Coloquio sobre el poemario Silencio y carne

En una reunión de académicos y poetas del Cibao para festejar la publicación de un nuevo libro de poesía como aporte a las letras dominicanas, tuvo lugar un coloquio celebrado en la Biblioteca Municipal de Moca ante la presencia de intelectuales, profesores, estudiantes y cultores literarios.

El poemario Silencio y carne, de la poeta Mikenia Vargas García, fue comentado por el ensayista y poeta Ramón Antonio Jiménez, miembro correspondiente de la ADL, quien expresó que le place “participar en el bautizo del primer libro de Mikenia Vargas y que el mismo lo hac no con agua sino como debe ser: con palabras, pretendiendo descifrar el hondo silencio que es la voz de las cosas con que nos habla la poeta”.

El presentador expresó que Moca tiene una singular energía telúrica que potencia la sensibilidad de mujeres escritoras de renombre, como Aída Cartagena, Sally Rodríguez y Carmen Comprés, a las que se suman Rocío Santos y Mikenia Vargas.

Dijo Jiménez que “Silencio y carne es más que la primera muestra individual de esta voz que irrumpe en el escenario de la poesía dominicana con la fuerza de lo cósmico en donde el asombro amoroso por las vivencias reveladas le permite a la poeta hacer de su poesía una expresión de ternura destinada a crearse un espacio de respeto en el concierto de la poesía dominicana y un sello en la nutrida galería de la Poética Interior”.

El director de la Academia Dominicana de la Lengua, Bruno Rosario Candelier, habló sobre la sensibilidad estética en la lírica de Mikenia Vargas señalando que “la presentación de este poemario constituye un testimonio de su talento creador, así como de su capacidad intelectual y estética desde la vertiente luminosa de la intuición”. Rosario Candelier, que es también presidente del Ateneo Insular, precisó que “la autora de este poemario ha sabido canalizar sus intuiciones y vivencias entrañables al desarrollar su potencial creador con una sensibilidad empática hacia las diversas señales y los variados fenómenos de conciencia”.

El creador del Interiorismo literario festejó la llegada de esta joven escritora al parnaso nacional ya que “ha sido fecundada por los diversos creadores nacionales que integran el plantel de intelectuales y artistas dominicanos dando señales de un notable crecimiento y de una capacidad de recepción e integración de los efluvios del Cosmos”.

Mikenia Vargas expresó su agradecimiento a los presentadores de la obra, de quienes dijo que ambos han sido formadores y guías en este hermoso camino literario. La poeta mocana explicó que para ella el silencio es el ámbito de creación ya que le permite el encuentro con la Divinidad, el Universo y sus manifestaciones sensoriales y espirituales, asumiendo la carne como el templo sagrado en el que vino a este mundo para lograr sus propósitos.

Para Mikenia Vargas la naturaleza juega un papel esencial en su poética por lo que quiso que en la portada de su obra aparecieran gotas de aguas para dar honor a su veneración por la misma reconociendo que en el Ateneo Insular logró un encuentro muy íntimo con la esencia del Universo permitiéndole ser un mejor ser humano. La autora de Silencio y carne intentó expresar algo muy sagrado puesto que lo escrito allí representa parte de sus vivencias y del crecimiento espiritual que ha logrado en su formación intelectual y estética.

Moca, ADL/Ateneo Insular, 16 de marzo de 2017

Coloquio sobre poética de la interiozación literaria

En una reunión de escritores efectuada en el Santo Cerro tuvo lugar un coloquio sobre la obra Poética del Interiorismo, de Bruno Rosario Candelier, colección de estudios literarios donde el autor expone la doctrina estética de esta corriente literaria concebida para el cultivo de las letras desde la interiorización trascendente.

Al presentar la obra, el lingüista, narrador y académico Rafael Peralta Romero infiere que la corriente literaria que lleva 25 años promoviendo la renovación de la literatura mediante el cultivo de lo real trascendente, promueve el ideal de una creación mitopoética, metafísica o mística. En su estudio, Peralta Romero destaca que este libro, junto a las antologías interioristas y el volumen El Interiorismo de Bruno Rosario Candelier, constituyen el cuerpo teórico que deja constancia de lo que es la Poética Interior.

Este libro rezuma la teoría interiorista en dos partes: la vertiente teórica con las exposiciones estéticas de su autor como sostén doctrinario del Movimiento Interiorista; y la que contiene entrevistas y reportajes divulgados por medios nacionales e internacionales a través de los cuales Bruno Rosario Candelier ha venido diseminando durante más de un cuarto de siglo la línea estética de una poética trascendente.

De su parte, la novelista, académica y creadora interiorista Emilia Pereyra resaltó el hecho de que “en este libro Bruno Rosario Candelier promueve una nueva sensibilidad estética que potencia el aliento trascendente en la expresión artística; una Poética Interior que asume los valores establecidos de la Clasicidad y la Modernidad desde la mística, la mitopoética o la metafísica con los temas perdurables de las inquietudes humanas”.

En el coloquio sobre el libro de Rosario Candelier, la poeta Josanny Moní expresó que “cuando nosotros hablamos de vínculos de nuestra sensibilidad con el Cosmos, es algo que viene dado como fruto de una experiencia, y en el tiempo que llevo vinculado al Interiorismo –y yo soy la más pequeña de esta casa- siento que esta corriente literaria nos ayuda a entender la manera de conectarnos con la energía de la naturaleza para un propósito creador que podríamos canalizar en poesía o en ficción”.

