidad esa iluminación. Cuando hice ese comentario, en el conversatorio que organicé con la presencia del autor y el suscrito en una reunión con los poetas interioristas del Ateneo Insular en el Santo Cerro, Hochy Pérez expresó: “Sí, porque muchas veces cuando escribimos, aunque sea con buena intención, si eso no es agradable a Dios, en vez de educar desde el punto de vista teológico a la gente, podemos deformar y llevarle conceptos teológicos que no son agradables al Señor” (2).

En otro pasaje de esta grandiosa obra, leemos lo siguiente: “La Santa Cena no fue una invitación de Jesucristo a sus discípulos simplemente para compartir alimentos un jueves en horas de la noche, en un aposento alto de una casa elegida de último minuto en Jerusalén, ni tan solo fue para llenarles sus vientres de alimentos y bebidas; no era un bacanal (latín bacchanalis) romano; ya que fue más importante la llenura del espíritu y del alma, que la del cuerpo. Esta es una tricotomía, que es una posición o enfoque teológico que describe la naturaleza y estructura del ser humano como espíritu, alma y cuerpo. Este principio se fundamenta en la Biblia en el libro de Hebreos 4:12 y 1Tesal. 5:23” (3).

Es decir, el estudioso bíblico hace aquí el planteamiento de que ese glorioso ágape no tuvo como objetivo fundamental el mero hecho de comer, sino que tuvo una motivación de mayor trascendencia. La fiesta de pascua era muy diferente a la que en nuestro tiempo celebramos en Navidad, advierte el autor. Esa fiesta celebraba la salida del pueblo judío de Egipto y entonces era una cena suculenta, que se celebraba el 14 del mes del Nisán, un mes del calendario judío que está entre marzo y abril. Entonces esa cena, en la interpretación de Jochy Pérez, era de alta significación, porque para entonces se hacía turismo religioso: “Si usted era un judío que vivía en Macedonia o en Asiria, dos o tres meses antes la gente emigraba para Jerusalén en esa fecha a juntarse con sus familiares. Entonces la cena era un recordatorio de la salida del pueblo judío de su esclavitud en Egipto, que llaman Pésaj”. Para el pueblo judío, explica el autor de esta enjundiosa obra, “su padre de la patria era Dios, y no hubo que coger una espada para lograr independencia, y vemos el fenómeno de Duarte en Dominicana, de José Martí en Cuba, de Simón Bolívar en Latinoamérica, donde quiera hubo sangre y supimos encontrar los esqueletos de ellos, porque tenemos un panteón, pero el esqueleto de Jesús está resucitado. El único pueblo que tiene un padre de la patria, un Dios que lo libertó, que lo sacó de la esclavitud, que lo llevó al desierto por cuatro siglos, que lo purificó en la sequedad del desierto para mejorarlo en una molienda. Si usted recorre, por ejemplo, el desierto de Sinaí en un camello, usted lo pasa en un mes o en mes y medio; sin embargo, ellos nunca encontraron la salida porque estaban en una especie de molienda espiritual y pasaron 40 años dando vuelta en el desierto y Dios les proveía. Dios se convirtió en panadero, porque Dios les daba el maná y también les daba codornices y se los daba justamente para el alimento de ese día, no para el otro día porque si lo guardaban cogían gusano, para que creyeran en ese Dios, que era un Dios suplidor”, nos dijo el autor de la obra en un interesante conversatorio con el suscrito celebrado en Santo Cerro (4).

La raza judía, poseedora de la más alta inteligencia entre los humanos, fue la elegida por Jesús para habitar entre nosotros. En tiempos del divino Maestro de Galilea se hablaba hebreo, latín, arameo y griego, como se pudo apreciar en la película La pasión de Cristo, que muestra el uso de esas lenguas antiguas en diversas escenas del mártir del Gólgota. Se entiende que el arameo era la lengua que hablaba Jesús.

Hay algunas personas que no están de acuerdo con la existencia histórica de Jesús, pero no tienen fundamento para negar su existencia, como tampoco lo tienen quienes niegan su Divinidad o, peor aún, quienes niegan la existencia de Dios. En este tiempo de la vigencia de la ciencia de la física cuántica el ateísmo no se justifica. Quienes creemos en Dios, admitimos que Dios es el Padre de la Creación y, en tal virtud, aceptamos que domina todas las cosas y que todo cuando existe es una emanación de la fuente primordial de lo viviente.

En su libro, como en el testimonio de su vida, Reynolds Jossef simple y llanamente confirma la grandeza de Dios, hecho del que hay múltiples manifestaciones en la historia de la salvación humana, y en esta misma obra del escritor vegano, como el fenómeno del mar rojo cuando se abrió según el relato bíblico, que la energía divina permitió que se abriera cuando pasaron los judíos y se cerrara cuando llegaban los egipcios, hecho que puede interpretarse como un milagro. Y el milagro no es sino una súbita alteración de las leyes de la naturaleza.

En la página 56 hay una información donde nuestro acucioso investigador sostiene que los discípulos de Jesús, excepto Juan el discípulo amado del divino Maestro, tuvieron una muerte trágica. Todos los apóstoles murieron trágicamente. ¿A qué atribuye Pérez Stefan esa circunstancia a favor de Juan? Su opinión es la siguiente: “No tengo una respuesta. Sé que todos murieron trágicamente: ahorcados, etc. La verdad es que Juan es el más joven de todos ellos y el que más años duró, y Jesús tuvo una actitud paternal hacia él. Fíjense que en esa época cuando el hombre se casaba les llevaba muchos años a las mujeres. Cuando a Jesús lo crucifican, según se puede constatar en diversas películas, especialmente en La pasión de Cristo, que la Iglesia Católica validara como real, ustedes no ven la figura de José acompañando a María, viendo a su hijo morir en la cruz, porque José había muerto para esa época. Entonces Juan cuida a María hasta su muerte, y de ahí en adelante no se sabe lo que pasó, pero él no murió trágicamente. Juan era un muchacho que siempre estaba muy cerca de Jesús y la virgen María, y por ser tan joven la gente no lo reconocía como uno de los apóstoles” (5).

En esta obra de investigación histórica y bíblica, Pérez Stefan explica en un glosario final algunos vocablos especializados, que define y describe muy bien, y es oportuna esa faceta lexicográfica de nuestro autor porque un trabajo de este tipo implica el uso de voces especializadas, palabras técnicas, expresiones arcaicas propias de disciplinas como la teología, los estudios bíblicos y la vida de Jesús. Veamos un ejemplo al respecto: “No quiero cerrar este capítulo sin antes hacer un análisis histórico, teológico y evolutivo del verdadero significado de la palabra Dios. La misma procede del latín “Deus”, sin más, constituyendo una excepción de palabra que procede de un nominativo y no de un acusativo, como es habitual, debido a que a Dios se le invocaba con el nominativo. Esta etimología está tan extensamente probada por todos los escritos latinos tardíos y protorromances medievales, que es increíble defender otras posibilidades. Cualquier otra cosa es un puro invento. El latín “deus”, no procede en absoluto del griego Zeus. Lo único que sucede es que ambas palabras derivan de una raíz indoeuropea común dyeu-/dyu, que significa “luz diurna”, variante de la raíz indoeuropea deilw– (brillo, luz). y en efecto la palabra latina “deus”, así como la variante “divus” (que están ambas en la base de nuestro término “Dios”), que significan “ser de luz”, pues así era entendido los dioses en los orígenes, como seres hechos de la materia de luz y nimbados de ella. Lo que sucede es que el nombre Zeus (Dyeus) tiene el mismo origen indoeuropeo. Este origen, también está en la base del nombre Júpiter (en genitivo “lovis”, procedente deDyeuis”), solo que en el nominativo se le invocaba como padre (en indoeuropeo pitar/piter), así Dyu=piter” (6).

Una obra de esta naturaleza, primera en su género escrita por un dominicano, implica realizar estudios de teología, geografía y lingüística, y sin duda el autor tuvo que investigar, entre otros aspectos, cuáles eran las monedas que existían en esa época, porque se hablaba de que a Jesús lo vendieron por unas monedas de plata; y cuáles eran las diversas etnias y culturas concurrentes en Judea en tiempos de Jesús, así como las implicaciones políticas bajo el dominio del Imperio Romano. Por ejemplo, el denarius, de donde procede el vocablo español “dinero”, era la moneda romana de esa época, pero había también una moneda judía, que tenía cierto valor pero la imposición imperial la subyugó en ese momento. El concepto judío puede entenderse como una raza o como una religión. Cuando Abraham salió de la tierra de Ur y se fue a la tierra que Dios le había prometido, en esa época fueron a la tierra de Canaán, y Abraham venía de una tierra de la paganidad, de muchos dioses, a una tierra donde iban a tener un Dios único. Como bien explica Jochy Pérez en este edificante libro, en la antigüedad bíblica había pueblos que adoraban dioses diversos y muchas cosas paganas, dioses hechos de barro. El papá de Abraham, por ejemplo, tenía una tienda de ídolos y un día se fue y dejó a su hijo encargado para que cuidara esa tienda, y cuando retornó, encontró todos los ídolos rotos y el padre le llamó la atención y Abraham le dijo: “Papá, fue que ellos se pelearon entre sí y se destruyeron”; y le dice el papá a Abraham: “Pero si esos tienen ojos y no ven, tienen boca y no hablan, tienen oídos y no oyen, tienen manos y no se articulan ni mueven sus piernas”. Entonces le dice Abraham: “Eso quería yo que tú supieras papá. Estás construyendo dioses paganos”. Entonces los rompió con un palo.

El afortunado autor de esta obra, quegoza de ascendencia judía, procede de una familia nacida en la cercanía de Belén y, por consiguiente, lleva en su sangre genes de ese privilegiado pueblo que convivió con Jesús. Belén es un vocablo judío y sus habitantes originales eran también judíos, como lo fue Jesús. De hecho, el antiguo templo de los judíos, que denominan sinagoga, era visitado por Jesús, quien discutía con los letrados de la Torá. Más aún, cuenta la Biblia que una vez, siendo Jesús un imberbe, se les perdió a sus padres y, tras una larga búsqueda, lo hallaron predicando en el templo de Jerusalén, donde estaban los expertos rabinos, discutiendo sobre teología. Y el joven Jesús discurseaba contra los fariseos, una religión que engañaba al pueblo.  Entonces se hablaba de fariseos, saduceos, zelotes, judíos y esenios. ¿Tenía Jesús vínculos con los esenios? Los esenios eran una escuela mística que se aislaban en el desierto para su contemplación espiritual.

