Pega/cola – amortiguar/amortizar – superar – *rotabilidad

PEGACOLA

Algunas omisiones llaman poderosamente la atención, si bien otras, se las deja pasar sin resabios. Las palabras del título se traen a estos comentarios por su relación con el verbo pegar y colar cuando se usan para mencionar la acción de unir una cosa a otra con ayuda de una sustancia aglutinante, así esos verbos son sinónimos de adherir.

En República Dominicana la famosa cinta adhesiva es “cinta pegante”, es decir, cinta que pega. El diccionario académico reconoce y consigna que los dominicanos llaman de la forma antes mencionada a la cinta adhesiva. En el habla de los dominicanos se llama “pega” a la mezcla que se utiliza con el propósito de unir o juntar cosas.

De modo semejante se dice que esa sustancia es una “cola”, que sirve para “encolar” las cosas que se han separado o que se desean unir. Se entiende que el verbo colar es sinónimo de pegar, en el sentido de unir una cosa con otra mediante una sustancia. Más interesante aun que este uso privativo de los dominicanos en cuanto a las dos voces, lo es el origen de esas, que se explicará más abajo.

Algunas personas pueden alegar que el vocablo “pega” es un diminutivo de pegamento. No obstante, hay que tener en cuenta que pegamento es de género masculino, mientras que la pega, como lo indica la terminación es femenina.

En griego existía el sustantivo kolla que significaba pegamento. En latín popular pasó a ser colla. De allí lo tomó el francés y derivó muchas palabras. Se recuerda que en ebanistería en República Dominicana se decía que algunos muebles estaban “encolados” y, con ello se aludía a que no se habían usado tornillos en la confección de ellos, sino cola.

Se cree oportuno recordar que en lengua francesa cuentan con el verbo décoller que al español ha pasado como decolar (no reconocido por las academias) con el sentido del francés, despegar. Estos verbos se aplican para despegar en el sentido de levantar vuelo.

Existe la posibilidad de que este verbo, colar, encolar, hayan entrado al español dominicano durante la ocupación haitiana del territorio del este de la isla La Española.

AMORTIGUAR – AMORTIZAR

“El mediodía dominguero traería un Charanga Champagne, en un refrescante brunch, para AMORTIZAR el sol cegador de las mañanas en Cuba”.

Parece que algunas personas a quienes se les permite escribir en periódicos no acaban de entender la diferencia que existe entre las dos palabras del título. En esta sección se va a explicar la desemejanza que existe entre los dos vocablos.

Para diferenciar los dos términos, lo primero que hay que tener en cuenta es que amortizar es un verbo que mantiene su campo de acción sobre todo en la economía y la administración. Fuera de esta esfera, el verbo que trae consigo la idea de disminuir, atenuar, mitigar o moderar es el verbo amortiguar.

Más abajo se verán en detalle las significaciones con la esperanza de que la idea sea más clara.

Amortiguar es quitar violencia, disminuir fuerza o intensidad a algo, especialmente si es malo, molesto o perjudicial, en consecuencia, es paliar estas sensaciones.

Amortizar es pagar todo o una parte de una deuda; recuperar el capital, o una parte, que se ha invertido en un negocio. En general, recuperar el costo de algo. Es cubrir mediante pagos periódicos una deuda. La acepción en administración que se anunció más arriba es, suprimir empleos o plazas vacantes en empresas privadas o instituciones públicas.

Se invoca la intervención de los manes del buen español para que los errores que se han detectado antes, y este que se encontró ahora, no se repitan en el futuro.

SUPERAR

“La marejada provocada por la tormenta SUPERÓ la carretera y anegó todo. . .”

Muchas palabras no alcanzan la sinonimia completa entre ellas. Unas veces esto se debe a que en el uso tradicional una de ellas tiene su radio de acción en lo atinente a lo abstracto; mientras que las equivalentes en otros campos se mantienen en el aspecto más concreto. Esto que se ha tratado de describir en términos abstractos es lo que ha sucedido en el caso del verbo superar en la cita reproducida.

Una carretera es una vía o camino que existe entre localidades. Es una obra hecha de pavimento en la mayoría de los casos, para la circulación de vehículos; es en consecuencia, una realidad concreta.

Si se examinan las acepciones que existen para el verbo del título, hay por lo menos tres de ellas que de modo directo o implícito se refieren a personas. La primera, ser superior a alguien. La segunda, hacer algo mejor que en otras ocasiones. La tercera, vencer obstáculos o dificultades. Otra es dejar atrás ideas o rebasar niveles o puntos, no cosas. En el último caso -rebasar- se refiere a exceder los límites normales de algo. Esto es, una persona propasarse, ir más allá de lo lícito o razonable, de los límites establecidos.

Se puede aventurar una explicación acerca de la colocación del verbo superar en este contexto. El redactor empleó un verbo muy delicado para describir la acción de las aguas. El agua pasó por encima de la carretera.

*ROTABILIDAD

“. . . para el propio sistema político y por ende para todos los actores sociales, de la ROTABILIDAD no tan solo en el poder (…) lo necesario es la ROTABILIDAD de los actores”.

La intención del articulista se adivina al escribir la voz del título. Si no se adivina, por lo menos se deduce del contexto y de la presunta raíz que se intuye. La voz *rotabilidad no se ha localizado en diccionario alguno.

De la familia del verbo rotar, pueden citarse varios vocablos. La rotación que es para el caso del texto la palabra adecuada, que para estos fines significa “cambios alternativos”. Ese es el nombre femenino que corresponde emplear para esta familia de palabras.

Rotacional es el adjetivo que indica “de la rotación”. Otro adjetivo, a veces calificado de uso raro, es rotador, que trae consigo la idea “que rota”. Este adjetivo es sinónimo del otro, rotante. Además, existe el adjetivo rotativo que comunica la noción “de la rotación”, “que tiene movimiento de rotación”.

Se conocen los adverbios rotativamente y rotatoriamente que se entienden por “de manera rotativa”.

Una vez alcanzado este punto en el desarrollo de esta sección es lógico que uno se pregunte dónde está la *rotabilidad. Para que esta voz fuese admitida haría falta que se acreditarse también otra que no se encuentra, que es *rotable.

Lo recomendable en casos parecidos al de esta voz es mantenerse alejado de su uso. Solo personas ilustradas e ilustres pueden darle lustre a una voz de este género.

© 2016, Roberto E. Guzmán.

Entaponar/entaponamiento – *precinto electoral – completar/*completizar – ciber

ENTAPONAR – ENTAPONAMIENTO

“. . . se han transformado en un verdadero mercado que contribuye al eterno ENTAPONAMIENTO del sector”.

Es ya un asunto conocido que cada país tiene una manera peculiar de denominar el atasco vehicular que se produce en las vías públicas de tránsito.

En República Dominicana dirán que hubo un tapón en la fluidez del tránsito terrestre. Este tapón ha de tomarse en el sentido de entorpecimiento u obstrucción en la circulación vehicular. Con las expresiones y explicaciones anteriores se pretende demostrar que el verbo y el nombre del título están bien formados y, en consecuencia, merecen el reconocimiento de la lexicografía.

En este tapón antes mencionado encuentra su origen el verbo entaponar que es de pura cepa dominicana; aunque no conste en ninguno de los diccionarios dedicados al habla de los dominicanos. En este verbo puede argüirse que se expresa lo que sucede o actúa (en forma) de tapón, “en tapón”, más la terminación –ar del verbo.

