Las comillas

Las comillas son un signo de puntuación doble que se representan gráficamente, la mayoría de la veces,  en una de dos formas:  « » o “ ” . Cuando se utilizan de la primera forma (« ») reciben el apelativo de comillas latinas,  comillas españolas  o comillas angulares; de la segunda forma (“ ”) se denominan comillas inglesas. El nombre de comillas nos viene de coma, como plural del diminutivo.

Las comillas latinas o españolas descienden del diple (<  >) con que se indicaban en los códices y manuscritos antiguos  los textos tomados de las Sagradas Escrituras. La forma como se representan actualmente en español (« ») difiere de las utilizadas por otras lenguas: en italiano, por ejemplo, su aspecto ha evolucionado hacia la redondez, asemejándose a pequeños paréntesis [((  ))]; en alemán, se emplean en sentido contrario (» «).

Las comillas inglesas son de origen francés. En 1546, el impresor parisiense Guillaume Le Bret las inventó para encerrar citas, pero en posición baja y sin invertir la primera, de esta manera: ,, ,,. De ahí que la denominación actual de las comidas en francés sea guillemets.

Además de las comillas latinas e inglesas, el español emplea también, pero con menos frecuencia, las comillas simples o sencillas (‘ ’), cuya forma delata su derivación de las comillas inglesas.

La regla académica privilegia el uso de las comillas latinas y reserva las inglesas y las simples, en ese orden, para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. Ejemplo: «La juez le dirigió una mirada de fastidio al imputado y le espetó: “Dígale a su abogado que ya está bueno de ‘enfermedades’, que no deje de venir a la próxima audiencia. ¿Me entiende?”».

Sin embargo, en la República Dominicana, por razones de costumbre y comodidad,  predominan  las comillas inglesas sobre las latinas. En efecto, para las primeras, basta con utilizar el teclado normal de las computadoras (o de las máquinas de escribir, para aquellos pocos que aún las usan); para las segundas, en cambio, es menester digitar un código alfanumérico (Alt+174 y Alt+175).

Las comillas se escriben pegadas a la primera y última palabra del texto que enmarcan y separados por un espacio de la palabra que los precede o sigue, salvo cuando les sigue un signo de puntuación, en el cual este de ha de escribir al cierre de las comillas, sin espacio entre ellos.

 

USOS DE LAS COMILLAS

De manera general, las comillas se utilizan para enmarcar palabras que  corresponden a alguien distinto a quien escribe o que se debes o se desean destacar por alguna razón.

 

1.    Citas

El uso más frecuente de las comillas es encerrar citas directas, es decir, palabras, frases o textos que se reproducen tal como fueron escritos o pronunciados. Ejemplos:

Según la Constitución, “toda autoridad que ejecute medidas privativas de libertad está obligada a identificarse”.

“¡Que no se mueva nadie!”, gritó el policía.

La fuerza mayor es eximente de responsabilidad, conforme lo establece el artículo 1148 del Codigo Civil, que expresa: “No proceden los daños y perjuicios, cuando por consecuencia de fuerza mayor o de caso fortuito, el deudor estuvo imposibilitado de dar o hacer aquello a que está obligado, o ha hecho lo que le estaba prohibido”.

Empero, si la cita es muy extensa o si consta de varios párrafos, no se deben emplear comillas, sino colocar la cita en renglón aparte, con sangrado, en texto de menor tamaño, como se ilustra a continuación:

La extensión del ámbito de aplicación del artículo 156 del Código de Procedimiento Civil ha sido expresamente rechazado por nuestra Suprema Corte de Justicia en estos términos:

Considerando, que respecto del procedimiento en casación no es necesario, al notificar la sentencia intervenida en última o única instancia, hacer saber a la parte notificada que la misma puede ser impugnada en casación ni el plazo para impugnarla, por cuanto la ley que rige este recurso extraordinario nada dispone al respecto, ni en modo alguno, puede ser aplicado al caso el artículo 156 del Código de Procedimiento Civil, ya que dicha disposición legal solamente establece mención obligatoria en la notificación de las sentencias del plazo para ejercer el recurso de oposición u apelación, según el caso.

Como es fácil apreciar, tanto el sangrado como el cambio de tamaño facilitan más la lectura del texto citado que enmarcarlo entre comillas.

Son pocas las obras jurídicas dominicanas que han adoptado esta regla ortotipográfica moderna. En muchas de ellas, se sigue la práctica incorrecta de citar entre comillas largos párrafos de jurisprudencia en el mismo renglón del discurso principal. En otras, se colocan las citas en renglón aparte, pero, en lugar de achicar el cuerpo del texto o escribirlo en cursivas,  se usan comillas. Finalmente, se advierte en algunas la práctica redundante de poner la cita entre comillas y en letras cursivas a la vez.

En otro orden, cuando se intercala en la cita un comentario de quien escribe, este debe enmarcarse entre rayas, sin necesidad de cerrar las comillas para volverlas a abrir después del comentario:

“El Estado debe velar —dice la Constitucíón— por la protección de la salud de todas las personas”.

En este caso, el uso de comas, en vez de rayas, se considera un anglicismo ortográfico:

*“El Estado debe velar, dice la Constitucíón, por la protección de la salud de todas las personas”.

 

2.    Palabras o expresiones cuyo carácter especial se desea marcar

Las comillas también se utilizan para indicar que una palabra o expresión tiene un segundo sentido, normalmente irónico, o que es impropia, vulgar o foránea. Ejemplos:

El demandante depositó sus “pruebas”: tres facturas ilegibles que nada tenían que ver con el demandado.

No te preocupes por lo de la licitación. Como te dije, todo está bien “seteao”.

La compañía está en “default”, pues no pagó los diez millones de pesos en la fecha establecidad.

En los textos impresos (incluso en textos escritos con computadora), en vez de utilizar comillas, es usual utilizar las letras cursivas si el texto base está escrito en letra redonda y en letras redondas si el texto base está escrito en letra cursiva, ya que así se logra resaltar más la palabra o expresión:

La compañía está en default, pues no pagó los diez millones de pesos en la fecha establecidad.

La compañía está en default, pues no pagó los diez millones de pesos en la fecha establecidad.

 

3.    Usos metalingüísticos

El Diccionario de la Real Academia define “metalenguaje” como ‘el lenguaje que se usa para hablar del lenguaje’. Una palabra, una frase o una oración se emplean “metalingüísticamente” cuando la intención de su autor es hablar sobre la palabra, frase u oración en sí, no comunicar el mensaje que estas contienen. Ejemplo:

La última recomendación académica es que la palabra “guion” se escriba sin tilde y que “execuátur” se escriba con c y no con q.