Al referirse al tema de la contemplación, Rosario Candelier aclaró la etimología de la palabra evocando a los antiguos griegos quienes la concebían como el proceso de entrar en comunión con lo viviente para desentrañar el sentido de fenómenos y cosas pues para ellos contemplar implicaba una relación intelectual, afectiva y espiritual con  la realidad”. Aclaró que para contemplar hay que ponerse en contacto con las cosas mediante una conexión entrañable para establecer una compenetración con lo que contemplamos. En tal sentido, subrayó que “quienes logran una conexión amorosa con el mundo se compenetran más fácil porque pueden sintonizar la esencia de la otredad”. Para conseguir el sentido estético del encuentro literario, los poetas leyeron creaciones relacionadas con la relación del sujeto creador con la naturaleza.

Santo Cerro, 11 de marzo de 2017.

Taller sobre los rasgos del español dominicano

Nuestra lengua materna es uno de nuestros grandes patrimonios afectivos y culturales. Así comenzó su exposición nuestra destacada lingüista María José Rincón, para subrayar que los hablantes aprenden a valorar y a atesorar la propia lengua como un valioso activo cuando la conocen, cuando saben cómo es y de dónde procede y logran reconocerse como dueños y responsables de su mantenimiento, su defensa y su engrandecimiento.

Con el planteamiento del párrafo precedente, nuestra lexicógrafa y académica María José Rincón inició el Taller sobre el Español Dominicano, que ofreciera la Academia Dominicana de la Lengua a los interesados en mejorar su conocimiento de nuestro idioma.

“El primer paso para apoderarse de la lengua propia es conocerla y valorarla. Se trata de elaborar una imagen de conjunto de las características actuales que conforman la personalidad del español dominicano, partiendo de la descripción sincrónica de estos rasgos. Ninguno de ellos es exclusivo de la República Dominicana pero todas las características agrupadas dan personalidad propia, en el contexto hispánico, a la lengua que se usa en el territorio dominicano y en las comunidades de dominicanos que residen fuera de este territorio insular”, dijo Rincón.

Aseveró la disertante que si apren  demos a reconocer cuales son nuestros peculiares rasgos lingüísticos podremos asumirlos como tales. Sabremos que forman parte de nuestra identidad cultural y que nos definen como individuos, y sabremos también que gracias a ellos hemos expresado nuestro entorno físico y también nuestra realidad histórica y cultural. Todas estas características, cuyo conjunto define lo que somos, desde un punto de vista lingüístico, tienen su origen histórico. “Cuántas veces hemos oído decir francamente que los dominicanos hablan mal el español porque no pronuncian la zeta, porque “se comen” las eses… Esos rasgos, y muchos otros, no son producto de un error o de una incorrecta utilización de la lengua;  son consecuencia del desarrollo histórico de la lengua, que implica cambio, adaptación y reorganización de los elementos del sistema lingüístico y que da lugar a la diferenciación dialectal dentro del sistema unitario y común de la lengua española, que usan para expresarse casi cuatrocientos millones de hablantes en todo el mundo hispánico”, comentó la lingüista dominicoespañola.

Subrayó nuestra académica que la diferenciación dialectal de la lengua española le aporta riqueza y valor histórico y nuestro reto es conseguir que esta misma diferenciación no le reste capacidad de intercomunicación entre hablantes de distintas variedades. La lengua española ha conseguido mantener una de sus principales armas para colocarse entre las más importantes del mundo: su cohesión lingüística. “Todas las variedades dialectales son igualmente válidas y significan un enriquecimiento del idioma y, por tanto, de la cultura que inexorablemente se transmite a través de él. Las características propias del español americano, y asimismo del español peninsular, están condicionadas por las circunstancias históricas que han conformado su existencia, su cultura y sus señas de identidad”, precisó.

Los rasgos de la variedad dialectal dominicana, que tan frecuentemente oímos calificar como descuido o incultura, tienen  un origen histórico que explica su presencia y su arraigo entre nosotros. El desconocimiento de este hecho y de su significación provoca que se estigmatice su uso como si se tratara de hechos que demuestran un bajo nivel cultural.  El bajo nivel cultural existe, es evidente, pero no queda patente por la presencia de estos rasgos dialectales, dijo la conferenciante. El bajo nivel cultural se manifiesta fundamentalmente en el desconocimiento de la propia realidad lingüística y en la escasa capacidad para valorar lo que es auténtico, tanto en los hechos diferenciales como en los hechos que nos unen a la gran comunidad de hablantes de español, comentó.

“No podemos tachar de inculto al hablante analfabeto que mantiene los rasgos lingüísticos que le han sido legados por generaciones. Es inculto el hablante que, aun habiendo tendido acceso a una educación formal, no ha aprendido a conocer esta tradición y a valorarla en su justa medida. La actitud negativa por principio hacia el habla popular denuncia un sentimiento de inferioridad lingüística”, dijo Rincón, y añadió: “Los estudiosos de la lengua damos cuenta de los fenómenos que encontramos en la realidad y no debemos hacer consideraciones acerca de la corrección o de la norma. Pero, al mismo tiempo, se nos demanda que tomemos partido y ayudemos a enfocar lo que debe considerarse como la norma correcta de uso de nuestra lengua. La conclusión no es la de que todo vale. Existe un consenso para considerar una norma culta panhispánica”.

