CONFERENCIA SOBRE EL DICCIONARIO DE LA LENGUA

María José Rincón presentó, en la Tertulia “Letras de la Academia” que coordina Ofelia Berrido, una conferencia sobre los diccionarios de la lengua. Inició su intervención comentando los proyectos lingüísticos en los cuales está involucrada nuestra institución con el concurso de la Real Academia Española. Enfocó los diferentes diccionarios que los hablantes pueden manejar, su estructura y su utilización y definió algunos conceptos afines -lexicografía, lexicología, semántica-. Aseguró que los hablantes comunes utilizan unos tres mil vocablos y que el diccionario tiene la ventaja de que puede ampliar este espectro y dar respuestas a inquietudes o dudas de los hablantes de cualquier nivel en cuanto a significado, ortografía, uso, nivel coloquial o culto o fósiles lingüísticos, como varios casos del español dominicano (“aguaita”, “vea”, “vide”, “ello”, “asegún”, etc.).
En este punto citó una frase de Salvador Gutiérrez Ordoñez: “La capacidad de progreso de un individuo se halla ligada estrechamente al desarrollo de sus competencias lingüísticas…”. Rincón explicó que el dominio de la lengua garantiza el progreso del individuo y el diccionario está en primera línea para enseñar y ampliar el vocabulario, las palabras de un idioma. Citó a los principales lexicógrafos del mundo hispánico -Joan Corominas, J. Covarrubias, Manuel Seco, María Moliner, Rufino José Cuervo-, cuyos diccionarios son paradigmáticos; de ahí que sean fuente obligada de consulta, tanto para especialistas como para todo hablante interesado en profundizar en el conocimiento de la lengua.

La disertante llamó la atención con respecto a la escasa utilización del diccionario como instrumento didáctico en los primeros años de escolaridad que podemos observar en la actualidad. En este sentido, responsabilizó a filólogos y especialistas en la elaboración de textos didácticos por la precaria presencia de datos o instrucciones para usar el diccionario que podemos advertir tanto en los manuales didácticos como en los ejercicios prácticos que deben manejar los infantes en la escuela. María José Rincón destacó las posibilidades de uso que podemos dar a la variedad de diccionarios que están a disposición de los hablantes en la actualidad. Recomendó que al elaborar diccionarios se debe prever el propósito que se persigue, así como el público al cual está orientado o si elije una forma no semasiológica en su estructura, acorde con la intención para la cual se elabora valioso instrumento didáctico. Puso como ejemplo el diccionario de María Moliner y el de Julio Casares, modelos de diccionarios cuya utilidad para la decodificación de las palabras se ha comprobado; también mencionó el diccionario de SM, los diccionarios que organizan las palabras en orden alfabético, por lo que recomendó a los poetas su utilización. También habló sobre los diccionarios dialectales, pero advirtió que estos son restrictivos por cuanto refieren una parte del universo de vocabulario de los hablantes de una lengua. Dijo que algunos diccionarios, como El diccionario secreto de Camilo José Cela, solo incluyen vocablos malsonantes, eufemismos lexicales o las llamadas “malas palabras”. Resaltó el Diccionario Panhispánico de Dudas, que recoge respuestas a las dudas más frecuentes entre los hispanoparlantes, además de ser el resultado de un esfuerzo conjunto de las academias de lengua española. Igualmente, señaló los diccionarios de construcción que explican la naturaleza de la lengua.

Explicó que los diccionarios escolares son los que más se aplican para satisfacer las necesidades del segmento infantil y juvenil del sector educativo, en virtud de que su claridad, sencillez y precisión se ajusta mejor al desarrollo intelectual de este sector poblacional. Al concluir su alocución, la académica aseguró que ningún diccionario es exhaustivo, ya que estos se complementan, incluso, algunos sufren variaciones. En ese tenor, invitó a los presentes a revisar las definiciones de algunas palabras, como el vocablo “dictador” en el DRAE del 70 y revisar la más reciente edición para comparar cómo estas han ido ajustándose a la realidad de los hablantes y ganando mayor precisión en sus definiciones porque los diccionarios estudian la realidad de los hablantes y la actualización que estos hacen de su lengua. Comentó una frase de Charles Bally, quien dijo que el lenguaje está al servicio de todos los hablantes. Subrayó que el diccionario es la mejor fuente lexicográfica de la lengua.