“De conformidad con”, “no obstante” y “conjuntamente con” son tres expresiones que se han convertido en muletillas del lenguaje jurídico dominicano.

Aquí también es común emplear, en textos impresos, las letras cursivas o redondas, según el caso, en lugar de las comillas.

 

4.    Apodos y alias

Cuando el apodo o alias se coloca sin artículo entre el nombre de pila y el apellido, es recomendable entrecomillarlo o escribirlo en cursivas para distinguirlo de los demás elementos del nombre:

Rafael “Chapita” Trujillo (Rafael Chapita Trujillo)
Ernesto “Che” Guevara (Ernesto Che Guevara)

 

5.    Títulos de artículos, reportajes, capítulo de un libro y cualquier otra parte interna de una publicación

En todos estos casos se emplean las comillas para enmarcar el título. Ejemplos:

En su artículo “El Código Civil reformado”, publicado en la edición de Gaceta Judicial de marzo de este año, Rafael Luciano Pichardo aboga por que se mantenga la numeración tradicional del Código Civil.

Es importante notar que esta regla solo se aplica a las partes intenas de una publicación, NUNCA al título de la publicación en sí, que debe escribirse en letras cursivas. Ejemplos:

Cien años de soledad (no *”Cien años de soledad”), Gaceta Judicial (no *”Gaceta Judicial”),  Diario Libre (no *”Diario Libre”).

Por igual, los títulos de películas, fotografías, esculturas, piezas musicales, discos, espectáculos, programas de televisión, etc. NO se entrecomillan, sino que escriben en cursivas:

Lo que el viento se llevó (no * “Lo que el viento se llevó”), El gobierno de la mañana (no *”El gobierno de la mañana”), La canción Por amor (no La canción “Por amor”)…

Se exceptúan de estas reglas los libros sagrados y sus partes, que se destacan solo con mayúsculas: la Biblia, el Corán, el Génesis, etc.

 

CONCURRENCIA DE LAS COMILLAS CON OTROS SIGNOS

Cuando las comillas concurren con otros signos de puntuación, deben seguirse las siguientes pautas:

1.      El punto, el punto y coma, la coma y los dos puntos  se colocan siempre detrás de las comillas de cierre:

Según la Constitución, “toda autoridad que ejecute medidas privativas de libertad está obligada a identificarse”.

“¡Que no se mueva nadie!”, gritó el policía.

Esta regla, por supuesto, no se aplica a la puntuación interna del texto entre comillas.

2)    Los signos de interrogación y admiración pueden ir colocados dentro o fuera de la comillas, dependiendo de si afectan el texto entrecomillado solamente o todo el enunciado:

“¡Que no se mueva nadie!”, gritó el policía.

¡Ud. se atrevió a gritarle “hijo de p…” al juez!

 

© 2014 Fabio J. Guzmán Ariza

Pupusear (pupusiar) – percatar(se) – *cuatriciclo – capó (bonete)

PUPUSEAR – PUPUSIAR

En lenguaje familiar pupú es excremento. Se usa generalmente para excremento humano, así como para estiércol de otros animales.

La voz pupú no es exclusiva de los dominicanos, por mucho que el chovinismo los impulse a tratar de apropiarse de este vocablo, como de tantas otras cosas, para reclamar así el derecho de haberlo inventado.

El empleo de voces que evitan llamar por su nombre algunas de las funciones y productos del cuerpo de los animales ha dado lugar al uso de palabras que tratan de suavizar la rudeza de la verdad.

Las categorías tabúes, junto con los mecanismos de evasión y evocación que las caracterizan en el habla, provocan la consiguiente proliferación de los eufemismos, sobre todo en las clases altas y medias. Estos estratos sociales con el uso de los eufemismos obedecen a dictados de la decencia y el decoro para referirse a las funciones del cuerpo.

El verbo del título, de acuerdo con la opinión de quien esto escribe, deriva de la voz pupú que es un americanismo. De este nombre se formó el verbo que en muchos casos se reserva para referirse al acto de la defecación de infantes.

La utilización del verbo se ha oído también de labios de habitantes de las zonas rurales cuando están en presencia de personas venidas de las ciudades con la intención de aparecer más “educados”. Con ello los campesinos aparentan más civilizados ante los ojos y oídos de los citadinos que ellos presumen que son más recatados.

El verbo del título se encuentra documentado en el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española, con la mención de Nicaragua como el único país en el que se utiliza para significar “defecar”.

Tanto en inglés como en criollo haitiano tienen voces parecidas a pupú con el mismo significado en esas lenguas que en español. En inglés la aparición está documentada desde el año 1903. En francés existen algunas palabras parecidas al español relacionadas con bebés. Todas estas informaciones reunidas convierten en más aceptable lo que se mencionó antes con respecto al uso del vocablo para el excremento de los infantes.

El vocablo “pupú” en el antes mencionado diccionario de americanismos consta como de uso en seis países de la América Hispana entre los cuales se mienta la República Dominicana. Debe subsanarse la omisión de la República Dominicana entre los países en los que se utiliza el verbo “pupusear” para “hacer pupú”.

 

PERCATAR(SE)

“Callan o se abstienen, según el caso, sin PERCATARSE QUE sus derechos son marginados. . .”

De nuevo se está en presencia de un verbo “que pide” por una preposición que en este caso es DE y que se omitió en la frase copiada.

El Diccionario combinatorio práctico del español contemporáneo, editado bajo la dirección de Ignacio Bosque al asentar el verbo percatarse le coloca inmediatamente después la preposición DE. Se interpreta este señalamiento como uno que demuestra que no es posible ignorar.

En el diccionario destinado a despejar las dudas con respecto a los usos en español, la Asociación de Academias de la Lengua Española apunta que percatarse equivale a “darse cuenta DE algo (mayúsculas mías, RG). En ese diccionario, el Diccionario panhispánico de dudas, al tratar el asunto escribe: ‘Debe evitarse, en el habla esmerada, omitir la preposición’.

En esta columna se sostiene que el habla esmerada corresponde con el español escrito, por lo tanto, no puede tolerarse el queísmo en este caso.

 

*CUATRICICLO

“. . .un agente que levaba a una futura novia en un paseo en un CUATRICICLO por la playa en medio de la noche. . .”

Muchas veces los autores de noticias refritas se atreven a innovar dándose a la tarea de crear traducciones para voces extranjeras cuyas equivalencias todavía no cuentan con una palabra acreditada en español.