En tanto fenómeno natural, el verbo llama por un sustantivo que denomine el efecto o resultado del impedimento o dificultad en el flujo vehicular. La creatividad popular no tardó en producir el entaponamiento.

Las dos voces del título son moneda corriente en el español dominicano. A tal punto esto es realidad que los hablantes y estudiosos del español dominicano no detectaron la singularidad de las voces. Como consecuencia de lo anterior hay que aceptarlos en el habla y en la escritura dominicanas.

Del mismo modo en que se ha procedido en otras ocasiones, en esta se llama la atención de los diccionaristas para que tomen nota de este vocablo y lo consignen en los futuros diccionarios diferenciales.

*PRECINTO ELECTORAL

“. . .dependiendo la cantidad de votantes que tenga cada PRECINTO ELECTORAL. . .”

Como paso previo, antes de adentrarse en el tema de la sección, ha de tenerse en cuenta que el gerundio “dependiendo de” funciona como adverbio. De la manera en que se ha expuesto antes, este llama por la preposición de que no aparece en la cita.

El error del precinto lleva la señal de historia muchas veces repetida. Precinto en español es un sello o atadura para mantener cerrada una cosa de forma que si se rompe, se note. Una vez destacada esta acepción queda demostrado que eso de “precinto electoral” es un disparate.

Más abajo se examinará de donde procede la confusión y, cuál fue la palabra que debió usar el periodista en este caso.

Como tantas otras equivocaciones esta también viene del inglés. En esa lengua la voz precinct es la que por su parecido propicia el desacierto. En lengua inglesa esa palabra corresponde al español recinto que en español significa espacio cerrado por unos límites.

Como la voz del inglés por su parecido con la del español, se la toma por la semejanza y se incurre en error en los casos en que se traduce por *precinto policial, cuando se refiere en realidad a la estación, destacamento, comisaría de policía, o a la jurisdicción de esas.

En otras circunstancias la palabra del inglés se traduce de manera distinta a lo ya mencionado, pero esos casos se dejarán fuera de este escrito para no abrumar a los que no están expuestos a estas barbaridades. Tómese el último vocablo de la oración anterior con su valor de “dicho disparatado”.

La voz del inglés en el contexto de la cita corresponde en español a la “circunscripción de sufragantes, distrito electoral”. En iglesias y catedrales es “recinto”. Con relación a ciudades y lugares de habitantes es, “alrededores, afueras, barriadas”.

Si todos los recipientes de bebidas alcohólicas en la República Dominicana tuvieran un precinto, se haría más difícil adulterarlas sin que los compradores se percataran de los hechos. Este precinto es un sello que el fabricante coloca para seguridad del consumidor.

COMPLETAR – *COMPLETIZAR

“. . .la corrupción ha estado vinculada a las actuaciones de los funcionarios públicos. . . pero hoy día SE COMPLETIZA porque utilizan técnicas más sofisticadas. . .”

Antes de entrar en el meollo del asunto de esta sección vale la pena que se revise el acierto en la selección de la palabra “técnica”. En lugar de eso pudo escribir el articulista “procedimientos, recursos, medios, métodos”. La palabra técnica trae consigo un tufillo a mecánica, a las actividades relacionadas con la construcción y fabricación de cosas, o, con ciencias aplicadas a lo mencionado.

Ya en ocasiones anteriores se ha escrito acerca de la necesidad que sienten algunos escribientes de crear nuevas palabras. En algunos casos, se ha argumentado, la creación responde a una necesidad; en otras ocasiones son el fruto de la ignorancia o la necedad.

En el pasado de la lengua pueden encontrarse muchos ejemplos de nuevas voces que son más largas que las originales que tratan de reemplazar. Algunas de estas tuvieron influencia de la lengua francesa. En el caso presente en esta sección hay un rasgo que evoca esta posibilidad, pues se nota la incorporación de las dos letras iz en tanto infijo en medio del verbo del español tradicional.

Si cupiese como explicación podría proponerse que con este nuevo verbo lo que pretendió su creador fue hacer “más completa” la acción a que se refiere para, si se puede, perfeccionarla. Es posible que lo que buscaba el autor de las frases transcritas fuera destacar “acabar por completo” el proceso de la corrupción, en el sentido de agregarle mayor eficacia a la acción a que se refiere.

Aunque se pretenda suplir explicaciones para encontrar el origen de una creación de este género no cabe duda de que la razón es muy personal del autor y permanece sin reflejar una necesidad de la lengua.

No se escribe aquí que la extraña voz no exista, sino que todavía no es reconocida por la mayoría de los hablantes. Parece una creación aventurada sin futuro promisorio.

CIBER

«. . . y acerca de las preocupaciones mutuas, en materia de CIBERSEGURIDAD”.

La ciencia, el avance tecnológico y el progreso en general han impulsado el uso de palabras que llevan este ciber en su composición. No sobra que se recuerde que el desarrollo de las actividades en el campo cibernético provino de los países más desarrollados científicamente y, que la divulgación se operó desde la lengua inglesa.

En la actualidad se reconoce a ciber- en tanto elemento compositivo. Este elemento compositivo proviene del inglés cyber-. Ya en el diccionario académico del año 2001 aparecieron asentadas las palabras ciberespacio, cibernauta,  cibernética como sustantivo y, cibernético, ca como adjetivo.

El uso ha ido incorporando vocablos formados con este ciber-, como por ejemplo, ciberataque, cibercafé, cibercentro, cibercomercio, ciberdelito, ciberdelincuente, cibercultura, ciberespacio, ciberperiodismo, ciberlenguaje, ciberguerra, cibersexo, ciberseguridad, ciberterrorismo y cibertienda. La lista no termina ahí, pues se irán incorporando en el futuro más voces.

Hay que destacar que algunas de estas palabras no han sido reconocidas por los diccionarios generales de la lengua española. En su mayoría son adaptaciones de voces del inglés para situaciones, hechos o circunstancias de la vida moderna.

© 2016, Roberto E. Guzmán.

Marca – carecer/adolecer – por contra/por el contrario – distrital

MARCA

“Con Lula crearon una valiosa MARCA de alcance internacional”.

Recientemente se ha notado una fuerte tendencia a utilizar la palabra del título con una significación que hasta hace poco tiempo era imposible reconocerle. La manera cuidadosa en que se ha redactado la primera oración de esta sección obedece al movimiento que se observa en el seno de la lengua española. Expresado en términos claros, el uso que se hace de los vocablos en la actualidad tiene mayor peso que en el pasado. Los especialistas y conocedores de la lengua le atribuyen y reconocen al habla un valor que no tenía antes.

Las acepciones que posee la voz marca constan en los diccionarios desde hace largo tiempo. Se han incorporado algunas a las más antiguas, pero desde hace muchos años la lista no se ha engrosado.

La marca es la señal. Es, además, el distintivo que un fabricante pone a sus productos. Así mismo, es el instrumento para poner marcas. También es huella, cicatriz que deja algo, como una enfermedad. En lingüística es el rasgo que sirve para distinguir un elemento o vocablo de otro. Es, en otro campo, la medida determinada que debe tener una animal o cosa. En deportes es el mejor resultado alcanzado en una competición. Por último, es la provincia o distrito en la frontera.

Al repasar estas acepciones se notará que si se trata de incluir una de ellas en tanto equivalente de la marca de la cita, se produce un contrasentido. Aun cuando se alegue que se usa de la palabra de modo figurado, con el modo de redacción adoptado se hace imposible aceptarlo.