Según el autor de La Santa Cena hubo un pastor árabe a quien se le perdió una de sus ovejas, y hay muchas cuevas cerca de donde vivían los esenios, y entonces para no tener que entrar de cueva en cueva buscando sus ovejas, el pastor acostumbraba tirar piedras, y un buen día, cuando tiró una piedra, oyó un sonido timpánico, como de barro, y cuando entró encontró intacto el libro de Isaías, el mismo que está en el Antiguo Testamento. Ellos fueron los preservadores de los antiguos documentos testamentarios de la Torá. Los esenios lo preservaron y lo guardaron, porque cuando vinieron los romanos en el año 70, en tiempos del emperador Tito, hablaban  de “la pax romana” (que no era la paz con z, sino con x), “la paz de la desolación”, dice Jochy Pérez. Ellos destruyeron todo, no dejaron piedras sobre piedras.

Cuando en esta obra de singular aporte su agraciado autor habla de que Dios en el Sinaí alimentó a los hebreos con codornices y maná, usa la palabra correcta, porque en hebreo antiguo maná alude a una interrogación, algo así como ¿qué es esto? Eso quiere decir que ellos se sorprendían con lo que les llegaba de lo Alto. Según Pérez Stefan, el maná era como una hojuela, una especie de carcha, que no era lo mismo que el tipo de pan que comemos hoy. El pan que se usa en la Santa Cena es un pan sin levadura, que se dice ázimo en hebreo. Fíjense que cuando se le pone levadura al pan, el pan crece, explica. Para la celebración de la fiesta de pascua se barrían las casas, se limpiaba todo, porque para ellos era una ofensa encontrar una semilla o una basura en el piso. En la fiesta de la pascua se juntaba toda la familia, comenzaba por la tarde donde mataban al cordero de tres a seis de la tarde, justamente hacia la hora en que se crucificó y murió Jesús. Explicaba el autor de La Santa Cena que los celebrantes tenían una ceremonia ritual que la dirigía el papá o el mayor de la familia. Si la mujer era viuda, tenía que adherirse a la familia y participar en la ceremonia. Ellos tomaban una copa de vino tinto diluido y tomaban especias amargas, entre esas especias había verduras, y cuando eran muy amargas los niños le preguntaban al papá: ¿por qué tomamos esto?, y entonces él decía: “Porque la amargura que estuvimos viviendo en el pueblo judío en Egipto fue de mucho dolor”. Entonces cada paso tenía un significado y entre paso y paso se iban cantando los salmos del 113 al 118. Por eso en esta obra su autor consigna: “El vino convencional del jugo de la vid, es un buen antioxidante para las arterias, evitando o reduciendo los riesgos de las afecciones propias de la ateroesclerosis en el hombre; pero el vino de Yeshúa es el más perfecto y magnífico antioxidante, ya que nos quita el verdadero óxido que nos corroe íntimamente, es el que está en nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestro espíritu y en nuestra alma, donde el vino de la cava o bodega más exquisito no puede tener dicha bondad terapéutica. El vino divino ingerido en La Santa Cena en memoria de Yeshúa, nos condiciona y nos proporciona el sendero de la salvación y de la vida eterna en representación de su sangre derramada en el Calvario, por medio de la evocación y la memoria de su sacrificio en la cruz de tipo expiatorio” (7).

La Última Cena, la Santa Cena o la Cena del Señor fue una especie de despedida. ¿Qué pasó en esa cena? -le pregunté al distinguido ponente. Y me respondió: “Se celebró en un aposento alto, se ve que era de una gente de clase media o alta, porque la casa de gente pobre no tenía aposento alto. Era una zona fresca y estaba Jerusalén intramuros, no fue en una casa cualquiera. La literatura deuterocanónica dice que “ruscha” fue en la casa que lo hicieron, pero la Biblia no lo dice. Inclusive, es un anónimo la persona que Jesús manda a buscar con Juan y Pedro para que con un cántaro de agua fuera a buscar el agua a la casa donde se iba a celebrar la cena y dice “de fulano”, no dice a nadie.  En esa celebración de la Santa Cena no se sabe quién asistió, si fueron la esposa del dueño de la casa, las hijas, no dice que María Magdalena y su madre María estuvieron presentes. Si yo estoy haciendo una cena y mañana me van a crucificar, yo quisiera que mi esposa y mis hijos tuvieran y mi papá y mi mamá, si estuvieran vivos, estuvieran. Sin embargo, María no estuvo, ni María Magdalena tampoco, que tuvo un papel protagónico”, comentó JochyPére.

Advertí que entonces no se invitaban a mujeres para esas cosas, pues la cultura judía era predominantemente masculina. En esa última cena solo participaron los apóstoles, es decir, los escogidos por Jesús. Leonardo Da Vinci, sin duda uno de los intelectuales más grandes con una mente prodigiosa, era científico, artista y un gran místico, además de pensador, pintor e inventor.

¿Qué pasó esa noche?, porque era de noche y, al parecer, fue una cena oculta. Según Pérez Stefan, en esa cena lo que hubo fue solamente pan y vino. Fue una cena oculta, modesta, de gente pobre, pero según el autor de esa singular obra de amor, hay un error desde el punto de vista pictórico de Leonardo da Vinci. Él pone en la mesa muchas copas y muchos panes, y solamente se utiliza un solo pan que representa el Cristo de un solo cuerpo partido, porque él mismo lo partió y repartió a los discípulos; y una copa de vino, que se pasó a cada uno de los participantes para que probaran el vino. Al pan se le untaba una especie de aderezo. “Otro de los errores que tiene Leonardo da Vinci, según el escritor vegano, es que la santa cena no se hizo en una mesa, sino en un triquino, que era una especie de una meseta en forma de c y la gente se sentaba en el suelo. Había unos cojines atrás, porque el judío cuando saludaba, lo hacía con la mano derecha, no te daba la mano izquierda porque es la mano de saludar y limpiar los genitales. Si tú le pasabas comida a un judío con la mano derecha, tú lo estabas irrespetando, porque le estabas dando la mano contaminada. Entonces, por eso cuando ellos se sentaron para la santa cena, tenían un poco de reclinación y comían; por eso es que Jesús dice que “quien está recostado sobre mí es quien me va a traicionar”, porque cada uno le correspondía recostarse en el hombro del otro. Lo único que yo tengo claro por deducción lógica es que Juan y Judas están sentados al lado de él, después las otras posiciones serían conjetura” (8).

Cuando a Leonardo da Vinci le hicieron el encargo del cuadro, pasó mucho tiempo buscando figuras que les parecieran a los personajes bíblicos, porque no encontraba la figura de Judas, se sentó en la plaza, y espera y espera y no aparecía el muchacho, que era una mezcla de ojos de santidad pero con hipocresía en el fondo. Entonces de los doce discípulos tenía once, faltaba Judas, y en la plaza encontró por fin la figura de Judas. Finalmente lo convenció, lo sentó en una banqueta en la misma plaza, lo pintó y cuando él terminó el joven le dijo: “Maestro, usted me había pintado hace muchos años como Jesús”. Ese hombre se había corrompido, le había cambiado la fisiología. En realidad, dijo Jochy Pérez, “la cara es un reflejo del alma y la mirada es también un reflejo del alma”.

En este momento no podemos saber en realidad cómo era Jesús y cómo eran sus apóstoles, pero Dios mediante en este siglo XXI se sabrá cómo era Jesús, porque hacia mediados de la presente centuria van a inventar un aparato que va a viajar al pasado, que podrá identificar la cara de Jesús, y si en verdad ocurrió la ultima cena, cómo fue que lo torturaron, azotaron y crucificaron hasta morir y qué relación tuvo con María Magdalena y qué predicó en el Sermón de la Montaña y cómo fue su Resurrección. Todo se va a ver y ese aparato se va a descubrir, Dios mediante, en este mismo siglo. Parece que están trabajando en esa herramienta para identificar los misterios del pasado, no solo respecto a Jesús, sino a todos los personajes de la historia. Esa va a ser la gran revolución que va a transformar la visión del mundo y a enmendar mitos, leyendas e historietas. Se esclarecerán muchas especulaciones. Y como dijera el discípulo amado de Jesús, se cumplirá la sentencia de que “La verdad os hará libres”.

A la pregunta de qué llevó a Reynolds Jossef a escribir específicamente de la Santa Cena, el autor de la obra dijo que hay muchos temas conexos que obedecen a curiosidades de la sensibilidad y la inteligencia, sin descartar el aporte que pueda hacer el lector tras su lectura, porque sin duda la vida de Jesús, aunque fuera breve en cuanto al tiempo, fue intensa y luminosa. Insistimos: ¿por qué el tema de la Santa Cena? El grosor del libro, de unas 600 páginas, evidencia que el autor tuvo que investigar mucho y también mucho que decir. La Santa Cena tiene el subtítulo de Temas paralelos, porque fue un acontecimiento que sucedió con otros eventos desde el punto de vista político, social, religioso y teológico en la época en que Jesús vino al mundo. Es un tema que el autor investigó durante muchos años, más aún en una lengua, como la española, en la que hay pocos libros sobre dicha temática, lo mismo en la bibliografía teológica de la Iglesia Católica y la evangélica.

Según nuestro teólogo vegano, Jesús dejó dos legados básicos, como fue el bautizo en la Santa Cena y, desde la perspectiva teológica, la prédica del Evangelio. Sin embargo, en el cielo, según san Juan en el Apocalipsis, se va a seguir celebrando la Santa Cena con el mismo Jesús. Prácticamente las dos ceremonias que son obligadas y repetitivas desde el punto de vista cristiano, la Santa Cena trasciende a lo espiritual, a la nueva Jerusalén, que es la Jerusalén que vivirían los genuinos cristianos. Se supone que la Última Cena la celebró Jesús como una despedida de sus discípulos predilectos, sabiendo que se iba a morir, porque él debió saberlo.

Esta es una obra de ensayo. Sin embargo podría servir de inspiración a quien quisiese escribir una novela a partir de los datos y las referencias aquí evidenciadas. El autor de esta obra es un narrador, que ha escrito varios libros y tiene las condiciones intelectuales, estéticas y espirituales para verter en una novela episodios diversos. Tiene un libro inspirado en la vida de Juan Bosch: Memoria de Juanito, con una dimensión narrativa. Igualmente en esta obra, La Santa Cena, se nota que hay un narrador que se niega a hacer ficción, aun teniendo las condiciones para fabular. Su prestante autor no solo leyó a Dan Brown, sino a otros fabuladores eminentes, amén de obras fundamentales del Cristianismo y la espiritualidad. Ejemplo del talento narrador que aprecio en Reynolds Jossef es el estilo ágil y el lenguaje descriptivo del autor de La Santa Cena, como se puede apreciar en el siguiente pasaje que retrata el dinamismo de la urbe donde aconteciera el suceso que marcó un antes y un después en la historia de la humanidad: “Para la fiesta de la Pascua Judía, época donde se celebró la Santa Cena en el año 33 e.C., entre los meses de marzo y abril, por tradición, la ciudad de Jerusalén se revitalizaba, tomaba más fuerza su estilo de vida capitalino, se dinamizaba el comercio, el bullicio se apoderaba de la ciudad y las personas chocaban hombro con hombro y manto con manto. El polvo producido por tantos animales en marcha por las calles de Jerusalén y tantas sandalias pululando agitadamente, bien aparecía una densa cortina de humo, ya que todas las calles a la sazón no estaban adoquinadas. Todo esto acontecía como una transfusión energizante, siendo el escenario festivo religioso en las calles empedradas de la gran capital espiritual del Judaísmo y el Cristianismo. Los parroquianos y visitantes se preparaban para recluirse en el Templo de Jerusalén o en una sobria intimidad reflexiva y consagratoria en el hogar” (9).