Manifestó que estos son los pasos que da la criollización en una lengua. Precisó que estamos ante el nacimiento del español dominicano y esa variedad criolla diferenciada es el resultado de un proceso que denominamos como koineización, que es el contacto lingüístico de diferentes variedades dialectales, la amplificación de los fenómenos más característicos, la creación de un dialecto con función de “lingua franca” regional, la nativización del dialecto originado por los pasos anteriores y estandarización del nuevo dialecto. “Este español antillano es fruto de un proceso de criollización de las primeras variedades dialectales que se trasladan a territorio americano”, dijo; y citó una descripción de Juan Antonio Frago al hablar de la criollización: “La alteración del español dialectalmente diferenciado llevado a América a crear una nueva variedad a partir del cual surgió el español americano, nueva modalidad a su vez dotada de variedades socioculturales o geográficas menores que no solo se extenderían a todos los criollos, o nacidos en Indias, sino que acabaría siendo asimilado por estos como rasgo distintivo de su personalidad americana”.

La académica agregó que la criollización empieza a ser percibido como un rasgo de identidad, por lo que le dejó claro al público que esta forma de hablar es distinta de los pobladores provisionales que llegan a América y, por lo tanto, marca un signo de identidad: esa forma y esa variedad diferente. Con la ayuda del proyector le dio una explicación al publicó sobre el seseo, definido como el fenómeno más extendido en toda América; el yeísmo, que es la pérdida del componente lateral del fonema palatal; la caída de la /d/ intervocálica prácticamente general en todos los sociolectos y en todo el territoacto sobre el español en la Republica Dominicanario. También habló de la “s” en posición implosiva, ya sea en final de sílaba o de palabra, se debilita y produce aspiración y, con mucha frecuencia, pérdida, además presentó la aspiración como resultado de f- latina; de la “l” y “r” en posición implosiva se neutralizan. La académica informó que esta neutralización también aparece en fuentes documentales andaluzas del siglo XV y son los pobladores andaluces los difusores de esta característica dialectal. Dijo que lo que produce la diferencia entre unas zonas y otras del territorio dialectal dominicano es la solución que adopta esta neutralización. Dio ejemplo con posición implosiva con la preferencia por “l”, que es lo más habitual en la zona capitaleña. Además explicó que una solución peculiar del español dominicano de la región del Cibao es la solución de esta neutralización de las líquidas en posición implosiva como una “vocalización” en una “i” semiconsonante. “Este fenómeno se está retrayendo y concentrando en regiones rurales debido a su estigmatización sociolingüística”, subrayó.

María José Rincón enfatizó en su intervención que nuestra educación debe estar enfocada al conocimiento de nuestra propia realidad lingüística, a su valoración y estudio. Y dijo también que es fundamental la posibilidad de manejar la norma culta hispánica con fluidez en los contextos que la exijan, por lo cual debemos comprender el papel destacado que juega el conocimiento de la lengua propia y de su historia en las actitudes que los hablantes toman frente a ella. “Si podemos mejorar ese conocimiento también podremos transformar las actitudes de los hablantes frente a la lengua propia y, con ella, frente a sus propios valores culturales e históricos”, dijo al finalizar su participación.

Santo Domingo, ADL, 2 de marzo de 2017.

Henríquez Gratereaux gana Premio Nacional de Literatura

El escritor y académico Federico Henríquez Gratereaux obtuvo el Premio Nacional de Literatura 2017 por su dilatada trayectoria intelectual como ensayista y su valioso aporte al conocimiento y la valoración de la conciencia nacional. El veredicto del jurado examinador consignó: “Por su dilatada trayectoria como ensayista y su valioso aporte al conocimiento y valoración de la conciencia nacional y la idiosincrasia del pueblo dominicano, como pensador y analista de la realidad social, histórica y cultural en la que proyecta su erudición, mediante un impecable manejo del idioma”.

La Fundación Corripio, el Ministerio de Cultura, cinco instituciones universitarias y la Academia Dominicana de la Lengua, según el decreto del Poder Ejecutivo, anunciaron durante una conferencia de prensa la decisión adoptada por los miembros del jurado.

Ese reconocimiento se otorga a la labor literaria de toda una vida, con un diploma emitido y firmado por el Ministro de Cultura, Pedro Vergés, y el Presidente de la Fundación Corripio, José Luis Corripio Estrada, con una dotación de un millón de pesos. Según el decreto presidencial, el jurado del Premio Nacional de Literatura, que se otorga cada año el 26 de enero en honor a Juan Pablo Duarte, está compuesto por los rectores de las universidades Autónoma de Santo Domingo (UASD), Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), Central de Este (UCE), Católica de Santo Domingo (UCSD), Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), así como el Ministro de Cultura, el director de la Academia Dominicana de la Lengua y un representante de la Fundación Corripio, Inc.

Además de Corripio Estrada, participaron en la decisión el ministro de Cultura, Pedro Vergés; el director de la Academia Dominicana de la Lengua, Bruno Rosario Candelier; los rectores de la UASD, Iván Grullón; de la PUCMM, Alfredo de la Cruz; de la UNPHU, Miguel Fiallo Calderón; de la UCE, José Altagracia Hazim Torres; de INTEC, Rolando Guzmán, y de la UCSD, Jesús Castro Marte, y por la Fundación Corripio sus asesores José Alcántara Almánzar y Jorge Tena Reyes.