El vocablo resaltado en el texto reproducido es un intento del género descrito más arriba. El término “cuatriciclo” es una invención en la lengua común, porque no se le conoce en todo el ámbito de la lengua.

Lo que se ha escrito hasta ahora no es el final de la historia. El intento no es plausible. Ciclo en español corresponde a una serie, conjunto, composición. Cuatri- puede retenerse como elemento compositivo de palabra que significa cuatro. Como consecuencia de lo explicado, cuatriciclo tiene relación con cuatro series, conjuntos o composiciones. Este significado no le confiere sentido a la oración que se reprodujo.

En el Diccionario de americanismos de la Asociación de Academias de la Lengua Española se encuentra una solución más afortunada que cuenta con el favor de cinco países, se trata de “cuatrimoto” para la ‘moto de cuatro ruedas anchas, dos delanteras y dos traseras, para cualquier tipo de terreno’. Este neologismo tiene la ventaja de que el componente de palabra moto- indica “que mueve”, por lo tanto, puede ser de tracción en las cuatro ruedas.

 

CAPÓ – BONETE

“Bajo el CAPÓ, el J. continúa ofreciendo la opción de tres motores de cuatro cilindros. . .”

El capó es la cubierta del motor de los automóviles. En República Dominicana ese metal protector que forma parte de la carrocería y que se encuentra encima del motor para cubrirlo se conoce con el nombre de “bonete”.

En otras lenguas, un bonnet es un tipo de gorra o gorro diseñado para llevarlo sobre la cabeza. El bonete como denominación en los automóviles lo comparte el dominicano con Cuba y Puerto Rico.

En Inglaterra se utilizó la voz bonnet para denominador la cubierta de los motores de los vehículos automotores. Hay lugar a que uno se pregunte cómo llegó este nombre a los tres países que más fácilmente hubiesen podido adoptar otro término venido del inglés norteamericano. No debe olvidarse que la palabra capó del español desciende del francés capot.

En Argentina utilizan un vocablo parecido a capó para los mismos fines y es capot que es la voz que usan allí los hablantes para la ‘cubierta metálica del motor de un automóvil’; así se halla en el Diccionario integral del español de Argentina (2008).

© 2014 Roberto E. Guzmán

 

 

 

 

 

 

Las biografías de las palabras

Álex Grijelmo compara al diccionario con una lupa para mirar de cerca las palabras. Me encanta la imagen porque expresa certeramente la idea de que los diccionarios son herramientas que nos permiten acercarnos con detalle al contenido que guardan las palabras.

Imaginen ahora si pudiéramos disfrutar de un diccionario en el que cada entrada se dedicara a contarnos la biografía de una palabra: cuándo nació, cómo ha crecido y cambiado, con quién se ha relacionado, para qué se ha usado y, en algunos casos, cuándo y por qué murió. No hace falta imaginarlo; ya existe. Se trata del Nuevo diccionario histórico del español (el NDHE), dirigido por José Antonio Pascual y coordinado por Mar Campos, un proyecto extraordinario de la Real Academia Española largamente anhelado. Lo más interesante es que su condición de diccionario histórico no lo circunscribe al pasado. Conocer en profundidad la historia de las palabras nos ayuda a entender cómo se usan y lo que significan en el presente.

Las nuevas tecnologías alivian un poco la carga de los lexicógrafos y nos permiten a los usuarios ir disfrutando de los resultados parciales de su tarea. Dense un paseo por la página de la Real Academia Española (www.rae.es) en el enlace de la Fundación Rafael Lapesa. Podrán consultar algunos de los registros que ya están publicados y que les ayudarán a hacerse una idea de la magnitud de este empeño. Si el diccionario académico registra unas noventa mil palabras, el NDHE aspira a contarnos la vida y milagros de unas cien mil.

© 2014 María José Rincón González.

No hay de qué

La tilde diacrítica se usa en ciertas palabras para diferenciar sus formas átonas y tónicas. Es lo que sucede con qué, cuál, quién, cómo, cuán, cuánto, cuándo, dónde y adónde.

Este tipo de tilde es excepcional (es decir, no se atiene a las normas generales de acentuación del español) y se utiliza en estos casos para diferenciar entre los interrogativos y exclamativos tónicos y las conjunciones y los relativos átonos. ¡Qué lío! ¿A quién se le habrá ocurrido esto?

Se trata de armarse de valor e ir practicando con paciencia los casos en los que debemos usar esta tilde. Un ejemplo interesante es el de las expresiones que incluyen estas palabras con su correspondiente tilde diacrítica. No son muchas pero las usamos con cierta frecuencia.

Muchos de nosotros pensamos en el qué dirán y nos da no sé qué escribir por el temor a cometer una falta de ortografía. Hay también algunos, a cuál más atrevido, que no “le dan mente a nada”. Quién sabe, a lo mejor no debemos preocuparnos tanto por escribir mal. Qué va, dirán otros, ellos no son quiénes para decirnos cómo tenemos que escribir. No sé cuántas veces he oído la misma cantaleta. No sé a quién se le ocurrió eso de seguir la ortografía, unas reglas del año no sé cuántos.

Generalmente los que así opinan son los que peor escriben. Mira por dónde, no estoy de acuerdo con ellos. Escribir correctamente es difícil pero demuestra formación, interés y cultura. Algunos no les prestarán atención a estos consejos pero muchos los agradecerán. No hay de qué.

© 2014 María José Rincón González

Agendar – apoyar – convencido de – data

AGENDAR

Este es un verbo de reciente aparición en el español dominicano. No se ha podido encontrar este verbo en los diccionarios de dominicanismos o de español dominicano que se han consultado. Esa es precisamente una de las razones por las cuales se mencionó más arriba que era de aparición reciente en el español dominicano.

El sentido del verbo es obvio; lo único que puede variar son los detalles de las acepciones que serán los correspondientes a los casos específicos en que se utilice el verbo.

El Diccionario de americanismos (2010), de la Asociación de Academias de la Lengua Española, consigna el verbo y enumera los diez países de América donde se usa.

Como era de esperarse entre estos países esa corporación no incluye la República Dominicana. Quien estas apostillas escribe detectó el empleo del verbo en días pasados en un artículo publicado en un diario electrónico de la República Dominicano, escrito por un columnista dominicano.

Las acepciones resumidas para este verbo son las siguientes: Anotar alguien en una agenda datos o informaciones. Incluir alguien en un libro o cuaderno las actividades pendientes para no olvidarlas. Hacer una relación de los temas que han de tratarse en una reunión o actividad posterior.