Piénsese en la acepción que se separa en Argentina para la “huella o el recuerdo que deja una persona por ser de gran importancia o significar un cambio para ella”. Así aparece en el Diccionario integral del español de la Argentina (2008:1127).

Aquí puede alegarse que la acepción argentina recibe influencia de la asentada en el Novo dicionário Aurelio da língua portuguesa (1986:1088), donde se retiene que marca es “impresión que permanece en el espíritu”.

En el último caso mencionado, si se cambia la redacción puede expresarse la misma idea. Por ejemplo. “Lula se ha convertido en una figura de alcance internacional”. “Lula ha dejado una marca de alcance internacional”. Por delicadeza, en el último caso se prefiere escribir “huella” en lugar de marca.

Para concluir con esta revisión de influencias foráneas sobre el español, vale la pena considerar una acepción del inglés para mark. Dice así: “modelo de actuación, de eficacia, de normas”. Esta es una traducción personal de cómo aparece el concepto en el Merriam-Webster´s Dictionary. La idea de norma aquí es la que corresponde a pauta, criterio o modelo para hacer algo. Con estas nociones traídas del inglés, se piensa que se proyecta luz sobre el modo en que deseó el redactor expresar su opinión.

CARECER – ADOLECER

“Un elemento importante a destacar es que del total de pacientes que acudieron al operativo 813 mujeres, equivalente a un 46% ADOLECÍAN de seguros médicos…”

Se comenzará por adolecer porque es el verbo que se usa en la cita. Adolecer de es sufrir o padecer una enfermedad. Cuando se refiere a una persona se la toma por tener un defecto, que es una carencia o imperfección. De menos uso en la actualidad, “adolecer de” expresa participar en el sentimiento de una persona que sufre o ha sufrido una desgracia, es decir, compadecer. En otro sentido es crecer o desarrollarse una persona. Por su parte, el verbo carecer es tener falta o privación de algo.

Si se relee lo citado a manera de ejemplo del mal uso, se comprende con facilidad que carece de sentido, vale para expresar que no tiene sentido.

Es muy probable que en el proceso de redacción el autor de la desafortunada oración mantuviera en su cerebro el verbo adolecer para referirse a las enfermedades que padecían las pacientes que acudieron al operativo médico.

POR CONTRAPOR EL CONTRARIO

“POR CONTRA, subraya, ´la candidata demócrata ha pasado la mayor parte de su vida adulta con sueldo público. . .´

Esto de las influencias de lenguas extrajeras, unas sobre otras, es un asunto que no se somete a discusión en los tiempos modernos. Cada día más las lenguas pesan unas sobre otras. Los métodos modernos de transmisión de las ideas han logrado que las lenguas trasciendan fronteras con mayor frecuencia que antes.

Este “por contra” llega a las orillas del español desde la lengua francesa. No hay que rasgarse las vestiduras por ello, pues son muchas las influencias recibidas en español que provienen del francés. El Diccionario de uso del español (2007:780) confirma que “por contra” procede del francés.

En francés existe par contre que al llevarlo al español se representa por medio de, “por el contrario”. En francés este contre expresa oposición, contrario a, opuesto a, en sentido contrario.

El español de Argentina integra a “por contra” en función de conjunción que “introduce una oración independiente en la que se afirma algo opuesto o contrario a lo afirmado antes”. Esta cita se extrajo del Diccionario integral del español de la Argentina (2008:443).

De modo parecido registra el Diccionario del español actual (1999:1226) a “por contra”, con el sentido de “en cambio”. “Por el contrario” es una locución adversativa que significa “al revés, de manera opuesta, de un modo opuesto, al contrario”. Cuando actúa en su función de expresión adversativa se usa para exponer algo contrario a otra cosa ya expresada. El adjetivo adversativo, -a se utiliza para ciertas conjunciones y locuciones conjuntivas que sirven para comunicar oposición o contradicción entre lo expresado por las oraciones que conectan.

No hay motivo para mostrar extrañeza si se encuentra “por contra” en escritos o se oye en conversaciones.

DISTRITAL

“Aunque para lograrlo, al parecer deberá fortalecer la capacidad técnica de direcciones generales, regionales y DISTRITALES”.

Si alguien trata de consultar el diccionario académico para saber la definición exacta de este adjetivo, se encontrará con que ese lexicón no inventaría esa voz.

El vocablo es conocido en muchos países de Hispanoamérica; este consta en el Diccionario de americanismos (2010), de la Asociación de Academias, donde se enumeran dieciséis países en los cuales se utiliza.

La acepción que recoge el antes mencionado diccionario es “relativo al distrito”. El distrito a su vez es una circunscripción territorial más pequeña del país en que se divide una provincia.

Ya antes de la publicación del Diccionario de americanismos, el Diccionario del habla actual de Venezuela (1994:191) había registrado la voz estudiada aquí como: “Perteneciente o relativo a un distrito”. En México el Diccionario de mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua (2010:185) incluye el término examinado en esta sección.

Como es costumbre ya, el hispanohablante no puede ceñirse a emplear solamente las palabras que enumera el diccionario académico. Son muchas las voces corrientes que no constan en la nómina oficial de la lengua, pero que cuentan con el aval del uso inveterado o persistente.

Este vocablo del título es legítimo por su origen. Su definición y uso llenan un vacío en la lengua, lo que hace apropiado su empleo. La formación es correcta.

© 2016, Roberto E. Guzmán

Escafandra – rotura/fractura – grabado/gravado

ESCAFANDRA

En República Dominicana se utiliza esta palabra para un objeto y no para un aparato. La palabra designa en español dominicano una máscara que permite a un submarinista ver debajo del agua. Por lo general la persona que se sirve de este objeto lo usa para nadar a poca profundidad y observar lo que sucede debajo de la superficie del agua.

En la mayoría de los casos, la escafandra mejor equipada consta además de un tubo curvo provisto de un dispositivo especial que impide la entrada de agua cuando la persona se sumerge y permite respirar por la boca sobre la superficie del agua a poca profundidad y, fuera del agua sin necesidad de retirar el tubo. Este mecanismo opera de manera autónoma.

Ese objeto que se acaba de describir es el que en República Dominicana se conoce con el nombre de escafandra. El Diccionario de la lengua española, a su vez, designa con ese nombre un aparato mucho más complicado.

La escafandra académica consta de una vestidura impermeable y un casco herméticamente cerrado. El casco posee un cristal que permite ver debajo del agua. Además está provisto de tubos que permiten renovar el aire. Esto es en realidad un equipo de buceo con un mecanismo adecuado que permite respirar debajo del agua.

El lexicón oficial de la lengua española entra en detalle con respecto al origen de la palabra estudiada en esta sección. Deriva del francés scaphandre, que se compone de dos palabras del griego. En la decimonovena edición del Diccionario de la Real Academia Española, (1970) no se mencionaban los antecedentes franceses de esta voz.

La incorporación del antecedente francés se produjo en la vigesimotercera edición (2014) del diccionario oficial de la lengua española. Es muy probable que se deba a las diligencias del académico Valentín García Yebra, quien publicó su Diccionario de galicismos prosódicos y morfológicos, y, en esa obra rescata la etimología francesa próxima (1999:165). Para reforzar su criterio se apoya en el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico de Corominas y Pascual (1987).

En español existe el vocablo escafandro que se integró al español en el año 1899; fue en el año 1901 cuando se incorporó el vocablo femenino escafandra. Muy bien explica García Yebra: “La vacilación del género gramatical en español procede de le –e francesa, que puede dar en español –a u –o”.