Entre los académicos dominicanos premiados hasta la fecha con el alto galardón del Premio Nacional de Literatura, figuran valiosos cultores de nuestras letras, como Joaquín Balaguer, Juan Bosch, Manuel Rueda, Antonio Fernández Spencer, Marcio Veloz Maggiolo, Virgilio Díaz Grullón, Lupo Hernández Rueda, Mariano Lebrón Saviñón, Víctor Villegas, Carlos Esteban Deive, Franklin Domínguez, Andrés L. Mateo, Diógenes Céspedes, Bruno Rosario Candelier, José Alcántara Almánzar, Tony Raful, Ángela Hernández y Federico Henríquez Gratereaux.

Federico Henríquez Gratereaux nació en Santo Domingo en 1937. Pensador y ensayista,  la mayor parte de su obra se encuentra dispersa en periódicos nacionales como El Siglo y Hoy. Obtuvo el Premio Anual de Ensayo en 1979 con su obra La feria de las ideas. Ha escrito sobre historia nacional, temas sociográficos dominicanos y sobre la expresión literaria. Publicó La feria de las ideas, Empollar huevos históricos, Un antillano en Israel, Disparatario, Estudio sobre Franklin Mieses Burgos y varios opúsculos.

La sala principal del Teatro Nacional contó con una nutrida presencia de escritores, académicos, estudiantes y figuras de la vida política y cultural dominicana.  El ministro de Cultura y miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, Pedro Vergés, al pronunciar un bien ponderado discurso, valoró la adjudicación del galardón a Federico Henríquez Gratereaux, de quien dijo que “se ha ganado un premio que merece tanto como el que más y, desde luego, mucho más que muchos”, por su estatura intelectual, su obra literaria y su condición de gran dominicano. Indicó que en esta ocasión el Ministerio de Cultura y la Fundación Corripio hicieron una mejor convocatoria, y enriquecieron la conformación del jurado con la incorporación de la Academia Dominicana de la Lengua.

Por su parte, el asesor de la Fundación Corripio, el escritor y académico de la lengua, José Alcántara Almánzar, significó la satisfacción de esa entidad al entregar el máximo galardón de las letras nacionales a un escritor de la estatura de Henríquez Gratereaux. Del escritor premiado refirió que se trata de un intelectual de múltiples facetas, con una vida consagrada a la literatura y el periodismo, que lo forja como un autor de altos kilates: “Estoy seguro de que este importante galardón dará nuevas motivaciones a Federico Henríquez Gratereaux para continuar su labor creadora”, dijo el destacado cuentista y crítico Alcántara Almánzar.

La filóloga y académica María José Rincón presentó una hermosa semblanza del autor galardonado: “Para seguir los pasos de las vividuras de nuestro Premio Nacional de Literatura hay que hacerlo como él lo enseña día a día en las reseñas de sus artículos, desde la respiración”, puntualizó al referirse a su columna “A todo pulmón” en el periódico Hoy. Y subrayó: “El periodismo es para él una rendija para el drenaje de sus humores y un ungüento expresivo para mitigar los dolores por su país. Con su ejercicio de palabras contadas, afirma, ha evitado al psiquiatra, ha ejercitado la inteligencia y ha desafiado su capacidad verbal para la comunicación apropiada”.

Henríquez Gratereaux pronunció un emotivo discurso de agradecimiento a la Fundación Corripio, al Ministerio de Cultura, al jurado universitario y a la Academia Dominicana de la Lengua. Envió un mensaje a los jóvenes que desean forjarse como escritores: “Si algo he de decir a los jóvenes que aspiran a recorrer el camino de la literatura, es que se trata de una carrera inestable, erizada de dificultades, más bien una carrera de obstáculos. El escritor debe saber que su ámbito natural permanente será la soledad, y aceptar vivir rodeado de indiferencia ante una actividad que no es popular, que interesa a un grupo reducido de personas consideradas excéntricas”.

La primera parte del programa se inició con la interpretación del Himno Nacional, en la voz de un luminoso ángel del aliento musical, la elegante soprano Nathalie Peña Comas.

Santo Domingo, 21 de febrero de 2017.

Estudios sobre cuentos de Rafael Peralta Romero

La Academia Dominicana de la Lengua propició un encuentro literario en su esfuerzo para forjar intelectuales y escritores que asuman con rigor, belleza y propiedad el arte del buen decir, como se ilustró en sendos estudios sobre la narrativa de Rafael Peralta Romero.

Rafael Hernández abrió el turno de estudios con un trabajo sobre los cuentos del escritor soldeño publicados en Diablo azul. Al respecto Hernández dijo: “Es una selección de cuentos, que sin ser folclórica ni costumbrista, inspirados en la tradición, el folclor, lo ancestral, lo popular y lo social, constituyendo un ejemplo de cómo hacer denuncia social sin caer en lo panfletario”.  Explicó que el autor de Diablo azul “se empeña en hablar, en describir minuciosamente, en contar lo ocurrido, dejando hablar a los personajes de abajo, sea rural o urbano, que destilan por los poros la vida azarosa en que les ha tocado vivir, sin necesariamente caer en una cuentística de denuncia social, haciendo estos relatos con maestría y naturalidad”.

Rafael Hernández señaló que Peralta Romero capta lo que la voz popular transmite en forma oral, transformándola y adaptándola a su estilo peculiar de contar en su estética de lo cotidiano, que es la estética realista salpicada de modernismo, criollismo e interiorismo.

En otro sentido, Rita Díaz Blanco anota que “este escritor es un experimentado cuentista que desde 1977 ha estado produciendo cuentos, poemas y artículos periodísticos. En su travesía por las letras, dice Díaz Blanco, “escribe artículos para aclarar dudas y por su labor se ha convertido en una referencia nacional indiscutible para los que hablamos el español”.