El Diccionario Clave de uso del español actual (2012) asienta el verbo pero referido a una cita o compromiso con el significado de ‘incluirlo dentro de una planificación’. Esta acepción no corresponde con aquellas que constan en el Diccionario de americanismos antes mencionado; a menos que no se retenga lo de “tarea pendiente” o “asignatura pendiente” como sinónimo de planificación.

En el uso que se encontró en el texto dominicano, se utilizaba el verbo para destacar que eso mentado era una “tarea pendiente”, eso que llaman “asignatura pendiente”; esto es, algo que requiere de tiempo para que se solucione o, por lo menos, que se trate en un futuro, aún cuando no se determine una fecha para eso.

Debe tomarse nota del empleo del verbo porque es posible que continúe aumentado su uso en un país donde hay tantas “tareas pendientes” o problemas pendientes de solución.

APOYAR

“. . .con tres SALIDAS para APOYAR los dispositivos electrónicos de todo tipo”.

En muchísimas ocasiones los redactores de columnas que se dedican a un tipo de artículos se sirven de publicaciones en lenguas extranjeras para hacer más interesantes sus columnas, reseñas o lo que fuere. Tal parece que ese es el caso aquí, pues se notan dos deslices en la redacción que parecen tener su origen en lengua inglesa.

Se destacó el vocablo “salidas” porque es una muy mala traducción, adaptación, o como se desee denominar la acción, para el enchufe donde se conecta un dispositivo que necesita de corriente eléctrica. No se dedicará más tiempo a ese disparate, ya que el título enfoca la atención sobre el verbo apoyar.

El verbo mencionado no tiene ninguna significación que permita que se le utilice en una oración como la transcrita. Apoyar es poner una cosa sobre otra para que la sostenga. Es ofrecer un favor o ayuda a una persona. Es fundar una cosa en otra. Es sostener o confirmar una opinión. Es estar una cosa sobre otra que la sostiene. Estas acepciones se han condensado del Gran diccionario de la Lengua Española de la Editorial Larousse.

Basta con la lectura de las acepciones anteriores para convencerse de que es errada la selección del verbo en la frase comentada. Era más que suficiente en una frase como esta escribir conectar para que se entendiera que el enchufe tenía por misión proveer de energía los dispositivos utilizados para permitirles funcionar adecuadamente. Un error de esta naturaleza no requiere de más comentario.

 

CONVENCIDO DE

“Soy optimista. Y estoy CONVENCIDO QUE aunque hoy día existe una gran indiferencia hacia lo religioso y lo espiritual, especialmente entre los jóvenes. . .”

Con frecuencia se incurre en un error como el que se nota en el pasaje copiado a modo de ejemplo. El error consiste en no colocar la preposición DE inmediatamente después del verbo. El Diccionario panhispánico de dudas (2005) despeja las dudas con respecto de este verbo.

Reconoce ese diccionario que es un verbo de influencia porque lleva el sentido de mover con razones a alguien para que crea o haga algo. Los complementos que acepta este verbo son el directo de persona y un directo con DE o, en el caso de una oración, también con PARA.

El recién mencionado diccionario escribe que es ‘incorrecto omitir la preposición’.

No debe suprimirse la preposición DE cuando significa ‘llegar a aceptar o creer algo, tras haber reflexionado sobre ello’, en este caso es un verbo intransitivo pronominal y el complemento que lleva es introducido por DE. Este es el tipo de verbo que se encuentra en el ejemplo citado.

En más de una ocasión se ha insistido sobre este punto, todo parece indicar que no se ha logrado convencer DE esto a quienes deberían ser los interesados.

 

DATA

“. . .usando toda la información y la DATA que les ayuden a fortalecer nuestras iniciativas y prioridades académicas”.

Cada vez con mayor frecuencia se “topa” el lector con el uso abusivo de esta data del título que no corresponde a lo que el buen español pregona.

Las datas conocidas del español son diferentes de las del inglés, lengua la última, que influye sobre los escribientes hispanos para inducirlos a incurrir en el error de asignarle a esta voz un significado que no tiene en español.

La data del español se relaciona con el tiempo en que ocurre o se hace algo, con la fecha. Casi siempre se dice o escribe “de larga data” para recalcar que eso que se menciona es de tiempo antiguo o remoto.

En inglés la data tiene que ver con “información o informaciones” y ha hecho vida independiente de datum del cual fue el plural en su origen. Estas informaciones generalmente comprenden cantidades o guarismos de estadísticas y hechos.

No hay que caer en el engaño de confundir las significaciones en las dos lenguas, pues el uso en español con el sentido del inglés hace perder el hilo a lo dicho o escrito. No hace inteligible el mensaje.

 

© 2014 Roberto E. Guzmán

 

 

 

 

 

Mientras tanto

¿Quién no anda pegado en estos días a un celular o a un móvil, o como quiera que se llamen esos aparatejos que tanto nos facilitan y complican la vida? Entono el mea culpa y reconozco que cada día soy un poco más dependiente de ellos, aunque me resista. Ya no son solo las llamadas.

Ahora que hemos dejado los mensajes de texto un poco atrás nos aficionamos como neófitos al WhatsApp. Confieso que lo uso con frecuencia y que he tenido que aprender a usar correctamente las nuevas palabras que se relacionan con este servicio. Si nos referimos a la aplicación de mensajería instantánea en sí, debemos respetar la denominación comercial oficial de la marca, manteniendo sus características gráficas registradas: Cada vez enviamos más mensajes por WhatsApp.

Sin embargo, si queremos referirnos a los mensajes que se envían mediante este sistema podemos echar mano de wasap, sustantivo de nuevo cuño que sigue para su adaptación al español las reglas establecidas por la Ortografía de las academias de la lengua española. Como se trata de una castellanización podemos escribir la palabra en redonda y sin comillas: Me envía tantos wasaps que no me da tiempo a leerlos. Se trata de una palabra aguda terminada en un grupo consonántico por lo que no debemos ponerle tilde aunque la consonante final sea ese. Su hispanización es irreversible porque ha llegado a generar un verbo derivado utilizando los mecanismos regulares del español para la derivación: Nos pasamos el día wasapeando.

Las academias de la lengua tendrán que plantearse la inclusión, o no, de estas recién llegadas en los diccionarios académicos estudiando si su uso se impone, se generaliza y se mantiene entre los hablantes. Otros diccionarios de uso tal vez las incluyan antes. Mientras tanto los que las usamos tenemos que saber cómo se escriben correctamente.