En el español dominicano la escafandra prevalece. Nunca se ha oído del escafandro. Además, es una suerte de máscara (careta) que tiene un cristal en el frente y, en la mayoría de los casos cubre la nariz. La persona que se sumerge utiliza la boca para respirar a través del tubo curvo provisto de una pelotita de tenis de mesa que impide que al sumergirse el agua llegue a la boca. Hay varios tipos de escafandras.

Lo importante en el caso de la palabra escafandra es que en el español dominicano no se corresponde con lo que se entiende en el español internacional. Se parece más al snorkel sencillo del inglés. En atención a lo expuesto aquí, los diccionarios de español dominicano deben hacer espacio a la palabra estudiada aquí.

ROTURA – FRACTURA

“…algunas de ellas en coma y otras por ROTURAS en las extremidades inferiores”.

La mejor selección es la que se adecua a las circunstancias. El entorno de la situación en que se produce un hecho es el que define la terminología que se emplea para relatar los acontecimientos. Esto que acaba de resumirse es la esencia de la buena redacción en materia de reseñas. Si se falla en la pauta del vocabulario de lo acontecido, se dificulta el entendimiento del suceso.

No hay lugar a duda. Una rotura es la acción y efecto de romper o romperse una cosa. El verbo romper indica que algo (una parte) se separa del todo a que estaba unida. Luego, cualquier sólido que se separa del todo del cual formaba parte puede llamarse rotura.

No es menos cierto también que cuando esta rotura se produce en un hueso, esta acción y el resultado de ella tienen un nombre que es más apropiado, pues no deja espacio a interpretación de cualquier género que esta sea.

La fractura es la “rotura de un hueso”. Esa es la redacción que el lexicón mayor de la lengua española ha adoptado. Es una acepción corta y precisa. En consecuencia, cada vez que se trate de la rompedura de un hueso, el nombre por excelencia para fijar con claridad, exactitud y precisión esa acción o resultado, es fractura. Cualquier otra elección léxica corre el riesgo de ser vaga.

GRABADO – GRAVADO

“La muerte de B. A. es una gran pérdida, este día quedará GRAVADO en la memoria. . .”

El descuido, por no utilizar otro término, que se observa en la cita puede atribuirse a la falta de cultura. Las dos palabras del título poseen significados muy distantes el uno del otro.

Grabar es inscribir un letrero, o tallar una figura o representación de un objeto cualquiera. Además, es registrar sonidos, datos o imágenes en un disco, cinta magnetofónica, etc., para luego reproducirlos. La idea se elevó al concepto de “fijar profundamente en el ánimo un concepto, un sentimiento o un recuerdo”. La última es la tercera acepción que asienta la Real Academia para el verbo grabar.

El verbo gravar, a su vez, es imponer una obligación, contribución, cargo, impuesto o gravamen; es obligar a un pago o cumplimiento de una responsabilidad.

La confusión se origina en la pronunciación, en la manera de decir los dos verbos. Al articular los verbos aquí estudiados, no se percibe diferencia alguna entre ellos. La discriminación en cuanto a la grafía se deja,  en consecuencia, al contexto.

Los dos verbos son homófonos por su pronunciación igual, suenan iguales. Se produce, sin embargo, una transcripción diferente del mismo sonido. Este es un fenómeno que se observa en la lengua, sin que haya que alarmarse por ello. Otros casos, por el mismo estilo, se encuentran entre acerbo y acervo; botar y votar.

© 2016, Roberto E. Guzmán

 

Mudancero – a/en cámara lenta – transicional – a fin/al fin de cuentas

MUDANCERO

Últimamente en la prensa dominicana se utiliza esta voz con bastante frecuencia. Se la usa para referirse a las personas o familias que se mudan desde el extranjero hacia República Dominicana. En algunas instancias se sospecha que se denomina con esa nueva voz a las compañías que se dedican al negocio de realizar mudanzas internacionales con destino a la República Dominicana.

Se puede certificar que la voz es de creación reciente en República Dominicana. No se ha encontrado rastro de la voz tratada en esta sección en los repertorios de voces latinoamericanas.

Con anterioridad, los hablantes de español dominicano empleaban la combinación “compañías de mudanzas” para las empresas dedicadas a esta actividad comercial. Cuando las firmas no solo realizaban las mudanzas de enseres y muebles del hogar y, se dedicaban al acarreo de todo tipo de mercancías entonces preferían llamarse compañías de “mudanzas y acarreos”. Con el último nombre los empresarios dejaban claro que también transportaban mercancías de todo tipo. Otras preferían llamarse de “compañías de transporte de cargas”.

La mudanza a la que se contrae esta sección es a la que se refiere al cambio de domicilio. No tiene relación alguna con los cambios de parecer, ideas o sentimientos que experimentan las personas durante sus vidas.

De acuerdo con lo que consigna el Diccionario del español dominicano (2013), para la mudanza del cambio de domicilio los dominicanos también usan el vocablo mudada.

Esta voz del título, de reciente introducción, tendrá que demostrar su perdurabilidad a través del tiempo. Si cae muy bajo el uso puede que desaparezca del vocabulario activo de los dominicanos.

Enfocado el asunto desde el punto de vista de la formación de la palabra, la terminación –ero se ha utilizado con frecuencia en español, como ejemplo de eso pueden citarse, guagüero, bodeguero, barbero, peluquero y, muchos más. Estos ejemplos, así como la voz del título son derivados de formas plenas que denotan actividad, ocupación o, profesión.

A CÁMARA LENTA – EN CÁMARA LENTA

“Es un desastre que se mueve A CÁMARA LENTA”.

En las conversaciones, así como en algunos escritos se utiliza con frecuencia la preposición en, en lugar de la preposición a, que es la de uso de acuerdo con la tradición.

Todos los diccionarios asientan la forma de la locución adverbial con la “A”. Hasta el Diccionario de uso del español de María Moliner así lo consigna. Entre los consultados, el Diccionario del español actual incluye la preposición EN para lo que se hace “a ritmo más lento de lo normal”, es decir, “muy despacio”; esto es, “a velocidad más lenta de la habitual”.

No hay necesidad de cambiar el hábito de decir o escribir la locución. Las dos formas están acreditadas por el uso, aun cuando algunos diccionarios no registran la manera de hacerlo con la preposición “en”. La última preposición aparece en el Diccionario integral del español de la Argentina.

TRANSICIONAL

“. . .con el acuerdo de paz implementará un sistema de justicia TRANSICIONAL en el que todos los responsables de delitos comparecerán ante los tribunales”.

Las reconocidas autoridades de la lengua antes de conceder el reconocimiento oficial a una palabra se adentran en todo tipo de averiguaciones. Van hasta los genes de la nueva voz que trata de penetrar en el seno de la lengua española, esa que busca reconocimiento oficial.

No se conforman las academias con investigar los genes, sino que van más allá, investigan la frecuencia de uso con la ayuda de los medios modernos de medición. Es más, inquieren en torno al tiempo que hace que estos nuevos vocablos se mantienen en el uso de los hablantes, y sobre todo, de los escribientes.

Para que una nueva palabra sea admitida en la lengua tiene que pasar por varios cedazos que certifiquen su validez, su vigencia y su permanencia. En la lengua española no existe decisión alguna que se deje al azar.