Por la trayectoria en su escritura, en sus líneas se hace uso de metáforas y analogías encausadas al desarrollo de la imaginación y la lógica, vinculada a la realidad objetiva. Al decir de Rita Díaz, Peralta Romero “plasma en sus páginas, de forma reiterativa, la valoración del ser interior como elemento esencial de la existencia”.

Por su lado, Josanny Moní habló al público presente sobre su valoración de la labor de Peralta Romero. Dijo Moní que en el libro Punto por punto presenta cuentos cortos “que nos dan a entender que son de cuentos juveniles en donde se deja ver su estilo, así como la madurez y la conciencia que se recogen en cada uno de ellos”.

El narrador y académico Peralta Romero dijo que publicó Niño y poesía en el 1983, que luego, con más cuentos incluidos, lo dio a conocer con el título de Un chin de caramelo. Rafael Peralta confiesa que es en su tercer libro, Cuentos de visiones y delirios, donde se encuentran las historias que crean las gentes con un surrealismo paralelo.

La Torre, Centro “San Juan de la Cruz”, 18 de febrero de 2017.

Coloquio sobre la poética y la narrativa de Rubén Darío

En un coloquio sobre la creación literaria de Rubén Darío, con motivo del 150 aniversario del nacimiento del ilustre poeta nicaragüense, la Academia Dominicana de la Lengua, el Ateneo Insular y el grupo literario Emilio García-Godoy, estudiaron la narrativa y la poesía del creador del Modernismo. En el coloquio intervinieron Manuel Salvador Gautier, con el tema “La narrativa de Rubén Darío”; Camelia Michel, con “La poética de Rubén Darío”; y Bruno Rosario Candelier, con “La irradiación metafísica en Rubén Darío”.

En la sesión de reflexión literaria, consagrada a Rubén Darío, el narrador y académico Manuel Salvador Gautier dijo que “el manejo de palabras, en parte de la narrativa de Darío, es lo que más le llama la atención, pero no es lo único que hace de su obra un acontecimiento extraordinario, ya que influenció en la lengua española para crear un nuevo movimiento literario, el Modernismo”. Señaló que “en los cuentos de Rubén Darío aparecen lugares que se describen con frases esplendidas, palabras y nombres de personas que recrean un mundo de fantasía que parece real”. Dijo que “toda la obra poética y cuentística de Darío renueva el lenguaje que se usaba hasta ese momento en los géneros literarios de poesía, cuento y ensayo. Su lenguaje rítmico aparece desde sus primeras palabras en cada uno de sus cuentos: “Darío nos introduce en el desvarío de su fantasía, que nos seduce y logra que la literatura hispánica se incline hacia la creación modernista”.

El análisis sobre este gran escritor nicaragüense continuó con la poeta mocana Camelia Michel quien presentó un trabajo sobre la complejidad de Darío ya que su poética no parte de manera exclusiva de las lecturas que nos subyugaron: “El entretenido que hay en todas su obras, bajo la elegancia trabajada con esmero, oculta o deja ver de manera homogénea una apreciación de los más profundos valores humanistas que fueron dejados por la tradición literaria”.  Camelia Michel aclaró que “si hay un hombre universal en América, ese es Rubén Darío, de alma y pensamiento libres y una empatía profunda por su tierra”.

Los estudios sobre este nicaragüense inmortal los continuó el poeta Ramón Antonio Jiménez quien expuso que Darío “es considerado como la figura cimera de la poética que perfila el Modernismo. Dotó a la poesía de alas que permitió que el verso fuera en su libertad sacudiendo sus alas sensibles”. Expresó que en Darío “la poesía salta en un lenguaje sin tropiezos y emerge desde su vuelo en un surtido orbe lexicográfico hasta la ribera de lo exótico y lo mítico, logrando que la musicalidad y el ritmo de su decir poético disimule la rima”. Dijo que en este creador la forma no es menos importante que el fondo ya que “eleva su entramado simbólico a la categoría de pensamiento en donde la cadencia de los versos, de variada extensión, es un sello en este creador”.

En la exposición del director de la Academia Dominicana de la Lengua y presidente del Ateneo Insular destacó que “Rubén Darío había sido escogido para revelar en su lírica verdades profundas con sabios mensajes en renovada forma estética. La empatía cósmica que fluía de su corazón, con la onda de sabiduría metafísica de su conciencia cósmica, se cristalizó en su obra con el poder de su inteligencia metafísica para sintonizar los efluvios de la Creación con profundas verdades provenientes del Numen del Cosmos”. Bruno Rosario Candelier consignó que al factor determinante de traumas y miedos, como los que experimentaron la sensibilidad y la conciencia del poeta nicaragüense en su infancia, se suma el positivo influjo de vivir su niñez y su mocedad en León, la agraciada ciudad de Nicaragua, que tiene una fecunda irradiación cósmica que nutrió la sensibilidad física y espiritual del inmenso creador nicaragüense”.

Moca, ADL, 14 de febrero de 2017.

 

Presentan libro La dolencia divina

Bruno Rosario Candelier presentó su más reciente producción literaria, La dolencia divina, ensayo centrado en la conciencia mística y la espiritualidad. La obra del director de la ADL se presentó en el Centro de Espiritualidad “San Juan de la Cruz”.

El acto literario contó con estudios, análisis y comentarios a cargo de los escritores Rafael Peralta Romero, Rita Díaz Blanco y Ramón Antonio Jiménez.

Editado con el auspicio de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua, este libro presenta reflexiones místicas, estudios de textos literarios, diálogos y correos relacionados con el quehacer literario y su conexión con el ámbito místico.