Finalmente, presento esta última cita observada por Jochy Pérez: “Quería comentar algo sobre la Escritura, si bien sabemos algo de la palabra, sabemos que fue lo primero que recibimos, según la Torá; los judíos consideran tan sagrados los primeros cinco libros, que dicen ni siquiera que fue Moisés quien los escribió, sino Dios, y se los entregó a Moisés. La tabla de los mandamientos se escribió con un cincel, porque fue sobre piedras que se cincelaron esos principios morales. Después, como dijo el maestro, se comenzó a escribir sobre huesos, sobre hojas, piel de animales y llegó una forma más evolucionada, era que hacían unos cajones y le vaciaban la cera y esa cera cuando ya se rectificaba escribían sobre ella, pero por el calor del Medio Oriente la acera se derretía, perdía su morfología y la escritura se deformaba. Por eso la gente dice que le hable “sinceramente”, es decir, con claridad. También se utilizó ese término, porque se hacían vasijas que eran traída de la China que era para ser vendidas a través de Venecia y a veces se quebraban con un valor impresionante y los mercaderes le ponían ceras y buscaban pintores renacentistas que la retocaban y cuando iban a comprar una vasija decían: “dámela sincera”. Luego pasamos a la evolución del papiro”.

El impacto de la Última Cena en la vida de Jesús fue abordado por Reynolds Jossef Pérez Stefan con el alcance, la significación y el respeto que dicho acontecimiento tiene en la etapa fundacional del Cristianismo. Al respecto, nuestro autor precisó sin rodeos: “Es interesante destacar un dato muy importante que lo tomamos a la luz de lo revelado en las Sagradas Escrituras. En la Santa Cena en el aposento alto no participaron mujeres, ni siquiera María la madre de Jesús; mucho menos Martha, ni María Magdalena, esta última quien fue la principal obrera evangelística entre todas las mujeres y la más fiel seguidora del Mesías. Todo esto nos demuestra que ni siquiera los lazos familiares en el caso de María, la madre de Jesús, justificaban su presencia, ni tampoco se le dan los créditos falsamente otorgados por las literaturas paganas a María la de Magdala, para participar de esta sagrada ceremonia. Este principio lógico derriba y desnaturaliza la aparente sobreestimación y valoración desmedida que le han querido dar a este personaje, en las innumerables bibliografías profanas de autores heréticos” (10).

En estos tiempos no se tiene una verdadera valoración de la Santa Cena o de la Eucaristía, de la que hace uso la Iglesia Católica: los católicos usan una oblea de pan y en la iglesia evangélica utilizan un pan sin levadura: “No estoy diciendo que una es mejor que otra, solo es para que vean la diferencia, -advierte Pérez Stefan, y añade-: La Iglesia Católica cree en la consustanciación de la carne, y dicen que el pan se convierte en la carne de Jesucristo y el vino en su sangre. En la iglesia evangélica se dice que el pan representa el cuerpo de Cristo y, el vino, la sangre de Jesucristo”, consignó el autor de la obra.

Desde el punto de vista espiritual, ¿qué implicaciones tuvo en aquel entonces para los discípulos que participaron en la Santa Cena? En ese momento histórico, según nuestro teólogo, fue algo trascendental, porque no solamente fue la cena de una despedida, pues pronto se sintieron desprotegidos, como un ejército sin general, cuando ellos estaban bajo la sombrilla de la  Divinidad, y de repente se quedaron prácticamente desolados. La iglesia cristiana se ha visto asediada a través de la persecución y fíjense que ninguno de los apóstoles pudo permanecer en Jerusalén. Eso trajo como consecuencia una dispersión hacia el Asia Menor hasta llegar a Europa y permitió como consecuencia que el Evangelio tuviera un alto crecimiento.

Los primeros cristianos tuvieron que esconderse en esa época. Hubo un genio anónimo que inventó el símbolo del pez para identificar a los cristianos. Ellos se dibujaban un pez en la mano cuando querían saber si otro era cristiano. Si alguien conocía ese símbolo ya sabía que era cristiano. Es muy singular el origen de dicho símbolo: en griego la palabra “pez” se dice ichthys, y cada letra de esa palabra inspiró un concepto cifrado en la expresión siguiente: IXΘΥΣ: Iota I=Jesús,  X=Christos, Theta Θ=Theou(de Dios), Sigma Σ=Soter (Salvador), que significa: “Jesucristo, hijo de Dios, es nuestro Salvador”. Entonces, dibujan el pez, y esa representación implica la idea de que el portador es cristiano.Ese símbolo nació en el primer siglo de la era cristiana. Fue alguien escondido en las catacumbas de Roma, sin duda una gran intuición lingüística de quien inventó ese símbolo para que los cristianos se identificaran entre sí. Los cristianos eran perseguidos por los gendarmes del Imperio Romano, que en los primeros tres siglos del Cristianismo era rabiosamente anticristiano, hasta el siglo IV cuando el emperador Constantino abraza la fe cristiana, oficializa la religión de Cristo como una religión de Estado y entonces dejaron de perseguir a los cristianos, pero quedó el símbolo del pez como representación de la confesión cristiana, que algunos creyentes usan como identificación de su fe católica.

En fin, esta magnífica obra de Reynolds Jossef Pérez Stefan,  en su base histórica, tiene una dimensión moral, teológica, religiosa y espiritual. Inspirado en la fe cristiana, movido por el sentido de la verdad y concitado por uno de los acontecimientos ancilares de la humanidad, Pérez Stefan ha escrito un libro que asombra no solo por los abundantes y reveladores datos sobre la vida de Jesús, sino por el rigor metodológico de su investigación, la brillantez de su formalización y, sobre todo, por el amor que revelan sus palabras al abordar el legado del Hijo del Hombre con su martirio y resurrección para que hagamos de nuestra vida un testimonio de edificación, sabiduría y trascendencia.

 

Bruno Rosario Candelier

Presentación de La Santa Cena

Moca, Ateneo Insular, 30 de marzo de 2018

 

Notas:

  1. Reynolds Jossef Pérez Stefan, La Santa Cena de Nuestro Señor Jesucristo, La Vega, Impresora Universal, 2018, 600pp.
  2. Reynolds Jossef Pérez Stefan, Santa Cena, p. 19.
  3. Reynolds Jossef Pérez Stefan, Santa Cena, p. 50.
  4. Conversatorio con Reynolds Jossef Pérez Stefan, celebrado durante una reunión del Ateneo Insular en Santo Cerro el 24 de febrero de 2018.
  5. Conversatorio con Reynolds Jossef Pérez Stefan. De su libro citamos: “De todos ellos, solo Juan, el discípulo amado de Jesucristo, no tuvo una muerte trágica, en el reino de Dios, las pérdidas humanas son ganancias en el banco celestial y, muchas veces, las ganancias terrenales son pérdidas en la libreta de ahorro en el cielo. El ser discípulo es más que creer, es más que predicar el evangelio, es más que seguir los pasos del Maestro, es tan simple como negarse a sí mismo y estar dispuesto a morir por nuestras convicciones y creencias. Aquellos mártires del primer siglo y los demás que se registran en los anales de la historia del Cristianismo, quienes murieron por su fe inquebrantable, también compartirán la resurrección y la vida eterna con nuestro Señor Jesucristo” (Reynolds Jossef Pérez Stefan, La Santa Cena, p. 56).
  6. Reynolds Jossef Pérez Stefan, La Santa Cena, p. 167.
  7. Reynolds Jossef Pérez Stefan, La Santa Cena, p.98.
  8. Conversatorio con Reynolds Jossef Pérez Stepan en el Santo Cerro.
  9. Reynolds Jossef Pérez Stefan, La Santa Cena, p. 257.
  10. Reynolds Jossef Pérez Stefan, La Santa Cena, p. 323.

 

Intuición metafísica en Lupo Hernández Rueda

Por Bruno Rosario Candelier

 

En su condición de académico de la lengua, poeta, escritor y abogado, amén de su admirable testimonio humano, Lupo Hernández Rueda dio variadas notaciones de una singular vocación humanizada, literaria y espiritual.

Bajo la inspiración de Lupo Hernández Rueda, los integrantes de la Generación del 48 decidieron crear una revista literaria, que denominaron Testimonio, para dar a conocer la producción poética y ensayística de sus miembros, incentivar la vocación creadora y promover el conocimiento y la valoración de la literatura. Y la abrieron a todas las corrientes del pensamiento literario y la creatividad artística.

Hernández Rueda fue no solo un grandioso creador sino un valioso intérprete y promotor de la creación literaria. Él fue el inspirador de la revista de su grupo liteario y durante varios años se editó aquí en Santo Domingo y, naturalmente, cumplió con el rol que le correspondió ejercer como órgano de promoción de las artes y las letras. Si contásemos con suplementos literarios y revistas de literatura, contribuiría a la difusión del saber literario y a incentivar nuevas vocaciones creadoras. Entiendo que se hacía más fácil motivar el talento para la creación en función de la motivación de los intelectuales y aspirantes a escritores porque encontrábamos en las revistas y los suplementos literarios el testimonio textual de los creadores, su idea del mundo, su orientación intelectual y su inclinación espiritual. En ese sentido Lupo Hernández Rueda ejerció un gran papel como promotor del saber y como entusiasta forjador de la creación poética. Esa inclinación de su sensibilidad y su conciencia lo convirtió en el líder intelectual de la Generación del 48.

Lupo Hernández Rueda era un creador ejemplar. Asumió su formación académica con rigor, seriedad y disciplina. No había doblez en su conducta, ni pose vana en sus actitudes. Consagrado a la creación, hasta sus últimos días de vida laboró en la composición de poemas. Y entendía que debía procurar el bien de los demás. Por eso era un hombre justo, noble y bueno. Y un cultor de los más altos valores de la conciencia.