© 2014 María José Rincón González

Cargar – apelar – indistintamente

CARGAR     

“. . .seguidos por carcajadas de los ejecutores, mientras CARGAN armas de guerra”.

El verbo cargar ha evolucionado de manera constante desde hace más o menos cuarenta años. El sentido en que se encuentra utilizado en la cita es uno que ha ido adquiriendo vigencia en el habla y hasta en la escritura.

Cargar con el valor de “llevar o portar consigo” se introdujo en el habla de todos los días en la República Dominicana procedente del Cibao. Se recuerda con toda claridad cuando en el año 1978 un cibaeño del noroeste lo empleó para significar lo que se señaló como equivalente.

En la capital de la República Dominicana casi se desconocía ese significado, solo formaba parte del léxico activo de algunas personas oriundas del Cibao que habían emigrado a la gran urbe “capitaleña”.

Más específicamente, cargar para significar “llevar consigo algo” aparece consignado en el Diccionario de americanismos (DAA) de la Asociación de Academias de la Lengua Española. En ese diccionario se mencionan diez países en los cuales se usa el verbo. Entre esos países no está la República Dominicana, a pesar de los datos que con precisión se mencionaron antes en esta sección.

Muy certeramente el Diccionario del español dominicano (2013) lo asienta con el valor que se expuso antes. Esa acepción viene avalada con una cita de un ejemplo del uso por un autor dominicano.

Hasta la mención en este diccionario, los lexicones del español dominicano y de dominicanismos no asentaban el verbo del título entre los usos particulares de los dominicanos.

La última edición del Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española recoge para el verbo tratado la significación de “llevar” en cinco países americanos. Este concepto acerca de “llevar” lo despeja el colegio madrileño explicando que debe entenderse como “tener, estar provisto”.

El Diccionario del español actual que se edita en España, pero que mantiene el oído y los ojos bien abiertos para cumplir con su misión de ser un reflejo del “español actual”, escribe que en tanto que verbo intransitivo vale para expresar “tomar o llevar sobre sí”. La diferencia entre este valor y el americano es que para el último diccionario se refiere a “algo que pesa o que es difícil de soportar”. Esta especificidad no se retiene en el uso dominicano.

Entre los países en los cuales se detecta el uso del verbo cargar de la misma forma en que se usa en República Dominicana, y que se mencionan en el DAA, figura Venezuela, que es un país que comparte muchos americanismos con la República Dominicana. Esto no debe tomarse como un accidente. El Diccionario del habla actual de Venezuela (1994), para el verbo en cuestión escribe: “Llevar o portar algo consigo”.

Se hace propicio este espacio para mencionar que aparte de las Antillas hispanohablantes, Venezuela es el país que comparte mayor cantidad de voces con significado particular con la República Dominicana. La explicación que se ha oído para este fenómeno es que se debe al tráfico de personas, sobre todo, al exilio durante el gobierno de Trujillo.

 

APELAR

“. . .el Fiat 500 APELA a los conductores que desean algo diferente. . .”

Como sucede tantas veces en la evolución de las lenguas, las palabras mudan o modifican sus significados. El verbo apelar en español ha sufrido la influencia de un verbo parecido que proviene del francés, appeler. El uso del cual es víctima en la frase copiada no es legítimo.

En el caso específico de la cita el verbo que cabe que se utilice en español es “destinar” que traduce perfectamente para la ocasión el verbo del francés. Así la frase sería: “. . .el Fiat 500 es (está) destinado para los conductores que desean algo diferente. . .” Otra posibilidad para interpretar en español sería emplear en español el verbo “atraer”, de modo que terminaría en una redacción como esta: “. . .el Fiat 500 atrae a los conductores que desean algo diferente. . .”

Como en esta ocasión se han adelantado las soluciones a las explicaciones, se procede en este espacio a mencionar los significados del verbo apelar en español. El verbo apelar sirve para expresar “recurrir” a algo o alguien, en quien se confía, para dirimir, resolver o favorecer un asunto. En materia judicial es acudir a un juez superior para que revoque una resolución de un tribunal que le es inferior.

En el uso del español aceptado se utiliza el verbo con el valor de “invocar”, como cuando en algunos casos se trata de predisponer una persona a que conceda algo a alguien que se lo pide aludiendo a algunas circunstancias. El uso también ha llegado a sancionar favorablemente el recurso al verbo apelar para ‘valerse de algo o de alguien para salir de una dificultad o apuro’. La última posibilidad se extrajo del Diccionario de uso del español de María Moliner (2007).

El modo en que el redactor de la frase reproducida ha empleado el verbo apelar es extraña, porque introduce del francés una mala traducción al español. Este tipo de error era más común en textos procedentes de España y a mediados del siglo XX.

 

INDISTINTAMENTE

“. . .sólo para ser colonizadas después, INDISTINTAMENTE, por Inglaterra y Francia, quienes aniquilaron a sus pobladores nativos. . .”

En ocasiones durante la redacción de un documento que se destina a la publicación, no se pone todo el cuidado que esto merece y se eligen vocablos que no son los más acertados. Muchas veces se llega a situaciones en las que se introducen en un escrito giros que pertenecen al habla.

De acuerdo con lo que la Real Academia enuncia, “indistintamente” es: ‘Sin distinción, sin motivo de preferencia’. Al citar esta acepción eso lleva a aclarar lo que “distinción” significa en su sentido llano. Es la acción de distinguir o distinguirse. Es claridad y precisión en algo.

En algunos aspectos distinguir es sinónimo de discernir, que a su vez, es distinguir algo de otra cosa señalando las diferencias que hay entre ellas. La diferencia por sí misma es la cualidad o accidente por el cual algo se distingue de otra cosa. Lo que es indistinto, por definición es confuso, impreciso, no se percibe con claridad.

Una vez que se ha vaciado lo anterior con relación a los significados de las voces retenidas, lo que procede es que se trate lo que concierne al origen de la mala selección del adverbio. Antes de llegar a ese punto puede destacarse que el uso de las comas (,) en esta redacción puede dar lugar a objeciones.

Lo que ha traído el uso para el adverbio del título es que se retiene este con el significado de que “no hay cambio entre una cosa y otra”, lo que equivale a decir en la frase transcrita, que un país, así como el otro, se condujo de manera similar; que el resultado fue el mismo, que produjo la aniquilación de los pobladores nativos.