En paralelo a las autoridades reconocidas de la lengua existen reconocidos investigadores que mantienen las antenas alertas para captar los cambios que ocurren en el español cotidiano. Por eso  se mencionan las obras de esos estudiosos en estos comentarios. Además, ellos no están ligados por las mismas responsabilidades que las academias cuando estas actúan en nombre de las instituciones.

Luego de otra introducción fuera de proporciones, puede pasarse al examen de la voz del título, transicional, que no ha logrado el reconocimiento que merece si se evalúa su utilización.

La voz transicional no está inventariada en el DEL, Diccionario de la lengua española. No obstante, el diccionario Clave, Diccionario de uso del español actual lo registra en tanto adjetivo invariable, con la acepción, “que pasa de un estado a otro”. Así mismo, en el Diccionario del español actual costa con la definición: “De (la) transición”. En esencia estas dos acepciones se reducen al mismo contenido, porque la transición es el “paso de un estado o modo de ser a otro”, de acuerdo con lo que consigna el Gran Diccionario Larousse de la lengua española. No se sitúa muy lejos el Diccionario integral del español de la Argentina cuando escribe que transicional es: “De la transición o relativo a ella”.

Al transcribir lo que esos diccionarios entienden se hace con la intención de destacar que existe la tendencia a introducirlo en el español sancionado. Es probable que en la próxima edición del diccionario oficial de la lengua se incluya porque los redactores hacen sentir la necesidad de esta voz en el español moderno.

A FIN DE CUENTAS – *AL FIN DE CUENTAS

“AL FIN DE CUENTAS, todos saben que cualquier paso en falso terminará siendo repetido sin cansancio por la televisión”.

Son muchos los argumentos que pueden invocarse para mantener que la forma correcta es con la preposición a, y, no con la contracción de esa preposición con el artículo el, que produce al.

El primer argumento es el uso, que es el que impone los modos y formas en que la lengua se pule a través del tiempo. Otro argumento que puede esgrimirse es que cuando una persona pregunta por las razones que la impulsan a hacer algo, dice: ¿A cuenta de que actúas así?

Cuando se desea expresar “en resumen, en definitiva”, se dice o escribe “a fin de cuentas”, que se considera una locución adverbial. Vale para expresar que con esa expresión se reafirma o apoya la idea que precede al uso de la locución. Por esta cuenta existe también, la locución prepositiva “a fin de” que equivale a “con objeto de, para”.

La confusión se origina porque en español hay además otras locuciones que se forman con la ayuda de al fin. La locución adverbial al fin sirve para expresar “por último, después de vencidos todos los obstáculos”.

© 2016, Roberto E. Guzmán.           

Paneo – saltear – electo

PANEO

“. . .no sólo hace un PANEO por eventos tan conocidos como el caso. . .”

La palabra del título logró su incorporación en el lexicón mayor de la lengua española en la última edición. En algunos países la voz es desconocida, aunque en varios países de la América Hispana tiene ya historia.

Los primeros indicios de la vitalidad del vocablo en cuestión se presentaron cuando fue expuesto en el Diccionario de americanismos (2010) de la Asociación de Academias de la Lengua Española. Ya ese diccionario se refirió por sus nombres a los países hispanohablantes que utilizan el paneo en sus hablas y textos.

El diccionario antes mencionado asienta cuatro acepciones diferentes para paneo. Todas ellas tienen relación con la vista o la imagen. Esa uniformidad le confiere sentido a la inclusión que ha hecho el lexicón oficial con respecto a ese “vistazo rápido que se hace sobre algo con una cámara antes de fijar el objetivo”.

Lo que se observa en el uso transcrito en la cita es que no se circunscribe a lo que se hace con la cámara, sino que se utiliza en uno de los sentidos que retuvo el Diccionario de americanismos. Así el paneo termina con el valor de, “visión general, revisión visual”.

En una de sus acepciones americanas, el paneo implica selección, tal cual ocurre en una de las acepciones que existen en inglés. Esto no es asunto que provoque extrañeza, porque hasta la Real Academia reconoce que este sustantivo deriva del inglés panning, que se acepta con el significado en español de “barrido de cámara”.

En resumen, el paneo se reconoce ya en diez países de Hispanoamérica. Con el significado original incluido por las autoridades de la lengua española en nueve países y, con otro diferente, de los nueve originales para las acepciones que retienen la idea proyectada al plano de lo intelectual.
No debe causar extrañeza si más adelante, con el tiempo, algunas de estas acepciones aún no aceptadas oficialmente, se incorporan al diccionario oficial. En República Dominicana es posible que el paneo sea solo conocido por los camarógrafos y personas versadas en esas actividades.

SALTEAR

“. . .el paisaje que las recibió, de arena blanca SALTEADA con pequeñas conchas podría haber sido un paraíso. . .”

No es un hecho nuevo que algunas personas que escriben en publicaciones periódicas se dejen impulsar por los sentimientos cuando escriben, específicamente, por un sentimiento que podría calificarse de poético. Ese estado afectivo que puede embargar al escribiente puede causar que quien escribe se permita algunas licencias que sobrepasan lo estrictamente real.

En otras ocasiones, lo que acontece es que al redactar la persona que escribe resulta acometida (una acepción de saltear), por una palabra que la sorprende, otra acepción; o se deja saltear, le sobrevienen de pronto (otra acepción) por vocablos que no vienen al caso.

Luego de la diversión con respecto del verbo saltear hay que regresar a la seriedad que impone el tipo de estudio que se hace por medio de estos comentarios. Lo que se produjo en realidad fue que el redactor de la reseña en el periódico se dejó sorprender por una voz extraña al español.

En inglés hubiera podido escribirse o decirse que en esa playa había scattered pequeñas conchas marinas. En esa lengua extranjera al español ese verbo que se escribió en pretérito valdría para dar a entender en español, “esparcidas, dispersas”. En el español hablado eso se expresa diciendo que hay pequeñas conchas, “aquí y allá”.

El vocablo que se le escapó fue “salpicado/a”; salpicar, verbo para el cual en una de sus definiciones la Real Academia utiliza el verbo esparcir, “esparcir varias cosas”, así escribe la Real Academia en la tercera acepción para salpicar.

La recomendación que puede hacerse en casos parecidos al estudiado en esta sección es que quien componga las oraciones lo haga con más cuidado y sopese los términos en que apoya sus escritos.

ELECTO

“. . .los dos se enfrentarán este mes en una primaria demócrata, retados por tres novatos de la política en la Florida que nunca han ocupado cargos ELECTOS.

Varios errores en los que incurren algunos redactores dimanan de la rigidez que adoptan al redactar. Si introdujesen algunas variantes en la redacción, evitarían diversos desaciertos.

Durante largo tiempo se ha insistido en que “electo” es el participio irregular del verbo elegir. Se ha repetido que este participio sirve para expresar que se trata de una persona que ha sido elegida para desempeñar una dignidad o cargo, empleo, puesto, pero que todavía no ha tomado posesión de esa posición.

El participio regular del verbo elegir, es elegido. Algo que se pasa por alto es que en el habla culta de Argentina y Uruguay, el participio irregular, electo, conserva en muchos casos su función verbal, esta información la trae el Diccionario de uso del español (2012: 1109).

Consecuente con la mención con respecto de la excepción de uso, en el apartado correspondiente a la palabra electo, en el Diccionario integral del español de la Argentina (2008:645), viene una nota que reza, “Si bien desde el punto de vista normativo se considera incorrecto, se registra con frecuencia su uso como participio irregular: Fue electo presidente de la comisión”.