Hay, además, otro aspecto importante en Lupo Hernández Rueda, y era su singular distinción como ser humano. Quizás el atributo personal más importante en Lupo era la armonía que irradiaba y la simpatía que sembraba entre sus relacionados, en los integrantes de su grupo y en los miembros de las diferentes generaciones literarias y promociones grupales. Quizás el rasgo más representativo de la Generación del 48 fue justamente el sentido de armonía entre sus socios, y esa vocación de empatía, que se plasmaba en una disposición de solidaridad entre sus integrantes, era el toque de distinción de Lupo Hernández Rueda. Ese singular atributo distinguió a la Generación del 48 entre las agrupaciones literarias del siglo XX.

¿Saben ustedes quien fue la persona que sembró en la Generación del 48 esa actitud de armonía y solidaridad, de compañerismo y de genuina amistad? Fue Lupo Hernández Rueda. Su vocación humana, su actitud de servicio hacia los demás era fruto de un singular amor que ese gran poeta experimentaba y, desde luego, fue la manifestación de una vocación de entrega para ayudar a los demás. No solamente lo demostró en el plano material ayudando a otros cuando tuvo las condiciones materiales para hacerlo. También en el plano profesional, intelectual y literario dio señales de su generosidad y grandeza. Su casa era frecuentada por muchos jóvenes en busca de una orientación literaria que él sabía compartir, porque siempre hizo de la literatura no solo una fuente de creación y de expresión de su propio talento creador, sino un vínculo de relación y fraternidad, ya que aspiraba a hacer de la literatura un vínculo de hermandad entre los creadores que se valen de la palabra y la dimensión estética del lenguaje para contribuir a enaltecer la condición humana.

Otro aspecto importante que quiero subrayar era la dimensión trascendente de la palabra. Esa dimensión era la expresión de la idea que Hernández Rueda tenía de su visión del mundo, ya que entendía que la palabra era capaz de materializar, cuando la asumimos como la expresión de la más alta condición humana, los ideales que elevan la conciencia. Por eso en su creación se evidencia la asunción de la vertiente sensorial de lo viviente, el testimonio de su intuición del sentido de las cosas y el reflejo de su percepción de los efluvios de la Creación.

Su primer libro tiene como título Como naciendo aún. En esta obra encontramos el testimonio del creador que siente que nace al mundo, que permanentemente se está renovando en su contacto con la realidad, porque él tuvo la capacidad de ponerse en sintonía con fenómenos y cosas, con la dimensión esencial y trascendente del Universo, y para lograr ese vínculo intelectual, imaginativo, afectivo y espiritual con lo viviente, supo vincularse con el hombre, con la dimensión sensorial de las cosas y con las emanaciones cósmicas. Esa disposición de su intelecto era también parte de esa sensibilidad, conforme lo que el poeta español Garcilaso de la Vega llamaba el “dolorido sentir”. Decía Garcilaso que todo genuino creador experimenta un dolorido sentir, es decir, una capacidad de integración y comprensión de la cosa de tal manera que, en atención a esa sensibilidad caudalosa, empática y abierta, lo sufría todo, lo vivía todo t disfrutaba todo; y Lupo era así, tenía esa sensibilidad abierta hacia el Cosmos; una sensibilidad honda y caudalosa desde la cual entraba en conexión con la esencia de lo viviente; y una dotación espiritual que le permitía sintonizar las manifestaciones suprasensibles del mundo.

En uno de los más importantes poemas de su primer libro dice: “El árbol al que canto es apenas una tenue llama”. Él no se refiere al árbol común y corriente que apreciamos en la naturaleza. “Árbol” en su lenguaje tiene una connotación simbólica y por consiguiente podemos decir que esa palabra podría aludir al ideal, al aliento de vida, al sentido cósmico, a todo lo grande y hermoso que podemos experimentar en nuestro contacto con lo viviente.

Esa dimensión profunda de lo viviente, que Hernández Rueda intuía con su inteligencia sutil, era una llama intensa de cuya comprensión él sabía que apenas revelaba una tenue llama.  Él tuvo consciencia de la grandeza que lo distinguía y mantuvo siempre la humildad a pesar de saberse dotado de la más alta dotación intuitiva que un ser humano puede experimentar en función de los dones y atributos que ha recibido a través de la palabra: “El árbol que yo canto es una tenue llama”, cantaba nuestro poeta en “Definición del árbol”.

En efecto, “El árbol que yo canto es una tenue llama”, aparece en una de las obras fundamentales de Lupo Hernández Rueda, Como naciendo aún, que ese ilustre poeta oriundo de Santo Domingo publicara en 1953 en la capital dominicana, pero para entender cabalmente la dimensión profunda implicada en ese y otros versos de nuestro creador habría que explicar el sentido trascendente al que alude, cifrado en una imagen y un símbolo plasmados en esa creación poética cuya obra ponderamos por su grandeza, la trayectoria ejemplar de su creador y su encomiable manera de testimoniar su enaltecedora condición humana.

Como hombre dotado de alta sensibilidad espiritual y estética, Lupo Hernández Rueda vino al mundo con el don de la creatividad justamente para poder testimoniar lo que su alma visualizaba y su inteligencia intuía para dar el testimonio de sus percepciones profundas y, sobre todo, para canalizar estética y espiritualmente lo que sentía y percibía a la luz de su inteligencia metafísica.

Los poetas sobresalen por estar dotados de un singular don mediante el cual pueden desplegar su sensibilidad y su conciencia para sentir y entender el mundo como efectivamente lo sienten y lo entienden desde la raíz profunda de sus manifestaciones sensibles y suprasensibles con la huella de su sensibilidad estremecida y el impacto de su conciencia trascendente. Lupo Hernández Rueda fue un ser altamente privilegiado por la palabra, prestigiado por una honda sensibilidad y dotado por una profunda inteligencia, y en tal virtud puso su palabra, su sensibilidad y su inteligencia al servicio de un elevado ideal en conexión directa con la esencia del mundo y el sentido de las cosas. Nuestro agraciado poeta logró ponerse en conexión con la dimensión profunda de fenómenos y cosas porque los poetas pueden dar con el sentido subyacente que hay en las manifestaciones de la Creación, y entonces con esa capacidad que tuvo, nuestro poeta se dio cuenta de que estaba en conexión con algo mucho más profundo que la simple realidad circundante, no solo con la manifestación de la realidad material a la que nos conectamos, sino con esa dimensión profunda de la realidad sutil a la que solo llegan los poetas, los iluminados y los místicos desde sus particulares condiciones en atención a esa singular conexión especial con la esencia del Cosmos.

Hay un circuito del cerebro, que es un tramo especializado de la conciencia, que desarrollan los poetas y los místicos para percibir, en función de esa conexión con la dimensión profunda de lo viviente, las irradiaciones cósmicas en sus peculiares estelas, sonidos e imágenes cuando entran en sintonía con las facetas ocultas de lo suprasensible en virtud de una peculiar dotación para establecer una conexión profunda, y por esa vinculación, que se produce con el más allá, pueden los poetas metafísicos, los místicos y los iluminados captar muy antiguas esencias de la sabiduría cósmica y verdades profundas del Numen del Cosmos. Por eso escribió Lupo Hernández Rueda: “El árbol que yo canto es una tenue llama”, porque él sabía de donde le venía esa luz y de donde procedían las verdades profundas de muy antiguas esencias que enriquecen el trasfondo conceptual de su lírica. Esa conexión profunda con el más allá es una conexión real, sentida y vivida desde el hondón de la sensibilidad hasta experimentar un estremecimiento de conciencia mediante una experiencia cardinal no ya con las señales sensoriales del mundo material, la realidad social o la realidad histórica, sino con la realidad metafísica del Cosmos y, sobre todo, con las irradiaciones profundas vinculadas a la fuente misma de lo que existe. Con esa profunda sensibilidad poética pudo nuestro distinguido poeta entrar en conexión con la dimensión profunda del Cosmos y pudo también lograr la dimensión de un alto nivel metafísico, simbólico y trascendente, y, desde luego, pudo desarrollar su sensibilidad metafísica en función de esa dotación poética a través de una conexión entrañable con la esencia cósmica. Cuando el poeta entraba en sintonía con la esencia del Cosmos y el sentido de lo viviente, a su ser llegaban las irradiaciones cósmicas con estelas, ondas, susurros, señales, imágenes y símbolos de las más extrañas simbologías del inconsciente colectivo y de la sabiduría espiritual del Universo.

Ya los antiguos griegos hablaban del Numen para referirse a la sabiduría metafísica del  Universo, y a ese estadio trascendente de la sabiduría establecen una conexión desde su sensibilidad profunda los poetas metafísicos, los poetas místicos, los iluminados y los santos. Lupo Hernández Rueda tuvo esa dotación profunda que enaltece a los genuinos poetas y, en consecuencia, tenía la capacidad de poder entrar a la dimensión metafísica de lo viviente y acceder, como efectivamente accedió, a la sabiduría espiritual del Numen, razón por la cual pudo captar verdades profundas que plasmó en su poesía como conocedor de la palabra y, como hombre sensible vivió, experimentó y comunicó con palabras simples y comunes, con un lenguaje sencillo y sugerente esa dimensión profunda y trascendente. Por su singular dotación pudo revelar el nivel superior de las imágenes y los símbolos que su percepción traducía al lenguaje de la poesía para canalizar verdades provenientes de las altas regiones donde mora la esencia de la sabiduría cósmica.

Nuestro afortunado poeta, que fue también un destacado profesional del derecho y la enseñanza, asumió la creación poética como el medio estético y espiritual para canalizar las percepciones de su sensibilidad profunda ya que tuvo como poeta metafísico la capacidad para ahondar en el misterio, y pudo sintonizar lo que los antiguos griegos y los místicos de la India y de otras culturas del Oriente llamaban el Nous. El Nous es esa región del Universo que está mucho más allá de la dimensión sensible a la que llegan los seres privilegiados, sobre todo los poetas metafísicos y los creadores teopoéticos. A esa región del Nous llegó Juan el evangelista desde la cual pudo captar revelaciones profundas que transmitió en el Apocalipsis, en virtud de esa conexión con las capas trascendentes del estadio superior del Universo, con ese estadio de la Creación donde unos pocos privilegiados llegan. Otro singular ejemplo es el de san Juan de la Cruz que, como poeta místico, tuvo acceso a ese nivel superior de la conciencia cósmica y el pensamiento trascendente de la sabiduría mística. Sin duda alguna, Lupo Hernández Rueda fue también un privilegiado de la gracia poética porque en varios de sus poemas, tanto en Como naciendo aun o en Círculo, se puede apreciar esa conexión profunda con la sabiduría metafísica del Universo que nuestro poeta logró atrapar desde su más honda sensibilidad en contacto con la esencia misma de Cosmos, y por eso hay verdades profundas en su obra con las señales de muy antiguas esencias. En virtud de esos altos atributos de su inteligencia sutil en su obra hay no solo una dimensión estética, primer nivel de la creatividad que distingue la creación del lenguaje trascendente, como normalmente se expresan los poetas, sino también una dimensión metafísica con una vertiente simbólica de alta espiritualidad, y por esa razón como poeta pudo Hernández Rueda captar verdades profundas provenientes de la cantera infinita del Cosmos y, en tal virtud, supo captar y expresar las supradichas verdades de muy antiguas esencias,  como son las verdades cósmicas, metafísicas y místicas cuyas imágenes y símbolos conectan directamente con la Divinidad.