La solución a este pequeño rompecabezas es cambiar el sitio del adverbio y hacerlo del modo siguiente: “. . .sólo para ser colonizadas después por Inglaterra y Francia, quienes indistintamente aniquilaron a sus pobladores nativos”.

© 2014 Roberto E. Guzmán

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Quinielita – colegio (escuela) – cuando (*que) – tutor

QUINIELITA

Una quiniela en República Dominicana es ‘un juego de azar que consiste en apostar a las últimas cifras de los números de la lotería’, así consta en el Diccionario del español dominicano (2013), publicado por la Academia Dominicana de la Lengua.

Esa es la definición que corresponde al juego; ahora bien, se llama quiniela también al impreso que emite la Lotería para hacer acreedor al portador del o los premios.

En República Dominicana además de la quiniela hay otro juego que se hace por medio de la compra de un billete de lotería.

El premio de una quiniela siempre será más pequeño que el de un “billete de la lotería” porque hay mayores probabilidades de “sacarse” (conseguir algo por suerte o azar) un premio.

La historia comenzó por el juego de azar y el impreso que acredita a participar en el juego. No termina todo ahí porque en República Dominicana el diminutivo de quiniela que figura en el título se ha desplazado con ese significado del campo semántico de su origen para aplicárselo a una mujer también.

Una mujer es una “quinielita” cuando es pequeña de estatura y ligera de carnes. Otro atributo que se toma en consideración para reconocer a una mujer como una “quinielita” es que ella sea activa, de movimientos rápidos y certeros.

Cuando se llama de quinielita a una mujer no se hace por desprecio, ni con la intención de ofender, sino solo para destacar algo físico y, a veces su dinamismo, como se explicó antes.

COLEGIO – ESCUELA [La diferencia se expresa en dinero]

“. . .dependiendo de la cantidad de niños nos preparamos con tiempo para pedir más camiones, transportar las meriendas y distribuirlas a los distintos COLEGIOS”.

La diferencia entre las dos instituciones del título no debe olvidarse porque puede causar gran confusión y gastos en dinero. A pesar de que algunas personas no desean reconocer las diferencias entre los dos, estas existen y no pueden obviarse.

El colegio es un ‘establecimiento de enseñanza para niños y jóvenes’; así lo define la RAE. La escuela cubre un campo más amplio que el anterior.

La escuela es un ‘establecimiento público donde se da a los niños la enseñanza primaria’. ‘Es el establecimiento o institución donde se dan o se reciben ciertos tipos de instrucción’. Todo lo que consta entre comillas se extrae del DRAE.

No se va a revisar todo lo concerniente a los dos vocablos, pero ya puede apuntarse en este nivel una diferencia entre los dos establecimientos. La escuela es pública y de enseñanza primaria en su primera acepción. El colegio sirve también a los jóvenes, no solo a los niños.

El uso ha ido destacando la diferencia en cuanto al pago por la enseñanza o la gratuidad de esta. El Diccionario del español actual para colegio escribe: ‘Centro privado para la enseñanza primaria o media’. Ese diccionario para escuela consigna que es ‘establecimiento público de primera enseñanza’.

El Diccionario de uso del español en su primera acepción asienta que una escuela es un establecimiento donde se da a niños o adultos ‘la primera enseñanza’. El Diccionario de uso del español actual de Clave para escuela recoge que es ‘Establecimiento público en el que se imparte enseñanza infantil o primaria’.

En la América Hispana el rasgo que se ha acentuado para discriminar entre un concepto o el otro es lo concerniente al pago o no por la enseñanza. Como consecuencia de ello reservan el nombre de colegio para los establecimientos privados donde es obligatorio pagar. En cambio, llaman escuela a las instituciones públicas de enseñanza gratuita. Es recomendable mantenerse apegado a esta diferencia para no fallar en la denominación de uno de los dos establecimientos.

 

CUANDO – *QUE [Cuando puede usarse que]

“Fue en ese momento QUE U. M. llamó al general L. y le pidió ayuda”.

Hace largo tiempo ya que algunos periodistas desaprensivos traen de cabeza a los lectores pasándoles malos hábitos de escritura. Esto lo hacen cuando confunden los adverbios relativos que deben escribir, es decir, cuando colocan uno por otro o, cuando como en el caso de la oración copiada, en lugar de “cuando, escriben “que”. Más abajo se verá la clave para saber cuándo hay que escribir “cuando”, o en cuáles casos puede sustituirse por otro relativo que obvia la elección.

Lo que no puede olvidarse es que “cuando” en sus funciones de adverbio relativo introduce oraciones adjetivas de significado temporal. En casos como este se relaciona con un antecedente que en la oración del ejemplo es “en ese momento”. En casos como estos no cabe que se use “que”.

La forma de no tropezar es abandonar “que” cada vez que el momento, época, tiempo, tiene que ver con asunto temporal y en su lugar utilizar “en [el] que”. No ha de olvidarse que “cuando” desempeña otras funciones, en tanto que “conjunción causal, valor concesivo, valor condicional, preposición”.

La clave en ejemplos como el reproducido al principio de esta sección es tener siempre pendiente si se está en presencia de un antecedente que signifique tiempo.

 

TUTOR [Hay saltos en algunos dialectos que son de maroma]

“La mandataria lució un TUTOR negro, que le pusieron en un hospital de Roma para inmovilizarle el tobillo”.

La noticia de la que se extrajo esta parte fue servida por una agencia internacional de noticias, vieja y de prestigio.

Durante meses se mantuvo este periódico en espera de poder dar con el sentido de este tutor. Se habían agotado todos los recursos en los diccionarios de consulta frecuente sin obtener resultado alguno.

Recientemente, con la consulta del Diccionario integral del español de Argentina se encontró una definición para la voz tutor que proyectó luz sobre el asunto. En esa obra se lee: ‘Cada uno de los palos o varas que se usan como sostén de una planta o árbol para que el tallo o tronco quede más firme’.

El español común cuenta con un término muy apropiado para este tipo de aparato inmovilizador, se llama “férula” que es ‘una estructura rígida o flexible utilizada para inmovilizar una parte del cuerpo’. Así consta en el Gran diccionario Larousse de la lengua española.

No cabe duda de que el redactor se permitió alguna libertad al llevar al campo de la ortopedia un método que se utiliza en jardinería. No se conocen los detalles, pero es posible que en el país del diccionario ese salto sea aceptado; aunque a quien escribe estas notas le parezca un salto acrobático.