La forma más expedita para evitar la engorrosa situación con respecto del participio “electo”, en la cita transcrita, era cambiar la redacción y recurrir a otro giro o perífrasis. Por ejemplo, “…que nunca han sido elegidos para cargo alguno”. “Que nunca han participado en elecciones”.

El Diccionario panhispánico de dudas en el párrafo en que se ocupa de electo en sus páginas trae lo siguiente. “Por lo tanto, no debe utilizarse este adjetivo para formar los tiempos compuestos o la pasiva perifrástica de elegir. . .”

La Gramática académica reconoce que en algunas áreas de América, lo que se expuso más arriba, se utiliza el participio irregular “electo” en la formación de la voz pasiva. En esos casos, en la formación pasiva exclusivamente, no se considera impropia la selección de “electo”.

© 2016, Roberto E. Guzmán.

 

 

 

 

 

 

Reinsertarse /*convulsividad/sobredosis–drogodependencia

REINSERTARSE – *RE-INSERTARSE

“. . . consecuentemente no se la podemos negar a aquellos que intentaran RE-INSERTARSE en la sociedad”.

Hace tiempo ya que las autoridades reconocidas de la lengua española están abogando porque los prefijos se unan, integren, añadan, a las palabras que preceden.

No hay que rasgarse las vestiduras por este tipo de olvido. Es algo que sucede con frecuencia a las personas que no se preocupan por mantenerse al día con respecto de las nuevas normas de la lengua.

El prefijo re- actúa de varias maneras en el español; es decir, dependiendo del significado de la palabra ante la cual se coloca, varía en cuanto a su significado.

Puede funcionar este prefijo para significar repetición, detrás de, o hacia atrás; puede denotar intensificación, oposición, resistencia o negación.

En todos los casos, el prefijo se unirá a la palabra a la que precede. No debió el redactor colocar ese guion que se observa en el título entre el prefijo y la palabra siguiente.  El concepto de unir los prefijos con las palabras a las cuales preceden, como prescriben las autoridades de la lengua, es muy fácil de retener si se entiende de modo claro lo que  prefijo es.

El prefijo es un afijo que en la derivación de las palabras se coloca delante a la palabra raíz. Tan pronto como estos prefijos se reconocen, el problema desaparece porque la identificación de estos permite asignarles el modo de integración. El afijo junto a la raíz es un elemento formativo que contribuye a la constitución de la palabra.

Los problemas se presentan cuando prefijos muy conocidos se usan delante de palabras completas y reconocidas. Entre estos hay que recordar los prefijos anti, semi, co, etc.

Este prefijo re- no necesita guion ni espacio, va unido a la palabra siguiente en todos los casos, esto es, en todas las situaciones en que aparezca utilizado, para denotar repetición, intensificación o para los demás casos en los cuales se utiliza.

*CONVULSIVIDAD

“De hecho, sus pinturas son una especie de traslación a los lienzos de una CONVULSIVIDAD de la vida en los suburbios. . .”

Ha de tenerse en cuenta que la primera condición que se impone al lenguaje es que sea claro, que evite la imprecisión, que sea conciso, exacto. En esta cita, se está en presencia de un neologismo que aparece resaltado para que no pase inadvertido.

Es cierto que los cambios son vitales en el ciclo de las lenguas; sin embargo, hay que evitar que se produzca una invasión indiscriminada de voces acuñadas al azar y de modo acelerado.

Una de las cualidades que se aprecia en el neologismo es que contribuya al afinamiento en el valor expresivo de las palabras y que sea genuino en su formación. Debe guardarse la lengua de aceptar el neologismo que se cuela en las publicaciones periódicas cuando este obedece a la pedantería y al esnobismo. O cuando la persona que lo utiliza lo hace por afán de novedad.

Es necesario convenir en que la lengua no es inmutable, que es viva y ha ido cambiando, modificándose a lo largo del tiempo de manera que llega a los hablantes del presente como una lengua funcional.

Los neologismos son aceptables cuando evitan rodeos y ambigüedades. Una característica del neologismo es su condición de provisional; si su introducción es exitosa, si se integra al habla cotidiana o al conocimiento general, deja de ser neologismo. El tiempo y la utilidad del término pulen los vocablos inventados y los integran si estos son justos y necesarios. En el momento de evaluar las palabras nuevas hay que proceder con calma y ponderación, sin acritud.

La lengua española ha tenido escritores innovadores, muy famosos ya, que se permitieron aliñar su prosa con palabras nuevas. Vale la pena que se recuerde lo que Feijoo dijo, que esas innovaciones se les permiten a los “poetas príncipes”.

Luego de una introducción que excede lo usual, puede evaluarse la voz creada por el periodista especializado en artes visuales. Ya en otras ocasiones se ha señalado que estos cronistas o críticos de arte son quienes muestran una mayor tendencia a inventar nuevas voces. Voces de vida efímera porque son de uso muy restringido. Tal parece que a estas personas el idioma general les resulta exiguo. Lo triste del caso es que con estas invenciones no expresan con mayor fidelidad lo que el ojo aguzado percibe.

El autor de la frase copiada creó un sustantivo para expresar la cualidad de convulso, de convulsión, de la agitación espasmódica que sacude la vida de los suburbios que el pintor plasma en sus lienzos.

SOBREDOSIS–*SOBRE DOSIS – DROGODEPENDENCIA–*DROGO DEPENDENCIA

“Manifiesto es una pertinaz DROGO DEPENDENCIA que le produjo la muerte por SOBRE DOSIS de heroína en 1988. . .”

Al leer esta parte del escrito que se transcribe, tal parece que el redactor se ha peleado con los compuestos formados en el seno de la lengua para expresar situaciones.

Primero escribe “sobre dosis”, cuando hace largo tiempo que en la lengua lo propugnado y aceptado es que esa idea se represente en el español corriente en  una sola palabra, sobredosis. La Real Academia de Madrid lo expresa de modo muy claro. La sobredosis es la “dosis excesiva de un medicamento o de una droga”.

Inmediatamente se lee lo que el DLE (Diccionario de la lengua española) de las Academias publica, se percibe que puede tratarse de sobredosis de medicamentos prescritos o de medicamentos que no son prescritos para la persona que los utiliza de modo excesivo. Además, usa el vocablo droga, que en estos casos debe retenerse en tanto “sustancia o preparado medicamentoso de efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno”.

Con respecto a drogodependencia, es una dependencia a las drogas (explicación inteligente), que se conceptúa como el “uso habitual de estupefacientes al que el drogadicto no se puede sustraer”. Estos estupefacientes son sustancias que alteran “la sensibilidad y pueden producir efectos estimulantes, deprimentes, narcóticos o alucinógenos, y cuyo uso continuado crea adicción”.

Un fenómeno que se observa en todas las lenguas es la economía de esfuerzo. Esto (traducido al esperanto) significa que los hablantes tratarán de hacer el menor esfuerzo posible en el habla y consecuentemente en la escritura. De allí viene que se acepte en varias lenguas que se hagan enlaces entre palabras, que se arrastren sonidos y se encadenen unos con otros. Esto se observa en el español hablado, aunque no es tolerado ni mucho menos aceptado en la escritura.

Colocarse contra este movimiento natural es una demostración de torpeza, por no utilizar otro calificativo quizás más apropiado pero menos elegante. En textos como estos, resulta incongruente que el redactor pretenda meterle nuevas palabras a la lengua cuando aún muestra debilidades en el empleo de las normas.

© 2016, Roberto E. Guzmán.