   La dolencia divina fue presentada por el poeta y ensayista francomacorisano Ramón Antonio Jiménez, quien resaltó el hecho de que “Bruno Rosario Candelier, imparable en sus aportes a la crítica y a las letras, presenta sus reflexiones e intuiciones estéticas a la luz de la lengua, la literatura y la mística”.

Jiménez hizo hincapié en que Rosario Candelier, en su ejercicio reflexivo y crítico, “muestra gran interés por el tema de la conciencia abordando sus reflexiones desde una triple perspectiva cuántica, literaria y mística, lo que constituye una visión novedosa en el campo de la crítica literaria”. El poeta y profesor dijo que en La dolencia divina, el autor no solamente expone teóricamente los hallazgos de sus reflexiones sobre el tema de la conciencia, sino que “se apoya en experiencia de creadores que han testimoniado en sus creaciones sus experiencias de naturaleza mística y la presenta como la más elevada vivencia en el orden espiritual”.

El narrador, lingüista y crítico literario Rafael Peralta Romero subrayó que “La dolencia divina constituye un enjundioso tratado sobre mística, que con la metafísica y la mitopoética representa los tres pilares sobre los que se sostiene el Interiorismo.

El narrador dominicano señala que “la primera parte de esta obra se compone de catorce textos cuya escritura denota la sobriedad y la hondura del escrito científico, no obstante tratarse de tópicos propensos a la especulación y la valoración personal y que, en consecuencia, se tornan fértiles para la controversia”. Según Peralta Romero, “Rosario Candelier explica con suficiencia de información y ardiente sentir temas relacionados con la experiencia mística, la gestación de la experiencia espiritual, desarrollo de la conciencia trascendente y la relación de esos asuntos con la estética, la contemplación y la lengua, todo aplicado a la creación literaria”. En el segundo aparatado aparecen conversaciones del Rosario Candelier con poetas que han alcanzado un apreciable desarrollo de la conciencia mística, tales como Tulio Cordero, Iki Tejada, R. A. Jiménez y Fausto Leonardo Henríquez.

Peralta Romero explicó que en el tercer capítulo de La dolencia divina, su autor parte de concepciones de clásicos de la literatura mística, que aplica a estudios sobre santa Teresa de Jesús y san Juan de la Cruz, así como a la obra poética de tres creadores dominicanos que han sabido transitar por la escondida senda de la sabiduría espiritual, como Tulio Cordero, Rocío Santos y Jit Manuel Castillo. Aclaró que desde su inicio este libro dilucida cuestiones fundamentales en torno a la conciencia, como la conciencia alterada o conciencia expandida, a partir de lo cual psiquiatras y neurólogos atribuyen a personas destacadas en las artes y en la mística un padecimiento patológico distorsionador de la conducta. Rosario Candelier sostiene que las vivencias místicas responden a una vivencia especial de la conciencia.

El autor de la obra admite que “hay algo en común entre locos, místicos, contemplativos y epilépticos ya que tienen experiencias que van desde clarividencia hasta delirios pero también han existido contemplativos, místicos y santos sin patología mental conocida, como Jorge Luís Borges, Karol Wojtyla, Luce López-Baralt y Tulio Cordero, que recibieron la gracia de la dolencia divina y el éxtasis de los elegidos.

Tras finalizar la presentación de este libro, Bruno Rosario Candelier externó las gracias a los expositores, reconociendo que han realizado una excelente valoración e interpretación de su obra.

La Vega, ADL/Ateneo Insular, 11 de febrero de 2017.

Reunión de los académicos de la ADL

En una reunión de la junta directiva de la Academia Dominicana de la Lengua con académicos numerarios y correspondientes se trató sobre la fundación de la ADL, acontecimiento que amerita la celebración de actividades conmemorativas de ese memorable acontecimiento.

En este año la ADL cumple noventa años de su fundación por cuya conmemoración celebraremos una actividad especial cada mes, entre las cuales figuran dos simposios: uno dedicado al estudio de la lengua y otro centrado en el cultivo de las letras.

El director acogió la propuesta de Fabio Guzmán Ariza, de que cada mes se hiciese alguna actividad conmemorativa. María José Rincón y Miguel Solano propusieron que se les dediquen las actividades a los miembros fundadores de la ADL. Al respecto, la coordinadora lexicográfica se ofreció para presentar una conferencia sobre la obra de Manuel Patín Maceo, autor del primer diccionario académico dominicano, en una actividad hacia mediados del cursante año. Fernando Casado sugirió que para las actividades dedicadas a los miembros fundadores se invite a sus respectivos descendientes.

El suscrito informó que el director de la Real Academia Española y el secretario de la Asociación de Academias de la Lengua Española visitarán la ADL con motivo de este aniversario, por lo que se organizará un acto especial con su presencia. Se propuso que las actividades conmemorativas se realicen en alianza con algunas universidades. Y se decidió iniciar los actos con una conferencia sobre el español dominicano mediante una descripción del lenguaje de nuestros hablantes. Igualmente se propuso rememorar la literatura folclórica para apreciar el acervo cultural y la cultura tradicional.

