Lo que las diferencia
A petición de un lector dedicamos una “Eñe” anterior a la tilde diacrítica. El adjetivo diacrítico nos ayuda a entender cómo funcionan estos signos ortográficos. Cuando en medicina decimos que un síntoma es diacrítico, reconocemos que ese síntoma nos permite distinguir exactamente una enfermedad de otra. Algo similar sucede cuando le aplicamos este adjetivo a las tildes. Las tildes diacríticas nos avisan sobre el valor distintivo de una palabra monosílaba.
Un caso similar al de la semana pasada es el de aún/aun. Para ayudarnos a distinguirlos podemos utilizar el método de la sustitución por un sinónimo.
Cuando aun equivale a palabras como incluso, hasta, también, estamos ante un término átono que no lleva tilde diacrítica: Aun con esta aclaración sigo teniendo dudas.
Cuando aún puede sustituirse por el adverbio todavía estamos ante una palabra tónica que debe llevar tilde diacrítica: ¿Aún les plantea dudas su ortografía? No se preocupen aún no hemos terminado.
Dos casos particulares en los que nos encontramos errores con frecuencia son los de aun así y aun cuando. Aun así es un conector que nos ayuda a relacionar una parte de un texto con otra; significa ‘a pesar de eso, con todo, sin embargo’. Aun cuando es una locución conjuntiva sinónima de aunque. Ambas nos pueden ser útiles para estructurar nuestros textos escritos y en ambas aun se escribe sin tilde.
Aun cuando la teoría sobre el uso de esta tilde diacrítica es sencilla, siempre es práctico refrescar conocimientos. Esta columna puede colaborar en eso pero, aun así, debemos prestar mucha atención para evitar deslices.
@2015 María José Rincón