Injerencismo – *ingerencismo – desecho – deshecho

*INGERENCISMO – INJERENCISMO

“…que según su relato, recogería el descontento de otros empresarios con la presidencia de P. B.

y su INGERENCISMO político. . .”

Tan pronto como se lee el título de esta sección, puede observarse que una de las dos voces tiene señalada un asterisco. Esa se considera espuria, mientras que la otra, puede pasar las pruebas de fuego para que se la admita en el español general. El detalle de lo esbozado aquí se verá en el cuerpo de esta exposición.

El verbo que por necesidad se encuentra en el origen de la voz *ingerencismo es el verbo ingerir que tiene solo un significado en el español internacional, “introducir por la boca. . .” Se dejó sin completar las acepciones de este verbo porque lo que se deseaba destacar era precisamente eso, que solo tiene relación con la boca como sitio de entrada.

En otras ocasiones se ha criticado el uso de *ingerencia en lugar de injerencia. Según parece algunos redactores no acaban de entender que la letra /g/ no procede en este sustantivo femenino en sus funciones de equivalente de intromisión.

Ya quedó demostrado que el verbo que reúne los genes para permitir la creación de la nueva voz que denomine la intromisión, de entremeterse, en asuntos que no son de su directa competencia, es injerir, porque en uno de sus acepciones es “meterse una persona en problemas o asuntos ajenos”. Como ocurre con frecuencia en las lenguas, este verbo ensanchó su campo de acción y salió del angosto terreno de “una persona”.

La lengua corriente en el área política tiene una palabra para designar la tendencia de los poderes públicos a intervenir en negocios que competen a la sociedad civil, sobre todo en el ámbito económico, es el intervencionismo. En el campo de política internacional, la política intervencionista es la tendencia favorable a la intervención del Estado en conflictos o políticas que existen en otros países.

No puede olvidarse que los cambios e innovaciones obligan al conjunto léxico a expresar fielmente los acontecimientos que suceden en el mundo moderno. La creación de nuevas palabras o acepciones para palabras conocidas ya, forman parte de la evolución de la lengua. En gran medida los traductores son responsables de estas innovaciones.

Algo que no puede obviarse es que el término elegido obedezca a la legitimidad de su función. Debe llenar unan necesidad expresiva y en casos como el presente la raíz culta le otorga mayor validez.

En el caso específico del injerencismo, este sustantivo masculino expresa cabalmente la idea que lo auspicia. Es una intromisión, un entremetimiento, es decir, un “inmiscuirse donde no lo han llamado”. Se sostiene que ello es así porque el vocablo injerencia ha cobrado un matiz envilecedor y eso traduce muy bien la idea subyacente. No hay que olvidar que toda lengua viva crea palabras nuevas.

Se piensa que la palabra propugnada, “injerencismo”, es aceptable en el plano lingüístico y precisa en el plano terminológico. Las raíces del término lo acreditan para que sea aceptado por su valor expresivo y su posibilidad de comprensión.

DESECHO – DESHECHO

“Una raza rendida y DESECHA que ostenta con júbilo las heridas de su vergüenza”.

Existe homofonía entre dos o más palabras cuando hay identidad fónica entre ellas. Las dos palabras del título se pronuncian igual, pero la grafía es diferente. La homofonía se destaca en estos casos porque estas palabras representan lexemas distintos.

El término homofonía deriva de dos palabras griegas, homós que vale para indicar igual, y la palabra phonós, que en español es sonido. Esto es, de igual sonido. En español existen muchos vocablos de este género, entre ellos, votar, botar; hierro, yerro; vasto, basto.

Resulta difícil perdonar a un articulista o columnista que incurra en un error de este género. El error salta a la vista porque el verbo desechar no tiene cabida en la oración, porque no le confiere sentido a lo escrito.

Lo que debió escribir el autor de la oración fue deshecha, que es la conjugación del verbo deshacer en funciones de adjetivo. En la oración puede tomarse este vocablo con el significado de “derrotada, rota; estropeada, gravemente maltratada”. Es probable que esa haya sido la intención del articulista, solo que erró en la selección de la grafía.

Este tipo de error se encuentra cuando la persona que redacta carece de suficiente cultura o, en los casos en que hay descuido en la redacción. Puede ocurrir en las situaciones en las cuales la persona compone su pieza escritural con mucha prisa y no tiene tiempo de revisar su escrito.

Esta igualdad en la pronunciación de algunas palabras que tienen sentido diferente es la que ha dado lugar a los juegos de palabras o calambures; sobre todo, estos se producen cuando la homonimia es producto del encadenamiento del habla y se agrupan las sílabas de manera que alteren el significado de las palabras a que pertenecen. El diccionario de las Academias trae este ejemplo: “Este es conde y disimula”.

Los lectores podrán imaginar que la homofonía se produce a veces en español; en francés acaece con inusitada frecuencia como resultado de que existen muchas palabras cuyas pronunciaciones son iguales, pero en las que el significado es muy diferente. No es pues un fenómeno que solo se da en español.

El autor de estas reflexiones acerca de la lengua es un amante de los juegos de palabras y, en parte, eso le ha permitido ampliar su léxico en varias lenguas. En consecuencia, no hay que temerle a las palabras homófonas.

© 2016, Roberto E. Guzmán.

 

*Colgar – colocar – anunciar – poner

*COLGAR – COLOCAR – ANUNCIAR – PONER

“. . .en un comunicado COLGADO en la página de la asociación. . .”

En ciencia y tecnología, los descubrimientos e invenciones introducen nuevos términos en las lenguas. El inglés es la lengua que lleva la delantera en cuanto al desarrollo en el campo tecnológico. Como es natural, en esa lengua utilizan las voces que son convenientes para expresar las nuevas situaciones y avances que se producen.

En las demás lenguas, entre ellas el español, lo que hacen los hablantes y hasta los escritores es elegir palabras que traduzcan esas circunstancias. Muchas veces sucede que quienes eligen esos vocablos no son expertos en lengua, y, como consecuencia, las traducciones que seleccionan no son las más apropiadas.

Este “colgar” de la frase copiada constituye un ejemplo al canto de lo que se ha expuesto más arriba. El equivalente de ese verbo en inglés es el que se usa para publicar algo en un sitio, página o portal en el internet.

Entre el español y el inglés existen muchas coincidencias en cuanto al uso del verbo colgar; es decir, hay muchas correspondencias entre las dos lenguas en sus acepciones. A pesar de lo anterior, no existe manera alguna para que colgar pueda servir para divulgar un comunicado o algo parecido.

Si se examinan las traducciones que para este hang existen en español, se constata de modo fácil que en casos como el de los anuncios que aparecen en los medios de comunicación que se sirven de la Internet, podrán usarse verbos tales como, “presentar, mostrar, exponer”. La conveniencia de usar uno u otro de estos verbos depende del contexto y la manera de redactar.

Lo que uno debe negarse a tolerar es que escriban colgar cuando las definiciones que existen para este verbo no se compaginan con la acción que se ejerce en estos medios.

© 2016, Roberto E. Guzmán.

 

Culambre – convencer de – tener lugar/*tomar lugar – fatalidad

CULAMBRE

En el ámbito de la lexicografía hay que ser muy cauteloso antes de descartar una voz. Si alguien la recuerda o la usa, es muy probable que lo haga porque recibió la influencia de otros o la escuchó antes. Quienes muestran mayor propensión a crear voces de modo autónomo son los intelectuales que escriben, ya sea esta escritura ocasional o consuetudinaria. Los jóvenes son una fuente permanente de creación de nuevas voces.