En ese sentido, cada mes se presentará una disertación, un conversatorio o un coloquio sobre los creadores esenciales del primer tercio del siglo XX, entre los cuales se citaron a Sócrates Nolasco, Domingo Moreno Jimenes y Fabio Fiallo. Franklin Domínguez propuso que en esas actividades se declamen poemas con actores de Bellas Artes y él se comprometió a hacer los contactos para ese fin. Este director sugirió que en las actividades sobre poesías se presenten canciones alusivas, y en ese aspecto, María José Rincón dijo que sería conveniente hacer dos actividades diferentes: una noche de poesía y otra de canciones. José Enrique García y Manuel Núñez propusieron la investigación y la publicación de una antología poética de autores dominicanos.

En otro orden, en este mismo encuentro José Enrique García inició un conversatorio sobre “El lenguaje y la poesía”. Comentó la teoría poética de Carlos Bousoño, y contó que cuando empezó a leer poesía, hace cincuenta años cuando era alumno de Bruno Rosario Candelier en la Escuela Normal de Licey al Medio, Santiago, tuvo la motivación y la idea del fenómeno poético, pero no tenía el concepto sistematizado y no sabía que había que aplicar las leyes de la poesía.  Además, mencionó un artículo de Borges sobre un soneto, donde el escritor argentino analizaba verso a verso y se dio cuenta de que en ese soneto se aplicaba una de las leyes primarias de la poesía, que es la modificación del uso lingüístico. Contó que después de Borges leer muchas páginas sobre la creación poética y después de formular esas reflexiones, concibió las leyes de la poesía que son dos: la ley de asentamiento y la ley de modificación de uso lingüístico. Explicó que la ley de asentamiento se asocia a procedimientos retóricos intrínsecos. Y la modificación de uso lingüístico está conectada con la naturaleza esencial del acto poético. Sin esto no puede haber poesía, novela, cuento o teatro. También habló de la ley de modificación de signos, que no es más que la palabra: un significante y un significado, y se modifica tanto el significado como el significante. Subrayó que se modifica el contexto general donde opera el signo lingüístico, porque lo primero que hace un escritor es tener conciencia de lo que está haciendo: “La modificación consiste en que el creador tiene que hacer algo nuevo y para hacer algo nuevo tiene que someter a esas palabras y a la experiencia a contradecir lo existente”, aclaró el académico. Manifestó que todo creador tiene un crítico dentro, y dijo que si hubiera más críticos habría más y mejores novelistas, poetas y dramaturgos. Enfatizó que se crea cuando el consciente se conecta a la fuente de la creación.

Fernando Casado recordó que hay un lenguaje que se logra cuando se consigue una elevación trascendente y solo entonces se llega al arte, a cualquier arte, y dijo: “Cuando uno está en un escenario cantando no siempre consigue esa elevación, pero hay un momento en que el cantor, el poeta, el pintor, el músico, logra una elevación en su idioma que solamente ese ser privilegiado, que es el hombre, puede lograr”.

José Enrique García agregó que en la poesía hay un momento en que nadie puede prescindir, que es cuando entra el misterio y “donde más opera el misterio es en la poesía”, dijo el poeta y académico.

Santo Domingo, ADL, 2 de febrero de 2017.

Acuerdo de la Academia Dominicana de la Lengua con Isfodosu

La Academia Dominicana de la Lengua y el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña (ISFODOSU) firmaron un convenio de colaboración interinstitucional. Ambas entidades comparten, en sus respectivos ámbitos, un interés común por la defensa y el cuidado de la lengua española y la valoración del preponderante papel que la formación de los docentes desempeña mediante una enseñanza correcta de la lengua materna y en la creación que de ella se haga.

El ISFODOSU y la ADL se comprometen de esta forma en una colaboración mutua, que tomará forma en actividades de formación y de divulgación, en proyectos de investigación y publicaciones de temas de interés nacional, relacionados con nuestro patrimonio lingüístico y literario.

Como parte de nuestra tarea lexicográfica, la Academia Dominicana de la Lengua se responsabiliza de la edición de dos textos clásicos de la lexicografía dominicana: el Diccionario de criollismos, de Rafael P. Brito, publicado en 1931, considerado el primer diccionario del español dominicano; y la obra Dominicanismos, de Manuel Patín Maceo, primer diccionario de nuestro lenguaje, obra de un académico dominicano.

En el marco del convenio de colaboración suscrito con el Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña, la Academia Dominicana de la Lengua asumirá la publicación de varias obras clásicas de la bibliografía dominicana: una edición crítica de la obra poética de Salomé Ureña, dirigida a estudiantes y docentes y que les permita acercarse y profundizar en el conocimiento de una creación literaria fundamental para las letras dominicanas, indispensable para la comprensión y la valoración de su desarrollo. Esta obra contará con un estudio introductorio de Bruno Rosario Candelier, filólogo y crítico literario; y un aparato de notas pedagógicas que faciliten la lectura y la interpretación de los textos a cargo de María José Rincón, filóloga y lexicógrafa, miembro de número de la ADL. Estas obras de interés literario y lingüístico abrirán el camino para futuros aportes que contribuyan a enriquecer nuestro acervo cultural y a promover su divulgación y su aprecio.

Estas reediciones se justifican por la falta de disponibilidad de las susodichas obras, tanto para los estudiosos de la variedad dominicana del español como para los interesados en la bibliografía de temas lingüísticos. Resulta imprescindible dotar a estos dos diccionarios de una introducción histórica y un análisis lexicográfico que los sitúe en su contexto cultural y académico. Esta propuesta académica no se basa en que sean textos utilizables por los usuarios actuales como diccionarios, sino de aprovechar la oportunidad que nos ofrece ISFODOSU para reeditar, esta vez con criterios de análisis lexicográfico histórico, dos obras esenciales sobre la historia de la lengua en la República Dominicana. Estas ediciones enriquecerán la bibliografía dominicana y podrán ser instrumentos útiles para el estudio y la valoración de la literatura y la lexicografía dominicanas.