Lupo Hernández Rueda tuvo la virtud, como poeta dotado de una alta percepción intuitiva, de atisbar esos espacios siderales y tomar de las irradiaciones metafísicas las enseñanzas que formalizaba mediante el lenguaje de la poesía. Ya he dicho que como persona, Lupo se distinguía por ser un hombre bueno y noble. Nosotros pudimos tratarlo en múltiples ocasiones y pudimos apreciar su talento intelectual, su dotación poética, su condición académica y sus encomiables atributos humanos, y percibimos singulares detalles de su personalidad carismática, como la bondad hecha realidad en su conducta, en su palabra y en su relación con los demás. Él tuvo la conciencia de que, como poeta, contaba con el privilegio de ponerse en conexión con la dimensión trascendente del Universo a la que llegan los grandes creadores, los teopoetas y los iluminados. Él fue uno de nuestros grandes poetas metafísicos, un grandioso creador que dio testimonio con su palabra, su talento y su creatividad de lo que distingue la más hermosa condición humana, condición que ya en la Antigüedad había exaltado el pensador presocrático Heráclito de Éfeso cuando, al crear el concepto de Logos, identificó a los seres humanos como criaturas privilegiadas de la Creación porque mediante el Logos tenemos la capacidad para pensar, el poder para reflexionar, la dotación para intuir y la habilidad para crear. Quienes tienen la dicha de saber activar la palabra, la palabra creadora, la palabra que nos permite canalizar nuestras intuiciones y vivencias con belleza y sentido, como lo hizo Lupo Hernández Rueda, tienen a su alcance la más alta distinción de los mortales.

Su inmensa vocación de armonía y confraternidad, su encomiable disposición para servir y su admirable talento poético los pudimos constatar en las reuniones celebradas en la Academia Dominicana de la Lengua, con su hermoso testimonio de coparticipación y armonía. Así era Lupo Hernández Rueda, con los atributos que lo distinguían como intelectual, como poeta, como intérprete de la literatura y, sobre todo, como ser humano. Esa fue la grandeza de este notable creador que hoy ponderamos por el admirable ejemplo de su conducta, su palabra y su creación.

 Bruno Rosario Candelier

Coloquio sobre Lupo Hernández Rueda

Santo Domingo, Feria del Libro, 20 de abril de 2018

Comecheques, sine qua non/sine *quo non, ante/antes

Por Roberto E. Guzmán

COMECHEQUES

“La limpié de vagos Y COMECHEQUES. . .”

Esta voz que figura en el título es dominicana por todos los costados. Casi todos los hablantes de español dominicano entienden quienes son los comecheques. En esta sección se harán algunas puntualizaciones con respecto de esa voz.

Es fácil comprobar que la voz dominicana está compuesta del verbo comer y del sustantivo cheque. En cuanto al verbo comer hay que subrayar que aquí no se le usa en sentido estricto. Debe interpretarse el verbo con el significado de “mantenerse” o “vivir” de lo que expresa la segunda parte del compuesto, es decir, el sustantivo.

Se hace necesario precisar que el cheque que menciona la voz en cuestión se relaciona solo con los cheques de pago para empleados públicos, es decir, empleados de la administración pública.

Una vez expuesto todo lo anterior procede que se mencione que esta voz no consta en todos los diccionarios de voces dominicanas o de voces de uso en el español dominicano.

No figura en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias que se publicó en el año 2010. La primera mención de la voz estudiada aquí aparece en la obra Cómo hablamos los dominicanos (2004:111). En ese libro se la presenta con la definición siguiente: “despectivo referido al empleado al que solo le importa el dinero que cobra”.

Con respecto al empleado que se considera un comecheques hay más características que permiten particularizarlo de entre los demás empleados del tren gubernamental. “Que solo le importa el dinero que cobra” significa en este caso que en el desempeño de sus labores reduce estas “al menor esfuerzo posible”.

En relación con este personaje podría escribirse un libro, porque es un sujeto que carece de iniciativa, que hay que interpelarlo para que atienda o preste atención a los usuarios de las oficinas donde se supone que desempeña sus labores. En pocas palabras es un “barajador” de tareas, un “cero a la izquierda” en cuanto al trabajo se refiere.

Hay que tomar en cuenta la voz, porque define muy bien a una gran cantidad de personas que se benefician de los impuestos que el resto de los ciudadanos paga en un país con una abultada empleomanía del sector público.

 

SINE QUA NON – SINE *QUO NON

“. . .es condición SINE *QUO NON la de. . .”

Este latinismo así como muchos otros más existen en diferentes lenguas, pues pasaron por comodidad para expresar condiciones, situaciones y otros asuntos para los cuales se usaron primero en lengua latina. Fueron aceptados por conveniencias en las lenguas extranjeras que de una forma u otra tuvieron contacto con la lengua latina. Muchos de esos latinismos todavía perduran  en la terminología jurídica (¿jerga?) por la comodidad que representan, pues son muy precisos y no dejan espacio a equívocos o interpretaciones aviesas.

Algunos latinismos se han incorporado al lenguaje cotidiano, de forma que ya no pertenecen solo al léxico propio de una profesión o actividad. Este del título es un ejemplo al canto de lo que se asevera en la oración anterior más próxima a esta.

Con estos latinismos hay que observar una regla; estos no aceptan cambios en su composición porque son expresiones hechas que se han incorporado como unidades a la lengua corriente. Además, en lengua latina las terminaciones de las palabras que forman las frases obedecen a las reglas de esa lengua.

Sine qua non es una locución adjetiva que sirve para expresar “imprescindible, necesario”. Casi siempre se utiliza después de una condición o requisito. Indica que es una condición absolutamente necesaria. Destaca que algo es necesario de modo absoluto para que otra cosa se cumpla o se realice. Es invariable en su forma, por lo tanto, en singular o plural permanece sin cambios y sirve para referirse a condición o condiciones.

  1. Arturo del Hoyo en su Diccionario de palabras y frases extranjeras (1995:413) descompone la expresión en sus elementos y escribe que literalmente es “sin la cual no” y consigna el uso completo, conditio sine qua non. El Diccionario de la lengua española escribe la locución latina en cursivas. Es una “condición sin la cual no se hará algo o se tendrá por no hecho”.

Como puede comprobarse por la composición de la expresión, este sine es una preposición del latín que significa “sin” que en esa lengua se hacía seguir del ablativo, Dictionnaire etymologique de la langue latine (1951-II-1108).

Ese sine se encuentra en otro latinismo empleado en el ámbito legal, sine die, o, en lenguaje culto, sine dubio. El qua que trae la expresión es un ablativo femenino, en función de pronombre relativo, pero puede desempeñar funciones de relativo interrogativo indefinido. (Ídem, pág. 971). (Sin cuya condición). El ablativo a que se alude aquí es una categoría gramatical que expresa relaciones de modo, de usos, que en español se introducirían por intermedio de preposiciones tales como por ejemplo: en, sobre, con, por, y que expresan tiempo, materia, procedencia y otros.

 

ANTE – ANTES

“. . .T. G. dijo que *ANTES esa situación. . .”

Cuando se lee la frase copiada más arriba, el lector de inmediato se coloca en la situación de poder entender el mensaje que el redactor intentó pasarle.

El lector avezado no se deja confundir por la ortografía que encuentra, pues escrito con esa /s/  ese al final hace difícil la comprensión del mensaje.

Utilizando los equivalentes de ante, se lee “en presencia de” (delante de), o “frente a”. Puede adquirir el significado de “en relación a, (con)” o “respecto de”. Sustituido por uno de los equivalentes propuestos la preposición ante imprime sentido a la frase.

Algunos ejemplos para ilustrar el uso. “Decidió renunciar a su cargo ante las acusaciones. Pero antes de eso se llevó el santo y la limosna”.

Si se mantiene la escritura de la cita, antes, entonces cobra el valor de un adverbio que indica prioridad en el tiempo o en el espacio (lugar), o bien, denota preferencia. Hubiese sido válido escribir, “…dijo que antes de esa situación…”

En tiempos ya pasados el uso de una u otra podía provocar duda, pues las funciones de ellas no estaban definidas de la forma en que lo están en la actualidad. La confusión entre ante y antes pertenece al pasado. Incurrir en un error de este género es un desliz que algunas personas llamarían imperdonable.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Belluga, juguete/juego, testigo/*testiga, tratar de que, reseteo

Por Roberto E. Guzmán

BELLUGA

Belluga es una palabra completamente dominicana, lo es por su formación y por su significado. Según la información que posee el autor de estos comentarios es de uso en la región del Cibao para nombrar a las canicas que los demás dominicanos conocen con el nombre de bolitas.

Las canicas son las bolitas de vidrio con las que los niños de otras épocas se entretenían cuando los juegos eran más sencillos, sobre todo cuando aún la televisión estaba en sus primeros años. Eran variados los juegos que se disfrutaban con la ayuda de estas. Además de las bellugas de tamaño normal había algunas que eran más grandes que se llamaban bolones.

En la capital de la República Dominicana en los años cincuenta del siglo pasado a esa belluga grande también se le llamaba “bon”. Este bon examinado ahora parece que fue el resultado de eliminar algunas letras en el interior de la palabra bolón.

Algo que ha intrigado al redactor de estas notas es el origen de la palabra dominicana belluga. Esa curiosidad también picó a D. Pablo Gómez Borbón quien sugirió que se indagara acerca del origen de la voz en cuestión. Él no se limitó solo a sugerir el tema, sino que se encargó motu proprio de buscar información.

El Diccionario de americanismos (2010:240) trae como sinónimo de belluga la voz belluda. El autor de estos escritos no recuerda haber oído la voz belluda en su vida.

Las bellugas dieron lugar a varias voces que son propias del habla de los dominicanos. Una de esas voces es tuche que se la decía un jugador a su opositor cuya bolita iba a parar contra una pared o un árbol. Al jugador en esa posición no se le permitía inclinarse para lanzar su belluga. El jugador en posición tuche quedaba así si su contrincante lo declaraba de inmediato.