Si la voz que recoge el lexicógrafo la utiliza una persona sin pretensiones, es muy probable que hay sido aprendida al calor de las conversaciones y situaciones en el seno de la comunidad.

Este “culambre” del título no es una de las voces que se recuerdan o que se atesoran en el cofre personal  de las palabras dominicanas; pero eso no significa que la palabra no tenga carta de naturaleza en el español dominicano.

Además de lo anterior, en una obra dedicada a inventariar las voces vernáculas del español dominicano se la ha consignado; por tanto, hay que dispensarle las consideraciones que merece. El libro en el que consta la palabra es Aiguna palabra dominicana. Un mataburro cibaeño. Libro que a pesar de algunas lagunas reviste un valor digno de reconocimiento.

Para el vocablo culambre, esa obra trae como significación que es el “lugar donde se ven muchas nalgas de mujeres, como en una piscina o en una playa”. Ha de hacerse notar que cuando se lee que en esos sitios se ven nalgas, no quiere eso decir que están a la vista, desprovistas de ropas. En esta definición se nota exageración o uso de vocablos con valor popular.

Además, la voz está formada de acuerdo con los usos de la lengua. Piénsese que otras palabras de buena solera tienen la terminación -ambre cuando comunican la idea de gran cantidad o conjunto. Ahí están como ejemplo de ello pelambre, que en una de sus acepciones es, “conjunto de pelos o pieles”, “pelo muy abundante”. Otro ejemplo de vocablo de esta suerte es enjambre que es “conjunto de abejas o insectos”, “grupo muy grande de personas”. Raigambre, “conjunto de raíces”, “conjunto de antecedente o intereses”. Este -ambre es un sufijo que forma sustantivos colectivos o que indican abundancia.

Hay lugar aquí, una vez más, para celebrar el poder de creatividad que demuestran los hablantes en su diario discurrir. Alabada sea esa lengua sin riendas.

 

CONVENCER DE

“Estoy convencido QUE la Cumbre supondrá un antes y un después en la forma en que. . .”

Aun cuando algunas sugerencias o insinuaciones no revisten carácter obligatorio, pues solo tienen el carácter antes mencionado, el uso por las mayorías, aliado a las opiniones de los entendidos en la materia, erigen en un deber que se abracen algunas de esas costumbres, porque se consideran preponderantes en la teoría y en la práctica.

Esto es, en el caso del verbo convencer, en una oración de la índole del ejemplo copiado debe primar la selección de hacerlo seguir por la preposición DE. Las razones que impulsan a sostener este criterio se exponen más abajo.

El verbo convencer es un verbo regular. En los casos en que proyecta la idea de hacer o lograr que alguien crea o realice algo, es lo que se conoce como un verbo de influencia. En casos como esos, se acompaña con un complemento directo o con un complemento con DE y, en algunos casos, con PARA. Se considera incorrecto omitir la preposición en casos como estos.

Si el verbo convencer se emplea para expresar que después de pensar se ha llegado a creer o a aceptar algo, en ese caso también debe utilizarse la preposición DE para acompañarlo. Cuando el complemento del verbo en cuestión es una proposición con QUE, no debe prescindirse de la preposición DE.

En las hipótesis en las que convencer representa un estado de  afección psíquica, el complemento de persona puede considerarse como directo o indirecto. En casos de este tipo, el verbo puede desempeñar funciones de transitivo o intransitivo En el primer caso actúa para cambiar de opinión o actitud. En el segundo se asemeja a producir satisfacción.

 

TENER LUGAR – *TOMAR LUGAR

“Para que la presentación TOMARA lugar, se concretó un acuerdo entre el distrito. . .”

Algunas mínimas diferencias en la expresión escritural representan grandes diferencias en la comprensión. La diferencia entre una y otra acrecienta su dimensión como consecuencia de la falta de contacto que se hace patente en la comunicación escrita. Como resultado de estas circunstancias los mensajes escritos son muy diferentes de los verbales.

Los olvidos que suelen acontecer en las comunicaciones verbales son intolerables en las relaciones entre ausentes. Esta introducción viene a cuento porque la falta que se detecta en la cita que se critica, pasaría inadvertida en una conversación, mas en la comunicación escrita es insoportable. La comprensión del mensaje no puede dejarse reposar solamente sobre el contexto.

Un acontecimiento tiene lugar cuando ocurre o se produce. Esta combinación pertenece más bien al registro literario, lo que otros reconocen como perteneciente al nivel formal. Se usa para dar a entender que algo sucede o se realiza en un momento determinado o en un sitio que se menciona. Indica que el sujeto de lo que se habla, acontece, se celebra, se efectúa.

Si se examina el tomar lugar, el empleo del verbo tomar sugiere que lo que se mienta ocupa un sitio, que reemplaza a algo; y no eso que se pretendió transmitir como mensaje.

En otras lenguas ocurre un fenómeno semejante, pues en francés es avoir lieu y, en portugués brasileño es ter lugar. En la última lengua se le cataloga de galicismo. En los dos casos de estas lenguas puede comprobarse que el verbo así como el sustantivo, corresponden en ambas lenguas a la exacta traducción del español.

 

FATALIDAD

“. . .sufrió múltiples heridas mientras doblegaba a un atacante que intentó causar una gran explosión, algo que hubiera causado varias FATALIDADES. . .”

La expresión popular es muy acertada: “las apariencias engañan”. Eso de las apariencias tiene mucha validez en el acontecimiento que relata la reseña del periódico. La apariencia a que se alude más arriba se desarrollará en el cuerpo de esta sección.

La fatalidad del español es la cualidad de fatal, que es una fuerza inexorable que influye y decide sobre la suerte de los humanos y de las cosas. En el concepto que más se asemeja a la situación a que se refiere la reseña citada, la fatalidad tiene relación con un acontecimiento desgraciado o de consecuencias lamentables.

Por la redacción que se observa en el texto reproducido a modo de ejemplo del uso, se nota que no se refiere a este tipo de fatalidad, sino a otro que no existe en la lengua común española. Lo que salta a la vista en el hecho relatado es que el uso de la palabra fatalidad no es la adecuada.

En inglés existe una voz parecida (¿?) a la del español que es objeto de este estudio, se trata de fatality. En esa lengua la fatalidad es la cualidad de causar muerte o daño, esta voz predestina desastre en inglés y refiere a la muerte que es el resultado del desastre.

De manera regular la voz fatality se traduce por muerte, muerto, víctima mortal. En inglés, la voz fatal que se escribe igual que en español aunque se pronuncia de acuerdo con el sistema inglés, además de significar fatal, como en español, significa mortal. En este mismo orden de ideas, una fatal injury es una herida o lesión mortal.

Algo parecido a lo que sucede en español, se produce en francés, lengua en la que (cual) fatal acarrea el sentido de “inevitable”, que deriva del latín fate. En esa lengua a menudo fatal se traduce por mortal, porque esa es la idea de su contenido. De modo similar acontece en portugués brasileño, en esa lengua fatalidade, del latín fatalitate refiere a acontecimiento funesto, desafortunado, desgraciado.

El tipo de inexactitud que se observa en el texto de la cita es el producto de la improvisación. Sucede muy a menudo cuando el periodista se arroga el derecho de traducir y no consulta a un intérprete profesional que ofrecería en un caso como este una traducción precisa.

© 2016, Roberto E. Guzmán.