Mayúsculas y minúsculas (I)
La utilización de las mayúsculas y las minúsculas está regida por normas ortográficas concretas. El hecho de que pongamos una palabra en mayúsculas no le añade relevancia ni distinción; ponerla en minúsculas no la desprestigia.
Las normas de puntuación son claras para regular la aparición de las mayúsculas. La primera palabra de un texto siempre se escribe con mayúscula inicial; también todas las palabras que van después de punto.
Los puntos suspensivos (puntos al fin y al cabo) cuando se colocan como cierre de una frase exigen que la palabra que los sigue se escriba con mayúsculas. La ortografía siempre con sus reglas… Tenemos que familiarizarnos con ellas.
Si en nuestro escrito queremos introducir una cita, usamos los dos puntos y, tras ellos, la primera palabra citada debe llevar mayúscula inicial. La RAE afirma: “La norma, como el aire, se halla presente en todos los instantes de nuestra vida”.
Si escribimos una carta, debemos comenzarla con un saludo al que siguen los dos puntos. Pues bien, tras estos dos puntos debemos empezar con mayúscula. Siempre me ayuda recordar el merengue de Juan Luis Guerra (Querida mujer/ dos puntos/).
Cuando una oración completa es interrogativa o exclamativa y, por lo tanto, va enmarcada por los signos de interrogación (¿?) o exclamación (¡!) –siempre dobles en español-, la primera palabra de la frase que la sigue debe escribirse con inicial mayúscula. ¡Solo es cuestión de práctica! No lo olviden.
Los signos de puntuación exigen el uso de mayúsculas o minúsculas atendiendo a reglas concretas; las aprendemos con la lectura y el uso; si se les plantean dudas cuando escriben (como nos pasa a todos) el Diccionario panhispánico de dudas, disponible gratuitamente en la red, puede echarles un cable. Úsenlo, que para eso está.