El Diccionario del español dominicano (DED) (2013:677), recoge la voz tuche como parte de la locución verbal estar tuche que es, “En el juego de las canicas, encontrarse en una posición difícil”. Este tuche puede estar relacionado con el touché que se usa en esgrima y se pronuncia tuché.

Otra voz que se usaba durante esos juegos era ron, que está asentada en el Diccionario de americanismos en tanto “círculo o circunferencia”. El Diccionario del español dominicano en la pág. 608 trae un ejemplo de uso en la literatura dominicana que se contrae al juego de las bolitas, en que se usa la voz ron. El amigo Gómez Borbón se pregunta si este ron tiene relación con el francés rond que se pronuncia de modo parecido al español ron y que como adjetivo se aplica a las cosas cuya forma exterior constituyen una circunferencia.

También solía dibujarse un rombo en la tierra y con el bolón se sacaban las bolitas depositadas allí; si el bolón o la bola de tirar se quedaba en el interior del ron o rombo se decía que estaba mamando o ahogado. Como puede comprobarse con la lectura de estos párrafos, los juegos inocentes de niños dieron lugar a muchas voces en el español dominicano.

El amigo Gómez indagó hasta que encontró que Beluga es un modelo de belluga; es la canica azul con vetas blancas que a él se le ocurre que representan el color blanco del cetáceo beluga en el océano azul. Las similitudes no pueden llevarse demasiado lejos, pues estamos contestes que nunca vimos bellugas con esos colores en el exterior.

Las más atractivas eran las que se llaman “ojo de gato” que eran transparentes con un cristal coloreado generalmente de color amarillo inyectado en su centro. Recuerdo las “agüitas” que eran de vidrio transparente sin adornos.

Otra voz relacionada con las canicas es taquito, que si no falla la memoria era golpeando la bolita con el dedo índice que se retenía con el pulgar para darle más fuerza. La bolita debía golpear los nudillos del otro jugador que colocaba su puño cerrado sobre el suelo frente a un hoyito. Se perdía el turno si la bolita caía en el hoyito. Este uso aparece documentado en el DED, pág. 647, con una cita.

No puede esconderse que produce satisfacción poder dar con el origen de una voz dominicana que se suponía salida de la nada. El autor de estas líneas no puede atribuirse los méritos.

 

JUGUETE – JUEGO

“. . . que si no es así no ven un JUEGO el 6 de enero. . .”

La forma de expresarse que se observa en esta cita es frecuente en el español de todos los días. Muchas personas utilizan indistintamente la palabra juego, ya sea para el juguete como para la actividad o juego. Aquí se tratará de delimitar los linderos de ambas palabras para que no haya lugar a equívocos.

Para los fines de esta sección, el juguete es solo el “objeto” que sirve para jugar. Eso naturalmente no descarta que existen otros significados para juguete que nada tiene que ver con los niños que esperan juguetes el día seis (6) de enero.

A su vez el juego es la acción y efecto de jugar, la actividad o ejercicio recreativo. Del mismo modo que sucede con la palabra mencionada antes, el vocablo juego tiene muchas acepciones que no merecen consideración cuando se trata de entretenimiento de niños.

Lo que se mencionó en el párrafo anterior no significa que no haya juegos que sirvan para divertirse; solo que en estos casos se trata de un conjunto de elementos (objetos) con el que se practican ciertos juegos. No hay que confundir las dos nociones.

Es necesario mantener claros los dos conceptos para que no se incurra en error como sucedió en la cita reproducida más arriba.

 

TESTIGO – *TESTIGA

“. . . tienen que ser TESTIGAS de los acosos. . .”

Testigo es un sustantivo masculino y femenino que denomina a la persona que presencia algo y da testimonio de ello, sobre todo ante un juez. Es también la persona que da fe de la celebración de un acto jurídico.

La razón principal por la que se escribe acerca de la palabra testigo es para abundar sobre el origen de esta, pues en varias ocasiones, por no escribir muchas, se ha leído que el sustantivo en cuestión deriva en su origen de la palabra testículo en latín. Claro, no se olvidará la cuestión del género.

Para comenzar testis significaba testigo. Testiguo deriva del antiguo testiguar. Del latín testis se tomó el raro teste, testigo. Derivados de esta voz latina viene testículo, que es el diminutivo de testiculus, que significa propiamente, “testigo de la virilidad”. Lo escrito resulta de la consulta del Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de Corominas y Pascual (1983-V-478).

El Dictionnaire historique de la langue française (2012-III-3638) corrobora el hecho de que testicule se tomó del latín testiculus, cuyo plural era testiculi, que casi siempre se empleaba en plural testes. Añade ese diccionario que es un uso metafórico, especializado de testis; es decir, testigo de la virilidad.

En portugués la palabra que corresponde a testigo es de género femenino, testemunha y, de acuerdo con el Novo dicionário Aurélio da Língua Portuguesa (1986:1671) este deriva de testimoniare, algo que hace pensar que su aparición en lengua portuguesa es posterior a la entrada de sus similares en español y francés.

En lengua española hay palabras, objetos, animales y cosas que solo tienen un género gramatical. Existe lo que se llama género epiceno que se refiere a los sustantivos cuando estos son de un solo género sin que se haga referencia al sexo, aun cuando designen seres sexuados.

Son sustantivos comunes en cuanto al género los que pueden ser masculinos o femeninos sin que su forma se vea modificada. El nombre común no altera su morfología para señalar el género gramatical. El género de estos se manifestará a través de la concordancia con adjetivos y determinantes, así será, “este testigo / esta testigo”.

De acuerdo con la Nueva gramática de la lengua española, “El género es una propiedad gramatical, de carácter inherente, de los sustantivos y ciertos pronombres que se manifiesta de forma especial en su combinación con determinantes, cuantificadores, adjetivos y participios”. Así se dirá “nueva testigo” para que se sepa que se trata de una mujer.

Algo que está confundiendo a los hablantes y escribientes de español es que muchas profesiones que fueron de género masculino para hombres y mujeres han visto la aprobación de la formación de un femenino para referirse a la mujer que la ejerce. Sobre este punto no queda más opción que mantenerse al tanto de los cambios y actualizaciones. No es una solución fácil.

 

TRATAR DE QUE

“. . . pues hubo funcionarios que TRATARON QUE la información. . .” [no saliera a la luz pública]

El Diccionario panhispánico de dudas (2005:650) es muy claro cuando se refiere al verbo tratar(se) en los casos en este se utiliza como equivalente del verbo intentar, “es intransitivo y va seguido de un infinitivo o de una subordinada en subjuntivo precedidos de la preposición de”.

De forma parecida se expresa el Diccionario de uso de las preposiciones españolas (2007:660), pues este asegura que debe colocarse la preposición DE en los casos en que se trata de un intento.

Las dos obras mencionadas añaden además que cuando significa “hablar o versar sobre un determinado asunto” (DPD), referente, como lo llama el diccionario de uso antes mencionado, ya sea como transitivo o intransitivo no pronominal lleva un complemento con la preposición de, sobre, o acerca de.

Esta noción está expuesta de forma muy clara por los textos citados.

 

RESETEO

“. . . especie de botón de RESETEO. . .”

En la voz del título se descubre por lo menos un componente de palabra que es de uso en español, es re- que significa repetición o negación y procede del latín re.

Lo que resulta más difícil de discernir es lo del “seteo”, a menos que no se tome esa voz en su sentido dominicano, que se usa para así llamar el descanso que se toma en las horas de la siesta. Este “seteo” es una deformación en el habla descuidada de “sesteo”, que es la acción y efecto de sestear. Hay quien afirma que ese seteo es puro “descanso” y casi siempre se usa en sentido negativo para denotar que una actividad no permite descanso al sujeto de esta.

El entorno de la voz estudiada aquí hace pensar con sobrada razón que no se trata de ese “seteo”, sino de una voz extraña al español común, procedente del inglés. Alude la cita al reset bottom, al que se le ha dado una terminación española.

Se ha oído este uso sobre todo en el habla de los jóvenes que son versados en asuntos de informática. Lo emplean para indicar que algo ha sido calibrado, o puesto de nuevo en posición de buen funcionamiento.

Esos jóvenes hablantes del español dominicano también utilizan el “seteo” para indicar que algo está listo, planeado, preparado para que funcione sin inconvenientes. No habría que sorprenderse si también utilizan esta voz del título en sentido metafórico.

Algo que es difícil de predecir es durante cuánto tiempo se mantendrán en uso estas voces derivadas del inglés, pues el segmento poblacional que las usa es muy reducido y los usos de la juventud cambian con mayor rapidez que los de otras edades.

© 2018, Roberto E. Guzmán

 

Siquitrillar/*ciquitrillar, heces/eses, insularidad/isleñidad

Por Roberto E. Guzmán

SIQUITRILLAR – *CIQUITRILLAR

“. . .iban a CIQUITRILLAR a R. F. y a. . .”

El verbo siquitrillar aparece reconocido en el Diccionario de la lengua española de la Asociación de Academias. Esto es, está escrito con una letra ese /s/ inicial, y, con la letra ce /c/ no aparece en ese diccionario.

Algo que llama la atención de un hablante de español dominicano es que ese diccionario no menciona a la República Dominicana entre los países en que se utiliza el verbo. Los países en los que se utiliza la mentada voz y que constan en ese lexicón son Cuba y Venezuela.

Para Cuba el mencionado diccionario ofrece una acepción, “expropiar”. Para Venezuela ofrece tres acepciones, que son: “Derrotar. Matar. Destruir moralmente a una persona”.

En el Diccionario de americanismos de la misma asociación mentada, está el verbo siquitrillar con funciones de verbo transitivo y allí figuran Panamá, República Dominicana y Venezuela con la siguiente acepción: “Derrotar o eliminar a alguien en enfrentamientos cotidianos”. República Dominicana y Venezuela constan con otra acepción, “matar una persona a alguien”. La tercera acepción es solamente para Venezuela y es, “destruir moralmente  a una persona”.

El Diccionario del español dominicano (2013:634) trae el verbo siquitrillar con las acepciones de Panamá y Venezuela, consignadas más arriba. Aparte de eso recoge la voz siquitrilla con el valor que otros diccionarios aceptan, como sinónimo de cabeza. Esos dos diccionarios son, el Diccionario de dominicanismos de C. Esteban Deive (2002:190) que clasifica el uso como festivo y el Diccionario de dominicanismos de Orlando Inoa (2010:204). El último diccionario entiende en la segunda acepción que “no hay sinónimo pleno en castellano para esta palabra”. Abunda más, “Se usa para referirse a la vida misma, al alma”.

El Diccionario del español dominicano escribe que la siquitrilla, además de la cabeza es el glande y trae una cita de la literatura dominicana que no deja duda acerca de ese valor. Es natural que al glande se le llame siquitrilla, si se piensa que a la punta del pene se le conoce como la cabeza de este.