© 2014 Roberto E. Guzmán

 

Mermejo – picnic – crutón – empozarse (apozarse)

MERMEJO

En el Diccionario de americanismosde la Asociación de Academias de la Lengua Española aparece la voz del título con la acepción de dinero. No se discute la posibilidad de que tenga esa acepción en el español dominicano, mas se desea exponer aquí una acepción que se conoce.

Se recuerda con toda claridad haber usado y escuchado el uso de “mermejo” para referirse a la talla de un individuo. Así, cuando se deseaba ponderar la estatura física de un joven se recurría a esa palabra para destacar lo alto que era.

No era raro decir u oír decir: “Mira qué mermejo muchacho se ha dado”. En otras ocasiones, pero en menos, se oía también que usaban el vocablo para referirse al tamaño desmesurado de algo: “Mira en el mermejo problema que se ha metido ese cristiano”.

En los diccionarios de habla dominicana no aparece asentada esta palabra. No cabe duda de que esa ausencia será subsanada en recopilaciones y ediciones futuras de lexicones de español dominicano.

 

PIC-NIC [El extranjerismo pic-nic ha pasado por variadas etapas en el español]

“La zona aledaña invita a ser recorrida en bicicleta, o simplemente organizando un PIC-NIC en la campiña cercana”.

El extranjerismo pic-nic ha pasado por muchas o variadas etapas en el español. No se encuentra en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia. Se piensa que la ausencia de la voz de ese lexicón debe tomarse como una exclusión hecha de propósito por ese colegio de la lengua.

La mayoría de los diccionarios representan la voz extranjera en una sola palabra, picnic, y algunos sugieren que se pronuncie piknik. Algunos de entre estos diccionarios consideran que es una “comida campestre”, como lo hace el Diccionario de uso del español de María Moliner (2012).

En los países de la América Hispana es frecuente el uso de esta voz. La voz se conoce en francés con una representación gráfica que reproduce la forma de pronunciarla en esa lengua, pique-nique, o piquenique que al final es la misma pronunciación sugerida para los hispanohablantes. En la última lengua la voz se conoce desde el 1740. Al principio fue una comida en la que los participantes traían su contribución en alimento o pagaban por los gastos comunes. Más adelante pasó a ser también una comida al aire libre en el campo.

Los anglohablantes adoptaron la voz del francés en 1826 con las dos acepciones del francés. En lengua inglesa posee otras acepciones más recientes que no se conocen en otras lenguas.

Los brasileños adoptaron la grafía del francés y aseguran que tomaron la voz del inglés con los significados comunes a todas las lenguas menos las acepciones modernas del inglés.

En español existe la palabra “jira” que es una comida o merienda campestre que debe preferirse al vocablo picnic, aunque no tiene la acepción del pago por los gastos comunes. En lengua española entró por influencia del francés y al principio se le tuvo por “picar menudencias”.

Durante años se ha anunciado la entrada de picnic al español consagrado como un neologismo para excursión “campestre a la que suele llevarse provisiones” y para “merienda que se toma en el campo”. La oposición de las academias sigue en pie.

 

CRUTÓN [El uso continuado de algunos vocablos extranjeros ha impuesto muchísimas palabras en español]

“Las recetas de las ensaladas Giardino son diferentes y variadas y cuentan con productos frescos y de calidad, como los nueve diferentes tipos de CRUTONES hechos en casa. . .”

Ocurre con frecuencia que algunos términos para designar objetos, ideas, inventos, nacen en la lengua que les da origen, o al menos en la que los populariza. Las traducciones para esos conceptos se convierten en un dolor de cabeza para los traductores, adaptadores, acomodadores o, como quiera llamárseles a quienes tienen la tarea de nombrar eso en lengua inteligible para los hablantes de otras lenguas.

Este “crutón” se inserta en la categoría de voces que no se acomodan a una palabra-título para nombrarlo. En esta sección se hará el “ejercicio de aproximación” al tema.

La traducción que ofrecen los diccionarios es “cuscurro”, que conforme con lo que el Diccionario de la lengua española trae, es un mendrugo o pedazo de pan duro o desechado. El “coscurro” es otra traducción ofrecida y, en español es la parte más tostada del pan que corresponde a los extremos o al borde.

Lo que desvirtúa la traducción propuesta por los diccionarios es que el croûton no es una parte que resulta de la elaboración del pan, sino un producto que se confecciona intencionalmente.

De acuerdo con los franceses, de cuya lengua procede el nombre con que se le conoce internacionalmente, el “crutón” es un pedazo de pan seco, sazonado a veces, dorado en mantequilla o aceite. Los anglohablantes lo definen como un cubito de pan crujiente, frito o tostado.

El uso continuado de algunos vocablos ha impuesto muchísimas palabras en español. Los estudiosos de la lengua han propuesto soluciones satisfacientes para muchas otras voces extranjeras. Lo que se propone aquí es que se adopte crutón en español para satisfacer “la demanda” de un término en español.

Ah, en el pasaje aparece una voz italiana, giardino, escrita con mayúscula inicial. Ese es el nombre de un tipo de ensalada que en otras ocasiones se ha encontrado llamada “jardinera”, porque giardino en español corresponde a jardín, pero que se adapta como se consignó antes.

 

EMPOZARSEAPOZARSE [Voces americanas con sentido implícito]

“Un trabajador nicaragüense fumiga en unas viviendas para erradicar la población del mosquito aedes aegypti transmisor del dengue. Solo evitando el agua EMPOZADA y fumigando se puede erradicar”.

Según parece para expresar lo que trata de comunicar este pasaje con el empleo de este adjetivo, en diferentes países de la América Hispana se valen de distintos vocablos. En el cuerpo de esta sección se analizará el significado de la palabra destacada, que no pertenece al español general, y se verán las dominicanas para el mismo propósito.

Como sucede con muchas voces del mundo hispanoamericano, para encontrar una acepción que defina lo que significa “empozar”, hay que recurrir al Diccionario de americanismos de la ASALE, publicado en el año 2010.

El verbo “empozar(se)” se utiliza por lo menos en trece países de la América Hispana significa: ‘Quedarse detenida el agua en un terreno o superficie formando pozas o charcos’. Como se leerá más abajo en República Dominicana se emplea un verbo diferente con los mismos propósitos.

Apozarse en República Dominicana es verbo intransitivo pronominal que significa ‘formar un líquido un pozo o charco, rebalsarse’. Así consta en el Diccionario del español dominicano. En los dos verbos puede detectarse la idea de formar pozo, pues esa idea está representada en el segundo elemento del verbo. Los dominicanos comparten el uso de este verbo con los chilenos y los colombianos.