Para María José Rincón, el diccionario está en primera línea de combate entre los recursos que nos ayudan a dominar y a utilizar con corrección y propiedad el vocabulario, el componente más numeroso, más diverso y más cambiante de nuestra lengua. Para hacernos una idea de las cifras que representa el léxico de una lengua tomemos como referencia, para empezar a hablar de diccionarios, cuántas palabras se incluyen en la 22.ª edición del diccionario académico, la edición del DRAE publicada en 2001. En sus páginas encontramos un total de 88.431 entradas y, si sumamos todas las acepciones, es decir, los distintos significados de cada palabra, llegamos a la cifra de 161.962 acepciones. Subrayó la disertante que cuando abrimos el diccionario y nos atrevemos a leerlo, realizamos en apariencia un gesto muy sencillo. Detrás de este gesto simple y cotidiano, se oculta un trasfondo cultural y lingüístico muy valioso que nos remonta a siglos de tradición compartida y nos abre las puertas también a aires nuevos y a creaciones novedosas. Este encuentro nuestro tiene como propósito hacer surgir la idea de que este sencillo gesto solo es simple en apariencia; lo que obtenemos al leer las páginas de un diccionario es fruto de la dedicación y la especialización de los lexicógrafos, que nos ofrecen un caudal de información y conocimiento, tanto pasivo como activo, que no nos podemos permitir el lujo desaprovechar. Sacarle todo el partido posible a ese gesto, que hemos convertido en algo mecánico e intrascendente, es el mejor homenaje que podemos dedicarles.

En su disertación sobre el diccionario, María José citó a Manuel Seco en un párrafo en que habla de la disciplina lexicográfica: “En medio de la atmósfera general de desinterés por el idioma y de la consiguiente ignorancia sobre las disciplinas que lo estudian (…), no ha de sorprender que la lexicografía tenga para muchos un tufillo exótico, cuasi nigromántico, a pesar de versar sobre un objeto tan conocido por fuera como es el diccionario”. No hay mejor método para eliminar posibles tufillos que airear las páginas de nuestros diccionarios y acercarnos un poco a su interior. A juicio de nuestra lexicógrafa, la lengua es el resultado de una tradición y una historia que es asumida por los hablantes. Este sentido de la colectividad es el que consigue que la lengua materna sea un instrumento esencial de comunicación. Del grado de conocimiento de esta herramienta depende que el objetivo de la comunicación se cumpla satisfactoriamente. Este concepto forma parte de la conciencia personal y colectiva de los hablantes de una lengua, incluso de los analfabetos.

María José Rincón posee una Licenciatura en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla, España, con una especialidad en Español de América. Reside en Santo Domingo desde 1992, donde desarrolla su actividad profesional y se dedica al estudio y la investigación de las variedades atlánticas del español, especialmente del español dominicano. Sus trabajos de investigación abarcan la antroponimia dominicana, histórica y sincrónica, además de la lexicografía. Cuando fue elegida miembro correspondiente de la Academia Dominicana de la Lengua en 2009, pasó a coordinar la Tertulia Lingüística de la Academia “El ánfora de las palabras”. Coordinó el equipo lexicográfico que participó en la elaboración de la segunda edición del Diccionario Didáctico Avanzado de la editorial SM. Tiene a su cargo la columna periodística de publicación semanal “Eñe: Voces del español”, dedicado a tratar temas idiomáticos con el objetivo de defender y difundir el uso correcto de nuestra lengua. Coordina el proyecto de un nuevo diccionario del español dominicano. En la fase de preparación, impartió un taller práctico para académicos con la finalidad de formarlos en las técnicas lexicográficas. Ha diseñado la planta de la nueva obra y, con el auspicio de la Fundación Guzmán Ariza pro Academia Dominicana de la Lengua, coordina el equipo de trabajo que labora en este proyecto lexicográfico. En junio de 2010 fue elegida Miembro de Número de la Academia Dominicana de la Lengua. Santo Domingo, Casa de las Academias, 4 de diciembre de 2010.

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