En el libro Aiguna palabra dominicana (2015:350) se encuentra la voz siquitrilla con la definición de, “Parte imaginaria y profunda del cuerpo humano”. El autor de esa obra añade que se usa para “exagerar la intensidad o peligrosidad de un dolor”.

El autor de estas notas siempre pensó que la siquitrilla tenía que ver con la rabadilla, pero debe constar aquí que lo hace por puro instinto, sin tener fundamento lógico, quizás por la similitud entre las dos terminaciones, ya que en el español dominicano hay muy pocas palabras vernáculas con esa terminación. En Cuba la siquitrilla es la clavícula del ave.

El otro aspecto que se desea tratar en este apartado es que en la cita al principio de esta, la voz aparece escrita con una ce /c/ inicial que hace pensar que el redactor lo ha hecho con la intención de embellecer la voz popular e imprimirle más carácter literario.

Cuando una persona se “rompe la siquitrilla” es porque ha sufrido un golpe que lo deja adolorido, pero sin causarle fractura, o, por lo menos se menciona de esta manera hasta que aparece la fractura o algún signo que permita identificar el sitio.

 

HECES – ESES

“. . .que nos ha embarrado de ESES. . .”

El chusco diría que quien la embarró fue quien redactó esa frase. Las eses que escribió es el plural de la letra ese /s/, que según la formación del plural para ese tipo de palabra se hace añadiendo la terminación –s al singular.

Las heces representan el plural de la hez, palabra que en español posee varias acepciones. Es el sedimento que se forma en los recipientes que contienen líquidos. En la mayoría de los casos se utiliza como sinónimo de escoria que equivale a cosa inútil y despreciable. En última instancia se toma la palabra por otra menos elegante, excremento.

En muchos casos se escribe “heces fecales” para los residuos de comida que el cuerpo expele por el ano después de digerirla. Si se menciona la hez de la sociedad se relaciona esta palabra con la chusma, el hampa, la gente despreciable.

No es raro que se le imprima el sentido de mierda, solo que revestida de ropaje de mejor gusto, para no herir las sensibilidades de las personas que se ofenden con facilidad.

 

INSULARIDAD – ISLEÑIDAD

“. . . para resumir con recrecida pasión la vida de esta ISLEÑIDAD irremediable. . .”

Por la clase de palabras que se han copiado en la frase que se muestra a manera de ejemplo del uso de la voz isleñidad, podrá darse cuenta el lector que se trata de la redacción de una persona con buenos conocimientos de español. Ese rasgo hace presumir que al él elegir la voz “isleñidad” lo ha hecho de propósito, para resaltar la palabra isla. Como consecuencia de eso no se marcó la voz cuestionada con un asterisco ni se critica.

En el español de América ha sido muy usada la palabra isleño, pues a las islas antillanas de habla hispana llegó a temprana hora una inmigración de españoles de las islas Canarias que se reconocieron con el nombre de isleños.

El redactor de la oración reproducida prefirió crear su sustantivo sobre la palabra isla e isleño, en lugar de seguir la costumbre de escribir insularidad que proviene de un vocablo menos corriente menos conocido, como es ínsula que es el que sirve de base a insularidad.

Esta cualidad de isleño tiene más sabor a la zona del Caribe cuando se escribe isleñidad que cuando se mienta con insularidad. Se presume que lo que destaca el redactor es el rasgo de aislamiento que se supone que marca el territorio insular, a pesar de los avances modernos en las comunicaciones de todo tipo.

A manera de conclusión. No se critica la formación de la voz por estar ajustada a los cánones de la lengua. No se alaba para no alentar la corriente productora en los hablantes.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Clerén, colapsar, sororidad

Por Roberto E. Guzmán

CLERÉN

El clerén es una bebida espiritosa haitiana. Esta se hace utilizando la caña de azúcar como materia prima. La fabricación de esta bebida es artesanal. Es un proceso parecido al que se sigue para la fabricación del ron, pero sin alcanzar el grado de refinamiento de este.

Por la similitud con el procesamiento del ron el clerén tiene cualidades similares al ron. Podría considerarse como un tipo de ron blanco muy barato. Generalmente se vende al granel a los compradores que traen sus propios envases, o bien, se envasa en botellas o en recipientes ya usados.

Jeannot Hilaire en su obra Lexicréole ofrece como origen de la voz kleren el inglés, pues él considera que esta voz del criollo haitiano deriva de clear rum, (2001:125), que es ron claro, o ron blanco como se le llama en español. En francés representan la voz del haitiano con la ayuda de la letra ce /c/ al principio de esta,  clairin.

El diccionario Haitian English Dictionary, de Freeman y Laguerre define el kleren como un ron blanco barato, sin refinar. (2000:338). Traducción de RG.

Entre las palabras que se ofrecen en haitiano, en tanto equivalentes de kleren, puede citarse tafya (tafia) que es otro tipo de aguardiente fabricado de manera rudimentaria, Diksyonè sinonim lang ayisyen (2001:259).

El clerén es tan crudo al momento de venderlo que quien esto escribe ha visto clerén con restos (pajas) del bagazo de la caña de azúcar en el líquido cuando este se expende para el consumo.

 

COLAPSAR

“. . . los cables *COLAPSARON. . .”

Hace ya un tiempo relativamente largo que este verbo del título entró en el vocabulario activo de muchos de los hablantes del español. Algunos de estos hablantes recurren al uso de este verbo para engalanar su español. Precisamente en ese adorno es donde reside el peligro de emplear ese verbo cuando no es conveniente.

Se demostrará más abajo que este verbo no es el más adecuado en el caso en que unos cables del tendido eléctrico caen, se desprenden e interrumpen el servicio del fluido eléctrico.

El verbo colapsar solo tiene tres acepciones en el diccionario oficial de la lengua española, estas son: Producir colapso a alguien o en algo. Sufrir colapso o caer en él. Dicho de una actividad, decrecer o disminuir intensamente.

Estas dos primeras definiciones obligan a llegar hasta el nombre colapso para despejar cualquier mal entendido en cuanto a su alcance y significación. En general colapso se usa para mencionar la paralización del tránsito.

En el ámbito de la medicina es donde encuentra el sustantivo colapso su mayor campo de acción pues se asemeja al síncope en el modo en que ocurre un desmayo intenso y súbito. Se denomina colapso también a la bajada brusca de la presión arterial que termina en una insuficiencia circulatoria. Hay colapso además en los casos en que se produce laxitud de las paredes de un órgano hueco o de un vaso sanguíneo. A lo anterior puede añadirse en botánica al desecamiento rápido de los tejidos vegetales.

La vida moderna introdujo otros colapsos, tales como el que ocurre en mecánica cuando hay deformación o destrucción repentinas de un cuerpo como resultado de una fuerza. En geología se ocasionan colapsos cuando se producen hundimientos en las superficies del terreno.

El colapso que se utiliza con mayor frecuencia es el que se refiere a la destrucción de una estructura, una institución, o un sistema. Hay que reparar en la palabra destrucción en esta definición. En los casos de cosas materiales esta destrucción conlleva la desaparición de esa cosa o la deja inservible.

Es posible que este uso en la cita sea copiado del inglés, lengua en la que colapsar es caer algo que estaba sostenido. Ese es un sentido del verbo en inglés, que no posee el español. Todos los demás significados son compartidos entre el español y el inglés.

Ya se ha ido demasiado lejos para explicar lo inoportuno que fue el uso del verbo colapsar con relación a la caída de un cable. Es muy raro que el cable resulte destruido, aunque puede resultar inservible. Lo que hay que tener presente es que colapsar no es sinónimo de caer. Sí puede haber colapso de una edificación si esta se derrumba, que así equivale a derribarse, deshacerse.

 

SORORIDAD

“. . . me enseñaron que la mejor opción es. . . la SORORIDAD. . .”

Las lenguas se encuentran en continuo proceso de evolución. El español no escapa a este fenómeno. Los medios modernos de comunicación han acelerado estos procesos. Algunos hablantes de español se encuentran más expuestos que otros a las influencias de lenguas extranjeras, esto sucede con mayor frecuencia en algunos países o áreas geográficas.

La palabra sororidad que se destacó en la cita no es reconocida en todo el ámbito del habla de español. Tiene esa voz coloración extraña a la lengua común, a pesar  de que a través del latín mantiene vínculos con vocablos del español.

La voz *sororidad es una adaptación al español del inglés sorority. Lo que ha hecho el hispanohablante es añadirle la terminación –dad, que en este caso ha intercalado la letra /i/ antes de la señalada terminación por proceder de un sustantivo.

En inglés sorority es un club de estudiantes del sexo femenino, organizado principalmente con propósitos sociales que adopta un nombre que consiste en letras del alfabeto griego. Esa es la definición que trae el Merriam Webster´s Dictionary. (Traducción RG).

El uso de la voz sororidad se identificó en Puerto Rico y por eso consta en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias (2010:1977). La acepción asignada es, “Agrupación que se forma por la amistad y reciprocidad entre mujeres que comparten el mismo ideal y trabajan por alcanzar un mismo objetivo”.

Si se comparan las dos acepciones transcritas se notará que existen diferencias entre ellas. La más importante es que en inglés se circunscribe a estudiantes y se orienta a actividades sociales; mientras en español puertorriqueño es por un ideal para alcanzar un mismo objetivo.

No debe pensarse que entre la lengua española y este sorority del inglés existe un abismo. El Chamber´s Dictionary of Eymology (2015:1036) al definir a sorority lo hace con la palabra que en español corresponde a hermandad. Piénsese que en español llaman “sor” a las “hermanas” de las órdenes religiosas, que deriva del catalán antiguo sor que es hermana carnal, que a su vez lo hace del latín sóror. La palabra hermana en francés es soeur y en italiano sorella.

Tal parece que en el caso de la voz del título, los hablantes de español puertorriqueño han adaptado la voz del inglés para una organización específica, para la cual no encontraron una palabra adecuada en español. Puede pensarse que lo hicieron también por economía de esfuerzo para emplear un solo vocablo en lugar de varios explicativos.

No se puede negar que “uno de los rasgos que caracteriza al léxico de nuestra época es el enorme influjo que recibe del inglés”. Así se expresa D. Amparo Morales en su obra Anglicismos puertorriqueños (2001:11).

Como una primicia puede mencionarse que entre las adiciones para el Diccionario de la lengua española figura la palabra sororidad, pero ninguna de las acepciones corresponde con la que se citó de uso en Puerto Rico; más aún, una de las acepciones escapa a lo que se entiende en inglés.

Por comentarios leídos acerca del uso de esta nueva palabra del español, se piensa que es una forma de reforzar el empoderamiento femenino. No se adentra en este apartado con respecto de las acepciones propuestas para no abusar de la paciencia de los lectores.