Santo Domingo, ADL, 25 de enero de 2017.

Simposio sobre el aporte literario de Rubén Darío

Para festejar el 150 aniversario del nacimiento del poeta Rubén Darío, el Instituto Nicaragüense de Cultura y la alcaldía de León, celebraron unas jornadas darianas con un amplio programa de actividades culturales, literarias y educativas entre las cuales hubo recitales de poesías, festival de música coral, presentaciones de libros y la celebración del XV Simposio Internacional sobre Rubén Darío.

La ciudad de León, donde vivió el poeta nicaragüense su infancia y su adolescencia, fue el escenario del XV Simposio sobre Rubén Darío en actividades que unieron las voces y ponencias de académicos, universitarios, profesores, estudiantes y poetas. El Teatro municipal y la alcaldía de León, convocaron al pueblo para unirse a la tradicional celebración literaria. En este simposio participaron académicos de América y España.

Esta actividad cultural, enmarcada en el 150 aniversario del natalicio del gran poeta nicaragüense, abordó la creación del autor modernista de importantes obras literarias. Las ponencias se llevaron a cabo en el Teatro municipal José de la Cruz donde recibieron a los invitados tras el desfile de las musas darianas y las palabras de bienvenida de las organizadoras, María Manuela Sacasa y Nidya Palacios, quienes ponderaron las actividades concebidas para conmemorar, con ponentes de distintas partes del mundo (de Argentina, Colombia, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica y República Dominicana), el aporte de Darío con obras de teatro, ponencias y manifestaciones artísticas. Rubén Darío puso la creatividad hispanoamericana en alto, revolucionando el cultivo de las letras, la lengua y la literatura hispana.

Jorge Chen Chang, investigador y docente de la universidad de Costa Rica, habló del concepto de “disposición” (ordenación y distribución de las partes) y de “composición”, utilizado en narración y poesía. Aseguró que era necesario verificar la forma de organización y composición de los poemas de Rubén Darío, que no es inocente ni aleatoria, sino que ese orden tiene un sentido en el ordenamiento de los poemas. Abordó Canto de vida y esperanza, con “Por el influjo de la primavera”, que abre esta sección a la anotación temporal y al paso de las estaciones. La tarde descrita como una “inconsútil tela” establece, bajo la noción de una escritura, el paisaje que se va describiendo en el poema. Es interesante el verbo que utiliza Darío, “devanar”, que califica la acción del équido que liga en ovillo con el fin de hilvanar los celajes de la tarde en novedades capas cromáticas. Esa “inconsútil tela” tiene que ver con algo dañado, mal acabado y eso desencadena la imagen final del segundo cuadro de nuestros males, con el fin de revelar la fragilidad y los sufrimientos humanos que condenan los sustantivos “carne” y “vino”, transformándose en metonimias del sacrificio y el dolor. Remite al tópico clásico de la nave en el mar:

Y esta atroz amargura de no gustar de nada,

de no saber adónde dirigir nuestra proa

mientras el pobre esquife en la noche cerrada

va en las hostiles olas huérfano de la aurora…

¡Oh, suaves campanas entre la madrugada!

   Silvio Ambrogui, escritor y poeta nicaragüense, expuso el tema “Darío, libertador de la lengua castellana”. En sus palabras incluyó las referencias de otros grandes intelectuales como Pablo Neruda, quien dijo: “Rubén Darío surgió del idioma volando ráfagas de alas de oro”. Jorge Luis Borges, que afirmaba: “Todo lo renovó Darío, el vocabulario, la métrica, la magia peculiar de ciertas palabras, la sensibilidad del poeta y de sus lectores. Su labor no ha cesado y no cesará”. Y Octavio Paz, que escribió: “Darío está presente en el espíritu de los poetas contemporáneos”.

Rubén Darío nació el 18 de enero de 1867 en Metapa, hecho que se debió al viaje que en circunstancias imprevistas realizara su madre, Rosa Sarmiento, fuera de León.

Por su parte, la ponencia de Bruno Rosario Candelier enfocó una novedad en el estudio del nicaragüense. En el mismo explica que Rubén Darío recibió el influjo de la ciudad de León, que sumado a sus dotes de poeta y al estremecimiento de conciencia experimentado a temprana edad, forjó el talante del grandioso poeta en que se convirtió el hijo de León. En una nueva teoría sobre la gestación del poeta, cifrada en el impacto de un hecho dramático que troquela su conciencia, el crítico señaló: “Efectivamente, el inmortal poeta nicaragüense desarrolló su capacidad poética con el acierto de la renovación métrica y la hondura de su percepción trascendente”. Mostró el ejemplo de “Primaveral”, donde nuestro poeta percibe el canto de la Creación, que las aves cantarinas entonan al sentir el fulgor de lo viviente.

En su disertación, el escritor dominicano sostuvo que después de leer a los clásicos de la antigua Grecia, la literatura española del Siglo de Oro y a los simbolistas franceses del siglo XIX, Rubén Darío conoció la clave de la poesía, cifrada en su esencia primigenia: “Describir la belleza sensorial que la sensibilidad capta de las cosas y el sentido profundo que la conciencia intuye. La energía amorosa, en armonía con la del Creador del Universo, es la conjunción perfecta para la vida y el arte de la creación”.

León, Nicaragua, 23 de enero de 2017.