Hay que regocijarse de que la lengua española cuente con tantos recursos para expresar las ideas. Esto es una muestra de la gran riqueza del acervo común de los hablantes de español.

© 2014 Roberto E. Guzmán

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Picantino – carrusel – atender – barril

PICANTINO, QUESO [Voz dominicana con sabor italiano]

Después de hacer las diligencias de lugar por este medio se procede a dejar establecido que la palabra “picantino” es un dominicanismo. No aparece en ningún diccionario de los que se compulsan ordinariamente para buscar vocablos inusuales.

Por la forma puede deducirse que esta voz “picantino” tiene que ver con picante o que pica. En la realidad de los hechos este vocablo se aplicaba de preferencia a un queso de color amarillo cuyo sabor era muy fuerte. Era de olor penetrante y de textura seca.

Se usaba de preferencia para rallarlo y ponerlo sobre los platos elaborados con pastas, sobre todo los de la cocina italiana. El queso era bastante salado, por lo que había que usarlo con mesura.

La palabra se usaba hace más de cincuenta años en Santo Domingo, es decir, cuando la ciudad no era aún la urbe que es hoy. Además, en esa época había menos sofisticación en el arte culinario y las importaciones de productos era más reducida.

Lo de “picantino” tal vez le venía de que se presumía que era de fabricación italiana y de allí que se usara esa terminación -ino. En la actualidad son muchos los quesos que se utilizan en la elaboración de platos cuya base principal son los diferentes tipos de pasta.

Puede asegurarse que lo de “queso picantino” desapareció con el avance de la importación de productos finos, la modernización de las artes culinarias y la gran concentración urbana.

 

CARRUSEL [carrusel que despeña escribientes de español]

“Se abrazaron fuertemente cerca de un CARRUSEL de reclamo de equipaje”.

En esta corta oración están dadas las señales que hacen posible “adivinar” lo que el periodista intenta denominar en español con el vocablo del título. Las personas que se abrazan se encuentran en un aeropuerto.

Con la pista del sitio de encuentro se hace más fácil tratar el asunto de la mala selección del término para nombrar el aparato que transporta el equipaje de los aviones a la sala de recogida.

No es acertada la elección de carrusel porque el significado de la voz en español no coincide con el uso que se le asigna en el texto. Más abajo se verá lo que carrusel significa en el español general. Después, se propondrán las soluciones para enmendar el desatino.

En español carrusel es un espectáculo ecuestre; es un tiovivo de feria; y referido a deportistas, es un desfile. Salta a la vista que nada de eso cabe en un aeropuerto en el departamento de reclamo de equipaje.

¿Qué de dónde sacan este tiovivo aquí? Pues, como de costumbre, del inglés, lengua es la que significa “cinta o correa transportadora circular”. Es una máquina que consiste en una correa que se desplaza moviendo el equipaje que se coloca sobre esta. Es circular porque continúa dando vueltas hasta que la descargan totalmente y el personal a cargo la desconecta.

Durante largo tiempo los niños en República Dominicana llamaron “caballitos” al tiovivo de las ferias que se mudaban de una ciudad a otra. Hace más años aún, en ese país denominaban todo el conjunto de atracciones de feria con el nombre de Coney Island. El nombre deriva de que el vecindario de ese nombre al sudoeste de Brooklyn en Nueva York era reconocido por sus parques de recreo, parques de atracciones.

 

ATENDER [Hay que atender cuando se escribe]

“. . .aprobó por unanimidad la propuesta del superintendente de pedir más ayuda financiera al gobierno federal por cada niño indocumentado que ATIENDA las escuelas públicas. . .”

Hay errores que para incurrir en ellos hay que tener muy buena imaginación. Más imaginación aún se requiere para desenredar la madeja que tejen al paso de su redacción quienes así escriben. Este disparate que se copió en la cita es uno bastante complicado y sin justificación alguna. Solo un torcedor de palabras puede lograr desatender el genio de la lengua para llegar a semejante extremo.

En la tradición de la lengua común atender se toma por prestar atención para entender. Recibir una petición con favor. Tener en cuenta o en consideración. Es cuidar de alguien. Servir a los clientes en un comercio. Responder un animal a un nombre. Verificar la conformidad de un escrito con el original. Las acepciones que se vaciaron en este párrafo son las que corresponden al verbo atender.

Cabe aquí que el lector se haga la pregunta acerca de cómo se llega a atribuirle al verbo atender una acepción que no consta en diccionario alguno y que no se ha recogido en literatura respetable y respetada.

La respuesta no se hace esperar. Este uso errado es el fruto de una mala interpretación. El redactor abrevó en la orilla del inglés. Allí encontró una palabra parecida al verbo atender y no paró mientes para llevar al español como “atender”, se trata en este caso del verbo to attend.

Ese verbo del inglés comparte con el español atender algunas acepciones. Pero en español, en especial, no consta la de “asistir” que sí es una de las que constan en inglés. Asistir, tomado aquí por “acudir (concurrir) con frecuencia a un lugar”.

En lengua francesa ocurre algo parecido pues en esa lengua cuentan con el verbo attendre que significa “esperar” y no lo que se dijo acerca del verbo parecido del inglés.

Algunas personas redactan reseñas periodísticas al tiempo que piensan en otros asuntos. Esa distracción produce barrabasadas como la que se lee en la cita de esta sección. Lo que se traduce o se escribe tiene que reflejar sentido al leerlo.

El redactor debió escribir: “. . .que asista a las escuelas públicas. . .”

 

BARRIL [Barriles de errores se cuelan a diario en la prensa]       

“. . .les enviara a esa dirección piezas y repuestos de armas de fuego incluyendo BARRILES para pistolas y fusiles. . .”

Cuando a las máquinas o los sistemas mecánicos de traducción se les deja hacer su trabajo y, luego de eso no viene un humano a revisar, se producen disparates como el de la cita. Las pistolas y los revólveres no tienen barriles, aunque sí tiene tambor el revólver.

Los barriles que se conocen en el español corriente son los recipientes, las personas obesas y la medida de capacidad de petróleo.

En inglés llaman de barrel al tubo por el cual sale disparado el proyectil de un arma de fuego. Esa voz del inglés para otros propósitos se llama en español barril, pero en el caso de las pistolas y revólveres se llaman cañones.

Un asunto tan sencillo como ese parece que no pudo ser corregido a tiempo para que no llegara al público lector. Según parece en algunos periódicos de gran circulación no hay criterio diferencial.

© 2014 Roberto E. Guzmán