© 2018, Roberto E. Guzmán

Carta del académico numerario José Rafael Lantigua al director de la ADL

1 de marzo de 2018

 

Dr. Bruno Rosario Candelier

Director

Academia Dominicana de la Lengua

Su Despacho.-

Copia: Miembros de Número de la ADL

 

Muy estimado Sr. Director:

 

La Academia Dominicana de la Lengua, pese a criterios en contra, ha sido el centro de una dinámica de proyección que, a mi entender, es única en toda su ya larga historia. Una dinámica que habla de obras tangibles, de realizaciones perdurables y de una presencia activa de actores culturales que han permitido la democratización de la docta casa, con la selección de una planilla de miembros correspondientes que animan los programas de la misma.

Todo esto sin contar los que hemos ascendido a la lista de miembros de número durante su gestión, contribuyendo, modestamente como creo es mi caso, con las actividades organizadas por nuestra Academia.

He dicho en otros escenarios, y lo he repetido en escritos y tertulias que su gestión tiene tres (3) puntos luminosos que bastan para su consagración como director de la ADL. Primero: introdujo cientos de vocablos del español dominicano y de expresiones de nuestro lenguaje en el Diccionario de la Lengua Española de la RAE y en el Diccionario de Americanismos, una labor sin antecedentes, facilitada sobre todo por la apertura de la Real Academia que decidió, hace varios lustros, democratizar su dinámica y coproducir sus diccionarios junto a todas las casas que se cobijan bajo el techo de la docta corporación. En su gestión, estimado Director, el habla dominicana ha sido incorporada, por primera vez, al español universal. Segundo: el Diccionario del Español Dominicano, cuya investigación y recopilación dirigió María José Rincón, Honorable Miembro de Número, y que es una pieza imprescindible y de uso obligado en nuestra bibliografía. Y en tercer lugar: el Diccionario Fraseológico del Español Dominicano que no tiene parangón en nuestra historia cultural, al recoger expresiones que forman parte del “alma dominicana” y que confirman, como usted mismo ha señalado “que el lenguaje es la mejor carta de identidad de nuestra idiosincrasia cultural” y que “la lengua es la cara visible de la cultura de un pueblo”.

Si a estos logros, agregamos la creación de la Fundación Guzmán Ariza Pro Academia Dominicana de la Lengua, dirigida por el también Honorable Miembro de Número, don Fabio Guzmán Ariza, y la labor de difusión sobre el manejo del lenguaje y el buen decir que oferta cotidianamente en nuestros medios impresos y a través de las redes sociales –otra labor sin precedentes y singularmente valiosa en tiempos de desgaste de nuestro idioma a causa de distorsiones provocadas por las injerencias constantes de otras lenguas- no hay dudas de que estamos frente a un periodo excepcional de nuestra ADL bajo su digno rectorado que no pueden ser ignoradas y que habrán de marcar su gestión con ribetes de oro en la historia de la Academia. Debo dejar constancia de la publicación por su parte, como aspecto que completa su labor intelectual dentro del marco de la ADL de los diccionarios de Símbolos y de Mística, recientemente dados a conocer.

Al margen de algunas decisiones y acciones con las que, posiblemente, podríamos estar en desacuerdo, ninguna de las mismas opacan la brillantez de su obra al frente de esta casa. No obstante, creo que ha llegado el momento, aunque debió ser tal vez desde antes, para que esa obra termine de consolidar su consagración de modo que cuando el tiempo, el gran escultor como decía Marguerite Yourcenar, y los obligados traspasos a nuevas directrices cuando estos se hagan necesarios, obliguen a su retiro como cabeza de nuestra Academia, Usted pueda partir seguro de que su obra privilegió a las más sólidas personalidades de nuestra lengua en nuestra geografía y abrió cauces a la colaboración de otras voces y trayectorias que, sin duda alguna, sin su padrinazgo y orientación no hubiesen tenido cabida en la augusta casa que usted encabeza.

En este sentido, y en atención a su comunicación de fecha veinte de febrero recién pasado, en el sentido de que los miembros de número presenten candidatos que cubran la vacante del fenecido poeta Lupo Hernández Rueda, ocupante del sillón LL de la corporación, me permito ofrecerle la siguiente sugerencia que hago formalmente con la presente y para el conocimiento de los demás miembros:

  1. Hay un grupo notable de personalidades de nuestra lengua, fundamentalmente escritores, filólogos, filósofos, críticos, poetas y especialistas de la mayor talla y nombradía en estudios relacionados con el habla dominicana y con el lenguaje en sentido general, que merecen desde hace rato formar parte de nuestra Academia.
  2. Entiendo que debe escogerse el sustituto del poeta Hernández Rueda de la lista que a continuación le presento, y que para los demás, de ser posible, se creen las letras que sean necesarias, como ha ocurrido con otros casos anteriormente.
  3. Las personalidades que presento son merecedoras de esta alta distinción y creo, con toda seguridad, que la presencia de todas estas figuras que honran nuestras letras y a nuestra intelectualidad, en el seno central de nuestra Academia, o sea como Miembros de Número, permitirán que la casa que habitamos  alcance una proyección que termine por consolidar sus ejecutorias, dado sobre todo la calidad y el respeto que las trayectorias de estas personas tienen en nuestra historia cultural.
  4. En este sentido, propongo formalmente a las siguientes personalidades:
  1. Don Orlando Alba, notable lingüista, con una bibliografía sólida y una carrera académica en Estados Unidos de amplio reconocimiento.
  2. Don Rafael Núñez Cedeño, otro notable lingüista y filólogo, con obra y trayectoria de indiscutible fortaleza en universidades norteamericanas.
  3. Don Franklin Gutiérrez, con doctorado en lengua española y literatura latinoamericana, notable educador, cuya obra “Diccionario de la literatura dominicana, biobibliográfico y terminológico” sentó un precedente valioso en nuestra historia literaria.
  4. Soledad Alvarez de Vega, filóloga graduada en la Universidad de la Habana, especializada en Literatura Hispana y Latinoamericana, estudiosa de la obra de Pedro Henríquez Ureña y cuya labor poética ocupa lugares de preferencia en antologías locales y extranjeras.
  5. Don Eugenio García Cuevas, cuya labor crítica y educativa durante más de tres (3) décadas en la Universidad de Puerto Rico, y sus valiosos estudios sobre la literatura dominicana, ocupan un sitial de honor en nuestras letras.
  6. Don Miguel Angel Fornerín, otro destacado integrante de la llamada diáspora dominicana, grupo que, por cierto, ha enriquecido con sus haberes el desarrollo de la literatura nuestra, enriqueciendo nuestra lengua. Educador, crítico y estudioso consagrado de nuestro discurrir literario, igualmente profesor en la UPR, recinto de Río Piedras.
  7. Don José Mármol, poeta con premios nacionales e internacionales de gran importancia, Premio Nacional de Literatura, principal figura de la poesía surgida en el decenio de los ochenta, filósofo y un estudioso constante de la lengua.
  8. Don Alejandro Arvelo, filósofo, con doctorado de la Universidad Complutense otorgado con los máximos honores y profesor invitado de la Universidad de Nebrija; educador; actualmente, luego de residir durante cinco (5) años en España sirviendo en el sistema educativo dominicano como profesor a tiempo completo para formar profesores de Alta Competencia y Calidad en el Instituto Superior de Formación Docente Luis Napoleón Núñez Molina, de Licey al Medio, Santiago.

Estos ocho (8) ciudadanos de indiscutibles méritos, honrarían la ADL en caso de ser incorporados a la misma, como hace rato debieron ser objeto de este reconocimiento. Aunque no conozco los estatutos de la Academia (a propósito, todo miembro de número debiera recibir un ejemplar de los mismos), han llegado a mi conocimiento dos (2) aspectos que supuestamente indican los mismos. El primero: que no pueden ser miembros de número aquellos que residen fuera del territorio nacional. Y segundo: que los miembros correspondientes ocupan una posición fija y definitiva y que no pueden ser ascendidos a miembros de número. Ignoro si estas noticias son ciertas. En este caso, si lo primero fuese cierto, me permito sugerirle, Sr. Director, que los integrantes del grupo que he mencionado sean seleccionados en asamblea, con el voto mayoritario de los Miembros de Número, como Miembros Correspondientes y que con tal motivo se organicen actividades solemnes para que cada uno de ellos presente sus discursos de aceptación y reciba un diploma acreditándolos como tales. Este año 2018 puede ser ideal para que, en el transcurso del mismo, sean realizadas estas consagraciones académicas.

Por la misma razón, si de los candidatos mencionados sólo podrían optar los residentes en Santo Domingo, resulta obvio que cualquiera de ellos sería mi candidato para sustituir al poeta Hernández Rueda. Si a mí correspondiera, y fuese factible, bajo el entendido de que los estatutos no lo impidiesen, mi candidato primero sería el Dr. Olando Alba, catedrático de la Universidad de Utah y notable filólogo. Empero, si resultase necesario la presentación de una o dos candidaturas de la lista mencionada, de aquellos que residen en el país, someto a la consideración de la Junta Directiva y de la Asamblea de los Miembros de Número, la selección de la Sra. Soledad Alvarez de Vega y del Sr. José Mármol. Son estos pues, de manera formal, mis dos (2) candidatos para sustituir al notable poeta fenecido en meses recientes.

En los demás casos, para ser conocidos más adelante, sugiero que les sean creadas las letras que faltasen para ser igualmente seleccionados como Miembros de Número.

Finalmente, sugiero, con el respeto y la amistad que nos une desde nuestra infancia, y con la gratitud que le debo, que, en lo adelante, se elimine total y definitivamente la práctica del voto por correo electrónico o mediante comunicación o aval firmado, y que todo miembro correspondiente y miembro de número sea seleccionado libre, presencial y democráticamente en el pleno de la asamblea de los miembros de número. Es la mejor manera que tenemos para honrar su enaltecedora gestión y para mantener la alta calidad de sus miembros que es característica de todas las Academias, de la Historia, de la Lengua, de Ciencias, en todo el mundo.

Deseo dejar constancia, aunque creo innecesario hacerlo, de que el suscrito no aspira ni aspirará nunca a presidir la ADL, que sólo me anima el deseo de contribuir a elevar su aparentemente menguada credibilidad y a fortalecer su proyección y el valor de sus objetivos en nuestra sociedad.

Con la reiteración de mi particular afecto fraterno y con mis mejores deseos para el futuro, esperando que esta misiva sea comunicada a todos los Miembros de Número de nuestra casa, le saluda,

 

Muy atentamente,

 

José Rafael Lantigua

Miembro de Número

Academia Dominicana de la Lengua

Sillón A